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Uno de los principales factores que diferencian a los humanos de los demás animales es la
conciencia del yo: La capacidad de formar una identidad y luego atribuirle un valor. En otras
palabras, tienes la capacidad de definir quién eres y luego de decidir si te gusta o no esa identidad. El
problema de la auto-estima es la capacidad humana de juzgar. Una cosa es que no te gusten ciertos
colores, ruidos, formas o sensaciones. Pero cuando rechazas partes de ti mismo, dañas enormemente
las estructuras psicológicas que literalmente te mantienen con “vida”.
Autoaceptación
La autoestima es algo más que reconocer simplemente las cualidades positivas que se poseen. Es
una actitud de aceptación y de no juzgarse ni a sí mismo ni a los demás.
Lo primero y más importante que tienes que saber sobre tu crítica es que independientemente de lo
distorsionados y falsos que puedan ser sus ataques, casi siempre se creen.
Una crítica alta y locuaz es enormemente tóxica. Es más venenosa para tu salud psicológica que
cualquier trauma o pérdida. Esto se debe a que la aflicción y el dolor desaparecen con el tiempo.
Pero la crítica está siempre contigo –juzgándote, acusándote, encontrándote culpable. No tienes
defensa contra ella. “Ahí vas otra vez”, te dice, “Eres un idiota”. Y de forma automática comienzas a
sentirte mal, como un niño al que le han dado un bofetón por decir algo malo.
La crítica tiene muchas armas. Entre las más eficaces están los valores y las reglas de vivir con lo
que crecías. La crítica tiene un medio para poner tus “deberías” contra ti. Compara cómo estás con
cómo deberías estar y te juzga incompetente o equivocado.
El primer paso para comprender la función de tu crítica es reconocer que todos tenemos necesidades
básicas. Todo el mundo necesita sentirse:
La gente que tiene una autoestima adecuada tiende a tener unas estrategias diferentes para satisfacer
esas necesidades a las de las personas con baja autoestima. Si tienes una autoestima adecuada,
también tendrás confianza en ti mismo. Te encuentras seguro al afrontar o eliminar cosas que te
aterrorizan. Solucionas los problemas en vez de preocuparte por ellos y encuentras medios para
hacer que la gente te responda de forma positiva. Afrontas directamente los conflictos
interpersonales más que esperar que pasen. Por el contrario, la baja autoestima te quita la confianza.
No te sientes con capacidad para afrontar la ansiedad, los problemas interpersonales o de
arriesgarte. La vida es más dolorosa porque no te sientes eficaz y es dura la ansiedad que supone el
que cambien las cosas.
Aquí es donde entra la crítica. La gente con baja autoestima suele depender de la crítica para que
les ayude a afrontar los sentimientos de ansiedad, impotencia, rechazo e incompetencia.
Paradójicamente, al mismo tiempo que la crítica te da una paliza, también hace que te sientas mejor.
Es por esto por lo que es tan difícil quitarte la crítica de encima. Puede jugar un papel crucial para
hacerte sentir más seguro y cómodo en el mundo. Desafortunadamente, el precio que tienes que
pagar por el respaldo de la crítica es muy alto y mina tu sentido de valor. Pero te sientes obligado a
seguir escuchándola porque cada vez que salta la crítica te sientes algo menos ansioso, menos
incompetente, menos impotente o menos vulnerable a los demás.
Para llegar a controlar la crítica, primero tienes que ser capaz de oírla. En todo momento consciente
de tu vida, estás entablando un monólogo interior. Estás interpretando la experiencia, solucionando
un problema, especulando sobre el futuro, revisando acontecimientos del pasado. La mayor parte de
este monólogo continuo es útil o en el peor de los casos inocuo. Pero en algún lugar oculto del
monólogo pone en tela de juicio a la crítica. Atrapar la crítica cuando te menosprecias requiere una
vigilancia especial. Tienes que seguir escuchando en el interfono de tu monólogo interior. Tienes
que darte cuenta de la crítica cuando dice: “Estúpido… Otro fallo tonto… Eres débil… nunca
conseguirás un trabajo porque no estás bien… Eres malo con la conversación… le cortas el rollo”.
A veces la crítica te golpea con imágenes de errores del pasado. A veces no utiliza palabras ni
imágenes. El pensamiento llega como una conciencia, un conocimiento, una impresión. La crítica es
como un rayo que parece estar más allá del ámbito del lenguaje. Un vendedor lo expresa de esta
forma: “Hay veces en que simplemente sé que estoy perdiendo mi vida. Puedo sentir ese vacío. Es
como una pesadez de estómago”.
• Conocer extraños
• Situaciones en las que has cometido un error.
• Situaciones en las que te sientes criticado y estás a la defensiva
• Interacciones con figuras de autoridad
• Situaciones en las que te sientes herido o alguien se ha enfadado contigo
• Situaciones en las que te arriesgas al rechazo o al fracaso
• Conversaciones con los padres o con alguien que podría ser desaprobatorio
Ejercicio: Calla al crítico patológico
Controla tu crítica. Por un día, permanece lo más vigilante que puedas para los autoataques. Cuenta
el número de declaraciones críticas que te haces a ti mismo. Puedes quedarte sorprendido de la
frecuencia con que tu monólogo interno gira a una autoevaluación negativa. El segundo día y el
tercero da un paso más. En vez de contar simplemente los ataques de la crítica, ten un libro de notas
a mano y escríbelos.
Cuanto más autoataques escribas, mejor. Felicítate si atrapas al menos diez de los dardos de la crítica
cada día.
Después de llevar a cabo este ejercicio describe para cada pensamiento crítico que has anotado en tu
libro de notas, la función de ese pensamiento -cómo es reforzado positiva o negativamente-, cómo
hace que te sientas y qué puedes hacer para evitarlo.
1) Desenmascarar su objetivo.
2) Responderle.
3) Quitarle su utilidad.
Aclarar la función de la crítica hace que todo lo que diga sea menos creíble. Conoces su objetivo
encubierto. No importa lo que sermonee y despotrique, has expuesto su agenda secreta, por lo que
sientes que le eres menos vulnerable. Recuerda que la crítica te ataca porque su voz se está
reforzando de alguna forma. Cuando puedes identificar el papel que juega tu crítica en tu vida
psicológica, cuando puedes llamar su juego, estás comenzando seriamente a minar la credibilidad de
su mensaje.
– La Consigna Obús: Estas son palabras y frases seleccionadas diseñadas para golpear a la crítica
como un cañonazo. Aquí hay algunos ejemplos: “Esto es veneno. ¡Detente!” “Eso es mentira.”
“¡Cállate!”
– Preguntar el coste: Es hora de valorar el coste de tu propia crítica. Haz una lista de formas en que
te haya afectado tu autoestima en términos de tus relaciones, trabajo y nivel de bienestar.
Cuando hayas completado la lista, combina los puntos más importantes en un resumen que puedas
utilizar cuando ataque la crítica. Combate diciéndole a la crítica: “No puedo permitirme este lujo, me
has costado…”
– Afirmación de valor: Cuando la crítica haya sido acallada, tienes que sustituir su voz con una
conciencia positiva de tu propio valor.
Las siguientes afirmaciones son ejemplos de cosas que podrías decirte para mantener la crítica
acorralada.
Cuando hayas terminado el inventario, vuelve y pon un más en los puntos que representan virtudes o
cosas que te gustan de ti mismo. Pon un menos en los puntos que consideras debilidades o que te
gustaría cambiar de ti mismo.
– Enumerar Tus Virtudes: El siguiente paso en la auto-valoración exacta es reconocer tus virtudes.
Como consecuencia del condicionamiento cultural y paternal, puede que te provoque ansiedad dar
crédito a tus valoraciones.
Te has pasado años fijándote y puliendo tus cualidades negativas. Ahora dedica el mismo tiempo a
tus virtudes. Fíjate en ellas. Simula que estás escribiendo una carta de recomendación para alguien
que amas de verdad y que quieres que tenga éxito.
– Una Nueva Auto-Descripción: Escribe tus virtudes y debilidades en una auto-descripción exacta,
justa y comprensiva. Debe ser una descripción que no huya de la verdad. Debe reconocer las
debilidades que te gustaría cambiar. Pero también debe incluir las virtudes personales que son parte
innegable de tu identidad.
– Celebra Tus Virtudes: Has enumerado las cualidades que tienes que valoras. Pero eso no significa
mucho a no ser que puedas acordarte de ellas. Cuando la crítica te esté golpeando por ser estúpido o
egoísta o con miedo a la vida, tienes que recordar tus virtudes para poder responderle. Los tres
métodos siguientes te ayudarán a ser consciente de tus cualidades positivas.
1. Afirmaciones Diarias. Una forma de acordarte de tus virtudes es combinar varias de ellas en una
afirmación.
2. Señales de recuerdo. Otro método para poner énfasis en tus virtudes y que se puede utilizar junto a
las afirmaciones son las señales de recuerdo.
3. Integración Activa. Una tercera forma de incrementar la conciencia de tus virtudes es recordar
ejemplos y momentos específicos en los que los demostraste con claridad. Cada día, selecciona tres
virtudes de tu lista. Luego busca en tu pasado situaciones que ejemplifiquen esas cualidades
particulares.
(Parte 5)
enero 4, 2011 Ley de la Atracción Positiva Cursos 0
1. Sobre-generalización. De un hecho aislado haces una regla general y universal. Si fallaste una vez,
siempre fallarás.
4. Pensamiento Polarizado. Agrupas las cosas en categorías absolutas, blancas y negras, sin término
medio. Tienes que ser perfecto o no vales nada.
5. Auto-culpa. Te culpas de forma consistente por cosas de las que a lo mejor no tienes culpa.
6. Personalización. Asumes que todo tiene que ver contigo y te comparas negativamente con todo el
mundo.
7. Adivinación del Pensamiento. Asumes que no gustas a los demás, que están enfadados contigo,
que no te quieren y más, sin ninguna evidencia real de que sean correctas tus asunciones.
8. Falacias de Control. O te crees que tienes la total responsabilidad de todos y de todo o te crees que
no tienes control, que eres una víctima indefensa.
9. Razonamiento Emocional. Asumes que las cosas son de la forma en que las sientes.
En verdad, la comprensión es una habilidad, una habilidad que puedes adquirir si no la tienes o
mejorar si la tienes ya. La habilidad de la comprensión tiene tres componentes básicos: comprensión,
aceptación y perdón.
Esta es la tiranía de los deberías: La naturaleza absoluta de la idea, el sentido inflexible del bien y el
mal. Si no llegas a tus deberías, te juzgas como que eres una persona mala y que no vales nada.
¿Cómo Afectan los Deberías a Tu Autoestima?Los deberías atacan a tu autoestima de dos formas.
Primero, puede que tus deberías y tus valores no te encajen. En segundo lugar, atacan los conceptos
morales de bondad y maldad a las situaciones, conductas y aficiones que esencialmente son
inmorales.
Inventario de Deberías.
1. Relaciones
2. Actividades en el hogar
3. Actividades recreativas y sociales
4. Actividades de trabajo.
5. Actividades Creativas.
6. Actividades de Auto-Crecimiento
7. Actividades Sexuales.
8. Actividades Comunitarias
9. Actividades religiosas.
10. Economía
11. Auto-cuidado
12. Alimentación.
13. Formas de expresar y tratar los sentimientos
14. Experiencia interior.
Revisa tu lista de deberías y marca los que ha utilizado la crítica como base para sus ataques. Ahora
estás en una posición para valorar estas reglas para determinar si son útiles.
Cuando hayas decidido que un debería está minando tu autoestima, ya sea como regla general o en
una situación particular, tienes que suprimir tu monólogo interior. Esto significa combatir
agresivamente cuando la crítica intente golpearte con tu debería. La mejor forma de combatir es
preparar una o dos frases consigna que puedas recordar y utilizar cuando te sientas mal por no estar a
la altura del debería.
La autoestima no tiene nada que ver con evitar los errores. La autoestima está enraizada en tu
aceptación incondicional de ti mismo como un ser con valor innato, con independencia de los
errores. Sentirte bien contigo mismo no es algo que haces después de haber corregido todos tus
errores sino que es algo que haces a pesar de los errores. El único error serio es estar de acuerdo con
tu crítica patológica cuando te dice que los errores son evidencia de que no vales nada.
Cada error te dice lo que tienes que corregir, te acerca de forma progresiva a la secuencia conductual
que mejor funciona para la finalización de la tarea. Más que tenerle miedo a los errores, debes
acogerlos durante el proceso de aprendizaje.
Formular los errores como reacción necesaria para el proceso de aprendizaje te libera para relajarte y
centrarte en tu dominio gradual de la nueva tarea. Los errores son información sobre lo que funciona
y lo que no. No tienen nada que ver con tu valor ni con tu inteligencia. Simplemente son pasos para
un objetivo.
Los errores pueden funcionar como el timbre que te avisa para que te pongas el cinturón de
seguridad en el coche. Pero el perfeccionismo cambia el aviso a una acusación formal. Y te quedas
tan ocupado defendiéndote de los ataques de tu crítica patológica que no tienes oportunidad de
prestar atención a la lección del error.
– Errores: Prerrequisito para la Espontaneidad
El miedo a los errores destruye tu derecho a la auto-expresión. Hace que tengas miedo de ser tu
espontáneo, de decir lo que piensas y sientes. La buena disposición a cometer errores significa que
no pasa nada por decepcionar a la gente, por tener un momento de torpeza, por que la conversación
tome un giro incómodo.
Permítete una cuota de errores. Algunas personas tienen la actitud patológica de evitar todos los
errores.
Haz una lista mental de las personas que conozcas personalmente y que admires. Reconoce que
nadie es perfecto y que ellos también cometen errores.
Describe una lista de tus propios errores. Si parece que siempre estás cometiendo errores y sientes
que tu lista puede ser interminable, reduce la lista a tus diez mayores errores.
Para el primer punto de tu lista, vuelve atrás en el tiempo, al momento en el que se tomó la decisión.
Intenta recordar tus pensamientos y sentimientos justo antes del acto.
Si pudieses volver a ese momento, con las mismas necesidades, percepciones y predicciones de
resultados futuros, ¿obrarías de forma diferente?
Repite luego con cada error de tu lista.
3. Perdónate.
Mereces el perdón de tus errores, no importa lo doloroso de sus consecuencias, por tres razones.
1. Tomaste la única decisión que podías tomar, dadas tus necesidades y la conciencia que tenías en
aquel momento.
2. Ya has pagado por tu error. Tu error te condujo a consecuencias dolorosas. Has soportado esas
consecuencias y has sentido el dolor.
3. Los errores son inevitables. El proceso de aprendizaje dura toda la vida. Y lo mismo sucede con
los errores.
Visualízate moviéndote en tu rutina diaria. Ve lo que estarás haciendo lo que falta de hoy y mañana.
Ve que eres único, que tienes valor, que estás intentando vivir lo mejor que puedes. Mira cómo haces
siempre lo que parece mejor en el momento que lo haces.
Termina este documento con esta afirmación y repítela constantemente: “Hoy me gusto más que
ayer. Mañana me gustaré todavía más”.
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AUTOESTIMA
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Cualquiera que sea el motivo de tu crítica, no quieres escucharla y necesitas medios para cortarla y
evitar que erosione tu autoestima.
En verdad, la crítica no tiene nada que hacer con la verdadera autoestima. La verdadera autoestima
es innata, innegable e independiente de la opinión de cualquiera. No puede ser disminuida por la
crítica ni aumentada por la alabanza. Simplemente la tienes.
1. Estilo agresivo.
La respuesta agresiva a la crítica es el contraataque. Contraatacar de forma consistente a tus críticas
es también una garantía de que tu autoestima seguirá siendo baja. El proceso del ataque, el
contraataque y la escalada significa que pronto estarás rodeado por la crítica que te asedia con la
evidencia de tu carencia de valor. Aunque tuvieses algo de autoestima con la que empezar, será
echada abajo. Además, tu estilo belicoso de relacionarte con la gente que son incluso ligeramente
críticos contigo te impedirá formar cualquier relación profunda.
2. Estilo pasivo.
El estilo pasivo de responder a la crítica es estar de acuerdo, disculparte y rendirte ante la primera
señal de ataque. La verdadera desventaja del estilo pasivo es que rendirse a las opiniones negativas
de los demás es mortal para tu autoestima.
3. Estilo pasivo-agresivo.
La agresión pasiva disminuye doblemente tu autoestima. Tu autoestima sufre primero porque has
estado de acuerdo con alguien en tus defectos. Luego tu autoestima vuelve a bajar los humos cuando
devuelves el ataque de forma encubierta. Te odias en secreto, ya sea por ser ladino si eres consciente
del contraataque o por ser falible si la represalia toma la forma de un error inconsciente.
El medio eficaz de responder a la crítica es utilizar el estilo asertivo. El estilo asertivo de responder a
la crítica no ataca, no se rinde ni sabotea a la crítica. Desarma a la crítica. Cuando respondes
asertivamente a la crítica, aclaras malos entendidos, reconoces lo que consideras exacto sobre la
crítica, ignoras el resto y pones un final al ataque no bienvenido sin sacrificar tu autoestima.
Hay tres técnicas para responder de forma asertiva a la crítica: el reconocimiento, nublarlo y la
perspicacia.
1. Reconocimiento.
Reconocimiento significa simplemente estar de acuerdo con una crítica. Su objetivo es detener la
crítica inmediatamente y funciona muy bien. La crítica se queda sin nada más que decir ya que tu
rechazo a discutir hace que hablar más sea innecesario.
2. Nublarlo.
Nublarlo implica un acuerdo simbólico con una crítica. Se utiliza cuando la crítica ni es constructiva
ni exacta. Tú “lo nublas” estando de acuerdo en parte, en probabilidad o en principio.
La ventaja de nublarlo en sus formas variadas es que acalla las críticas sin sacrificar tu autoestima.
La crítica oye el mensaje mágico: “Tienes razón” y se queda satisfecho con él. No se da cuenta o no
le importa que hayas dicho que tiene razón en parte, que probablemente tenga razón o razón en
principio.
3. La Perspicacia.
La mayor parte de la crítica es vaga. No puedes decir a lo que te está conduciendo la crítica. Debes
utilizar la perspicacia para clarificar la intención y el significado de la crítica.
En el mejor de los casos, clarificar el mensaje de tu crítica puede girar de una queja despreocupada a
un diálogo con sentido.
– Necesidades Emocionales: Amar y ser amado, tener compañía, sentir que eres respetado y respetar
a los demás. Simpatía y comprensión. Reconocimiento, aprobación y felicitaciones. Perdón y
comprensión.
– Necesidades Sociales: Necesitas interactuar con los demás, necesitas ser por ti mismo. Trabajo.
Pertenecer a un grupo. Autonomía, ser auto-determinado y tomar tus propias decisiones.
La diferencia entre necesidades y demandas es de grado. En un lado del espectro están las
necesidades de vida o muerte como la necesidad de comida y de agua. Al otro lado del espectro
están las demandas menores y caprichosas. Estos son puntos de lujo que contribuyen a tu confort
pero no son esenciales para tu supervivencia.
En algún lugar del medio del espectro está la línea divisoria entre necesidades y demandas. Es en
este punto medio en el que las personas con baja autoestima entran en problemas.
Si tienes baja autoestima, es bastante duro ir conseguir las necesidades de supervivencia. Pero tus
necesidades menos vitales y demandas parecen no tener importancia, particularmente si entran en
conflicto con las de otra persona. Además, tiendes a identificar las necesidades esenciales como
meras demandas y no las atiendes.
Tú eres el único que puede juzgar la fuerza relativa de tus necesidades y demandas. Si sientes que
algo que quieres es importante para ti, entonces es importante y tienes derecho a pedirlo.
La habilidad más importante al pedir lo que deseas es formular una petición asertiva. Si pedir cosas
es difícil para ti, es más sensato preparar tu petición por adelantado en vez de decir lo que te viene a
la mente de forma espontánea. Preparar una petición asertiva implica primero ver los datos y luego
condensarlos en una declaración clara de lo que quieres. Aquí están los datos que necesitas: ¿De
quién? ¿Qué quiero? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Con?
Este esquema está diseñado para ayudarte a especificar con exactitud lo que estás solicitando –la
conducta deseada, el momento, el lugar y la situación. Cuando clarifiques estos datos por adelantado,
tu petición será tan específica que la negociación será más fácil y los argumentos menos probables.
Mensajes Enteros
Con frecuencia no basta decir lo que quieres. La gente necesita saber más de la base de tu petición.
Necesita saber tu perspectiva o comprensión del problema. Puede servirles de ayuda también
conocer tus sentimientos –cómo te ha afectado emocionalmente la situación o el problema. Cuando
ofreces tus pensamientos (cómo percibes la situación), tus sentimientos y tu declaración de demanda,
se le llama un “mensaje entero”.
Los mensajes enteros promueven la aceptación íntima y mutua. La gente tiene menos probabilidades
de ignorar tus demandas cuando es consciente de tus sentimientos y de tu perspectiva sobre una
situación.
Cuando dejas tu experiencia de una situación o tus sentimientos fuera de una petición, la gente puede
sentirse presionada a hacer algo pero no sabrá por qué. Tienen más probabilidad de discutir o de
utilizar la ira para apartarte a ti y a tus demandas. Por eso es importante, particularmente en las
relaciones íntimas, dejar que la gente sepa de donde proceden tus demandas, para darles una idea de
toda tu experiencia de una situación.
Uniéndolo
Los mensajes enteros son muy convincentes. Es hora de que generes mensajes enteros para
completar tus tres peticiones asertivas. El formato es muy simple:
1. Objetivos materiales.
2. Familia y amigos.
3. Objetivos de formación/ intelectuales/ profesionales
4. Salud
5. Ocio
6. Objetivos espirituales.
7. Objetivos creativos.
8. Maduración emocional/ psicológica.
– Con estas categorías en mente, ahora es el momento de responder a cuatro preguntas claves.
Es el momento de hacer una selección preliminar de objetivos sobre los que te gustaría trabajar. En
algún tiempo dado, deberías estar trabajando al menos sobre un objetivo a largo plazo, uno a medio
plazo y otro objetivo inmediato (algo que puedas alcanzar en pocas horas o menos). Clasifica los
objetivos que pusiste en la lista bajo cada una de las cuatro preguntas.
Elige cuatro objetivos a largo plazo, algo que podría tardar meses o años en alcanzarse. Luego elige
cuatro objetivos a medio plazo, algo que podrías hacer en semanas o pocos meses. Y finalmente,
selecciona cuatro objetivos inmediatos.
A veces las personas con baja autoestima pueden establecer objetivos pero no llegan a alcanzarlos.
Aquí tienes una lista de los seis bloqueos más comunes para conseguir objetivos. Léelos
cuidadosamente y describe los bloqueos más que más coinciden contigo.
• Planificación Insuficiente.
• Conocimiento Insuficiente.
• Poco Tiempo
• Objetivos Irreales.
• Miedo al Fracaso.
También establecen tu sentido de pertenencia y una imagen básica de cómo eres tratado por los
demás.
Ejercicios:
– Identificar las Creencias Nucleares Llegar a ser consciente de las creencias nucleares negativas es
el primer paso para cambiarlas. Como los tacos y las vigas del suelo de una casa, las creencias
nucleares no son fácilmente evidentes, pero todo lo demás descansa sobre ellas. Si te sientes
estúpido, incompetente, feo, fracasado o mal durante la mayor parte del tiempo, puede que no seas
consciente inmediatamente de las creencias que crean esos sentimientos. Pero mucho de lo que
haces, de lo que piensas y de lo que sientes es una consecuencia directa de las creencias cuya
influencia oculta toca todos los cuadrantes de tu vida. Para intensificar la conciencia de tus creencias
nucleares, tienes que empezar manteniendo un diario de monólogo. Ese diario te da la oportunidad
de anotar tu monólogo interior –tus auto-declaraciones- a veces cuando te sientes triste, enfadado,
deprimido y culpable. Mantén el diario del monólogo durante una semana: utilízalo para sacar afuera
tus creencias nucleares identificando situaciones en las que tu autoestima era particularmente baja (te
sentías aburrido, sin atractivo, sin valor, mal, fracasado, estúpido, incompetente, con defectos y así).
Lleva el diario contigo para poder anotar esas situaciones, pensamientos y sentimientos tan cerca
como lo sea posible del momento en que tienen lugar, cuando todavía todo está reciente en tu mente.
– Diario de Monólogo
Desafortunadamente, una creencia nuclear es tan subjetiva que no la puedes probar directamente.
Pero puedes probar las reglas que se derivan de ella. Por ejemplo, si crees que eres un fracaso, tus
reglas pueden incluir lo siguiente: no intentes hacer nunca algo difícil. No hagas preguntas. No
esperes nunca llegar a ser el primero. No intentes practicar deportes de equipo. No pidas nada. No
digas nunca no a nada. 1. Escribe una de tus creencias nucleares. 2. Escribe las reglas que se derivan
de ella.
Ahora que has modificado una vieja creencia nuclear, tienes que cambiar algunas de las reglas que
surgieron de ella. Pon tus nuevas reglas en forma de afirmaciones sobre ti mismo. Escríbelas en
primera persona (“Puedo tratar con el conflicto” en vez de “Puedes tratar con el conflicto”). Haz tus
afirmaciones cortas, positivas y simples. Mientras escribes tus reglas nuevas, pueden parecer que
pertenecen a una persona nueva, una persona más positiva de lo que siempre has imaginado ser.
Cuando hayas activado fuertemente una nueva creencia nuclear, empieza a revisar otra. Revisar tus
creencias nucleares contribuirá enormemente a que aumente tu autoestima.