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PROBLEMAS DE DEGRADACION DEL SUELO:

La utilización de los suelos sin considerar su vocación natural o potencial, es uno de los
factores más severos para el deterioro y degradación en diferentes grados de intensidad,
impactando en la menor producción, bajos rendimientos, bajos niveles de competitividad y
paulatino empobrecimiento de los agricultores. PACA (2010) señala que las causas de la
degradación del suelo por factores humanos se deben principalmente al sobrepastoreo,
prácticas agrarias inapropiadas, deforestación, entre otras. Esto genera el aprovechamiento
inadecuado del suelo, el cual limita el potencial del rendimiento de la producción agraria y
atentando contra la competitividad y seguridad alimentaria del país.
A este problema se le suma los efectos del cambio climático en la degradación, la presencia
de este evento producto de la variación natural o resultado de la actividad humana, genera
un grado de fragilidad como puede ser también de susceptibilidad, a la población, siendo
este caracterizada en función a tres componentes como es el grado de exposición ante
amenazas, susceptibilidad de un sistema ante cualquier evento perjudicial de índole
climático; y la capacidad de adaptación de un sistema para ajustarse al cambio climático que
incluye la variabilidad del clima y los extremos. Los cambios entre estos factores pueden
incrementar o reducir la fragilidad de los sistemas naturales o poblaciones humanas, entre
ellos afectación al recurso suelo. A este problema se le suma los efectos del cambio
climático en la degradación. Existiría un peligro inminente para este recurso como efecto del
cambio climático. Un análisis realizado por la CEPAL (2009) en Perú, Colombia, Chile,
Ecuador y Paraguay señala que el cambio climático podría representar una amenaza
sustancial para la productividad agrícola de los países de América del Sur, dado que hasta
un 66% del área del continente podría quedar afectada por la degradación de suelos.
Asimismo, diversos estudios indicarían que el proceso de cambio climático afectaría con
más intensidad al Perú, país más vulnerable por la dependencia de actividades primarias
sensibles al clima de un importante sector de la población, ocasionando un menor desarrollo
y un mayor costo que el país deberá asumir. Se ha estimado que para el 2025, se tendría un
pérdida relativa en el PBI del 4.4%.

Es preciso mencionar que como consecuencia de las pérdidas por la degradación,


se potencia la situación de pobreza en muchas áreas. Diversos estudios señalan el
estrecho vínculo entre las áreas desertificadas y la alta incidencia de la pobreza y la
indigencia, en proporciones significativamente mayores que a escala nacional.
Desde el punto de vista social, tanto la sequíacomo la desertificación favorecen la
pobreza al romper las estructuras sociales y familiares, y provocar inestabilidad
económica. Estas restricciones dan lugar a procesos migratorios de magnitud,
formando parte de un ciclo de agotamiento de los recursos naturales. En estos
casos, la migración hacia nuevas tierras es la alternativa de sobrevivencia que
tienen a mano las poblaciones afectadas por la degradación y desertificación. Así,
cada año, millones de hombres migran a las ciudades en busca de nuevas
oportunidades, dejando a mujeres y niños expuestos a una mayor vulnerabilidad.
Pobreza, ruptura de las estructuras sociales y familiares e inestabilidad económica
son consecuencias directas de la desertificación y degradación de los suelos. A
pesar de su importancia para la vida y humanidad, el suelo como recurso natural
básico, no ha recibido de la Sociedad ni del Estado la atención que merece. Su
degradación es una seria amenaza para la agricultura y la seguridad alimentaria de
las futuras generaciones. Por lo tanto, nos enfrentamos a un triple desafío:
concientizar, preservar e incrementar el aprovechamiento sostenible del suelo.

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