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Deterioro de la memoria a corto plazo por consumo de sustancias psicoactivas

Sara Isabella Patiño

Juliana Valentina Zapata

Ismael Marín

Universidad Politécnico Grancolombiano

Psicología

Medellín - Antioquia

Mayo 24 de 2019
INTRODUCCIÓN

En el siguiente informe se describen los conocimientos descubiertos hasta el momento

respectivos de la memoria, y así mismo inclinados hacia la parte de la memoria a corto

plazo y su respectivo desarrollo cognitivo; en base de como las sustancias psicoactivas,

legales y no legales, como el cannabis, el alcohol, anfetaminas, entre otras, alteran de forma

significativa las capacidades de aprendizaje del ser humano a correspondencia de la

capacidad de retención de información rápida y fluidez con el desenlace de la misma.

Las sustancias psicoactivas tienen la capacidad de alterar las funciones de nuestro sistema

nervioso, efectos variados entre cambiar nuestra conciencia, cambios de humor y

pensamientos.

Este informe trata del crecimiento explosivo del consumo de sustancias psicoactivas en

jóvenes de 18-25 años, y su desconocimiento de como dichas drogas alteran su desarrollo

cognitivo, ya que el cerebro se termina de desarrollar a la edad aproximada de 25 años y en

su periodo de desarrollo se estuvo alterando su proceso natural de desenvolvimiento y

formación de conocimientos y destrezas, en lo cual surge una necesidad en este informe de

hacer la respectiva investigación con la información actual y hacer análisis de información

ya asociada al tema y una búsqueda de recolección de datos los cuales puedan revelarnos

resultados actuales y nuevos en un determinado tipo de población mencionado ya

anteriormente y así mismo crear una conclusión y un sentido de prevención.


Este informe aporta información y estadísticas mundiales sobre el consumo de sustancias

psicoactivas y el debido proceso explicativo de la memoria a corto plazo y el desarrollo

cognitivo de la misma.

Se analizan los efectos secundarios y como pueden afectar sus vidas en un futuro, inclusive

su estado actual, gracias a las encuestas y valores obtenidos en la debida investigación con

los estudiantes de la facultad de artes de la universidad de Antioquía, que se encontraban en

el rango de edad de 18-25 años.

El informe concluye con un análisis de los datos y recomendación de prevención y

repercusiones del conocimiento neurocientifico de la dependencia de esas sustancias y sus

problemas cognitivos causados por estas.


RESUMEN

El consumo crónico de diversas drogas (cannabis, heroína, estimulantes) legales y no

legales, ha sido consistentemente asociado a la presencia de deterioros neuropsicológicos,

más objetivo de la memoria y su desarrollo cognitivo, en un amplio espectro de funciones,

principalmente: memoria, aprendizaje, atención, concentración y razonamiento. Sin

embargo, en los últimos años, la investigación neuropsicológica relacionada con el abuso

de sustancias, apoyada en la aparición de tecnologías de nueva generación (neuroimagen

funcional, análisis de metabolitos) se ha focalizado en el estudio de posibles alteraciones en

las funciones ejecutivas del sistema nervioso central, al cual se le atribuyen diferentes

cambios y repercusiones que alteran significativamente el orden correspondiente de

formación del sistema de aprendizaje del ser humano, asociado con la memorización y

retención de información de forma inmediata y metotida, así como su influencia sobre la

personalidad, cogniciones y conductas del drogodependiente.

El objetivo de nuestra revisión es, por una parte, repasar los principales deterioros que

diferentes sustancias causan en la memoria a corto plazo de manera más obejtiva,

constatados por los estudios clásicos, así como estos nuevos hallazgos en funciones

ejecutivas (planificación, toma de decisiones, control de impulsos), y por otra parte, dado

que el estatus neuropsicológico parece tener un papel mediador sobre los resultados del

tratamiento, analizar la utilidad e impacto de estos deterioros sobre la práctica clínica con

sujetos drogodependientes, considerando factores de especial relevancia, como la potencial

reversibilidad de los déficits, la comorbilidad con trastornos de la personalidad y del estado

de ánimo y la existencia de anosognosia y déficits específicos de impulsividad. Resaltamos,


asimismo, la conveniencia de intervenir específicamente sobre aquellas funciones más

directamente asociadas al funcionamiento diario de los drogodependientes, a su

perseveración en el consumo y al alto riesgo de recaídas, que podrían ser explicados, al

menos parcialmente, por la existencia de alteraciones ejecutivas.


PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Estudiar la relación entre el deterioro de la memoria a corto plazo causado por el uso

excesivo de sustancias psicoactivas, en un periodo exponencial de desarrollo cognitivo en

el cerebro, donde se realizaran pruebas en personas que están en un rango de edad de 18-25

años, la cual es la edad de desarrollo del cerebro, donde está en el más alto punto de

aprendizaje, y se realiza el uso indebido de sustancias que alteran este proceso de

desarrollo; haciendo referencia al deterioro cognitivo como la pérdida o disminución de la

memoria y la atención, así mismo con la capacidad de retener información, en el periodo de

la memoria en un corto plazo.

El aumento del consumo de sustancias psicoactivas ha crecido de manera exponencial en

los últimos años, los jóvenes en su búsqueda de identidad y experiencias buscan encajar en

algún grupo social, con una idea de recreación equívoca sin tener en cuenta las

consecuencias de los excesos, .en un corto, mediano o largo plazo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) en el año de 1969, definió como droga: “Toda

sustancia que introducida en un organismo vivo puede modificar una o varias de sus

funciones, (Clavellino, 2014). Según esta definición se incluyen a todas las sustancias

incluso las que se encuentran bajo prescripción médica o controlada;definiendo de igual

manera el abuso de estas sustancias como: Uso excesivo de la droga persistente o

esporádica, inconsistente o inconexa con una práctica médica aceptable. (Clavellino,

2014).”
“Las drogas se clasifican en lícitas e ilícitas; siendo las lícitas mayormente conocidas al

alcohol, el tabaco y algunos fármacos. Dentro del grupo de las drogas ilícitas encontramos

la cocaína, heroína, anfetaminas y el cannabis” (LUPIAÑEZ, 2012), Derivado del consumo

de sustancias psicoactivas consideramos tres importantes factores: daño físico, grado

dependencia y por último la afectación de las relaciones interpersonales del individuo.

Las neurociencias han demostrado que, “El cerebro de los adolescentes y jóvenes aún está

en desarrollo hasta la edad de 25 años” (Tripricchio P., 2017), lo cual puede provocar en

esta formación misma del cerebro, alteraciones por las sustancias psicoactivas, teniendo

consecuencias en la perdida de atención y retención de información inmediata, la cual

dificulta el aprendizaje y crear un vacío entre la información dada y la retención de la

misma.

La memoria de corto plazo es la capacidad para mantener la información durante segundos

o minutos una vez pasado el momento actual; esta cuenta con una capacidad limitada, la

que se estima como la posibilidad de retener cinco o seis palabras, o siete dígitos. “La

“working memory” o memoria de trabajo es un tipo especial de memoria y se refiere a la

capacidad para mantener en la mente las cosas un tiempo tal como para realizar acciones

secuenciadas.” (Revista psiquiátrica, 2013) Esta memoria en los jóvenes consumidores es la

que mayor se ve afectada, ya que se evidencia con mayor eventualidad, al desempeñar sus

actividades diarias.

Hay estructuras del cerebro humano que continúan madurando hasta los 25 años de edad,

especialmente aquellas relacionadas con funciones mentales complejas y con la capacidad

de controlar los impulsos. Las drogas modifican el equilibrio de la neuroquímica cerebral y

las señales que conducen los complejos procesos de maduración de las estructuras
comentadas. “El consumo durante esta etapa puede traer repercusiones a largo plazo, ya

que también puede alterar el proceso de selección de las conexiones neuronales que en el

futuro permitirán el funcionamiento íntegro del cerebro” (Paus., Keshavan., Griedd., 2012),

Por ello las personas deben de evitar el consumo, o cuando menos retrasar la edad de inicio.

Entre más se retrase el inicio en el consumo de cualquier sustancia, después de que haya

concluido el desarrollo cerebral comentado, se tendrá un mayor impacto preventivo.

En una búsqueda y recopilación de la información, se evidencia la acción investigativa más

inclinada hacia la memoria a corto plazo, donde el sistema nervioso central tiene como

capacidad almacenar y recuperar información en gran parte a voluntad propia, donde estos

efectos varían entre ocasionar somnolencia, aumento del ritmo cardíaco, dificultad al

pensar o resolver problemas, además de que la persona sentirá un bloqueo de la capacidad

de la concentración y razonamiento lógico, se verá alterada la percepción, sus pensamientos

e incluso su estado de ánimo

Desde el punto de vista cognitivo, a menor edad existe mayor vulnerabilidad de las redes

neurales a nivel cerebral asociada al consumo dependiente, pero al mismo tiempo, se

evidencia mayor plasticidad neuronal y sináptica relacionada al potencial madurativo del

cerebro. Tal como ha sido estudiado por ejemplo, “En investigaciones descriptivas sobre la

adolescencia y el creciente funcionamiento madurativo del cerebro, pero también sobre la

modificación arquitectónica del cerebro como resultado del consumo de drogas” (National

Institute on Drug Abuse, 2014), ya que afectan específicamente la recolección de

información en el mismo, trayendo un grado de variabilidad entre el conocimiento recibido

de inmediato y olvidado así mismo, como si no fuera de tal importancia, pero es porque no

hay una actividad de procesamiento eficaz.


Teniendo en cuenta que el desarrollo eventual del cerebro tiene como final de periodo a la

edad de 25 años, y además porque se evidencio que, “Los jóvenes entre los 18-20 años

tienden a consumir más alguna sustancia psicoactiva” (National Institute on drug abuse,

2013), por consiguiente se decide trabajar la población de jóvenes entre 18-25 años, puesto

que se tiene el estigma social de que esta es la población más rebelde, ya que se encuentra

en el periodo más curioso de su vida, por consiguiente estos serían el punto de partida en la

investigación, ya que su desarrollo cognitivo está en florecimiento secuencial.

Por tal razón la investigación pretende encontrar deterioros cognitivos de un grupo en

específico de personas, con lo cual se llegó a la pregunta, ¿Cómo se evidencia el deterioro

por sustancias psicoactivas en la memoria a corto plazo en jóvenes universitarios de 18-25

años?, ya sean consumidores o no y así mismo encontrar las diferencias entre ellos.

OBJETIVO GENERAL

Determinar si el desarrollo cognitivo, de la memoria a corto plazo, se ve afectada en los

jóvenes de 18-25 años por el consumo de sustancias psicoactivas, ya sean legales o no, con

el objeto de generar conciencia entre los jóvenes universitarios de la universidad

Politécnico Grancolombiano de la facultad de salud (psicología), y las personas en quienes

se realizaran las pruebas, para así mismo ir de a poco incentivando a las personas, y generar

un cambio en el uso indebido de estas sustancias, puesto que no permite un desarrollo

correcto del cerebro y altera las capacidades de aprendizaje.

Objetivos específicos

Analizar mediante pruebas realizadas a través de encuestas y entrevistas, a personas

consumidoras y no consumidoras de sustancias psicoactivas, poder concluir, si se está


generando un daño o no en la retención de información inmediata, más objetivamente

memoria a corto plazo.

Mostrar los datos analizados a las demás personas, para de ese modo poder advertir de las

consecuencias del consumo y las repercusiones que puede generar en la salud, y en el

desarrollo cognitivo.

Sintetizar a los mismos consumidores sobre qué están haciendo al consumir sustancias

psicoactivas, para prevenir el consumo desde temprana edad en generaciones siguientes.

MARCO TEORICO

La memoria, es un conjunto de procesos cognitivos fundamentales en la vida de los

organismos, es el tipo de herramienta esencial, el cual permite adquirir, facilitar, almacenar,

recordar y modificar conocimiento, para cambiar conductas de acuerdo a sus experiencias y

así mismo facilitar en un futuro, nuevos desarrollos del mismo. Esta posee también una

“función neurocognitiva que facilita el registrar, consolidar, retener, codificar, almacenar,

recuperar y evocar la información previamente almacenada” (Portellano, 2007). Esta

definición sintetiza el desarrollo de la neurosicología en lo que se refiere a como se

efectúan los procesos de memoria humana y la importancia de estos para el aprendizaje y el

consiguiente desarrollo de los individuos.

Hasta 1885 cuando Hermann Ebbinghaus comenzó a utilizar métodos experimentales en

seres humanos para el estudio del aprendizaje y la memoria, ésta era parte de la filosofía y

sus disertaciones sobre la actividad mental normal, un año después Thordinke y Pavlov con
sus experimentos en animales, dieron las bases e iniciaron el conductismo, luego Skinner y

Watson quienes radicalizaron la postura al plantear que los procesos mentales no

observables como la percepción, la atención selectiva y la memoria, no eran accesibles al

conocimiento científico, solo era la conducta. Para los años 60 del pasado siglo, aparecieron

Miller y Neisser, fundadores de la psicología cognitiva, replantearon el conductismo y

rescataron la importancia del procesamiento mental; cada actor motor o percepción tiene

una representación interna del cerebro. Estos planteamientos cogieron algo fuerza y validez

cuando se pudo acceder a las conexiones neuronales técnicas de neuroimagen. La

acumulación de evidencias sobre dichas conexiones y los procesos que sustentaban, dieron

lugar a la certeza que en la representación de un evento participan muchas partes del

sistema nervioso central y no solo en un centro de memoria, el tratamiento y estudios en

pacientes con amnesia dieron bases para el entendimiento en que hay una diferencia entre el

sustrato anatómico de las memorias a corto y largo plazo. “En el momento actual, hay

consenso en el mundo científico sobre la memoria de trabajo como un proceso que implica

almacenamiento temporal de la información y su posterior utilización en tareas cognitivas

complejas” (Lopez, 2011).

La investigación psicológica y neurofisiológica ha permitido diferenciar estos procesos, en

memorias a corto, intermedio y largo plazo; en memoria implícita: representaciones

perceptuales y motoras o de procedimiento; en memorias explícitas o declarativas:

episódica, similar a la episódica y semántica; en memoria espacial y en memoria de trabajo

(Baddeley, 2000). Estas clasificaciones corresponden a diferentes sistemas, cada uno de los

cuales tiene su paralelo neurofisiológico, consistente en redes neuronales semi-

independientes, cuyas funciones se expresan en las conductas de los organismos (Wang &
Morris, 2010). El estudio de estos sistemas ha permitido evidenciar un conjunto de

interconexiones neuronales hipocampo-corticales y desarrollar una teoría de la formación

de la memoria que puede resumirse en 4 componentes, relacionados con las fases de

codificación, consolidación, recuerdo y reconsolidación. En cada una de estas fases los

organismos reciben información de objetos y eventos, y establecen relaciones entre ellos y

con el lugar y el momento en que se perciben. Cuando esta información se recibe y se

recuerda intencional y conscientemente, recibe el nombre de memoria declarativa o

explícita (Eichenbaum, 2001); cuando no, se la denomina implícita (Kandel, 2001; Squire

& Zola, 1996). . La memoria implícita se desarrolla de manera automática, sin intención y

es difícil de modificar. La memoria declarativa, por el contrario, requiere de atención y de

niveles altos de conciencia, se desarrolla lentamente e involucra síntesis de

representaciones de episodios y eventos dentro de estructuras de conocimiento semántico.

La memoria a corto plazo es de eventual importancia en el desarrollo del ser humano, ya

que en esta adquirimos conocimiento de forma rápida y se esta en constante aprendizaje del

medio, en todo momento, por lo cual, esta investigación se guiará hacía este, y como las

sustancias psicoativas, como la marihuana, anfetaminas, extasis, farmacodependientes, el

alcohol, entre otras, pueden afectar el desarrollo cognitivo del cerebro, creando un

desbalance entre la facilidad con que nuestro cerebro permite recordar información y

relacionarla con la experiencia pasado y lo que esta viviendo en el presente, y así mismo

crear una respuesta, en otras palabras, un que hacer frente a dicha circunstancia o situación.

La organización mundial de la salud (OMS) define droga psicoactiva como “Toda sustancia

que, introducida en el organismo por cualquier vía de administración, produce de algún

modo una alteración del funcionamiento natural del sistema nervioso central del individuo
y además es susceptible de crear dependencia, ya sea psicológica, física o ambas” (OMS,

2018). Dentro de las sustancias psicoactivas se encuentran la dietilamida del ácido lisérgico

(LSD), proveniente del hongo cornezuelo del centeno, el 9-tetrahidrocannabinol (THC) que

es extraído de la planta cannabis sativa, mejor conocida como marihuna, codeína y morfina

presentes en el opio que es una mezcla compleja extraída de las cápsulas de una planta

denominada papaver somniferum, heroína, ( diacetilmorfina), una droga semisintética

derivada de la anterior, cocaína que es extraída de la planta erythroxylum coca, de la cual se

derivan el clorhidrato de cocaína, el bazuco y el crack, entre otros.

Según la Doctora Boano, especialista en adicciones y cambios cognitivos en el cerebro, a

corto plazo, en el contexto de intoxicación, “el THC a través de su efecto en el hipocampo

y la corteza orbitofrontal deteriora la memoria de corto plazo afectando la capacidad de

aprender y retener información nueva. Por otro lado, disminuye la atención, interfiere con

la capacidad de toma de decisiones y por su efecto en el cerebelo y en los ganglios basales,

interfiere con la coordinación motora. De esta manera afecta la habilidad de conducir e

incrementa la posibilidad de accidentes automovilísticos. Asimismo, puede producir

alteraciones del sueño, precipitar crisis de pánico como así también síntomas psicóticos".

Podemos inferir de esto que hay un gran deterioro cognitivo por parte de la memoria, ya

que imposibilita llevar a cabo los roles comunes e interfiere con el aprendizaje, el hecho de

retener información y desarrollarse u expresarse (llevar a cabo las tareas comunes, como

pensar, aprender, retener información, recordar, etc.).

Los datos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD)

muestran grandes decomisos de cocaína, heroína, cannabis y estimulantes del tipo de las

anfetaminas en diferentes partes del mundo. Según las estimaciones de la ONUDD, hay
cerca de 200 millones de personas que consumen alguna sustancia ilícita. Se muestra que el

cannabis es la sustancia ilícita más consumida, seguida de las anfetaminas, la cocaína y los

opioides. El consumo de sustancias ilícitas es una actividad predominantemente masculina,

mucho más que el consumo de alcohol, y también tiene mayor prevalencia entre los jóvenes

que en los grupos de más edad.

“Las drogas alucinógenas se han consumido con fines curativos y para rituales religiosos

desde culturas tan antiguas como las de Egipto, China y Babilonia. A finales del siglo XIX

y comienzos del siglo XX empezó a prohibirse en Estados Unidos su uso, así como el del

alcohol y el tabaco” (Cfr. Sofos, 2012). A nivel internacional se firmaron dos convenios, la

convención de la Haya en 1912 y el convenio de Ginebra en 1936. El primero buscaba

controlar el uso y tenencia de estas sustancias y el segundo buscaba penalizar el consumo

por medio de penas y castigos.

El alcohol, dependiendo de las dosis o del nivel de concentración de alcoholemia, altera la

formación de la memoria explícita o declarativa a largo plazo, dificulta el aprendizaje que

se adquiere inmediatamente después de su consumo y, en algunas ocasiones, produce

pérdida de la información recibida mientras de ingiere. Sin embargo, dosis bajas de esta

sustancia facilitan algunas tareas de vigilancia. Esta información, aún teórica y

empíricamente poco consistente, dificulta la comprensión de los efectos del alcohol sobre

los procesos cognitivos.

La cocaína aumenta la actividad del sistema nervioso central produciendo una excitación

que se manifiesta en euforia, aumento de la confianza, de la sociabilidad, hiperactividad,

disminución de la fatiga, inhibición del apetito y aumento de la presión arterial, en dosis

mayores aumenta la conciencia sensorial ( sexual, auditiva, táctil y visual) (Cfr. Royo-
Isach, Magrane, Fernández.,Pola, Tosco, 2005). A largo plazo y bajo condiciones

prolongadas el consumo de cocaína da como resultado riesgos asociados a alteraciones

sobre el tejido nervioso y otros tejidos corporales. Lo anterior puede generar múltiples

consecuencias adversas principalmente sobre el sistema vascular (arritmias cardiacas,

isquemia miocárdiaca), pulmonar (disnea, hemorragia pulmonar) y cerebral (Cfr. Flores,

2008).

Las drogas psicoactivas alteran la comunicación entre las células cerebrales (neuronas).

Estas se comunican entre sí a través de una serie de mensajeros biológicos llamados

neurotransmisores. Algunas sustancias psicoactivas son capaces de imitar los efectos de los

neurotransmisores mientras otros interfieren con la función cerebral normal al bloquearla o

al alterar la manera en que se almacenan, liberan y eliminan los neurotransmisores

(National institute on drug abuse, 2017).

La identificación del paralelismo entre los mecanismos neurales y la memoria se ha basado

en la descripción de los efectos de la alteración de la neurofisiología cerebral. Esta

estrategia ha permitido identificar y describir los diversos sistemas de memoria y las fases

de su desarrollo. Se producen lesiones neuroanatómicas o se altera la fisiología de los

sistemas neurales y se observan los cambios conductuales. En los últimos años, sin

embargo, se vienen utilizando sustancias que afectan farmacológica y selectivamente los

sistemas neurofisiológicos que han mostrado paralelismo con las manifestaciones de la

memoria. Una de estas sustancias, quizá la más común hoy día, es el alcohol. Su

administración aguda traspasa rápidamente la barrera hematoencefálica y modifica en muy

pocos minutos, entre 8 y12, de manera selectiva, las estructuras y circuitos que han

mostrado constituir los diversos sistemas neurales donde se desarrollan las diferentes
categorías de la memoria, más específicamente las memorias declarativa (Kirchner.,

Sayette., 2012), la espacial y la no espacial (Matthews., Silvers., 2004). El alcohol (etanol)

es un compuesto orgánico, el principal componente del alcohol, que así mismo es soluble

en lípidos, cuyo mecanismo de acción se consideró inicialmente como “difuso” en las

membranas celulares.

La adicción causa cientos de cambios en la anatomía del cerebro, la química y la

señalización de célula a célula, incluso en las brechas entre las neuronas llamadas sinapsis,

que son la maquinaria molecular para el aprendizaje. Aprovechando la maravillosa

plasticidad del cerebro, la adicción remodela circuitos neuronales para asignar valor

supremo a la cocaína o a la heroína a expensas de otros intereses como la salud, el trabajo,

la familia o la vida misma.

La memoria es uno de los dominios cognitivos que sufre alteraciones en menor o mayor

medida en sus componentes constitutivos debido al consumo dependiente de drogas, como

la base de cocaína o el cannabis. El objetivo de la investigación fue obtener las

puntuaciones de la memoria a corto plazo, en sentido de afectación en jóvenes

universitarios de 18-25 años, y así poder establecer una conclusión clara y objetiva de cómo

estas sustancias alteran la memoria significativamente, sin dar paso a un retroceso, ya que

el cerebro se termina de desarrollar hasta los 25 años, de lo cual podemos inferir que el

grupo escogido, nos dará unos resultados bastante amplios, ya que mientras su cerebro

estaba en etapas de desarrollo cognitivo y aprendizaje, están alterando este proceso, porque

mientras se desarrollaba, lo alteraban, algo así como el método de la experiencia.

Los científicos han desarrollado en los últimos años estudios detallados de cómo la

adicción interrumpe las vías y los procesos que subyacen al deseo, la formación de hábitos,
el placer, el aprendizaje, la regulación emocional y la cognición, después de pasar décadas

investigando los cerebros de animales de laboratorio amantes de la droga y escaneando el

cerebro de voluntarios humanos.

En los diferentes estudios realizados, los índices que aparecen más consistentes en la

afectación se refieren a los déficits de aprendizaje y la memoria episódica (corto plazo),

generando deterioros cognitivos significativos y duraderos. Aunque no hay investigaciones

contundentes sobre cual subproceso de memoria se afecta más, en algunas investigaciones

en las que se usó resonancia magnética mientras un grupo de consumidores realizaba una

tarea de pares asociados, se observó una activación de la zona parahipocampal, lo que

sugiere que en “el consumo crónico”, hay alteraciones en la codificación profunda de la

información, afectando el recuerdo libre; lo mismo que se afecta el reconocimiento de la

información aprendida. Sin embargo algunos estudios más orientados en los consumidores

de marihuana evaluando la corteza frontal, indican que los consumidores evidencian

deterioros consistentes y duraderos en subcomponentes de actualización de la información,

memoria de trabajo y toma de decisiones (Verdejo-García, 2011). Al presentar una alta

concentración de receptores, el hipocampo también es foco de incidencias con las

consecuentes afectaciones de la memoria. Esto se ve reflejado en la insuficiente capacidad

de las personas consumidoras de marihuana para seguir un discurso, un asunto en

particular, con la necesaria atención; si hay alguna distracción, pierden el hilo de la

conversación. De esta manera se hace más difícil el aprendizaje si se esta bajo la influencia

de cualquier droga, principalmente la marihuana, dado que para realizar tareas que

requieran más de dos pasos poseer un normal desempeño de la memoria no es posible.


MARCO METODOLÓGICO

El problema que se ha planteado desde el inicio es de relacionar el consumo habitual de

sustancias psicoactivas, en un grupo de jóvenes universitarios en el rango de edad de 18-25

años, con la memoria a corto plazo, la memoria de trabajo y el desarrollo cognitivo. Dado

que por diversas circunstancias

HIPOTESIS

El consumo habitual de sustancias psicoactivas incluyendo el alcohol, incide en la merma

de la memoria a corto plazo.

Afecta significativamente el deterioro cognitivo, creando un tipo de barrera en la retención

de información y capacidad para realizar tareas, en su totalidad con el aprendizaje del ser

humano.

El consumo en la edad de 18-25 años, altera el desarrollo normal del cerebro, ya que en

estas instancias se esta terminando de formar.

JUSTIFICACIÓN

El presente proyecto se realizó con énfasis en el deterioro cognitivo de la memoria a corto

plazo, causado por el uso de sustancias psicoactivas, ya que estamos en un momento de la

vida humana donde es demasiado asequible todo este tipo de sustancias, y donde hay un

mayor acceso a toda la información relevante que muestra los daños que causan estás

drogas y aún así, las personas siguen siendo participes de este consumismo, por lo cual

decidimos indagar a personas sobre su consumo repetitivo o esporádico, para poder realizar

un análisis en los datos y establecer relación entre el daño con la sustancia en nuestro

cerebro.
Puesto que científicamente y en la originalidad del asunto, la memoria realmente sufre

cambios en su desarrollo de aprendizaje por el uso de sustancias psicoactivas de forma

indebida, el causal abuso de ellas, se pretende crear algún tipo de conciencia entre los

estudiantes del Politécnico Grancolombiano y la población en la que se realizará el estudio

(estudiantes de la facultad de artes de la UDEA), y que así mismo ellos puedan llegar a más

personas creando un cambió en los hábitos de ellos que traerá buenos resultados en un

futuro y una vida sana, una buena memoria, la cual nos permite un buen uso de retención de

la información, procesamiento y comunicación.

Incluyendo el aspecto psicológico, decidimos también guiarnos por este tema, ya que

somos estudiantes de psicología, y pretendiamos tener un acercamiento con los deterioros

del cerebro, debido que queremos especializarnos en clínica, y este nos trae experiencia y

aprendizaje para manejar la situación en un futuro, y así mismo crear conciencia en

nuestras vidas y la de las personas que nos rodean.


ALCANCES DEL PROYECTO

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