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Por Angélica Pérez (RFI).

- Epidemiólogo y salubrista público, el Dr


Bausch lleva varios lustros siguiéndole la pista en África, América Latina y
Asia a amenazas mortales para la salud mundial como el Ébola, el
Hantavirus y el Coronavirus SARS. Desde 2017, dirige el Equipo de Apoyo
Rápido en Salud Pública, un esfuerzo de Reino Unido para prevenir y
controlar este tipo de virus. Radio Francia Internacional habló con el
experto sobre las razones de los nuevos brotes de Coronavirus y el retorno
al confinamiento.

Una de las grandes sorpresas no gratas de esta pandemia es su capacidad


de retorno. Cuando ya se creía que países de Asia y de Europa habían
logrado controlar la curva del contagio, surgen en su territorio nuevos
brotes de Coronavirus. Bausch explica que las pandemias se dan por olas y
de forma no sincronizada.

«Lastimosamente cada país tendrá que experimentar olas diferentes. No se


puede pensar que el brote pasó y que la pandemia se acabó ».

Aprender a vivir con este virus


Luego de haber levantado progresivamente los períodos de cuarentena,
algunos países como China y Corea del Sur o Portugal y Alemania, en los
últimos días, han vuelto a confinar a los habitantes de ciertas regiones tras
detectar los nuevos casos de infectados.

No podemos confinar para siempre, opina el experto al tiempo que advierte


una verdad aún difícil de asimilar: « El virus está con nosotros y tenemos
que aprender a vivir con él hasta que estemos todos infectados o hasta que
encontremos una vacuna. Y eso no será un proceso rápido».

Volver al encierro asusta a un mundo que conoció en estos últimos meses


la soledad, los riesgos de la introspección en el confinamiento y los costos,
para muchos, que implica quedar cortado del mundo por varios meses.
Para Bausch, el reto consiste en encontrar la manera de protegerse y
controlar el contagio durante el largo periodo en que la humanidad estará
confrontada a esta pandemia.

«Nunca el mundo había atravesado una situación de confinamiento como la


que hemos vivido en este tiempo. Pero todavía tenemos la posibilidad de
controlar el virus y cada país tiene que tomar esto muy en serio. Debemos
buscar otras formas de confinamiento y otras maneras de distanciamiento
social ».
Encontrar el confinamiento justo
Si algo ha puesto en evidencia esta pandemia es que la principal barrera
social decretada en casi todo el planeta para evitar el contagio no es
democrática. Grandes sectores de la población mundial no pueden cumplir
la cuarentena, bien sea porque corren el riesgo de perder su empleo
precario o porque no salir a diario a paliar su subsistencia los pone más
cerca de la muerte que el mismo virus.

«En algunos países el confinamiento es una posibilidad pero para mucha


gente, en América Latina por ejemplo, no lo es. Se trata de buscar un
equilibrio entre evitar el riesgo de contraer la COVID-19 y los riesgos que
implica guardar a la gente en la casa».

El experto alerta, igualmente, sobre los otros riesgos que conlleva el


confinamiento: «Existe también el impacto en la salud mental y en otras
enfermedades. Hay mucha gente que puede morir de sida, diabetes o
enfermedades similares porque durante la cuarentena no puede ir al
médico o acceder a los medicamentos».

Sin minimizar la gravedad de la situación, Bausch insiste en que cada


persona tiene que controlar lo que puede controlar a nivel individual « Casi
todos pueden lavar las manos, casi todos pueden guardar una distancia
prudencial, casi todos pueden fabricar un tapabocas de cualquier material.
Los gobiernos tienen que dar información clara y cada persona tiene que
tomar estas informaciones en serio ».

Lo que revelan las cifras


En siete meses de pandemia, más de 9 millones de personas se han
infectado y unas 500 mil han muerto. Un porcentaje mucho menor respecto
a otras pandemias históricas como la gripe española de 1918 que infectó a
un cuarto de la población del planeta.

Bausch considera prematuro hacer una evaluación, y mucho menos en


términos generales, de lo que ha sido la gestión de la pandemia que
estamos viviendo. Gran parte de la incertidumbre radica en que el
comportamiento de este último Coronavirus es un territorio inexplorado y
se va evaluando de acuerdo a los resultados de las medidas que se toman.
«No podemos decir que el programa para los próximos seis meses o un año
es el siguiente. Solo podemos decir lo que se va a hacer en cada país, en
un determinado momento. Pero eso mismo en dos semanas puede
cambiar».

Aunque cada país ha hecho a su manera el conteo de infectados y muertos


y aun cuando esas estadísticas hay que tomarlas con pinzas, las cifras nos
revelan grandes contradicciones. Muy pocos muertos en Portugal al lado de
la vecina España que alcanza casi 28,000 y Francia que se acerca a los
30,000. En América Latina, Uruguay logró en pocas semanas controlar el
nivel de contagio y doblegar la epidemia al lado de Brasil que desborda
todo el límite el número de contagios y de muertes al igual que Estados
Unidos.

«Por supuesto, hay errores que muchos países han cometido. En primer
lugar, en el área de la salud pública y la capacidad de hacer los exámenes
para detectar los contagios. Si un país no hace los tests, no presenta
muchos casos porque no están contados».

Esa es una de las explicaciones de las diferencias que hay en cifras entre
un país y otro, explica el especialista en enfermedades infecciosas
emergentes. Pero la causa de la disparidad de las estadísticas es más
compleja, advierte.

«Cuando vemos de cerca las características de los países exitosos frente a


este brote y que presentan menos casos de contagio, encontramos un
liderazgo que ha tomado en serio el problema y una salud pública sólida
que cuenta con la capacidad de hacer los exámenes en el laboratorio, así
como epidemiólogos y personal para buscar los casos sospechosos y ubicar
a los contactos».

Además de la decisión política y la robustez del sistema público sanitario,


existen otros factores, continua Bausch: «Una cosa es un país como nueva
Zelandia, que no tiene muchas fronteras y que ha hecho muy bien el
trabajo, y otra cosa un país que colinda con cinco o seis países».

No es tiempo para conciertos ni compras


masivas
El pasado 19 de julio, 24 horas después de que se registrara el mayor
numero de contagios y de muertes en el país, el Gobierno de Colombia
decretó el «Día sin Iva». Resultado: una barahúnda de compradores en los
grandes comercios que pasaron por alto las medidas de seguridad
biosanitarias.

Dos días mas tarde, Francia aprobó la realización de conciertos callejeros


en el marco de la tradicional «Fiesta de la Música» que se celebra en el
Solsticio de verano. Resultado: masas agolpadas sin respetar la distancia ni
el uso de tapabocas.

Expertos y analistas advierten que en próximas semanas se verá el efecto


de estas medidas en un aumento de los casos de contagio. En la opinión de
nuestro entrevistado, no es el momento para conciertos de música o
compras masivas en grandes superficies. «Son situaciones que debemos
evitar. Yo entiendo que todo el mundo quiere una vida interior para poder
tener nuestra vida normal, pero debemos evitar situaciones que generan el
contagio. Es responsabilidad de los gobiernos evitar estos riesgos y
también de la sociedad y los individuos».

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