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Índice
1Antecedentes
2La enfermedad
o 2.1Síntomas y mortalidad
o 2.2El agente infeccioso
2.2.1La Yersinia pestis
2.2.2Otro u otros patógenos
3Expansión de la enfermedad
4Consecuencias
5Interpretación histórica
6Véase también
7Notas
8Referencias
9Bibliografía
10Enlaces externos
Antecedentes[editar]
Realmente la Peste Negra no cuenta con antecedentes por su carácter multicontinental. nota 1
Griegos y romanos relataron infinidad de pestilencias, algunas de
gran mortalidad y/o morbilidad, como la que debió asolar el norte de África hacia 125 a.C.
(Gonzálves Cravioto, 2003, p. 44); pero eran epidemias muy localizadas en una ciudad o
región concreta. La Peste Negra fue un mal que atacó el norte de África, Asia, Oriente
Medio y Europa, excepto Islandia y Finlandia,6 con una mortalidad no alcanzada después por
las más graves epidemias como la viruela, diezmadora en América, o la pandemia de gripe de
1918.7
La situación política encontrada por el agente infeccioso fue de relativa estabilidad
comparada con lo vivido siglos antes en Europa y en buena parte de Asia. Por una parte, las
grandes migraciones con sus saqueos y ataques se habían detenido,
los vikingos, vándalos, húngaros o árabes se asentaron en distintos territorios de una forma
más o menos definitiva.8 En Asia, el imperio mongol se había dividido en dos reinos que se
despreciaban, indicando la poca cohesión interna según Solar (2001, p. 52). Por su parte, toda
la costa mediterránea de África ya no sufría los envites de cristianos en forma de cruzada o
invasiones provenientes de la península arábiga, pues Bagdad había perdido el poder político
tras los ataques de Gengis Kan.9 Con todo, el ambiente político en Europa y Asia distaba
mucho de ser estable y en paz, entre otros motivos por la Guerra de los Cien Años, que se
solaparía con la epidemia y los acontecimientos vividos en el desmembrado Imperio mongol,
que terminaría arrasando la Bagdag, la capital abasí.10
La situación demográfica por su parte también aparentaba cierta prosperidad. Tras vivir
varios años de un clima benigno y buenas cosechas, la población en el Viejo Continente
aumentó hasta los 80 millones de habitantes estimados. 1 A esto también contribuyeron las
nuevas técnicas y artes agrarias, Walter de Henley (1971) indicaba varias como el empleo
de caballos en lugar de bueyes,nota 2 la utilización del arado con reja de hierro y la división de la
tierra en tres cultivos en lugar de dos, lo que se denomina cultivo de alternancia trienal,nota 3 Sin
embargo, esta situación tan benigna cambió en torno al 1300. Autores como Jacques Le
Goff (2002, p. 264 y siguientes) indicaban que dicho modelo comenzó a presentar signos de
agotamiento por la necesidad de más tierras y más caballos disponibles para lograr alimentar
a toda la población, el cultivo trienal no lograba regenerar totalmente los campos. Tampoco el
ganado tenía pastos suficientes por lo que continuó la desforestación y esta la reducción de
lugares para la caza con la subsiguiente reacción de nobles. Estos problemas convergieron o
fueron causados por la conocida como Pequeña Edad de Hielo, según investigadores como
Brian Murray Fagan (2008), que debió comenzar hacia 1300, produciendo una disminución en
las cosechas, con el consiguiente incremento de hambrunas o malnutrición. Por tanto, la
epidemia encontró a dos o más generaciones debilitadas desde la infancia por estos sucesos.
La economía por su parte había recibido cierto empuje debido a las buenas producciones
agrarias, a la reanudación constante de las caravanas comerciales por la Ruta de la
Seda gracias al control territorial de los mongoles y, dato de gran importancia para la
propagación de la enfermedad, la mejora de las técnicas de navegación y construcción de
navíos, con las que poder transportar cargamentos de gran tamaño desde puertos en mar
Negro o el Mediterráneo hasta Barcelona, Marsella o las ciudades italianas.8 Este aumento de
la riqueza se puede constatar en las construcciones de importantes catedrales europeas cada
vez más grandes y más altas.12
En el aspecto social, la llamada época del gótico trajo el crecimiento de las ciudades
respecto del campo, así como el progresivo desprecio a las personas que no vivían en ellas,
como eran los buhoneros, los pastores trashumantes y los gitanos que aparecen por primera
vez en la Historia de Occidente. Otro cambio importante en las consecuencias traídas por la
peste fueron las costumbres de diferenciar a los grupos sociales por la indumentaria. Así la
casada, la soltera y la barragana pasarían a vestir de forma diferente; también los cristianos
de los judíos, para desgracia de estos últimos.8
Por lo que a la ciencia se refiere, realmente no existía como tal. La medicina poseía cierta
independencia de la filosofía en cuanto a disciplina impartida en las universidades, pero era
más empírica que científica y seguía influida en buena medida por los conocimientos
aportados por otros autores griegos y latinos como Galeno de Pérgamo. El "desarrollo" se
realizaba de una forma reflexiva, partiendo de los textos clásicos, y no científica, basada en la
experimentación metodológica.13
Por último, la religión seguía unificando a Europa bajo la Iglesia Católica, si bien existía cierta
desafección debido al traslado de la corte papal a la ciudad francesa de Aviñón y al
consentimiento de Clemente VI a la hora de perder su autonomía en aras de la seguridad
brindada por el rey Felipe VI de Francia, como lo habían hecho los tres pontífices anteriores
en el Papado de Aviñón. Por otra parte, muchos clérigos, obispos e incluso los propios papas
eran dados a los placeres mundanos, poseer y pasearse con concubinas o aceptar
la simonía.14
La enfermedad[editar]
No termina de haber acuerdo entre los historiadores, médicos y biólogos sobre qué agente
infeccioso causó la enfermedad, por lo tanto, no hay consenso si fue o no una variedad de
la peste bubónica u otra enfermedad distinta, como el carbunco, la llamada peste negra. En
aquel tiempo la medicina no estaba preparada, no ya para tratar la enfermedad, ni tan siquiera
para investigarla, pese a los heroicos esfuerzos y sacrificios de personas como Juan Tomás
Porcell. No obstante, la mayoría de variedades de Yersinia pestis se han encontrado en
China, lo que sugiere que la epidemia podría haberse originado en esa región 15
Síntomas y mortalidad[editar]
Varios cronistas de la época indican la brusquedad con la que aparecían los síntomas. Una
persona podía estar sana por la mañana y tener fiebre alta por la tarde para morir al llegar la
noche. Según la literatura médica y de otra índole, los afectados padecían todos o varios de
los siguientes síntomas según Giovanni Boccaccio (2013) y otros autores:
El agente infeccioso[editar]
Hasta el siglo XIX no había una propuesta sólida sobre qué organismo habría causado tal
mortalidad sin comparación.18 Sin embargo, ese consenso se rompió en la década de 1980 y
en el siglo XXI aún perduran las discrepancias por distintos motivos. A principios del siglo XXI,
no existía consenso sobre si la peste negra fue una enfermedad emergente o reemergente.
Para Christopher Duncan pertenecería al primer tipo proveniente quizá
de mamíferos africanos.1 Para Ole J. Benedictow (2004, p. 66) sería del segundo, detenida
durante siglos como consecuencia de la interrupción comercial con África y Oriente Medio
debido a la caída del Imperio Romano.
La Yersinia pestis[editar]
San Roque en una pintura italiana de 1476-78 mostrando un bubón en el mismo lugar que los
producidos por la Yersinia pestis.
Expansión de la enfermedad[editar]
Difusión de la Peste negra. En verde, las áreas de menor incidencia.
Consecuencias[editar]
La información sobre la mortalidad varía ampliamente entre las fuentes, pero se estima que
entre el 30 % y el 60 % de la población de Europa murió desde el comienzo del brote a la
mitad del siglo XIV.27 Aproximadamente 25 millones de muertes tuvieron lugar sólo
en Europa junto a otros 40 a 60 millones en África y Asia. Algunas localidades fueron
totalmente despobladas y los pocos supervivientes huyeron y extendieron la enfermedad aún
más lejos.
La gran pérdida de población trajo cambios económicos basados en el incremento de la
movilidad social según la despoblación erosionaba las obligaciones de los campesinos (ya
debilitadas) a permanecer en sus tierras tradicionales. La peste provocó una contracción del
área cultivada en Europa, lo que hizo descender profundamente la producción agraria. Esta
caída llegó a ser de un 40 % en la zona norte de Italia, en el periodo comprendido entre 1340
y 1370.28
La repentina escasez de mano de obra barata proporcionó un gran incentivo para la
innovación que ayudó a traer el fin de la Edad Media. Algunos argumentan que dio pie
al Renacimiento, a pesar de que el Renacimiento ocurriera en algunas zonas (tales como
Italia) antes que en otras. A causa de la despoblación, sin embargo, los europeos
supervivientes llegaron a ser los mayores consumidores de carne para una civilización anterior
a la agricultura industrial.
La peste negra acabó con un tercio de la población de Europa y se repitió en sucesivas
oleadas hasta 1490, llegando finalmente a matar a unos 200 millones de personas. Ninguno
de los brotes posteriores alcanzó la gravedad de la epidemia de 1348.
Interpretación histórica[editar]
Véase también[editar]
Peste de San Cristóbal de La Laguna (1582)
Epidemia de 1649
Peste italiana 1629-1631
Gran plaga de Londres
Gran peste de Viena
Peste de Marsella (1720)
Peste
Decamerón
Flagelación
Pogromo
Danza de la Muerte
Peste pulmonar
Crisis del siglo XIV
Anexo:Cronología de las pandemias
Notas[editar]
1. ↑ Debido a su tamaño y población, debió ser Asia el continente más afectado por la
plaga, pero la mucha documentación elaborada en las distintas dinastías chinas, así como en
la India, no hacen mención a una epidemia de parecidas características, só