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INGA CLENDINNEN.

AMBIVALENT CONQUESTS. MAYA AND SPANIARD IN YUCATAN. 1517-


1570. Canbridge Univ. Press, 1987.
Cap. 10.
"CONECCIONES".
Entonces con el verdadero Dios, el Dios verdadero, llegó el comienzo de nuestra
miseria. Fue el comienzo del tributo, el comienzo de los deberes con la iglesia, el
comienzo de la discención por la rapiña, el comienzo de la contienda con armas de
fuego, el comienzo de las marchas forzadas, el comienzo del robo con violencia, el
comienzo de las deudas impuestas por falso testimonio, el comienzo de las luchas
individuales, el comienzo de la vejación, el comienzo del robo con violencia. Este fue el
origen del servicio a los españoles y a los sacerdotes, el servicio a los jefes locales, el
servicio a los maestros, el servicio a los acusadores de los jóvenes, del pueblo, mientras
la pobre gente era oprimida. Esta era la verdaderamente pobre gente que no se marchó'
cuando la opresio'n les cayo' encima.....
Pero llegará el tiempo en que las lágrimas salgan de los ojos de nuestro Señor
Dios......
Profecía del "Katun 11 Ahau"

Los españoles de Montejo se sentían descontentos, por el modesto tamaño de los


asentamientos mayas. La península impone estrechos límites para el hombre. Cada
'milpa' puede ser cultivada solo dos o tres temporadas hasta que los rastrojos, para que
recuperen su fertilidad, sean nuevamente abandonados a la selva por siete o hasta diez
años.
Vivir en grupos, significa dedicar tiempo migrando de un lado a otro las 'milpas'. Bajo
estas condiciones, es de esperar encontrar unidades domésticas individuales dispersas
entre los matorrales, cada una trabajando su propio territorio, en lugar de ciudades de
cuatro mil o más personas.
Era conveniente vivir cerca de su propia 'milpa'. el equipo de trabajo de la 'milpa', o aún
la totalidad de la unidad familiar, tenían las 'milpas' acampando en campamentos con
chozas permanentes , hechas de postes y ramas.
Algunas veces se reunían, grupos de unidades familiares, para formar aldeas
temporarias mientras explotaban y desmontaban otro inaccesible sector de selva ,
volviendo a la aldea madre cuando el ciclo de la 'milpa' había finalizado.

Los mayas tenían un modo de vida móvil: llevaban solo algunas cosas -vasos de
cerámica, sus herramientas preferidas, esteras y el resto podía ingeniárselas para
conseguirlo con lo que encontraba a su alrededor. A causa de hambrunas o de los
desastres de la guerra, comunidades enteras se fragmentaban en la selva para
reagruparse nuevamente cuando la crisis había pasado.

Yucatán parece haber carecido de mercados locales. Los conquistadores, no registran


ninguno.
La península carecía de la diversidad ecológica de México Central, y el intercambio mas
importante era de sal, miel y pescado.

Existe una clara evidencia de una activa preferencia por la vida colectiva. Mientras
muchos mayas se fueron permanentemente de las zonas controladas por los españoles,
muchos eligieron quedarse y permanecer en comunidades muy expuestas y por lo
tanto vulnerables.
La mayoría de los mayas viven en casas en las que residen varias generaciones , padres
e hijos, casados y solteros y es ese grupo deparientes masculinos los que componen el
equipo de trabajo en las 'milpas'.

Por largos períodos el grupo se refuerza con un llegado de afuera: un hombre joven que
cumple todo el año el servicio por la novia y reside en la casa de su suegro. La novia se
busca entre las muchachas del propio pueblo, y el matrimonio liga las unidades
domésticas en colectividades más amplias. Los lazos entre los matrimonios familiares
son fuertes. La esposa tiene, por lo menos su primer hijo durante el periodo de servicio
del novio y con toda seguridad en la casa de sus padres. Cuando se muda con la gente
de su marido llevando aún más hijos, ella ya tiene su reputación como esposa y madre
ya establecida.
La familia podía elegir salir a visitar a sus parientes incluso en días de trabajo.
Las tareas de la mujer eran múltiples: tejiendo telas de algodón de piel de conejo,
moldeando arcilla, moliendo maíz, buscando agua.

Durante la conquista, los frailes a cargo del programa de reasentamiento adoptaron


severas medidas, para mantener a los mayas en sus nuevos pueblos, quemando los
viejos , destrozando las colmenas, destruyendo los frutales. Pero la gente volvía ,
obstinada en su adecuación a determinados lugares.

El más modesto de los pueblos tenía su templo, elevado sobre una plataforma,
flanqueado por los almacenes donde se guardaban las máscaras, plumas, flautas y
tambores que se exhibían en las funciones que tenían lugar en el amplio patio.

Los jóvenes del pueblo vivían juntos en las grandes casas de los guerreros desde la
pubertad hasta su casamiento. Aprendiendo ante la estricta mirada del anciano de alto
rango dueño de casa, la velocidad y fuerza para manejar las armas, los cantos y las
danzas que convertían en un hombre a los mayas.

La casa del jefe del pueblo, era un edificio más público que privado. Su patio a veces
era el lugar donde se impartía justicia y donde se celebraban los festines durante los
cuales a la vez se fraguaba y se celebraba

A las mujeres viejas, que ya habían pasado su período de menopausia, les era permitido
entrar a los oscuros templos para bailar delante de los dioses. Ellas estaban excluidas de
las ceremonias de penitencia con derramamiento de sangre, la sangre de las mujeres
maduras era inaceptable para los dioses, pero ellas podían ayunar y orar, y durante los
festines, ellas también gustaban de la comida y la bebida y bailaban, aunque
separadamente de los hombres. Los señores de las provincias importantes eran
responsables del mantenimiento de elencos de comediantes profesionales
cuyas actuaciones públicas eran el deleite de la gente del pueblo.

Los mayas parecen haber tenido cierta predilección por lo que nosotros
llamaríamos la comedia liviana y las sátiras. Los actores, actuaban bajo la
protección de una deidad particular. El festival de los dioses era celebrado
anualmente en Mani, con cinco días de danzas y actuaciones .
Los mayas eran muy económicos en los intercambios de bienes, de la producción
doméstica. Si los señores tenían sus tierras en las áreas mas favorecidas para hacer sus
'milpas', esas tierras en su mayoría no eran trabajadas por la gente local sino por los
cautivos de guerra. El manejo doméstico de las casas de los señores estaba sostenido por
el trabajo de las mujeres esclavas y de las concubinas.

La administración de la vida en una ciudad cabecera de provincia, descansaba en el


tributo que era enviado a esa ciudad cabecera por otros pueblos, en maíz, carne de caza,
algodón, esclavos y una cuota de hombres de guerra que quedaban desocupados
cuando el ciclo del maíz se los permitía.

Lo sagrado no era exclusivo de los sacerdotes, por ejemplo, el hombre elegido cada tres
años como 'nacom', o capitám de guerra, practicaba rigurosamente la abstinencia sexual
por todo ese período y todos lo trataban con extrema reverencia. Pero el conocimiento,
que era la especialidad de los sacerdotes, era muy valorado.

Los mayas consideraban al mundo como un cuadrilátero. En cada uno de los puntos
cardinales un dios "Sostenedor del Cielo" mantenía su correspondiente cuarta parte del
mundo. Cada dirección estaba identificada con un color -rojo para el este, blanco para el
norte, negro para el oeste y amarillo para el sur-y poseía sus propias deidades del viento
y la lluvia. En cada esquina del mundo crecía un árbol, del apropiado color de esa
dirección, mientras que en el centro, o Quinta Dirección, se elevaba el gran árbol verde
de seda y algodón, el árbol del Mundo, cuyas ramas horadaba el nivel treceavo de los
cielos. Debajo del mundo se encontraban los nueve niveles del 'Mundo Subterraneo', un
frío, desierto y oscuro lugar, donde todos los mayas estaban destinados a vagar
eternamente, menos aquellos cuya afortunada forma de morir -en la guerra, al nacer o en
el sacrificio- los exceptuaba.
Alrededor de este mundo de cuatro esquinas se movía la eternamente cambiante
procesión de las deidades del tiempo, las cuales, para los mayas, constituían "El
Tiempo". La unidad mas pequeña era el día, medido por el amanecer y la puesta del sol.

El principal calendario sagrado, usado para la adivinación y la pronosticación, estaba


basado en un ciclo de veinte días, cada uno con su nombre, que interactuando con un
número de ciclos de uno a trece formaban un ciclo mayor de 260 días conocido como el
"Círculo Sagrado" (había también una semana de nueve noches, cuyo significado
desconocemos).

El año solar conformaba otro calendario, que consistía en 18 meses de 20 días,


designados 'tun'. A lo largo de estos 18 meses, el mes decimonoveno tenía cinco días sin
nombre , nefastos y peligrosos, los días 'Uayeb'. En esta estructura, cuatro de los 20 días
con nombre de cada 'tun' podían iniciar 'un nuevo año', estos eran designados "Días
Portadores", y la influencia particular de cada día portador se hacía sentir durante todo
el ciclo. Durante los días 'uayeb', los dioses estaban detenidos.

Sus técnicas para medir períodos largos de tiempo son importantes. Veinte 'tun'
equivalen a un “katun”, o 7.200 días, y un período de treinta “katunes” se identificaba
con el nombre y número particular del día con el cual terminaba.

Los nombres y números se identificaban con la influencia de un dios, cada particular


porción de tiempo, cada 'katun', era identificado con determinados acontecimientos, que
podían volver a ocurrir con el advenimiento del mismo 'katun'. Por lo tanto historia era
simultáneamente profecía, profecía se convertía en historia. El futuro está fijado y puede
ser 'leído' por quienes tienen la habilidad para hacerlo.

Sólo los sacerdotes podían indicar el día de las cazas comunales, o la inclinación de los
tallos de las mazorcas que debían ponerse a secar para salvar la cosecha de la
putrefacción por causa de lluvias tardías. Para las grandes decisiones de las que
dependía la sobreviviencia del grupo, la consulta al sacerdote que conocía el calendario
era esencial.

Las tareas específicas de los sacerdotes no las realizaban en secreto sino bajo la mirada
y la compañía de la gente del pueblo. Cuando se producía una calamidad los sacerdotes
eran quienes caminaban cantando a través de las ardientes ascuas, o quienes conducían
las danzas que daban marco a la muerte de una víctima humana. Aunque el hombre de
la calle, no estuviera enterado de las complejidades del panteón maya o se sintiera
desconcertado por las múltiples permutaciones de los calendarios, se sentía seguro
sabiendo que el conocimiento de los sacerdotes y el esplendor de los señores, eran
indispensables para el ordenado funcionamiento de la vida humana.

Los mercaderes aztecas, estaban placenteramente impacientes por la miel, la cera y los
suntuosos tejidos de la península, el jade, las plumas, etc. La piel de jaguar como
pulseras, brazaletes y tobilleras, evocaban al mismo tiempo el peligro y la destreza en la
caza, el triunfo del matador.

Los grandes murales de Bonampak, bien al sur de la península, del Periodo Clásico, nos
permiten tener una visión de su arte.

La guerra entre las provincias se encendía bien en el interior del territorio enemigo en
forma de rapiñas o emboscadas. Esos acontecimientos eran memorizados en las
canciones, orejeras o tatuajes que señalaban a un hombre en su condición de guerrero.
Los nobles cautivos eran sacrificados, el resto, hombres, mujeres y niños, eran
esclavizados y los hombres frecuentemente vendidos en el exterior. Las Guerras que
desvastaron a la península en el período de la retirada de los españoles entre 1535 y
1540, se precipitaron por el asesinato en la ciudad de Cocom de todos los miembros de
la embajada de Xiu -en ruta para hacer una ofrenda en el Sagrado Cenote de Chichen
Itza- por parte de Ñachi Cocom.

Montejo, que estaba familiarizado con la diversidad lingüística y política de las islas y
de México, se asombraba de encontrar tantas divisiones entre gente que hablaba la
misma lengua , pero fué esa lengua compartida la que estructuró el crónico atomismo
que los españoles encontraron tan confuso.
La gente de la península se definía a si misma en términos de una serie de invasiones.
Parece que en algún momento hacia el fin del siglo X, Yucatán fue conquistada por uno
o varios grupos de intrusos de origen mexicano. Ellos se llamaban a si mismos “Itza”
y estaban liderados por el capitán Kukulkan, La Serpiente Emplumada. Ellos
establecieron su gobierno en Chichen Itza, el 'pozo de los Itza'. Chichen Itza fué
eclipsada en el siglo XIII por la nueva ciudad de Mayapan, "El estandarte de los
Mayas", donde los jefes nativos, los Itza aculturados y otros grupos menores de origen
mexicano liderados por los linages de Canul y Xiu, trataron de vivir en armonía bajo el
sabio gobierno (por lo menos en sus propios registros) de Cocom.
El movimiento de gente dentro y alrededor de la península, la ambigüedad del registro
arqueológico y los furiosos partidismos entre los linages nobles en el momento de
contacto, excluyen un juicio definitivo, pero nos parece que lo que estaba sucediendo
era el reclamo en torno a la doble legitimidad, basada al mismo tiempo en los señores
autóctonos y el brillo que los extrangeros habían logrado con la conquista. Lo que es
claro es que Mayapan es recordado como un lugar de armonía , donde los jefes y
señores de diferentes linages vivían juntos dentro de las múralas de la ciudad entre
rituales, fiestas y cacerías, mientras que la gente del pueblo trabajaban en sus aldeas
dispersas para sostener este ejemplar centro. Entonces, alrededor de 1460, todo terminó
con el asesinato de Cocom y de la mayoría de sus hijos liderado por Xiu. Los señores se
retiraron a sus respectivas provincias y el tiempo de la guerra retornó'.

El nivel de organización posterior a la diáspora resulta un punto problemático, pero sin


duda existieron arreglos entre algunas de las provincias. El linage dominante proveía el
'halac uinic' , la cabeza de la jefatura hereditaria de la provincia, y los jefes de los
pueblos dependientes, 'los batabob' (o 'caciques' como los llamaban los
españoles),procedían del linaje principal o de algún linaje asociado. Así, los Chels
gobernaban en Ah Kin Chel, los Cocom en Sotuta, los Xiu en Mani, etc.

Los libros pintados registraban guerras junto con inundaciones, plagas, huracanes y
hambrunas: una gran sequía "cuando las pezuñas de los animales ardían, cuando la
playa quemaba, un mar de miserias" fué la manifestación y corolario de un cambio de
jefatura.
Cada linage gobernante ensalzaba su historia, encerrándola, junto con otros cuidadosos
registros del movimiento de las estrellas y el pulso de los grandes vientos, en los libros
pintados que ellos se llevaron cuando se fueron de Mayapan. Estas historias son valiosas
no por la celebración de hechos o héroes particulares, sino por lo que esas acciones
significan en relación con el status del linage .
A lo largo de todo el período colonial cada ciudad guardó su particular historia en sus
"Libros del Chilam Balam".

Los que compartían el mismo patronímico se veían a sí mismos como miembros de la


misma familia, evitaban los matrimonios y reconocían mutuas obligaciones. Cada
hombre y mujer trazaban su ascendencia por doble línea, cada niño incorporaba el
patronímico de su madre, su “naal” o nombre femenino a su propio nombre (como en el
caso de 'Na Chi' Cocom). Sabemos que muchos patronímicos eran nombres derivados
de plantas, animales o insectos y que la enrredada diversidad de representaciones eran
casi seguramente linages divinos. A pesar de sus divisiones, la sociedad maya era
resistente. Aunque no se podía trasponer la línea entre plebeyos y nobles, cada uno
estaba unido al otro por múltiples lazos, firmemente anudados y casi imposibles de
romper.
Entre las criaturas no humanas, los mayas tenían predilección por las abejas, a causa de
su vulnerabilidad y por su simbólica similitud con los hombres a causa de la ordenada
armonía de la colmena, la visión idealizada de la comunidad. Las abejas tenían su
propio dios, Los Bacabs, los Atlas que sostenían las cuatro esquinas del mundo maya ,
eran sus patrones especiales . Todos los dioses se deleitaban con el 'balche' la bebida
obtenida de la miel, asi como también los hombres para quienes era una bebida
sagrada .
La identificación entre el hombre y el vegetal aparece respecto del maíz, la planta
de la cual dependía el hombre.
Los mayas admiraban un particular estilo de belleza facial, en el que la frente se
continuaba dibujando una curva desde la nariz en una línea continua. El efecto se
conseguía a costa de algo de sufrimiento, la cabeza de los niños recién nacidos era
comprimida entre dos tablas donde los tiernos huesos del cráneo eran más maleables.
Esto se acentuaba en los rituales por los tocados , apreciados con las erguidas verdes
plumas de quetzal. Por lo tanto, la belleza humana imitaba la elegante curva de la
mazorca del maíz y el exhuberante mechón de sus largas hojas. Este hombre-maíz esta'
representado en su más exquisita forma en la imagen del joven dios del maíz, noble,
hermoso y tan completamente dependiente del hombre para su existencia como era el
hombre dependiente del maíz para la suya. Después de la conguista, los mayas tomaron
un nombre prestado de los españoles para el maíz, lo llamaron "Sagrada Gracia", esa
por la cual ellos vivían.

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