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Dependencia emocional en la pareja

Es del tipo más común de dependencia emocional y es propio de las personas que cargan
grandes inseguridades. No tienen claro que son capaces de hacer y que no. De hecho, se
suponen que son muy desvalidos. Por lo tanto, necesitan un apoyo para vivir y ese apoyo
seria su pareja. Esta se convierte en su escudo protector contra el sufrimiento o el miedo.
Por eso se desarrolla un fuerte apego hacia ella. puede estar causada por problemas de
autoestima. De esta forma, alguien que se quiere poco a sí mismo pone su valor en el
amor que recibe por parte de otra persona, como si necesitase ser salvada por alguien
externo. Es decir, en cierto modo, se coloca en el rol de víctima indefensa ante la vida.
Conviene recordar que para estar bien junto a otra persona, previamente, es
indispensable estar bien con uno mismo, de lo contrario, ante una posible ruptura, la
persona puede caer en el vacío existencial más absoluto.

El dependiente tiene tanto miedo de perder a su pareja, que puede desarrollar


comportamientos muy nocivos. Entre ellos cabe destacar los celos excesivos o la
sumisión sin límite. Así, la dependencia deteriora la relación en lugar de hacerla mas
fuerte
Sin embargo, la dependencia surge del miedo a no valer suficiente, no poder vivir solo,
estar incompleto, morir si el otro se va... Este apego patológico crea relaciones
desequilibradas, conflictivas o superficiales en las que no es posible desarrollar el
potencial personal creativo. "A veces, aunque menos conocido, una persona dependiente
se muestra segura, pero, en realidad, bajo esa -falsa- apariencia de seguridad, es incapaz
de sentir amor e intimidad, de relacionarse desde un plano de igualdad con el otro",
 El dependiente intentará volver una y mil veces con su expareja, de la misma
manera que el drogadicto se las ingenia para obtener la sustancia y volver a consumir.
Esta dinámica conduce a una situación de círculo vicioso, puesto que el desprecio de la
dominante aumenta, así como disminuye la autoestima y dignidad de la persona
dependiente emocional. La persona que padece este tipo de dependencia emocional
necesita permanecer en contacto con su pareja, y si el vínculo se rompe del todo, surge
una suerte de síndrome de abstinencia emocional.
Resulta imprescindible iniciar rápidamente la terapia psicológica a fin de conseguir
desvincularse emocionalmente de la pareja. No hacerlo y seguir en dinámicas negativas
puede conllevar consecuencias nefastas, ya que no es raro que del menosprecio se pase
al maltrato psicológico y hasta al maltrato físico en último término. Para evitar entrar en las
dinámicas crecientemente peligrosas.
Tal como ocurre en las diferentes adicciones, el primer paso es que el afectado sea capaz
de reconocer que tiene un problema y decida buscar la manera de solucionarlo. Este
punto es muy difícil: el dependiente logrará encontrar múltiples excusas y justificaciones
para su conducta. Suelen ser del tipo: “Vosotros no lo/la conocéis bien”, “Me quiere
mucho”, “Nadie es perfecto”, “La culpa es mía también”… Es prácticamente imposible
lograr que funcione una terapia que no haya sido requerida por el propio afectado, e igual
que ocurre con las demás adicciones, será necesario una ruptura absoluta con la pareja.
Caracteristicas de dependientes emocionales
Prioridad de la pareja sobre cualquier otra cosa: El dependiente emocional pone a su
relación por encima de todo, incluyéndose a sí mismo, a su trabajo o a sus hijos en
muchos casos. No tiene que haber nada que se interponga entre el individuo y su pareja,
que dificulte el contacto deseado con ella.
Tendecia a la exclusividad en la relación: En toda relación hay un deseo de
exclusividad en el sentido de que no queremos compartir a nuestra pareja con una tercera
persona. Pero no es sólo esto lo que sucede en la dependencia emocional. Aquí, además,
el dependiente quiere literalmente a su pareja para él solo: todo lo demás molesta, desde
amigos hasta compañeros de trabajo, pasando por los hijos. 
Idealización de la pareja: El otro se convierte con el tiempo en alguien sobrevalorado,
eso si no lo ha sido desde el principio por tener un perfil determinado de endiosamiento o
de lejanía hacia los demás. No hay nadie como esa persona.
Sumisión hacia la pareja: La consecuencia lógica de priorizar a la relación sobre
cualquier otra cosa o de idealizar a la pareja, es que el trato hacia ella va a ser de
subordinación, es decir, “de abajo a arriba”, como si alguien muy bajito se dirigiera a un
gigante al cual necesita. 
Panico ante el abandono o Rechazo de la pareja:
Síndrome de abstinencia”, llamado así por analogía a las adicciones a las drogas. Este
bien llamado síndrome supone realmente el padecimiento de un trastorno mental que
variará según la persona y según la intensidad, pero que de manera habitual es un
trastorno depresivo mayor con ideas obsesivas, o, dicho en otras palabras, una depresión
muy fuerte con pensamientos repetidos y angustiosos en torno la relación perdida y todo
lo que ello conlleva: recuerdos, planes para reanudar la pareja, remordimientos por
supuestos errores cometidos, etc.

El golpe psicológico es tan brutal que no sólo hay una inmensa tristeza, sino que además
habitualmente se sufren síntomas de ansiedad intensos que impiden la concentración y
que se traducen en molestias físicas o sensaciones muy desagradables, y también en
pensamientos sobre el poco sentido que tiene la vida que pueden derivar en ideas
suicidas.
Baja autoestima:
La baja autoestima del dependiente y sus constantes inseguridades en las que no se tiene
amor propio, causan la necesidad de tener un ser protector en su vida, en este caso su
pareja
Busqueda de pareja con un perfil determinado
El tipo de persona que suele preferir el dependiente emocional, al que llamaré “objeto” ,
es normalmente alguien engreído, distante afectivamente, egocéntrico, y a veces hostil,
posesivo o conflictivo. También hay un perfil habitual y es  de la persona con problemas,
con un fondo importante de vulnerabilidad o fragilidad emocional con el que el
dependiente se identifica, produciéndose igualmente una relación desequilibrada con ella
por la que  se intenta cuidar y controlar a  dicha persona, mientras que ella, en muchas
ocasiones, se aprovecha de ese comportamiento sumiso y atiende sólo a intereses
egoístas o también afectivamente enfermizos
¿Qué hacer?

 Reconocer tu dependencia emocional


 Ayuda profesional
 Buscar motivaciones externas
 No dejar de lado tus amistades
 Tomar tus propias decisiones
 Potenciar tu autonomía: Hacer las cosas por ti mismo, no necesitas al alguien al
lado
 Reconocer tu dependencia emocional
 No olvidar que el amor es libertad, el amor sano es aquel que ayuda a la otra
persona a crecer. Por ello, ayuda a tu pareja a ser mejor cada día

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