Está en la página 1de 5

“ Mujeres de Bandera”

ACTO I

Madrugada de 5 de junio

(Se escuchan bombas y disparos. José sale del cuarto con una pequeña bolsa, le sigue Cármen
presurosa. Está angustiada.)

Cármen: Por favor, no lo hagas. He oído que los chilenos son muy violentos. Mejor marchémonos.
Podemos darle dinero a alguien y que nos saque de aquí.

José Martín: ¿Cómo podría hacer eso , Carmen?. Ahora es cuando nuestro país nos necesita. No hay
noticias del presidente Pardo y faltan hombres en el frente de batalla.

( Se escuchan más bombas a lo lejos. Cármen se sobresalta. Aparece Inés que ha sido despertada
por las explosiones)

María Inés: ¡Dios mio! ¡Cuando va acabar esto! ¡Ya no lo soporto más! ( Se percata d su hermana y
su cuñado) ¿Qué pasa, José? ¿Porque estás saliendo a estas horas?

Carmen: José va a ir a pelear...

María Inés: ¿Piensas dejar a mi hermana?. Ella está esperando un hijo tuyo.

(En ese instante tocan la puerta de la casa. Aparece Carlos. Entra rápidamente como queriendo no
ser visto. Inés al ver a Carlos se sorprende)

Juan Carlos: ( a José) Ya es hora. Nos están esperando.

María Inés: ¡Carlos tú también!

Carlos: María Ines, Es como tiene que ser ...

María Inés: ¡Nos ibamos a casar mañana!

Juan Carlos: Lo siento, querida, pero no puede haber matrimonio en estas circunstancias...

Inés: No estaba esperando una gran ceremonia. Sólo casarme en el jardín de mi casa. Que nos
bendiga un cura. ¡Es suficiente!

Juan Carlos: Nosotros podemos esperar. Nuestra patria no.

María Inés: ¡Déjalo para los soldados!. ¡Ustedes no son soldados!

Juan Carlos: Sómos peruanos. Es suficiente.

( María Ines llora. Carlos la abraza)

José Martín : (A Carmen que está llorando): Prefiero que mi hijo sepa que su padre fue un valiente.

Juan Carlos: : Los Chilenos se están acercando. Pero no se preocupen. José y yo conseguimos hablar
con unos hombres que están preparando una huida. Emperatriz ya sabe quienes son, ya le di
instrucciones . Preparen todo y alístense. Lleven dinero por si los chilenos las detienen. Las sacarán a
ustedes al amanecer.
José Martín : Toma ( Le da una carta) Ya he conversado con un terrateniente que las hospedará en
un lugar seguro. Quédense ahí y por favor, no vallan por mar a Lima. No tengo noticias muy
favorables de nuestro ejército. Si los chilenos ganan la guerra, tomarán el puerto del Callao. ( se
acerca a Carmen) Te amo... Cuídalo. (toca la barriga de Carmen)

Juan Carlos ( Se acerca a María Inés besa sus manos) Te amo. ( María Ines está enojada. No
responde)

( José Martín abraza María Inés. Le da un beso. Sale Juan Carlos y José Martín . Carmen e Inés
aterradas, lloran. AL fondo, sonido de bombas)

*************

( María Ines doblando ropa termina y entra al cuarto. A parece Carmen que se acerca al mueble del
comedor. Abre el cajón y saca una caja con cubiertos de plata. Abre la caja. La observa Aparece la
negra Filomena que la mira de lejos)

Filomena: Sólo lleve lo necesario, señora Carmen....

Carmen: Mira.... ( le muestra los cubiertos de plata) Mi padre le compró esto a mi madre cuando
abrió su empresa salitrera en Tarapacá. El era uno de las pocos peruanos dueño de una salitrera. Le
costo mucho trabajo. En ese tiempo todos ponían su mirada en el guano. Pero papá sabía que en
algún momento el salitre sería necesario. No se equivocó. Encima de eso, tuvo que competir con
empresas extranjeras que pusieron su mirada en el salitre. Competir con ellos no fue nada fácil. Pero
mi padre fue muy perseverante, trabajó arduamente, y lo logró... En la vida debemos de empacar
nuestras victorias, aunque pareciera que nos la arrebatan. Porque si no empacamos nuestra historia
¿qué semilla tendremos para construir una mejor después?

( Filomena se acerca y toma la caja de cubiertos)

Filomena: Siempre hay rendijas en las maletas donde caben nuestras victorias...

Carmen: (Sonrie): Gracias....

( En ese momento tocan la puerta)

Carmen: ¿Ya llegaron? Tan rápido..

Filomena: Abriré

Carmen: No, termina de empacar las cosas. Y avísale a mi hermana. Yo abriré.

( Filomena sale. Carmen abre la puerta. Aparece Rosalía)

Carmén: Señora Rosalía. ¿Qué hace usted aquí, sola. A estas horas?

Rosalía: DIsculpe la que la moleste. No vendría aquí si no fuera importante.

( Carmen la invita a tomar asiento)

Carmen: Antes que me diga algo. Quiero darle mis condolencias por su esposo. Me enteré que se
enfrentó en el campo de batalla como todo un valiente y será recordado como tal.

Rosalía: Muchas Gracias. Siempre será un orgullo darnos a la patria. ¿Y su esposo?


Carmen: ( silencio) Comportándose como todo un héroe. Se fue con las tropas a defender Arica

Rosalía : Que orgullo debe ser para usted tener un esposo tan valiente. Ya saben lo que dice: Detrás
de un gran hombre siempre hay una gran mujer. Y no me quepa la duda que así sea. ( En ese
momento aparece María Inés. Al ver a Rosalía, se esconde escuchando la conversación) Las mujeres
ahora más que nunca debemos apoyar a nuestros esposos en la guerra. El espíritu patriótico
también tiene alma femenina , Señora Carmen. Somos nosotras los que parimos peruanos. Y damos
a luz a nuestros futuros guerreros.

Carmen: Dígame, he escuchado lo que usted está haciendo por la guerra. La felicito. Es muy valiente
de su parte.

Rosalía: Gracias. Pero no solamente yo, Señora Carmen. Muchas mujeres también se han unido a
esta causa. En la sierra las rabonas acompañan a sus maridos a la guerra. Ellas están en medio de los
bombazos y los tiroteos. Están ahí para darles de comer a sus maridos y curarlos de sus heridas.
Algunas valientemente tomas las armas para recargar los fusiles de sus esposos.

Carmen: Escuché acerca de una mujer que peleó en la Batalla de San Francisco. Su identidad es
desconocida. Dicen que lucho cuerpo a cuerpo con los chilenos.

Rosalía: Es verdad. Se hizo llamar Dolores. Guardó reserva de su identidad para que nadie la
descubriera. Su esposo era sargento en la lucha. Al caer herido mortalmente ella decidió tomar su
lugar. Tomo los cañones y se enfrentó cuerpo a cuerpo con los soldados. Luchó en Tarapacá.
Lamentablemente fue herida en el brazo y murió antes de llegar a Arica.

Carmen: Una gran mujer...

Rosalía: No sólo eso. Allá en Lima se han formado comités de mujeres para apoyar a los soldados en
la guerra.

Carmen: Y a qué viene todo esto.

Rosalía: Vengo a invitarla a que sea parte de la resistencia femenina, Señora Carmen. Enarbole la
Bandera Peruana.

( Aparece Rosa Inés)

María Inés: !Mi hermana no será parte de ninguna resistencia!. Disculpe señora Rosalía, pero mi
hermana está imposibilitada.

Carmen: Estoy embarazada...

Rosalía: ¡Santo Dios!

María Inés: Nos iremos de aquí dentro de unas horas.

Rosalía: ¿Cómo así? Las tropas chilenas están avanzado.

María Inés: Afortunadamente el dinero del salitre y el cuidado de nuestros esposo nos proveyeron
de una solución.

Rosalía. ¿ Esposo? La felicito. ¿Se llegó a casar?

(María Inés en silencio)

Carmen: Aún no. Nuestros compañeros partieron para la guerra.


Rosalía: Cuanto lo lamento. Deben sentirse orgullosas . Su novio y su esposo son ejemplares

María Inés: No me parece nada ejemplar una guerra, señora Rosalía. Sólo ocasiona más pérdidas.
Además ¿Para qué luchar cuando nuestros propios gobernadores, nos abandonan yéndose a Europa
con el tesoro peruano y dejan a nuestros ejercitos a su suerte?

Rosalía: ¡Por eso mismo! Tampoco nosotras debemos darles la espalda...

Carmen: ¿Qué es lo que desea de nosotras señora Rosalía?.

Rosalía: Nos hemos quedado sin armas. Afortunadamente y gracias a mis influencias. Conseguí que
un comandante ingles nos ayude a transportar armas desde Panamá hasta Perú. Durante todo el
tiempo de guerra he estado aportando con mis recursos económicos a las necesidades que han
existido. Logré pagar una parte del costo de aquellas armas, pero me he quedado sin presupuesto.
Las armas ya están aquí y hoy mismo tengo que completar el pago, si no el ejército se quedará sin
armas.

( Aparece Filomena)

Filomena: Señora, Señorita. Ya llegaron por nosotras.

María Inés: Lo siento Rosalía. Nos vamos.

Carmen: Filomena, quiero que me traigas el sobre que está en mi maleta y los cubiertos de plata.
¡Rápido!

Maria Inés: ( A Carmen) ¿Qué estás haciendo? ¡Sin ese dinero No lograremos escapar!

Carmen: Todavía quedan las joyas de mamá. Eso servirá.

María Inés: ( a Rosalia) Sabes muy bien que no tendremos posibilidades de ganar esta guerra.
Perdimos al Huascar en la batalla de Angamos y en las batalla de Los Ángeles y la del Alto de la
Alianza , el ejército Chileno nos derrotó. Bolivia se ha retirado de la guerra y los chilenos nos han
dejado incomunicados con Arequipa.

( Entra Filomena con el sobre y la caja con los cubiertos de plata. Se lo entrega a Carmen)

Carmen: Tome Rosalía, espero que esto pueda ayudarle. ( Le entrega las cosas)

Rosalía: Que Dios y la patria se lo pague. Viva el Perú.

Carmen: Viva el Perú..

(Sale Rosalía)

María Inés ( indignada): ¿Qué estás haciendo?

Carmen: Filomena, dile a los señores que pueden irse sin mi.

María Inés: ¡ Te quedas?!

Carmen: Hermana, si quieres puedes irte. No puedo dejar que todo aquello que le costó construir a
mi padre como a muchos peruanos, se lo arrebaten tan fácilmente.

( Aparece Filomena con las maletas)

Filomena: Señorita María Inés, los hombres nos apuran. Tenemos que salir.
María Inés: Filomena.... puedes irte si deseas.

Filomena: ¡Pero señorita, ¿ustedes también? ¡He escuchado que los Chilenos violan a las mujeres
hermosas como ustedes y si se resisten, les cortan los senos!.

María Inés: ¡Vete!

( Filomena las mira asusta. Se va . Maria Inés y Carmen en sala. Silencio. María Inés camina
aterrada. Se sienta en el sofá)

María Inés: Hermana....

Carmen: Aun soy virgen.....

También podría gustarte