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Guía de Aprendizaje

Tema: La Edad Media

I.- Conceptualización de la Edad Media

Se conoce como Edad Media a aquel período de la historia de Europa que se


extendió desde la caída del Imperio Romano de Occidente en el Siglo V, hasta el siglo XV,
cuando el Renacimiento empezó a proponer no solamente otro panorama político, sino
también económico que sería fundamental en el futuro próximo y en la nueva disposición
clasista. Esta concepción altamente positiva sobre lo que trajo la Edad Media al mundo es
bastante actual, ya que en realidad tradicionalmente, muchos estudios y estudiosos de la historia
han sabido concebirla como aquel período histórico más que nada de transición, que se caracterizó
por su estancamiento cultural, quedando atrapado entre la magnificencia de la antigüedad y la
riqueza que trajo aparejado el Renacimiento.

Generalmente se divide a la
Edad media en tres etapas o
épocas. La etapa iniciática, la
alta Edad media y la Baja
Edad media. En la etapa inicial
no se destacó una forma de
gobierno, sino más bien eran
pequeños reinos los que se
encargarían de la
administración política,
económica, a través del
arrendamiento de pequeñas
parcelas de tierra a los
campesinos y de la pertinente
administración de justicia. En
tanto, la única institución que
conservaría su carácter de
universal sería la Iglesia
gracias a los obispos que se
encontraban en las distintas regiones. Respecto del legado cultural que dejó esta primera etapa
nos encontramos con que preeminentemente se conservó y sistematizó el conocimiento del
pasado copiándose las obras de los autores clásicos.

En tanto, sería en la Alta Edad Media cuando se empezaría a vislumbrar una nueva actividad
económica que enriquecería a otra parte de la población y también una actividad cultural que ya no
miraba tan recurrentemente al pasado, sino que se convertiría en protagonista per ser de la etapa
con un nuevo despertar literario, la fundación de universidades y otras escuelas educativas, así
como con las primeras graduaciones en carreras como el derecho, la medicina y la teología.

La única coincidencia con la etapa anterior seguirá siendo la importante presencia de la Iglesia,
ahora un poco más extendida y con el Papa de turno en lo más alto de la autoridad en la misma.
Y finalmente la última etapa, la Baja Edad Media, pondrá un punto final a la unidad alcanzada en
la etapa anterior y será algo así como el prólogo del estado moderno que estaba por venir, en el
cual la Iglesia perdería terreno frente a las nuevas inquietudes políticas y donde empezarían a
gestarse las primeras disidencias que luego desembocarían en las pertinentes reformas
protestantes.

II. Claves de la Edad Media: elementos de continuidad y cambio

En las últimas décadas del siglo V, el panorama que ofrecía el mundo romano difería mucho de su
época de esplendor: como ya vimos, el invencible Imperio había sufrido la invasión de distintos
pueblos germanos y su territorio se había desmembrado. En este contexto, el colapso del Imperio
de Occidente abrió el escenario para que Europa occidental experimentara nuevos y profundos
cambios.

En el territorio romano se desarrollaron nuevos reinos que adoptaron diversos aspectos de la


cultura grecorromana y del cristianismo y los fusionaron con la tradición cultural germana. Al
mismo tiempo, el mundo occidental entró en contacto con otras culturas, como la musulmana, que
influyó especialmente en ámbitos como la ciencia, el arte o la actividad comercial. De la fusión de
todas estas matrices culturales nació la cultura europea occidental, que se difundió a
América y a gran parte del mundo en los siglos posteriores.

Uno de los rasgos que más dio unidad a la Europa medieval fue el cristianismo. Desde que el
cristianismo se adoptó como religión oficial de Roma, comenzó un largo proceso de difusión de su
doctrina y de creación de una institucionalidad -la Iglesia Católica- que desempeñó un rol
fundamental en los más diversos ámbitos de la vida medieval. La cultura en esta época estuvo
profundamente vinculada al mundo cristiano y la creación artística e intelectual buscó
armonizar la fe y la razón, recogiendo la tradición de la filosofía clásica. Al mismo tiempo, la
Iglesia tuvo un rol fundamental en la vida política de los reinos cristianos. De hecho, los reyes
medievales debieron gobernar con el contrapeso de la Iglesia y de poderosos señores que
controlaban importantes extensiones de tierras, y solo a fines de la Edad Media los monarcas
lograron fortalecer su autoridad.

1. Identifica los elementos culturales que originaron el mundo occidental.

El escenario geográfico de la Edad Media

Si bien en el medioevo no existió una unidad territorial y política que aglutinara al mundo occidental, como lo
fue el Imperio Romano, la idea de imperio mantuvo su fuerza, existiendo distintos intentos por revivir el
antiguo poderío de Roma. Destacaron entre ellos el Imperio Bizantino, heredero directo de Imperio
Romano de Oriente, el Imperio Carolingio, que unificó a gran parte de Europa occidental a comienzos
del siglo IX, y el Sacro Imperio Romano Germánico, que alcanzó su máximo esplendor en el siglo X.

Si bien el poder político estaba fragmentado en diferentes reinos, algunos enemigos entre sí, durante la Edad
Media hubo un elemento que dio unidad cultural y espacial a occidente la religión católica. Los reinos
de Europa occidental integraban la cristiandad y sus límites territoriales se distinguían claramente de los reinos
cristianos ortodoxos de Bizancio y Europa oriental y de los dominios musulmanes del norte de África y la
península Ibérica.El mundo europeo comenzó a adquirir en la Edad Media alguna de sus principales
características actuales. Estados como Francia o Inglaterra, surgieron de los reinos medievales: otros como
España definieron en la etapa medieval muchos de los rasgos de su identidad cultural.

2. ¿Cuáles fueron los distintos imperios que intentaron revivir el antiguo poderío de Roma? ¿Porqué?

 Los Reinos Germanos y el Imperio Carolingio

Los Reinos Germanos

Los germanos, llamados "bárbaros" por los romanos, fueron pueblos seminómadas, dedicados a la
ganadería y a la agricultura. Acostumbrados a luchar para ganar sus territorios tenían en gran estima los
valores militares. Su organización social se basaba en los linajes familiares y en los lazos de lealtad que se
establecían entre los guerreros y su jefe militar. A la cabeza de la organización política de los germanos se
encontraba una asamblea integrada por los guerreros. Las leyes se basaban en las costumbres y se
transmitían oralmente de generación en generación.
Desde el siglo III, grupos germanos habían cruzado muchas veces los limes imperiales, a veces de forma
pacífica, otras enfrentándose con las tropas romanas. Con el paso del tiempo, y a medida que se profundizaba
la crisis del Imperio, los germanos fueron incorporándose a la vida de Roma, especialmente a su ejército. A
cambio de su alianza militar, las autoridades romanas les entregaban tierras, acuerdo establecido mediante un
tratado o foedus: Hacia el año 476, cuando el último emperador romano de Occidente fue obligado a abdicar
por el general germano Odoacro, el territorio de Roma ya estaba, en la práctica, dividido entre los distintos
pueblos germanos: los visigodos ocupaban la Hispania: los francos, la Galia; los ostrogodos, Italia: anglos y
sajones, las islas británicas y los vándalos, África.

3. ¿Cuáles fueron los principales pueblos germanos y en qué lugares se localizaban


respectivamente?

Con el paso del tiempo, estas posesiones germanas dieron origen a distintos reinos, que adoptaron para
gobernarse la fórmula de la monarquía hereditaria; el monarca se vinculaba con sus súbditos mediante lazos
de lealtad personal, de tal manera que se debía obediencia a la persona del rey más que al Estado. El círculo
de mayor confianza del rey le brindaba consejo y cumplía labores administrativas y de mantención del
orden en las tierras dominadas. Esta estructura política de los reinos germanos implicó un cambio importante
con la tradición romana, pues significaba dejar de lado tanto las instituciones políticas del Imperio, como la
noción de ciudadanía que había caracterizado el vínculo de los individuos con el Estado en el mundo clásico.

Con el establecimiento de los reinos germánicos se acentuó la ruralización de la economía, por lo que
la tierra se convirtió en la principal fuente de riqueza. Las ciudades, que ya experimentaban un proceso de
decadencia, se volvieron inseguras y fueron víctimas de saqueos y violencia. La mayor parte de la población
urbana se desplazó a los campos, buscando protección y trabajo. De esta forma, la posición social de las
personas pasó a vincularse cada vez más con su relación con la tierra, dividiéndose entre los
terratenientes, dueños de grandes propiedades, y los campesinos, cada vez más atados a la tierra para
sobrevivir.

Los germanos teman arraigados los sentimientos de libertad, justicia y dignidad personal. Creían en Odín o
Wotan, padre de los dioses, de carácter guerrero, que vivía en el paraíso o Walhala, acompañado por dioses
menores, como Freijo, esposa de Odín, señora del amor y de la muerte, y Donar, hijo de ambos, dios del
trueno y la tempestad. El Walhala era un lugar de eternas delicias al que iban aquéllos que en vida habían
tenido un buen comportamiento y los que morían en el curso de la guerra, conducidos por las valkirias, diosas
también guerreras.

Los pueblos germanos mantuvieron también relaciones pacíficas con los pueblos romanizados, ya
que su objetivo principal no era el saqueo, sino obtener tierras para instalarse con sus familias.
Además, sentían gran admiración por la civilización romana. El contacto mutuo durante siglos
permitió que sus culturas se fueran compenetrando en muchos aspectos. Por todo lo anterior
los germanos, al constituir sus reinos, no pretendieron terminar con la civilización romana. No
habrían podido borrar una tradición de miles de años ni tampoco querían hacerlo. Así, los reinos
germano-romanos fueron resultado del encuentro de dos culturas: la de los germanos vencedores
y la de los pueblos romanos y romanizados vencidos. En esta fusión cultural se encuentra el
origen de la civilización europea, ello sumado a la importancia del cristianismo y
consolidación de la Iglesia Católica, se puede afirmar que de todo lo anterior surgirá la
síntesis de las tradiciones grecorromanas, judeo-cristiana y germanas.

La fusión cultural se podía apreciar en los siguientes aspectos:

 Gobierno y administración: los germanos tomaron el poder político y establecieron monarquías, pues el
gobierno quedó en manos del jefe que había logrado consolidarse como rey. Este consideraba al reino como
su propiedad, tenía una corte que lo seguía en sus viajes, y nombraba como duques y condes (títulos romanos)
a guerreros de su confianza para que se hicieran cargo de la defensa y el gobierno de las diferentes regiones.
En la administración, muchas tareas fueron confiadas a quienes habían sido funcionarios del Imperio Romano
por su mayor experiencia, y luego, a miembros de la Iglesia Católica pues dominaban la escritura.

 Justicia: a imitación de los romanos, los reyes germanos se preocuparon de contar con leyes escritas, pero
no hubo una legislación única como en el imperio, ya que cada reino tuvo su código. En cuanto a los códigos y
algunas prácticas judiciales, se puede afirmar que la justicia experimentó un retroceso respecto de la época
romana.
 Religión: las creencias religiosas fueron un punto de división entre ambas culturas hasta que los reyes
germanos y sus pueblos se convirtieron al catolicismo. A fines del siglo V, el rey franco Clodoveo fue
bautizado por el obispo de Reims. Quien recibía el bautismo se convertía en cristiano y se incorporaba a la
comunidad de los fieles, es decir, a la Iglesia Católica. Clodoveo fue el primer rey germano en bautizarse y su
pueblo lo siguió.
La conversión de los francos provocó enorme entusiasmo en la Iglesia., La religión pasó a ser entonces un
factor de unidad. La Iglesia Católica se mantuvo y alcanzó poder y prestigio en los nuevos reinos.

 Idioma: en los reinos en que la población romanizada era mayoritaria, se impuso el latín sobre la lengua
germana. Como lengua culta, se utilizó en los códigos, en los asuntos del gobierno y de la Iglesia. Del latín
vulgar derivarían, más tarde, las lenguas románicas o romances de cada reino. En los territorios menos
romanizados, en cambio, predominaron las lenguas germánicas o sajonas.

 Sociedad: con el transcurso del tiempo, y sobre todo después de que se levantara la prohibición de los
matrimonios entre germanos y romanos, ambos grupos se fueron fusionando, conformando una nueva
sociedad.

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