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UN RESCATE DEL PSICODRAMA

AUTOR: MOYSÉS AGUIAR

TRADUCTOR: ALBOR VIVES REÑONES


REVISIÓN: MARÍA ELENA GARAVELLI
Original:
“TEATRO DA ANARQUIA - UM RESGATE DO PSICODRAMA”- Papirus - São Paulo - 1988
PRÓLOGO
Dalmiro M. Bustos
Cuando Moysés me pidió que escribiera el prólogo de su libro, me dispuse a hacerlo con la
predisposición a favor nacida de una antigua amistad. Desde ese ángulo podría contar sobre los
evidentes valores intelectuales y humanos de un profesional dedicado, honesto, inteligente y
creativo.
Un hombre que ha encontrado en el psicodrama su manera de encarar la enseñanza, la psicoterapia,
y su accionar comunitario. Sin embargo, al adentrarme en el contenido del libro, me di cuenta que
estaba delante de una obra de singular valor.
Para comenzar, mi asombro fue encontrar que Moysés ha leído profundamente la obra de Moreno
(*) cuando, aunque pueda parecer extraño, no son muchos los psicodramatistas que lo hacen,
cayendo en un tecnicismo que naufraga ante los primeros escollos.
Moysés reordena la obra de Moreno, no se detiene ante críticas superficiales, busca comprender al
maestro, profundizar su mundo fascinante, desentrañar sus misterios.
Cualquiera que haya leído a Moreno, sabe que ésta no es una tarea simple. Requiere abrirse al
universo abierto que Moreno propone, dejarse modificar modificándolo, entrar en una
confrontación continua con él.
Ningun lector pasivo puede llegar a comprender el mensaje esencial del genial psiquiatra rumano.
Estos méritos ya serían suficientes, pero hay mucho más.
Los autores en general, cuando abordan un tema teórico, lo hacen de una manera hermética,
racional, donde no entra un estilo definido, facilitador de la lectura.
Hay estilo en esta obra. Hay claridad de conceptos, enmarcados en una fuerte armonía formal.
Para llegar a este resultado, el autor no busca la adjetivación, tan frecuentemente usada para evitar
la aridez de la lectura. Cuenta fluidamente sus conclusiones, compartiendo la intimidad de su
pensamiento, como si estuviéramos conversando.
Así leí este libro, charlando con un autor que me permitía participar activamente en la lectura,
oponerme a algunos conceptos, aceptar otros o quedarme impaciente ante algún criterio que
consideraba faltante.
Lo último que quiero destacar es la presencia de fondo de los aspectos espirituales implícitos en
toda la obra.
Moysés lee a Moreno desde su compenetración con el sustrato trascendente de Moreno. Capta el
profundo sentido religioso de Moreno, evidentemente porque tal vez sea ésa su mayor
identificación con él.
Cierta vez Moreno me contaba cómo se sorprendía cuando leía trabajos o escritos sobre su obra.
Le gustaba y le angustiaba ver cómo su creación se le escapaba de las manos. A él, un peleador por
excelencia, le hubiera gustado decirles que no era eso que quiso decir. No se sentía respetado y le
preocupaban las distorsiones surgidas de la no comprensión de su propuesta.
Cuando yo le preguntaba alguna opinión sobre diversos temas, solía decirme que para encontrar la
respuesta a mi pregunta, bastaba con que hiciera un cambio de roles con él.
Muchas veces he apelado a este método para encontrar respuestas, así, haciendo este cambio de
roles.
Moreno diría que este libro de Moysés merece estar entre los que han comprendido y profundizado
su obra.

(*) Jacob L. Moreno, creador del Psicodrama.

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