Está en la página 1de 15

Unidad 1 / Escenario 1

Lectura fundamental

Elementos comunicativos para


comprender el lugar de la cultura en
la sociedad

Contenido

1 Relación comunicación y sociedad

2 La comunicación y su lugar en la cultura

3 Las prácticas sociales y su sentido cultural

4 Rituales de la comunicación en la vida cotidiana

5 Unidades básicas de análisis

Palabras clave: Estructuralismo, cultura, práctica social, ritualidad, reflexividad


1. Relación comunicación y sociedad
Establecer que la comunicación es parte de la sociedad puede resultar muy obvio, más aún si se
afirma que sin comunicación no hay sociedad. Esto es cierto pues, desde que se ha constituido
la humanidad, la comunicación permitió establecer relaciones y vínculos mediante los cuales se
consolidan creencias, ideas y sentidos sociales. Aquí hay algo más; comunicación y sociedad se
transforman mutuamente, a la par: los cambios que se producen en todo conglomerado humano
están mediados por la comunicación y los cambios de la comunicación van señalando las nuevas
sociedades. Afirmamos que la comunicación va más allá de la simple transmisión de mensajes;
asumir la comunicación como el proceso lineal de emisor-canal-mensaje-canal-receptor, es de por
sí un pensamiento reduccionista, pues limita a una transferencia de códigos y datos asépticos, sin el
potencial del tramado humano que emerge en las relaciones entre sujetos.

La comunicación es entendida desde hace décadas, constructora de sentido social. ¿Qué significa
esto? Que de acuerdo a la forma y modo como nos comunicamos, eso define la sociedad que somos
y la cultura que forja e identifica a sus gentes, quienes construyen y retienen la memoria del contexto
de manera individual y colectiva. Esta noción es estratégica para entender que todos nuestros
órdenes y desórdenes, vínculos, conflictos, salud, enfermedad, empoderamientos y dependencias,
por citar algunas relaciones, todas están mediadas por la forma como nos comunicamos y lo que
comunicamos, así que si alguien pregunta ¿qué sociedad somos? ¿cómo es nuestra cultura?, la
respuesta es "mira cómo nos comunicamos".

Entendemos por sociedad todos los escenarios donde interactúan las personas, desde los estadios
gobernantes hasta los estadios gobernados, pasando instituciones como empresas, organizaciones,
comunidades, ciudades, regiones, países, familias a través de diálogos directos o mediados por
telecomunicaciones e Internet. Es a través de la comunicación como socialmente construimos el
sentido de lo social, es decir, el para qué vivimos en sociedad.

De esta manera, esta primera unidad realizará una aproximación a la relación comunicación-sociedad
desde la cultura, para lo cual es necesario entender qué es eso de cultura y cómo se constituye.
También se mirará cómo las prácticas sociales dan sentido a lo cultural y se constituyen en la unidad
de observación para hacer el respectivo análisis e interpretación. Debemos pedir al estudiante
del Politécnico Grancolombiano que, para adentrarse en este camino relacional, se ubique en el
presente, el aquí y ahora de la vida cotidiana, porque es donde se dan esas prácticas de las cuales son
protagonistas.

POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 2
Citaremos en este ejercicio autores que han marcado una importante pauta en la comunicación.
El profesor Jesús Martín-Barbero, quien ha trabajado la relación vincular comunicación-cultura
desde diversas perspectivas, pero en particular la cultura desmediatizada. Y el profesor Eduardo
Restrepo, quien desde el marco de los estudios culturales nos ayuda a entender cómo observar la
cultura desde una perspectiva transdisciplinar. Otros autores de referencia para esta unidad son los
profesores James Carey, James Craig, Barnett Pearce, entre otros, pero antes, es importante revisar
brevemente cómo se asume la teoría en este curso.

A. El lugar de la teoría

Pensar la relación comunicación-sociedad desde la cultura, implica hacer uso crítico de la teoría,
pues ésta no puede determinar la mirada del estudiante ni debe ser suma de hipótesis para su
comprobación. Es decir, para comprender la sociedad desde la comunicación, la teoría da pistas
de observación y comprensión, pero no son determinantes ni mucho menos excluyentes. La teoría
es solo eso, pistas para comprender. El estudiante, debe utilizar siempre la teoría con sospecha,
generando cuestionamientos y proyectando preguntas que, a la luz del presente, posibiliten ampliar el
conocimiento.

Por ello, no se parte de afirmaciones ni explicaciones. Ante una práctica social por estudiar, no
podemos decir que ya sabemos de qué se trata o por qué las personas se comportan como se
comportan o qué significan dichos comportamientos. El camino es, preguntarnos por las relaciones,
sus incidencias, constructos, lenguajes, papel de los agentes, implicaciones y el sentido social que
éstas producen.

Cómo mejorar...
Para entender la cultura y transformar la realidad…
Si no sentimos el mundo y su presente concreto, no podremos interferir en éste, y esa
sensibilidad surge de la experiencia directa que se torna significativa y que toma un
sentido académico cuando es analizada mediante procesos de investigación. Los nuevos
significados, producto de la observación y análisis de la comunicación en la sociedad,
favorecen nuevas comprensiones, teorías y aportes a un universo de problemáticas que
requieren resolverse en el mundo contemporáneo.

POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 3
La teoría aporta elementos para pensar la sociedad, y un ejemplo de ello está en las teorías
funcionalistas con las que emergieron los estudios de comunicación en el siglo XX. Si bien con éstas se
estructuraron modelos explicativos de los procesos de comunicación, caracterizados por la linealidad
matemática de Emisor-Mensaje-Receptor y todas sus variantes, sirvieron, y aún lo hacen, para pensar
la realidad de esa manera, lineal, simplista y reducida, lo que, en definitiva, los convierte en modelos
cerrados cuando no excluyentes. La idea de "los modelos", ya es una muestra del afán por encerrar
la realidad en unas formas en las que hay una entrada y una salida con tal alcance y fuerza que aún
hoy día se reduce para muchos la comunicación, confundiéndola con procesos de información. La
comunicación implica, socialmente, procesos complejos.

El afán explicativo, ahoga el interés y la necesidad comprensiva de la realidad. El estudiante debe


pausarse, observar, conjeturar, analizar, deducir, concluir y allí sí mostrar comprensiones, en razón que
solo lo que se comprende, tiene posibilidades de transformarse. La teoría debe utilizarse de manera
crítica con fines de comprender y transformar la realidad. Sí la teoría sirve para ello, es útil; de lo
contrario, no.

Comprender la realidad implica construir significados fruto de la experiencia directa con situaciones
concretas donde se dan las prácticas sociales, es decir, allí donde la gente interactúa. Si se quiere
entender la sociedad, desde la cultura, la economía, la política o las narrativas, es necesario estar
conectados con la realidad, pero no una realidad mediatizada (porque ya está “viciada” por la
interpretación e intención del medio masivo de información), sino una realidad directa, a la cual
se accede desde el presente concreto y donde intervienen los sentidos de la persona. La primera
manifestación que da muestra que se está conectado con el presente, es la sensibilidad que
despierta o activa estas situaciones concretas, lo que posteriormente debe llevar a la abstracción
y reconocimiento objetivo de lo que sucede para llevarlo a niveles de reflexión y conciencia, de tal
manera que se motive incidir y transformar la realidad.

Stuart Hall, valorado por muchos como fundador de las ciencias sociales, y mucho más reconocido
como uno de los padres de los estudios culturales, rompe con el absolutismo de la teoría para no caer
en sus determinaciones, sino que es un referente de movilización de pensamiento. Pensar desde una
sola teoría o disciplina, es una reducción que no permitirá conocer la realidad.

Así, el conocimiento surge de nuestra capacidad de mover el pensamiento que, en palabras de Bertolt
Brecht, significa que “Aquello que no es raro, encontradlo extraño. Lo que es habitual, halladlo
inexplicable. Que lo común os asombre...”. Ver con interés e inquietud comunicativa lo que ya damos
por obvio, para conectarnos con lo que acontece a nuestro alrededor y nos sensibiliza permitiéndonos
llegar a niveles de conciencia para despertar y captar esos acontecimientos.

POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 4
B. Estructuralismo y abordaje político cultural

El estructuralismo sociológico es la corriente teórica que nos acerca al estudio de la relación


comunicación y cultura. La idea de estructura ayuda a concebir que la sociedad está compuesta
por distintas partes, las cuales están correlacionadas para que cumplan con la tarea de sostenerse.
Inmerso en estas partes está la cultura, pero no como una parte proporcional del todo, sino inherente
al todo. Allí donde se establecen relaciones sociales mediadas por la comunicación, se está forjando
cultura.

Otra parte constituyente de esta estructura social, es el lenguaje que, si bien es central en la
comunicación, va mucho más allá de la comunicación misma, puesto que asumimos el lenguaje
como constructor del mundo y no simplemente como el vehículo de transmisión de mensajes entre
las personas y sus mundos particulares. Esto quiere decir, que un objeto de observación, tanto de
la cultura como de la sociedad, es el lenguaje (en sus distintas manifestaciones) y a través de éste
podemos detectar la construcción social de sentido.

Otra parte inherente de la estructura social es el contexto, el cual es una construcción social
concreta con producciones materiales e inmateriales. Así, las instituciones que constituimos para
ordenar el aparato social, como la familia, el gobierno o la iglesia, y el entorno físico con edificaciones
y el ambiente en general, hacen parte de esa materialidad que es resultado de la interacción social;
y allí también están las representaciones sociales, valores, creencias, emociones y sentimientos
compartidos, modos particulares de ser y estar en el lugar, son parte de lo inmaterial y que cuentan a
la hora de comprender el contexto. La comunicación, la cultura y el lenguaje están influenciados más
no determinados por el contexto.

Ahora bien, es necesario entender la cultura desde las prácticas sociales y comunicativas que se dan
en la vida cotidiana, distinguiéndolas de los eventos artísticos como ferias, festivales, carnavales, e
inclusive las producciones mediatizadas a través de los medios masivos o conciertos. Estos últimos,
hacen parte del folklore y las industrias culturales, cuyo enfoque teórico está más orientado al
abordaje crítico. Es importante entonces recalcar que el entendimiento de la cultura no se reduce al
folklore, la producción artesanal o las presentaciones de alto nivel estético o lo que se suele entender
como “lo culto”. Todas las personas tienen y hacen parte de una cultura, por ello la afirmación
“inculto” no es apropiada para entender a la sociedad desde la cultura. Como se ha mencionado,
nuestro interés está en cómo, desde las relaciones sociales que se dan en la vida cotidiana, emerge la
cultura con el uso de la comunicación.

POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 5
En esta relación comunicación-sociedad, vista desde la cultura, no estudiaremos medios de
comunicación ni sus efectos ni sus impactos en la gente. Sí es propio para la comunicación, estudiar
qué hace la gente con los medios y cómo a partir de éstos construyen hábitos, imaginarios, relaciones,
nuevos significados, representaciones y sentidos sociales. Con esto, insistimos, que la comunicación
en la sociedad es mucho más que medios masivos de información, y aseguramos que la comunicación
en la sociedad es forjamiento de cultura, a través de prácticas sociales, que son todas aquellas
actividades en las cuales estamos inmersos y hacemos uso de la comunicación. El concepto de
práctica social se acuña con los de ritual y reflexividad que se estudiarán más adelante.

2. La comunicación y su lugar en la cultura


Cultura y comunicación no están separadas. ¿Habrá algo separado de la comunicación? ¿Habrá algo
hecho por el ser humano que no sea cultura? Aquí nos concentramos en la cultura como el conjunto
de significaciones que posibilitan apropiación e identidad en las personas, sujetas o no a mecanismos
de poder.

Lo anterior tiene sus matices, pues debe distinguirse la cultura oficial, la nacional, la hegemónica y
la popular. La oficial hace parte de determinaciones generalmente históricas, donde predominan
los patrones culturales de grupos dominantes, caracterizados también por detentar el poder militar,
económico, religioso y político. Aunque este tipo de predominios se han dado con la historia
del hombre, se hace más incidente para los pueblos americanos con la conquista europea y la
"inauguración" de la modernidad; establecida la colonia en el siglo XVI, la cultura oficial fue la española
en lo que hoy es Latinoamérica, con la excepción de la región que hoy es Brasil y las Antillas; por su
parte en Norteamérica, la cultura oficial fue la anglosajona. Europa, que para entonces mantenía
rivalidad con las culturas orientales, inició con la invasión y dominio de las tierras americanas, una
poderosa imposición de su cultura, la cual aún hoy se mantiene desde distintos aspectos, menos
políticos, geográficos y económicos como entonces, pero sí más culturales. La cultura oficial
entonces, se caracteriza por su poder influyente que se logra a través de distintos medios y busca
reproducirse y mantenerse.

La cultura nacional es una construcción más abstracta y es consecuencia de la cultura oficial, pero
que surge especialmente a raíz de la emancipación libertadora americana en el siglo XIX, en lo que
podríamos denominar modernidad media. Antes de la conquista europea, no existían las naciones
que hoy conforman el continente americano, pero a raíz de procesos de independencia, se instaló a
cuenta de los descendientes españoles la noción de estado nación que, a su vez provenía de Europa
tras la guerra de los 30 años con el tratado de Wetsfalia en 1648.

POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 6
La herencia de la cultura oficial, determinó los espacios geográficos en donde gobernarían
determinados grupos de poder, y dentro del cual existían grupos poblacionales, quienes no incidieron
en esas decisiones; ser colombiano, venezolano, peruano o argentino, es fruto de las decisiones
tomadas por élites de poder, encargadas a su vez de construir una idea de patria mediante lenguajes
aún coloniales.

La cultura hegemónica, por su parte, es producto de la baja modernidad extendida con la emergencia
del capitalismo entre los siglos XIX hasta la década de los 80 del siglo XX, pues da cuenta de la
imposición del modelo de consumo asimilado a nivel mundial y que está especialmente mediado por la
sociedad de masas dentro del sistema económico capitalista.

La cultura popular, es más bien un concepto emergente de la transmodernidad, que recupera las
producciones materiales y simbólicas de la gente del común, aquellas que no pertenecen a la élite
y que están influenciadas de distintas maneras por sus propias tradiciones y costumbres, así como
por los medios masivos de información y la cultura de masas. La transmodernidad es un concepto
desarrollado por el profesor Enrique Dussel, en el que ubica esas transformaciones que abren el
paso de la modernidad a la posmodernidad. Es posible conocer de las prácticas sociales allí presentes
gracias a trabajos e investigaciones en torno a procesos de comunicación alternativa, para el
desarrollo, para el cambio social, postdesarrollo que, si bien se iniciaron desde la década de los '60 del
siglo pasado, tienen una figuración especial posterior a la caída del muro de Berlín.

Puede advertirse que estas culturas coexisten, evolucionan, se transgreden y combinan, pero
mantienen sus ámbitos claramente reflejados en el momento de las producciones materiales. Un
ejemplo de esto, es la producción de mochilas wayuu, un implemento de uso natural y cotidiano de
nuestra cultura guajira que, por sus atributos como tejido y belleza y valores otorgados por ser de un
pueblo originario, ha sido retomado por diseñadores vinculados con el mundo de la moda y hoy se
producen a escala para públicos con alto poder adquisitivo.

La comunicación está presente en todos estos ámbitos de la cultura, tanto la oficial, nacional,
hegemónica y popular. En primera instancia, participa como constructora del sentido social de clase,
pues la interacción define las significaciones particulares. Viajar, o adquirir un auto, no es lo mismo
para quienes están en la cultura oficial que para quienes está en la popular.

Observar la cultura desde la comunicación, implica conocer los sistemas de apropiación simbólica,
los cuales muestran el conjunto de comportamientos, de acciones, de gestos, de enunciados, de
expresiones y de conversaciones portadoras de un sentido, en virtud de los cuales los sujetos se
comunican entre sí y comparten espacios, experiencias, representaciones y creencias.

POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 7
La comunicación, como proceso de significación, provee la experiencia del encuentro, a través del
cual operan múltiples codificaciones y decodificaciones que se arraigan y muestran la forma de
instalarse y entender el mundo. Una cultura, es eso, una forma de instalarse y entender la vida propia
y el mundo externo a esa cultura. Como proceso contiguo a la significación está la representación,
que es poner en forma material o simbólica lo que significa para las personas o comunidades; íconos,
signos o figuras hacen parte de lo material, mientras los imaginarios, ideas, creencias, son simbólicas.
Una muestra folklórica es una representación de una cultura, como lo es una escultura, monumento,
una tarjeta de felicitación, una canción, un saludo, incluso puede serlo también un líder o un cantante;
el lenguaje, como medio del pensamiento, ideologías y creencias, es representación cultural. Así, la
comunicación está presente en el proceso de significación y representación de lo que una comunidad
entiende por asuntos como familia, amistad, negocio, libertad, relación, autoridad.

El campo para estudiar la cultura es una corriente intelectual (no solamente académica) conocida
como los estudios culturales, que tienen una importante tradición en América Latina y Estados
Unidos (Richard, 2010). Tomando la herencia de Stuart Hall, uno de sus fundadores en Birmingham
1964, acoge principios como la transdisciplinariedad y el no reduccionismo teórico ni metodológico
para estudiar situaciones y fenómenos socioculturales que permitan entenderlos y aportar a su
transformación. La categoría central de esta corriente está en el contextualismo radical (Restrepo,
2009), donde la mirada acoge al sujeto en su contexto, validando todas las instancias que afectan y le
implican.

El estadounidense James W. Carey (Fuentes & Vidales, 2011), acuñó la expresión que titula una de
sus principales obras centrales, Communication as Culture, cuestionando las claves comunicacionales
donde se acuña esta articulación. Carey es una valiosa muestra que los estudios en comunicación
pueden desprenderse del carácter instrumental, centrados en la transmisión y sus efectos,
acercándose a modelos propios y relevantes con la cotidianidad y realidad de los miembros de una
comunidad. Como profesor de la Universidad de Illinois, planteó el agotamiento de los modelos
matemáticos para explicar fenómenos culturales locales. Tantos modelos muestran la dificultad de
entender la comunicación, máxime si se centran en los medios de información, dejando por fuera lo
que acontece entre las personas en la vida cotidiana.

POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 8
3. Las prácticas sociales y su sentido cultural
Las prácticas sociales son todas aquellas acciones que hacemos en sociedad, mediadas por la
comunicación. Para la relación comunicación-sociedad que motiva este módulo, las prácticas sociales
son objeto central de observación y se constituyen en interés de investigación cuando queramos
comprender qué sociedad, organización, familia, ciudad o nación se forja o constituye desde los
intercambios comunicativos. El lenguaje es una práctica social recurrente y es fuente de información
para analizar desde relaciones de poder, imaginarios, ideologías, afectaciones, sentidos sociales,
entre muchos más aspectos. Y es con el lenguaje, como concretamos prácticas como conversar,
reunirnos, acatar o no normas, socializar, persuadir... y en cada una de las acciones posibles dentro
de una práctica social, intervienen múltiples factores. Esto nos lleva a recordar que no se trata de
intercambios meramente unidireccionales, sino que en las prácticas intervienen múltiples elementos,
los cuales son variantes de acuerdo al lugar y momento que se viven.

Debemos entender que las prácticas sociales son actos comunicativos, así, en plural, pues en
situaciones tan cotidianas como conversar, está presente lo lingüístico y lo paralingüístico, es decir, el
discurso de los hablantes con todo su contenido verbal, también el tono, los movimientos y posturas
corporales, vestuario, olores, manejo de distancias, el silencio y otros elementos propios del contexto
como, por ejemplo, tradiciones, espacios, concurrencias, para mencionar solo algunos. Los actos
comunicativos son un conjunto de entramados de significados que, conjuntamente, dan forma a la
práctica social y son realizados por individuos en su vida cotidiana y colectiva. Esto supone que las
prácticas sociales están compuestas de significados construidos y negociados desde la experiencia
social que se va marcando en el tiempo.

Es a través de la interacción (Ritzer, 2001) como se "definen" y "negocian" tanto los significados como
los comportamientos correspondientes a prácticas sociales específicas. Definir y negociar va entre
comillas, porque son experiencias tácitas, en el sentido que los acuerdos surgen con la experiencia,
casi sin darse cuenta, y el transcurrir del tiempo. Esto nos lleva que, de acuerdo al lugar donde se dé la
interacción, las prácticas sociales tendrán su propia particularidad, con la propiedad que hay algunas
extensas, toda vez que transitamos por sociedades cada vez más homogéneas, donde las prácticas
sociales como el consumo tienden a ser iguales en sitios distantes; aun así, el consumo tiene sus
particularidades.

POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 9
Para Bourdieu, las prácticas sociales se reconocen de acurdo al campo, capital social y habitus de los
agentes sociales (Bourdieu, 1997). Estos últimos, son las personas, el campo pueden ser los ámbitos
en los que se mueven estas personas, como el educativo o empresarial, por ejemplo; el capital social
es el acervo, capacidades y recursos en general con los que cuentan estas personas, y el habitus
las maneras como se actúa en el campo y se usa el capital social. Son distintas las reuniones de
profesores, por ejemplo, a las reuniones de empresarios; en los primeros, el conocimiento intelectual
y los títulos son parte del capital social recurrente y evidenciable, mientras que para los segundos
cuenta más los recursos económicos con los que pueden entrar a un negocio y la experiencia en los
mismos.

La suma de prácticas sociales va configurando la cultura (de un lugar, ciudad, región, país, empresa,
organización), que tiende a darle estabilidad al grupo social, porque aporta elementos identitarios que,
no obstante, se van modificando en el tiempo o con las circunstancias.

Para Heidegger, las prácticas sociales tienen una especie de poder atrayente donde las personas
(que él llama ser ahí) o bien se ocultan sin pretender buscarse a sí mismos y con ello mantener una
realidad dada, o interpelan esa realidad saliéndose de lo dado y construir una nueva realidad; las
personas oscilan entre la negación y la interpelación, dualidad permanente de estar en el mundo.
Para sociólogos como George Mead (Ritzer, 2001), es una tensión interna del self, el sí mismo,
en donde puja el mí y el yo del sujeto, donde el primero es ese otro generalizado que se camufla
mientras el segundo, el yo, es el que se rebela y busca su autenticidad. Es decir, en las prácticas
sociales se configuran el afianzamiento de la realidad y resistencia a la misma, entre la aceptación o
su resquebrajamiento, entre lo constituido y lo que lo interroga, entre lo establecido y la posibilidad.
Aquí se infiere las transformaciones sociales que, a la postre, se convierten en culturales, lo que hace
más interesantes las prácticas sociales, porque es donde se perciben cambios y tendencias. Podríamos
afirmar entonces que, las prácticas sociales son configuradoras de sujetos y de realidades, porque
tienden a objetivarse y hacerse disponible para sí misma, pero no puede reducirse a todo proceso de
objetivación: entre más intentan ser cosificadas, más se sustraen de la realidad, por lo que no es fácil
definirlas ni asirlas.

Reiterando, la práctica social es todo aquello que hacemos y es búsqueda de la comprensión de


nosotros mismos, donde esta comprensión es la interpretación de lo que ha sido y las nuevas
posibilidades de ser; allí se mueve lo racional e irracional de toda la práctica social.

Para algunos estudiosos de la relación comunicación-cultura, como el norteamericano James Carey,


el punto articular donde se puede observar la relación comunicación-cultura, es en los rituales, que
podríamos llamar como prácticas sociales constituidas, porque más allá de la negociación de sentido,
está la potencialidad del encuentro, donde se crea y recrea la cultura. Veremos, a continuación, este
concepto de ritual retomando tanto a Carey como al canadiense Goffman.

POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 10
4. Rituales de la comunicación en la vida cotidiana
Los rituales, son entendidos como esos actos que se repiten en la vida cotidiana y van cobrando un
significado especial entre las personas que participan en éste. Para sociólogos de corte estructuralista
como Goffman, los rituales están dados en la interacción cara a cara, definen maneras sociales y
culturales de relacionamiento que se tornan simbólicos y hasta normativos, facilitando la reproducción
social. Un ejemplo de ello es, para el caso colombiano, el saludo con beso en la mejilla entre hombres
y mujeres; muchas personas adquieren este ritual y puede llegar a convertirse en algo coercitivo,
como cuando no se saluda a alguien de esa forma, puede presumirse que hay antipatía en esa relación.
Lo mismo sucede con el acto de conversar, en donde las personas confluyen con distintos propósitos,
pero donde se da la interacción y con ésta la comunicación.

Por su parte Carey, influenciado por los estudios antropológicos de Geertz, paralela la comunicación
como cultura y hace del ritual un evento comunicativo ceremonioso, en el sentido que los
participantes son activos en la construcción de significados, crean y recrean los mensajes recibidos,
dándole un sentido de unidad e identificación a ciertos patrones colectivos. De esta manera, la
comunicación es:

“un proceso de creación, representación y celebración de creencias compartidas. La tarea principal de


la ciencia de la comunicación es entrar en los significados subjetivos que la gente está creando en los
movimientos populares, la religión, el periodismo, el discurso diario y los eventos de los medios masivos,
y traerlos a una representación más sistemática del punto de vista mundial y del êthos de una sociedad.
El propósito no es simplemente el de explicar el comportamiento en términos de las raíces psicológicas
de nuestras acciones, sino el de hacemos conscientes de lo que somos como pueblo y del tipo de
cultura que estamos creando. (White, 1987)

De este modo, el ritual para nuestro curso, y de la mano de distintos autores, es básico para la
estructura social, pues establece un orden en la interacción (Caballero, 1998), y centra la atención
en lo que hacen las personas y lo que ellas hacen en sí mismas. El ritual en la vida cotidiana, le permite
a la gente darse cuenta de lo que está haciendo, pero, sin darse cuenta que está haciendo más de
lo que hace. Cuando saludamos, conversamos, utilizamos el transporte público, compramos... no
solo estamos haciendo eso que se describe, sino que estamos haciendo sociedad y también cultura.
Sabemos que estamos saludando, con simpatía o antipatía y podemos llegar a reconocer que eso es
importante hacerlo o no; pero solo haciendo un ejercicio metacomunicativo, podemos comprender
que lo que estamos haciendo es cultura y por tanto identidad.

POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 11
Y comunicarse, en la interacción, en el ritual, es también un acto creativo, porque nos permite volver
sobre lo hecho y proyectar lo que se puede hacer y, en la medida que la creación se comparta y
el significado se construya, hacemos un acto de reflexividad. Es la reflexividad, ese volver sobre el
asunto mismo para recrearlo, reproducirlo o transformarlo socialmente, lo que nos teje socialmente.
Los rituales aislados son solamente actos puestos en escena, pero la reflexividad, permite que esos
actos tengan una ilación y, por ende, la construcción del sentido social que validamos con quienes
interactuamos. Aunque el beso en la mejilla está extendido mucho más allá de nuestras fronteras, la
manera y forma según el contexto donde se dé, tiene un sello particular que determina, en parte, la
manera misma como nos comunicamos. Para Carey, la comunicación es un ritual en la medida que,
como proceso, reflexiona sobre sus actos y sobre los mismos cambios o transformaciones generados,
y esto se da de manera particular, según los contextos socioculturales.

La reflexividad, implica dentro de la práctica comunicativa “una autoconciencia y reflexión sobre la


comunicación de la que derivan metadiscursos (discursos sobre discursos) referentes a prácticas
metadiscursivas o formas de referirse a la comunicación con propósitos prácticos”. Admitir el discurso
como acción social nos lleva a concebir la presencia de un significado fruto de la interacción entre los
actuantes del discurso, esto, por supuesto, dentro de un marco socio-histórico y sociocultural. De
esta manera, el discurso no representa nada pues es producción del momento con el uso de los signos
dentro de las relaciones sociales.

5. Unidades básicas de análisis


Nuestro propósito es observar, reconocer, comprender y actuar como comunicadores. Pero, si es en
la cotidianidad donde podemos ver las prácticas sociales que configuran la relación comunicación-
cultura, ¿cómo se ven? Barnett Pearce nos posibilita una pista de análisis: “Cuando se piensa seriamente
en los actos como co-construidos y se pretende comprender la comunicación humana, la menor unidad
de análisis debe ser una tríada de acciones. Para entender lo que acontece en un momento dado, ustedes
deben considerarlo como co-construido por los eventos circundantes y en función de lo que sucedió
previamente y de lo que sucederá después. Esta tríada es la unidad básica de análisis” (Pearce, 2002).

Aquí entra en relación el contexto y su fuerza implicativa, con lo que concluimos tomando las palabras
de Barnett Pearce, que “para entender lo que se hace y se produce en un momento determinado,
debe ser visto en su contexto, ya que nada tiene significado fuera de contexto. Uno debe ver las cosas
en su contexto y también debe ver qué le hacen ellas a esos contextos” (Pearce, 2002).

POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 12
Contexto

Aconteció

Práctica
social

acontece lo que será

Fuerza contextual Fuerza Implicativa

Figura 1. 3 unidades de análisis en una práctica social


Fuente: elaboración propia (s.f.)

Ante la pregunta de ¿cómo las prácticas comunicativas aportan a la configuración de identidades y


sentidos culturales y sociales en el presente?, debemos indagar por otras categorías de la pregunta,
como el significado de identidad, sentido y presente. Si de lo que se trata de actuar sobre la realidad
para transformarla, el acceso sobre la misma ha de hacerse desde el presente, pero éste debe
asumirse por sujetos en situación, es decir, sujetos conscientes de su lugar y razonamiento dentro de
este presente. De aquí la premisa inicial sobre la manera como nos acercamos a la realidad, pero debe
anticiparse la pregunta de cómo nos adentramos al presente. La propuesta de Carey, Craig y Barnett,
nos invita a hacerlo desde la observación de estas prácticas sociales, en las cuales somos protagonistas
y actores de antes, de ahora y de lo que vendrá. No es plausible hacerlo simplemente desde la
asunción teórica. Es necesario saltar, como la metáfora de Barnett, hacia la praxis.

La cotidianidad, como ámbito de indagación y estudio desde la perspectiva cultural, nos reta conocer
las prácticas de los sujetos y las relaciones entre estas prácticas. En otras palabras, lo denotado
es lo que reconocemos y ubicamos como prácticas comunicativas desde la información, pasando
por anuncios de todo orden hasta mensajes lingüísticos y no lingüísticos. Lo que se produce, tiene
en cambio, una connotación simbólica – reflexiva-transformativa, es decir, una construcción de
imaginarios y sentidos que cobran significado de acuerdo con el rincón humano donde se den y de la
manera que se den, y es allí donde se enfocan los ámbitos de observación.

POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 13
Referencias
Bourdieu, P. (1997). Capital cultural, escuela y espacio social. Siglo XXI.

Fuentes, R., & Vidales, C. (2011). Fundaciones y fundamentos del estudio de la comunicación.
Monterrey, N.L.: CECyTE NL-CAEIP.

Pearce, W. (2002). Nuevos modelos y metáforas comunacionales: el pasaje de la teoría a la práxis,


del objetivismo al construccionismo social y de la representación a la reflexividad. En D. Fried
Shidman, Nuevos Paradigmas, Cultura y Subjetividad (págs. 265-289). Buenos Aires: Paidos.

Restrepo, E. &. (2009). Apuntes sobre estudios culturales. Obtenido de http://w.ram-wan.net/


restrepo/documentos/apuntes%20sobre%20eeccs.doc

Richard, N. (. (2010). En torno a los estudios culturales: localidades, trayectorias y disputas. Santiago
de Chile: CLACSO.

Ritzer, G. (2001). Teoría sociológica clásica. Madrid: Editorial McGraw Hill.

White, R. A. (1987). El significado de los adelantos recientes en el campo de la comunicación masiva.


. Estudios sobre las Culturas Contemporáneas 1 (2), 73-107.
INFORMACIÓN TÉCNICA

Módulo: Comunicación y Sociedad


Unidad 1: Comunicación y cultura en la vida cotidiana
Escenario 1: La comunicación como cultura: pistas para
entrar en su análisis

Autor: Héver Míguez Monroy


Asesor Pedagógico: Juan Pablo Sierra Penagos
Diseñador Gráfico: Yinet Rodriguez
Asistente: Ginna Quiroga

Este material pertenece al Politécnico Grancolombiano.


Prohibida su reproducción total o parcial.

POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 15

También podría gustarte