Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Facebook.com
¿Qué es la persuasión y cuáles son los componentes que nos
permiten comprenderla?
Desde el principio de los tiempos los seres humanos hemos intentado alcanzar
sus metas del modo más óptimo posible creando planes y estrategias a largo
plazo para ello. Sin embargo, como seres sociales que somos, en muchas
ocasiones nuestros objetivos pasan por que los demás actúen u opinen de
determinada manera.
Si bien en algunos casos los objetivos de los demás coinciden con los propios,
es frecuente encontrar que normalmente no es así, habiendo incompatibilidad
de objetivos y conflictos que dificultan alcanzar nuestras metas. ¿Cómo
solventar este problema? Uno de los métodos utilizables para ello es intentar
que la conducta, afecto u opinión de otros cambien de modo que favorezcan
los propios intereses. Es decir, hacer uso de la persuasión.
¿Qué es la persuasión?
Entendemos por persuasión como el proceso mediante el cual se emplean
mensajes a los cuales se dota de argumentos que los apoyen, con el propósito
de cambiar la actitud de una persona, provocando que haga, crea u opine cosas
que originalmente no haría, crearía u opinaría.
Por ejemplo, si alguien nos dice que éste mismo texto va a ser objeto de
examen en una asignatura la semana que viene, aquellos alumnos que tengan
la asignatura en cuestión se verán altamente motivados a creerlo, mientras que
los demás difícilmente cambiarán su actitud.
La persuasión no se basa en eslóganes
Por supuesto, hay que tener en cuenta que el proceso de persuasión no es
directo: es decir, porque una persona le diga a otra que debería hacer más
ejercicio o emplear X producto con una técnica convincente esto no
quiere decir que el último vaya a obedecerle. Algunos elementos que
dificultan que se produzca un cambio real son el hecho de presentar
argumentos débiles que el receptor pueda contrarrestar reforzando aún más su
punto de vista inicial.
Además, creer que nos quieren manipular mediante el engaño o las proclamas
simplistas hace más difícil el proceso de ser persuadido, provocando una
resistencia e incluso una acción contraria a la que se pretendía al sentirse
atacada nuestra libertad personal. Este fenómeno recibe el nombre
de reactancia.
1. Emisor
En lo que respecta a quien transmite la información, la fuente que intenta
persuadir, hay dos características que se tienen muy en cuenta a la hora de ser
o no ser persuadidos: su atractivo y su credibilidad. Se ha demostrado en
múltiples experimentos que de manera general consideramos más confiables a
aquellos individuos que percibimos como más atractivos (en parte por
el efecto halo, en que suponemos que alguien que tiene una buena cualidad
seguramente tendrá otras). Este es uno de los motivos de que en la publicidad
aparezcan frecuentemente hombres y mujeres de gran atractivo físico, o bien
famosos bien valorados, con el fin de vendernos un producto.
Veámoslo con un ejemplo simple. Nos dicen que dentro de diez años el
cometa Halley se estrellará contra la Tierra. Si quien nos lo dice es una
persona que nos encontramos por la calle, probablemente no cambiaremos
nuestro modo de actuar, pero si quien lo dice es un experto de la NASA, es
más probable que aumente la preocupación por ello. Otro ejemplo lo
encontraríamos una vez más en el uso de celebridades para anunciar productos
en piezas publicitarias. En este caso, la mayoría de famosos no solo tienden a
ser atractivos, sino que además están asociados a un buen nivel de credibilidad
basado en su imagen pública.
2. Receptor
En lo que se refiere al receptor del mensaje, las principales características
que afectan a la hora de ser influidos son el nivel de inteligencia, la
autoestima y el nivel de implicación con el tema. Se ha de tener en cuenta
que el efecto del nivel de inteligencia no se debe tomar como una medida
directa. No es que quien más influenciable sea tenga menos inteligencia, pero
alguien con mayor inteligencia sí tendrá más recursos para poner en duda los
argumentos esgrimidos en la persuasión.
3. Mensaje
Otro de los elementos principales a la hora de persuadir a alguien es el
propio mensaje en sí. Varios estudios indican que el hecho de emplear un
mensaje más racional o más emotivo dependerá del tipo de respuesta que se
quiera favorecer. También afecta que el mensaje incorpore elementos que
provoquen miedo o sensación de amenaza: según la teoría de motivación de
protección de Rogers, tenderemos a buscar y a considerar más ciertos los
mensajes que nos permitan minimizar o evitar un daño.
Referencias bibliográficas: