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Sexualidad Tantra

El Yoga del Amor


Por Ilaria Cusano
Capítulo 6
Los chakras en relación a la sexualidad.
Introducción a los chakras.

Comencemos a profundizar el conocimiento relativo a la estructura


energética que subyace en el mundo visible.

Como todos sabemos, la realidad material no es más que un conjunto


de infinitas formas de compactación de la energía; esto nos hace
comprender inmediatamente cómo el nivel visible e invisible están
estrechamente relacionados y son interdependientes.
El sistema de los chakras es una de las estructuras más completas y
eficientes para describir lo que es y lo que ocurre en los planos
sutiles; es parte de la tradición de la India y está en correspondencia
directa con la medicina oriental en general - por ejemplo, la medicina
tradicional china y la Ayurveda1.

Chakra es una palabra que viene del sánscrito, antigua lengua hablada
por los pueblos indios de Asia. Chakra significa rueda, círculo, y
designa el disco solar, atributo del dios hinduista Vishnu.

1 Antiguo sistema de medicina originado en la India.


Según el yoga, en el ser humano existen 74 puntos vitales o chakras
situados entre el cuerpo etéreo y la envoltura carnal, cuyo objetivo es
activar para alcanzar ciertos poderes físicos, la felicidad y finalmente
llegar a despertar la conciencia. Así estarían unidos a los diversos
cuerpos (mental, emocional, etérico,) a través de una serie de canales
denominados nadis, una especie de carreteras o autopistas, por donde
circula la energía vital, llamada prana en la India.
La función principal de los chakras es absorber la energía universal,
metabolizarla alimentando los distintos cuerpos del ser humano para
finalmente irradiar energía hacia el exterior, dentro de los cuales
fluye la energía.
Como dijimos, existen muchos chakras en el cuerpo humano; los
principales son siete y están distribuidos verticalmente, desde el coxis
hasta la coronilla o parte superior de la cabeza.

Estos, sin embargo, no sólo tienen una dimensión física (relacionado


con órganos, tejidos y huesos), sino que también una psíquica
(emociones, pensamientos, sentimientos) y una energética
(circulación total de la energía en el cuerpo). Cada chakra, por lo
tanto, está conectado a un área específica del cuerpo, pero también
más allá de ella, extendiéndose hasta involucrar todos los niveles
invisibles que componen el ser humano.

Veamos los chakras en detalle, uno a uno.


Primer chakra: Muladhara (literalmente "raíces").

El primer chakra es nuestra raíz física, ancestral y vital. Este centro


energético está ubicado en la base del cóccix, entre el ano y los
genitales, y su función en el cuerpo se relaciona con las glándulas
suprarrenales, el sistema circulatorio y la fortaleza de los huesos, los
dientes, las uñas, el intestino, las piernas y los pies.

El elemento conectado a Muladhara es la Tierra, el color es el rojo, el


sentido el olfato. Este chakra es el más cercano a nuestra naturaleza
animal y tribal, se relaciona con la supervivencia, las necesidades
básicas, la seguridad, la casa, la familia, la nutrición, los límites
territoriales, la prosperidad y la confianza.
El primer chakra está directamente relacionado con la "identidad
física'' y con el derecho a existir, a todos los niveles, por lo que
cualquier desequilibrio, conectado a éste tendrá un impacto en el
centro de energía, y viceversa cualquier desequilibrio del chakra
seguramente se manifestará como problemas vinculados a las raíces,
los cimientos sobre los que apoya la propia existencia.

Este centro tiene que ver con todos los aspectos de la vida que a cada
uno, subjetivamente, transmiten una sensación de seguridad y
estabilidad; puede ser cualquier cosa (una cuenta de ahorro, una casa,
un trabajo estable, etc.) - todo aquello que nos hace sentir protegidos
y al abrigo de peligros se relaciona con Muladhara.
Segundo chakra: Swadistana (lit. 'dulzura').

El segundo chakra está conectado con las caderas, el sistema


reproductivo, las vértebras lumbares, el hueso sacro, el nervio sacro,
la vejiga, el riñón y la próstata.

Su elemento es el agua, su color el naranja y su sentido el gusto. Se


relaciona con la creatividad, el placer, la profundidad, la sensibilidad,
el movimiento, las emociones y el deseo.

La vibración de Svadhisthana chakra está relacionada con la


sexualidad como una fuerza creativa, diferente al instinto de
supervivencia encaminado a la necesidad de reproducción. Si el
primer chakra es la fuerza vital, el segundo chakra es esta energía en
movimiento y en creación permanente.

Tercer chakra: Manipura (lit. “ciudad de las joyas).

El tercer chakra está conectado con el abdomen, el sistema digestivo,


las vértebras dorsales, los músculos, el ombligo, el plexo solar, el
páncreas.

Su elemento es el fuego, el color amarillo, el sentido es la vista.

Manipura se refiere a la vitalidad, la autonomía, la afirmación de la


propia identidad, la voluntad, la autoestima, la gestión del poder
personal.
A través de este centro de energía, que insta a las personas a ejercer
su derecho de acción personalizada e individualizada, se desarrolla el
“ego'', aquel conjunto de características, habilidades y actitudes que
constituyen la personalidad.

Es el centro, que actúa como puente entre la parte superior e inferior


de la persona, en el sentido más amplio; coordina todos los impulsos
e informaciones que provienen de todo el sistema energético, los
digiere, los procesa y los convierte en otros "datos", para la salida de
la persona o para su distribución dentro de sí. Es el centro energético
que recibe la energía del sol y lo transmite al cuerpo etéreo y a
nuestro cuerpo físico. También está conectado con nuestro cuerpo
astral, aquel donde guardamos nuestros anhelos, aspiraciones y
sentimientos que da forma a nuestro ser individual.
Cuarto chakra: Anahata (lit. “imposible de romper”)

Las áreas del cuerpo relacionadas con el cuarto chakra son el pecho,
el corazón, los pulmones, el timo, el plexo cardíaco, los brazos, las
manos, el sistema respiratorio y circulatorio. Su elemento es el aire,
sus colores el verde y el rosa, su sentido es el tacto.

Anahata tiene que ver con la apertura, el respeto, la comprensión, el


amor, la empatía, la compasión, la aceptación y la devoción; permite
acercarse al derecho de amar y ser amado tal como se es y, en tal
proceso, desarrollar la llamada "identidad social". Aquí se comienza
a trascender a sí mismo y ampliar los propios horizontes
interiores, dirigiéndose al otro.
Es en el cuarto chakra donde comienza a haber una experiencia
colectiva, en contraposición a los tres chakras inferiores que son por
definición los centros energéticos del ego. Actúa como un punto de
conexión y equilibrio entre el mundo físico, al cual pertenecen los
tres primeros chakras y la dimensión espiritual. En este punto
convergen y se integran los tres chakras inferiores que representan el
ser material, vital e individual, con las energías superiores que dan
una dimensión espiritual, mental y metafísica a nuestro ser.

Es un nivel de conciencia significativamente más elevado que sus


pares inferiores. En este mismo sentido, para pasar de la percepción
del tercer chakra al cuarto chakra se requiere un cambio de
cosmovisión muy profundo: el paso del temor a la fe.
Quinto chakra: Vishuddha (lit. 'purificación')

El quinto chakra físicamente dice relación con la garganta, la faringe,


la laringe, la tiroides, la paratiroides, el cuello y los hombros. Su
elemento es el éter, su sentido el oído, y su color el azul.

Se relaciona a la expresión de sentimientos y pensamientos, la


comunicación, la espontaneidad, el saber escuchar, la asertividad.
Visuddha domina la “identidad creativa” de la persona y permite
ejercer su derecho fundamental a la verdad, a escucharla, a decirla, a
ponerla en acción.
Es un chakra fundamental en el contacto de nuestra consciencia con
nuestro ser. Es el que a niveles más profundos nos permite escuchar
esa voz interior que hay dentro de todos nosotros.

Sexto chakra: Ajna (lit. "saber, percibir»)

Está localizado en aquel punto que en la tradición india se define


como el “tercer ojo”, en la frente, justo entre nuestros dos ojos, aquel
que se define como el contacto con otros niveles de conciencia.
Físicamente, el sexto chakra está en conexión con la glándula
pituitaria, con la frente, el hipotálamo, el sistema nervioso autónomo,
los ojos, el oído externo y los hemisferios cerebrales.

Su elemento es la luz, el color índigo y el sentido el equilibrio.


Las facultades que están relacionadas con Ajna son la intuición, la
capacidad de sintetizar, la percepción del misterio, la imaginación, la
capacidad de dar forma a la realidad a través del pensamiento, la
introspección, el sueño y la visión.

En este centro, a través del ejercicio del "derecho a ver", el individuo


desarrolla la llamada "identidad arquetípica”.

Séptimo chakra: Sahasrara (literalmente, "los mil pétalos»)

Sahasrara está situada en correspondencia de la glándula pineal, de la


parte superior del cráneo, la corteza cerebral, el sistema nervioso
central y el cerebro en general. Su elemento es el pensamiento, su
sentido es el de la unidad, sus colores son el blanco, el dorado y el
violeta.

El 7 º chakra tiene que ver con la conciencia, con el contacto con la


fuente divina, con la percepción de la totalidad que trasciende
el individuo, la delgada línea entre el sueño y la vigilia, entre la
oscuridad y la luz, con la intuición inmediata de la red que conecta
todas las cosas, con el conocimiento cósmico y la felicidad.

En Sahasrara se práctica el "derecho a un conocimiento superior", a


la búsqueda relacionada con las preguntas existenciales más
importantes de la vida; así se crea aquello que se denomina
"identidad universal".
Distinción entre entender y sentir: otro mundo.

Para abordar la sexualidad desde el punto de vista de los chakras y


dar sustancia a este camino, es necesario habilitar un profundo y
poderoso proceso dentro de sí mismo, que comienza en el momento
que se hace el hábito de poner al lado de la pregunta ¿qué pienso?,
también aquella ¿qué siento?.

Es sorprendente descubrir cómo muchas personas, ante la presencia


de esta pregunta, capitulan: a menudo se tiene mucho conocimiento
pero no se percibe nada, por lo tanto en el fondo el conocimiento no
es completo.
El sentir se refiere a varios niveles, por ahora tomaremos en
consideración sólo dos, pasos fundamentales para proceder en el
camino: el sentimiento del cuerpo y aquel emocional.

El sentir físico se manifiesta a través de sensaciones y percepciones


corpóreas. Éstas pueden ser captadas de una forma genérica, como
ocurre cada vez que duele una parte del cuerpo, que hay tensión y
contracción o bien cuando se siente físicamente ágil, flexible o
relajado; estas percepciones, sin embargo, puede ser también muy
particulares y profundas, permitiendo recibir informaciones precisas
y directas de los órganos, tejidos y huesos.
Otro tipo de sentir es el emocional. Aquí es importante hacer una
pequeña disgreción, ya que a menudo en nuestra cultura se utiliza
la expresión “me siento”, o bien “siento” de modo incorrecto, para
indicar pensamientos y no emociones; lo que hace extremadamente
ambiguo y difícil la codificación de las emociones.

En concreto, todas las palabras que pudieran referirse a un estado


emocional, e incluyeran la respuesta a la interrogante ¿ por parte de
quién? pasarían a ser inexactas. Por ejemplo, “me siento aceptada,
rechazada, maltratada, halagada”; no son emociones reales, sino
que pensamientos - la expresión correcta sería: “Pienso haber sido
aceptada, rechazada, maltratada, halagada”. Expresamos
correctamente emociones, en cambio, cuando decimos, por ejemplo,
“Me siento segura porque pienso que tú me has aceptado”, o bien
“Me siento triste y desmoralizada porque pienso que él me está
rechazando”.

En el ejercicio de la propia sensibilidad, por lo tanto, es esencial


identificar lo que realmente es y lo que, por el contrario, sólo se le
parece.
Volvamos a los chakras.

Cada uno de estos centros de energía es un mundo en el que viven


sensaciones, emociones, recuerdos, formas de pensamiento y estados
de salud, todo esto puede ser conocido sólo y exclusivamente por el
ejercicio de la percepción - la racionalidad no puede ser útil de
ninguna manera en este nivel. Una vez que se recoga toda la
información necesaria pueden ser ordenadas y unidas entre sí a través
de la mente racional, pero sin la aportación inicial del hemisferio
derecho (sentimientos, emociones, intuiciones), no se tendrá ninguna
información que organizar.
Se trata, en otras palabras, de material que no puede ser aprendido
como se aprende un hecho histórico o una fórmula matemática; un sin
número de libros y estudios serán inútiles si no se aprende a sentir a
sí mismos, al otro y a la realidad presente.

Es un entrenamiento, no una habilidad innata. Seguramente alguien


tiene una predisposición especial, pero cualquier persona puede
dedicarse a aprender este arte, la que sin duda tendrá miles de
estímulos y mensajes que se transmitirán por toda la vida. Se puede
continuar hasta desarrollar una verdadera habilidad sensorial, la cual
es útil, entre otras cosas, en la prevención de enfermedades y malas
decisiones.
Los chakras y la sexualidad.

Veamos en detalle cuáles aspectos de la sexualidad encontramos en


los principales centros de energía. De nuevo procederemos en modo
inmediato y conciso, por lo tanto, la clave volverá a estar en captar
lo que nos "suena" más importante, como por arte de magia dirigido a
nosotros mismos.

Primer chakra, Muladhara (“raíces”): instinto, necesidades


ancestrales, impulso básico, animalidad; retorno a los orígenes,
llamada de la especie; proceso a través del cual nos liberamos,
descargando a tierra el exceso de energía.
Segundo chakra, Swadistana (“dulzura”): erotismo, sensualidad,
sensibilidad, receptividad; dulzura, suavidad, fluidez, calor; apego,
fusión, unión de los opuestos complementarios; creatividad,
profundidad, entega de sí mismo.

Tercer chakra, Manipura (“ciudad de las joyas”): poder de elección,


expresión de la propia identidad, autoafirmación; decisiones,
direcciones, acciones voluntarias; conexión consigo mismo y con la
propia experiencia del presente; afecto y sus manifestaciones.
Cuarto chakra, Anahata (“imposible de romper”): relaciones,
escuchar a los demás; sentimiento, ternura, cuidado, dedicación;
comprensión, amor, empatía, compasión, aceptación, devoción;
apertura del propio corazón, disponibilidad a nivel profundo e íntimo;
"abrazar" al otro, en el sentido más amplio de la expresión.

Quinto chakra, Vishuddha ("purificación"): comunicación, de


cualquier tipo, de los propios sentimientos y deseos al otro, peticiones
específicas; capacidad de comprender cuál es el tipo de sexualidad
que usted necesita para purificarse y elevarse, para disfrutar del
placer en su acepción más rica, multifacética y alta; manifestación de
la propia alma en el ámbito sexual, del propio lado espiritual.
Sexto chakra, Ajna (“conocer, de percibir”): acceso a la percepción
intuitiva, a imágenes y visiones; percepción del misterio,
imaginación, introspección; estados no ordinarios de conciencia,
sensaciones particulares; apertura de horizontes, la habilidad de dejar
salir una enorme cantidad de luz a través de la mirada.

Séptimo chakra, Sahasrara (“mil pétalos”): la percepción de los


límites del propio cuerpos que se estrechan hasta desaparecer,
apertura de los poros de la piel, fusión con el todo; apertura intensa
de la cabeza, tranquilidad, contacto con la nada; orgasmo que
trasciende el placer puramente físico; anulación instantánea de todo
lo que está fuera del “aquí y ahora” .
Estas son pautas generales que cada uno puede tener presente como
referencias para descubrir la propia sexualidad.

Un primer paso fructífero, por ejemplo, podría consistir en tomar nota


de cuáles, entre los sentimientos y las experiencias descritas
anteriormente, nos resultan completamente desconocidos y cuáles,
por el contrario, se han probado ampliamente. Esto entrega una
información precisa y útil respecto a aquello en lo que se es experto,
y aquello a lo que, por otra parte, no se ha todavía acercado en
absoluto y, por lo tanto, podría ser interesante explorar.
La sexualidad es un viaje continuo y, como sabemos, cuando
no lo es, se hace inmensamente aburrida, mecánica y predecible. Para
para garantizar que se mantenga en su calidad más brillante, vital y
cargada de potencial, sin embargo, es necesario dirigirse en tal
sentido, adquiriendo herramientas efectivas y poniéndolas en acción
– en resumen, es necesario participar en el proceso, comprometerse,
como se hace en cualquier otra esfera de la vida.

Por supuesto que se sienta más a gusto cuando nos movemos en áreas
que nos resultan familiares, pero a veces en la vida hay que tener el
coraje de atreverse, romper los equilibrios para transitar hacia otros,
más adecuados y mejores que los anteriores. La sexualidad es en sí
mismo un acto mágico, somos testigos de esto todos los días ya que
es a través de ésta que nace la vida humana y, aunque la ciencia ha
explicado en detalle cómo sucede esto, es imposible no conmoverse
y maravillarse ante lo que se percibe aún como un verdadero milagro.

Así como damos la vida a niños y niñas, podemos también darla a


nuevas formas de pensamientos, a nuevas actitudes y
comportamientos, a nuevas fases de la existencia; lo importante es
quererlo y aprender a dominar las diferentes herramientas descritas en
este camino.

Por último, es esencial tener presente que con el fin de establecer una
nueva actitud interior, es necesario en primer lugar romper con el
equilibrio preexistente, como (a propósito de la sexualidad) muestra
constantemente el ciclo menstrual femenino: un ovulo formado en
unas tres semanas durante la cuarta se destruye para dejar espacio a
uno nuevo, y el proceso se repite indefinidamente, o casi.

Del mismo modo en la sexualidad, para terminar con algo (una parte
de sí mismo que ha llegado a "la última parada", un período de la
vida, una actitud especial de enfrentar la realidad), se puede proponer
intencionalmente dejarse llevar, abandonarse, liberarse de aquello
con lo que se quiere cortar de inmediato.
Para terminar, quiero subrayar una vez más que estamos hablando de
procesos que no se activan con un chasquido de los dedos; a veces
sucede que los grandes cambios tienen lugar en un momento, pero en
la mayoría de los casos se trata de caminos que requieren un cierto
tiempo, una aplicación paciente y ferviente confianza. Se puede estar
seguros, sin embargo, que tarde o temprano los frutos la propia
inversión en trabajo y esperanza, llegarán.

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