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La Oración y El Combate
Mateo 6-5 al 15
si algo pidiereis en mi nombre yo lo haré
Juan 14 14
Nunca comprenderemos en qué consiste la vida cristiana hasta que comprendamos que
implica una guerra espiritual. Dos reinos están en guerra: El reino de Dios y el reino de
Satanás. ¡La batalla es por las almas de los hombres!
¿TENEMOS PARTE en esta guerra? Sí, la tenemos. Nuestra parte es que seamos buenos
soldados que Dios pueda usar en la batalla contra Satanás.
¿QUÉ CLASE DE ARMAS usamos en la guerra con Satanás? Usamos armas espirituales.
El arma más grande que Dios nos ha dado es la oración. ¿Por qué? Porque la oración
suelta el poder de Dios. Cuando oramos, ¡Dios actúa! Dios dice:
¡TENEMOS QUE ORAR! Sin la oración sencillamente no podemos vivir la vida cristiana.
Mediante la oración es que tenemos comunión con Dios; mediante la oración es que
obtenemos las cosas que necesitamos; mediante la oración es que intercedemos por otros
y mediante la oración es que atamos el poder de Satanás.
En esta lección veremos cómo Dios usa nuestras oraciones en la batalla contra Satanás;
pero, primero, consideremos algunas cosas importantes acerca de la oración.
¿Qué es la oración?
ORACIÓN ES HABLAR CON DIOS. La oración no es un rito o una representación pública;
es un asunto personal entre tí y Dios. El Señor Jesús dijo: "Tú, cuando oras, éntrate en tu
cámara, y cerrada tu puerta, ora a tu Padre que está en secreto". El Señor Jesús nos dijo
que no debemos usar "vanas repeticiones", diciendo las mismas cosas vez tras vez.
Nuestras oraciones deben ser sinceras y del corazón.
¿A Quíen oramos?
ORAMOS AL PADRE. El Señor Jesús dijo:
Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos… (Mateo 6:9).
¿PUEDE TODO EL MUNDO ORAR a Dios como a un Padre? No, sólo los que pertenecen
a la familia de Dios pueden llamarle "Padre". Solamente hay una oración que Dios oirá de
una persona inconversa: la oración pidiendo perdón por los pecados. Dios siempre escucha
esta oración de un inconverso.
Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir
como conviene, no lo sabemos… (Romanos 8:26).
En este versículo, el Señor nos dice claramente que lo que Él hace depende de nuestras
peticiones.
SI PIDES… YO HARÉ
Dios es omnipotente; Él puede hacer cualquier cosa que quiera. Pero Dios ha elegido usar
nuestras oraciones para efectuar Su obra aquí en esta tierra. ¿Ves ahora por qué es tan
importante la oración?