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EL SUJETO TRANSGRESOR DE LA LEY

APORTES PSICOANALITICOS PARA


PENALISTAS Y CRIMINOLOGOS
GUSTAVO VAQUERA

Este libro es un grito escrito de agradecimiento a la vida, porque trabajando en


la cárcel volví a sentir que era útil a la sociedad.

A mis padres que siempre creyeron en la Justicia tanto Divina como humana.

Mi profundo agradecimiento al Lic. Alejandro Kotowicz y al Dr. Rubén Manlla,


quíenes hicieron su valioso aporte para que este escrito conociera la luz.-

SECCION : APORTES PSICOANALITICOS AL SABER JURÍDICO

1. INTRODUCCIÓN - PG. 5
2. HISTORIAS CRIMINOLOGICAS PG 15
3. EL SISTEMA JURÍDICO Y

LA SUBJETIVIZACION DEL DELITO. PG 22

4. LA SUBJETIVIZACION DEL DELITO PG. 25


5. LOS ACTOS DEL SUJETO PG. 32
6. LA INSCRIPCIÓN PSÍQUICA DE LA

LEY EN EL SUJETO. PG.36

7. RECURSOS JURÍDICOS QUE NO FAVORECEN

LA SUBJETIVIZACIÓN DEL DELITO PG.32

8. EL LUGAR DE LA CULPA

EN LA SUBJETIVIZACION DEL DELITO PG.45

9- LA CONDENA Y SUS EFECTOS PG. 50

9. EL PAPEL DE LOS JUECES

EN EL REPOSICIONAMIENTO ANTE LA LEY. PG. 57

10. EL PAPEL DE LOS ABOGADOS

EN EL REPOSICIONAMIENTO ANTE LA LEY.- PG. 65

11. LA POLÍTICA PENITENCIARIA LA LEY 24.660. PG. 69


12. - LA PENA PRIVATIVA DE LA LIBERTAD

COMO REPROCHE.- PG. 73

13. EL DETERIORO CARCELARIO PG. 75

13- LA REINCIDENCIA PG. 79

SECCION CRIMINOLOGÍA-PENOLOGIA

14. LA JUBILACIÓN DE LOS LADRONES PG. 90


15. EL HOMICIDA PG. 108

16 – LA NEGACIÓN DE LOS VIOLADORES PG.121

17- EL ESTAFADOR PG. 144

18. MENORES Y SU REBELDÍA A LA LEY - PG.145

19. - ODIO Y RENCOR DEL SUJETO EN SU VIDA CARCELARIA


PG.152

BIBLIOGRAFÍA PG. 159

APORTES PSICOANALITICOS AL SABER JURIDICO

INTRODUCCIÓN

EL SUJETO TRANSGRESOR DE LA LEY

Un intento de lograr una comprensión más profunda del mundo del delito y de
los efectos de inseguridad social que ello genera requiere abordar la dimensión
psicológica, social, económica y espiritual del sujeto que delinque.

Este trabajo se ocupa de la dimensión psicológica del sujeto en cuestión. Y lo


aborda desde la perspectiva que el sujeto que comete un delito contrario a la
Ley mantiene con la ley un conflicto, móvil subjetivo que lo empuja a cometer
actos contrarios a las normas.

El individuo nace en un orden social que lo preexiste y lo sobredetermina. Todo


ser humano por su condición de tal es incorporado a un orden social
estructural. La forma como está amarrado a esta estructura social está inscripto
en su subjetividad. Esta macro estructura social deja su impronta en cada ser
humano. La calidad y la forma de esta insignia en el individuo es lo que cabe
analizar y estudiar. No está en tela de juicio, a nivel científico, la inscripción
subjetiva de la sobredeterminación social. La particularidad de esta escritura se
da en un universo simbólico. Lo simbólico es un poder y principio organizador,
entendido como el conjunto de redes sociales, culturales y lingüísticas en las
que nace un niño. Son anteriores a su nacimiento por lo cual el Lenguaje está
presente desde el momento mismo del nacimiento, en las estructuras sociales
que operan en la familia, y desde luego en la historia, ideales y objetivos de los
padres. Aún antes de nacer el niño, sus padres ya han hablado sobre él o ella,
le han elegido el nombre y le han trazado un futuro. Lo que nos importa es que
antes de nacer el niño ya ha sido hablado y determinado por otro. Aunque el
recién nacido apenas pueda captar este mundo lingüístico afecta rá toda su
existencia. Estos son pronunciamientos simbólicos, pues sitúan al niño en un
linaje, en un universo simbólico. No obstante que éste lo preexiste al niño
existe una operación psíquica que se encarga de construir la función de
inscripción de la Ley en la subjetividad del infante. Esa operación es llevada a
cargo por un significante, su nombre es el Nombre del Padre. Si bien el
significante del nombre del padre es una función que sobrepasa a la figura del
padre, es cierto que sobre la figura de autoridad del padre se recuesta el
principio organizador de la función del Nombre del Padre. Este poder de
inscribir cuestiones de legalidad en la subjetividad por parte de figuras de
autoridad es fundamental en nuestro escrito. Pues presuponemos la hipótesis
que la figura del juez, en tanto representante privilegiado de la Ley y la Justicia,
tiene el poder de tratar con los puntos fallidos de la inscripción de la Ley en la
subjetividad del transgresor.

En este escrito abordamos para nuestro análisis la particularidad subjetiva que


representan aquellos sujetos que se posicionan subjetivamente por fuera de los
márgenes de la Ley. Lo que de ningún modo significa que no estén amarrados
a esta macro estructura social. Es decir, que el sujeto transgresor de la ley está
prisionero de las redes sociales que nos determinan a todos los hombres, sólo
que ellos presentan como rasgo característico de su amarre que están en los
márgenes de la Ley. Están en sus márgenes, pero muy adheridos a ella. Su
relación con la Ley es innegable.

Sí nos preguntamos cuál es o cuáles son los efectos de juzgar y condenar al


hecho delictivo para el sujeto, en lo que a su registro subjetivo se refiere?; la
respuesta no es obvia, pero sí taxativa. El hecho de condenar a ese acto del
sujeto como un hecho delictivo contrario a la ley abre la posibilidad de dar al
acto transgresor la dimensión de un significante rector en la vida del sujeto.

Los ladrones pueden realizar múltiples robos en su vida, pero sólo aquel por el
cual fueron arrestados y condenados puede tener un efecto de sentido para su
vida. Efecto de sentido que puede catapultarlo en la reincidencia o intentar
conducirlo a una resocialización adelictiva.

Es una realidad criminológica muy frecuente que el sujeto ya haya cometido


varias transgresiones previas a la por la que fue condenado. Todos estos otros
actos transgresores no tienen un mayor efecto en la subjetividad. Sólo el acto
transgresor por el que es atrapado lo nombra como un Sujeto transgresor de la
Ley. Entonces, cabe la oportunidad de dar el estatuto de un significante rector
en la vida del sujeto a ese acto por el que fue condenando.

Un significante en si mismo no significa nada, sino que toma valores de


significación en cuánto se asocia a otros significantes. El acto transgresor, por
el que se condena al sujeto, sí es que toma el valor de un significante rector
debemos tomarlo en cuenta para trabajarlo y ver con que otros significantes
entra en contacto para producir efectos de sentido.

Sí un sujeto es condenado y sólo se le ofrecen como alternativa los


significantes del mundo tumbero, los significantes que pueda incorporar del
contacto con otros transgresores alojados en la cárcel se abre un horizonte y
un futuro. Horizonte y futuro que puede cambiar sí es que a este sujeto
transgresor se le ofrecen otros significantes del orden de la Ley, que lleguen a
ser más significativos que los significantes de la vivencia carcelaria. La
subjetivización del hecho delictivo como significante rector del sujeto
transgresor es la apuesta teórica que desarrollamos en este sentido. Poder
escuchar al condenado como un sujeto transgresor de la Ley requiere una
formación teórica, a la cuál el Psicoanálisis aporta y mucho.

El cuerpo teórico e ideológico de los postulados que menciono acerca del


sujeto y la LEY han sido exhaustivamente estudiados por el Psicoanálisis, e
inclusive también por otras disciplinas científicas como la Antropología, la
Sociología, la Lingüística. Entonces, vamos a aceptar que no es nuestro
objetivo demostrar la veracidad de los mismos; sino que nos abocaremos a
comprender sus efectos.

UBICACIÓN HISTORICA Y SIGNIFICANTE DEL TEXTO

Argentina en materia de criminología y penología ha sido un país a la


vanguardia en torno a la humanización del Derecho Penal.

Argentina fue uno de los primeros países en proscribir las penas infamantes
como el tormento, el potro, el látigo o las galeras. Nosotros fuimos uno de los
pioneros en estimar que la recuperación del delincuente no se obtiene con
técnicas o procedimientos destinados a deformar, deteriorar la personalidad
delictiva; sino que el camino adecuado para la resocialización está del lado de
procedimientos técnicos y científicos que posean un alto contenido humanitario
en el trato con el delincuente detenido. Argentina ya en 1813 ordenó la
prohibición del "detestable uso de los tormentos adoptados por una tirana
legislación para el esclarecimiento de la verdad e investigación de los
crímenes, en cuya virtud serán inutilizados en la Plaza de Mayo, por mano del
verdugo, antes del feliz día 25 de mayo los instrumentos destinados a ese
efecto"(ASAMBLEA GENERAL DE 1813).

En 1853 en la Constitución de la Nación Argentina el Art. 18 declara": quedan


abolidos para siempre la pena de muerte por causas políticas, toda especie de
tormento y los azotes... las cárceles serán sanas y limpias para seguridad y no
para castigo de los reos detenidos en ellas, y toda medida que a pretexto de
precaución conduzca a mortificarlos más allá de lo que aquella exija, hará
responsable al juez que lo autorice"

En estas épocas otros países de mucho mayor edad y evolución política, como
por ejemplo Francia, el progreso humanitario del condenado seguiría un ritmo
mucho más lento.
Otra de las aristas en que nuestros antepasados fueron pioneros fue en
considerar que no se puede uniformar a la población penal. Entendieron
que un establecimiento carcelario no puede absorber a todos los delincuentes.
No se puede alojar en los mismos pabellones a los delincuentes alineados, a
los psicópatas, a los psicóticos, a los reincidentes. En nuestra historia
criminológica y penológico se pensó en un "frenocomio", en tanto el
establecimiento adecuado de seguridad. Ya se había probado que para
algunos delincuentes no existía lugar ni en el manicomio ni en la cárcel. Este
frenocomio surge para estos menores díscolos y también para algunos
inadaptados que son los que más frecuentemente perturban el orden, la
disciplina y la tranquilidad del penal. El frenocomio se había pensado para
aquellos que nadie quiere, ni la familia, ni los maestros, ni los cuidadores, ni el
penal, ni el manicomio. En el régimen penal primero se los derivaba al anexo
psiquiátrico, porque se los consideraba que eran totalmente anormales; luego
estimando que se trataba de una bouffe delirante, se los derivaba al
manicomio. A los pocos días, lo devolvían con el diagnóstico de "no alienado".
Entonces, quedaban definitivamente en el anexo, cuando en realidad habían
pensado que este no era el lugar adecuado. ... nuestra historia siempre estuvo
a la búsqueda de una respuesta favorable para el delincuente, tanto en su
alojamiento carcelario como en la legislación que rige el comportamiento
delictivo.-

Nuestro Código Penal contempla exhaustivamente la tipificación del delito, pero


no lo sanciona con severidad. El máximo exponente de la comprensión y
humanización de la legislación penal es la ley 24.660. Esta ley otorga una serie
de beneficios y contemplaciones casi increíbles con el penado que muestra
indicadores de una resocialización positiva. Tanto es la perspectiva benéfica de
la legislación penal que el común de la gente ya piensa que el incremento del
delito obedece a la falta de rigor de la pena.-

El punto histórico y significante en que nuestra historia criminológica-


penológica no pudo avanzar es que una vez que el delincuente ha sido
procesado y condenado por una sentencia, se lo depósita en la cárcel a la
espera - que en el mejor de los casos - una acertada política penitenciaria
lo rehabilite, lo resocialice.

El sujeto que ha transgredido la ley, que ha cometido un acto ilícito a las


normas legales, mantiene un conflicto con la ley que lo regula. El transgresor
mantiene un severo conflicto con la ley que habita en él. Precisamente ha
cometido el acto transgresor porque la ley que habita en él, no regula sus
actos.

El sistema jurídico-penal sanciona al transgresor y después lo coloca en la


cárcel a la espera que allí solucione sus comportamientos y actitudes
transgresoras. En la cárcel, desde un punto de vista estructural, existen pocas
posibilidades que se solucione el conflicto que tiene con la ley porque allí no se
encuentran sus representantes.

Sí un padre tiene un conflicto con su hijo, éste lo puede manifestar


desarrollando un comportamiento inadecuado, que empaña la moral del padre,
como es muy frecuente. El padre decide castigar el equivoco de su hijo no
mandándolo de vacaciones a Brasil con sus amigos. Cómo este padre no sólo
quiere castigar, durante este período trata de incrementar los momentos para
compartir en familia, así realizan almuerzos y salidas juntos. A su vez, decide
mandar al hijo que realice un tratamiento psicológico.

En el mejor de los casos, el tratamiento psicológico le permitirá al joven


entender cuál es el problema con su padre, dimensionar la magnitud de su
rebeldía, reconocer otras alternativas para expresar su conflicto, y no sólo con
transgresiones; podrá comprender a su padre, sus virtudes y defectos.
Seguramente ampliará el conocimiento de sí mismo, y aumentará su
autoestima y autonomía. Los beneficios de este tratamiento y la mejor
comunicación familiar permitirán que el joven pueda cambiar sus hábitos y
comportamientos transgresores. Pero el conflicto con su padre no estará
resuelto... sólo habrá dejado de ser un punto en cortocircuito.

Luego del tratamiento psicológico y del acercamiento familiar el padre necesita


tener un espacio de encuentro con su hijo para abordar el conflicto entre ellos
dos, motivo latente de las transgresiones. Este espacio de encuentro y reflexión
es necesario e imprescindible para solucionar definitivamente el conflicto. Este
espacio de encuentro no se puede dar antes que el hijo haya sido
castigado por la transgresión, ni antes que esté en condiciones de
reconocer su error. No castigarlo sería consentirlo en la transgresión y
mostrar la falta de autoridad paterna. El espacio de encuentro no se puede dar
en plena rebeldía, en ese estado emocional no se puede reflexionar. Es
necesario que pueda reconocer su error y tener una mayor comprensión del
contexto en el que se desenvuelve.

Sí no se da el encuentro entre el padre y el hijo, el problema continúa latente. Y


todo proceso latente dadas ciertas condiciones se vuelve a activar. Lo más
probable es que a este conflicto irresoluto se lo condene a transmitirlo a las
generaciones futuras.

Todo conflicto irresoluto y latente en la intimidad de un sujeto pasa a engrosar


la herencia emocional que se transmite a la descendencia. Así es nuestra
naturaleza humana.

Entre la ley y el transgresor ocurre un proceso demasiado parecido como para


no aprender de la experiencia. Su delito debe ser castigado, este es un punto
insoslayable de la convivencia social.

Veamos que le ocurre al transgresor después de recibir la condena penal:

El tratamiento penitenciario le dará al transgresor, ahora interno carcelario, un


apoyo espiritual que le dará paz a su alma y un sentido de la trascendencia a
su vida; una mejor capacitación educativa y laboral para reinsertarse en la
sociedad con posibilidades de acceder al mercado laboral y desde allí lograr la
propia subsistencia y la de su grupo familiar; el tratamiento psicológico le
permitirá conocerse a sí mismo, reconocer sus puntos de identificación, ideales
y frustraciones, podrá alcanzar mayor autonomía como persona, ampliar su
capacidad de reflexión y disminuir su tendencia de actuar para comunicar. La
palabra ganará terreno sobre el acto, en tanto expresiones del sujeto. El
servicio médico solucionará – en la medida de lo posible – sus problemas de
salud. El régimen penitenciario le enseñará a respetar los límites del otro, y las
normas básicas de convivencia, le mostrará que una conducta adecuada y el
respeto a las normas institucionales son necesarios para vivir en sociedad. El
trabajo social de la cárcel le brindará los elementos para reinsertarse
simbólicamente en lo social.

Ahora, y recién ahora, el interno estará en condiciones de ir a un encuentro


con el juez, en tanto representante de la ley, para reflexionar sobre el conflicto
existente entre ellos.

El juez, como representante de la ley, está capacitado para penar las


transgresiones cometidas. No así para tratar de escuchar los problemas que el
transgresor mantiene con la ley. Todo juez penal sabe y conoce que detrás de
las pruebas de la investigación fiscal hay un sujeto con múltiples carencias, hay
una persona que ha llegado al delito por una serie de factores que lo
empujaron a ello. Muchos jueces alguna vez pensaron": sí yo hubiera vivido y
sufrido la vida de este hombre, qué no habría hecho yo."

La historia criminológica nos ha mostrado que condenar no es suficiente. Y


también que todos los tratamientos penitenciarios son incompletos. Este texto
persigue el objetivo de introducir el paso más allá entre el sujeto y la ley,
en la historia de las transgresiones. Este texto intenta brindar las
herramientas teóricas para que el jurista escuche al transgresor, y lo
ayude a subjetivar el delito cometido y a reconocer su posicionamiento
subjetivo frente a la Ley.

Considero que ahora estamos en otra etapa de esta historia. Esta etapa es la
que nos muestra

la continua interrelación entre el transgresor y la ley transgredida.

Este libro nos introduce en la era dinámica de la relación del transgresor con la
Ley. Durante su estadía en la cárcel el transgresor no tiene una relación
estática con la ley, no está detenido reflexionando su relación con la ley. El
transgresor preso tiene constantes desafíos de interpretación de la ley que
transgrede, tiene un espacio de comunicación con una ley que lo representa,
con una ley que habita en él y que a la vez desconoce.

Este libro plantea que la relación de los jueces y abogados no concluyen


su tarea con el transgresor después de haberle dictado sentencia. Ahí
comienza otra etapa.
Considero que al nivel de la Justicia penal no se ha avanzado en el espacio de
revisión y reflexión sobre lo motivacional de la transgresión. Al nivel de la Ley y
la Justicia sólo se castiga la transgresión, no se la revisa ni se la reflexiona. En
este punto ideológico ubico a este texto. El mismo tiene el ambicioso objetivo
teórico de alumbrar a los miembros de la Justicia, por ser los representantes de
la Ley, en el conflicto sin resolver con el transgresor.

Cualquier jurista que lea estas líneas podría decirme que ese espacio de
reflexión y revisión del conflicto que mantiene el sujeto con la ley es tarea de
los psicólogos de la cárcel.

Durante el tiempo que trabajo como psicólogo de la cárcel, he intentado – con


mucho esmero – de brindar ese espacio de reflexión y revisión con mi escucha
y mi encuentro. Considero que el transgresor necesita al representante de la
Ley para solucionar su conflicto pendiente.

En los mejores tratamientos clínicos-criminológicos que he podido transitar he


logrado que el interno pueda darse cuenta sobre su persona, que reconozca
sus puntos débiles tanto como sus fortalezas, que identifique su
posicionamiento sub jetivo ante la vida y en especial ante la ley, que pueda
llegar a conocer el conflicto inconsciente que vive en él, y que lo empujó a la
transgresión... pero resolver el conflicto que mantiene con la Ley, No.

Él sólo podría llegar a solucionar el conflicto con la LEY con un


representante de la misma; es decir con un jurista. El tratamiento
psicológico, en estos casos, es muy importante en tanto prepara para el
encuentro entre el transgresor y el jurista. Sólo prepara el terreno... pero
no pone la semilla.

Un obstáculo epistemológico a superar

En esta etapa emerge como vital la relación entre el Derecho y el


Psicoanálisis.-

El punto de intersección entre el Psicoanálisis y el Derecho que propongo en


este escrito es en torno al sujeto que ha cometido una transgresión a la Ley, ha
sido atrapado, ha recibido una sentencia, debe enfrentar a la pena privativa de
la libertad y después al proceso subjetivo de reposicionarse o no ante la LEY,
es decir, sí cuando recupere la libertad el proceso vivido en la cárcel lo va a
ayudar a transitar entre o por fuera de los márgenes de la LEY.

Este punto de intersección entre el Psicoanálisis y el Derecho representa todo


un proceso de vida para el sujeto transgresor. Los efectos del punto de
intersección entre el Psicoanálisis y el Derecho tiene efectos en lo social;
porque todo sujeto transgresor tiene una víctima social; es decir, que las
consecuencias del punto de intersección entre el Psicoanálisis y el Derecho
tiene su incidencia tanto en el sujeto transgresor como en su víctima social.

Los hombres del Derecho a lo largo de toda la historia de la civilización, y


especialmente en los dos últimos siglos por la influencia del Positivismo, han
tratado de regular la relación del sujeto con la ley desde el paradigma de la
objetividad. Toma de posición que, sin ningún menoscabo, deja de lado la
subjetividad. El Psicoanálisis ha recorrido el camino inverso, y reitero sin
ningún menoscabo, ha dejado de lado la objetividad.

La neutralidad que la Ley y la Justicia tratan de presentar al sujeto significaría


no tomar parte en los conflictos, actos y decisiones del sujeto. La neutralidad es
en aras de poder dictaminar una sentencia sobre el sujeto y sus actos
transgresores. Ahora bien, cuando ya se ha producido el acto transgresor, y ha
sido dictada una sentencia del mismo, la neutralidad de los hombres de la Ley
y la Justicia no es operativa en aras del sujeto. Este sujeto necesita subjetivizar
su acto, su posicionamiento ante la LEY y para ello todos los que trabajamos o
estamos en el circuito jurídico-penal tenemos que intervenir desde una toma de
posición en torno a lo subjetivo. Mantenerse en la neutralidad y la objetividad
es mantenerse ajeno al sujeto y a los efectos que genera en lo Social.-

El sujeto transgresor de la LEY que ha sido atrapado por el circuito legal va a


enfrentar un proceso de privación de la libertad, a partir de ser arrestado. Este
primer paso – el arresto – puede transformarse en un acto psíquico que de
lugar a que el sujeto reconozca la marca de la Justicia y la impronta de hacerlo
pagar por el delito cometido; o bien puede convertirse en una excusa para que
el sujeto mute de transgresor de la ley a víctima de esta.

Esta segunda vertiente se da cuando el detenido vivencia al proceso de


privación de la libertad como un goce sádico del sistema jurídico –penal. Ello
ocurre cuando la violencia policíaca es de tal magnitud que el detenido se
considera una víctima del sistema. Ellos consideran que han sido violados tan
severamente sus derechos como ser humano que el delito cometido por ellos
pasa a segundo plano. La fuerza policíaca en aras de obtener datos y
versiones que permitan esclarecer el hecho delictivo recurre a métodos de
tortura ilegales. Este procedimiento que, si bien, puede permitir esclarecer el
hecho delicti vo; a su vez, colabora a que se de un estado psíquico que
obnubila al transgresor sobre la misma transgresión. Esta violencia policíaca
esclarece objetivamente el hecho delictivo, pero oscurece subjetivamente
el mismo hecho delictivo. Este estado de victimización del transgresor
hace que todo el período de privación de la libertad no sea vivenciado como un
justo castigo por la transgresión cometida, y entonces no se puede dar un
estado psíquico denominado subjetivización del delito cometido, que es el
resorte que permite al transgresor reposicionarse frente a la LEY. Es decir, que
en estos casos la privación de la libertad es un tiempo para engendrar odio,
resentimiento y adquirir conductas y aprendizajes psicopáticos. En síntesis, lo
más probable que después de la cárcel reincida en el delito, y se produzca un
circuito de retroalimentación negativa

Este estado de victimización del transgresor también puede darse en otras


etapas del proceso jurídico-penal que atraviesa un transgresor de la Ley.
Además la victimización no es el único factor que impide que un
Transgresor pueda reposicionarse ante la Ley que ha transgredido. Todo
sujeto que ha transgredido y no puede reposicionarse ante la ley va
continuar delinquiendo, ya sea porque no puede salir de ese estado de
rebeldía a la Ley o porque es empujado a la reincidencia por el mismísimo
sistema jurídico-penal.

Este libro va intentar transmitirles a jueces y abogados del fuero penal la visión
psicoanalítica de este complejo proceso que vivencia el sujeto transgresor de la
Ley. Voy a intentar posicionarlos de la importancia que tienen tanto jueces
como abogados para que estos sujetos transgresores puedan salir del lugar de
la transgresión a la Ley. Estoy convencido que la rehabilitación del transgresor
es una tarea de trabajo no sólo para los psicólogos y asistentes sociales que
trabajan en la cárcel, sino que es una tarea conjunta de todos los involucrados
en el sistema jurídico-penal.

El sujeto que llega a la Justicia en el fuero penal es por un acto suyo que se
supone transgresor a la ley, o bien porque hubo un acto transgresor que se le
supone de su autoría. Ante ello la Justicia dispone un dispositivo, por la vía de
otro acto – el juicio – para juzgar el primer acto. La sentencia da lugar a otro
acto que lo pone al sujeto en libertad o lo recluye en una cárcel. Incluso, se
espera que la rehabilitación del sujeto sea a través de actos. Las fases de la
pena privativa de la libertad se van sucediendo por evaluación de la conducta
(actos) del sujeto, ahora interno carcelario. A su vez, este cuando sostiene
una buena conducta se dirige al juez a solicitar licencia (más acto) para ir a
visitar a su casa, su familia, su medio.

Es decir que, por la intervención de la Justicia se crea un dispositivo del acto en


torno al sujeto. De esta manera el sujeto queda significado por su inclusión en
una cadena de actos que lo circunscriben, y desde donde toma sentido,
nominación identificación, y existencia. Se puede decir que este circuito legal
clasifica y determina al transgresor como un sujeto del acto. Y esto desde un
punto de vista psicológico es como querer apagar un fuego con nafta.

El transgresor es un sujeto que no puede poner en palabras posiciones


subjetivas y las actúa. Nótese que la posición subjetiva no es ilegal, sino que
lo ilegal nace de actuar la posición subjetiva. Hoy en día, millones de
argentinos están sumidos en la pobreza (posición subjetiva) , algunos de ellos
la exteriorizan por el imperio de la palabra : pidiendo planes trabajar, ayuda
social, protestando contra la corrupción de los políticos, etc. Otros actúan la
posición subjetiva : roban, secuestran, estafan, etc. Desde el punto de vista
psíquico el sujeto necesita canalizar el malestar y sí no lo hace en el imperio de
la palabra, lo hará en el imperio del acto.

Los hombres del Derecho al leer estos párrafos bien podrían decir que este
psicoanalista está dejando de lado una cuestión esencial como lo es el principio
que el discurso jurídico también se funda en palabras, tanto escritas como
verbales. La ley está escrita en palabras, y los juicios penales son orales.

No es mi intención sembrar la dicotomía : el sistema jurídico-penal es un


circuito del acto y excluye de la palabra al sujeto. A lo que hago referencia es
que está instalado un dispositivo en el sistema jurídico-penal que jerarquiza al
acto y destituye su importancia a la palabra plena como lugar simbólico del acto
actuado. Por ejemplo, sí en un juicio, ya sea el acusado o la víctima da su
versión del hecho, esta palabra queda subsumida a la objetivización que se
pueda hacer de la misma. Por ejemplo, sí el acusado dice "yo la maté sin que
me de cuenta de lo que estaba haciendo". Estas palabras para ser
consideradas palabras plenas necesitan que un informe psicológico o
psiquiátrico de constancia de la veracidad de las mismas, es decir esas
palabras para ser tomadas como palabra plena necesitan de la objetivización
que hagan de ellos los peritos de la justicia. Las palabras en tanto expresión de
la subjetividad del acusado no valen, valen sí es que esas palabras son
objetivadas por los informes de los peritos. A la vez, sí la víctima dice "ese
señor es el que me robó", ese reconocimiento es importante como evidencia,
pero necesita que se verifique y objetivize esas palabras : se tiene que probar
que esa mujer no se confunde objetivamente, que ese señor pudo haber
estado en el lugar del hecho, le tienen que secuestrar el arma con el que
realizó el robo, secuestrar el dinero o algún objeto que de cuenta del hecho
delictivo etc. Es decir que las palabras de los sujetos están subsumidas en una
primacía de la objetividad. Y considero que a los efectos de realizar un juicio
justo así debe ser. No obstante, eso implica que la primacía de la objetividad
sobre la subjetividad está conformando un pilar del sistema jurídico-penal.

Ahora bien, una vez que se ha reconocido que el sistema jurídico da


importancia a lo objetivo sobre lo subjetivo, se puede admitir que este mismo
sistema instaure un dispositivo que privilegie el acto sobre la palabra. Este
dispositivo que privilegia el acto sobre la palabra es operativo y eficiente y es
un gran pilar para el soporte ético de la neutralidad(objetividad) de la justicia.
No obstante, lo que planteo es que para que se pueda dar un proceso de
resocialización de un sujeto transgresor de la ley este principio de la objetividad
ya no es tan eficiente. Lo que proclama este escrito es que un sujeto que ha
transgredido la ley necesita subjetivizar la transgresión cometida, y ello sólo
puede ser llevado a cabo desde un registro de la palabra. El transgresor tiene
que poner en palabras los móviles consciente e inconscientes que lo llevaron y
empujaron a cometer el acto transgresor, tiene que poder retraducir en
palabras el empuje que tuvo ese acto en aquel momento. El transgresor tiene
que poder poner en palabras su cambio de posicionamiento subjetivo ante la
ley. No creer que porque realiza un buen comportamiento (acto) en el penal ya
ha podido cambiar en torno al mundo delictivo. Se reconoce que para que se
aleje del mundo delictivo tiene que valorar a la familia, y que sí el interno se
puede reinsertar en el mundo laboral- a través de un acto – como lo es
consiguiendo un trabajo ya va a ser el jefe de una familia. El lugar de jefe de
familia corresponde a una toma de posición en la estructura familiar, y no al
que realiza actos para traer dinero para la subsistencia de sus miembros. La
reinserción de un delincuente en su núcleo familiar lo va realizar poniendo en
palabras sus cuestiones personales en relación a todos los miembros de su
familia, ese sujeto se va a reinsertar en su familia sí es que puede hablar con
ellos y sí es que los puede escuchar, también, a ellos. Un sujeto se va a
reinsertar en su familia sí es que puede recordar y poner en palabras la historia
de la familia, y cómo surgió en esa historia un lugar para que él comience a
actuar como un transgresor de la ley. La familia empuja al sujeto al mundo
delictivo. Esa es una cuestión que debe ser hablada, porque sí no se lo habla
se lo va a actuar.-
Los jueces tienen que poder ayudar al interno carcelario a que ponga
palabras allí donde hubo un acto transgresor, porque sí no lo hace, por la
tendencia a la repetición – y por no haber un cambio subjetivo – va a
repetir el acto. Los jueces no le puede pedir al sujeto que le ponga
palabras allí donde hubo un acto transgresor durante la fase en que él
está procesado, porque eso sería pedirle que se confiese culpable. Pero
sí es imperioso que cuando esta penado le debe ayudar a poner palabras
allí donde hubo un acto. Los jueces deben recordar que este pedir
palabras donde hubo actos no es sólo una cuestión consciente. La
palabra ausente muchas veces – la mayoría de las veces – debe emerger
de un registro no consciente del sujeto.

La brigada policial le arranca palabras al detenido en busca de una declaración


de confesión del hecho y que ayude a su esclarecimiento. Sabemos que este
arrancarle palabras lo hacen – la mayoría de las veces con métodos ilegales. El
juez no necesita arrancarle una confesión de culpabilidad al interno carcelario,
pues ya ha sido condenado. Eso no hace falta. Lo que hace falta es que pueda
poner palabras a su posición psicológica y no actuarla.-

Este libro también va a transmitirles que la responsabilidad de jueces y


abogados no termina en el juicio que emite una sentencia de un hecho
delictivo, espero que puedan recibir esta nueva información y la
responsabilidad que ello implica.-

CAPITULO : HISTORIAS CRIMINOLOGICAS

Estos breves comentarios de historias criminológicas nos invitan a


pensar el posicionamiento subjetivo del sujeto que ha transgredido la ley,
cometiendo un delito penal. Y a tratar de entrever la manera como un juez
o un abogado pueden influir en este posicionamiento.-

HISTORIA 1 – Pepito honguito estaba bebiendo desde el jueves, y ya era


domingo. No lo estaba haciendo solo, lo acompañaban cuatro amigos. Esa
noche violan y matan a un niño de 8 años. La investigación fiscal del horrendo
crimen arroja los siguientes informes

.-el 25-9 el niño no puede ser encontrado por sus padres y vecinos. La víctima
es familiar del interno. Se conocían y tenían un trato frecuente. La relación de
ellos no se destacaba por ningún trato especial, sólo una relación de familiares.
El niño al igual que el interno no son reconocidos por su padre, ambos son
criados y sobreprotegidos por sus respectivas madres.- Ese domingo el interno
había estado reunido con 4 amigos en un club deportivo bebiendo. El ya venía
bebiendo excesivamente desde el viernes. Al salir del club deportivo se dirigen
a una obra en construcción, en la cual se encontraba XY, trabajando de sereno.
Allí se separan los 4 amigos. Sólo continúan bebiendo el interno y XY.
Aproximadamente a las 21 hs., se dirigían a la casa de XY para continuar
bebiendo, en el camino se encuentran con el menor. Este menor solía
mendigar, por lo que en ese momento podría haber tenido algunas monedas.-
.- el día 26-9- encuentran al cadáver del niño en una acequia a la vera de un
camino vecinal. El cuerpo tenía rastros de haber sido golpeado y ahogado para
causarle la muerte. También tiene los signos de haber sido violado. El cuerpo
es hallado a la orilla de una acequia, pero el lugar del encuentro de la víctima
con los agresores se encuentra a unos 50-60 metros de unas casas, que en
esos momentos estaban habitadas.

.-El informe del médico forense revela :

XY: " Dos escoriaciones de 5 mm. De diámetro en dorso de mano derecha,


sobre articulación metacarpo falángica del 2do. Dedo. Herida suturada de 3 cm.
De longitud en región tenar de mano izquierda. Exámen genital: el pene
presenta en cara ventral sobre surco balano prepusial dos desgarros
superficiales de 3 mm. De longitud, orientación transversal a ambos lados del
frenillo. Conclusión: presenta signos de coito violento reciente, en
consecuencia, salvo complicaciones, curará en 10 días, tres de los cuales se
encontrará incapacitado para su trabajo" (fojas 19)

INTERNO:"Dos escoriaciones de 3 mm. De diámetro en dorso de parte externa


de mano derecha. Exámen genital: no se observan lesiones en genitales
externos. Conclusión: no se observan signos de coito violento, en
consecuencia, salvo complicaciones, curará en 5 dias, sin incapacidad para su
trabajo"(fojas 21)

.- XY no se presenta al juicio, y se desconoce su paradero.-

Estos elementos permiten plantear la hipótesis que en el hecho delictivo el


menor es violado por uno de los agresores(XY) y que el otro, Pepito Honguito-
interno carcelario, para que no grite lo ahoga y golpea hasta causarle la
muerte. El se resistió a la violación, en tanto agredió físicamente a sus
atacantes. No puede haber sido violado y muerto por una persona porque
ambos registran heridas en los dedos; además sí lo viola una sola persona, el
niño hubiera gritado por el dolor del desgarro esfinteriano y lo hubieran
escuchado los vecinos. En sus declaraciones el interno admite haberse
encontrado con la víctima la noche del crimen, pero no recordar los hechos que
causaron la tragedia. XY no admite haber estado bebiendo con el interno y
mucho menos haber estado en contacto con la víctima esa noche.

Pepito honguito, el interno, es uno de esos tantos sujetos que tienen


predisposición a establecer relaciones homosexuales. Esa atracción está
dominada por el efecto de un padre ausente. P. Honguito, por un lado no puede
asumir su tendencia homosexual y por otro no sabe que su posición subjetiva
sexual está dominada por la marca afectiva del padre. En la fantasía sexual XY
es como un padre para Pepito Honguito, y nada menos que un padre del cual
se tienen una dependencia afectivo-sexual.-

En el juicio Pepito Honguito no lo incrimina en el delito a su compañero XY.

Qué puede representarle XY a Pepito Honguito para que se calle y sea


condenado a prisión perpetua sin involucrarlo a su compañero en el delito?
En el juicio es condenado a 25 años de prisión Y el sujeto XY permanece libre,
en tanto prófugo. Luego por cuestiones penales y judiciales diversas está por
salir en libertad condicional a los 13 años. Lo que más quiere Pepito Honguito
es salir en libertad; pero además quiere hablar con un juez de su silencio. Ante
la escucha analítica se puede inferir que lo que quiere hablar es de los motivos
confusos que lo llevaron a callarse en el juicio. Quiere hablar de lo que
realmente pasó esa noche, quiere intentar decir algo del encubrimiento.
También quiere que el juez hable de la condena, porque sólo a él?

Qué valor tiene para Pepito Honguito haber cumplido 13 años de una condena
de un delito que no fue totalmente esclarecido? Pepito Honguito podrá
subjetivar el acto transgresor con esta condena que no juzga a todos los
culpables? Cuál es la posición subjetiva posible para este sujeto después que
salga de la cárcel? ¿ porqué y para qué quiere hablar con un juez? Qué
podrían haber hecho abogados y jueces para colaborar que Pepito Honguito
acepte su estadía en la cárcel como un castigo por el delito cometido?

HISTORIA Nº2

Había comenzado su carrera delictiva en los albores de su adolescencia,


siempre cometiendo robos tan ingenuos, que se podría decir – sin exagerar –
que robaba para ser detenido. Era un niño abandonado por su núcleo familiar.
Varios informes psicológicos marcaban su tendencia melancólica, tenía
tatuajes y cortes en su cuerpo, registraba antecedentes de fuga, siempre cerca
de obtener verdaderos beneficios en su pena privativa de la libertad. Cuando
se encontraba muy pronto a obtener la libertad condicional, se suicida en la
cárcel. La posición subjetiva de este joven habrá tenido que ver con el
desenlace que tuvo su vida? Cuál es el mensaje que deja esta muerte para los
miembros del sistema Jurídico-penal?

HISTORIA Nº3

Viola a la novia de su amigo, hecho que cuenta a algunos internos del penal. A
otros les cuenta que es inocente.

Su coartada consiste en una carta de amor apasionado que la víctima le


escribe a su novio, en la que le detalla su anhelo de hacer el amor con él. Un
grupo de vecinos escribe un petitorio defendiendo su honorabilidad laboral y su
moral. No se pudieron realizar las pruebas del ADN.

Las pruebas en su contra son la declaración de la víctima, que lo acusa sin


ningún tipo de duda, y las pericias psicológicas dan cuentan de su perfil de
personalidad compatible con el delito que se le imputa.

En el juicio sale absuelto.

Cómo vivencia a la ley un sujeto que ha burlado a la justicia?


HISTORIA Nº 4

G.A. es uno de esos tantos jóvenes que viven en estado de éxtasis su


sexualidad. El ha tenido sexo con cuanta mujer tuvo la oportunidad. Un
domingo estaba en un asado con amigos, se acercan al festejo dos jóvenes de
la zona. Luego llegan a un acuerdo, su primo y él tendrían sexo con una de
ellas por dinero. Su primo comienza el acto sexual. Después es su turno. La
madre de la joven radica la denuncia que su hija de 14 años ha sido violada.
GA y su primo caen en prisión. Para él se está cometiendo una injusticia. EL
NO ha violado a ninguna mujer, simplemente ha tenido sexo con una más de
ellas. Un año y siete meses después de su detención, va a enfrentar su juicio
oral. Su abogado le promete el oro y el moro. Una de sus tantas promesas es
que lo va a sacar libre.

Grande fue mi sorpresa al comprobar que nadie le había informado a GA. que
el sólo hecho de haber tenido sexo con una menor ya es delito, sin importar sus
detalles. Ese acto sexual es un delito sexual para la justicia. Fue condenado a
7 años. Un juez del tribunal que lo condenó, accede a hablar con él, en
audiencia personal. Le vuelve a explicar la figura delictiva de tener sexo con
una menor. GA. Rescata que el juez le dijo :" para mí no hubo violación ... pero
para la justicia si hubo delito, por eso te condenó." Meses después, en otra
audiencia con el juez, éste lo felicita por haber aceptado la condena, y por el
proceso que está viviendo en la cárcel. Le promete ayudarlo en lo que sea
posible. GA. Escribe un diario de su estadía en la cárcel, y numerosas poesías
de amor. Su escritura es interesante, y bordea lo apasionante. Pero está
plagada de errores ortográficos. Ante ello el juez le promete prestarle unos
libros para la próxima audiencia. Nunca lo hizo porque se olvidó.

¿Cuál es la incidencia psicológica de la palabra de el juez en este interno ¿


¿Qué consecuencias le acarreo el olvido? Las promesas infundadas de libertad
del abogado defensor que consecuencias psíquicas traen a GA.?

HISTORIA Nº5

En su temprana juventud, estaba jugando un partido de fútbol, allí un rival le


hizo "un caño", y todos se le burlaron. Al termino del partido, esperó al rival que
lo había ofendido y lo mató de una puñalada por la espalda. Por este asesinato
no recibe ninguna condena.

El estaba teniendo un aventura amorosa con una mujer casada, un día el


marido regresa y los descubre. El no intenta huir – como lo habría hecho una
persona que reconoce su culpabilidad – se quedó lo enfrentó, lo venció y
después le cortó varios dedos de la mano. Es detenido por el delito de lesiones
gravísimas. Jamás habló de su accionar delictivo; sí lo hacía de lo pobre que
era él y de lo abandonada que era su familia.

Estando en la cárcel se entera que su mujer estaba teniendo relaciones con


otro hombre. Su relación era de concubinato, entonces decide que quería
casarse con ella como un ardid para tramar su venganza . Para ese entonces,
estaba gozando de numerosas licencias a su casa, varias de ellas con el
pretexto del fortalecimiento del vínculo amoroso. Un día antes del casamiento,
mata a su pareja en el interior de la cárcel.-

Cuál era el posicionamiento subjetivo de este interno carcelario? Era


compatible con alguien que deseará casarse después de 14 años de
concubinato?

HISTORIA Nº6

Mata a un remisero de un balazo en la nuca. Es su primera incursión en el


mundo delictivo. Tiene 14 años.

Cuatro meses después una tía suya, hermana de su padre, lo demanda a éste
por brutales agresiones hacía su persona. Su tía es ciega. Ella va a decir "xx
vivió las mismas agresiones que yo, y estas son las consecuencias". Cómo va
a poder articular un juez estos datos criminológicos? Cuál es la influencia de un
padre violento en el hecho de terminar cometiendo un homicidio? Cómo
posicionar a este joven ante la ley? Cuál podría ser la dirección de un
tratamiento posible para él?

HISTORIA Nº 7

Una noche un joven empresario circulaba en su ciclomotor, es interceptado en


un oscuro callejón para ser asaltado. El no se resiste, pero igual es asesinado
de un disparo. Este joven era conocido por su tendencia homosexual. Los
asaltantes se movilizaban en un automóvil, eran cuatro. Tres de ellos varones y
una mujer.

Estas son sus versiones del hecho.

"A" – el chofer del auto admite que ellos habían intentado robar al joven,
porque habían salido esa noche con esa intención. Señala que se bajó del auto
uno de ellos, y le disparó, cuando ese no era el propósito consciente. Ellos
tenían planeado asaltar a otra víctima, pero no la encontraron. Al ir a cargar
combustible, se encuentran con la mujer, quién se dedicaba a la prostitución,
ella les indica un hombre que sí tenía dinero, porque ella lo vió cargando
combustible. Así es como toman contacto con la víctima.-

"B" – La joven aduce que ella fue invitada por los sujetos del auto para llevarla
de regreso a su domicilio, ella no había salido con ellos esa noche.
Simplemente la invitan a subir, y ella lo hizo porque era amiga del chofer, que
imprevistamente se bajó uno de ellos para tratar de asaltar al motociclista, y
que escuchó un disparo.

"C" – El matador dice que no fue él, quién se bajó del auto, sino que fue el
chofer, que los otros dos conocían a la víctima, por su profesión, por ser
homosexual, y por vivir en el mismo barrio que "D".
"D "– Dicen que habían estado tomando cerveza y vino, que estaban
alcoholizados, él estaba tan mal que iba tirado en el asiento de atrás del auto,
que no sabe nada de lo que ocurrió esa noche.-

A través del juicio se pudo reconstruir la escena del delito de la siguiente


manera:

"D" invitó a el chofer a que hicieran un trabajito fácil, pues ya habían estado
robando juntos. Esa noche se encuentran con "C", y te nían referencia de él.
Los tres se dirigen a realizar el trabajo, no lo encuentran a la supuesta víctima.
Entonces, comienzan a deambular en busca de alguna víctima. Se encuentran
con la joven y le preguntan sí no sabía de alguien que tuviera dinero. Ella les
dice que sigan al motociclista que acaba de cambiar dinero para cargar. Lo
siguen, al verlo lo reconocen y sindican a "C" para que efectué el asalto,
porque a él no lo reconocería. "C" se baja del auto con la pistola, lo intercepta,
le pide la billetera, y repentinamente de un tiro lo mata.

En la sentencia, "C", el matador, es condenado a 9 años; el chofer a 6 años,


"D" a 5 años , y la chica es absuelta.-

La sentencia al no condenar a la mujer, en tanto entregadora de la víctima y


presunta participante para repartir lo robado, no permite a los otros tres
integrantes de la escena delictiva sentir que accedieron a una justa condena.
Ellos jamás podrán subjetivar su posición subjetiva frente al delito y a la LEY,
mientras no se haya obrado con Justicia sobre todos los involucrados en el
hecho transgresor

POSICIÓN SUBJETIVA DE CADA UNO ELLOS EN SU ESTADIA EN PRISIÓN

.- El chofer admite su participación en el delito, admite que podía haber pasado


lo que pasó en tanto salían a robar con un arma de fuego, la cual era de su
propiedad, reconoce que la condena es justa, y que eso les ocurrió porque ya
venían robando. Es un interno de buen comportamiento en el penal, pronto
recibe un trabajo en la cárcel, de los mejor remunerados, por su buen
comportamiento. Recibe visitas de sus esposa e hijos, y también de sus padres
y amigos. Trata de aprender un oficio – cualquiera – para poder enfrentar el
mundo laboral a la salida de la cárcel. Durante su estadía en la cárcel mantiene
relaciones homosexuales.- Realiza un breve tratamiento clínico-criminológico
individual, y también otro breve enfoque terapéutico familiar.-

.- el matador,"C", luego del juicio admite su participación en el delito y relata la


verdadera versión de la escena delictiva. No reconoce motivo consciente
alguno para haber efectuado ese disparo. En su evaluación psicodiagnóstica
emergen sentimientos disfóricos a la figura femenina, e incluso identificaciones
a posiciones femeninas. En su historia de vida se destacan sus actos
antisociales; en la cárcel – aún – mantiene ese perfil, pero tratando que no sea
demasiado evidente. Es un sujeto que se le dificulta posicionarse en el
tratamiento clínico-criminológico.
.- "D" continua negando su participación en el delito, y más aún su adherencia
al mundo delictivo. Continuamente se posiciona como víctima, y trata de
obtener resultados psicopáticos de esta actitud. No tuvo tratamiento
psicoterapéutico-criminológico en la cárcel. Realiza un abordaje
psicoterapéutico y psiquiátrico en el Hospital. Esta actitud es un logro
psicopático para salir de la cárcel, más que un espacio para encontrarse
consigo mismo, desde el código carcelario.-

Los tres internos obtienen permisos de salida(licencias) para ir a visitar a su


familia, son casados y tienen hijos. Podría a algún juez interesarle la óptica qué
es la muerte de un homosexual la que ha ocurrido en esta transgresión, y
preguntarse cuál es la incidencia de este factor en la subjetividad de los
transgresores? Qué influencia podría tener que el juez trate de encontrarle un
sentido a los actos psicopáticos que realizan desde la cárcel? Qué podría
haber hecho desde el lugar de juez para ayudar a reposicionarlos ante el delito
cometido y la ley transgredida ?

HISTORIA Nº 8

Es el mayor de 6 hermanos, él único que lleva el apellido materno. No conoció


a su padre, ni llegó nunca a saber nada de él. No lee, ni escribe, no va a bailes
o boliches, no tuvo novia, no tiene salidas con amigos, no tiene un
comportamiento antisocial. Sólo trabaja y está con su madre. Su único hobby
es en torno al fútbol –alguna vez lo practicó- actualmente se desempeña como
entrenador de divisiones infantiles. La Justicia lo condenó a 8 años por violar a
un menor. No acepta el delito que se le imputa. El psicoanálisis realizó aportes
significativos en torno al corte en la díada madre-hijo, este historial da cuenta
de una severa disfuncionalidad en este tipo de relación.

El psicoanalista no puede poner a hablar al sujeto de estas cuestiones, él se


mantiene firme en la negación del violador, podría el juez - desde su investidura
- realizar algunos aportes para que se realice algún movimiento en la estructura
de personalidad del interno?

HISTORIA Nº 9

La víctima, un conocido personaje con conductas antisociales, le quemó su


humilde vivienda. El no tuvo reacción emocional ante el siniestro, sólo cuando
lo cruza al incendiario, a plena luz del día, en pleno microcentro de la ciudad,
se trenza en feroz pelea. En la cual cualquiera de los dos pudiera haber
muerto. Dos abogados le ofrecen a él y a su familia intentar salvarlo de la
condena por emoción violenta. En el juicio es condenado a 9 años. Es un
interno que reconoce el delito cometido y acepta la pena recibida; pero también
continua diciendo :"algo más fuerte que yo me empujó ... ". Este interno tiene
esposa e hijos. La figura de la emoción violenta y de haber matado a "un sin-ley
" sobrevuela a él y a su familia, y tal vez a la comunidad en que vive. Es sólo
tarea del psicólogo de la cárcel trabajar la posición subjetiva del interno ante la
ley y el delito cometido?; también es función del psicólogo la posición de su
familia?. Cual es la función social de la Justicia en esta historia de matar a un
incendiario de frondoso prontuario policial? El darle un condena de homicidio
"baja" puede hacer justicia en este homicidio? Cuál es la repercusión social de
haber matado a un hombre temido por la sociedad?

HISTORIA Nº 10

Se junta a vivir con una mujer que tiene un niño de 4 años. Este, como todo
niño, causa ciertas molestias en los tiempos de descanso. En una siesta que
no puede conciliar el sueño por los ruidos del infante. Lo mata a patadas. Lo
condenan a muchos, muchos años de prisión.

A poco más de un año de su estadía en el penal, decide pedir permiso para ir a


estudiar de noche. Los jueces le conceden el permiso de estudio, en horario
nocturno. Cuál es el beneficio de una mejor preparación educativa para un
hombre de una violencia incontrolable?

El mismo interno llegó a decir :" a mi me condenaron por un crimen que no


cometí ... creyeron en mí por eso me dejaron que vaya a estudiar..." Cuál es el
beneficio que le brindan los jueces con ese permiso, sí el interno lo usa para
reforzar la negación del aberrante delito cometido? El interno se fuga del
penal, no regresa de una licencia para ir a su lugar de estudio.

Estas 10 historias criminológicas, estas 10 historias humanas – y muchas que


no están escritas – me empujan a tratar de compartir lo que aporta el
PSICOANÁLISIS acerca del transgresor de la Ley, y también la manera como
los hombres del DERECHO podrían aprovechar esta perspectiva. Esta
escritura, no es una letra de protesta o queja, es un espacio para tratar de
reconocer lo que nos falta por recorrer en este arduo camino que es la
rehabilitación psíquica y social del transgresor de la Ley. -

CAPITULO :

EL SISTEMA JURÍDICO Y LA SUBJETIVIZACION DEL DELITO

La estructura de la relación del juez, en tanto representante privilegiado del


sistema jurídico, con el transgresor posee una modalidad de vaciado de
subjetivización.-

El transgresor llega a los estrados del jurista a través del expediente de la


causa. El transgresor se encuentra detenido en una comisaría y el juez y/o el
fiscal consideran los elementos de la investigación fiscal para determinar el
destino del mismo (continuar detenido allí, alojarlo en la cárcel, detenerlo con
prisión domiciliaria, dictaminar el cese de prisión, etc). La investigación fiscal
continua sus pasos, se recogen pruebas, se solicitan pericias técnicas durante
el estado de procesado del transgresor.

En este período el transgresor tiene un contacto fluido con su abogado


defensor y con el fiscal. Estos dos juristas están realizando su labor en aras del
esclarecimiento de la causa. El abogado defensor busca que de esta causa
su defendido salga. El fiscal pone todo su encono profesional para que
quede imputado en la causa. Ambos trabajan fundamentalmente por y
para la causa.- la voz de SERA JUSTICIA no es en sí para el sujeto de la
transgresión sino para el acto transgresor.

La JUSTICIA para el sujeto del acto transgresor, desde un punto de vista


subjetivo, emerge luego del juicio por la causa :xxx. El acto de justicia emerge
de evaluar el acto transgresor a la luz de la ley penal. El Código Penal legisla
sobre el acto transgresor no sobre el sujeto de la acción. El Código Penal sólo
requiere que el sujeto sea imputable sobre su acto. El sujeto no obtiene
justicia por su verdad subjetiva, sino por su veracidad objetiva. El sistema
jurídico, representado en la figura del juez, busca y evalúa criterios de
objetividad para emitir la sentencia de la causa :xxx. El sistema jurídico
requiere que el sujeto de la causa en el momento del hecho haya sido
consciente de su decisión y dueño de su voluntad para ejecutar el acto
transgresor, es decir, que la sentencia del juicio penal no admite otro pilar que
la objetividad para que se pueda exclamar la voz de Justicia.

Este es el eje simbólico de nuestro sistema jurídico, y sin lugar a dudas, está
asentado en el principio de la objetividad para con el sujeto.

Ahora bien, en este momento de la causa pasa este sujeto a ser un transgresor
de la Ley. Este proceso taxativamente debe ser enunciado como un proceso
vaciado de subjetivización, pues este proceso jurídico se encuentra en el
reinado de la objetivización del sujeto ante la Ley.

Lo que este libro pretende proponer como hipótesis de trabajo es que el


reposicionamiento del sujeto transgresor ante la ley es un proceso que debe
incluir la otra faz del sujeto, su vertiente subjetiva.

El solo hecho de condenar a un delincuente a la pena privativa de la libertad no


podrá ayudarlo a que se aleje del mundo transgresor, porque así planteado el
proceso jurídico-penal sólo connota la verdad objetiva del sujeto.

La esperanza de todo el sistema social es que la condena sirva para que el


sujeto que haya equivocado sus acciones se retracte de las mismas y se
reencauze en una rehabilitación social. Esta esperanza social está haciendo
una fuerte apuesta al fracaso sí pone todo su énfasis sólo en la verdad objetiva
del sujeto. Sobre el pilar de la subjetividad del sujeto se realiza la apuesta de
rehabilitación social del transgresor de la ley. La condena del sujeto recae
sobre su objetividad, su resocialización sobre su subjetividad, recién,
recién entonces SERA JUSTICIA.

Hoy en día, el gran aporte y esfuerzo del sistema jurídico se agota en la


vertiente de la objetividad. Sólo existe un tibio impulso a que los profesionales
psi de la cárcel logren que el sujeto se posicione subjetivamente ante el delito
cometido a través de un tratamiento posible, el cual se realiza en la cárcel o en
las instituciones de Salud Mental(patronato de liberados, hospitales, etc) que
trabajan anexas al sistema jurídico.
Así como está estructurado, hoy en día, el sistema jurídico-penal son
escasísimas las posibilidades de encauzar en un proceso de subjetivización al
sujeto imputado en una causa penal. El imputado de la causa va a poner todo
de sí, incluso mentir la veracidad de los hechos, para que en el juicio o en la
investigación fiscal pueda recuperar su libertad. Es decir, que no solo el
sistema jurídico está inmerso en la vorágine simbólica de la objetividad ante la
ley, sino que el mismo sujeto imputado también lo está. Y esto es una doxa
inapelable no tan sólo desde una perspectiva teórica, sino también desde la
perspectiva criminológica. Todo sujeto procesado dirá que es inocente de la
causa que se le imputa. Recién después del juicio e incluso después que la
sentencia queda firme admiten su verdadera versión de los hechos.

Y recién en este momento desde una lógica subjetiva se puede poner a


funcionar el proceso de subjetivización ante el delito cometido.

En el momento que el sujeto puede comenzar a trabajar su


posicionamiento subjetivo ante el delito cometido, paradójicamente, el
sistema jurídico comienza a declinar sus esfuerzos para brindar justicia.
El sistema jurídico-penal una vez que ha dictado sentencia prácticamente
culmina su misión de Justicia, y deposita al penado en la cárcel. A la
espera que la condena le sirva de escarmiento y lo haga cambiar.-

Nuestro sistema jurídico-penal(en Tucumán) carece de jueces de


sentencia, que serían los magistrados encargados de sobrellevar el
proceso de subjetivización del transgresor penado. Esta carencia no es
sólo un problema de presupuesto, también obedece a una falta de
estrategia resocializadora del sistema jurídico-penal.-

Algunos puntos conceptuales en torno a un posible proceso de subjetivización


podrían ser, por ejemplo :

a. el acto delictivo es también un hecho psíquico. El sujeto debe recibir


Justicia tanto por el acto delictivo como por el hecho psíq uico. Se hace
Justicia en torno al acto delictivo a través de un juicio justo, la sentencia
y la condena. Se hará Justicia en torno al hecho psíquico cuando se
ayude al sujeto a reconocer su posición subjetiva ante la Ley y a
subjetivar el hecho delictivo.
b. el interno penado firma la sentencia de los jueces, pero la mayoría de las
veces, no la comprende, no la acepta y de esa manera no la va a poder
subjetivizar como un castigo por la transgresión cometida. "a mi por una
violación me dieron 12 años, yo era primario, y a xxx por un homicidio le
dieron 9". Considero que es función del juez de sentencia trabajar con el
interno penado este punto fundamental en torno a la condena. De qué
sirve una condena penal, por más justa que sea, sí el sujeto penado no
la comprende y no la acepta, ya sea total o parcialmente? Como
psicólogo he intentado trabajar este punto y reconozco que es un
esfuerzo estéril querer ocupar un lugar que no es el propio. Este es un
lugar para un juez. El interno penado necesita hablar y saberse
escuchado por el juez. El es el representante de la ley que se ha
transgredido.
c. El juez debe tener entrevistas con la familia del penado, pero no para
concederle licencia o para conocer las necesidades básicas
insatisfechas del grupo familiar, sino para evaluar el grado de conciencia
que tienen ante el delito cometido, como se posicionan para ayudarlo a
aceptar la condena, y sí pueden reconocer el mayor o menor grado de
influencia de todo el grupo familiar al mundo transgresor. Considero que
el juez no sólo está para dictar sentencia, sino también para reposicionar
al transgresor y a su grupo familiar sobre la ley, sus alcances y sus
puntos de fractura.-
d. La mayoría de los internos del penal tienen el prejuicio que asistir al
psicólogo es un signo de debilidad mental "sólo el que está chapita va al
psicólogo". He tratado de transmitir a la población penal que la escucha
Psicológica no es sólo un remedio ocasional para los locos, sino que es
un espacio para poder reconocer su propio posicionamiento ante la ley y
el delito, y también un espacio para elaborar la vivencia carcelaria. Estos
conceptos serán mejor comprendidos sí emanan de un juez, es mi
hipótesis. Pero no de un juez que los manda a hablar con el psicólogo
porque él no los quiere escuchar. Sino de un juez que escucha y sabe
discrimar los espacios de esa escucha.-

CAPITULO : SUBJETIVAR EL HECHO DELICTIVO

El proceso para que una persona pueda subjetivar el hecho delictivo debe
entenderse como un acto psíquico a partir del cual el sujeto puede hacerse
cargo de su historia, asumir que el momento del acto delictivo está inscripto en
su historia, en su cadena significante y en sus puntos de Goce. A su vez, tiene
que poder determinar cuál es su responsabilidad en el acto que se le imputa y
al mismo tiempo poder precisar cuáles han sido los factores precipitantes del
acto, más allá de la sobredeterminación que lo han impulsado a lanzarse al
mismo. Es decir, que para subjetivar el acto delictivo el sujeto tiene que poder
determinar cuál es su historia y cómo se inscribe este acto en la misma. El
sujeto tiene que poder determinar los móviles que llevaron a que él se precipite
en ésta acción, y a la vez responsabilizarse de la misma.

Entonces, un elemento imprescindible para poder subjetivizar el delito es que


reconozca la autoría del hecho delictivo.

Luego es importante que pueda reconocer tres elementos(factores


precipitantes, móviles identificatorios inconscientes e historicidad del acto)
como móviles del acto. Estos son fundamentales para que una persona pueda
hacerse cargo de subjetivar el hecho delictivo.

FACTORES PRECIPITANTES : Son los elementos de la realidad fáctica actual.


Son elementos concretos, que pueden ser conscientes o fácilmente admitidos
desde una lógica temporal actual o desde una fenomeno logía de los hechos.-
Por ejemplo el ladrón primario que roba luego que su hijo ha caído enfermo y
necesita de una cirugía, él no posee trabajo ni cobertura social.-
MOVILES IDENTIFICATORIOS INCONSCIENTES : Este mismo hombre pudo
haber tenido un padre que había robado en una circunstancia de extrema
necesidad económica.-

La conducta delictiva siempre presenta una respuesta rápida, favorable y cuasi


mágica a una problemática del sujeto. Existen ciertos valores e ideales que
avalan la aspiración de poseer respuestas rápidas, favorables y cuasi mágicas
a los problemas. Las figuras de identificación, como pueden ser los padres,
familiares o los vecinos, portan – no pocas veces – un halo imaginario de haber
encontrado esas respuestas a las problemáticas. Estas escenas y mitos
simbólicos conforman los MOVILES IDENTIFICATORIOS INCONSCIENTES.
Un ladrón recordaba con gran nitidez a un tío que ante cualquier enfermedad
de su familia agarraba un sapo y le untaba barro al cuerpo del sapo en el
mismo lugar de la enfermedad de su pariente. Así el sapo se llevaba el mal y
se producía la curación del familiar. El asociaba la capacidad de solucionar los
problemas de su tío con el acto de robar.-

HISTORICIDAD DEL ACTO : es poder ubicar en la cadena genealógica el valor


significante de este acto, reconocer las figuras significativas de su historia vital
que tienen o tuvieron relación con este tipo de acto o con alguno que él lo
pueda asociar. Este mismo hombre que roba porque enferma su hijo, registra
en su infancia un robo infantil al dulce de leche en el almacén del vecino.-

El acto delictivo es una transgresión a la Ley. Por lo tanto, desde la


subjetivización del sujeto el acto delictivo es un segundo momento. El primer
momento, es la inscripción de la Ley. No se puede transgredir la LEY, sí esta
no ha sido inscripta. La relación con la LEY no es un constructo estático, sino
por el contrario es una relación dinámica. Este es el fundamento que nos
autoriza a invitar al sujeto a la HISTORICIDAD DEL ACTO. El sujeto necesita
posicionar sus actos como transgresores a la LEY; y a la vez, también valorar
su posicionamiento subjetivo ante la LEY. Considero que es necesario que el
sujeto transite por estos dos caminos para poder historizar sus actos, en caso
que no se de este proceso de ambos lados, es poco probable que pueda
subjetivar el acto delictivo. En este caso va a mantener el acto delictivo fuera
del universo subjetivo del sujeto.-

ANTECEDENTE -POSICIÓN SUBJETIVA DEL SUJETO

CONSECUENTE -SUBJETIVAR EL ACTO DELICTIVO

Este proceso no coincide necesariamente con el proceso de asumir ante la


Justicia la responsabilidad sobre el delito que se le imputa. Subjetivar implica
poderlo inscribir en su cadena significante, reconocerlo como propio y hacerse
responsable de tal acto en su propia subjetividad
El proceso de subjetivización del delito necesita que el sujeto pueda
responsabilizarse del delito que se le imputa, por ello casi siempre – sí es que
comienza – lo hace después de la sentencia. La mayoría de los sujetos
procesados niegan el acto delictivo en esta etapa. Dicha negación es casi
esperable en tanto nadie está obligado a admitir el delito, es decir a declarar en
su contra.

Existen sujetos que no son personas que mantengan una relación fluída con
las palabras, son personas de escasa comunicación verbal. Esta característica
de personalidad si bien no constituye un factor benéfico al proceso de
subjetivización tampoco es un obstáculo insalvable. La palabra plena, la
palabra que da fé del sujeto, es lo que se necesita para que el sujeto se
responsabilice de sus actos y lo exprese a través de palabras.

He podido comprobar que además de ser necesario estar condenados para


comenzar el proceso de subjetivización del delito también es necesario que
este transgresor sea tenido en cuenta en tanto ser único. Los internos del
penal se consideran – y los consideran – como uno más que está en la cárcel
esta masificación del transgresor es un verdadero obstáculo para
responsabilizarse del acto delictivo. He podido comprobar que cuando ocurre
alguna experiencia, ya sea en el penal o en el circuito jurídico, que le devuelva
elementos de su identidad y de su unicidad, este factor favorece que el sujeto
transgresor comience a transitar el proceso de subjetivización. El proceso de
subjetivización del hecho delictivo y su articulación al posicionamiento subjetivo
del sujeto es casi una necesidad del ser humano, en tanto ser social, en tanto
estar sujetado a las leyes de la convivencia con el otro.

Son varias las experiencias de individuación que pude comprobar, desde el


haber sido atendido en audiencia por el juez hasta que el director del penal no
lo acuse de un disturbio agresivo porque le reconoce buen comportamiento,
pasando por el hecho de haber sido felicitarlo por vivir su cumpleaños.

Estas experiencias de individuación les permite no masificarse. Ya no se es


uno más que ha robado, matado o violado. Es una persona única que ha
cometido el delito que se le imputa.

El interno A1 tuvo reiterados intentos de comenzar un proceso de entrevistas


terapéuticas – criminológicas, espacio psicológico en el que propongo situar al
acto delictivo bajo el imperio de la palabra. Todos estos intentos eran cortados
por las inasistencias del interno a las entrevistas. Este interno había estado
solicitando audiencias, y por consecuente licencias por más de dos años, y
nunca había sido recibido por el juez. El interno quería conocer el motivo por el
que le denegaban las licencias. El aceptaba que se le denieguen las licencias
pero no que el juez lo rechace atender. Un día el juez vino al penal y atendió a
más de 20 internos en aproximadamente unos 90 minutos, en aquella
oportunidad le concedió su primera licencia. El interno interpuso una serie de
quejas e inconvenientes con lo que terminó desperdiciando su primera licencia
penal. El hecho de no haber sido atendido como persona no le permitió gozar
del beneficio. Así en uno de los tantos pedidos de audiencia es recibido por el
juez. Es atendido correctamente, el hecho de haber estado solo a solo con el
juez, que no haya estado esposado y que le conteste todas sus preguntas lo
individualizo como sujeto, y lo pacificó como ser humano digno de ser
escuchado . Después de este suceso recién pudo tener una continuidad de
entrevistas en las que se habló de todas las conexiones significantes posibles
acerca de su conducta delictiva.

Un interno (A2) que llevaba más de 6 años alojado en el penal al preguntarle


por el día más significativo en su estadía en la cárcel, me respondió que fue
cuando por una pelea que se registró en el pabellón, los guardiacárceles
estaban buscando a los responsables del conflicto, en ese momento intervino
el Director del penal individualizando, y apostando a su persona como que no
era posible que sea participe de ese conflicto por su comportamiento
desarrollado en todos estos años. Después de ese episodio su comportamiento
manifiesto de desconfianza al otro disminuyó y eso le permitió situarse en un
espacio de entrevistas para hablar de su vida y de los actos de su vida.-

Por las casualidades que toda actividad laboral tiene me enteró que ese día era
su cumpleaños. Había notado que él no tenía una relación con la imágen del
psicólogo que le permitiera asistir a un espacio para hablar de él. Ese día lo
hice llamar(A3), y le dije que sabía que era su cumpleaños que lo quería
saludar, y le regalé un par de cigarrillos. Pasaron más de 4 meses de ese día y
recién vino por su propia cuenta a solicitar una entrevista psicológica. Se había
tomado todo ese tiempo para comprobar que el hecho de saludarlo para su
cumpleaños no era una estrategia psicológica para "atraparlo" en entrevistas.
Durante ese tiempo se dio cuenta que pasaron los cumpleaños de varios
internos y que yo no los había hecho citar ese día. Ese acto de tenerlo en
cuenta, que fue por casualidad, le significó la dosis de confianza para
acercarse a hablar sobre su vida y también relacionarla con el acto delictivo

El proceso de subjetivización del acto delictivo no necesariamente es hacer


consciente los factores intervinientes en el acto. El proceso de subjetivización
no es sólo darse cuenta. El proceso de subjetivización es un incorporar a la
cadena de significantes del sujeto el acto del cual es autor. Este proceso en
parte puede ser consciente, en parte puede ser verbalizado, en parte puede ser
subsumido en la culpa consciente, en parte puede representarle interrogantes
sobre su vida, en parte puede representar un giro en el curso de su vida.
Subjetivizar el acto delictivo puede incluir buscar el castigo que lo condene
como tal, y responsabilizarse del mismo. Asumir que la condena es un hecho
significante en su vida es subjetivizar el hecho delictivo. Producir cambios en
los hábitos de su vida puede ser un signo de subjetivización del hecho delictivo.
El hecho que el sujeto pueda decidir transitar entre los márgenes o por fuera de
los márgenes de la ley es posicionarse subjetivamente ante el delito, sacando
los pro y los contra de ambas posiciones en la vida, es parte del proceso de
subjetivización.

Subjetivizar el acto delictivo es poder inscribir el acto delictivo en la relación con


la ley, es decir, responsabilizarse de la transgresión y admitir por ello el castigo
por la misma. Este proceso implica poder sustituir el acto transgresor por una
palabra o incluso por una representación legal, como lo podría ser una
sublimación.
ESTRUCTURA DEL PROCESO DE SUBJETIVIZACIÓN DEL ACTO
DELICTIVO

PRIMER MOMENTO

POSICIONAMIENTO SUBJETIVO ANTE LA LEY

SEGUNDO MOMENTO

RECONOCER LA AUTORIA DEL ACTO TRANSGRESOR

TERCER MOMENTO

MOVILES DEL ACTO

a. factores precipitantes
b. móviles identificatorios inconscientes
c. historicidad del acto

CUARTO MOMENTO

ACEPTAR LA CONDENA COMO CASTIGO POR LA TRANSGRESION

UN EJEMPLO CLINICO

. Un sujeto castigado por el delito de violación de un menor, tiene más de 40


años, es primario criminológicamente. Es el hijo mayor de 5 hnos. No conoció a
su padre, es el único que se quedó a vivir con la madre, es quíen la cuida, y
quíen proveía de lo necesario para la subsitencia. Se dedicaba a un oficio,
trabajaba preferentemente solo, pero a veces tenía ayudantes menores de
edad. Su único hobbie era ser entrenador de fútbol infantil. No tuvo parejas, ni
tampoco relaciones sexuales con una persona adulta. De su relato significativo
se puede extraer: : " mi castigo es la cárcel por un error, por un solo error
en mi vida, yo vivía para mi madre, del trabajo a la casa de mi madre y de
la casa de mi madre al trabajo, no me gustaban los bailes, ni tomaba,
hacía una vida sana ... a mi me condenan a 12 años de cárcel y a padecer
el desprecio después ... sé que no lo volvería a hacer otra vez porque yo
quiera, porque sea malo, he visto sufrir a mi madre y a la madre de ese
chico, y sé lo que es el sufrimiento."

Este sujeto da cuenta que la violación es su acto transgresor, admite ser


castigado por el mismo, e incluso dimensiona la doble modalidad del castigo.
Por un lado sabe del castigo penal, un castigo temporario. También sabe del
castigo social, él lo representa como desprecio. Desconoce la dimensión de
este castigo. Se ha posicionado para padecer ambos castigos aceptándolos
por ser responsable de su acto. No es consciente de la fuerza que lo dominó
para acceder carnalmente a ese menor. Si sabe que el empuje a cometer este
acto transgresor no es del orden de una motivación consciente. No puede
representarse cuál es la relación con su madre, la influencia de esta
dependencia, y la violación de un menor. Pero lo puede asociar en su relato.

Este sujeto en los comienzos de nuestra relación clínica-criminológica decía :"


yo no he hecho nada, me acusan de no sé que ... yo no sé nada."

Entre una posición subjetiva y la otra posición subjetiva existe una enorme
distancia, una distancia mediada por más de 18 meses de entrevistas
mediantes. Este sujeto ha podido transcender de la negación del violador a una
aceptación de la transgresión. Este tránsito en el posicionamiento subjetivo es
una condición necesaria para el proceso de la subjetivización del acto
delictivo. El sujeto con este cambio ha logrado posicionarse
subjetivamente ante la Ley transgredida, por la vía de la responsabilidad.

Este sujeto si bien no es totalmente consciente de los factores inconscientes


que lo precipitaron en el acto transgresor ha puesto en su cadena significante
los factores precipitantes y los móviles identificatorios inconscientes del mismo.
El poner en su cadena significante estos dos elementos del proceso de
subjetivización no es necesariamente hacerlos conscientes, sino ponerlos en
palabras, hacerlos parte de su discurso, incluso incorporarlos en el lazo
social(él sabe que por la violación se hace acreedor de un desprecio) la
historicidad del acto le es un punto oscuro y opaco a su discernimiento.

Poder decir que este sujeto ha podido posicionarse subjetivamente ante la ley
transgredida con un acto de su responsabilidad no nos garantiza que no lo
volverá a hacer. No existe ningún factor, desde el saber criminológico, que
nos asegure que un violador de menores , no volverá a reincidir. No
obstante, el esfuerzo por lograr una sustitución del acto por una palabra y
su representación es nuestra máxima apuesta.

Este cambio de posicionamiento subjetivo del violador es tan significante como


oscilante. Este mismo sujeto también llegó a decir : " mi error fue darle todo de
mi a ese chico, pero no hice lo que dicen que hice".

Transcribí estos 3 momentos del discurso del sujeto transgresor(1º-negación


de la autoría del hecho delictivo 2º- aceptación 3º- oscilación y desplazamiento
de la responsabilidad) para graficar lo complejo que es este proceso de
subjetivización del hecho delictivo.- Los que transitamos el campo de la
subjetividad sabemos que el diagnóstico en nuestra tarea es realmente
importante, pero no contamos con la certeza en nuestro trabajo. Sabemos, y se
los quiero transmitir, que creemos en nuestro trabajo, y en la continuidad de
nuestro trabajo, ello tiene sentido pero no garantías.- Los que hemos puesto
nuestra escucha a los violadores sabemos que este relato, aún cuando pueda
ser oscilante, es todo un avance en torno al relato del violador.

ANÁLISIS DEL PROCESO DE SUBJETIVIZACIÓN:

A. PRIMER MOMENTO – POSICIONAMIENTO SUBJETIVO ANTE LA LEY

Es un sujeto que es tremendamente respetuoso de la ley civil y de la legalidad


religiosa de su madre. El respeto a la ley civil es casi un acatamiento de los
ideales maternos, es un cumplir al pie de la letra lo que ella anhela. Su madre
no podría soportar que su hijo no sea un eximio respetuoso de la ley, o que se
preste a ser juzgado por el que dirán de la gente. La ley es un legado materno.
Su madre no admite la existencia del padre como un símbolo entre los hijos. Su
padre es para su madre, y también para ellos sólo un progenitor.

En este sujeto no opera la ley como un corte en la relación diádica con su


madre. La falla en la inscripción de la ley es que no hace de él un sujeto, sino
un vástago de su madre.-

B – SEGUNDO MOMENTO – RECONOCER LA AUTORIA DEL ACTO


TRANSGRESOR.

En un primer momento el sujeto responde exactamente al perfil del violador,


niega rotundamente su autoría, aún cuando las pruebas objetivas para
condenarlo son contundentes. Luego, tal vez por el esfuerzo de someter el acto
bajo el imperio de la palabra, comienza a reconocer tácitamente la autoría del
acto. Esta posición es oscilante, un día lo reconoce casi consciente, luego gira
a posiciones evitativas, más tarde vuelve a negar, en otro momento casi lo
admite, etc. Etc.

Se puede inferir que el sujeto se ha posicionado más allá de la negación del


violador, y puede referir al acto como de su autoría pero sin que lo haga
manifiesto desde lo consciente.

C -TERCER MOMENTO – MOVILES DEL ACTO


C-1- FACTORES PRECIPITANTES : Se pudo inferir que un par de meses
antes del episodio, el sujeto había comenzado a tener fantasías en su vida
onírica de experiencias sexuales. Mientras tanto en su actividad laboral había
estado siendo blanco de burlas, por no tener una actividad sexual. Además su
madre, en reuniones familiares, había proclamado que su hijo iba a comenzar a
tener una relación de pareja, algo inventado por ella.

C-2- MOVILES IDENTIFICATORIOS INCONSCIENTES

Las pruebas psicológicas muestran fuerte identificaciones a la figura femenina


y fijaciones en puntos infantiles. No pudo asociar con palabras estas hipótesis

C-3- HISTORICIDAD DEL ACTO – No se pudo avanzar en esta linea

D -CUARTO MOMENTO – ACEPTAR LA CONDENA COMO


CASTIGO POR LA TRANSGRESION

Acepta a la condena como castigo por haber transgredido el legado materno,


por haberle causado humillaciones. La aceptación de la transgresión penal es
un punto oscilante en su subjetividad.-

CAPITULO : LOS ACTOS DEL SUJETO

Los dibujos, los modelados, las palabras, los actos, las artesanías son
expresiones que las personas emiten para comunicarse con los otros. No
siempre el autor de la expresión de comunicación es soberano del
proceso comunicativo que está desarrollando, porque no siempre son
conscientes de la magnitud de los símbolos comunicacionales que emiten.
Precisamente por ello han surgido disciplinas y ciencias que se dedican a
profundizar sobre el espacio comunicacional de los seres humanos

Intentar que el sujeto pueda subjetivar el acto transgresor nos reclama que
podamos tener alguna claridad conceptual en torno a los actos del sujeto. El
sujeto puede incurrir en cuatro tipos de actos desde una lectura de su
subjetividad.-

El Psicoanálisis trabaja la relación que tiene la palabra y el acto como


expresiones del sujeto. El acto es una palabra en otro sistema de
comunicación, es un principio que ocupa a esta disciplina. Tratar de traducir los
actos transgresores en palabras es un desafío necesario sí se cree en un
proceso de rehabilitación del transgresor de la Ley. En este espacio trataremos
de trabajar las siguientes modalidades de los actos del sujeto.

.- actos conscientes

.- actos sintomáticos

.- acting out
.- pasaje al acto

No pocas veces el acto delictivo es un acting out. El acting out es una


conducta que realiza el sujeto a un orden superior, por ejemplo a la Ley, en
busca de un reconocimiento del cual no es consciente, pero si responsable.
Entonces, sí el sujeto ha lanzado el acting out tiene que poder remitirse a sí
mismo para tratar de decodificar cuál es el mensaje que le está demandando al
Otro y desde allí retomar su propia significación. A veces éste proceso coincide
con la responsabilidad jurídica que se le imputa y a veces es sólo una
incorporación a su cadena subjetiva y significante de este acto.-por ejemplo un
sujeto que en su historia personal ha sido constantemente desacreditado,
puede haber quedado suspendido en la busca de un reconocimiento que lo va
a conseguir, quizás desde las páginas policiales de un diario. Sus actos van en
busca de ese reconocimiento, pero pueden estar fuera del campo de su
conciencia, aún de su voluntad y/o moral. La sola condena del delito cometido
no es el proceso necesario y suficiente para desandar el acting out. Sí él no
puede decodificar la búsqueda inconsciente de esa significación escindida de
su conciencia, es probable que continúe ejecutando actos en esa cadena de
significaciones.

En todo acting out hay una perturbación entre la acción y la palabra. Existe un
trastorno entre el acto que se realiza, el pensamiento y la comunicación que se
espera en todo acto. El acting out es un acto que no comunica. El acting out
nos informa pero no nos comunica. El acting out es un acto que emplea el
sujeto en lugar de recordar. Es la expresión más acabada de actuar en lugar de
recordar. Incluso, es una forma especial de la compulsión a la repetición. Los
seres humanos tenemos tendencia a repetir; pero la compulsión a la repetición
es un repetir que se impone más allá de la voluntad, los deseos y la moral del
sujeto.

El acting out, si bien, es un acto que repite para no recordar, informa pero no
crea un lazo de comunicación, es un acto patológico por fuera del pensamiento,
es un acto que está dentro de la cadena significante del sujeto. Ello quiere decir
que existe una mínima posibilidad de reintegrarle al sujeto el sentido oculto de
su acting out. La única posibilidad de decodificar el acting out en palabras o en
un pensamiento, es por la vía de la interpretación. Interpretación que el dueño
del acting out no podrá realizar nunca por si mismo. El dueño del acting out (en
nuestro caso, el transgresor de la ley) necesita que un juez, un psicólogo, un
criminólogo le de una interpretación, un sentido a su acto para que pueda
alejarlo de la repetición, de la patología de actuar para no comunicar.

Estos fundamentos teóricos del acting out llevan un mensaje claro y preciso
para el tratamiento del transgresor. Sí el sujeto se ha convertido en un
transgresor de la ley por haber llevado a cabo un acting out, sería ingenuo
creer que con el solo acto de condenarlo a la privación de la libertad será
suficiente para que rectifique su conducta. Tampoco es creíble que el mismo
transgresor nos diga que ya ha aprendido la lección, y que no va a volver a lo
mismo, por su propia decisión. El que ha cometido un acting out, sea grande o
pequeño, necesita de una interpretación de otro para restituir el sentido oculto
de su acto. Esta tarea (restituir el sentido oculto de un acting out) no es nada
sencilla, y bastante difícil de lograr. La rehabilitación se sostiene en esa mínima
posibilidad.

El acto transgresor, la condena del mismo pueden o no haber decodificado la


búsqueda de reconocimiento inconsciente del sujeto. El acto transgresor, la
condena y la interpretación de ambos podrían de una manera más cabal dar
cuenta del acting out. De esa manera se achican las posibilidades de la
reincidencia. La escucha analítica puede dar cuenta del acting out sí el sujeto
puede poner en palabras al mismo, pero también existe la posibilidad que la
palabra emerja ante el juez en tanto representante de la ley. Ambos,
psicoanalista y jurista, podrían estar capacitados para dar cuenta de un acting
out, y ambos lo podrían retrabajar conjuntamente, y desde la especificidad de
su escucha.-

El Psicoanálisis ha demostrado que los individuos que tienen tendencia al


acting out el sentido de la realidad se muestra particularmente insuficiente.
Ellos muestran una cierta intolerancia al dolor psíquico frente a la experiencia
de pérdida y frustración, ante esta imposibilidad buscan una descarga en el
acting out. El acting out contempla un proceso psíquico que no pudo ser
tramitado en la subjetividad, es como un sueño dramatizado y actuado durante
la vigilia, un sueño que no pudo ser soñado. El acting out es la expresión de lo
reprimido. Este concepto implica la idea de repetir en lugar de recordar. Aquí
hay una perturbación que comprende a la vez la acción y la palabra. Existe un
trastorno en la relación del acto con el lenguaje. La acción suplanta al lenguaje
y la descarga ocupa el lugar de la comunicación y el pensamiento.

Ubico a la violación de este sujeto como un ejemplo de acting out.-

Otra categoría de los actos del sujeto es el pasaje al acto. El pasaje al acto es
un acto del sujeto del cual no tiene referencia significante del mismo. Es un
acto que rompe con su cadena de significaciones, es un acto que se sale de
historicidad, e incluso no es un acto que lo pueda reacomodar en las
significaciones de su vida. Ese acto rompe con la historia de su vida, e inscribe
una nueva historia del sujeto. Es un acto del cual probablemente no tenga
recuerdos conscientes, es probable que no haya sido consciente del mismo,
que no haya contado con sus funciones psíquicas para ejecutarlo. Es probable
que no pueda hacerse cargo en su cadena de significaciones personales de la
realización del mismo. El pasaje al acto marca un antes y un después en la
vida del sujeto. Incluso tiene que reinscribir su vida porque el pasaje al acto
puede borrarle una serie de significaciones anteriores. Para este sujeto la
experiencia carcelaria será su punto de significación desde la cual anclar
puntos para una vida futura. No podrá asociar el acto delictivo y la condena.
Sólo la condena le deparará un punto de referencia para su vida. Algunos
homicidios cobran el carácter de un pasaje al acto para el sujeto.-

La mayoría de las veces el acto delictivo es un acto consciente del sujeto.


Reconocer la conciencia del mismo es importante tanto para el transgresor
como para el que lo escucha.-
El acto sintomático se encuentra en la linea del acting out, es decir, ambos son
un llamado a que un Otro significativo les provea de un desciframiento. La
diferencia consiste en que el acto sintomático es más probable que sea
decodificado conscientemente. El acto sintomático es más fácil de entender por
el mismo sujeto. El acto sintomático es una significación errática, pero que
puede encajar en el sistema de significaciones conscientes del sujeto. En esta
linea se ubican preferentemente los sujetos primarios de robos. En estos
casos, es lo que comúnmente se llamá "un llamado de atención". Un interno del
penal decía :"me dí cuenta que nunca mis padres me habían castigado, y eso
que hice cagadas ... robar lo que robé fue una tontera, fue un llamar la atención

- para ser castigado ?

- tal vez, es lo más probable..."

El proceso de subjetivización del acto delictivo también está sujeto a la


posibilidad de interpretar al acto transgresor tanto por parte del sujeto
transgresor como de quíenes lo escuchan.-

El juez necesita de un marco teórico de los actos para poder ayudar al


transgresor a posicionarse subjetivamente ante el hecho delictivo.

Subjetivar el acto delictivo no es una garantía de no reincidencia en el


delito, pero incrementa las probabilidades de una resocialización
adelictiva.-

En síntesis, en este sentido el marco teórico psicoanalítico puede resultar un


instrumento útil tanto para el psicoanalista como para el jurista, para que el
penado pueda asumir su responsabilidad por la transgresión a través del
proceso de subjetivización del delito y de reconocer su propio posicionamiento
subjetivo ante la ley. Creo que este proceso permitirá que el transgresor pueda
suturar, elaborar, y reparar su relación con el marco social en el que vive. Este
proceso de subjetivización dará el verdadero sentido de la pena al transgresor.-

Existen diferentes momentos en torno al proceso de subjetivización del acto


transgresor, cada uno de esos momentos posee un tiempo de procesamiento y
de tramitación. Es menester poder conocer la lógica psíquica a la que
responden cada uno de estos momentos para poder ser más operativos en
torno a ellos.

Es importante, también, reconocer al acto delictivo, al acto transgresor, en qué


lugar de la estructura de la subjetividad se lo puede ubicar. No es lo mismo
subjetivar un pasaje al acto que un acto consciente, ni aún un acting out que un
acto sintomático. Estos 4 tipos de actos representan diferentes grados de
dificultad o de complejidad en torno a la posible subjetivización que se pueda
realizar de ellos.

CAPITULO : LA INSCRIPCIÓN PSÍQUICA DE LA LEY EN EL SUJETO


La prohibición de mantener la fusión temprana con la madre es la
inscripción psíquica de la ley en el sujeto. El padre es el portador de la
función de corte en la relación diádica entre el niño y la madre. Esta
operación de corte es el prototipo de límite que instaura la ley.

Este corte remite a la primera inscripción psíquica que es la ley del incesto. La
ley del incesto es la piedra fundamental de la convivencia social en la que nos
movemos. Adjunta a esta inscripción legal vienen el resto de inscripciones que
permiten la convivencia social. Es decir que la ley se inscribe en el niño,
sujeto sujetado a las leyes de la convivencia social a partir de esta
inscripción (LA LEY DEL INCESTO).

Este corte realizado en la figura del padre o en quien lo represente en su


función, es lo que se conoce con el nombre de Metáfora Paterna, es la figura
en función de representante de la ley. Esta Metáfora Paterna es la que tiende a
legitimizar el avance hacia la autonomía del sujeto, se extiende como
prohibición de las relaciones incestuosas y abre el espacio para la ley que
impone separaciones a los seres humanos. Esa ley que responde a legalidades
psíquicas, familiares y sociales prohíbe determinadas uniones, y es la que
permite convivir al mismo tiempo que estructurarse como sujeto.

Esta ley se traduce por la prohibición de intercambiar lazos de sangre mediante


el matrimonio y la gravidez resultante. Las mitologías marcaron esta
transgresión como la sanción de desdichas múltiples.

Esta prohibición es la piedra angular de la ley. No obstante, el padre, la madre


y otros adultos con autoridad sobre el niño comunican otros aspectos
fundamentales de la ley. La función paterna es la que efectiviza la instauración
de la ley en el psiquismo del sujeto.-

El niño por su solo advenimiento a la vida esta inserto en el universo simbólico,


porque sus padres le han elegido un nombre, porque va a ser el heredero de
sus deseos frustrados e ideales no alcanzados, porque va a nacer en una
estructura del lenguaje. Este niño va a ser hablado por la estructura del
lenguaje que lo habita, aún cuando no llegue a alcanzar el habla. Cuando él
estaba siendo gestado en el vientre de su madre, una ecografía ya decía de él,
su madre tomaba ciertas precauciones o no por su bienestar, etc, etc. Este niño
está inserto en el universo simbólico y va a acceder a su fundamento: la Ley.
No obstante, la inscripción fundamental de la ley recién se da por la operación
de la Metáfora Paterna. Cuando se produce el destete, el niño no sólo deja de
tomar la leche del pecho de su madre sino que una ley intrasubjetiva hace que
sienta aversión por el pecho materno. Lo que antes le era esencial para la vida,
ahora le es prohibido para seguir viviendo. Este ejemplo nos muestra lo
estructurante que es la inscripción de la ley.

La inscripción de la ley también se da a través del juego con el semejante,


durante los 3 o 4 años el niño, ya sujeto sujetado, aprende a integrar los
acontecimientos de su vida en una ley, en un campo de significaciones
simbólicas. Sino estuviera inscripta la ley, el sujeto no podría ingresar al vínculo
de las relaciones interhumanas.
Lacan, uno de los grandes psicoanalistas del siglo XXI, va a decir en su
Seminario I " por definición, se supone que nadie ignora la ley, pero ella es
siempre incomprendida, pues nadie la capta en su totalidad. El hombre
primitivo, que está capturado en las leyes del parentesco, la alianza, el
intercambio de mujeres, por más sabio que sea nunca tiene una visión total de
aquello que lo captura en ese conjunto de la LEY"

Un ejemplo de la clínica psicoanalítica de la personalidad también nos aporta


para dilucidar esta taxativa aseveración (nadie ignora la ley, pero ella es
siempre incomprendida pues nadie la capta en su totalidad.). los sujetos
homosexuales de estructura neurótica son personas que han recibido la ley a
través de la identificación paterna. El psiquismo de los homosexuales reconoce
íntegramente la legalidad paterna, excepto en un punto : la identidad sexual. El
homosexual es un sujeto que no reconoce la identidad sexual del padre, único
punto , desde la personalidad, en que no reconoce la ley paterna.

La transgresión penal a la Ley también puede reconocer la misma dinámica, es


decir, que el hecho penal pudiera ser que estaba en la esfera de la
incomprensión a la Ley. Este discernimiento no es en aras de disculpar al
sujeto del hecho delictivo, sino para poder retrabajarlo, para intentar
reposicionarlo ante la LEY. -

La LEY no es comprendida por el sujeto, pero sí actuada por él. En un


homicidio, por ejemplo, no se trata necesariamente de la relación narcicística
con el semejante( en un homicidio de un desconocido) se trata de la relación
del sujeto con la ley en su conjunto, en tanto que nunca puede haber relación
con la ley en su conjunto, ya que nunca se la asume por completo.

"Todo individuo que nace se transforma en un sujeto sujetado a la estructura de


las relaciones intersubjetivas, pues yace en su personalidad el fundamento de
la LEY."(Lacan) Asimismo, conjuntamente con la inscripción de la ley, se forma
una instancia psíquica que se llama Superyó. El Superyó tiene una especial y
paradójica relación con la ley, es la instancia que contiene una ley insensata
que gobierna al sujeto. El Superyó es la instancia que lleva al sujeto al
desconocimiento de la Ley. El superyó es simultáneamente la Ley y su
destrucción. Existe todo un capítulo de aportes del PSICOANÁLISIS a la
criminología que estaría formado por los crímenes del Superyó.- Es decir que si
bien todo sujeto tiene inscripto la ley en su estructura de personalidad, también
tiene inscripta una instancia insensata que contiene el reverso de la Ley, esa
instancia se llama superyó.

Los crímenes del Superyó se corresponden con aquellos en que la estructura


mórbida del crimen es reconocible por la alteración de las facultades mentales
del sujeto, la incomprensibilidad de los motivos, se nota la existencia de la
compulsión de una fuerza a la que el sujeto no puede resistir, y termina
cediendo. Son los crímenes a los que se está acostumbrado a caratular por
motivo de insania, o de no haber actuado en presencia de las facultades
psíquicas normales. Estos crímenes pueden ser declarados inimputables
acorde a los requisitos del código penal para cumplir con el asentimiento de la
culpabilidad. Son los crímenes que los abogados defensores buscan encuadrar
bajo el motivo de emoción violenta.

Dirá Lacan en el Seminario IV " aunque el sujeto este ajeno, , como individuo,
al orden que le concierne como sujeto ese orden no deja de existir. En efecto,
la ley de las relaciones intersubjetivas gobierna profundamente a aquellos de
quienes depende el individuo, implicándole en dicho orden, sea o no consciente
de ello como individuo". Ello quiere decir que el sujeto siempre es imputable
ante la Ley. El sujeto es imputable ante la ley, más allá que el haya estado
consciente o no de lo que hacía, ya sea por ignorancia, por ausencia de sus
facultades conscientes, por haber estado en estado de emoción violenta, etc.
La relación del sujeto con la ley es estructural, más allá que este no la pueda
comprender en su conjunto. El sujeto es imputable de las transgresiones ante
la ley; si bien, es verdad que pueden existir situaciones atenuantes de las
transgresiones. La posición inconsciente del individuo lo convierte en un sujeto
sujetado del Lenguaje, de las redes de vínculos intersubjetivos, y por lo tanto
posee su inscripción estructural a la LEY.

La inscripción psíquica de la Ley también se realiza en la dinámica de la


presencia y la ausencia. La relación del bebé con la madre es de una total
presencia en un primer momento; luego por la presencia de corte del padre, la
madre gira su mirada del hijo, y mira en torno a su alrededor, dicho giro de la
mirada tiene un retorno. Esta ausencia-presencia de la madre es lo que permite
la inscripción de la función de corte. Sí la madre sólo gira su mirada del hijo y
no retorna, es abandono. Sí la madre nunca gira su mirada, y está se mantiene
extasiada en el hijo, no se produce el corte que le permitirá a ese hijo ser un
sujeto autónomo de la madre.

Este enunciado psicológico de la dinámica presencia-ausencia como


instrumento de inscripción de la legalidad psíquica, también debe ser articulado
a que el proceso de insripción de la LEY en la subjetividad del sujeto es , si
bien un proceso estructural, es también un proceso complejo y continuo. El
sujeto siempre está reinscribiendo la ley en su estructura de
personalidad, reforzando o debilitando puntos de esa legalidad.

El sujeto transgresor nos muestra el punto de quiebre en donde ha cedido el


límite que representa la ley. No es lo mismo realizar una transgresión a la ley
en torno a la propiedad que en torno a la persona.

No pocas veces la Metáfora Paterna ha realizado la inscripción de la Ley en el


sujeto de una manera defectuosa. Es decir que la ley se ha inscripto pero esa
inscripción carece de la fuerza necesaria para ser operativa. De ello se
desprende que ese sujeto es proclive a realizar numerosas transgresiones a la
ley. La Metáfora Paterna ha fallado en la instauración de la Ley, en torno a
marcar los límites, la diferenciación, la alteridad. La Metáfora Paterna ha fallado
en la inscripción, no obstante ha realizado una inscripción fallida. Es decir,
existe inscripción de la Ley en el sujeto. En estos casos es la instancia
judicial a quíen le puede corresponder la función de restaurar la
inscripción de la Ley fallida. Es la instancia judicial, a través de sus
magistrados, que puede realizar los movimientos necesarios para
colaborar a ese sujeto para que pueda reposicionarse ante la transgresión
cometida, mediante la subjetivización del delito.-

Considero que una vía apropiada para realizar esta función de restauración de
la inscripción subjetiva de la Ley es a través de la condena penal. Siempre y
cuando no esté viciada de elementos corruptos y sádicos de parte del sistema
jurídico-penal. Esa condena penal debe estar acompañada por un abogado que
lo defienda y asesore en aras de vivir un juicio justo y que pueda gozar (no
abusar) de los beneficios de la Ley que rige la pena privativa de la libertad. Esa
condena debe estar acompañada por un juez que sepa escuchar al sujeto, y
reconocer su posicionamiento subjetivo, frente al delito cometido. Un juez que
no está sólo para sentenciar, sino también para cumplir una función social ante
el condenado, y que esa función social es dirigirlo en el trayecto de reubicarse
ante la Ley que ha transgredido.

Los crímenes del superyó han operado, además de la voracidad de la instancia


psíquica, porque en ese sujeto se presentaban fallas en la inscripción de la ley,
precisamente porque la Metáfora Paterna – mecanismos encargado de tal
inscripción – ha sido inoperante o de baja eficacia simbólica. Los mecanismos
de la Justicia, principalmente por la condena penal, pueden funcionar como
sustitutos de esa Metáfora Paterna fallida, y restaurar – o al menos intentar – la
inscripción subjetiva de la Ley. He tenido la posibilidad de leer en la bibliografía
– el caso Mme. Lefebre – y de ratificar lo teórico, al comprobar en mi práctica
penológica – por ejemplo el caso Dino Miranda – que la aplicación del castigo
penal restituye la inscripción fallida de la Ley en el sujeto. Luego de cumplida la
pena existe la posibilidad que el sujeto se restituya al lazo social, a buscar la
resocialización, con un acto – la condena – que restaura otro acto – el crimen –
al menos en el orden social. El sujeto puede subjetivizarse como miembro del
lazo social en tanto ha cumplido el pacto de la ley- a cada transgresión su
castigo.

He podido observar que gran parte de los transgresores de la ley,


especialmente esos sujetos reincidentes en el delito, corresponden a sujetos
del perfil de haber sido abandonados por la madre. Son sujetos que en su
estructuración psíquica registraran haber sufrido un corte ta n abrupto por la
función paterna, es decir, por el agente encargado de instaurar la Ley, que
nunca más retornaron a la relación de contención con la madre. Estos sujetos
abandonados por la función materna, adjudican a la función paterna de haber
obrado con una severidad tal que les ocasionó el abandono. Presumiblemente
estos sujetos son transgresores taxativos de la LEY en función de revancha al
abandono de la función materna, causados por la función violenta del corte de
la LEY.- (ver el capítulo "el joven psicópata")

Se ha comprobado que la inscripción de la Ley en el sujeto se da a partir de


símbolos. La inscripción de la ley es más efectiva en el sujeto, en cuanto
este más participa del universo simbólico al cual pertenece. Ello quiere
decir que los internos de un penal que no poseen escolaridad – es decir – son
analfabetos tienen mayores posibilidades de no poder subjetivar la ley en su
personalidad de un modo efectivo.
A decir verdad, el sujeto puede registrar la inscripción de la Ley en su
personalidad, mucho más allá o más acá del nivel cultural alcanzado. Pues
como ya se ha dicho, la inscripción de la ley tiene que ver con la presencia de
la metáfora paterna que regula su relación diádica con la madre. Pero se ha
comprobado que existen inscripciones subjetivas de la Ley más eficaces
que otras. En torno a la mayor eficacia de la inscripción es que se sabe que
está favorecida en tanto el sujeto más participa del símbolo que connota su
universo simbólico. Así es como el ejercicio de todo el sistema jurídico favorece
al transgresor de la ley a reposicionarse ante la misma. Por ello es importante
que el transgresor, esté en la etapa que sea (demorado, detenido, procesado o
penado, etc) participe activamente en el proceso judicial en torno al delito
cometido.

He comprobado que los abogados defensores elaboran estrategias de defensa


y le otorgan a su defendido un papel secundario en la construcción de la
misma. Y es precisamente al revés el proceso necesario.-

Sí el abogado puede desprenderse del lugar de poder que representa "saber y


conocer la ley" y hace que el transgresor participe activamente en la
construcción de la defensa, el sujeto irá incorporando a la ley de una manera
más efectiva.-

Los internos del penal dicen : "mi abogado, el DR. XX, dice que me va a sacar
... él sabe como dar vuelta todo ... él es bueno, ya lo ha sacado a XXX". Todas
estas frases son expresiones de un sujeto que se queda al margen de la
ley. El abogado que construye para sí esta imagen de saber, arrogancia, y
poder frente a la ley está condenando a su defendido a ser siempre un
transgresor.

El abogado puede brindar un espacio a su defendido, el transgresor de la ley,


para construir recursos subjetivos que le permitan retomar algunas
inscripciones simbólicas de la ley, como por ejemplo que busque en el código
penal la tipificación para su delito, que investigue jurisprudencias de otros
internos del penal, que conozca los pasos procesales, etc. Estas son todas
actitudes de un abogado que quiere que su defendido sea un sujeto que
paulatinamente vaya incorporando que el es un sujeto activo en la defensa de
su caso; y a la vez, un sujeto que va incorporando la ley a su subjetividad, y
todo ello le permitirá tener mayor flexibilidad simbólica para reflexionar sobre el
proceso personal que lo empujó a la transgresión a la ley.

Los jueces deben solicitar y reclamar que el interno de un penal haya


incrementado el manejo de los símbolos, por ejemplo que alcance la lecto-
escritura sí era analfabeto, que escriba y publique sí le gusta la literatura, que
escriba cartas y resúmenes de bibliografía leída, etc. Todo ello puede constituir
un requisito para acceder a los beneficios de la pena progresiva de la libertad.
Incrementar el manejo de los símbolos mejora la inscripción de la Ley en la
subjetividad.

La capacitación laboral que alcance el interno en su estadía en el penal le va a


permitir reinsertarse en el mundo laboral y poder retornar a un lugar de
productividad en la estructura familiar; pero esta capacitación laboral no
favorece la inscripción de la ley en el sujeto o el posicionamiento subjetivo ante
la transgresión cometida. Lo que favorece la inscripción de la ley en la
subjetividad es el mayor manejo de símbolos. Hoy en día, el sistema
jurídico tiene esperanzas mesiánicas en la capacitación laboral. Se cree que si
está en condiciones de trabajar va a abandonar el mundo delictivo.

En síntesis, desde el PSICOANÁLISIS debemos reconocer la posición


subjetiva inconsciente del sujeto, y que esta implica una inscripción estructural
a la LEY. También el Psicoanálisis nos enseña a reconocer la existencia de
una instancia psíquica llamada el SUPERYO, que contiene normativas de una
legalidad insensata, fuerza capaz de empujar al sujeto a cometer los crímenes
más horrendos.- El sujeto desde el Psicoanálisis es imputable de las
transgresiones a la LEY.- la inscripción de la ley en la subjetividad del sujeto es
un proceso, por un lado, estructural; y a la vez un proceso constante y en
continua formación. El juez y el abogado pueden colaborar en el proceso
continuo de formación de la inscripción de la ley en el sujeto.-

CAPITULO : EL PAPEL DE LA CULPA EN LA TRANSGRESION A LA LEY

El Derecho y el Psicoanálisis conceptualizan a la CULPA desde diferentes


ópticas. Esta diferente perspectiva es apropiada en tanto se la pueda canalizar
para realizar articulaciones en las mismas.

En Derecho un determinado sujeto puede ser culpable de un acto, y de otro


acto no. La diferencia se debe a que para el Derecho el sujeto puede estar
exento de culpabilidad si es que no se presentan determinadas condiciones en
el momento de la acción. No obstante, existen sujetos que indefinidamente no
son responsables de sus actos, por ejemplo los insanos o los esquizofrénicos.
"no hay culpabilidad cuando al sujeto no le es exigible la comprensión de la
antijuricidad de su conducta, por ejemplo si carece de capacidad psíquica para
ello –inimputabilidad"(Fernando Kosovsky)

La culpa en Derecho es el antecedente necesario para que exista la pena. En


el Derecho el sujeto para ser penado debe haber sido culpable. Es decir el
sujeto ha obrado consciente de su decisión y bajo dominio de su voluntad.

La culpa en Psicoanálisis es considerada una vivencia humana estructural y


estructurante. Todo ser humano es un sujeto de la culpa, por el sólo hecho de
ser un ser humano. Y a la vez, por la culpa que porta realiza una serie de actos
que lo hacen un ser único en la historia genealógica.

Es fundamental despejar un prejuicio social que la culpa es una sensación del


orden consciente. Hemos crecido en una ideología que idolatriza la vertiente
consciente del ser humano y de allí se desprende que la culpa es un
sentimiento que atosiga a la conciencia del hombre, haciendo pensar y actuar
en contra de la moral. "me siento culpable porque lo que he hecho está mal" es
la frase prototípica de nuestra ideología positivista y centrada en el cogito
cartesiano "pienso, luego soy".

El Psicoanálisis aporta que la culpa es una vivencia humana que tiene tres
registros diferentes que es menester diferenciarlos.

Indudablemente la culpa tiene un registro consciente, y esta acepción


coincide mayormente con la ideología cultural imperante. Esta vertiente de
la culpa es la necesaria para que desde la conciencia el hombre pueda articular
responsabilidad frente a los actos de su vida. La culpa, de esta manera, es una
ferviente colaboradora en la resocialización del transgresor ante la Ley. El
sujeto necesita darse cuenta que lo suyo ha sido un error. Sí a esa toma de
conciencia le adosa el malestar consciente que emana de la fuente de la culpa
puede el sujeto tomar la fuerza anímica para enmendar sus actos.

Desde esta vertiente la culpa es un sentimiento aposteriori al acto


transgresor, es una señal que demarca que se ha sobrepasado la barrera
de lo prohibido. Por ello, es que aparece como un pensamiento y un
sentimiento mortificante a la consciencia del hombre. En esta vertiente la
culpa es casi como el castigo autoinflingido por el sujeto por haber
transgredido. La culpa es un aliado de la resocialización entre los márgenes de
la ley. La presencia de esta culpa consciente es un elemento positivo en el
pronóstico del transgresor. La culpa es casi un indicador de arrepentimiento.

Luego emerge una fuerza espiritual y/o afectiva , en el mejor de los casos, que
contiene al sufriente, lo comprende y lo perdona. Ante esta conjunción de
fuerzas puede emerger el cambio necesario para que el sujeto pueda
reacomodar su vida entre los márgenes de la ley.

La segunda vertiente de la culpa es la que permite hacer una inferencia o


interpretación de los actos del sujeto en la que es plausible enunciar un
hacer consciente lo inconsciente de la culpa del sujeto. Se trata de los
errores que todo ser humano comete a lo largo de su vida, incluso durante su
vida cotidiana, han sido actos que han gozado de impunidad ante el orden
social, pero ante la conciencia moral que habita en el ser humano no han
pasado desapercibidos. A partir de allí el sujeto carga con un emblema que es
la culpa. Se sabe culpable de un delito que paradójicamente ha sido y no ha
sido sancionado como tal. Este saberse culpable puede o no ser consciente.
Se es culpable en un orden que no es puramente consciente, pero que puede
llegar a serlo. Y en algunos casos jamás lo será. En esta vertiente sabemos de
la culpa no sólo por lo que dice, sino también por lo que hace. La culpa no sólo
es un pensamiento mortificante que se registra en la conciencia, es también
una vivencia azarosa, incomprensible, indomable, es también una existencia
inmanejable tanto para si como para el otro.

Un ejemplo de esta segunda vertiente sería la de aquellos sujetos que albergan


en lo más íntimo de su ser la vivencia y la creencia de haber obrado
erróneamente y ser responsables (culpables) de haber perdido el amor del Otro
primordial – por ejemplo de los padres. Estos sujetos tienen una existencia
intranquila, ansiosa, errática de un delito que no pueden precisar pero que lo
padecen. Son víctimas de su propio delito. Este estado de incertidumbre e
intranquilidad necesita ser apaciguado, y la única forma de lograrlo es con un
castigo. Por ello es necesidad cometer un delito, que se sancione desde lo
penal. Estos sujetos han sido conocidos como los que delinquen por
sentimiento de culpabilidad. En realidad no delinquen por el sentimiento de
culpabilidad, sino para tratar de acallarlo, de sosegarlo. En estos casos la pena
privativa de la libertad, es decir el castigo, es un parche a la incertidumbre del
sujeto. No es una solución de fondo. Por lo tanto, que se reposicione entre los
márgenes de la ley es del orden del azar.

En esta vertiente podríamos decir que la culpa es una invitación a la


transgresión, es un indicador que aumenta la probabilidad de la
transgresión.

Los menores indomables, rebeldes sin causa, no es nada difícil que no hayan
sido deseados por su madre, que ella albergó en su seno el sentimiento
inconsciente de la ruina personal por haber quedado embarazada. Su hijo es
más un aborto que llegó a nacer que un hijo suyo. Estos casos también
integran esta segunda vertiente de la culpabilidad. Pero en estos casos es tan
grande el abandono y el desamparo, es tan grande la culpa por no haber sido
deseados, que el hacer consciente lo inconsciente no repara la incertidumbre y
el desasosiego que lo embarga. El castigo no es un parche a su errática
existencia, pero se impone por necesidad. Incluso el sujeto clama ser castigado
aunque ello no le aminore la angustia de existir. En estos casos el derrumbe en
la existencia reclama una reconstrucción de un orden mayor y más complejo
que el que contempla el castigo de la pena privativa de la libertad.-(Ver cap.
"los jóvenes psicópatas")

La tercera vertiente de la culpa nos remite a una culpa estructural. Es una


culpa oscura, por el sólo hecho de ser un sujeto viviente, un ser humano
inscripto en la vida cultural, un sujeto adherido a la estructura del lenguaje. Es
una culpa que connota que el ser humano no es un ser perfecto. Esa falla que
todo hombre porta es una señal que allí se alberga la culpa. Y a la vez, la culpa
esta presente en todo hombre porque este es de por si

es imperfecto.

Dentro de esta tercera modalidad de la culpa es en la que se encuentran esos


crímenes, aparentemente innotivados desde la ferocidad del superyó.-

Por otro lado la culpa es la bisagra que articula la relación del sujeto con la ley.
Cuando la ley hace inscripción en el sujeto instala a la culpa, y sin culpa el
sujeto no podría reconocer a la inscripción de la ley.- Esta inscripción
estructural culposa hace que sea inherente a la esencia humana la
transgresión. En el hombre se ha inscripto la doble faz, la ley y el deseo de
transgredirla.- esta vertiente de la culpa nuevamente es un empuje a la
transgresión.-

LA CULPA COMO CONCEPTO REPARADOR


Es primordial el antecedente de la responsabilidad frente al acto delictivo. La
culpa como concepto reparador siempre cuenta con que el sujeto, desde su faz
conciente, asume la responsabilidad de la transgresión. La culpa sin
responsabilidad no genera un reposicionamiento ante la ley, sólo es un artificio
que nos muestra al sujeto padeciendo, sufriendo en su existencia, pero no por
su acto transgresor.

Luego el sujeto va a clamar por un orden legal que sancione como tal a su acto
transgresor. Este es el caso en que el sujeto acepta a la condena como un
precio por la transgresión cometida. Aquí el transgresor acepta la condena,
más allá que esté o no de acuerdo en todos sus puntos. Su alojamiento en la
cárcel es a un costo elevado : el malestar subjetivo que le surge de estar en un
mundo con el que no se identifica. La vivencia carcelaria le es una ajeneidad.
Más allá que pueda adaptarse a las normas institucionales de la cárcel su
existencia porta el malestar subjetivo de estar allí. Este malestar subjetivo, no
es necesariamente la queja neurótica :"la cárcel no es para mí, ... aquí hay
injusticia, ... la comida es insalubre ... etc, etc. El malestar subjetivo es un no
encajar en esa posición de delincuente que impregna en el penal. El sujeto
puede adaptarse a la convivencia carcelaria, pero no deja de padecer una
incomodidad propia de no pertenecer a ese lugar. Esta incomodidad no es la
queja. Reitero. En ese contexto (responsabilidad, aceptación y malestar
subjetivo) la culpa es un concepto reparador.

Cuando no se da en este contexto psicológico la culpa remite a otros puntos


fallidos en la estructura de personalidad del transgresor. Remite a otros puntos
fallidos que no son la transgresión cometida.

Estas breves historias criminológicas nos permiten comprender las diferentes


modalidades de la culpa. Una de ellas responde a la culpa como concepto
reparador, la otra se trata de otra culpa.

En el caso de la culpa reparadora se puede apreciar que el condenado cumple


con los tres requisitos de la culpa como concepto reparador : responsabilidad
por el hecho delictivo, aceptación de la condena y no adaptación a la cárcel
como lugar de los transgresores(malestar subjetivo). Ambos historiales
muestran el malestar de la culpa. La lectura del malestar nos muestra la
diferencia.

Z1

Trabajaba en un grupo policial que hacía trabajos por dentro y por fuera de la
ley. En un primer momento, las ganancias extras le permitían un mejor
bienestar económico para su familia numerosa. Con el paso del tiempo, el
bienestar se detenía y daba paso al malestar. Cada día se le hacía más difícil
visitar la casa de su padre, un hombre orgulloso de su honestidad y su
pobreza.

Un día, como cualquier otro, en un ataque de ira mata de un tiro por la espalda
a un presunto ladrón. No había hecho las cosas como correspondían y se le
imputa el cargo de homicidio. Va a juicio; y recibe sentencia y condena por el
cargo que se le imputa.

En un primer momento, rechazaba la sentencia y la condena, en tanto aducía


que fue realizado en pleno ejercicio del rol policíaco. Tantas veces habían
obrado corporativamente que rechazaba ver que ahora lo habían abandonado
a su suerte, otro motivo para rechazar la sentencia. No se sentía un homicida,
ni que lo suyo había sido un homicidio.

El tiempo en la prisión fue pasando, le rechazaron la apelación a la Corte, y de


a poco comenzó a vivenciar que lo suyo fue la muerte de otro. Había matado a
un desconocido, por motivos que él mismo desconocía. Pero lo había hecho.
Una enfermedad de corte psicosomático asomaba en su cuerpo. Su familia
venía todos los días de visita, no hablaban siempre de la causa, pero sí les
mostraba que estaba allí por algo que se merecía. Innumerables veces invitó a
su padre a la cárcel. El no accedió. El dolor moral no encontraba sosiego.
Sabía cuál era el motivo de la negativa de su padre. El preparaba el termo y el
mate para la hora en que llegaban sus hijos a visitarlo, se reunían siempre en
el mismo lugar. Los niños traían sus tareas escolares y su vida cotidiana para
compartirla con él.

Rechazaba de una manera silenciosa, la vida en la cárcel. Sigilosamente veía y


comprendía cada uno de los comportamientos tumberos de los internos. No los
aceptaba. Poco a poco fue comenzado a ayudar a los guardiacárceles en su
funciones. No llegó a buchonear a ninguno de los presos, porque sabía que su
vida o sus intereses corrían peligro; pero trataba de no prenderse en su
actividades transgresoras. Silenciosamente admiraba a los guardiacárceles que
hacían bien sus funciones. Su legajo rezaba conducta ejemplar.

Los días comenzaban a hacerse interminables, los términos de la condena


parecían no visualizarse aún. La angustia era su compañera de prisión. Nadie
debía saberlo, era uno de sus secretos.

Z2 – Llora desesperadamente en el juicio, al momento que escucha la


sentencia de un larga condena. Pide perdón a sus familiares y a los familiares
de la víctima.

Su comportamiento en el penal es acorde a las normas institucionales. Cumplía


con el trabajo que se le había asignado, y su conducta era ejemplar. No habla
de su condena, pero si declara que lo suyo ha sido por "una entregada". El
dinero que estaba destinado al juez se lo llevó uno de sus abogados. No le
queda otra que hacer las cosas bien, para zafar cuánto antes. Lo que pasó,
pasó. Él no ve las horas de salir a recuperar su plata, sólo ese pensamiento
anida en sus horas de silencio.

Sus familiares continuamente reclaman licencias por su conducta ejemplar y


porque está arrepentido de lo que ha hecho. Recalcan que él es el único que
ha pagado por el delito, y que los otros están prófugos, por la impericia de los
policías y de los miembros de la Justicia. La culpa alberga en los magistrados y
así le otorgan, callados, las licencias que le solicitan.
En síntesis, la culpa desde la lectura psicoanalítica es una vivencia humana
compleja, porque por un lado impulsa al sujeto a la prohibición, no sólo a
desearla sino también a actuarla; y a la vez, es el motor del proceso de
reparación al daño inflingido al Otro. Es el resorte para responsabilizarse de la
transgresión a la ley. Tanto el jurista como el psicoanalista tienen que poder
conocer y reconocer la doble faz de la culpa para interpretarla y trabajarla.-

La condición humana, reitero esencialmente compleja, admite la inscripción de


la estructura de la ley en la subjetividad del sujeto, y a la vez instaura el empuje
a la prohibición, a la transgresión de la misma ley. La culpa es la bisagra que
articula esta doble modalidad, es el pasaporte a la esfera de lo permitido y de lo
prohibido. He ahí el lugar de la culpa en la subjetividad del transgresor.

La culpa es un concepto reparador en tanto va acompañada de la constelación


psicológica de responsabilidad por su acto transgresor, aceptación de la
condena y malestar subjetivo ante el alojamiento en la cárcel.-

CAPITULO: LA CONDENA y sus efectos

El impacto humano y psicológico que causa la condena penal a una persona no


es una cuestión obvia, ni mucho menos, fácil de descifrar. Si bien, este efecto
de saberse penado por haber cometido un ilícito es una cuestión que se
resuelve caso por caso, es menester adentrarse en el complejo camino de la
subjetividad humana para nutrirnos de los elementos que nos alumbren en el
conocimiento de los efectos de la Ley en el sujeto. En este caso concreto, para
aproximarnos a algunos de los conceptos de los efectos de la sentencia final de
culpabilidad y la pena privativa de la libertad que ello supone.

Es de esperar que el arrepentimiento sea una de las consecuencias para un


hombre al escuchar el veredicto final. No obstante, sabemos que para que una
persona desarrolle en sus fueros más íntimos el sentimiento de arrepentimiento
con anterioridad debió haber alcanzado ese otro estado psicológico sublime
que es la responsabilidad. Es decir, que un sujeto condenado para que alcance
el estado de arrepentimiento con anterioridad debió albergar en su subjetividad
la responsabilidad por lo que ha hecho. Debió asumir que era responsable de
lo que se lo acusa.

Cuando una persona alcanza a manifestar arrepentimiento por el daño


causado, sin antes haber experimentado el dolor subjetivo y moral de
dimensionar los efectos de la transgresión cometida, lo más probable es que
esta persona esté actuando una actitud psicopática hacía quienes lo juzgan; es
decir está diciendo lo que presuponen quieren oír jueces, víctima y sociedad.
Por otro lado, el hecho psicológico de responsabilizarse del delito cometido no
es un proceso sencillo. Por lo tanto, no es fácil de interpretar que una persona
lo haya alcanzado o no, que lo vaya a conseguir en un futuro cercano o lejano,
o que tal vez este sublime sentimiento sea esquivo a sus posibilidades
subjetivas.

La ciencia psicológica nos aporta que para que un hombre pueda alcanzar el
estado de responsabilizarse de sus actos, no se trata de una actitud simplista
de reconocer la autoría del hecho. Es decir que, sí se trata de la subjetividad no
es lo mismo reconocer la autoría del hecho que responsabilizarse del mismo.

La autoría del hecho es el efecto de una función psíquica consciente. El autor


del hecho es una persona que consciente admite recordar que fue de su obrar
el acto que se encuentra en tela de juicio. El sujeto puede reconocer la autoría
del hecho, pero en su intimidad adjudicar a la fatalidad o al otro la culpabilidad
de lo ocurrido. Por lo tanto, en ese caso reconoce la autoría del hecho pero no
se responsabiliza del mismo.

Mientras que la actitud de responsabilizarse del hecho delictivo requiere que


ese sujeto admita consciente y subjetivice los efectos, que como resultado a un
estado de vida, a una forma de vivir, pueda ocurrir como una consecuencia el
hecho en cuestión. Una persona puede reconocer su responsabilidad del hecho
que se le imputa, aún cuando no recuerde concientemente todas las
circunstancias que involucran al hecho. Por ejemplo, una persona que se sabe
violenta y agresiva en su personalidad, que sabe de los efectos del alcohol, aún
cuando no recuerda todos los hechos que sucedieron la noche que ocurrió el
homicidio puede responsabilizarse del hecho delictivo. El sabe que la
frustración que se le generó en el conflicto de esa noche, además de estar
alcoholizado, pudo haber despertado sus bajos instintos de una manera
descontrolada y para ello no necesita "recordarlo todo", necesita saber quién
era, adónde estaba , bajo qué circunstancias se encontraba, como requisitos
necesarios para responsabilizarse del hecho. Responsabilizarse del acto
delictivo es un hacerse cargo de todos sus efectos, en su faz social,
económica, moral, psicológica, etc. El sujeto que se responsabiliza no proyecta
su culpa en otro, sino que la asume como propia y la padece. Asimismo, el
sujeto que sólo reconoce la autoría del hecho recurre al impacto de adjudicar al
otro, al destino, a la fatalidad la culpa de lo ocurrido. "el lo ha hecho, pero no
fue su culpa" es la frase que mejor lo define.

Por otro lado, este estado de responsabilizarse sólo puede decantar en el


sujeto dadas ciertas circunstancias del mundo externo. Algunas de estas
circunstancias son sencillas de prever y hasta es posible instrumentarlas; otras,
a su vez, corresponden a la cabal expresión pertenecen al mundo exterior y
están fuera de nuestro alcance poder tener injerencia en ellas. A esta última
modalidad corresponde el ejemplo que a continuación relato:

Un interno del penal, luego de varios meses bajo tratamiento y habiéndose


instalado una transferencia de trabajo, en el tratamiento clínico-criminológico,
me comentaba lo doloroso que era para su persona verse como un tonto, casi
como un perfecto imbécil. Se refería a que su causa hubiera tenido mayores
dificultades para resolverse judicialmente sí es que él no hubiera reconocido la
autoría del delito. En el momento que lo hizo sintió un alivio en su estado de
ánimo, en su moral. Luego de más de un año preso se arrepentía de haber
tenido aquella actitud. Esto le ocurría al cotejar su postura con lo que ocurría en
el mundo exterior. Varios niños tucumanos morían por desnutrición y no
aparecían los responsables del abandono de persona, ni mucho menos del
infanticidio. Esta impunidad lo hacía arrepentirse no de haber cometido el
delito, sino de reconocer la autoría del mismo. Su estado subjetivo de
responsabilidad ante el delito entraba en una fase de estancamiento por un
tiempo indeterminado.

Esta anécdota criminológica nos señala que la corrupción generalizada de la


sociedad es un factor del mundo externo que no favorece que el sujeto se
responsabilice del delito cometido. Este interno sabe que a otros autores de
delitos no se le pide lo mismo que a él.

A su vez, existen muchas causas en las que algunos de los involucrados en el


delito se encuentran prófugos y otros detenidos. Aquellos sujetos detenidos
sienten la sensación interior que el grito de "castigo a los culpables" sólo recae
sobre ellos. Este estado de persecución interior consecuentemente lleva al
descreimiento en la Justicia, y en lo que a subjetividad se refiere, a que
responsabilizarse bajo estas condiciones del mundo exterior sea un proceso
más difícil de lograr.

El tercer elemento del mundo exterior que no favorece asumir la


responsabilidad del delito es la violencia policíaca. Cuando el encargado de
hacer cumplir la ley incurre en abusos de poder genera un resentimiento que
imposibilita que decante la responsabilidad por sus actos en el transgresor.

El elemento del mundo externo sobre el que se puede tener una injerencia
directa en el proceso de responsabilizarse recae en el principio : "ley pareja no
es ley rigurosa". Cuando el sistema jurídico se encarga que efectivamente se
cumplan todas las normativas procesales y penales que incumben a la causa
se está favoreciendo el proceso de responsabilizarse por lo hecho. El rigor de
la ley, aún cuando el transgresor se queje, no es un obstáculo en la
subjetivización del delito. Cuando este rigor de la ley pierde su principio de
equidad es cuando nos enfrentamos con los propios problemas que el sistema
crea.

El estrés que genera toda la dinámica de la instancia procesal puede bloquear


el proceso de responsabilizarse del delito.

La estrategia de los abogados defensores, en aras de conseguir la libertad de


su defendido, puede también presentar obstáculos para que se cristalice la
responsabilidad. El axioma que nadie está obligado a declarar en su contra; si
bien, es una norma paradigmática en la esfera del Derecho, es una sanción
contradictoria para la subjetividad. El principio contradictorio se extiende, en
tanto, por un lado no debería declarar en su contra; y, por otro lado, el hecho
que no asuma la autoría del delito no es tomado como un elemento a favor del
sujeto acusado al momento de decidir la magnitud de la condena.
Entonces, lo que era de prever se convertirá en saber esperar. Se espera que
el transgresor se responsabilice del delito, pero a veces no dimensionamos,
cabalmente, lo que puede significar esa espera.

Concretamente, he notado que muchos internos recién logran


responsabilizarse una vez que fueron penados, mientras transcurre la
ejecución de la pena priva tiva de la libertad. Ante esta evidencia cabe
preguntarse porqué ahora y no antes?, cuando se da en la etapa procesal la
responsabilidad por el delito?

LA CONFORMIDAD DE LA SENTENCIA

El acto que el sujeto penado realiza con la firma de la conformidad de la


sentencia trae aparejado una pacificación a la litis judicial. Esa conformidad de
la sentencia marca el fin de un largo proceso judicial en el fuero penal. Esa
firma es lo esperado en este ámbito como un símbolo del trabajo concluido.

Ahora bien, al analizar los efectos en el sujeto de aquella firma de conformidad


se nos abren varias cuestiones, a mi parecer, dignas de tener en cuenta :
cómo, cuándo, y bajo qué circunstancias estar conforme con la sentencia? Es
una pregunta que se impone por su importancia. No obstante, es menester
preguntarnos qué es la sentencia, qué significaciones trae para el sujeto?

La sentencia es el veredicto de los jueces sobre el juicio llevado a cabo. Esta


es una definición operacional y manifiesta. La sentencia es el acto por el que se
funda la operación de impartir justicia tanto para el acusado, como para la
víctima y el cuerpo social. La sentencia es una operación semántica que marca
un rumbo en el futuro del sujeto y un porvenir para todo el sistema jurídico-
penal.

La sente ncia es un símbolo de la existencia de la ley para el sujeto. El sujeto


que transgrede la ley, como ya dijimos, es aquel que tiene fallas subjetivas de
la inscripción de la ley en su personalidad; por lo tanto, recibir un símbolo de
esa ley que no ha sido eficientemente inscripta, en los orígenes de la
personalidad, tiene que representarle un shock vivencial. Carece de rigor
científico creer que en 10 días hábiles el sujeto tiene el tiempo necesario para
aceptar y dar conformidad a la sentencia en sus fueron íntimos. Cada ser
humano tiene sus tiempos lógicos para aceptar y comprender la realidad. Así
como un hombre que tiene un hijo tiene un tiempo interior para comenzar a
asumir con responsabilidad el rol de padre, así también existe un tiempo para
comenzar a dar conformidad al símbolo de la existencia de la ley.

Aceptar los propios errores siempre ha sido un camino dificultoso para los
humanos. Es un camino que algunos logran transitar y atravesar, otros lo
abandonan sin llegar a la meta. Dar conformidad a la sentencia implica analizar
este acto, desde esta comprensión psicológica.

.-LA MAGNITUD DE LA CONDENA:


Este espacio de encuentro entre el juez y el transgresor penado
inevitablemente conducirá a un punto de reflexión: la magnitud de la condena.

Una de las voces más resentidas de los sujetos penados es por la falta de una
explicación racional y vivencial por el monto de la condena. Los presos en el
interior del penal comparan sus condenas entre sí, y aflora – como agua del
manantial – la aparente irracionalidad de los castigos a los que han sido
sentenciados. Nuestro Código Penal, como el de la mayoría de los países,
establece un rango en la cantidad de años en que se ejecutará la pena. Así
establece por ejemplo para el castigo por el delito de homicidio una pena que
puede variar de 8 a 25 años. Ese intervalo establece para el Juez que dicta la
sentencia el lugar para el criterio personal; y para el interno penado el lugar del
cuestionamiento de ese criterio personal. Es decir que al dictarse una sentencia
se reinstaura el conflicto entre la ley y el sujeto transgresor, en la versión de la
disconformidad racional e irracional de la sanción del juez. Por otro lado, es
digno de mencionar que las sentencias ponen énfasis en declarar la
culpabilidad del sujeto, pero no establecen mayores argumentos sobre el
monto de esa condena.

Un interno que ha cometido un robo agravado recibe 8 años de condena, otro


que ha cometido un homicidio recibe la misma pena. Cuál es el grado de la
culpabilidad de robar un auto y de quitarle la vida a una persona, por el monto
de la condena podría decirse que son dos delitos iguales. Dos internos de unos
40 años de edad en estado de ebriedad matan a un compañero de beberaje,
uno recibe 10 años de condena y el otro 9 años. Manifiestamente ambos están
conformes con lo benigno de la sentencia; pero en el espacio de la escucha
con el psicoanalista refieren la disconformidad con la misma. No aceptan la
diferencia existente entre sus condenas. Reclaman una pacificación en su alma
para poder ple namente aceptar la condena.

Entonces, como es de prever el descreimiento de la equidad de la Justicia se


extiende como el polvo en el aire e inunda todo el penal. Ejemplos de estas
aparentes irracionalidades y discrecionalidades, desigualdades, injusticias
existen en una gran cantidad de casos. Prácticamente todo penado puede
encontrar una comparación de condena que lo precipite a este tipo de
resentimiento. El malestar que genera estas comparaciones, de más está decir,
no favorece en absoluto la reinscripción de la ley en el sujeto, o la
subjetivización del delito cometido. Ergo, la probabilidad de una resocialización
adelictiva para los sujetos que quedan atrapados en este malestar se reduce
drásticamente.

Qué hacer en este punto?

Desde el punto de vista psicológico, ético, y humano la respuesta que emerge


es enfrentar al malestar y no evitarlo o negarlo.

Creo que es menester que los jueces penales puedan admitir que hasta ahora
se ha tenido una actitud evitativa de este cuestionamiento de los sujetos
penados por parte de los jueces que lo sentenciaron. Se ha podido silenciar y
reprimir estas voces de protesta, lo que no quiere decir que se ha solucionado
el conflicto.

Este problema como todo problema institucional merece ser analizado y


comprendido a la luz de una teoría. Este libro introduce a una teoría de la
relación del sujeto transgresor con la ley. Y esta arista teórica nos permite tener
algunas miradas interesantes de este malestar suscitado.

.-LA SENTENCIA MARCA UN RUMBO EN EL FUTURO DEL SUJETO:

En una gran mayoría de internos penados se puede captar una interpretación


tendenciosa acerca de este efecto de la condena. Ellos se eximen de asumir la
responsabilidad de ser agentes activos de su destino. Adjudican a la Justicia la
responsabilidad de su destino y el de toda su familia. Al ser humano le cuesta
afrontar que la experiencia es la suma de los errores realizados, que el destino
es un camino que ellos mismos trazan mientras van confrontándose con las
contingencias de la vida. Esta tendencia al facilismo en si misma es una falla
subjetiva en la inscripción de la Ley.

La sentencia marca un rumbo en el futuro del sujeto, pero no determina


su destino es un punto teórico que el transgresor necesita trabajar con el
jurista. Este es otro efecto de la condena que el sistema jurídico no debería
acallar dándole concesiones al penado. Es preferible antes que concederle
beneficios "humanitarios", sumergirlo en un espacio de palabras y escucha. La
familia del interno penado sufre múltiples privaciones y carencias por la
ejecución de la pena privativa de la libertad; pero estas carencias no es
responsabilidad de la Justicia que condena. Este punto suena a obviedad, pero
es todo un tema a trabajar en la subjetividad del transgresor. Al penado no sólo
hay que hablarle de razones sino dejarlo que hable sus sinrazones, porque a
través de la palabra se producen efectos de rectificación subjetiva.

El penado que adjudica a la condena el oscurecimiento de su destino, no sólo


la está culpando de sus desgracias y las de toda su familia; sino que también
está tratando de asirse un lugar como sujeto activo de un destino ante el cual
se siente impotente. El conflicto con la Ley puede ser el punto de despegue en
este arduo camino.

.- EL LADO OSCURO DE LA CONDENA:

La vida en sociedad ha materializado la existencia de exigencias culturales sin


las cuales nos sería harto difícil la convivencia. No obstante, ello, podemos
notar que una gran cantidad de personas no obedecen a las prohibiciones
culturales, salvo bajo el influjo de la coerción externa. Así sucede,
especialmente, en lo que se ha denominado exigencias morales culturales, las
cuales rigen para todos los individuos de la sociedad. Existen hombres que
retrocederían temerosos ante el homicidio o la violación pero no se privan de
satisfacer otros bajos instintos que también han sido prohibidos como satisfacer
su codicia, no postergar sus impulsos agresivos, perjudicar a sus semejantes
con la mentira, el fraude y la calumnia. Ellos realizan estas transgresiones
cuando pueden hacerlas sin castigo.

Estas consideraciones teóricas y fácticas nos sumergen en la temática


polémica acerca de si la misma concepción de la ley crea sus propias
transgresiones, o sí la condición humana por su cualidad instintiva crea una ley
en esencia insuficiente e inoperante. Es decir, tener una cosmovisión del
hombre en la que es tarea ímproba concebir una normativa legal que regule
todas las tentaciones del egoísmo humano. Ingresar en estas cuestiones
teóricas no es una banalidad, ni una tendencia filosófica improductiva; sino que
es una introducción a una realidad criminológica y penológica inexorable.

Sigmund Freud en su análisis del núcleo de las religiones nos marca que :" el
pecador se rescata con sacrificios o penitencias y queda libre para volver a
pecar." La realidad criminológica y penológica que nos anima a estas
reflexiones teóricas es que muchos transgresores necesitan ser penados para
volver a transgredir, para ingresar en la esfera de reincidentes. Este es un
efecto de la condena que los juristas no pueden soslayar, y que debe ser
planteado como un punto de trabajo en la estrategia de subjetivización del
delito cometido y en su posicionamiento subjetivo ante la ley.

.- APLICACIÓN TÉCNICA :

Estas consideraciones teóricas de los efectos de la condena en el transgresor


tienen una incidencia técnica y práctica para los jueces que se hacen cargo de
su función social, para aquellos que creen que tienen una responsabilidad en el
futuro transgresor, ya sea como un hombre resocializado o como un
transgresor reincidente. Esa técnica concreta consiste en releer la sentencia al
penado varias veces mientras dura la ejecución de la pena privativa de la
libertad. El juez podrá comprobar como en cada relectura se abren nuevas
significaciones para el transgresor. La técnica consiste en permitirle hablar
sobre lo ocurrido ( y también pedirle que lo haga) tratar de lograr que ponga
palabras a los hechos, y a la vez leer la sentencia va a ir preparando los
significantes que posibiliten la subjetivización del delito. Este proceso de
escuchar y hablar va a poder reinscribir los fundamentos de la ley en la
subjetividad. La versión que tiene el interno – del delito - mientras está
procesado experimenta cambios significativos a la versión que tiene una vez
penado. Esos cambios están determinados por las modificaciones en la
posición subjetiva que se producen como efecto de la sentencia.

El sujeto transgresor cuando está penado se encuentra paradójicamente "libre"


para hablar del delito, precisamente porque ya ha sido condenado. Se puede
trabajar sobre esta libertad del condenado para que el transgresor reconozca
su posición subjetiva frente a la LEY.

Estos encuentros entre el juez, en tanto representante de la ley, y el


transgresor pueden realizarse no solo una vez, sino las veces que sea
necesario para que se de el proceso de reinscripción de la ley.
Este proceso de reinscripción de la ley, el juez puede y debería poder realizarlo
bajo la supervisión del psicoanalista. Este proceso se adentra en el campo de
la subjetividad humana y exige la grandeza ética y la humildad científica de
saber reconocer que es un terreno interdisciplinario. El jurista es un experto del
Derecho que desde la postura de este libro puede y debe tener mayores
conocimientos de la subjetividad; pero ese avance en el saber no excluye la
dimensión de reconocer la necesidad del trabajo en equipo.

CAPITULO : EL PAPEL DE LOS JUECES EN EL REPOSICIONAMIENTO


ANTE LA LEY.

La sentencia es el principal resorte para que un transgresor pueda


subjetivar su posición ante el hecho delictivo.-

Cuando la investigación fiscal es exhaustiva, es decir, se encarga de que


aparezcan en el proceso judicial una serie completa de información que aporte
esclarecimiento al hecho delictivo; toda esa información que, si bien, alumbra a
la Justicia para emitir la sentencia; también alumbra al transgresor sobre las
circunstancias, hechos, condiciones e historia que confluyeron para que se de
la escena del delito. Toda la información que recoge la investigación fiscal es
muy útil para el principal sujeto de la acción. Esta utilidad – claro está – es a
niveles subjetivos. Pues, probablemente a niveles objetivos toda esa
información de la investigación fiscal sirva para condenarlo.

El sujeto transgresor accede a cometer el delito por una serie de factores, los
cúales todos no le son fáciles de reconocer. El acto transgresor contiene
elementos conscientes e inconscientes para el sujeto que lo ha cometido. Ni
siquiera un robo por necesidad económica se debe sólo a la escasez de
recursos disponibles. Todo sujeto que roba, aún el primario, debe reconocer la
serie de factores que lo condicionaban a que él elija ese camino para
solucionar sus problemas económicos.

En una violación, en un homicidio, en una lesión grave, en una estafa cobra


mayor relevancia poder esclarecer los móviles inconscientes del sujeto
transgresor. Porqué de qué existen, existen.- Estos móviles inconscientes del
hecho delictivo no siempre son necesarios para emitir la sentencia judicial; pero
muchas veces sí lo son. No obstante, desde el punto de vista subjetivo del
sujeto transgresor que se puedan esclarecer estos móviles es casi
imprescindible; sí es que nos interesa que algún día pueda reinsertarse en la
sociedad y alejarse de las transgresiones de la LEY.

Entonces, en ese punto la investigación fiscal y la investigación de la defensa le


permiten reconocer más cabalmente los elementos que se dieron cita, de una
manera indirecta o directa en la escena del delito.-

Este "darse cuenta" de la verdadera magnitud de la escena delictiva tiene que


ser retrabajado para que el sujeto lo pueda incorporar en las cadenas
significantes que forman su personalidad. El transgresor por sí mismo no va
a poder reposicionarse ante la transgresión cometida.

Todo lo que se dice, se lee, se declara , se investiga y sale en el juicio le puede


permitir reconocer los factores que incidieron para que él haya cometido ese
acto delictivo. Pero también puede quedar en la nada, sí sólo se le muestra los
elementos y no se los retrabaja.-

Los psicoanalistas sabemos que tiene escaso valor terapéutico sólo mostrarle
al paciente los puntos de sus conflictos, "este darse" cuenta es sólo el
comienzo del camino de la cura. Ningún ser humano "se cura" de sus conflictos
psicológicos sólo con verlos. Es imprescindible contar con un espacio de
elaboración para superar los puntos del conflicto. Ningún paciente ha
solucionado sus problemas con el sólo hecho de decirle su diagnóstico. Se
necesita trabajar y elaborar los puntos conflictivos que emergen en ese
diagnóstico.

La sentencia es el diagnóstico del Otro de la Ley que le dice al sujeto lo suyo


es un acto delictivo, es un acto transgresor de la Ley; y por ello deberá purgar
una condena, cuyo precio será la privación de su libertad.-

Pero sólo con esa sentencia(el diagnóstico) el sujeto no podrá subjetivar, es


decir, integrar a su personalidad todo lo que involucra su acto transgresor,
aunque esos elementos hayan estado presente en el juicio.-

Cuando digo " el transgresor por sí mismo no va a poder reposicionarse


ante la transgresión cometida" hago referencia a que la sentencia es
importante; pero sí, luego de esta el sistema lo deposita en una cárcel, y sólo
se dedica a darle beneficios en su estadía, eso no alcanza.-

Hasta ahora, se tiene la idea que la Justicia lo condena, lo pone en la cárcel, le


da los beneficios de la LEY 24.660. y que los psicólogos se encarguen que ese
transgresor pueda reinsertarse en la sociedad, como un hombre respetuoso de
la LEY. Los psicólogos de la cárcel están encargados de trabajar en torno a la
resocialización del interno; pero lo que vengo a decir en este escrito es que ese
trabajo, por más bien que este realizado, es insuficiente.-

Aún cuando la cárcel le enseñe a leer, a escribir, lo capacite para


insertarse en el mundo laboral, le haya facilitado conservar y/o afianzar
los lazos familiares, le haya privado de su libertad como castigo por la
transgresión cometida, todo ello - que es sumamente importante- no tiene
la suficiente fuerza para que el sujeto por sí mismo retrabaje su
posicionamiento ante la Ley y las transgresiones, para que elabore los
móviles inconscientes y conscientes del hecho delictivo. Esto quiere
decir que cuando salga de la cárcel los móviles inconscientes que lo
condujeron al mundo delictivo estarán como antes, o más exacerbados
por la convivencia carcelaria.-

Si bien, las cárceles - a niveles generales – funcionan como depósitos


temporarios de la escoria de la sociedad. Aún considerando el caso que se
cumpla el espíritu de la LEY 24.660, la política penitenciaria es darle, y darle, y
darle cosas materiales y beneficios objetivos para que el interno carcelario se
reinserte en la sociedad como un hombre de bien. Por otro lado, este darle y
darle cosas y beneficios es un dejarlo solo que él se reposicione de sus
cuestiones subjetivas, cuestiones que lo empujaron al mundo delictivo.

Aún con la implementación de la ley 24.660., desde el punto de vista de la


subjetivización del delito cometido, desde el punto de vista de los factores
inconscientes que empujan al sujeto al delito, la cárcel sigue siendo una
institución de depósito de delincuentes.

Lo que propongo en este libro es que Jueces, Abogados, Directores del penal,
guardiacárceles, familiares, asistentes sociales, psicólogos, etc (todos) están
comprometidos a trabajar para que este transgresor pueda reposicionarse ante
la Ley. Cada uno de los miembros del sistema jurídico-penal tiene una función
que le es propia en este espacio de subjetivización. Obviamente, la función que
le compete a un Juez no lo va a poder hacer un asistente social, y así
sucesivamente. Cada uno tiene un función propia e intransferible. Y cómo esto
es un sistema, sí un eslabón está roto todo el andamiaje se resiente.

Los Jueces, y fundamentalmente lo que sería el Juez de Sentencia, luego de


condenar al transgresor mantienen con él una relación marcada por la
aplicación de la Ley 24.660; y también para velar por los Derechos Humanos
de los internos carcelarios. Es decir, que las audiencias que conceden a los
internos carcelarios es para solucionar sus reclamos y satisfacer sus
demandas. La relación del Juez con el interno es una relación de "te pido", y el
juez le contesta "te doy". El interno carcelario recurre asiduamente a solicitar
audiencias a los jueces, y sólo lo hacen para pedir : licencias, protección,
beneficios, licencias, beneficios, protección y así continuamente. Los jueces
quedan atrapados en esta demanda y sólo se limitan a contestarle al pedido
expreso de la demanda del interno. " concedida ... denegada ... se ordena
permitirle que ... ".

He podido comprobar que cada Juez tiene una interpretación, casi rayana con
una interpretación personal, de la ley 24.660., por lo que le concede o deniega
los pedidos del interno con una lógica que dista mucho de ser equitativa y
objetiva. Y esto no sólo porque sea por una cuestión de idiosincrasia del juez;
sino que se debe fundamentalmente a la ambigüedad y discrecionalidad de la
ley 24.660.-

Los jueces tienen que poder interpretar que en cada pedido expreso del
interno se desliza una demanda implícita. Esta demanda implícita es la
que se relaciona con el proceso de subjetivización ante el delito
cometido. Sí el Juez no puede escuchar esta demanda, que de por sí esta
formulada, su respuesta manifiesta también lleva adosada una respuesta
a la demanda implícita. Es interesante preguntarse porque clase de
respuesta se da ante lo que no se sabe que se le pregunta.?
Sí el juez no puede explicitar la demanda implícita es casi un azar, un intento a
ciega, que de una respuesta asertiva y justa a la demanda que se le ha
planteado.

Esta dinámica de dar respuestas a un llamado que no se escucha es la zona


del proceso de subjetivización que no se realiza.

La relación del interno carcelario con el juez comenzó siendo la relación de un


transgresor de la ley con un representante de la misma, y esa es la relación
que permanece durante todo el proceso que dura la misma. El juez no puede
desconocer que él esta designado para que ese sujeto transgresor
reconozca que el ha transgredido. Considero que la función del juez no sólo
es dictar sentencia cuando se ha transgredido la ley, sino también velar porque
se cumpla los principios de la Justicia en las personas, y sí le es posible obrar
para que esa ley pueda ser incorporada a la personalidad de los sujetos que
conviven en la sociedad.

Este escrito plantea que el juez, el abogado y los demás involucrados en el


sistema jurídico-penal pueden colaborar para que el sujeto transgresor pueda
incorporar a su subjetividad los márgenes de la ley. Una gran mayoría de los
transgresores de la ley precisamente lo son, porque la inscripción de la misma
en la personalidad de estos está hecha tibiamente, y por ello le es fácil
traspasar sus límites.

Estoy convencido que el juez puede hacer y mucho para solidificar y fortalecer
la inscripción tenue de algunos transgresores.

El juez debe estar convencido que en cada escrito, en cada audiencia del
interno carcelario le está planteando algo del hecho delictivo. Y sí se lo
plantea él tiene que poder escucharlo y darle una respuesta, no como
psicoanalista, sino como juez que sabe escuchar.

La gran mayoría de los internos carcelarios son de personalidad neurótica, y el


neurótico es un especialista en insistir sobre lo mismo una y otra vez. El
neurótico padece de tendencia a la repetición. El juez tiene que saber esto
:"todo neurótico padece de tendencia a la repetición", lo que nos habla de la
probabilidad alta de reincidencia. La tendencia a la repetición es un empuje
inconsciente a lo mismo. El juez debe saber que la repetición en un transgresor
va a ser en un acto delictivo. Y el sujeto actúa lo que no puede canalizar en
palabras. Entonces, lo que hay que saber es que existe un espacio para la
palabra, para intentar frenar un acto repetido. Por ello es sumamente
importante que el juez pueda escuchar lo que el sujeto tiene que decirle de la
transgresión cometida., lo que tiene que decirle del hecho delictivo. El interno
carcelario le va a hablar de transgresión, actos transgresores, hechos delictivos
y el juez tiene que poder contestarle de tal manera que ponga a esas
transgresiones, actos transgresores, hechos delictivos dentro de los márgenes
de la ley.
Sí el juez puede sostener esta dinámica, ahora sí lo esta ayudando al
transgresor a que se reposicione subjetivamente ante la ley que ha
transgredido.

Este proceso es lento, complejo, paulatino, jamás se da en un solo encuentro.


No pocas veces este proceso se frustra, y el sujeto vuelve a estados anteriores
. Pero, considero, que nuestra tarea es llevar adelante este proceso, y sí es
necesario volver a empezar de cero, hacerlo. También es nuestra tarea
reconocer nuestros límites en este complejo proceso de formación de la
personalidad, aceptar la frustración ... y no dejarse abatir por la misma.

Sé que los jueces y abogados no han recibido una formación universitaria para
poder sostener el tipo de escucha que aquí propongo. Esta escucha es
lacerante, es nociva, y hasta casi imposible de sostener sí no se cuenta con la
preparación necesaria para poder mantenerla. Este libro intenta poder
introducirnos a las primeras nociones, solo unas cuantas, de esta escucha.

Sé que este escrito se va a encontrar con la fuerte resistencia al cambio. Pero


también sé que soy un argentino, parte de esta gran crisis nacional, y que mi
decisión es colaborar diciendo lo que sé, lo que pienso y también desafiando
"el no te metás" que tanto daño moral ha hecho a los argentinos.

El juez debe saber que para que se produzca un efecto pleno de inscripción de
la ley en el sujeto, entre él y su madre debe producirse un corte en la relación
diádica. La ley se inscribe en la hiancia entre el sujeto y su madre, es en el
espacio vacío del vínculo entre ambos que se artícula la ley. Por ello es que
existe un efecto de sufrimiento psíquico muy grande en la madre del
transgresor, porque hay un registro inconsciente que la continuidad de la
relación diádica entre ella y su hijo es lo que no permite que su hijo registre a
la ley como un soporte moral y cultural más solvente. Entonces cabe la
posibilidad que alguna intervención desde la Justicia, por ejemplo desde la voz
y mandato de un juez genere ese espacio subjetivo aludido en el sujeto.

Uno de los grandes aportes del Psicoanálisis al Derecho es transmitirle


que la LEY se inscribe en el sujeto en el espacio existente entre él y la
madre. Ese espacio es el destinado a la ley para que regule los actos del
sujeto... cuando el sujeto transgrede la ley es necesario pensar que ese
espacio entre el sujeto y la madre no ha sido eficientemente inscripto con
la Ley. El encargado de realizar tal inscripción es la función paterna,
también llamada Metáfora Paterna. Sí la inscripción de la legalidad es
fallida o inconsistente este escrito plantea que se pueden realizar
apuestas de reinscripción en ese espacio. El juez, representante de la Ley
y la Justicia, es un heredero de esa Función Paterna.

Este escrito plantea que existe la posibilidad de reforzar la inscripción psíquica


de la Ley en el sujeto transgresor, y que el juez – en tanto representante de la
Ley y la Justicia – es una de las figuras privilegiadas en esta operación
subjetiva.
El sujeto transgresor presenta momentos en su posicionamiento ante la ley y el
delito cometido. Y esos momentos presentan mayores o menores
probabilidades para apostar a un acto de reinscripción de la ley en la
subjetividad del transgresor. El juez puede estar capacitado para leer e
interpretar esos momentos, y consecuentemente operar en ellos. Esta
operatividad del juez en la subjetividad del transgresor puede aportar
elementos para el proceso jurídico-penal pero su misión específica es poder
brindar al transgresor la posibilidad de ajustar su posicionamiento subjetivo
entre los márgenes de la ley, es decir, que esta operación subjetiva se
inscribiría en el campo de una acción preventiva de reincidencia.-

PROCESADO: El sujeto que se encuentra en esta fase del proceso jurídico-


penal desde un punto de vista técnico y legal no es, aún, un sujeto transgresor.
A los efectos sociales la sentencia penal es la que da el estatuto manifiesto de
sujeto transgresor de la ley; pero en los estamentos de la subjetividad el sujeto
puede reconocer a sus actos como transgresores a la ley aún antes de la
sentencia. Es decir, él puede asumir su condición de transgresor en la fase de
procesado. Aparentemente el juicio abreviado contendría esta condición
subjetiva pero no lo es así. El sujeto acepta el juicio abreviado a expensas de
conseguir el mínimo de la pena, y esa transacción desvirtúa su condición de
asumir subjetivamente el delito cometido. Un límite puesto a medias o un límite
titubeante no tiene la eficacia simbólica requerida. Para asumir subjetivamente
el delito cometido no hace falta obtener algo objetivo a cambio. Los
delincuentes aceptan el juicio abreviado no porque asumen su responsabilidad
por el acto transgresor, sino que aceptan el juicio abreviado porque ello mismo
conlleva una nueva transgresión a la ley ya transgredida("te hago creer que me
responsabilizo para obtener tu beneficio, solo por eso"). A mi entender el
juicio abreviado es una economía procesal para el sistema jurídico, pero
esa pena no acarrea un sentido para el sujeto sólo le acarrea un benéfico.
Este tipo de negociación con la transgresión le permite reforzar su
representación fallida del límite de la ley.

No desculpabilizar al sujeto es una impronta para que el sujeto pueda


posicionarse subjetivamente ante la transgresión.

PENADO: En esta fase el sujeto ya ha adquirido el sesgo social de transgresor,


la condena lo expresa. No obstante, ha sido muy frecuente comprobar que el
penado no comprende la condena, tanto en su vertiente total como parcial.
Para asumirla es imprescindeble comprenderla. La comprensión de la condena
es función de los jueces que la dictaron y del abogado defensor del condenado.
Reitero sí el interno penado considera que su sentencia es injusta, corrupta,
discriminatoria o fundada en cualquier otra inferencia que la transforme en
incomprensible la posibilidad de reposicionarse ante la ley transgredida es
mínima.

La sentencia tiene que cobrar un sentido, desde una lógica de la coherencia,


para el sujeto que la recibe. Caso contrario es una sentencia vacía de sentido
para el principal actor de la misma. Sí la sentencia no cobra sentido para el
imputado, qué sentido tiene la sentencia?
Desde un punto de vista de una acción preventiva de reincidencia es
fundamental que la sentencia tenga un sentido para el imputado, preguntarse si
la sentencia que he dictaminado le significa algo al imputado es una
interrogación del juez. Cuestión que no es menor.-

Es importante para la subjetivización de la condena que el interno pueda


tener una explicación de la magnitud de la misma. La condena de homicidio
va de los 8 años a los 25 años. El juez decide cual va a ser la magnitud de la
misma, y para que el interno la pueda aceptar subjetivamente tiene que tener
una explicación de la misma. Hasta ahora, cuando un interno es penado se lee
la sentencia de los jueces. Lectura que es excesivamente técnica, porque los
jueces dictan la sentencia para obrar acorde a los regímenes jurídicos, no para
que la entiendan subjetivamente los condenados. La sentencia de los jueces
tiene que tratar de estar ajustada a Derecho para que no de lugar a una
impugnación desde la CORTE. Todo castigo debe tener una explicación para
que cobre sentido. Un homicida decía:: " a mi me dieron 18 años, yo era
primario, mi carátula es Homicidio simple, a aquel que es reincidente, ya tenía
condena por robo y después ha seguido macaneando y a muerto a otro le dan
10 años, donde está la Justicia?" Un interno por violación decía "yo he me
cogido una mina que se la andaba buscando y me dieron 12 años, aquel
manda a una mina bajo tierra y le dieron 8 años. A la que dicen que dañado yo
tiene toda la vida para recuperarse, y la de aquel no va a tener nunca más una
oportunidad, porque a mi 10 y a él 8?". La magnitud de la condena es
siempre un interrogante en la mente del interno carcelario. La autoridad
que dictamina un castigo debe responder por el mismo, es un principio
básico del paradigma de la Justicia, a niveles psíquicos.

Es fundamental en la subjetivización del delito cometido recibir una


explicación de la magnitud de la condena. Así como el transgresor debe
dar cuenta de la transgresión, el juez debe dar cuenta de la magnitud de la
condena. Estos dos factores son determinantes en el futuro del
transgresor, en tanto reincidente o rehabilitado.

Lograr que una sentencia cobre sentido para el imputado no es


necesariamente un acto de comprensión sólo desde lo consciente. La
comprensión y sentido de la condena es un elemento para articular en la
posición subjetiva del sujeto. Y ello se logra en base a un proceso de
interpretación, reitero que no es meramente consciente ni tampoco intelectual.
El hecho que el sujeto, por ejemplo, tenga un coeficiente intelectual bajo no lo
excluye de acceder al sentido de la misma.

Los factores en que pueden colaborar específicamente los jueces y abogados


para trabajar en la prevención de la reincidencia son los siguientes:

.- victimización del transgresor.

.- acceder a una sentencia justa.


.- comprensión de la sentencia justa.

.- colaborar en la subjetivización del delito cometido.

.- no facilitar la transgresión de la ley 24.660.-

UNA EXPERIENCIA JURÍDICA-ANALITICA

En un determinado momento comienzan a llegar a la cárcel oficios de


tribunales que decretaban, para aquellos internos que solicitaban beneficios de
la ley 24.660., la obligatoriedad de realizar un tratamiento psicológico por un
período de 6 meses, tratamiento que debía ser informado mensualmente por el
psicólogo. En un primer momento, pensé que esta medida judicial funcionaba
como un instrumento mediatizador para frenar el aluvión de licencias penales
que solicitan los internos del penal. Pensaba que el juez para no plantear una
negativa a estos pedidos los dilataba con un recurso de la misma ley penal. Al
comienzo la experiencia resultó muy resistida por los internos, en tanto
argumentaban que otros jueces las concedían sin ningún requisito. Luego de
un tiempo pude plantearme la hipótesis que esta medida se había convertido
en un anexo de la condena. La condena decía tantos años de prisión y 6
meses de hablar sobre ello. Este juez había instrumentado desde su lugar de
representante de la ley que la condena consistía en la privación de la libertad y
de un espacio para poner en palabras el delito, la historia personal del
delincuente y la vivencia carcelaria. Esta medida judicial había creado un
espacio para la subjetivización del delito. Esta medida paulatinamente fue
creando en los internos la convición que deseaban hablar también con el juez
de estas cuestiones. Había un hueco que la escucha analítica no podía cubrir :
la especificidad de la condena.

A partir de este momento he podido conceptualizar que cada condena tiene un


punto de especificidad del cual sólo puede escuchar y responder el juez, en
tanto representante de la ley y responsable de la magnitud de la condena.
"porqué a mi se me condenó con 12 años por un homicidio y a ese otro le
dieron 9?". Este punto de especificidad es para que lo trabaje el jurista.
Considero que después de trabajar este punto se puede continuar el proceso
de subjetivización del delito, sin esta explicitación existe un tope, a mi
entender.-

En el momento del apogeo de esta medida judicial no contaba con la claridad


teórica para responder al juez y al interno de lo que ocurría en el espacio de la
palabra y la subjetivización del delito. Espero que este escrito pueda subsanar
aquella falencia de aportes del psicólogo penólogo.-

En este mismo espacio pude comprender la importancia fundamental que es


para el psicólogo penólogo conocer la investigación fiscal por la cual se lo
condenó al interno. Es necesario contar con la radiografía de la causa del juez
y del fiscal. Esta hechología es fundamental para integrar al sujeto transgresor
el acto del cual el debe responsabilizarse.

El psicólogo forense no necesita conocer la investigación de la causa porque el


debe emitir un informe de las característica psicológicas del imputado, este
desconocimiento es un aporte a la neutralidad del informe. Para el psicólogo
penólogo es necesaria esta hechología porque es el rastro objetivo del acto del
sujeto, es lo que se necesita para que él pueda tratar de inscribir en su
subjetividad la transgresión cometida, el delito que se le ha imputado.... aún
hoy continuo solicitando se envié a la cárcel(y especialmente al Gabinete
Psicológico) esta investigación fiscal, una fotocopia de la Sentencia, esta
radiografía de la causa.- Incluso este pedido esta avalado por la Acordada
Nº 140/88 de la Corte Suprema de Justicia de la Provincia de Tucumán.

CAPITULO : EL PAPEL DEL ABOGADO

El abogado es quíen representa al sujeto ante la ley. El sistema jurídico ha


entendido que el sujeto necesita ser defendido por un tercero cuando se lo
acusa de haber transgredido la ley.

En el fuero penal la acción de la Justicia corresponde a un proceso, no a un


hecho como lo puede ser la sentencia en el fuero civil, o laboral o contencioso.
Este proceso no termina con la sentencia del juicio, desde un punto de vista
psíquico y ético. Por lo tanto la función del abogado también es ser parte de
ese proceso.

El abogado penalista - a mi entender, como psicólogo penólogo – es el


encargado de defender al sujeto transgresor en todas las facetas del proceso
jurídico-penal. Desde el momento que el sujeto es acusado de haber
transgredido la ley hasta las últimas etapas, como por ejemplo la libertad
condicional, el sujeto necesita al abogado defensor.

El sentido común, la ideología cotidiana, cree que la función del abogado es


hacer que el sujeto "despegue de la causa" o que logre aminorar la condena.
Desde la comprensión y la escucha de la cárcel he podido entrever que el
sujeto necesita del abogado en todo el proceso jurídico-penal. El interno del
penal no necesita que el abogado sólo le gestione los beneficios de la ley
24.660. Necesita saberse no abandonado por la ley. Sí su abogado continua
visitándolo y tramitándole los papeles siente que el representante ante la ley
sigue de su lado, por lo tanto la relación con la ley continua. Un representante
de la ley lo defiende.

Todos los miembros de la sociedad saben que la cárcel funciona a niveles


sociales como un tacho de la escoria social. Se deposita a los transgresores en
la cárcel y se los abandona. El abogado puede colaborar y mucho para que el
interno no tenga esa impresión prejuiciosa social de la condena.
He notado que cuando el interno se siente abandonado por la ley, el proceso
de subjetivización del delito se estanca y no progresa ... desde una lógica
humana no podría ser de otra manera.

Cuando el abogado abandona a su defendido en la cárcel, este se encarga por


si mismo de gestionarse los beneficios de la ley 24.660.- los beneficios de la
pena privativa de la libertad es un saber que circula por los cuatros costados de
los muros de un penal. Pero sucede que cuando el interno se encarga por si
mismo de gestionarse los beneficios muchas veces incurre en el uso y abuso
de esos beneficios. Entonces al lograr conseguir "abusos" en los beneficios se
instala en su subjetividad la sensación que ha vuelto a burlar los límites de la
ley, es decir, nuevamente la ley es un límite que es sobrepasado. La ley se
convierte en un límite ineficaz. Y cuando ocurre al revés, es decir, cuando el
sujeto ha quedado relegado de los beneficios de la ley 24.660. se siente
marginado, se siente excluido y ello se precipita como un obstáculo para
subjetivizar el delito cometido. Su transgresión no es tal en tanto la ley
también es transgresora con él.-

He comprobado que los abogados defensores elaboran estrategias de defensa


y le otorgan a su defendido un papel secundario en la construcción de la
misma. Y es precisamente al revés el proceso necesario.-

Sí el abogado puede desprenderse del lugar de poder que representa "saber y


conocer la ley" y hace que el transgresor participe activamente en la
construcción de la defensa, el sujeto irá incorporando a la ley de una manera
más efectiva.-

Los internos del penal dicen : "mi abogado, el DR. XX, dice que me va a sacar
... él sabe como dar vuelta todo ... él es bueno, ya lo ha sacado a XXX". Todas
estas frases son expresiones de un sujeto que se queda al margen de la
ley. El abogado que construye para sí esta imagen de saber, arrogancia, y
poder frente a la ley está condenando a su defendido a ser siempre un
transgresor.

El abogado puede brindar un espacio a su defendido, el transgresor de la ley,


para construir recursos subjetivos que le permitan retomar algunas
inscripciones simbólicas de la ley, como por ejemplo que busque en el código
penal la tipificación para su delito, que investigue jurisprudencias de otros
internos del penal, que conozca los pasos procesales, etc. Estas son todas
actitudes de un abogado que quiere que su defendido sea un sujeto que
paulatinamente vaya incorporando que el es un sujeto activo en la defensa de
su caso; y a la vez, un sujeto que va incorporando la ley a su subjetividad, y
todo ello le permitirá tener mayor flexibilidad simbólica para reflexionar sobre el
proceso personal que lo empujó a la transgresión a la ley.

El abogado no debe funcionar como el funcionario de la negación de la


ley. El abogado no es el representante que la transgresión no es tal. Es sabido
que el abogado va a tratar que la justicia no aplique castigo, o que le aplique el
menor posible, a su defendido pero esta actitud de defensa no debe convertirse
en un transformador moral. La transgresión del sujeto es una transgresión más
allá de lo que ocurra en el juicio. El abogado no debe hacer sentir a su
defendido culpable de lo que ha hecho, pero tampoco debe facilitarle la
negación. No debe consentirlo que el error no es error.

"... un error cualq uiera lo comete ...

... la víctima se lo estaba buscando ...

... lo tuyo no es nada a comparación de lo que yo he visto, y sí otros se han


mandado peores cagadas y se salvaron, porqué vos no?"

estas son algunas frases que expresan una extralimitación del abogado. Lo
está empujando a una transformación moral. El abogado lo tiene que
defender y tratar que salga libre, sea o no culpable, pero eso no significa
que debe empujarlo a que la transgresión no existe. Eso es como apagar
un fuego con nafta. Este tipo de actuaciones del abogado generan
reincidencia.

Cuando el abogado defensor no lo defiende al sujeto (no le presenta los


papeles ... no se encarga de buscar pruebas, se deja pasar los tiempos
procesales, es dubitativo en el juicio, etc, etc) este crea la sensación que la ley
sólo existe para el otro. Y ello genera violencia y rebeldía contra la ley,
transgredirla es pasión y un placer oscuro e insondable. Por lo general el sujeto
marginal, el sujeto resentido, ya alberga en su personalidad el sentimiento de
no respeto a la ley en tanto esta existe para el otro y no para sí. Entonces, al
ocurrir este tipo de descuidos del abogado se abona sobre lo ya arado.-

ANEXO :

LA PENA PRIVATIVA DE LA LIBERTAD COMO REPROCHE

No son pocas las veces que la sentencia emitida por el tribunal


corresponde a una sanción justa. No obstante, nos encontramos que el
sujeto transgresor no la puede incorporar en el momento del juicio como
tal.

Son varios los motivos y fuerzas significantes que no favorecen que el


transgresor pueda reconocer y aceptar como suya una sanción justa, más
allá que inconscientemente sea buscada.

La instancia judicial (el arresto, la investigación fiscal, el juicio mismo) se


le presenta al sujeto transgresor como una instancia de reproche.

Y sabemos que el reproche es una sentencia de culpabilidad, sin


necesidad de comprobarla como tal.

Cuando el padre le reprocha al hijo lo tarde que ha vuelto anoche, ya lo


está sentenciando a que es culpable, y que la tardanza no admite otra
sanción que verificar la culpabilidad. El reproche paterno sanciona
taxativamente al hijo por el malestar que le ha causado a él la tardanza del
hijo. El reproche no evalúa las condiciones por las que se dio la tardanza.
Las explicaciones sobre la tardanza no aminoran en nada el malestar, en
tanto este ya ha sido sufrido. Aún cuando el hijo se haya demorado
porque tuvo que ir a llevar una amiga al hospital por un desmayo. Él le
avisó a un tío para que a su vez se comuniqué con su padre. El tío fue
quién realizó el olvido. Más allá que llegaron o no las disculpas del padre,
la estructura del reproche ya hizo su trabajo.

Para el sujeto transgresor todo lo que acontece judicialmente es reproche


en tanto ha ocurrido un delito y con el emerge la víctima social. Entonces,
la justa sanción de la sentencia es una sanción a posteriori de la primera
condena. La primera condena es la de la policía, la de la víctima, la de la
prensa, la del todo social. Y esta condena es la que emite el reproche.

El padre le reprocha y con "justa razón" que debía haber ido a cuidar a la
abuela, y que recién cuando alguien hubiera ido a relevarlo podría haber
ido a bailar, que él esta acostumbrado a irse a bailar a las 2 AM y que el
sábado no pudo quedarse hasta las 11 PM , cuidando a la abuela, la cuál
si pudo cuidarlo a él los dos primeros años de su vida, etc, etc, etc. El
joven recibe una justa sanción por su acto irresponsable pero montado
sobre la estructura del reproche. El padre lo castiga por el dolor moral
que siente él que su propio hijo haya cometido tal irresponsabilidad. Lo
castiga porque no sabría como excusarse ante su hermano que ese fin de
semana , que era su responsabilidad, se la haya descuidado a la vieja.
Después del reproche el padre le pide explicaciones al hijo, que le de los
motivos para haber abandonado a la abuela.-

Pepito honguito ha sido condenado por violación. Sale con permisos


judiciales y viola a dos jóvenes que iban a la escuela a las 13,30 hs. El
hecho ocurre en un camino vecinal en unos matorrales, a plena luz del
día. Es una "justa sanción" condenarlo por reincidencia en el delito.
Pepito honguito registra haber vivido en una provincia durante dos años
sin haber cometido ninguna violación.

Pepito honguito reconoce que en esa provincia le impactaba el orden y la


seguridad que había en las calles no se le hubiera ocurrido cometer una
violación a plena luz del día porque no habría posibilidad de quedar
impune de ese delito. Pepito honguito obtuvo permiso o licencia para salir
del penal a visitar a su familia en un momento que era imposible mantener
relaciones sexuales con su mujer, y los caminos vecinales que conducen
a la escuela "de día o de noche" son iguales de inseguros.

Tanto el padre que le reprocha al hijo haber abandonado a la abuela como


el Estado que le reprocha al violador la reincidencia están montados
sobre la estructura del reproche, y no le dan ni al hijo ni al violador la
posibilidad de subjetivar el delito cometido, sí es que la autoridad no se
asume como participes secundarios en la escena del delito.-
CAPITULO: LA LEY 24.660

EL ESPIRITU DE LA POLÍTICA PENITENCIARIA ACTUAL

La Ley 24.660 rige la pena privativa de la Libertad. Esta Ley surge como un
intento de impregnar los fundamentos de los Derechos Humanos en nuestras
cárceles. El país trataba de salir del oscuro período de las dictaduras militares,
cuando se concibió esta Ley, por ello uno de sus primeros enunciados reza : "
... las cárceles serán para seguridad y no para castigo."

Esta Ley contempla una considerable flexibilización en las penas como un


intento de borrar, y – a la vez – mitigar el efecto sádico del régimen
penitenciario del período de los gobiernos militares.

Ahora, la condena penal se engloba en el concepto de la pena privativa de la


Libertad. Esta pena está dividida en fases que gradualmente van otorgándole
más beneficios al interno, en aras de recuperar progresivamente su libertad, y
consecuentemente, lo antes posible. No sólo existen las fases que lo acercan a
la libertad sino también múltiples circunstancias para gozar de salidas del
encierro de los muros.

Esta Ley trata de otorgarle una larga lista de garantías, beneficios, y derechos
a los internos. Se intenta que el único castigo de la condena sea sólo la estadía
intramuros.

El interno carcelario tiene derecho a 4 o 5 comidas diarias, a contar con


atención médica, odontológica, psicológica, y social diaria, a ser escuchado en
sus múltiples demandas por los jueces que lo condenaron, a recibir visitas
periódicas de sus familiares, a que el respeto de sus derechos sea una
prioridad en el sistema jurídico-penal.

Al establecer una lectura comprensiva a la historia carcelaria argentina se


puede entender un objetivo implícito en la aplicación de una Ley, que se presta
a ambigüedades e imprecisiones en torno al tiempo de permanencia en la
cárcel.

La historia carcelaria, al igual que la historial manicomial, pueden ser


entendidas como que fueron instituciones creadas como un depósito de sujetos
marginales. Fueron concebidas ideológicamente como instituciones para aislar
de la sociedad a ciertos sujetos que perturban su cotidiano desenvolvimiento. Y
también para encerrar a esos sujetos en aras que, cuando regresen a su
reinserción social lo hagan con un cambio de actitud en virtud que esa
experiencia de aislamiento y encierro les haría comprender la doxa :"o se
adaptan o padecen".-

La historia manicomial evolucionó del hospital cerrado al hospital abierto e


incluso en algunas provincias hubo experiencias de abolir el régimen del
hospital psiquiátrico. La Salud Mental comprendió que la cura del loco no
pasaba por su encierro y aislamiento.-

La historia carcelaria nos permitió comprender que someter al aislamiento


social y al encierro hermético institucional a sujetos transgresores lo que
generaba era incrementar a niveles altísimos la violencia, el odio, y el
resentimiento que existe en ellos. Esta política penitenciaria prácticamente se
convirtió en una actitud genocida del estado para con estos transgresores.
Entonces, sobrevino el actual cambio. La Ley que regula la pena privativa de
la libertad concede a estos sujetos una serie de normas y
reglamentaciones que facilitan la reinserción social del condenado, pero
no así la rehabilitación de los transgresores de la ley.

Anteriormente el encierro carcelario generaba un malestar intrainstitucional que


incrementaba la violencia a niveles autodestructivos para los sujetos alojados
en las cárceles. La historia "oficial" carcelaria nunca mostró las estadísticas de
los sujetos que sufrieron agresiones, heridas, mutilaciones, traumas, y aún los
que murieron en su estadía en la cárcel.-

Actualmente se regula esta violencia intracarcelaria con el espíritu de la Ley


24.660.- Los internos de un penal saben que sí mantienen buen
comportamiento en el penal se harán acreedores de gozar de los beneficios de
la ley 24.660.- Ellos saben que "sí hacen conducta y concepto" el juez les dará
permisos de salidas e inclusive la libertad anticipadamente.-

La Ley 24.660 plasma el espíritu de la política penitenciaria. Esta quiere


cárceles medianamente tranquilas, cárceles que no den margen a los reclamos
por los Derechos Humanos. Es indudable que esta ley representa un adelanto
en el trato humanitario del interno carcelario. Y restituye a la Argentina, a un
lugar de vanguardia como país en la matería.

Pero también es incuestionable que esta ley no se ocupa de la rehabilitación


del interno en su faz de sujeto transgresor de la ley. Ninguna de sus fases o de
sus múltiples beneficios contempla el ser inconsciente del sujeto marginal. En
ningún momento se ocupa de hacerse cargo del impulso a cometer actos
contrarios a los derechos de los otros que viven en estos sujetos.

Esta ley tiene una concepción casi ingenua de la rehabilitación. Se trabaja para
que la reinserción social sea positiva sí tiene posibilidades de conseguir un
trabajo digno, sí se reinserta en su familia, la valora, la ama y la respeta. El
régimen penitenciario cree que la conducta del interno en el alojamiento
carcelario es el parámetro del destino futuro de su vida. El decir, se quiere
creer que sí el comportamiento durante el encierro se adapta a las normas
institucionales ese interno será en el futuro un hombre de bien para la
sociedad.

La dimensión inconsciente de la personalidad no es tenida en cuenta en el


régimen penitenciario, ni como factor incidente en el proceso de
resocialización, ni como motor de nuevos delitos.
Por ejemplo, sí un violador mantiene un buen comportamiento en el penal, es
un interno que merece acogerse – sin ningún tipo de duda – a los múltiples
beneficios que otorga la ley. El hecho que el interno sea respetuoso de las
normas institucionales, que sea aseado, de buenos modales con compañeros y
autoridades, que trabaje eficazmente en algún taller de laborterapia no logra
que esta persona afronte el delito sexual que ha cometido. Si no hay una
política penitenciaria que incite al violador a que asuma el delito sexual
cometido, el violador no se responsabilizará de su transgresión; sí no reconoce
y acepta su error, no existen grandes posibilidades de cambiar de posición
subjetiva ante la vida. Además, la principal característica del perfil psicológico
del violador es la negación y toda la ley 24.660 alimenta la tendencia a negar el
hecho delictivo. Por lo tanto, no es muy difícil presuponer que en torno a la
rehabilitación criminológica la política penitenciaria (ley 24.660) no es muy
eficaz.

Esta ley contempla una visión humanitaria del sujeto penado; más ese carácter
concesivo hace que se transforme en una ley ambigua y que otorga la facultad
que su aplicación por parte de los jueces sea discrecional.

El sujeto penado según el artículo 17 puede comenzar a gozar beneficios


extramuros a partir de haber cumplimentado el 50% de la condena. La
aplicación práctica de este artículo ha transformado lo que su letra expresa
como un beneficio en todo un derecho estatuido. Todo sujeto que ha cometido
un delito "sabe" que su condena es la mitad de lo que dice la sentencia. No es
faltar a una verdad fáctica decir que esta ley acorta las condenas por la mitad.
El ladrón que ha sido condenado a 5 años por su robo sabe que va a
permanecer dos años y medio en prisión como máximo; el homicida que recibió
8 de prisión por la muerte ocasionada tiene que tener paciencia unos 4 años
para recuperar su libertad; el violador que lo sentenciaron a 7 años sabe que su
estadía en la cárcel será de unos 3 años y medio aproximadamente.

No obstante, unos años después de su promulgación original (1996) se agregó


el decreto 396/99, art.6 inc.II, el cual reza que es posible alcanzar el beneficio
de la semilibertad habiendo cumplimentado sólo 1/3 de la condena. El espíritu
del régimen de semilibertad es que el interno comience a salir, paulatinamente,
para ir reinsertándose en el mercado laboral. Esta expresión legal se ha
transformado literalmente en una puerta de recuperación de la libertad física al
1/3 de la condena. Es decir, el homicida y el violador ya pueden considerarse
"semilibres" alrededor de los dos años de estar presos.

Qué es lo que hace que un condenado comience a salir a la mitad de la


condena o al tercio de la misma?

? el juicio discrecional del juez, es la respuesta a rigor de verdad fáctica.


Algunos jueces imponen en sus juzgados el criterio que la vida del preso
cambia llegado la mitad de su condena; otros, en cambio, se rigen por el
tercio de la condena como el límite demarcatorio de la modalidad del
encierro. La ley 24.660 otorga a los jueces la posibilidad de basarse en
uno u otro criterio para determinar la longitud del tiempo detenido en
prisión. El texto mismo de la ley otorga, por su ambigüedad, el lugar a
que el juez tenga facultades discrecionales para su aplicación.

¿ Cuál es el efecto de esta ley en la población penal?

Los presos captan que esta es una ley que ampliamente los beneficia, no sólo
porque defiende su dignidad y derechos, sino también porque les restituye
anticipadamente su libertad física, acortándole la condena.

No obstante, los coloca en un punto de descreimiento de la Justicia. Saben que


esta ley otorga la discrecionalidad a los jueces para juzgar e incidir sobre su
retorno a la vida social. La principal consecuencia de esta ley es que el preso
no respeta a la Justicia. Es una ley que no es justa para todos. Algunos presos
consiguen permisos de sus jueces que otros no lo logran con los de ellos. Y
ambos jueces se ajustan a Derecho. Esta ley es ambigua permite y prohíb e en
el mismo seno de su texto. Algunos internos consiguen licencias penales que
les permiten salir casi una vez por mes; otros internos con la misma causa, con
la misma sentencia y con el mismo comportamiento pasan años sin conseguir
una licencia penal. Y ambos juzgados están actuando acorde a lo que rige la
ley. Se puede citar ciento de casuística sobre el carácter ambiguo de la ley y la
variabilidad de criterio a que da lugar.

Estos efectos benignos de la ley crean euforia y bienestar en el estado anímico


del interno carcelario. Los efectos ambiguos de la ley crean resentimiento
hacia la Justicia y los jueces.

Ni los efectos benignos ni los efectos ambiguos de la ley ayudan a que el


interno :

a. se responsabilice del delito cometido.


b. Tome conciencia del daño hecho.
c. Subjetivice el delito cometido.
d. Reflexione sobre el curso de su vida.

Los múltiples beneficios que otorga la ley al interno lo precipitan a un estado de


excitación en el que el trazado de estrategias para alcanzarlos es prioridad ante
la reflexión sobre lo nocivo que es la transgresión.

EN TORNO A LA VICTIMA Y SU FAMILIA

La víctima y/o su familia al oír la sentencia "saben" el tiempo que el transgresor


va a permanecer en la cárcel. Ellos creen que sobre este tiempo tras las rejas
se sostiene el principio "se ha hecho justicia". Es decir que sobre esta creencia
se asienta un pilar de la convivencia social :el que comete un delito, lo paga.

La Ley 24.660 arrasa con esta creencia básica de la convivencia social. La


duración de la pena privativa de la libertad que estipula la sentencia no tiene
relación con el tiempo que el condenado permanecerá detenido.
El interno carcelario comienza a recuperar la libertad, es decir - en términos
populares- a salir a la calle mucho antes de lo que establece la sentencia. La
ley 24.660 establece que el interno carcelario al 1/3 de su condena ya puede
comenzar a salir de la cárcel bajo el régimen de semilibertad. Por ejemplo, ello
significa que una víctima de violación y su familia que escucharon que
condenaban al violador a 9 años de reclusión, pueden tener tamaña sorpresa al
ver que a los 3 años ya "esta libre". Además, la Ley contempla una serie de
artículos y apartados que dan lugar a lo que se conoce como "licencia penal".
Esta licencia penal es un permiso que el Juez da al interno carcelario para que
salga, por un tiempo determinado, del penal. El interno puede ir a visitar a su
familia, a su domicilio, al hospital, a compartir fiestas, a estudiar, a velorios, y
otros.

La víctima y/o sus familiares al comprobar los efectos de la Ley 24.660,


además del malestar que les genera, conlleva a que todo el cuerpo social
descrea de la Justicia.

EL ACERCAMIENTO FAMILIAR

El espíritu de la Ley 24.660 considera que sí el interno carcelario mantiene el


vínculo con su familia, sí logra tener más tiempo para estar con sus familiares,
este acercamiento familiar favorecerá la reinserción social del delincuente.

La temática del "acercamiento familiar" plantea que sí el interno del penal se da


cuenta que su familia sufre por su estadía en el penal, en tanto se sacrifican
para venir a visitarlo, se ven privados de un miembro familiar que generaba
recursos económicos, padecen una vergüenza moral en tanto familia de un
delincuente, etc., etc. estos factores incidirán para que el interno trate de
mejorar su comportamiento en la vida. Se cree que este escarmiento moral
servirá para reencauzarlos en la vida.

He podido comprobar que la idea fuerza del acercamiento familiar no está mal
concebida. Efectivamente lo que persigue la LEY 24.660 impacta al interno
alojado en el penal. Los internos valoran, cómo no lo habían hecho
anteriormente, el vínculo con su familia. Su familia se convierte en un oasis en
su experiencia carcelaria. Durante los días de visitas ellos obtienen una fuerza
espiritual y psicológica que les permite adaptarse mejor al ambiente carcelario,
y por ende tener una convivencia acorde a las normas institucionales.

Esta idea fuerza del acercamiento familiar que si bien es positiva en torno a la
reinserción social; no es operativa a la hora de reinscribir al transgresor
entre los márgenes de la Ley.

Este acercamiento familiar no contempla que el núcleo familiar también debe


haber incidido en que uno de sus miembros, o varios, haya/n ingresado en el
mundo delictivo. Entonces, acercarlo al mismo grupo familiar que de una
manera directa o indirecta los ha empujado a la transgresión no es en sí una
solución estructural.
a. El interno se acerca a su núcleo familiar sin haber hecho ninguna
evaluación de la incidencia familiar para que él haya ingresado en las
esferas de la transgresión a la ley y el mundo delictivo. La ley 24.660 no
contempla ningún factor o elemento que favorezca la reestructuración de
la familia para una mejor convivencia dentro de los márgenes de la Ley.

b. La familia no tiene ningún lineamiento, asesoramiento, e incluso


reflexión para comprender los motivos que empujaron a que su familiar
haya cometido el delito. Ellos no tienen un espacio para recapacitar
sobre la incidencia en la relación de su familiar con el delito. La familia
no tiene posibilidades de saber cómo ayudar al interno en su
reposicionamiento ante la ley, salvo lo que le dicte el sentido común y el
clima afectivo.-

Este tema del acercamiento familiar crea como factible plantear una
comparación con una pared con humedad. Al existir la humedad en la
pared se procede a voltear el revoque humedecido y a poner un nuevo
revoque y pintura sobre la pared. De esa manera desaparece la humedad
en la pared, pero el caño que pierde detrás de la pared sigue en igual
condición.

Los familiares tienen que tener en cuenta que si ha caído su familiar en el


submundo de la delincuencia se debe a que existen una serie de factores que
lo condujeron a ese lugar. Y esos factores no son genéticos(no vienen en los
genes o en la sangre), es decir que no son una parte constitutiva de la
personalidad que no se puede modificar, como lo serían las facciones de la
cara, el color de ojos, de la piel o de los cabellos. Lo que se ha adquirido es
una serie de valores, de códigos, de ideales que hacen que se encuentre allí en
ese submundo, en ese estrato de la sociedad.-

La rehabilitación de esa forma de vida no se puede dar por un cambio


repentino. Así como nadie nace ladrón, violador, estafador, tampoco se hace
en un instante de debilidad. De igual manera, nadie deja de serlo de la noche a
la mañana. Si Ud. lo quiere "bien" a su familiar, ayúdelo a aceptar esta realidad.
No sea cómplice de su engaño, cuando le quiera hacer creer que va a cambiar
el día que salga de la cárcel, solo porque "es un infierno la cárcel". Sí su
familiar está en la cárcel porque ha cometido un delito, está impregnado de los
valores del mundo de la delincuencia, aún cuando no pueda reconocerlo. Sí su
familiar está en la cárcel también está contagiado con los códigos y valores
carcelarios.

El interno carcelario también debe poder comprender que su familia contiene


formas de vida, comportamientos, valores e ideales que han colaborado de una
manera directa o indirecta para que él haya ingresado en la esfera de la
transgresión a la Ley.
Sí la familia tanto como el interno no aceptan estas duras realidades "el
acercamiento familiar" es simplemente un volver despacito a lo mismo.-

CAPITULO :ACERCA DEL DETERIORO PSÍQUICO CARCELARIO

Las verdades de Perogrullo

no son tales hasta que se

las verifica, esa es la

naturaleza humana.-

El sub-mundo que connota la pena privativa de la libertad da cuenta que el


sujeto que se posiciona en estas coordenadas recibe un efecto, una marca,
que desde el saber popular se la nombra como "... de la cárcel salen peor...".
Desde la perspectiva científica podríamos intentar clarificar sí esta marca
corresponde a lo que llamamos DETERIORO PSÍQUICO.

Este escrito se propone precisar algunas cuestiones sobre esta noción de


DETERIORO PSÍQUICO y persigue el objetivo que, sí estas apreciaciones
son válidas o reciben el justificativo de dignas de tener en cuenta, puedan
ser incorporadas en el cuerpo jurídico que regula la pena privativa de la
libertad a los

efectos de prevenir demandas indemnizatorias.-


LOS ANTECEDENTES LEGALES

La ley 24.660. establece en el apartado "Evaluación del tratamiento" artículo 27


de dicha ley "la verificación y actualización del tratamiento a que se refiere el
art. 13, inc. D, corresponderá al organismo técnico-criminológico y se efectuará,
como mínimo, cada 6 meses") , es decir, existe una normativa que
responsabiliza al Instituto de Clasificación y Criminología a tener un registro
escrito sobre la evolución psíquica del interno y establece el carácter de
establecer un pronóstico criminológico a partir de esta normativa. De aquí se
desprende que nos compete dar cuenta frente a una posible denuncia judicial
sobre el deterioro psíquico del interno.

Entonces, nos cabe precisar una diferencia conceptual muy importante, me


refiero a la distinción entre DAÑO PSÍQUICO y DETERIORO PSÍQUICO. El
concepto de daño psíquico es un instrumento teórico técnico propio de la
actividad pericial y emergente en un psicodiagnóstico o de un informe
psiquiátrico. A su vez, el daño psíquico cobra mayor importancia porque
exceptúa a la cárcel de su responsabilidad, demarcándola.- Desde esta lectura,
considero que, nos asiste el derecho a solicitar a la Corte remita al Instituto de
Clasificación y Criminología los informes de los peritos psi de tribunales , la
investigación fiscal y la sentencia penal del Tribunal, en el caso que el interno
sea penado. Los aportes de la Investigación fiscal y la sentencia del Tribunal
son necesarios para poder determinar indicios del posicionamiento subjetivo
ante el delito del sujeto. Luego volveremos para intentar precisar acerca de la
articulación del posicionamiento subjetivo y el deterioro psíquico .

El art. 90 reza "Cuando la falta disciplinaria de motivos para sospechar la


existencia de una perturbación mental en su autor, el director del
establecimiento deberá solicitar asesoramiento médico, previo a la decisión del
caso." Lo que considero me permite proponer que la situación de alojamiento
carcelario, en todo su espectro, connota una situación de DETERIORO
PSÍQUICO y su consecuente perturbación mental, ya establecidos en la misma
Ley.-

El apartado "ACCIDENTES DE TRABAJOS Y ENFERMEDADES


PROFESIONALES ", artículo 130 expresa "la muerte o los accidentes
sufridos por internos durante o con motivo de la ejecución del trabajo, así
como las enfermedades profesionales contraídas por su causa, serán
indemnizables conforme la legislación vigente." A partir de este artículo
existe, por la tendencia humanitaria que baña el espíritu de esta ley, una total
adherencia al marco laboral vigente (Ley 24.557). No connota una presunción
fantasiosa pensar que toda persona que sale de una cárcel ha sufrido una
incapacidad parcial transitoria – cuando menos- para reinsertarse al mundo
laboral. Esta incapacidad puede sustentarse en un amplio espectro de factores
que puede incluir desde el prejuicio social hasta el DETERIORO PSÍQUICO.
No hay que tener la visión premonitoria de Julio Verne para sospechar que
sobre el supuesto del DETERIORO PSÍQUICO CARCELARIO – bastante
factible, por cierto- pueden presentarse innumerables demandas judiciales en
aras de un resarcimiento indemnizatorio.-

Esta ley reconoce como un derecho, y a la vez una obligación, el trabajo


carcelario (art. 106). Todos los internos de la cárcel perciben "el pecunio" que
es el resorte que acredita la situación laboral. Desde aquí la pena privativa de
la libertad connota automáticamente una situación laboral. Por tal motivo, sí se
encuentra obligado a prestar un servicio laboral y lo realiza, resulta justo que sí
sobreviene alguna contingencia originada por las condiciones iatrogénicas en la
prestación de ese trabajo (o sea en la pena privativa de la libertad) esta sea
reparada por el Estado.

También este artículo es de vital importancia para el objetivo aquí planteado en


cuanto lo que establece . De este artículo se puede deducir una indefinida
responsabilidad jurídica. Cuál es esa indefinida responsabilidad jurídica ?. Esta
radica en los términos "accidentes sufridos" y "enfermedades profesionales".
Por ejemplo cual es la enfermedad profesional por estar alojado en una cárcel?
¿El alojamiento carcelario no es en si mismo un "accidente" en la vida de una
persona, "accidente" que le entorpece y dificulta su reinserción social y laboral?
Creo que aquí nos compete definir operacionalmente estos términos para
poder operar y continuar con la determinación del concepto deterioro psíquico.
Volveremos a retomar estas cuestiones más adelante.-

El art. 132 expresa : " Durante el tiempo que dure su incapacidad, el interno
accidentado o enfermo percibirá la remuneración que tenía asignada.", esta
afirmación también inscribe a percibir remuneración e indemnización sí se
comprueba la relación entre la incapacidad laboral y la permanencia en la
cárcel.

Los artículos 143 y 145 otorgan el derecho al Instituto de Clasificación a


solicitar los informes judiciales concernientes a esta faceta del interno.
Anteriormente he mencionado que estos informes judiciales son :

a. exámenes periciales forenses


b. investigación fiscal
c. sentencia del juez o jurado.-

Los artículos 143 al 145 comparten los conceptos vertidos anteriormente sobre
la importancia del registro psíquico del interno; pero establece un espacio vacio
en torno a la especificidad del concepto deterioro psíquico.-

El artículo 186 contempla la posibilidad de una demencia sobreviniente. Puede


suceder que durante la ejecución de la pena privativa de la libertad el interno
sufra algún tipo de demencia (o patología psíquica); tal situación es
contemplada por el art. 25 del Código Penal, que dispone al respecto "si
durante la condena el penado se volviere loco, el tiempo de la locura se
computará para el cumplimiento de la pena".· Desde esta misma perspectiva
este artículo es de alguna manera un referente que legisla sobre el
DETERIORO PSÍQ UICO y lo reconoce como posible en las cárceles. A esta
situación habría que agregarle la interrelación con la legislación laboral ante lo
cual cabe el siguiente posible esquema lógico:

DETERIORO PSÍQUICO---------PERJUICIO LABORAL--------INDEMNIZACION

PERJUICIO SOCIAL

En síntesis, en este breve escrito lindante en la frontera de lo psíquico y lo


jurídico creo que se vislumbran ciertas improntas:

a. la cárcel genera un deterioro psíquico.


b. el deterioro psíquico afectaría la reinserción laboral, la reinserción
social y la condición humana del interno.
c. el deterioro psíquico daría lugar a que el interno le plantee al
Estado una demanda indemnizatoria por el daño personal, laboral y
social percibido durante su estadía en la cárcel. Este perjuicio se
vería incrementado en tanto en las cárceles no se puede
cumplimentar exhaustivamente lo exigido por la LEY 24.660.-
d. se está a tiempo de revertir esta tendencia.-

LA IDEOLOGÍA COTIDIANA DEL DETERIORO PSÍQUICO

La cárcel es, bajo todo tipo de dudas, un submundo; pero no una isla. Y menos
una isla desgajada del archipiélago. Siendo un poco más rigurosos
científicamente, la cárcel es un espacio marginal, y como buen margen está
ubicado en torno al todo. El todo no podría ser nombrado sin la referencia del
margen. El margen es constituyente y constituido por el todo. El concepto de
DETERIORO PSÍQUICO no puede ni debe ser abordado sin procesar una
reflexión sobre la influencia cotidiana de la sociedad, en su consideración de
cuerpo global.

No poca gente piensa y desea que la cárcel sea una institución destinada a
reprimir al delincuente y a proteger a la sociedad de su actitud malvada. Este
cuerpo ideológico determina patrones de conducta. Podemos inferir que el
espíritu de la Ley 24.660.- no es un derivado directo de la expresión popular.
En tanto la Ley 24.660.- plantea que la pena privativa de la libertad sirva para la
resocialización del interno, y especialmente para que en su regreso a la libertad
pueda rehacer su vida sin tener que recurrir a la esfera del delito. Además, por
esta ley los tiempos de permanencia en la cárcel son mucho menores de los
que estipula la sentencia, por ejemplo los internos pueden salir a realizar
trabajos en la sociedad con sólo haber cumplimentado un tercio de la
condena.- Aquí ya nos encontramos con una primera llamada de atención. La
Ley no representa la expresión popular. La Ley, sí algo representa, es un
ideal, no anhelado por los sujetos que la Ley regula. La Ley da cuenta de
una idealización, no de un objetivo anhelado. Voy a proponer que esta
disociación va a tener sus consecuencias. Y ubico al DETERIORO PSÍQUICO
como una de esas consecuencias.-

La Ley 24.660., que es la ley que rige la pena privativa de la libertad, establece
en su 1º capítulo : "La ejecución de la pena privativa de libertad tiene por
finalidad lograr que el condenado adquiera la capacidad de comprender y
respetar la ley procurando su adecuada readaptación social". Es decir que,
esta LEY tiene por objeto la readaptación social del condenado. La
readaptación social del condenado es una doxa que el común de la gente
descree. Las estadísticas criminológicas, también, dan cuenta que la creencia
popular no está del todo errada. No está de más preguntarse, sí estas
estadísticas criminológicas sobre reincidencia en el delito son causa o una
consecuencia de la creencia popular?

Debo admitir que el psicoanalista también descree de "la readaptación social


del condenado". El psicoanálisis ha comprobado que el cuerpo social a través
de sus mecanismos puede adaptar a los ideales sociales a la mayoría de los
sujetos que componen la sociedad. Sólo que el que transgrede estos ideales
no es un sujeto, cúal masa, fácilmente moldeable en estos moldes culturales,
va a reveer sus comportamientos a través del castigo por haber infringido la
Ley.

El común de la gente espera represión y castigo al transgresor de los valores


ideales sociales. Esta espera va más allá del delincuente alojado en la cárcel.-

Esta diferencia entre lo que espera la gente y lo que dice la Ley de la gente
tiene efectos. El interno de la cárcel debe atravesar esa diferencia. Esta
diferencia establece una brecha, brecha que marca un camino a transitar. La
inscripción de este tránsito puede ser nombrado como una arista de este
concepto, aún, indefinido que es el DETERIORO PSÍQUICO.

LA REINCIDENCIA
La postura del Derecho se encuentra en una encrucijada en torno a la
reincidencia. En tanto el concepto de reincidencia remite a una recaída en
la actividad delictiva. Por un lado esta la postura de que se requiere la
agravación de la pena, que no goce de los beneficios de la libertad
condicional, etc, etc porque se le reprocha al individuo todo un
determinado tenor de vida. "la reincidencia reviste toda la personalidad
del reo, el cual, al perseverar en el delito y al portarse como refractario del
poder represivo y educativo de la pena, se muestra más perverso y
temible.(...) a la reincidencia no puede considerársela circunstancia en
sentido propio, porque no tiene nada de accidental, sino que es expresión
esencial y fundamental del carácter del delincuente" .la reincidencia es una
expresión de la peligrosidad del imputado. La culpabilidad en la reincidencia
no se ubica en el delito actual, sino en la conducta anterior del autor, es
culpabilidad de autor y no de acto" (Kosovowsky)

Pero a la vez hay juristas que opinan que si el antecedente sirve para agravar
(aumentar) la pena, negar una excarcelación provisional, o una libertad
condicional, o, más claro todavía, para aplicar medidas de seguridad, se puede
señalar, sin ninguna clase de forcejeos, que hay una doble pena, y,
evidentemente, un doble enjuiciamiento, por el anterior y por el actual. "Se
viola el principio non bis in idem,(no se puede juzgar dos veces por el
mismo delito) porque la condena anterior se toma a los efectos de agravar
la condena que se dicta. A esta postura la podemos resumir en la siguiente
apreciación: como decía Zaffaroni, " un derecho que reconozca, pero que
también respete la autonomía moral de la persona, jamás puede castigar el
"ser" de una persona, sino su "hacer", desde que el derecho es un orden
regulador de conducta humana"

El Psicoanálisis puede aportar elementos que pueden, aún más , complejizar la


situación analítica de la reincidencia. Esta mayor complejidad puede no estar
exenta de una luz de claridad.

El concepto de reincidencia cobra valores distintos ya sea que se lo considere


en el penal o en los tribunales de justicia. En este escrito vamos a considerar
reincidente al sujeto que vuelve a cometer actos por fuera de los marcos
legales, después de haber purgado una condena en la cárcel, sea o no
detenido por los mismos.

El sujeto al ser atrapado por un acto delictivo debe dar cuenta de sus actos, de
su historia, debe ser juzgado por el orden social, por el orden penal, incluso el
hecho que el juicio sea público, que el expediente este al alcance de cualquiera
son elementos que hacen que la condena no sólo sea un determinado tiempo
en la cárcel. La condena incluso se hace extensiva a estar "marcado" por la
brigada, y "señalado" por la sociedad. La experiencia carcelaria les permite
reconocer quíenes son las personas que los quieren, que los aprecian, y
quíenes son aquellos que sólo están en los buenos momentos. La experiencia
carcelaria es un tiempo de riesgo personal, de ser herido o incluso muerto.
Todos estos elementos hacen que la experiencia carcelaria sea un hito
importante en la vida del sujeto. Pero es necesario que este hito este asociado
a la transgresión al delito. Lo cual no siempre sucede.-
Se ha comenzado a hablar que la cárcel es una universidad del delito. La
cárcel es una institución que aloja a los transgresores de la ley que deben
purgar una condena penal. La posición de ellos determina en grado
extremo el resultado de la experiencia carcelaria. Existen estadísticas de
una reincidencia ínfima de los internos del penal (1,45%, en la cárceles de la
pcia. de Bs.As.-2002), o apreciaciones generales de la incorregibilidad del
sujeto en una institución ineficaz como la cárcel(opinión popular generalizada).
El sistema penal, al igual que el estado de Derecho, se encuentra en una
postura encontrada, en una postura de opuestos operativos. Lo que he podido
representar desde esta escucha analítica es que la posición del sujeto frente al
delito y la experiencia carcelaria está determinada en gran medida por los
múltiples variables que encierra el sistema jurídico-penal y la postura personal
frente a la condena. La idiosincrasia del sujeto y el perfil rehabilitador del
tratamiento jurídico-penal conforman o no el clima para que se realice la
subjetivización del delito entre otros factores que inciden en que se de o no la
reincidencia..

La reincidencia en actos delictivos, sean o no detectados por la ley, es el


resultado de una serie de variables de sucesos psíquicos, familiares,
sociales, espirituales, políticos, económicos, institucionales. La condición
de reincidir en el delito no depende exclusivamente de la operatividad de
la cárcel o de la pena. La reincidencia en el delito no habla
necesariamente del fracaso del sistema jurídico-penal, como así tampoco,
a priori, nos muestra el grado de incorregibilidad del sujeto.

La reincidencia no es necesariamente una recaída en las actividades delictivas


puede ser un no haber salido jamás de sus esferas. El transgresor que es
condenado a un período en la cárcel puede no haber subjetivado en su
personalidad el acto delictivo que se le imputa, entonces al salir de la cárcel –
desde el punto de vista psíquico – está como antes de haber entrado.

La cárcel no es una experiencia inocua, pero ello no implica que sea una
experiencia que haga que el sujeto reflexione sobre el delito y la ley. El sujeto
en la cárcel se nutre de un cúmulo de vivencias que modifican su posición
frente a la vida pero no necesariamente ante la ley.

La experiencia carcelaria a muchas personas les da un espacio de pertenencia


e identidad, y más aún un bienestar. Y ya sabemos que no existe ninguna
forma de vida – por si misma – mejor que otra. El ser humano elige la forma de
vida que el considera mejor para sí, pero ello es una elección individual no es
una determinación genérica. En la cárcel se da un sistema de vida, una forma
de vivir con sus reglas y normas propias. Las personas que viven en el penal
tienen aseguradas un lugar donde dormir, algunos hasta una celda propia, en
la que pueden tener heladera, ventilador, calentador, tv. , centro musical,
videograbador, radio, escritorio y sillas. La celda puede ser un lugar propio con
ciertos elementos de confort propios de un standart de vida de la clase media.
Los internos tienen derecho a 4 o 5 comidas diarias, a un servicio médico,
odontológico, de enfermería, psicológico, de asistencia social gratuito e
inalienable. Tienen derecho a ser escuchados por los jueces y a consultar a
sus abogados, este último también puede ser gratuito. Los internos de un penal
también reciben ayuda espiritual. A la cárcel concurren varios grupos religiosos
que brindan diferentes servicios. En la vida cotidiana la persona tiene que
buscar ayuda espiritual, en la cárcel la ayuda espiritual busca a la persona. Los
internos de un penal pueden obtener un perfeccionamiento laboral o realizar
estudios superiores.

En la cárcel se establecen grupos y roles que pueden brindar identidad y


sentido a sus vidas. Existen internos a los cuales su vida en sociedad les
representa una anomia, un anonimato que los enfrenta a la angustia
existencial, - no pocas veces – dicho malestar desaparece en la existencia
carcelaria. En la cárcel el interno tiene derecho a mantener una vida sexual con
su pareja – por lo general dos veces por semana – y está exento de las
responsabilidades familiares y/o vinculares con el otro, no tiene que conseguir
los recursos económicos para la subsitencia del grupo, no se angustia sí su hijo
se enferma de noche("ojos que no ven corazón que no siente")ni se despierta
por su llanto de hambre o dolor. No tiene que mandar a sus hijos a la escuela.

He notado que muchos hombres no son valorados por su familia, sino hasta
que caen presos. Ser valorados es una necesidad humana y algunos sólo la
satisfacen "perdiendo la libertad".

Los internos del penal pueden gozar de la práctica de algún deporte e incluso
dedicarse al cuidado de su cuerpo. Estas actividades les serían imposible "en
su vida en libertad". Los internos del penal duermen la siesta, lo cual no
siempre es posible en la vida en sociedad. Para algunos de los internos los
derechos del penal son un lujo en su vida extracarcelaria y un lujo imposible de
satisfacer.

Algunas voces que se escuchan detrás de los muros :

.- "yo a la bruja la someto(alusión sexual) y no la tengo que aguantar"

.- " estoy muy preocupado por mi hijo -cómo anda en la escuela? - no sé."

.- "mi familia me tiene que traer plata para algunas cositas (interno que se
droga en el penal) ...mi señora ha ido a pedirle al intendente un susidio"

.- " ayer me he dormido, porque me quede viendo el cable(por ello recibe la


sanción de ser suspendido de sus tareas laborales, por lo tanto no le dará sus
ganancias a su esposa). La manda a esta a que lo hable al Director por
indulgencias.

Es casi increíble ver y escuchar que la familia de algunos violadores prefieren


la impunidad del delito contra sus hijos(las víctimas)antes que ver detrás de los
muros al transgresor. Las madres de las víctimas intentan negar la violación de
sus hijos, levantar la denuncia para que su pareja , el violador, no quede preso.
Prefieren la impunidad del delito que su castigo. Y ello no sólo por la madre,
sino también por la propia víctima. La víctima de la violación además pasa a
ser la culpable de las carencias económicas-sociales de todo el grupo familiar.
Se produce un efecto de confusión, no se sabe sí la Justicia castiga a la victima
o al victimario. El padre o padrastro, proveedor familiar, está preso por su
culpa, por haberlo acusado, por haberlo demandado de haber sido dañado/a.
Esta valoración de la persona del violador jamás la consiguen antes de haber
cometido la transgresión a la ley.

Estos son algunos de los factores que inciden en la vida carcelaria, estos son
sólo algunos de los factores que hacen que para muchos internos exista
un impulso a la reincidencia, entendiéndola a esta reincidencia como ajena a
la eficacia o ineficacia de la política rehabilitadora del penal. También se puede
entender a estos factores como elementos en donde la reincidencia no implica
una mayor peligrosidad del sujeto. La reincidencia es una situación del
transgresor extremadamente compleja, y merece un análisis digno de tal
complejidad.

A su vez también existe esta otra perspectiva de comprensión. He analizado a


varios homicidas reincidentes tratando de rescatar los elementos o factores a
nivel psíquico que se mantuvieron presentes y que funcionaron como
determinantes para volver a cometer una muerte al otro. Estos sujetos habían
cometido su primer crimen en su juventud. Y volvieron a cometer otro crimen
después de un tiempo prolongado bajo las mismas circunstancias psíquicas :
por problemas afectivos, por rencores escondidos, estando alcoholizados, por
dinero. En el primer crimen solamente en el juicio a través de la palabra y la
memoria volvieron a la escena del crimen y a conectarse con sus valores
morales y puntos significantes subjetivos que se desprendieron por el acto
homicida. . Del crimen sólo hablaron para el juicio y después sólo relataban una
muletilla verbal automatizada Estos sujetos aprendieron a verbalizar una
muletilla automatizada para no incorporar a su subjetividad las consecuencias y
secuencias del acto homicida.

? "fue un error, y ya lo pagué en la cárcel..."


? "de eso no quiero hablar, ya fue y lo he pagado..."
? "fue un impulso, un error reaccionar así ..."
? "yo estaba ... él intentó ....después...."
? "le pedí perdón a Dios, y le pagué a los hombres en la cárcel"

todas estas muletillas son el fruto del aprendizaje que realiza su psiquismo para
no subjetivar el acto delictivo. Con estas muletillas estos sujetos intentan dejar
al acto transgresor fuera del circuito de la subjetividad. Jamás pueden dejar
fuera de su subjetividad el hecho de haber cometido ese acto, pero sí
logran dejar afuera el hecho que ese acto constituye una transgresión a la
ley. Ellos tratan de llevarlo al punto de un frase popular "un error lo comete
cualquiera". El psicoanálisis nos aporta que los sujetos tienen fantasías
homicidas en torno al complejo de Edipo, en torno a la identificación sexual,
etc, etc; pero precisamente no cualquiera puede cometer esta fantasía en un
acto. No cualquiera puede ser un homicida. Estas muletillas no pueden
permitir que el peso de la ley se inscriba sobre la subjetividad del sujeto, por lo
tanto éste no llegará a tener un registro de la magnitud de la transgresión, ni de
lo que ella implica. La condena de esta manera queda condenada a una
circunstancia fortuita en la vida del sujeto, a un accidente, a un momento que
ya fue y de lo que no hay que acordarse. Así planteada la condena, la cárcel es
simplemente el tacho de basura de la escoria de la sociedad.

A estas muletillas las comienzan usando en el interior del penal, allí las
perfeccionan, y después las utilizan en la vida extracarcelaria. En el interior del
penal no necesitan de un gran esfuerzo para construirlas porque entre ellos se
entienden – secretamente – de la necesidad de facilitarse el esfuerzo psíquico
ante la transgresión. Es mucho más fácil negar la magnitud de la
transgresión que asumirla como tal. La convivencia carcelaria es un intento
de minimizar los efectos del acto transgresor. Ellos muy pocas veces hablan
del daño causado a la víctima, es más tratan de hablar del proceso de
victimización de ellos. Proceso que a veces es real, pero también es frecuente
que sea exagerado o sobredimensionado.

Desde esta perspectiva estos sujetos no atravesaron, no superaron el hecho


significante del acto transgresor, el crimen es un error más en la vida, uno
como tantos. Así la inscripción de la ley nuevamente es un intento fallido en el
sujeto... Así varios años después cometen su segundo homicidio.

El ladrón para poder ingresar en el concepto de la Jubilación de los ladrones


(véase el capitulo la jubilación de los ladrones)necesita poder subjetivar el
delito cometido y reconocer su posicionamiento subjetivo ante la ley, además
de ello requiere que converjan una serie de factores de una manera
determinada para que se pueda producir una rehabilitación social adelictiva.

Existe una fuerte creencia penológica que el gran motor del ladrón son sus
carencias económicas, fallas en la integración familiar y una serie de
identificaciones a los valores del mundo delictivo. Por ello el tratamiento está
orientado a que el interno obtenga un perfeccionamiento laboral que le permita
obtener los recursos necesarios para una subsistencia personal y familiar sin
necesidad de recurrir al delito. A su vez, se trata de que valore el núcleo
familiar que posee, se procura que afiance los vínculos familiares, o al menos
que no se debiliten, y finalmente se intenta que se de cuenta que sus
amistades del mundo delictivo en realidad no son sus amigos,
fundamentalmente se trata de mostrarle que el camino del mundo delictivo, a la
larga o a la corta, conduce a la cárcel. La pena trata de mostrarle al interno que
la libertad no tiene precio y que estar privado de ella no admite ningún
justificativo, ni que nada en realidad compensa la pérdida de la libertad.

Esta cosmovisión humanitaria – y a mi parecer – bastante ingenua no


contempla una amplia gama de circunstancias existenciales, como que el
deseo de transgredir es inherente a la esencia humana en tanto estamos
inscriptos por la ley, en tanto nuestra sociedad se funda en la Ley y el
Derecho. Al nacer somos un cuerpo biológico hasta que se produce la
inscripción de los factores de la condición humana, como por ejemplo la
inscripción de una legalidad moral, cultural, familiar y su reverso el deseo
de transgredirla. Por ejemplo un violador no tiene nada que ver con las
necesidades económicas, que el vínculo familiar este más o menos
desintegrado, que sus amigos sean o no delincuentes, etc. El impulso a la
violación está estrechamente ligado al deseo y acto de transgredir por una
fijación en la constitución de su sexualidad. Un estafador no realiza estafas por
necesidades económicas necesariamente pero si lo hace por un deseo
desmedido de grandeza, omnipotencia y avaricia. El homicida no lo hace por
necesidades económicas lo hace porque no puede respetar el límite en torno a
la vida con el otro.

Existen ladrones que han reconocido en el robo una forma de vida. Incluso la
pena privativa de la libertad es una parte de ese estilo de vida. El robar implica
el riesgo de caer preso, como para el futbolista el lesionarse. Un futbolista
cuando se lesiona no deja la práctica del deporte. Con esta ideología la
reincidencia en el ladrón es simplemente el paso siguiente a la libertad
condicional. El concepto de la jubilación de los ladrones es un constructo que
nos permite inferir esta situación. Es decir, cuando en el análisis penológico del
ladrón se llega a la conclusión que no ha alcanzado el concepto de la
Jubilación es menester enfrentarse a esta realidad humana.

El comportamiento manifiesto del interno (la conducta) no es un indicador de la


eficacia rehabilitadora del tratamiento de la pena privativa de la libertad. He
comprobado que los jueces tienden a otorgar a la conducta del interno
una importancia rehabilitadora espúrea. Un interno puede intentar mantener
una conducta acorde a las normas institucionales como una conducta
psicopática de engaño a las autoridades del penal y/o judiciales. La conducta
del interno es un indicador de la adaptación a la convivencia carcelaria,
no es un indicador de resocialización o rehabilitación. Es sustancial
considerar esta diferencia.-

La violencia y la irracionalidad intramuros no genera tendencia a la


reincidencia. Estos factores causan un efecto psíquico de inestabilidad
emocional. Pueden generar en el interno odio y rencor como defensas de la
personalidad a los efectos de la supervivencia.-

He tratado de centralizar la escucha en torno a poder correlacionar el odio a los


"azules" a "la yuta" como factor que incita a la reincidencia, hasta ahora no he
podido encontrar esa incidencia.- El rencor a la yuta los convierte en sujetos
prisioneros del odio, pero no atenta contra el deseo de transgredir la ley. Es
menester considerar que el odio en el sujeto no es un factor favorable para
mantenerse entre los márgenes de la ley, pero tampoco es un disparador
directo.-

Otro de los factores que facilitan la reincidencia es que consideran que no han
accedido a una sanción justa, ya sea porque el proceso policíaco ha sido
sádico, por que no hubo un juicio imparcial sino viciado de elementos
corruptos, o porque no han sido eficientemente defendidos por su abogado o
bien porque no consideran justa a la sanción, ya sea por incomprensión o
necedad personal

.
El violador es un transgresor de una alta tasa de reincidencia, no tanto porque
vuelvan a caer en las manos de la justicia, como que se mantienen en el
campo de la transgresión. Uno de los principales factores de la incorregibilidad
del violador es el concepto de la negación de los violadores(véase el capítulo la
negación de los violadores). He notado que los violadores cobran un especial
espíritu corporativo en el penal. Se unen entre ellos, necesitan no estar sólos
en la transgresión. Esta unión de los violadores favorece y mucho "el
permitirse" seguir transgrediendo.-

También existe la posibilidad que el sujeto necesite volver a cometer el crimen


para recibir el castigo. La condena pagada es sobre el delito objetivo, pero el
delito subjetivo ha quedado impune. La culpa es un factor que mueve al sujeto
a la reincidencia. La culpa es tanto un factor de arrepentimiento del delito
cometido como un impulsor a la escena transgresora por repetición. En estos
casos hay que poder pensar la escena, el porque de la misma, cuál es el
sentido que empuja a que el sujeto vuelva sobre lo mismo en busca de la
condena pendiente. Esta tarea de pensar la escena escindida que empuja al
transgresor a repetir el acto por fuera de la ley, no es sólo tarea del
psicoanalista, es también una tarea posible para el jurista. El "será justicia"
también abarca que el sistema jurídico-penal le aporte un empujón por salir de
la atracción de la transgresión. Y repito este empujón no consiste solamente en
darle una formación y/o perfeccionamiento laboral, este empujón es
reinscribirlo entre los márgenes de la ley en su subjetividad.-

He podido inferir que el reincidente expandido, es decir el sujeto que


transgrede la ley en diferentes puntos, como por ejemplo una historia
criminológica con una causa por lesiones graves, dos por robo agravado, una
por intento de violación. En estas causas en las que el transgresor actúa tanto
solo como en grupo, él es un sujeto que no tiene lugar psíquico para acogerse
a los márgenes a la ley. Estos sujetos tienen una altísima probabilidad de
continuar transgrediendo a la ley hasta que se acaben sus días. El tratamiento
de rehabilitación, la subjeti vización del delito tanto en el espacio con un analista
como con un juez, los esfuerzos de su grupo familiar, la ayuda espiritual
resultan estériles en tanto su deseo y su estructuración psíquica no están del
lado de la ley. He podido comprobar casuística en donde la falla no residía en
la inscripción subjetiva de la ley, sino que esta era inexistente. Este hecho
psíquico (inexistente inscripción subjetiva de la fuerza de la ley)da lugar a lo
que se conocía como delincuente nato.-

El hecho que la reincidencia evoque la realidad subjetiva del sujeto no es una


circunstancia que invita a renunciar a reconocer al transgresor que puede
rehabilitarse del que no lo podrá. Nuestros esfuerzos deben estar concentrados
en poder reconocer la diferencia.

Mi opinión es que NO es prioridad brindarle al interno una serie de


capacitaciones y escarmientos para que reconsidere su forma de existir en la
vida. El interno es un sujeto que establece un proceso de subjetivización en
torno a un Otro de la Cultura, a un gran Otro Social que determina sus futuros
actos. EL interno es un sujeto sujetado a la posición que ocupa en una red de
significaciones que componen su vida. Y es por esa posición subjetiva que
transgrede la ley en determinados puntos, y no en otros, tal que la transgresión
merezca una sanción penal. Considero que deberíamos poner más énfasis en
la posición subjetiva que asume el interno como sujeto de esa red de
significaciones. Durante la pena privativa de la libertad hay internos que
movilizan su posición subjetiva en torno a esa red de significaciones, lo que me
parece prioritario es poder escuchar esos movimientos, y ayudarlos a
materializar los cambios. No toda la población de un penal se anima y puede
generar esos cambios, pero sí algunos. Propongo que para esos pocos
pongamos más énfasis. Nuestra actual política penitenciaria no se detiene a
priorizar, que sólo algunos internos quieren movilizar un cambio que los aleje
del mundo delictivo

En síntesis, lo que plantea este capítulo es que la reincidencia – leída desde la


posición subjetiva del transgresor - es una compleja situación humana que
abarca múltiples facetas desde el tipo de personalidad , pasando por su deseo
personal, abarcando a la política rehabilitadora penitenciaria, al grupo familiar
al que pertenece, a la ayuda espiritual que pueda haber recibido, etc, etc. Y
que uno de esos factores es el que involucra al proceso judicial. Y en ese punto
abogados y jueces tienen una responsabilidad en torno a la posibilidad que ese
transgresor no se convierta en un reincidente.

La reincidencia es un concepto que va relacionado con la reinscripción de la ley


en la subjetividad. La reincidencia no está relacionada únicamente con la
eficacia del tratamiento rehabilatorio del penal. La reincidencia en tanto
concepto reñido con la reinscripción de la ley en la subjetividad del transgresor
puede encontrar aliados en la subjetivización del delito, en la escucha y en la
palabra de un juez que reconoce que su relación con el transgresor es una
relación en torno al delito no una relación de beneficencia o de altruismo.

Los esfuerzos para evitar la reincidencia connotan contemplar la faz


inconsciente que se desliza en el acto transgresor.

REINCIDENCIA Y REHABILITACIÓN

En torno a la reincidencia y rehabilitación en la transgresión están


comprometidos algunos factores psicológicos como ser :

.- la responsabilidad

.- la culpa

.- la angustia

.- la aceptación del castigo

.- el arrepentimiento
.- el malestar subjetivo

la presencia o ausencia de estos factores hace que la balanza de los actos del
sujeto se incline hacía la reincidencia o hacía la rehabilitación.

El trípode de conceptos compuesto por:

.- la responsabilidad

.- la aceptación del castigo

.- el arrepentimiento

son conceptos que anidan en la conciencia del hombre. Es decir, que estos
factores están al alcance de la razón, el entendimiento, el "darse cuenta"; ellos
son conscientes. El transgresor puede saber por si mismo sí tiene o no
responsabilidad por el delito cometido. El puede asumir desde su conciencia el
valor de la responsabilidad por lo que ha hecho. A su vez, también puede
realizar un balance de todo el proceso transgresor y llegar o no a la aceptación
de la pena como un símbolo justo por el delito cometido; es decir, él puede
conscientemente aceptar el castigo que se le ha impartido, o no. A su vez,
puede llegar al punto del arrepentimiento por lo que ha hecho, porque
considera que lo suyo fue malo, que estuvo equivocado, que ha logrado el
arrepentimiento por lo que hizo.

Estos tres factores psicológicos, que si bien son conscientes, son el fruto de un
largo proceso de subjetivización del acto transgresor.

El transgresor logra hacerse responsable del delito cometido, luego de


despojarse de una larga lista de excusas y prejuicios que construye en aras de
evadir su responsabilidad penal. El transgresor que admite el delito porque ha
sido atrapado no representa necesariamente una verdadera responsabilidad
ante lo que ha hecho. Se hacen cargo del delito que se les imputa a la espera
de ser recompensados a la hora de dictar sentencia. Esta pseudo-
responsabilidad es una carta de espera de benevolencia, es un factor para
atenuar el rigor de la pena. La responsabilidad es un posicionamiento ante
los actos de su autoría, sin medir su impacto en el otro. Los sujetos
responsables de sus actos son los que se saben capaces de actuar en esa
dirección. El transgresor responsable del delito se siente impactado y
sorprendido de poder dar un paso más allá del límite de la ley. Sabe que sí lo
ha hecho existe la posibilidad de repetirlo, y lo admite. El sujeto responsable no
niega la autoría ni la determinación histórica para ejecutar tamaño acto. El
sujeto que se responsabiliza de su acto de hoy, lo relaciona con su pasado y
proyecta su sombra sobre su futuro.

La aceptación de la condena penal no es un punto de partida, es una meta


alcanzada, luego de una preparación previa. La aceptación de la pena no es
incorporar un cálculo matemático de un tiempo tras las rejas. Es un proceso
que le muestra que ha estado equivocado y que debe pagar su error. El
transgresor tiene que tener la suficiente flexibilidad en su personalidad para
reconocer su error, la gravedad del mismo, y que ser castigado es el camino
para reparar lo dañado. El transgresor que cuenta y se queja de todo lo que ha
perdido durante sus años en el penal, no acepta la condena. El transgresor que
acepta la pena piensa en como recomenzar de nuevo, en reconstruir lo que le
ha quedado.

El arrepentimiento no es necesariamente el emergente del juicio moral contra


si mismo. Si bien, hay una valoración moral en el acto de arrepentirse. El
arrepentido es el sujeto que vuelve a recobrar el discernimiento sobre las
categorías morales "bueno -malo". Un sujeto arrepentido le habla a su hija y le
dice que sería bueno que continúe sus estudios secundarios, que él se va a
hacer cargo de los gastos que demande el estudio. Se pone a realizar trabajos
que luego vende afuera y adentro del penal para favorecer "lo bueno" para su
hija. Un hijo mayor le recrimina que para con él no tuvo esa actitud, le muestra
sus manos torpes y llagadas. El interno no le responde.-

Estos tres conceptos psicológicos son necesarios e imprescindibles para que el


transgresor pueda abandonar su posicionamiento subjetivo ante la ley y
retomar otro que esté en concordancia con límites legales. Pero estos tres
conceptos conscientes no son suficientes para lograr un cambio de
posicionamiento subjetivo ante la Ley. Sólo con estos tres conceptos el
transgresor no puede dejar de serlo. La conciencia no tiene la suficiente fuerza
para dominar la vida del hombre. La conciencia no rige la conducta y el
comportamiento del hombre, es sólo un apéndice de ellos.

El trípode compuesto por :

.- la culpa

.- la angustia

.- el malestar subjetivo

son conceptos que tienen su núcleo generador en el inconsciente del sujeto.


No son conceptos que se puedan manejar desde la conciencia. Por ejemplo el
hecho que el transgresor cuando es atrapado sienta culpa por el delito no
quiere decir que esa posición de culpa sea necesariamente un indicador
positivo de resocialización. La sensación conciente de culpa no alberga a la
CULPA como concepto radical. La sensación conciente de culpa puede ser en
torno a sentirse descubierto, al hecho de pasar una vergüenza social como
autor de un delito. La culpa ante la transgresión es un concepto tangencial que
lo atraviesa al sujeto durante todo el lapso que dura la condena, o aún en el
resto de su vida. Y el sujeto no puede darse cuenta concientemente de ello. El
sujeto que dice me siento culpable de lo que he hecho – no
necesariamente miente – pero no está en condiciones radicales de dar
cuenta de esa posición de culpable ante el delito.

Por otro lado, el hecho que el transgresor asuma su responsabilidad en el


delito, no quiere decir que automáticamente se siente culpable de haber
transgredido.(ver el apartado "LA CULPA COMO CONCEPTO REPARADOR")
He notado que la convivencia en el penal es una situación insoportable para el
transgresor que tiene el malestar subjetivo por haber sido un transgresor de
la ley. La cárcel es como el club de los delincuentes, allí ellos se sienten
identificados y comprendidos. Aquel que no comulga con esos ideales no
soporta la vivencia carcelaria, sólo sobrevive en ella.

La convivencia carcelaria siempre contiene un punto de malestar en tanto


implica estar privado de la libertad, pero para aquel que tiene malestar
subjetivo por haber transgredido es casi imposible su adaptación a la misma.
Mientras que aquel que se identifica a los valores del transgresor sólo sufre un
período breve de adaptación y luego se siente "bien-venido". Está en su lugar,
en un lugar con el que se identifica, está en un lugar que lo nombra.-

La angustia es el más genuino de los sentimientos humano. La angustia no


engaña. El amor, por ejemplo, no acepta una interpretación unidireccional. El
joven puede estar enamorado de ella en tanto representa una mejor posición
económica. La angustia no admite ese tipo de engaño. La angustia es una
señal de lo insoportable. Si un transgresor padece en el interior del penal culpa
y angustia es casi una señal inequívoca de su rehabilitación social. En el
tiempo que llevo como psicólogo del penal he visto tan pocas veces esa
combinación(culpa-angustia)!

La combinación de los conceptos concientes y de los conceptos psicológicos


inconscientes nos permite avizorar una rehabilitación adelictiva. La
resocialización dentro de los márgenes de la ley se da cuando el sujeto puede
reconocer su responsabilidad en el delito cometido, cuando puede aceptar
la condena que le ha correspondido como un castigo simbólico por la
transgresión, y al mismo tiempo sí puede sentirse arrepentido de lo que
ha hecho. Tiene que poder albergar a la angustia y la culpa por haber sido
un transgresor, sumándole a ello el malestar subjetivo por esa posición
ante la vida.-

SECCION

CRIMINOLOGIA-

PENOLOGIA

CAPITULO: LA JUBILACION DE LOS LADRONES1

El delincuente penado por robo y/o robo agravado llega a obtener un prestigio
en el Penal digno de mencionar. Se consideran el delincuente por
antonomasia. Ubican su delito como el delito ideal, en tanto no lesiona al Otro,
sólo le escamotea lo que es recuperable. Ubican, especialmente, al homicida y
al violador como seres nefastos por el daño que ocasionan al Otro. El valor
ideal de su acto delictivo deviene por el fin. Ellos roban "por necesidad".

Estas nociones conceptuales marcaron un hito en la historia carcelaria


argentina. Caseros es una cárcel símbolo de este significante del delincuente.
El ladrón en esta cárcel instauro significantes y puntos de ideales en torno a la
criminología. La reincidencia del ladrón cobra hasta un viso de impunidad
dentro del pabellón carcelario. Incluso, el ser ladrón marca un linaje, del cual
ellos pueden – no pocas veces – enorgullecerse. Ningún otro delincuente se
jactaría de provenir de padre y abuelo violador, y/o de padre, hermano, abuelo
asesino. El hijo de ladrón es un hijo orgulloso. Los penitenciarios saben de
anécdotas, algunas míticas y otras reales, de la iniciación carcelaria que sufría
el violador al ingreso al Penal. La humillación de este bautismo iba desde ser
violado en si mismo hasta ser el sirviente de los líderes carcelarios. Los
ladrones inventaron esta cuestión, y en especial los ladrones de Caseros.

La esposa del ladrón le debe una reverencia a su marido, en tanto este le cobra
la deuda que está allí por proveerle a ella y a los chicos. Es un código de honor
que la esposa del ladrón le sea fiel en su ausencia carcelaria. Llegué a
escuchar (y no tan solo a uno) : " qué me haga aca (carnero) cuando esté
afuera, no cuando estoy aquí".

Esta cuestión significante no es sin consecuencias ni en el ámbito social ni en


la estructuración psíquica.-

El ladrón por el posicionamiento subjetivo de rebeldía a la Ley puede con


mayor facilidad que otros delincuentes subjetivar la transgresión. Este proceso
es el eje subjetivo del castigo por el delito cometido. Sí la estadía en la cárcel
perturba este proceso, o sí el proceso judicial se encuentra viciado de
parámetros imparciales o discriminatorios, produciéndole un daño psíquico y/o
físico al suje to estas corruptelas jurídico-penales detienen la subjetivización y
responsabilización del delito. El rencor y el odio que se le genera por el daño
percibido ocupa el estado psíquico del sujeto, ya no puede historizarse y
colocar ese acto delictivo como un acting out que demanda un interpretación
del Otro. El sujeto al ser injuriado – psíquica o físicamente – transforma su ser
de transgresor de la Ley en víctima de la Ley. Es tan frecuente oír que no
subjetivan el acto de haber entrado en la casa, encapuchado, con una pistola
en la mano y que ataron con alambres a su dueño; sino que subjetivan el
proceso psíquico de haber estado encerrados en la celda, desnudos, que le
echaban agua y que le ponía la picana eléctrica en el cuerpo. El proceso de
victimización subjetiva de un interno carcelario lo instala en la queja neurótica y
en el reproche judicial. Esto puede enquistar para siempre en su estructura
psíquica el acto delictivo, en tanto acting out que demanda un interpretación.-

He podido notar como el odio y el resentimiento carcelario, producido por la


convivencia penal o por otros factores, ocupan el espacio psíquico de la
responsabilidad y el castigo. Ahí en ese punto, el sujeto es empujado a la
reincidencia delictiva, en tanto va a necesitar de la repetición para poder
emitir un nuevo acto para que el Otro lo decodifique.

La subjetivización del delito cometido requiere que el sujeto se responsabilice


del acto delictivo y que acepte a la condena como un castigo por la
transgresión cometida. Muchos ladrones para no ocupar el lugar de sujetos
activos en el proceso jurídico-penal ubican al entramado de la victimización en
la escena. Es decir, encuentran circunstancias y/o elementos para no producir
el significante de responsabilidad por el acto transgresor. Consideran que
el prófugo también debería estar preso, que los fiscales y jueces fueron
corruptos y no imparciales, que el abogado defensor era incapaz o desidioso,
que la brigada policial en la detención actuó con una brutalidad ilegal, etc., etc.
Todos estos factores les permite cambiar el foco significante de la
responsabilidad. En estos casos la subjetivización del delito cometido se hace
desde un posicionamiento de odio y rencor del sujeto; y la pena privativa de la
libertad no es vivenciada como un castigo por el acto transgresor, sino que la
consideran como un goce sádico del gran Otro, de un goce del sistema jurídico-
penal, que a ellos les empuja – según su posición – a la reincidencia.-

El ladrón al mantener una relación de rebeldía y transgresión a la Ley, en tanto


Ley amada, reclama una "justa sanción". Es primordial en torno a la
penalización del delito que la sanción sea justa. Sí el sujeto ubica a la
condena en la tópica de una sanción justa se ha ganado el 50% de la apuesta
a su reposicionamiento ante la LEY. El ladrón, más que ningún otro
delincuente, clama una justa sanción.

Ahora bien, el ladrón en tanto hijo rebelde del Padre ,de la LEY, no perdona
que su sanción no sea justa. El transgresor reclama una sanción a la
transgresión, sí esta no es sancionada como tal, por ejemplo, sí el castigo cae
más aquí o más allá de la transgresión, la transgresión se transforma en
resentimiento . El ladrón muta de transgresor a resentido con mayor
facilidad y celeridad que ningún otro delincuente. Este es uno de los
factores psíquicos para que sea tan alta la reincidencia delictiva de los
ladrones.-

El ladrón en su transgredir la Ley tiene un límite en si mismo (ya que la LEY no


configura tal figura). Este límite es su propio cuerpo. Desde ahí registramos que
el ladrón se cansa de su devenir(de la cárcel a la calle, a robar, a veces se
pierde y a la cárcel) y plantea la cuestión de la jubilación.

Esta Jubilación es una relación significante que no guarda estrecha relación


con el dinero. El jubilado común y corriente mantiene con la edad y el dinero un
vínculo de significación que se ajusta a la decisión de jubilarse o no. Considero
que el ladrón decide jubilarse acorde a la decisión que toma en torno a su
cuerpo. Dijo :" me he cansado de robar, ya me duele el cue rpo ... no importa
que siga siendo pobre.". Es como que el ladrón no se cansa de ser pobre
(supuesto motor del robo), pero sí se cansa de poner el cuerpo para robar.

El jubilado común y corriente para jubilarse necesita de un cierto


reconocimiento para acceder a esta posición. Reconocimiento que se trasunta
en los años de servicio, los años de aporte, en la edad, etc., etc. El ladrón
también necesita de un reconocimiento. Voy a destacar, un punto de
significación muy relevante en esta cuestión, para jubilarse se necesita de
una relación de dependencia. El ladrón necesita que una escucha le
reconozca que su cuerpo ha padecido y que lo suyo ha sido relevante, en
tanto no ha perjudicado al cuerpo del OTRO, y que ya es hora de retirarse.
El ladrón necesita que se le signifique que en su cuerpo yace el reconocimiento
del Otro por todos estos actos (consistentes en quitarle lo que le sobra o es
recuperable y no dañarle en el cuerpo).

Sí de la reincidencia se trata, esta cuestión de la jubilación no es un tema


menor.

He tomado el rumbo clínico-criminológico que cuando estoy en tratamiento con


un ladrón penado, y esté ha ubicado su relato bajo transferencia, de marcarle
este reconocimiento.

.- "Lo suyo es meritorio porque es ladrón y no ha violado ni matado a nadie.


Eso vale."

.- "nunca lo suyo fue perjudicar a un inocente. Eso vale."

.-"le entiendo que haya robado y jamás violado o matado, eso vale mucho
aunque no se lo diga un Juez."

La apuesta está hecha y no hay mucho que perder!!!!!!!!

Los ladrones que apuestan a dejar el mundo delictivo son personas que en su
grupo familiar han podido encontrar a alguien que rescata el cansancio del
cuerpo del ladrón.

En torno al acto de robar, puedo plantear la hipótesis psicoanalítica que el


acto de robar constituye un delito pulsional. En el ladrón la cuestión del
dinero no es lo esencial, como socialmente ha trascendido. En el interior
del penal los ladrones no se jactan de la cantidad de dinero que han
hecho robando, se enorgullecen hasta el extasis del vértigo a que han
expuesto sus cuerpos. El acto de robar es un acto en el que se juegan la
vida, y ellos lo saben muy bien. La cuota de adrenalina que se dispara en
ellos en ese momento los empuja a la repetición. Y es una fuerza que
desde la voluntad consciente, que desde los ruegos familiares y que
desde el mal recuerdo de la cárcel no basta para poder frenar.

La categoría de ladrones a la que hago referencia es la de los reincidentes


tanto en el delito como de estadía en la cárcel. Existen ladrones que
roban por dinero, pero ellos no se encuadran en la categoría de
reincidentes por el empuje pulsional. A esos ladrones la prisión les
permite reposicionarse sobre la Ley. Aquellos otros que siguen robando,
lo hacen porque una cuestión del cuerpo está presente en el acto de
robar. Estamos acostumbrados a pensar a la violación como el delito
pulsional por excelencia, en tanto se le impone al sujeto el oscuro objeto
de la pulsiòn y actúa. El robar también cobra ese estatuto. Los ladrones
que vuelven nuevamente a la cárcel es porque han cometido robos
motivados por un impulso irracional, de otra manera no se puede
entender que un "canero viejo" cometa los errores que cometen y que
permiten que se los vuelva a apresar. El delito de robar es un impulso
ciego, y que a otros (la brigada policial) deja ver sus pasos. Al menos esa
es mi hipótesis.-

Es fundamental que la pena privativa de la libertad cobre el estatuto psíquico


de castigo por haber infringido la Ley. Asimismo, es importante que el
delincuente pueda subjetivar el acto delicti vo, es decir, responsabilizarse de su
acto. Es vital que este proceso no este contaminado por la bronca, el odio, y el
resentimiento a las instituciones encargadas(tribunales y cárcel) de corporizar
la pena. El ladrón es el tipo de delincuente privilegiado para llevar a cabo el
proceso de subjetivar el delito cometido; y también es el delincuente que más
recurre a contaminar el proceso.-

Esto nos abre un gran cuestionamiento, ¿cómo puede un juez, en tanto


representante de la LEY y la Justicia, sancionar en su justa medida un acting
out del sujeto, sí este no se halla bajo transferencia?

Lo que pretendo plantear es que al Juez, en tanto representante simbólico de la


LEY, se le va a hacer muy difícil colocar al ladrón frente a su delito para que
este lo pueda subjetivar en su cadena psíquica, con el sólo instrumento de la
sentencia judicial. Si bien la sentencia es el principal resorte para que un ladrón
subjetive su delito, no alcanza por sí mismo. El ladrón, en tanto sujeto del
inconsciente, necesita posicionarse ante su acto en actitud de demandar una
interpretación del Otro, por la via de la subjetivización. Este momento adecuado
para subjetivar el acto delictivo se da, generalmente, bajo un proceso de
relación con el Otro de la Ley determinado que se llama Transferencia. No
siempre coincide la fecha de juicio oral con el establecimiento de la
Transferencia. Cuando no coincide el momento de la transferencia de
interpretación con el momento del juicio, el juez puede ser vivenciado como un
amo que imparte sente ncia. El amo no es un Otro imparcial, el amo es amo.

El juez o jurado e inclusive el Director de un Penal no cuenta con los elementos


apropiados para una cabal interpretación del acto del sujeto. Tampoco cuenta
con el apropiado marco teórico referencial para tamaña interpretación.-

Además, y no menos importante, es tener en cuenta que sí el Juez se


posiciona como Amo en el discurso y como amo de la LEY principalmente, el
sujeto no considerará justa la sanción, en tanto el Amo no puede legislar
sobre la castración porque no la porta en su estructura.-

La condena recae sobre el sujeto como sanción justa si puede


reposicionarlo sobre la Castración, sí puede mostrarle al sujeto como que
demanda algo que le falta, en tanto produce un acto delictivo que cobre el
estatuto de acting out a decodificar para el OTRO.-
Esta proposición es muy importante porque he podido comprobar que la misma
sentencia condenatoria es rechazada por el ladrón en un momento de su vida,
y aceptada en otro.

El ladrón, en tanto sujeto del inconsciente, va a aceptar la condena de su acto


transgresor si ha podido posicionarse que su acto delictivo da cuenta de una
falta en su ser de sujeto del inconsciente. Al darse cuenta de esta falta, va a
buscar una interpretación de su acto, y recién en ese punto va a poder aceptar,
posiblemente, a la sentencia judicial como un castigo por la transgresión.

En síntesis, el concepto de la Jubilación hace referencia a una serie de


indicadores psíquicos que nos mostrarían elementos para presuponer la
reinserción social adelictiva de los ladrones. He podido comprobar que
estos indicadores psíquicos (cansancio del cuerpo, subjetivización del
hecho delictivo, aceptación de la condena como castigo por la
transgresión, asunción de las responsabilidades familiares y sociales
evadidas con las conductas transgresoras, relacionar sus actos
personales con las sobredeterminaciones personales, familiares y
sociales que todo sujeto posee) es importante que no sólo hayan sido
percibidas por una escucha analítica, sino que también el núcleo familiar
haya podido escuchar el ruido de este nuevo posicionamiento psíquico.
Así concebido el concepto de la Jubilación ya no es sólo cosa de
psicoanalista, sino que es una cuestión de todos los involucrados en el
sistema jurídico-penal.-

No todos los ladrones alcanzan los elementos que componen la Jubilación. Es


más, considero que sólo unos pocos se aproximan a este concepto. No
obstante, cuando algunos de esos pocos insinúan contar con puntos
significantes que lo aproximen a la Jubilación es importante reconocerlo para
poder colaborar con el proceso psíquico. Si bien este concepto es posible para
unos cuantos, esos cuantos bien merecen nuestro esfuerzo.-

HISTORIA CRIMINOLOGICA :J.M.

Mi encuentro con este interno fue por el azar administrativo que existe en los
penales. A él le habían concedido una licencia para ir a visitar a su madre, yo
había solicitado citen a otro interno para iniciar la H.C..Los formularios son
intercambiados por la guardia, por ese motivo ingresa al Gabinete
criminológico. Comienzo indagando los datos biográficos y criminológicos
necesarios para iniciar la historia criminológica (h.c.). Sus respuestas eran
claras pero no mostraban interés en lograr algún tipo de comunicación. Asi se
fueron sucediendo una serie de entrevistas motivadas por mi pedido de que
regresara la próxima semana. Esta actitud de sumisión a la consigna va
cediendo y transformándose en propia decisión a asistir a las entrevistas
psicológicas.
Es el hijo mayor de un matrimonio de padres separados. Sus padres se
separan cuando él tenía 10 años. En el momento de nuestro encuentro tiene 37
años. También tiene dos hermanos. EL hermano menor es sólo de parte de
madre. Durante el tiempo en que convivieron los padres, lo hacían en el interior
tucumano. Cuando se separan su padre se va a vivir a Santa Fé, y él , su
madre, y hermano emigran a Bs. As.. Luego su madre tiene a su 3er. Hijo.

Esta es la 4ta.vez que se encuentra alojado en una cárcel por la misma causa
:robo agravado. Ya lleva más de un año alojado en el penal cuando lo conozco.
Es un interno que está calificado con conducta ejemplar, realiza trabajos en
tallado de madera por cuenta propia, y trabaja en el taller de mantenimiento por
designación judicial. Todas las mañanas realiza footing entre 30 a 40 minutos
alrededor de la cancha de fútbol interna del penal, luego realiza una sesión de
pesas de aproximadamente una hora, participa en las actividades espirituales
promovidas por un grupo religioso de carácter evangelista, es un asiduo lector
de la biblia. No tuvo jamás sanción disciplinaria ni siquiera un llamado de
atención por dormirse por el recuento matinal.

En las primeras entrevistas al indagar la versión del interno por el delito refiere :
"me vi en una situación medio apretada, por problemas de salud de mi
madre. Mis hermanas son menores, Me vino una situación de la cual me
arrepentí. Esto nunca se lo había comentado al juez. Yo les había dicho que
había ido a visitar a un amigo, y que por los antecedentes me relacionaban,
pero que no tenía nada que ver."

En su versión del delito se encuentra varias mentiras :

.- no tiene hermanas, tiene hermanos y son mayores.-

.- él no se arrepintió nunca de haber robado, reconoce que se ha cansado de


robar y que va a dejar de hacerlo para formar una familia con su novia.-

Al evaluar algunas consideraciones de nuestros primeros encuentros resultaba


llamativo ciertas cuestiones significantes. El tipo de comportamiento
desarrollado por el interno verdaderamente corresponde al "perfil conducta
ejemplar" : trabaja mañana y tarde, recibe apoyo espiritual y familiar, es
respetuoso con sus compañeros, con los guardiacárceles y fundamentalmente
con las normas institucionales, es aseado y cuidadoso del aspecto físico de su
cuerpo, realiza deportes individuales y colectivos, no desata ningún tipo de
conflicto con los internos, estos lo respetan casi diría "excesivamente".

He podido inferir que este perfil de conducta ejemplar lo desarrollan los internos
que han cometido un delito ocasional y fundamentalmente por aquellos que no
se encuentran identificados al mundo delictivo ni que tienen resentimiento al
sistema jurídico-penal. O bien, se trata de un perfil de conducta impostado por
un gran simulador y/o psicópata. He comprobado que los simuladores y/o
psicópatas que pueden impostar este perfil de conducta por más de 6 meses
poseen un nivel de inteligencia superior al término medio.
El historial criminológico revela que es un reincidente y que está es la 4ta. vez
que reincide no tan sólo en el delito, sino fundamentalmente en ser apresado
por el mismo.

Nuestros encuentros tuvieron dos etapas. La primera de ellas se prolongó por


un espacio de unos 7 meses con una frecuencia de una vez semanal. Estos
encuentros se interrumpen en una doble encrucijada. Por una parte, él iba a ser
operado, acto quirúrgico suspendido varias veces por fallas injustificables del
circuito sanitario de nuestro sistema jurídico-penal. La 2da- vertiente ,
corresponde a mis vacaciones o a su equivalencia simbólica : retiro el cuerpo
del lugar de encuentro. Retoma el tratamiento en la época que estaba
escribiendo este artículo.

En torno a su relación con lo espiritual va a definir este espacio con la siguiente


frase : "el encierro yo no se lo deseo a nadie". Desde el saber psicoanalítico
reconocemos que podría existir un desdoblamiento del mensaje, desde la
lógica del discurso inconsciente :"el encierro no se lo deseo a nadie, porque
soy yo quíen se lo merece. Yo soy el culpable no el otro."

También es cierto que en el campo hipotético cabría la posibilidad de


considerar a la frase "el encierro no se lo deseo a nadie" como una frase
esgrimida para causar un impacto al que escucha del orden del engaño.

He comprobado que existen internos que recurren a la "carcaza espiritual"a los


efectos de producir una imagen en los miembros del Gabinete Criminológico
siempre y cuando exista algún informe que se precise favorable; es decir,
buscando crear una imagen de bueno para conseguir beneficios. Considero
que no es este el caso de J.M., en primer lugar, porque en su horizonte
cercano no se esgrimen beneficios que necesiten de "un buen informe
psicológico"; y en segundo lugar, porque la actitud espiritual la mantiene por un
largo tiempo, y también dentro del penal. Se nota – por informes verbales de
los agentes de la guardia interna – que existe una coherencia entre sus actos
dentro del penal y sus palabras fuera de los muros y también coherencia dentro
de este dispositivo analítico.-

Cuando en su relato aborda lo espiritual reconozco que no busca impactar para


crear una buena imagen de si; pero si debo admitir que enfatiza que si de la
resocialización se trata, la palabra es un recurso fallido. El da fé que la
resocialización adelictiva está del lado de Dios Padre, y no desde la palabra del
sujeto. A mi parecer, J.M. denuncia que la palabra y su escucha es inoperante
para reencauzar el acto del sujeto en el orden de la Ley. El acto del sujeto, para
él, depende del perdón del Padre, por ello su búsqueda espiritual está
destinada a reconocerse culpable del acto delictivo, única vía de obtener el
perdón del Padre. No obstante, existe una pequeña hiancia en la apuesta del
sujeto, en este caso del sujeto J.M. El va a necesitar ratificar una coherencia
entre el acto y la palabra. No se puede pedir perdón si no es con palabras.

La historia de las religiones nos muestra que el perdón se pide con palabras. El
perdón para las religiones , y en especial para la religión cristiana, se logra en
un proceso de tres fases : el sentimiento y arrepentimiento del acto, pedir el
perdón con palabras y reafirmarlo con actos permitidos y no prohibidos. Y lo
fundamental es que el perdón se lo pide con el cuerpo y no con la mente.-

Desde un orden consciente, y también desde otro orden no tan consciente,


apoyó su apuesta de resocialización, además de su perdón a Dios Padre, a la
posibilidad de formar una pareja con su novia. En el año ´96 vuelve a Tucumán
porque su madre se enferma y necesita de su ayuda. Al mes conoce a Silvia.
Ella es varios años mayor que él, es soltera y con 4 hijos. Viven en la misma
localidad que su madre y en muy poco tiempo tejen buenas relaciones suegra-
nuera. El nunca ha formado una pareja estable con una mujer, ni tampoco una
relación que perdure con el tiempo. Silvia es una mujer comprensiva, muy
compañera, que se lleva bien con su madre, que lo ayuda para que deje de
robar ofreciéndole participación en su mundo laboral, y la promesa del lugar de
jefe de la familia. Ella es soltera pero tiene 4 hijos. Durante varias entrevistas
realiza extensos comentarios de los aspectos positivos para su vida que
significó la llegada de Silvia, para concluir uno de los relatos con la siguiente
sentencia :" ella se lleva muy bien con mi mamá, a ella la conoció antes que a
mi."

J.M. es una persona impregnada por la mentalidad machista en la que un hijo


para una madre soltera es un error. Por lo que cabría considerar que Silvia ha
cometido 4 errores. Planteo esta reflexión para poder cotejar cúal es la
coherencia de creer que con una nueva pareja y familia va a dejar de delinquir?
El la conoce en el año ´96 y comete un robo en el ´97. No obstante, este robo
en tanto error del sujeto ante Dios Padre es el 4to. error. Tanto J.M. como su
novia han cometido 4 errores y ello brinda la escena imaginaria de crear una
relación de arrepentimiento de ambos. Ambos están en la misma posición y
pueden formar una relación de pareja. Ellos están parejos en errores.

El fue ex combatiente de Malvinas. En la guerra perdió el tímpano del oído


derecho y su consecuente capacidad auditiva, perdió a su mejor amigo(muere
en sus brazos), se le congelan las piernas en las trincheras, cae prisionero de
los ingleses y sufre sus torturas, de esa experiencia sale con todo el conjunto
de signos y síntomas clásicos del síndrome por estrés postraumático. No
obstante, desde el punto de vista criminológico, lo más llamativo es que al
regreso de Malvinas comete su primer robo. Planteo la hipótesis que lo
traumático desencadena la transgresión a la la Ley. Este caso de un ex
combatiente de Malvinas y con trauma psíquico por la guerra que se
descompensa en torno a la transgresión a la Ley . Este y otros ejemplos más
son los que me permiten plantear la tópica de lo traumático en los registros R,
S, I del sujeto (vease el cap, LO TRAUMATICO Y LA LEY). El único momento
de quiebre emocional en su relato a lo largo del tratamiento ocurrió al hablar,
cómo su amigo muere en la trinchera por salvarlo a él.-

Considera que afortunadamente ya no tiene pesadillas de noche "antes


siempre me despertaba mal, transpirado y con el recuerdo de lo que pasó allá."
Me pidió, por favor, que no me enoje, por lo que va a decirme porque "yo tuve
muchas ganas de matar a un psicólogo." En el penal de Olmos conoció a un
psicólogo que se había fascinado con sus anécdotas de Malvinas, y le pedía
que hable sobre ello. JM. le decía que no quería hablar de eso porque le hacía
mal. El no fue escuchado, así que decidió que en la próxima entrevista lo
ahorcaría. Y así lo habría hecho de no haber intervenido los guardiacárceles.

J.M. ha recorrido varias cárceles del país. Reconoce que esta unidad penal es
un colegio de señoritas en comparación con Caseros, Olmos o Sierra Chica.
Sus anécdotas de aquellos penales son todas extremadamente crueles,
sangrientas y sádicas. En estas cárceles su comportamiento tuvo un perfil
violento e impulsivo. Incluso llegó a fugarse de un par de ellas. Más de una vez
los guardiacárceles dejaron de golpearlo porque lo creían muerto. El reconoce
que lo violento que era ha dejado sus huellas en su cuerpo y en el espacio del
odio y el rencor.

"la mejor época de mi vida fue la niñez, por los amigos ... como eramos los
mejores alumnos nos llevaban a Córdoba y a Bs. As. " Existe una escena de su
infancia, que a mi entender, cobra el estatuto de un Recuerdo Encubridor :

"pasaba un hombre vendiendo carne, nos dejaba acercar al carro donde tenía
la carne. Carlos agarra un pedazo de carne ...decía que la madre le iba a
pegar, porque había perdido la moneda ... después comimos el asadito."

EN TORNO A LA ACTITUD DE ROBAR

En su relato deja entrever 4 puntos significantes en torno a robar :

a. El pide perdón a Dios Padre para que lo ayude, para no volver a robar.
Destaco que él no se arrepiente de haber robado, pide perdón a Dios de
haberlo hecho.
b. Con su mejor amigo en Malvinas, solían robar galletas, arriesgándose a
que los maten. 1er. Robo con armas después de Malvinas.
c. El Recuerdo Encubridor de la niñez, deja entrever a unos niños que
roban para comer un asado.
d. Roba y se deja apresar 4 veces, son 4 errores como son 4 los errores de
su novia (hijos de madre soltera).

a. Cuando su padre lo va a visitar a la Comisaria., la primera vez que cae


preso, él dice de su padre :"él se sintió dolido ... por haberle desoído el
consejo." La relación fue siempre con un padre distante. Un padre que
llega cuando ya es tarde. Un padre que sólo le dio consejos, para ser
escuchados. No fue un padre que pusiera el cuerpo en la crianza. Pero
si es un padre que le da el Nombre. Actualmente se ha vuelto a
encontrar con su padre, incluso lo visita en el PENAL. El padre lo
sorprende invitándolo a trabajar con él a su salida de la cárcel. Le
presenta una mujer que es su empleadora y que también le ofrece la
misma oportunidad. Este padre ha formado una nueva pareja en Santa
Fé. No obstante, no se queda con ella y prefiere regresar a Tucumán
"para estar con sus hijos". En el mientras tanto, va a comer casi todos
los días a la casa de su ex – mujer. Este es un padre que le ha dado el
nombre y que ahora le propone el cuerpo. Le propone el cuerpo para
compartir trabajo y hacer un semblante de familia (padre, madre e hijos
bajo el mismo techo y compartiendo la vida cotidiana).

En la historia de la religión la metáfora del hijo prodigo, nos muestra a un


padre que sale al encuentro del hijo amado, que se había perdido. A su
regreso no le pide explicaciones, sale a su encuentro y le da un
abrazo.(le pone el cuerpo).

Esta es la historia de Jesús M. El sale al encuentro de su padre, lo


recibe con alegría y con un abrazo. En la historia de Jesús M. su padre
vuelve a buscarlo, va a buscarlo con su empleadora para que trabajen
juntos, cuerpo a cuerpo.- En el recorrido de la constelación edípica de
Jesús M. el encuentro con su padre es en el campo del cuerpo como
significante. He allí una de las apuestas para que se concrete la
Jubilación del ladrón Jesús M.

J.M. son sus iniciales, su nombre es JESÚS M.

b. El efecto traumático incide en el sujeto, sólo que no se puede prever en


que área de la personalidad se evidenciaran sus efectos desvastadores.
Algunos sufren el efecto del trauma en torno a la inhibición de la
conducta, el ejemplo más claro son los miedos fóbicos. El trauma viene
producido por un accidente y el sujeto luego siente miedos a cruzar la
calle o transportarse en algunos vehículos, etc. Otros sufren un
accidente, por ejemplo en el que el sujeto iba manejando mueren 3
personas de su familia, nadie se explica cómo se ha salvado y ni
siquiera un moretón en el cuerpo, pero lo más sorprendente es que
exactamente 3 meses después un médico le declara una enfermedad
autoinmune desencadenada por un fuerte acontecimiento stresante.
Existen otros traumas, como el caso de J.M. en el que sus
consecuencias han producido una ruptura en la relación con la Ley. La
ruptura es la que da lugar a la transgresión.

El sujeto fóbico, el sujeto psicosomático, y el sujeto transgresor ya


habrían tenido puntos de cristalización en su estructura, lo que da lugar
a los posteriores quiebres. Nada se quiebra por una casualidad, sino por
una causalidad El trauma incide en puntos de la personalidad ya
cristalizados y fragmentados. La relación del sujeto con el trauma es
variada. El trauma puede puede producir sus efectos en el cuerpo, en la
conducta o en la relación que el sujeto mantiene con la Ley.

c- El recuerdo encubridor es un significante eclipsado en la cadena


significante del sujeto, es un significante en la espera de un
acontecimiento que le de una resignificación. La carne robada para
comer el asado cobra fuerza de robo, y lineamiento de robar muchos
años después, en las frías y sangrientas tierras de las islas Malvinas.
Entre el robo de la carne para asado y el robo de galletas se configura,
por la vía del trauma y del recuerdo encubridor, un ladrón en el orden
pulsional del cuerpo. J.M. es un ladrón pulsional, por lo tanto es violento,
irascible, impulsivo e incoercible desde el rigor de la LEY. El orden
pulsional no se puede modificar solo desde el registro simbólico, que
implica la ley penal. Es necesario operar un movimiento desde el cuerpo,
en sus tres registros y que estos puedan ser anudados por el orden de la
Ley, para – con mucha suerte – se pueda torcer el movimiento pulsional.

d- La posición de la madre es determinante en el psiquismo del ladrón.


J.M. no es la excepción. El mantiene con su madre un vínculo más allá
de la de un sujeto dependiente de su madre. El deseo, el goce y el
fantasma materno lo eclipsan en su constitución subjetiva. Su novia
Silvia cae en la especularidad del vínculo materno. Esta novia es una
sucesora de la fantasmática materna, al menos – y lo que es importante
para nosotros – en torno a la transgresión. Silvia tiene 4 hijos en soltera,
4 transgresiones a la LEY. La escena fantasmática de la madre también
contiene el orden de la transgresión a la Ley como pívot constituyente de
la escena. Sé que en este espacio clínico-criminológico no podría
recortar un espacio que de cuenta que la fantasmatización materna
también contiene la transgresión a la Ley; pero lo debemos tomar por la
analogía que la elección de la novia tiene una relaciónº con la
semblanza materna en un sujeto que no se ha podido declarar
autónomo de la dualidad madre-hijo. Desde su subjetividad su novia ha
cometido 4 transgresiones. No es pura casualidad que la única pareja
estable que formó en 37 años sea conocida por la madre antes que por
él.-

En la versión del interno por la causa remarqué en negritas "me ví en


una situación medio apretada por mi madre ... me vino"

Esta sentencia desde una lógica del lenguaje ubica al sujeto de la


enunciación como OBJETO. El acto del sujeto (robar) lo convierte en
objeto de un goce fantasmático de un Otro materno.-

Ya sabemos que la mayor incidencia del fantasma materno se da en el


cuerpo del hijo.

En síntesis, propongo plantear que el acto de transgredir la ley en


el sujeto J.M. se da por una superposición de elementos, a saber. El
acto de robar es un movimiento pulsional del orden del cuerpo.
Aquí se trata de un delincuente pulsional. J.M. no fue un ladrón
ocasional, ni un ladrón por motivos socio-económicos. Fue
determinante en la transgresión a la LEY la vivencia traumática de
Malvinas, en tanto el trauma psíquico hizo su efecto desvastador en
la ya fragmentadas vicisitudes con la LEY. Los puntos ya
predeterminados a la transgresión estaban dados por el efecto
fantasmático materno en torno a la transgresión a la Ley y a la
constitución de un recuerdo encubridor que desencadena en
significante de un robo infantil.-
Estos son los elementos significantes, gozosos y fantasmales del
sujeto J.M. que lo constituyen como ladrón.-

EL CAMBIO DE COMPORTAMIENTO

Ya habíamos dicho que en las cárceles de Caseros, Olmos y Sierra


Chica, J.M. había sido un interno violento, indisciplinado y conflictivo
institucionalmente. Fue un interno que se fugó dos veces del penal, que
sufrió roturas de costillas y que se abandonó la golpiza a su humanidad
ante la presunción de haberlo muerto. Reconoce que no podía ni mirar
"a los azules" por el odio que les sentía; incluso intentó ahorcar a un
psicólogo. Peleaba constantemente con internos y guardiacárceles y era
gestor e ideólogo de cuanto motin hubiera en la penitencieria.

Ahora en este penal, está calificado con conducta ejemplar, realiza


trabajos por cuenta propia y por designación judicial, recibe apoyo
espiritual y familiar, en las licencias penales ha desarrollado un
adecuado comportamiento, realiza deportes, su relación interpersonal
tanto con internos como con guardiacárceles es correcta.

Cómo ocurrió este cambio de actitud? ¿qué factores influyeron?

El saber psicoanalítico tanto como el saber de la conducta criminal nos


plantea que estos cambios de comportamiento no ocurren de una
manera súbita y tan sólo por la voluntad consciente. Además es un
cambio, que para que tenga el sesgo de relevante tiene que ser
mantenido en un plazo largo de tiempo, aproximadamente más de dos
años.

J.M. ha logrado este cambio con un proceso lento, paulatino y constante.


No ocurrió de la noche a la mañana. Y actualmente ya ha atravesado el
periodo de los dos años. Durante estos 3 años de permanencia en este
penal, hubo revueltas y motines que no lo tuvieron a él como sujeto
principal de la escena.

El interno cifra como factores importantes para este cambio a una serie
de actitudes bastantes conocidas en el mundo carcelario.

.- Admite que el cambio se debió a haber conocido la palabra de Dios, y


que esté operó el cambio en su alma.

.- Estar detenido en un penal cercano a la residencia de la familia es


esencial para él, según refiere. Este interno, como casi todos los
internos, reconocen que su familia les da la fuerza para aguantar el
submundo interior del penal. Ellos refieren que "no se moquean por su
familia"
.- Reconoce que en esta unidad el trato es humano y correcto por parte
de los guardiacárceles. Lo que da lugar a la equivalencia :sí me tratan
bien, me porto bien.

.- Estar acogido por un régimen de licencias penales periódicas es otro


factor destacado por los internos. Estos saben que sí se portan bien van
a conseguir permisos (licencias) para ir a visitar a sus familias por un
plazo que va desde las 2 hs. a las 48 hs. El régimen de beneficios
expresado en la Ley 24.660. premia el buen comportamiento carcelario y
eso lo saben, lo usan y lo abusan. J.M. también está inscripto en este
lineamiento conductista :premio – castigo.

.- Su deseo consciente de cambiar de forma de vida por él, por su novia,


y por toda su familia, especialmente por su madre.-

Si bien estas actitudes y/o factores de cambio son del orden manifiesto,
como psicoanalista, considero que a la hora de la evaluación no deben
ser considerados de menor valía.-

PORQUE SE JUBILA ?

Anteriormente he planteado los elementos que pude inferir para


constituir al ladrón. Ahora voy a intentar referir los elementos que están
presentes para apostar – que probablemente – este interno alcance el
concepto de LA JUBILACIÓN DE LOS LADRONES.-

En primer término, repetida veces me encontré con frases del interno


que denotaban que su familia le reconoce un enorme valor a que en su
carrera delictiva no dañó el cuerpo del OTRO. El ha encontrado,
fundamentalmente, en decires de su madre palabras de reconocimiento
que él no ha dañado a otros en su transgredir la Ley. - También he
trabajado desde la transferencia este mismo lineamiento : reconocerle
un alto valor a que no ha dañado el cuerpo del otro en su transgredir. He
notado que en varias audiencias que tuvo con los jueces, también buscó
que estos le reconocieran el mismo significante. Ello no ocurrió. Estos
jueces no pudieron escucharlo, y mucho menos tener una mirada
comprensiva de sus actos delictivos. Estos jueces se detuvieron a
evaluar solamente los antecedentes criminológicos y su conducta en el
penal.-

Otro elemento fundamental para aproximarse a la jubilación es su


encuentro con su padre, y fundamentalmente el reencuentro desde el
cuerpo a cuerpo (perdonarse mutuamente en un abrazo y crear un
proyecto de trabajo cara a cara = cuerpo a cuerpo).

La operación en su cuerpo es un encuentro simbólico, imaginario y real


con el cansancio de su cuerpo. Su cuerpo ha padecido, está agotado y
por eso debe ser operado. Su cuerpo estaba para robar y
supuestamente está cansado de robar. Lo Real de la operación
prácticamente lo dice todo.-

Tiene un lugar para su cuerpo que no necesariamente lo expone a la


pulsiòn de robar. Ahora su persona y su cuerpo tiene una mujer para
amar y ser amado, una familia para ser contenido y para dirigir. Y ello no
es poco.

El cambio de comportamiento en el penal nos muestra que su cuerpo no


está a merced de la pulsiòn del cuerpo del ladrón.

Y por último – pero no por ello menos importante – J.M. tuvo un espacio
clínico-criminologíco para ponerle palabras a los actos de su cuerpo.
Pudo subjetivar su relación con los actos transgresores que tuvo en su
vida.-

NO PUEDO ASEGURAR QUE VA A DECANTAR EL CONCEPTO DE


LA JUBILACIÓN DE LOS LADRONES EN EL INTERNO J.M.; PERO SI
HE REALIZADO UNA FUERTE APUESTA.

Este escrito es un intento de teorizar y colaborar científicamente a


la resocializacion adelictiva de los ladrones. En este caso trabajo la
historia de J.M., pero no puedo callarme que gran parte del cambio
en este interno es por su FE EN DIOS, QUE LE PIDIO QUE LO
PERDONE POR HABER ROBADO.

HISTORIAL CRIMINOLÓGICO :S.M.


Ubico a este historial como un prototipo de H.C. de un ladrón al estilo
"delincuente habitual", según la clasificación de Ferri. Pretendo mostrar
los puntos significantes que dan cuenta que este pretendido delincuente
habitual es un sujeto que ubica al delito como un síntoma en su relación
al Otro. También, pretendo mostrar que el robar es un empuje pulsional;
y voy a tratar de ubicar el posicionamiento subjetivo de este interno en
relación al concepto de la jubilación de los ladrones.

Nace en el interior tucumano en el año 1961 al momento de nuestro


encuentro tiene 39 años, de los cuales estuvo 19 en prisión. Fue alojado
4 veces en un penal por el delito de robo agravado.

Se ubica como hijo de padres separados, eran 4 hermanos. Uno de ellos


muere mientras estuvo detenido en un instituto para delincuentes
juveniles. El padre se separó de la madre hace 40 años. Es decir que se
alejó de ésta mientras estaba embarazada de él. El llegó a decir "él se
separó a la misma edad que yo". Por el motivo de la separación el fue a
vivir con la abuela materna, según la versión de la madre. "Yo he sido
más apegado con mi abuela que con mi madre." Durante un breve
período, estuvo viviendo con su padre y su nueva pareja "mi madrastra
no me podía manejar".

Su infancia estuvo signada por lo que podríamos llamar "niño con


problemas de conducta" tanto en el seno familiar como escolar. No pudo
concluir sus estudios primarios, no obstante, lee y escribe. El fue un niño
rebelde y con problemas de conducta, más allá de haber tenido una
abuela que le impuso un régimen de crianza demasiado estricto "y me
daba todo el cariño que necesitaba ... mientras estuve con mi abuela
cariño no me faltó".

A los 14 años se fuga de la familia, y se va a vivir a Bs. As. Su relato


plantea que su rebeldía es un NO al autoritarismo materno, escenificado
en las directivas de su abuela. Desde los 14 a los 17 años vive con unos
tios, también de la rama materna. A los 17 años comienza a delinquir.
Un año más tarde cae por primera vez preso. "... nadie en mi familia
sabía que yo andaba delinquiendo ... no me hacía falta robar, mis tios
me daban lo necesario, o me lo mandaban de Tucumán; además tenía
dos brazos para trabajar".

Su manera personal de establecer relaciones interpersonales nos


muestra que con sus compañeros de trabajo delictivo es muy selecto,
muy idealista, y muy cortante. No hace trabajos con cualquiera, sino que
él los investiga, los ve hacer otros trabajos, y cuando finalmente lo
convencen recién se asocia con ellos. El ideal del ladrón es no batir, no
buchonear sí es que caen en cana. Haber cumplido fielmente este ideal
es su gran orgullo. Luego de haber realizado un trabajo no los vuelve a
ver, no pregunta por ellos, no sabe nada de ellos. Simplemente está a la
espera que lo llamen para un trabajo o él los llama si la oportunidad se le
presenta a él. Siempre trabajó con armas, y nunca hirió a nadie. Jamás
trabajó ebrio, drogado ni siquiera desvelado. Este es su segundo gran
orgullo.

Ahora voy a mostrar a este interno a través de la escucha que tuvieron


de él otros profesionales :

a- octubre de 1993

Elevo a UD. el siguiente informe, según lo dispone el oficio de


referencia. ... el interno M.S. desde su ingreso en 1988 ha tenido varias
sanciones por razones disciplinarias ... la mayor parte de estas
sanciones parecen estar motivadas en su carácter agresivo, y a veces
imprevisible. Su forma de conducirse es por lo general hostil, siempre
con un tono de desafio. Psicológicamente ha tenido algunos períodos de
ansiedad e insomnio que parece haber superado. Ahora, plenamente
compatible con esa cuota de reacción agresiva, muestra una gran
lucidez y coherencia. En suma, su futuro puede resultar tan imprevisible
como su carácterr. Las únicas visitas que recibe son sus padres.

PSICÓLOGO LUIS SEIFFE

c. noviembre de 1996

Me dirijo a Ud. a fin de informar que entrevisté al interno S.M., presenta


un cuadro depresivo ansioso con fuertes componentes autoagresivos.
Su problemática está relacionada con el abandono de su esposa,
aparentemente sin motivos. Mediante audiencia judicial la hizo
comparecer ante el defensor civil y la defensoría de menores para

recibir la visita de sus hijos. Se fijó un régimen de visitas, el que fue


cumplido por la esposa; pero el interno exige la comparencia de la
misma. El abandono de su esposa no es aceptado por el interno,
negándose a elaborarlo. A través de la autoagresión(en dos
oportunidades) busca la conmiseración y el cambio de actitud de la
misma. ... podrían existir reacciones imprevisibles, a las que no es
conveniente hacer correr riesgo a las menores. Continuaré con terapia
tratando de ayudarlo a aceptar y elaborar la situación de abandono.

PSICÓLOGA CRISTINA ANTONI

d. noviembre de l996

mi presencia estaba justificada por la necesidad de atención psiquiátrica


al penado S.M. Se trata de una persona con serios problemas: sufre de
inapetencias y náuseas, perdiendo aproximadamente 10 kg. En 20 o 30
días. Medicado con Sidenar 2,5 mg. Toma hasta 6 comprimidos diarios.
A más con frecuencia hay que inyectarlo con una ampolla de valium 10
mg. Intramuscular, por la noche para que intenté dormir. Refieren
empleados y aún el interno que aún así sufre de insomnio. Tuvo 3
episodios de marcada autoagresividad en un mes, en los que se realizó
cortes en todo el cuerpo. El sr. SM muestra un grado moderado de
depresión y aconsejó el traslado al Penal de SM. De Tucumán con
internación y tratamiento psiquiátrico, en condiciones de seguridad. En
psicoterapia, podría aceptar y elaborar la separación que su esposa le
planteó. En cuanto a la medicación, sería conveniente la reducción
paulatina y con monitoreo psiquiátrico de la dosis de Sidenar. Este
psicofármaco se está utilizando en dosis altas y con frecuencia lleva a la
dependencia. No es conveniente, por ahora, una supresión brusca.

PSIQUIATRA JORGE DIAZ

e. Diciembre de 1996

Dando cumplimiento al oficio xx, elevo informe relacionado con la


evolución que se ha operado en la personalidad del interno. Ha
comenzado a comer normalmente, y a trabajar en el taller de mimbrería,
reintegrándose normalmente a su vida en ranchadas, juegos de
recreación, etec. Sin deseos de autoagredirse. Ha comenzado a
elaborar el abandono de su esposa y aceptarlo como una situación
posible, que se puede dar en toda pareja. Se encuentra emocionalmente
equilibrado, pudiendo hablar el tema y respetando la libertad del otro. Ha
recibido apoyo y afecto de algunos amigos, pero añora la presencia de
sus hijos. Sugeriría que se le reanuden las visitas de sus hijos, ya que es
lo que más desea, y en alguna medida el único vínculo familiar.
Continuará en controles y psicoterapia.

PSICÓLOGA CRISTINA ANTONI

En un informe personal referí :

Diciembre de 2000

Mi impresión diagnóstica es que se trata de un sujeto de estructura neurótica,


con un nivel intelectual medio, coherente en el curso de su pensamiento, con
una modalidad de abordaje concreta de la realidad, pero fundamentada en el
Ideal al que responde. Su dinámica de análisis de la realidad es globalizadora
con tendencia a inferir conclusiones de situaciones puntuales, a generalizar
sobre el fundamento de su intuición egocéntrica. El vínculo que establece con
el otro muestra dos facetas, claramente diferenciables. El otro se le presenta
como un objeto en el plano imaginario, al que desafía pero fundamentalmente
desconfia. O establece un vínculo en el que inspira compasión y misericordia
de sus actos ilegales. Desde el punto de vista criminológico, es un delicuente
reincidente. Es, a la vez, un interno que se posiciona frente al delito como
responsable del mismo, puede conectarlo a su historia personal y asociar la
sobredeterminación de la conducta del sujeto en la cadena significante. En
torno al acto de robar, SM. Es un sujeto prisionero del Ideal. Es inclusive un
sujeto moralista. Respeta y acata el código del ladrón .Es un sujeto que puede
poner en palabras distintos momentos y modus del robar. Es interesante cómo
puede distinguir el límite que transita el ladrón que lo puede posicionar como
homicida. Límite que la casuística y la criminología nos muestran que el
adolescente no puede distinguir. El robaba con otros, pero pude diagnosticar
que este otro, no le genera dependencia, deuda o culpa. Es otro del que puede
distanciarse, desde su valoración consciente.

Soy un psicólogo con formación psicoanalítica, y sostengo un punto de verdad,


a la palabra bajo transferencia, desde allí ubico : "el cuerpo no me da pa´
delinquir ... no es un vicio no me domina ... no tengo ambición de plata, sí no
vea, he tenido una casa y me la han quitao mis familiares ... aquí todos
pensaban que el primer día que salga, no volvía, y ya hace un año y ocho
meses ... uno ya tiene su edad y piensa de otra manera." Es mi informe.-

EN TORNO AL CONCEPTO DE " LA JUBILACIÓN ..."

La escucha de este interno fue lo que me hizo plantear este concepto. Recién
tenía pocos meses como psicólogo del penal, y me interesaba disponer de un
dispositivo teórico-criminológico que me permitiera trazar hipótesis en torno a la
resocialización de los internos. SM. me advirtió que había un cansancio en su
cuerpo, en torno al acto de robar. Y también, fue el que me permitió escuchar
que su cuerpo recibía un empuje pulsional para robar, por cuanto la adrenalina
que circula en ese acto, acto en el que el sujeto se juega la vida propia y la del
otro. Es un empuje del orden de la pulsiòn. Si bien, en torno a robar está en
juego el peso de la identificación (un hermano estaba preso), en sus palabras
no emerge el significante de la identificación, como determinante del empuje a
robar. Es cierto que robar le da una identidad y prestigio. También se juega el
tema del cuerpo que necesita vértigo. El pone su cuerpo para actuar el empuje
pulsional tanto en la calle como en el interior del penal. Al momento que lo
conozco, ya había consolidado un cambio en su comportamiento.

Otro elemento que me llevó a pensar que este interno podía acceder a una
resocialización adelictiva fue la cuestión familiar. Ya sabía por los informes de
la psicóloga Antoni que el vínculo con su esposa era un significante que
compensaba o descompensaba al sujeto, y en esta escucha planteo que ella
estaba cansada de verlo tras las rejas. Además, mientras el interno estuvo
detenido en este penal nace una hija, a la cual le pone el nombre de la abuela.
Consideré que con este nombre creaba un significante que lo retrotraería a
tiempos en que afectivamente estaba contenido. El necesitó huir de la abuela
para descompensarse y producir actos transgresores. Pensé que con el NO de
su esposa y el SI de su hija iba a poder encontrar el apoyo familiar para no
reincidir en el delito.

Además, en los otros encuentros con una escucha psicológica no había


admitido su participación en el delito que se le imputaba, al menos eso decía
en su Historia Criminológica. Ante mi escucha, admitió su participación en el
delito e incluso estaba conforme con la sentencia recibida. Reconocía que
había sentencias injustas, por parte de los jueces, pero la suya estaba bien
dictada. Es decir, que había atravesado por un proceso de subjetivización del
delito cometido.-

Nuestros encuentros fueron repentinamente interrumpidos, por cúanto le llegó


la Libertad Condicional a sólo dos meses de haber iniciado su proceso de
poner bajo palabras sus cuestiones subjetivas. El intenta retomar las
entrevistas, pero por su condición penal debía ser evaluado por los psicólogos
del Patronato de Liberados. Este espacio para su palabra como sujeto había
sido cancelado.-

18 meses más tarde, volví a tener un encuentro con el interno, en las afueras
del penal. Me comentó que no había encontrado trabajo y pude entreveer que
había venido al penal para tomar contacto con un interno, que tenía
comprobadas intenciones de fugarse. SM. había retomado a las relaciones con
el mundo delictivo, era la hipótesis que se imponía.

Ahora, considero que fue prematuro pensar en el concepto la jubilación de los


ladrones para este interno por varias razones :

1. Fue muy breve el período de sostener la palabra en este tipo de


escucha. He comprobado que se necesita de un tiempo
prudencial, aproximadamente 6 meses, para dar cuenta de un
cambio subjetivo en torno al delito. En espacio cortos, menos de 6
meses, una escucha analítica es engañable por un psicópata
inteligente.-
2. En su momento, él no permitió que su esposa también pudiera
poner en palabras su posición como esposa, y cómo esposa de
un ladrón. Ahora considero que el concepto la jubilación de los
ladrones necesita, también ser pronunciado por la familia del
sujeto en cuestión. Ellos también deben dar cuenta del cansancio
del cuerpo para robar, de la subjetivización frente al delito, deben
evidenciar que el sujeto vive a la condena como un castigo por la
transgresión, deben reconocerle un valor por no haber dañado el
cuerpo del Otro. En síntesis, opino que no sólo una escucha
analítica se necesita para acreditar la jubilación del ladrón, sino
que también la familia debe escuchar el ruido de articulación de
este concepto en su familiar. Sí la familia no avisora los
elementos que componen el concepto la jubilación del ladrón , la
escucha analítica no da cuenta de su producción, lo más probable
es que esté frente al "balbuceo" de un gran psicópata y/o
manipulador.
3. El sujeto sí es que se aproximó al cambio subjetivo que implica la
jubilación, su relación con el gran Otro no permitió el espacio para
que se consolide. No se dio la decantación y retornó a posiciones
anteriores. Me refiero a que en su relación con el Otro social no
obtuvo los elementos para consolidar la jubilación como ser ,la
escucha analítica, en la que había establecido transferencia; no
consiguió trabajo y se vinculó nuevamente con las identificaciones
transgresoras. SM. retornó a su anterior posición subjetiva ante el
Otro.-

Este historial criminológico me permitió plantear la hipótesis contraria al actual


proceso de resocialización que viven los internos. La ley 24.660. y toda a l
política penitenciaria creen que se va a lograr un cambio en el delincuente a
partir que este viva a la pena privativa de la libertad y a la capacitación laboral
que logre en los talleres, más los estudios y más el acercamiento familiar como
los elementos que le permitirán razonar y reconsiderar su adherencia al mundo
delictivo. Entonces, se apuesta a que la capacitación laboral, cierta mejora en
la educación formal, la adquisición de hábitos de orden, disciplina y convivencia
social; y más la privación de la libertad lograran que decida dejar el mundo
delictivo. Cómo si dejar el mundo delictivo fuera sólo una decisión consciente.
Se cree que sí el interno al salir de la cárcel consigue un trabajo y recupera el
vínculo con su familia se alejará del delito. Obviamente, esta política carcelaria
deja de lado a la parte inconsciente de la personalidad. La posición subjetiva
del sujeto define el campo de conductas y comportamientos en los que se va a
desenvolver. Caso contrario, no se puede entender que dos hermanos que
crecen y viven con la misma crianza y con los mismos medios sociales uno de
ellos ingrese al mundo delictivo y el otro a un taller de reparaciones del
automotor.-

Mi opinión es que NO es prioridad brindarle al interno una serie de


capacitaciones y escarmientos para que reconsidere su forma de existir en la
vida. El interno es un sujeto que establece un proceso de subjetivización en
torno a un Otro de la Cultura, a un gran Otro Social que determina sus futuros
actos. EL interno es un sujeto sujetado a la posición que ocupa en una red de
significaciones que componen su vida. Y es por esa posición subjetiva que
transgrede la ley en determinados puntos, y no en otros, tal que la transgresión
merezca una sanción penal. Considero que deberíamos poner más énfasis en
la posición subjetiva que asume el interno como sujeto de esa red de
significaciones. Durante la pena privativa de la libertad hay internos que
movilizan su posición subjetiva en torno a esa red de significaciones, lo que me
parece prioritario es poder escuchar esos movimientos, y ayudarlos a
materializar los cambios. No toda la población de un penal se anima y puede
generar esos cambios, pero sí algunos. Propongo que para esos pocos
pongamos más énfasis. Nuestra actual política penitenciaria brinda lo que
brinda para todos, y no se detiene a priorizar, que sólo algunos quieren
movilizar un cambio que los aleje del mundo delictivo.-

CAPITULO : ACERCA DEL HOMICIDA Y EL HOMICIDIO

El CONCEPTO DE HOMICIDIO EN LA SUBJETIVIDAD

El sujeto homicida recurre al acto homicida en un punto inhablable de la


relación con el otro. En ese momento la representación de la ley en su
subjetividad da cuenta de un punto de quiebre por donde emerge el acto
transgresor. Una vez que la transgresión ha sido sancionada como homicidio
se reestablece el orden legal. Ha quedado sentenciado lo prohibido de la
transgresión y avizorado lo permitido, al término de la condena.

El acto de matar al otro es la denuncia de que la Ley desfallece en el sujeto. La


sentencia que declara al sujeto homicida reestablece el orden legal, el campo
de lo prohibido y de lo permitido. La sentencia debería restaurar en la
subjetividad lo desfalleciente de la inscripción de la ley.
Hay muchos sujetos que mantienen serios conflictos interpersonales que
quisieran resolverlos con la aniquilación del otro del conflicto; pero no lo
pueden hacer porque la representación de la ley en su subjetividad no les
permite ejecutar la máxima transgresión : matar. Esta representación de la ley
– que no permite matar- es operativa en tanto no permite la transgresión. Esos
sujetos deben contentarse con la resolución del conflicto por la vía de la
palabra.

Para adentrarnos en el proceso de subjetivización del delito de HOMICIDIO es


preciso conocer el lugar significante del HOMICIDIO en nuestra LEY y en todo
nuestro sistema institucional y cultural. El homicidio es el delito primordial de
la Ley. Este axioma se desprende de la interpretación cultural del crimen .-

La muerte del otro es un punto insoportable en la Cultura. La muerte inflingida


al otro es la fisura que desborda el andamiaje institucional y cultural. A los
efectos de subsanar esta hendidura emerge el concepto de homicidio. El
concepto de homicidio es un pacificador a niveles sociales e individuales. El
concepto de homicidio muestra que la transgresión existe y , a la vez, que es
controlable. El concepto de homicidio permite que el desastre de la
transgresión no se convierta en anomia a niveles sociales. A niveles
individuales permite que el transgresor se convierta en sujeto en el sentido
psíquico del término. Sin el concepto de homicida el transgresor percibe a la
cultura como anómica. El homicidio sujeta al transgresor a la estructura social y
cultural.-

También es menester considerar que la cuestión significante del homicidio en


la cultura Occidental está montada en 3 mitos.

Los 3 mitos que dan cuenta de la importancia significante del homicidio en la


Ley son :

.- el mito del padre de la horda : Esta trama simbólica da cuenta que en el


origen de la humanidad existía la horda, la cuál estaba dominada por un
protopadre. Un padre mitológico, severo, soberano, omnímodo. Este padre
dominaba a la horda, era dueño de sus propiedades y de sus integrantes,
poseía a todas las hembras y regía a su arbitrio, y sin ninguna legalidad
sensata a la cual acogerse. Este protopadre dominó a la horda hasta que se
unieron los hermanos entre sí y decidieron darle muerte. Consumada la muerte
del protopadre, surgió la necesidad de instaurar una legalidad, a la que todos
respetaran. Esta legalidad era condición indispensable para proseguir con la
vida, o sino cada uno iba a seguir los destinos del protopadre.-

.- el mito de Caín y Abel: son los dos hermanos, hijos de Adán y Eva. Los
celos fraternos dan lugar a la emergencia del primer crimen de la humanidad,
según los textos bíblicos. Este impulso asesino es la primera resolución de un
conflicto interindividual. Este primer crimen fraterno emerge ante la ausencia de
una legalidad del padre que regule las relaciones entre los hermanos.-

.- el mito de Abraham y su hijo Isaac: el padre ata a su hijo en el altar del


sacrificio para degollarlo, según se lo había pedido Yaveh. Este le dispensa de
cometer el homicidio de su hijo conmovido de la sumisión de su siervo
Abraham. Abraham en lugar de inmolar a su hijo sacrifica un carnero. En este
mito es el padre el que liga y desliga al hijo en la relación con el homicidio. El
padre está en la doble posición de ser el que asesina a su hijo y en el lugar del
que lo indulta.

Estos 3 mitos muestran que sobre el impulso homicida del padre para con sus
hijos, de los hijos para con el padre y de estos sobre si mismos se estructura la
civilización. Estos mitos plantean que en torno a la ley emergente de estas
tragedias se erige al padre como portador de los designios de la ley, el padre
es el encargador de instaurar a la Ley en la subjetividad de la prole. Sobre
estos 3 mitos se estructura la civilización y sobre estos 3 mitos se instaura la
necesidad imperiosa y racional de ser regidos por una ley que regule las
relaciones humanas y el orden genealógico. Es decir, que el Homicidio es el
delito princeps, es la transgresión que instaura el orden institucional, el
homicidio es la bisagra de la cultura, el homicidio es la Razón de la Ley. Sino
hubiera existido el crimen primordial no habría existido la LEY.

"Las grandes prohibiciones se fundan y despliegan sus efectos no sólo


mediante enunciados jurídicos explícitos, sino más comúnmente mediante
formas y puestas en escenas que tienen por característica desbordar a la
palabra"(P. Legendre – pg. 25 – 1994).

Un homicidio exige siempre que alguien venga a responder por ese homicidio,
o que se pruebe - como por ejemplo por insanía – la función que le dispensa
tener que hacerse carga de tal crimen.

Una casuística asistemática – pero no por ello ligera o errada – de las


sentencias penales en los casos de homicidio muestra que no existe otro delito
que sancione con mayor pragmatismo al infractor que el homicidio. Dice el
saber vulgar "hubo una muerte y hay que pagarla". Es difícil que en nuestros
estrados judiciales haya sobreseimiento en una causa de homicidio por errores
procesales.

El fundamento de esta casuística penal concierne a que el homicidio constituye


el nódulo conceptual e ideológico de nuestras instituciones legales. Que el
homicidio sea el delito princeps de la institución de la Ley y la Justicia en
nuestras sociedades no implica que en el análisis del caso por caso
encontremos que este fundamento humano sea comprendido inexorablemente
por el transgresor.

Es casi irracional pero es contundente y concreto, el homicidio es el


delito por autonomasia a nivel social, pero ello no implica que el homicida
tenga ese saber inequívoco sobre su persona. El homicida necesita
imperiosamente incorporar a su subjetividad el fundamento racional de
nuestras instituciones (el homicidio es el crimen princeps) pero esta
incorporación no se da por añadidura.

Pepito Honguito tenía 20 años, recién había comenzado a saborear las mieles
de su vigoroso cuerpo, en tanto que campesino pobre y alejado de los placeres
mundanos. Recién comenzaba a frecuentar bailes, bebidas y mujeres. Esa
noche, era una de las primeras noches, que el alba lo sorprendía sin antes
haber estado recostado en su cama. En su recuerdo traía la mirada encantada
de esa jóven que había aceptado bailar con él. Cómo había podido vencer su
timidez estructural y animarse a hablarla e invitarla a bailar ... el enigma, aún, lo
inundaba. Las sensaciones fisiológicas de la embriaguez contorneaban ese
bello ensueño, cuando repentinamente fue abordado por el novio despechado
de la doncella y un grupo de amigos de este. Lo encerraron, le espantaron el
caballo y él, por un reflejo del instinto de supervivencia, sacó su machete de las
alforjas del animal. Fiel a su oficio de pelador de caña, su golpe fue certero. La
condena es contundente :"joven alcoholizado con arma blanca comete el delito
de homicidio"

¿puede pepito honguito asumir que en esos escasos 30 segundos ha


transgredido el fundamento máximo de la Ley y las instituciones? ¿puede
subjetivar – lisa y llanamente – su acto transgresor e incorporarlo como una
pena justa a la sentencia de los jueces?

Para qué nos sirve este esquema del funcionamiento subjetivo de la ley en el
transgresor?

Para reconocer nuestra función de rehabilitación social al transgresor.


Consumada la muerte del otro, ha ocurrido el homicidio. A los miembros del
sistema jurídico-penal nos falta conocer sí se ha producido el proceso de
inscripción de la restauración de la ley en la subjetividad del homicida.

La escuc ha del homicida, sin la pretensión de juzgarlo penalmente, sino la


escucha del homicida a la espera de él, a la espera que pueda subjetivar el
delito cometido, nos encuentra con una lógica :

"el homicidio emerge como un acto allí donde ya no hubo palabras"

el homicidio emerge allí donde no se pudo encontrar una palabra que nombre.
Ya se trate de un homicidio en riña o un homicidio como desenlace de un
conflicto de odio latente, el acto transgresor aparece porque el sujeto no
encuentra una palabra que actué el conflicto. Sí el homicida hubiera encontrado
la palabra justa que lo actué no habría incurrido en el hecho criminal.

El homicidio es un acto psíquico que intenta representar lo inhablable.

El sujeto homicida va a intentar en una relación terapéutica con un psicólogo


hacer significante una palabra allí donde hubo un acto criminal, pero a la vez,
su palabra necesita emerger ante una escucha que lo instituya en los
márgenes de la ley, y esta escucha ya no es la de un psicoanalista, se necesita
de una escucha jurídica.

Existe un gran axioma que dice que el que escucha determina al que
habla. Este axioma no parece obvio pero es altamente eficaz. La escucha del
jurista determina al que habla entre los márgenes de la Ley. Y ese es el
espacio de subjetivización del homicida propio de una representación de la Ley
y la Justicia.-

DE HOMICIDA A ASESINO

Un gran porcentaje de homicidas refieren que acordarse del homicidio les


genera un malestar subjetivo del orden de la angustia y el desasosiego y sus
múltiples conexiones con el insomnio y la irritabilidad agresiva. Estos sujetos
pueden dar cuenta del acto homicida. He podido notar que el malestar no les
proviene de evocar el resto mnémico, sino de no poder incorporar este acto a
su cadena de asociaciones conscientes. El malestar se genera en un punto del
relato en donde no pueden dar cuenta de una respuesta o de una conexión. Es
llamativo porque ellos lo llaman "hablar del tema me hace mal". Hablar del
tema no les genera resquemor, sino de un punto de ese tema.- Ese punto del
tema no pocas veces da cuenta de un significante no incorporado en la cadena
asociativa. Este significante habitualmente remite a una fantasía en la que
el homicidio se transforma en un asesinato tramado desde lo no dicho o
recordado del sujeto.-

El transgresor fue condenado desde lo objetivo que marca la Ley. Pero también
existe una legalidad intrasubjetiva que fue transgredida con esa muerte.
Existen casos en que existe ese significante que transforma esa muerte del
otro en una fantasía de un asesinato tramado desde lo no dicho. Es muy
probable que en todo sujeto exista la fantasía inconsciente de parricidio, el
sujeto tiene un complejo nudo de vivencia intrasubjetivas en la que la muerte
del padre es un punto del deseo. Esta fantasía se mantiene a niveles
intrasubjetivos, y de la cual jamás será consciente, es lo más probable. Pero
este transgresor ha concretado este punto de fantasía y deseo inconsciente, y
ello significa haber transgredido la ley que todo sujeto tiene inscripta en su
personalidad. Esta transgresión también debe ser sancionada y el sujeto debe
pagarla ... para poder llegar a rescribir su historia sin arrastrar los fantasmas
del acto homicida.

Cómo se paga este homicidio a la legalidad intrasubjetiva?

.- CON EL PROPIO CUERPO

.- CON EL TORMENTO DE LA NEUROSIS

.- CON EL EMPUJE A LA REPETICIÓN

.- CON LA PALABRA PLENA

Esa instancia crítica, severa y cruel que se llama el superyó ,a la vez, empuja al
sujeto a cometer lo peor; y lo castiga por tamaño crimen. Esta condena es feroz
y puede ser el motor a que el sujeto atente contra su propio cuerpo desde
generarse automutilaciones, inscribirse en adicciones químicas inalienables,
generarse enfermedades psicosomáticas que lo dañen e incluso lo condenen a
una muerte autoinflingida. También existe la posibilidad que el sujeto
desencadene una vivencia neurótica, viva presa de pensamientos intrusivos y
obsesivos, con profundos estados de inestabilidad afectiva, con un agudizado
sentimiento de culpa, víctima de creencias mágicas y rituales compensatorios.
La vivencia de una neurosis descompensada es una cárcel interior por un
delito desconocido pero tremendamente imputado.

También existe la posibilidad que el sujeto necesite volver a cometer el crimen


para recibir el castigo. La condena pagada es sobre el delito objetivo, pero el
delito subjetivo ha quedado impune ... el sujeto vuelve a insistir en busca de la
condena pendiente.

El colocar al homicidio en el punto teórico de un acting out, no necesariamente


da cuenta de un mejor pronóstico. Puede serlo. Pero no se puede dar garantía
que el sujeto no siga llamando al Otro a través de la vía del mismo acto.
Sabemos que el acting out connota un llamado al Otro, y que por ello se lo
puede decodificar, digamos el sujeto puede hacerlo. Pero este punto de
significación que es decodificar el acting out es un esfuerzo que el sujeto no
siempre lo quiere hacer.-

La persona que mata a otro para la Justicia es un homicida, y recibe un castigo


penal por ello. Esa misma persona en la esfera de su subjetividad puede haber
concretado una fantasia de asesinato. Este delito queda impune con la
condena por homicidio. Entonces, desde la subjetividad va a emerger una
dinámica para dar cuenta del asesinato. Esa dinámica puede ser compleja, y
puede ir desde el tormento de una neurosis descompensada, de una
enfermedad psicosomática desencadenada autopunitivamente, hasta el deseo
irrefrenable de cometer otra vez el delito en busca de un castigo inexistente.

Cada vez que ocurre la muerte del otro existen dos registros de esa muerte. El
registro penal y el registro subjetivo son los registros de la muerte del otro.
Cuando el homicida no habla de lo que ha hecho queda librado al azar de la
subjetividad la muerte del otro. Confrontar la muerte del otro con la palabra es
la mejor apuesta para liberarlo de una condena inefable.

HOMICIDIO EN ESTADO DE EBRIEDAD

El homicida alcoholizado constituye el mayor porcentaje de homicidas que


alberga la U.3. del penal tucumano. Al preguntar al sujeto el lugar que concede
al alcohol, sus respuestas buscan otorgar al alcohol el lugar de la
responsabilidad del acto cometido. Este sujeto pretender quedar neutro ante la
responsabilidad de su acto. Esgrime en el alcohol una fuerza mayúscula que
anula su discernimiento. El sujeto es responsable de sus actos más allá de la
sustancia química que utilice como desencadenante del acto.

Indagando en la relación del sujeto con el alcohol emerge que no siempre esta
relación coincide con el "homicidio ocasional", tal cual lo entiende el discurso
jurídico. El homicidio sí es una ocasión. El alcohol es la sustancia química que
encubre el punto de significación de esta ocasión. He notado que estos sujetos
tienen una doble alternativa ante la responsabilidad que emana de su acto
homicida. Lo más frecuente es responsabilizar al alcohol del desenfreno
impulsivo. Lo menos frecuente es esbozar en su relato la emergencia del acting
out para luego huir despavoridos ante la inminencia de lo desencadenado. En
ambas alternativas hay un intento de "yo fui, pero no me hago cargo,
perdónenme porque soy culpable".-

El discurso jurídico no diferencia, o no se detiene a discernir, lo que distingue a


:

.- el homicidio es una ocasión.-

.- el homicidio fue ocasional.-

El discurso psicoanalítico plantea que existen varios elementos diferenciables


en estas dos ideas conceptuales.-

El homicidio es una ocasión nos plantea a un sujeto activo en el acto que se


evalúa; mientras que en el homicidio fue ocasional se trata de un sujeto que no
es responsable activo, no es responsable de la acción.

El homicidio es una ocasión refiere que concurren una cierta coordenadas de


elementos a una determinada escena para que se desarrolle ese acto. El acto
no podría haberse dado de no haber concurrido los elementos que lo
constituyen. La intencionalidad está presente en la escena y en el acto.-

El homicidio fue ocasional alude a una serie de elementos contingentes en una


escena que disparan el acto homicida. El sujeto de la acción es tácito y
ausente. El acto es de una responsabilidad neutra. El acto no contiene
intencionalidad, sino circunstancionalidad.

EL HOMICIDIO Y LA CULPA

Los homicidas dicen "es una muerte y hay que pagarla" Este es un llamado
a que la severidad que pesa sobre el sujeto se aplaque con un poco de culpa.
La culpa en este llamado no es la conciencia moral, no es el sentimiento de
malestar por la muerte producida, la culpa es la bisagra que aminora la
condena psíquica propia del sujeto. La muerte producida por el sujeto trata
de ser insertada en un sistema simbólico, pagarla. Pago la muerte que hice con
esta deuda: la condena.

La culpa bajo estas coordenadas no es un indicador de una resocialización


adelictiva, no es factor que nos permite asegurar que no habrá reincidencia.(ver
el capítulo: "el lugar de la culpa ...")

HOMICIDIO Y REHABILITACION

El saber cotidiano de la cárcel ubica al homicida como el transgresor que con la


condena carcelaria mejor se reposiciona frente a la ley transgredida. No
dispongo de estadísticas, pero el saber popular carcelario reconoce al homicida
como el delincuente primario por excelencia. El saber carcelario reconoce que
el homicida que tiene buena conducta en el penal es el transgresor
verdaderamente arrepentido. El que ha cometido un error en su vida, y que con
la condena lo está pagando. Desde un punto de vista criminológico, estos
decires y saberes contienen una alta eficacia simbólica. No obstante, resta que
ese homicida se restituya frente a la ley que ha transgredido, y eso lo puede
hacer desde la subjetivización del delito y con la escucha jurídica de un
juez.(ver el capìtulo: "la reincidencia")

EL ODIO Y EL HOMICIDIO

El odio es uno de los sentimientos que pueden llevar al sujeto a una posición
de precipitarlo a un acto, allí donde no puede mediar una palabra. El odio entre
los linajes no sólo se disuelve en historias de amor, como nos muestra la
literatura en el ejemplo de los Capuletos y los Montescos (Romeo y Julieta);
sino que también – y más frecuentemente – el odio se resuelve en actos de
violencia. . Un acto con odio puede ser un acto criminal.

El homicidio puede ser el emergente del odio acumulado en el sujeto. El odio


es un sentimiento disfórico y destructivo, tanto en la modalidad auto como
heteroagresiva. El odio es un sentimiento que puede ser mediatizado a través
de palabras; pero como tiene una connotación negativa y peyorativa se
acumula en el pensamiento, no se lo habla, e inunda paulatinamente la
subjetividad del sujeto. Este abnegamiento del odio en la subjetividad del
sujeto, sin vías de salida, puede precipitarse en un pasaje al acto o incluso en
un acting out impulsivo que los recursos subjetivos no pueden contener o
frenar. Allí en ese punto puede aparecer el homicidio.

He notado que clínica y criminológicamente , puede haber – al menos – dos


variantes del odio en un acto homicida.

En la mayoría de los casos, el homicidio es una expresión del drenaje


incontrolado del odio, ya sea en sus variantes de muerte directa al otro, al que
se odia; o de muerte de un tercero de la relación especular de odio. El primer
caso corresponde al clásico conflicto interindividual de odio latente entre los
sujetos, en donde uno de ellos termina aniquilando al otro. La segunda
modalidad corresponde al caso donde el sujeto alberga odio en su subjetividad
y el acto impulsivo es un factor reactivo, a otro imparcial, por ejemplo él odia a
su padre, este odio se desplaza a la autoridad, y termina matando a su jefe.-

Además de esta modalidad, he podido notar que el homicidio puede emerger


como un intento de curación del odio en el sujeto. Es una vía de curación
trágica y fatal pero lo es. Se trata del caso en que la muerte inflingida al otro
libera al sujeto de la carga disfórica del odio. El sujeto se emancipa fatalmente
del odio, causando una muerte.
El homicidio como intento de curación del odio se diferencia del homicidio como
drenaje incontrolado porque representa un esfuerzo del sujeto por representar
al odio en su emancipación. Es un intento por despojar la subjetividad de la
representación del odio. Ocurrida la muerte, la subjetividad se pacífica, y
puede albergar otro tipo de representaciones afectivas. Allí donde existía el
odio puede existir otro sentimiento que no sea destructivo, como por ejemplo la
timidez, la melancolía, incluso el cariño.

Cuando el homicidio es sólo un drenaje incontrolado de odio este acto no


modifica la subjetividad, después de la muerte, el sujeto continúa siendo
nombrado, representado e identificado al odio como punto significante de su
personalidad.

El homicida que actúa bajo el efecto del odio, en la modalidad drenaje


incontrolado, se puede decir que la muerte es una muerte del otro del conflicto,
mata al que le despierte el odio latente.

He comprobado – con no poca decepción- que el acto homicida no interroga al


sujeto. El tiene una lista de justificativos, excusas y prejuicios que dan cuenta
para él del acto de matar. El no se pregunta porqué lo ha matado ..."lo ha
matado, y ya !!!". es improbable que relacione que el impulso homicida se debe
a que yace odio en su subjetividad. También es posible que no se
responsabilice por el homicidio :"sano no lo hubiera hecho". Así planteado el
homicidio, desde el punto de vista del posicionamiento subjetivo, nada se
modifica. Este homicidio, este acto transgresor no modifica el odio que contiene
la posición subjetiva del sujeto.

Este contexto psíquico se modifica en los casos que el homicidio ocurre como
un intento de curación del odio. En primer lugar, el homicida mata al otro del
conflicto tratando de matar al odio que yace en su persona. En estos sujetos el
odio ya no es tan solo una brasa encendida y oculta en su subjetividad, sino
que es, más bien, una pesada carga en su persona.

La fuente del odio en este momento ya no se encuentra activa, acuciándolo al


sujeto. El odio es un sentimiento siempre latente y puesto a encontrar un objeto
en el cual descargar su contenido afectivo. Pero no siempre se encuentra en la
misma fase. Un homicidio como intento de curación del odio ocurre cuando
este se encuentra estabilizado en la subjetividad. El odio se encuentra
estabilizado pero no desactivado. Se encuentra estabilizado, pero su presencia
genera un malestar subjetivo al sujeto.

El acto homicida interroga al sujeto sobre su odio. Este acto homicida puede
ser relacionado con el odio que yace en su persona. El homicida se
responsabiliza por el homicidio y también por el odio, como fuente del acto
transgresor. Lo fundamental es que este acto transgresor puede dar paso a un
cambio en el posicionamiento subjetivo, puede mover el odio en la subjetividad.
Este homicidio puede vaciar el odio de la subjetividad, y que en ese vacío se
albergue otra clase de sentimiento y representación afectiva.
Estos dos tipos de homicidio bajo la modalidad del odio no se concretan por si
mismos. Ello quiere decir que el sujeto realiza el homicidio en una de las
modalidades del odio pero ese nombre del acto del odio tiene que ser
nombrado. En el caso que más nos interesa, desde el punto de vista de la
rehabilitación, tiene que existir una instancia instituyente que nombre al
homicidio como un intento de curación del odio. Esa instancia instituyente es el
orden legal, es la Justicia .... es la sentencia del juicio dictada por los jueces, en
tanto representantes de la Justicia.

Uno de las características psicológicas más llamativa es la función de


dependencia del sujeto. El sujeto necesita que el otro lo nombre, él no se
puede nombrar por si mismo. La historia comienza con el nombre propio y se
perpetúa en los caracteres morales. Sí pepito honguito actúa como un hombre
bueno es porque existió una instancia instituyente, como ejemplo los padres,
que lo nombraron a él como bueno, que lo soñaron bueno, que lo anhelaron
bueno, que le mostraron el ser bueno. Pepito honguito jamás hubiera podido
actuar como un hombre bueno si no hubiera existido una inducción significante
que lo posicione como un hombre bueno.

Un homicidio puede ser incorporado en la subjetividad como un intento de


curación del odio, sólo sí una instancia instituyente nombra al homicidio como
tal. El homicida, por si mismo, no puede hacer el nombramiento. El homicida
puede colocar el homicidio en una posición, pero no puede estatuirlo,
nombrarlo. Ello quiere decir que si existe un homicidio en la modalidad de
intento de curación del odio en la subjetividad y un juez no lo nombra como tal.
Este homicidio sigue siendo una muerte más, y el homicida continua con la
inscripción del odio en su personalidad. Ver el caso C2.-

Los casos de homicidios ocurridos como un intento de curación del odio son
poco frecuentes. En una población de 42 homicidios sólo 2 de ellos pude
ubicarlos en esta categoría. Las estadísticas nos dicen que aproximadamente
el 4% de los homicidios podrían deberse a esta modalidad psíquica. Si bien, es
baja la frecuencia, estos pocos casos bien merecen que nuestra escucha esté
preparada para registrarlos.

A su vez, no todos los homicidios ocurren por el efecto del odio. En la misma
población de 42 homicidios pude distinguir 5 casos de drenaje incontrolado del
odio (12%).-

ODIO:drenaje incontrolado

ODIO: intento de curación

1. muerte al otro del conflicto


2. la fuente del odio está continuamente activada.
3. El acto transgresor no modifica la posición subjetiva de odio del
sujeto.
4. El acto homicida no interroga al sujeto.
5. El sujeto no relaciona el acto homicida con el odio.
6. No se responsabiliza por el odio ni por el homicidio
1. mata al otro del conflicto, tratando de matar al odio que yace en su
subjetividad
2. en el momento del homicidio la fuente del odio no está activada. Se
encuentra estabilizada.
3. El acto homicida interroga al sujeto sobre su odio.
4. Se responsabiliza por su odio y por el homicidio.
5. El acto homicida puede modificar la posición subjetiva del sujeto, y
en especial en torno al odio que vive en él.

CASO CA.:

Este interno ingresa al penal con la causa de lesiones graves. Al interrogarlo


acerca de los motivos por los que ha sido encarcelado, y captando la versión
del interno, refiere que había estado manteniendo relaciones con una mujer
que era casada, es decir, que se había constituido como amante en una
situación extramatrimonial. Esta situación toma una presión social extra, en
tanto se hace conocida en el barrio, y un buen día el esposo de esta mujer
regresa anticipadamente del trabajo, como suele ocurrir en muchas de estas
historias, y lo descubre a él en esta difícil situación. El en su relato muestra
claros elementos que su posición ante este hecho no es la típica posición del
amante, atrapado in fraganti. El en el enfrentamiento con el esposo traicionado,
además, de proceder a la propia defensa procede a un ataque brutal. La
mayoría de los amantes cuando son atrapados en una situación transgresora
tratan de defenderse y de recurrir a la huída. Los amantes tienen, sí es que
pueden , la posición de la defensa y de la huída. El interno CA reconoce, y en
su relato da claras pautas, que se defiende y agrede con extrema brutalidad,
hasta tal punto que es atrapado y condenado por lesiones gravísimas.

La posición subjetiva ante el delito cometido nos muestra a un sujeto


consciente de los hechos, que no se arrepiente de la dinámica de estos, y que
ha encontrado en la cárcel una posición que le es favorable, va a decir que en
la cárcel "esta bien".

La familia del interno está compuesta por una mujer que es su concubina con la
cual tiene 6 hijos. A partir del momento en que el ingresa en la cárcel trata de
conseguir una serie de beneficios judiciales por la situación de pobreza y
abandono a la que queda sumergida su familia a partir del momento en que
queda detenido.

Acorde a la etapa del ingreso al penal, y en su consecuente diagnóstico, en el


informe refiero, que es un sujeto impulsivo, que reconoce el hecho delictivo,
pero que la penalización no le implica un castigo por la transgresión cometida.
El toma a la condena como una circunstancia más de la vida, no como un
castigo, sino como una circunstancia cualquiera como pudo haber sido
perder un trabajo, haber realizado el servicio militar o haber sufrido un ataque
hepático, es decir la condena es una circunstancia más de la vida. No puede
involucrarse que su posición no fue sólo de la defensa y la huída, sino que su
actitud fue defenderse, atacar con suma brutalidad y en la modalidad de
destrucción al Otro. E incluso, por la lectura de las pericias forenses, su ataque
da cuenta de un alto montante de agresividad contenida y descargada en ese
momento.

Este sujeto es reacio a tener entrevistas psicológicas que lo aproximen a otra


posición subjetiva que la que ya posee. Es más, él tiende a buscar con su
relato que el Otro se compadezca de él, en tanto esta escucha penitenciaria, no
obedece a su necesidad, él decide no concurrir.

Tenía conocimientos de manera extraoficial que el interno estaba gozando de


una serie de licencias por motivos socioeconómicos a su familia, decido
entrevistarlo, allí puedo escuchar que este sujeto, por las pausa y la modalidad
del relato - a la manera de una tartamudez – que algo del orden de la
agresividad estaba en su fantasía, ya sea esta consciente o inconsciente, trato
de indagar cuál es su situación familiar, y empieza a mostrar indicadores que
esa agresividad estaría canalizada hacia la figura de su mujer, sin explicitar, los
motivos por los cuales enfocaría la agresividad hacia ese objeto. Esta es una
inferencia. Ante ello decido consultar al Oficial que varias veces lo ha
acompañado a la licencias familiares, él me comenta que ha notado un extraño
cambio en las actitudes del interno durante las licencias. En la última licencia,
va a buscar a su mujer al no encontrarla- le comentan que esta se habría ido a
trabajar- él ante este hecho, estando sus 6 hijos en la casa, decide
inmediatamente regresar al penal. Es decir, que se puede opinar desde lo
penitenciario con bastante autoridad, que el interno no responde al objetivo de
las licencias, que el objetivo no es el acercamiento familiar. Sus 6 hijos quedan
totalmente decepcionados y desamparados por su padre en aquella licencia.
De esta actitud se infiere que el objetivo implícito, y hasta casi obvio, de la
licencia es descubrir a su mujer en una situación que la comprometa. Ante este
informe verbal del oficial y ante mi hipótesis psicológica, decido informar al
Director del Penal y concurrir a los TRIBUNALES para hablar con los jueces
que entienden su causa. Les informo de mi apreciación, de los comentarios de
los guardiacárceles y de la hipótesis general que se desprende de la
conjunción de estos saberes. Les dejo explicitado que no le concedan licencias
porque representaría un peligro para su mujer y para algún tercero.
Recordándoles que el interno conjuga el par agresividad-impulsividad en su
perfil, que al tener estas actitudes durantes la licencias estaría encubriendo
alguna situación que no es la del acercamiento familiar. Los jueces me
agradecen la visita, me refieren que van a tener en cuenta mi opinión. No
obstante, transcurrido breve tiempo, continuán otorgándole licencias. Ante ello,
volvemos a comentarlo con el Director, quíen con un criterio distinto al de los
jueces, decide reforzar las custodias en las licencias para que no ocurriese
alguna situación desagradable durante las licencias. El director está de
acuerdo, que si bien su comportamiento en el Penal es correcto, puede
encubrir a un sujeto sumamente violento. Le pido al Director que envié a la
Asistente Social a comunicarle a la mujer de los comportamientos y actitudes
del interno, y que sí ella está mantenido una relación con otro hombre, que
traté de saber que el interno presume de esta situación y que esto puede ser
una situación peligrosa para ellos, es decir que regularice su situación para
evitar alguna consecuencia desagradable.
Al leer los informes de la Asistente Social se puede percibir con toda claridad
que su hipótesis de trabajo no coincide con la hipótesis del psicólogo.

El día 2 de octubre, el interno mata a su concubina en la cárcel mientras están


en la celda destinada para la relaciones íntimas. Le produce cortes, con un
tallador de madera, en el cuello que le provocan inmediatamente la muerte, él
se entrega a la guardia interna.

Una mirada amplia de esta historia criminológica, y su consecuente


comprensión analítica, nos permite nombrar a este recorrido como de lesión
gravísimas al homicidio planificado. Este recorrido nos permite encontrarnos
frente a un sujeto para el cual el daño al OTRO es una circunstancia posible, y
es un punto significante en su vida. Debemos reconocer que tanto en las
lesiones gravísimas como en el homicidio, un homicidio calculado,
premeditado, el sujeto frente al daño al otro se posiciona desde el punto de la
conciencia, es decir hay un acto que es pensado y desde allí se lo ejecuta.
Podríamos pensar que el homicidio de esta mujer pudiese haberse realizado en
su domicilio de no haber mediado una rigurosa custodia de los penitenciarios
durante las licencias. La cuestión pensada se refuerza por las variadas
licencias que no perseguían un acercamiento familiar. El interno al verse
imposibilitado de realizar su acto vengativo por la estricta vigilancia, entonces lo
realiza en la única situación en la que no goza de custodia, durante las visitas
intimas.

La premeditación del acto de daño al otro también está sustentada por el orden
cronológico. El interno recibe una carta denunciando la infidelidad varios días
antes de proceder al homicidio, durante ese lapso tuvo varios encuentros con la
víctima, encuentros en los que no hubiera podido materializar "lo calculado" del
daño al Otro(pues lo vigilaban los custodios). Tampoco intento por la vía de la
descarga de la palabra mediatizar la agresividad dirigida al partener, pues
podría haberle dicho a su mujer, ni bien se entera de la carta, cúal es su
opinión y sus sentimientos hacía ella. El no habla, calcula y actúa.-

Otro de los elementos que nos permiten sostener su ardid de daño al Otro, es
el engaño. El se encarga de engañar a la Asistente Social y a los jueces, a
ellos les muestra objetivos que no son sus intenciones. Este ardid es todo un
cálculo.-

Desde el saber forense se me informó que un sujeto bajo el efecto de la


emoción violenta no calcula solo cortar el cuello para matar a una persona, sino
que su furia es ciega en el acto criminal, e indiscriminada en el ataque al
cuerpo. Este es un ataque medido y calculado a una parte del cuerpo.-

Este transgresor tiene un posicionamiento subjetivo ante el homicidio en la que


este no le representa una transgresión ante la Ley, en tanto esta sea un valor
significante en su personalidad o en su escala de valores morales. Este sujeto
está por fuera de la Ley y los intentos de reinsertarlo entre sus márgenes son
estériles.-
Los decires populares del ámbito social en que se desenvolvía C.A. refieren
que cuando él tenía 18 años estaba jugando un partido de fútbol, allí un jugador
rival realiza una maniobra con la pelota en la cuál él queda totalmente
desairado. Presa de la furia y la humillación se retira del campo deportivo. Se
queda a la vera de un camino vecinal esperando al osado jugador rival para
cobrarse la revancha. Lo asesina por la espalda con un cuchillo, refiere el dicho
popular. Ese crimen, que verdaderamente ocurrió, quedó impune.

C.A. nos muestra que el crimen emerge allí donde no puede instalarse una
palabra que de cuenta de su situación subjetiva.-

C.A. es un sujeto en el que la transgresión a la Ley es un tránsito sin retorno.-


es un transgresor incorregible.-

CASO C2

A la salida de un baile se dirige a comprar un par de sandwiches para él y su


primo, para matizar las anécdotas de la fiesta, y también para suavizar los
efectos del alcohol en el cuerpo. En ese momento el lider de una patota le
intenta arrebatar los sandwiches, él se niega y comienza la riña callejera. Eran
8 personas pendencieras, también ebrias, en contra de su persona. Su
habilidad para la lucha, su juventud y un coraje adrenalínico lograron que se
mantuviera en pie y ofreciera la resistencia suficiente para encontrar los
segundos necesarios para sacar un puñal de su bota ... ejecutar un impulso a
ciegas y terminar el conflicto con la muerte de uno de ellos.

El juicio se caratula Homicidio y la condena es 8 años, el mínimo de pena.

C2 declara en el juicio una versión ajustada a la veracidad de los hechos. Él


está disconforme con la sentencia, porque no lo declararon una muerte en
exceso de la propia defensa. Los jueces con su sentencia dan consentimiento a
la figura del homicidio. Siente que a él no le creen.

Quíen es C2?

Es un jóven campesino adherido a la cultura del trabajo rural. Es un joven


respetuoso de los valores de su familia y en especial de su madre. El es el hijo
que más acompaña a su madre, y él que más la acompaña económica y
afectivamente. C2 es hijo de un padre ausente. Este abandona a la familia por
motivos desconocidos. Este padre era profesional y con su huída se emancipa
de una joven campesina, que se había enamorado ciegamente de él. C2 odia
conscientemente a su padre por su cobardía, por su acto de huir ante los
conflictos "se ha ido porque seguramente tenía problemas ... no sé cuales
habrán sido los problemas, pero los que hayan sido no se justifica que la haya
dejado sola a mi vieja y a nosotros2
C2 es prisionero del odio a su padre. C2 crece en una red familiar de odio. No
sólo incorpora el odio de su madre al padre ausente, sino también el odio de la
madre de su madre. La abuela siempre odio a su hija, por motivos indefinidos
pero tremendamente eficaces "ellas han estado sin hablarse 19, 20 años". La
abuela también lo odiaba a C2 "por haber roto una maceta".

A los 12 años, matan a uno de sus hermanos, en un episodio confuso que da


lugar a una muerte jamás esclarecida ni juzgada. Nuevamente el odio se
resignifica en toda la familia de C2.

C2 , como no es sorpresa, muestra en su perfil psicológico a un joven


impulsivo, rebelde a la autoridad, oposicionista y con una escasa o nula
tolerancia a la frustración. Estos elementos psicológicos se desprenden casi
inexorablemente del ambiente familiar en el que ha crecido ... estos elementos
psicológicos actúan en la muerte ocurrida.

C2, luego de muchas sesiones, pudo aceptar su responsabilidad múltiple en la


muerte ocurrida. Recién después de un largo tiempo pudo incorporar que la
estructura del odio que yace en su subjetividad dio emergencia al homicidio,
como un acto impulsivo allí donde no pudo resolver un conflicto con palabras.

C2 ante esta escucha psicoanalítica pudo construir con palabras una


representación de su vida, pudo acercarse a construir, que si bien, es
responsable de la muerte ocasionada, esa muerte podría ser un intento de
curación del odio en su subjetividad ... pero como esta representación no fue
nombrada por los jueces que lo condenaron, no pudo cristalizarse en su
subjetividad. Es decir, la escucha de los jueces no pudo nombrar que el
homicidio de C2 fue un homicidio como un intento de curación del odio de su
subjetividad, este homicidio quedó como una muerte más, y la subjetividad de
C2 continúa inscripta con un montante elevado de odio.

Considero que C2 pudo subjetivar el delito cometido; no obstante, no haber


podido cristalizar al homicidio como un intento de curación del odio en su
subjetividad.-

CAPITULO : LA NEGACION DE LOS VIOLADORES

CONTEXTO HISTORICO Y CULTURAL DEL DELITO SEXUAL

La lengua materna preexiste al niño cuando nace y lo determina. El niño va a


aprender la lengua materna y no podrá olvidarla jamás. Puede aprender otras
lenguas, incluso no hablar la lengua materna, pero olvidarla no le es posible. La
adquisición de la lengua materna es una determinación cultural, y una
determinación radical e inexorable.

El hombre percibe el contexto histórico y cultural en el que está inmerso e


incorpora los puntos significantes de ese contexto a su personalidad. El
contexto cultural e histórico preexiste al sujeto y lo determina. La incorporación
de puntos significantes del contexto en la personalidad no es una elección
consciente sino una inducción determinante.

Toda cultura se construye por la incorporación de pautas sexuales. Estas


pautas sexuales no son necesariamente conscientes. La vida sexual del sujeto
está condicionada por las pautas incluídas en el sistema cultural. La única
conducta sexual que ha sido proscripta en todas las culturas es el incesto
materno-filial. El resto de las conductas sexuales humanas se escapa de
la represión cultural. Además existe ambigüedad cultural en torno a ese gran
resto de conductas sexuales humanas. Es decir que, no existe un criterio único
de sanción moral. Por ejemplo, en las normas culturales de algunas islas
oceánicas la transmisión de la virilidad se realiza a través de la donación del
semen del padre al hijo, por vía anal. Lo que en nuestra cultura occidental sería
un delito penal en aquellas islas es un rito de iniciación. Otro ejemplo es la
bigamia, ampliamente aceptada en las culturas orientales y penada en las
culturas occidentales.

Uno de los pilares de la cultura occidental es el mito del protopadre, el padre de


la horda. Este padre disponía a su total arbitrio de la vida de los hijos y de las
mujeres de la horda, incluída las conductas sexuales. El poseer sexualmente a
todo aquel que se desee es una pauta cultural que preexiste al sujeto, desde
una lectura de este origen. Si bien es cierto que se ha proscripto esta libertad
sexual del más fuerte sobre el más débil; también es cierto que la única
conducta sexual afectivamente reprimida es el incesto materno-filial.
Todas las restantes conductas sexuales son plasibles de ser concretadas,
desde la legalidad inscripta en la subjetividad.-

A este marco sexual sobredeterminado, ambiguo e incierto se le agrega la


dificultad de legislar sobre la conducta sexua l humana. Por ejemplo, nuestro
Código Penal no contempla el incesto paterno -filial. Los delitos sexuales de
padres a hijos se condenan bajo las carátulas de abuso sexual o violación, esta
indefinición penal es una determinación significante a la conducta penal. Desde
el punto de vista psíquico, el hecho que la violación paterno -filial no esté
legislada expresamente como delito es un punto de incertidumbre que genera
un acceso posible a la transgresión.-

Estas apreciaciones nos llevan a inferir que cada sociedad determina qué es
delito sexual, cómo se sanciona, etc, etc. No existe una concepción a priori del
delito sexual. El homicidio, al contrario, es el delito princeps, es el delito por
antonomasia. El delito sexual cabalga por una doble ambigüedad e indefinición
la histórico-cultural y la penal.

Estas consideraciones del contexto histórico-cultural del delito sexual no están


escritas con el objetivo de disculpar o atenuar la condena del transgresor
sexual, sino a los efectos de ampliar la compresión del delito sexual. Lo que
permitiría a los miembros del sistema jurídico-penal poder trabajar en la
rehabilitación del delincuente sexual. Los juristas no podrán colaborar con la
subjetivización del delito sexual sin una comprensión exhaustiva del mismo.
En otras palabras, el delito sexual por aberrante que sea, no es un acto
delictivo inequívoco en la subjetividad. Ello quiere decir que a niveles
subjetivos la única conducta sexual prohibida es el incesto materno-filial. Todas
las demás conductas sexuales, en los estractos arcaicos de la personalidad
pueden estar concebidos. Nuestra cultura se asienta en el mito del protopadre,
el cúal poseía libertad para poseer sexualmente a todas las hembras de la
horda, incluídas sus hijas. Este mito puede tener sus puntos significantes aún
anclados en la subjetividad del transgresor. Otro ejemplo es la violación de un
adulto a un menor. Este acto también es aberrante en nuestra cultura. Pero en
otra cultura es un rito de iniciación. Es decir que no existe un criterio subjetivo
unívoco para este tipo de conducta. Incluso en los orígenes de la cultura greco-
romana las relaciones homosexuales con menores eran ampliamente
toleradas, e incluso estimuladas. Para el griego libre tener un mancebo, al que
sometía sexualmente, era casi una costumbre necesaria.

LA NEGACIÓN PROPIAMENTE DICHA

Negar el acto delictivo es una estrategia constante en el sujeto que ha


transgredido la ley. Negar la autoría y participación en el delito es una
estrategia del sujeto ante la instancia judicial. Esta negación en el hecho
delictivo cobra incluso el valor de una auténtica defensa, en tanto la legislación
vigente contempla que el acusado no debe obrar ni declarar en su propia
contra. Es la instancia fiscal y la parte demandante los que deben probar la
culpabilidad del acusado. Entonces, su negación es parte de su defensa.-

He podido comprobar que una gran mayoría de los delincuentes recién


después del juicio, y cuando en él han sido condenados emerge la verdadera
versión del delito. En este momento, la negación del hecho delictivo no cobra el
valor de una defensa para el sujeto. Ahora la negación es como un tapón que
impide que la verdad drene en palabras para producir la descarga emocional
que el shock de toda transgresión necesita. Todo ser humano que ha
transgredido necesita contar la transgresión para poder expiar para si mismos
la culpa. Entonces, los internos recién en el penal y después de haber sido
condenados comentan su verdadera versión ante el delito.-

Entre los delincuentes, el violador destaca en su posicionamiento subjetivo una


llamativa particularidad. Se podría decir que prácticamente el 90 % o aún mas
de los sujetos acusados del delito de violación aparentan tener un único
posicionamiento subjetivo ante el delito : negarlo. La negación generalmente es
propia , y hasta taxonómica, del sujeto que es acusado de violación. Ellos
niegan antes , durante y después del juicio. La negación es estructural en torno
al acto transgresor. La negación del hecho delictivo es parte estructural de los
violadores.

En la clásica clasificación de la transgresión formada por el ladrón, el homicida,


el estafador, y el violador este último es el que ha hecho un bunker de la
negación. El violador es un negador sistemático del hecho delictivo. Ellos no
utilizan a la negación como un ardid o estrategia defensiva judicial. Considero
que la negación es todo un posicionamiento subjetivo, tanto en su faz
consciente como inconsciente, del acto delictivo. La víctima los reconoce,
el ADN los identifica, los testigos no dudan, pero ellos refieren "no he sido, se
equivocan yo no soy". Incluso cuando la víctima es la hija o hijastra aducen que
ellos no han sido que "no puede ser porque siempre han sido tan buenos que
nunca le harían una cosa así.".

Entonces es preciso hacer un análisis desde la mirada psicoanalítica de lo que


está ocurriendo aquí en torno al posicionamiento subjetivo del delito. El violador
está diciendo a la ley "yo no lo hice", "yo no fui", "esto no es así", lo dice de una
manera tan taxativa que su versión en aras de la realidad, se convierte en una
versión delirante, delirante en tanto está alejada de la realidad. Cuando el
sujeto posee un discurso que le es propio, que no coincide con la realidad,
desde una aproximación psiquiátrica, podríamos decir que se trata de un
DELIRIO. Cuando el curso del pensamiento no coincide con la realidad
estamos ante una idea delirante. Creo que provisoriamente podríamos
considerar a la versión del violador como una versión delirante, en tanto la
negación de la realidad da cuenta que el sujeto en la estructura de su
pensamiento alude a algo que no coincide con la realidad de los hechos. Es
decir, propongo nombrar al posicionamiento subjetivo del violador como
un posicionamiento delirante.

LA ESPECIFICIDAD DE LA NEGACION

Al recorrer las distintas versiones de un violador, podemos encontrar puntos


significantes en torno a la especificidad de la negación. Veamos algunos
ejemplos de sus versiones :

.-"yo no he sido no estaba en ese lugar"

.- "he estado con ella esa noche, pero no he sido yo, me culpan porque he sido
el novio"

.-"yo no la he violado, yo tuve relaciones sexuales, pero porque ella quizo"

.-"ella subió al camión, yo no la busque ... me dijo que era casada, con dos
chicos, y que el sueldo de maestra no le alcanzaba ... arreglamos por $20., yo
solo tenía $10, se puso como loca, y le tuve que pegar para defenderme"

.- "es mi hija ... yo no le haría una cosa así ... ella salía mucho ... se iba al baile
y volvía a cualquier hora ... vaya a saber con quién ha estado?"

Estas muestras de las diferentes versiones ante el hecho delictivo nos


muestran que si bien algunos sujetos niegan la autoría del acto sexual, otros la
admiten. Pero se puede extraer que el verdadero núcleo de la negación es el
daño sexual al cuerpo del Otro. Ninguno va a admitir que su acto sexual
ha dañado al cuerpo del otro. Lo intolerable para el sujeto es aceptar que
ellos han dañado sexualmente. Por ello es que algunos aceptan el acceso
carnal, siempre y cuando el cuerpo no este dañado. El consentimiento de la
víctima al acto sexual elimina la posibilidad del daño, por eso recurren a
versiones en los que de una u otra forma la víctima acepta el encuentro sexual.

Ante ello debemos preguntarnos, qué es lo intolerable de dañarlo sexualmente


al cuerpo del Otro? Pues ese punto significante es la clave de la negación.
Creo que es menester considerar que el daño sexual al cuerpo del Otro se
articula en torno al eje de la castración. El encuentro sexual con el cuerpo
del otro es del orden del daño, sí se encuentra dentro de la endogamia. El
violador comete el acto sexual en una escena incestuosa desde su
subjetividad.Este es un saber transmitido desde la Antropología y confirmado
desde el Psicoanálisis. Entonces, al encuentro sexual el violador lo realiza en
una escena dual e imaginaria no mediatizada por lo simbólico. Lacan va a decir
que la inscripción sexual da cuenta de lo simbólico(seminario 3 –1955 –clase
5). Incluso, he podido comprobar, con la escasa asociación libre que se puede
extraer de estos sujetos, que la escena de la violación se conecta con escenas
incestuosas en la cadena significantes.

Por ello considero que es pertinente cotejar el posicionamiento subjetivo del


perverso(fetichista) con el posicionamiento del violador porque el primero es el
sujeto princeps en torno a la imposibilidad de acceder a la castración.-

La historia de la psicopatología en Salud Mental nos muestra que la estructura


de personalidad de los perversos está sostenida en el eje de negar una
realidad objetiva y subjetiva, su negación radical es la denegación de la
castración materna. Hasta coincide con el violador, porque este también
pretende negar una realidad objetiva. Los perversos fetichistas construyen un
objeto fetiche en el lugar de la denegación de la castración, castración que no
pueden asumir. Los violadores no son , en su gran mayoría, sujetos perversos
desde un diagnóstico psicopatológico psicoanalítico; pero sí se podría decir que
ambos grupos mantienen una equivalencia simbólica: deniegan la castración.
Ya dijimos que el perverso deniega la castración materna; mientras que el
violador denegaría la propia castración. Ambos deniegan la castración en torno
a lo sexual, lo cual no es una coincidencia menor.

EJE SUBJETIVO

PERVERSO

VIOLADOR

CASTRACIÓN

DENIEGA LA CASTRACIÓN SEXUAL MATERNA

DENIEGA LA PROPIA CASTRACIÓN EN EL PUNTO SUBJETIVO SEXUAL


Estas revisiones y reflexiones en torno a la articulación del sujeto y la
castración nos lleva a plantear la hipótesis, como un intento probable de
respuesta, a nuestro interrogante por reconocer lo intolerable de dañarlo
sexualmente al Otro, que cabe el siguiente criterio lógico en la estructura del
ICC, como Lenguaje. El sujeto violador se posiciona frente a un gran Otro,
a un Otro no castrado. El sujeto violador está estructuralmente fijado a un otro
no barrado, perfecto, no castrado. El violador , de alguna manera, en su
relación con el otro se ubica solo en el plano imaginario. Pues no está regido
por la barradura del Otro.. Entonces, sí el cuerpo del Otro recibe un daño en su
cuerpo, esa herida se representaría como un no todo, como un punto de no
perfección. Entonces, es impensable, indecible, imposible que este sujeto dañe
sexualmente al cuerpo de otro, porque eso sería inscribirle la castración al gran
Otro. Recordemos que el sujeto inscribe su ser en relación al Otro, él está
sujetado a la esencia del Otro, y no a la inversa. El gran Otro jamás puede
conformarse por su relación contingente al Sujeto. El gran Otro preexiste al
Sujeto, y no viceversa.

Un ejemplo clínico puede aportar mayor claridad, todo parecía indicar que
estaba llevando a cabo otra entrevista en la que emergía como destacado la
negación de los violadores :

"me han condenao sin tener ninguna prueba, no me han hecho el ADN, no me
han encontrao el arma con que dicen que los he amenazao ... mi abogado me
ha dicho que no declare porque si nada me acusaba de qué me voy a defender
... ese día no estaba el slip que me habían secuestrao. Los jueces me habían
dicho que si quería me retire del juicio, que ellos me iban a llamar cuando sea
necesario, pero yo les dije que me quería quedar ... los dos me acusan, ella es
una mujer grande, y el es un maricón ...yo que soy un pendejo que.. "

El interno no reconocía que las dos víctimas lo reconocían como autor de la


violación, no reconocía que esta era una prueba contundente de acusación,
hasta que de repente dijo :

" A mi no me ha condenao mi familia, ellos me creen ... mi familia y Dios son los
que me van a condenar..."

El violador es un sujeto que vive dos juicios, y el segundo no se lleva a


cabo, salvo que tenga su propia confesión, razón más que suficiente para
no admitir su delito.

El saber carcelario y criminológico nos muestra que el interno cuando ha sido


condenado en juicio, recién puede admitir en su versión la autoría del delito. La
ley lo ampara a no declarar en su contra. Entonces, recién después del juicio
se conocen por la palabra del transgresor la transgresión cometida. Esta
dinámica ocurre en casi todas las variantes del delito, excepto en el violador .
Este tipo de transgresor continua negando su autoría del delito, aún cuando ya
haya sido condenado.

Es llamativo como para la Justicia son evidentes las pruebas que lo incriminan,
y ellos continúan negando su participación en la transgresión, se encargan de
desvirtuar las pruebas que lo incriminan con todo tipo de argumentos y
excusas, algunos argumentos son increíblemente inconsistentes, pero para
ellos detentan la verdad absoluta.

Esta negación, de dónde extrae su fundamento, y cuál es su propósito?

Desde una lectura de una lógica inconsciente del posicionamiento ante la


castración ya fue realizada una interpretación (arriba expuesta). Ahora este
interno aporta una nueva lectura para interpretar el argumento de esta
negación. El violador se enfrenta a un doble juicio. Por un lado está el juicio
penal, el de la ley y la justicia social; pero también está el otro juicio : el juicio
de la conciencia moral y familiar.

El primer juicio se basa en recoger las versiones de la víctima y el acusado, y


en un conjunto de pruebas objetivas que ayudan a dirimir el conflicto de
versiones. Luego un jurado emite una sentencia.-

El segundo juicio, se basa en una sola vía de recolección de datos : la versión


del acusado. Es su conciencia moral y la creencia de su familia la que emite la
sentencia. Este juicio sólo puede dictaminar culpabilidad sí el acusado se
incrimina en el delito, sí declara y asume la culpabilidad. Todas las otras
pruebas carecen de valor a la hora de la sentencia. Entonces, mientras él no se
declare culpable el juicio nunca se inicia o bien nunca concluye.

Porqué los otros tipos de transgresores no se someten a este juicio?

Porque la conciencia moral y / o la creencia familiar no se ven cuestionadas por


la autoría del delito. La familia sabe que es nervioso, impulsivo, y que "algún
día se puede mandar una macana";además el delito no involucra a la moral
familiar. El carácter impulsivo, agresivo, nervioso se debe a un defecto de la
biología, "así lo ha hecho Dios", o "a las malas compañías". Estos son fuertes
argumentos para que un homicida no necesite de este segundo juicio. En el
caso de los ladrones, el justificativo económico es suficiente para no necesitar
el segundo juicio.-

El violador al negar su acto transgresor no puede subjetivar el mismo. Además


es tan tajante que él no ha sido, que llegan a sugestionarse que ellos no han
sido. De esta manera quedan condenados con mayor probabilidad a la
reincidencia. No pocas veces el núcleo familiar refuerza la negación mostrando
un prefiero no saber. La sexualidad es un impulso vital, y cómo tal se extiende
a lo largo de la vida.

LA UNIVERSALIDAD E INTEMPORALIDAD DEL SIGNIFICANTE

Nuestra sociedad continúa siendo una sociedad altamente represora de la


sexualidad. Una prueba de ello es la alta repugnancia que generan los delitos
sexuales. El común de la gente considera aberrante que alguien viole un niño o
una niña; pero no les genera tal reacción los homicidios, las estafas, los delitos
violentos ni los robos. La probable reincidencia de un violador desata encono y
rabia a los jueces y a todos los responsables de la libertad anticipada del
violador. Sí un ladrón reincide es casi un hecho consumado y aceptado
socialmente.

A su vez, y para nuestro malestar, existe la universalidad e intemporalidad del


significante. Ello quiere decir que existen cuestiones significantes que se
transmiten a través del tiempo, sin importar la distancia o los lugares. Ya he
planteado que uno de esos puntos significantes que son universales e
intemporales es la lengua materna. A través de todos los tiempos y en todos
los lugares la lengua materna es una inscripción infalible en las personas. En
todo tiempo y lugar todos aprendieron la lengua materna, no la pueden olvidar.
Aprender la lengua materna por siempre es un significante universal e
intemporal.

El incesto materno -filial es la única conducta sexual que ha sido proscripta en


la subjetividad humana, este es otro significante universal e intemporal. Ello
significa que las restantes conductas sexuales, aún las que constituyen delito,
no han sido eficientemente reprimidas en el psiquismo humano.

La violación es una conducta penal y aborrecida desde un punto de vista social.


No obstante, desde un punto de vista subjetivo la violación es una conducta
que no posee tan radical prohibición. La prohibición genera deseo. Esta es
nuestra realidad subjetiva en torno a los delitos sexuales. Estos por un lado no
están proscriptos en la subjetividad; y por otro lado, están estimulados por una
prohibición que no es totalmente eficaz.

EN SÍNTESIS, la negación de los violadores es una evidencia criminológica, y


a la vez, es un constructo teórico que nos permite adentrarnos en la intrincada
transgresión sexual que cometen estos sujetos. Lo que niegan
sistemáticamente estos transgresores es que con su acto transgresor ellos
puedan dañar, por la vía sexual, el cuerpo del otro. Esta imposibilidad de dañar
el cuerpo del otro que enmascaran con su sistemática negación nos muestran
que son sujetos que han crecido con una imagen irreal de la realidad humana.
Ellos no han percibido que la figura representativa de autoridad – lo que estaría
simbolizado en la imagen del cuerpo – pueda tener imperfecciones. Entonces,
al no percibir las imperfecciones de la autoridad quedan atrapados en una
imagen coagulada de una perfección inexistente. En los violadores esa imagen
de autoridad – la mayoría de las veces – proviene de la madre. Estos sujetos
han vivenciado una matriz identificatoria en donde la legalidad paterna no se
inscribe en la subjetividad de la madre. La constelación materna no ha sido
atravesada por la legalidad de la metáfora paterna en la identidad sexual. Al no
haber sido atravesada la constelación materna por la legalidad ellos la han
percibido como completa, perfecta, omnipresente.

A su vez, la interpretación de la negación de los violadores nos permite


comprender que estos sujetos reniegan del juicio de la Justicia. Esta
renegación de la Justicia la realizan conservando el mutismo en torno al hecho
delictivo. Silencio o negación que nos muestra que lo que a ellos les importa es
el segundo juicio (el juicio de la conciencia moral y familiar). Ya he dicho que
este juicio sólo se ejecuta con la palabra del imputado. Entonces, mientras ellos
no admitan su delito, son inocentes.

¿qué utilidad tendría para un juez o un abogado conocer los fundamentos


psíquicos de la negación de los violadores? El jurista, al igual que los
psicólogos y/o psicoanalistas, con este saber teórico poseen un instrumento
más para tratar de efectivizar a la condena como un castigo por la transgresión
cometida.

La renegación del juicio de la Justicia, en tanto ellos son inocentes en el otro


juicio, nos plantea que la condena para ellos no es operativa en tanto poder
restituir el acto transgresor dentro de los márgenes de la ley transgredida. Ellos
necesitan de otro acto, además de la condena de la Justicia, para poder
percibir que su acto (la violación) es un acto transgresor. Aunque suene a cosa
de psicoanalistas, los violadores en su subjetividad no perciben que su acto(la
violación)sea un acto transgresor. La madre tenía todo lo que la colmaba: su
hijo. Ellos se procuran por todos los medios lo que los colma. Esa lógica
impulsiva opera en su subjetividad, por ello es que el violador tiene una tasa
tan alta de reincidencia.

El violador es un sujeto que no ha contado con un espacio de subjetivización,


en el cual la impronta materna está regida por un orden legal mayor. Ellos han
crecido en la constelación subjetiva sexual con la impronta que lo de la madre
es perfecto. Nada ha separado a la madre de su deseo por su hijo. No hubo un
corte en el deseo de la madre por ser colmada plenamente con el hijo de sus
entrañas. Entonces, ante ese hijo no se ha inscripto fehacientemente una
legalidad que connote que el cuerpo de la madre es diferente del cuerpo del
hijo. No se ha inscripto efectivamente la legalidad del incesto. No se ha
inscripto en el hijo el No al deseo de poseer el cuerpo del otro. Esta prohibición
sólo proviene de la Ley, no puede advenir sólo de la voluntad racional del
hombre.

El jurista mediante su escucha, su palabra y su autoridad tiene que tratar de


generar en el violador la sensación que lo de ellos es un acto
transgresor(sabiendas que la sentencia no ha inscripto esta afirmación), y una
de las vías es la propia madre del violador.-

EL CASO CH.S..

En el escrito de la investigación fiscal, la instructora fiscal da cuenta de lo


siguiente:

argentino, soltero, mayor de edad, jornalero, hijo de María GC., domiciliado en


la callexxxxxx., etc, etc. ....acusado por el delito de violación, en concurso real
con delito de abuso sexual, acontecido el xx de xx de 2001, en ésta ciudad. Al
estimar que se encuentran dados los presupuestos del Art. 281 del CPP. La
instructora fiscal solicita el dictado de la prisión preventiva contra CH. S, luego
alude en que el día XX de XX de 2001, siendo aproximadamente las 12 horas,
llevó al menor de 6 años de edad REM, a una casilla ubicada en la zona de las
vías férreas, a la altura de calle Sarmiento al 600, de ésta ciudad, donde , con
la promesa de darle dinero, lo sometió sexualmente por vía anal, para luego
dirigirse con un menor de 11 años de edad RAO al baño de una estación de
servicio ubicada en ruta nacional 38, acceso norte de ésta ciudad, donde, con
la promesa de entregarle dinero , abusó sexualmente del mismo, tocándole las
partes íntimas, siendo, en dicho lugar, sorprendido por la autoridad policial.

...que ello surge de las pruebas acumuladas en autos consistentes en las actas
policiales de fojas 1, 3, y 4 que da cuenta del hecho con el procedimiento
policial de aprehensión...declaración de Rosa Carmen, madre de la víctima
REM, inspección ocular y secuestro, declaración de la madre del menor René
Alfredo, declaración de la víctima René Alfredo O. Y acta policial averiguación
foja 27, testimonial de César Oscar F. Y de Julio A., de Roberto A. Y de
Gustavo Enrique B. Croquis demostrativos, informes médico policiales y
forenses, informes de laboratorio de la policía de la Pcia., obrantes ello en
carpeta técnica tenida a la vista, que se debe señalar que la ausencia de acta
y/o certificado de nacimiento del menor reconocido por Rosa C. Como su hijo
nacido en agosto de 1994, en la ciudad de Monteros Recibía como nombre
Ramón E. M. .... existen elementos de convicción suficientes como sostener
como probable la participación punible de CH.S. en los hechos investigados,
los que prima fascie encuadraría dentro de las previsiones del art. ....Sin
perjuicio de la más estricta calificación, se dispone la prisión preventiva del
imputado Ch.S., mayor de edad, hijo de Maria Gervasia y de las demás
condiciones personales antes señaladas por el delito de violación en perjuicio
de REM en concurso real con el delito de abuso sexual en perjuicio de Rene
Alfredo O., acontecido el de enero de 2001.

2) disponer el alojamiento del encartado en la unidad carcelaria local.

Ante esta investigación fiscal debemos reconocer que estamos en presencia de


un encauzado que niega su participación en los hechos que se le imputan. En
torno a este acto que se le imputa a Ch.S. debemos mencionar algunos
elementos distintivos: el informe da cuenta que , Ch.S. viola a un menor y luego
sin precisar cual es el tiempo al que alude ésta palabra luego se dirige con otro
menor con el cual también realizaría un abuso sexual. Las características del
primer delito es que Ch.C. toma una posición activa y somete analmente al
menor de 6 años; en tanto que el otro acto delictivo da cuenta con un menor de
11 años ante el cual la conducta no es la misma sino que ante R .A. el
procedería a un abuso sexual tocándole las partes íntimas.

Ante ello cabe preguntarnos si éstos hechos ocurrieron el mismo día, cuál es el
sentido que está expresando en tanto acting out? (consideremos
provisoriamente que se trataría de un acting out el acto del sujeto, llamemos
acto del sujeto todo lo que el hizo el día citado). Este acting out podríamos
desglosarlos en dos hechos: por un lado someter a un menor de 6 años, a un
coito anal en donde el sujeto toma la posición activa; el segundo hecho nos
avisa, no de una manera clara, que Ch.S. tiene un contacto en la forma de
"tocarle las partes intimas" a la victima es decir parecería que hay un acto
masturbatorio de Ch.C. hacia el menor. Ambas acciones conformarían el acto
delictivo a subjetivar.

Voy a destacar que el menor de 6 años es un niño que carece de una filiación,
es un niño que posee una madre que no lo ha inscripto en las vías legales
como su hijo por ello la Justicia debe instar a realizar los tramites legales para
la inscripción del menor en el registro publico nacional, éste menor está
indocumentado. Desde ya creo que es necesario poder asentar este elemento
como punto significante.

Debemos precisar un interrogante: sí Ch.S. tenía algún tipo de vinculo con


estos niños, no da cuenta este informe. Vamos a tratar de pesquisar a través
de esta investigación psíquica si ello es así.

Recapitulando, a partir de este escrito fiscal voy a proponer que el sujeto Ch.S.
realiza un acto psíquico que se le puede desdoblar en dos hechos significantes:
por un lado realizar una violación de un niño de 6 años indocumentado, no
inscripto en la filiación, no inscripto en el Registro Nacional de las personas y
esta violación es de carácter anal, es decir Ch.C. tomó la posición activa ante el
niño( lo viola analmente) y creo que es necesario ubicar que esto ocurrió en
una casilla ubicada a la vera de las vías férreas, es decir a la orilla de un
sendero. El segundo hecho que connota este acto psíquico se trata con un
menor de 11 años ante el cual su acceso sexual es del orden de tocarle las
partes íntimas, es decir es de orden masturbatorio.

Debemos recalcar que no podemos afirmar que esté acto este concluido,
porque el informe dice que el sujeto Ch.C. fue sorprendido por la autoridad
policial en el momento en que realizaba estos actos, lo que supondría que
podría estar inconcluso. También quiero destacar que esta investigación fiscal
pone énfasis que ambos hechos, tanto la violación sexual como el abuso
sexual fueron cometidos a través de la instancia de ofrecer dinero. Aquí se
destaca que con la promesa de darle dinero a ambos niños accedió al contacto
sexual con los mismos.

A continuación voy a tratar de precisar como se desarrolló este tratamiento con


Ch.S.

El había ingresado hacía muy poco a la penitenciaria al momento en que se


produce nuestro encuentro. Se encontraba realmente muy excitado, ansioso y
bajo una tonalidad del orden de la desesperación. Su relato está inscripto en la
búsqueda de compasión del Otro basándose en que él es muy sensible y que
han muerto sus padres. En sus primeras palabras refiere no responsabilizarse
por los actos cometidos, que él no sabe nada con respecto a esos chicos.
Nuevamente el relato de Ch.S. da cuenta de un enorme caudal de ansiedad y
temor a la experiencia carcelaria, él teme a lo que le pueda pasar en la cárcel.
Hay un momento en la entrevista en donde él no recuerda datos filiatorios , no
recuerda su fecha de nacimiento , no recuerda su DNI , me contesta que lava
ropa y hace "changuitas"para vivir. Al padre verdadero no lo conoce , su madre
verdadera(ella es su madre adoptiva desde el punto de vista jurídico) se llama
Maria Ch.; dice que hace 2, 3, 4 años como que ha muerto, que él vivía con
ella. Refiere que recibe el rechazo de la gente pero no puede explicar porqué;
para el solamente es así, él va a decir que solamente hablaba con su madre.
Ch.S. tiene varios hermanos, el constantemente aludía a frase " yo soy
homosexual, yo sé que soy así, desde chico he empezado a jugar con
muñecas y soy así y he sido violado en la infancia, un hombre me ha violado
por atrás, me ha salido mucha sangre, yo estoy roto..., soy homosexual porque
estoy roto y todo..."

Durante el primer mes que se han desarrollado estas entrevistas la dirección de


la cura de este tratamiento fue tratar de brindarle a Ch.C. un espacio donde él
pudiera hablar, donde él registre ser escuchado, un espacio donde no sea
juzgado. Este espacio es muy importante poder trabajar con los internos de la
cárcel por la dificultad de diferenciar la escucha del psicólogo de la cárcel del
objetivo de la escucha de los jueces, fiscales, abogados y hasta de los mismos
guardia cárceles. Este espacio trata de mostrarle que no es un espacio para
ser juzgado ni para que se recojan sus dichos y sean usados en contra suya.
Este primer mes se caracteriza por que su relato da cuenta de una persona
confundida y ansiosa, que en la desesperación está buscando la compasión del
otro porque es muy sensible y porque han muerto sus padres.

En el segundo mes de tratamiento él va a decir: "yo vivía con mi madre cuando


era mas chico y ella me ha adoptado desde los catorce días, yo desde chico
era así, jugaba así con las muñecas". En este segundo mes puedo precisar que
su relato esta fijado a cuando él era chico y que es homosexual, a diferencia
del primer momento donde la fijación esta en que él es homosexual. El va a
decir en torno al hecho que se le imputa": que se dejen de joder, que voy a
agarrar a un chico, yo me pintaba la cara, me arreglaba, me siento como una
mujer por dentro". En torno a la convivencia en el penal va a decir": al primero
que se propase conmigo yo le voy a meter con lo que tenga".

Esta escucha propone sistematizar su relato en una característica, es un relato


ansioso, que repentinamente se fija y estereotipa en un punto del relato, en un
punto del discurso, por ejemplo " a mí me gusta echarme crema". Hay dos
sesiones en donde está hablando y cuando llega a este punto "a mí me gusta
echarme crema", se detiene sé obsesivisa y se angustia.

Una de las características del interno es que en estos tres meses de


tratamiento ha comenzado a traer hojas con grafismos que de manera
detallada y minuciosa explica. Por ejemplo uno de sus dibujos, uno de lo
primeros, ante lo que cualquier observador diría es que es una flor, una casa y
un árbol, él me explica lo siguiente: " esta es una flor, una flor es para mirarla,
una flor es para que nos guste, una flor nos alegra la vida; esta es una casa,
una casa es para vivir, para tener todas las cositas ordenadas, acá van las
camas, acá van las mesas, aquí está el baño, acá las ventanas, si uno les
puede poner las cortinas; los árboles son para que den flores, frutos y para que
los pajaritos encuentren su nido". Es decir, estos dibujos dan cuenta de una
enorme necesidad que tiene de poder ir objetivando ciertas vivencias interiores
que él las tiene en un punto de confusión. Va a ir accediendo paulatinamente
de estratos que podríamos llamar lindantes con la debilidad mental a puntos de
objetivación. Estos dibujos necesitan que el sujeto los explique de una manera
muy detallada y apuntando a lo concreto: "esto es un cuadro, un cuadro se
hace con maderas, en los cuadros se pueden poner fotos o dibujos de otras
personas; esto es una rueda, una rueda sirve para los automóviles para que
uno pueda andar, moverse; estos son triángulos, los triángulos son formas;
esta es una cruz y esta es una regla; este es un reloj, el reloj nos da la hora,
nos avisa cuando nos tenemos que levantar, a que hora nos tenemos que ir a
trabajar; esto es un automóvil en el cual viaja toda la familia y para ir a
trabajar."

La producción grafica de este interno es abundante, me llega dos o tres veces


por semana, me pasa a través de los muros sus dibujos, sus producciones, sus
papeles y todas van marcando de manera detallista elementos de la realidad
cotidiana que él necesita simbolizar. En este momento del tratamiento me hago
el siguiente cuestionamiento: EL esta inventariando el mundo objetivo, ¿cuál es
su posicionamiento subjetivo en este inventario?.

A partir del tercer mes del tratamiento comienza a traer a este espacio sus
problemas de convivencia con los otros internos. Esta es una nueva etapa
donde aparece él relacionándose con el otro y la relación que se crea es
conflictiva. También surge en este momento como busca congraciarse con el
otro a través de sus comportamientos obsesivos de limpieza, limpia de una
manera desenfrenada y meticulosa todo lo que le es permitido, los pasillos, las
salas, las paredes, los pisos; su orden y su limpieza él los ofrece al otro como
una manera, como un pago para que el otro se congracie con él.

Situó en torno a la Transferencia un primer momento en que busca la


compasión del Otro porque es abandonado por su padres, y un segundo
momento en que busca ser contenido en un extenso inventario de partes
desgajadas; y , finalmente, un tercer momento en el que trata de congraciarse
con el Otro a través de sus mecanismos de limpieza y orden.-

En este momento del tratamiento aparece un elemento real de éstos


tratamientos: de la Sala Penal me piden un informe psicológico sobre el
diagnóstico del interno, en el eje del DSM IV,: ante este pedido del Sr. Juez no
me queda otra alternativa que pronunciarme. Diagnóstico principal: en el eje 4
se trataría de una para filia ( pedofilia) asociado A RETRASO MENTAL.
Diagnostico secundario: trastorno de ansiedad no especificado.

Continuando con Ch.S. va a decir en posteriores entrevistas: " de todo hago yo,
de hombre y de mujer; Ahora yo voy a la escuela, no sé porque no me largan
para ir, me tienen confianza porque todos me conocen".

Antonio, su hermano, esta casado, tiene cua tro hijos y él va a decir": Él me ha


enseñado, no se, no me acuerdo yo que es lo que me ha enseñado, no me
acuerdo si es hermano de madre o de padre ". En este momento va a decir:
"¿cómo va el estudio que me esta haciendo?". Es la primera vez en la cual el
hace un cuestionamiento en la búsqueda del saber. Luego va a decir: "yo lavo
por intermedio porque es mi salvación". Aquí podemos proponer un punto de
interpretación a sus actitudes obsesivas de limpieza, es decir, el lo ve como un
punto de salvación este ofrecerse en actitud de servir al otro, es una llave que
el tiene para salvarse, el otro le muestra que debe portar esta identificación.
Luego va a decir:" yo tengo problemas en la cabeza porque me han pegado
con maderas, mi hermano es muy nervioso, he recibido golpes, yo tengo
muchísimos golpes en la cabeza".

En una sesión va a comenzar diciendo: "me he quedado pensando en lo que


Ud. Me ha dicho. Usted me ha dicho que a mi me falta ponerle palabras a
las cosas. Toda la semana me he acordado de eso y ahora se me ha ocurrido.
Puede ser que tenga mente infantil o de persona de bien. Mente infantil, esa
es la palabra que se me ha ocurrido. Porqué tengo mente infantil?". A lo que se
contesta "dicen que el psicólogo te puede decir la verdad o la mentira". A partir
de este momento su relato da cuenta de que se ha instalado un sentimiento
paranoide en torno a la figura del psicólogo, teme que algo de lo que pueda
decir el informe lo pueda perjudicar. Desde ahora me plantea que se va a
cuidar de no ser perjudicado por efectos de mi figura. A la sesión siguiente va a
hacer un relato que lo considero destacado, me dice: "le quiero hablar de que
se trata la virgen y de Dios", y comienza a hablar acerca de un cuadro. En
cuanto empieza a abordar este tema de la virgen mi puntuación van en torno
de la madre. Se pone muy nervioso por lo cual no puedo hacer un registro
fidedigno de sus palabra pero al cierre de la sesión escribo: Trato de puntuar
en torno a la castración, ... por ahora inabordable.

Esta sesión también es importante porque es la sesión de su declaración de


sujeto neurótico, en tanto adjudica un punto de transferencia en torno al Sujeto
Supuesto Saber, y se pregunta por su ser y su deseo a través del Otro. Este es
el diagnóstico desde el punto de vista Psicoana lítico.

A la sesión siguiente retorna por primera vez el tema de la cabeza por si solo,
me dice que ya esta próximo el tema de su juicio, que primero le habían dado
la fecha para agosto pero que ahora es para febrero de 2002. le pregunto como
se siente y me dice:" la primera vez me he sentida". Retomo sus palabras y le
pregunto ¿cómo ha sido la primera vez?. " La primera vez que me he
enamorado...". silencio y un brillo en sus ojos, " José era menor, era chico, yo
estaba muy enamorado de el, el era de esos malandras, de esos que hacen de
todo y no les importa, pero a mi me gustaba su cuerpo. Me acuerdo mucho de
su cuerpo, el conocia mi cuerpo, yo le conocia su cuerpo. Oscar era mayor, el
era mas grande. Jose tenia 11 años, Oscar no me acuerdo pero era mayor que
yo". En este momento se vuelve a angustiar, la angustia se apodera de su
relato y de su silencio. Voy a referir que la operación transferencial "quedar
pensando en mis palabras para un sujeto que porta este significante de
deterioro cognitivo y debilidad mental permite proponer que se ha dado un
paso: abrir a la subjetivización de sus afectos. En este momento Ch.S. se
arriesga a subjetivar lo que ha sentido la primera vez. A partir de esta sesión va
a seguir incorporando "yo soy asi porque tengo mente infantil. A mi me ha
salido la palabra mente infantil. Mi mente parece estar confundida. Yo tengo un
hermano que es carpintero, el me golpeaba la cabeza. La alumbro todos los
días a la virgen del Carmen la patrona de la Unidad 3". Y me comienza a hablar
que se lleva bien con un interno que no se sobrepasa. Ch.S. refiere en su
entrevista que ha sido violado a una edad muy infantil que el no recuerda ni
puede precisar, si que era un tío suyo, alguien mayor, alguien a quien el
conocía, alguien que lo llevo a una casilla, que le baja los pantalones y le
rompe el culo, recuerda que su culo sangraba y le dolía mucho, y que ha sido
abusado. "yo he sido abusado, yo he sido roto", son sus palabras y desde allí
da cuenta de su homosexualidad. Ch.S. en su relato va a dar cuenta que su
homosexualidad transita por la prostitución, por las relaciones furtivas y las
relaciones amorosas. En estas historietas de amor y desengaño sólo emergen
dos nombres José y Oscar, son sus dos amores. Ante estos elementos
significantes, nuevamente, propongo articular el hecho delictivo como un acting
out.

Hasta ahora podemos mencionar que Ch.S. coincide plenamente con éste
perfil del posicionamiento subjetivo de los violadores: niega categóricamente su
participación en los hechos delictivos que se le imputan. No obstante, a través
de estas entrevistas podemos ir puntuando, precisando en calidad de hipótesis
algunos elementos que nos permiten hacer inferencias, acerca de su
posicionamiento subjetivo en torno a la inscripción de puntos significantes y
puntos de goce de su novela familiar. Tenemos :

.- Ch.S. ha sido adoptado por su madre a los catorce días de vida.

.- Ch. C. Ha sido abandonado por su progenitora. Esta es una progenitora a la


cual el conoce, el la reconoce en la calle pero jamás le hablaría porque ella no
lo ha reconocido ante la Ley(no le da su apellido), porque ella no lo ha querido;
su madre, la que el quiere porque lo ha criado, ha muerto.

.- Ch.S. ha comenzado una nueva serie de actos para dar cuenta de su vida,
empieza a deambular.

. - Ch.S. tiene dos hombres en su vida, son dos niños

. - Ch.S. ha sido violado por el culo, ha sido abusado por un adulto en una
casilla.

. - Ch.S. se reconoce hombre y mujer forzando una línea interpretativa de los


actos sexuales que se le imputan en una actúa como hombre,(cuando viola) en
el otro podría tratarse de una mujer(cuando masturba).

Este recorrido clínico-criminológico nos permite establecer con fundamentos


psicoanalíticos la hipótesis que el acto delictivo de CH.S. podría tratarse de un
acting out en el que el sujeto establece un mensaje dirigido al Otro en tanto se
estatuye como hombre y mujer, en tanto declara que su inscripción al objeto
sexual está fijada a escenas infantiles, determinadas por la violación padecida.-
los hechos que se le imputan en esta causa representan una escena otrora
vivenciada por él. Él está detenido en esta escena, y en este momento ha
actuado esa fijación. No obstante, creo menester plantear que nos
encontramos bastante lejos de situar que ha colocado al acto delictivo en su
posicionamiento subjetivo.- En este momento del tratamiento CH.S. se
encuentra aún procesado, veremos que ocurre cuando sea penado. Y la LEY
se haya expedido sobre su acto civil(acting out psicoanalítico).-

UN DELITO SEXUAL NO BIEN INVESTIGADO

Esta historia criminológica me permite abarcar una franja extensa en la vida


carcelaria. La franja a la que me refiero abarca desde las investigaciones
judiciales no realizadas correctamente hasta los casos de inocentes que
purgan condenas de otros.-

Aquí transcribo un informe presentado a la Justicia como uno de los requisitos


que requiere la misma a los efectos de considerar la viabilidad de conceder el
beneficio de la Libertad Condicional. Previamente voy a realizar una síntesis de
la causa.-

Esta historia criminológica me ha permitido realizar una investigación del


hecho delictivo sucedido y trazar una hipótesis en torno a ello.

La noche del 28 de setiembre de mil novecientos ochenta y seis, dos


hombres participaron en la violación y muerte de un menor. El hecho da
cuenta de la necesidad de poder inferir la responsabilidad de cada uno de
ellos. La violación y muerte del menor por los estudios forenses
determino que no había sido realizada por un solo hombre. Uno de estos
hombres procedió a violarlo y el otro en aras que no grite lo trato de hacer
callar, ahogándolo del cuello. Es decir ambos son participes de la
violación y muerte de un menor, pero en torno a la responsabilidad
psíquica uno lo viola y el otro lo mata.- La investigación judicial detiene a
uno de esos dos hombres. Este se hace cargo del delito y encubre la
participación del otro. 14 años más tarde este hombre siente la necesidad
de decir la verdad a un juez. Compruebo que la causa no ha proscripto,
por lo tanto existe judicialmente esa posibilidad. Desde el punto de vista
psíquico, esta nueva declaración le permitirá subjetivar el hecho delictivo
cometido por él. Hasta ahora no ha podido subjetivar el hecho delictivo en
tanto no puede aceptar una condena que no juzga verdaderamente el
hecho. Si bien es cierto la justicia no juzga porque él encubre.-
Al término de los últimos 6 meses de tratamiento remití el siguiente informe
psicológico a la Cámara Penal :

INFORME PSICOLÓGICO

INTERNO : GAI

CAUSA: VIOLACIÓN SEGUIDA DE MUERTE

EDAD: 34 AÑOS

REF. informe final de 6 meses de tratamiento psicoterapéutico.

"El interno actualmente se encuentra estabilizado en sus funciones psíquicas y


en su estado emocional.

A partir del análisis de su personalidad se puede decir que posee un nivel


intelectual inferior al término medio. Tiende a realizar proyectos personales que
requieren mayores capacidades individuales de las que dispone, ello se debe a
que su capacidad de síntesis e integración de la realidad se basa
fundamentalmente en abstracciones y anhelos más que en la conjunción de la
realidad y las posibilidades ciertas. Este margen de fantasear e ilusionarse, si
bien posee una faceta negativa en tanto no realiza un abordaje adecuado de la
realidad; por otro lado le permite un margen de energizar sus actividades y
proyectos, mostrándonos un sujeto con buena disposición a la tarea. A su vez,
presenta una muy buena predisposición para el aprendizaje de nuevas
estructuras de conocimiento tanto en la faz laboral como personal. Es un
persona influenciable en la esfera del pensamiento, lo que combinado con un
nivel intelectual pobre brinda elementos para pronunciarse a un pronóstico
reservado en torno a la autonomía moral para futuros actos.

Emocionalmente es una persona con fuertes carencias básicas en el área de la


afectividad. La rebeldía de su personalidad y su tendencia antisocial están
basados fundamentalmente en este vacio afectivo. No posee real conciencia de
la magnitud de estas carencias, no obstante, no es un sujeto absolutamente
negador de este aspecto. En el tratamiento ha mostrado cierta docilidad a que
se le pueda contener cuando se sentía movilizado afectivamente. A su vez, es
una persona que constantemente está buscando canalizar su vacio afectivo a
partir de vínculos de carácter transitorios pero satisfactorios socialmente. No ha
constituido conductas de aislamiento y posterior resentimiento por haber sido
carenciado social y afectivamente. Es un aspecto positivo de su personalidad
que ante sus grandes necesidades, a todo nivel, muestra ambiciones para
superar las dificultades. No se ha encerrado en un hermétismo personal y en
caracteres de resentido social.

A partir del análisis de su identidad psicosexual se puede inferir que posee un


posicionamiento existencial conflictivo ante su identidad sexual, en tanto no
posee conciencia de los elementos homosexuales que componen su identidad
sexual. No obstante, debo resaltar que no se observan indicadores de
fijaciones sexuales en los infantes como objetos. Es decir no se ha encontrado
elementos para definirlo como un pedofílico. Sí es un sujeto conflictuado en el
aspecto sexual en tanto no asume realmente su dispositivo sexual básico; pero
no se detectó inclinaciones a que pudiera haber sido un sujeto proclive a
cometer un delito sexual contra un niño. Considero que este dato cobra
relevancia en tanto el delito que se le imputa tiene este perfil.

Su identidad sexual con fuerte fijaciones homosexuales está determinado por


una ausencia de un padre que le permita identificarse a la virilidad de un
hombre heterosexual; por otro lado posee una imagen femenina sobrevaluada
y ante la cual se muestra sumiso y ello constituye su marco identificatorio
psicosexual.

Esta disposición psicosexual no le ha permitido establecer vínculos de pareja


con una mujer de carácter estables, ni creo que le vaya a ser fácil constituirlo
en la modalidad de "la familia occidental y cristiana". Su tendencia es, más
bien, oscilar entre hombres buscando relacionarse a ellos como proveedores
míticos de una carencia básica. Este esquema vincular está más allá de la
palabra accesible al interno.

Durante este tratamiento se realizó un análisis de su comportamiento


antisocial. Este tipo de conductas estaba determinado por un trípode de valores
identificatorios que vivía el sujeto:

.- rebeldía juvenil, con sesgo de conductas provenientes de trastorno disocial.

.- alcoholismo.

.- la agresividad como valor que social que daba una identidad positiva (ser
alguien), y valor negativizante de su identidad homosexual.("siendo
pendenciero no soy maricón").

La estadía en el Penal ha tenido una fuerte influencia en revertir este trípode


existencial. A partir que se acercaba la posibilidad de salir en el régimen de
extramuros y demás beneficios penitenciarios el individuo se fue acercando al
ideal social esperado. Así es como se ha podido observar que en los últimos
tres años no ha evidenciado conflictos de agresividad con el otro. Asimismo, ha
logrado dimensionar la responsabilidad de sus actos.

En el informe de 1995 del Cuerpo Médico Forense se hace referencia a que


posee " tendencias antisociales que podrían perturbar la relación con las otras
personas". Ante esta evaluación considero que hubo un giro que lo menciono
en mi informe de Febrero 2001:
"existe una tendencia antisocial que se puede materializar sino se logran sus
aspiraciones, por ejemplo, puede robar sino consigue trabajo o por influencia
de otros delincuentes, pseudos amigos." Considero que ha sido de efecto
positivo en el sujeto su larga estadía en el Penal, pues ha sido el factor decisivo
en que adquiera responsabilidad ante sus actos. El era un sujeto que no se
advenía a respetar lo establecido en tanto no existían límites ante sus
desbordes. Considero que hubo dos factores importantes para asumir estos
límites :

.- En V. Urquiza fue severamente reprimido y castigado en sus desbordes, pero


a la vez se le enseño el oficio de panadero, lo que le permitió manejar la mayor
cantidad de dinero que dispuso en su vida. Es decir, desde un registro psíquico
pudo comprobar la existencia de un marco legal severo pero generoso a la vez.

. – En la Unidad 3, el trato fue más acorde a lo establecido por la Ley 24.660.;


pero también cuando se fugó la represión fue severísima y cruenta.-
Nuevamente en estas circunstancias posee elementos para configurar ese acto
psíquico que le permite asumir la importancia de responsabilizarse ante sus
actos, conocer sus derechos y responsabilidades.

Criminológicamente es un sujeto primario, cuya inicial condena fue perpetua.


Registra fuga del Penal, y numerosos episodios de agresividad con otros
internos. Este tipo de comportamiento se ajustaba a su diagnóstico psicológico
: TRASTORNO ANTISOCIAL DE LA PERSONALIDAD. Su posicionamiento
ante el delito fue reconocer que lo suyo fue aberrante.

El saber psiquiátrico reconoce que los sujetos que poseen este diagnóstico
recién con el paso de los años han disminuido la efervescencia de la patología.
Debo reconocer que este interno registra antecedentes actuales de haber
declinado su rebeldía y haber mejorado su comportamiento en el penal.

El saber psicoanalítico ofrece un mejor pronóstico en estos casos a los sujetos


que poseen un registro de la culpa como regulador de sus comportamientos. El
interno posee el dispositivo que permite vislumbrar a la culpa como una sombra
de sus actos. En el tiempo de tratamiento ha podido articular responsabilidad y
castigo ante los actos, y ha podido articular a la culpa en esta encrucijada de la
vida. Este interno ha podido lograr esta actitud en un proceso terapéutico, y
bajo transferencia".

SUBJETIVAR EL DELITO COMETIDO

Las últimas investigaciones en el campo jurídico y psicoanalítico han puesto


especial relieve en que el sujeto pueda incorporar en su esfera psíquica la
magnitud del acto delictivo por el que se lo condena. Se ha comprobado que
una gran porción de los delincuentes que reinciden en infringir la ley obedecen
a que no han podido subjetivizar la condena, es decir aceptar en el campo psi
de su personalidad la condena, en tanto esta da cuenta de un acto delictivo
cometido por ellos.
El interno ha cumplido una gran porción de su condena (13 años) y acepta
subjetivamente que ha cometido "una cosa aberrante". Esta aceptación fue la
base de muchos de los cambios favorables que ha podido operar. No obstante,
no puede ajustarse al concepto de subjetizar la condena.

El interno al momento de ser detenido es acusado de haber matado a un


menor estando totalmente alcoholizado. El acepta los cargos que se le imputan
en tanto desde lo Moral reclama una severa sanción, pero también por los
severos apremios policíacos a que fue sometido. Su causa es VIOLACIÓN
SEGUIDO DE MUERTE. La violación hace referencia a un delito sexual contra
un menor. El desde el registro de su memoria no puede acceder al recuerdo de
haber consumado tal acto; pero tampoco lo puede hacer desde su registro
inconsciente porque la pedofilia no es su objeto sexual. A su vez, recuerda que
ha encubierto a un hombre en el momento del acto delictivo. Los móviles del
encubrimiento obedecen a una lógica inconsciente : ese hombre le representa
un objeto sexual y a la vez, una imagen mítica del padre amado que no tuvo.

Desde el saber criminológico conocemos de la dificultad de imputar a la figura


del padre en un delito sexual. Entonces, desde aquí podemos comprender
algunos móviles psicológicos del encubrimiento.

Lo cierto es que este interno no puede subjetivar el delito VIOLACIÓN


SEGUIDO DE MUERTE. Qué consecuencias psíquicas trae esta situación en
este interno?

En primer lugar, se desprende que ha comenzado a tener conductas reactivas


al hecho delictivo. En aquella oportunidad se silenció ante el delito, actualmente
ante cada delito que se comete procede a delatarlo ante el otro. Esta es una
compensación psíquica ante aquello que calló y que se le impone, retornando
desde lo reprimido como lo contrario.

En segundo lugar, aparece que para satisfacer esa necesidad inconsciente de


delatar el delito cometido, él se ve empujado a participar en la esfera del mismo
delito.

Es decir, que este interno está empujado desde lo inconsciente a la esfera del
delito en tanto no pueda subjetivar la condena cumplida por el delito que se le
imputa.

En segundo lugar, aparece que para satisfacer esa necesidad inconsciente de


delatar el delito cometido, él se ve empujado a participar en la esfera del mismo
delito. Es decir, que este interno está empujado desde lo inconsciente a la
esfera del delito en tanto no pueda subjetivar la condena cumplida por el delito
que se le imputa.

Este caso nos muestra que el perfil psicológico de la personalidad es un


constructo teórico que también necesita de un diagnóstico diferencial. Por
ejemplo, poder distinguir que el perfil psicológico de un violador es una
categoría tan amplia que incluye un vasto numero de sujetos, desde aquellos
que violan para apaciguar conflictos intrapsiquicos sexuales hasta los
pederastas que no pueden constituir otro objeto.. En este caso no nos
olvidemos que la investigación fiscal y la sentencia del jurado contaban con
factores psicológicos para condenar al imputado; es decir, apoyándose en un
determinado perfil . Para fiscales y jueces fue muy importante que este sujeto
tenía antecedentes como:

.- pendenciero

.- alcoholista

.- mantener relaciones sexuales homosexuales por dinero.

.- (específicamente contra la víctima haberle gritado):" te voy a romper el culo a


patadas"

.- el diagnóstico del Cuerpo Médico Forense reza :" trastorno antisocial de la


personalidad" ...conflicto intrapsiquico en el área de la sexualidad"

Estos elementos, más la declaración del imputado haciéndose cargo del delito,
llevaron a considerar que la investigación fiscal era contundente para dar
cuenta del delito de violación seguido de muerte, y que la sentencia del jurado
sentenciará :prisión perpetua.

EN TORNO AL PERFIL DE PEDERASTA PEDOFILICO

Un elemento distintivo en torno a la conducta y los desórdenes sexuales que no


se tuvo en cuenta es que el pederasta, o el violador de menores tienen rasgos
propios y específicos en lo que podríamos denominar su perfil psicológico.
Tomar a un menor como un objeto sexual es un posicionamiento sexual
estructural, y un elemento patognomónico en su diagnóstico psicológico es la
fijación. El pederasta ha construido un bunker en el lugar de la fijación. El
bunker es prácticamente inabordable a la investigación psicológica; pero
también da cuenta que allí se ha establecido una fortaleza, y ello no se puede
ocultar. Verdaderamente, el pederasta no puede ocultar su fijación al objeto
sexual (ni en su discurso, ni en sus gráficos, ni en sus comportamientos
cotidianos, y mucho menos en sus formaciones del inconsciente: sueños,
lapsus, chistes, actos fallidos)1 , lo que si escamotea es la dinámica por la que
se detuvo en ese punto.

La experiencia terapéutica con pederastas pedofílicos y la experiencia analítica


con pederastas me ha mostrado que la vida de estos sujetos se estructura
alrededor del objeto sexual infantil; ya sea que sean pederastas exclusivos o
pederastas encubiertos en otras comportamientos sexuales. Por ejemplo, dos
pederastas exclusivos (jamás habían mantenido relaciones sexuales con
hombre o mujer adultos) se habían dedicado toda su vida al vínculo con niños,
uno de ellos era entrenador de fútbol infantil, el otro era baby-sitter. También,
dos pederastas encubiertos, ambos casados, uno se dedicaba a animar fiestas
infantiles como payaso, el otro catequista religioso. Ellos no podrían construir
un estilo de vida que no contemple un vínculo con el objeto sexual.

Los pederastas construyen silenciosamente y sin despertar sospechas sociales


un estilo de vida con el objeto sexual (catequistas, payasos, entrenadores de
infantiles, etc.)lo que puede aparecer como repentino , sorpresivo y agresivo es
el acceso carnal al menor. La violación al menor puede estar realizada como un
acting out en un momento de descompensación subjetiva. Es decir, que estos
sujetos, desde un punto de vista psicológico temporal, muestran
crónicamente un estilo de vida con el objeto, como que pueden y
necesitan convivir en un vínculo con el objeto; mientras que la violación
puede ser un corte agudo y desnudando al sujeto de su posicionamiento
sexual. No obstante, es necesario recalcar que el corte agudo se monta
sobre el curso crónico en la estructura subjetiva sexual del pederasta.

La historia autobiográfica del interno y la historia biográfica que se desprende


de sus familiares no nos muestra ningún comportamiento significativo con
menores. Verdaderamente, su discurso no nos da ninguna señal que su libido
se haya detenido a construir un vínculo con los infantes. Este es un aspecto de
la vida que no se articula con sus puntos de deseo ni de Goce.-

E. Hammer va a puntuar con claridad en su clásico libro "TEST


PROYECTIVOS GRAFICOS" que en estudios estadísticos se ha comprobado
que los pederastas adjudican al árbol la edad de su objeto sexual. Este interno,
por ejemplo, le adjudicó al árbol la edad de unos 20 años. Es decir, que desde
los aportes del test del árbol también tenemos indicadores que el perfil
psicológico de este interno no es el de un pederasta.-

Perfil psicológico de un pederasta pedofílico

Perfil psicológico del interno

.- test del árbol : la edad que adjudican al árbol es tiene correspondencia con la
edad del objeto sexual.-

.- su discurso está fijado a equivalentes simbólicos del objeto sexual.-

.- sus comportamientos cotidianos dan cuenta de un fuerte vínculo con los


infantes.

.- formaciones del inconsciente en torno a los infantes.-

.- tiene como principal mecanismo criminológico a la negación , y como


mecanismos secundarios a la racionalización y la disociación. Su relato da
cuenta de una minimización de los hechos-

.- sus comportamientos sexuales pertenecen a la esfera de su vida íntima, y no


son expuestos socialmente.-

Test del árbol : le adjudica una edad de unos 20 años.-


.- su discurso es evitativo, fóbico y reaccionario. Su transferencia lo muestra
sumiso a figuras de autoridad femenina.-

.- sus comportamientos cotidianos lo muestran como un sujeto con trastornos


antisociales de la personalidad.

.- sus formaciones del inconsciente : sueños y actos fallidos permiten


interpretar que sus deseos están en torno a querer ser una persona libre, para
tomar cerveza , viajar al sur para trabajar como trabajador golondrina, y tener
sexo con Juan(un amante imposible).-

.- criminológicamente, reconoce que lo suyo ha sido aberrante. Su principal


mecanismo defensivo es la proyección y la identificación con el agresor.

.- sus comportamientos sexuales(por ej. Coger homosexuales por dinero)los


comentaba en rueda de amigos, como mostrando actitudes transgresoras, y
que a la vez le reportaban ganancias económicas.-

LA PEDOFILIA S/ B. KARPMAN

EL PERFIL PSICOLÓGICO DEL INTERNO

Existen dos clases :

a. los que han sufrido un trauma al finalizar el período de lactancia


b. los que al identificarse con la madre se han convertido en rival del padre.

La conducta adoptada no es consecuencia de una perversión sino de un


infantilismo.

.- una vinculación muy estrecha con la madre.

.- s/ A.A. Brill encontramos dos tipos de delincuentes pedofílicos:

a.- los que a consecuencia de una fijación proveniente de su infancia


sienten una inclinación por los chicos.-
c. los que sufren de impulsos sexuales incontrolables que pueden recaer
sobre los chicos.-

.-East (1946) opina que la pedofília puede deberse a influencias que demoran o
impiden la concreción de relaciones sexuales o sociales de carácter normal.-

.- Todos los delitos sexuales cometidos contra chicos tienen alguna


psicopatología orgánica o funcional que impide que el individuo establezca
contactos sexuales con individuos maduros de uno u otro sexo.-

.- Tienen un marcado narcisismo, que hace que busquen a niños que sean
como el hubiera querido ser o como creen que fueron.-

.- los pedofílicos sufren de una gran ansiedad en torno a la potencia sexual, y la


mayoría de las veces son impotentes sexuales transitorios o permanentes.-

Tienen sentimiento de inferioridad.-

.- la mayoría de los asesinatos de criaturas, que responden a una causa


sexual, son cometidos por pedofílicos.-

.-la pedofilia es una variante de la homosexualidad.-

.- es un acting out tardío de experiencias no resue ltas en la infancia.-

.-los pedofílicos jóvenes son frecuentemente pasivos, inmaduros, inseguros,


carecen del valor necesario para mantener contactos sexuales con sus
contemporáneos.-

.- No se pudo establecer si hubo un trauma al finalizar la lactancia

.- no se pudo haber convertido en rival del padre, porque este lo abandonó y


ese hombre no era significativo para la madre.-

.- su conducta no manifiesta ningún indicador de infantilismo, sus conductas


fueron durante mucho tiempo de hostilidad y una gran rebeldía, pero no
podrían ser catalogadas de infantiles.-

.- Sí tiene un vínculo estrecho con su madre.-

.- no es un sujeto que tenga una inclinación por los chicos

.- puede controlar sus impulsos hetero y homosexuales en la cárcel.-


.- se puede plantear que su vida sexual y social al momento del hecho delictivo
no están adaptadas "a la normalidad".

.- no tiene ninguna psicopatología orgánica o funcional.-

.- Posee conflictos y perturbaciones de orden narcicistico, pero no constituyen


fijaciones en lo infantil especular.-

.- no mostró tener indicadores de ansiedad en torno a la potencia sexual. Debo


reconocer que ese punto (impotencia sexual) no fue investigado.-

.- Sí tenía indicadores de sentimientos de inferioridad.-

Este trabajo trata de mostrar que la homosexualidad y la pedofilía son variantes


de la sexualidad no homologables.

.- este perfil psicológico no corresponde al interno.-

DE LA HIPÓTESIS PSICOLÓGICA A LA INVESTIGACIÓN FISCAL

Luego de haber realizado el informe final del tratamiento decidí revisar el


cuerpo del expediente para verificar la correspondencia o no con los
elementos que aporta la investigación fiscal y poder realizar una
aproximación al hecho delictivo. La síntesis extraída es la siguiente:

.-el 25-9 el niño no puede ser encontrado por sus padres y vecinos. La víctima
es familiar del interno. Se conocían y tenían un trato frecuente. La relación de
ellos no se destacaba por ningún trato especial, sólo una relación de familiares.
El niño al igual que el interno no son reconocidos por su padre, ambos son
criados y sobreprotegidos por sus respectivas madres.- Ese domingo el interno
había estado reunido con 4 amigos en un club deportivo bebiendo. El ya venía
bebiendo excesivamente desde el viernes. Al salir del club deportivo se dirigen
a una obra en construcción, en la cual se encontraba XY trabajando de sereno.
Allí se separan los 4 amigos. Sólo continúan bebiendo el interno y XY.
Aproximadamente a las 21 hs., se dirigían a la casa de XY para continuar
bebiendo, en el camino se encuentran con el menor. Este menor solía
mendigar, por lo que en ese momento podría haber tenido algunas monedas.-

.- el día 26-9- encuentran al cadáver del niño en una acequia a la vera de un


camino vecinal. El cuerpo tenía rastros de haber sido golpeado y ahogado para
causarle la muerte. También tiene los signos de haber sido violado. El cuerpo
es hallado en un lugar, pero el lugar del encuentro de la víctima con los
agresores se encuentra a unos 50-60 metros de unas casas, que en esos
momentos estaban habitadas.

.-El informe del médico forense revela :


XY: " Dos escoriaciones de 5 mm. De diámetro en dorso de mano derecha,
sobre articulación metacarpo falángica del 2do. Dedo. Herida suturada de 3 cm.
De longitud en región tenar de mano izquierda. Exámen genital: el pene
presenta en cara ventral sobre surco balano prepusial dos desgarros
superficiales de 3 mm. De longitud, orientación transversal a ambos lados del
frenillo. Conclusión: presenta signos de coito violento reciente, en
consecuencia, salvo complicaciones, curará en 10 días, tres de los cuales se
encontrará incapacitado para su trabajo" (fojas 19)

INTERNO:"Dos escoriaciones de 3 mm. De diámetro en dorso de parte externa


de mano derecha. Exámen genital: no se observan lesiones en genitales
externos. Conclusión: no se observan signos de coito violento, en
consecuencia, salvo complicaciones, curará en 5 dias, sin incapacidad para su
trabajo"(fojas 21)

.- XY no se presenta al juicio, y se desconoce su paradero.-

Estos elementos permiten plantear la hipótesis que en el hecho delictivo el


menor es violado por uno de los agresores(XY) y que el otro(interno) para que
no grite lo ahoga y golpea hasta causarle la muerte. El se resistió a la violación,
en tanto agredió físicamente a sus atacantes. No puede haber sido violado y
muerto por una persona porque ambos registran heridas en los dedos; además
sí lo viola una sola persona, el niño hubiera gritado por el dolor del desgarro
esfinteriano y lo hubieran escuchado los vecinos. En sus declaraciones el
interno admite haberse encontrado con la víctima la noche del crimen, pero no
recordar los hechos que causaron la tragedia. XY no admite haber estado
bebiendo con el interno y mucho menos haber estado en contacto con la
víctima esa noche.

LA IMPORTANCIA JUDICIAL EN LA SUBJETIVIZACIÓN DEL DELITO

Este interno necesitaba que un juez lo escuche en torno a su verdadera versión


del delito cometido. El necesitaba que ese juez lo pudiera comprender porque
hace 14 años había encubierto a su compañero de causa (estaba enamorado
de ese hombre que simbólicamente le representaba un padre). Esta escucha
jurídica, y también la palabra del jurista le hubieran permitido subjetivizar el
delito cometido por él. En estos 13 años de condena no puede subjetivizar la
carátula de la causa, porque no corresponde al delito de su autoría. Esta
subjetivización del delito va más allá de la resonancia de la sentencia. El
acepta la condena de prisión perpetua por haber matado a un menor por andar
bebiendo, pero no puede subjetivizar el delito por la inexactitud de la sentencia
sobre una carátula que no lo engloba adecuadamente.-

El trabajo de la escucha analítica logró importantes avances en el


posicionamiento subjetivo de este interno, pero jamás podría lograr que
el pueda subjetivizar un delito que no ha cometido.

Este caso muestra la necesidad de la escucha analítica y de la escucha


jurídica en la subjetivización del delito.-
Las consecuencias criminológicas de no lograrse la subjetivización del delito no
son promisorias. El interno se ha convertido en un soplón del delito, es decir ,
encuentra una fascinación en delatar delitos. Esta actitud de soplón es
directamente una reacción inconsciente contraria por haber encubierto su delito
hace 14 años. Esta actitud de soplón le puede costar la vida, esta actitud de
soplón hace que se mantenga en la esfera delictiva, lo que es un verdadero
empuje a que él vuelva a transgredir. Esta actitud de soplón se le impone
inconscientemente, él desea conscientemente dejar de "buchonear" pero no lo
consigue hacer. Este interno nos muestra la importancia de la subjetivización y
la pacificación que le significa al sujeto que la puede lograr.-

CAPITULO: ACERCA DEL ESTAFADOR

Una postal criminológica de las cárceles argentinas de los años 70 y 80 nos


mostraba dos grupos, claramente diferenciables, en el interior del penal. Por un
lado, se encontraba el bando de los ladrones y por el otro el grupo de los
estafadores. Ambos grupos se distinguían con nitidez. Los ladrones estaban
conformados por hombres provenientes de grupos socioeconómicos
marginales , eran mayoritariamente analfabetos, de bajo nivel intelectual, con
un alto índice de impulsividad y agresividad, eran sujetos primitivos, reconocían
la primacía del acto sobre la palabra. Eran sujetos que ejecutaban su delito
preferentemente con pistolas. Violentos por excelencia.

El grupo de los estafadores estaba conformado por hombres instruidos, con un


nivel intelectual medio y superior, que reconocían la primacía de la palabra
sobre el acto. Tenían modales culturales propios de la clase media. Eran
astutos. Realizaban preferentemente su delito con una lapicera.

Con el advenimiento de la Democracia, y fundamentalmente durante la decada


menemista, el grupo de los estafadores prácticamente desapareció del interior
del penal.

Adondé se fueron? ... la respuesta no se hace esperar ... probablemente a las


instituciones democráticas.

La falta de casuística no me permite realizar un análisis de la subjetividad de


este transgresor.
CAPITULO :

EL MENOR DE EDAD Y LA LEY TRANSGREDIDA

El fenómeno mundial y nacional del incremento de delitos cometidos por


menores nos lleva a plantearnos la política penal en torno a ellos. Y espero que
también el replanteo abarque a la rehabilitación que se les brinda . Todos
coinciden en que si se baja o mantiene la edad de imputación para el delito
como único elemento de esta mencionada revisión nada va a cambiar en el
plano social y delictivo.

En la Ley Nacional nº 22.278. se plantea al juez como figura tutelar del menor
delincuente. En esta dinámica el peso del efecto rehabilitador recae sobre la
figura del juez, su capacidad, su pericia, su intuición, su cuasi función paterna.
Es decir, que esta dinámica está dejando de lado al menor, en nada menos que
la cuestión de su futuro.

Este menor, que si bien es un ser humano en formación en sus aspectos


educativos, cívicos, morales, corporales, intelectuales, cognitivos,
religiosos; también es cierto que ya es un sujeto sujetado a las reglas del
inconsciente. Este menor ya es un sujeto desde la estructura de su
personalidad, ya es un ser con identificaciones estructurantes en su
personalidad. Este menor ya es un sujeto en tanto posee un
posicionamiento subjetivo en torno a sus condiciones históricas, y
fundamentalmente ya tiene un posicionamiento subjetivo ante la ley. El
menor es un sujeto sujetado a la estructura del lenguaje, y por ello ya
tiene inscripta la ley en su subjetividad. El inconsciente, en tanto estatuto
constituyente de la personalidad, no necesita 18,21, o 16 años para
conformarse. Necesita que se den ciertas condiciones lógicas en torno a
la estructuración subjetiva. Esas condiciones lógicas están determinadas
por la identificación y los actos de vida que se ejecutan.

El menor de edad para la ley ya puede connotar una condición de singularidad


de sujeto. Hay que poder valorar las condiciones que se hacen sobre el menor,
su persona, su familia, su circunstancia y también su posicionamiento subjetivo
ante el delito. Sin merito de prejuicios humanitarios y sociales hay que poder
dimensionar su posición en torno al delito, por ejemplo, sí está más cercano a
una condición de sujeto del delito o sujeto que comete delito. Hay que poder
establecer estrategias para determinar sí su transgresión a la ley es un síntoma
en su personalidad o ya es un rasgo estructural de su personalidad.

Sea cual sea la posición del menor ante el delito es un sujeto que clama que
haya un límite que instaure un orden , ya sea que lo reposicione entre los
márgenes de la ley o para desafiarla sistemáticamente.

Es muy probable que detrás de la máscara de agresividad del menor haya una
función no cumplida, una instancia de amor no satisfecha que impulsa
coyunturalemente a este tipo de inscripción subjetiva ante la ley; o tal vez, ya
nos encontremos en una instancia estructural. Lo cierto es que "en todo menor
que ha cometido un delito existe un sujeto de la acción, en el cual existe un
espacio para poner una palabra, una reflexión que suplante a la acción, en todo
sujeto de la acción se puede intentar crear una red hablante que pueda
permitirle simbolizar lo que actúa motrizmente"(JORGE DEGANO).

También es cierto, en tanto variable a considerar que existen transgresores de


la ley, menores de edad, que son sujetos del delito que otros cometieron sobre
él, otros crearon el delito, el robo, de no haberle posibilitado construir un
espacio para su subjetividad desde la cual posicionarse productivamente. Son
sujetos a los que se les ha privado de la posibilidad de no tener otra condición
que la de transgresores de la ley.

En estos casos no hay que ser ingenuos ni demágogos, no hay que


presuponer que su estado evolutivo, su edad cronológica, es la principal
cuestión a tener en cuenta. Muchos menores transgresores son ubicados
en instituciones correctivas – especificas para menores y/o jóvenes
adultos – para ser rehabilitados para la sociedad. Cuando estos menores
– y muchos mayores – jamás tuvieron un espacio subjetivo para ser
habilitados para la convivencia social dentro de los márgenes de la ley.
¿cómo rehabilitarlos sí no han sido siquiera habilitados?

Esta cuestión de habilitación – rehabilitación no es sólo un simple juego de


palabras de psicoanalista, es nada más y nada menos, que tener los conceptos
adecuados para poder trazar una política de acción con estos sujetos menores
que pueda ser operativa y eficaz. Y no basarnos en prejuicios ingenuos y/o
románticos y/o demagógicos sobre estos menores, jóvenes sujetos para emitir
juicios y políticas de acción.

Toda política de derecho y acción de carácter penal que se instaure sobre


estos sujetos menores debe contemplar la manera de habilitar y/o rehabilitar a
estos sujetos menores que han tomado contacto con el delito, con el espacio
transgresor de la ley. Sí les corresponde un régimen penal, este les debe
permitir hablar, pensar y reflexionar su habilitación y /o rehabilitación en
el espacio que la ley otorga, en el ordenamiento social en el que el juez se
representa metafóricamente como lugar de la Ley.-

Resulta necesario que a la figura tutelar del juez, el espíritu de la ley 22.278. se
le agreguen los aportes sobre la subjetividad del menor, sujeto a un
posicionamiento estructural ante la ley.

Estos sujetos transgresores necesitan poder contar con un espacio para


subjetivar su posición ante el delito y la transgresión a la ley. La sociedad, a
través de la instancia de la ley y la justicia, debe brindarles un espacio de
habilitación y/o rehabilitación para transitar entre los márgenes de la Ley ; y
ellos deben ser dueños de su porvenir y decidir su destino en la vida.-

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PERFIL PSICOLÓGICO DEL JOVEN PSICOPATA


Todo el saber social reconoce que el comportamiento de estos adolescentes y
jóvenes tiene un marcado componente rebelde y antisocial; no obstante, ellos
tienen una inquebrantable creencia que todo les es debido. A su vez, esta
creencia y sentimiento les hace crear la ideología de su impunidad.-

Es llamativo, y digno de una exhaustiva evaluación, que estos jóvenes son


rebeldes a las normas sociales e inclusive inmunes al castigo y represión social
(estar en prisión, ser golpeados, despreciados, etc); no obstante, aceptan e
incluso llegan a ser sumisos a las extrañas reglas de la convivencia del medio
marginal y transgresor en el que se mueven. Esta particularidad nos muestra
que ellos no sólo son rebeldes y reaccionarios, ellos también son leales, fieles y
sumisos. Lo que implica que en ellos existe un espacio subjetivo para un
tratamiento posible.-

Estos jóvenes psicópatas son expresiones vivientes de la impotencia, la


angustia y el furor. Ningún otro perfil psicológico humano combina tan
exhaustivamente estas experiencias humanas. Generalmente detrás de todo
joven psicópatas existe una historia de abandono, carencias y no deseo. Se ha
podido comprobar que el joven psicópata desde el punto de vista
psicopatològico es el reverso del melancólico. El psicópata actúa lo que el
melancólico padece para sí, me refiero al odio, a la angustia y a la
desvalorización. El melancólico es un ser sin esperanzas, el psicópata también.
El melancólico delira en torno a lo ruin que es, el psicópata lo actúa . La
diferencia es simplemente la vía de expresión de su fatalidad.-

El norteamericano René Spitz decía que el niño privado de amor es un futuro


adulto lleno de odio. El psicópata le da toda la razón. Sólo que el actúa, sin
reflexionar su odio. El psicópata no puede hacer entrar a su odio en el circuito
de la palabra, sólo lo expresa y canaliza por la acción.

El cuerpo de estos jóvenes por las múltiples carencias vivenciadas no ha


podido coagular una instancia psíquica que hace que precisamente su cuerpo
sea un ropaje, del orden del andrajo. Su cuerpo es un deshecho, razón por la
cual, pueden disponer de él dentro de una lógica cotidiana, es decir, se lo
pueden tatuar, dañar, herir, cortar sin que ello les representa el daño inflingido.
Ellos pueden recurrir a drogarse en busca de una negación omnipotente de la
sensación doliente de su cuerpo. Estas nociones teóricas también tiene su
aplicación eminentemente práctica : no tiene sentido reprimir y golpear
brutalmente el cuerpo de estos jóvenes psicópatas porque el castigo no tiene la
representación común de castigo. El golpe del guardiacárcel o del policía es
simplemente un retroalimentar el odio que ya vive en ellos. El golpe no acredita
aprendizaje alguno en ellos.- su cuerpo no registra al dolor en el orden del
aprendizaje.-

EL JOVEN PSICOPATA – ACERCA DE UN TRATAMIENTO POSIBLE

"el DERECHO PENAL debe asumir y cumplir una función


social. Ha llegado el momento en nuestro país de alzar los

ojos del Código Penal, para dirigirlos a principal actor del

drama: el hombre delincuente"

ELIAS NEUMAN – 1974

El Psicoanálisis y en general los tratamientos psicoterapéuticos están


preparados para recibir a un hombre que pide ayuda, que está dispuesto a
hablar de los que le pasa, que puede reflexionar sobre lo sucedido. El paciente
de los tratamientos psicológicos es un sujeto que reconoce que necesita ayuda,
porque sobre él está inscripta una relación con el Otro que lo contiene. El sabe
que pidiendo ayuda al Otro va a poder resolver sus problemas.

El jurista, el hombre del DERECHO, está acostumbrado a legislar e impartir


Justicia sobre los hombres de una sociedad, en la que se respetan y se creen
en valores como la Justicia, el amor, y el altruismo. El jurista alza su función
para estos hombres que reconocen al castigo como justa medida por la
transgresión cometida; y también como la medida de enmienda de sus errores.

Tanto el modelo del psicoanalista como el modelo del jurista son


esquemas no válidos para tratar con jóvenes psicópatas, con
delincuentes juveniles, con antecedentes de niños abandonados, de ser
personas que no gozaron jamás de los derechos del niño, para ellos que
no sólo fueron marginales sin también excluidos del sistema social.

Los jóvenes psicópatas se mueven en otra esfera que la del psicoanalista. Ellos
no hablan, actúan. Ellos no reflexionan, se drogan, se automutilan, agreden.
Estos psicópatas juveniles no obtendrán un escarmiento de una detención
policial o de una medida correccional. Ellos sentirán odio y resentimiento de la
medida policial o correccional. Ellos no tienen miedo de ser condenados por la
Justicia, ellos buscan evadirse de la Justicia, pero a la vez la desafían
constantemente.

Estos jóvenes "inconcientes" de la causalidad psíquica de los males que los


aquejan, y con los que atormentan; estos jóvenes predispuestos, expuestos, y
determinados por su pasado de abandónicos, carenciados sociales,
marginados, excluidos, es más que razonable que rechacen los servicios de un
psicoanalista, y la pericia de un jurista.

En este estado de esterilidad que nos sumen estos psicópatas, delicuentes


incorregidos, y seres humanos deformados es menester reconocer nuestra
posición terapéutica y/o rehabilitadora. Caso contrario sólo nos resignaremos a
informar, el psicoanalista :"no concurrió a la sesión ... no acepta ayuda
terapéutica"; y el jurista :" reincidente ... trasládese del instituto para menores a
la cárcel ". Nuestros informes serán la acabada expresión de nuestra
incapacidad y de nuestra desesperanza.-
Las palabras y las sentencias de unos y otros serán comprendidas por el jóven
psicópata de una manera que sólo puede ser rechazada. No se puede
resocializar a un sujeto que no ha sido socializado, no se puede rehabilitar al
que no ha sido habilitado.-

En mi encuentro con estos jóvenes psicópatas, en el mejor de los casos,


esperan mágicamente, o por un poder supremo que ellos adjudican al
Psicólogo, se los cure de los traumatismos sufridos en su infancia, y se les
implemente ortopédicamente una inyección de vida que les falta. Exigen de una
forma automática, una rápida e instantánea solución para sus vidas, exigen que
dicha solución no amerite reparaciones posteriores. Los tratamientos
psicoanalíticos y/o psicoterapéuticos se sostienen en el eje contrario, no existe
una mágica salida de la conflictiva, y esta la debe buscar el sujeto apuntalado
por el terapeuta.

Estos jóvenes carenciados creen milagrosamente que sus abogados, ya sean


privados o estatales, encontrarán la cláusula – con letras chiquititas – que
declarará nula la investigación fiscal, y que el jurado no tendrá otra opción que
declararlos libres por "falta de mérito". Ellos dicen "la justicia no me puede
hacer nada, porque soy menor". Y esa "nada" es en el más amplio sentido
semántico : nada para castigarme, nada para ayudarme, nada para
protegerme, nada para protegerse de mi acción desvastadora.

El asistencialismo peligroso

Esta incapacidad e ineficacia a que somete el psicópata es una invitación al


polo opuesto. A renegar del saber científico y a apostar todas las fichas a un
apostolado caritativo, afectivo y bondadoso.

La figura tutelar del juez de menores es un anhelo jurídico de encontrarle un


padre sabio y bondadoso a este menor desprotegido. La realidad empírica de
estos jóvenes muestra que la figura tutelar del juez no modifica sus hábitos de
vida. Esta figura tutelar que dictamina que sea alojado en tal o cual instituto,
que pueda regresar a su medio en tal o cual tiempo, que debe ser asistido por
tal o cual profesional, que debe acogerse a tal o cual medida correccional es
como aquel padre que se quiere comunicar con su hijo dejándole recados
en la puerta de la heladera.

En la historia de la Salud Mental cuando el esquema terapéutico clásico era


refractario al tratamiento de los psicóticos o alienados surgieron voces, como
los de la antipsiquiatría, que no vacilaron en compartirlo todo con los
esquizofrénicos, atenderlos en el Hospital, llevarlos a sus propias casas, todo
era intentado para tratar de salvarlos de la locura y del asilo. Estos intentos
terapéuticos tenían un profundo carácter humanitario y altruista. Este enfoque
fue consolidándose como válido, en tanto solidificaba su accionar y los
conceptos que lo sustentaban.

Ofrecer al psicópata un abordaje que connote al maternaje nutricio que no tuvo


y/o una postura paternalista concesiva es correr un alto riesgo porque se debe
saber que se compromete en una relación que no le dará respiro, ni descanso,
con alguien que no vacilará en agredirle, o defraudarlo y que constantemente
probará los límites de su benevolencia.-

Existe bibliografía que remite que "jóvenes profesionales han pagado con sus
vidas el desconocimiento de estas duras realidades" (J. PIERRE y L.
CHARTIER – 2001)

Tanto el juez como el psicoanalista tenemos que poder saber – y


compartirlo – que en un tratamiento, ya sea psicoterapéutico o tutelar,
con un menor abandonado en el momento en que nos acercamos a los
elementos traumáticos, fundados en una imagen nunca integrada, allí
donde se produjeron los agujeros de la personalidad, allí donde están los
puntos de fractura, en la síntesis de la historia del sujeto, es a partir de
estos agujeros que el sujeto puede reagruparse en las diferentes
determinaciones simbólicas que hacen de él un sujeto con historia, y que
esta historia está unificada por la Ley. El acontecimiento traumático hace
que la ley quede reducida a la expresión de su carácter.

El fin del complejo de edipo, o sea el conjunto de fuerzas de nuestra institución


familia, es paralelo a la instauración de la ley, como reprimida en el
inconsciente; pero permanente. La Ley no es sólo un conjunto de normas con
las que se rige la comunidad de los hombres; sino también el sinsentido de la
Ley, la ley insensata, es lo que da cabida a esa instancia psíquica severa y
cruel que se llama el Superyó. Los actos de los hombres que dan lugar a la
inscripción de la Ley lo hacen en su faz sensata e insensata. El psiquismo
humano por la inscripción de la LEY se conforma con una instancia que se
llama Ideal del YO y con la otra instancia el Superyó.-

No van a ser pocas las veces en que el tratamiento con estos jóvenes, cuando
parece que se podría esperar legítimamente una mejoría en su estado de vida,
en su estado anímico de la personalidad, en su posición frente a la Ley se
produce una nueva conducta delictiva, llevando el trabajo a fojas cero. Ya lo
decía Freud " es como si ciertos sujetos prefirieran el sufrimiento a la
curación...". En ellos existen un fuerte empuje a la destrucción propia y del otro,
aún cuando se avisora una salida de la marginalidad. El trabajo con estos
jóvenes psicópatas es una apuesta a la paciencia, y muchas veces solo al
trabajo. El trabajo con ellos es una apuesta al trabajo, y no necesariamente al
éxito del trabajo.

UNA ESTRATEGIA POSIBLE

Sabiendas que estos jóvenes han padecido carencias estructurales de afecto,


comprensión, amor, deseo, y también materiales. Hay que reconocer que estas
carencias están registradas como abandonos múltiples. El abandono es el
estigma a vencer en estos jóvenes desesperanzados. Estos jóvenes no pueden
creer que les es posible un lugar para ellos en el deseo del Otro, en el deseo
del sistema social, en el orden de la cultura. Cada desprecio que vuelven a vivir
repercute en la herida del abandono y lo expande en su estructura de
personalidad. Agrandar la herida de su personalidad es fácil, suturarla es lo
difícil. Cuando uno de estos jóvenes va a depender del sistema jurídico-penal
es importante que no nos está permitido improvisar, deshacernos de ellos
porque nos molestan, trasladarlos sólo porque tienen mala conducta,
citarlos y no atenderlos, etc.-

Ellos necesitan que el Otro se encargue de ellos, no para criarlos, sino


para sancionarlos como parte del sistema social. Es necesario redoblar la
apuesta a la palabra, porque ellos tienen la vía del acto demasiado activa,
y la de la palabra demasiado vacía. Es necesario que los jueces, fiscales,
defensores, puedan y quieran hablar con ellos, sin recurrir a ningún acto.
Ellos no necesitan hablar con el juez para que les de licencias o
beneficios, ellos necesitan hablar con el juez, y que el juez hable con
ellos. Ellos necesitan entablar una relación con el otro, que no contenga
la variante premio-castigo. Ellos necesitan que el otro pueda creer que
puede fundar la lógica de la palabra en ellos. "hablar con ellos es una
pérdida de tiempo ... no entienden razones ... quieren que les demos
beneficios ..." son todos expresiones de los prejuicios que se necesita
desterrar.-

Antes de comenzar un tratamiento con estos jóvenes, como lo puede ser la


relación tutelar, hay que reconocer que comienzo para no claudicar. La fuerza
oculta y siniestra que vive en ellos conduce a que se los abandone, a que se
los aborte ante de término. Y cada abandono que el Otro les inserta es una
cuota más de odio para actuar, y de una manera ciega y por fuera de la ley. -

Esta propuesta requiere desterrar un prejuicio, las cuestiones psicológicas son


para el psicólogo, las cuestiones legales son para el jurista. La subjetivización
del menor delicuente, es decir la relación subjetiva que articule en torno a la
ley, les compete a ambos. Tanto el juez como el psicólogo tienen que poder
intentar inscribir a este menor sujeto activo del acto en el circuito de la palabra,
ambos tienen que poder trazar una estrategia para ubicar al menor en el
circuito del deseo del sistema(esta ubicación no es física ni geográfica), ambos
tienen que poder creer que existe la posibilidad de colaborar con la inscripción
de la ley en su subjetividad. Ambos tiene n una responsabilidad social en el
tratamiento del psicópata juvenil, del menor delincuente.-

ODIO Y RENCOR DEL SUJETO EN SU VIDA CARCELARIA : SU RELACION


CON LA LEY Y EL MANDATO SUPERYOICO

ACERCA DEL ODIO

El odio es un sentimiento que se desarrolla en la personalidad del sujeto. No es


un sentimiento primario, es decir, que viene en el bagaje hereditario de la
persona. El odio es un sentimiento que se origina por la imposibilidad del
sujeto de aceptar determinadas frustraciones que vivencia. Esa
frustraciones que no pueden ser canalizadas por las personas se transforman
en una sensación destructiva en el interior de la personalidad. Esa sensación
destructiva luego se va transformando en odio. El odio por lo tanto es un
sentimiento destructivo. Es destructi vo por que es la semejanza interior a la
frustración vivida por el sujeto. La frustración es una negativa que recibe el
sujeto de parte de la realidad.

Las vivencias afectivas del sujeto generan dos sentimientos opuestos, que se
desarrollan acorde al signo de la experiencia vivenciada. Si la vivencia afectiva
es de signo positivo va a dar lugar al sentimiento de amor. A su vez, cuando la
vivencia afectiva es de signo negativo, puede dar un puntapié para que se
origine el sentimiento del odio. Debido a que ambos sentimientos (amor y
odio)son originados por vivencias afectivas, por experiencias vivenciales,
ambos sentimientos pueden ser transformados el uno en el otro. Es decir, que
el sujeto puede sentir amor por un objeto(por ejemplo una autoridad), y ese
amor transformarse en odio, porque ese sujeto comienza a vivenciarlo a ese
objeto como causante de frustraciones; entonces, donde otrora había amor
ahora comienza a gestarse odio. El incipiente odio puede ser heredero de la
magnitud del amor que sentía hacía ese objeto.

Las modalidades

El odio es un sentimiento destructivo que tiene dos fases diferentes. Existe una
etapa en la que el odio cobra un aspecto heteroagresivo. Es decir, que la
destructividad del odio va dirigida hacia fuera, hacia los objetos del mundo,
hacía el otro. El sujeto siente mucha euforia por el efecto destructivo que puede
generar en los otros, en el afuera. Esto es lo que se conoce como venganza. El
sujeto que ha sido golpeado por la frustración, que le ha asestado una herida
en el si mismo, por la vía del odio y la destructividad al otro siente el efecto
placentero de la venganza.

La otra faz del odio es la autodestructiva, el sujeto vuelve hacia si mismo los
efectos destructivos del odio. Ello se debe a que el sujeto no puede poner en el
exterior el impacto de las frustraciones. En este estado puede provocarse
heridas, mutilaciones, y hasta la muerte cuando el efecto descarga del odio es
inmediato y no admite demora y dilación. Ahora cuando la destructividad del si
mismo es interior y a largo plazo el sujeto se genera multiplicidad de
enfermedades psicosomáticas.-

LAS ACTUACIONES:

Actuar el odio es un acto que debe vencer las resistencia morales y las
formaciones culturales. Previo a actuar el odio existe un camino intermedio que
es el deslizarse por la fantasía del sujeto.

Algunos indicadores para diferenciar el odio en la fantasía y en actos de


venganza son :

EN LA FANTASIA

EN ACTOS DE VENGANZA
.- Es un recurso de la personalidad para soportar las frustraciones.

.- La persona tiene que usar su pensamiento como una forma de enfrentar los
problemas de la vida.

.- La magnitud del odio tiene que ser representable por la persona.

.- El odio es el par antitético del amor, por lo tanto entre amor y odio la persona
reparte el monto de intensidad de cada vivencia.(permeabilidad) Ejemplo puede
haber sentido mucho odio, luego se enamora y transfiere a su pareja la
intensidad de la experiencia del odio en el sentimiento amoroso; entonces ya
no tiene tanto odio al objeto frustrante.(policía).

.- el tatuaje tiene una función significante.

.- La persona tiene antecedentes de actuar y después pensar.

.- Ha vivido una experiencia traumática. No la puede representar como dolor,


humillación, frustración, entonces todo lo canaliza en un sentimiento de odio.
No elabora las experiencias traumáticas, las expulsa en la modalidad
destructiva del odio.

.- No puede representar la magnitud de odio que yace en su persona.

.- Tiene el perfil de una persona impulsiva.

.- Tiene poca permeabilidad en el par antitético odio-amor.

.- Canaliza viejas frustraciones en uno de los objetos de la frustración. Por


ejemplo lo hace en el policía y no en su padre.

.- el tatuaje es sólo un punto de Goce. No tiene función significante.

EL ODIO EN LA VIDA CARCELARIA

El saber de los internos, el saber de los guardiacárceles, el saber de los


psicólogos del servicio penitenciario, e incluso el saber popular da cuenta de un
hecho, ipso facto, "la cárcel genera odio y rencor".

Esta apreciación que a una primera vista parece simple desde la interrogación
y hermeneútica analítica no lo es tanto.-

Los internos de la cárcel asumen conscientes y casi con arrogancia su


"desprecio y odio a la yuta." Juran entre ellos vengarse en cuanto la vida les de
una oportunidad y llegan hasta tatuarse este significante en la piel (dos
serpientes envolviendo una espada o un dado de cinco puntos) lo que le da
otro estatuto a este odio. Es una inscripción , y una inscripción más allá de lo
Simbólico, en lo Real del cuerpo. Ellos no quieren que se crea que su odio a la
"yuta" sólo sea una cuestión de palabras, sino que sea una inscripción en la
misma piel.

Este odio no es sólo una ficción carcelaria, porque bien tenemos el ejemplo de
los policías o guardiacárceles que han cometidos delitos y deben pagarlos con
prisión, ellos no pueden ser alojados en los mismos pabellones que los reos.
Este acto consistiría en una grave amenaza para la integridad personal de "la
yuta". Existen las venganzas de los presos a los guardiacárceles y a los
policías. La vida cotidiana de los familiares de los uniformados es una
referencia clara al respecto.

Parodiar una muy conocida frase analítica como "mis presos me engañan" es
introducir la función de la FANTASIA en este microcosmos tanático. La
fantasia, el acto del odio y la venganza es una estrategia del interno para
superar este campo minado tanáticamente como es la cárcel. Los internos
relatan tramas intelectuales e impulsivas de venganzas a los guardiacárceles,
pero al parecer la hechología de la historia vital da cuenta que esto no es así.
Sí existe la venganza del reo pero en su función fáctica la ejecuta mientras
dura su condena, lo demás, al parecer, es una estrategia psíquica para
traspasar los muros del penal.

Los internos refieren y justifican, desde lo consciente de su discurso, este odio


criminal al flagelo padecido a manos de estos torturadores uniformados,
torturadores avalados legalmente, como ellos dicen.(lo dicen los internos de la
cárcel )

El psicoanálisis aporta elementos teóricos que permiten diferenciar la revancha


del torturado al torturador, la revancha del esclavo al amo, y la revancha del reo
al guardiacárcel.-

Tomemos como paradigmáticos algunos ejemplos de la vida cotidiana.

Los torturados de la época de la represión militar cuando asumieron un


posicionamiento de revancha exigieron honerosas indemnizaciones al Estado,
juicio y castigo a los asesinos y torturadores y padecieron sobre su ser la
neurosis traumática, o al menos el síndrome de stress postraumático. Estas
patologías suponen para el enfermo un sufrimiento en la esfera mental, en el
recuerdo, en el sueño y en general en todas las actividades de la vida
cotidiana. Estas patologías no sólo generan un daño en la vida cotidiana, sino
que también generan una inscripción de odio y rencor.- Lo cual nos permite
inferir que inscribieron su odio y rencor en una relación al Otro Social en el
registro de lo Simbólico y con un daño en el cuerpo propio.

Acerca de la revancha del esclavo al amo dan cuenta las numerosas


revoluciones sociales opresoras. Acontece una cruenta e irracional revuelta
que trastoca la estructura social y la subvierte, desde un orden imaginario
social. Tomemos como ejemplo dos clásicos : la revolución francesa y la
emancipación de los esclavos americanos. Desde el psicoanálisis aportamos
que algo de lo Real irrumpe en la relación del esclavo y el amo que genera lo
fenoménico. Digo que es una emergencia de lo Real, porque está la muerte
inscripta; y nótese que se han inscripto toneladas de papeles y letras sobre
estas experiencias humanas y no se puede dar cuenta cabalmente de tales
sucesos. Más allá de la mirada ingenua de la situación social el psicoanálisis
nos hace notar que el par antitético amo-esclavo subyace al cambio, sólo se
transmuta. Hay una apariencia que después de estas revueltas (Revolución
Francesa y Emancipación de los esclavos) se acabarían la opresión social, el
odio y el resentimiento social el tiempo pasa y se puede comprobar que ello no
es así... ¡! Se puede plantear que este efecto no se puede asir desde lo
Imaginario y menos desde lo Simbólico. De haber sido así la Convención de
Ginebra, la Declaración de los Derechos Humanos, tendrían otro estatuto.-

Opino que el odio y el rencor a la yuta se diferencia de estos dos


posicionamientos anteriores.

Existen dos grandes psicoanalistas que permiten introducirnos en esta


diferenciación . Hago referencia a Donald Winnicott y a Jacques Lacan.

D. Winnicott en "Deprivación y delincuencia" va a decir "la destructividad


caracteriza al niño antisocial cuya personalidad no deja espacio para el jugar y
que, por ende, esta es reemplazada por la actuación (acting out)"... "se llega
fácilmente a la conclusión de que el amor y el odio no son experimentados con
mayor violencia por el adulto que por el niño pequeño." ... "la agresión, en
particular, está oculta, disfrazada, desviada, se la atribuye a factores externos y
cuando aparece siempre resulta difícil rastrear sus orígenes."

Y Jacques Lacan ."el superyó tiene relación con la ley, pero es a la vez una ley
insensata ... nadie ignora la ley, pero ella es siempre incomprendida ...que no
es el mal sino el bien el que engendra la culpabilidad. Imposible reconocerse
ahí dentro ...

De estas lecturas teóricas podemos inferir que el odio y la destructividad del


reo al guardiacárcel es el símbolo tanático del rechazo a la ley que lo abarca.
Este odio y rencor es una relación mediatizada. El reo rechaza la Ley y
consuma ese rechazo en quíen lo pueda corporizar. Nótese que el reo,
también, se ampara en la Ley que rechaza. Pocas personas recurren tanto a la
Justicia como el interno de un penal. Los juzgados penales están repletos de
medidas judiciales que presentan los internos, no pocas veces sólo expresión
de un sentimiento de queja neurótica.-

El interno y el guardiacárcel se encuentran en una relación a Otro de la Ley,


por lo tanto la relación de ellos es afectiva y fundamentalmente ambivalente. La
relación de ellos es mediada por un tercero, omniscente, y supremo. Ellos se
encuentran en la misma posición estructural , están en el plano imaginario i(a)--
--i(a), desde el plano afectivo, están en la misma posición que los hermanos. La
ambivalencia afectiva de los hermanos es acorde al posicionamiento e
interpretaciones de la ley del Padre. Los hermanos se aman, sí están juntos
ante el limite que impone la Ley. Más vulgarmente, los hermanos se aman sí la
Ley es pareja. Existe una particular nota periodística (LA GACETA –
NOVIEMBRE 2000)en donde se puede leer que recapturaron a un prófugo,
mientras estaba tomando vino con un guardiacárcel. Este es un claro ejemplo
que en el par interno-guardiacárcel rige la ambivalencia afectiva por estar
sujetos a la Ley del OTRO y que la severidad e insensatez del superyó rige en
ese terreno árido.-

Los hermanos se odian cuando uno de ellos interpreta privilegios hacia el otro.
Lo mismo ocurre con el reo y el guardiacárcel.

Desde una hermeneútica analítica de la Ley se puede decir que el delito ocurre
cuando falla "la justicia suprema", es decir la operatividad de la Ley del OTRO.
Hago esta referencia , porque es menester introducirnos en una curiosa
esquematización del discurso del delincuente ante la Ley :

.- EL HOMICIDA va a decir :"yo no lo habría matado, sino ... "

.- EL LADRON refiere :"me vi obligado por las circunstancias a hacerlo ..."

.- EL VIOLADOR afirma taxativamente "no fui, se equivocan conmigo.."

.- EL INFRACTOR A LA LEY 23.737. se postula como :"yo consumo, pero


lo otro no..."

Estos recortes nos permiten inferir que en el trasfondo de sus discursos, ellos
no fueron los que transgredieron la LEY, sino que una fuerza más allá de ellos
torció sus destinos. Cabe preguntarse¿ cuál es la relación entre esta fuerza
que transgrede la Ley, y el odio que circula en la cárcel?

Podríamos pensar al rencor como el estigma del odio que fue. El rencor es
el resto del odio que fue. Es el recuerdo imborrable de un devenir
destructivo y tanático..

Señalo estas puntuaciones conceptuales en referencia a que la ambivalencia


afectiva de los internos y los guardiacárceles deja una marca indeleble en el
punto del odio. He ahí el rencor.

Así planteado, tenemos que el rencor es uno de los restos del par odio-amor,
¿cuál es el otro resto, el resto del amor?

Un día como cualquier otro, recibo a un interno que solicita ser atendido. Una
vez más se trataba de congraciarse con el psicólogo, a los efectos de
resguardarse de cualquier informe negativo que pudiera entorpecer o frenar el
extramuros, la semilibertad, etc., etc. Cómo les decía se trataba de obtener un
plus, y no de generar una demanda. Hasta que de repente, me dice

"... sí le voy a decir lo que me pregunta, me siento con mucha bronca con los
violadores, porque Uds. No son justos!!! Ellos dañan a un niño inocente, y eso
es para toda la vida, yo robo una mesa, un auto, y todo eso se soluciona al
poco tiempo. Y resulta que aquí te dejan salir por violador, y no por ladrón. Sí le
violan el hijo al juez se muere; sí le robo el auto, se compra otro mañana. Y yo
aquí y el afuera."
Ante este relato exaltado podemos inferir que este sujeto padece la
inconsistencia del orden legal supremo, del gran Otro. Y esa inconsistencia le
genera odio.

Cabe preguntarse, es el mismo odio al guardiacárcel que al otro delincuente(al


violador)?

Desde un orden fenoménico hay diferencias entre estos dos posicionamientos


de odio.

Acerca del odio entre los internos se puede precisar que es una furia ciega, no
pocas veces criminal. Es una furia que está adherida a una Ley, al código del
reo, al código de la "tumba". Todas las venganzas que se dan entre ellos
responden a un ajuste de cuentas :"... ha demandado a la yuta ... no se ha
plegado al motín ... es un soplón ... por su culpa nos cagaron .... Y sí se trata
de un ajuste de cuentas, se ajusta a una lógica Simbólica.

La ambivalencia afectiva que rige la relación con el guardiacárcel también se


hace presente entre los internos. Los internos se odian desde pelearse, hasta
matarse. Muchos de los que se odian, alguna vez tuvieron un afecto
constructivo entre ellos (por ejemplo formar bandas). Thanatos duerme, eros
despierta, y viceversa, de esa dualidad se trata. Un interno me decía :" yo no
los entiendo a estos, de día se pelean a chuzazos y de noche se hacen de
amarse como marido y mujer."

Retomando, "esa fuerza extraña más allá de sus voluntades que tuerce sus
destinos al infringir la ley." Veíamos que los internos se odian por violar el
código de honor de los reos, y que el interno y el guardiacárcel se odian por
una supuesta posición de diferencia en torno a la ley suprema. El interno
también se odia a si mismo cuando se automutila, se autoagrede, cuando
intenta lastimarse o matarse. Se puede notar que este odio a si mismo se
activa cuando creen que gozan de un beneficio de la ley que no disfrutan. Ellos
se autoagreden en señal de protesta, cuando la ley que los beneficia no los
ampara. No son pocos los guardiacárceles que interpretan a estas
rebeldías(automutilaciones de los internos) como : "a éste le hace falta una
buena cagada...!!!". Es decir se refieren a que el interno no sólo necesita que
se lo cure de las heridas que él mismo se ha inflingido, sino que también
reclama un severo castigo. Lo que desde el Psicoanálisis equivaldría a esa
inconmensurable necesidad que el flagelo del Padre se haga presente.
Podríamos pensar que el odio de la cárcel se regula no tanto por la ley del
padre, sino por la severidad superyoíca del mismo.

En nuestros tiempos actuales, fácilmente concordamos que la ley del


padre no regula las relaciones humanas. Entonces, podremos tomar el
odio y el rencor de la "tumba" como un llamado a la severidad y crueldad
del protopadre de la horda freudiana?

Aquí quiero abrir o introducir la cuestión de plantear a la cárcel como un


símbolo, un símbolo instituido en lo social, de una falla en el superyó en el
orden del acatamiento y sumisión del sujeto a la Ley del Padre, tanto en su faz
de ley sensata como de ley insensata.

SUGERENCIA

Me permito sugerir a los juristas y psicoanalistas interesados en esta temática


que aborden la lectura de este libro conjuntamente con la de otros dos :

.- "culpa, responsabilidad y castigo en el discurso psicoanalitico y jurídico"

.- "el crimen del cabo lortie"

este trípode de lecturas permitirá que se logre el objetivo aquí propuesto. Poder
conocer la importancia del proceso de subjetivización ante el delito por parte
del transgresor de la ley. -

"culpa, responsabilidad y castigo ..." es un libro de un grupo de investigadores


tucumanos, que abordan desde lo teórico y en un marco de investigación esta
cuestión. Esta perspectiva tiene la gran ventaja de la distancia del objeto de
estudio necesaria para elaborar una hipótesis de trabajo que sea neutra en
torno al obstáculo epistemológico que impregna a la praxis. Este grupo de
investigadores son tucumanos, los conozco, los he leído y escuchado exponer
pero no mantengo con ellos una relación de trabajo ni aún afectiva. Lo que creo
confiere un alto valor heurístico, desde lo científico y laboral al hecho que
hayamos llegado a concebir una misma perspectiva en la hipótesis que ambos
planteamos.

"el crimen del cabo lortie" es un libro de un jurista, y además francés, que
también llega al mismo puerto científico. El autor se interesó en el proceso
jurídico y humano del imputado, y pudo entrever estas cuestiones.

La amplitud de esta perspectiva planteada, ya sea por un grupo de


investigadores desde lo teórico, por un jurista francés y por un psicólogo
penólogo con formación psicoanalítica es lo que invito a compartir.-

DATOS DEL AUTOR


Es graduado de la Facultad de Psicología de la UNT – Realizó la residencia de
Psicología Clínica en el Hospital J.M. Obarrio en la pcia. de Tucumán. Es
docente de la Facultad de Medicina de la UNT. Posee formación psicoanalítica.
Trabaja en Institutos Penales de la Pcia. de Tucumán. Autor del libro "CLINICA
PSICOANALITICA CON HOMOSEXUALES". Socio fundador de la Asociación
de Estudios e Investigación en Psicología Forense de Tucumán.E mail :
vaquerag@hotmail.com - te. 0381-155 887119

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Herder –

Barcelona.-
.-2000 – H. CUTLER "DALAI LAMA" EDIC. GRIJALBO – BARCELONA-

.-2002 MARKOS ZAFIROPOULUS " LACAN Y LAS CIENCIAS SOCIALES"


EDIT.

NUEVA VISION – BS. AS.

ISBN Nº 987-43-3380-4

CONTRATAPA

La Justicia es la responsable de humanizar las Leyes ....y los juristas de


colaborar en la subjetivización del delito cometido. Las condenas penales en la
mayoría de los casos remiten a una sentencia vacía de significación y sentido
para el transgresor. El proceso de colocar al acto transgresor en la subjetividad
del transgresor y posicionarlo como autor de un acto por fuera de la Ley es el
sentido existente en toda condena penal. Este escrito pretende colaborar en
este objetivo.

Todo sujeto transgresor incurre en una escena en la que se desarrolla el acto


transgresor.

Descifrar la escena inconsciente en la que desarrolla la transgresión no es sólo


cosa de psicoanalistas o de eruditos criminólogos, sino que es un saber, cómo
cualquier otro. El perfil psíquico-criminológico del ladrón, el homicida , el
violador y el joven psicópata ayudan a conocer al transgresor, su acto y la
escena delictiva sobre la que está montada la transgresión cometida.- La
reincidencia o la rehabilitación es una apuesta - no quimérica - sino científica,
en la que todos los involucrados en el sistema jurídico-penal estamos
comprometidos. Incluye un escrito sobre el odio del transgresor, su función de
fantasía y la concreción en actos de venganza.-

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