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LA CAÍDA DEL HOMBRE 1


PREPARADO POR EDUARDO ROZO

“Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni
siquiera uno” Romanos 3:12

OBJETIVO: Conocer y entender cómo se dio origen al estado pecaminoso del hombre y
cómo este lo ha llevado a una vida de progresiva degradación

INTRODUCCIÓN

Luego de describir la creación y el principio de la raza humana, donde se muestra al primer


hombre y la primera mujer, Adán y Eva, quienes a su vez fungían en su momento como
representantes de la raza humana y de como Dios en su amor los coloca en el huerto de
Edén; el escritor continúa con la historia que teológicamente se llama “La Caída”; está
registrada en Génesis capítulo 3.

Allí se describe de una manera muy vívida como Satanás por medio de una serpiente
establece un diálogo con Eva acerca del mandamiento dado por Dios, con relación a la
prohibición de comer del árbol del bien y del mal y de la sentencia que había si la
transgredían. Satanás logra seducir a Eva, la engaña y ella cae en transgresión y luego
Adán participa de esta desobediencia. Así se presenta en la Escritura el origen del pecado
en la raza humana y sus terribles consecuencias que afectaron a toda creación y a la
humanidad.

En el relato bíblico de la caída del hombre, el diálogo de Eva con la serpiente ha inquietado
a muchas personas, a algunas les parece una fábula; tergiversando entonces la verdad
bíblica.

Existen tres interpretaciones del relato que a juicio de los teólogos no riñen con el
propósito de Dios en cuanto a dar a conocer los orígenes del pecado:

1. Literal. Un animal del huerto a quien Adán le había llamado serpiente, sostuvo una
conversación real con Eva.

2. Alegórica. La serpiente no es un animal real, sino una figura o símbolo del mal, tampoco
hubo un diálogo entre la serpiente y Eva; sólo que se utilizan estas figuras y símbolos para
describir el origen de toda trasgresión.

3. Literal-simbólica. Sí ocurrió la tentación y posterior caída, pero el escritor la expresa


mediante figuras y acciones simbólico- ficticias, permitiendo así que el lector las entienda
de una mejor manera.

No es aconsejable caer en discusiones sobre cuál es la interpretación correcta. Quien se


acerca a Dios a través de la Escritura, debe venir con deseo de extraer de ella las
enseñanzas que sean de provecho para su vida, trayendo bendición y salvación, sin
necesidad de entrar en el terreno de las suposiciones y contiendas.
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PASOS DE LA CAÍDA

Lecturas de Estudio: Génesis 2:7- 9, 15- 25; 3:1- 24

1. INCREDULIDAD

Satanás sembró duda en el corazón de Eva. Génesis 3:1

El diálogo sostenido entre Satanás y Eva, comienza con la siguiente pregunta: “¿Con qué
Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?” (Génesis 3: 1.), el propósito era
despertar desconfianza y debilitar la prohibición divina; rebajándola al nivel de consejo o
sugerencia.

De esta manera Satanás induce y lleva a Eva al terreno de la duda, dejando en el aire
varias interrogantes:

¿Cómo se le ocurre a Dios prohibirles eso?

¿Cómo puede ser Dios bueno y tratarlos de esa manera?

El propósito de Satanás ha sido siempre que el hombre vea a Dios, como un Dios que oculta
la verdad de una manera egoísta, a quién no le preocupa el bienestar y disfrute pleno, que
está preocupado en colocar al hombre prohibiciones. Desdibuja además la imagen de Dios
y rebaja su santidad, ofreciéndole al hombre la idea de que, si Dios es un Dios de Amor,
¿Porque se ocupa en no dejarnos hacer ciertas cosas?
Pero lo cierto es que Eva empezó de este modo su loca carrera hacia el pecado, Satanás
tendió la trampa y Eva fue hacia ella.

Satanás en primer lugar la emprende contra la bondad de Dios, pues en otras palabras
dice: Dios no ha sido muy bueno con ustedes, les esconde algunos privilegios.

¿Porque una simple duda sembrada por Satanás llevó a Adán y Eva a pecar? En realidad, no
fue tan simple, ya que este fue el principio, el detonante que provocó un “zarandeo” muy
fuerte en su escasa confianza en Dios.
La incredulidad se alimenta de la duda, y en este caso el terreno estaba bien abonado, así
lo demuestra el siguiente paso.

2. INTROMISIÓN EN LA PALABRA DE DIOS

Dios había dado el mandamiento en Génesis 2:16-17:

“De todo árbol del huerto podrás comer; más del árbol de la ciencia del bien y del mal no
comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás”

A la pregunta engañosa de Satanás, Eva responde: “Del fruto de los árboles del huerto
podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No
comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis” Génesis 3:3
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Nótese como Eva se entromete en el mandato de Dios añadiendo “ni le tocaréis”. Se denota
inseguridad, no había claridad ni fortaleza en su fe, y así entra en el juego presentado por
Satanás y se ve con derecho a incluir en el mandato de Dios sus propios razonamientos.
También se presentan rasgos de religiosidad, al exagerar la prohibición; si Dios dijo que no
comamos, pues tampoco lo toquemos.

Pero una gran verdad que sobresale aquí, es que esa intromisión en la orden divina,
demuestra la imagen que Eva tenía de Dios, la de un ser distante.

Ella no contestó de una manera clara y contundente: “Dios nos ha dicho: No coman del
árbol, porque ese día ciertamente moriremos”. Categóricamente, el mandamiento no
tenía marras, ni era confuso, ella parafraseó a su mejor estilo. Además, su respuesta
denota que su obediencia al mandato no cumplía con lo esperado por Dios.
Ella lo entendía a su manera: “Si no queremos morir, pues no comamos del árbol”. La
muerte era para ella una opción más. Prácticamente estaba preparado el terreno para
consumar el plan.

3. DESOBEDIENCIA

A medida que el diálogo continúa, Satanás abierta y descaradamente le insinúa a Eva que
Dios les ha mentido y que de manera egoísta les esconde privilegios.

“Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que
comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, Sabiendo el bien y el mal”
Génesis 3: 4-5

De este modo Satanás debilita en la mente y corazón de Eva, la autoridad de Dios, y se


ofrece como benefactor de la primera pareja.

La simple duda presentada por el enemigo en el principio, adquiere mayores proporciones,


ya que se desencadenan otras dudas con respecto a:

- La justicia y veracidad de Dios; Dios había dicho: “De cierto moriréis”, en


contraposición Satanás dijo: “No moriréis”.

- A la Santidad de Dios, La prohibición fue dada para salvaguardar al hombre y


exaltar la majestad y soberanía de Dios; Satanás en cambio, la presenta como una
debilidad del carácter divino, reflejado mediante celos y envidia.

Una vez concebida la duda en su corazón, era inevitable la caída, por cuanto:

1. Cede a su imaginación contaminada. Comienza a fantasear acerca del fruto


del árbol, y el temor que tenía hacia la Palabra dada por Dios fue desechado. Anhelando
comer del fruto, codicia y ambiciona la gloria y el conocimiento que supuestamente (según
la serpiente) se les había negado.
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“Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol
codiciable para alcanzar la sabiduría” Génesis 3:6a

2. Desobedece voluntariamente a Dios, es decir decide pecar bajo su libre y


espontánea voluntad. Con esta determinación desecha el gobierno de Dios, actúa con
independencia y en dirección contraria a la voluntad de Dios. Génesis 3:6b

3. Hace partícipe a Adán, quien a su vez decide también voluntariamente comer


de él. “Dio también a su marido, el cual comió, así como ella” Génesis 3:6c.

Es obvio; el pecado no sólo daña al pecador, sino también a quienes están íntimamente
relacionados con él. El pecado busca compañía y anhela engendrar más pecado. Por eso
Eva compartió su pecado con Adán.

El deleite del pecado alcanzó su punto más alto, contaminando la creación y la raza
humana. Ellos tanto por naturaleza como por elección pertenecen ahora al reino de
Satanás.

El hombre desobedeció pues esperaba ser igual a Dios y conocer el bien y el mal; pero
buscó esto por el camino equivocado, su resultado fue desastroso y totalmente contrario.
Terminó alejado de Dios y aunque conoció el bien y el mal, vino a ser para su desgracia,
por cuanto, no tenía poder para hacer el bien, ni tampoco el poder para evitar el mal,
quedando de esta manera a merced del Pecado.

INTERROGANTES PRESENTADOS

¿Por qué plantó Dios el árbol de la ciencia del bien y del mal y prohibió comer de su fruto?

La razón correcta al porqué, radica en el hecho de la condición en la que Dios había


colocado al hombre en Edén. En su estado de exaltación (Señor de la creación, hecho a
imagen y semejanza de Dios, habitando en un maravilloso lugar y disfrutando de la
presencia y la vida de Dios), no podía olvidar que el Señorío y la soberanía absoluta eran
de Dios, de aquí que Dios planta el árbol y prohíbe comer de su fruto, para enseñarle al
hombre de esta manera a reconocer mediante la obediencia; su Señorío.

Dios de este modo muestra su bondad y amor para con el hombre, ya que sólo existió una
norma o prohibición en medio de abundantes privilegios.

Por otra parte; aunque el árbol representaba otra fuente de conocimiento, Dios en su
bondad quería que el hombre entendiese que la verdadera fuente de la sabiduría era la
dependencia absoluta de Él.

“El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; los insensatos desprecian la sabiduría


y la enseñanza”. Proverbios 1:7
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También el árbol proporcionaba una prueba mediante la cual el hombre podría con libertad
escoger servir a Dios y desarrollar su carácter, pues sin el libre albedrío, el hombre sería
un ser programado para cumplir órdenes.

¿El pecado consistió en una relación sexual entre Adán y Eva?

En ningún momento, ya que la relación sexual se encontraba en armonía con el mandato


divino de poblar la tierra (Génesis 1:28); además, la primera mención que hace la Biblia
de una relación entre ellos, ocurre después de la expulsión del huerto (Génesis 4:1).

Otro aspecto de relevancia es que la Biblia enseña que la relación sexual entre cónyuges
es lícita y conveniente. 1 Corintios 7:2-5

Hay otras enseñanzas erróneas de gentes pervertidas que dicen que el pecado de Eva fue
una relación sexual con Satanás. El comer del fruto simboliza para ellos la relación sexual,
y Satanás está simbolizado en la serpiente. Esta creencia riñe por completo con la Palabra
de Dios, no tiene ningún fundamento bíblico, ya que no hay ningún texto que lo confirme,
ni siquiera que dé a entender esta perversa idea. Si fuera así, entonces que se pensaría
cuando la escritura dice: “y dio también a su marido, el cual comió así como ella” Génesis
3:6.

En estas personas contumaces se cumple lo dicho por el Señor:


“Y mayormente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia,
y desprecian el señorío” 2 Pedro 2:10
Otras referencias: Romanos 1:28-29; Tito 1:10, 16

LA ESCALA DE DEGRADACIÓN DEL HOMBRE

La escala de degradación del hombre, más que una escala propiamente dicha, es una
cadena de hechos, situaciones, condiciones que se entrelazan en derredor del hombre,
manteniéndolo atado, cautivo y llevándolo cada vez más a un estado más degradado y
deshonroso.

La Escritura describe así la situación del hombre caído y como se vendió al pecado, por lo
que ahora su padre es el diablo, Juan 8:44; entonces viene de simiente pecadora, Salmos
51: 5; todo su ser está contaminado por el pecado, Isaías 1: 6; está bajo maldición. Gálatas
3: 10

Todo esto lo lleva a ser gobernado por Satanás, Efesios 2: 2, a ser cautivo del mal,
(Romanos 7: 23; Génesis 6: 5), buscar y deleitarse en las perversiones; rechazando e
ignorando todo el tiempo a Dios (Juan 14: 24).

El apóstol Pablo con toda claridad describe la inevitable espiral descendente del pecado.
Primero, las personas rechazan a Dios; después, se hacen sus propias concepciones o ideas
de la deidad; luego caen en pecado: sexual, codicia, odio, envidia, homicidio, disensión,
engaño, malicia, chisme. Por último, crece su odio hacia Dios y animan a otros a que
sientan lo mismo.
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Dios no da inicio a esta progresión hacia el mal, pero cuando las personas lo rechazan, les
concede vivir como hayan escogido. Una vez atrapados por la espiral descendente, no
pueden librarse, razón por la cual los pecadores deben confiar en Cristo si quieren hallar
la vía de escape.

Algunos aspectos que demuestran esta escala de degradación en el hombre son:

1. De simiente pecadora. (Salmo 51:5; 58:3).


2. Está corrompido. (Isaías 1:6)
3. Está bajo maldición (Gálatas 3:10).
4. Su padre ahora es el diablo (Juan 8:44; 1 Juan 5:19).
5. Gobernado por Satanás (Efesios 2:2).
6. Llevado de continuo al mal (Romanos 7:23; Génesis 6:5)
7. Busca las perversiones (Eclesiastés 7:21)
8. Rechaza e ignora a Dios (Juan 14:24)
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LA CAIDA DEL HOMBRE 2

“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte,
así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” Romanos 5:12

OBJETIVO: Definir qué es el pecado y demostrar que la sentencia dada por Dios
como castigo fue cumplida a cabalidad.

INTRODUCCIÓN

En el huerto de Edén había una perfecta comunión entre Dios y el hombre. Relación que
estaba ligada a la obediencia del hombre hacia el mandato de Dios. Cuando el ser humano
desobedeció se rompió esa comunión. El apóstol Pablo lo describe diciendo que el hombre
cayó de la gloria de Dios. Romanos 5: 18-19. Desde ese momento, entró el pecado en el
mundo.

EL PECADO

En las Sagradas Escrituras se usan muchas expresiones de las que proviene la palabra
pecado; pero entre ellas hay dos que dan mayor claridad en cuanto a su significado.

Una expresión proviene del hebreo, “abar”, que significa trasgredir, quebrantar, cruzar,
sobrepasar, traspasar una línea, un límite prohibido. También significa el sentido de
transgredir o infringir un pacto, acuerdo o mandamiento.

El pecador entonces es aquel que traspasa los límites establecidos por la ley de Dios, y cae
en trasgresión y culpa.

“Y dijo Moisés: ¿Por qué quebrantáis el mandamiento de Jehová? Esto tampoco os saldrá
bien” Números 14:41

“Y la ira de Jehová se encendió contra Israel, y dijo: Por cuanto este pueblo traspasa mi
pacto que ordené a sus padres, y no obedece a mi voz” Jueces 2:20

“Entonces Saúl dijo a Samuel: Yo he pecado; pues he quebrantado el mandamiento de


Jehová y tus palabras, porque temí al pueblo y consentí a la voz de ellos. Perdona, pues,
ahora mi pecado” 1 Samuel 15.24

“Pon a tu boca trompeta. Como águila viene contra la casa de Jehová, porque traspasaron
mi pacto, y se rebelaron contra mi ley” Óseas 8:1
La otra expresión proviene del griego, “jamartia”, que significa errar el blanco. Este
término conlleva más la idea de distorsión moral y se usa para denotar el principio o fuente
de la acción, o un elemento interno productor de acciones. Romanos 3:9; 5:12,13, 20;
6:1,2; 7:7
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Dios había creado al hombre con propósitos especiales, pero el hombre no dio en el blanco,
falló. El hombre no satisfizo las expectativas de Dios. De manera que se puede afirmar
categóricamente que Adán y Eva pecaron, su desobediencia fue pecado. Ellos traspasaron
el límite de la ley de Dios, la quebrantaron; y erraron el blanco, fallaron al no cumplir
voluntariamente el propósito de Dios para sus vidas.

Es importante anotar aquí, que el pecado trajo graves consecuencias. El asunto es que la
culpa acompañó al pecado, el hombre empezó a ser atormentado por la culpa y por su
conciencia. La escritura lo describe así:

"Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces
cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. Y oyeron la voz de Jehová Dios que se
paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia
de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo:
¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba
desnudo; y me escondí” Génesis 3:7-10

Adán y Eva se avergonzaron de su desnudez, se escondieron de la presencia de Dios y


tuvieron temor al oír su voz. Parafraseando lo dicho por Adán: “Dios; hemos pecado y
cuando escuchamos tu voz nos escondimos, pues tenemos miedo ahora de lo que nos
espera; es más no sabemos como cubrir la vergüenza que nos ha traído el pecado, lo mejor
que pudimos hacer fue cubrirnos con estos delantales de hojas de higuera, pero… “

LA REALIDAD DEL PECADO

Si el pecado es real o no, no es necesario discutirlo. Aunque el hombre a través de todas


las épocas ha querido deshacerse o rebajar a la mínima expresión toda idea con relación
al pecado, este sigue siendo una gran realidad.

A través de la historia esos esfuerzos se han manifestado en teorías tales como:

Ateísmo: Niega a Dios, por ende también niega el pecado, pues en un estricto sentido, se
peca sólo contra Dios. Un análisis más profundo nos lleva a pensar que el atentar contra la
ley del bien, contra la vida, es atentar contra Dios quien es la fuente de la vida y del bien.

Determinismo Filosófico: Esta forma de doctrina afirma que el “libre albedrío”8 es un


engaño y no una realidad. El hombre entonces es esclavo de las circunstancias, no se puede
comportar de manera diferente a como lo hace; su elección es dictada por estímulos
internos y por circunstancias que están fuera de su dominio, luego no se le puede elogiar
por lo bueno que hace, ni castigársele o censurarle por lo malo. El pecado para ellos
entonces es una enfermedad y el pecador es un ser digno de lástima. Esta corriente tiene
sus orígenes en la Grecia antigua, siendo sus primeros exponentes: Esquilo, Sófocles y las
escuelas epicúrea y estoica.

Las Sagradas Escrituras afirman que el hombre si es esclavo, pero del pecado, no de las
circunstancias y que llegó a serlo porque así lo quiso; libremente eligió pecar.
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El pecado no es una enfermedad; es un estado o condición en la que el ser humano está y


decide estar; el pecador no merece ser digno de lástima, ya que escogió pecar, debe sufrir
la sentencia, pues no la desconoce.

Hedonismo: Esta corriente filosófica promulga que el mayor bien de la vida es el disfrutar
los placeres y evitar el dolor. Las cosas se hacen si proporcionan placer. El Hedonismo pasa
por alto el pecado, lo denomina: “debilidad inocente”, “un tropezón”, “un capricho”,
“entusiasmo juvenil”, “expresión libre de la individualidad”. Restan importancia a la
gravedad del pecado, quieren borrar la línea que separa el bien del mal.

La advertencia Divina dice: “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que
hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce
por amargo!”9 .

El placer, no es el objetivo primordial de la vida; ni por sí solo, librará de las consecuencias


del pecado. Sería bueno recordar la manera severa como Dios ha castigado al que
persevera en el pecado. (Véase el castigo de Sodoma y Gomorra. Génesis 19).

Evolucionismo: Esta teoría enseña que el hombre es producto del desarrollo progresivo del
animal; hace esfuerzos desesperados por vincular al hombre con los animales, en cuanto
a su origen y destino; de manera que piensan así “librarse” del pecado, ya que los animales
no pecan, mucho menos tienen problemas con su conciencia y culpabilidad. El pecado es
para esta teoría un rasgo de la herencia animal.

Contrario a esta corriente filosófica, la Palabra de Dios enseña que el hombre es creación
directa de Dios y fue hecho a su imagen y semejanza, coronado de gloria y honra.

“Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, para que
lo visites? Le has hecho poco menor que los ángeles, Y lo coronaste de gloria y de honra”
Salmo 8:4-5

En ningún momento estas teorías y otras que van apareciendo, como la Nueva Era, el
Nihilismo10, deben hacer temer al creyente, ni debilitar su fe, sino más bien, debe
fortalecerle y llevarle a la conclusión que los esfuerzos del hombre por encontrar maneras
para librarse del pecado y de sus consecuencias, no hacen más que demostrar que el
pecado es una realidad palpable y que el hombre no tiene capacidad para eliminar, borrar,
quitar y minimizar el poder del pecado en él.

La prueba más evidente que el pecado es real, la constituye el cumplimiento por parte de
Dios de la sentencia: La Muerte

LA MUERTE: LA SENTENCIA POR EL PECADO

“Más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él
comieres, ciertamente morirás” Génesis 2:17

“Porque la paga del pecado es muerte,...” Romanos 6:23


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Una vez el hombre pecó se cumplió la sentencia dada por Dios “morirás”. Esta sentencia
tuvo el siguiente alcance en el hombre:

1. Muerte espiritual

Esto significa la pérdida de la comunión con Dios. Se ve claramente en la Escritura que


cuando Adán y Eva pecan, se esconden temerosos de la presencia de Dios. Además, aunque
en el huerto estaban desnudos no se avergonzaban. Al pecar se avergonzaron de su
desnudez y quisieron cubrirse por sus propios medios, haciendo delantales de hojas de
higuera.
El castigo en lo que tiene relación con la muerte espiritual se hizo evidente cuando Dios
los echa del huerto del Edén, esto es, de su presencia, de su comunión (Génesis 3: 24), en
otras palabras; el hombre perdió de vista a su Señor.

Desde ese momento el hombre empieza a huir de Dios, a tratar de esconderse,


perseverando en su pecado, atentando contra otros, contra sí mismo y contra Dios.

El hombre tiene vida física o natural, pero está muerto. Es ajeno a la vida de Dios, por lo
que la vida espiritual le es extraña, le es locura; desconoce la voz de Dios y desobedece
sus preceptos.

Con relación a esta verdad las Escrituras presentan las siguientes referencias:

“Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados” Efesios
2:1

“Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne,...”


Colosenses 2:13

“Pero la que se entrega a los placeres, viviendo está muerta” 1 Timoteo 5:6

En la parábola del Hijo Prodigo, el padre expresa la condición de su hijo menor, quien
estaba lejos de casa, con estas palabras: “... porque este tu hermano era muerto, y ha
revivido; se había perdido, y es hallado.” Lucas 15:32

2. Muerte física

Se define como la extinción o cesación de la vida terrenal.

Dios creó al hombre en el huerto de Edén para la eternidad, es decir no puso límites a sus
días. La fuente de su vida era Dios y era representada en el Edén por el árbol de la vida;
una vez el hombre peca, Dios impide al hombre acercarse a este, para que no comiera de
su fruto y obtuviera eternidad estando en su condición pecaminosa. Entonces Dios cierra
el paso al árbol de la vida, expulsa al hombre del huerto y acorta sus días de vida; ahora
iban a envejecer y a morir. Salmos 90: 10, Hecho17: 26.
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Pero antes de expulsarlo le dicta la sentencia en lo relacionado con la muerte física:

“Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella
fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás” Génesis 3:19

El hombre fue sentenciado a muerte y quedó a merced de ella, desde el mismo momento
en que es concebido en el vientre de la madre, puede perder su vida. A medida que
transcurren los años su cuerpo va camino hacia la muerte, pues se va deteriorando hasta
perecer y volver al polvo.
Pero, ¿Por qué el hombre no murió físicamente de inmediato? Una vara no muere
inmediatamente cuando se le corta del árbol, que era su fuente de vida. El proceso de la
muerte puede llevar muchos días. Pero con el tiempo, las hojas que fueron verdes se
secan y se marchitan, la rama está muerta por completo.
De igual manera les ocurrió a Adán y Eva. La muerte no era evidente en sus cuerpos el día
en que desobedecieron a Dios, pues aparentemente siguieron el ritmo normal de sus vidas,
pero en realidad habían muerto para Dios, habían sido separados de la fuente de la vida y
pronto llegaría el fin de sus días.

3. Muerte eterna

La Biblia destaca las serias consecuencias del pecado haciendo referencia a la muerte
eterna o la “segunda muerte”.
“Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros,
los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre,
que es la muerte segunda” Apocalipsis 21: 8

“Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; ... Y el mar entregó los muertos
que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron
juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de
fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue
lanzado al lago de fuego” Apocalipsis. 20: 12-15

La segunda muerte o muerte eterna es sinónima de Condenación.


La muerte física o primera muerte reina sobre todos los hombres, cristianos y no cristianos
participarán de ella. Mas la muerte eterna reinará sobre los que en vida no restablecieron
su comunión con Dios.

La muerte eterna es entonces la separación total y absoluta de la presencia de Dios por


los siglos y edades. Es la consumación de la justicia de Dios sobre aquellos que
perseveraron en su maldad, teniendo en poco la misericordia y amor de Dios expresado en
el sacrificio de Cristo.

Por esto su lugar final será el lago que arde con fuego y azufre; lugar que además implica,
la angustia y el tormento provocada por esta separación y el hecho de no poder regresar a
Dios.
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“.. Ser echado en el infierno, al fuego que no puede ser apagado, donde el gusano de ellos
no muere y el fuego nunca se apaga” Marcos 9: 43

“Pero os enseñaré a quién debéis temer: Temed a aquel que después de haber quitado la
vida, tiene poder de echar en el infierno; sí, os digo, a éste temed” Lucas 12:5

“Y saldrán, y verán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra mí; porque su
gusano nunca morirá, ni su fuego se apagará, y serán abominables a todo hombre” Isaías
66:24

UNIVERSALIDAD DE LA TRANSGRESIÓN DE ADÁN

“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte,
así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” Romanos 5: 12

El primer pecado de Adán tuvo un significado único para toda la raza humana, porque él,
como primer hombre, es el padre de esta.

En el texto de Romanos se hace hincapié en que la sola y única transgresión de un solo


hombre fue la causa por la cual el pecado, la condenación y la muerte recayeron sobre
toda la humanidad.

En consecuencia, la cláusula “por cuanto todos pecaron” se refiere al pecado de todos en


el pecado de Adán. No puede referirse esta frase a los pecados que cometen todos los
hombres, y mucho menos a la tendencia pecaminosa que aflige a todos, porque la cláusula
en cuestión dice claramente porque “la muerte pasó a todos los hombres” En otras
palabras; como resultado del pecado de Adán, la muerte entró al mundo.

La muerte vino a ser común a todos los descendientes de Adán, porque todos pecaron en
él. Y aunque es cierto que todos los hombres cometen pecados, el apóstol Pablo en el
capítulo 5 de Romanos hace referencia que el pecado de Adán fue un acto
representativo.11

En resumen; la universalidad del pecado se evidencia en algunos aspectos; todo hombre


tiene una naturaleza pecaminosa, y es un pecador por práctica; sin olvidar que su mayor
culpa es el rechazo de la provisión de Dios para su salvación. Juan 3:18,19, 36.

“El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la
vida, sino que la ira de Dios está sobre él” Juan 3:36

“Entonces, oídas estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: ¡De manera que
también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida” Hechos 11:18

Uno de los cuadros más importantes y completos acerca del arrepentimiento es la parábola
del Hijo Prodigo. El joven de esta parábola se encontraba en una situación apremiante y
angustiosa que lo lleva un profundo arrepentimiento. Recapacita y decide renunciar a su
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mísera vida. Su convicción fue tan profunda, que su decisión no queda solamente en su
mente y corazón, sino que actúa, emprendiendo el camino de regreso a casa. Al llegar a
ésta, pide perdón a su padre, quien exclama: “Este mi hijo se había perdido y es hallado”
El resultado no puede ser más glorioso: Alegría, gozo, fiesta, vida.

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