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Fraschetti Notas Unidad 3 Contratos 2018 Final
Fraschetti Notas Unidad 3 Contratos 2018 Final
Bibliografía obligatoria:
FRASCHETTI, Alejandro. Notas de cátedra de la unidad N° 3: elementos de los
contratos (continuación): sujetos, objeto y causa. Forma y prueba.
ACEVEDO, Mariano. Incapacidad e inhabilidad para contratar. En Código Civil
y Comercial de la Nación. Contratos. Suplemento especial. La Ley, febrero 2015, pp.
95-101.
MOSSET ITURRASPE, Jorge. Contratos (capítulo VIII: contratación por y para
otro). Ediar. Bs. As., 1978, pp. 179-191.
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Derecho privado III – Notas de cátedra unidad 3
Aclaraciones previas
Las presentes notas son una guía que se integra con varios artículos de diferentes
autores que tratan el tema de estudio. El material de Mosset Iturraspe hace referencia a
la legislación derogada, aunque por su valor teórico es de gran utilidad. El resto del
material hace un estudio comparativo entre lo viejo y lo nuevo. Deberá tomarse la
precaución cuando se realice la lectura de chequear a qué ordenamiento se está
refiriendo el autor.
1) Los sujetos
En el primer punto de la unidad trataremos diferentes aspectos vinculados a los
sujetos del contrato. El primero, su capacidad, la ausencia de la misma, y los supuestos
de inhabilitación incluidos en la parte general de los contratos. El segundo, una noción
de legitimación. Y por último, un breve repaso de la teoría general de la representación
(estudiada en la asignatura Privado I), sus efectos, y las diferencias con otras formas de
contratar donde intervienen más de dos sujetos pero sin que exista representación.
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alcances según los casos en cuanto a quién la puede solicitar (sólo el incapaz o persona
con capacidad restringida, y otros sujetos), de quién es el interés protegido (incapaz u
orden público), si es susceptible de confirmación, etc. Se distingue si la nulidad es
absoluta o relativa, y ello explica los distintos efectos. La declaración de nulidad
produce efecto retroactivo, y la obligación de restituir lo que se hubiese entregado,
aunque como veremos en materia contractual existe una regla especial.
La capacidad de derecho está definida en el art. 22 del CCCN.
ARTÍCULO 23.- Capacidad de ejercicio. Toda persona humana puede ejercer por
sí misma sus derechos, excepto las limitaciones expresamente previstas en este Código
y en una sentencia judicial.
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También este tema se vincula con lo estudiado en el derecho privado I, al que nos
remitimos. En particular deben tenerse presente: a) la situación de los menores: regla
general (art. 26), contratos celebrados por los padres (arts. 690, 691 y 692), los contratos
de escasa cuantía (684), el menor profesional con título habilitante (30); b) la tutela y
los sistemas de apoyo: regla por remisión; c) la situación de las personas con
incapacidad o capacidad restringida por sentencia judicial; d) los inhabilitados: ahora
sólo pródigos, que requieren apoyo para los actos de disposición (arts. 48 y 49); e) los
emancipados: regla y actos que le están prohibidos (de manera absoluta o con
autorización judicial, arts. 27, 28 y 29); f) los condenados a reclusión o prisión por más
de 3 años, que están sujetos a curatela (art. 12 C. Penal) y privados de la administración
y disposición de sus bienes; g) los fallidos que están desapoderados de sus bienes, y
sobre los cuales tampoco tienen la administración ni disposición.
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(es decir realizado con legitimación), daba lugar a una acción de daños y perjuicios del
dueño de la cosa en contra de quien hizo el acto de disposición.
Decimos sustanciales o de fondo, ya que hace a la posición que tiene un sujeto
respecto de un objeto determinado, a los fines de poder disponerlo conforme la
legislación de fondo. La legitimación procesal hace referencia a la posibilidad que tiene
una persona de ser parte en un juicio, más allá de que sea titular o no del derecho o de la
obligación que se vincula en el mismo. Por ejemplo: Juan inicia un juicio en contra de
Pedro por el cobro de pesos derivados de un contrato incumplido. Si Juan es realmente
el acreedor (porque la deuda existe y, además él es su titular), entonces tendrá
legitimación sustancial activa. Si Pedro es a su vez el deudor (puede que el crédito
exista pero no deba abonarlo Pedro sino Luis), entonces él tiene legitimación sustancial
pasiva. Si Juan está representado por su abogado, éste deberá acompañar poderes
suficientes (legitimación procesal), y su ausencia impedirá el inicio o la continuación
del proceso hasta que el problema se subsane. No se trata de saber si Juan es acreedor o
no, sino si puede venir por sí o por un tercero al juicio y, en su caso, si cumplió con las
formas establecidas en las leyes procesales. Si Pedro es menor de edad, debieran
concurrir sus representantes (salvo las excepciones previstas en el derecho de fondo),
acreditando que efectivamente lo son, acompañando por ejemplo la partida de
nacimiento. Si no lo hacen, carecerán de legitimación procesal.
b) Para otros la noción de legitimación para obrar es más amplia, y significa la
proporción de idoneidad para un acto singular, conmensurada a favor de circunstancias
particulares del caso y distintas en cada caso (BARBERO). Cada vez que nos
preguntamos si un determinado sujeto (Juan), puede contratar con otro (Pedro), un
negocio en particular (compraventa), sobre un determinado objeto (moto domino 123
AAA), entonces nos preguntamos si tiene legitimación para contratar. Señala
CARNELUTTI, la incapacidad depende de un modo de ser del sujeto en sí, mientras
que la legitimación resulta de una posición suya con relación a los demás.
El tema había generado una discusión a propósito del régimen anterior, donde por
ejemplo se cuestionaba si la imposibilidad que tenía un cónyuge de celebrar un contrato
de compraventa con su esposo o esposa era un caso de incapacidad de derecho (tesis
restringida) o era un supuesto de falta de legitimación para contratar (tesis amplia).
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La representación
El CCCN incorporó en la parte general una teoría de la representación, supliendo la
omisión en la que había incurrido Vélez Sarsfield (que por otra parte era compartida por
todos los CC de la época, ya que la teoría no se había desarrollado hasta ese momento).
La representación es un fenómeno que pertenece a los actos jurídicos en general (no
solo a los contratos), por lo que su estudio se realiza en el Derecho Privado I. A
continuación realizaremos un breve repaso del tema.
En primer lugar debe estudiarse la parte teórica de la representación, que está muy
bien explicada en MOSSET ITURRASPE, Jorge. Contratos (capítulo VIII: contratación
por y para otro). Ediar. Bs. As., 1978, pp. 179-191. De este material deben extraerse las
explicaciones teóricas, y tener presente que las referencias normativas son sobre el CC
derogado. Es muy interesante observar cómo, todos los principios desarrollados por la
doctrina fueron incorporados al CCCN, de allí la utilidad de su lectura.
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El art. 360 precisa en qué extensión se producen los efectos. Alcanza a los actos
objeto del apoderamiento, a las facultades otorgadas por la ley, y a los actos necesarios
para su ejecución (por ejemplo si tengo un poder para vender, tengo las facultades que
la ley le asigna al vendedor: obligarse a transmitir la propiedad de una cosa, y también
estoy autorizado a entregar la cosa para cumplir con esa obligación).
El art. 361 por último explica la oponibilidad a terceros de los límites y la
extinción: la existencia de supuestos no autorizados y las limitaciones o la extinción del
poder son oponibles a terceros si éstos las conocen o pudieron conocerlas actuando con
la debida diligencia.
5.2. El sujeto actúa en nombre propio y por cuenta ajena. Es el caso del mandato
oculto, o de la consignación (antes denominada también comisión, del art. 1335 y
siguientes). No hay representación, y el 3º queda obligado con el mandatario oculto, o
con el consignatario, sin perjuicio de las acciones que existen entre las partes del
contrato de colaboración gestoria (mandante – mandatario, consignante –
consignatario). En el mandato oculto, si el 3º toma conocimiento de la existencia del
mandato, puede subrogarse en los derechos del mandatario para ir contra el mandante
(1321). En cambio, en la consignación, como la situación es transparente, ya que el
tercero conoce que el consignatario actúa por cuenta ajena (aunque no sabe por cuenta
de quién), la averiguación de quién es el consignante es irrelevante, y no hay acciones
entre consignante y tercero (art. 1337).
5.3. El sujeto actúa en nombre ajeno y por cuenta propia. Aquí hay representación.
Quien realiza el acto declara actuar a nombre de otra persona, pero el interés es suyo.
“Es lo que acontece en el supuesto de la prenda de un crédito, cuando el acreedor
prendario ejecuta el crédito prendado. Al cobrarlo, actúa en nombre de su deudor, pero
en interés propio.”1 En materia de contratos los romanos lo denominaban procurator in
rem suam, y el CC velezano lo prohibía, salvo autorización legal expresa. Se trata de un
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Fontanarrosa (1972:446)
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6.2. Promesa del hecho del tercero: aquí un sujeto promete en nombre propio el
hecho ajeno. Por ejemplo, Juan promete a María, que Luis (cantante de Mariachi) se
presentará en su casamiento para dar un show. María sabe que no está contratando con
Luis, y que Juan no tiene facultades para obligarlo. No hay representación. Los efectos
están en el art. 1026.
6.3. Contrato a favor de terceros: el promitente se obliga frente al estipulante a
realizar una prestación a favor de un tercero que no forma parte del contrato, y se
denomina beneficiario. No hay representación, ya que ni el promitente ni el estipulante
actúan en nombre del beneficiario. Además se requiere que éste acepte el beneficio para
que pueda tener acción de cumplimiento. Las reglas que se aplican están en los arts.
1027 y 1028.
6.4. Contrato por persona a designar: es la reserva que hace una parte de designar
ulteriormente a un tercero para que asuma su posición contractual. No hay
representación ya que la persona del tercero es, además de desconocida al momento de
celebración, eventual. Se utiliza en la compra en comisión, donde un comprador para
asegurar un negocio que estima conveniente adquiere algo hoy, reservándose la facultad
de sustituirse por un 3º en un plazo, para que le dé tiempo de conseguir un nuevo
comprador, y lucrar con la diferencia. El contrato además obliga a quien lo suscribe, por
lo que si la persona a designar nunca aparece, los efectos se producen entre quienes lo
celebraron inicialmente. Está reglado en el art. 1029.
6.5. Contrato por cuenta de quien corresponda: la diferencia con el anterior es que
el contrato queda sujeto a la condición suspensiva de que aparezca un tercero designado
por la parte que hizo la reserva. Tampoco hay representación porque el negocio está
supeditado al cumplimiento de esta condición. Está reglado en el art. 1030.
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Señalan ÁLVAREZ JULIÁ - SOBRINO REIG, (2014): “Dicha declaración unilateral del
poderdante informará a los terceros que los actos que realice el representante, a nombre y por cuenta del
representado, repercutirán en el patrimonio y derechos del primero. Por esa razón los verdaderos
destinatarios del poder son los terceros, a quienes asegura la determinación del sujeto de derecho
involucrado en la relación o situación jurídica.” (ver comentario al art. 362)
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Representación aparente
Explica Fontanarrosa (1972:465) que puede ocurrir que alguien invoque la calidad
de representante sin tenerla, o bien cuando su representación ya se extinguió. Es el
llamado falsus procurator, donde existe una representación sólo aparente porque falta el
poder necesario para concluir el negocio en nombre de otro. Los efectos del acto en este
caso ya fueron explicados a propósito de la inexistencia de poder.
Sin embargo, en algunas oportunidades la actuación aparente es susceptible de
despertar la confianza en el 3º que contrata, y el derecho no es ajeno a esa situación,
buscando protegerla. Se tratan además de casos donde el falso representado ha
contribuido con su acción u omisión a crear esa falsa expectativa (ha inducido al 3º a
creer que contrata con su supuesto representante), por lo que la ley admite una
excepción a la regla de la ineficacia. Pese a no existir una verdadera representación
porque falta el poder, igual se le asignan sus efectos. Está prescripta en el art. 367,
donde pueden verse algunos ejemplos como presunciones:
El poder
Respecto de los poderes el CCCN también trae otras reglas adicionales a las
estudiadas:
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5º) Por último, en cuanto al alcance del poder, respecto de nuestra asignatura es
central tener clara la clasificación de actos de administración y de disposición, según
comprometan o no sustancialmente el patrimonio del titular.
El CCCN da las siguientes pautas:
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d. aceptar herencias;
e. constituir, modificar, transferir o extinguir derechos reales sobre inmuebles u
otros bienes registrables;
f. crear obligaciones por una declaración unilateral de voluntad;
g. reconocer o novar obligaciones anteriores al otorgamiento del poder;
h. hacer pagos que no sean los ordinarios de la administración;
i. renunciar, transar, someter a juicio arbitral derechos u obligaciones, sin
perjuicio de las reglas aplicables en materia de concursos y quiebras;
j. formar uniones transitorias de empresas, agrupamientos de colaboración
empresaria, sociedades, asociaciones, o fundaciones;
k. dar o tomar en locación inmuebles por más de tres años, o cobrar alquileres
anticipados por más de un año;
l. realizar donaciones, u otras liberalidades, excepto pequeñas gratificaciones
habituales;
m. dar fianzas, comprometer servicios personales, recibir cosas en depósito si no
se trata del necesario, y dar o tomar dinero en préstamo, excepto cuando estos actos
correspondan al objeto para el que se otorgó un poder en términos generales.
Un “poder amplio”, por más que se otorgue en términos muy generales, sólo
incluye actos de administración. Si requiero realizar actos de disposición necesito que la
facultad este expresamente prevista. No es necesario que se utilice un instrumento
separado, puedo colocar en un poder general las facultades de disposición que estime
pertinentes. De todas maneras la interpretación es restrictiva, por lo que si, por ejemplo,
estoy autorizado a transar, no lo estoy para novar.
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Así leído pareciera que la prohibición es absoluta.4 Sin embargo, en el art. 372 inc.
e, cuando habla de las obligaciones y deberes del representante señala: de prohibición,
como regla, de adquirir por compraventa o actos jurídicos análogos los bienes de su
representado. Esta indeterminación al decir “como regla”, parecería abrir la puerta a
alguna excepción, configurada justamente por un autocontrato. Será cuestión de ver
cómo la jurisprudencia interpretará estos artículos.
2) El objeto:
Temario: El objeto: concepto. Requisitos. Bienes futuros; ajenos; litigiosos,
gravados o sujetos a medidas cautelares. Herencia futura. Contratos de larga duración.
Ver BENAVENTE, María Isabel. El objeto del contrato en el Código Civil y
Comercial de la Nación. En Código Civil y Comercial de la Nación. Contratos.
Suplemento especial. La Ley, febrero 2015, pp. 103-113.
En los contratos de larga duración, el CCCN da una pauta general a los fines de
resolver los eventuales conflictos que se puedan presentar.
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Señala Kitainik (2014:314): “Análisis de la normativa anterior. El Código Civil en el art. 1919
tenía previsto el caso en que era viable la contratación consigo mismo cuando se trataba de prestar dinero
al interés corriente, para el resto de los casos se requería autorización del mandante, como ser el tomar
dinero (mismo artículo), o la compra de los bienes de la gestión sea por sí como por interpósita persona
(art. 1918).- Análisis de la normativa del CCCN. El artículo del CCCN viene a ser más tajante con la
prohibición, la que expresa en el carácter de general, sea consigo mismo como por interpósita persona
(actúa como representante de otro sujeto), salvo el supuesto en que el representado hubiera otorgado
autorización para ello. Asimismo, modernizando la cuestión involucrada, la norma impide que el
representante aplique fondos de su representado a sus negocios o en otros dados por terceros para su
gestión, salvo, claro está, el representado lo hubiera autorizado de forma concreta.”
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Las partes deben ejercitar sus derechos conforme con un deber de colaboración,
respetando la reciprocidad de las obligaciones del contrato, considerada en relación a
la duración total.
La parte que decide la rescisión debe dar a la otra la oportunidad razonable de
renegociar de buena fe, sin incurrir en ejercicio abusivo de los derechos.
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d, en este último caso sólo a partir del tercer año). Así, si la relación a extinguir lleva 10
años, el preaviso debe ser de 10 meses.
2) El incumplimiento que autorice a resolver debe ser de notable importancia
(suministro, 1184), grave o reiterado (agencia, 1494 inc. c; concesión, 1509), que ponga
en duda la posibilidad del incumplidor de atender los posteriores vencimientos o las
obligaciones sucesivas.
3) Se regulan los plazos a través de diversas pautas: en ocasiones si no se ha
pactado se presume por tiempo indeterminado (suministro, 1183; agencia, 1491); o se
fijan plazos mínimos (concesión y franquicia, 4 años); y la continuación de la relación
una vez vencido el plazo pactado lo transforma en un contrato por tiempo
indeterminado (concesión, 1506; franquicia 1516).
4) Forma
Temario: 4. La forma: concepto. Principio general. Formas solemnes y probatorias:
efectos de su omisión en los contratos. Modificaciones al contrato. Contratos que deben
celebrarse en escritura pública. Otorgamiento pendiente de un instrumento.
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Señala Mosset Iturraspe (1978) que el concepto de forma puede presentar dos
acepciones:
a) Como exteriorización de la voluntad, ya que la misma debe estar manifestada de
alguna manera. En este sentido es siempre un elemento estructural del contrato, ya que
sin exteriorización no hay voluntad, y sin voluntad tampoco consentimiento.
b) Como forma dispuesta por la ley, ya que la norma impone un modo en que debe
manifestarse la voluntad. En este caso la forma se vuelve formalidad, y la falta de
cumplimiento puede traer como efecto un defecto en la prueba, o bien la nulidad. En
este sentido, sólo la forma solemne constituye un elemento estructural o esencial del
contrato.
Desde el punto de vista histórico, la forma fue utilizada en los comienzos como una
manera de producir una impresión duradera en quienes participaban del acto, y se la
revistió incluso de aspectos sacramentales. En los tiempos de la primacía del principio
de autonomía de la voluntad fue reducida a su mínima expresión, aunque su uso nunca
desapareció. Actualmente se ha producido una suerte de retorno al formalismo en
algunos campos, pero con otra finalidad: asegurar en las partes certeza, reflexión,
facilitar la prueba: de allí que, si se prescriben, lo hagan con un efecto ad probationem.
En la unidad N° 1 ya estudiamos la clasificación que propone el CCCN entre
contratos formales y no formales (art. 969).
Los contratos entonces pueden ser: a) no formales; b) formales, los que a su vez
pueden ser solemnes o ad solemnitatem o no solemnes o ad probationem. En los
primeros la forma está impuesta con valor constitutivo, en los segundos, para su
demostración en juicio.
En los contratos la regla es la libertad de formas:
ARTÍCULO 1015.- Libertad de formas. Solo son formales los contratos a los
cuales la ley les impone una forma determinada.
Las partes pueden acordar el uso de una forma más exigente, pero no de una menor
a la impuesta por la ley (art. 284).
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ARTÍCULO 1017.- Escritura pública. Deben ser otorgados por escritura pública:
a. los contratos que tienen por objeto la adquisición, modificación o extinción de
derechos reales sobre inmuebles. Quedan exceptuados los casos en que el acto es
realizado mediante subasta proveniente de ejecución judicial o administrativa;
b. los contratos que tienen por objeto derechos dudosos o litigiosos sobre
inmuebles;
c. todos los actos que sean accesorios de otros contratos otorgados en escritura
pública;
d. los demás contratos que, por acuerdo de partes o disposición de la ley, deben
ser otorgados en escritura pública.
Dentro de los casos a los que se refiere el inc. d ver: a) leasing (1234), b) donación
(1552), c) renta vitalicia onerosa (1601), d) constitución de hipoteca (2208), e) la cesión
de derechos hereditarios siempre se hace por escritura pública, y la cesión de derechos
litigiosos sobre inmuebles también (1618).
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Por último, el art. 1018 prescribe una solución que se encontraba en el CC velezano
en el art. 1185, conocida como la acción de escriturar, que fue muy utilizado a propósito
del problema que planteaba el boleto privado de compraventa.
5) Prueba
Temario: 5. La prueba. Concepto. Carga de la prueba. Medios de prueba. Prueba de
los contratos formales.
Concepto
Probar un contrato es demostrar la existencia de una relación jurídica entre partes y
establecer su naturaleza y contenido exactos. No es un elemento estructural, pero se
estudia a continuación de la forma debido a la íntima vinculación práctica que ambos
conceptos presentan.
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Carga de la prueba
La prueba incumbe a quien afirma la realidad de un hecho. Se suele explicar que el
actor debe acreditar los extremos de la relación jurídica que afirma, mientras que el
demandado los vinculados con la excepción que opone.
De allí que, si el actor pretende reclamar una obligación contractual incumplida,
sobre él pese el deber de probar que el contrato existió. Si el demandado reconoce la
existencia del contrato, y opone una excepción (por ejemplo, pago), él es quien debe
demostrarla.
También es importante saber si las obligaciones asumidas han sido de medios o de
resultados, ya que de ello depende el esfuerzo probatorio que cada uno debe realizar.
Modernamente se ha desarrollado la teoría de la carga dinámica de la prueba, que
actúa como una excepción a los principios resumidos. Para esta teoría la carga o deber
de prueba debe recaer en quien está en mejores condiciones de hacerlo, porque dispone
de la información, o del conocimiento especializado, etc. Así, por ejemplo, en casos de
mala praxis médica, hay determinadas pruebas que el médico está en mejores
condiciones de producir que el propio paciente, aunque el fundamento de la
responsabilidad sea culposo, y el paciente debe acreditar el actuar negligente del
profesional.
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En materia de responsabilidad (que puede ser contractual o no) el CCCN fija las
siguientes reglas:
Medios de prueba
Los medios de prueba son instrumentos aptos para lograr la demostración donde el
Juez encontrará los motivos de su convicción.
Enseña Borda (1995:101) que hay dos sistemas probatorios: el de la prueba legal, y
el de la libre convicción. En el primero sólo se admite como prueba suficiente la que
indica la ley. En el segundo es el Juez el que puede admitir todo género de pruebas, y
tendrá como suficientes aquellas que según su ciencia y conciencia sean suficientes para
tener por acreditados los hechos.
Este sistema de libre convicción, está sujeto al control de las partes y tribunales
superiores, y se denomina de la sana crítica racional (involucra aspectos jurídicos,
lógicos, y de la experiencia). En los Códigos modernos es la regla. Sin embargo, hay
importantes excepciones: a) casos donde la ley exige una forma determinada para
acreditar que el acto se celebró (art. 1552); b) supuestos donde es costumbre o forma
parte de los usos utilizar la forma escrita, que no pueden ser probados exclusivamente
por testigos (por ejemplo el alquiler de un inmueble urbano).
ARTÍCULO 1019.- Medios de prueba. Los contratos pueden ser probados por
todos los medios aptos para llegar a una razonable convicción según las reglas de la
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sana crítica, y con arreglo a lo que disponen las leyes procesales, excepto disposición
legal que establezca un medio especial.
Los contratos que sea de uso instrumentar no pueden ser probados exclusivamente
por testigos.
ARTÍCULO 1020.- Prueba de los contratos formales. Los contratos en los cuales
la formalidad es requerida a los fines probatorios pueden ser probados por otros
medios, inclusive por testigos, si hay imposibilidad de obtener la prueba de haber sido
cumplida la formalidad o si existe principio de prueba instrumental, o comienzo de
ejecución.
Se considera principio de prueba instrumental cualquier instrumento que emane de
la otra parte, de su causante o de parte interesada en el asunto, que haga verosímil la
existencia del contrato.
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Problemática contractual. Contratos en general. Rubinzal Culzoni. Santa Fe. Pp. 187-
204. Todo con las prevenciones ya mencionadas.
Bibliografía
ACEVEDO, Mariano. Incapacidad e inhabilidad para contratar. En Código Civil y Comercial
de la Nación. Contratos. Suplemento especial. La Ley, febrero 2015, pp. 95-101.
ÁLVAREZ JULIÁ, Luis - SOBRINO REIG, Ezequiel (2014). Comentario al capítulo 8:
Representación. – arts. 358 al 381. Código Civil y Comercial de la Nación comentado.
Directores: Graciela Medina, Julio C. Rivera. Cord: Mariano Esper. Editorial La Ley,
Buenos Aires.
ANDRADA, Alejandro Dalmacio (2014). Forma y prueba de los contratos. Revista de derecho
privado y comunitario. N° 2014-1. Problemática contractual. Contratos en general.
Rubinzal Culzoni. Santa Fe. Pp. 187-204.
BENAVENTE, María Isabel. El objeto del contrato en el Código Civil y Comercial de la
Nación. En Código Civil y Comercial de la Nación. Contratos. Suplemento especial. La
Ley, febrero 2015, pp. 103-113.
BORDA, Guillermo A. (1995). Manual de contratos. 17 edición. Perrot. Buenos Aires.
FONTANARROSA, Rodolfo. (1972). Derecho Comercial Argentino. Parte General I. 4ª
Edición. Editorial Víctor P. de Zavalía. Buenos Aires.
KITAINIK, Nicolás. Código Civil y Comercial de la Nación analizado, comparado y
concordado. Tomo I. Bueres, Alberto J. (Director). Hammurabi. Buenos Aires, 2014.
LEIVA FERNÁNDEZ, Luis. La frustración de la causa fin del contrato en el Código Civil y
Comercial de la Nación. En Código Civil y Comercial de la Nación. Contratos.
Suplemento especial. La Ley, febrero 2015, pp. 283-294.
MARINO, Abel E. La causa de los actos jurídicos. En Código Civil y Comercial de la Nación.
Contratos. Suplemento especial. La Ley, febrero 2015, pp. 115-121.
MOSSET ITURRASPE, Jorge. (1978). Contratos. Editorial Ediar. Buenos Aires.
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