Está en la página 1de 2

UNIVERSIDAD DEL VALLE

INSTITUTO DE EDUCACIÓN Y PEDAGOGIA


PROGRAMA DE ESTUDIOS POLÍTICOS Y RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS

CURSO: CULTURA Y CONFLOICTO


DOCENTE: JAVIER CADAVID

ALUMNA: MARÍA ISABEL PINEDA RAMÍREZ


CÓDIGO: 1034726
FECHA: SEPTIEMBRE 20 DE 2012

Freud, Sigmund. Tótem y tabú.

El autor elabora su estudio en el totemismo australiano con su antepasado


protector y benefactor el cual se convierte en un símbolo de unión que es
realmente superior incluso a los vínculos sanguíneos. Aquí y en cada uno de los
tótem no se permiten los acercamientos sexuales si hacen parte del mismo clan,
por tanto entendemos la primera clave del comportamiento que es el totemismo
ligado a la exogamia, al punto de castigo ante la omisión de la norma.

Por lo tanto, los hijos que heredan el tótem materno no podrán tener eventos
sexuales con su madre y sus hermanas por ser originarios del mismo tótem, y a su
vez, los que descienden del mismo tótem serán considerados del mismo lazo
consanguíneo. Así mismo, se observa como los hijos denominan padre a cualquier
que se case con la madre independientemente de si es quien lo engendró o no. Se
desprende entonces la posibilidad de múltiples matrimonios dentro de los grupos y
por qué de la prohibición y cuidado entre los cruces sexuales y asegurar evitar el
incesto. El clan totémico en suma con los otros clanes conforman una sociedad o
unidad mayor denominada sub-fratria, y la suma de dos sub-fratrias conforman
una fratria, en ambos casos operan de manera exogámica entre si.

Se incluye en las prohibiciones una serie de normas protectoras contra incesto


denominadas evitaciones que son fácilmente encontradas en otras tribus fuera de
Australia las cuales se manejan en forma rígida y que son procedentes de algunas
tentaciones suscitadas en las dificultades de los matrimonios, esa cuestión de las
prohibiciones tienen un doble sentido, pues se entiende que incurrir en alguno de
estos eventos prohibidos acarrea un castigo pero también se convierte en algo
atractivo precisamente por todas las advertencias y amenazas de las que son
objeto los pertenecientes a la comunidad en “riesgo”. Por otra parte tenemos el
tabú, el cual es una prohibición antiquísima impuesta desde afuera por alguna
autoridad, y dirigida hacia las más intensas apetencias del hombre. El placer de
violar el tabú subsiste en este inconscientemente, y quienes obedecen el tabú
tienen una actitud ambivalente hacia aquello sobre lo cual el tabú recae: objeto,
persona, etc. ya que despierta tentación y también temor. La violación del tabú se
expía mediante una renuncia. 

Para investigar si existe tal ambivalencia de sentimientos, Freud estudia en detalle


los tabúes de los pueblos salvajes en relación con: a) el trato dispensado a los
enemigos; b) el tabú de los gobernantes; y c) el tabú de los muertos. 

El tabú explica la conciencia moral: es su antecedente histórico, pues hay culpa


cuando el tabú es violado. En el neurótico encontramos también el conflicto moral,
donde uno de los opuestos es reprimido y el otro gobierna despóticamente en la
conciencia. Se trata, nuevamente, del conflicto de ambivalencia de sentimientos,
habiendo entonces una identidad esencial entre la prohibición del tabú y la
prohibición moral.

Hay no obstante, diferencias entre los salvajes y los neuróticos obsesivos. Si el


salvaje viola el tabú el castigo lo recibirán todos, pero si el neurótico lo viola, otro
será quien sufrirá el castigo (generalmente un ser allegado) y no él mismo. El
neurótico es un 'altruista', pues no quiere hacer algo prohibido ya que sufrirá otra
persona. En realidad no hace otra cosa que desplazar su angustia de la muerte
propia sobre un otro. 

Otra diferencia es que en la neurosis la prohibición recae sobre pulsiones


sexuales, mientras que en los salvajes recae sobre una pulsión social: el contacto
prohibido no tiene sólo un significado sexual sino también el de agarrar,
apoderarse, hacer valer su persona sobre los otros, dominar. La esencia a-social
de la neurosis radica en que el sujeto se refugia en una realidad fantaseada para
huir de una realidad insatisfactoria. 

Concluyendo en términos psicoanalíticos, aquellos motivos escondidos existen


también entre los salvajes en su animismo y su magia, pero en ellos, a diferencia
del caso neurótico cuyo síntoma es improductivo, sus invocaciones mágicas tienen
un sentido racional: por ejemplo el precepto-tabú de que los guerreros al pelear
deben olvidarse de sus esposas, es para que puedan luchar despejados sin la
añoranza de los ausentes. 

También podría gustarte