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ÉTICA I

GRADO DE FILOSOFÍA.
Carolina Mocha.
Curso 2019/2020
TEXTOS DE ARISTÓTELES
Ética a Nicómaco.
ÍNDICE
1. Los exámenes.
2. Los comentarios de texto.
3. Criterios de calificación de la PEC.
4. Textos de exámenes.
5. Otros textos.

Aristóteles. Ética a Nicómaco. Alianza editorial.


(Lectura de los libros I, II, III, VI y X).
1. LOS EXÁMENES.
¿En qué consisten?
 Dos partes:
1. Dos preguntas sobre temas de carácter
amplio. ESCOGER UNO. Ejemplos:
 La ética griega. Aristóteles.
 Ética y sociología.
2. Un COMENTARIO de texto de la
bibliografía (Aristóteles/Kant).
¿Qué se valora en los exámenes?
 Capacidad de exposición y de organización del
tema.
 Cuidado en la exposición y la argumentación.
 INFORMACIÓN: Rigurosidad en los conceptos,
demostrando lo aprendido en la asignatura.
 REFLEXIÓN PERSONAL ARGUMENTADA:
Huir de las valoraciones personales.
Argumentación válida basada en lo estudiado en
la asignatura.
2. LOS COMENTARIOS DE TEXTO
¿QUÉ DEBO INCLUIR?
1. Resumen del contenido.
2. Análisis de los términos principales.
3. Relación con la obra general del autor (y, en su caso,
con el contexto sociocultural) si ayuda a entender los
problemas planteados o el tema del texto.
4. Análisis del texto.
5. Valoración crítica, teniendo en cuenta el
tratamiento que la tradición ha hecho de los temas que
se debaten y el horizonte actual de cuestionamiento.
3. CRITERIOS DE VALORACIÓN
DE LA PEC.
 Conocimientos sobre el tema.
 Capacidad de exposición y de organización del
tema.
 Cuidado en la exposición y la argumentación.
 Claridad conceptual.
 Capacidad organizativa y expositiva: orden y
coherencia en la exposición.
4. TEXTOS DE EXÁMENES.
«También la virtud se divide de acuerdo con esta
diferencia, pues decimos que unas son dianoéticas y
otras éticas, y, así, la sabiduría, la inteligencia y la
prudencia son dianoéticas, mientras que la
liberalidad y la moderación son éticas. De este
modo, cuando hablamos del carácter de un hombre,
no decimos que es sabio o inteligente, sino que es
manso o moderado; y también elogiamos al sabio
por su modo de ser, y llamamos virtuosos a los
modos de ser elogiables.»
«Acerca de la Prudencia podríamos alcanzar una idea
de esta manera: considerando a quienes solemos llamar
prudentes.Y parece, claro está, que es propio de un
hombre prudente el ser capaz de deliberar sobre lo
bueno para sí y lo que le conviene – no parcialmente,
como, por ejemplo, qué cosas lo son con vistas a la
salud o al vigor, sino qué cosas lo son en general con
vistas a vivir bien. La prueba es que también llamamos
prudentes a quienes lo son para algo (de lo que no hay
Técnica) cuando razonan bien con vistas a un fin
bueno. De manera que en general sería prudente el que
es capaz de deliberar.»
«Puesto que todo conocimiento y toda elección
tienden a algún bien, volvamos de nuevo a
plantearnos la cuestión: […] cuál es el bien
supremo entre todos los que pueden realizarse.
Sobre su nombre, casi todo el mundo está de
acuerdo, pues tanto el vulgo como los cultos dicen
que es la felicidad y piensan que vivir bien y obrar
bien es lo mismo que ser feliz. Pero sobre lo que es
la felicidad discuten y no lo explican del mismo
modo el vulgo que los sabios.»
«Puesto que la felicidad es una actividad del
alma de acuerdo con la virtud perfecta,
debemos ocuparnos de la virtud, pues tal vez
investigaremos mejor lo referente a la
felicidad.Y parece también que el verdadero
político se esfuerza en ocuparse, sobre todo,
de la virtud, pues quiere hacer a los
ciudadanos buenos y sumisos a las leyes.»
Libro II
Es, por tanto, la virtud, un modo de ser selectivo, siendo
un término medio relativo a nosotros, determinado por
la razón y por aquello por lo que decidiría el hombre
prudente. Es un medio entre dos vicios, uno por exceso
y otro por defecto, y también por no alcanzar en un caso,
y sobrepasar, en otro, lo necesario en las pasiones y
acciones, mientras que la virtud encuentra y elige el
término medio. Por eso, de acuerdo con su entidad y con
la definición que establece su esencia la virtud es un
término medio, pero, con respecto a lo mejor y al bien,
es un extremo.»
5. OTROS TEXTOS
LIBRO II. 2
“Primeramente, entonces, hemos de observar que está en la
naturaleza de tales cosas el destruirse por defecto o por exceso,
como lo observamos en el caso de la robustez y la salud (…); así el
exceso y la falta de ejercicio destruyen la robustez; igualmente,
cuando comemos o bebemos en exceso, o insuficientemente,
dañamos la salud, mientras que si la cantidad es proporcionada la
produce, aumenta y conserva. Así sucede también con la
moderación, virilidad y demás virtudes: pues el que huye de todo y
tiene miedo y no resiste nada se vuelve cobarde; el que no teme
absolutamente a nada y se lanza a todos los peligros, temerario;
asimismo, el que disfruta de todos los placeres y no se abstiene de
ninguno, se hace licencioso, y el que los evita como los rústicos, una
persona insensible. Así pues, la moderación y la virilidad se
destruyen por el exceso y por el defecto, pero se conservan por el
término medio”.
LIBRO X.
«La felicidad se ha de colocar entre las cosas por sí
mismas deseables y no por causa de otra cosa,
porque la felicidad no necesita de nada, sino que se
basta a sí misma, y las actividades que se escogen por
sí mismas son aquellas de las cuales no se busca nada
fuera de la misma actividad. Tales parecen ser las
acciones de acuerdo con la virtud. Pues el hacer lo
que es noble y bueno es algo deseado por sí mismo.»
LIBRO X
«Nosotros creemos, pues, que el hombre verdaderamente bueno y
prudente soporta dignamente todas las vicisitudes de la fortuna y
actúa siempre de la mejor manera posible, en cualquier
circunstancia, como un buen general emplea el ejército de que
dispone lo más eficazmente posible para la guerra, y un buen
zapatero hace el mejor calzado con el cuero que se le da, y de la
misma manera que todos los otros artífices.Y si esto es así, el hombre
feliz jamás será desgraciado, aunque tampoco venturoso, si cae en los
infortunios de Príamo. Pero no será inconstante ni tornadizo, pues
no se aparará fácilmente de la felicidad, ni por los infortunios que
sobrevengan, a no ser grandes y muchos, después de los cuales no
volverá a ser feliz en breve tiempo, sino, en todo caso, tras un
periodo largo y duradero, en el que se haya hecho dueño de grandes
y hermosos bienes.»

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