Howard Phillips Lovecraft

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Howard Phillips Lovecraft (Providence, Rhode Island; 20 de agosto de 1890-ibidem; 15 de marzo de 1937),1 más

conocido como H. P. Lovecraft, fue un escritor estadounidense, autor de novelas y relatos de terror y ciencia ficción.
Se le considera un gran innovador del cuento de terror, al que aportó una mitología propia —los Mitos de Cthulhu—,
desarrollada en colaboración con otros autores, actualmente en vigencia.23 Su obra constituye un clásico del horror
cósmico, una línea narrativa que se aparta de las tradicionales historias de terror sobrenatural —
satanismo, fantasmas—, incluyendo elementos de ciencia ficción como, por ejemplo, razas alienígenas, viajes en el
tiempo o existencia de otras dimensiones.4
Su familia provenía de una distinguida tradición burguesa venida a menos, razón que marcó, en buena medida, la
personalidad elitista del autor de Providence. Su padre murió cuando este era aún muy pequeño y su madre lo
sobreprotegió intentando que no se relacionara con gente que ella consideraba de clase inferior. En 1921, cuando el
autor contaba con treinta y un años, la muerte de su madre le afectó profundamente. Luego, conoció a la escritora y
comerciante Sonia Greene, con quien contrajo nupcias y se mudó a Nueva York, pero fracasó en su matrimonio.
Tras sentir una profunda aversión por la vida neoyorquina —donde se acrecentó su racismo— Lovecraft decidió
volver a su Providence natal donde vivió con sus tías hasta el fin de sus días.5 De su estancia en Nueva York,
Lovecraft continuó carteándose con autores como Robert E. Howard, Robert Bloch, Clark Ashton Smith o August
Derleth, para quienes trabajó como escritor fantasma con algunos de ellos formando lo que se denominó,
posteriormente, el Círculo de Lovecraft.6 Dichos autores colaboraron en buena medida en el desarrollo de su propia
literatura y salvaron la obra de Lovecraft del olvido.7 Daba largos paseos nocturnos y le invadía una profunda
sensación de soledad y frustración.8 Durante esa época desarrolló sus obras más representativas como The Call of
Cthulhu —La llamada de Cthulhu— (1926), At the Mountains of Madness —En las montañas de la locura— (1931)
o The Case of Charles Dexter Ward —El caso de Charles Dexter Ward— (1941). En cuanto a su pensamiento
político, en sus primeros anos Lovecraft se podría considerar como conservador, pero a causa de la Grán Depresión
se movió hacia el socialismo. Se mostró como defensor de las políticas demócratas de Franklin Delano Roosevelt en
su apoyo al New Deal aunque consideraba que estás debían ser más sociales.9 Creía más en
el comunismo de Marx y Engels que en el sistema capitalista norteamericano de su época.10
Publicó en vida varias de sus obras gracias a la revista americana de género pulp Weird Tales, la primera de ellas
fue Dagón.11 Asimismo, Lovecraft cultivó la poesía, el ensayo y la literatura epistolar. Se carteó con sus colegas de
profesión durante años y dejó escrita una correspondencia que asciende a cien mil misivas.12 Mil de estas fueron
publicadas en cinco volúmenes por Arkham House, la editorial fundada por dos seguidores de Lovecraft, August
Derleth y Donald Wandrei. Su estilo literario es inconfundible y muy personal. Lo caracteriza el exceso de palabras
polisílabas y de adjetivos cultos como «atávico», «numinoso», «inmemorial», «arcano».13 Su tono siempre serio y
solemne ha sido copiado en innumerables ocasiones por muchos escritores de terror como, por ejemplo, por los
autores del Círculo de Lovecraft. Sus creaciones se han convertido muy populares, como los
dioses Cthulhu, Nyarlathotep, Azathoth, el libro ficticio Necronomicón o personajes como Erich Zann o Herbert West,
que han aparecido en diversas adaptaciones cinematográficas.14
El legado de Lovecraft es muy extenso, abarcando literatura, ensayo, cómic, cine, música, juegos de
mesa y videojuegos. Algunos de los ejemplos más notables son, en literatura, los relatos de Stephen King basados
en la mitología de Lovecraft, como Jerusalem's Lot y Pesadillas y alucinaciones;15 el ensayo escrito por el propio H.
P. Lovecraft, El horror sobrenatural en la literatura —el cual es, además, uno de los mejor considerados sobre
el género de terror literario—;16 algunos cómics guionizados por el escritor Alan Moore, como Providence;17 grupos
de rock and roll y de heavy metal como Metallica o Iron Maiden, que han mencionado el nombre del autor de
Providence en algunos de sus álbumes principales;18 juegos de rol como La llamada de Cthulhu, publicado por la
editorial Chaosium,19 o videojuegos como Alone in the Dark o Prisoner of Ice, que han basado sus temáticas en la
mitología de los Mitos de Cthulhu.20 Asimismo, el séptimo arte ha llevado numerosas veces la obra de Lovecraft a la
gran pantalla como, por ejemplo, Re-Animator (1985) de Stuart Gordon, El color del espacio exterior (2019)
de Richard Stanley e, incluso, el director Guillermo del Toro lleva queriendo adaptar desde 2006 la novela En las
montañas de la locura.21
Apenas reconocido en vida, a día de hoy su obra ha sido traducida a más de veinticinco idiomas y su nombre es uno
de los más relevantes en cuanto al horror de ficción se refiere. Murió en 1937, prácticamente en la pobreza, debido a
un cáncer intestinal.22 Más allá de su obra, se le considera un genio de la literatura de terror y uno de los escritores
más influyentes del género fantástico del SIGLO XX.23

Índice

 1Semblanza
 2Biografía
o 2.1Primeros años
o 2.2Juventud y primeros fracasos
o 2.3Lovecraft y su madre
o 2.4Boda y Nueva York
o 2.5Regreso a Providence
o 2.6Últimos años
 3Trasfondo creativo
o 3.1Difusión
o 3.2Clasificación de su obra
o 3.3Influencias
o 3.4Origen de los Mitos de Cthulhu
 4Etapas
 5Temas
o 5.1Conocimiento prohibido
o 5.2Influencias extraterrenas en la humanidad
o 5.3Culpa atávica
o 5.4Imposibilidad de escapar del destino
o 5.5La civilización amenazada
o 5.6Racismo
o 5.7Las mujeres
o 5.8La ciencia y sus riesgos
 5.8.1Einstein
 5.8.2Freud
 6Estilo
o 6.1El realismo en la obra de Lovecraft
 7Pensamiento político
 8Legado
o 8.1Literatura
 8.1.1Inspiración directa
 8.1.2Inspiración posterior
o 8.2Ensayo
o 8.3Cómics
o 8.4Cine
o 8.5Música
o 8.6Juegos y videojuegos
 9Obra completa
 10Adaptaciones cinematográficas
 11Véase también
 12Referencias
 13Bibliografía
 14Enlaces externos

Semblanza[editar]
El psiquiatra, ensayista y traductor Rafael Llopis, principal divulgador de Lovecraft en España,24 escribió sobre el
autor: «Educado en un santo temor al género humano —exceptuando de este a las “buenas familias” de origen
anglosajón—, creía que nadie es capaz de comprender ni de amar a nadie y se sentía un extranjero en su patria.25
Para él “el pensamiento humano [...] es quizá el espectáculo más divertido y más desalentador del globo
terráqueo”».26
The Penguin Encyclopedia of Horror and the Supernatural —Enciclopedia Penguin del horror y lo sobrenatural—
recoge sobre el escritor: «Algunos han criticado sus obras por su estilo ampuloso, repleto de adjetivos, pero la
armonía y el equilibrio en sus mejores cuentos justifican plenamente esa práctica como deliberada».27 Lovecraft
inició un nuevo estilo literario reformulando muchos de los clichés del género de terror y dotándoles de un nuevo
significado en su particular manera de narrar. Puso gran dedicación en ello y, de sus ideas estéticas sobre los
cuentos de terror, nace su ensayo El horror sobrenatural en la literatura (1927, revisado en 1936), el cual es un
riguroso y fundamental estudio sobre los principios del relato de temática sobrenatural. En este, el autor de
Providence define que en cualquier historia de terror «debe haber presente una cierta atmósfera de mortal terror
inesperado a fuerzas exteriores desconocidas», describiendo el desarrollo de la novela gótica a través de las obras
de Walpole, Radcliffe, Lewis y Maturin.27
En su estudio Danse Macabre —Danza macabra— (1981), el escritor Stephen King afirma que Lovecraft es «el
príncipe oscuro y barroco de la historia del horror del siglo XX».28 Además, por contraposición al mal interno o
psicológico, «el concepto de mal externo tiene más alcance, es más impresionante. Lovecraft así lo entendió, y es lo
que hace a sus historias de extraordinaria, ciclópea maldad, tan efectivas cuando son buenas. [Sus mejores cuentos]
nos hacen sentir el peso del universo suspendido sobre nuestras cabezas, sugieren fuerzas sombrías capaces de
destruirnos a todos solo con gruñir en sueños».29

Primera página del manuscrito original de En las montañas de la locura.

Para su biógrafo S. T. Joshi, Lovecraft «no era un “extraño en este siglo”», como afirma de sí mismo el protagonista
de su cuento El extraño. Si se estudian detenidamente sus historias se observará en ellas algo más que los sueños
escapistas de un anticuario caduco: enseguida encontramos datos como el descubrimiento de Plutón, citado en The
Whisperer in Darkness —El que susurra en la oscuridad— (1930), o la entonces todavía controvertida teoría de
la deriva continental, en la novela At the Mountains of Madness —En las montañas de la locura— (1931). Y
ahondando más, en la ficción más tardía, nos topamos repetida y significativamente con Albert Einstein, Max
Planck y Werner Heisenberg. Asimismo, las metáforas sobre el futuro desarrollo estético, político y económico de la
humanidad, se transparentan en las civilizaciones alienígenas que aparecen en The Mound —El montículo— (1929-
1930; publicado en 1940 como obra de Zealia Bishop), En las montañas de la locura (1931; publicado en 1932)
y The Shadow Out of Time —La sombra de otro tiempo— (1935; publicado en 1936).30
Según la escritora estadounidense Joyce Carol Oates, «la mística identificación de Lovecraft con sus escenarios
del Massachusetts rural y las antiguas colonias de Salem, Marblehead y Providence, sugiere
un trascendentalismo paródico en el que el “espíritu” reside en todas partes excepto, posiblemente, en los seres
humanos». Lovecraft, en suma, como ocurre con Edgar Allan Poe desde el SIGLO XIX, ha ejercido «una influencia
incalculable sobre sucesivas generaciones de escritores de ficción terrorífica».3
Por su parte, el novelista francés Michel Houellebecq declaró: «Yo descubrí a H.P.L. a los dieciséis años gracias a
un "amigo". Como impacto, fue de los fuertes. No sabía que la literatura podía hacer eso. Y, además, todavía no
estoy seguro de que pueda. Hay algo en Lovecraft que no es del todo literario [subrayado del autor]».31

Biografía[editar]
Primeros años[editar]
Howard Phillips Lovecraft nació el 20 de agosto de 1890 a las 9 de la mañana en el hogar familiar situado en el n.º
194 —hoy 454— de Angell Street, en Providence, capital del estado de Rhode Island.4 La casa fue derribada en
1961. H. P. fue el hijo único de Winfield Scott Lovecraft (1853-1898) —representante de ventas de la Gorham Silver
Company, dedicada al comercio de la plata, metales preciosos y joyería— y de Sarah Susan Phillips (1857-1921), la
segunda de los cuatro hijos de Whipple Van Buren Phillips y Rhoby Alzada Place. Para ambos era su primer
matrimonio, aunque los dos habían superado los treinta años cuando firmaron su enlace.32
Lovecraft procedía de unos ancestros distinguidos; en cuanto a su línea materna, los Phillips, se podía rastrear su
linaje casi hasta el Mayflower, ya que los antepasados maternos se remontaban a la llegada de George Phillips
a Massachusetts en 1630.4 Cuando el autor visitó algunas de las tierras de sus ancestros al este del estado de
Rhode Island, el apellido de Phillips era recordado con cariño y respeto.n. 1 Su línea paterna también era de origen
británico y el escritor pudo rastrear su apellido —Lovecraft o Lovecroft— hasta el siglo XV.32
Retrato de Lovecraft a finales de su infancia.

Al pequeño y solitario Howard le gustaba frecuentar parajes extraños y apartados para poder dar rienda suelta a su
exaltada imaginación. En esos lugares —cuevas, arboledas alejadas, etcétera— recreaba situaciones históricas o se
ensimismaba en la observación de pequeños detalles que pasaban inadvertidos al resto de las personas, pero que a
él le fascinaban, como detenerse a escuchar a las hadas del bosque o imaginar lo que podría existir en el espacio
exterior. Quizás una de las razones por las que le gustaba tanto evadirse era por la estricta atadura a la que lo
sometía su madre, diciéndole que él no debía jugar con niños de menor categoría o insistiendo en que era feo y que
nunca llegaría a triunfar.33
Cuando Lovecraft tenía casi tres años, su padre sufrió una crisis nerviosa en la habitación de un hotel de Chicago,
donde se encontraba alojado por motivos de trabajo. Le ingresaron en el Butler Hospital, centro psiquiátrico de
Providence, y fue incapacitado legalmente debido a una serie de trastornos de índole neurológico. A partir de ese
momento y durante los cinco años siguientes, permaneció ingresado en ese hospital, donde murió el 19 de julio de
1898 con el diagnóstico de paresia general, una fase terminal de la neurosífilis. Aunque algunos biógrafos afirman
que al niño Lovecraft le informaron de que su padre estaba paralizado y en estado comatoso durante ese período,
todas las evidencias parecen demostrar que no fue así.34 Con la muerte del progenitor de Lovecraft, la educación del
niño recayó sobre su madre, sus dos tías —Lillian Delora Phillips y Annie Emeline Phillips— y, en especial, sobre su
abuelo materno, un importante empresario llamado Whipple Van Buren Phillips;4 todos ellos residían en la casa
familiar.
Lovecraft fue un niño prodigio.35 Recitaba poesía a los dos años, leía a los tres y empezó a escribir a los seis, y a los
ocho años de edad ya había leído gran cantidad de libros de la biblioteca particular de su abuelo.35 Uno de los
géneros que más le apasionó en su infancia fue el de las novelas policíacas, llevándolo incluso a formar la «Agencia
de detectives de Providence» a la edad de trece años. A los quince escribió su primer relato como tal, The Beast in
the Cave —La bestia en la cueva—, imitación de los cuentos de horror góticos.36 A los dieciséis escribió una columna
de astronomía para el Providence Tribune.37
Debido a la alta alcurnia de su madre, que no quería que el pequeño Howard se mezclara con niños «inferiores» a
él, la educación primaria de Lovecraft fue eminentemente autodidacta.35 Su abuelo materno lo alentaba a la lectura,
siendo esta una de sus aficiones favoritas. En la inmensa biblioteca de su abuelo descubrió —con un ejemplar de
la Ilíada para niños entre las manos— el paganismo grecolatino y Las mil y una noches, aunque a una edad muy
temprana —a los cinco años— se declaró ateo, convicción que mantuvo hasta su muerte.38 Esto ayudó a que su
imaginación se desarrollase rápidamente en comparación con el resto de los chicos de su edad, lo cual le produjo
una falta de adaptación con estos. Cuando ellos querían jugar con espadas o a juegos fundamentalmente físicos, él
prefería llevar a cabo entretenimientos más pausados e imaginativos, como representaciones históricas.39
Su falta de perseverancia y de salud hicieron que Lovecraft no asistiera al colegio hasta los ocho años y tuvo que
dejarlo después de un año. Durante su absentismo escolar, seguía leyendo con voracidad.40 Adquirió conocimientos
de química y astronomía, llegando incluso a escribir como aficionado en algunas revistas científicas.41 Publicó varias
revistas de circulación limitada, comenzando en 1899 con La gaceta científica.42 Cuatro años después, regresó a
la escuela pública Hope Street, donde cursó dos años y medio en la educación secundaria, hasta que abandonó
definitivamente los estudios.37

Juventud y primeros fracasos[editar]


Phillips Whipple, abuelo de Lovecraft.

En 1904 falleció su abuelo materno, Whipple Van Buren Phillips, afectando sobremanera al joven Lovecraft —de
catorce años de edad—. La mala gestión de las propiedades y del dinero familiar dejó a la familia en tan malas
condiciones económicas que se vieron obligados a mudarse al n.º 598 (hoy un dúplex en 598—600) de Angell
Street.4 Lovecraft quedó tan afectado por la pérdida de su abuelo y la casa que le vio nacer, que consideró
el suicidio durante un tiempo. En 1908, antes de su graduación, sufrió un colapso nervioso y no recibió su
diploma. S. T. Joshi, biógrafo de Lovecraft, sugiere que este colapso pudo deberse a sus dificultades con
las matemáticas, una materia que necesitaba dominar para convertirse en astrónomo profesional.4 Este fracaso en
su educación —Lovecraft quiso estudiar en la Universidad de Brown— fue una fuente de vergüenza y desilusión
hasta el final de sus días. Aunque su mentalidad respondía a un racionalismo empirista, al autor de Providence le
atraía la literatura imaginativa, seguramente influido por su escepticismo; encerrado en el pesimismo de la soledad y
considerando que «el pensamiento humano es el espectáculo más divertido y más desalentador de la Tierra».35

Lovecraft en 1915.

Desde 1908 hasta 1913 trató principalmente la poesía, pero fue entonces cuando Lovecraft descubrió la literatura
gótica de Edgar Allan Poe y escribió algunos relatos de ficción fuertemente influido por este autor, en especial, por
su cuento The Tell-Tale Heart —El corazón delator—.4 Vivía como un ermitaño y apenas tenía contacto con el
mundo exterior, a excepción de su madre y de sus tías. Esta situación cambió al escribir una carta a la
revista Argosy, quejándose sobre lo insípido de las historias de amor de uno de los escritores más populares de la
publicación, Fred Jackson. El debate entre los defensores de Jackson y Lovecraft en la columna de opinión llamó la
atención de Edward F. Daas, presidente de la United Amateur Press Association (UAPA), que le invitó a unirse a
ellos en 1914. La UAPA infundió un nuevo vigor a Lovecraft, sacándole de su voluntaria reclusión e incitándole a
contribuir con sus poemas y ensayos. Un tiempo después, se convirtió en presidente de la UAPA, e incluso llegó a
ser presidente interino de la National Amateur Press Association (NAPA), la rival de la UAPA, desde 1922 a 1923.43
Por esos mismos años, editó su propia revista de carácter amateur, The Conservative.44 En 1917, a petición de
algunos amigos, volvió a la ficción con historias mucho más pulidas, como The Tomb —La tumba— (1922)
y Dagon —Dagón— (1919). Esta última fue su primer trabajo publicado de forma profesional, apareciendo en Weird
Tales en 1923.11 Sobre esta época, comenzó a formarse poco a poco una enorme red de admiradores y amigos,
entre los que se encontraban Robert Bloch, Clark Ashton Smith y Robert E. Howard, este último creador de Conan el
Bárbaro. La extensión y frecuencia de sus misivas con esas amistades lo convirtieron en uno de los más prolíficos
escritores del género epistolar. Según su biógrafo L. Sprague de Camp, a lo largo de su vida, Lovecraft escribió
alrededor de cien mil cartas.12

Lovecraft y su madre[editar]
La muerte de su padre tuvo en el niño Lovecraft escasas repercusiones, debido a que prácticamente no pudo
conocerlo. No obstante, la de su madre, en 1921, le supuso una fuerte conmoción, ya que ocurrió tras una larga
enfermedad. Algunos biógrafos suelen relacionarla con la sífilis de su padre. En cualquier caso, lo cierto es que la
causa inmediata fue un postoperatorio deficiente después de una intervención quirúrgica de vesícula biliar. Estuvo
ingresada, como su marido antes que ella, en el Butler Hospital. Durante el mismo, escribía frecuentemente cartas a
su hijo, con el que permaneció muy unida hasta su fallecimiento, el 21 de mayo de 1921. Lovecraft adoraba a su
madre y, cuando esta murió, él contaba con treinta y un años.45
Muchos críticos consideran a la madre de Lovecraft la causante de todos los comportamientos peculiares y un tanto
extravagantes que el escritor mostró durante su existencia. Parece ser que después del óbito de su esposo Winfield,
Sarah, mujer tradicional y puritana, descargó todas las frustraciones de una burguesa venida a menos sobre su
único hijo, al que sobreprotegió hasta límites demenciales y trató como si fuera su único bien en la tierra. De esta
manera, favoreció el desarrollo de unas determinadas características de personalidad, comunes en estos casos, que
condicionaron su patrón de conducta mientras vivió.33 Entre otros aspectos destacados, prefirió las relaciones
humanas con su pequeño entorno que le ofrecía una mayor seguridad, antes de un entorno social más amplio y
desconocido que no controlaba, debido a ese déficit en habilidades sociales óptimas por falta de aprendizajes
adecuados durante su infancia y adolescencia.

Boda y Nueva York[editar]

Lovecraft en Brooklyn y Sonia Greene, la única mujer que se conoce con la que mantuvo una relación amorosa.

La muerte de su madre y el agotamiento de lo poco que quedaba en la riqueza familiar lo llevaron a abandonar la
idea de llevar una vida ociosa obligándolo a trabajar en pequeños encargos como escritor fantasma y corrector de
estilo para escritos de otros autores. Gracias a este tipo de trabajos conoció a muchos de los que después formarían
el llamado Círculo de Lovecraft,46 entre ellos Robert E. Howard, Clark Ashton Smith, Robert Bloch, Frank Belknap
Long, August Derleth y otros más. Para estos escritores y «amigos», Lovecraft presentaba una gran diferencia entre
su personalidad de solitario introvertido y erudito a través de las cartas y su forma de ser en persona. Lo definían
como entusiasta y generoso, creativo, prodigio de inteligencia y con una faceta racista que no abandonó hasta los
últimos meses de su vida.

La segunda de las dos residencias de Nueva York en la que vivió Lovecraft, ubicada en 169 Clinton Street, Brooklyn Heights, tras

mudarse de 259 Parkside Avenue, en la que convivió con Sonia Greene.47

Respecto a las mujeres, Lovecraft no había llevado una vida de muchas relaciones con el sexo opuesto. De hecho,
el autor es recordado por su «aparente falta de masculinidad» tal como explica el cineasta Guillermo del Toro en el
documental sobre su vida y obra Lovecraft: Fear of the Unknown. El retrato que el citado director de cine hace del
autor de Providence es el de un «tipo anglófilo que parecía haber llegado a América en el Mayflower: un tipo raro
que no se acostó con muchas mujeres».48
Dos meses después de la muerte de su madre, Lovecraft acudió a una convención de escritores aficionados
en Boston, donde conoció a Sonia H. Greene. Nacida en 1883, hija de inmigrantes judíos procedentes de Ucrania,
era viuda y siete años mayor que él. Se casaron en 1924 y se mudaron al condado de Brooklyn, en la ciudad
de Nueva York. Las tías de Lovecraft, muy tradicionales, no vieron con buenos ojos esta boda, ya que su cónyuge
era una mujer de carácter fuerte, independiente, propietaria de una tienda de sombreros y escritora aficionada en la
United Amateur Press Association. Inicialmente H. P. L. quedó embelesado con Nueva York, pero pronto la pareja se
vio inmersa en dificultades económicas. Sonia perdió su tienda y Lovecraft no conseguía encontrar un trabajo. Se
sumaron los problemas de salud de su esposa, que tuvo que mudarse a Cleveland debido a un empleo que le
surgió, mientras él se quedaba en el barrio Red Hook de Brooklyn, donde comenzó a sentir una profunda aversión
por la vida neoyorquina.n. 2 En efecto, la desalentadora realidad sobre la imposibilidad de hallar un trabajo en un lugar
cuya población mayoritaria era inmigrante, entraba en un irreconciliable conflicto con la opinión sobre sí mismo, de
ser un privilegiado caballero anglosajón, por lo que su racismo se galvanizó hasta el punto del miedo.549
En 1926, todavía viviendo de forma separada, acordaron un divorcio amigable, donde el escritor alegó «las grandes
divergencias entre ambos y los problemas económicos», aunque nunca se llevó a cabo. Debido al fracaso de su
matrimonio, algunos biógrafos han especulado con la posibilidad de que Lovecraft fuera asexual, aunque Sonia dijo
años más tarde sobre él que fue un «adecuado y excelente amante».50

Regreso a Providence[editar]
De vuelta a Providence el 17 de abril de 1927, convivió con sus tías durante los años siguientes, en una «espaciosa
y marrón casa de madera victoriana» en la calle Barnes n.º 10 —la dirección del Dr. Willett en The Case of Charles
Dexter Ward (El caso de Charles Dexter Ward)— hasta 1933. Allí es donde se ve superado por la sensación de
fracaso que lo invade, abandonándose a la soledad y la frustración.8 En esta época disfruta de paseos nocturnos,
que repercuten en su hundimiento personal, y crean una esfera invisible de miedos que nunca le permitirán
recuperarse, si bien, paralelamente, contribuyen a su máximo esplendor literario. En estos fructíferos años escribió la
gran mayoría de sus obras más conocidas, como The Call of Cthulhu —La llamada de Cthulhu— (1926), At the
Mountains of Madness —En las montañas de la locura— (1931) o El caso de Charles Dexter Ward —compuesta en
1927, pero que no vio la luz hasta 1941—, publicadas en revistas  pulp como Weird Tales y Analog Science Fiction
and Fact.
Durante esos años visitó a varios anticuarios residentes en Quebec, Filadelfia y algunos lugares de Nueva Inglaterra,
como Vermont y Massachusetts, al tiempo que siguió manteniendo su enorme correspondencia. A sus viejos amigos
añadió otros muchos escritores jóvenes, como D. W. Rimmel, R. H. Barlow o Robert Bloch, a los que aconsejaba y
supervisaba trabajos. Mostró preocupación con las condiciones políticas y económicas de su país. Durante la Gran
Depresión, mostró su apoyo a Roosevelt y se convirtió en un socialista moderado,11 abandonando
su conservadurismo, mientras continuaba estudiando una gran variedad de temas,
desde filosofía a literatura o historia de la arquitectura.

Últimos años[editar]

Última residencia de Lovecraft de mayo de 1933 a 10 de marzo de 1937.

Los últimos dos o tres años de su vida fueron muy apurados económicamente. A pesar del duro trabajo y de sus
esfuerzos como escritor, la pobreza en la que vivía aumentó. En 1932 su querida tía, la señora Clark, murió viéndose
obligado a mudarse en 1933 a una pequeña y exigua habitación de alquiler con su otra tía, la señora Gamwell,
situada en la calle College 66, detrás de la biblioteca John Hay —la dirección actual de esta casa es 65 Prospect
Street—. Además, su íntimo amigo Robert E. Howard, al que nunca llegó a conocer en persona, se suicidó el 11 de
junio de 1936, dejándolo desconcertado y profundamente apenado.51
Sus últimas obras fueron incrementándose en longitud y en complejidad, lo que dificultaba la venta pues las
revistas pulp rechazaban los textos largos. Debido a ello, Lovecraft se vio en la necesidad de volver a trabajar como
escritor fantasma para otros autores como en The Diary of Alonzo Typer —El diario de Alonzo Typer— (1938) de
William Lumley, The Mound —El montículo— (1940) de Zealia Bishop y Winged Death —Muerte alada— (1940)
de Hazel Heald, así mismo en poesía y otros estilos literarios.6
Sobre los problemas económicos que sufrió el escritor a lo largo de toda su vida, el novelista francés Michel
Houellebecq escribió:
«En cuanto a sus obras, no le reportaron prácticamente nada. De todos modos, no le parecía conveniente hacer de la literatura una
profesión. Según sus propias palabras: "Un caballero no intenta darse a conocer, lo deja para los egoístas arribistas y mezquinos".
Claro, quizá sea difícil apreciar la sinceridad de esta declaración; puede parecernos producto de un enorme tejido de inhibiciones,
pero al mismo tiempo hay que considerarla como la aplicación estricta de un código de conducta caduco al que Lovecraft se
aferraba con todas sus fuerzas. Siempre quiso verse como un gentilhombre de provincias, que cultiva la literatura como una de las
bellas artes, para su propio deleite y el de algunos amigos, sin preocuparse por los gustos del gran público, los temas de moda o
cualquier otra cosa por el estilo. Un personaje semejante ya no tiene cabida en nuestras sociedades […]. En una época de
mercantilismo enloquecido, es reconfortante encontrar a alguien que se niega con tal obstinación a “venderse”».
Michel Houellebecq52

Lápida conmemorativa de H. P. Lovecraft en el cementerio de Swan Point donde puede leerse su célebre frase: «I am Providence»

(«Yo soy Providence»).


En sus últimos años, su naturaleza enfermiza y la desnutrición fueron minando su salud. Su anormal sensibilidad a
cualquier temperatura inferior a los 20 °C se agudizó hasta el punto de que se sentía realmente enfermo a tales
temperaturas.45 Durante el último año de su vida, sus cartas estaban llenas de alusiones a sus malestares y
dolencias. A finales de febrero de 1937, cuando contaba con cuarenta y seis años, ingresó en el hospital Jane Brown
Memorial, de Providence. Allí murió a primeras horas de la mañana del 15 de marzo de 1937 de cáncer
intestinal complicado con la denominada enfermedad de Bright. Aunque actualmente este término no suele utilizarse,
se refiere a una serie de enfermedades inflamatorias de los riñones. Es decir, parece ser que Lovecraft tuvo una
complicación de su enfermedad tumoral intestinal con una grave insuficiencia renal que provocó su fallecimiento. El
diagnóstico de su enfermedad tuvo lugar apenas un mes antes de su muerte.22
Fue enterrado tres días después en el panteón de su abuelo Phillips en el cementerio de Swan Point; aunque su
nombre está inscrito en la columna central, ninguna losa señala su tumba. Muchos años después de su muerte, en
la lápida que le erigió un grupo de aficionados, puede leerse una línea tomada de una de las miles de cartas que
escribió a sus corresponsales: «Yo soy Providence».5

Trasfondo creativo[editar]

Cubierta del número de marzo de 1942 de la revista americana de pulp Weird Tales, donde H. P. Lovecraft publicó la mayoría de

sus relatos.

Difusión[editar]
Lovecraft fue un escritor casi desconocido en su propia época. Aunque sus historias se habían hecho un lugar en
publicaciones de género pulp como Weird Tales, solo los aficionados a este tipo de literatura conocían su nombre.4
De entre ellos, mantuvo una prolífica correspondencia con otros escritores contemporáneos, como Clark Ashton
Smith y August Derleth, con los que forjó una gran amistad, incluso sin haberse conocido nunca en persona. Se
estima que durante su vida escribió cien mil cartas, como apunta L. Sprague de Camp. En algunas ocasiones las
fechaba doscientos años antes de la fecha en que habían sido escritas, lo que las databa en la época colonial, antes
de la guerra de Independencia de los Estados Unidos (una guerra que lo hería por su anglofilia). Explica que, según
él, los siglos XVIII y XX habían sido los mejores; el primero siendo el siglo de nobleza y de gracia y el segundo de la
ciencia, en tanto que el siglo XIX, en particular la era victoriana, habría sido un error.53
Este nutrido grupo de escritores llegó a conocerse como el Círculo de Lovecraft,54 ya que tomaban prestados
elementos de las historias de H. P. L.—libros misteriosos con nombres inquietantes, panteones de dioses
extraterrestres, como Cthulhu y Azathoth, y lugares como Miskatonic y Arkham— para usarlos en sus propias
historias, con la bendición y ánimo del propio autor; incluso en ocasiones con su ayuda, la cual solía extralimitarse
de la función de editor a la de reelaborar los relatos.55 Fueron los esfuerzos del Círculo —particularmente los de
August Derleth y Donald Wandrei— los que evitaron que el nombre y las historias de Lovecraft desaparecieran
completamente en la oscuridad tras su muerte. Para ello crearon la editorial Arkham House con la que publicaron la
mayor parte de la obra del escritor de Providence.8 A propósito de Derleth, el estudioso lovecraftiano, Rafael Llopis,
define a este autor como «no [...] solo el sampablo de la religión cthulhiana, sino también el que vende reliquias de
los aledaños del gran santuario oficial».23
Después de su fallecimiento, el Círculo de Lovecraft siguió contribuyendo a su leyenda. August Derleth fue,
probablemente, el más prolífico de todos ellos, ya que amplió y extendió la visión del escritor. Las contribuciones de
Derleth han sido objeto de mucha controversia, ya que mientras Lovecraft nunca consideró a su panteón de dioses
extraterrestres más que como parte de la trama argumental, Derleth creó una cosmología completa con una guerra
entre Los Antiguos o Dioses arquetípicos —como Hypnos o Ulthar—, y los Dioses Primigenios —
como Cthulhu, Dagón o Nyarlathotep—. Además, asoció los Dioses Primigenios a los cuatro elementos.56
Algunos seguidores de Lovecraft no han visto con buenos ojos dichas modificaciones, puesto que parecen
contradecir la visión del autor de un universo desordenado y sin plan, donde los seres menos malevolentes
simplemente no se interesaban en la humanidad.57 Muchos aficionados se preguntan si el propio H. P. L. habría
aprobado las extensiones de Derleth. Se especula que era muy comprensivo sobre esta clase de adiciones y
modificaciones, por lo que probablemente hubiera dado el visto bueno a Derleth, pero no lo hubiera adoptado para
sus propias historias. Si había un Círculo de Lovecraft, entonces la versión de Derleth sería un añadido interesante,
pero no formaría parte del mismo.58

Clasificación de su obra[editar]
El trabajo de Lovecraft ha sido agrupado en tres categorías por algunos críticos. Mientras que Lovecraft prefirió no
referirse a estas categorías él mismo, sí escribió en alguna ocasión: «Existen mis obras poeanas y mis
obras dunsanianas [pero] ¿dónde están mis obras lovecraftianas?».59

Manuscrito original de La bestia de la cueva perteneciente a sus obras de historias macabras.

 Historias macabras60 (c. 1905-1920)


 Historias del Ciclo onírico61 (c. 1920-1927)
 Los Mitos de Cthulhu / Lovecraft62 (c. 1925-1935)
Algunos críticos no ven la diferencia entre el Ciclo onírico y los Mitos de Cthulhu, a menudo señalando la recurrencia
del Necronomicón y los subsiguientes dioses. Una explicación frecuentemente argüida es el que el Ciclo onírico
pertenece más a un género de fantasía en tanto que los Mitos de Cthulhu se corresponden a la ciencia ficción.63

Influencias[editar]
Las pesadillas que sufría Lovecraft le sirvieron de inspiración directa para su trabajo, y quizás una visión directa de
su inconsciente y su simbolismo explica su continuo revuelo y popularidad. Todos estos intereses le llevaron a
apreciar de manera especial el trabajo de Edgar Allan Poe, quien influyó fuertemente en sus primeras historias, de
atmósfera macabra y miedos ocultos que acechan en la oscuridad.64 El descubrimiento de Lovecraft de las historias
de Edward Plunkett, Lord Dunsany, llevó su literatura a un nuevo nivel, resultando en una serie de fantasías que
tomaban lugar en la tierra de los sueños.64 Fue probablemente la influencia de los cuentos de Arthur Machen, sobre
la supervivencia del antiguo mal y de sus creencias místicas en misterios ocultos que yacían detrás de la realidad, la
que ayudó finalmente a inspirar a Lovecraft a encontrarse a sí mismo a partir de 1923.64
Otra inspiración provino de una fuente insospechada: los avances científicos en áreas como la biología,
la astronomía, la geología y la física, que reducían al ser humano a algo insignificante, impotente y condenado en un
universo mecánico y materialista, un pequeñísimo punto en la vastedad infinita del cosmos.25 Estas ideas
contribuyeron de forma decisiva a un movimiento llamado cosmicismo65 y proporcionaron a Lovecraft razones de
peso para su ateísmo.38
Sobre este asunto, Rafael Llopis, probablemente el mejor conocedor de la figura y la obra de Lovecraft en el
contexto de la lengua española, afirma en el prólogo a la antología fundamental Los mitos de Cthulhu:
«El elemento fundamental de los Mitos, su materia prima —tanto desde el punto de vista genérico como estructural— es la angustia
cósmica del ateo Lovecraft y su expresión simbólica onírica. Es evidente —dice George W. Wetzel— que «detrás de la formación de
los Mitos de Cthulhu había una profunda motivación psicológica. (...) Al descubrir que la religión era un absurdo, quedó en él un
vacío que intentó llenar con un mundo místico imaginario». Este ansia religiosa frustrada, determinada por las circunstancias de su
vida real, [...] actúa como proyecto totalizador en torno al cual se van a ir estructurando elementos diversos y hasta contradictorios
para dar origen a los Mitos».66

Llopis hace notar más adelante cómo recuerda el misticismo siniestro de los mitos lovecraftianos, el «estilo bíblico,
los nombres sonoros y exóticos, el irrealismo onírico, el fondo numinoso de religión arcaica» que impregna
relatos poeanos como Silence, A Sonnet —«Silencio, un soneto»— o Shadow, A Parable —«Sombra, una
parábola»—, o también A Dreamer's Tales —Cuentos de un soñador—, debidos a otro precursor de Lovecraft, Lord
Dunsany.67
Sobre este asunto, Llopis —también psiquiatra— afirma en su Historia natural de los cuentos de miedo (2013) que:
«Así, pues, la obra de Lovecraft contiene el germen de una religión primitiva, bárbara y cruel, llena de horror
primordial. Y ese horror deriva también del juego dialéctico entre la fascinación que en él ejercía el caos de
la subconsciencia prehumana y su propio terror racionalista a la regresión de la mente, a la pérdida del control
consciente de sus pensamientos y actos. Para su mente rígida y estrictamente lógica, el caos representaba un
peligro mortal, pero a la vez era liberación de un superyó tiránico y entrega a un mundo íntimo y ancestral que le
atraía como un abismo prohibido. Otra contradicción importante, íntimamente vinculada a la anterior, es la que surge
en Lovecraft entre su amor y su horror al pasado».68

Origen de los Mitos de Cthulhu[editar]


Los Mitos de Cthulhu integran un panteón de deidades alienígenas extradimensionales y horrores que se alimentan
de la humanidad y que tienen trazos de antiguos mitos y leyendas. El término «Mito de Cthulhu» fue acogido por el
autor August Derleth después de la muerte de Lovecraft, mientras que el autor de Providence se refería a su
mitología artificial como «Yog-Sothothería».2
Sus historias crearon uno de los elementos de mayor influencia en el género del horror: el Necronomicón, el escrito
secreto del árabe Abdul Alhazred. El impacto y la fortaleza del concepto del mito ha llevado a algunos a concluir que
Lovecraft basó su trabajo en mitos preexistentes y en creencias ocultistas.
Ediciones apócrifas del Necronomicón también han sido publicadas a través de los años.69
Su prosa es anticuada, y frecuentemente usaba vocabulario arcaico u ortografía en desuso, así como adjetivos de
uso poco habitual como «gibosa», «ciclópeo» o «atávico», con frecuentes intentos de transcribir dialectos, que han
sido calificados de imprecisos. Su trabajo, al ser Lovecraft un anglófilo, está plasmado en un inglés británico
utilizando comúnmente escritura anacrónica.4

Etapas[editar]
Se suelen señalar en la evolución literaria de Lovecraft diversas etapas marcadas por el influjo de sus autores
favoritos en esas épocas.70 Cada fase tuvo su periodo de apogeo, mas no es posible precisar una fecha exacta de
inicio y término dado que se superponen.71
De arriba abajo, Edgar Allan Poe (etapa gótica), Lord Dunsany (etapa onírica) y Arthur Machen (mitos de Cthulhu), representantes

sucesivos en el trasfondo creativo de Lovecraft.

 Etapa gótica (1905-1920),72 en la que impera el magisterio de Edgar Allan Poe. Compone cuentos con los
elementos clásicos del horror: grandes y antiguos castillos, páramos lejanos y desolados, la noche como
liberadora del mal. Destacan The Beast in the Cave —La bestia en la cueva— (1905) o The Outsider —El
extraño— (1921).

 Etapa onírica (1920-1927),72 profundamente influida por Lord Dunsany. Sus historias se desarrollan ahora
en las fantásticas Tierras del sueño, describiendo con detalle los paisajes de ensueño visitados.73 Siguiendo al
Lord, tanto Lovecraft como su amigo y corresponsal Clark Ashton Smith (1893-1961) crearon relatos
ambientados en mundos antiguos y mágicos, cercanos a la cultura y las leyendas mediterráneas, frente a la
que reinventaba las mitologías y cuentos nórdicos, cuyo máximo representante sería J. R. R. Tolkien (1892-
1973): The Cats of Ulthar —Los gatos de Ulthar— (1920), The Silver Key —La llave de plata— (1926) o, su
cumbre, The Dream-Quest of Unknown Kadath —La búsqueda en sueños de la ignota Kadath— (1926-1927;
publicada en 1943).

 Mitos de Cthulhu (1927-1937),72 en que se percibe la impronta de Arthur Machen. En los relatos de este
periodo desarrolla los mitos de su imaginación en torno a los dioses primordiales y describe infinidad de
criaturas que acechan a la Tierra. Destacan The Call of Cthulhu —La llamada de Cthulhu— (1926), The
Dunwich's Horror —El horror de Dunwich— (1928) y The Shadow over Innsmouth —La sombra sobre
Innsmouth— (1931), entre otros.
Por el contrario, otros autores distinguen ciclos o proyectos narrativos más específicos agrupados por temáticas en
lugar de reunirlos cronológicamente, como es el caso anterior. Los diferentes ciclos temáticos son:
 Ciclo onírico,70 relatos basados en las Tierra del sueño como, por ejemplo, The White Ship —La nave
blanca—.
 Ciclo de Nueva Inglaterra,70 en donde encontramos historias como The Colour Out of Space —El color
del espacio exterior—.
 Ciclo de las civilizaciones perdidas,70 como, por ejemplo, The Nameless City —La ciudad sin nombre—.
 Ciclo de Randolph Carter,70 personaje recurrente en algunas obras del autor como en The Statement of
Randolph Carter —El testimonio de Randolph Carter—.
 Ciclo de los Mitos de Cthulhu,70 relatos en los que figuran una amplia cosmogonía de dioses
y primigenios creados por Lovecraft así como por su cohorte de seguidores, como Robert Bloch, en narraciones
como, por ejemplo, Dagon —Dagón—.

Temas[editar]
En la literatura de Lovecraft —cuentos, novelas y novelettes— normalmente se repiten varios temas que son
característicos en su obra. Por ejemplo, el conocimiento prohibido, la influencia de razas extraterrestres, la culpa
atávica, la imposibilidad de escapar del destino fatal, el racismo,5 una cierta aversión hacia las mujeres —aunque no
debe confundirse con sentimientos misóginos— y los riesgos cada vez mayores de la ciencia; dichas temáticas
pasan a analizarse con más detalle a continuación:

Conocimiento prohibido[editar]
Estatua de H.P. Lovecraft en Providence, Rhode Island, esculpida por el artista Gage Prentiss.

«No hay en el mundo fortuna mayor, creo, que la incapacidad de la mente humana para relacionar entre sí todo lo que hay en ella.
Vivimos en una isla de plácida ignorancia, rodeados por los negros mares de lo infinito, y no es nuestro destino emprender largos
viajes. Las ciencias, que siguen sus caminos propios, no han causado mucho daño hasta ahora; pero algún día la unión de esos
disociados conocimientos nos abrirá a la realidad, y a la endeble posición que en ella ocupamos, perspectivas tan terribles que
enloqueceremos ante la revelación, o huiremos de esa funesta luz, refugiándonos en la seguridad y la paz de una nueva edad de
las tinieblas».
H. P. Lovecraft, La llamada de Cthulhu (1928)

Los protagonistas de las historias de Lovecraft siempre son conducidos a la «unión de esos disociados
conocimientos», y también así comienzan muchas de sus historias. Cuando tal cosa ocurre, la mente del
protagonista o investigador, por lo general, queda destruida por la abismal enormidad de lo descubierto, al ser
incapaz de asimilar semejante conocimiento. Aquellos que se cruzan con manifestaciones «vivas» de lo
incomprensible, se vuelven locos. Aquellos personajes que intentan hacer uso de este conocimiento están,
invariablemente, condenados. Algunas veces su trabajo atrae la atención de seres malévolos; ocasionalmente, son
aniquilados por monstruos de su propia creación.4

Influencias extraterrenas en la humanidad[editar]


Dibujos a lápiz de Cthulhu realizados por Lovecraft en 1934 de su vista frontal, de perfil y trasera, respectivamente.

Los seres de los Mitos de Lovecraft a menudo se sirven de humanos. Cthulhu, por ejemplo, es venerado bajo
distintos nombres por diferentes cultos alrededor del mundo, como los inuit de Groenlandia y los practicantes
del vudú de Luisiana.74 Los adoradores son utilizados por Lovecraft debido a motivos narrativos como ayuda en el
hilo conductor de la historia. A veces intervienen de forma directa en la acción.
La mayoría de los seres de los Mitos son extremadamente poderosos para ser derrotados por humanos, y su
conocimiento directo significa, normalmente, que la víctima se vuelva loca. Cuando se llega a un acuerdo con ellos,
Lovecraft necesita una forma de proveer una estructura dramática para construir el hilo tensor sin llevar la historia a
un final prematuro. Los adoradores le ofrecen la forma de revelar información sobre sus «dioses» en pequeñas
dosis, y haciendo posible para los protagonistas ganar batallas temporales. Lovecraft, como sus contemporáneos,
imaginó «salvajes» más próximos al conocimiento sobrenatural, desconocido para el hombre civilizado.75
En esa misma línea, para el autor, los dioses que plasma en sus obras son más antiguos que la propia humanidad e,
incluso, que la propia Tierra y observan al ser humano con indiferencia y, en la mayor parte de ocasiones, con
crueldad.76

Culpa atávica[editar]
Otro tema recurrente en las historias de Lovecraft es la idea de que los descendientes en una línea de sangre nunca
pueden escapar de los crímenes cometidos por sus antepasados, si estos han sido lo suficientemente atroces. Los
descendientes pueden estar alejados en tiempo y en espacio —y, además, en culpabilidad— del acto en sí mismo,
pero la sangre se lo revelará.77
Relatos que muestran este tema son The Rats in the Walls —Las ratas de las paredes— (1924), The Lurking Fear —
El miedo que acecha— (1923), Facts Concerning the Late Arthur Jermyn and His Family —Hechos tocantes al
difunto Arthur Jermyn y su familia— (1921), The Alchemist —El alquimista— (1916), The Shadow over Innsmouth —
La sombra sobre Innsmouth (1936)— y The Case of Charles Dexter Ward —El caso de Charles Dexter Ward—
(1927, publicada 1941). Ejemplos de crímenes que Lovecraft considera lo suficientemente atroces para que tengan
esta clase de consecuencias son muestras del canibalismo que hay en The Picture in the House —La lámina de la
casa— (1921) y en Las ratas de las paredes.77

Imposibilidad de escapar del destino[editar]


Manuscrito original de La sombra de otro tiempo.

A menudo, en las historias de Lovecraft, el protagonista es incapaz de controlar sus propias acciones, o encuentra
imposible cambiar el curso de los acontecimientos. Muchos de estos personajes escaparían del peligro si
simplemente corrieran en dirección opuesta, aunque esta posibilidad nunca surge o es de alguna forma sometida por
una entidad externa, como en The Colour Out of Space —El color del espacio exterior— (1927). Con frecuencia
estos sujetos se encuentran bajo la influencia de algún ser malévolo u otros seres.78
Con la misma inevitabilidad que el destino del ancestro, huir o suicidarse no proporciona la completa seguridad de
escapar como en The Thing on the Doorstep —El ser del umbral— (1937), The Outsider —El extraño— (1926), El
caso de Charles Dexter Ward, etcétera.13
En algunos casos, este destino se manifiesta para toda la humanidad, y no existe escape posible como en The
Shadow Out of Time —La sombra de otro tiempo— (1936) y en La sombra sobre Innsmouth. En relatos como The
Dreams in the Witch House —Los sueños en la casa de la bruja— (1933), la poética de Lovecraft apunta a la
imposibilidad de triunfo de los saberes populares y científicos —las leyendas y la ciencia— frente al horror de lo
desconocido.13

La civilización amenazada[editar]
Lovecraft juega a menudo con la idea de la civilización que lucha penosamente contra elementos bárbaros y
primitivos. En algunas historias esta lucha es a nivel individual; la mayoría de sus protagonistas poseen una cultura y
unos estudios elevados, pero se ven gradualmente corrompidos por una influencia maligna.77
En estas historias, la «maldición» es normalmente hereditaria, o por cruzarse con seres no humanos como
en Hechos tocantes al difunto Arthur Jermyn y su familia y La sombra sobre Innsmouth o bien a través de cierta
influencia mágica como en El caso de Charles Dexter Ward.77 La degradación física y mental aparecen de forma
conjunta. El tema de la «sangre corrompida» podría representar la preocupación de Lovecraft respecto la historia de
su familia, particularmente la muerte de su padre debido a que Lovecraft sospechaba que fue a causa de un
desorden sifilítico.79
En otras historias, una sociedad al completo es amenazada por la barbarie. A veces, dicho barbarismo es
representado por una amenaza externa, con una civilización destruida por la guerra como en Polaris (1920). De vez
en cuando, un pequeño grupo de gente cae en decadencia y surge espontáneamente un atavismo como en El
miedo que acecha. Mucho más frecuentemente, tales historias involucran a una cultura civilizada que es
gradualmente socavada por una clase baja marginal, sin educación ni derechos, que se halla influida por fuerzas
inhumanas.n. 3

Racismo[editar]
Un componente común en el trabajo inicial de Lovecraft es asociar la virtud, el intelecto, una clase
elevada, civilización y racionalidad a la raza blanca, que a menudo contrapuso con el corrupto, intelectualmente
inferior, incivilizado e irracional, que asoció con gente de clase baja, racialmente impura, y/o no de raza europea,
de piel oscura, que frecuentemente eran los villanos en sus historias.4
Algunas de sus opiniones racistas más cruentas pueden localizarse en sus primeras poesías escritas en su juventud,
particularmente en On the Creation of Niggers y New England Fallen, ambas de 1912. En On the Creation of
Niggers, Lovecraft plasma de una forma muy cruda sus prejuicios, caracterizando explícitamente a la gente
negra como subhumanos:80
When, long ago, the gods created Earth;
In Jove's fair image Man was shaped at birth.
The beasts for lesser parts were designed;
Yet were too remote from humankind.
To fill the gap, and join the rest of Man,
Th'Olympian host conceiv'd a clever plan.
A beast they wrought, in semi-human figure,
Filled it with vice, and called the thing a Nigger.
Cuando tiempo atrás, los dioses crearon la Tierra;
A imagen y semejanza de Júpiter al incipiente Hombre moldeaban.
Para tareas menores las bestias fueron creadas;
Aunque de la especie humana muy alejadas estaban.
Para llenar el vacío y unirlas al resto de la Humanidad,
Los anfitriones del Olimpo ingeniaron un astuto plan.
Una bestia forjarían, una figura semihumana,
Colmada de vicios, y «negro», fue llamada.

En The Call of Cthulhu —La llamada de Cthulhu— (1928), Lovecraft describe a un grupo mestizo de adoradores de
Cthulhu:80
«Examinados en el cuartel de la policía, luego de un viaje agotador, los prisioneros resultaron ser mestizos de muy baja ralea, y
mentalmente débiles. Eran en su mayor parte marineros, y había algunos negros y mulatos, procedentes casi todos de las islas de
Cabo Verde, que daban un cierto matiz vudú a aquel culto heterogéneo. Pero no se necesitaron muchas preguntas para comprobar
que se trataba de algo más antiguo y profundo que un fetichismo africano. Aunque degradados e ignorantes, los prisioneros se
mantuvieron fieles, con sorprendente consistencia, a la idea central de su aborrecible culto».

Lovecraft también expresó en alguna ocasión creencias racistas y etnocéntricas en su cartas personales.81 En una
carta fechada el 23 de enero de 1920, escribió:
«Para el hombre evolucionado —la cumbre del perfeccionamiento orgánico en la Tierra—, ¿qué rama del pensamiento se ajusta
mejor que aquella que conquista las más altas y exclusivas facultades humanas? El salvaje primitivo, o simio, simplemente rebusca
en la selva para encontrar una compañera; ¡el ario eminente debe elevar sus ojos a los mundos de más allá y considerar su relación
con el infinito!»

En Herbert West–Reanimator —Herbert West: reanimador— (1922), Lovecraft describe a un


varón afroamericano que acaba de fallecer:
«Era un ser repugnante, con pinta de gorila, unos brazos anormalmente largos que me parecían de manera inevitable patas
anteriores, y una cara que irremediablemente hacía pensar en los secretos insondables del Congo y las llamadas de tam-tam bajo
una luna misteriosa. El cuerpo debió tener peor aspecto en vida, pero el mundo contiene mucha fealdad».82

En The Horror at Red Hook —El horror de Red Hook— (1927), un personaje es descrito como «un árabe con una
odiosa boca negroide».83 En la obra La cabellera de Medusa, escrita para Zealia Bishop, la sorpresa final de la
historia —tras revelar que el villano del relato es una medusa vampírica— es que ella:
«...era débil, y sutilmente, aún a los ojos del genio, el vástago indiscutible de los primeros pobladores de Zimbabwe. No es de
extrañar que tuviera un lazo con la anciana bruja Sophonisba... ya que, en una diluida proporción, Marceline era negra».84

En El caso de Charles Dexter Ward, se presenta de forma condescendiente a una pareja afroamericana:85 «Conocía
a la familia negra que habitaba la casa y fue cortésmente invitado a visitar el interior por el viejo Asa y su fornida
esposa, Hannah.» En un claro contraste con el propietario, al parecer extranjero:85 «… un hombre de facciones
ratoniles y acento gutural…».
Arte conceptual de Mihail Bila basado en la novela corta La sombra sobre Innsmouth, en la que pueden intuirse ciertos

sentimientos antisemitas.

Los narradores en The Street —La calle— (1920), Herbert West: reanimador, He —Él— (1926), La llamada de
Cthulhu, La sombra sobre Innsmouth, El horror de Red Hook, y en muchos otras historias, expresan sentimientos
que podrían ser considerados hostiles hacia los judíos. Se casó con una mujer ucraniana de ancestros judíos, Sonia
Greene,4 quien más tarde comentó que tenía que recordarle constantemente sus raíces cuando realizaba algún
comentario antisemita. «Siempre que nos encontrábamos en las calles de Nueva York, abarrotadas de personas de
distintas nacionalidades y credos —escribió Greene después de su divorcio— Howard venía lívido de la rabia.
Parecía que iba a perder la cabeza».86
Hasta cierto punto, las ideas de Lovecraft referentes a la raza reflejaban actitudes comunes en esa época.
Particularmente las leyes de segregación racial se hacían cumplir en la mayor parte del territorio estadounidense y
muchos estados promulgaban leyes eugenésicas y prohibiciones en contra del mestizaje, que también eran
comunes en áreas no católicas de Europa. Un movimiento popular durante la década de 1920 dio como resultado
una drástica restricción de la inmigración hacia los Estados Unidos, culminando en la ley de inmigración de 1924,
que ponía de manifiesto testimonios de expertos ante el Congreso de los Estados Unidos sobre la amenaza dirigida
hacia la sociedad americana a causa de la asimilación de «personas de baja cultura» del este y del sur de Europa.13
Lovecraft era en un principio un anglófilo confeso y sostenía que la cultura inglesa era el pináculo comparativo de la
civilización. Consideraba a los descendientes de los primeros ingleses en América como una rama de segunda
clase, y todos los demás, por debajo de ellos —por ejemplo, su poema An American to Mother England—. Su amor
por la historia y la cultura inglesa se ve a menudo reflejado en su trabajo, como la nostalgia del Rey Kuranes por
Inglaterra en The Dream-Quest of Unknown Kadath —La búsqueda en sueños de la ignota Kadath— (1927,
publicada en 1943).n. 4
Las ideas de Lovecraft sobre la eugenesia se extendían a menudo sobre sus personajes de raza blanca. Mostró una
mayor simpatía por la raza caucásica y los grupos culturales europeos.87 El narrador de Cool Air —Aire frío— (1928)
habla despectivamente de los pobres hispanoamericanos de su vecindario, pero respeta al rico y aristócrata Dr.
Muñoz, por sus orígenes celtíberos, y porque es «un hombre de cuna, culto y de buen gusto». Los descendientes
degenerados de los inmigrantes holandeses en las Montañas Catskill, «quienes corresponden exactamente con
la basura blanca en el sur», como se dice en Beyond the Wall of Sleep —Al otro lado de la barrera del sueño—
(1919), son elementos comunes. En The Temple —El templo— (1925), el narrador es un capitán de un U-Boot de
la Primera Guerra Mundial cuya fe en su «inquebrantable voluntad germánica» y la superioridad de su patria lo
llevan a ametrallar a los supervivientes que se encontraban en botes salvavidas; más tarde, asesina a su propia
tripulación, mientras lo ciega la maldición que ha atraído sobre él. De hecho, según Lovecraft: Una biografía, por L.
Sprague de Camp, el autor de Providence estaba horrorizado por los informes de violencia antisemita
en Alemania —antes de la Segunda Guerra Mundial, que no viviría para ver— sugiriendo que el escritor a pesar de
todo, se oponía al exterminio de aquellos que consideraba «inferiores».
El racismo de Lovecraft ha sido un foco continuado de interés académico e interpretativo. S. T. Joshi, uno de los
primeros eruditos en Lovecraft, observa que «no hay ninguna negación del racismo en Lovecraft, ni puede ser
interpretada simplemente como «típico de su época», ya que parece que Lovecraft expresó sus opiniones más
pronunciadamente —aunque generalmente no para su publicación— que muchos otros contemporáneos. Es
también absurdo negar que el racismo entra en su ficción». Michel Houellebecq defiende que «el odio racial»
proporcionaba la fuerza y la inspiración emocional para muchas de las mejores obras de Lovecraft.88

Notas de la trama originales de En las montañas de la locura mostrando bocetos de los ejemplares orgánicos hallados en la

prospección.

El antagonismo racista de Lovecraft es un corolario de su noción nihilista del determinismo biológico: En las


montañas de la locura, donde los exploradores descubren pruebas de una raza totalmente extraterrestre —Antiguos
— que creó seres humanos mediante bioingeniería, pero fue destruida finalmente por sus brutales esclavos,
los Shoggoth. Incluso después de que varios miembros de la expedición mueran a manos de los Antiguos y los
Shoggoth, se aprecia cierta simpatía por parte del narrador hacia estos seres:89
«¡Pobre Lake, pobre Gedney... y pobres Primordiales! Científicos hasta el final. ¿Qué hicieron ellos que no hubiéramos hecho
nosotros en su lugar? ¡Santo Dios, qué inteligencia y qué tenacidad! ¡Qué manera de enfrentarse con lo increíble, igual que aquellos
parientes y antepasados suyos que se habían enfrentado también con cosas casi igualmente extrañas! Animales radiados, plantas,
monstruos, semilla de estrellas, no sé qué habían sido, pero ahora eran hombres».

Estas líneas del pensamiento en la visión del mundo de Lovecraft —racismo y una romántica defensa reaccionaria
del orden cultural frente a la degeneración del mundo moderno— han conducido a algunos estudiosos a establecer
una afinidad especial con el aristocráta, antimodernista y tradicionalista Julius Evola:
«Ciertamente, La búsqueda en sueños de la ignota Kadath, con su grandiosa representación de su ciudad, Onyx, irradia el fresco y
elegante espíritu de la Tradición, que entra en contraposición a la que en muchas historias es el pozo de la decadencia, Innsmouth,
cuya endogámica población es compuesta en parte por los vástagos de la concepción contranatura de lujuriosos marineros con
monstruos marinos; la fuerza negativa de la Tradición. La eterna lucha entre la titánica fuerza de la luz y las telúricas fuerzas del
caos, es reflejada en su trabajo y en su racismo».90

Por otra parte, algunos autores consideran que el racismo de Lovecraft era más que nada de
índole cultural e intelectual, pasivo e introvertido —como lo evidencia el hecho de que el poeta Samuel Loveman,
uno de sus mejores amigos, quien era judío y homosexual, no se enteraría del antisemitismo y homofobia de
Lovecraft hasta varios años después de la muerte de este a través de Sonia Greene—, más que brutalmente
biológico, proactivo y extravertido- como el de los nazis de esa época quienes ya promovían el odio y la agresión a
otras razas en forma activa y despiadada- siendo que Lovecraft expresa en algunas de sus historias cierta
admiración a personas de distintos orígenes que han asimilado las costumbres, buenos modales y artes
anglosajonas y por el hecho de haberse casado con una judía a quien él mismo consideraba una mujer sumamente
inteligente y «bien asimilada».91929394
En sus últimos años la antipatía de Lovecraft por ciertas razas y culturas específicas se sublimó en un desprecio a
la ignorancia, soberbia y egoísmo de la especie humana en general —incluyendo a los sajones— y la risible e
irónica insignificancia de la humanidad y sus vicios ante la magnificencia y misterio del universo no conocido,
evidente en el desarrollo y desenlace de la mayoría de sus últimas obras de horror cósmico.9596

Las mujeres[editar]

Asenath Waite, uno de los escasos personajes femeninos retratado por Lovecraft en El ser del umbral, ilustrado por Paco Rico

Torres.

Las mujeres en la obra de Lovecraft escasean y no suelen ser ni compasivas, ni comprensivas ni amables.77 Los
pocos personajes femeninos en sus historias, como Asenath Waite —si bien de hecho era un perverso hechicero
que se había apoderado del cuerpo de una inocente chica— en El ser del umbral y Lavinia Whateley en The
Dunwich's Horror (El horror de Dunwich, 1929) son, de forma invariable, sirvientas de las fuerzas del mal.97
El romance se encuentra casi ausente de sus historias; cuando aparece el amor, es normalmente de
forma platónica —The Tree (El árbol), Ashes (Cenizas)—. Sus personajes viven en un mundo donde
la sexualidad tiene connotaciones negativas; si es reproductiva, suele dar nacimientos de seres subhumanos, como
en El horror de Dunwich.97 En este contexto, puede ser de ayuda prestar atención a la escala del horror de Lovecraft,
que es frecuentemente descrito como «horror cósmico». Operando a escalas cósmicas, tal y como operan estas
historias, asignan a la humanidad un rol insignificante,4 por lo que no es a la sexualidad femenina a lo que estos
relatos niegan su rol positivo y vital, es a la sexualidad humana en general.98
Además, Lovecraft sostiene en una carta privada, enviada a una de sus amigas escritoras y poetisas, que la
discriminación en contra de la mujer es una superstición oriental, de la cual los arios deberían liberarse. Dejando
el racismo aparte, la carta parece excluir una misoginia consciente, como de hecho parece estar descartada de su
vida privada.98

La ciencia y sus riesgos[editar]


Lovecraft aceptó con resignación las realidades que la ciencia iba revelando en el transcurrir de principios
del SIGLO XX. La Tierra y la raza humana ocupaban un lugar infinitesimal e insignificante en el esquema cósmico del
universo. Entre las diversas respuestas a la moderna e incipiente cosmología científica, Lovecraft escogió la vía
del horror. Infundió incertidumbre metafísica en sus trabajos y generó una potente carga emocional al conjunto,
próxima a la histeria.13 Lovecraft aprovechó huecos, lagunas en el conocimiento del universo, y las convirtió en
tenebrosas ciénagas del horror. En la obra El color del espacio exterior se pone de manifiesto la incapacidad de la
ciencia para comprender un extraño meteorito, lo que lleva a un paroxismo demencial.
Inmerso por tanto en su etapa de madurez, abandonó definitivamente la superstición para adoptar un lenguaje
científico. Dos opiniones se han planteado respecto de su relación entre ciencia y literatura:13

1. La estrategia narrativa de H. P. L. como una defensa de lo sobrenatural y un rechazo de la ciencia,


identificada esta como un mero intercambio de teorías y comprobaciones mediante tanteos.
2. Contrariamente, los nuevos monstruos lovecraftianos, procedentes de espacios y tiempos diversos, fueron
refrendados precisamente a partir de los nuevos hallazgos científicos.
Lovecraft mostró un precoz interés por la ciencia, comenzando por la química con solo nueve años, al que seguiría
la astronomía tres años después, principal influencia en la primera etapa de su vida. De hecho, entre 1902-1903
editó sus propios libros de texto en ambas disciplinas así como un periódico científico entre sus allegados, derivando
en 1906 en columnista sobre astronomía, ya en periódicos locales. Gradualmente fue ampliando su saber
enciclopédico, familiarizándose con el darwinismo y el psicoanálisis, y estuvo al día de los descubrimientos
científicos de la época.13
La lista de científicos aludidos en la obra de Lovecraft es cuantiosa: desde clásicos como Euclides, los químicos Van
Helmont, Le Boë, Glauber, Becher o Stahl, los astrónomos Serviss y De Sitter, los geólogos Taylor y Osborn, hasta
los físicos contemporáneos Einstein, Planck, Wegener y Heisenberg, el matemático Rietmann, el neurólogo Freud,
los psicólogos Watson y Pavlov, el médico Adler, el psiquiatra Jung, así como
los antropólogos Quatrefages, Taylor, Boule o Keith o los paleontólogos Elliot Smith, Woodward o el mencionado Sir
Arthur Keith.1399
En una carta escrita el 9 de noviembre de 1929 dirigida a Harris Woodburn, Lovecraft especula con la comodidad
que proporciona la ciencia y el riesgo que supondría que se colapsara. Es más, en una época donde el ser humano
veía la ciencia como algo tremendamente poderoso e ilimitado, Lovecraft se dio cuenta de su potencial alternativo y
sus tenebrosos resultados.100

Einstein[editar]

Los avances científicos del físico teórico Albert Einstein están implícitos en la obra de H. P. Lovecraft.

Lovecraft estaba muy al tanto de los nuevos y revolucionarios descubrimientos científicos, incluyendo y
mencionando en su obra a numerosos representantes científicos de la época, entre los que destaca Albert Einstein.
Aludido en 1920 en una carta a un grupo de corresponsales, tres años después H. P. L. reaccionaría con horror,
desconcierto y estupefacción a su teoría de la relatividad. El 26 de mayo de 1923 escribió estas palabras a James F.
Morton:10113
«Mi cinismo y mi escepticismo van en aumento y todo ello motivado por algo completamente nuevo: la teoría de Einstein. [...] Todo
es casual, fortuito, una efímera ilusión [...]».

Sin embargo, a partir de 1929 olvidó sus ingenuos puntos de vista sobre Einstein, admitiendo que «la relatividad y el
espacio curvo son realidades inmutables, sin las cuales sería imposible formarse ningún tipo de concepción
verdadera del cosmos» y reconociendo su valioso apoyo al materialismo. Valorado como el científico por excelencia
entre los «auténticos cerebros del mundo moderno», lo mencionaría en varios de sus relatos: La casa evitada, El
caso de Charles Dexter Ward, El que susurra en la oscuridad, En las montañas de la locura, Los sueños en la casa
de la bruja y La sombra de otro tiempo.13
De todos modos, aun aceptando la relatividad general, el tratamiento de la misma en su obra fue divergente,
apareciendo «trascendida, trastocada», mezclando las leyes einstenianas con las extensiones y/o violaciones de las
mismas procedentes de su imaginación.13
«Mi concepción de la fantasía, como una genuina forma artística, es una extensión más que una negación de la realidad».
En La llamada de Cthulhu se alude a que «la geometría del lugar soñado por él era anormal, no euclidiana, y de
repugnantes esferas y dimensiones distintas de las nuestras».102 La geometría no euclidiana es el lenguaje
matemático y el trasfondo de la teoría general de la relatividad de Einstein, a la que Lovecraft hace referencia
repetidamente al explorar la arqueología extraterrestre.

Freud[editar]

Sigmund Freud, c. 1921. Lovecraft fue un detractor de las ideas freudianas sobre la interpretación de los sueños.

H.P. Lovecraft no tenía en gran estima las ideas del padre del psicoanálisis, sobre todo su sistema de interpretación
de los sueños. Todas las menciones al «charlatán vienés» en sus relatos y correspondencia eran de carácter
peyorativo. Lovecraft leyó a Freud profusamente y concluyó en un rechazo de su marco teórico.103
Buen conocedor el mundo de los sueños, son en cierto modo su coto de caza, H. P. L. hizo un uso sistemático y
extensivo de los mismos tanto a nivel experiencial como transliterados en sus obras, sobre todo en su segunda
etapa onírica. Tal y como su biógrafo Houellebecq sentencia, Lovecraft «clasifica el material [onírico], lo trabaja; a
veces se entusiasma y escribe la historia sobre la marcha, sin siquiera despertarse del todo —es el caso
de Nyarlathotep—; en otras ocasiones solo conserva algunos elementos para insertarlos en una nueva trama; pero,
sea como fuere, se toma los sueños muy en serio».103
Me he preguntado con frecuencia si la mayoría de la humanidad se detiene alguna vez a reflexionar sobra la inmensa importancia
que de vez en cuando tienen los sueños, y el oscuro mundo al que pertenecen. Mientras que la mayor parte de nuestras visiones
nocturnas no son quizá más que vagos y fantásticos reflejos de nuestras experiencias cuando estamos despiertos —al contrario de
lo que afirma Freud con su simbolismo pueril—,104 hay sin embargo algunas otras cuyo carácter extramundano y etéreo no permite
una interpretación ordinaria, y cuyo efecto vagamente apasionante y preocupante sugiere posibles vislumbres fugaces de una
esfera de existencia mental no menos importante que la vida física, pero separada de ella por una barrera casi infranqueable.105106

En esta cita al inicio de Al otro lado de la barrera del sueño (1919), Lovecraft añade con posterioridad (1934) la
cláusula referente a Freud, ya que no conoció la obra del vienés hasta 1921, fecha en que la menciona por vez
primera en su artículo The Defence Reopens!.107
Sin embargo, el escritor norteamericano tuvo en alta estima a la psicología, sobre todo a la psicología de los sueños.
Se le ha acusado sin embargo de un entendimiento superficial de las teorías freudianas. El erudito de Lovecraft S. T.
Joshi señala que «no está claro qué trabajo de Freud (si lo hubiera) había leído realmente Lovecraft; de hecho, es
más probable que haya leído varias de sus explicaciones en libros o revistas».108 En una carta de Lovecraft a
Elizabeth Toldridge, escrita en 1930, el autor de La llamada de Cthulhu concluye diciendo que «no existe tal cosa
como "amor" en ningún sentido unificado, permanente o importante» tal y como se infiere del trabajo de Freud y del
análisis de coetáneos del ámbito de la psicología como Pavlov, Jung, Adler o Watson. En la misma misiva asegura
que teniendo en cuenta dichas conclusiones, unidas a la falta de conocimientos científicos y a desvaríos poéticos y
místico-religiosos, hablar del «amor» carece de todo significado por ser algo totalmente ilusorio.109
Carl Gustav Jung, c. 1915. A diferencia de Freud, se ha señalado la similitud existente entre la psicología analítica de Jung y la obra

de Lovecraft.

Otras interpretaciones aluden a que, aunque Lovecraft rechazara taxativamente el papel psicológico jugado por el
psicoanálisis, es evidente que parte a contrario de dichas concepciones acerca de la configuración y mecanismos de
la mente humana, defendiendo que los procesos de la psique son muchísimo más complejos que los descritos por el
psicoanálisis, comprimiendo este las posibilidades y riquezas intrínsecas del inconsciente.110
También se le ha acusado de una crítica incisiva que apelaba a la necesaria convalidación de las entonces
incipientes hipótesis —principios del SIGLO XX— tanto de Freud como del propio Einstein. De hecho, si bien es
despectivo en Al otro lado de la barrera del sueño (1919) y también en Del más allá (1920): «¿Has oído algo acerca
de la glándula pineal? Me río de la superficial ciencia endocrinológica, en la que se sustentan los falsos y
advenedizos freudianos»,111n. 5 los conceptos freudianos desaparecen y/o reaparecen con posterioridad, sobre todo
en obras colaborativas, pero ya con una mayor aceptación exenta de crítica. A la progresiva maduración y
comprobación de la ciencia psicológica también se añadió el que Lovecraft se adentrara en una nueva etapa ya
alejada de la impronta onírica.109
Además de a Freud, Lovecraft también cita con frecuencia en sus cartas a Watson, Pavlov, Jung y Adler, entre
otros.112 Lovecraft menciona a Jung por su nombre y ocasionalmente cita ideas controvertidas adoptadas por el,
incluso si no acredita a Jung directamente.99 A diferencia de Freud, se ha señalado la similitud existente entre
la psicología analítica de Jung y la obra de Lovecraft.113

Estilo[editar]
Exposición de Guillermo del Toro En casa con monstruos, Instituto de Artes de Minneapolis, 2017.

El estilo de Lovecraft es muy personal e inconfundible, caracterizado por un tono siempre serio y solemne.
Comparado, por ejemplo, con otro maestro del género de terror, M. R. James, carecía de ironía y creaba atmósferas
desde el principio, al contrario que el anterior, quien las iba levantando poco a poco. Sin embargo, y por el contrario,
Lovecraft era un maestro en el tono; usaba muchos adjetivos y palabras polisílabas y un tempo narrativo lento y
detallado. También usaba cierto léxico para ir predisponiendo poco a poco la sensibilidad del lector a la atmósfera
del relato —con palabras como «atávico», «numinoso», «arcano»...—.13

Texto incluido en El caso de Charles Dexter Ward.

Solía narrar sus relatos en primera persona y desde el punto de vista de un erudito usando un inglés arcaico que le
servía para establecer firmemente un ambiente acorde a su idiosincrasia e, incluso, llegó a inventarse una
bibliografía ficticia de grimorios en latín, árabe y hebreo —el Necronomicón de Abdul Alhazred,114 De Vermis
Mysteriis, el Liber Ivonis aportación de su discípulo Robert Bloch, el Cultes de Goules del Conde D'Erlette, etcétera
—.
Sobre su uso de la primera persona, fundía lector y protagonista, pero con la peculiaridad de que este último solía
ser un individuo distanciado de la sociedad, sin vida ordinaria ni necesidades sociales o placeres confesos,
herramienta que Lovecraft empleaba para que el lector asimilase su psicología atormentada y acrecentase así su
miedo. Describía todo con prolijidad, pero nunca, salvo al final de su carrera, al monstruo, al que dejaba obrando en
un plano abstracto mucho más ominoso. Gustaba de esparcir sensaciones vagas e indefinibles para crear efectos
de inseguridad y trascendencia, desordenando la realidad espacio-temporal. Su escritura tendía a una especie
de religiosidad ritual de ecos paganos, pero arreligiosa, pues el autor era ateo: Lovecraft excluyó conscientemente
la religión.70
Otra de las características propias del estilo lovecraftiano, tal cual señala el maestro del horror literario Stephen King,
es que Lovecraft situaba sus historias de terror en situaciones cotidianas y las ambientaba en su misma época —la
mayoría transcurrían en las décadas de 1920 y 1930—, donde lo espantoso eclosiona en la vida ordinaria de sus
protagonistas, que salen de su cotidianidad para penetrar en lo desconocido. Las referencias que el autor hacía al
pasado eran de una manera algo vintage.115

El realismo en la obra de Lovecraft[editar]


Aunque parezca una contradicción, la literatura de Lovecraft está considerada como una de las que mejor refleja
el realismo de su época.116 Así lo apunta uno de sus seguidores y amigos, Robert Bloch en una de sus citas:
«¿Realismo en la obra de H. P. Lovecraft? ¡Pues claro que sí! ¿Quién como él ha descrito con tanta exactitud y tan
convincentemente las zonas rurales de su Estado? ¿Quién sino él ha sabido pintar con suma claridad la decadencia de las gentes y
de las costumbres de esta región?».
Robert Bloch116

S. T. Joshi, uno de los mayores biógrafos y devoto de la obra del autor de Providence, describió específicamente la
función del «realismo» en el estilo de Lovecraft:
«El realismo, por tanto, no es una meta sino una función en Lovecraft. Facilita la percepción de que “algo que no podría pasar de
ninguna manera” está, de hecho, pasando. Lo mismo ocurre con su estilo. Este es denso y rico en texturas que tiende a ayudar en
la creación de esa “atmósfera” que se esforzaba tanto por crear. Su estilo, por supuesto, ha sido muy criticado, y no hay duda de
que sus obras tempranas están “sobreescritas” de una forma que él más adelante despreció. Pero la prosa del Lovecraft tardío es
precisa, musical, y tan evocativa como cualquier obra escrita por Dunsany o Machen, sus ejemplos a seguir en el campo estilístico.
Por supuesto, uno tiene total libertad, como Edmund Wilson o Jacques Barzun, de que no le guste. Pero condenar un estilo asiánico
simplemente por ser asiánico (y eso es, francamente, todo lo que puedo deducir de la mayoría de estas críticas) no me parece una
metodología particularmente sólida».
S. T. Joshi117

De acuerdo con Graham Harman en su obra Weird Realism: Lovecraft and Philosophy, en la que realiza un estudio
pormenorizado sobre el «realismo» en la obra del autor de Providence, si hay algo esencial que encierra el término
«lovecraftiano» es la idea de que «la realidad es mucho más extraña y aterradora de lo que es posible comprender
y, más aún, de lo que es posible describir». Harman se refiere a esto como «realismo extraño», ya que la idea del
propio realismo en la literatura de Lovecraft es, de hecho, «inconmensurable». Según Harman, el acceso al realismo
descripto por Lovecraft, tan solo puede hacerse de manera oblicua a la propia realidad.118

Pensamiento político[editar]
Lovecraft fue un ultraconservador durante toda su vida, cosa que se pone de manifiesto en sus correspondencias
mantenidas con otros colegas suyos de profesión.119 El mismo escritor, en varias de sus cartas, habla sobre sus
ideas políticas y cómo han evolucionado paulatinamente, y comenta sobre la situación política y social de su tiempo.
Desde un punto de vista político, Lovecraft, que provenía de una familia de ideas republicanas muy marcadas,
abrazó tanto el lado republicano como el demócrata.120 Entre las razones de este cambio estuvieron las
consecuencias de la crisis que afectó a los Estados Unidos a finales de la década de 1920 y principios de 1930.119
Manifestaba un claro sentimiento anticomunista; sin embargo, creía que el laborismo inglés estaba «lejos de las
tentaciones bolcheviques».121
En las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 1932, Lovecraft votó por el demócrata Franklin Delano
Roosevelt, y luego apoyó el New Deal.120 En la carta afirma que «Roosevelt fue ciertamente mejor que Hoover,
entendió la realidad probablemente más que los demás, pero en gran parte su programa no fue prudente. Otorgar
grandes poderes de toma de decisiones a las masas es absurdo, diría que es desastroso», poniendo énfasis en la
necesidad de nuevas regulaciones en cuanto a la mecanización en los puestos laborales.122
El 27 de noviembre de 1933 escribió una carta a Natalie H. Wooley en la que afirma creer que el mundo occidental
estaba condenado al declive, conviniendo con las tesis de Oswald Spengler. En la misma carta, da una
visión pesimista del futuro de la civilización humana, creyendo que la guerra y otras situaciones negativas son el
resultado de «impulsos humanos permanentes y no erradicables» y que en el límite será posible, a través del
«ingenio y el sentido común», reducir solo «el número de conflictos armados importantes y ejercer un mayor control
sobre los robos perpetrados a nivel político».123
Lovecraft se mostró acorde con las ideas políticas del republicano Robert M. La Follette. En la fotografía, La Follette en 1908.

Durante la mayor parte de su vida, su idea del gobierno ideal estuvo representada por un modelo próximo
al socialismo, ya que creía que los capitalistas estadounidenses se enriquecieron y acumularon ganancias a través
de la mecanización, lo que en cambio trajo desempleo y, en consecuencia, pobreza.120 A colación con esta idea, el
autor de Providence se sintió próximo con las ideas políticas progresistas de Robert M. La Follette.124 Por tanto,
Lovecraft estuvo más próximo a la ideas comunistas de Marx y Engels que a las de los políticos capitalistas
norteamericanos de su época. Sobre estas ideas comunistas, el autor de Los mitos de Cthulhu afirmó:
«La gran inteligencia de Marx y Engels y su capacidad para mirar hacia el futuro están fuera de toda duda, así como la importancia
básica de los principios económicos que descubrieron y formularon. El verdadero error consiste en pensar que cada ramificación de
su pensamiento, cada conclusión a la que llegan es infaliblemente precisa y tal que debe aplicarse rígida y literalmente en cualquier
situación».
H. P. Lovecraft10

Sin embargo, advirtió de las rigideces que comporta el comunismo en donde, en el peor de los casos, se manifiestan
como políticas fascistas. Por eso, Lovecraft apostó intelectualmente por la tercera vía como una posible visión de
gobierno ideal.125

Legado[editar]
La obra del autor de Providence se ha traducido a veinticinco idiomas a lo largo del mundo, y el nombre de
Lovecraft, a día de hoy, es uno de los más relevantes en cuanto a horror de ficción se refiere, pese a que este
muriera siendo prácticamente un autor desconocido.4 Sus escritos, particularmente los Mitos de Cthulhu, han influido
desde los años 60 a los autores de ficción a lo largo y ancho del mundo, y se pueden encontrar elementos propios
de Lovecraft en novelas, películas, música, videojuegos, cómics y dibujos animados. Por ejemplo, los villanos
de Gotham City en el universo de Batman son encarcelados en el Asilo Arkham, en la ciudad ficticia de Arkham, una
invención lovecraftiana. Muchos escritores modernos de terror como Stephen King,15 Bentley Little126 o Joe R.
Lansdale,127 por nombrar a unos pocos, han citado a Lovecraft como una de sus más importantes influencias.

Literatura[editar]
Lovecraft es considerado como uno de los autores de literatura fantástica más influyentes del siglo XX y un maestro
de la literatura de terror.4128
Con los años, el trabajo de Lovecraft ha inspirado a numerosos escritores que, a veces con la aprobación del propio
autor de Providence, han publicado historias cortas relacionadas de alguna manera con sus temas, a menudo
incluidas en colecciones denominadas Mitos de Cthulhu.7

Inspiración directa[editar]
Clark Ashton Smith en 1941, uno de los primeros seguidores de Lovecraft.

August Derleth fue el principal seguidor de Lovecraft y uno de los que salvó su legado del olvido.7

A principios de la década de 1920, Clark Ashton Smith tuvo una estrecha relación con Lovecraft, que duró hasta
mediados de la década de 1930. Este vínculo a menudo los llevó a colaborar en la creación
de topónimos y deidades fantásticas para sus historias; en la revista Weird Tales se publicaron algunos de los
cuentos de Ashton Smith que fueron influenciados directamente por el trabajo de Lovecraft, como Ubbo-Sathla, El
que camina en el polvo, La venganza del hechicero y El engendro sin nombre.129
Incluso August Derleth fue corresponsal y amigo de Lovecraft, basándose en gran medida su producción literaria en
la cosmovisión del «abuelo» —uno de los múltiples apodos utilizados por Howard en su intercambio epistolar—,130
como El habitante de la oscuridad, El guardián del umbral, La ventana del ático y La cosa que entró en el viento.
Más adelante, tras el fallecimiento de su colega escritor de Providence, fundó junto a Donald Wandrei la
editorial Arkham House con el fin de salvaguardar el legado literario de Lovecraft.8
Además de Smith y Derleth destacan Robert E. Howard, Robert Bloch y Fritz Leiber.131

Inspiración posterior[editar]
Stephen King, fotografiado en 2011, siente admiración por la obra literaria de H. P. Lovecraft.

Son muchos los autores que, aunque no tuvieron una relación directa con H. P. L., utilizaron también parte de las
características de sus obras; entre ellos el escritor de ciencia ficción Ray Bradbury, el autor de terror Stephen King,
este último con dos cuentos: Jerusalem's Lot, publicado en la colección El umbral de la noche, y Crouch End, que
forma parte de Pesadillas y alucinaciones,132133 el escritor y artista Clive Barker,134 o el autor de varias novelas de los
Antiguos Brian Keene.135
En la Trilogía Illuminatus! de Robert Shea y Robert Anton Wilson, las alusiones a las obras de Lovecraft son
frecuentes, tanto en los personajes (por ejemplo, Robert Harrison Blake y Henry Armitage), en las criaturas
(Tsathoggua y Yog-Sothoth), como en los libros (Necronomicón, Cultos innombrables).136
Jorge Luis Borges escribió el cuento There Are More Things, incluido en el volumen El libro de arena, como
homenaje a Lovecraft; no obstante el autor argentino tildó al de Providence de «mediocre».137 El escritor francés
contemporáneo Michel Houellebecq escribió una biografía literaria de Lovecraft titulada H. P. Lovecraft: Against the
World, Against Life.138 La prolífica escritora estadounidense Joyce Carol Oates escribió una introducción para una
colección de historias de Lovecraft.139 Los filósofos franceses Gilles Deleuze y Félix Guattari se refieren a Lovecraft
en A Thousand Plateaus: Capitalism and Schizophrenia, calificando a su historia corta A través de las puertas de la
llave de plata como una de sus obras maestras.

Ensayo[editar]
El miedo es una de las emociones más
antiguas y poderosas de la humanidad y
el miedo más antiguo y poderoso es el
temor a lo desconocido.

—H. P. Lovecraft140

En 1927, H. P. Lovecraft publicó su ensayo El horror sobrenatural en la literatura (Supernatural Horror in


Literature),140 el cual está considerado como uno de los más valiosos estudios sobre el género de terror.16
Fue escrito entre noviembre de 1925 y mayo de 1927 y se publicó por primera vez en la revista The Recluse. En
1965 se incluyó en el libro de relatos de Lovecraft titulado Dagón y otros cuentos macabros.141 Durante el ensayo, el
autor de Providence repasa los referentes sobre la ficción sobrenatural en la antigüedad, incidiendo en la novela
gótica y, más concretamente, en la figura del escritor Edgar Allan Poe, al cual considera como el verdadero iniciador
de una corriente totalmente innovadora en los cuentos de terror.16 Desde Bram Stoker hasta sus autores más
influyentes como Algernon Blackwood o Lord Dunsany, Lovecraft analiza, capítulo tras capítulo, los mecanismos
propios que tiene el terror literario. Numerosos críticos lo han considerado como «el ensayo más importante sobre la
literatura de terror».142

Cómics[editar]
A partir de los años 60, la obra de Lovecraft, aparte de gozar de adaptaciones más o menos fidedignas al cómic,
inspiraría obras originales. Es el caso de Lone Sloane (1966) de la que su autor, Philippe Druillet, dijo:
«Es muy lovecraftiano, excepto en que los protagonistas humanos de Lovecraft son siempre vencidos mientras que Lone Sloane
sale siempre bien librado. Aparentemente es pasivo, pero es él quien en realidad conduce el juego».143

Otras muchas obras, como Tales Of Peter Hypnos (1975-1976) de Josep Maria Beà, también se muestran deudoras
de la obra del escritor de Providence.144

Alan Moore escribió una historia original basada en la narrativa de Lovecraft.17

El prestigioso guionista Alan Moore —autor, por ejemplo, de Watchmen o de V de Vendetta—, escribió un cómic
original inspirado totalmente en el universo lovecraftiano, dibujado por Jacen Burrows y titulado Providence que
publicó la editorial Avatar Press entre 2015 y 2017.17
Por otra parte, en los cómics del popular Batman, los enemigos del protagonista están encarcelados en el asilo de
Arkham de Gotham City, denominación fruto de la inspiración de su dibujante Dennis O'Neil al tomar como referencia
la ciudad de Arkham surgida de la imaginación de Lovecraft.145

Cine[editar]
En el mundo del cine, en particular en el cine de terror, la cosmología de Lovecraft ha sido fuente de inspiración
continua en muchos filmes como, por ejemplo, The Haunted Palace (1963) de Roger Corman, el cual fue una de sus
primeras adaptaciones al cine y versión de la novela corta El caso de Charles Dexter Ward;146 El enigma de otro
mundo (1951) de Howard Hawks, el remake La cosa (1982) de John Carpenter o Alien: el octavo pasajero (1979)
de Ridley Scott —incluido Prometheus del mismo director, así como el artista involucrado en ambos filmes H. R.
Giger)—147 inspirados en la novela En las montañas de la locura;148149 Re-Animator (1985) de Stuart Gordon basado
en el relato lovecraftiano Herbert West: reanimador;150 El ejército de las tinieblas (1992) de Sam Raimi con
numerosas referencias al famoso Necronomicón151 o El color del espacio exterior (2019) de Richard Stanley,
actualización de su relato homónimo.152
Destaca como proyecto cinematográfico pendiente la adaptación de la novela de Lovecraft En las montañas de la
locura de un guion de 2006 del director Guillermo del Toro y el guionista Matthew Robbins, cancelado
sucesivamente debido al alto presupuesto y a la insistencia de Del Toro de que fuera lanzado con una calificación
R para hacer justicia a la visión del autor.21 El 6 de marzo de 2020 se filtró el guion de la adaptación, 108 páginas
disponibles en línea.153154

Música[editar]
Además de ser inspiración de trabajos literarios, el mundo de la música ha sido también muy influenciado por
Lovecraft. Las letras de algunas de las canciones de grupos de metal extremo (géneros como el black metal, death
metal, etcétera) han abarcado pasajes de algunas obras del autor, así como abordado de igual modo la mitología
lovecraftiana. Algunos grupos son Morbid Angel,18 Uriel,155 Mercyful Fate,18 Metallica,18 Draconian,156 Cradle of
Filth,157 Internal Suffering,158 Tiamat155 e Iron Maiden.18 El músico argentino Claudio Gabis compuso lo que en su
discografía se conoce como Trilogía Fantástica. Las canciones «Más allá del valle del tiempo», «Fiebre de la ruta» y
«El viaje de Lord Dunsany» están basadas en la literatura de Lovecraft.159160
Además de los grupos nombrados que recibieron influencia directa de la literatura lovecraftiana en algunas de sus
composiciones, cabe destacar el grupo de rock psicodélico activo durante los años sesenta y setenta que se bautizó
con el propio nombre de H. P. Lovecraft y que editaron dos álbumes de estudio titulados de manera homónima.161
En el terreno de la música orquestal hay varios autores como Chad Fifer, Cryo Chamber y Graham Plowman que
componen partituras ambientales y evocadoras inspiradas en las mitologías fabuladas por Lovecraft.162

Juegos y videojuegos[editar]

Logotipo original del videojuego La llamada de Cthulhu —Call of Cthulhu— diseñado por Cyanide Studio en 2018.

El juego de rol La llamada de Cthulhu, publicado por Chaosium, donde los jugadores

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