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ROBO CON ARMAS: Concepto de arma.

Características definitorias del concepto de


arma impropia: Irrelevancia del resultado lesivo a los efectos de la aplicación de la figura
del artículo 166, inciso 2°, primer supuesto, C.P. Idoneidad del alcance de la expresión
“armas” para incluir las armas impropias.

I. Para la ley, arma es todo objeto capaz de aumentar el poder ofensivo del hombre, tanto
aquéllos cuya propia estructura es suficiente para aumentar el poder ofensivo o defensivo de
la persona que la utiliza, a los que se denomina armas propias, como los que
circunstancialmente aumentan el poder de mención, debido al efectivo empleo -como
medio violento- que se realiza en el ataque contra la propiedad, los que reciben el nombre
de impropias.

II. Para que el instrumento se convierta en arma impropia, si bien se exige objetivamente que
posea cierta capacidad ofensiva, es, en definitiva, la voluntad del sujeto que la utiliza -como
medio violento- lo que lo convierte en arma al cambiarle su destino.

III. Tratándose de armas impropias, la sola violencia desplegada con ellas, esto es, el efectivo
acometimiento contra la víctima a los fines de vencer su resistencia al
desapoderamiento, es suficiente para hacer aplicable la forma agravada del artículo 166 inc.
2do., primer supuesto C.P., aún cuando aquella vis no se hubiera traducido en la concreta
causación de un daño en la salud, siquiera de carácter leve.

IV. No se encuentra superado el límite del tenor literal de la palabra "arma", cuando se incluye
dentro de dicha noción a las denominadas "armas impropias", esto es, a los instrumentos que
se emplean para aumentar el poder ofensivo. Para arribar a la anterior conclusión, basta con
tener en cuenta que, según el Diccionario de la Real Academia Española, el término "arma"
alude a todo "instrumento, medio o máquina destinados a atacar o a defenderse". Como puede
observarse, mediante la referida palabra no se hace una referencia necesaria a un destino
"específico" de ofensa o ataque, para considerar a un objeto como un "arma". A su vez, en la
definición del término en cuestión tampoco se requiere que se trate de algo "fabricado para" los
aludidos objetivos (ataque o defensa), sino que basta con que el sujeto lo haya ordenado
(usándolo) hacia dicho cometido. Avala esta postura el significado del término "destinar",
inserto en la definición de "arma", recién consignada. En efecto, según la misma fuente, la
palabra "destinar" hace referencia a la acción de "ordenar, señalar o determinar algo para algún
fin o efecto". Las anteriores razones, demuestran que, cuando se incluyen a las "armas
impropias" dentro de la agravante del art. 166, inc. 2do., 1er. sup., del C.P., en lugar de
efectuar una analogía in malam partem (prohibida en material penal), se respeta el límite
semántico del término en cuestión y -en definitiva- el principio de legalidad.

T.S.J., Sala Penal, Sent. n° 18, 29/3/2006, "Colli, Daniel Alejandro p.s.a. Robo calificado por
uso de arma -Recurso de Casación-". Vocales: Cafure de Battistelli, Tarditti, Blanc G. de
Arabel.

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SENTENCIA NUMERO: DIECIOCHO

En la Ciudad de Córdoba, a los veintinueve días del mes de marzo de dos

mil seis, siendo las doce horas, se constituyó en audiencia pública la Sala Penal

del Tribunal Superior de Justicia, presidida por la doctora María Esther Cafure de

Battistelli, con asistencia de los señores Vocales doctores Aída Tarditti y María

de las M. Blanc G. de Arabel, a los fines de dictar sentencia en los autos "Colli,

Daniel Alejandro p.s.a. Robo calificado por uso de arma -Recurso de

Casación-" (Expte. "C", 34/2004), con motivo del recurso de casación

interpuesto por el Sr. Fiscal de Cámara Alejandro Cabrera, en contra de la

sentencia número veinticinco, de fecha treinta de junio de dos mil cuatro, dictada

por la Cámara Segunda del Crimen de la ciudad de Río Cuarto (Provincia de

Córdoba), mediante la Sala Unipersonal a cargo de la Dra. Silvia E. Marcotullio.

Abierto el acto por la Sra. Presidente se informa que las cuestiones

a resolver son las siguientes:

1º) ¿Ha aplicado erróneamente el fallo impugnado lo establecido

por el art. 164 del C.P.?.

2º) ¿Qué resolución corresponde dictar?.

Las señoras Vocales emitirán sus votos en el siguiente orden: Dras.

María Esther Cafure de Battistelli, Aída Tarditti y María de las Mercedes Blanc

G. de Arabel.

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A LA PRIMERA CUESTION:

La señora Vocal doctora María Esther Cafure de Battistelli, dijo:

I. Por sentencia número veinticinco, de fecha treinta de junio de dos

mil cuatro, la Cámara Segunda del Crimen de la ciudad de Río Cuarto (Provincia

de Córdoba), mediante la Sala Unipersonal a cargo de la Dra. Silvia E.

Marcotullio, en lo que aquí importa, resolvió declarar a Daniel Alejandro Colli

autor material y penalmente responsable del delito de robo simple (art. 164 C.P.)

y le impuso la pena de un año y seis meses de prisión con declaración de

reincidencia (arts. 5, 9, 29 inc. 3ro., 40, 41, 50 y ccs. C.P.; y arts. 412, 550, 551 y

ccs. C.P.P.) y unificó dicha sanción con la pena impuesta por sentencia número

nueve, de fecha cuatro de abril de dos mil dos, dictada por el Tribunal Oral en lo

Criminal Federal de Santa Rosa, Provincia de La Pampa, imponiéndole la pena

única de cuatro años de prisión, accesorias de ley, con declaración de

reincidencia y costas (arts. 5, 9, 12, 29 inc. 3ro., 40, 41, 50, 58 y ccs. C.P.; 412,

500, 551 y ccs. C.P.P.)(ver. fs. 97 vta. a 98).

II. El Sr. Fiscal de Cámara, Dr. Alejandro Cabrera, deduce recurso

de casación en contra de la referida sentencia, el cual ha sido mantenido por el

Sr. Fiscal General, mediante Dictamen P Nº 613 (ver fs. 113 a 115).

Así, bajo el amparo del motivo sustancial de casación (art. 468 inc.

1ro. C.P.P.), dicho representante del Ministerio Público se agravia de la sentencia

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de marras, por entender que ha aplicado erróneamente lo dispuesto por el art. 164

del C.P. al caso de autos.

Concretamente, manifiesta que la sentenciante discrepa con la

jurisprudencia reiterada de la Sala, en cuanto a considerar como "arma" no sólo a

la destinada para la defensa y ofensa (arma propia), sino también a la que

eventualmente, por su poder ofensivo, puede utilizarse para ese fin (arma

impropia).

Remarca que en autos ha quedado acreditado que Colli, para

desapoderar al conductor del vehículo de alquiler y desde el asiento trasero,

procedió a sujetarlo e hincarle en el cuello un elemento semejante a un arma

punzo-cortante, causándole con ello una herida descripta médicamente como

excoriación lineal con cinco días de curación.

Entiende que tales circunstancias fácticas acreditan sin duda el

empleo de un objeto que, tanto por sus características (ser punzo-cortante) como

por la forma en que fue utilizado (presionando y lesionando -así sea levemente-

una zona corporal particularmente vulnerable y peligrosa para la vida de la

víctima, encaja adecuadamente en la noción de "arma impropia", según la

conceptualización empleada por el este Tribunal.

Solicita se case el fallo recurrido, y se encuadre el hecho en la

figura del art. 166 inc. 2do., 1er. sup., del C.P. (ver fs. 100 a 105).

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III.1. En lo que aquí concierne, el tribunal de mérito tuvo por

acreditado el siguiente hecho: "El día dieciséis de enero de dos mil cuatro,

siendo aproximadamente las cinco y cuarenta y cinco horas, el imputado Daniel

Alejandro Colli, junto a otro sujeto no individualizado por la instrucción,

ascendieron al automóvil marca "Volkswagen", modelo "Senda", color azul,

dominio THA-303, interno de la empresa de remises "Milenium" nº 1.028,

conducido en la ocasión por Darío Elvio Fabricio Magallanes, ubicándose en

los asientos trasero y delantero -lado derecho- respectivamente. En la

oportunidad, los nombrados requirieron al conductor que los trasladara hasta el

barrio "112 viviendas". Iniciando el recorrido, en circunstancias de circular por

calle Pte. Perón, esquina Alberdi (ciudad), el encartado Daniel Alejandro Colli

tomó al conductor por el cuello, procediendo a hincarle superficialmente con

un elemento semejante a un arma punzo-cortante contra dicha región

corporal, exigiéndole que detuviera su conducido. Sintiéndose intimidado y

sufriendo una herida lineal en dicha región corporal producto del referido

ejercicio de la fuerza, Darío Elvio Fabricio Magallanes detuvo el rodado,

ocasión en que el sujeto no identificado arrancó los cables del tarifador -reloj de

trabajo-, marca "Remitax", color gris, apoderándose del citado elemento y de

una suma de dinero no especificada que se encontraba depositada sobre el

tablero del vehículo. Acto seguido, los malvivientes ordenaron a Magallanes que

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descendiera del vehículo, apoderándose ilegítimamente del mismo y dándose a

la fuga... A raíz de la agresión sufrida, Darío Elvio Fabricio Magallanes sufrió

una excoriación lineal en región lateral del cuello, con un tiempo de curación

de cinco días" (ver fs. 91 vta. a 92 vta., y 95 -el resaltado es nuestro-).

2. Luego, al abordar la segunda cuestión, el a quo sostuvo -en lo

que aquí respecta- que por "arma" (art. 166 inc. 2do., 1er. sup., C.P.) sólo cabe

entender el concepto expresado en el Diccionario de la Lengua, esto es, "todo

instrumento específicamente destinado a ofender o a defenderse" (arma propia);

que considerar como tal a la denominada "arma impropia" (esto es, a cualquier

otro objeto que sea transformado en arma al ser empleado como medio

contundente), vulnera el principio de legalidad, puesto que excede el sentido

literal posible del texto legal, incurriendo así en una interpretación analógica,

prohibida en Derecho Penal; y que como en el caso sólo se estableció con certeza

el empleo de un "arma impropia", el hecho debe encuadrarse en la figura prevista

por el art. 164 del C.P. (ver fs. 95 a 97).

IV. A partir de lo precedentemente reseñado, se infiere que la

cuestión traída a estudio de esta Sala consiste en determinar si las denominadas

"armas impropias" (en el caso, un elemento semejante a un arma punzo-cortante,

con el cual se hincó -lesionando levemente- a la víctima de un asalto), pueden ser

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consideradas un "arma", a los fines de encuadrar el hecho en la figura del art. 166

inc. 2do., 1er. sup., del C.P.

1. Sobre el particular, la jurisprudencia reiterada de esta Sala ha

sostenido que, para la ley, arma es todo objeto capaz de aumentar el poder

ofensivo del hombre, tanto aquéllos cuya propia estructura es suficiente para

aumentar el poder ofensivo o defensivo de la persona que la utiliza, a los que se

denomina armas propias, como los que circunstancialmente aumentan el

poder de mención, debido al efectivo empleo -como medio violento- que se

realiza en el ataque contra la propiedad, los que reciben el nombre de

impropias.

En dicho sentido, se ha afirmado que, para que el instrumento se

convierta en arma impropia, si bien se exige objetivamente que posea cierta

capacidad ofensiva, en definitiva es la voluntad del sujeto que la utiliza -como

medio violento- lo que lo convierte en arma al cambiarle su destino (T.S.J.,

Sala Penal, "Sosa", S. 11, 27/8/1990; "Véliz", S 118, 20/11/2001; "Maujo", S. 55,

5/7/2002; "Quiroga", S. 69, 2/9/2002; "Toledo", S. 10, 10/3/2003; y "Alfonso", S.

69, 21/8/2003).

También se ha aclarado que, tratándose de armas impropias, la sola

violencia desplegada con ellas, esto es, el efectivo acometimiento contra la

víctima a los fines de vencer su resistencia al desapoderamiento, es suficiente

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para hacer aplicable la forma agravada del artículo 166 inc. 2do., primer

supuesto, aún cuando aquella vis no se hubiera traducido en la concreta causación

de un daño en la salud, siquiera de carácter leve ("Toledo", supra cit.).

2. Por otra parte, frente a lo aseverado por la sentenciante, cabe

sostener que no se encuentra superado el límite del tenor literal de la palabra

"arma", cuando se incluye dentro de dicha noción a las denominadas "armas

impropias", esto es, a los instrumentos que se emplean para aumentar el poder

ofensivo.

Para arribar a la anterior conclusión, basta con tener en cuenta que,

según el Diccionario de la Real Academia Española (en su 22da. edición, versión

on line, www.rae.es), el término "arma" alude a todo "instrumento, medio o

máquina destinados a atacar o a defenderse" (1ra. acepción).

Como puede observarse, a diferencia de lo argüido con realce por la

iudex a quo, mediante la referida palabra no se hace una referencia necesaria a

un destino "específico" de ofensa o ataque, para considerar a un objeto como

un "arma".

A su vez, en la definición del término en cuestión tampoco se

requiere que se trate de algo "fabricado para" los aludidos objetivos (ataque o

defensa), sino que basta con que el sujeto lo haya ordenado (usándolo) hacia

dicho cometido.

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Avala esta postura el significado del término "destinar", inserto en

la definición de "arma", recién consignada. En efecto, según la misma fuente, la

palabra "destinar" hace referencia a la acción de "ordenar, señalar o determinar

algo para algún fin o efecto" (Diccionario...., supra cit., 1ra. acepción).

Además, según el uso ordinario del lenguaje, se aceptaría, sin

sorpresa alguna, una descripción sintética del hecho bajo examen, en los

siguientes términos: "Daniel Colli, junto a otro sujeto, asaltaron a Darío

Magallanes, armados con un instrumento punzo-cortante".

Las anteriores razones, demuestran que, cuando se incluyen a las

"armas impropias" dentro de la agravante del art. 166, inc. 2do., 1er. sup., del

C.P., en lugar de efectuar una analogía in malam partem (prohibida en material

penal), se respeta el límite semántico del término en cuestión y -en definitiva- el

principio de legalidad.

De otro costado, conviene resaltar que esta postura, consistente en

incluir a las denominadas "armas impropias" dentro de la agravante contemplada

en el art. 166, inc. 2do., 1er. sup., del C.P., es seguida por la doctrina mayoritaria

(Cfr. NUÑEZ, RICARDO C., Manual de Derecho Penal. Parte Especial, Lerner,

Córdoba, 1999 -2da. edición actualizada por Víctor F. Reinaldi-, p. 217; SOLER,

SEBASTIÁN, Derecho Penal argentino, T.E.A., Buenos Aires, 1992, T. 4, p. 300;

LAJE ANAYA, JUSTO - GAVIER, ENRIQUE ALBERTO, Notas al Código Penal

9
argentino, Lerner, Córdoba, 1995, T. II, p. 314; CREUS, CARLOS, Derecho Penal.

Parte Especial, Astrea, Buenos Aires, 1999, T. 1, p. 432; SÁNCHEZ FREYTES,

ALEJANDRO, en AA.VV., Estudio de las figuras delictivas, Lerner, Córdoba,

1994, T. II-A, p. 76; REINALDI, VÍCTOR FÉLIX, Robo con armas, LLC 2004

(setiembre), 769; DAMIANOVICH DE CERREDO, LAURA T. A., Delitos contra la

Propiedad, Edit. Universidad, Buenos Aires, 2000 -3ra. edición actualizada-, p.

131; DONNA, EDGARDO ALBERTO, Derecho Penal. Parte Especial, Rubinzal-

Culzoni, Santa Fe, 2003, T. II-B, ps. 161 a 163).

V. El desarrollo precedente impone concluir que en el hecho bajo

examen se han configurado con holgura los requisitos típicos del robo calificado

por el empleo de armas (art. 166 inc. 2do., 1er. sup., C.P.). Ello así porque ha

quedado acreditado que Daniel Alejandro Colli, a fin de aumentar su poder

ofensivo en contra de Darío Magallanes (la víctima), y así vencer su resistencia al

desapoderamiento, lo hincó en el cuello con un instrumento punzo-cortante,

llegando incluso a lesionarlo levemente, a raíz de dicho acometimiento.

Por ello, a la primera cuestión planteada, respondo

afirmativamente.

La señora Vocal doctora Aída Tarditti, dijo:

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La señora Vocal preopinante da, a mi juicio, las razones necesarias

que deciden correctamente la presente cuestión. Por ello adhiero a su voto,

expidiéndome en igual sentido.

La señora Vocal doctora María de las Mercedes Blanc. G. de Arabel dijo:

Estimo correcta la solución que da la señora Vocal Dra. María

Esther Cafure de Battistelli por lo que adhiero a la misma en un todo, votando en

consecuencia, de igual forma.

A LA SEGUNDA CUESTION:

La señora Vocal doctora María Esther Cafure de Battistelli, dijo :

Atento al resultado de la votación que antecede, corresponde hacer

lugar al recurso de casación deducido en autos, y en consecuencia:

I. Casar parcialmente la sentencia número veinticinco, de fecha

treinta de junio de dos mil cuatro, dictada por la Cámara Segunda del Crimen de

la ciudad de Río Cuarto (Provincia de Córdoba), mediante la Sala Unipersonal a

cargo de la Dra. Silvia E. Marcotullio, en cuanto resolvió declarar a Daniel

Alejandro Colli autor material y penalmente responsable del delito de robo

simple (art. 164 C.P.), y le impuso la pena de un año y seis meses de prisión con

declaración de reincidencia (arts. 5, 9, 29 inc. 3ro., 40, 41, 50 y ccs. C.P.; y arts.

412, 550, 551 y ccs. C.P.P.), unificando dicha sanción con la pena de tres años de

prisión, impuesta por sentencia número nueve, de fecha cuatro de abril de dos mil

11
dos, dictada por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Santa Rosa, Provincia

de La Pampa, imponiéndole la pena única de cuatro años de prisión, accesorias

de ley, con declaración de reincidencia y costas (arts. 5, 9, 12, 29 inc. 3ro., 40,

41, 50, 58 y ccs. C.P.; 412, 500, 551 y ccs. C.P.P.).

En su lugar, corresponde:

1. Declarar a Daniel Alejandro Colli autor material y penalmente

responsable del delito de robo calificado por el uso de armas (art. 166 inc.

2do., 1er. sup., C.P.).

2. A fin de mensurar la nueva sanción a imponer al nombrado, debe

tomarse una escala penal que oscila entre cinco y quince años de reclusión o

prisión (art. 166 inc. 2do., 1er. sup., C.P.).

Además, cabe considerar las siguientes circunstancias ponderadas

por el a quo (ver fs. 97):

a) Como circunstancia atenuante, el relativamente escaso daño

causado.

b) Como circunstancias agravantes:

* La contumacia en la senda delictiva para quien la vida le otorgó

un ambiente familiar-social modesto pero contenedor, no obstante lo cual recayó

en el delito.

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* Su desprecio por la ley, puesto que no lo detuvo la posibilidad

cierta de ser reconocido por la víctima.

Por último, cabe agregar otra pauta atenuante, a saber: su juventud

al cometer el hecho (27 años), de lo cual se infiere que el suceso ahora juzgado

fue fruto de su inexperiencia, así como también que existe un posible re-

encauzamiento de su vida, a partir de la contención familiar-social, de la que da

cuenta el voto del tribunal de mérito.

A partir de las anteriores circunstancias, estimo justo imponerle a

Daniel Alejandro Colli la pena de cinco años de prisión con declaración de

reincidencia (arts. 5, 9, 29 inc. 3ro., 40, 41, 50 y ccs. C.P.; y arts. 412, 550, 551 y

ccs. C.P.P.), y unificar dicha sanción con la pena de tres años de prisión,

impuesta por sentencia número nueve, de fecha cuatro de abril de dos mil dos,

dictada por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Santa Rosa, Provincia de

La Pampa, imponiéndole la pena única de siete años de prisión, accesorias de

ley, con declaración de reincidencia y costas (arts. 5, 9, 12, 29 inc. 3ro., 40, 41,

50, 58 y ccs. C.P.; 412, 500, 551 y ccs. C.P.P.).

II. Sin costas (arts. 550 y 552 C.P.P.).

III. Por último, advirtiendo a partir de las constancias de autos que

Daniel Alejandro Colli registra causas abiertas (ver fs. 78), corresponde notificar

a los Tribunales actuantes, a los fines que hubiere lugar.

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Es mi voto.

La señora Vocal doctora Aída Tarditti, dijo:

La señora Vocal preopinante da, a mi juicio, las razones necesarias

que deciden correctamente la presente cuestión. Por ello adhiero a su voto,

expidiéndome en igual sentido.

La señora Vocal doctora María de las Mercedes Blanc. G. de Arabel, dijo:

Estimo correcta la solución que da la señora Vocal Dra. María

Esther Cafure de Battistelli por lo que adhiero a la misma en un todo, votando en

consecuencia, de igual forma.

En este estado, el Tribunal Superior de Justicia, por intermedio de

la Sala Penal,

RESUELVE: Hacer lugar al recurso de casación deducido en autos, y en

consecuencia:

I) Casar parcialmente la sentencia número veinticinco, de fecha

treinta de junio de dos mil cuatro, dictada por la Cámara Segunda del Crimen de

la ciudad de Río Cuarto (Provincia de Córdoba), mediante la Sala Unipersonal a

cargo de la Dra. Silvia E. Marcotullio, en cuanto resolvió declarar a Daniel

Alejandro Colli autor material y penalmente responsable del delito de robo

simple (art. 164 C.P.), y le impuso la pena de un año y seis meses de prisión con

declaración de reincidencia (arts. 5, 9, 29 inc. 3ro., 40, 41, 50 y ccs. C.P.; y arts.

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412, 550, 551 y ccs. C.P.P.), unificando dicha sanción con la pena de tres años de

prisión, impuesta por sentencia número nueve, de fecha cuatro de abril de dos mil

dos, dictada por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Santa Rosa, Provincia

de La Pampa, imponiéndole la pena única de cuatro años de prisión, accesorias

de ley, con declaración de reincidencia y costas (arts. 5, 9, 12, 29 inc. 3ro., 40,

41, 50, 58 y ccs. C.P.; 412, 500, 551 y ccs. C.P.P.).

En su lugar, declarar a Daniel Alejandro Colli autor material y

penalmente responsable del delito de robo calificado por el uso de armas (art.

166 inc. 2do., 1er. sup., C.P.), e imponerle la pena de cinco años de prisión con

declaración de reincidencia (arts. 5, 9, 29 inc. 3ro., 40, 41, 50 y ccs. C.P.; y arts.

412, 550, 551 y ccs. C.P.P.), y unificar dicha sanción con la pena de tres años de

prisión, impuesta por sentencia número nueve, de fecha cuatro de abril de dos mil

dos, dictada por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Santa Rosa, Provincia

de La Pampa, imponiéndole la pena única de siete años de prisión, accesorias de

ley, con declaración de reincidencia y costas (arts. 5, 9, 12, 29 inc. 3ro., 40, 41,

50, 58 y ccs. C.P.; 412, 500, 551 y ccs. C.P.P.).

II) Sin costas (arts. 550 y 552 C.P.P.).

III) Notificar a los Tribunales actuantes con relación a las causas

abiertas que registra el nombrado (ver fs. 78), a los fines que hubiere lugar.

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Con lo que terminó el acto que, previa lectura y ratificación que se

dio por la señora Presidente en la Sala de Audiencias, firman ésta y los señores

Vocales de la Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia, todo por ante mí, el

Secretario, de lo que doy fe.

Dra. María Esther CAFURE DE BATTISTELLI


Presidenta de la Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia

Dra. Aída Lucía Teresa TARDITTI Dra. María de las Mercedes BLANC G. de ARABEL
Vocal del Tribunal Superior de Justicia Vocal del Tribunal Superior de Justicia

Dr. Luis María SOSA LANZA CASTELLI


Secretario del Tribunal Superior de Justicia

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