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De La Eficiencia Burocratica A La Inteligencia Deliberativa PDF
De La Eficiencia Burocratica A La Inteligencia Deliberativa PDF
Resumen
O p e n G ov e r n m e n t
8 R E V I S TA E S P E C I A L I Z A D A E N I N V E S T I G A C I Ó N J U R Í D I C A
Palabras claves: gestión pública, gobier-
no abierto, democracia.
Abstract
E
n los últimos veinte años han proliferado
las experiencias de participación ciudada-
na, transversalidad o gobierno multinivel,
incorporando novedades vinculadas al
BUROCRÁTICA A LA INTELIGENCIA DELIBERATIVA PARA UN GOBIERNO ABIERTO
10 R E V I S TA E S P E C I A L I Z A D A E N I N V E S T I G A C I Ó N J U R Í D I C A
pio modelo organizativo de la administra- creciente complejidad de la realidad sobre
ción pública que impulsan los procesos de la que se deberían desplegarse las políticas
participación, la cual, para ser efectiva, re- públicas. Los procesos participativos reco-
quiere cambios en el interior de la propia nocen los cambios y las incertidumbres de
administración. En las siguientes páginas este exterior, en consecuencia, pretenden
se aborda este asunto argumentando la articular los mecanismos adecuados para
necesidad de conectar dos temas enfren- captar toda su complejidad para, de esta
tados entre sí: la participación y la gestión manera, incorporarla al proceso decisio-
pública. Primero ofreceremos una mirada nal y a las actuaciones públicas. La parti-
panorámica de los modelos organizativos cipación serviría a la administración para
y, a continuación, propondremos el mode- captar las demandas diversas y sofistica-
lo deliberativo, una administración con das de una sociedad, a su vez, cada día más
capacidad para dar cabida a los cambios diversa y sofisticada.
internos que reclama la orientación exter- Lejos de las viejas simplicidades y certi-
na hacia la ciudadanía. dumbres, apostar por la participación im-
plica reconocer la necesidad de abrirse al
Participación y gestión: dos caras de la exterior para poder entender los retos y
misma moneda las expectativas de la comunidad para la
que trabaja. Los procesos de participación
La participación mirando hacia fuera
vinculados al proceso legislativo serían un
Las experiencias de participación han
buen ejemplo de lo que estamos abordan-
partido de reconocer la creciente com-
do en este artículo. En un contexto estable
plejidad y diversidad de los problemas en
y conocido, la elaboración legislativa era el
manos de los responsables públicos. Estos,
monopolio de unos cuantos expertos. Unos
promoviendo la incorporación de los ciu-
pocos especialistas en el ámbito sustantivo
dadanos en sus decisiones y actuaciones,
objeto de la regulación y otros más exper-
estarían, en realidad, reconociendo sus li-
tos en técnica legislativa eran suficientes
mitaciones frente a la creciente dificultad
para redactar unos textos que se conver-
del mundo donde han de intervenir. La
tían en vinculantes para todos. Hoy esta
participación supone reconocer los pro-
aproximación parece insuficiente, puesto
pios límites, la incapacidad de abordar en
que los objetos de nuestras legislaciones
solitario asuntos que desbordan nuestras
cada vez presentan más aristas y, conse-
posibilidades.
cuentemente, necesitan ser abordados
De este modo, la participación se ha im-
desde puntos de vista diferentes. De forma
pulsado con la mirada puesta en el exte-
parecida, en una sociedad más sofistica-
rior de la administración, observando la
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En este contexto, se pudo observar cómo para darles respuesta. Participación y ges-
en la política hídrica se contraponen inte- tión son, pues, las dos caras de una misma
reses —todos ellos legítimos— de actores moneda. Hasta ahora la reflexión en torno
tan diversos como los agricultores, los in- a la participación ciudadana ha sido muy
dustriales, los grupos ambientalistas o las ajena a los modelos organizativos y a los
asociaciones de vecinos. También pudo estilos de gestión, incluso a veces se ha
apreciarse —y esto es lo que ahora que- mostrado un cierto antagonismo entre los
rremos subrayar—, cómo la lógica de cada “participativos” y los “gerencialistas”. Sin
sector se trasladaba a la administración embargo, son dos mundos que deberíamos
y generaba contradicciones entre sus di- ver como complementarios; dos mundos
ferentes departamentos. Así, a la hora de que no pueden darse la espalda el uno al
concretar una política hídrica, no fue nada otro. Con el objetivo de trabajar la partici-
fácil alcanzar acuerdos entre los departa- pación hacia dentro, enseguida se introdu-
mentos de energía, medioambiente, polí- ce el debate sobre modelos organizativos
tica territorial, industria o agricultura. El y, en el marco de este debate, se proponen
conflicto hídrico se nos presenta como un las opciones más adecuadas para ir recu-
paradigma de las dificultades que compor- perando la simetría entre las demandas
ta, no solo para gestionar eficientemente externas y las respuestas internas.
sino, sobre todo, articular una política pú-
blica eficaz, una respuesta suficientemen- Modelos organizativos: ¿de dónde veni-
te rica e inteligente. El problema no es ni mos, a dónde vamos?
la eficiencia de nuestras instituciones ni
En este apartado no se pretende ofrecer al
la capacidad de nuestros profesionales. El
lector una panorámica completa ni sobre
problema es la política hídrica entendida
los modelos de administración pública,
como la suma incoherente de lo que hacen
ni de los actuales debates en torno a su
los unos y los otros (Pares, et al., 2014; Bru-
eventual modernización. Nos limitaremos
gué, 2014).
a ofrecer unos rápidos esbozos panorámi-
La participación, de este modo, parte de
cos acerca de los orígenes, la situación ac-
una mirada hacia fuera (proceso de parti-
tual y las trayectorias de cambio que han
cipación con los actores sociales y econó-
experimentado nuestras organizaciones.
micos), pero se convierte en la exigencia de
una mirada hacia dentro (coherencia en-
El punto de partida: la burocracia weberiana
tre departamentos). No podemos, en otros
Los genes de la administración pública que
términos, generar demandas complejas
hoy conocemos —y de la mayoría de los
sin desarrollar en paralelo las capacidades
que trabajamos en ella— son weberianos.
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lo mismo, pero se encuentra con fuertes ganización de la desconfianza (Miller y Bo-
dificultades cuando se le exige cierta flexi- rell, 1991; Luhmann, 1996; Güemes, 2016).
bilidad. En entornos previsibles y estables, Cada uno a lo suyo, cada uno encerrado
la burocracia se encuentra muy cómoda; en su espacio y cada uno sospechando de
mientras que en contextos de incertidum- quien pudiera acercársele. Cada uno sabe
bre y volatilidad —como los actuales—, se de lo suyo (dispone del dictado experto co-
siente invadida por el desconcierto (We- rrespondiente) y, por lo tanto, ¿para qué
ber, 1993). hablar con nadie, para qué permitir que
La burocracia weberiana, en definitiva, nadie se entrometa en asuntos que no son
es un modelo organizativo que hace bien los suyos?
las cosas que le mandan, pero no es capaz Una organización tan desconfiada como
de reflexionar sobre su propia actividad. la burocrática ofrece algunas ventajas
Es una maquinaria sin cerebro, incapaz de muy destacables y, sobre todo, muy va-
decidir. Se encuentra absorta por la repe- loradas en determinados ámbitos y mo-
tición de sus movimientos y concentrada mentos. La seguridad, la previsibilidad
en ejecutar los dictados de una razón le- y la igualdad son algunos de sus activos,
jana. Esta maquinaria descerebrada con- mientras que —en la otra cara de la mone-
vierte a la administración burocrática en da— estos mismos factores se convierten
un espacio irresponsable y silencioso. Sin en simplicidad, homogeneidad y rigidez.
capacidad de pensar, la administración no La burocracia, de este modo, nos asegura
asume los resultados de sus actuaciones, y garantiza que accederemos, por ejemplo,
pero tampoco dispone de la capacidad a unos servicios educativos, sanitarios o
para hablar y para relacionarse. Organi- económicos y, además, que estos servicios
zaciones que no están dotadas de habili- serán iguales para todos y no variarán en
dades comunicativas y que, por lo tanto, el tiempo. Una situación muy conforta-
son incapaces de reflexionar y de generar ble, aunque incompatible con un mundo
inteligencia (Brugué, 2009). en constante movimiento como el actual.
La administración burocrática se confi- Hoy, la confortable seguridad y las garan-
gura como un modelo donde cada parte se tías de igualdad se transforman en rigidez
dedica a lo suyo. Y no solo esto, sino que y falta de sensibilidad ante la diversidad y
además no se mete en los asuntos de los la complejidad. No se trata únicamente del
demás. Ni permite que se metan en los su- mismo servicio para todos (que también),
yos. La burocracia institucionaliza la es- sino de cómo respondemos a demandas
pecialización y la segmentación o, lo que de ciudadanos más sofisticados, volátiles
es lo mismo, se convierte en la genuina or- y diversos.
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mensaje que condiciona la forma de enten- ciones puede convertirse en mensajes cla-
der y de pensar la realidad administrativa. ros y fáciles de transmitir.
Esta estrategia discursiva ha convertido ¿Cuáles son los principales contenidos
la modernización administrativa en una de la modernización que propugna la
ideología; en un conjunto de valores y de NGP? Para responder a estas interrogan-
prácticas que asumen que a través de una tes lo que debemos hacer es ordenar y do-
mejora en la gestión seremos capaces de tar de cierta coherencia a la multitud de
resolver los problemas socioeconómicos términos y conceptos que conforman el
de fondo. La llamada modernización ad- vocabulario de la modernización geren-
ministrativa se convierte así en una ideo- cialista. Cuando nos referimos a la NGP
logía que concede —usando los términos aparecen empleados motivados y poliva-
de Clarke y Newman (1997)— una especie lentes, planes integrales, programas de
de “rol apocalíptico” a la gestión: mejorar calidad, contratos programa, clientes sa-
la gestión es básico, ya que sus efectos se tisfechos, gerentes, indicadores de resul-
multiplicarán y alcanzarán otros ámbitos tados, gestiones por objetivos y mil cosas
sustantivos. más; todas seductoras y prometedoras.
La modernización gerencial se articu- Una manera de abordar esta proliferación
la a través de un discurso simple, basado de novedades consiste en agruparlas bajo
en blancos y negros, en la oposición entre dos grandes etiquetas, las dos columnas
un pasado indeseable y un futuro lleno de que soportan el peso de la NGP.
esperanzas. Un argumento que critica a la
administración burocrática y que ofrece En primer lugar, una administración de
una alternativa feliz, pero que en ningún machotes. Con esta etiqueta, extraída de
caso justifica ni las críticas, ni las alternati- nuevo del trabajo de Clarke y Newman
vas, ni las estrategias para alcanzarlas. Las (1997), agrupamos todas aquellas inicia-
propias palabras —peyorativas o esperan- tivas que tienen como objetivo desman-
zadas—, se convierten en el argumento. telar una organización poblada de indi-
Es evidente que esta forma de argumentar viduos que no necesitan ni demostrar su
padece de un exceso de simplificación, a valía ni mostrar sus logros, y construir
la vez que confunde permanentemente la una alternativa donde esos mismos indi-
descripción y la prescripción, lo que es y lo viduos noten la presión, se sientan obli-
que nos gustaría que fuera. Pero también gados a competir y obtener resultados.
es cierto que la propia simplificación pue- Se trata, en otros términos, de expulsar
de convertirse en una decisión sin titubeos, la irresponsabilidad burocrática y susti-
mientras que la debilidad de las justifica- tuirla por la obligación de rendir cuentas
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requisitos: saber con precisión cuáles son ma a los cuatro vientos los beneficios de
los objetivos que pretendemos alcanzar y la flexibilidad. Una paradoja sorprenden-
ser capaces de medirlos. En el sector pri- te, aunque en realidad es una conclusión
vado la lógica se aplica de manera inme- a la que podemos llegar desde el sentido
diata: el objetivo es ganar más, y lo medi- común. ¿Cuál es la diferencia entre una
mos en unidades monetarias. En el sector relación de autoridad y una relación con-
público, en cambio, esta obviedad se con- tractual? Pues bien, no es necesario invo-
vierte en complejidad. ¿Qué pretende la car ninguna teoría sofisticada para enten-
política educativa? ¿Cuál es el objetivo del der que en la primera es factible variar las
sistema penitenciario? ¿Cómo medimos instrucciones cuando parezca adecuado
la calidad docente? ¿Cómo calculamos la (flexibilidad), mientras que en la segunda
atención que le dispensamos a la gente no es posible hacer otra cosa que cumplir
mayor? El problema no es que nuestros con las cláusulas contractuales (rigidez).
políticos sean incapaces de definir sus ob- Es cierto que la convocatoria de un con-
jetivos, sino que —por naturaleza— estos curso (cuyo premio es el contrato) puede
objetivos son variados e, incluso, contra- estimular al candidato a realizar una pro-
dictorios. Lo que se requiere no es identi- puesta más competitiva que la que ofrece
ficarlos, sino equilibrarlos. Consecuente- aquel que tiene el trabajo asegurado. Pero
mente, desaparece la esperanza de imitar también es cierto que esta propuesta es
la claridad y la precisión del mundo em- más competitiva en la medida que es más
presarial. económica y más eficiente, pero no más
Además, el énfasis competitivo ha favo- flexible (Donahue, 1991).
recido la aparición de una administración Finalmente, la columna del “buen ro-
contractual, donde las relaciones ya no de- llo” no únicamente es tan frágil como la
penden de la subjetividad de los vínculos anterior, sino que además es muy delga-
entre un superior y su subordinado, sino da. Disponemos de menos experiencias y
de la objetividad de un contrato. La objeti- de más fracasos vinculados a programas
vidad y la claridad de la relación contrac- de calidad o a planes transversales que a
tual nos permiten recuperar el concepto la gestión de la competencia y de una ad-
de responsabilidad. Es posible, pero para ministración contractual. Este desequili-
lograrlo hemos de pagar un precio consi- brio no es casual, sino que se explica por
derable. Un precio que hoy por hoy parece las dificultades de poner en marcha unas
inaceptable: la rigidez. Es decir, la crecien- mejoras que en la mayoría de los casos no
te contractualización de la administración pasan de ser cosméticas y que, además,
genera rigidez en un mundo que procla- parecen contradecir el mensaje central
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lógica del cada uno a lo suyo a la lógica del recursos entre las diferentes partes de la
entre todos lo haremos. Una nueva lógica administración y entre la administración
que llega para hacer frente a los retos de y su entorno (Habermas, 1981; Fisher y Fo-
nuestras actuales comunidades, pero que, rester, 1993; Fox y Miller, 1995; Hajer y Wa-
al mismo tiempo, se convierte en una pro- gennar, 2003; Font, 2003).
puesta difícil de concretar, ya que, al afec- Cuando este diálogo es auténtico nues-
tar al alma de la organización, las inercias tras respuestas a la complejidad se enri-
y las resistencias son muy intensas. quecen de las diversas sensibilidades y, de
En cualquier caso, la modernización esta manera, estimulan la creatividad y
que propugna la APD consistiría princi- la inteligencia. Es necesario destacar que
palmente en preparar a la administra- ahora las respuestas de la administración
ción para resolver problemas complejos no tienen por qué ser técnicamente me-
y para equilibrar las diversas perspectivas jores (si es que este concepto existe), sino
que conforman la sociedad actual. Así, el que representan un punto de equilibrio,
objetivo ya no es instrumental, sino que un compromiso entre las diversas visio-
pretende garantizar tanto la riqueza y nes de un mismo problema. Si el proble-
la creatividad de sus respuestas como el ma que pretendemos abordar es claro y
compromiso y el equilibrio que han de diáfano quizá con la respuesta técnica sea
permitir a los diversos actores sentirse suficiente; pero si, como es cada vez más
parte de un todo colectivo. Lo que necesi- frecuente, el problema es complejo y po-
tamos, en definitiva, es reflexionar sobre liédrico, entonces será más adecuada una
cómo construir una administración crea- respuesta dialogada y de equilibrio.
tiva e inteligente. En definitiva, la necesidad de construir
La creatividad y la inteligencia de una una administración creativa e inteligente
administración no se consiguen a través nos obliga a incorporar el diálogo en el pro-
de la re-racionalización que nos propone ceso de modernización. Así, una vez identi-
la NGP. La NGP puede ser útil para hacer ficada la alternativa a la NGP, la siguiente
las cosas mejor, pero no para hacerlas pregunta es ¿Cómo se materializa esta ad-
de una manera diferente. ¿Dónde, pues, ministración deliberativa? ¿Cómo nos tras-
se encuentra la clave para trasladar a la ladamos de las definiciones conceptuales a
práctica los objetivos de la creatividad y la práctica? En el siguiente apartado abor-
la inteligencia administrativa? Tal como daremos estos interrogantes, mientras a
proponen diversos autores, esta clave úni- continuación proponemos una aproxima-
camente puede derivarse del diálogo, de ción conceptual al término diálogo.
facilitar el intercambio de perspectivas y
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papel central, siendo este un elemento expresado en una frase magistral: “El au-
consustancial de su Democracia Fuerte. El tor del lenguaje, el pensamiento, la filoso-
debate, según este autor, debe, en primer fía, la ciencia y el arte, además de la ley, los
lugar, equilibrar las capacidades de hablar pactos, los derechos individuales, la auto-
y de escuchar. Se trata no solo de exponer ridad y la libertad no es el hombre sino los
las posiciones propias —como en las ver- hombres.”
siones liberales—, sino de aproximarse a
las de los demás, de ponernos en el lugar Hablar y pensar: condiciones para una
del otro. En este sentido, en segundo lugar, administración inteligente
al escuchar a los demás hay que tomar en
En este último apartado, intentaremos
consideración tanto los elementos cog-
avanzar en el cómo de una APD. ¿Cómo se
nitivos como los afectivos. En un debate
construye una administración que hable,
intercambiamos razones, pero también
piense y actúe inteligentemente? ¿Cómo
establecemos relaciones. Finalmente, el de-
lograrlo cuando partimos de un modelo
bate en la Democracia Fuerte también ha
basado en la institucionalización del si-
de combinar su carácter reflexivo con su
lencio y la desconfianza?
vocación de pasar al mundo de la acción.
No hay respuestas simples a estas inte-
Incorporar el diálogo supone pues un
rrogantes. Incluso más, la primera y con-
ejercicio de equilibrio. Y esta es la esencia
tundente respuesta que deberíamos dar
de la política. Solón, uno de los legislado-
—para no generar falsas expectativas— es
res del siglo de oro de la democracia ate-
que hacer lo que se propone es muy difícil
niense, nos legó un poema titulado Euno-
en el contexto de las inercias institucio-
mía. Esta palabra se traduce precisamente
nales dominantes. Pasar del cada uno a lo
como equilibrio y sirve para identificar la
suyo al entre todos no se logra ni con ins-
esencia de la actividad política. La APT, al
trucciones administrativas ni con las qui-
incorporar el diálogo, incorpora la políti-
zá más sofisticadas recomendaciones de la
ca, se politiza. Esto sí es un reto al alma
ingeniería organizativa. No hay una rece-
maquinal de la burocracia, a sus esencias
ta clara y asequible. Se debe transformar
tecnocráticas y a su capacidad de hacer
el alma, la esencia de la organización; y
las cosas sin pensar. Alcanzar el equilibrio
esto no se logra por decreto. Necesitamos,
no es un asunto de eficiencia sino de in-
pues, modificar una estructura genética
teligencia; de la inteligencia que se gene-
que solo entiende de especializaciones y
ra hablando, dialogando, compartiendo
segmentaciones y que, además, condicio-
puntos de vista y alcanzando situaciones
na nuestros comportamientos desde hace
de compromiso. Barber (2004: 183) lo ha
al menos dos siglos.
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Se ha programado a los servidores pú- Así pues, una segunda condición —ob-
blicos para encerrarse en sus espacios via— para construir una administración
organizativos, acompañados de certezas que hable, es dotarla de contenidos con-
técnicas e incomunicaciones. Abrir la versacionales. Parece que nuestro voca-
administración pública requiere ir cons- bulario está limitado a palabras instru-
truyendo un espacio donde mirarnos los mentales: procedimientos, comisiones,
unos a los otros, aunque al principio sea organigramas, normas y protocolos. Re-
de reojo. Desnudar este espacio tan reple- querimos ampliar este vocabulario y ser
to de sospechas es el primer paso hacia capaces de hablar sobre cuestiones con
una administración capaz de hablar, de contenido: cohesión social, modelos urba-
encontrarse con ella misma para preparar nísticos, desarrollo económico o cambio
sus decisiones inteligentes. climático. Únicamente otorgando conte-
nido a nuestras conversaciones, tendre-
De las formas a los contenidos: cambiar el vo- mos ganas de participar en ellas o, más
cabulario importante, entenderemos la importancia
Quizá la principal razón de nuestros silen- de dedicarles tiempo y esfuerzos.
cios administrativos radica en una gran Por otro lado, los procedimientos nos
obviedad: en la administración, concebida separan, encerrándonos en protocolos;
como máquina descerebrada, no hay de mientras que los contenidos nos reúnen,
qué hablar. Se trata de ir haciendo cosas, abriendo nuestros intereses a las aporta-
pero no hay ningún contenido sustantivo ciones de los otros. Los ejes de la adminis-
del que hablar. Como en los ascensores, tración tradicional han sido sus estruc-
donde nos encontramos con los vecinos turas y sus procesos, mientras que una
sin otro tema a comentar más allá del esta- APD debe construirse a partir de sus con-
do del tiempo, en la administración buro- tenidos sustantivos. Los procedimientos
crática coincidimos para ajustar nuestros congelan nuestras relaciones, mientras
procedimientos, pero no tenemos ningún que los contenidos (sociales, hídricos, te-
otro tema de debate. Una vez en la misma rritoriales, económicos) actúan como los
sala, como si de un ascensor se tratara, evi- fuegos tras una larga excursión, como un
tamos los ojos de los colegas, nos miramos foco de atracción alrededor del cual en-
a los pies y esperamos impacientes poder contrarnos y charlar.
salir de aquel espacio cruel (de encuentro)
para volver a recogernos en nuestro có-
modo espacio de trabajo (en solitario).
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La confianza, además, no es algo dado, parten un mismo estilo de hacer las cosas.
sino que se ha convertido en objeto y fac- Gestionando estos tres momentos adecua-
tor de gestión (Child y Faulkner, 1998; Lane damente podríamos avanzar hacia una or-
y Bachmann, 1998). Esta circunstancia es ganización donde la lógica del cada uno a
fundamental, ya que nos permite pensar en lo suyo dejará paso a la lógica deliberativa
términos operativos. La confianza, por lo del entre todos lo haremos.
tanto, ha dejado de ser algo intangible para
convertirse en un objeto de gestión. ¿Cómo Liderazgo fuerte y renovado: el motor del
podemos gestionar este factor? ¿Cómo ge- cambio
neramos la confianza indispensable para Además de las estructuras orgánicas, las
construir una administración deliberativa administraciones también cuentan con
como la que hemos propuesto? una dirección que se ocupa, evidentemen-
Una forma de abordar estas interrogan- te, de distribuir tareas y responsabilida-
tes pasa por considerar la posibilidad de des, así como de proveer a las diferentes
producir confianza incidiendo en lo que partes de la organización de los recursos
algunos han identificado como sus tres necesarios, de supervisar las actividades
momentos: la creación, la implementación que se realizan y de controlar los resulta-
y la consolidación. En primer lugar, al ini- dos. Nos estamos refiriendo a una direc-
ciar la relación —el diálogo entre las par- ción jerárquica, a una conducción racio-
tes— es necesario estimular la formación nal que va de arriba hacia abajo. Ninguna
de la confianza a través del cálculo; es decir, novedad especial.
dando a conocer a las diferentes partes los Desgraciadamente, este tipo de direc-
costos y los beneficios de la relación que se ción sirve para comunicarle a la gente lo
inicia. Una vez superado este primer mo- que ha de hacer y para comprobar que
mento, en segundo lugar, llega la hora de lo hacen, pero no para provocar el diálo-
la implementación. En esta etapa la com- go entre las partes. Una administración
prensión entre las diferentes partes es deliberativa no necesita ser dirigida, sino
crucial: la confianza no puede desarrollar- que reclama ser articulada e intermedia-
se si no se comprenden los objetivos y las ria. Estos conceptos también resultan re-
formas de actuar de los otros. Finalmente, lativamente extraños para el mundo de
la confianza se consolidará cuando a la la gestión, pero configuran la esencia del
comprensión le suceda la identificación cambio desde la dirección (desde arriba)
entre las partes; cuando estas sientan que hacia la mediación (desde el medio). Se
forman parte de un mismo proyecto, que trata, tal como proponen algunos autores,
disponen de un objetivo común y que com- de fomentar un liderazgo más bidireccio-
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En definitiva, el liderazgo es crucial Por lo tanto, necesitamos mucha convic-
como motor para transformar la adminis- ción, pues sin ella pueden flaquearnos las
tración, ya que sin él no encontraremos los fuerzas; y necesitamos paciencia, para no
puntos de apoyo desde los cuales promo- generarnos expectativas inalcanzables.
ver unos cambios que, como siempre, en- Convicción y paciencia, compromiso y
contraran frecuentes e intensas resisten- prudencia, audacia y calma; dualidades
cias. Pero, además, este liderazgo no solo que, otra vez, nos recuerdan nuestros orí-
debe existir y ser ejercido con decisión, genes intelectuales helénicos. El equilibrio
sino que debe adoptar unas formas pecu- —la eunomia de los antiguos griegos— se
liares; a las que hemos llamado liderazgo convierte en un término de referencia.
relacional. Puede parecer una paradoja, Frente a las certezas de la racionaliza-
pero nos estamos refiriendo a un lideraz- ción —que se nos impuso a partir del siglo
go que sea a la vez potente y modesto. XVII— nuestros sabios del siglo V a.C. nos
recordaban que las sociedades son com-
Conclusiones: paciencia y convicción plejas, llenas de matices y que es precisa-
mente en los grises donde se encuentran
En las páginas anteriores se propuso
las decisiones inteligentes.
avanzar hacia la APD y se han reconoci-
Mirar hacia delante con los pies ancla-
do las dificultades que encontraremos en
dos en las lecciones del pasado: esta podría
el camino. Es complejo pero imprescindi-
ser la principal propuesta que se agazapa
ble, y en esta doble circunstancia radica el
tras un término tan poco atractivo como
ánimo con el que debemos enfrentar un
el de administración pública deliberati-
proceso de cambio que será largo y lleno
va. Mirar hacia delante para reconocer la
de obstáculos. La literatura académica ha
inevitabilidad de los cambios y anclarse
teorizado ampliamente acerca de las ca-
en nuestros sabios antiguos para no per-
racterísticas de este nuevo modelo de ges-
der la cabeza, para recuperar el valor de la
tión pública, pero menos sobre las formas
paciencia y la virtud del equilibrio. En este
de ponerlo en práctica. En este artículo he-
sentido, el artículo ha ofrecido luz sobre el
mos contribuido a ampliar la reflexión en
debate actual en torno a las administra-
esta dirección.
ciones burocráticas, la nueva gestión pú-
Transformar nuestras administraciones
blica y las organizaciones deliberativas;
es imprescindible para hacer frente a los
al tiempo que avanza recomendaciones
retos de la sociedad actual, aunque para
concretas para trasladar a la práctica las
hacerlo no podemos negar la herencia y
teorías deliberativas. Una aportación, en
las inercias de un weberianismo secular.
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