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UNIVERSIDAD CATÓLICA DE VALPARAÍSO

ESCUELA DE INGENIERÍA QUÍMICA

Trabajo Final:
“Fluidos en Zonas de Fallas
en Sistemas Calcoalcalinos”

INTEGRANTES DEL GRUPO:


GONZALO SALAZAR CASTRO
THOMAS WESSER HUBER
PROFESOR: LUIS LAGNO BRAVO
ASIGNATURA: GEOLOGIA ESTRUCTURAL
CARRERA: INGENIERÍA CIVIL DE MINAS
FECHA DE ENTREGA: 03/11/2017
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Índice:

1. Introducción…………………………………….………………………..…………...3
1.1 Objetivos……………………………………………………….............................3
2. Generalidades sobre zonas de fallas…………………………………………….……4
3. Tipos de fluidos……………………………………………………………….……...5
3.1 Fluidos Magmáticos……………………………………………………….……...5
3.1.1. Etapas de Diferenciación Magmática……………………………..……….6
3.2 Fluidos Hidrotermales………………………………………………….…………6
3.2.1 Fluidos primarios………………………...................................................7
a) Aguas Cloruradas……………………………………………...……...7
b) Aguas Sulfato-ácidas………………………………………………....7
c) Salmueras………………………………………………………….….8
3.2.2 Fluidos secundarios………………………………………………..........8
a) Aguas sulfato-ácidas vapor calentadas………………….....................8
b) Aguas carbonatadas………………………………………………......8
3.2.3 Aguas Mezcladas…………………………………………………..…....9
3.3 Aguas Subterráneas………………………………………………………....….9
3.3.1 Origen y Distribución de las aguas subterráneas………………........….9
3.3.2 Factores que influyen en el almacenamiento y la circulación de
las aguas subterráneas……………………………………………….….9
a) Porosidad……………………………………………………….…....10
b) Permeabilidad…………………………………………………….....10
4. Relación entre fluidos con las zonas de fallas y rocas de caja………………….….10
4.1 Deformación frágil y transporte de fluidos en la corteza………………….……11
4.1.1. La evolución temporal de la resistencia y permeabilidad de rocas
sometidas a hidrotermalismo en zonas de falla………...…….….......…..12
4.1.2. Mecanismos propuestos para el transporte de fluidos en la corteza.........12
a) Mecanismo de bomba de succión……………………………………....13
b) Mecanismo de válvula de falla…………………………………….…...14
4.1.3. El transporte y naturaleza de fluidos propios de un ambiente tectónico
compresional con arco magmático………………………………….…...15
4.2. Propiedades físicas de las rocas permeables……………………………….....15
4.3. Influencia de fluidos magmáticos en fallas…………………………………...16
5. Fluidos y su influencia en los procesos mineralizadores……………………….….16
5.1. Origen de fluidos hidrotermales……………………………………………....16
5.2. Alteración Hidrotermal……………………………………………………..…17
5.3. Participación de aguas subterráneas en diversos procesos…………...……....17
6. Conclusiones……………………………………………………..........................19
7. Referencias………………………………………………………………………..20
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1. Introducción

El comportamiento de las rocas en respuesta al campo tectónico depende de varios factores: tipo de
roca, la presión de confinamiento, la tasa de aplicación de las cargas, los fluidos intergranulares y los
cambios ambientales. Núcleos de rocas cristalinas sometidas a ensayos de compresión simple en el
laboratorio se comportan de manera frágil, es decir que fallan sin mostrar una fase plástica antes de la
ruptura. Además, soportan alrededor de los 2000 Kg/cm2 antes de fallar. El resto de rocas desarrollan
una fase plástica antes de la falla y su resistencia es variable. Al incrementarse progresivamente la
presión de confinamiento en profundidad dentro de la corteza terrestre, el comportamiento de las rocas
cambia gradualmente de frágil a dúctil, con poca influencia en el módulo de deformación. Si las cargas
se aumentan rápidamente (como en el caso de desplazamientos repentinos en las zonas de falla) las
rocas se dislocan, por la dificultad de los minerales a reacomodarse en esa condición de velocidad de
aplicación de la carga.

El agua y otros fluidos que se mueven a presión través de grietas, fisuras y poros intercomunicados,
tratan de separar las partículas con lo cual se promueve algo de ductilidad y se reduce la resistencia. El
ambiente en el cual se encuentran las rocas en la naturaleza cambia todo el tiempo: las fuerzas
tectónicas se modifican constantemente, los estratos se van sepultando y comprimiendo en la medida
que progresa la subsidencia y más capas se acumulan, con lo cual los estratos, inicialmente duros y
frágiles, se deformen y pliegan; la erosión expone rocas plegadas reduciendo el confinamiento y las
rocas se fracturan. Es decir, las rocas pasan de frágiles a dúctiles cuando se sepultan y retornan a su
condición frágil cuando se alivian los esfuerzos por la erosión que las pone al descubierto.

Por otra parte, las fallas tienen efectos tales como truncamiento, desplazamiento, repetición u omisión
de capas. En este sentido la distribución y ocurrencia de acuíferos puede ser afectada por fallas ya que
un acuífero ser desplazado/truncado/omitido localmente.

El truncamiento de un acuífero a causa de una falla puede dar inicio a filtración y a la formación de
manantiales alineados a lo largo de la falla. Además, puede causar un escarpe: la erosión intensa del
bloque superior y seguido por deposición del pie de la montaña en el bloque inferior.

La formación de muchos depósitos minerales metálicos involucra la participación de fluidos, los cuales
se denominan soluciones hidrotermales y existen distintas evidencias que indican su importancia como
mineralizadores, particularmente las que provienen de inclusiones fluidas dentro de minerales
precipitados a partir de soluciones hidrotermales y alteración hidrotermal de las rocas encajadoras (las
que serán discutidas más adelante). La homogenización de inclusiones fluidas en minerales de
depósitos hidrotermales ha mostrado que el rango de depositación de minerales de mena y ganga para
todo tipo de depósitos hidrotermales es de aproximadamente 50° a 650°C. Los análisis de los fluidos
muestran que el agua es la fase más común y el contenido salino es frecuentemente más alto que en el
agua de mar.

1.1 Objetivos

• Describir los efectos que genera los fluidos en la roca de caja y en la zona de fallas.
• Describir los tipos de fluidos existentes y su aplicación en los procesos mineralizadores.
• Exponer la relevancia de las aguas subterráneas en los procesos supergenos.
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2. Generalidades sobre fallas y zonas de fallas

Una falla es una fractura frágil, generalmente planar, a lo largo de la cual se ha observado un
desplazamiento visible de sus planos, siendo generalmente el movimiento de las caras paralelo a la
falla.

Una zona de falla es una región de la corteza donde se concentra un enorme número de fallas, la cual es
una zona delimitada, por lo general estrecha y sub-paralela, donde existen o existieron altas tasas de
deformación de condiciones frágil, ductilofrágil y dúctil en la roca.

En la zona de falla se encuentra innumerables superficies de fallas frágiles, subparalelas,


interconectadas, espaciadas y ceñidas; que contienen en algunos casos zonas de brecha y salvanda.

La falla regional, también llamada estructura madre, es una zona de falla que circunda una gran falla
(por ejemplo, la falla Atacama y Domeyko). Debido, a que estas fallas no consisten en una fractura sino
es una compleja zona de deformación asociado a esta falla madre. Estas deformaciones van desde fallas
principales, fallas secundarias (de primer, segundo y tercer orden), fallas menores y fracturas-diaclasas.

En las zonas de falla el macizo rocoso sufre un metamorfismo dinámico, que se da a lo largo de
familias de superficies de falla, en donde ocurre una deformación frágil o dúctil entre las superficies de
las rocas encajantes menos deformadas.

En la deformación frágil ocurre una trituración del macizo rocoso asociado a la formación de
discontinuidades producto de los esfuerzos y una trituración del mineral en las superficies de los planos
de falla asociado a la fricción producto del movimiento de los planos. En la deformación dúctil el
macizo rocoso se deforma en forma plástica sin triturarse, en este caso puede ocurrir una
recristalización de los minerales si se perturba mucho el equilibrio químico y físico del macizo rocoso.

Una zona de falla que afecta un macizo rocoso, en función de la profundidad, está asociada con el
régimen de deformación.

Una zona de falla se puede caracterizar en distintos regímenes de deformación en función de su


profundidad. Pero estos valores son muy susceptibles a variaciones producto de intrusiones magmáticas
y regímenes geotermales de alta temperatura. En la Figura 1 se muestra los distintos regímenes de
deformación en una zona de falla:

En la superficie, la zona de falla es estrecha; donde predomina un régimen de deformación frágil hasta
los 3 km de profundidad. En esta zona, el macizo rocoso muestra los máximos indicios de fracturación
y fragmentación de la roca. Las condiciones de temperatura y presión en esta zona no son suficientes
para posibilitar la recristalización de los minerales de las rocas, pero si para generar fracturas en la
roca.

En la zona intermedia, desde los 3 km hasta los 10 km de profundidad, ocurre una transición de un
régimen frágil de deformación hasta un régimen dúctil, por lo que predomina un carácter de
deformación ductilofrágil.

En la zona más profunda, desde los 10 km de profundidad, está el régimen de deformación dúctil. El
macizo rocoso raramente sufre fracturas, pero si un cambio en su estructura. Esta es la zona más
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extensa donde la deformación y metamorfismo de la roca es intenso, los procesos de recristalización y


rehomogenización son predominantes.

Figura 1. Regímenes de deformación y distribución del macizo rocoso en una zona de falla en función a
la profundidad (Mejorado de [Ordoñez, 2000]).

3. Tipos de fluidos

En las fallas se pueden encontrar distintos tipos de fluidos en función de la profundidad, la presencia de
intrusiones magmáticas en la corteza y las características geológicas y tectónicas circundantes de la
falla. Estos fluidos pueden ir desde agua de procedencia meteórica, fluidos hidrotermales,
hidrocarburos, gases y magmas procedentes de las profundidades. En este trabajo no se considerarán
los gases e hidrocarburos ya que no son importantes y no están presentes en Chile.

3.1 Fluidos Magmáticos

Los fluidos magmáticos son provenientes de la fusión parcial de la placa oceánica suprayacente que da
origen a magmas de composición andesítica o dacítica que se contamina con material de la cuña
mantélica suprayacente. Estos magmas ascienden lentamente la corteza continental en forma de
intrusiones masivas de plutones.
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Estas cámaras magmáticas de magma ascendentes sufren una serie de procesos de diferenciación
magmática. En esta serie de procesos el magma original primario se va separando en fracciones que
llegan a formar rocas de distintas composiciones, pero relacionadas entre sí.

3.1.1. Etapas de Diferenciación Magmática

Estos procesos de diferenciación magmática son la cristalización fraccionada y la diferenciación sensu


stricto.

La diferenciación sensu stricto es la separación en una o varias fases liquidas a partir del magma
original. Estos procesos son por: miscibilidad limitada, gravedad, difusión y convección, transferencia
gaseosa y transferencia acuosa.

Por otro lado, la cristalización fraccionada es la separación de una o varias fases solidas a partir del
magma inicial. Ciertos minerales de las rocas ígneas se encuentran asociados, debido a que cristalizan a
la misma temperatura, mientras que otras raras veces aparecen juntos. Las etapas de consolidación
magmática son cinco etapas sucesivas que se denominan: ortomagmática, pegmatítica, neumatolítica,
hidrotermal y solfatárica.

En la etapa ortomagmática cristalizan los silicatos que formarán la roca principal del macizo plutónico.
Los minerales como olivino hasta el cuarzo, y minerales de importancia económica. Al final de esta
etapa la roca se ha consolidado, quedando en solución los volátiles y la parte más soluble de los
refractarios.

En la etapa pegmatítica el líquido residual se infiltra en las fracturas de la roca ígnea y de las rocas de
caja, infiltrándose en las fallas. Los volátiles que llevan los refractarios contribuyen a la formación de
grandes cristales, mayores a 32mm, que constituyen, por lo general, rocas filonianas denominadas
pegmatitas.

En la etapa neumatolítica el material intersticial y gaseoso, este actúa como un agente destructor que
circula por los poros de las rocas. En contacto con los feldespatos estos sufren ligero metamorfismo.

En la etapa hidrotermal el vapor de agua se condensa en las nuevas condiciones del ambiente, dando
lugar a fluidos hidrotermales que contiene diversos minerales solubles. El posterior enfriamiento e
interacción con la roca de caja provoca su precipitación y deposición.

Por último, en la etapa solfatárica los gases como SO 3, CO2 y H2BO3 escapan de la solución, en
algunas ocasiones llegando a explotar el bórax y el azufre nativo.

3.2. Fluidos Hidrotermales

Los fluidos hidrotermales se pueden distinguir en base a los distintos procesos de diferenciación
geoquímica que ocurren durante la formación del fluido. Se consideran como fluidos primarios los que
se encuentran en la base de la celda convectiva (nivel de profundidad-base) los que pueden a su vez ser
producto de la mezcla de varios componentes fluidos como aguas meteóricas, marinas y connatas con
volátiles magmáticos. Los principales tipos de fluidos primarios son las aguas cloruradas, sulfato-
ácidas y salmueras hipersalinas. A medida que estos fluidos primarios ascienden hacia la superficie,
sufren procesos de separación y mezcla que dan origen a fluidos secundarios. Los cambios más
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importantes que ocurren en estos fluidos son:

• Ebullición por despresurización y generación de una fase liquida y otra gaseosa.


• Separación de un fluido salino en una salmuera hipersalina y un vapor diluido.
• Condensación del vapor al contacto con aguas subterráneas o superficiales para producir aguas
sulfato-ácidas o ricas en bicarbonato de Na o CO2.
• Mezcla de CO2 proveniente de fuentes profundas con aguas termales subterráneas.
• Mezcla de aguas termales con aguas superficial de baja temperatura.

3.2.1. Fluidos primarios

La composición de los fluidos primarios dependerá de la composición de la fuente de estos fluidos y de


las reacciones que ocurran en el nivel base de la celda convectiva, disolución de minerales primarios
y/o precipitación de minerales secundarios. En esta etapa también ocurren procesos de adsorción y
desorción. En la mayor parte de los sistemas geotermales conocidos, los fluidos primarios consisten en
una mezcla de aguas meteóricas, marinas y aportes de volátiles magmáticos, en menor proporción se
detectan también aguas connatas y fluidos metamórficos de la deshidratación de minerales.

a) Aguas Cloruradas

Este tipo de fluido es común en los sistemas geotermales. Un alto porcentaje de las sales en
disolución en las aguas termales cloruradas corresponde a halita. Normalmente el contenido de cloruros
es bajo en las aguas que circulan en rocas máficas y alto en rocas de origen sedimentario de evaporitas
y de procedencia marina, donde la concentración de los cloruros en la disolución es muy alta. También
la presencia de aguas cloruradas se puede derivar de sistemas magmáticos calcoalcalinos donde
abundan los volátiles clorurados. Por lo tanto, el contenido de los cloruros en la disolución está en
función de la disponibilidad de las sales lixiviables en las rocas y su exposición al fluido como también,
la presencia de volátiles clorurados de origen magmático.

Cuando las aguas cloruradas descienden a temperaturas de 100°C a 150°C las concentraciones de la
mayor parte de los elementos mayores reaccionan con los minerales secundarios siendo depositados. El
equilibrio entre las especies minerales y acuosas son fundamentales en las reacciones de disolución y la
precipitación de los minerales.

b) Aguas Sulfato-ácidas

Este tipo de fluidos es frecuente en sistemas geotermales volcánicos, generalmente asociado a volcanes
en sistemas magmáticos calcoalcalinos. A temperaturas relativamente bajas, alrededor de los 25°C, el
pH de estos fluidos puede llegar a ser muy bajo, debido a la presencia de HCl y/o HSO4-. Sin embargo,
a altas temperaturas estos fluidos tienen pH casi neutro, ya que la actividad de HSO 4- es inversamente
proporcional a la temperatura del fluido. Por lo tanto, a 300°C el pH de HSO4- es 6,2. Por esto, la
mayor diferencia entre aguas cloruradas y sulfato-ácidas reside en su buffer de pH, para las aguas
cloruradas el principal buffer será el equilibrio CO2/HCO2-, mientras que para las aguas de tipo sulfato-
ácidas el principal buffer de pH será la reacción HSO4-/SO4-2.
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c) Salmueras

En los sistemas geotermales se producen varios procesos que pueden provocar una gran concentración
de sales formando las salmueras geotermales. Alguno de estos procesos son cuando el fluido
hidrotermal interactúa con las rocas de caja de tipo sedimentaria evaporíticas, disolviendo parte de las
sales como halita y yeso; otro proceso es la disolución de los minerales de las rocas volcánicas y la
adición de cloruros de origen magmático, en forma de volátiles. La separación de fases es otro de los
procesos que produce un aumento en la concentración de sales, este proceso de diferenciación origina,
por tanto, un fluido secundario.

En sistemas geotermales generalmente la temperatura es muy alta y la presión muy baja para que los
fluidos lleguen a ser inmiscibles. Por lo tanto, los fluidos presentan hasta su base dos fases. Como fase
gaseosa, cuando migra del magma, muchos metales son llevados con el fluido. Como son Ag, Au, Cu
Mo, Pb, Sn, W, Zn y otros. Éstos, son transportados en un fluido a la roca circundante a la intrusión, y
por lo tanto los conductos que utilicen los fluidos hidrotermales y los procesos de mezcla y separación
de fases que ocurran, darán origen a los depósitos minerales. Cuando los fluidos comienzan a ascender,
desciende la presión y puede ocurrir una separación de fases y si el magma es rico en HCl, originar una
salmuera. Posteriormente, al enfriarse SO2 y formar H2S, se detona una precipitación de sulfuros
metálicos.

3.2.2. Fluidos secundarios

Una vez que los fluidos han sufrido un proceso de diferenciación como los anteriormente mencionados,
se los denomina fluidos secundarios. Estos tienen tres tipos principales: aguas sulfato-ácidas vapor
calentadas y aguas carbonatadas.

a) Aguas sulfato-ácidas vapor calentadas

Se caracterizan por un contenido bajo de Cl y relativamente alto de sulfato. Las aguas ácidas disuelven
fácilmente los minerales primarios de las rocas volcánicas comunes, ya que puede alcanzar valores de
pH menores a 1, dejando un residuo de sílice oquerosa, anatasa, azufre nativo, sulfuros, smectita y
caolinita que se forman producto de la condensación y oxidación de H2S. La extrema acidez de estos
fluidos los convierte en portadores comunes de metales en solución como Al, Fe, Mn y Cr.

b) Aguas carbonatadas

Este tipo de aguas es muy común y tanto en los sistemas geotermales volcánicos como también en
zonas sísmicamente activas sin actividad volcánica. El CO2 que se encuentra en estas aguas puede
provenir desde fuentes magmáticas, desde el manto o de rocas metamórficas. En ambientes volcánicos
puede también provenir de la condensación de vapores ricos en CO 2 al contacto con acuíferos colgados
o por la percolación de estos condensados hasta encontrar fluidos primarios más profundos.

Por último, las aguas carbonatadas pueden ser el resultado de una mezcla de fluidos primarios a alta
temperatura con aguas subterráneas frías. Los isótopos de H y O indican que estas
aguas son de origen meteórico. Las aguas carbonatadas se consideran, en general, aguas minerales.
Esto se debe a que el CO2 hace que el agua sea bastante reactiva disolviendo así gran cantidad de
minerales.
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3.2.3. Aguas Mezcladas

En las zonas de flujo ascendente de los sistemas geotermales, los fluidos pueden encontrarse con aguas
subterráneas, produciendo una mezcla de estas. Estas aguas pueden exhibir razones de mezcla variables
y pueden ser reconocidas por sus temperaturas, tazas de flujos y concentraciones de sus componentes
químicos e isotópicos. Debido a que la mezcla de aguas altera el equilibrio agua-mineral, se producen
cambios en las concentraciones iniciales de componentes reactivos. En particular, si el componente
caliente es bifásico, tiene fase líquida y gaseosa, o no ha sufrido ebullición, hay un aumento
considerable en las concentraciones de Ca y Mg y una disminución en la razón de Na/K.

3.3 Aguas Subterráneas

Las aguas subterráneas son el fluido dominante en las partes más superficiales de la corteza, además, se
encuentran en grandes volúmenes. Estas aguas percolan en los niveles subterráneos gracias a la
permeabilidad y porosidad de la roca, pero también, fluye por las fallas. Esto causa una meteorización
de los planos de falla expuestos al agua.

3.3.1 Origen y Distribución de las aguas subterráneas

Cuando llueve, parte del agua escurre por la superficie, parte se evapora y el resto se infiltra a la tierra
Esta última es la principal vía de casi toda el agua subterránea. La cantidad de agua que sigue cada
camino depende de la pendiente, la naturaleza de los materiales, intensidad de lluvia y el tipo y
cantidad de vegetación. Lluvias intensas sobre materiales impermeables causarán que el mayor
porcentaje del agua escurra por la superficie. Por otro lado, lluvias sobre material permeable provocará
que el agua se infiltre en el suelo.

Del agua que se infiltra en el suelo, parte se queda cerca de la superficie en un cinturón de humedad
paralelo a la superficie que se mantiene por atracción molecular de las moléculas de agua. El agua que
no es retenida como humedad del suelo percola hacia abajo hasta que alcanza una zona donde todos los
espacios libres del sedimento y la roca están completamente llenos de agua. Esta es la zona de
saturación del agua. El agua situada en el interior se denomina agua subterránea. El límite superior de
esta zona se conoce como el nivel freático.

La profundidad del nivel freático es muy variable y puede oscilar entre cero y centenares de metros en
algunos lugares. Una característica importante del nivel freático es que varía según las estaciones y de
un año a otro, porque la adición de agua al sistema de aguas subterráneas está estrechamente
relacionada con la cantidad, 1a distribución y la frecuencia de las precipitaciones.

3.3.2. Factores que influyen en el almacenamiento y la circulación de las aguas subterráneas

La naturaleza de los materiales subsuperficiales influye mucho en la velocidad del movimiento del
agua subterránea y en la cantidad de agua subterránea que puede almacenarse. Dos factores son
especialmente importantes: la porosidad y la permeabilidad.
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a) Porosidad

El lecho rocoso, los sedimentos y el suelo contiene un sinfín de huecos y aperturas. Estas actúan como
una esponja y almacenan los fluidos en estas porosidades. Los huecos son con frecuencia espacios que
quedan entre las partículas sedimentarias, pero también son comunes las diaclasas, las fallas, las
cavidades formadas por disolución de la roca soluble, como la caliza, y las vesículas.

Las variaciones de porosidad pueden ser grandes. El espacio poroso depende del tamaño y la forma de
los granos, de cómo están empaquetados, del grado de selección y, en las rocas sedimentarias, de la
cantidad de material cementante. Por ejemplo, la arcilla puede tener una porosidad de hasta un 50%,
mientras que algunas gravas pueden tener sólo un 20% de huecos. Cuando se mezclan sedimentos de
distintos tamaños, la porosidad se reduce, ya que las partículas más finas tienden a ocupar las espacios
entre los granos más grandes. La mayoría de las rocas ígneas y metamórficas, así como algunas rocas
sedimentarias, están compuestas por cristales muy unidos, de manera que los huecos entre los granos
pueden ser despreciables. En estas rocas, las fracturas proporcionan la porosidad.

b) Permeabilidad

La permeabilidad de un material es la capacidad de transmitir un fluido. La porosidad del material no


es suficiente para permitir el movimiento de fluidos, ya que es solo su capacidad de almacenarlos. Para
que se puedan transmitir los fluidos los poros deben estar conectados entre sí para permitir el flujo.

La porosidad eficaz indica cuánta agua es realmente asequible para su uso, mientras que la retención
específica indica cuánta agua permanece unida al material. Por ejemplo, la capacidad de la arcilla para
almacenar agua es grande debido a su gran porosidad. pero sus espacios porosos son tan pequeños que
el agua es incapaz de moverse a través de ellos. Por tanto, la porosidad de la arcilla es grande, pero,
debido a su baja permeabilidad, la arcilla tiene un rendimiento específico muy bajo.

Los estratos impermeables que obstaculizan o impiden el movimiento del agua se denominan
acuicludos. Por otro lado, las partículas más grandes, como la arena o la grava, tienen espacios porosos
mayores, Por consiguiente, el agua se mueve con relativa facilidad. Los estratos de roca o sedimentos
permeables que transmiten libremente el agua subterránea se denominan acuíferos.

4. Relación entre fluidos con las zonas de fallas y rocas de caja

Estudios han reconocido un vínculo entre la distribución espacial de arcos magmáticos y la zona de
falla dúctil y/o frágil en la corteza. Sin embargo, la naturaleza de esta relación, en lo que se refiere a la
correcta determinación de causas y efectos ha sido difícil de solucionar. Esto se debe a
que existen ejemplos claros donde el emplazamiento y ascenso de fluidos está efectivamente asociado a
sistemas de fallas y otros donde aparentemente la localización del magmatismo no estaría vinculada a
la presencia de sistemas estructurales.

Desde un punto de vista geotérmico, comprender esta relación entre sistemas estructurales y cuerpos
magmáticos es fundamental pues las fracturas o redes interconectadas de fracturas que favorecen el
ascenso de magmas, en zonas más superficiales de la corteza pueden actuar facilitando el transporte de
fluidos hidrotermales. Los fenómenos físicos y químicos que los fluidos experimentan durante su
transporte idealmente deberían concordar con los modelos de mecánica de fluidos termales donde la
formación de un vórtice puede dar origen a una celda convectiva o pluma de material ascendente.
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Debido a que en la naturaleza se presentan generalmente flujos de régimen turbulento y sistemas


convectivos anidados, es inevitable que se produzcan, a distintos niveles, reorganizaciones
impredecibles de los fluidos.

Este modelo de ascenso de magmas y fluidos hidrotermales son una alternativa al ascenso de estos
fluidos de forma diapírico (a través de intrusiones plutónicas masivas) y en este modelo, la
sobrepresión magmática o un esfuerzo desviatórico crítico son responsables de la generación de una red
de estructuras interconectadas a través de las cuales ocurre con gran eficiencia el ascenso de magma o
fluidos.

Numerosos factores influencian este sistema, los parámetros principales se pueden agrupar
en las propiedades físicas y químicas del material ascendente, como su viscosidad y cantidad de
volátiles, las propiedades de las rocas afectadas por el fracturamiento y deformación, su resistencia la
deformación dúctil y/o frágil, planos de debilidad preexistentes. Por último, son las características del
sistema en conjunto como el tipo de régimen tectónico presente o la diferencia de temperatura ente los
fluidos migrantes y el macizo rocoso. Para abordar esta relación, los autores mencionados analizan la
geometría y fábrica magnética de plutones emplazados en fallas, el control estructural de cuerpos
mineralizados, así como la geometría y cinemática de las estructuras involucradas en su emplazamiento
y/o ascenso.

4.1 Deformación frágil y transporte de fluidos en la corteza

El calor interno de la tierra y la energía solar constituyen dos de los más importantes agentes
geológicos en la corteza superior, estos agentes producen la movilización de enormes volúmenes de
agua y otros fluidos. Desde hace más de una década se ha documentado el hecho de que ambos agentes
son capaces de transportar fluidos a escalas de distancia prácticamente continentales. La actividad
tectónica y magmática en el margen occidental de Sudamérica ha provisto un escenario donde esta
dinámica de transporte de fluidos se desarrolla extensamente y las interacciones físicas y químicas que
ocurren entre rocas y fluidos dejan evidencia de la alteración química y depósitos de minerales a
distintas escalas y están ligados a elementos estructurales de las zonas de fallas.

La migración de los fluidos se debe a una gran cantidad de mecanismos y variables. Por ejemplo, una
fractura puede causar la migración instantánea de grandes volúmenes de fluidos a presión. Los
elementos estructurales y la permeabilidad de los estratos de rocas proveen medios de transporte para
los fluidos. Debido a que los arcos magmáticos se asocian a una deformación frágil y dúctil, por lo que
son comunes las rocas de tipo toba, brecha y otras rocas volcánicas permeables, generalmente los dos
factores combinados en distintas maneras coexisten en la mayoría de los campos geotermales. Por lo
que se puede afirmar que todo sistema geotermal es diferente.

Para entender la dinámica de la interacción de los distintos elementos se debe analizar:

• La evolución temporal de la resistencia y permeabilidad de rocas sometidas a hidrotermalismo


en zonas de falla.
• Los mecanismos de transporte de fluidos.
• El transporte y naturaleza de fluidos propios de un ambiente tectónico compresional.
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4.1.1 La evolución temporal de la resistencia y permeabilidad de rocas sometidas a


hidrotermalismo en zonas de falla.

Los fluidos hidrotermales pueden modificar drásticamente la resistencia y comportamiento de las rocas
presentes en una zona de falla. Esto se debe a las reacciones del fluido con el macizo rocoso, estos son
procesos complejos que afectan a la roca a escala microscópica a mineralógicas y aumento de la
densidad de la salvanda, el cual puede sanar y sellar una zona fracturada, recuperando gran porcentaje
de su resistencia original, esto a su vez puede llevar a desencadenar cambios en el estado de stress
efectivo de un sistema.

El enfoque experimental con que se ha abordado este problema ha dado origen los experimentos
llamados “slide-hold-slide” donde una salvanda de falla generada artificialmente es sometida a
hidrotermalismo durante el periodo de “hold”. Estos estudios muestran que los minerales que precipitan
alrededor de granos, o en grietas, venas e intersticios, modifican la competencia del sistema,
aumentando el coeficiente de roce estático, conforme aumenta en el área de contacto y cambiando la
rugosidad de la superficie de los bloques adyacentes al plano de fracturamiento. La consecuencia de
estos procesos es que hay un incremento en la resistencia al cizalle proporcional al tiempo que se
permite a la zona de falla sanar.

El aumento en la resistencia de una zona de fractura producto de procesos hidrotermales puede ocurrir
durante el periodo inter-sísmico y, dado que se han observado diversos ejemplos de este tipo de
procesos, se lo ha denominado sanación de la estructura (“fault healing”). En este proceso se observa
un aumento general en la velocidad de las ondas en el plano de falla hidrotermalmente sellado y
heterogeneidad en las velocidades de ondas de cizalle.

Sin embargo, procesos similares pueden llegar a desencadenar fracturas de tipo frágil debido al
incremento de presión hidrostática, por lo tanto, es complejo realizar predicciones acerca de la
evolución de una zona de falla sometida a hidrotermalismo. Con respecto a la evolución temporal de la
permeabilidad y porosidad de las estructuras, algunos estudios afirman que después de la reacción
hidrotermal la permeabilidad de la roca disminuye rápidamente hasta cerca de la mitad, después de 12
horas de la reacción, con respecto a la permeabilidad de la zona fracturada fresca.

4.1.2 Mecanismos propuestos para el transporte de fluidos en la corteza.

Según Sibson (1990) existirían dos mecanismos principales que llevan a la formación de
mineralización hidrotermal: la bomba de succión (suction-pump) y la válvula activada (fluid-activated
valve). Estas ocurren debido a que mientras en un ambiente epitermal somero se caracteriza de tener
una presión hidrostática en sus fluidos; los sectores profundos mesotermales los fluidos tienen una
presión litostática. Entre los dos ambientes hay una zona transicional en la cual los fluidos tienen una
presión que se denomina suprahidrostática. Los yacimientos auríferos, los epitermales formados a
profundidades de alrededor de 1 km o menos se han generado en condiciones hidrostáticas. Los
yacimientos auríferos mesotermales se forman en zonas de cizalla con régimen dúctil-frágil, donde la
presión va desde suprahidrostática a litostática. Esto se debe a que la mineralización ocurre en sistemas
de falla activos y la capacidad de ruptura de un sismo induce abruptamente el movimiento de fluido de
falla, por lo tanto, la precipitación de minerales en zonas favorables, donde se crean abruptas caídas de
presión.
13

a) Mecanismo de bomba de succión

Producto de la reducción instantánea y sustancial de la presión en ciertos sitios estructurales (codos


dilatacionales en zonas de relevo) ocurre un flujo hacia el interior del codo. Este mecanismo opera
cuando un evento sísmico gatilla el deslizamiento en una de las fallas maestras del sistema. En las
zonas de relevo que enfrentan el esfuerzo principal mínimo se abren de manera repentina lo cual
produce una reducción brusca de presión en su interior y se induce la succión de fluidos hacia su
interior. Se han encontrado numerosas evidencias de terreno actuales y pasadas de este fenómeno en
zonas de relevo (step-overs) en fallas de rumbo donde ocurre brechización local por implosión
hidráulica. En sistemas geotermales, el descenso de la presión puede provocar ebullición, separación de
fases, explosiones hidrotermales y precipitación de minerales. Aun así, no debe descartarse el hecho
estas redes de fracturas interconectadas también pueden ser autogeneradas por el aumento en la presión
de fluidos según el esfuerzo desviatórico local.

Fig. 2. Representación esquemática de un codo dilatacional idealizado como una fractura de extensión
que liga fallas maestras sinestrales. La propagación de la ruptura ocurre de derecha a izquierda. Al
interior del codo y la zona adyacente se desarrollan diferenciales de presión y fluidos que permiten
transferencia rápida de desplazamiento lo cual puede generar brechización por implosión hidráulica de
la roca caja y flujo hacia el interior del codo. En codos dilatacionales de gran envergadura (mayor a 1
km), los procesos descritos pueden terminar en una detención estructural retardando la transferencia de
desplazamiento entre fallas maestras. Modificado de Sibson, 1990.
14

b) Mecanismo de válvula de falla

Las regiones de la corteza donde los fluidos se encuentran a una presión similar a la litostática se
denominan sobrepresurizadas, ya que generalmente la presión hidrostática es menor a la litostática.
Cuando una falla conecta esta región con otra donde la presión es aproximadamente hidrostática,
grandes volúmenes de fluidos pueden migrar hacia esta zona a través de lo que se ha denominado una
válvula de falla. Si un sitio estructural se encuentra sometido a grandes presiones de fluidos,
usualmente asociado a fallas inversas de alto ángulo, el mecanismo puede operar sucesivamente. El
mecanismo nuevamente puede tratarse bien de un evento sísmico que corta el horizonte impermeable o
un aumento de la presión de fluidos que provoca un descenso en los esfuerzos efectivos. Este
mecanismo es particularmente común en regímenes de deformación compresional o extensional.
15

Fig. 3 Mecanismo de válvula de falla: (a) Situación pre-fallamiento, con presión hidrostática sobre la
barrera impermeable y aproximadamente litostática bajo la barrera. (b) Tras la ruptura de la barrera
ocurre el transporte de fluidos y compensación de las presiones. (c) Esquema teórico de la geometría de
una red de fracturas y venas resultante de un mecanismo de válvula en un sistema de deformación
compresional. (Modificado de Sibson, 1990).

4.1.3. El transporte y naturaleza de fluidos propios de un ambiente tectónico compresional con


arco magmático

Los arcos magmáticos son dominios tectónicos que abarcan cientos de kilómetros de largo y decenas
de kilómetros de ancho y profundidad, comprender la tectónica predominante al interior de estos
dominios es fundamental para establecer los mecanismos de transporte de fluidos que operan en ellos y
así identificar patrones geométricos y localización esperada de sistemas hidrotermales actuales o
fósiles.

Debido a la naturaleza generalmente transpresiva o transtensiva de los arcos magmáticos y a que


durante su evolución acomodan en distintos periodos deformación compresional, extensional y de
rumbo, es común observar en ellos zonas de fallas regionales muy complejas que pueden presentar
bandas de deformación dúctil temprana sobreimpresas por fallas frágiles. De esto se
desprende que la deformación opera durante el ascenso y emplazamiento de magmas y también
durante su enfriamiento y exhumación. También es común observar numerosas estructuras subsidiarias
asociadas a las fallas maestras tal como se observa en experimentos de modelación analógica. La
ocurrencia y distribución de estas estructuras puede jugar un papel fundamental en el emplazamiento y
transporte de fluidos hacia niveles superficiales de la corteza en relación a los mecanismos de
transporte de fluidos anteriormente descritos.

4.2. Propiedades físicas de las rocas permeables

Para que los fluidos puedan ascender a través de la corteza es necesario que circulen por formaciones
rocosas que permitan su paso, es decir, que estas sean permeables. Hidrogeológicamente, a las rocas
que permiten el paso de fluidos acuosos se les denomina acuíferos, que pueden considerarse como
formaciones geológicas subterráneas permeables, susceptibles de almacenar y transmitir agua.

Las rocas que han sido fracturadas desarrollan una permeabilidad secundaria en sus planos de falla,
donde el material se tritura por lo que aumenta considerablemente su permeabilidad. La deformación
frágil ocurre generalmente a profundidades superiores a los 12 km, dependiendo del gradiente
geotérmico local, de la presión y de la composición mineralógica de las rocas a las que afecta.

A esta profundidad se alcanza el régimen de transición frágil-dúctil, que marca el límite hasta donde
pueden circular fluidos de origen meteórico. Esta transición no debe entenderse como un cambio
reológico simple que ocurre a una temperatura o presión definidas dada una composición mineralógica,
sino más bien como el resultado de una serie de cambios microestructurales donde también influyen la
presión de poro y propiedades cuasi dúctiles del material.
16

Fig. 4 Distribución vertical de los distintos tipos de deformación (frágil-plástica) y sus productos
geológicos (fallas, rocas cataclásticas, rocas miloníticas) en función de la profundidad en la corteza
terrestre. Modificado de Paschier y Trouw (1996). La escala vertical depende del gradiente geotermal y
de la composición mineralógica marcada por el comienzo de la plasticidad del cuarzo al inicio de la
facies de esquistos verdes (~250°C).

4.3. Influencia de fluidos magmáticos en fallas

En el ascenso de los fluidos magmáticos en la corteza el magma se filtrará por donde la roca de caja le
ocasione la menor resistencia. Generalmente el magma asciende en forma de un plutón masivo, desde
esta cámara magmática los fluidos tenderán a filtrarse por las fallas en la roca de caja producto de la
presión. Estas fallas por donde se filtra el magma comienzan a actuar como un medio de transito de
magmas que seguirán filtrándose si la falla en cuestión está conectada a más fallas, por ejemplo, en una
zona de fallas. El magma va fundiendo parcialmente la roca de caja expuesta en la fractura, esto da
como resultado que la falla se vaya agrandando.

Los magmas que se infiltran en las fracturas suben la temperatura de la roca de caja circundante, esto
puede llegar a cambiar sus propiedades reológicas como aumentando su ductilidad. Esta roca sería más
propensa a sufrir deformaciones plásticas.

5. Fluidos y su influencia en los procesos mineralizadores

5.1. Origen de fluidos hidrotermales

En la mayoría de los depósitos de origen hidrotermal los fluidos hidrotermales participantes son
mayoritariamente de origen magmático, y además son los que contienen metales a ser depositados
según las condiciones termodinámicas de éste.
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La solubilidad de agua en un magma es directamente proporcional a la presión e inversamente


proporcional a la temperatura, donde la variable presión es más importante. La solubilidad de agua en
un magma no cristalizado crece con el descenso de temperatura y decrece fuertemente con el descenso
de presión. Por otra parte, magmas máficos poseen menor solubilidad de agua que magmas félsicos, a
una misma presión. La pérdida de solubilidad de un magma y la consecuente partición de una fase agua
desde la fase magmática es denominada "primera ebullición", fenómeno gradual y de poco impacto.

Otro proceso de partición de agua más efectivo que la pérdida de solubilidad, es la denominada
“segunda ebullición", la cual ocurre durante la cristalización de un magma producto de exsolución de
agua. Este proceso será más rápido y violento a mayor velocidad de cristalización. La fase hidrotermal
particionada comprenderá una fase vapor y una fase de hidro-salmuera salina, con altos contenidos de
Na y Cl. Bajo condiciones normales de cristalización, metales como el Cu, Zn, Pb, Au, Ag, etc. son
incorporados a la fase cristalina como trazas en minerales formadores de roca. Sólo la separación
masiva y violenta de la fase hidrotermal es capaz de secuestrar metales antes de que entren a formar
parte de minerales formadores de roca. Esto implica que mientras menos cristalizado este un magma
antes de que comience cristalización masiva y rápida, mejor probabilidad de extraer altos contenidos de
metales.

La convergencia de parámetros geológicos, tectónicos y termodinámicos durante el emplazamiento de


magmas será de gran relevancia en la optimización de procesos hidrotermales capaces de secuestrar
metales desde un magma. Presión, temperatura, velocidad y tipo de emplazamiento, velocidad de
cristalización, porcentaje de cristalización, tipo de volcanismo asociado, entre otros, serán factores
incidentes sobre la optimización de segunda ebullición en un magma.

5.2. Alteración Hidrotermal

Se entiende como proceso de alteración hidrotermal al intercambio químico ocurrido durante una
interacción fluido hidrotermal-roca. Esta interacción conlleva cambios químicos y mineralógicos en la
roca afectada producto de desequilibrio termodinámico entre ambas fases. En estricto rigor, una
alteración hidrotermal puede ser considerada como un proceso de metasomatismo, dándose
transformación química y mineralógica de la roca original en un sistema termodinámico abierto.
La alteración hidrotermal es el producto de un proceso, donde las características mineralógicas,
químicas y morfológicas de esta entregan información acerca de las condiciones termodinámicas del
fluido hidrotermal que las generó. En la naturaleza se reconocen variados tipos de alteración
hidrotermal, caracterizados por asociaciones de minerales específicos. Los distintos tipos de alteración
e intensidad son dependientes de factores tales como composición del fluido hidrotermal, composición
de la roca huésped, temperatura, pH, razón agua/roca y tiempo de interacción, entre otros.

5.3. Participación de aguas subterráneas en los diferentes procesos de formación de yacimientos

La distribución y ocurrencia de los acuíferos son afectadas por las ocurrencias de fallas, donde puede
ser desplazado, truncado u omitido localmente debido a las fallas. Las fallas pueden crear una filtración
de las aguas subterráneas y la formación de canales a lo largo de la falla que puede actuar como una
barrera y canal de los fluidos. Las fallas también crean zonas de flujo por las zonas de porosidad de las
rocas cercanas a las fallas. En algunas fallas, cuando ocurre una silificación esta puede actuar como
barrera de flujo.
18

La acción de la meteorización y circulación de aguas subterráneas puede dar origen a depósitos


residuales mediante la lixiviación de ciertos componentes de las rocas o minerales y dejando un residuo
de interés económico. Para que se formen este tipo de depósitos se requiere que exista una intensa
meteorización química, tal como ocurre en climas tropicales con altas tasas de precipitaciones. En
zonas tropicales, muchas rocas se meteorizan originando suelos de los cuales todos los materiales
solubles han sido disueltos y este tipo de suelos se denominan lateritas. Los hidróxidos de hierro y
aluminio son algunas de las sustancias naturales más insolubles y las lateritas están constituidas
principalmente por estos compuestos, los que si están mezclados no tienen valor. Sin
embargo, si las lateritas tienen un solo metal concentrado, como el aluminio, pueden
constituir depósitos económicos, excepto en las lateritas de Fe que son muy pobres como
para ser de interés económico.

Los procesos supergenos se desarrollan en periodos discretos de tiempo. Los procesos de oxidación,
lixiviación y redepositación de minerales supergenos se inicia una vez que los depósitos hidrotermales
primarios son exhumados hasta la zona localizada por encima del nivel de aguas subterráneas y
finalizan una vez que se forma una nueva asociación mineralógica en la zona oxidada estable en estas
condiciones. Sin embargo, las variaciones del nivel de aguas subterráneas y la subsecuente erosión
pueden reactivarlos.
19

6. Conclusiones

Al término de este informe concluimos que los fluidos son un factor relevante en el proceso de
formación de yacimientos minerales ya que a través de los diferentes intercambios químicos que se
realizan entre las aguas y las rocas se van generando alteraciones que presentan condiciones
termodinámicas distintas, las cuales conforman los depósitos metálicos. Por otra parte a nivel
estructural las fallas son estructuras que permiten conducir los fluidos para que puedan penetrar de
forma eficiente en las rocas, lo que produce un desplazamiento en el caso de las aguas subterráneas que
tiene como consecuencia la existencia de los acuíferos. Además estas fracturas sirven como recipientes
para el relleno de minerales como consecuencia del ascenso de los fluidos hidrotermales.

Siguiendo la misma línea las zonas de fallas exhumadas entregan importante evidencia de los procesos
de migración de fluidos en todos los niveles de la corteza En particular, documentan la precipitación de
mineralización epitermal relacionada a fallas de rumbo y mesotermal asociada a fallamiento inverso
constituyendo un fenómeno bien establecido teóricamente pero insuficientemente documentado en el
terreno.

Otro punto a considerar es el fallamiento de la corteza superior va acompañado de ciclos de fluctuación


de la presión de fluido que deriva en la precipitación de minerales que sellan fracturas y fallas. Estos
minerales algunas veces atrapan fluidos hidrotermales como inclusiones fluidas; por lo tanto, entregan
una valiosa información acerca de la temperatura, presión y composición de los fluidos hidrotermales
que originaron la depositación mineral. Este tipo de análisis, unido al estudio estructural y
microestructural entrega indicios de la acción de mecanismos de precipitación e interacción dinámica-
química.

Por último, los fluidos son importantes factores en la geología estructural de la corteza. Ya que, los
fluidos afectan las propiedades de la roca expuesta y circundante a una falla, lo que provoca que tengan
distintos comportamientos en respuesta a los distintos regímenes de esfuerzo a los que está sometido la
roca. Por lo que la roca tendrá características de mayor fragilidad o ductilidad dependiendo del fluido y
la roca de caja.
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