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Segunda Unidad
Segunda Unidad
2.000.
2.1 INTRODUCCIÓN.
Acceso a la justicia
Derecho de Menores
Sistema penal
Se informa que la reforma al proceso penal es el primer paso hacia un cambio del
sistema penal en su conjunto, lo cual debe producirse a través de dos mecanismos principales.
Con un rol específico como órgano acusador, el cual debe asumir la función de
ordenar la utilización de los recursos represivos conforme a criterios generales, conocidos y
legitimados por medio de la discusión pública y frente a órganos representativos de la
comunidad.
Se aspira, además, que el eje del procedimiento propuesto está constituido por la
garantía del juicio previo, es decir, el derecho de todo ciudadano, a quien se le imputa un
delito, para exigir la realización de un juicio público, ante un tribunal imparcial que juzgue, por
medio de una sentencia, si concurren o no los presupuestos para la aplicación de una pena o
una medida de seguridad.
Como elemento integrante de esta garantía básica se consagra el sistema oral. A partir
de la constatación de que este método sencillo y directo de comunicación, se llega a la
conclusión de que es el único que permite asegurar que el conjunto de actos que constituyen
el juicio se realicen de manera pública, concentrada, con la presencia permanente de todos
los intervinientes y sin admitir la posibilidad de mediaciones o delegaciones, que tantos
problemas y distorsiones han causado en el sistema inquisitivo. Pero además de constituir una
garantía, el juicio público y su realización por el método oral, es el mecanismo indispensable
para que la administración de justicia cumpla con las demás funciones que la sociedad le
encomienda. Una de ellas es la de resolver los conflictos, en este caso penal, de un modo que
sea percibido como legítimo por la sociedad. Esta función no puede ser cumplida si los actos
constitutivos del procedimiento no resultan comprensibles en una sociedad organizada.
a.- Se propone dar plena aplicación a la presunción de inocencia afirmando que quién
es objeto de un procedimiento criminal en calidad de imputado no debe sufrir ningún
detrimento, respecto del goce y ejercicio de todos sus derechos individuales, en tanto éstos no
se vean afectados por la imposición de una pena. No obstante, a partir del reconocimiento de
la necesidad de proteger los objetivos del procedimiento respecto de actuaciones del
imputado que pudieren afectarlo, se autoriza al juez para adoptar un conjunto de medidas
específicas y debidamente fundadas que restrinjan los derechos del imputado, cuando
aparezcan indispensables para garantizar su comparecencia futura a los actos del
procedimiento o al cumplimiento de la pena; para proteger el desarrollo de la investigación;
para asegurar los resultados pecuniarios del juicio o para amparar a las víctimas.
b.- El proyecto establece, además, un conjunto de controles respecto de las medidas
cautelares que implican formas de privación de libertad, buscando racionalizar y limitar al
máximo su utilización. Además se han establecido límites a la aplicación de la prisión
preventiva, destinados a mantener un criterio de proporcionalidad, en especial en aquellos
que puedan ser favorecidos con algunas de las penas alternativas contempladas en la Ley Nº
18.216.
Por otro lado, se han creado un grupo de medidas cautelares personales menos
intensas que la prisión preventiva y que el juez debe utilizar con preferencia cuando resulten
adecuadas para asegurar los objetivos del procedimiento.
El principal procedimiento penal del nuevo código es el ordinario el cual consta de tres
etapas o fases claramente diferenciadas. La investigación, la preparación del juicio oral y el
juicio oral.
1º.- Etapa:
La investigación.
Esta fase está entregada de manera principal al Ministerio Público, cuando se refiere a la
indagación de delitos y en cuanto deba ejercitar la acción penal pública y que es el organismo
establecido por la Constitución Política y la Ley Orgánica Constitucional del Ministerio Público
N ° 19.640 (D.O. de 15 de octubre de 1999), estatutos que le entregan, en resumen, a dicho
organismo, la tarea de dirigir en forma exclusiva la investigación de los hechos constitutivos de
delito y de ejercer en su caso, la acción penal pública. Asume también, dicho organismo, el
control de la policía en la investigación: En lo jurisdiccional, para vigilar la actividad represiva
del Estado se establece el JUEZ DE GARANTIA a quien se le entrega la competencia para
conocer las gestiones a que da lugar el respectivo procedimiento; para pronunciarse sobre las
autorizaciones judiciales previas que solicitare el Fiscal para realizar actuaciones que privaren,
restringieren o perturbaren el ejercicio de derechos asegurados por la Constitución.
2º Etapa:
1) Solo se llega a esta fase si hay acusación, cuyo contenido se expresa en el artículo 259.
Ocurrido tal hecho el Juez de Garantía cita a una audiencia de preparación del juicio.
2.- Luego de los traslados respectivos se desarrolla la audiencia, también cumpliendo con los
principios de la oralidad y de la inmediación. En ella se resuelven varias cuestiones:
f) convenciones probatorias.
g) exclusión de pruebas.
h) prueba anticipada.
JUICIO ORAL.
El Código Procesal Penal inicia el Libro I con sus disposiciones generales, que vienen en
constituir las reglas comunes del procedimiento penal y aplicable, por ende, a todo otro
procedimiento especial. En su título I se reglamentan los principios básicos que son todos
aquellos derechos y garantías recogidos, tanto en nuestras propias normas constitucionales,
como en tratados internacionales celebrados y ratificados por Chile relativos a derechos
humanos.
Son:
Asegura dicho principio que ninguna persona podrá ser condenada o penada ni
sometida a una de las medidas de seguridad establecidas en el Código, sino en virtud de una
sentencia fundada. Para la legitimidad de esta resolución, el artículo 1° asegura que esta
sentencia solo debe emanar de un tribunal competente e imparcial y lo será, cuando a su
respecto no concurran causales de implicancia o recusación. El Código Orgánico de Tribunales,
en los artículos 195 y 196, se señalan las inhabilidades generales, pero agrega, en materia
criminal, algunas específicas para los jueces del sistema penal, agregando tres especiales
causales de implicancia en el artículo 195, relacionadas con su participación anterior en el
juicio. Se asegura, además, el derecho de toda persona a un juicio oral y público, siendo de
cargo y de manera exclusiva la investigación del ministerio público, según lo impone el artículo
3 ° del mismo Código.
B.- Principios del nom bis in idem o única persecución.
Dicha garantía procesal se contiene en el inciso segundo del artículo 1º y por la cual se
asegura que toda persona condenada, absuelta o sobreseída definitivamente por sentencia
ejecutoriada, no podrá ser sometida a un nuevo procedimiento penal por el mismo hecho.
Garantía que también se extiende a las sentencias extranjeras (artículo 13) norma que
dispone que tendrán valor en Chile las sentencias penales extranjeras. En consecuencia, se
dispone que nadie podrá ser juzgado ni sancionado por un delito por el cual hubiere sido ya
condenado o absuelto por una sentencia firme de acuerdo a la ley y al procedimiento de un
país extranjero, a menos que el juzgamiento en dicho país hubiere obedecido al propósito de
sustraer al individuo de su responsabilidad penal por delitos de competencia de los tribunales
nacionales o, cuando el imputado lo solicitare expresamente, si el proceso respectivo no
hubiere sido instruido de conformidad con las garantías de un debido proceso o lo hubiere sido
en términos que revelaren falta de intención de juzgarle seriamente.
Este principio, desde luego, se encuentra establecido en el inciso quinto del N ° 3 del
artículo 19 de nuestra Constitución, cuando asegura que nadie podrá ser juzgado por
comisiones especiales, sino por el tribunal que señalare la ley y que se hallare establecido por
ésta con anterioridad a la perpetración del hecho. Esta norma se repite en el artículo 2 ° del
Código Procesal Penal, estatuyendo que nadie podrá ser juzgado por comisiones especiales,
sino por el tribunal que señalare la ley y que se hallare establecido por ésta con anterioridad a
la perpetración del hecho. Para el cumplimiento de este principio se requiere:
1.- que tribunal esté establecido por la ley
a) Las normas que restringen la libertad o derechos del imputado o el ejercicio de sus
facultades serán interpretadas restrictivamente y no se podrán aplicar por analogía; (artículo
5º inciso 2º)
b) Que toda actuación procesal que privare al imputado o a un tercero del ejercicio de
los derechos que la Constitución asegura, o la restringiere o perturbare, requerirá de
autorización judicial previa. En este caso, el Fiscal deberá solicitar autorización al Juez de
Garantía. Sin embargo, con una modificación posterior al artículo 9 ° del Código por la ley
20.074 de 2005, dicha garantía fue restringida de manera excepcional, señalando el artículo
aludido en su inciso final: “Tratándose de casos urgentes, en que la inmediata autorización u
orden judicial sea indispensable para el éxito de la diligencia, podrá ser solicitada y otorgada
por cualquier medio idóneo al efecto, tales como teléfono, fax, correo electrónico u otro, sin
perjuicio de la constancia posterior, en el registro correspondiente. No obstante lo anterior, en
caso de una detención se deberá entregar por el funcionario policial que la practique una
constancia de aquélla, con indicación del tribunal que lo expidió, del delito que le sirve de
fundamento y de la hora en que se emitió.”
F. Derecho de defensa.
Primera actuación:
Que se le exige tanto a la fiscalía como al tribunal: El primero para velar por la
protección y el segundo, para garantizar, conforme a la ley, la vigencia de sus derechos
durante el procedimiento.
Se exige también un buen trato de la policía y otros auxiliares. Además, es deber del
fiscal del caso, promover durante el curso del procedimiento acuerdos patrimoniales, medidas
cautelares u otros mecanismos que faciliten la reparación del daño causado a la víctima. Este
deber, dice el artículo 6 ° del Código, no importará el ejercicio de las acciones civiles que
pudieren corresponderle a la víctima.
2.2.2 ACTIVIDAD PROCESAL.
Se refieren dichas normas a los plazos, las comunicaciones que se deben practicar
entre sí las autoridades y el Ministerio Público, las notificaciones y citaciones judiciales, el
registro de las actuaciones, y el pago de las costas y las resoluciones judiciales.
Sin perjuicio de lo anterior, el Código Procesal Penal considera una norma supletoria
en materia criminal, contenida en el artículo 52, en la que expresa que serán aplicables al
procedimiento penal, en cuanto no se opusieren a lo estatuido en este código o en leyes
especiales, las normas comunes a todo procedimiento contempladas en el Libro I del Código
de Procedimiento Civil. Esta supletoriedad es bastante difícil de aplicar si se considera la
materialidad de ambos procesos, uno escrito y solemne, basado en el desarrollo de un
expediente foliado, contra otro de carácter oral y cuyo desarrollo se practica sobre la base de
registro.
I.- PLAZOS.
Regla general para las actuaciones del procedimiento penal: todos los días y horas
serán hábiles para las actuaciones del procedimiento penal. Se repite la norma del antiguo
código en el art. 44.
Excepción:
Características plazos: En general los términos son de días corridos, por lo tanto,
continuos; fatales e improrrogables cuando son establecidos en el Código, como lo dispone el
artículo 16.
Las comunicaciones:
Son requerimientos decretados por el Ministerio Público y el Tribunal, respecto de
cualquier autoridad u órgano del Estado. Esta materia se regla en los artículos 19 a 33 del
Código, se disponen de distintas maneras, tanto respecto de autoridades y órganos del Estado
y que resultan obligatorias para éstos debiendo evacuar las diligencias sin demora, tratándose
de documentos o información reservada o secreta, igual se cumple la orden salvo que se
oponga la autoridad produciéndose un procedimiento especial para obtener la autorización
pertinente a través del Fiscal Regional que requiere para estos efectos a la Corte de
Apelaciones respectiva. En cuanto a las notificaciones y citaciones judiciales estas son
actuaciones judiciales por las cuales se ponen en conocimiento de las resoluciones judiciales al
Ministerio Público y a otros intervinientes del proceso.
En el Código no hay una regla general en cuanto a las notificaciones judiciales, como
ocurre en el procedimiento civil -estado diario-, al contrario, se privilegia mayormente la
notificación personal- y queda de manera subsidiaria la notificación por el estado diario o
cualquier otra forma de notificación, si resultare suficientemente eficaz y no causaren
indefensión.
De manera subsidiaria, se podrán proponer otras formas de notificación (art. 31) En cuanto a
las citaciones judiciales el llamamiento que hace la ley a una persona para comparecer a una
actuación judicial. El imputado, también se encuentra obligado a concurrir al tribunal cada vez
que sea citado.
Son aquellas actuaciones del tribunal por la cuales provee la tramitación de la causa,
decide incidentes y finalmente resuelve el conflicto penal. En general, se aplica la clasificación
clásica de resoluciones judiciales del artículo 158 del Código de Procedimiento Civil, que
distingue entre decretos, autos, sentencias interlocutorias y sentencias definitivas. Se enfatiza
eso si, en el código de manera especial, el poder de imperio que le asiste a los jueces del
proceso penal.
a) Eficacia.
El artículo 34 del código enfatiza este poder coercitivo al facultar que podrá disponer el
tribunal directamente, la intervención de la fuerza pública y ordenar todas las medidas
necesarias para el cumplimiento de las actuaciones que ordenare y la ejecución de las
resoluciones que dictare, con lo cual se expresa el poder de imperio que tienen los jueces en el
ejercicio de la jurisdicción conforme lo dispone el artículo 76 de la Constitución Política y el
artículo 11 del C.O.T.
1º.- Fundamentación.
Se obliga por la ley al tribunal a fundamentar sus resoluciones, salvo aquellas que
fueren de mero trámite.
El requisito sólo se cumple:
Deberán ser suscritas por el juez o por todos los miembros del tribunal que las dictare.
Excepciones: art. 37
A) El Registro judicial.-
Los artículos 39 y siguientes del Código reglamentan la forma del registro y su valor.
Contenido del registro: El artículo 41 del Código entrega varías formas de registro que
pueden utilizarse para dejar constancia de lo actuado en los procedimientos penales de juicio
oral, ya que indica que podrá utilizarse cualquier medio, siempre que asegure la fidelidad de lo
actuado en las audiencias. Entrega como ejemplos el audio digital, el video u otro soporte
tecnológico equivalente.-
a) integridad: el mismo artículo 41 señala que las audiencias ante los jueces con
competencia en materia penal se registrarán en forma íntegra. Ya el artículo 39 obliga a que
las sentencias y demás resoluciones que pronunciare el tribunal sean registradas en su
integridad.
El inciso primero del artículo 39 dispone que los tribunales que deben operar a través
de registro, son: el juez de garantía, el tribunal de juicio oral en lo penal, las Cortes de
Apelaciones y la Corte Suprema.
El registro deberá ser de tal fidelidad que debe demostrar los siguientes aspectos:
Este valor es sin perjuicio de la prueba que se pueda rendir para justificar la existencia
de la causal invocada, respecto de sus circunstancias, en el recurso de nulidad. (art. 359)
Regla general:
1) es público, para los intervinientes, ya que la ley dispone que éstos siempre tendrán
acceso al contenido de los registros
2) Respecto de terceros, podrán también consultarlos cuando dieren cuenta de
actuaciones que fueren públicas de acuerdo con la ley, a menos que, durante la investigación o
la tramitación de la causa, el tribunal restringiere el acceso para evitar que se afecte su normal
sustanciación o el principio de inocencia.
Aparte de la necesidad de un registro fiel y técnico que deben usar los tribunales en el
proceso penal, el código también se preocupa de los registros propios de la investigación a
cargo del ministerio público y la policía, lo cual se contiene en los artículos 227 y 228 del
Código.
1.- Registro de las actuaciones del ministerio público. La ley dispone que dicho organismo
también debe registrar sus actuaciones cuando ejerce su función persecutora, señalando que
los fiscales deberán dejar constancia de las actuaciones que realizare, tan pronto tuvieren
lugar. Para tal efecto, deberán utilizar asimismo, cualquier medio que permitiere garantizar la
fidelidad e integridad de la información, así como el acceso a la misma de aquellas personas
que, de acuerdo a la ley, tuvieren derecho a exigirlo.
2.- Registro de las actuaciones policiales. Al igual que al ministerio público, el artículo 228 del
código dispone que la policía levantará un registro, en el que dejará constancia inmediata de
las diligencias practicadas, con expresión del día, hora y lugar en que se hubieren realizado y
de cualquier circunstancia que pudiere resultar de utilidad para la investigación. Se deberá
dejar constancia en el registro aludido de las instrucciones recibidas del fiscal y del juez.
Formalidades: La ley dispone que ese registro será firmado por el funcionario a cargo de la
investigación y, en lo posible, por las personas que hubieren intervenido en los actos o
proporcionado alguna información.
Limitación. La norma agrega, que estos registros no pueden reemplazar las declaraciones de la
policía en el juicio oral.
El artículo 182 del Código indica que las actuaciones de investigación realizadas por el
ministerio público y por la policía serán secretas para los terceros ajenos al procedimiento, lo
cual está significando que para las partes, especialmente para la defensa y el imputado, existe
el principio de la publicidad, como lo indica el precepto, ya que permite que el imputado y los
demás intervinientes en el procedimiento podrán examinar y obtener copias, a su cargo, de los
registros y documentos de la investigación fiscal y podrán examinar los de la investigación
policial.
Facultad del ministerio público. Sin perjuicio de dicha publicidad la ley faculta al fiscal para
disponer que determinadas actuaciones, registros o documentos sean mantenidas en secreto
respecto del imputado o de los demás intervinientes, cuando lo considerare necesario para la
eficacia de la investigación. En tal caso, deberá identificar las piezas o actuaciones respectivas,
de modo que no se vulnere la reserva y fijar un plazo no superior a cuarenta días para la
mantención del secreto.
Publicidad absoluta: Sin perjuicio de lo anterior la ley no permite el secreto en los siguientes
casos:
b) cualquiera otra actuación del imputado en que hubiere intervenido o tenido derecho a
intervenir;
d) los informes evacuados por peritos, respecto del propio imputado o de su defensor.
Secreto absoluto. Finalmente dicha disposición señala que los funcionarios que hubieren
participado en la investigación y las demás personas que, por cualquier motivo, tuvieren
conocimiento de las actuaciones de la investigación estarán obligados a guardar secreto
respecto de ellas.
En cuanto a la eficacia probatoria de estos registros conviene anticipar que el artículo 334
dispone que salvo en los casos previstos en los artículos 331 y 332, no se podrá incorporar o
invocar como medios de prueba ni dar lectura durante el juicio oral, a los registros y demás
documentos que dieren cuenta de diligencias o actuaciones realizadas por la policía o el
ministerio público.
El código trata de las acciones en el Titulo III del Libro I, artículos 53 a 68. Distingue en
los párrafos primero y segundo las acciones penales y las civiles, las primeras, para la
persecución de los delitos y las otras, para la reparación de los perjuicios causados por el
hecho punible.
Concepto: Es aquella que promueve la persecución penal de todo delito que no esté
sometida a una regla especial la que deberá ser ejercida de oficio por el Ministerio Público, sin
que éste la pueda suspender, interrumpir o hacer cesar su curso, salvo en los casos previstos
por la ley.
Titulares:
El art. 77 del mismo código, señala que los Fiscales ejercerán y sustentarán la acción
penal pública en la forma prevista por la ley.
Por otra parte, los artículos 1º y 2 de la ley Nº 19.640 L.O.C.M.P. disponen que el
Ministerio Público tiene también como función: "y, en su caso ejercer la acción penal pública
en la forma prevista por la ley.
b.- La Víctima:
Es el personalmente ofendido por el delito (art. 108), por tanto, dicha víctima tiene
como uno de sus derechos el de presentar la querella (art. 109 letra b)
Si por consecuencia del delito fallece la víctima o ésta no pudiere ejercer sus derechos
procesales, se consideran además víctimas:
c) el conviviente
d) los hermanos
e) el adoptado o adoptante
Para intervenir deben hacerlo de acuerdo a esa prelación y por lo tanto la actuación de
uno excluye a las categorías siguientes.
c. Otras personas:
Pueden también ejercer la acción penal pública cualquiera persona capaz de parecer
en juicio (art. 111)
2) en los delitos cometidos por un funcionario público que afectaren derechos de las
personas garantizados por la Constitución.
b) debe tratarse de delitos terroristas o delitos cometidos por funcionario público que
afectaren derechos de las personas garantizados por la Constitución o contra la probidad.
c) Los órganos y servicios públicos, pero sólo podrán interponer querella cuando sus
respectivas leyes orgánicas les otorguen expresamente las potestades correspondientes.
1) la calumnia y la injuria
2) la falta descrita en el Nº 11 del art. 496 del Código Penal. Constituyen las injurias
leves de obra o de palabra, no siendo por escrito o con publicidad.
Características:
b) la violación de domicilio;
c) la violación de secretos prevista en los artículos 231 y 247 inciso 2º del C. Penal;
e) los previstos en la ley Nº 19.039, que establece normas aplicables a los privilegios
industriales y protección de derechos de propiedad industrial.
Titulares:
1.-El ofendido, es el que debe denunciar el delito, para que se procediere de oficio en
su persecución.
Excepciones:
a) cónyuge e hijos
b) ascendientes, etc.
O sea, todos aquellos que la ley considera víctimas cuando el ofendido muere por el
delito y en los casos en que éste no pudiere ejercer los derechos establecidos en la ley.
Efectos de la denuncia:
Por las personas jurídicas responden los que hubieren intervenido en el acto punible,
sin perjuicio de la responsabilidad civil que les pudiera corresponderle.-
Tribunal competente:
1.- Acción restitutoria, o sea, aquella que tuviere por objeto únicamente la restitución
de la cosa, le corresponderá al juez que conoce del procedimiento penal, conforme lo señala el
artículo 59 en relación al artículo 189, y se ratifica en el artículo 171 del Código Orgánico de
Tribunales, dentro del capítulo de la competencia.
Hay que distinguir respecto de las especies materia del hecho punible.
Limitación: El artículo 59 del código dispone que podrá ejercer la acción civil en el
proceso penal, la víctima contra el imputado. De tal modo, que la acción civil que le
correspondiere a otra persona y/o en contra de sujetos diferentes del imputado, deberán
plantearse ante el tribunal civil que fuere competente de acuerdo a las reglas generales. Con lo
cual desaparecen en este procedimiento el actor civil, distinto al ofendido y los terceros
civilmente responsables.
Acusar particularmente y/o deducir demanda civil cuando procediere (art. 261).
No sería necesario querellarse para deducir acción civil (art. 109 letra b) y c)
Por lo tanto, el querellante puede deducir la demanda civil junto con la adhesión o
acusación particular.
Caso de la víctima que no se querelló: solo puede ejercer la acción civil. Hay que hacer
presente que conforme lo señala el artículo 112, la querella deberá presentarse en cualquier
momento, mientras el Fiscal no declare cerrada la investigación.
Se establece en el Código, artículo 61, una suerte de anticipo o intención por parte de
la víctima de demandar civilmente lo que se denomina preparación de dicha demanda y que se
verifica mediante la solicitud para que se practiquen diligencias que considerare necesarias
para esclarecer los hechos que serán objeto de tal acción y cuyo procedimiento se ajustaría a
la proposición de diligencias a que se refiere el artículo 183, que permite durante la
investigación, tanto al imputado como los demás intervinientes solicitar diligencias,
pertinentes y útiles para el esclarecimiento de los hechos y que autoriza, además, asistir en tal
actuación a la víctima, según lo dispone el artículo 184.
Momento de la preparación:
2) hasta antes del plazo que se tiene para presentar la demanda civil, lo que es anterior
a los 15 días previos a la audiencia de preparación del juicio oral.
Efectos de la preparación:
Para asegurar el resultado de las pretensiones civiles, según el inciso 2° del artículo 61,
en la gestión de preparación de esa demanda se podrá cautelar la acción con alguna de las
medidas a que se refiere el art. 157 norma que permite solicitar como cautelar real una o más
de las medidas precautorias autorizadas en el Título V Libro II C.P.C.
Desistimiento de la demanda:
La víctima puede desistirse de la acción civil en cualquier estado del juicio. (Art. 64 inc.
1º)
Esta extinción de la acción constituye una sanción por inactividad del denunciante, que
se regula en el inciso segundo del artículo 64.
Opera:
1.- no se extiende extinguida la acción penal pública para la persecución del hecho
punible (art. 65).
2.- cuando solo se ejerciere la acción civil, respecto de un hecho punible de acción
privada, se considerará extinguida, por esa circunstancia la acción penal.
Para estos efectos no constituirá ejercicio de la acción civil la solicitud de diligencias
destinadas a preparar la demanda civil o a asegurar su resultado, que se formulare en el
procedimiento penal (art. 66).
Art. 67: no impide a que se dé lugar a la acción civil, si fuere legalmente procedente.
La norma señala que si antes de comenzar el juicio oral, el procedimiento penal continuare de
conformidad a las normas del procedimiento abreviado, la prescripción continuará
interrumpida, si la acción civil se hubiese deducido oportunamente, hasta que la víctima
presentare su demanda ante el tribunal civil competente en el plazo de sesenta días siguientes
a aquel en que, por resolución ejecutoriada, se dispusiere la suspensión o terminación del
procedimiento penal.
INTRODUCCION.
Los sujetos procesales son todos aquellos órganos o personas que actúan con legitimación
legal en el procedimiento penal. Constituyen el elemento subjetivo del proceso; ya que el
objetivo de dichos individuos será la de participar activamente en la investigación del ilícito,
determinar la participación y ejercer una defensa y finalmente, sobreviene el momento del
juzgamiento, que decide la cuestión controvertida. Por lo tanto, el concepto de sujeto procesal
tiene una connotación amplia, que se refiere a toda persona u órgano público que, por
imperativo de la ley, tenga intervención obligatoria o voluntaria en el desarrollo del juicio
penal. La idea de los sujetos procesales tiene una extensión mayor que el concepto “
intervinientes” que emplea el código y que como su nombre lo indica son los que intervienen
en todo el procedimiento, otorgándoles la calidad de partes del proceso. El artículo 12 del
código procesal señala que para los efectos regulados en dicho cuerpo de leyes, se
considerarán intervinientes en el procedimiento al fiscal, al imputado, al defensor, a la víctima
y al querellante, desde que realizaren cualquier actuación procesal o desde el momento en
que la ley les permitiere ejercer facultades determinadas. Como sujetos procesales se deben
agregar, además de los citados, al tribunal y la policía
Los sujetos procesales están regulados en el Titulo IV del Libro I del Código Procesal
Penal, artículos 69 a 121, sin perjuicio de las normas que, respecto de algunos de ellos, se
contienen en el Código Orgánico de Tribunales, en la Ley Orgánica Constitucional del
Ministerio Público y en la Ley de la Defensoría Penal Pública.
2.3.1.- EL IMPUTADO.
Al estudiar las normas relativas a los principios básicos, se percibe la preocupación del
legislador para asegurar los derechos, facultades y garantías que se establecen en favor de
esta parte, que los legitima desde la primera actividad intrusiva o investigativa que se produzca
con motivo de la persecución penal. En efecto, el artículo 7 del Código le reconoce estos
derechos a dicha parte desde la primera actuación del procedimiento dirigido en su contra y
hasta la completa ejecución de la sentencia. Agrega la norma, para fijar los criterios de dicho
amparo, que para estos fines, se entenderá por primera actuación del procedimiento
cualquiera diligencia o gestión, sea de investigación, de carácter cautelar o de otra especie,
que se realizare por o ante un tribunal con competencia en lo criminal, el ministerio público o
la policía, en la que se atribuyere a una persona responsabilidad en un hecho punible. A partir
de dicho momento se hace efectiva la presunción de inocencia y el derecho del imputado a
ser defendido por un letrado, desde la primera actuación del procedimiento dirigido en su
contra, sin perjuicio del derecho del imputado a formular los planteamientos y alegaciones que
considerare oportunos, así como intervenir en todas las actuaciones judiciales y en las demás
actuaciones del procedimiento, salva las excepciones expresamente previstas en el código.
El artículo 93 del código al referirse al imputado como sujeto procesal, además de ser
interviniente, vuelve a recalcar esos derechos y garantías para su pleno ejercicio, pero
además le otorga otras garantías especiales, disponiendo a su favor los siguientes:
d) Solicitar directamente al juez que cite a una audiencia, a la cual podrá concurrir con su
abogado o sin él, con el fin de prestar declaración sobre los hechos materia de la investigación;
I.- Imputado privado de libertad. En este caso, el artículo 94 del código le reconoce a este
sujeto, las siguientes garantías y derechos:
c) ser conducido sin demora ante el tribunal que hubiere ordenado su detención;
d) que el encargado de la guardia del recinto policial al cual fuere conducido informe, en su
presencia, al familiar o a la persona que le indicare, que ha sido detenido o preso, el motivo de
la detención o prisión y el lugar donde se encontrare;
e) entrevistarse privadamente con su abogado de acuerdo al régimen del establecimiento de
detención, el que sólo contemplará las restricciones necesarias para el mantenimiento del
orden y la seguridad del recinto;
f) tener, a sus expensas, las comodidades y ocupaciones compatibles con la seguridad del
recinto en que se encontrare, y
g) recibir visitas y comunicarse por escrito o por cualquier otro medio, salvo que el tribunal
hubiese restringido o prohibido las comunicaciones del detenido o preso, lo que se hará hasta
por un plazo de diez días y se considerare necesario para el exitoso desarrollo de la
investigación, como lo establece el artículo 151.
1.- Amparo ante el juez de garantía. El artículo 95 del código establece una verdadera acción
de amparo de carácter legal, para asegurar el derecho a la libertad personal de un imputado y
cuyo garante es el juez de garantía.
Como condición del amparo se requiere que el imputado esté privado de libertad por un acto
distinto a una resolución judicial y su derecho consiste obtener que sea conducido sin demora
ante dicho juez, El tribunal está facultado:
b) en todo caso, para examinar las condiciones en que se encontrare. Y podrá decretar, la
libertad del imputado o adoptar las medidas que fueren procedentes.
Titulares de la acción de amparo judicial: La ley entrega la iniciativa para recurrir de amparo a
favor de la persona privada de libertad: 1.- El abogado de ésta; 2.- sus parientes o 3.-
cualquiera persona que actúe en nombre del afectado.
Limitación del amparo ante el juez de garantía: esta acción no será procedente, si la privación
de libertad hubiere sido ordenada por resolución judicial. En este caso, la legalidad de dicha
orden sólo podrá impugnarse por los medios procesales que correspondan, principalmente el
recurso de apelación, sin perjuicio del amparo constitucional que regula el artículo 21 de la
Carta Fundamental, el que deberá ser deducido ante la Corte de Apelaciones respectiva.
Esta garantía se encuentra contenida en el artículo 96 del código. A virtud de ella todo
abogado tendrá derecho a requerir del funcionario encargado de cualquier lugar de detención
o prisión, la confirmación de encontrarse privada de libertad una persona determinada en ese
o en otro establecimiento del mismo servicio y que se ubicare en la comuna.
En esta situación puede ocurrir que el funcionario reconozca el hecho de la detención
o lo niegue. En el primer caso, la ley le entrega al abogado defensor y, con acuerdo del
imputado, el derecho a conferenciar privadamente con él y con su consentimiento, a recabar
del encargado del establecimiento la información consignada en la letra a) del artículo 94, o
sea, a que se le exprese el motivo de la detención y que se le exhiba la orden que la dispusiere,
si no hubiere sido detenido por delito fragrante. Si se niega el hecho de la detención, el
abogado tiene a derecho a exigir del funcionario respectivo, una constancia de no encontrarse
privada de libertad en el establecimiento la persona por la que se le hubiere consultado.
1.- Cuando, decretada judicialmente su detención o prisión preventiva, no fuere habido. Por
supuesto luego de las diligencias policiales que no dieron resultados positivos;
2.- Cuando, habiéndose formalizado la investigación en contra del que estuviere en país
extranjero, no fuere posible obtener su extradición. Según el procedimiento de extradición
activa que reglamenta el párrafo 1° del Título VI del Libro IV.
Declaración de rebeldía.
Le corresponderá declarar la rebeldía, por medio de una resolución judicial, al tribunal ante el
que debiere comparecer el imputado, según lo señala el artículo 100.
Efectos de la rebeldía.
Declarada la rebeldía, según el artículo 101, esta resolución produce los siguientes efectos:
d) El imputado que fuere habido pagará las costas causadas con su rebeldía, a menos que
justificare debidamente su ausencia.
2.3.2.- LA DEFENSA.
Cabe además consignar que el inciso cuarto del N ° 3 del artículo 19 de la Constitución
dispone que toda persona imputada por un delito, tiene el derecho irrenunciable a ser asistida
por un abogado defensor proporcionado por el Estado si no nombrare uno en la oportunidad
establecida por la ley. De tal manera que este derecho a la defensa tiene rango constitucional.
En el párrafo 5º del Título IV del Libro I en el artículo 102 del Código Procesal Penal, se concede
al imputado el derecho a designar libremente a un defensor de su confianza, lo cual lo puede
hacer desde la primera actuación del procedimiento y hasta la completa ejecución de la
sentencia que se dictare en su contra. Por lo tanto, la ley fija claramente los momentos en
que es exigible asegurar tal garantía: desde la primera actuación del procedimiento y hasta la
ejecución de la sentencia definitiva si esta es condenatoria.
La ley señala además que el imputado tendrá derecho a designar libremente uno o
más defensores de su confianza. Previene además, que si carece de defensor dicho sujeto, el
ministerio público solicitará que se le nombre un defensor penal público y si se encontrare
privado de libertad, podría ser designado el defensor a petición de cualquier persona.
Por la ley 19.718 de 2001, se creó la Defensoría Penal Pública, como un servicio
público, descentralizado y desconcentrado territorialmente, sometido a la supervigilancia del
Presidente de la República a través del Ministerio de Justicia. En su artículo 2, dicha ley señala
que la Defensoría tiene por finalidad proporcionar defensa penal a los imputados o acusados
por un crimen, simple delito o falta que sea de competencia de un juzgado de garantía o de un
tribunal de juicio oral en lo penal y de las respectivas Cortes, en su caso, y que carezcan de
abogado. De tal modo, que para la reforma procesal penal el Estado asume el deber ineludible
de proporcionar la defensa letrada de abogado a un imputado, de manera gratuita, por regla
general, cuando éste no tenga los medios suficientes para financiar por su cuenta dicha
defensa. A partir de este momento, las Corporaciones de asistencia Judicial, que cubrían estas
tareas a través de postulantes a abogado en el ejercicio de la práctica profesional, ya no
asumen estas defensas.
Ausencia de defensor.
Tiene la más amplias facultades para ejercer su función según lo señala el artículo 104
del código, a menos que ley expresamente reservare su ejercicio del imputado en forma
personal.
También se puede dar la situación del defensor común, lo que ocurrirá, según el
artículo 105 del código: a) cuando se tratare de varios co-imputados en un mismo juicio; y b)
que las diversas posiciones de defensa que cada uno de ellos sustentare no fueren
incompatibles entre sí.
Si existe tal incompatibilidad que lo decide el tribunal, el juez lo hará presente a los
intervinientes y les otorgará un plazo para que lo resuelvan o para que designen los defensores
que se requirieren,decidiendo en definitiva qué imputados deberán considerarse sin defensor,
procediendo a efectuar los nombramientos que correspondieren.
Renuncia de la defensa:
El defensor podrá formalmente renunciar a la defensa, así lo regula el artículo 106 del
código, pero advierte que esa renuncia no lo libera del deber de realizar todos los actos
inmediatos y urgentes que fueren necesarios para impedir la indefensión del imputado.
Abandono: significa la ausencia del defensor en el ejercicio de su labor, esta situación al igual
que en la renuncia obliga al tribunal a designar de inmediato un defensor de oficio -a menos
que el imputado designare otro.
Esta norma está relacionada con los artículos 286 y 287 del Código, que obligan, la
primera norma, a la presencia del defensor del acusado durante toda la audiencia del juicio
oral, lo cual constituirá un requisito de validez de la misma. El segundo precepto sanciona al
abogado que no asistiere o abandonare la audiencia injustificadamente, lo cual podría llegar a
una sanción, aplicada por el juez, de hasta por dos meses de suspensión del ejercicio de la
profesión.
2.3.3.- LA VICTIMA.
A) EL DEBER DE PROTECCIÓN.
Extensión de la protección.
El artículo 108 del código, expresa que se considerará víctima a la persona ofendida
por el delito, extendiendo, en ausencia o muerte de éste a los parientes que señala el artículo
aludido, las que puedan intervenir en el orden de prelación estricto a que se refiere esta ley y
que corresponde a las siguientes personas:
Derechos de la víctima.
b) presentar querella;
d) ser oída, si lo solicitare, por el Fiscal antes que éste pidiere o se resolviere la
suspensión del procedimiento o su terminación anticipada;
Los derechos antes señalados, sin embargo, no podrán ser ejercidos, según la ley, por
quien fuere imputado del delito respectivo, sin perjuicio de los derechos que les
correspondieren en esa calidad.
B) EL DEBER DE INFORMACION.
c) que esas personas sean el cónyuge del ofendido por el delito o, en su defecto, a
alguno de los hijos u otras de las personas señaladas en el artículo 108.
Ello ocurrirá:
b) o delitos cometidos por funcionario público que afecten derechos de las personas
garantizadas por la Constitución
3) Los órganos y servicios públicos podrán querellarse cuando sus respectivas leyes
orgánicas les otorguen expresamente las potestades correspondientes.
a) los cónyuges;
b) los consanguíneos en toda la línea recta, los colaterales y afines hasta el segundo
grado.
Contra excepción. La misma norma admite la querella entre estas personas por los
delitos que uno hubiere cometido contra el otro o contra sus hijos, o por el delito de bigamia,
en el primer caso o por los delitos cometidos por unos en contra los otros, o contra su cónyuge
o hijos.
Señala el artículo 112 del código que la querella podrá presentarse en cualquier
momento, mientras el fiscal no declare cerrada la investigación. Por lo tanto el momento final
en que se puede ejercer esta facultad procesal de presentación de la querella lo constituye el
acto del ministerio público por la que declara cerrada la investigación, cuyo plazo máximo se
indica en el artículo 247 y que es dos años, siempre que el juez de garantía no haya señalado
uno menor.
Fines de la querella.
3.- permite al querellante ejercer los derechos del art. 261 en especial, para acusar,
adherir o demandar civilmente.
Requisitos de la querella.
La querella para su procedencia o admisibilidad debe reunir los requisitos formales que
indica el artículo 113 del Código. Estos son:
4.- La relación circunstanciada del hecho, con expresión del lugar, año, mes, día y hora
en que se hubiere ejecutado, si se supieren;
Si el juez estima que es inadmisible deberá declarar esa improcedencia y ello ocurrirá
por las causales específicas señaladas en el artículo 114 del Código, esto es:
a) Cuando fuere presentada extemporáneamente, de acuerdo con lo establecido en el
artículo 112;
b) Cuando, habiéndose otorgado por el juez de garantía un plazo de tres días para
subsanar los defectos que presentare por falta de algunos de los requisitos señalados en el
artículo 113, el querellante no realizare las modificaciones pertinentes dentro de dicho plazo;
e) Cuando se dedujere por persona no autorizada por la ley. En este caso, se refiere a la
prohibición de deducir querella a que se refiere el artículo 116.
El artículo 115 del Código regula solo el recurso de apelación, el que es inadmisible
cuando la resolución admite a tramitación la querella. Siendo solo apelable y, en el efecto
devolutivo, la resolución que la declare inadmisible.
En delitos de acción pública o previa instancia particular y por las causales a) y b) del
art. 114, o sea, cuando es inadmisible el Juez la pondrá en conocimiento del Ministerio Público
para ser tenida por denuncia, siempre que no le constare que la investigación del hecho
hubiere sido iniciada de otro modo. Así lo dispone el artículo 117.
Desistimiento y abandono.
1. El desistimiento.
Como se señaló se constituye como una facultad del querellante para no perseverar como
parte en el procedimiento. El artículo 118 del Código expresa que el querellante podrá
desistirse de su querella en cualquier momento del procedimiento. El efecto procesal está
referido a las costas, puesto que la ley indica que en ese caso, tomará dicha parte a su cargo
las costas propias y quedará sujeto a la decisión general sobre costas que dictare el tribunal al
finalizar el procedimiento.
El efecto sustancial, está relacionado con la acción penal, puesto que la acción penal pública,
como lo señala el artículo 56, no se extingue por la renuncia de la parte ofendida. En cambio, si
se trata de la acción penal privada, su renuncia, como lo dice el mismo precepto, la extingue, al
igual que las acciones civiles. Tratándose de delitos de aquellos que no pueden ser perseguidos
sin previa instancia particular, la renuncia de la víctima a denunciarlo extinguirá la acción
penal, salvo que se tratare de un delito perpetrado contra menores de edad.
En relación al querellado, que será el imputado, el artículo 119 dispone que ese desistimiento
deja a salvo sus derechos para ejercer, a su vez, la acción penal o civil que dieren lugar la
querella o acusación calumniosa, y a demandar los perjuicios que le hubiere causado en su
persona o bienes y las costas. Sin embargo, la norma exceptúa este efecto, en el caso en que el
querellado hubiere aceptado expresamente el desistimiento del querellante.
El abandono de la querella se constituye como una verdadera preclusión con respecto del
querellante que no ejerció un derecho dentro de un plazo o no se presentó a un acto procesal
cuya presencia era obligatoria. Por lo tanto, resulta una sanción de carácter procesal para el
querellante que le hace perder el derecho a ser parte en el juicio penal.
El artículo 121 del código dispone que la declaración del abandono de la querella
impedirá al querellante ejercer los derechos que en esa calidad le confiere el Código Procesal
Penal. En el fondo, deja de ser interviniente en el juicio respectivo.
2.3.5.- El Tribunal.
El tribunal, como sujeto procesal, es el órgano jurisdiccional encargado del conocimiento y
juzgamiento del hecho punible y constituye un elemento esencial en el conflicto penal y que
además, resulta indisponible para los intervinientes en el procedimiento.
Campo de aplicación.
El término tribunal para el juicio penal tiene un ámbito de ejercicio amplio, pues está referido
al Juez de Garantía, al Tribunal de Juicio Oral, eventualmente a un juez de letras con
competencia común, a la Corte de Apelaciones y a la Corte Suprema, estos dos últimos, en
cuanto desarrollan actividades jurisdiccionales, correccionales y económicas en el proceso
penal. En lo particular, el artículo 69 del Código aclara que cada vez que dicho cuerpo legal
hiciere referencia al Juez se entenderá que se alude al Juez de Garantía y si la indicación fuere
al tribunal de juicio oral en lo penal, deberá entenderse hecha al tribunal colegiado encargado
de conocer y juzgar el hecho punible, materia de la acusación.
De esta manera, si bien la ley considera a los tribunales de garantía y del Juicio Oral como
ordinarios, su competencia queda limitada exclusivamente a los asuntos penales, perdiendo
con ello una de las características del ejercicio jurisdiccional, cual es el de la competencia
común, que la tienen por regla general, los jueces de letras. En todo caso, sus facultades en el
orden penal no le son absolutamente privativas, ya que el legislador otorgó a los Jueces de
letras de competencia común, las funciones de Juez de Garantía, en aquellas comunas en que
éste no existiere (artículo 46 del C.O.T.).
Estos tribunales fueron creados por la ley 19.665, adecuatoria de la reforma, y fueron además,
incorporados al COT. Esta legislación vino a complementar, en primer lugar, el Código Procesal
Penal, precisamente en lo relativo al sujeto procesal Tribunal, disponiendo una doble
funcionalidad: una, para actuar en las etapas de la investigación y de preparación del juicio
oral, como garantes de los derechos y garantías procesales de los intervinientes, y la otra, para
el conocimiento y juzgamiento de algunos de los procedimientos especiales, como por ejemplo
el abreviado.
Concepto.-
Conforme a lo que dispone el artículo 14 del Código Orgánico de Tribunales y 70 del Código
Procesal Penal se puede definir a éstos órganos: Como tribunales ordinarios, que ejercen
jurisdicción de manera unipersonal y exclusiva en el procedimiento penal, con el fin de
asegurar las garantías constitucionales y legales del imputado y demás intervinientes en el
proceso penal, dirigir las audiencias que se verifican en su presencia y juzgar, de manera
excepcional, ciertos delitos, cuando la ley expresamente lo señale.
Características:
1.- Son tribunales ordinarios, porque conforme al artículo 5º del Código Orgánico de Tribunales
integran el Poder Judicial y ejercen jurisdicción en la generalidad de los asuntos judiciales de
carácter criminal que se promuevan dentro del territorio de la República, cualquiera sea su
naturaleza o la calidad de las personas que en ellos intervengan, sin perjuicio de las
excepciones que establezcan las leyes.
Hay que considerar que aún persisten procedimientos que contemplan tribunales especiales
en materia penal y que hasta ahora no aparecen modificados, como son por ejemplo: el
Código de Justicia Militar, cuya competencia se entrega a los tribunales militares; las
contravenciones o faltas que conocen los Juzgados de Policía Local.
2.- Son órganos letrados, es decir, el Juez de Garantía tiene que ser abogado, toda vez, que
ejerce jurisdicción de derecho, lo cual significa que actúa dentro de un determinado
procedimiento legal, debiendo fallar en los casos que conozca conforme a la ley, lo que
equivale a sostener que no puede acudir en su decisión a la equidad por sobre la ley, sin
perjuicio de la mayor latitud que se le otorga para apreciar la prueba con más libertad, aun
cuando se le advierte que lo deben hacer sin contradecir los principios de la lógica, las
máximas de la experiencia y los conocimientos científicamente afianzados. De tal manera, que
para condenar, el tribunal debe adquirir su convicción más allá de toda duda razonable
(artículos 297 y 340 del Código Procesal Penal). Esta es una característica general de la
jurisdicción penal.
Los Jueces de Garantía pertenecen al escalafón primario del Poder Judicial y para acceder a él
deben aprobar un curso de formación en la Academia Judicial.
Las facultades que el Código Procesal Penal entrega a los Juzgados de Garantía son múltiples y
están relacionadas con todo el desarrollo del procedimiento ordinario, con excepción de la
etapa del Juicio Oral en que no intervienen. Pero además, tienen una competencia exclusiva
para el conocimiento y juzgamiento de la gran mayoría de los procedimientos especiales.
El Juez de Garantía, como su nombre lo indica, en el proceso penal tiene como misión
fundamental, la de ser el custodio de los derechos esenciales de los intervinientes en el
proceso penal, a fin de que éstos sean respetados, ya sea a favor del imputado como de
cualquier otro que participe de manera activa en el procedimiento.
Esta función esencial se encuentra consagrada en la letra a) del artículo 14 del Código
Orgánico de Tribunales, según la adecuación que hizo para el nuevo Juicio Oral la ley 19.665.
Así la norma estatuye: “Corresponderá a los Jueces de Garantía: a) asegurar los derechos del
imputado y demás intervinientes en el proceso penal, de acuerdo a la ley procesal penal”.
Esta función se transforma en un deber del Juez de Garantía, para que dentro del proceso
penal y, sin perjuicio de no interferir en la eficacia del mismo, en relación a la persecución
penal, procure que en el ejercicio del ius puniendi del Estado los derechos del ciudadano sean
debidamente respetados. Dicho cometido constituye la mayor seguridad para dar
cumplimiento a las normas constitucionales, que se regulan en el artículo 19 Nº 3 y 7 de la
Constitución Política de la República y, especialmente, para garantizar el que toda persona
tenga derecho a un juicio previo, oral y público, desarrollado en conformidad con las normas
de dicho cuerpo legal, como se estatuye en el artículo 1º del Código Procesal Penal.
Dicho deber se manifiesta en favor del imputado, en cuanto a éste le asegura la ley, que toda
actuación del procedimiento que lo pudiera privar del libre ejercicio de los derechos que la
Constitución establece, lo restringiere o perturbare, requerirá de autorización judicial previa.
Igual solución se entrega para toda medida que puedan afectar estos derechos con respecto
del fiscal. (Artículo 9 y 70 del Código Procesal Penal).
En cuanto a los derechos y garantías procesales del imputado, éstos se encuentran regulados
en los artículos 93 y 94 del mencionado Código, y en el caso de privación ilegal de libertad se
concede, en el artículo 95, una acción de amparo, cuando ella proviniere de cualquiera
autoridad que no sea el mismo Juez de Garantía.
2. Función de Dirección
El artículo 14, letra b) del Código Orgánico de Tribunales, señala que corresponde a los Jueces
de Garantía dirigir personalmente las audiencias que procedan de conformidad a la ley
procesal penal.
d) moderar la decisión de los intervinientes, pero sin coartar el derecho de defensa de éstos;
6. Audiencia para apercibir al fiscal el cierre de la investigación por el transcurso del plazo
señalado por la ley o el tribunal (artículo 247 inciso 3º).
8. Audiencia de preparación del Juicio Oral (artículo 260) y cuyo desarrollo se regula en
los artículos 266 y siguientes y que concluye con la dictación del Auto de Apertura del Juicio
Oral a que se refiere el artículo 277.
El artículo 14, letra f) del C.O.T. señala que a los jueces de garantía les corresponderá ejecutar
las condenas y medidas de seguridad y resolver las solicitudes y reclamos relativos a dicha
ejecución, de conformidad a la ley procesal penal.
El artículo 466 del Código Procesal Penal le entrega al Juez de Garantía competente la función
de conocer de las cuestiones que se le presenten durante la ejecución de la pena o de alguna
medida de seguridad. Deben actuar, en esta materia como intervinientes, sólo el Ministerio
Público, el imputado y su defensor. El artículo 468 dispone que las sentencias condenatorias
penales no podrán ser cumplidas sino cuando se encontraren ejecutoriadas y solo en esa
situación, el tribunal decretará una a una, todas las diligencias y comunicaciones que se
requirieren para dar total cumplimiento al fallo. En verdad la ejecución está referida a poner
en conocimiento de la autoridad del fallo firme, a fin que se cumpla por Gendarmería la pena,
en la que el tribunal ya no interviene.
La ley 20.084 que establece normas sobre la responsabilidad penal del adolescente, agregó la
letra g) al artículo 14 del Código Orgánico de Tribunales, entregándole a los jueces de garantía
la competencia para conocer y resolver todas las cuestiones y asuntos que esa ley les
encomienden.
El segundo órgano jurisdiccional de base en el nuevo sistema procesal penal está constituido
por el Tribunal del Juicio Oral en lo Penal el que, según el artículo 69 del código, ha de
entenderse referido al tribunal colegiado encargado de conocer del Juicio Oral y en lo
personal, se conocen también como los jueces del tribunal de Juicio Oral en lo penal.
Concepto:
Características:
1. son tribunales ordinarios, porque conforme lo señala el artículo 5º del Código Orgánico de
Tribunales, integran el Poder Judicial y conocen de manera exclusiva del juicio oral en el
procedimiento ordinario penal.
2. Son letrados, ya que sus miembros requieren tener el título de abogado. Conforman el
escalafón primario del Poder Judicial y deben cumplir con el requisito de haber aprobado el
curso de formación en la Academia Judicial.
3. Son colegiados, ya que como lo indica el artículo 17 del Código Orgánico de Tribunales los
jueces se integran en una o más Salas con tres miembros cada una de ellas. En su
funcionamiento, cada Sala será dirigida por un Juez presidente de Sala y su integración en cada
Sala, se determinará mediante sorteo anual que se efectuará durante el mes de enero de cada
año.
En cuanto a la distribución del trabajo entre las diversas Salas, ésta se hará de acuerdo a un
procedimiento objetivo y general que deberá ser anualmente aprobado por el comité de
Jueces del tribunal, a propuesta del Juez presidente.
En lo relativo a sus decisiones se aplican las normas de los acuerdos previstas para las Cortes
de Apelaciones, que se contienen en los artículos 72, 81, 83, 84 y 89 del Código Orgánico de
Tribunales prevaleciendo, en todo caso, la norma por la cual la sentencia deberá ser adoptada
por la mayoría de los miembros de la Sala.
4. Son de competencia especial. En verdad, pese a que estos tribunales son ordinarios, su
competencia queda restringida por regla general, solo al conocimiento y juzgamiento de las
causas por crímenes y simples delitos, referidos al juicio oral en el procedimiento ordinario.
No conocen:
a) de las faltas.
b) de ciertos simples delitos que se entregan al conocimiento y fallo del Juez de Garantía,
como son en:
2.-el procedimiento simplificado, respecto de simples delitos para los cuales el Ministerio
Público requiera la imposición de una pena que no excediere de presidio o reclusión menor en
su grado mínimo. (art.388)
2.- Resolver, en su caso, sobre la libertad o prisión preventiva de los acusados puestos a su
disposición.
Por regla general, las medidas cautelares personales dispuestas durante el procedimiento son
de competencia del Juez de Garantía, conforme a las reglas previstas en los artículos 139 y
siguientes del Código Procesal Penal. Sin perjuicio de lo anterior, puede ocurrir que al pasar de
la etapa de preparación a la del juicio oral, existan inculpados sujetos a medidas cautelares y
así, el inciso 2º del artículo 281 dispone que, junto con el auto de apertura del Juicio Oral se
pondrán a disposición del tribunal de Juicio Oral en lo Penal, las personas sometidas a prisión
preventiva o a otras medidas cautelares. Por otro lado, si estuviere libre el imputado, el
tribunal para provocar la presencia de éste al juicio puede disponer su prisión preventiva ya
que el artículo 142 permite decretarla también en la audiencia del Juicio Oral. En cuanto a la
sustitución por caución de la medida cautelar aludida, también puede ser dispuesta por el
tribunal del Juicio Oral, conforme a las reglas de los artículos 144, 145 y 146 del aludido
Código. La única dificultad legal que se puede plantear, es determinar si la resolución que se
pronuncia sobre la libertad provisional en el Juicio Oral, es susceptible de apelación, ya que el
artículo 149 hace procedente dicho recurso, pero a su vez el artículo 364 dispone que son
inapelables las resoluciones dictadas por un tribunal de Juicio oral en lo penal, norma esta
última que por su especialidad debiera primar por sobre la norma general del artículo 149.
4.- Conocer y resolver todas las cuestiones y asuntos que la ley de responsabilidad penal
juvenil les encomienden, y
5. Conocer y resolver los demás asuntos que la ley procesal les encomienda.
El artículo 21 del Código Orgánico de Tribunales establece que habrá un tribunal de juicio oral
con asiento en cada una de las comunas que detalla, dentro del territorio nacional, con el
número de jueces y con la competencia que en cada caso se indican. Por lo tanto, se
establecen en cada región del país un número de jueces con competencia sobre determinadas
comunas, contando, como es lógico, con un número mínimo de tres y hasta de veintisiete
Jueces en comunas de mayor densidad. Así, a Calama se le asignan tres jueces con
competencia sobre las comunas de Calama, Ollagüe, San Pedro de Atacama y el Séptimo
Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Santiago tendrá veintisiete jueces, con competencia
sobre las comunas de Macul, Peñalolén y La Florida.
La Ley autoriza a los tribunales de Juicio Oral en lo Penal, constituidos en una comuna, para
que se trasladen a ciudades situadas fuera de su lugar de asiento.
Cuando sea necesario, para facilitar la aplicación oportuna de la justicia penal y cuando la
mejor atención de uno o más casos así lo aconseje.
Se debe considerar para esta medida los criterios de distancia, acceso físico y dificultades de
traslado de quienes intervienen en el proceso.
Quién lo dispone:
Implicancias y recusaciones.
En esta materia rigen, por regla general, las normas contenidas en los artículos 194 a
205 del Código Orgánico de Tribunales aplicables a todos los jueces. Sin embargo, se agregó
por la Ley Nº 19.708, causales de implicancias especiales para los jueces con competencia
criminal, incluyéndose los siguientes motivos de inhabilidad absoluta en el artículo 195 del
expresado Código:
2.- la de haber formulado el juez acusación como Fiscal o haber asumido la defensa,
en otro procedimiento seguido contra el mismo imputado, y
3.- la de haber actuado el miembro del Tribunal del Juicio Oral en lo Penal como Juez
de Garantía en el mismo procedimiento.
El Comité de Jueces.
Existirán Comités de Jueces siempre en los tribunales de juicio oral en lo penal y en los
Juzgados de Garantía cuando éstos sean servidos por tres o más Jueces.
f)) Decidir el proyecto de plan presupuestario anual que le presente el juez presidente, para
ser propuesto a la Corporación Administrativa, y
El Juez presidente.
El objetivo general del cargo es velar por el adecuado funcionamiento del tribunal o juzgado.
b) Relacionarse con la Corporación Administrativa del Poder Judicial en todas las materias
relativas a la competencia de ésta ;
h) Presentar al Comité de Jueces una terna para la designación del Administrador del Tribunal;
y
El Juez Presidente es elegido de entre los miembros del Comité de Jueces, dura dos años en el
cargo pudiendo ser reelegido hasta por un nuevo periodo.
Administrador de Tribunal
Son funcionarios auxiliares de la administración de justicia encargados de organizar y controlar
la gestión administrativa de los tribunales orales en lo penal y de los juzgados de garantía.
El Art. 25 del COT (modificado por la Ley No 19.665) define la organización administrativa de
los Tribunales Orales en lo Penal y Juzgados de Garantía, estableciendo las unidades
administrativas que se constituirán en cada Tribunal o Juzgado para desarrollar las tareas de
apoyo a la función jurisdiccional que les son propia estableciendo varias Unidades, como de
Sala, es la unidad responsable de la organización y asistencia a la realización de las audiencias.
Unidad de Atención de Público de orientación e información a! público que concurra al
tribunal, especialmente a la víctima, al defensor y al imputado, recibir la información que éstos
entreguen y manejar la correspondencia del tribunal. Unidad de Servicios encargada de las
labores de soporte técnico de la red computacional del tribunal, de la contabilidad y de apoyo
a la actividad administrativa del tribunal, y la coordinación y abastecimiento de todas las
necesidades físicas y materiales para la realización de las audiencias. Unidad de Administración
de Causas, responsable de desarrollar toda la labor relativa al manejo de causas y registros del
proceso penal en el tribunal, incluidas las relativas al manejo de las fechas y salas para las
audiencias; al archivo judicial básico, al ingreso y número de rol de las causas nuevas; a la
primera audiencia judicial de los detenidos; a la actualización diaria de la base de datos que
contenga las causas del tribunal, y a las estadísticas básicas del tribunal. Unidad de Apoyo a
Testigos Y Peritos: responsable de brindar adecuada y rápida atención, información y
orientación a los testigos y peritos citados a declarar en el transcurso del juicio oral.
Llamados para estos efectos juzgados mixtos, que para los fines de la reforma procesal penal,
son juzgados de letras de competencia común, que deben ejercer las funciones de Juzgados de
Garantía, porque en su territorio jurisdiccional no existen tribunales del nuevo sistema
procesal penal
Estos tribunales colegiados son, por su naturaleza, los superiores jerárquicos de los Jueces del
nuevo sistema penal y, por lo tanto revisores de cualquiera decisión jurisdiccional de éstos,
cuando la ley establece en su contra un determinado recurso procesal, operando con relación
a la competencia, la regla del grado o jerarquía a que se refiere el artículo 110 del Código
Orgánico de Tribunales, en virtud de la cual, una vez fijada con arreglo a la ley la competencia
de un juez inferior para conocer en primera instancia de un determinado asunto, queda
igualmente fijada la del tribunal superior que debe conocer del mismo asunto en segunda
instancia. De esta manera, conforme al territorio jurisdiccional que se le asigna a cada Corte de
Apelaciones del país, cada comuna o agrupación de comunas en que queden instalados los
Tribunales de Garantía y del Juicio Oral en Lo Penal reconocerán como superior jerárquico a la
Corte de Apelaciones que comprenda dicha comuna o agrupación de comunas.
Tratándose de los asuntos penales regidos por el Código Procesal Penal, el artículo 63 del
Código Orgánico de Tribunales establece que las Cortes de Apelaciones conocerán:
En única instancia
1.- De los recursos de nulidad interpuestos en contra de las sentencias definitivas dictadas por
un tribunal con competencia en lo criminal, cuando corresponda de acuerdo a la ley procesal
penal. (Artículo 63 N°1 letra b).
Este recurso se encuentra reglado en el título IV del libro III del Código Procesal Penal artículos
372 a 387 y se estableció para invalidar el juicio oral y la sentencia definitiva, o solamente ésta,
por las causales expresamente señaladas en la ley. Constituye la nulidad, en realidad un
sustituto de los recursos de casación en la forma y en el fondo establecidos en los Códigos de
Procedimiento Civil y Penal. En el nuevo código los artículos 373 y 374 señalan las causales
para su interposición.
2.-Conocerán también las Cortes de Apelaciones, en única instancia de las solicitudes que se
formulen, de conformidad con la ley procesal, para declarar si concurren las circunstancias que
habilitan a la autoridad requerida para negarse a proporcionar determinada información,
siempre que la razón invocada no fuere que la publicidad pudiere afectar la seguridad
nacional.
El artículo 19 del Código Procesal Penal, impone el deber de todas las autoridades y órganos
del Estado de proporcionar, sin demoras, la información que les requirieren el Ministerio
Público y los tribunales con competencia penal. Si la autoridad requerida se negare a enviarlos
a pretexto de su carácter secreto o reservado, el fiscal regional a requerimiento del fiscal
investigador o el tribunal solicitará a la Corte de Apelaciones respectiva, previo informe de la
autoridad de que se tratare, que resuelva la controversia;
3.- Conocerá de la extradición activa en única instancia (artículo 63 N° 1 letra a) del Código
Orgánico de Tribunales y 435 del Código Procesal Penal).
En primera instancia.
1.- Conocerá la Corte de Apelaciones en primera instancia del recurso de amparo (artículo 63
N°2 letra b) del Código Orgánico de Tribunales). Aún cuando el Código Procesal Penal no regula
orgánicamente esta acción constitucional como lo hace el Código de Procedimiento Penal, sin
embargo, se pueden producir en un proceso penal situaciones que afecten el derecho a la
libertad personal que le asegura la Constitución Política de la República a cualquiera persona
con motivo de resoluciones o actuaciones en dicho proceso. En todo caso el artículo 95 del
Código Procesal Penal lo autoriza expresamente, al referirse como acción para reclamar contra
una medida que afecte la libertad personal de un imputado.
2.- De los desafueros de las personas a quienes les fueren aplicables los incisos segundo,
tercero y cuarto del artículo 58 de la Constitución Política de la República.
3.- De los procesos de amovilidad que se entablen en contra de los jueces de letras.
En segunda instancia.
En todos los asuntos de competencia de la Corte de Apelaciones, éstas conocerán en Salas, con
excepción de los desafueros, juicios de amovilidad y aplicación de medidas disciplinarias, casos
en los cuales conocerá en Pleno. (Artículo 66 del C.O.T.).
En Salas:
En esta materia, la Corte Suprema conocerá del recurso de nulidad, en los siguientes casos:
a) cuando el recurso se fundare en la causal que señala la letra a) del artículo 373 del Código
Procesal Penal, o sea, cuando se denunciare infracción de los derechos o garantías asegurados
por la Constitución Política de la República o por Tratados Internacionales ratificados por Chile
que se encuentren vigentes;
b) tratándose de la causal prevista en la letra b) del aludido artículo, cuando respecto de la
materia de derecho objeto del mismo existieren distintas interpretaciones sostenidas en
diversos fallos emanados de los tribunales superiores;
c) si un recurso se fundare en distintas causales y por aplicación de las normas señaladas en los
incisos primero, segundo y tercero del artículo 376 del Código Procesal Penal, al menos una de
ellas correspondiere al conocimiento de la Corte Suprema.
d) si se dedujeren distintos recursos de nulidad contra la sentencia y entre las causales que los
fundaren hubiere una respecto de la cual correspondiere pronunciarse a la Corte Suprema;
2.- Conocerá del recurso de apelación deducido en contra de la sentencia dictada por las
Cortes de Apelaciones en los recursos de amparo (artículo 98 N° 4).
3.- De los recursos de revisión, materia que en el nuevo Código Procesal se regula en el párrafo
3° del título VIII del libro IV (artículo 98 N°5 del Código Orgánico de Tribunales);
4.- De las solicitudes que se formulen, de conformidad a la ley procesal, para declarar si
concurren las circunstancias que habilitan a la autoridad requerida para negarse a
proporcionar determinada información o para oponerse a la entrada y registro de lugares
religiosos, edificios en que funcione una autoridad pública o recintos militares o policiales.
5.- La resolución que se pronunciare sobre la querella de capítulos será apelable ante la Corte
Suprema. (Artículo 427).
En Pleno
b) en segunda instancia de los juicios de amovilidad fallados en primera por las Cortes de
Apelaciones y por el Presidente de la Corte Suprema, seguido contra Jueces de Letras o
Ministros de las Cortes de Apelaciones, respectivamente. (Ver artículos 332 N° 4, 337, 338 y
339 del Código Orgánico de Tribunales)
En esta parte, el artículo 77 del código señala que los fiscales practicarán todas las
diligencias que fueren conducentes al éxito de la investigación y dirigirán la actuación de la
policía, con estricta sujeción al principio de objetividad consagrada en su ley orgánica.
En esta primera función, se le impone al aludido organismo, correlativamente a la
dirección en la persecución criminal, dos deberes íntimamente ligados entre sí: uno de ellos, el
de investigar tanto los hechos que determinan la participación del imputado, como asimismo
los que acrediten la inocencia de éste. Esta función de velar para que se investigue también
aquello que pueda favorecer al imputado constituye un principio básico dentro de las
atribuciones del Ministerio Público, cual es el de objetividad, como lo consagra el artículo 3 de
la ley orgánica aludida, cuando dispone: “En el ejercicio de su función, los fiscales del
Ministerio Público adecuarán sus actos a un criterio objetivo, velando únicamente por la
correcta aplicación de la ley. De acuerdo con ese criterio, deberán investigar con igual celo no
sólo los hechos y circunstancias que funden o agraven la responsabilidad del imputado, sino
también los que le eximan de ella, la extingan o la atenúen.” El segundo deber legal que asume
el ministerio público, es la de proteger a las víctimas y testigos, como lo ordena el artículo 1 °
de la ley orgánica y lo vuelve a reiterar el artículo 78 del Código Procesal Penal. Una de las
innovaciones que se advierten en el nuevo código de enjuiciamiento es la de recuperar la
importancia que tiene la víctima del hecho punible, quien tiene que soportar un doble dolor, el
del delito mismo cometido en su contra y el de soportar el juicio mismo, las más de la veces en
condiciones negativas y onerosas; o la de sufrir apremios inmerecidos del sistema penal, todo
lo cual termina por hacerla renunciar a la persecución criminal. Esto se denomina
revictimización.
El artículo 78 del código dispone que será deber de los fiscales durante todo el
procedimiento, adoptar medidas, o solicitarlas, en su caso, para proteger a las víctimas de los
delitos- deber de protección-; facilitar su intervención en el mismo-deber de participación de la
víctima en el juicio-; e evitar o disminuir al mínimo cualquier perturbación que hubieren de
soportar con ocasión de los trámites en que debieren intervenir-deber de tranquilidad-.
Además el mismo precepto, obliga a los fiscales a realizar, entre otras, las siguientes
actividades a favor de la víctima:
En todo caso, si la víctima hubiere designado abogado, el ministerio público estará obligado a
realizar también a su respecto las actividades señaladas en las letras a) y d) precedentes.
Sin perjuicio de lo señalado, la ley 20.507 agregó un artículo 78 bis al Código Procesal
Penal, por la cual se le impone al Ministerio Público otras obligaciones de protección respectos
de determinadas víctimas: como las personas objeto del tráfico ilícito de migrantes y víctimas
de trata personas para lo cual se dispone: “El Ministerio Público adoptará las medidas
necesarias, o las solicitará en su caso, tendientes a asegurar la protección de las víctimas de
estos delitos durante el proceso penal, teniendo presente la especial condición de
vulnerabilidad que las afecta.”
El ejercicio de la acción penal pública será para el Ministerio Público una función
también trascendente, pero no se le entrega el monopolio de ella de manera absoluta a dicho
organismo, ya que la Constitución y también la ley orgánica otorga al ofendido y a las demás
personas que determine la ley el igual ejercicio de dicha acción, así quedó estampada en la
historia fidedigna:”se permite accionar a la víctima en caso de que el Ministerio Público no lo
haga, o que aquella no se conforme con el sentido que éste hubiere impreso al
procedimiento”. En todo caso, esto se explicó cuando se estudió la acción penal pública y el
querellante.
El Fiscal Nacional y los Fiscales Regionales serán nombrados por el plazo de ocho años
y durarán en sus funciones hasta los 75 años. Para su nombramiento, se dispone que el Fiscal
Nacional será designado por el Presidente de la República de una lista de cinco personas
nominados por la Corte Suprema, siendo su nombramiento ratificado por el Senado. Los
Fiscales Regionales serán nombrados por el Fiscal Nacional de una terna confeccionado por las
Cortes de Apelaciones respectivas y serán removidos por la Corte Suprema a requerimiento del
Presidente de la República, de la Cámara de Diputados o de diez de sus miembros.
2.3.7.- LA POLICIA.
1.- En su calidad de auxiliar del ministerio público, deberá llevar a cabo las diligencias de
investigación necesarias para establecer los hechos punibles y la participación del imputado.
En esta tarea deben ejecutar sus investigaciones bajo la dirección y responsabilidad de los
fiscales de acuerdo a sus instrucciones, como asimismo las que le ordenaren los jueces para la
tramitación del procedimiento. En la ejecución de las órdenes, éstas se deberán cumplir sin
más trámites, cuya procedencia, conveniencia y oportunidad no podrán calificar, sin perjuicio
de requerir la exhibición de la autorización judicial previa, salvo en los casos urgentes a que se
refiere el inciso final del artículo 9 del Código. (Artículos 79 y 80)
2.- Ejecutar las medidas de coerción que se decretaren. En verdad esto mira a aquellas órdenes
que afectando garantías constitucionales necesitan autorización judicial. (Artículo 79).
Sin perjuicio de las órdenes que en cada investigación en particular se pueden dar a la policía
en las indagaciones criminales, el Código regula situaciones de carácter general en el párrafo
que se está comentando.
A.- Las Comunicaciones.
El artículo 81 del Código dispone que las comunicaciones que los fiscales y la policía
debieren dirigirse en relación con las actividades de investigación de un caso particular se
realizarán en la forma y por los medios más expeditos posibles. Lo cual está indicando una
desformalización en este tema, dando la posibilidad que ellas se hagan por todos los
conductos para dar una mayor agilidad a las diligencias mismas.
b) Practicar la detención en los casos de flagrancia, conforme a la ley, los que se indicarán
cuando se traten las medidas cautelares personales.
El artículo 85 del código permite a la policía, sin orden previa, hacer control de
identidad de cualquier persona en los casos fundados que la norma permite. Estas situaciones
se pueden producir: a) cuando según las circunstancias, estimaren que existen indicios de que
una persona hubiere cometido o intentado cometer un crimen, simple delito o falta; b) de que
dispusiere cometerlo; c) de que pudiere suministrar informaciones útiles para la indagación de
un crimen, simple delito o falta; d) o en el caso de la persona que se encapuche o emboce para
ocultar, dificultar o disimular su identidad.
Aparte de la identidad exigida, la ley permite que sin necesidad de nuevos indicios,
podrá la policía proceder al registro de las vestimentas, equipaje o vehículo de la persona cuya
identidad se controla y cotejar la existencia de órdenes de detención que pudieran afectarle.
Esta intrusión lo puede hacer la policía sin orden judicial, cuando dicha persona se encuentra
en las hipótesis del artículo 130, o sea, en situación de flagrancia.
Permite la ley, que en caso de negativa de una persona a acreditar su identidad, o si habiendo
recibido las facilidades del caso no le fuere posible hacerlo, la policía la conducirá a la unidad
policial más cercana para fines de la identificación, dejándola en libertad una vez obtenido
dicho reconocimiento, usando incluso la toma de huellas digitales, lo que sólo podrá ser usado
para esos fines para luego ser destruidas.
El artículo aludido establece que el plazo para proceder a los procedimientos de identificación
no podrá extenderse por un plazo superior a las ocho horas, transcurridas las cuales la persona
que ha estado sujeta a ellos deberá ser puesta en libertad, salvo que existan indicios de que
ha ocultado su verdadera identidad o ha proporcionado una falsa, lo cual constituirá una falta
penal, prevista y sancionada en el N° 5 del artículo 496 del Código Penal, que permitirá al fiscal
ordenar su libertad u ordenar que sea conducido ante el juez dentro de las veinticuatro horas,
contado desde la detención.
El artículo 89 faculta a la policía practicar el examen de las vestimentas que llevare el detenido,
del equipaje que portare o del vehículo que condujere, pero ello ocurrirá solo cuando
existieren indicios que permitieren estimar que el detenido oculta en ellos objetos
importantes.
El artículo 88 del Código trata de los registros de las actuaciones de la policía estableciendo
que son siempre de acceso del ministerio público.
El artículo 92 del código establece una obligación de reserva de la policía, que casi nunca se
respeta, en desmedro del principio de inocencia y que a veces, perjudica la investigación por la
divulgación periodística que hacen los policías de ciertos procedimientos de investigación. En
efecto, la norma estatuye que los funcionarios policiales no podrán informar a los medios de
comunicación social, acerca de la identidad de los detenidos, imputados, víctimas, testigos, ni
de otras personas que se encontraren o pudieran resultar vinculadas a la investigación de un
hecho punible.
Las medidas cautelares en el Código Procesal Penal están reglamentadas en los Títulos V y VI
del Libro I, que regulan las que denomina personales y aquellas que constituyen las reales,
respectivamente, distinción que mira al objeto de la caución que se exige y que corresponde a
la clasificación de las mismas medidas.
El Código Procesal Penal Modelo para Iberoamérica considera las medidas cautelares como
medidas de coerción, cuya finalidad y alcance según el artículo 196 de dicho texto, es que la
libertad personal y los demás derechos y garantías reconocidas a toda persona, sólo podrán
ser restringidos cuando fuere absolutamente indispensable para asegurar la averiguación de la
verdad, el desarrollo del procedimiento y la aplicación de la ley. Claus Roxin, en su libro
Derecho Procesal Penal, cuando se refiere a esta materia, relacionada con el procedimiento
penal germano, señala que para llevar a cabo el proceso penal son indispensables las
injerencias en la esfera individual y, por cierto, tanto para asegurar el proceso de conocimiento
como para asegurar la ejecución penal. Agregando que en el aseguramiento del proceso de
conocimiento sirven, entre otras, la presencia forzosa del acusado en el juicio oral a través de
la detención provisional o por medio de la ejecución forzosa de una orden de prisión. (Edición
Editores del Puerto- Buenos Aires-2000. Página 249.)
En resumen, para los fines del proceso penal, los derechos y garantías que se establecen en
dicha codificación o en la misma Constitución Política, pueden ser afectados de manera
excepcional, cuando se reúnen exigentes requisitos legales y procesales y, por supuesto, no
puede constituir su utilización un desvalor de la presunción de inocencia que le asiste a todo
imputado en el juicio penal. Se trata en consecuencia, de medidas de carácter excepcional,
transitorias, proporcionales y ejecutables solo cuando se reúnen requisitos específicos que
legitimen la afectación de las garantías y derechos de todo imputado en la causa penal.
Son aquellas resoluciones dispuestas por el Juez a solicitud del Fiscal, del querellante o
la víctima que afectan garantías y derechos del imputado y que se ejecutan para el sólo efecto
de asegurar el éxito de las diligencias de investigación, proteger al ofendido, asegurar la
persona o la comparecencia del imputado a las actuaciones del procedimiento o al
cumplimiento de una pena impuesta por una sentencia ejecutoriada.
Características.
1.- Están establecidas por la ley, por lo tanto son absolutamente legales, y su
aplicación debe ser de carácter restrictivo, en atención a que el artículo 5 del Código ordena
que no se podrá detener, someter a prisión preventiva ni aplicar cualquiera otra forma de
privación o restricción de libertad a ninguna persona, sino en los casos y en la forma señalados
por la Constitución y las leyes. Agrega la norma, que estas disposiciones que autorizan la
restricción de la libertad o de otros derechos del imputado o del ejercicio de sus facultades
serán interpretadas restrictivamente y no se podrán aplicar por analogía. Esta disposición tiene
su fuente necesaria en el artículo 19 N° 7, letra b) de la Carta Fundamental, cuando dispone
que nadie puede ser privado de su libertad personal ni ésta restringida sino en los casos y en la
forma determinados por la Constitución y las leyes.
2.- Sólo pueden ser decretadas por un juez a través de una resolución judicial, ya que
éste es el funcionario público expresamente facultado por la ley para disponer las medidas
cautelares. El artículo 9 del Código señala que toda actuación del procedimiento que privare al
imputado o a un tercero del ejercicio de los derechos que la Constitución asegura, o lo
restringiere o perturbare, requerirá de autorización judicial previa. Finalmente, el artículo 122
del Código en su inciso final establece que “Estas medidas serán siempre decretadas por medio
de resolución judicial fundada”.
5.- Son acumulables, pueden imponerse al imputado varias medidas a la vez, como
ocurre en el caso de la medidas a que se refiere el artículo 155, al autorizar que el tribunal
podrá imponer una o más de estas medidas según resultare adecuado al caso y ordenará las
actuaciones y comunicaciones necesarias para garantizar su cumplimiento.
1.- LA CITACION.
Esta medida aparece como la menos intrusiva con relación al imputado, ya que no
importa privación ni restricción de la libertad personal. Se utiliza cuando fuere necesaria la
presencia del imputado ante el tribunal, según lo dispone el artículo 123 del Código.
En cuanto a las formalidades para su cumplimiento la norma citada se remite al
artículo 33, relativo a las citaciones judiciales, para que una persona pueda llevar a efecto una
actuación ante un tribunal, con los apercibimientos de ser conducido por medio de la fuerza
pública si no concurriere. En cuanto al imputado su rebeldía de comparecencia podrá agravar
su situación ya que puede ser detenido o sometido a prisión preventiva hasta la realización de
la actuación respectiva.
La ley dispone que el juez decretará la citación como medida cautelar, con exclusión de
otras más graves, en aquellos casos en que la imputación se refiera a faltas, o delitos que la ley
no sancionare con penas privativas ni restrictivas de libertad, como se regula en el artículo
124. Sin embargo, puede preterirse la citación en estos delitos y, por consecuencia, disponerse
una medida más seria, en los siguientes casos:
a) En la situación prevista en el inciso cuarto del artículo 134, o sea, cuando el imputado
hubiere cometido algunas de las faltas contempladas en el Código Penal, en los artículos 494
N°s 4 y 5 y 19, exceptuando en este último caso, los hechos descritos en los artículos 189 y
233; 495 N° 21 y 496 N°s 5 y 26. En resumen las faltas que autorizan la detención, son las
amenazas con armas blancas o de fuego, o al que riñendo con otro las sacare, como no sea con
motivo justo; las lesiones leves; el que ejecutare alguno de los hechos penados en los artículos
448, 467, 470 y 477 del Código Penal, siempre que el delito se refiera a valores que no excedan
de una unidad tributaria mensual, que son apropiaciones, estafas e incendios menores; los
daños menores en bienes públicos o de propiedad particular; la ocultación del nombre a la
autoridad y el que tirare piedras u otros objetos arrojadizos en parajes públicos, con riesgo de
los transeúntes, o lo hiciere a las casas o edificios, en perjuicio de los mismos o con peligro de
las personas.
2.- LA DETENCIÓN.
Es una medida cautelar personal por la cual se priva de libertad a una persona por un breve
tiempo a fin de ser puesto a la presencia del Juez, sin previa citación, cuando de otra manera la
comparecencia pudiera verse demorada o dificultada.
Para que sea procedente la detención, según el artículo 125, será necesario que la
orden sea expedida por funcionario público expresamente facultado por la ley y después que
dicha orden le sea intimada al imputado en forma legal, a menos que fuere sorprendido en
delito flagrante y, en este caso, para el único objeto de ser conducido ante la autoridad
correspondiente.
Casos en que una persona puede ser detenida.
La ley establece dos maneras en que una persona imputada de un delito puede ser
legalmente detenida:
c) El que huyere del lugar de comisión del delito y fuere designado por el ofendido u otra
como autor o cómplice;
El artículo 129 señala las personas que pueden detener en la situación de flagrancia:
2.- Los agentes policiales. Estas autoridades deben detener a una persona en las
siguientes situaciones:
a) cuando lo sorprendieren in fraganti en la comisión de un delito;
f) al que violare la condición del artículo 238, letra b), que le hubiere sido impuesta
para la protección de otras personas. Se trata de uno de las requisitos para que proceda la
suspensión condicional del procedimiento, esto es, la de abstenerse el imputado de frecuentar
determinados lugares o personas.
En primer lugar, la ley permite la detención en caso de flagrancia, aún en los casos de
delitos que requiere para su persecución, instancia particular previa, si el hecho fuere de
aquellos previstos y sancionados en los artículos 361 a 366 quater del Código Penal, delitos de
violación u otros de connotación sexual.
El artículo 131 del código regula los plazos de detención y, en lo que respecta a la
flagrancia, dispone que el agente policial que la hubiere realizado o el encargado del recinto de
detención deberán informar de de dicha detención al ministerio público dentro de un plazo
máximo de doce horas.
El fiscal aludido, en dicha situación puede disponer la libertad del detenido u ordenar
que éste sea conducido ante el juez dentro de un plazo máximo de veinticuatro horas, contado
desde que la detención se hubiere practicado. Si el fiscal nada manifestare, la policía deberá
presentar al detenido ante el juez en el mismo plazo de veinticuatro horas. Por lo tanto, el
plazo máximo de la detención en el caso de flagrancia no puede exceder de las veinticuatro
horas. En todo caso, si el fiscal dispone la comparecencia del detenido ante el juez, deberá en
el mismo acto, dar conocimiento de esta situación al abogado de confianza de aquél o a la
Defensoría Penal Pública. En esta situación, la ley da por cumplida esta obligación desde el
momento que la policía deje al detenido bajo la custodia de Gendarmería del respectivo
tribunal.
La detención judicial.
Esta privación de libertad, como medida cautelar personal, es la que decide un juez a
través de una resolución judicial. Esta medida se dictará, en primer lugar, en los casos
señalados en el artículo 127 del Código, a solicitud del ministerio público y procederá:
1.- cuando de otra manera la comparecencia del imputado pudiere verse demorada o
dificultada;
2.- Cuando la presencia del imputado a una audiencia judicial fuere condición de ésta;
En segundo término, puede decretarse una detención judicial en el caso del artículo
128 del Código y es una medida que compete a cualquier tribunal, aunque no ejerza
jurisdicción penal y procederá en contra de las personas que, dentro de la sala de despacho del
juez, cometieren algún crimen o simple delito.
El inciso primero del artículo 131 dispone que cuando la detención se practicare en
cumplimiento de una orden judicial, la policía o el encargado del recinto de detención deberán
conducir de inmediato al detenido a presencia del juez que hubiere expedido la orden. Si no
fuere posible por no ser hora de despacho, podrá mantenerse al detenido en el recinto policial
o de detención hasta el momento de la primera audiencia judicial, por un periodo que en caso
alguno excederá las veinticuatro horas.
Excepciones:
1.-Tratándose de la ley antiterrorista, el artículo 11 de dicho cuerpo legal dispone que siempre
que las necesidades de la investigación así lo requieran, a solicitud del fiscal y por resolución
fundada, el juez de garantía podrá ampliar hasta por diez días los plazos para poner al
detenido a su disposición y para formalizar la investigación.
El código en el artículo 135 dispone el derecho del imputado a ser informado por el
funcionario público a cargo del procedimiento, con motivo de la detención y este beneficio
comprende los siguientes aspectos:
b) Acerca de los derechos establecidos en los artículos 93, letras a), b) y g), y 94, letras f) y
g). O sea a saber, de los hechos que se le imputaren, los derechos que le otorgan la
Constitución y las leyes; a la asistencia de un abogado y a guardar silencio; a tener entrevista
con su abogado y tener a sus expensas ciertas comodidades y ocupaciones compatibles con la
seguridad del recinto penal.
Fiscalización.
El artículo 136 del código dispone que el fiscal y, en su caso, el juez, deberán
cerciorarse del cumplimiento de lo previsto en el artículo precedente. Si comprobaren que ello
no hubiere ocurrido, informarán de sus derechos al detenido y remitirán oficio, con los
antecedentes respectivos, a la autoridad competente, con el objeto de que aplique las
sanciones disciplinarias correspondientes o inicie las investigaciones penales que procedieren.
El artículo 137, en relación a esta materia, obliga que en los recintos policiales,
judiciales, del ministerio público y de la defensoría penal pública, deberán exhibirse en lugar
destacado y claramente visible al público u cartel que anuncie los derechos de las víctimas, y
otro de los derechos de los detenidos.
El artículo 138 del Código permite que el imputado pueda permanecer detenido en su
residencia. Esta situación de excepción se producirá en los casos previstos en el párrafo
segundo del N° 6 del artículo 10 del Código Penal, es decir, cuando se estime preliminarmente
que ha existido legítima defensa para reprimir los delitos de robo con escalamiento y cuando
ha impedido o tratado de impedir la consumación de ciertos delitos como los de secuestro, de
violación, parricidio, homicidio y los robos con violencia o intimidación. La ley expresa,
además, que si la residencia del detenido estuviere fuera de la ciudad donde funcionare el
tribunal, la detención se hará efectiva en la residencia que aquél señalare dentro de la ciudad
en que se encontrare el tribunal.
Objetivo de la audiencia.
El artículo 132 del Código dispone que esta declaración de ilegalidad no impedirá al fiscal
formalizar de todos modos la investigación y de pedir medidas cautelares, sólo pierde el
derecho a solicitar ampliación de la detención. Además, declara la norma, que la declaración
de ilegalidad de la detención no producirá efecto de cosa juzgada en relación con las
solicitudes de exclusión de prueba que se hagan oportunamente, de conformidad con lo
previsto en el artículo 276 del Código.
Si bien en esta audiencia nada se dice del defensor, sin embargo, su presencia es obligatoria ya
que el artículo 8 dispone que el imputado tiene derecho a ser defendido por un letrado desde
la primera actuación del procedimiento dirigido en su contra y, porque el artículo 93 del
mismo código dispone en la letra b) como un derecho específico del imputado el de ser
asistido por un abogado, desde los actos iniciales de la investigación.
El artículo 133 señala que dichos encargados no podrán aceptar el ingreso de personas sino en
virtud de órdenes judiciales.
3.- LA PRISION PREVENTIVA
La prisión preventiva constituye la medida cautelar personal más extrema que contempla el
Código y por la cual se priva de libertad al imputado de manera indefinida, dentro del
procedimiento, mientras no se la revoque, se la deje sin efecto o se la sustituya por otra
menos gravosa.
Para decretarla el juez debe considerar, primero, el principio básico general establecido en el
artículo 122, que dispone que sólo deberá imponerla a un imputado cuando fuere
absolutamente indispensable para asegurar la realización de los fines del procedimiento y, en
segundo lugar, el específico de esta medida en la que el artículo 139 exige que deberá
disponerla el juez cuando las demás medidas, por supuestos menos graves, fueren estimadas
como insuficientes para asegurar las finalidades del procedimiento, la seguridad del ofendido o
de la sociedad.
1.- Formalización previa: El artículo 140 del código dispone que una vez formalizada la
investigación se podrá decretar la prisión preventiva, lo cual importa la realización de una
audiencia específica de formalización para que en ella se solicite la cautelar aludida;
2.- Petición formal de parte. El tribunal no la puede decidir de oficio, por lo que deberá ser
solicitada la medida cautelar por el ministerio publico o por el querellante, si existe.
3.- Que concurran los antecedentes que exige el artículo 140 del código procesal penal y que
son los siguientes:
a) Aquellos que justificaren la existencia del delito que se investiga. Lo cual debe cumplirse si
se demuestra con pruebas que el hecho punible se ha configurado, ya sea en situación de
consumación o en los estados de tentativa o de frustración;
c) Que existan antecedentes calificados que permitieren al tribunal considerar que la prisión
preventiva es indispensable para el éxito de diligencias precisas y determinadas de la
investigación, o que la libertad del imputado es peligrosa para la seguridad de la sociedad o del
ofendido, o que exista peligro de que el imputado se de a la fuga. Todas estas últimas
condiciones, salvo el peligro de fuga, se contienen como justificativas para impedir la libertad
provisional en la Constitución Política. En efecto la letra e) del N ° 7 del articulo 19 de dicha
carta, dispone que la libertad del imputado procederá a menos que la detención o prisión
preventiva sea considerada por el juez como necesaria para las investigaciones o para la
seguridad del ofendido o de la sociedad, ordenando que será la ley quien establecerá los
requisitos y modalidades para obtenerla.
Frente a los casos señalados de peligros abstractos o concretos que considera la ley para
impedir la libertad del imputad, la ley regula cada uno de ellos, de la forma siguiente:
Entiende la ley que es peligrosa para el éxito de las investigaciones la libertad del imputado,
cuando existiere sospecha grave y fundada que éste pudiera ejecutar las siguientes conductas:
Ofendido es la victima directa del hecho punible. En esta situación la ley entiende que la
seguridad del ofendido se encuentra en peligro por la libertad del imputado, cuando existieren
antecedentes calificados que permitieren presumir que éste realizara atentados en contra de
aquél, o en contra de su familia o de sus bienes.
La ley establece que el tribunal deberá considerar las siguientes circunstancias de peligro
social:
1.- cuando los delitos imputados tengan asignada pena de crimen en la ley que los consagra.
En realidad no se ve diferencia con el motivo concreto señalado en el N ° 1 de la letra anterior;
2.- cuando el imputado hubiere sido condenado con anterioridad por delito al que la ley señale
igual o mayor pena, sea que la hubiere cumplido efectivamente o no;
3.- cuando se encontrare sujeto a alguna medida cautelar personal, en libertad condicional o
cumpliendo alguna de las penas sustitutivas a la ejecución de las penas privativas o restrictivas
de libertad contemplados en la ley.
IV. El peligro de fuga. Esta circunstancia no está explicada en el Código y sólo se indica que
puede decretarse la prisión preventiva en el artículo 140 del código, que menciona “peligro de
que el imputado se dé a la fuga”.
Sin perjuicio de lo anterior, el artículo 141 del código precisa los casos en que no debe
disponerse la prisión preventiva:
Excepciones:
El mismo artículo considera, respecto de los casos señalados, algunas excepciones en las que
se podrá decretar la prisión preventiva:
1.- cuando el imputado hubiere incumplido alguna de las medidas cautelares previstas en el
articulo 155;
2.- cuando el tribunal considerare que el imputado pudiere incumplir con su obligación de
permanecer en el lugar del juicio hasta su termino y presentarse a los actos de procedimiento,
como a la ejecución de la sentencia, inmediatamente que fuere requerido o citado de
conformidad a los artículos 33 y 123;
3.- tratándose del imputado que no asistiere a la audiencia del juicio oral, la resolución de
prisión preventiva se dictará en la misma audiencia, a petición del fiscal o del querellante.
La solicitud de esta medida cautelar deberá ser formulada por el ministerio público o el
querellante, quienes son los sujetos legitimados para impetrar la prisión preventiva. Dicha
solicitud, por regla general, se presentará de manera verbal, puesto que el artículo 142
dispone que se solicitará en la audiencia de formalización de la investigación, en la audiencia
de preparación del juicio oral o en la audiencia del juicio oral. No obstante lo anterior, la ley
permite que la solicitud se pueda presentar en cualquier etapa de la investigación, respecto
del imputado, contra quien se hubiere formalizado ésta, lo cual permite que se haga por medio
de un escrito, en este caso, deberá el juez citar a una audiencia para discutir la procedencia de
la prisión preventiva, citando a ella al imputado, su defensor y a los demás intervinientes.
Sin perjuicio de lo señalado anteriormente, conforme lo permite el artículo 144 del código, lo
resuelto puede ser modificado de oficio o a petición de cualquiera de los intervinientes, en
cualquier estado del procedimiento. En el caso del imputado este puede solicitar la revocación
de la prisión preventiva, y frente a esta petición el tribunal podrá rechazarla de plano. Sin
embargo, puede citar a todos los intervinientes a una audiencia, con el fin de abrir debate
sobre la subsistencia de los requisitos que autorizan la medida. Si la prisión preventiva hubiese
sido rechazada, ella podrá ser decretada con posterioridad en una audiencia, cuando existieren
otros antecedentes que, a juicio del tribunal, justificaren discutir nuevamente su procedencia.
Según el artículo 146 del código, la prisión preventiva puede ser reemplazada por una caución
económica suficiente, obteniendo de esta forma el imputado su libertad en el carácter de
provisional. Sin embargo, este reemplazo se permite cuando la prisión preventiva hubiere sido
o debiere ser impuesta únicamente para garantizar la comparecencia del imputado al juicio y a
la eventual ejecución de la pena, la cual debiera quedar incluida en la situación de peligro de
fuga a que se refiere la parte final de la letra c) del articulo 140 y, por lo tanto, no debiera
proceder con los otros casos de procedencia de la prisión preventiva, como son el éxito de las
diligencias del procedimiento, o el peligro para la seguridad del ofendido o de la sociedad.
La caución: Dicha garantía según la ley, podrá consistir en el depósito por el imputado u otra
persona de dinero o valores, la constitución de prendas o hipotecas, o la fianza de una o más
personas idóneas calificadas por el tribunal.
Ejecución de la caución.
El artículo 147 considera la ejecución de dichas garantías la que se producirá en los casos de
rebeldía o cuando el imputado se sustrajere a la ejecución de la pena, por lo que se procederá
a ejecutar la garantía de acuerdo con las reglas generales y se entregará el monto que se
obtuviere a la Corporación Administrativa del Poder Judicial.
Cancelación de la caución.
El mismo precepto dispone que el recurso de apelación contra esta resolución, deberá
interponerse en la misma audiencia y por lo tanto, el tribunal deberá concederlo y elevarlo a la
Corte de Apelaciones respectiva.
La ley dispone que el recurso analizado, gozará de preferencia para su vista y fallo, debiendo
ser agregado extraordinariamente a la tabla del mismo día de su ingreso al tribunal de alzada,
o a más tardar a la del día siguiente hábil. Para tal efecto, se dispone que ese tribunal deberá
establecer una sala de turno que conozca estas apelaciones en días feriados.
Orden de no innovar.
En los casos de hechos punibles distintos a los que se refiere el inciso segundo del artículo 149,
la ley dispone que estando pendiente el recurso contra la resolución que dispone la libertad,
para impedir la posible fuga del imputado, la Corte de Apelaciones respectiva tendrá la
facultad de decretar una orden de no innovar, desde luego y sin esperar la vista del recurso de
apelación del fiscal o del querellante.
El artículo 150 del código se preocupa de la vigilancia por la jurisdicción de la manera como se
ejecuta esta medida cautelar, que importa la privación de libertad de una persona,
entregándole dicha competencia al tribunal que conociere de la causa que dispuso la prisión
preventiva.
El mismo precepto vuelve a privilegiar dicho principio al disponer que el imputado será tratado
en todo momento como inocente. Recuerda de este modonorma contenida en el artículo 4°
del mismo código que establece el aludido principio. Pero tratándose de la prisión preventiva
ordena que ésta medida se cumplirá de manera tal que no adquiera las características de una
pena, ni provoque otras limitaciones que las necesarias para evitar la fuga y para garantizar la
seguridad de los demás internos y de las personas que cumplieren funciones o por cualquier
motivo se encontraren en el recinto.
La norma aludida ordena que el tribunal respectivo, adoptará y dispondrá las medidas
necesarias para la protección de la integridad física del imputado, en especial aquéllas
destinadas a la separación de los jóvenes y no reincidentes respecto de la población
penitenciaria de mayor peligrosidad.
Como se sabe la prisión preventiva solo restringe la libertad personal del imputado y no afecta
otros derechos de éste, de tal modo que cualquier restricción que la autoridad penitenciaria
impusiere al imputado deberá ser inmediatamente comunicada al tribunal, con sus
fundamentos. El juez podrá dejarla sin efecto si la considerare ilegal o abusiva, convocando, si
lo estimare necesario, a una audiencia para su examen.
El artículo 151 del Código autoriza al tribunal, por petición del fiscal, para restringir o prohibir
las comunicaciones del detenido o preso hasta por un máximo de diez días. Dicho gravamen se
decretará cuando el juez considerare que esa prohibición resulta necesaria para el exitoso
desarrollo de la investigación. La ley sin embargo, atenúa dicha prohibición al asegurar que
esta facultad no puede restringir el acceso del imputado a su abogado en los términos del
artículo 94, letra f), ni al propio tribunal. Tampoco se puede restringir el acceso a una
apropiada atención médica del imputado. En cuanto a su forma de cumplir la prohibición el
código expresa que el tribunal deberá instruir a la autoridad encargada del recinto en que el
imputado se encontrare acerca del modo de llevar a efecto la medida, el que en ningún caso
podrá consistir en el encierro en celdas de castigo.
El artículo 152 del Código establece límites temporales de la prisión preventiva, disponiendo
dos formas para apreciar el plazo de su cumplimiento:
1.- En primer término, el juez deberá ordenar la conclusión de la prisión preventiva cuando no
subsistieren los motivos establecidos por la ley que justificaren en su tiempo esa medida
cautelar;
2.- En segundo lugar, el juez terminará la prisión preventiva, cuando ésta hubiere alcanzado la
mitad de la pena privativa de libertad que se pudiere esperar en el evento de dictarse
sentencia condenatoria, o de la que se hubiere impuesto existiendo recursos pendientes, para
lo cual citará de oficio a una audiencia, con el fin de considerar su cesación o prolongación.
Además de lo anterior, el legislador en el artículo 153 del código dispone que el tribunal debe
poner término a esta medida cautelar, cuando dictare sentencia absolutoria y cuando
decretare sobreseimiento definitivo o temporal, aunque dichas resoluciones no se encontraren
ejecutoriadas. En todo caso, el precepto autoriza para sustituir la prisión preventiva por
aquellas medidas a que se refiere el artículo 155 del código, cuando se consideraren necesarias
para asegurar la presencia del imputado.
El código en el artículo 154 establece reglas comunes para la resolución judicial que disponga
cualquiera de ambas medidas cautelares. Señala la norma que toda orden en este sentido será
expedida por escrito por el tribunal y contendrán además:
Estas medidas cautelares personales se contienen en el artículo 155 del código que
enumera y aplica en el procedimiento penal otras medidas, que se autorizan, como dice la ley,
para garantizar el éxito de las diligencias de investigación o la seguridad de la sociedad,
proteger al ofendido o asegurar la comparecencia del imputado a las actuaciones del
procedimiento o ejecución de la sentencia.
La ley dispone, aparte de los motivos que la justifican y que dieron en el acápite
anterior, que deben reunirse los siguientes requisitos para otorgar estas otras medidas
cautelares personales:
2.- que exista petición formal del fiscal, del querellante o la víctima.
Por la ley N° 20.585 de 2012, se estableció una nueva medida cautelar, sólo referida a
las investigaciones por fraude en el otorgamiento de licencias médicas. En este caso, el artículo
156 bis autoriza al tribunal, para en la oportunidad y a petición de las personas señaladas en el
artículo 155, decretar la suspensión de la facultad de emitir dichas licencias, mientras dure la
investigación o por el menor plazo que, fundadamente, determine.
El artículo 156 del código permite la suspensión temporal de estas medidas cautelares
especiales.
Requisitos:
2.- si ello no pone en peligro los objetivos que se tuvieron en vista al decretar tales
medidas.
3.- petición del interesado o afectado por ellas oyendo al Fiscal y previa citación de los
demás intervinientes que hubieren participado en la audiencia en que se decretaron.
En lo que se refiere a estas medidas cautelares el artículo 157 del Código se remite a
las medidas precautorias tratadas en el Código de Procedimiento Civil en el Título V del Libro II,
o sea, aquellas que sirvan para asegurar el resultado de las pretensiones civiles.
Se pueden impetrar:
La víctima
Tramitación:
b) se pueden decretar sin audiencias de la persona contra quien se pide (artículo 289
del C.P.C.)
Son apelables las resoluciones que negaren o dieren lugar a las medidas precautorias,
termina señalando el artículo 158 del código.
Introducción:
Como se ha expuesto por los autores, el proceso constituye una forma de solución de los
conflictos de intereses de relevancia jurídica y para su constatación práctica dicho método se
compone a su vez de actos jurídicos procesales de carácter sucesivos y normalmente
relacionados entre si, reglados por la ley, lo que permite a las partes plantear sus pretensiones
y a la jurisdicción juzgarlas a través de la sentencia que resuelva la contienda. El proceso se
materializa en el procedimiento, normalmente reglado por la ley y para cuya legitimidad se
sostiene en principios formativos, que como, el dispositivo, el de bilateralidad de la audiencia,
de la publicidad, el del orden consecutivo legal, de la preclusión y la buena fe constituyen la
garantía del debido proceso de ley que se consagra en nuestra Constitución en el artículo 19
Nº 3 inciso sexto.
De esta manera, para que se consolide este principio y para la eficacia del mandato, en cuanto
ordena al legislador establecer un procedimiento e investigación racionales y justas que
legitime la tarea de juzgar, por lo que resulta imprescindible que los actos y actuaciones que
constituyen el procedimiento, se ejecuten en conformidad a las formalidades establecidas por
la ley. Si dicha regularidad se desvía o no se cumple adecuadamente, los actos jurídicos
procesales resultan ineficaces y puede con ello provocar también la nulidad del fallo definitivo
si el vicio incide de manera sustancial en la decisión que aquella resolución contiene. De este
modo, aparece evidente la necesidad de contar con remedios procesales eficaces para enervar
los efectos del acto viciado, lo que puede ejercitarse a través de recursos procesales, ya sea de
reforma o de nulidad (casación, revisión y nulidad en el nuevo Código Procesal Penal) y
también a través de mecanismos de impugnación especiales como lo seria la nulidad procesal,
cuya finalidad sólo será declarar el acto ineficaz o los que sean su consecuencia para así
reponer la tramitación del asunto y volverlo a iniciar respetando las normas procesales.
Concepto:
Según el Profesor Julio Salas Vivaldi la nulidad procesal es la sanción mediante la cual se priva a
un acto o actuación del proceso o a todo él de sus efectos normales previsto por la ley, cuando
en su ejecución no se han guardado las formas prescritas por aquella. (“La ley 18.705 y la
Nulidad Procesal” Publicado por la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad
de Concepción).
Por ello es que conforme la naturaleza escrita y además, de algún modo inquisitivo de los
procesos tradicionales, se señalan como sus principales características:
a) La nulidad debe ser declarada por el tribunal a través de una resolución que señale de
manera expresa la ineficacia del o de los actos procesales viciados: artículo 83 del Código de
Procedimiento Civil “la nulidad procesal podrá ser declarada, de oficio o a petición de
parte,...”; el artículo 72 Código de Procedimiento Penal dispone “La declaración de nulidad de
un acto...” “El tribunal, al declarar la nulidad,...”. De esta forma, los vicios procesales no se
sanean de pleno derecho, por lo que el acto viciado puede ejecutarse y producir todos sus
efectos previstos por el legislador y precluirá el ejercicio de nulidad una vez que se produzca el
efecto básico de la sentencia ejecutoriada, cual es la cosa juzgada, a menos de concurrir el
vicio de falta de emplazamiento, conforme las normas de los artículos 80 y 182 del Código de
Procedimiento Civil.
b) Por regla general y conforme al principio dispositivo la nulidad procesal debe ser alegada
por las partes y por excepción, se puede declarar de oficio por el tribunal, tratándose de la
incompetencia absoluta o cuando el vicio afecte una circunstancia esencial para la ritualidad o
la marcha del juicio (artículos 83 inciso 1º y 84 inciso 3º del Código de Procedimiento Civil y 71
inciso 2º del Código de Procedimiento Penal).
c) Frente a la titularidad de la nulidad, se prescribe además que la parte que la invoca, debe ser
agraviada con el vicio; no sea causante del mismo y que lo haya alegado oportunamente. Para
el tribunal, aparte de tratarse de vicios esenciales que afecten directamente la relación
procesal, no procede subsanar por esta vía, las actuaciones viciadas en razón de haberse
realizado éstas fuera del plazo fatal indicado por la ley (artículo 84 inciso final del Código de
Procedimiento Civil y 72 inciso 3º parte final del Código de Procedimiento Penal.
d) Por regla general, la nulidad procesal afecta sólo al acto viciado y por excepción puede tener
efectos extensivos. El artículo 83 inciso final del Código de Procedimiento Civil preceptúa que:
“La declaración de nulidad de un acto no importa la nulidad de todo lo obrado. El tribunal al
declarar la nulidad, deberá establecer precisamente cuáles actos quedan nulos en razón de su
conexión con el acto anulado”. A su vez, el artículo 72 del Código de Procedimiento Penal,
resulta más explícito con respecto del efecto extensivo de la nulidad: “la declaración de
nulidad de un acto lleva consigo la de los actos consecutivos que de él emanan o dependen”.
e) El principio de trascendencia, que exige el perjuicio para quien pretenda la nulidad procesal.
De este modo, sólo es posible invalidar un acto del proceso, cuando provoque un agravio
irreparable a la parte, que sólo pueda subsanarse con la invalidación de dicha actuación
procesal. Así lo confirma el artículo 83 del Código de Procedimiento Civil al expresar que podrá
declararse la nulidad en todos aquellos casos en que exista un vicio que irrogue a alguna de las
partes un perjuicio reparable sólo con la declaración de nulidad. El artículo 70 del Código de
Procedimiento Penal niega la nulidad procesal a quien no le afecta el vicio.
f) La nulidad procesal se puede convalidar y está afecta por esencia a la preclusión. Lo cual
importa que debe ser alegada durante el desarrollo del proceso, dentro de los plazos
establecidos por la ley y antes que el juicio se termine por sentencia ejecutoriada. El inciso 2º
del artículo 83 del Código de Procedimiento Civil preceptúa que la nulidad sólo podrá
impetrarse dentro de cinco días contados desde que aparezca o se acredite que quien deba
reclamar de la nulidad tuvo conocimiento del vicio, a menos que se trate de la incompetencia
absoluta del tribunal. La parte que ha originado el vicio o concurrido a su materialización o que
ha convalidado tácita o expresamente el acto nulo, no podrá demandar la nulidad. En el
artículo 71 bis del Código de Procedimiento Penal, se dispone que las nulidades quedan
subsanadas si las partes que tengan derecho a oponerlas han aceptado expresa o tácitamente
los efectos del acto, y cuando, no obstante el vicio de que adolezca el acto, éste haya
conseguido su fin respecto de todos los interesados.
g) Las resoluciones que se pronuncian acerca de la nulidad procesal en primera instancia, son
apelables. Artículo 187 del Código de Procedimiento Civil y 72 del Código de Procedimiento
Penal.
Introducción.
Concepto:
Conforme a lo expuesto en la introducción y lo reglado en el Título VII del libro I del Código de
Procedimiento Penal se puede intentar el siguiente concepto para las nulidades procesales que
se regulan en dicho cuerpo legal.
“Medios de impugnación que pueden intentar los intervinientes que hubiesen sufrido en el
procedimiento penal un perjuicio sólo reparable con la invalidación del acto jurídico procesal, y
que puede el tribunal declarar de oficio, de manera excepcional, cuando una actuación o
diligencia judicial ha sido cumplida de manera defectuosa o con inobservancia de las formas
procesales, a fin que se renueven, rectifiquen o ratifiquen”.
Características.
a) artículo 35, que declara nulas las actuaciones de empleados subalternos por delegación de
funciones del juez que la ley obliga intervenir en esas actuaciones.
b) artículo 42 inciso final. La omisión de formalidades del registro, sólo lo privará de valor
cuando ellas no pudieren ser suplidas con certeza sobre la base de otros elementos.
c) artículo 103, que dispone que la ausencia del defensor en cualquier actuación en que la ley
exigiere expresamente su participación acarreará la nulidad de la misma.
d) artículo 142 inciso 3º. La presencia del imputado y su defensor constituye un requisito de
validez de la audiencia en que se resolviere la solicitud de prisión preventiva.
e) artículo 269. La presencia del fiscal y del defensor del imputado durante la audiencia de
preparación del juicio oral constituye un requisito de validez de la misma.
f) artículo 283 inciso 3º. La suspensión de la audiencia o la interrupción del juicio oral por un
periodo que excediere 10 dias impedirá su continuación. En tal caso, el tribunal deberá
decretar la nulidad de lo obrado en él y ordenará su reinicio.
g) artículo 284. Dispone la nulidad del juicio oral y de la sentencia que se dictare en el si no se
ha desarrollado con la presencia ininterrumpida de los jueces y del Ministerio Público.
h) artículo 287. Cuando no se cumple con la presencia del defensor en el Juicio oral.
El artículo 164 del Código Procesal Penal permite bajo ciertos supuestos la convalidación del
acto nulo, lo cual se produce en los siguientes casos:
b) cuando, a pesar del vicio, el acto cumpliere su finalidad respecto de todos los interesados,
con lo cual se refleja con mayor claridad la idea del legislador de no aceptar nulidades por la
sola inobservancia de formalidades para los actos judiciales dentro del procedimiento.
La nulidad procesal de un acto procesal afecta también la validez de los actos consecutivos que
de él emanen o dependieren y por lo tanto, le corresponderá al tribunal que la declare, fijar el
grado de extensión de la ineficacia procesal (artículo 165). Esto es sin perjuicio que el acto
viciado no arrastre a otros, caso en el cual, la invalidez solo se produce con respecto de aquella
actuación o diligencia judicial.
4.- La solicitud de nulidad constituirá preparación suficiente del recurso de nulidad para el caso
que el tribunal no resolviere la cuestión de conformidad a lo solicitado. (Artículo 165 inciso
final).
En efecto, si se dictare en el juicio oral, el artículo 364 la hace inapelable y si es resuelta por el
Juez de garantía, ninguna de las normas referente a las nulidades procesales considera la
apelación y tampoco esta resolución es de aquellas que indica el artículo 370 que señala en
cuáles casos una resolución es apelable. En estas condiciones el único recurso procedente,
será la reposición, que en general lo hace procedente en contra de las sentencias
interlocutorias, autos y de los decretos (artículo 362).
I Titulares:
a) por regla general, el titular lo será el interviniente en el procedimiento que sea perjudicado
por el vicio que se reclama. La limitación que impone la ley para el ejercicio de la nulidad
procesal es que aquel que la promueva no haya sido quien hubiere concurrido a causarlo, caso
en el cual, dicho titular pierde el derecho a impetrarla, lo que es una derivación del principio
formativo de probidad o buena fe. (Articulo 162).
2.- En cambio, si el vicio que ha detectado el tribunal es de aquellos a los que la ley les concede
la presunción de derecho del perjuicio, se le permite al juez declarar la nulidad de oficio.
(Articulo 163 parte final).
En esta parte la ley distingue entre el vicio cometido en una audiencia de aquel producido
fuera de ésta:
La oportunidad también está relacionada con las distintas etapas en que se desenvuelve el
procedimiento ordinario. De esta manera, el cambio de las etapas de investigación, a
preparación del juicio oral y de esta al juicio mismo, hace precluir la posibilidad de anular por
esta vía actos procesales verificados en fases ya concluidas. Así, lo señala el articulo 161 del
Código Procesal Penal, en cuanto expresa: “Con todo, no podrá reclamarse la nulidad de
actuaciones verificadas durante la etapa de investigación después de la audiencia de
preparación del juicio oral”. A su vez, el articulo 165 emplea la misma fórmula: “Con todo, la
declaración de nulidad no podrá retrotraer el procedimiento a etapas anteriores, a pretexto de
repetición del acto, rectificación del error o cumplimiento del acto omitido”, restricción que
sólo opera con respecto de la nulidad procesal pero que no es aplicable al recurso de nulidad
que se regla en los artículos 372 y siguientes del Código aludido.
III Procedimiento:
En este caso, el reclamo deberá efectuarse por escrito y el interviniente perjudicado deberá
fundamentar su pretensión. La falta de fundamentación conlleva la inadmisibilidad de la
solicitud puesto que la ley emplea la expresión “deberá”.
Esta solicitud deberá tramitarse de manera incidental, con lo cual el tribunal, deberá dar
conocimiento o audiencia a los demás intervinientes, en mi opinión conforme al
procedimiento incidental del Código de Procedimiento Civil, en aplicación supletoria según el
articulo 52 del Código Procesal Penal, ya que de emplearse la expresión “incidentalmente” en
el articulo 161 no permitiría actuar de la forma considerada en el inciso segundo del artículo
38, en cuanto ordena que las presentaciones escritas serán resueltas por el tribunal antes de
las veinticuatro horas siguientes a su recepción.
En este caso, la nulidad procesal deberá impetrarse verbalmente y en este evento deberá ser
resuelta en la audiencia, conforme se aplique el inciso 1° del artículo 38 del Código Procesal
Penal.
IV Resolución:
El tribunal deberá resolver la nulidad procesal mediante una resolución que deberá ser
fundada en los términos que ordena el artículo 36 del Código Procesal Penal y en ella deberá
expresar sucintamente, pero con precisión, los motivos de hecho y de derecho en que se
basaren las decisiones tomadas. En este caso, rechazando o acogiendo la nulidad. En el primer
caso, no habrá nada de corregir o renovar y deberá seguir el desarrollo del procedimiento. Sin
embargo, servirá la nulidad como un medio para preparar el recurso de nulidad.
En cuanto a la resolución que acoja la nulidad procesal, los efectos de esta decisión son más
complejos y conviene precisarlos.
En primer término, es necesario señalar cuál es el acto que se declara nulo por el vicio que lo
contenía, pero además, por su efecto extensivo el tribunal estará en deber de declarar nulas
también todas aquellas actuaciones o diligencias judiciales que emanaren o dependieren de
aquel y la ley ordena, además, determinar concretamente cuáles son los actos a los que la
nulidad se extendiere y siendo posible deberá ordenar que se renueven, rectifiquen o
ratifiquen.
Por otro lado, la nulidad procesal no sirve para retrotraer el procedimiento a etapas anteriores
de la cual se produjo el acto. Así, si durante la audiencia de preparación del juicio oral se
declarare la nulidad de actuaciones judiciales realizadas durante la etapa de investigación, el
tribunal no podrá ordenar la reapertura de ésta. Así mismo, las nulidades declaradas durante
el desarrollo de la audiencia de juicio oral no retrotraerán el procedimiento a la etapa de
investigación o a la audiencia de preparación del juicio oral (artículo 165). De este modo, a
pretexto de repetición del acto, rectificación del error o cumplimiento del acto omitido, las
etapas ya agotadas en el procedimiento penal no se repiten, con ocasión de esta nulidad. Sin
embargo, el legislador reservó una excepción a esta regla, en los siguientes términos: “salvo en
los casos en que ello correspondiere de acuerdo con las normas del recurso de nulidad”, con lo
cual pareciera entender que a través de este recurso se puede retrotraer el procedimiento a
etapas anteriores. Sin embargo, al definir este arbitrio el legislador en el artículo 372 expresa
que el fin del recurso es invalidar el juicio oral y la sentencia definitiva, o solamente ésta,
extremo que luego se repite también en el artículo 384 que ordena que en la sentencia que
acoja el recurso se exprese si es nulo el juicio oral o la sentencia definitiva o si solamente es
nula dicha sentencia, de este modo la excepción aludida no difiere mayormente respecto de
los efectos retroactivos que tiene la resolución que acepta la nulidad procesal y aquella que
acoja el recurso de nulidad.