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SEGUNDA UNIDAD: EL SISTEMA ACUSATORIO EN EL NUEVO CODIGO PROCESAL PENAL DE

2.000.

2.1 INTRODUCCIÓN.

El Proyecto de Código Procesal Penal presentado al Congreso Nacional el 9 de junio de


1995 por el Ejecutivo, presenta como objetivo global la modernización de la justicia -definida
como la maximización de las garantías y la imparcialidad del estado democrático y el
incremento del bienestar- teniendo como finalidad, la de efectuar reformas en tres áreas:

Acceso a la justicia

Derecho de Menores

Sistema penal

Sin perjuicio de lo anterior, se aclara en el mensaje del proyecto de código, que la


reforma del sistema penal es más amplia que el cambio del proceso penal mismo, lo cual
supone modificar criterios de:

a) criminalización primaria (lesividad y última ratio)

b) supervigilancia en la ejecución de las penas

c) profundizar la relación entre el Estado y la Policía más oportunidad y selectividad en


el uso de la fuerza y

d) de un modo urgente y prioritario modificar el proceso penal para transformarlo en


un juicio genuino, con igualdad de armas entre el Estado y el inculpado y con plena vigencia de
la oralidad, el principio de oportunidad y la inmediación.

Se informa que la reforma al proceso penal es el primer paso hacia un cambio del
sistema penal en su conjunto, lo cual debe producirse a través de dos mecanismos principales.

a) La creación del Ministerio Público.

Con un rol específico como órgano acusador, el cual debe asumir la función de
ordenar la utilización de los recursos represivos conforme a criterios generales, conocidos y
legitimados por medio de la discusión pública y frente a órganos representativos de la
comunidad.

b) devolver a las decisiones judiciales, y en especial a la sentencia, su plena centralidad


como forma de control y legitimación de la utilización de dichos métodos represivos.
En resumen, se pretende abandonar el modelo inquisitivo y avanzar hacia otro con una
orientación de carácter acusatorio, de tal modo, que la reforma de la Justicia Criminal aparezca
como una reacción natural frente a las deficiencias del sistema antiguo.

Pretende además, adecuar dicha reforma a los procesos de desarrollo político y


económico de los últimos tiempos, ya que como se enfatizó en el Mensaje, las deficiencias de
la justicia criminal son fuente de MARGINALIDAD y de IMPUNIDAD, ante lo cual se pretende
asegurar: el principio de inocencia equilibrando además, la protección de los intereses de la
víctima.

Se aspira, además, que el eje del procedimiento propuesto está constituido por la
garantía del juicio previo, es decir, el derecho de todo ciudadano, a quien se le imputa un
delito, para exigir la realización de un juicio público, ante un tribunal imparcial que juzgue, por
medio de una sentencia, si concurren o no los presupuestos para la aplicación de una pena o
una medida de seguridad.

Como elemento integrante de esta garantía básica se consagra el sistema oral. A partir
de la constatación de que este método sencillo y directo de comunicación, se llega a la
conclusión de que es el único que permite asegurar que el conjunto de actos que constituyen
el juicio se realicen de manera pública, concentrada, con la presencia permanente de todos
los intervinientes y sin admitir la posibilidad de mediaciones o delegaciones, que tantos
problemas y distorsiones han causado en el sistema inquisitivo. Pero además de constituir una
garantía, el juicio público y su realización por el método oral, es el mecanismo indispensable
para que la administración de justicia cumpla con las demás funciones que la sociedad le
encomienda. Una de ellas es la de resolver los conflictos, en este caso penal, de un modo que
sea percibido como legítimo por la sociedad. Esta función no puede ser cumplida si los actos
constitutivos del procedimiento no resultan comprensibles en una sociedad organizada.

De esta manera, el proceso penal puede desempeñar un importante efecto preventivo


general, que normalmente se atribuye a la etapa de ejecución de la pena. Directamente
vinculado con la exigencia del juicio previo, se encuentra el principio que obliga a tratar al
imputado como inocente mientras no haya sido dictada en su contra una sentencia
condenatoria. Como consecuencia directa a este principio surge la necesidad de rediseñar el
régimen de medidas cautelares aplicables a quienes se encuentran en calidad de imputados.
Esto se traduce en lo siguiente:

a.- Se propone dar plena aplicación a la presunción de inocencia afirmando que quién
es objeto de un procedimiento criminal en calidad de imputado no debe sufrir ningún
detrimento, respecto del goce y ejercicio de todos sus derechos individuales, en tanto éstos no
se vean afectados por la imposición de una pena. No obstante, a partir del reconocimiento de
la necesidad de proteger los objetivos del procedimiento respecto de actuaciones del
imputado que pudieren afectarlo, se autoriza al juez para adoptar un conjunto de medidas
específicas y debidamente fundadas que restrinjan los derechos del imputado, cuando
aparezcan indispensables para garantizar su comparecencia futura a los actos del
procedimiento o al cumplimiento de la pena; para proteger el desarrollo de la investigación;
para asegurar los resultados pecuniarios del juicio o para amparar a las víctimas.
b.- El proyecto establece, además, un conjunto de controles respecto de las medidas
cautelares que implican formas de privación de libertad, buscando racionalizar y limitar al
máximo su utilización. Además se han establecido límites a la aplicación de la prisión
preventiva, destinados a mantener un criterio de proporcionalidad, en especial en aquellos
que puedan ser favorecidos con algunas de las penas alternativas contempladas en la Ley Nº
18.216.

Por otro lado, se han creado un grupo de medidas cautelares personales menos
intensas que la prisión preventiva y que el juez debe utilizar con preferencia cuando resulten
adecuadas para asegurar los objetivos del procedimiento.

Con la misma orientación de elevar la posición de la víctima en el procedimiento


criminal, se mantiene la posibilidad de la querella por parte del ofendido, para su intervención
formal en el procedimiento. También se considera la facultad para que el querellante pueda,
incluso, forzar una acusación cuando exista mérito suficiente para ello. Se mantiene además el
ejercicio de la demanda civil en el procedimiento criminal con algunas innovaciones destinadas
a favorecer la posición de los afectados por los resultados del delito.

2.1.1. ESTRUCTURA DEL PROCEDIMIENTO PENAL ORDINARIO

El principal procedimiento penal del nuevo código es el ordinario el cual consta de tres
etapas o fases claramente diferenciadas. La investigación, la preparación del juicio oral y el
juicio oral.

1º.- Etapa:

La investigación.

Esta fase está entregada de manera principal al Ministerio Público, cuando se refiere a la
indagación de delitos y en cuanto deba ejercitar la acción penal pública y que es el organismo
establecido por la Constitución Política y la Ley Orgánica Constitucional del Ministerio Público
N ° 19.640 (D.O. de 15 de octubre de 1999), estatutos que le entregan, en resumen, a dicho
organismo, la tarea de dirigir en forma exclusiva la investigación de los hechos constitutivos de
delito y de ejercer en su caso, la acción penal pública. Asume también, dicho organismo, el
control de la policía en la investigación: En lo jurisdiccional, para vigilar la actividad represiva
del Estado se establece el JUEZ DE GARANTIA a quien se le entrega la competencia para
conocer las gestiones a que da lugar el respectivo procedimiento; para pronunciarse sobre las
autorizaciones judiciales previas que solicitare el Fiscal para realizar actuaciones que privaren,
restringieren o perturbaren el ejercicio de derechos asegurados por la Constitución.

Hitos importantes de esta fase:


a) la formalización de la investigación, prevista en el artículo 229 del código, actuación
por la cual se le comunica al imputado que se desarrolla actualmente una investigación en su
contra, respecto de delitos determinados. Puede provocar la imposición de medidas cautelares
que obligan previamente a la formalización.

b) en la misma audiencia se fija plazo para el cierre de investigación, el que no puede


superar los dos años.

c) la posibilidad de ejercer facultades que hacen excepción al principio de reserva


procesal. Siendo los más importantes, el principio de oportunidad, la suspensión condicional
del procedimiento y los acuerdos reparatorios.

d) Conclusión de la investigación, tarea que le corresponde al Fiscal cumplir y que le otorga


varias opciones procesales, como las de solicitar el sobreseimiento definitivo o temporal;
formular acusación, con lo cual el procedimiento sigue en las otras etapas o comunicar la
decisión de no perseverar en el procedimiento, por falta de antecedentes suficientes para
acusar.

2º Etapa:

Preparación del Juicio Oral.

1) Solo se llega a esta fase si hay acusación, cuyo contenido se expresa en el artículo 259.
Ocurrido tal hecho el Juez de Garantía cita a una audiencia de preparación del juicio.

2.- Luego de los traslados respectivos se desarrolla la audiencia, también cumpliendo con los
principios de la oralidad y de la inmediación. En ella se resuelven varias cuestiones:

a) corrección de vicios formales.

b) resolución de excepciones de previo y especial pronunciamiento.

c) debate acerca de las pruebas ofrecidas para el juicio

d) llamado a conciliación sobre responsabilidad civil.

e) unión o separación de acusaciones.

f) convenciones probatorias.

g) exclusión de pruebas.

h) prueba anticipada.

i) el auto de apertura del juicio oral.


3º Etapa.

JUICIO ORAL.

Tribunal competente: El Tribunal encargado de esta fase, distinto del de garantía, se


denomina tribunal de juicio oral en lo penal y será el encargado de conocer del juicio por un
hecho que constituya un crimen o simple delito. Es un tribunal, colegiado, letrado y de
derecho, que concluye su función con la sentencia definitiva, que es inapelable y que solo
admite como impugnación el recurso de nulidad.

2.1.2.- El PROCEDIMIENTO PENAL SEGÚN EL CODIGO PROCESAL PENAL.-

En el estudio en particular del proceso penal, en relación al código del ramo, es


conveniente señalar que en el libro I, se establecen las disposiciones generales, en la que se
contienen los principios básicos, la actividad procesal, las acciones en el juicio penal, los
sujetos procesales, las medidas cautelares y las nulidades procesales. Todas estas reglas
resultan ser comunes a todo procedimiento y se desarrollan desde el artículo 1 al 165 del
código.

2.2.1 LOS PRINCIPIOS BASICOS

El Código Procesal Penal inicia el Libro I con sus disposiciones generales, que vienen en
constituir las reglas comunes del procedimiento penal y aplicable, por ende, a todo otro
procedimiento especial. En su título I se reglamentan los principios básicos que son todos
aquellos derechos y garantías recogidos, tanto en nuestras propias normas constitucionales,
como en tratados internacionales celebrados y ratificados por Chile relativos a derechos
humanos.

Son:

A.- Juicio previo.

Asegura dicho principio que ninguna persona podrá ser condenada o penada ni
sometida a una de las medidas de seguridad establecidas en el Código, sino en virtud de una
sentencia fundada. Para la legitimidad de esta resolución, el artículo 1° asegura que esta
sentencia solo debe emanar de un tribunal competente e imparcial y lo será, cuando a su
respecto no concurran causales de implicancia o recusación. El Código Orgánico de Tribunales,
en los artículos 195 y 196, se señalan las inhabilidades generales, pero agrega, en materia
criminal, algunas específicas para los jueces del sistema penal, agregando tres especiales
causales de implicancia en el artículo 195, relacionadas con su participación anterior en el
juicio. Se asegura, además, el derecho de toda persona a un juicio oral y público, siendo de
cargo y de manera exclusiva la investigación del ministerio público, según lo impone el artículo
3 ° del mismo Código.
B.- Principios del nom bis in idem o única persecución.

Dicha garantía procesal se contiene en el inciso segundo del artículo 1º y por la cual se
asegura que toda persona condenada, absuelta o sobreseída definitivamente por sentencia
ejecutoriada, no podrá ser sometida a un nuevo procedimiento penal por el mismo hecho.

Garantía que también se extiende a las sentencias extranjeras (artículo 13) norma que
dispone que tendrán valor en Chile las sentencias penales extranjeras. En consecuencia, se
dispone que nadie podrá ser juzgado ni sancionado por un delito por el cual hubiere sido ya
condenado o absuelto por una sentencia firme de acuerdo a la ley y al procedimiento de un
país extranjero, a menos que el juzgamiento en dicho país hubiere obedecido al propósito de
sustraer al individuo de su responsabilidad penal por delitos de competencia de los tribunales
nacionales o, cuando el imputado lo solicitare expresamente, si el proceso respectivo no
hubiere sido instruido de conformidad con las garantías de un debido proceso o lo hubiere sido
en términos que revelaren falta de intención de juzgarle seriamente.

C.- Presunción de inocencia.

Se contempla en el artículo 4º cuando enfatiza que ninguna persona será considerada


culpable ni tratada como tal, en tanto no fuere condenada por una sentencia firme. Este
estado de inocencia debe asegurarse en todo el desarrollo del juicio penal y no debe
desvanecerse ni aun sometido el imputado a medidas cautelares personales, ya que la
finalidad de éstas, como lo señala el artículo 122, es que sólo serán impuestas cuando fueren
absolutamente indispensables para asegurar la realización de los fines del procedimiento y
sólo durarán mientras subsistiere la necesidad de su aplicación. Este principio va muy unido a
la facultad que le asiste al imputado de ejercer eficazmente su derecho a la defensa, ya que
ésta se preocupará de verificar que el estado de inocencia no se corrompa, exigiendo que lo
que se debe probar es la culpabilidad del imputado. La presunción de inocencia solo se vence
con la prueba aportada por el ministerio público, cabiéndole al defensor verificar la legalidad
de la imputación y de su demostración. Por eso es que la ley le permite al imputado no
declarar, no participar ni colaborar en la imputación, actitudes que no pueden constituir
ningún indicio de responsabilidad en su contra.

D.- Principio del Juez Natural.

Este principio, desde luego, se encuentra establecido en el inciso quinto del N ° 3 del
artículo 19 de nuestra Constitución, cuando asegura que nadie podrá ser juzgado por
comisiones especiales, sino por el tribunal que señalare la ley y que se hallare establecido por
ésta con anterioridad a la perpetración del hecho. Esta norma se repite en el artículo 2 ° del
Código Procesal Penal, estatuyendo que nadie podrá ser juzgado por comisiones especiales,
sino por el tribunal que señalare la ley y que se hallare establecido por ésta con anterioridad a
la perpetración del hecho. Para el cumplimiento de este principio se requiere:
1.- que tribunal esté establecido por la ley

2.- que exista con anterioridad a la perpetración del hecho.

3.- imposibilidad de la existencia de comisiones especiales o tribunales ad hoc, creados


para investigar determinadas conductas.

4.- que el Tribunal sea además, independiente e imparcial. (Artículo 73 C. Política y


artículo 1º CPP).

5º.- Exclusividad de la investigación penal por un sujeto distinto al Tribunal, cual es el


Ministerio Público, como un órgano autónomo. El artículo 3 ° del Código señala que esta
fiscalía dirigirá en forma exclusiva la investigación de los hechos constitutivos de delito, los que
determinaren la participación punible y los que acreditaren la inocencia del imputado, en la
forma prevista por la Constitución y la ley.

E.- Principio de legalidad.

En relación a las medidas privativas y restrictivas de libertad el artículo 5 ° del Código,


asegura: que toda citación, arresto, detención, prisión preventiva y cualquier otra forma de
privación o restricción de libertad se debe ejecutar sólo en la forma y casos señalados en la
Constitución y en las leyes.

Consecuencias de este principio.

a) Las normas que restringen la libertad o derechos del imputado o el ejercicio de sus
facultades serán interpretadas restrictivamente y no se podrán aplicar por analogía; (artículo
5º inciso 2º)

b) Que toda actuación procesal que privare al imputado o a un tercero del ejercicio de
los derechos que la Constitución asegura, o la restringiere o perturbare, requerirá de
autorización judicial previa. En este caso, el Fiscal deberá solicitar autorización al Juez de
Garantía. Sin embargo, con una modificación posterior al artículo 9 ° del Código por la ley
20.074 de 2005, dicha garantía fue restringida de manera excepcional, señalando el artículo
aludido en su inciso final: “Tratándose de casos urgentes, en que la inmediata autorización u
orden judicial sea indispensable para el éxito de la diligencia, podrá ser solicitada y otorgada
por cualquier medio idóneo al efecto, tales como teléfono, fax, correo electrónico u otro, sin
perjuicio de la constancia posterior, en el registro correspondiente. No obstante lo anterior, en
caso de una detención se deberá entregar por el funcionario policial que la practique una
constancia de aquélla, con indicación del tribunal que lo expidió, del delito que le sirve de
fundamento y de la hora en que se emitió.”

c) Concesión de un amparo judicial como cautela de tales garantías que autoriza al


mismo juez, de oficio o a petición de parte, adoptar las medidas necesarias que aseguren el
libre ejercicio de los derechos que le otorgan al imputado las garantías judiciales consagradas
en la Constitución Política o en los tratados internacionales ratificados por Chile y que se
encuentran vigentes.
Esta facultad puede llegar al extremo de suspender el procedimiento, si las medidas no
fueren suficientes para evitar una afectación sustancial de los derechos del imputado y, previo
a una audiencia, puede llegar incluso al sobreseimiento temporal del juicio (art. 10).

F. Derecho de defensa.

Se le reconoce al imputado el derecho a ser defendido por un letrado, desde la


primera actuación del procedimiento dirigido en su contra (art. 8º).

Primera actuación:

Será cualquier gestión o diligencia, sea de investigación, de carácter cautelar o de otra


especie que se realizare por o ante un tribunal con competencia en lo criminal, el Ministerio
Público o la policía, en la que se le atribuye a una persona responsabilidad en un hecho
punible. (Artículo 7)

Consecuencias del derecho:

1) es considerado de inmediato el imputado y su defensa interviniente (art. 12) y


además, sujeto procesal (párrafo 4º art. 93)

2) derecho a ser amparado por el Juez de Garantía. (Art. 95.)

3) derecho a designar libremente a un defensor (art. 102)

4) nulidad de cualquier actuación en que se omita al defensor cuando la ley exigiere


expresamente su participación.(art.103)

G.- Principio in dubio pro reo.

Que permite la aplicación de leyes procesales anteriores a su modificación, en


procesos iniciados, cuando éstas sean más favorables al imputado (art. 11).

H.- Principio de protección a la víctima.

Que se le exige tanto a la fiscalía como al tribunal: El primero para velar por la
protección y el segundo, para garantizar, conforme a la ley, la vigencia de sus derechos
durante el procedimiento.

Se exige también un buen trato de la policía y otros auxiliares. Además, es deber del
fiscal del caso, promover durante el curso del procedimiento acuerdos patrimoniales, medidas
cautelares u otros mecanismos que faciliten la reparación del daño causado a la víctima. Este
deber, dice el artículo 6 ° del Código, no importará el ejercicio de las acciones civiles que
pudieren corresponderle a la víctima.
2.2.2 ACTIVIDAD PROCESAL.

La actividad procesal se regula en el Título II del Libro Primero del Código y se


constituyen como las actuaciones de investigación y judiciales que, de manera general y como
regla común a todo procedimiento, se establecen en el nuevo Código.

Se refieren dichas normas a los plazos, las comunicaciones que se deben practicar
entre sí las autoridades y el Ministerio Público, las notificaciones y citaciones judiciales, el
registro de las actuaciones, y el pago de las costas y las resoluciones judiciales.

Sin perjuicio de lo anterior, el Código Procesal Penal considera una norma supletoria
en materia criminal, contenida en el artículo 52, en la que expresa que serán aplicables al
procedimiento penal, en cuanto no se opusieren a lo estatuido en este código o en leyes
especiales, las normas comunes a todo procedimiento contempladas en el Libro I del Código
de Procedimiento Civil. Esta supletoriedad es bastante difícil de aplicar si se considera la
materialidad de ambos procesos, uno escrito y solemne, basado en el desarrollo de un
expediente foliado, contra otro de carácter oral y cuyo desarrollo se practica sobre la base de
registro.

Dentro de la actividad procesal el código distingue de manera especial las siguientes:

I.- PLAZOS.

Regla general para las actuaciones del procedimiento penal: todos los días y horas
serán hábiles para las actuaciones del procedimiento penal. Se repite la norma del antiguo
código en el art. 44.

En consecuencia, el sistema de cómputo es el de plazo corridos o continuos como regla


general. (Art.14)

Excepción:

Relación plazo de días, concedido a los intervinientes, si venciere un día feriado se


considerará ampliado hasta las 24 horas del día siguiente que no fuere feriado.

Características plazos: En general los términos son de días corridos, por lo tanto,
continuos; fatales e improrrogables cuando son establecidos en el Código, como lo dispone el
artículo 16.

II Comunicaciones citaciones y notificaciones.

Las comunicaciones:
Son requerimientos decretados por el Ministerio Público y el Tribunal, respecto de
cualquier autoridad u órgano del Estado. Esta materia se regla en los artículos 19 a 33 del
Código, se disponen de distintas maneras, tanto respecto de autoridades y órganos del Estado
y que resultan obligatorias para éstos debiendo evacuar las diligencias sin demora, tratándose
de documentos o información reservada o secreta, igual se cumple la orden salvo que se
oponga la autoridad produciéndose un procedimiento especial para obtener la autorización
pertinente a través del Fiscal Regional que requiere para estos efectos a la Corte de
Apelaciones respectiva. En cuanto a las notificaciones y citaciones judiciales estas son
actuaciones judiciales por las cuales se ponen en conocimiento de las resoluciones judiciales al
Ministerio Público y a otros intervinientes del proceso.

En el Código no hay una regla general en cuanto a las notificaciones judiciales, como
ocurre en el procedimiento civil -estado diario-, al contrario, se privilegia mayormente la
notificación personal- y queda de manera subsidiaria la notificación por el estado diario o
cualquier otra forma de notificación, si resultare suficientemente eficaz y no causaren
indefensión.

De manera subsidiaria, se podrán proponer otras formas de notificación (art. 31) En cuanto a
las citaciones judiciales el llamamiento que hace la ley a una persona para comparecer a una
actuación judicial. El imputado, también se encuentra obligado a concurrir al tribunal cada vez
que sea citado.

III Reglas generales respecto de las resoluciones judiciales.

Son aquellas actuaciones del tribunal por la cuales provee la tramitación de la causa,
decide incidentes y finalmente resuelve el conflicto penal. En general, se aplica la clasificación
clásica de resoluciones judiciales del artículo 158 del Código de Procedimiento Civil, que
distingue entre decretos, autos, sentencias interlocutorias y sentencias definitivas. Se enfatiza
eso si, en el código de manera especial, el poder de imperio que le asiste a los jueces del
proceso penal.

a) Eficacia.

El artículo 34 del código enfatiza este poder coercitivo al facultar que podrá disponer el
tribunal directamente, la intervención de la fuerza pública y ordenar todas las medidas
necesarias para el cumplimiento de las actuaciones que ordenare y la ejecución de las
resoluciones que dictare, con lo cual se expresa el poder de imperio que tienen los jueces en el
ejercicio de la jurisdicción conforme lo dispone el artículo 76 de la Constitución Política y el
artículo 11 del C.O.T.

b) Requisitos generales de validez de las resoluciones judiciales.

1º.- Fundamentación.

Se obliga por la ley al tribunal a fundamentar sus resoluciones, salvo aquellas que
fueren de mero trámite.
El requisito sólo se cumple:

a) expresando de manera sucinta, pero con precisión.

b) los motivos de hecho y de derecho en que se basaren las decisiones tomadas.

No se cumple este requisito con la mera relación o mención de documentos, medios


de prueba o solicitudes de los intervinientes (art. 36)

2º.- Firma de las resoluciones.

Deberán ser suscritas por el juez o por todos los miembros del tribunal que las dictare.

Excepciones: art. 37

a) si un juez no pudiere firmar se dejará constancia del impedimento.

b) bastará el registro de la audiencia respecto de las resoluciones que se dictaren en


ella. Esto es lógico si se considera que muchas resoluciones se dictaran en la audiencia oral y
por lo tanto no requerirá de firma.

c) Prohibición de delegación de funciones:

Es nula cualquier actuación cumplida por un empleado subalterno, en que la ley


requiera la intervención del juez (art. 35).

IV EL REGISTRO COMO METODO DE REEMPLAZO DEL EXPEDIENTE TRADICIONAL.

A) El Registro judicial.-

Conforme a la estructura del nuevo procedimiento penal, en que no opera el sistema


de la escrituración o protocolización, la actividad procesal se desarrolla a través de audiencias
públicas con la prevalencia absoluta de la oralidad, el concepto del expediente escrito, como lo
describe el artículo 29 del Código de Procedimiento Civil resulta impracticable. En estas
condiciones fue necesario idear un sistema para que se expresen los actos procesales y se
puedan hacer valer para los efectos de los recursos procesales y de su conservación histórica.
El sistema ideado para conservar de algún modo lo actuado en el juicio es a través de un
registro.

Los artículos 39 y siguientes del Código reglamentan la forma del registro y su valor.

Contenido del registro: El artículo 41 del Código entrega varías formas de registro que
pueden utilizarse para dejar constancia de lo actuado en los procedimientos penales de juicio
oral, ya que indica que podrá utilizarse cualquier medio, siempre que asegure la fidelidad de lo
actuado en las audiencias. Entrega como ejemplos el audio digital, el video u otro soporte
tecnológico equivalente.-

Condiciones que tienen que cumplirse:

a) integridad: el mismo artículo 41 señala que las audiencias ante los jueces con
competencia en materia penal se registrarán en forma íntegra. Ya el artículo 39 obliga a que
las sentencias y demás resoluciones que pronunciare el tribunal sean registradas en su
integridad.

b) Fidelidad y conservación: Los mismos artículos disponen que debe tratarse de un


sistema apto para producir fe, que permita garantizar la conservación y la reproducción de su
contenido. Más adelante insiste en la terminología: “por cualquier medio que asegure su
fidelidad”.

Extensión del registro:

El inciso primero del artículo 39 dispone que los tribunales que deben operar a través
de registro, son: el juez de garantía, el tribunal de juicio oral en lo penal, las Cortes de
Apelaciones y la Corte Suprema.

Valor del registro del juicio oral. (Art. 42)

El registro deberá ser de tal fidelidad que debe demostrar los siguientes aspectos:

a) el modo en que se hubiere desarrollado la audiencia,

b) la observancia de las formalidades previstas en ella;

c) las personas que hubieren intervenido y

d) los actos que se hubieren llevado a cabo.

Este valor es sin perjuicio de la prueba que se pueda rendir para justificar la existencia
de la causal invocada, respecto de sus circunstancias, en el recurso de nulidad. (art. 359)

Omisión de estas formalidades.

Por regla general, la omisión de alguna de estas formalidades no priva al registro de su


valor, si pueden ser suplicas estas deficiencias, con certeza, sobre la base de otros elementos
contenidos en el mismo o de otros antecedentes confiables que dieren testimonio de lo
ocurrido en la audiencia.

Examen del registro: (art.44)

Regla general:

1) es público, para los intervinientes, ya que la ley dispone que éstos siempre tendrán
acceso al contenido de los registros
2) Respecto de terceros, podrán también consultarlos cuando dieren cuenta de
actuaciones que fueren públicas de acuerdo con la ley, a menos que, durante la investigación o
la tramitación de la causa, el tribunal restringiere el acceso para evitar que se afecte su normal
sustanciación o el principio de inocencia.

3) pasado 5 años son públicos, desde la realización de las actuaciones consignadas en


ellos.

B) Los registros de la investigación.

Aparte de la necesidad de un registro fiel y técnico que deben usar los tribunales en el
proceso penal, el código también se preocupa de los registros propios de la investigación a
cargo del ministerio público y la policía, lo cual se contiene en los artículos 227 y 228 del
Código.

1.- Registro de las actuaciones del ministerio público. La ley dispone que dicho organismo
también debe registrar sus actuaciones cuando ejerce su función persecutora, señalando que
los fiscales deberán dejar constancia de las actuaciones que realizare, tan pronto tuvieren
lugar. Para tal efecto, deberán utilizar asimismo, cualquier medio que permitiere garantizar la
fidelidad e integridad de la información, así como el acceso a la misma de aquellas personas
que, de acuerdo a la ley, tuvieren derecho a exigirlo.

Formalidades: En cuanto al contenido de la información, la ley indica que en los registros


deberá quedar constancia de cada actuación, consignando a lo menos la indicación de la fecha,
hora y lugar de realización, de los funcionarios y demás personas que hubieren intervenido y
una breve relación de los resultados.

2.- Registro de las actuaciones policiales. Al igual que al ministerio público, el artículo 228 del
código dispone que la policía levantará un registro, en el que dejará constancia inmediata de
las diligencias practicadas, con expresión del día, hora y lugar en que se hubieren realizado y
de cualquier circunstancia que pudiere resultar de utilidad para la investigación. Se deberá
dejar constancia en el registro aludido de las instrucciones recibidas del fiscal y del juez.

Formalidades: La ley dispone que ese registro será firmado por el funcionario a cargo de la
investigación y, en lo posible, por las personas que hubieren intervenido en los actos o
proporcionado alguna información.

Limitación. La norma agrega, que estos registros no pueden reemplazar las declaraciones de la
policía en el juicio oral.

Publicidad o secreto de estos registros especiales.

El artículo 182 del Código indica que las actuaciones de investigación realizadas por el
ministerio público y por la policía serán secretas para los terceros ajenos al procedimiento, lo
cual está significando que para las partes, especialmente para la defensa y el imputado, existe
el principio de la publicidad, como lo indica el precepto, ya que permite que el imputado y los
demás intervinientes en el procedimiento podrán examinar y obtener copias, a su cargo, de los
registros y documentos de la investigación fiscal y podrán examinar los de la investigación
policial.

Facultad del ministerio público. Sin perjuicio de dicha publicidad la ley faculta al fiscal para
disponer que determinadas actuaciones, registros o documentos sean mantenidas en secreto
respecto del imputado o de los demás intervinientes, cuando lo considerare necesario para la
eficacia de la investigación. En tal caso, deberá identificar las piezas o actuaciones respectivas,
de modo que no se vulnere la reserva y fijar un plazo no superior a cuarenta días para la
mantención del secreto.

Derechos del imputado u otros intervinientes. El precepto aludido, permite al imputado o a


cualquier otro interviniente para solicitar del juez de garantía que ponga término al secreto o
que lo limite, en cuanto a su duración, a las piezas o actuaciones abarcadas por él, o a las
personas a quienes afectare.

Publicidad absoluta: Sin perjuicio de lo anterior la ley no permite el secreto en los siguientes
casos:

a) la declaración del imputado;

b) cualquiera otra actuación del imputado en que hubiere intervenido o tenido derecho a
intervenir;

c) las actuaciones en las que participare el tribunal;

d) los informes evacuados por peritos, respecto del propio imputado o de su defensor.

Secreto absoluto. Finalmente dicha disposición señala que los funcionarios que hubieren
participado en la investigación y las demás personas que, por cualquier motivo, tuvieren
conocimiento de las actuaciones de la investigación estarán obligados a guardar secreto
respecto de ellas.

En cuanto a la eficacia probatoria de estos registros conviene anticipar que el artículo 334
dispone que salvo en los casos previstos en los artículos 331 y 332, no se podrá incorporar o
invocar como medios de prueba ni dar lectura durante el juicio oral, a los registros y demás
documentos que dieren cuenta de diligencias o actuaciones realizadas por la policía o el
ministerio público.

2.2.3 LAS ACCIONES EN EL PROCESO PENAL.

El código trata de las acciones en el Titulo III del Libro I, artículos 53 a 68. Distingue en
los párrafos primero y segundo las acciones penales y las civiles, las primeras, para la
persecución de los delitos y las otras, para la reparación de los perjuicios causados por el
hecho punible.

A.- LA ACCION PENAL.


Como se deduce del artículo 53 del código, esta norma clasifica pero no define la
acción, se puede señalar que acción penal es toda actividad, realizada para iniciar un proceso
penal, con motivo de la existencia de un hecho que la ley califica como punible e impone por
ello una pena. Dicha norma clasifica la acción penal, en acción penal pública; acción penal
privada y acción penal pública que requiere de la denuncia previa de la víctima o de previa
instancia particular.

1º.- La acción penal pública. (Art. 53 y 166)

Concepto: Es aquella que promueve la persecución penal de todo delito que no esté
sometida a una regla especial la que deberá ser ejercida de oficio por el Ministerio Público, sin
que éste la pueda suspender, interrumpir o hacer cesar su curso, salvo en los casos previstos
por la ley.

En el sistema chileno el ministerio público no tiene el monopolio de la acción penal pública, ya


que el mismo artículo 53 dispone que dicha acción podrá ser ejercida además, por las personas
que determine la ley.

Titulares:

a) El Ministerio Público. A él le corresponde de manera principal y de oficio ejercer


dicha acción (art. 53 inc. 2º)

El art. 77 del mismo código, señala que los Fiscales ejercerán y sustentarán la acción
penal pública en la forma prevista por la ley.

El artículo 166 impone la misma obligación a dicho funcionario: "Cuando el Ministerio


Público tomare conocimiento de la existencia de un hecho que revistiere caracteres de delito,
con el auxilio de la policía, promoverá la persecución penal".

Por otra parte, los artículos 1º y 2 de la ley Nº 19.640 L.O.C.M.P. disponen que el
Ministerio Público tiene también como función: "y, en su caso ejercer la acción penal pública
en la forma prevista por la ley.

Dicho cometido lo hará bajo ciertas condiciones:

a) con estricta sujeción al principio de objetividad art. 3º L.O.C.M.P.

b) con el grado de independencia, autonomía y responsabilidad que establece la


misma ley.

b.- La Víctima:

Es el personalmente ofendido por el delito (art. 108), por tanto, dicha víctima tiene
como uno de sus derechos el de presentar la querella (art. 109 letra b)

Si por consecuencia del delito fallece la víctima o ésta no pudiere ejercer sus derechos
procesales, se consideran además víctimas:

a) al cónyuge y a los hijos


b) los ascendientes

c) el conviviente

d) los hermanos

e) el adoptado o adoptante

Para intervenir deben hacerlo de acuerdo a esa prelación y por lo tanto la actuación de
uno excluye a las categorías siguientes.

c. Otras personas:

Pueden también ejercer la acción penal pública cualquiera persona capaz de parecer
en juicio (art. 111)

Sólo en los siguientes casos:

1) en los delitos terroristas

2) en los delitos cometidos por un funcionario público que afectaren derechos de las
personas garantizados por la Constitución.

3) delitos contra la probidad pública.

Para ello se requiere cumplir los siguientes requisitos:

a) persona capaz de parecer en juicio, domiciliada en la provincia en que se cometió el


ilícito.

b) debe tratarse de delitos terroristas o delitos cometidos por funcionario público que
afectaren derechos de las personas garantizados por la Constitución o contra la probidad.

c) Los órganos y servicios públicos, pero sólo podrán interponer querella cuando sus
respectivas leyes orgánicas les otorguen expresamente las potestades correspondientes.

d) Finalmente, se otorga acción pública respecto de cualquier persona, que no siendo


víctima, ejerza dicha acción para la persecución de los delitos cometidos contra menores de
edad (parte final inciso 2º art. 53).

Renuncia de la acción penal pública.

No la puede hacer el Ministerio Público.

La víctima, puede hacerlo, pero no produce el efecto de extinguir la acción penal


pública, ya que le corresponderá seguir su ejercicio al ministerio público.

Efectos: sólo afectará la renuncia al renunciante y a sus sucesores y no a otras


personas a quienes también correspondiere la acción. (Art. 57)
En todo caso, el Ministerio Público, de acuerdo con el principio de oportunidad tiene
posibilidad de no ejercer la acción en determinados casos o suspender provisionalmente el
procedimiento o aceptar acuerdos reparatorios que puedan dar lugar a la suspensión o
extinción del procedimiento o su no inicio a la investigación.

2.- La acción penal privada.

Es aquella que da inicio al procedimiento penal, tratándose de ciertos y determinados


delitos, que no permiten su persecución de oficio por el Ministerio Público, sino que debe ser
ejercida por la víctima.

Los casos están señalados en el artículo 55 y son:

1) la calumnia y la injuria

2) la falta descrita en el Nº 11 del art. 496 del Código Penal. Constituyen las injurias
leves de obra o de palabra, no siendo por escrito o con publicidad.

3) la provocación a duelo y el denuesto o descrédito público por no haberlo aceptado.

4) el matrimonio del menor llevado a efecto sin el consentimiento de las personas


designadas por la ley y celebrado de acuerdo con el funcionario llamado a autorizarlo.

Características:

1) es ejercida sólo por la víctima.

2) es renunciable y su efecto es extinguir el delito

3) no puede ser ejercida de oficio por el Ministerio Público.

4) su ejercicio hace efectivo el procedimiento por delito de acción privada a que se


refiere el título II del libro IV, con aplicación supletoria del procedimiento simplificado, con
excepción del art. 398, norma que permite la suspensión de la imposición de la pena. n

5) es aplicable a los delitos que expresamente señala la ley.

3.- La acción penal pública previa instancia particular.

Esta acción penal es la que tradicionalmente se denominaba mixta y que se contenían


en los artículos 19 y 20 del antiguo Código de Procedimiento Penal.

Estas acciones son de carácter público, pero condiciona su persecución penal a la


circunstancia que el ofendido por el delito hubiere denunciado el hecho a la justicia, al
Ministerio Público o a la policía (art. 54), solo en este momento se procede de oficio en el
juicio.

Estos delitos se señalan en el artículo 54 aludido y son:


a) las lesiones menos graves y leves que se indican en los artículos 399 y 494 Nº5 del
Código Penal);

b) la violación de domicilio;

c) la violación de secretos prevista en los artículos 231 y 247 inciso 2º del C. Penal;

d) Las amenazas tipificadas en los artículos 296 y 297 del C.P;

e) los previstos en la ley Nº 19.039, que establece normas aplicables a los privilegios
industriales y protección de derechos de propiedad industrial.

f) la comunicación fraudulenta de secretos de la fábrica en que el imputado hubiere


estado o estuviere empleado.

g) los que otras leyes señalaren en forma expresa.

Titulares:

1.-El ofendido, es el que debe denunciar el delito, para que se procediere de oficio en
su persecución.

Excepciones:

A falta del ofendido las personas a que se refiere el art. 108:

a) cónyuge e hijos

b) ascendientes, etc.

O sea, todos aquellos que la ley considera víctimas cuando el ofendido muere por el
delito y en los casos en que éste no pudiere ejercer los derechos establecidos en la ley.

2.-El Ministerio Público:

1.- Cuando el ofendido se encontrare imposibilitado de realizar libremente la


denuncia.

2.- o, cuando quienes pudieren formularla por él se encontraren imposibilitados de


hacerlo

3.- o, cuando éstos aparecieran implicados en el hecho.

Efectos de la denuncia:

El procedimiento se tramitará de acuerdo con las normas generales relativas a los


delitos de acción pública.

Renuncia de esta acción:

La renuncia de la víctima a denunciar el delito extinguirá la acción penal.

Sin embargo el artículo 56 contempla las siguientes excepciones.


a) cuando se tratare de delitos perpetrados contra menores de edad.

b) el Ministerio Público cuando le toca intervenir no puede renunciar al ejercicio de la


acción.

Efectos generales de la renuncia:

Solo afectará al renunciante y a sus sucesores y no a otras personas a quienes también


corresponda la acción.

Sujeto pasivo de la acción penal.

a) sólo puede entablarse contra las personas responsables del delito.

b) sólo se puede hacer efectiva contra las personas naturales.

Por las personas jurídicas responden los que hubieren intervenido en el acto punible,
sin perjuicio de la responsabilidad civil que les pudiera corresponderle.-

B.- LAS ACCIONES CIVILES (artículos 59 a 68)

Concepto: La acción civil en el procedimiento penal tiene por objeto obtener la


restitución de la cosa objeto del delito y perseguir las responsabilidades civiles derivadas del
hecho punible.

Tribunal competente:

1.- Acción restitutoria, o sea, aquella que tuviere por objeto únicamente la restitución
de la cosa, le corresponderá al juez que conoce del procedimiento penal, conforme lo señala el
artículo 59 en relación al artículo 189, y se ratifica en el artículo 171 del Código Orgánico de
Tribunales, dentro del capítulo de la competencia.

Hay que distinguir respecto de las especies materia del hecho punible.

a) objetos recogidos o incautados.

La reclamación o tercerías que los intervinientes o terceros entablaren durante la


investigación con el fin de obtener la restitución de objetos recogidos o incautados se
tramitarán ante el juez de garantía. La resolución declarará el derecho del reclamante sobre
dichos objetos, pero no se efectuará la devolución de éstos sino después de concluido el
procedimiento, a menos que el tribunal considerare innecesaria su conservación, según lo
previene el inciso primero del artículo 189.

b) cosas hurtadas, robadas o estafadas.


Dichas especies se entregarán al dueño en cualquier estado del procedimiento, una vez
comprobado su dominio por cualquier medio y establecido su valor, según lo dispone el inciso
segundo del artículo 189.

2. Restantes acciones civiles no restitutorias:

Pueden ser competentes dos tribunales: A elección del demandante.

a) el tribunal civil correspondiente.

b) el tribunal del procedimiento penal. Pero admitida a tramitación la demanda civil en


dicho procedimiento no se podrá deducir nuevamente ante un tribunal civil.

Limitación: El artículo 59 del código dispone que podrá ejercer la acción civil en el
proceso penal, la víctima contra el imputado. De tal modo, que la acción civil que le
correspondiere a otra persona y/o en contra de sujetos diferentes del imputado, deberán
plantearse ante el tribunal civil que fuere competente de acuerdo a las reglas generales. Con lo
cual desaparecen en este procedimiento el actor civil, distinto al ofendido y los terceros
civilmente responsables.

Oportunidad para interponer la demanda civil.

En el procedimiento penal se deberá interponer por el querellante hasta 15 días antes


de la fecha fijada para la realización de la audiencia de preparación del juicio oral, según lo
indica el artículo 60 en relación a lo previsto en el artículo 261.

Puede el querellante en esa etapa:

Adherir a la acusación del Ministerio Público;

Acusar particularmente y/o deducir demanda civil cuando procediere (art. 261).

Querellante: Puede demandar de manera conjunta con adhesión y acusación

No sería necesario querellarse para deducir acción civil (art. 109 letra b) y c)

Por lo tanto, el querellante puede deducir la demanda civil junto con la adhesión o
acusación particular.

Caso de la víctima que no se querelló: solo puede ejercer la acción civil. Hay que hacer
presente que conforme lo señala el artículo 112, la querella deberá presentarse en cualquier
momento, mientras el Fiscal no declare cerrada la investigación.

Preparación de la demanda civil.

Se establece en el Código, artículo 61, una suerte de anticipo o intención por parte de
la víctima de demandar civilmente lo que se denomina preparación de dicha demanda y que se
verifica mediante la solicitud para que se practiquen diligencias que considerare necesarias
para esclarecer los hechos que serán objeto de tal acción y cuyo procedimiento se ajustaría a
la proposición de diligencias a que se refiere el artículo 183, que permite durante la
investigación, tanto al imputado como los demás intervinientes solicitar diligencias,
pertinentes y útiles para el esclarecimiento de los hechos y que autoriza, además, asistir en tal
actuación a la víctima, según lo dispone el artículo 184.

Momento de la preparación:

1) con posterioridad a la formalización de la investigación.

2) hasta antes del plazo que se tiene para presentar la demanda civil, lo que es anterior
a los 15 días previos a la audiencia de preparación del juicio oral.

Efectos de la preparación:

Interrumpe la prescripción para el cobro de las prestaciones pertinentes a que tiene


derecho la víctima (art. 61 inc. final)

Preclusión: si no se deduce demanda en el momento señalado por la ley, la


prescripción se considerará como no interrumpida.

Medidas cautelares previo a la demanda civil.

Para asegurar el resultado de las pretensiones civiles, según el inciso 2° del artículo 61,
en la gestión de preparación de esa demanda se podrá cautelar la acción con alguna de las
medidas a que se refiere el art. 157 norma que permite solicitar como cautelar real una o más
de las medidas precautorias autorizadas en el Título V Libro II C.P.C.

Desistimiento de la demanda:

La víctima puede desistirse de la acción civil en cualquier estado del juicio. (Art. 64 inc.
1º)

Efecto: produce la extinción de la aludida acción.

Abandono de la acción civil.

Esta extinción de la acción constituye una sanción por inactividad del denunciante, que
se regula en el inciso segundo del artículo 64.

Opera:

a) cuando la víctima no compareciere, sin justificación, a la audiencia de preparación


del Juicio Oral.

b) igual inactividad en la audiencia del Juicio Oral.

Efectos de extinción acción civil.

1.- no se extiende extinguida la acción penal pública para la persecución del hecho
punible (art. 65).

2.- cuando solo se ejerciere la acción civil, respecto de un hecho punible de acción
privada, se considerará extinguida, por esa circunstancia la acción penal.
Para estos efectos no constituirá ejercicio de la acción civil la solicitud de diligencias
destinadas a preparar la demanda civil o a asegurar su resultado, que se formulare en el
procedimiento penal (art. 66).

Efecto sentencia absolutoria en materia penal:

Art. 67: no impide a que se dé lugar a la acción civil, si fuere legalmente procedente.

Curso acción civil: en los procedimientos suspendidos o terminados. Art. 68.

Esta norma contempla varias situaciones:

a) Continuación del procedimiento conforme al procedimiento abreviado.

La norma señala que si antes de comenzar el juicio oral, el procedimiento penal continuare de
conformidad a las normas del procedimiento abreviado, la prescripción continuará
interrumpida, si la acción civil se hubiese deducido oportunamente, hasta que la víctima
presentare su demanda ante el tribunal civil competente en el plazo de sesenta días siguientes
a aquel en que, por resolución ejecutoriada, se dispusiere la suspensión o terminación del
procedimiento penal.

b) o por cualquier causa terminare o se suspendiere, sin decisión acerca de la acción


civil que se hubiere deducido oportunamente, se aplica la misma norma.

Efecto: prescripción continuara interrumpida.

- Juicio civil: se seguirá conforme procedimiento sumario

- notificación demanda y resolución por cédula.

Caso medidas cautelares concedidas:

Se mantienen por un plazo de 60 días y el tribunal civil deberá mantenerlas luego de


deducida la demanda, si no ocurre así quedaran sin efecto.

Caso del sobreseimiento.

El tribunal deberá continuar con el juicio para el solo conocimiento y fallo de la


cuestión civil.

2.3. LOS SUJETOS PROCESALES.

INTRODUCCION.
Los sujetos procesales son todos aquellos órganos o personas que actúan con legitimación
legal en el procedimiento penal. Constituyen el elemento subjetivo del proceso; ya que el
objetivo de dichos individuos será la de participar activamente en la investigación del ilícito,
determinar la participación y ejercer una defensa y finalmente, sobreviene el momento del
juzgamiento, que decide la cuestión controvertida. Por lo tanto, el concepto de sujeto procesal
tiene una connotación amplia, que se refiere a toda persona u órgano público que, por
imperativo de la ley, tenga intervención obligatoria o voluntaria en el desarrollo del juicio
penal. La idea de los sujetos procesales tiene una extensión mayor que el concepto “
intervinientes” que emplea el código y que como su nombre lo indica son los que intervienen
en todo el procedimiento, otorgándoles la calidad de partes del proceso. El artículo 12 del
código procesal señala que para los efectos regulados en dicho cuerpo de leyes, se
considerarán intervinientes en el procedimiento al fiscal, al imputado, al defensor, a la víctima
y al querellante, desde que realizaren cualquier actuación procesal o desde el momento en
que la ley les permitiere ejercer facultades determinadas. Como sujetos procesales se deben
agregar, además de los citados, al tribunal y la policía

Los sujetos procesales están regulados en el Titulo IV del Libro I del Código Procesal
Penal, artículos 69 a 121, sin perjuicio de las normas que, respecto de algunos de ellos, se
contienen en el Código Orgánico de Tribunales, en la Ley Orgánica Constitucional del
Ministerio Público y en la Ley de la Defensoría Penal Pública.

El código refiere como sujetos procesales, los siguientes:

2.3.1.- EL IMPUTADO.

Al estudiar las normas relativas a los principios básicos, se percibe la preocupación del
legislador para asegurar los derechos, facultades y garantías que se establecen en favor de
esta parte, que los legitima desde la primera actividad intrusiva o investigativa que se produzca
con motivo de la persecución penal. En efecto, el artículo 7 del Código le reconoce estos
derechos a dicha parte desde la primera actuación del procedimiento dirigido en su contra y
hasta la completa ejecución de la sentencia. Agrega la norma, para fijar los criterios de dicho
amparo, que para estos fines, se entenderá por primera actuación del procedimiento
cualquiera diligencia o gestión, sea de investigación, de carácter cautelar o de otra especie,
que se realizare por o ante un tribunal con competencia en lo criminal, el ministerio público o
la policía, en la que se atribuyere a una persona responsabilidad en un hecho punible. A partir
de dicho momento se hace efectiva la presunción de inocencia y el derecho del imputado a
ser defendido por un letrado, desde la primera actuación del procedimiento dirigido en su
contra, sin perjuicio del derecho del imputado a formular los planteamientos y alegaciones que
considerare oportunos, así como intervenir en todas las actuaciones judiciales y en las demás
actuaciones del procedimiento, salva las excepciones expresamente previstas en el código.
El artículo 93 del código al referirse al imputado como sujeto procesal, además de ser
interviniente, vuelve a recalcar esos derechos y garantías para su pleno ejercicio, pero
además le otorga otras garantías especiales, disponiendo a su favor los siguientes:

a) Que se le informe de manera específica y clara acerca de los hechos que se le


imputaren y los derechos que le otorgan la Constitución y las leyes;

b) Ser asistido por un abogado desde los actos iniciales de la investigación;

c) Solicitar de los fiscales diligencias de investigación destinadas a desvirtuar las


imputaciones que se le formularen;

d) Solicitar directamente al juez que cite a una audiencia, a la cual podrá concurrir con su
abogado o sin él, con el fin de prestar declaración sobre los hechos materia de la investigación;

e) Solicitar que se active la investigación y conocer su contenido, salvo en los casos en


que alguna parte de ella hubiere sido declarada secreta y sólo por el tiempo que esa
declaración se prolongare;

f) Solicitar el sobreseimiento definitivo de la causa y recurrir contra la resolución que lo


rechazare;

g) Guardar silencio pero en caso de consentir en prestar declaración, a no hacerlo bajo


juramento;

h) No ser sometido a torturas ni a otros tratos crueles, inhumanos o degradantes, y

i) No ser juzgado en ausencia, sin perjuicio de las responsabilidades que para él


derivaren de la situación de rebeldía.

El código de también reglas especiales en relación al imputado, según se encuentre privado de


libertad o en situación de rebeldía.

I.- Imputado privado de libertad. En este caso, el artículo 94 del código le reconoce a este
sujeto, las siguientes garantías y derechos:

a) que se le exprese específica y claramente el motivo de su privación de libertad y, salvo el


caso del delito fragrante, a que se le exhiba la orden que la dispusiere;

b) que el funcionario a cargo del procedimiento de detención o de aprehensión le informe de


los derechos a que se refiere el inciso segundo del artículo 135, que consiste en comunicarle
verbalmente o por escrito los derechos establecidos en las letras a), b) y g) del artículo 93 y
letras f) y g) del artículo 94.

c) ser conducido sin demora ante el tribunal que hubiere ordenado su detención;

d) solicitar del tribunal que le conceda la libertad;

d) que el encargado de la guardia del recinto policial al cual fuere conducido informe, en su
presencia, al familiar o a la persona que le indicare, que ha sido detenido o preso, el motivo de
la detención o prisión y el lugar donde se encontrare;
e) entrevistarse privadamente con su abogado de acuerdo al régimen del establecimiento de
detención, el que sólo contemplará las restricciones necesarias para el mantenimiento del
orden y la seguridad del recinto;

f) tener, a sus expensas, las comodidades y ocupaciones compatibles con la seguridad del
recinto en que se encontrare, y

g) recibir visitas y comunicarse por escrito o por cualquier otro medio, salvo que el tribunal
hubiese restringido o prohibido las comunicaciones del detenido o preso, lo que se hará hasta
por un plazo de diez días y se considerare necesario para el exitoso desarrollo de la
investigación, como lo establece el artículo 151.

Publicidad del cumplimiento de información de los derechos y garantías del imputado.

El artículo 97 para asegurar el cumplimiento de la información de derechos y garantías


obliga al tribunal, los fiscales y los funcionarios policiales a dejar constancia en los respectivos
registros, conforme el avance del procedimiento, de haber cumplido las normas legales que
establecen los derechos y garantías del imputado.

Otros derechos procesales fundamentales del imputado.

1.- Amparo ante el juez de garantía. El artículo 95 del código establece una verdadera acción
de amparo de carácter legal, para asegurar el derecho a la libertad personal de un imputado y
cuyo garante es el juez de garantía.

Como condición del amparo se requiere que el imputado esté privado de libertad por un acto
distinto a una resolución judicial y su derecho consiste obtener que sea conducido sin demora
ante dicho juez, El tribunal está facultado:

a) para examinar la legalidad de la privación de libertad y

b) en todo caso, para examinar las condiciones en que se encontrare. Y podrá decretar, la
libertad del imputado o adoptar las medidas que fueren procedentes.

Titulares de la acción de amparo judicial: La ley entrega la iniciativa para recurrir de amparo a
favor de la persona privada de libertad: 1.- El abogado de ésta; 2.- sus parientes o 3.-
cualquiera persona que actúe en nombre del afectado.

Limitación del amparo ante el juez de garantía: esta acción no será procedente, si la privación
de libertad hubiere sido ordenada por resolución judicial. En este caso, la legalidad de dicha
orden sólo podrá impugnarse por los medios procesales que correspondan, principalmente el
recurso de apelación, sin perjuicio del amparo constitucional que regula el artículo 21 de la
Carta Fundamental, el que deberá ser deducido ante la Corte de Apelaciones respectiva.

2.- Derecho de defensa de abogado del imputado.

Esta garantía se encuentra contenida en el artículo 96 del código. A virtud de ella todo
abogado tendrá derecho a requerir del funcionario encargado de cualquier lugar de detención
o prisión, la confirmación de encontrarse privada de libertad una persona determinada en ese
o en otro establecimiento del mismo servicio y que se ubicare en la comuna.
En esta situación puede ocurrir que el funcionario reconozca el hecho de la detención
o lo niegue. En el primer caso, la ley le entrega al abogado defensor y, con acuerdo del
imputado, el derecho a conferenciar privadamente con él y con su consentimiento, a recabar
del encargado del establecimiento la información consignada en la letra a) del artículo 94, o
sea, a que se le exprese el motivo de la detención y que se le exhiba la orden que la dispusiere,
si no hubiere sido detenido por delito fragrante. Si se niega el hecho de la detención, el
abogado tiene a derecho a exigir del funcionario respectivo, una constancia de no encontrarse
privada de libertad en el establecimiento la persona por la que se le hubiere consultado.

3.- Declaración del imputado como medio de defensa.

La ley, como se ha señalado, le permite al imputado y, constituye un derecho para él,


guardar silencio y que en todo caso, su declaración no puede ser prestada bajo juramento. Sin
embargo, el código en el artículo 98 le asegura al imputado el derecho a prestar declaración,
como un medio de defenderse de la imputación que se le dirigiere. Por lo tanto, esta actuación
mira a su defensa y no puede constituir un acto de incriminación.

Formalidades: a) La declaración judicial del imputado se prestará en audiencia a la cual podrán


concurrir los intervinientes en el procedimiento, quienes deberán ser citados al efecto; b) la
declaración del imputado no podrá recibirse bajo juramento; c) el juez o el presidente del
tribunal, se limitará a exhortarlo a que diga la verdad y a que responda con claridad y precisión
las preguntas que se le formularen, debiendo ser apercibido para que manifieste libremente lo
que creyere conveniente respecto de la o las acusaciones formuladas en su contra y proceder
de la manera que indica el artículo 326 del Código, d) Si el imputado no supiere la lengua
castellana o si fuere sordo o mudo, se procederá tomarle declaración a través de intérprete. e)
si como motivo de dicha declaración se solicitaren diligencias de investigación, el juez podrá
recomendar al fiscal la realización de las mismas, cuando lo considerare necesario para el
ejercicio de la defensa y el respeto del principio de objetividad.

II.- Imputado rebelde.

El imputado puede ser declarado rebelde, durante la tramitación de un procedimiento,


en los siguientes casos que señala el artículo 99:

1.- Cuando, decretada judicialmente su detención o prisión preventiva, no fuere habido. Por
supuesto luego de las diligencias policiales que no dieron resultados positivos;

2.- Cuando, habiéndose formalizado la investigación en contra del que estuviere en país
extranjero, no fuere posible obtener su extradición. Según el procedimiento de extradición
activa que reglamenta el párrafo 1° del Título VI del Libro IV.

Declaración de rebeldía.

Le corresponderá declarar la rebeldía, por medio de una resolución judicial, al tribunal ante el
que debiere comparecer el imputado, según lo señala el artículo 100.

Efectos de la rebeldía.
Declarada la rebeldía, según el artículo 101, esta resolución produce los siguientes efectos:

a) las resoluciones que se dictaren en el procedimiento se tendrán por notificadas


personalmente al rebelde en la misma fecha en que se pronunciaren.

b) la investigación no se suspenderá por la declaración de rebeldía y el procedimiento


continuará hasta la realización de la audiencia de preparación del juicio oral, en la cual se
podrá sobreseer definitiva o temporalmente. Pero si la declaración de rebeldía se produjere
durante la etapa de juicio oral, el procedimiento se sobreseerá temporalmente, hasta que el
imputado compareciere o fuere habido.

c) El sobreseimiento afectará sólo al rebelde y el procedimiento continuará con respecto a los


imputados presentes.

d) El imputado que fuere habido pagará las costas causadas con su rebeldía, a menos que
justificare debidamente su ausencia.

2.3.2.- LA DEFENSA.

Ya en el artículo 8 del Código se precisa la importancia que la ley le asigna a este


sujeto procesal y que aparece directa y necesariamente vinculado al imputado, ya que a éste
se le asegura el derecho a ser defendido por un letrado desde la primera actuación del
procedimiento dirigido en su contra. Y en el artículo 12 se le considera como un interviniente
en el procedimiento penal.

Cabe además consignar que el inciso cuarto del N ° 3 del artículo 19 de la Constitución
dispone que toda persona imputada por un delito, tiene el derecho irrenunciable a ser asistida
por un abogado defensor proporcionado por el Estado si no nombrare uno en la oportunidad
establecida por la ley. De tal manera que este derecho a la defensa tiene rango constitucional.

En el párrafo 5º del Título IV del Libro I en el artículo 102 del Código Procesal Penal, se concede
al imputado el derecho a designar libremente a un defensor de su confianza, lo cual lo puede
hacer desde la primera actuación del procedimiento y hasta la completa ejecución de la
sentencia que se dictare en su contra. Por lo tanto, la ley fija claramente los momentos en
que es exigible asegurar tal garantía: desde la primera actuación del procedimiento y hasta la
ejecución de la sentencia definitiva si esta es condenatoria.

La ley señala además que el imputado tendrá derecho a designar libremente uno o
más defensores de su confianza. Previene además, que si carece de defensor dicho sujeto, el
ministerio público solicitará que se le nombre un defensor penal público y si se encontrare
privado de libertad, podría ser designado el defensor a petición de cualquier persona.

Por la ley 19.718 de 2001, se creó la Defensoría Penal Pública, como un servicio
público, descentralizado y desconcentrado territorialmente, sometido a la supervigilancia del
Presidente de la República a través del Ministerio de Justicia. En su artículo 2, dicha ley señala
que la Defensoría tiene por finalidad proporcionar defensa penal a los imputados o acusados
por un crimen, simple delito o falta que sea de competencia de un juzgado de garantía o de un
tribunal de juicio oral en lo penal y de las respectivas Cortes, en su caso, y que carezcan de
abogado. De tal modo, que para la reforma procesal penal el Estado asume el deber ineludible
de proporcionar la defensa letrada de abogado a un imputado, de manera gratuita, por regla
general, cuando éste no tenga los medios suficientes para financiar por su cuenta dicha
defensa. A partir de este momento, las Corporaciones de asistencia Judicial, que cubrían estas
tareas a través de postulantes a abogado en el ejercicio de la práctica profesional, ya no
asumen estas defensas.

Ausencia de defensor.

Si bien la ley permite al imputado defenderse personalmente, sin embargo, el tribunal


autorizará dicha participación sólo cuando ello no perjudicare la eficacia de la defensa. En este
caso, y cuando la ley exija expresamente la participación de la defensa, su ausencia acarreará
la nulidad de dicha actuación y será un requisito de validez del juicio oral conforme lo señala el
artículo 286 y esta omisión constituye un abandono y obliga a la designación de un nuevo
defensor e importa esta falta un motivo absoluto de nulidad, según el art. 374 letra b). El
artículo 103 del Código dispone que la ausencia del defensor en cualquier actuación en que la
ley exigiere expresamente su participación produce la nulidad de la misma.

Derechos y facultades del defensor.

Tiene la más amplias facultades para ejercer su función según lo señala el artículo 104
del código, a menos que ley expresamente reservare su ejercicio del imputado en forma
personal.

En esta situación la imposibilidad de ejercer estos derechos por la defensa constituye


también un motivo absoluto de nulidad por la causal prevista para este recurso en el art. 374,
letra c)

También se puede dar la situación del defensor común, lo que ocurrirá, según el
artículo 105 del código: a) cuando se tratare de varios co-imputados en un mismo juicio; y b)
que las diversas posiciones de defensa que cada uno de ellos sustentare no fueren
incompatibles entre sí.

Si existe tal incompatibilidad que lo decide el tribunal, el juez lo hará presente a los
intervinientes y les otorgará un plazo para que lo resuelvan o para que designen los defensores
que se requirieren,decidiendo en definitiva qué imputados deberán considerarse sin defensor,
procediendo a efectuar los nombramientos que correspondieren.

Libertad del imputado a designar su defensor.

Si se le eligiere un defensor público el imputado puede designar otro abogado de su


confianza, pero el sustituido no pierde el cargo hasta cuando el nuevo letrado aceptare el
mandato y fijare su domicilio (art. 107)

Renuncia de la defensa:
El defensor podrá formalmente renunciar a la defensa, así lo regula el artículo 106 del
código, pero advierte que esa renuncia no lo libera del deber de realizar todos los actos
inmediatos y urgentes que fueren necesarios para impedir la indefensión del imputado.
Abandono: significa la ausencia del defensor en el ejercicio de su labor, esta situación al igual
que en la renuncia obliga al tribunal a designar de inmediato un defensor de oficio -a menos
que el imputado designare otro.

Esta norma está relacionada con los artículos 286 y 287 del Código, que obligan, la
primera norma, a la presencia del defensor del acusado durante toda la audiencia del juicio
oral, lo cual constituirá un requisito de validez de la misma. El segundo precepto sanciona al
abogado que no asistiere o abandonare la audiencia injustificadamente, lo cual podría llegar a
una sanción, aplicada por el juez, de hasta por dos meses de suspensión del ejercicio de la
profesión.

2.3.3.- LA VICTIMA.

A) EL DEBER DE PROTECCIÓN.

La víctima es considerada en el artículo 12 del Código como uno de los intervinientes


en el proceso, confiriéndosele derechos que la constituye en una parte importante en el
proceso, aún en el caso de no haber deducido querella. Además en el artículo 6º se le impone
al Ministerio Público como carga velar por su protección, lo mismo ocurre con el tribunal y la
policía. Dice esta última norma que el ministerio público estará obligado a velar por la
protección de la víctima del delito en todas las etapas del procedimiento penal. Por su parte, el
tribunal garantizará, conforme a la ley, la vigencia de sus derechos durante el procedimiento.
El artículo 1° de la ley orgánica constitucional de aquel organismo, impone a los fiscales la
obligación de adoptar las medidas para proteger a las víctimas.

Cabe además consignar que la protección de la víctima tiene consagración


constitucional, según lo dispone la parte final del inciso tercero del N° 3 del artículo 19 de la
Constitución al disponer que la ley señalará los casos y establecerá la forma en que las
personas naturales víctimas de delitos dispondrán de asesoría y defensa jurídica gratuitas, a
efecto de ejercer la acción penal reconocida por la Constitución y las leyes.

Extensión de la protección.

El artículo 108 del código, expresa que se considerará víctima a la persona ofendida
por el delito, extendiendo, en ausencia o muerte de éste a los parientes que señala el artículo
aludido, las que puedan intervenir en el orden de prelación estricto a que se refiere esta ley y
que corresponde a las siguientes personas:

1.- al cónyuge o al conviviente civil y a los hijos;

2.- a los ascendientes;


3.- al conviviente;

4.- a los hermanos, y

5.- al adoptado o adoptante

Derechos de la víctima.

El artículo 109 del código, luego de asegurar a la víctima el derecho a intervenir en el


procedimiento penal le entrega, entre otras, las siguientes facultades:

a) solicitar medidas de protección frente a probables hostigamientos, amenazas o


atentados en contra suya o de su familia;

b) presentar querella;

c) ejercer contra el imputado acciones tendientes a perseguir las responsabilidades


civiles provenientes del hecho punible;

d) ser oída, si lo solicitare, por el Fiscal antes que éste pidiere o se resolviere la
suspensión del procedimiento o su terminación anticipada;

e) ser oída, si lo solicitare, por el tribunal antes de pronunciarse acerca del


sobreseimiento temporal o definitivo u otra resolución que pusiere término a la causa, y

f) Impugnar el sobreseimiento temporal o definitivo o la sentencia absolutoria, aun


cuando no hubiere intervenido en el procedimiento.

Limitación de estas facultades:

Los derechos antes señalados, sin embargo, no podrán ser ejercidos, según la ley, por
quien fuere imputado del delito respectivo, sin perjuicio de los derechos que les
correspondieren en esa calidad.

B) EL DEBER DE INFORMACION.

Derecho de información a personas que asumen el carácter de víctima.

Requisitos. El legislador en el artículo 110 del Código obliga a dar información a


personas que no hubieren intervenido en el procedimiento y para ello, se requiere:

a) que no existiese el personalmente ofendido.

b) que estas personas no hayan intervenido en el procedimiento.

c) que esas personas sean el cónyuge del ofendido por el delito o, en su defecto, a
alguno de los hijos u otras de las personas señaladas en el artículo 108.

Quién debe informar:

El Ministerio Público, de los resultados del procedimiento.


2.3.4.- EL QUERELLANTE.

Según el artículo 13 del código el querellante es también interviniente en el procedimiento


penal y por ello es un sujeto procesal.

Serán querellantes según el artículo 111:

1) la víctima considerando los que por ampliación indica el artículo 108 o su


representante legal o su heredero testamentario.

2) cualquiera persona capaz de comparecer en juicio domiciliado en provincia

Ello ocurrirá:

a) por hechos punibles que constituyan delitos terroristas:

b) o delitos cometidos por funcionario público que afecten derechos de las personas
garantizadas por la Constitución

c) contra la probidad pública.

3) Los órganos y servicios públicos podrán querellarse cuando sus respectivas leyes
orgánicas les otorguen expresamente las potestades correspondientes.

Excepciones. Sin perjuicio que bastará la existencia de un ofendido para el ejercicio de


la querella criminal, el artículo 116 prohíbe la interposición de la querella, entre sí a:

a) los cónyuges;

b) los consanguíneos en toda la línea recta, los colaterales y afines hasta el segundo
grado.

Contra excepción. La misma norma admite la querella entre estas personas por los
delitos que uno hubiere cometido contra el otro o contra sus hijos, o por el delito de bigamia,
en el primer caso o por los delitos cometidos por unos en contra los otros, o contra su cónyuge
o hijos.

Oportunidad para presentar la querella.

Señala el artículo 112 del código que la querella podrá presentarse en cualquier
momento, mientras el fiscal no declare cerrada la investigación. Por lo tanto el momento final
en que se puede ejercer esta facultad procesal de presentación de la querella lo constituye el
acto del ministerio público por la que declara cerrada la investigación, cuyo plazo máximo se
indica en el artículo 247 y que es dos años, siempre que el juez de garantía no haya señalado
uno menor.
Fines de la querella.

La querella, como acto jurídico procesal de parte, presenta varios objetivos:

1.- constituir en interviniente al querellante y lo habilita para participar con derechos y


obligaciones en todo el procedimiento.

2.- es una manera de iniciar el procedimiento de investigación. Art. 172.

3.- permite al querellante ejercer los derechos del art. 261 en especial, para acusar,
adherir o demandar civilmente.

Requisitos de la querella.

La querella para su procedencia o admisibilidad debe reunir los requisitos formales que
indica el artículo 113 del Código. Estos son:

1.- Es un acto procesal escrito, lo cual hace excepción al principio de la oralidad y si


bien, es de conocimiento para su investigación de un fiscal, debe presentarse directamente
ante el juez de garantía competente;

2.- la designación del tribunal ante el cual se entablare;

3.- El nombre, apellido, profesión u oficio y residencia del querellado, o una


designación clara de su persona, si el querellante ignorare aquellas circunstancias. Si se
ignoraren dichas determinaciones, siempre se podrá deducir querella para que se proceda a la
investigación del delito y al castigo de el o de los culpables;

4.- La relación circunstanciada del hecho, con expresión del lugar, año, mes, día y hora
en que se hubiere ejecutado, si se supieren;

5.- La expresión de las diligencias cuya práctica se solicitare al ministerio público, y

6.- La firma del querellante o la de otra persona a su ruego, si no supiere o no pudiere


firmar.

Resolución que recae ante la presentación de la querella.

Como se indicó, la querella se deberá presentar ante el juzgado de garantía


competente, quien deberá decidir el curso de la misma. Por lo tanto, para su admisibilidad
requiere judicialización y el juez podrá entonces admitirla a tramitación o declararla
inadmisible: En el primer caso, si es admisible lo declarará así y remitirá el escrito al ministerio
público para que proceda a desarrollar la investigación pertinente y en tal caso, como lo señala
el artículo 112, el querellante podrá hacer uso de los derechos que le confiere el artículo 261,
que son aquellos que se pueden ejecutar en la audiencia de preparación del juicio oral, como
son por ejemplo adherir a la acusación del fiscal, acusar por su parte o deducir demanda civil.

Si el juez estima que es inadmisible deberá declarar esa improcedencia y ello ocurrirá
por las causales específicas señaladas en el artículo 114 del Código, esto es:
a) Cuando fuere presentada extemporáneamente, de acuerdo con lo establecido en el
artículo 112;

b) Cuando, habiéndose otorgado por el juez de garantía un plazo de tres días para
subsanar los defectos que presentare por falta de algunos de los requisitos señalados en el
artículo 113, el querellante no realizare las modificaciones pertinentes dentro de dicho plazo;

c) Cuando los hechos expuestos en ella no fueren constitutivos de delito;

d) Cuando de los antecedentes contenidos en ella apareciere de manifiesto que la


responsabilidad penal del imputado se encuentra extinguida. En este caso, la declaración de
inadmisibilidad se realizará previa citación del ministerio público, y

e) Cuando se dedujere por persona no autorizada por la ley. En este caso, se refiere a la
prohibición de deducir querella a que se refiere el artículo 116.

Recursos contra la resolución que se pronuncia sobre la querella.

El artículo 115 del Código regula solo el recurso de apelación, el que es inadmisible
cuando la resolución admite a tramitación la querella. Siendo solo apelable y, en el efecto
devolutivo, la resolución que la declare inadmisible.

Efecto accesorio de la querella rechazada.

En delitos de acción pública o previa instancia particular y por las causales a) y b) del
art. 114, o sea, cuando es inadmisible el Juez la pondrá en conocimiento del Ministerio Público
para ser tenida por denuncia, siempre que no le constare que la investigación del hecho
hubiere sido iniciada de otro modo. Así lo dispone el artículo 117.

Desistimiento y abandono.

El código en los artículos 118 a 121 trata del desistimiento de la querella y de su


abandono, siendo lo primero una facultad del querellante para no insistir en el ejercicio de la
acción penal de la que es titular. Por tanto, resulta de un acto voluntario de dicha parte. En
cambio, el abandono se constituye como una sanción procesal para el querellante por no
haber ejercido dentro de un plazo un derecho o no asistiere a actos procesales exigidos por la
ley.

1. El desistimiento.

Como se señaló se constituye como una facultad del querellante para no perseverar como
parte en el procedimiento. El artículo 118 del Código expresa que el querellante podrá
desistirse de su querella en cualquier momento del procedimiento. El efecto procesal está
referido a las costas, puesto que la ley indica que en ese caso, tomará dicha parte a su cargo
las costas propias y quedará sujeto a la decisión general sobre costas que dictare el tribunal al
finalizar el procedimiento.
El efecto sustancial, está relacionado con la acción penal, puesto que la acción penal pública,
como lo señala el artículo 56, no se extingue por la renuncia de la parte ofendida. En cambio, si
se trata de la acción penal privada, su renuncia, como lo dice el mismo precepto, la extingue, al
igual que las acciones civiles. Tratándose de delitos de aquellos que no pueden ser perseguidos
sin previa instancia particular, la renuncia de la víctima a denunciarlo extinguirá la acción
penal, salvo que se tratare de un delito perpetrado contra menores de edad.

En relación al querellado, que será el imputado, el artículo 119 dispone que ese desistimiento
deja a salvo sus derechos para ejercer, a su vez, la acción penal o civil que dieren lugar la
querella o acusación calumniosa, y a demandar los perjuicios que le hubiere causado en su
persona o bienes y las costas. Sin embargo, la norma exceptúa este efecto, en el caso en que el
querellado hubiere aceptado expresamente el desistimiento del querellante.

2.- El abandono de la querella,

El abandono de la querella se constituye como una verdadera preclusión con respecto del
querellante que no ejerció un derecho dentro de un plazo o no se presentó a un acto procesal
cuya presencia era obligatoria. Por lo tanto, resulta una sanción de carácter procesal para el
querellante que le hace perder el derecho a ser parte en el juicio penal.

Casos en que se produce.

Según el artículo 120 se producirá el abandono de la querella, en los siguientes casos:

a) cuando no adhiera a la acusación fiscal o no acusare particularmente en la


oportunidad que correspondiere;

b) cuando no asistiere a la audiencia de preparación del Juicio Oral, sin causa


debidamente justificada.

c) cuando no concurriere injustificadamente a la audiencia del Juicio Oral o se


ausentare de ella sin autorización del tribunal.

Quien la declara y recursos procesales.

El abandono aludido lo declara el tribunal, el que podrá hacerlo de oficio o a petición


de parte y la resolución que la decida será apelable, sin que en la tramitación del recurso
pueda disponerse la suspensión del procedimiento. Sin embargo, tratándose de la resolución
que negare el abandono es inapelable.

Efectos del abandono.

El artículo 121 del código dispone que la declaración del abandono de la querella
impedirá al querellante ejercer los derechos que en esa calidad le confiere el Código Procesal
Penal. En el fondo, deja de ser interviniente en el juicio respectivo.

2.3.5.- El Tribunal.
El tribunal, como sujeto procesal, es el órgano jurisdiccional encargado del conocimiento y
juzgamiento del hecho punible y constituye un elemento esencial en el conflicto penal y que
además, resulta indisponible para los intervinientes en el procedimiento.

Campo de aplicación.

El término tribunal para el juicio penal tiene un ámbito de ejercicio amplio, pues está referido
al Juez de Garantía, al Tribunal de Juicio Oral, eventualmente a un juez de letras con
competencia común, a la Corte de Apelaciones y a la Corte Suprema, estos dos últimos, en
cuanto desarrollan actividades jurisdiccionales, correccionales y económicas en el proceso
penal. En lo particular, el artículo 69 del Código aclara que cada vez que dicho cuerpo legal
hiciere referencia al Juez se entenderá que se alude al Juez de Garantía y si la indicación fuere
al tribunal de juicio oral en lo penal, deberá entenderse hecha al tribunal colegiado encargado
de conocer y juzgar el hecho punible, materia de la acusación.

Con el establecimiento de estos nuevos roles jurisdiccionales entre el Juez de Garantía y el


Tribunal del Juicio Oral se termina con la función tridimensional del antiguo Juez del Crimen
que investigaba, acusaba y luego juzgaba y que le otorgaba el carácter inquisitivo y falto de
garantías del pasado sistema penal. Se modificó por lo tanto, con la reforma, el artículo 5º del
Código Orgánico de Tribunales, estableciéndose por la ley 19.665, con la complementación de
la ley 19. 708, una nueva clasificación de tribunales ordinarios en el inciso 2º de tal norma, con
el siguiente texto: “Integran el Poder Judicial como tribunales ordinarios de justicia, la Corte
Suprema, las Cortes de Apelaciones, los Presidentes y Ministros de Corte, los tribunales del
juicio oral en lo penal, los juzgados de letras y los Juzgados de Garantía”.

De esta manera, si bien la ley considera a los tribunales de garantía y del Juicio Oral como
ordinarios, su competencia queda limitada exclusivamente a los asuntos penales, perdiendo
con ello una de las características del ejercicio jurisdiccional, cual es el de la competencia
común, que la tienen por regla general, los jueces de letras. En todo caso, sus facultades en el
orden penal no le son absolutamente privativas, ya que el legislador otorgó a los Jueces de
letras de competencia común, las funciones de Juez de Garantía, en aquellas comunas en que
éste no existiere (artículo 46 del C.O.T.).

A) De los Juzgados de Garantía

Estos tribunales fueron creados por la ley 19.665, adecuatoria de la reforma, y fueron además,
incorporados al COT. Esta legislación vino a complementar, en primer lugar, el Código Procesal
Penal, precisamente en lo relativo al sujeto procesal Tribunal, disponiendo una doble
funcionalidad: una, para actuar en las etapas de la investigación y de preparación del juicio
oral, como garantes de los derechos y garantías procesales de los intervinientes, y la otra, para
el conocimiento y juzgamiento de algunos de los procedimientos especiales, como por ejemplo
el abreviado.
Concepto.-

Conforme a lo que dispone el artículo 14 del Código Orgánico de Tribunales y 70 del Código
Procesal Penal se puede definir a éstos órganos: Como tribunales ordinarios, que ejercen
jurisdicción de manera unipersonal y exclusiva en el procedimiento penal, con el fin de
asegurar las garantías constitucionales y legales del imputado y demás intervinientes en el
proceso penal, dirigir las audiencias que se verifican en su presencia y juzgar, de manera
excepcional, ciertos delitos, cuando la ley expresamente lo señale.

Características:

1.- Son tribunales ordinarios, porque conforme al artículo 5º del Código Orgánico de Tribunales
integran el Poder Judicial y ejercen jurisdicción en la generalidad de los asuntos judiciales de
carácter criminal que se promuevan dentro del territorio de la República, cualquiera sea su
naturaleza o la calidad de las personas que en ellos intervengan, sin perjuicio de las
excepciones que establezcan las leyes.

Hay que considerar que aún persisten procedimientos que contemplan tribunales especiales
en materia penal y que hasta ahora no aparecen modificados, como son por ejemplo: el
Código de Justicia Militar, cuya competencia se entrega a los tribunales militares; las
contravenciones o faltas que conocen los Juzgados de Policía Local.

2.- Son órganos letrados, es decir, el Juez de Garantía tiene que ser abogado, toda vez, que
ejerce jurisdicción de derecho, lo cual significa que actúa dentro de un determinado
procedimiento legal, debiendo fallar en los casos que conozca conforme a la ley, lo que
equivale a sostener que no puede acudir en su decisión a la equidad por sobre la ley, sin
perjuicio de la mayor latitud que se le otorga para apreciar la prueba con más libertad, aun
cuando se le advierte que lo deben hacer sin contradecir los principios de la lógica, las
máximas de la experiencia y los conocimientos científicamente afianzados. De tal manera, que
para condenar, el tribunal debe adquirir su convicción más allá de toda duda razonable
(artículos 297 y 340 del Código Procesal Penal). Esta es una característica general de la
jurisdicción penal.

Los Jueces de Garantía pertenecen al escalafón primario del Poder Judicial y para acceder a él
deben aprobar un curso de formación en la Academia Judicial.

3.- tribunales unipersonales en la actuación y resolución de los asuntos sometidos a su


conocimiento, pero en lo que se refiere a su territorio jurisdiccional y en el funcionamiento
administrativo se pueden constituir también como órganos colegiados. El Código Orgánico de
Tribunales en el artículo 16 expresa que existirá un Juzgado de Garantía con asiento en cada
una de las comunas del territorio de la República, que se indican, con el número de Jueces y
con la competencia que en cada caso se asigna. De este modo, puede haber un tribunal que
tenga un sólo Juez como también otro con dieciocho Jueces; por ejemplo, Tocopilla tendrá un
Juez de Garantía con competencia en dicha comuna y el Noveno Juzgado de Garantía de
Santiago tiene dieciocho Jueces con competencia sobre las comunas de Maipú y Cerrillos. La
distribución de las causas entre los distintos jueces de estos Juzgados se hará a través de un
procedimiento objetivo y general aprobado por un comité de Jueces. Por lo tanto, la
competencia territorial no le corresponde a un Juez sino a un tribunal con uno o más
miembros.

4.- Dependen jerárquicamente de la Corte de Apelaciones que ejerza jurisdicción en el


territorio de dicho Juez, la que es además su superior jerárquico para los fines administrativos
y disciplinarios. En lo jurisdiccional estas Cortes, conocen de las apelaciones y recursos de
nulidad, en los casos en que procediere, en contra de resoluciones de los jueces de Garantía
(artículo 63 Nº 1 letras b), c) y e) y Nº 3 letra b) del Código Orgánico de Tribunales). Sin
perjuicio de lo anterior, dependen también funcionalmente de la Corte Suprema, con respecto
del recurso de nulidad respecto de determinadas causales que se examinarán en su
oportunidad.

Competencia de los Tribunales de Garantía

Las facultades que el Código Procesal Penal entrega a los Juzgados de Garantía son múltiples y
están relacionadas con todo el desarrollo del procedimiento ordinario, con excepción de la
etapa del Juicio Oral en que no intervienen. Pero además, tienen una competencia exclusiva
para el conocimiento y juzgamiento de la gran mayoría de los procedimientos especiales.

Las facultades de estos tribunales, se expresan en las siguientes actividades jurisdiccionales:

1. cautelar las garantías procesales del imputado y demás intervinientes;

2. dirigir las audiencias que se producen en el procedimiento penal en el cual intervienen;

3. juzgar, cuando corresponda, determinados procedimientos especiales;

4. intervenir en la ejecución de las condenas criminales y medidas de seguridad.

5.- Facultades especiales en la ley de responsabilidad penal juvenil.

1. Primera función básica.

Asegurar el respeto de los derechos constitucionales de los intervinientes en el proceso.

El Juez de Garantía, como su nombre lo indica, en el proceso penal tiene como misión
fundamental, la de ser el custodio de los derechos esenciales de los intervinientes en el
proceso penal, a fin de que éstos sean respetados, ya sea a favor del imputado como de
cualquier otro que participe de manera activa en el procedimiento.

Esta función esencial se encuentra consagrada en la letra a) del artículo 14 del Código
Orgánico de Tribunales, según la adecuación que hizo para el nuevo Juicio Oral la ley 19.665.
Así la norma estatuye: “Corresponderá a los Jueces de Garantía: a) asegurar los derechos del
imputado y demás intervinientes en el proceso penal, de acuerdo a la ley procesal penal”.
Esta función se transforma en un deber del Juez de Garantía, para que dentro del proceso
penal y, sin perjuicio de no interferir en la eficacia del mismo, en relación a la persecución
penal, procure que en el ejercicio del ius puniendi del Estado los derechos del ciudadano sean
debidamente respetados. Dicho cometido constituye la mayor seguridad para dar
cumplimiento a las normas constitucionales, que se regulan en el artículo 19 Nº 3 y 7 de la
Constitución Política de la República y, especialmente, para garantizar el que toda persona
tenga derecho a un juicio previo, oral y público, desarrollado en conformidad con las normas
de dicho cuerpo legal, como se estatuye en el artículo 1º del Código Procesal Penal.

Dicho deber se manifiesta en favor del imputado, en cuanto a éste le asegura la ley, que toda
actuación del procedimiento que lo pudiera privar del libre ejercicio de los derechos que la
Constitución establece, lo restringiere o perturbare, requerirá de autorización judicial previa.
Igual solución se entrega para toda medida que puedan afectar estos derechos con respecto
del fiscal. (Artículo 9 y 70 del Código Procesal Penal).

En cuanto a los derechos y garantías procesales del imputado, éstos se encuentran regulados
en los artículos 93 y 94 del mencionado Código, y en el caso de privación ilegal de libertad se
concede, en el artículo 95, una acción de amparo, cuando ella proviniere de cualquiera
autoridad que no sea el mismo Juez de Garantía.

En relación a la víctima, el Juez de Garantía tiene también el deber de su protección, así lo


consagra el artículo 6º del Código Procesal Penal al ordenar que el tribunal asegurará
conforme a la ley, la vigencia de sus derechos durante el procedimiento, los que se regulan
expresamente en el artículo 109 del aludido Código.

2. Función de Dirección

El artículo 14, letra b) del Código Orgánico de Tribunales, señala que corresponde a los Jueces
de Garantía dirigir personalmente las audiencias que procedan de conformidad a la ley
procesal penal.

Como la actividad jurisdiccional del Juez de Garantía se realizará preferentemente en


audiencias, para dicho efecto se le entregan las mismas facultades que tiene el presidente de
la Sala o el Tribunal de Juicio Oral en Lo Penal y que se hallan reguladas en el artículo 292 del
Código Procesal Penal. En esta función, cuando corresponda según la remisión que hace el
artículo 71 del Código Procesal Penal, le permitirá:

a) dirigir el debate en la audiencia;

b) ordenar la rendición de la prueba en los asuntos que le corresponda juzgar;

c) exigir el cumplimiento de las formalidades previstas para los actos procesales;

d) moderar la decisión de los intervinientes, pero sin coartar el derecho de defensa de éstos;

e) ejercer las facultades disciplinarias destinadas a mantener el orden y decoro durante el


debate. En esta última función están habilitados los jueces para sancionar, a los que incurren
en faltas, con las medidas que señalan los artículos 530 y 532 del Código Orgánico de
Tribunales, quedando facultado, incluso, para aplicar el arresto de hasta cuatro días. (Artículos
293 y 294 del Código Procesal Penal).

Audiencias ante el Juez de Garantía

Los Jueces de Garantía tienen intervención principal en las etapas de investigación y de


preparación en el juicio ordinario y de manera accidental, en el juzgamiento en ciertos
procedimientos especiales. En lo primero, les corresponde dirigir audiencias de gran
importancia, como por ejemplo:

1. La de control de detención a que se refiere el artículo 132.

2. La decretada para resolver la solicitud de prisión preventiva del imputado (artículo


142), la que puede ser solicitada en cualquier etapa de la investigación. Igual audiencia podrá
efectuarse para la modificación o revocación de esta medida cautelar (artículo 144) y para
sustituirla o hacerla cesar (artículo 145).

3. La aplicación de cualquiera de las otras medidas cautelares personales a que se refiere


el artículo 155 del Código Procesal Penal.

4. Audiencia de formalización de la investigación, en la cual se practicará la comunicación


que el fiscal efectúa al imputado, en presencia del Juez de Garantía, que desarrolla
actualmente una investigación en su contra (artículo 229).

5. Audiencia para decidir acerca de la suspensión condicional del procedimiento y para


los acuerdos reparatorios (artículo 245).

6. Audiencia para apercibir al fiscal el cierre de la investigación por el transcurso del plazo
señalado por la ley o el tribunal (artículo 247 inciso 3º).

7. Audiencia para resolver el sobreseimiento definitivo o temporal solicitado por el fiscal


(artículo 249).

8. Audiencia de preparación del Juicio Oral (artículo 260) y cuyo desarrollo se regula en
los artículos 266 y siguientes y que concluye con la dictación del Auto de Apertura del Juicio
Oral a que se refiere el artículo 277.

3.-Conocimiento y Juzgamiento en Procedimientos Especiales.

Los Tribunales de Garantía, de manera excepcional, tienen competencia para el conocimiento


y juzgamiento en algunos juicios especiales (artículo 14 letras c), d) y e) del Código Orgánico de
Tribunales):

a) el procedimiento simplificado, artículos 388 y siguientes.


En esta competencia, le corresponderá el conocimiento y fallo de las faltas penales y hechos
constitutivos de simple delito para los cuales el Ministerio Público requiere la imposición de
una pena que no excediere de presidio o reclusión menor en su grado mínimo.

b) procedimiento por delitos de acción penal privada, (artículo 405) se aplica el


procedimiento simplificado.

c) el procedimiento abreviado artículos 411 y 412.

d) Las faltas e infracciones contempladas en la Ley de Alcoholes, cualquiera sea la pena


que ella les asigne. (modificado por artículo 1° ley 19.708 D.O. 5-1-01), conforme al
procedimiento simplificado.

4.- Intervenir en la Ejecución de Resoluciones Judiciales y Medidas de Seguridad.

El artículo 14, letra f) del C.O.T. señala que a los jueces de garantía les corresponderá ejecutar
las condenas y medidas de seguridad y resolver las solicitudes y reclamos relativos a dicha
ejecución, de conformidad a la ley procesal penal.

El artículo 466 del Código Procesal Penal le entrega al Juez de Garantía competente la función
de conocer de las cuestiones que se le presenten durante la ejecución de la pena o de alguna
medida de seguridad. Deben actuar, en esta materia como intervinientes, sólo el Ministerio
Público, el imputado y su defensor. El artículo 468 dispone que las sentencias condenatorias
penales no podrán ser cumplidas sino cuando se encontraren ejecutoriadas y solo en esa
situación, el tribunal decretará una a una, todas las diligencias y comunicaciones que se
requirieren para dar total cumplimiento al fallo. En verdad la ejecución está referida a poner
en conocimiento de la autoridad del fallo firme, a fin que se cumpla por Gendarmería la pena,
en la que el tribunal ya no interviene.

5.- La responsabilidad penal juvenil.

La ley 20.084 que establece normas sobre la responsabilidad penal del adolescente, agregó la
letra g) al artículo 14 del Código Orgánico de Tribunales, entregándole a los jueces de garantía
la competencia para conocer y resolver todas las cuestiones y asuntos que esa ley les
encomienden.

B.- Los Tribunales de Juicio Oral en lo Penal.

El segundo órgano jurisdiccional de base en el nuevo sistema procesal penal está constituido
por el Tribunal del Juicio Oral en lo Penal el que, según el artículo 69 del código, ha de
entenderse referido al tribunal colegiado encargado de conocer del Juicio Oral y en lo
personal, se conocen también como los jueces del tribunal de Juicio Oral en lo penal.
Concepto:

Son tribunales ordinarios, letrados y colegiados, encargados de manera fundamental de


conocer y juzgar las causas por crimen o simple delito que la ley les entrega dentro de su
competencia, conforme al procedimiento general, establecido en el Libro Segundo del Código
Procesal Penal.

Características:

1. son tribunales ordinarios, porque conforme lo señala el artículo 5º del Código Orgánico de
Tribunales, integran el Poder Judicial y conocen de manera exclusiva del juicio oral en el
procedimiento ordinario penal.

2. Son letrados, ya que sus miembros requieren tener el título de abogado. Conforman el
escalafón primario del Poder Judicial y deben cumplir con el requisito de haber aprobado el
curso de formación en la Academia Judicial.

3. Son colegiados, ya que como lo indica el artículo 17 del Código Orgánico de Tribunales los
jueces se integran en una o más Salas con tres miembros cada una de ellas. En su
funcionamiento, cada Sala será dirigida por un Juez presidente de Sala y su integración en cada
Sala, se determinará mediante sorteo anual que se efectuará durante el mes de enero de cada
año.

En cuanto a la distribución del trabajo entre las diversas Salas, ésta se hará de acuerdo a un
procedimiento objetivo y general que deberá ser anualmente aprobado por el comité de
Jueces del tribunal, a propuesta del Juez presidente.

En lo relativo a sus decisiones se aplican las normas de los acuerdos previstas para las Cortes
de Apelaciones, que se contienen en los artículos 72, 81, 83, 84 y 89 del Código Orgánico de
Tribunales prevaleciendo, en todo caso, la norma por la cual la sentencia deberá ser adoptada
por la mayoría de los miembros de la Sala.

4. Son de competencia especial. En verdad, pese a que estos tribunales son ordinarios, su
competencia queda restringida por regla general, solo al conocimiento y juzgamiento de las
causas por crímenes y simples delitos, referidos al juicio oral en el procedimiento ordinario.

5.- Reconocen como superior jerárquico a la Corte de Apelaciones respectiva.

Competencia de los Tribunales de Juicio Oral en Lo Penal.

La ley le entrega a estos tribunales la siguiente competencia (artículo 18 Código Orgánico de


Tribunales)
1.- El conocimiento y juzgamiento de las causas por crimen y simple delito.

Como ya se explicó, el conocimiento corresponde a la dirección de todo debate que se


produzca en la o las audiencias del juicio oral decretadas por el Juez Presidente de la Sala en la
forma que señala el artículo 281 del Código Procesal Penal. De este modo, su competencia sólo
comprende a los crímenes y simples delitos:

No conocen:

a) de las faltas.

b) de ciertos simples delitos que se entregan al conocimiento y fallo del Juez de Garantía,
como son en:

1.-el procedimiento abreviado (art.406)

2.-el procedimiento simplificado, respecto de simples delitos para los cuales el Ministerio
Público requiera la imposición de una pena que no excediere de presidio o reclusión menor en
su grado mínimo. (art.388)

3.-procedimiento por delito de acción privada (art.400)

2.- Resolver, en su caso, sobre la libertad o prisión preventiva de los acusados puestos a su
disposición.

Por regla general, las medidas cautelares personales dispuestas durante el procedimiento son
de competencia del Juez de Garantía, conforme a las reglas previstas en los artículos 139 y
siguientes del Código Procesal Penal. Sin perjuicio de lo anterior, puede ocurrir que al pasar de
la etapa de preparación a la del juicio oral, existan inculpados sujetos a medidas cautelares y
así, el inciso 2º del artículo 281 dispone que, junto con el auto de apertura del Juicio Oral se
pondrán a disposición del tribunal de Juicio Oral en lo Penal, las personas sometidas a prisión
preventiva o a otras medidas cautelares. Por otro lado, si estuviere libre el imputado, el
tribunal para provocar la presencia de éste al juicio puede disponer su prisión preventiva ya
que el artículo 142 permite decretarla también en la audiencia del Juicio Oral. En cuanto a la
sustitución por caución de la medida cautelar aludida, también puede ser dispuesta por el
tribunal del Juicio Oral, conforme a las reglas de los artículos 144, 145 y 146 del aludido
Código. La única dificultad legal que se puede plantear, es determinar si la resolución que se
pronuncia sobre la libertad provisional en el Juicio Oral, es susceptible de apelación, ya que el
artículo 149 hace procedente dicho recurso, pero a su vez el artículo 364 dispone que son
inapelables las resoluciones dictadas por un tribunal de Juicio oral en lo penal, norma esta
última que por su especialidad debiera primar por sobre la norma general del artículo 149.

3.- Resolver todos los incidentes que se promuevan durante el juicio.

En realidad esta materia está siempre incorporada en la competencia de estos jueces, de


acuerdo con la regla de la extensión a que se refiere el artículo 111 del Código Orgánico de
Tribunales, que dispone que el tribunal que es competente para conocer de un asunto, lo es
igualmente para conocer de todas las incidencias que en él se promuevan.

4.- Conocer y resolver todas las cuestiones y asuntos que la ley de responsabilidad penal
juvenil les encomienden, y

5. Conocer y resolver los demás asuntos que la ley procesal les encomienda.

Competencia territorial de los Tribunales del Juicio Oral en Lo Penal.

El artículo 21 del Código Orgánico de Tribunales establece que habrá un tribunal de juicio oral
con asiento en cada una de las comunas que detalla, dentro del territorio nacional, con el
número de jueces y con la competencia que en cada caso se indican. Por lo tanto, se
establecen en cada región del país un número de jueces con competencia sobre determinadas
comunas, contando, como es lógico, con un número mínimo de tres y hasta de veintisiete
Jueces en comunas de mayor densidad. Así, a Calama se le asignan tres jueces con
competencia sobre las comunas de Calama, Ollagüe, San Pedro de Atacama y el Séptimo
Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Santiago tendrá veintisiete jueces, con competencia
sobre las comunas de Macul, Peñalolén y La Florida.

Traslado de los tribunales de juicio oral a otros territorios. (Artículo 21 A COT)

La Ley autoriza a los tribunales de Juicio Oral en lo Penal, constituidos en una comuna, para
que se trasladen a ciudades situadas fuera de su lugar de asiento.

Procedencia del traslado.

Cuando sea necesario, para facilitar la aplicación oportuna de la justicia penal y cuando la
mejor atención de uno o más casos así lo aconseje.
Se debe considerar para esta medida los criterios de distancia, acceso físico y dificultades de
traslado de quienes intervienen en el proceso.

Quién lo dispone:

La Corte de Apelaciones respectiva, quien lo hará de manera general o en un caso especial.

En lo general: Deberá la Corte de Apelaciones determinar anualmente la periodicidad y forma


con que los tribunales darán cumplimiento a este traslado.

De manera especial, podrá también dicha Corte disponer en cualquier momento, la


constitución y funcionamiento de un tribunal de Juicio Oral en lo Penal en una localidad fuera
de su asiento, cuando la atención de uno o más casos así lo aconseje.

Implicancias y recusaciones.

En esta materia rigen, por regla general, las normas contenidas en los artículos 194 a
205 del Código Orgánico de Tribunales aplicables a todos los jueces. Sin embargo, se agregó
por la Ley Nº 19.708, causales de implicancias especiales para los jueces con competencia
criminal, incluyéndose los siguientes motivos de inhabilidad absoluta en el artículo 195 del
expresado Código:

1.- la de haber intervenido el juez con anterioridad en el procedimiento como Fiscal o


defensor;

2.- la de haber formulado el juez acusación como Fiscal o haber asumido la defensa,
en otro procedimiento seguido contra el mismo imputado, y

3.- la de haber actuado el miembro del Tribunal del Juicio Oral en lo Penal como Juez
de Garantía en el mismo procedimiento.

Organización Administrativa de los tribunales.

El Comité de Jueces.

En el nuevo diseño los tribunales de garantía y de juicio oral, se constituyen en verdaderas


unidades colegiadas de jueces que actúan sobre un mismo territorio. El Código Orgánico de
Tribunales en los artículos 22 y siguientes, estableció en su organización y administración los
denominados Comités de Jueces, que son organismos que deberán cumplir las funciones que
se señalan en el artículo 23 de dicho Código.

Existirán Comités de Jueces siempre en los tribunales de juicio oral en lo penal y en los
Juzgados de Garantía cuando éstos sean servidos por tres o más Jueces.

Competencia del Comité de Jueces.


a) Aprobar el procedimiento objetivo y general a que se refieren los artículos 15 y 17 del COT,
en su caso;

b) Designar, de la terna que le presente el juez presidente, al administrador del tribunal;

c) Resolver acerca de la remoción del administrador;

d) Designar al personal del juzgado o tribunal, a propuesta de terna del administrador;

e) Conocer de la apelación que se interpusiere en contra de la resolución del administrador


que remueva al subadministrador, a los jefes de unidades o a los empleados del juzgado o
tribunal;

f)) Decidir el proyecto de plan presupuestario anual que le presente el juez presidente, para
ser propuesto a la Corporación Administrativa, y

g) Conocer de todas las demás materias que señale la ley.

El Juez presidente.

El objetivo general del cargo es velar por el adecuado funcionamiento del tribunal o juzgado.

El Art. 24 del Código Orgánico de Tribunales establece que en el cumplimiento de su función, el


Juez Presidente tendrá los siguientes deberes y atribuciones:

a) Presidir el Comité de Jueces.

b) Relacionarse con la Corporación Administrativa del Poder Judicial en todas las materias
relativas a la competencia de ésta ;

c) Proponer al Comité de Jueces el procedimiento objetivo y general a que se refieren los


artículos 15 y 17 ;

d) Elaborar anualmente una cuenta de la gestión jurisdiccional del juzgado;

e) Aprobar los criterios de gestión administrativa que le proponga el Administrador del


Tribunal y supervisar su ejecución;

f) Aprobar la distribución del personal que le presente el Administrador del Tribunal;

g) Calificar al personal, teniendo a la vista la evaluación que le presente el Administrador del


Tribunal;

h) Presentar al Comité de Jueces una terna para la designación del Administrador del Tribunal;
y

i) Proponer al Comité de Jueces la remoción del Administrador del Tribunal.

El Juez Presidente es elegido de entre los miembros del Comité de Jueces, dura dos años en el
cargo pudiendo ser reelegido hasta por un nuevo periodo.

Administrador de Tribunal
Son funcionarios auxiliares de la administración de justicia encargados de organizar y controlar
la gestión administrativa de los tribunales orales en lo penal y de los juzgados de garantía.

La ley establece que "para el cumplimiento de sus funciones, el administrador de tribunal se


atendrá a las políticas generales de selección de personal, de evaluación, de administración de
recursos materiales y de personal, de diseño y análisis de la información estadística y demás
que dicte el Consejo de la Corporación Administrativa del Poder judicial, en el ejercicio e sus
atribuciones propias."

1.4. Unidades Administrativas:

El Art. 25 del COT (modificado por la Ley No 19.665) define la organización administrativa de
los Tribunales Orales en lo Penal y Juzgados de Garantía, estableciendo las unidades
administrativas que se constituirán en cada Tribunal o Juzgado para desarrollar las tareas de
apoyo a la función jurisdiccional que les son propia estableciendo varias Unidades, como de
Sala, es la unidad responsable de la organización y asistencia a la realización de las audiencias.
Unidad de Atención de Público de orientación e información a! público que concurra al
tribunal, especialmente a la víctima, al defensor y al imputado, recibir la información que éstos
entreguen y manejar la correspondencia del tribunal. Unidad de Servicios encargada de las
labores de soporte técnico de la red computacional del tribunal, de la contabilidad y de apoyo
a la actividad administrativa del tribunal, y la coordinación y abastecimiento de todas las
necesidades físicas y materiales para la realización de las audiencias. Unidad de Administración
de Causas, responsable de desarrollar toda la labor relativa al manejo de causas y registros del
proceso penal en el tribunal, incluidas las relativas al manejo de las fechas y salas para las
audiencias; al archivo judicial básico, al ingreso y número de rol de las causas nuevas; a la
primera audiencia judicial de los detenidos; a la actualización diaria de la base de datos que
contenga las causas del tribunal, y a las estadísticas básicas del tribunal. Unidad de Apoyo a
Testigos Y Peritos: responsable de brindar adecuada y rápida atención, información y
orientación a los testigos y peritos citados a declarar en el transcurso del juicio oral.

3.-Los Juzgados de Competencia Común y de Garantía.

Llamados para estos efectos juzgados mixtos, que para los fines de la reforma procesal penal,
son juzgados de letras de competencia común, que deben ejercer las funciones de Juzgados de
Garantía, porque en su territorio jurisdiccional no existen tribunales del nuevo sistema
procesal penal

La ley 19.665, publicada en el diario Oficial de 9 de marzo de 2.000, modificó el Código


Orgánico de Tribunales estableció en su artículo 3°, que en los casos que se indican en dicha
norma el Juez de letras de la jurisdicción respectiva cumplirá, además de sus funciones
propias, las de Juez de Garantía, sin que el Juzgado sea alterado en su organización ni en su
funcionamiento, salvo en cuanto sea necesario para ejercer las nuevas atribuciones
encomendadas al Juez. En el Código Orgánico de Tribunales el artículo 46 estableció que los
Jueces de letras que cumplan, además de sus funciones propias, las de Juez de Garantía
tendrán la competencia señalada en el artículo 14 del referido Código.

4.-Las Cortes de Apelaciones


Introducción

Estos tribunales colegiados son, por su naturaleza, los superiores jerárquicos de los Jueces del
nuevo sistema penal y, por lo tanto revisores de cualquiera decisión jurisdiccional de éstos,
cuando la ley establece en su contra un determinado recurso procesal, operando con relación
a la competencia, la regla del grado o jerarquía a que se refiere el artículo 110 del Código
Orgánico de Tribunales, en virtud de la cual, una vez fijada con arreglo a la ley la competencia
de un juez inferior para conocer en primera instancia de un determinado asunto, queda
igualmente fijada la del tribunal superior que debe conocer del mismo asunto en segunda
instancia. De esta manera, conforme al territorio jurisdiccional que se le asigna a cada Corte de
Apelaciones del país, cada comuna o agrupación de comunas en que queden instalados los
Tribunales de Garantía y del Juicio Oral en Lo Penal reconocerán como superior jerárquico a la
Corte de Apelaciones que comprenda dicha comuna o agrupación de comunas.

Competencia de las Cortes de Apelaciones.

Tratándose de los asuntos penales regidos por el Código Procesal Penal, el artículo 63 del
Código Orgánico de Tribunales establece que las Cortes de Apelaciones conocerán:

En única instancia

1.- De los recursos de nulidad interpuestos en contra de las sentencias definitivas dictadas por
un tribunal con competencia en lo criminal, cuando corresponda de acuerdo a la ley procesal
penal. (Artículo 63 N°1 letra b).

Este recurso se encuentra reglado en el título IV del libro III del Código Procesal Penal artículos
372 a 387 y se estableció para invalidar el juicio oral y la sentencia definitiva, o solamente ésta,
por las causales expresamente señaladas en la ley. Constituye la nulidad, en realidad un
sustituto de los recursos de casación en la forma y en el fondo establecidos en los Códigos de
Procedimiento Civil y Penal. En el nuevo código los artículos 373 y 374 señalan las causales
para su interposición.

Este recurso de nulidad sólo procede contra la sentencia definitiva dictada en el


procedimiento ordinario por el tribunal de juicio oral en lo penal y excepcionalmente, en
contra de la dictada por el Juez de Garantía en el procedimiento simplificado y en el
procedimiento por delito de acción privada. (Artículos 399 y 405).

En cuanto a la competencia en el conocimiento de este recurso la ley señala que será


competente para conocerlo la Corte de Apelaciones respectiva, cuando se funde en las
causales de la letra b) del artículo 373 o cualquiera de los motivos absolutos de nulidad que
contempla el artículo 374, sin perjuicio de las situaciones especiales a que se refieren los
incisos 3° y 4° del artículo 376, materia que será tratada cuando se explique la Corte Suprema.
En todo caso, este recurso de nulidad será conocido en única instancia, porque así lo señala el
artículo 63 del Código Orgánico de Tribunales y lo enfatiza el artículo 387 del Código Procesal
Penal, al establecer que la resolución que fallare un recurso de nulidad no será susceptible de
recurso alguno, sin perjuicio de la revisión de la sentencia condenatoria firme que se trata en
el mismo Código.

2.-Conocerán también las Cortes de Apelaciones, en única instancia de las solicitudes que se
formulen, de conformidad con la ley procesal, para declarar si concurren las circunstancias que
habilitan a la autoridad requerida para negarse a proporcionar determinada información,
siempre que la razón invocada no fuere que la publicidad pudiere afectar la seguridad
nacional.

El artículo 19 del Código Procesal Penal, impone el deber de todas las autoridades y órganos
del Estado de proporcionar, sin demoras, la información que les requirieren el Ministerio
Público y los tribunales con competencia penal. Si la autoridad requerida se negare a enviarlos
a pretexto de su carácter secreto o reservado, el fiscal regional a requerimiento del fiscal
investigador o el tribunal solicitará a la Corte de Apelaciones respectiva, previo informe de la
autoridad de que se tratare, que resuelva la controversia;

3.- Conocerá de la extradición activa en única instancia (artículo 63 N° 1 letra a) del Código
Orgánico de Tribunales y 435 del Código Procesal Penal).

En primera instancia.

1.- Conocerá la Corte de Apelaciones en primera instancia del recurso de amparo (artículo 63
N°2 letra b) del Código Orgánico de Tribunales). Aún cuando el Código Procesal Penal no regula
orgánicamente esta acción constitucional como lo hace el Código de Procedimiento Penal, sin
embargo, se pueden producir en un proceso penal situaciones que afecten el derecho a la
libertad personal que le asegura la Constitución Política de la República a cualquiera persona
con motivo de resoluciones o actuaciones en dicho proceso. En todo caso el artículo 95 del
Código Procesal Penal lo autoriza expresamente, al referirse como acción para reclamar contra
una medida que afecte la libertad personal de un imputado.

2.- De los desafueros de las personas a quienes les fueren aplicables los incisos segundo,
tercero y cuarto del artículo 58 de la Constitución Política de la República.

3.- De los procesos de amovilidad que se entablen en contra de los jueces de letras.

4.- De las querellas de capítulos.

En segunda instancia.

Conocerán, asimismo las Cortes de Apelaciones, en segunda instancia, de las apelaciones


interpuestas en contra de las resoluciones dictadas por un Juez de Garantía. (Artículo 63 N°3
letra b). En el nuevo proceso penal el recurso de apelación se encuentra bastante limitado y
sólo es procedente, cuando la resolución recurrida pusiere término al procedimiento, hiciere
imposible su prosecución o la suspendiere por más de treinta días o cuando la ley lo señalare
expresamente.
En cuanto al recurso de queja, si bien el artículo 63 N° 1 letra c del Código Orgánico de
Tribunales lo establece como modo de impugnación en única instancia contra todo órgano que
ejerza jurisdicción, al no estar exceptuados los Jueces de Garantía o del Tribunal del Juicio Oral,
es evidente que caen en dicha nomenclatura y haría procedente tal arbitrio, sin embargo,
dadas las limitaciones que establece el artículo 545 del mismo cuerpo de leyes, es casi
imposible que pudiera existir una resolución que haga procedente este recurso disciplinario
contra los Jueces del nuevo sistema procesal penal. Lo cual no impide de todas maneras, el
ejercicio de las facultades correccionales que el artículo 66 del Código Orgánico de Tribunales
le entrega al Pleno de las Corte de Apelaciones para la aplicación de medidas disciplinarias. En
todo caso, este es un tema que no está actualmente resuelto. Hay jurisprudencia que lo ha
declarado de plano improcedente y otra, lo ha aceptado e incluso acogido.

En todos los asuntos de competencia de la Corte de Apelaciones, éstas conocerán en Salas, con
excepción de los desafueros, juicios de amovilidad y aplicación de medidas disciplinarias, casos
en los cuales conocerá en Pleno. (Artículo 66 del C.O.T.).

5.-La Corte Suprema

Este tribunal ejerce, conforme lo prescribe el artículo 79 de la Constitución Política de la


República la superintendencia directiva, correccional y económica de todos los tribunales de la
nación, con lo cual quedan bajo tal superintendencia los tribunales del nuevo sistema procesal
penal y como se repite tal facultad en el artículo 96 N° 4 del Código Orgánico de Tribunales,
tiene además la prerrogativa para determinar la forma del funcionamiento de los Juzgados y
demás servicios judiciales, fijando los días y horas de trabajo en atención a las necesidades de
trabajo.

Competencia de la Corte Suprema en materia del nuevo proceso penal.

En Salas:

1.-Conocerá de los recursos de nulidad interpuestos en contra de las sentencias definitivas


dictadas por los tribunales con competencia en lo criminal, cuando corresponda de acuerdo a
la ley procesal penal. (artículo 98 N° 3 del Código Orgánico de Tribunales).

En esta materia, la Corte Suprema conocerá del recurso de nulidad, en los siguientes casos:

a) cuando el recurso se fundare en la causal que señala la letra a) del artículo 373 del Código
Procesal Penal, o sea, cuando se denunciare infracción de los derechos o garantías asegurados
por la Constitución Política de la República o por Tratados Internacionales ratificados por Chile
que se encuentren vigentes;
b) tratándose de la causal prevista en la letra b) del aludido artículo, cuando respecto de la
materia de derecho objeto del mismo existieren distintas interpretaciones sostenidas en
diversos fallos emanados de los tribunales superiores;

c) si un recurso se fundare en distintas causales y por aplicación de las normas señaladas en los
incisos primero, segundo y tercero del artículo 376 del Código Procesal Penal, al menos una de
ellas correspondiere al conocimiento de la Corte Suprema.

d) si se dedujeren distintos recursos de nulidad contra la sentencia y entre las causales que los
fundaren hubiere una respecto de la cual correspondiere pronunciarse a la Corte Suprema;

2.- Conocerá del recurso de apelación deducido en contra de la sentencia dictada por las
Cortes de Apelaciones en los recursos de amparo (artículo 98 N° 4).

3.- De los recursos de revisión, materia que en el nuevo Código Procesal se regula en el párrafo
3° del título VIII del libro IV (artículo 98 N°5 del Código Orgánico de Tribunales);

4.- De las solicitudes que se formulen, de conformidad a la ley procesal, para declarar si
concurren las circunstancias que habilitan a la autoridad requerida para negarse a
proporcionar determinada información o para oponerse a la entrada y registro de lugares
religiosos, edificios en que funcione una autoridad pública o recintos militares o policiales.

Tratándose de la información requerida, el fundamento de oposición que le da competencia a


la Corte Suprema, está referida a la seguridad nacional, como lo señala el inciso 4° del artículo
19 del Código Procesal Penal. En cuanto a la entrada y registro en lugares especiales esta
situación se regula en el artículo 209 del referido Código y el requerimiento se hará por el fiscal
regional a solicitud del fiscal investigador.

5.- La resolución que se pronunciare sobre la querella de capítulos será apelable ante la Corte
Suprema. (Artículo 427).

6.- Corresponderá conocer de los recursos de apelación y nulidad que se interpongan en


contra de la sentencia del ministro de la Corte Suprema, tratándose de la extradición pasiva.
En el caso, del segundo recurso, éste sólo será procedente respecto de las causales de los
artículos 373 letra a) y 374. (Artículo 450).

En cuanto al recurso de queja, el artículo 98 N° 7 le da competencia a las Salas de la Corte


Suprema para conocerlos, cuando se trate de resoluciones de las Cortes de Apelaciones
dictadas al conocer los recursos de apelación y nulidad y, en este último caso, según como se
estime el sentido del artículo 387 del Código Procesal Penal, en cuanto hace improcedente
cualquier recurso contra la resolución que fallare el recurso de nulidad.

De todos modos, la imposición de medidas disciplinarias es de competencia del Pleno del


Tribunal Supremo.

En Pleno

La Corte Suprema le corresponderá conocer en Pleno :


a) de las apelaciones que se deduzcan en las causas por desafuero de las personas a quienes
les fueren aplicables los incisos 2°, 3° y 4° del artículo 58 de la Constitución Política de la
República.(relación con el artículo 418 del Código Procesal Penal).

b) en segunda instancia de los juicios de amovilidad fallados en primera por las Cortes de
Apelaciones y por el Presidente de la Corte Suprema, seguido contra Jueces de Letras o
Ministros de las Cortes de Apelaciones, respectivamente. (Ver artículos 332 N° 4, 337, 338 y
339 del Código Orgánico de Tribunales)

2.3.6.- EL MINISTERIO PÚBLICO.

La ley de reforma constitucional N° 19.519 de 1997 estableció en Chile, por


primera vez, el Ministerio Público como un órgano del Estado, cuya descripción, funciones y
generación se establecieron en el Capítulo VI-A de la Constitución Política y que conforme a
sus normas se constituye como un organismo público, autónomo, jerarquizado y no
jurisdiccional, cuya función básica será la de dirigir en forma exclusiva la investigación de los
delitos y, en su caso, ejercer la acción penal pública en la forma prevista por la ley.

En consecuencia, como órgano público es un sujeto procesal que permite a un


Fiscal de ese servicio constituirse en interviniente en el procedimiento penal en todas sus
actuaciones.

El artículo 1° de la Ley Orgánica Constitucional del Ministerio Público (19.640)


indica que el Ministerio Público es un organismo autónomo y jerarquizado, cuya función es
dirigir en forma exclusiva la investigación de los hechos constitutivos de delitos, los que
determinen la participación punible y los que acrediten la inocencia del imputado y, en su
caso, ejercer la acción penal pública en la forma prevista por la ley. De igual manera, le
corresponderá la adopción de medidas para proteger a las víctimas y a los testigos. Sin
embargo la ley limita su poder, al disponer que los fiscales no pueden ejercer funciones
jurisdiccionales.

Funciones del Ministerio Público.

De lo señalado, dos son los deberes que asume dicho organismo:

1.- Dirigir en forma exclusiva la investigación de los hechos constitutivos de delito.

En esta parte, el artículo 77 del código señala que los fiscales practicarán todas las
diligencias que fueren conducentes al éxito de la investigación y dirigirán la actuación de la
policía, con estricta sujeción al principio de objetividad consagrada en su ley orgánica.
En esta primera función, se le impone al aludido organismo, correlativamente a la
dirección en la persecución criminal, dos deberes íntimamente ligados entre sí: uno de ellos, el
de investigar tanto los hechos que determinan la participación del imputado, como asimismo
los que acrediten la inocencia de éste. Esta función de velar para que se investigue también
aquello que pueda favorecer al imputado constituye un principio básico dentro de las
atribuciones del Ministerio Público, cual es el de objetividad, como lo consagra el artículo 3 de
la ley orgánica aludida, cuando dispone: “En el ejercicio de su función, los fiscales del
Ministerio Público adecuarán sus actos a un criterio objetivo, velando únicamente por la
correcta aplicación de la ley. De acuerdo con ese criterio, deberán investigar con igual celo no
sólo los hechos y circunstancias que funden o agraven la responsabilidad del imputado, sino
también los que le eximan de ella, la extingan o la atenúen.” El segundo deber legal que asume
el ministerio público, es la de proteger a las víctimas y testigos, como lo ordena el artículo 1 °
de la ley orgánica y lo vuelve a reiterar el artículo 78 del Código Procesal Penal. Una de las
innovaciones que se advierten en el nuevo código de enjuiciamiento es la de recuperar la
importancia que tiene la víctima del hecho punible, quien tiene que soportar un doble dolor, el
del delito mismo cometido en su contra y el de soportar el juicio mismo, las más de la veces en
condiciones negativas y onerosas; o la de sufrir apremios inmerecidos del sistema penal, todo
lo cual termina por hacerla renunciar a la persecución criminal. Esto se denomina
revictimización.

El artículo 78 del código dispone que será deber de los fiscales durante todo el
procedimiento, adoptar medidas, o solicitarlas, en su caso, para proteger a las víctimas de los
delitos- deber de protección-; facilitar su intervención en el mismo-deber de participación de la
víctima en el juicio-; e evitar o disminuir al mínimo cualquier perturbación que hubieren de
soportar con ocasión de los trámites en que debieren intervenir-deber de tranquilidad-.

Además el mismo precepto, obliga a los fiscales a realizar, entre otras, las siguientes
actividades a favor de la víctima:

a) Entregarle información acerca del curso y resultado del procedimiento, de sus


derechos y de las actividades que debiere realizar para ejercerlos;

b) Ordenar por sí mismos o solicitar al tribunal, en su caso, las medidas destinadas a la


protección de la víctima y su familia frente a probables hostigamientos, amenazas o atentados;

c) Informarles sobre su eventual derecho a indemnización y la forma de impetrarlo, y


remitir los antecedentes, cuando correspondiere, al organismo del Estado que tuviere a su
cargo la representación de la víctima en el ejercicio de las respectivas acciones civiles;

d) Escuchar a la víctima antes de solicitar o resolver la suspensión del procedimiento o su


terminación por cualquier causa.

En todo caso, si la víctima hubiere designado abogado, el ministerio público estará obligado a
realizar también a su respecto las actividades señaladas en las letras a) y d) precedentes.

Sin perjuicio de lo señalado, la ley 20.507 agregó un artículo 78 bis al Código Procesal
Penal, por la cual se le impone al Ministerio Público otras obligaciones de protección respectos
de determinadas víctimas: como las personas objeto del tráfico ilícito de migrantes y víctimas
de trata personas para lo cual se dispone: “El Ministerio Público adoptará las medidas
necesarias, o las solicitará en su caso, tendientes a asegurar la protección de las víctimas de
estos delitos durante el proceso penal, teniendo presente la especial condición de
vulnerabilidad que las afecta.”

2.- Ejercicio de la acción penal pública.

El ejercicio de la acción penal pública será para el Ministerio Público una función
también trascendente, pero no se le entrega el monopolio de ella de manera absoluta a dicho
organismo, ya que la Constitución y también la ley orgánica otorga al ofendido y a las demás
personas que determine la ley el igual ejercicio de dicha acción, así quedó estampada en la
historia fidedigna:”se permite accionar a la víctima en caso de que el Ministerio Público no lo
haga, o que aquella no se conforme con el sentido que éste hubiere impreso al
procedimiento”. En todo caso, esto se explicó cuando se estudió la acción penal pública y el
querellante.

En el ejercicio de estos deberes la Constitución entregó al Ministerio Público la


facultad de impartir órdenes directas a la fuerza pública, lo que asegura para sus fines contar
con una policía íntimamente relacionada con la persecución penal, quedando ésta subordinada
en esta parte al fiscal de la investigación. El artículo 4 de la ley orgánica del ministerio público
señala que éste podrá impartir órdenes directas a las Fuerzas de Orden y Seguridad durante la
investigación. Pero aclara el precepto, que sin embargo, las actuaciones que priven al
imputado o a terceros del ejercicio de los derechos que la Constitución asegura, o lo restrinjan
o perturben, requerirán siempre la aprobación judicial previa.

ORGANIZACIÓN Y RESPONSABILIDAD DEL MINISTERIO PÚBLICO.

La Constitución Política encarga a una ley orgánica constitucional regular la


organización y atribuciones del Ministerio Público. Además, se señala que esa misma ley
reglamentará las calidades y requisitos que deberán tener y cumplir los fiscales para su
nombramiento, como las causales de remoción. El artículo 2 de esa ley orgánica, en su inciso
segundo dispone que los fiscales, en los casos que tengan a su cargo, dirigirán la investigación
y ejercerán la acción penal pública con el grado de independencia, autonomía y
responsabilidad que establece dicha ley. El jefe del servicio será el Fiscal Nacional, a quien se le
otorga la superintendencia, directiva, correccional y económica del organismo.

El ministerio Público se organizará en una Fiscalía Nacional y en Fiscalías Regionales y éstas, a


su vez, se organizarán a través de fiscalías locales, siendo los fiscales adjuntos los que en
definitiva tendrán la función de la investigación de los delitos.

El Fiscal Nacional y los Fiscales Regionales serán nombrados por el plazo de ocho años
y durarán en sus funciones hasta los 75 años. Para su nombramiento, se dispone que el Fiscal
Nacional será designado por el Presidente de la República de una lista de cinco personas
nominados por la Corte Suprema, siendo su nombramiento ratificado por el Senado. Los
Fiscales Regionales serán nombrados por el Fiscal Nacional de una terna confeccionado por las
Cortes de Apelaciones respectivas y serán removidos por la Corte Suprema a requerimiento del
Presidente de la República, de la Cámara de Diputados o de diez de sus miembros.

2.3.7.- LA POLICIA.

La policía es considerada en el Código Procesal, como un sujeto procesal y se reglamenta su


función, en la persecución penal, en el párrafo 3° del Título IV del Libro I de dicho cuerpo de
leyes-artículos 79 a 92- sin perjuicio de las normas propias de dichos organismos establecidas
en sus leyes orgánicas. En general, son la Policía de Investigaciones de Chile y Carabineros de
Chile.

En el orden indicado, el artículo 79 dispone, en primer término, que la Policía de


Investigaciones será auxiliar del ministerio público en las tareas de investigación y deberá
llevar a cabo las diligencias necesarias para cumplir los fines previstas en el código, en especial
en los artículos 180, 181 y 187, de conformidad a las instrucciones que les dirigieren los
fiscales. Les corresponderá, asimismo, ejecutar las medidas de coerción que se decretaren. En
subsidio, cuando un fiscal así lo dispusiere, podrán darse las órdenes a Carabineros de Chile y,
por último, tratándose de la investigación de hechos cometidos en el interior de
establecimientos penales, el ministerio público también podrá impartir instrucciones a
Gendarmería de Chile, que actuará de conformidad a lo dispuesto en el Código.

En consecuencia, las funciones básicas de la policía en el juicio penal, son:

1.- En su calidad de auxiliar del ministerio público, deberá llevar a cabo las diligencias de
investigación necesarias para establecer los hechos punibles y la participación del imputado.
En esta tarea deben ejecutar sus investigaciones bajo la dirección y responsabilidad de los
fiscales de acuerdo a sus instrucciones, como asimismo las que le ordenaren los jueces para la
tramitación del procedimiento. En la ejecución de las órdenes, éstas se deberán cumplir sin
más trámites, cuya procedencia, conveniencia y oportunidad no podrán calificar, sin perjuicio
de requerir la exhibición de la autorización judicial previa, salvo en los casos urgentes a que se
refiere el inciso final del artículo 9 del Código. (Artículos 79 y 80)

2.- Ejecutar las medidas de coerción que se decretaren. En verdad esto mira a aquellas órdenes
que afectando garantías constitucionales necesitan autorización judicial. (Artículo 79).

Normas generales de actuación de la policía.

Sin perjuicio de las órdenes que en cada investigación en particular se pueden dar a la policía
en las indagaciones criminales, el Código regula situaciones de carácter general en el párrafo
que se está comentando.
A.- Las Comunicaciones.

El artículo 81 del Código dispone que las comunicaciones que los fiscales y la policía
debieren dirigirse en relación con las actividades de investigación de un caso particular se
realizarán en la forma y por los medios más expeditos posibles. Lo cual está indicando una
desformalización en este tema, dando la posibilidad que ellas se hagan por todos los
conductos para dar una mayor agilidad a las diligencias mismas.

El artículo 84 especifica la manera como la policía debe informar al ministerio público


con ocasión de un delito, es este caso, se dispone que recibida una denuncia, la policía
informará inmediatamente y por el medio más expedito al ministerio público, sin perjuicio de
las actuaciones que pueda realizar sin orden previa, en los casos del artículo 83 del código, lo
que no obsta a que luego de verificadas se de la información de inmediato.

B.- Instrucciones generales.

El artículo 87 dispone que el ministerio público, sin perjuicio de las instrucciones


particulares que el fiscal impartiere en cada caso, deberá regular mediante instrucciones
generales la forma en que la policía cumplirá las funciones previstas en los artículos 83 y 85,
que son actuaciones que la policía puede hacer sin orden previa y el control de identidad que
la ley le permite hacer a ciertas personas, así como la forma de proceder frente a hechos de los
que tomare conocimiento y respecto de los cuales los datos obtenidos fueren insuficientes
para estimar que son constitutivos de delito. Asimismo, podrá impartir instrucciones generales
relativas a la realización de diligencias inmediatas para la investigación de determinados
delitos.

C) Instrucciones legales especiales, que pueden ejecutar sin orden previa.

El Artículo 83 del código le permite a la policía, realizar algunas actuaciones,


relacionadas con el proceso penal, sin necesidad de recibir previamente instrucciones
particulares de los fiscales. Estas actividades policiales, son las siguientes:

a) Prestar auxilio a la víctima;

b) Practicar la detención en los casos de flagrancia, conforme a la ley, los que se indicarán
cuando se traten las medidas cautelares personales.

c) Resguardar el sitio del suceso, impidiendo el acceso de las personas ajenas a la


investigación, evitando cualquier alteración al lugar custodiado que altere o borre los rastros y
vestigios del hecho. Además, debe efectuar lo que se denomina la cadena de custodia de los
objetos relevantes del hecho punible, recogiendo, identificando y conservando bajo sello dicho
elementos que pudieren ser utilizados como medios de prueba;

d) Identificar a los testigos y consignar las declaraciones que éstos prestaren


voluntariamente;

e) Recibir las denuncias del público, y

f) Efectuar las demás actuaciones que dispusieren otros cuerpos legales.


Levantamiento del cadáver: El artículo 90 del Código agrega como una diligencia que podría
también ejecutar la policía, es la situación de una muerte que se presume no sea natural,
ocurrida en la vía pública, en tal caso y sin perjuicio de las facultades que corresponden a los
órganos encargados de la persecución penal, la descripción a que se refiere el artículo 181 y la
orden de levantamiento del cadáver podrán ser realizadas por el jefe de la unidad policial
correspondiente, en forma personal o por intermedio de un funcionario de su dependencia,
quien dejará registro de lo obrado.

D) Facultades policiales con respecto de sospechosos e inculpados de delitos.

1.- Control de identidad.

El artículo 85 del código permite a la policía, sin orden previa, hacer control de
identidad de cualquier persona en los casos fundados que la norma permite. Estas situaciones
se pueden producir: a) cuando según las circunstancias, estimaren que existen indicios de que
una persona hubiere cometido o intentado cometer un crimen, simple delito o falta; b) de que
dispusiere cometerlo; c) de que pudiere suministrar informaciones útiles para la indagación de
un crimen, simple delito o falta; d) o en el caso de la persona que se encapuche o emboce para
ocultar, dificultar o disimular su identidad.

Dicho control de identificación debe realizarse en el lugar en que la persona se


encontrare, por medio de documentos de identificación oficiales expedidos por la autoridad
pública.

Extensión del control.

Aparte de la identidad exigida, la ley permite que sin necesidad de nuevos indicios,
podrá la policía proceder al registro de las vestimentas, equipaje o vehículo de la persona cuya
identidad se controla y cotejar la existencia de órdenes de detención que pudieran afectarle.
Esta intrusión lo puede hacer la policía sin orden judicial, cuando dicha persona se encuentra
en las hipótesis del artículo 130, o sea, en situación de flagrancia.

Detención del sospechoso.

Permite la ley, que en caso de negativa de una persona a acreditar su identidad, o si habiendo
recibido las facilidades del caso no le fuere posible hacerlo, la policía la conducirá a la unidad
policial más cercana para fines de la identificación, dejándola en libertad una vez obtenido
dicho reconocimiento, usando incluso la toma de huellas digitales, lo que sólo podrá ser usado
para esos fines para luego ser destruidas.

Plazo para el control de identidad.

El artículo aludido establece que el plazo para proceder a los procedimientos de identificación
no podrá extenderse por un plazo superior a las ocho horas, transcurridas las cuales la persona
que ha estado sujeta a ellos deberá ser puesta en libertad, salvo que existan indicios de que
ha ocultado su verdadera identidad o ha proporcionado una falsa, lo cual constituirá una falta
penal, prevista y sancionada en el N° 5 del artículo 496 del Código Penal, que permitirá al fiscal
ordenar su libertad u ordenar que sea conducido ante el juez dentro de las veinticuatro horas,
contado desde la detención.

2.- Examen de vestimentas, equipaje o vehículo.

El artículo 89 faculta a la policía practicar el examen de las vestimentas que llevare el detenido,
del equipaje que portare o del vehículo que condujere, pero ello ocurrirá solo cuando
existieren indicios que permitieren estimar que el detenido oculta en ellos objetos
importantes.

3.- Declaraciones del imputado ante la policía.

Ya se señaló que el imputado tiene siempre el derecho a permanecer en silencio y que su


declaración es una facultad que sólo él puede ejercer. La policía, sin embargo, en el artículo 91
puede tomar declaración del imputado, pero sólo lo podrá hacerlo autónomamente en
presencia de su defensor. Si éste no estuviere presente durante el interrogatorio, las
preguntas se limitarán a constatar la identidad del sujeto. Ahora, si dicha persona, en ausencia
del defensor, manifestare su deseo de declarar, la policía deberá tomar las medidas necesarias
para que declare ante el fiscal. Si esto no fuere posible, la ley permite a la policía consignar las
declaraciones que se allanare a prestar el imputado, bajo la responsabilidad y con la
autorización del fiscal, permitiéndose que el defensor pueda incorporarse siempre y en
cualquier momento a la diligencia.

Registro de las actuaciones policiales.

El artículo 88 del Código trata de los registros de las actuaciones de la policía estableciendo
que son siempre de acceso del ministerio público.

Deber de reserva de la policía.

El artículo 92 del código establece una obligación de reserva de la policía, que casi nunca se
respeta, en desmedro del principio de inocencia y que a veces, perjudica la investigación por la
divulgación periodística que hacen los policías de ciertos procedimientos de investigación. En
efecto, la norma estatuye que los funcionarios policiales no podrán informar a los medios de
comunicación social, acerca de la identidad de los detenidos, imputados, víctimas, testigos, ni
de otras personas que se encontraren o pudieran resultar vinculadas a la investigación de un
hecho punible.

2.4. LAS MEDIDAS CAUTELARES.


INTRODUCCION.

Las medidas cautelares en el Código Procesal Penal están reglamentadas en los Títulos V y VI
del Libro I, que regulan las que denomina personales y aquellas que constituyen las reales,
respectivamente, distinción que mira al objeto de la caución que se exige y que corresponde a
la clasificación de las mismas medidas.

En consecuencia, con motivo de la investigación criminal el imputado puede ser sujeto de


medidas cautelares para asegurar la realización de los fines del procedimiento y/o para
garantizar el pago de las indemnizaciones civiles a las que podría ser condenado.

El Código Procesal Penal Modelo para Iberoamérica considera las medidas cautelares como
medidas de coerción, cuya finalidad y alcance según el artículo 196 de dicho texto, es que la
libertad personal y los demás derechos y garantías reconocidas a toda persona, sólo podrán
ser restringidos cuando fuere absolutamente indispensable para asegurar la averiguación de la
verdad, el desarrollo del procedimiento y la aplicación de la ley. Claus Roxin, en su libro
Derecho Procesal Penal, cuando se refiere a esta materia, relacionada con el procedimiento
penal germano, señala que para llevar a cabo el proceso penal son indispensables las
injerencias en la esfera individual y, por cierto, tanto para asegurar el proceso de conocimiento
como para asegurar la ejecución penal. Agregando que en el aseguramiento del proceso de
conocimiento sirven, entre otras, la presencia forzosa del acusado en el juicio oral a través de
la detención provisional o por medio de la ejecución forzosa de una orden de prisión. (Edición
Editores del Puerto- Buenos Aires-2000. Página 249.)

En resumen, para los fines del proceso penal, los derechos y garantías que se establecen en
dicha codificación o en la misma Constitución Política, pueden ser afectados de manera
excepcional, cuando se reúnen exigentes requisitos legales y procesales y, por supuesto, no
puede constituir su utilización un desvalor de la presunción de inocencia que le asiste a todo
imputado en el juicio penal. Se trata en consecuencia, de medidas de carácter excepcional,
transitorias, proporcionales y ejecutables solo cuando se reúnen requisitos específicos que
legitimen la afectación de las garantías y derechos de todo imputado en la causa penal.

2.4.1.- Medidas cautelares personales.

Son aquellas resoluciones dispuestas por el Juez a solicitud del Fiscal, del querellante o
la víctima que afectan garantías y derechos del imputado y que se ejecutan para el sólo efecto
de asegurar el éxito de las diligencias de investigación, proteger al ofendido, asegurar la
persona o la comparecencia del imputado a las actuaciones del procedimiento o al
cumplimiento de una pena impuesta por una sentencia ejecutoriada.

Características.
1.- Están establecidas por la ley, por lo tanto son absolutamente legales, y su
aplicación debe ser de carácter restrictivo, en atención a que el artículo 5 del Código ordena
que no se podrá detener, someter a prisión preventiva ni aplicar cualquiera otra forma de
privación o restricción de libertad a ninguna persona, sino en los casos y en la forma señalados
por la Constitución y las leyes. Agrega la norma, que estas disposiciones que autorizan la
restricción de la libertad o de otros derechos del imputado o del ejercicio de sus facultades
serán interpretadas restrictivamente y no se podrán aplicar por analogía. Esta disposición tiene
su fuente necesaria en el artículo 19 N° 7, letra b) de la Carta Fundamental, cuando dispone
que nadie puede ser privado de su libertad personal ni ésta restringida sino en los casos y en la
forma determinados por la Constitución y las leyes.

2.- Sólo pueden ser decretadas por un juez a través de una resolución judicial, ya que
éste es el funcionario público expresamente facultado por la ley para disponer las medidas
cautelares. El artículo 9 del Código señala que toda actuación del procedimiento que privare al
imputado o a un tercero del ejercicio de los derechos que la Constitución asegura, o lo
restringiere o perturbare, requerirá de autorización judicial previa. Finalmente, el artículo 122
del Código en su inciso final establece que “Estas medidas serán siempre decretadas por medio
de resolución judicial fundada”.

3.- Son provisionales porque sólo durarán mientras subsistiere la necesidad de su


aplicación, como se encarga de enfatizar el artículo 122 del Código y que corrobora el artículo
156 al señalar que las medidas establecidas en el artículo 155, admiten suspensión cuando se
estimare que ellas no ponen en peligro los objetivos que se tuvieron en vista al imponerlas.

4.- Se decretan cuando fueren absolutamente indispensables para asegurar la realización de


los fines del procedimiento.

5.- Son acumulables, pueden imponerse al imputado varias medidas a la vez, como
ocurre en el caso de la medidas a que se refiere el artículo 155, al autorizar que el tribunal
podrá imponer una o más de estas medidas según resultare adecuado al caso y ordenará las
actuaciones y comunicaciones necesarias para garantizar su cumplimiento.

Clases de medidas cautelares personales.

El Código Procesal Penal permite al tribunal, según lo pida el Ministerio Público, la


víctima o el querellante, disponer de varias medidas cautelares personales, algunas específicas
que se establecen de menor a mayor gravedad y otras más generales que se agregan en el
artículo 155 del mismo código y que se examinarán en el mismo orden.

1.- LA CITACION.

Esta medida aparece como la menos intrusiva con relación al imputado, ya que no
importa privación ni restricción de la libertad personal. Se utiliza cuando fuere necesaria la
presencia del imputado ante el tribunal, según lo dispone el artículo 123 del Código.
En cuanto a las formalidades para su cumplimiento la norma citada se remite al
artículo 33, relativo a las citaciones judiciales, para que una persona pueda llevar a efecto una
actuación ante un tribunal, con los apercibimientos de ser conducido por medio de la fuerza
pública si no concurriere. En cuanto al imputado su rebeldía de comparecencia podrá agravar
su situación ya que puede ser detenido o sometido a prisión preventiva hasta la realización de
la actuación respectiva.

Exclusión de otras medidas.

La ley dispone que el juez decretará la citación como medida cautelar, con exclusión de
otras más graves, en aquellos casos en que la imputación se refiera a faltas, o delitos que la ley
no sancionare con penas privativas ni restrictivas de libertad, como se regula en el artículo
124. Sin embargo, puede preterirse la citación en estos delitos y, por consecuencia, disponerse
una medida más seria, en los siguientes casos:

a) En la situación prevista en el inciso cuarto del artículo 134, o sea, cuando el imputado
hubiere cometido algunas de las faltas contempladas en el Código Penal, en los artículos 494
N°s 4 y 5 y 19, exceptuando en este último caso, los hechos descritos en los artículos 189 y
233; 495 N° 21 y 496 N°s 5 y 26. En resumen las faltas que autorizan la detención, son las
amenazas con armas blancas o de fuego, o al que riñendo con otro las sacare, como no sea con
motivo justo; las lesiones leves; el que ejecutare alguno de los hechos penados en los artículos
448, 467, 470 y 477 del Código Penal, siempre que el delito se refiera a valores que no excedan
de una unidad tributaria mensual, que son apropiaciones, estafas e incendios menores; los
daños menores en bienes públicos o de propiedad particular; la ocultación del nombre a la
autoridad y el que tirare piedras u otros objetos arrojadizos en parajes públicos, con riesgo de
los transeúntes, o lo hiciere a las casas o edificios, en perjuicio de los mismos o con peligro de
las personas.

b) También puede eludirse la citación cuando procediere el arresto por falta de


comparecencia, procediendo la detención o la prisión preventiva, cuando citado el imputado
en el caso del artículo 33 no concurriere.

No obstante lo anterior, la citación misma puede importar una restricción a la libertad


personal del imputado, aún tratándose de aquellos delitos indicados en el inciso primero del
artículo 124 del código, ya que el artículo 134 permite a la policía en esos casos, conducir al
imputado al recinto policial, para efectuar allí la citación.

2.- LA DETENCIÓN.

Es una medida cautelar personal por la cual se priva de libertad a una persona por un breve
tiempo a fin de ser puesto a la presencia del Juez, sin previa citación, cuando de otra manera la
comparecencia pudiera verse demorada o dificultada.

Para que sea procedente la detención, según el artículo 125, será necesario que la
orden sea expedida por funcionario público expresamente facultado por la ley y después que
dicha orden le sea intimada al imputado en forma legal, a menos que fuere sorprendido en
delito flagrante y, en este caso, para el único objeto de ser conducido ante la autoridad
correspondiente.
Casos en que una persona puede ser detenida.

La ley establece dos maneras en que una persona imputada de un delito puede ser
legalmente detenida:

a) en caso de flagrancia, la que podrá ejecutarse por la policía o por cualquiera


persona.

b) por orden judicial.

Detención en caso de flagrancia.

Un agente de policía o cualquiera persona puede detener a un individuo si es


sorprendido en delito flagrante, pero conforme al principio de legalidad sólo la ley describe las
situaciones de flagrancia que autorizan una legítima privación de libertad. El artículo 130 del
Código señala los casos de situación de flagrancia:

a) El que actualmente se encontrare cometiendo el delito;

b) El que acabare de cometerlo;

c) El que huyere del lugar de comisión del delito y fuere designado por el ofendido u otra
como autor o cómplice;

d) El que, en un tiempo inmediato a la perpetración de un delito, fuere encontrado con


objetos procedentes de aquél o con señales, en sí mismo o en sus vestidos, que permitieren
sospechar su participación en él, o con las armas o instrumentos que hubieren sido empleados
para cometerlo, y

e) El que las víctimas de un delito que reclamen auxilio, o testigos presenciales,


señalaren como autor o cómplice de un delito que se hubiere cometido en un tiempo
inmediato.

Precisión del tiempo inmediato.

Para el caso de la flagrancia, el artículo citado precisa la expresión tiempo inmediato,


para los fines de las letras d) y e) precedente, entendiendo por tal, “todo aquel que transcurra
entre la comisión del hecho y la captura del imputado, siempre que no hubieren transcurridos
más de doce horas.”

Quienes están facultados para detener en caso de flagrancia.

El artículo 129 señala las personas que pueden detener en la situación de flagrancia:

1.- En primer lugar, cualquiera persona que sorprendiere a un individuo en delito


flagrante, o sea, en las situaciones previstas en el artículo 130 del Código, pero deberá de
inmediato entregar al detenido a la policía, al ministerio público o a la autoridad judicial más
próxima.

2.- Los agentes policiales. Estas autoridades deben detener a una persona en las
siguientes situaciones:
a) cuando lo sorprendieren in fraganti en la comisión de un delito;

b) tratándose de un sentenciado a penas privativas de libertad que hubiere


quebrantado su condena;

c) al que tuviere orden de detención pendiente;

d) a quien fuere sorprendido en violación flagrante de las medidas cautelares


personales que se le hubieren impuesto;

e) Al que fuere sorprendido infringiendo las condiciones impuestas en virtud de las


letras a), b), c) y d) del artículo 17 ter de la ley 18.216; y

f) al que violare la condición del artículo 238, letra b), que le hubiere sido impuesta
para la protección de otras personas. Se trata de uno de las requisitos para que proceda la
suspensión condicional del procedimiento, esto es, la de abstenerse el imputado de frecuentar
determinados lugares o personas.

Extensión de la facultad de detener de la policía.

En primer lugar, la ley permite la detención en caso de flagrancia, aún en los casos de
delitos que requiere para su persecución, instancia particular previa, si el hecho fuere de
aquellos previstos y sancionados en los artículos 361 a 366 quater del Código Penal, delitos de
violación u otros de connotación sexual.

En segundo lugar, en la situación de flagrancia, el mismo artículo 129 del código,


permite a la policía ingresar a un lugar cerrado, mueble o inmueble, cuando se encontrare en
actual persecución del individuo, a quien debiere detener, para el solo efecto de practicar la
respectiva detención.

Plazo que deberá durar la detención en el caso de flagrancia.

El artículo 131 del código regula los plazos de detención y, en lo que respecta a la
flagrancia, dispone que el agente policial que la hubiere realizado o el encargado del recinto de
detención deberán informar de de dicha detención al ministerio público dentro de un plazo
máximo de doce horas.

Actitudes del fiscal informado:

El fiscal aludido, en dicha situación puede disponer la libertad del detenido u ordenar
que éste sea conducido ante el juez dentro de un plazo máximo de veinticuatro horas, contado
desde que la detención se hubiere practicado. Si el fiscal nada manifestare, la policía deberá
presentar al detenido ante el juez en el mismo plazo de veinticuatro horas. Por lo tanto, el
plazo máximo de la detención en el caso de flagrancia no puede exceder de las veinticuatro
horas. En todo caso, si el fiscal dispone la comparecencia del detenido ante el juez, deberá en
el mismo acto, dar conocimiento de esta situación al abogado de confianza de aquél o a la
Defensoría Penal Pública. En esta situación, la ley da por cumplida esta obligación desde el
momento que la policía deje al detenido bajo la custodia de Gendarmería del respectivo
tribunal.
La detención judicial.

Esta privación de libertad, como medida cautelar personal, es la que decide un juez a
través de una resolución judicial. Esta medida se dictará, en primer lugar, en los casos
señalados en el artículo 127 del Código, a solicitud del ministerio público y procederá:

1.- cuando de otra manera la comparecencia del imputado pudiere verse demorada o
dificultada;

2.- Cuando la presencia del imputado a una audiencia judicial fuere condición de ésta;

3.- Cuando legalmente citado, no compareciere sin causa justificada.

En segundo término, puede decretarse una detención judicial en el caso del artículo
128 del Código y es una medida que compete a cualquier tribunal, aunque no ejerza
jurisdicción penal y procederá en contra de las personas que, dentro de la sala de despacho del
juez, cometieren algún crimen o simple delito.

Facultad del imputado con orden de detención.

El imputado en contra de quien se ha despachado una orden de detención por


cualquier autoridad competente, tiene derecho, según el artículo 126 del Código a presentarse
voluntariamente al tribunal a fin de que éste se pronuncie sobre la procedencia de dicha
medida o la de cualquiera otra que tenga el carácter de cautelar. Con lo cual evitará la
detención policial y tendrá la opción que se decida sobre si corresponde o no dicha detención.

Plazo de la detención judicial.

El inciso primero del artículo 131 dispone que cuando la detención se practicare en
cumplimiento de una orden judicial, la policía o el encargado del recinto de detención deberán
conducir de inmediato al detenido a presencia del juez que hubiere expedido la orden. Si no
fuere posible por no ser hora de despacho, podrá mantenerse al detenido en el recinto policial
o de detención hasta el momento de la primera audiencia judicial, por un periodo que en caso
alguno excederá las veinticuatro horas.

Excepciones:

1.-Tratándose de la ley antiterrorista, el artículo 11 de dicho cuerpo legal dispone que siempre
que las necesidades de la investigación así lo requieran, a solicitud del fiscal y por resolución
fundada, el juez de garantía podrá ampliar hasta por diez días los plazos para poner al
detenido a su disposición y para formalizar la investigación.

2.- El artículo 132 en la audiencia de control de detención, en la que corresponde formalizar la


investigación por el fiscal y solicitar medidas cautelares, podrán, en caso de que no pudiera
procederse de la manera indicada, el fiscal o el abogado asistente del fiscal, solicitar una
ampliación del plazo de detención hasta por tres días, con el fin de preparar su presentación.
El juez accederá a dicha ampliación cuando estimare que los antecedentes justifican esa
medida.

Facultades y derechos del imputado con motivo de la detención.


1.- Derecho a ser informado.

El código en el artículo 135 dispone el derecho del imputado a ser informado por el
funcionario público a cargo del procedimiento, con motivo de la detención y este beneficio
comprende los siguientes aspectos:

a) Acerca del motivo de la detención al momento de practicarla;

b) Acerca de los derechos establecidos en los artículos 93, letras a), b) y g), y 94, letras f) y
g). O sea a saber, de los hechos que se le imputaren, los derechos que le otorgan la
Constitución y las leyes; a la asistencia de un abogado y a guardar silencio; a tener entrevista
con su abogado y tener a sus expensas ciertas comodidades y ocupaciones compatibles con la
seguridad del recinto penal.

Forma de otorgar la información.

La ley dispone que si no fuere posible entregar la información de inmediato, se hará


por el encargado de la unidad a la que fuere conducido, lo que se dejará constancia en el libro
de guardia. La información deberá hacerse de manera verbal o también por escrito,
entregándose en este caso un documento que contenga la descripción clara de los derechos.

Fiscalización.

El artículo 136 del código dispone que el fiscal y, en su caso, el juez, deberán
cerciorarse del cumplimiento de lo previsto en el artículo precedente. Si comprobaren que ello
no hubiere ocurrido, informarán de sus derechos al detenido y remitirán oficio, con los
antecedentes respectivos, a la autoridad competente, con el objeto de que aplique las
sanciones disciplinarias correspondientes o inicie las investigaciones penales que procedieren.

Obligación de información al público.

El artículo 137, en relación a esta materia, obliga que en los recintos policiales,
judiciales, del ministerio público y de la defensoría penal pública, deberán exhibirse en lugar
destacado y claramente visible al público u cartel que anuncie los derechos de las víctimas, y
otro de los derechos de los detenidos.

2.- Derecho a permanecer detenido el imputado en su residencia.

El artículo 138 del Código permite que el imputado pueda permanecer detenido en su
residencia. Esta situación de excepción se producirá en los casos previstos en el párrafo
segundo del N° 6 del artículo 10 del Código Penal, es decir, cuando se estime preliminarmente
que ha existido legítima defensa para reprimir los delitos de robo con escalamiento y cuando
ha impedido o tratado de impedir la consumación de ciertos delitos como los de secuestro, de
violación, parricidio, homicidio y los robos con violencia o intimidación. La ley expresa,
además, que si la residencia del detenido estuviere fuera de la ciudad donde funcionare el
tribunal, la detención se hará efectiva en la residencia que aquél señalare dentro de la ciudad
en que se encontrare el tribunal.

Audiencia de control de la detención.


Cualquiera haya sido la forma como se produjo la detención el imputado detenido
debe comparecer, dentro del plazo legal, a una audiencia que se denomina de control de
detención, a cargo de un juez de garantía. En dicha diligencia deberán concurrir, además, el
fiscal o su abogado asistente, lo que es obligatoria ya que su ausencia dará lugar a la liberación
del detenido.

Objetivo de la audiencia.

En dicha diligencia el tribunal podrá declarar ilegal la detención si ésta se ha producido


sin respetar las formalidades de forma y de fondo establecidas por la ley para su procedencia.
Si cumple tales requisitos, el ministerio público procederá directamente a formalizar la
investigación y a solicitar las medidas cautelares que procedieren. Puede también pedir la
ampliación de la detención por un plazo máximo de tres días.

Efecto de la declaración de ilegalidad de la detención.

El artículo 132 del Código dispone que esta declaración de ilegalidad no impedirá al fiscal
formalizar de todos modos la investigación y de pedir medidas cautelares, sólo pierde el
derecho a solicitar ampliación de la detención. Además, declara la norma, que la declaración
de ilegalidad de la detención no producirá efecto de cosa juzgada en relación con las
solicitudes de exclusión de prueba que se hagan oportunamente, de conformidad con lo
previsto en el artículo 276 del Código.

Si bien en esta audiencia nada se dice del defensor, sin embargo, su presencia es obligatoria ya
que el artículo 8 dispone que el imputado tiene derecho a ser defendido por un letrado desde
la primera actuación del procedimiento dirigido en su contra y, porque el artículo 93 del
mismo código dispone en la letra b) como un derecho específico del imputado el de ser
asistido por un abogado, desde los actos iniciales de la investigación.

Recursos que proceden contra la resolución que se pronuncia sobre la detención.

En contra de esta resolución procederá de manera limitada el recurso de apelación, en general


esta impugnación es improcedente y sólo se admite con respecto de la resolución que declara
la ilegalidad de la detención, pero únicamente cuando se trata de la investigación de los delitos
de secuestro, violación, parricidio, homicidio, robo con violencia o intimidación, robo en
lugares habitados o destinados a la habitación y de los que sanciona la ley de drogas y que
tengan pena de crimen.

Sin perjuicio de lo anterior, será siempre procedente el recurso de amparo en el caso de la


detención estimada ilegal o arbitraria, como lo deja establecido el artículo 95 del código
procesal penal.

Obligación de los encargados de los recintos penitenciarios.

El artículo 133 señala que dichos encargados no podrán aceptar el ingreso de personas sino en
virtud de órdenes judiciales.
3.- LA PRISION PREVENTIVA

La prisión preventiva constituye la medida cautelar personal más extrema que contempla el
Código y por la cual se priva de libertad al imputado de manera indefinida, dentro del
procedimiento, mientras no se la revoque, se la deje sin efecto o se la sustituya por otra
menos gravosa.

Para decretarla el juez debe considerar, primero, el principio básico general establecido en el
artículo 122, que dispone que sólo deberá imponerla a un imputado cuando fuere
absolutamente indispensable para asegurar la realización de los fines del procedimiento y, en
segundo lugar, el específico de esta medida en la que el artículo 139 exige que deberá
disponerla el juez cuando las demás medidas, por supuestos menos graves, fueren estimadas
como insuficientes para asegurar las finalidades del procedimiento, la seguridad del ofendido o
de la sociedad.

Finalmente, el juez no podrá decretar la prisión preventiva en los casos de improcedencia a


que se refiere el artículo 141 del código.

Requisitos de procedencia de la prisión preventiva.

1.- Formalización previa: El artículo 140 del código dispone que una vez formalizada la
investigación se podrá decretar la prisión preventiva, lo cual importa la realización de una
audiencia específica de formalización para que en ella se solicite la cautelar aludida;

2.- Petición formal de parte. El tribunal no la puede decidir de oficio, por lo que deberá ser
solicitada la medida cautelar por el ministerio publico o por el querellante, si existe.

3.- Que concurran los antecedentes que exige el artículo 140 del código procesal penal y que
son los siguientes:

a) Aquellos que justificaren la existencia del delito que se investiga. Lo cual debe cumplirse si
se demuestra con pruebas que el hecho punible se ha configurado, ya sea en situación de
consumación o en los estados de tentativa o de frustración;

b) Aquellos que permitieren presumir fundadamente que el imputado ha tenido participación


en el delito como autor, cómplice o encubridor;

c) Que existan antecedentes calificados que permitieren al tribunal considerar que la prisión
preventiva es indispensable para el éxito de diligencias precisas y determinadas de la
investigación, o que la libertad del imputado es peligrosa para la seguridad de la sociedad o del
ofendido, o que exista peligro de que el imputado se de a la fuga. Todas estas últimas
condiciones, salvo el peligro de fuga, se contienen como justificativas para impedir la libertad
provisional en la Constitución Política. En efecto la letra e) del N ° 7 del articulo 19 de dicha
carta, dispone que la libertad del imputado procederá a menos que la detención o prisión
preventiva sea considerada por el juez como necesaria para las investigaciones o para la
seguridad del ofendido o de la sociedad, ordenando que será la ley quien establecerá los
requisitos y modalidades para obtenerla.

Situaciones de peligro que impiden la libertad del imputado.

Frente a los casos señalados de peligros abstractos o concretos que considera la ley para
impedir la libertad del imputad, la ley regula cada uno de ellos, de la forma siguiente:

l) Para el éxito de la investigación.

Entiende la ley que es peligrosa para el éxito de las investigaciones la libertad del imputado,
cuando existiere sospecha grave y fundada que éste pudiera ejecutar las siguientes conductas:

a) que pudiere obstaculizar la investigación mediante la destrucción, modificación,


ocultación o falsificación de elementos de prueba;

b) o cuando pudiere inducir a coimputados, testigos, peritos o terceros para que


informen falsamente o se comporten de manera desleal o reticente.

ll) Seguridad del ofendido.

Ofendido es la victima directa del hecho punible. En esta situación la ley entiende que la
seguridad del ofendido se encuentra en peligro por la libertad del imputado, cuando existieren
antecedentes calificados que permitieren presumir que éste realizara atentados en contra de
aquél, o en contra de su familia o de sus bienes.

lll) Seguridad de la sociedad.

La seguridad de la sociedad no se encuentra definida por el legislador y como se trata de un


concepto amplio y vago en el entorno del derecho penal, ha tenido el legislador que hacer
algunas precisiones para la mejor decisión del juez. Algunas generales para considerar al
momento de decidir y otras, de presunciones especificas de peligro.

a) consideraciones especiales de peligro.

La ley establece que el tribunal deberá considerar las siguientes circunstancias de peligro
social:

1.- la gravedad de la pena asignada al delito.

2.- el número de delitos que se le imputare al imputado y el carácter de los mismos;

3.- la existencia de procesos pendientes en contra del imputado, y

4.- el hecho de haber actuado en grupo o pandilla.

b) presunciones especiales de peligro.


El legislador ha limitado de tal manera el derecho a la libertad personal del imputado, que
aparte de considerar aspectos de peligro concreto para la sociedad, entiende o presume ese
mismo peligro en los siguientes casos:

1.- cuando los delitos imputados tengan asignada pena de crimen en la ley que los consagra.
En realidad no se ve diferencia con el motivo concreto señalado en el N ° 1 de la letra anterior;

2.- cuando el imputado hubiere sido condenado con anterioridad por delito al que la ley señale
igual o mayor pena, sea que la hubiere cumplido efectivamente o no;

3.- cuando se encontrare sujeto a alguna medida cautelar personal, en libertad condicional o
cumpliendo alguna de las penas sustitutivas a la ejecución de las penas privativas o restrictivas
de libertad contemplados en la ley.

IV. El peligro de fuga. Esta circunstancia no está explicada en el Código y sólo se indica que
puede decretarse la prisión preventiva en el artículo 140 del código, que menciona “peligro de
que el imputado se dé a la fuga”.

Improcedencia de la prisión preventiva.

La ley no establece la prisión preventiva como una medida cautelar de aplicación


general En verdad debiera entenderse lo contrario, o sea, la de su excepcionalidad, si se
atiende a lo que señala el articulo 122 que ordena que las medidas cautelares serán impuestas
cuando fueren absolutamente indispensables para asegurar la realización de los fines del
procedimiento y a lo que dispone el articulo 139 que autoriza la prisión preventiva sólo cuando
las demás medidas cautelares personales fueren estimadas por el juez como insuficientes para
asegurar las finalidades del procedimiento, la seguridad del ofendido o de la sociedad.

Sin perjuicio de lo anterior, el artículo 141 del código precisa los casos en que no debe
disponerse la prisión preventiva:

a) cuando el delito imputado estuviere sancionado únicamente con penas pecuniarias o


privativas de derecho;

b) cuando se tratare de delitos de acción privada:

c) cuando el imputado se encontrare cumpliendo efectivamente una pena privativa de


libertad. Si por cualquier motivo fuere a cesar el cumplimiento efectivo de la pena y el fiscal o
el querellante estimaren necesaria la prisión preventiva o alguna de las medidas previstas en el
articulo 155, podrá solicitarla anticipadamente, a fin de que, si el tribunal acogiere la solicitud,
la medida se aplique al imputado en cuanto cese el cumplimiento efectivo de la pena, sin
solución de continuidad.

Excepciones:

El mismo artículo considera, respecto de los casos señalados, algunas excepciones en las que
se podrá decretar la prisión preventiva:
1.- cuando el imputado hubiere incumplido alguna de las medidas cautelares previstas en el
articulo 155;

2.- cuando el tribunal considerare que el imputado pudiere incumplir con su obligación de
permanecer en el lugar del juicio hasta su termino y presentarse a los actos de procedimiento,
como a la ejecución de la sentencia, inmediatamente que fuere requerido o citado de
conformidad a los artículos 33 y 123;

3.- tratándose del imputado que no asistiere a la audiencia del juicio oral, la resolución de
prisión preventiva se dictará en la misma audiencia, a petición del fiscal o del querellante.

Tramitación de la solicitud de la prisión preventiva.

La solicitud de esta medida cautelar deberá ser formulada por el ministerio público o el
querellante, quienes son los sujetos legitimados para impetrar la prisión preventiva. Dicha
solicitud, por regla general, se presentará de manera verbal, puesto que el artículo 142
dispone que se solicitará en la audiencia de formalización de la investigación, en la audiencia
de preparación del juicio oral o en la audiencia del juicio oral. No obstante lo anterior, la ley
permite que la solicitud se pueda presentar en cualquier etapa de la investigación, respecto
del imputado, contra quien se hubiere formalizado ésta, lo cual permite que se haga por medio
de un escrito, en este caso, deberá el juez citar a una audiencia para discutir la procedencia de
la prisión preventiva, citando a ella al imputado, su defensor y a los demás intervinientes.

En cuanto al desarrollo de la audiencia, se exige por la ley, como requisito de


validez, la presencia del imputado y su defensor. En este trámite deberá escucharse al
defensor, a los demás intervinientes que estuvieren presentes y quisieren hacer uso de la
palabra y al imputado.

Resolución que recae respecto de la solicitud de prisión preventiva.

El artículo 143 dispone que el tribunal, al finalizar la audiencia, se pronunciará


sobre la prisión preventiva por medio de una resolución fundada, en la cual expresará con
claridad los antecedentes calificados que justificaren la decisión. Dicha fundamentación es
necesaria tanto respecto de la resolución que ordenare la prisión preventiva como la que la
rechazare.

Modificación o revocación de la prisión preventiva.

Sin perjuicio de lo señalado anteriormente, conforme lo permite el artículo 144 del código, lo
resuelto puede ser modificado de oficio o a petición de cualquiera de los intervinientes, en
cualquier estado del procedimiento. En el caso del imputado este puede solicitar la revocación
de la prisión preventiva, y frente a esta petición el tribunal podrá rechazarla de plano. Sin
embargo, puede citar a todos los intervinientes a una audiencia, con el fin de abrir debate
sobre la subsistencia de los requisitos que autorizan la medida. Si la prisión preventiva hubiese
sido rechazada, ella podrá ser decretada con posterioridad en una audiencia, cuando existieren
otros antecedentes que, a juicio del tribunal, justificaren discutir nuevamente su procedencia.

Sustitución de la prisión preventiva.


La resolución que dispone la prisión preventiva admite, como ya se observó en la situación
anterior, su alteración por diferentes causas. En el primer caso, el código en el articulo 145
permite la sustitución de dicha medida, la que podrá efectuarse en cualquier momento del
procedimiento, y dicha modificación se puede hacer de oficio o a petición de parte, pero sólo
para reemplazar la prisión preventiva por las medidas cautelares que se contemplan en el
articulo 155. En todo caso, esta sustitución debe considerarse siempre, transcurridos seis
meses desde que se hubiese ordenado la prisión preventiva o desde el ultimo debate oral en
que ella se hubiere decidido, en esta situación el tribunal citará de oficio a una audiencia, con
el fin de considerar su cesación o prolongación.

Reemplazo de la prisión preventiva.

Según el artículo 146 del código, la prisión preventiva puede ser reemplazada por una caución
económica suficiente, obteniendo de esta forma el imputado su libertad en el carácter de
provisional. Sin embargo, este reemplazo se permite cuando la prisión preventiva hubiere sido
o debiere ser impuesta únicamente para garantizar la comparecencia del imputado al juicio y a
la eventual ejecución de la pena, la cual debiera quedar incluida en la situación de peligro de
fuga a que se refiere la parte final de la letra c) del articulo 140 y, por lo tanto, no debiera
proceder con los otros casos de procedencia de la prisión preventiva, como son el éxito de las
diligencias del procedimiento, o el peligro para la seguridad del ofendido o de la sociedad.

La caución: Dicha garantía según la ley, podrá consistir en el depósito por el imputado u otra
persona de dinero o valores, la constitución de prendas o hipotecas, o la fianza de una o más
personas idóneas calificadas por el tribunal.

Ejecución de la caución.

El artículo 147 considera la ejecución de dichas garantías la que se producirá en los casos de
rebeldía o cuando el imputado se sustrajere a la ejecución de la pena, por lo que se procederá
a ejecutar la garantía de acuerdo con las reglas generales y se entregará el monto que se
obtuviere a la Corporación Administrativa del Poder Judicial.

Cancelación de la caución.

La caución otorgada en reemplazo de la prisión preventiva será cancelada, según el artículo


148, en los siguientes casos:

a) cuando el imputado fuere puesto en prisión preventiva;

b) cuando, por resolución firme, se absolviere al imputado, se sobreseyere la causa o se


suspendiere condicionalmente el procedimiento;

c) cuando se comenzare a ejecutar la pena privativa de libertad o se resolviere que ella


no debiere ejecutarse en forma efectiva, siempre que previamente se pagaren la multa y las
costas que impusiere la sentencia.

Resolución y recurso sobre la prisión preventiva.


Como lo señala el artículo 143 del Código concluida la audiencia llevada a
efecto para decidir sobre esta medida cautelar, el tribunal se pronunciará sobre ella, lo que
efectuará por medio de una resolución fundada, expresando el legislador que en dicha
decisión se expresará claramente los antecedentes calificados que la justificaren.

La resolución que ordenare, mantuviere, negare lugar o revocare la prisión preventiva,


es apelable según lo ordena el artículo 149 del código, siempre que hubiere sido decretada en
una audiencia. Este recurso procederá, aún cuando se hubiere decretado en contra del
imputado otras medidas cautelares de aquellas consideradas en el artículo 155 del mismo
texto legal. Será improcedente la apelación si se trata de otras situaciones sobre la materia o
se hubiese resuelto fuera de audiencia.

Dispone la ley en general, en la prisión preventiva, que el recurso de apelación procede


en el sólo efecto devolutivo, salvo cuando se conceda la apelación en casos de asuntos
formalizados por los delitos de secuestro, violación, parricidio u homicidio calificado, robo con
violencia o intimidación o cometido en lugar habitado o destinado a la habitación y de tráfico
de estupefacientes, que tengan pena de crimen, ya que respecto de estos ilícitos la ley dispone
que el imputado no podrá ser puesto en libertad mientras no se encuentre ejecutoriada la
resolución que negare o revocare la prisión preventiva, salvo el caso en que el imputado no
haya sido puesto a disposición del tribunal en calidad de detenido.

Tramitación del recurso de apelación.

Plazo para interponerlo.

El mismo precepto dispone que el recurso de apelación contra esta resolución, deberá
interponerse en la misma audiencia y por lo tanto, el tribunal deberá concederlo y elevarlo a la
Corte de Apelaciones respectiva.

Tramitación en la Corte de Apelaciones.

La ley dispone que el recurso analizado, gozará de preferencia para su vista y fallo, debiendo
ser agregado extraordinariamente a la tabla del mismo día de su ingreso al tribunal de alzada,
o a más tardar a la del día siguiente hábil. Para tal efecto, se dispone que ese tribunal deberá
establecer una sala de turno que conozca estas apelaciones en días feriados.

Orden de no innovar.

En los casos de hechos punibles distintos a los que se refiere el inciso segundo del artículo 149,
la ley dispone que estando pendiente el recurso contra la resolución que dispone la libertad,
para impedir la posible fuga del imputado, la Corte de Apelaciones respectiva tendrá la
facultad de decretar una orden de no innovar, desde luego y sin esperar la vista del recurso de
apelación del fiscal o del querellante.

Ejecución de la presión preventiva.

El artículo 150 del código se preocupa de la vigilancia por la jurisdicción de la manera como se
ejecuta esta medida cautelar, que importa la privación de libertad de una persona,
entregándole dicha competencia al tribunal que conociere de la causa que dispuso la prisión
preventiva.

Separación de los inculpados con los condenados.

La ley ordena que la prisión preventiva se ejecutará en establecimientos especiales, diferentes


de los que se utilizaren para los condenados o, al menos, en lugares absolutamente separados
de los destinados para estos últimos.

Observación del principio o estado de inocencia.

El mismo precepto vuelve a privilegiar dicho principio al disponer que el imputado será tratado
en todo momento como inocente. Recuerda de este modonorma contenida en el artículo 4°
del mismo código que establece el aludido principio. Pero tratándose de la prisión preventiva
ordena que ésta medida se cumplirá de manera tal que no adquiera las características de una
pena, ni provoque otras limitaciones que las necesarias para evitar la fuga y para garantizar la
seguridad de los demás internos y de las personas que cumplieren funciones o por cualquier
motivo se encontraren en el recinto.

Protección del imputado privado de libertad.

La norma aludida ordena que el tribunal respectivo, adoptará y dispondrá las medidas
necesarias para la protección de la integridad física del imputado, en especial aquéllas
destinadas a la separación de los jóvenes y no reincidentes respecto de la población
penitenciaria de mayor peligrosidad.

Beneficios de libertad durante la ejecución de la prisión preventiva.

El legislador en el mismo artículo, permite de manera excepcional al tribunal, la facultad de


conceder al imputado permiso de salida durante el día o por un período determinado, siempre
que se asegure convenientemente que no se vulnerarán los objetivos de la medida cautelar
aludida. Sin embargo, el legislador exceptúa de dicho beneficio a los imputados de los mismos
delitos graves señalados en el artículo 149.

Comunicación de restricciones a la prisión preventiva.

Como se sabe la prisión preventiva solo restringe la libertad personal del imputado y no afecta
otros derechos de éste, de tal modo que cualquier restricción que la autoridad penitenciaria
impusiere al imputado deberá ser inmediatamente comunicada al tribunal, con sus
fundamentos. El juez podrá dejarla sin efecto si la considerare ilegal o abusiva, convocando, si
lo estimare necesario, a una audiencia para su examen.

Prohibiciones adicionales a la prisión preventiva.

El artículo 151 del Código autoriza al tribunal, por petición del fiscal, para restringir o prohibir
las comunicaciones del detenido o preso hasta por un máximo de diez días. Dicho gravamen se
decretará cuando el juez considerare que esa prohibición resulta necesaria para el exitoso
desarrollo de la investigación. La ley sin embargo, atenúa dicha prohibición al asegurar que
esta facultad no puede restringir el acceso del imputado a su abogado en los términos del
artículo 94, letra f), ni al propio tribunal. Tampoco se puede restringir el acceso a una
apropiada atención médica del imputado. En cuanto a su forma de cumplir la prohibición el
código expresa que el tribunal deberá instruir a la autoridad encargada del recinto en que el
imputado se encontrare acerca del modo de llevar a efecto la medida, el que en ningún caso
podrá consistir en el encierro en celdas de castigo.

Plazo de duración de la prisión preventiva.

El artículo 152 del Código establece límites temporales de la prisión preventiva, disponiendo
dos formas para apreciar el plazo de su cumplimiento:

1.- En primer término, el juez deberá ordenar la conclusión de la prisión preventiva cuando no
subsistieren los motivos establecidos por la ley que justificaren en su tiempo esa medida
cautelar;

2.- En segundo lugar, el juez terminará la prisión preventiva, cuando ésta hubiere alcanzado la
mitad de la pena privativa de libertad que se pudiere esperar en el evento de dictarse
sentencia condenatoria, o de la que se hubiere impuesto existiendo recursos pendientes, para
lo cual citará de oficio a una audiencia, con el fin de considerar su cesación o prolongación.

Término de la prisión preventiva.

Además de lo anterior, el legislador en el artículo 153 del código dispone que el tribunal debe
poner término a esta medida cautelar, cuando dictare sentencia absolutoria y cuando
decretare sobreseimiento definitivo o temporal, aunque dichas resoluciones no se encontraren
ejecutoriadas. En todo caso, el precepto autoriza para sustituir la prisión preventiva por
aquellas medidas a que se refiere el artículo 155 del código, cuando se consideraren necesarias
para asegurar la presencia del imputado.

Requisitos comunes a la prisión preventiva y a la detención.

El código en el artículo 154 establece reglas comunes para la resolución judicial que disponga
cualquiera de ambas medidas cautelares. Señala la norma que toda orden en este sentido será
expedida por escrito por el tribunal y contendrán además:

a) El nombre y apellidos de la persona que debiere ser detenida o aprehendida o, en su


defecto, las circunstancias que la individualizaren o determinaren;

b) El motivo de la prisión o detención;

c) La indicación de ser conducido de inmediato ante el tribunal, al establecimiento


penitenciario o lugar público de prisión o detención que determinare, o de permanecer en su
residencia, según correspondiere.

El precepto, agrega que lo dispuesto en el referido artículo se entenderá sin perjuicio de lo


previsto en el artículo 9° para los casos urgentes. O sea, en los casos urgentes cuando se
solicita por teléfono, fax, correo electrónico u otro.

Otras medidas cautelares personales.


Aparte de las medidas de detención y prisión preventiva que afectan de manera radical
el derecho a la libertad personal del imputado, el Código contempla otras que resultan de
alguna manera restrictivas a su libertad de movilización o a la privación de ella de manera más
benigna para su seguridad personal.

Estas medidas cautelares personales se contienen en el artículo 155 del código que
enumera y aplica en el procedimiento penal otras medidas, que se autorizan, como dice la ley,
para garantizar el éxito de las diligencias de investigación o la seguridad de la sociedad,
proteger al ofendido o asegurar la comparecencia del imputado a las actuaciones del
procedimiento o ejecución de la sentencia.

Requisitos para su procedencia.

La ley dispone, aparte de los motivos que la justifican y que dieron en el acápite
anterior, que deben reunirse los siguientes requisitos para otorgar estas otras medidas
cautelares personales:

1.- que exista formalización de la investigación;

2.- que exista petición formal del fiscal, del querellante o la víctima.

Medidas cautelares especiales que establece la ley.

Son las siguientes:

a) la privación de libertad, total o parcial, en su casa o en la que se el propio imputado


señalare, si aquella se encontrare fuera de la ciudad asiento del tribunal.

b) la sujeción a la vigilancia de una persona o institución determinada, las que


informarán periódicamente al juez.

c) la obligación de presentarse periódicamente ante el juez o ante la autoridad que él


designare.

d) la prohibición de salir del país, de la localidad en la cual residiere o del ámbito


territorial que fijare el tribunal.

Constituye el arraigo pero más amplio que el que establecía el Código de


Procedimiento Penal antiguo.

e) la prohibición de asistir a determinadas reuniones, recintos o espectáculos públicos,


o de visitar determinados lugares.

f) la prohibición de comunicarse con personas determinadas, siempre que no se


afectare el derecho a defensa.

g) la prohibición de aproximarse al ofendido o a su familia y, en su caso, la obligación


de abandonar el hogar que compartiere con aquél.

Número de medidas cautelares personales que se pueden disponer:


Una o más, puede decretar el juez según resultare conveniente ordenado las
actuaciones y comunicaciones necesarias para garantizar su cumplimiento.

Medidas cautelares especiales.

Por la ley N° 20.585 de 2012, se estableció una nueva medida cautelar, sólo referida a
las investigaciones por fraude en el otorgamiento de licencias médicas. En este caso, el artículo
156 bis autoriza al tribunal, para en la oportunidad y a petición de las personas señaladas en el
artículo 155, decretar la suspensión de la facultad de emitir dichas licencias, mientras dure la
investigación o por el menor plazo que, fundadamente, determine.

Aplicación supletoria normas de la prisión preventiva.

Se aplican dichas disposiciones, en cuanto no fueren incompatibles con lo previsto en


el artículo 155, en todo a lo que se refiere con su procedencia; duración; impugnación y
ejecución.

Suspensión temporal de otras medidas cautelares personales.

El artículo 156 del código permite la suspensión temporal de estas medidas cautelares
especiales.

Requisitos:

1.- solo suspensión temporal

2.- si ello no pone en peligro los objetivos que se tuvieron en vista al decretar tales
medidas.

3.- petición del interesado o afectado por ellas oyendo al Fiscal y previa citación de los
demás intervinientes que hubieren participado en la audiencia en que se decretaron.

4.- se sustituyen por las cauciones previstas en el artículo 146.

2.4.2.- MEDIDAS CAUTELARES REALES

En lo que se refiere a estas medidas cautelares el artículo 157 del Código se remite a
las medidas precautorias tratadas en el Código de Procedimiento Civil en el Título V del Libro II,
o sea, aquellas que sirvan para asegurar el resultado de las pretensiones civiles.

Se pueden impetrar:

a) durante la etapa de investigación.

b) al deducir demanda civil la víctima.

c) víctima puede preparar la demanda civil al solicitar medidas precautorias (Art. 61


Inc. 2º)

Quiénes la pueden solicitar:


El Ministerio Público.

La víctima

Tramitación:

1.- deben solicitarse por escrito.

2.- se pueden pedir una o más de dichas medidas.

3.- se sustanciarán de acuerdo procedimiento de las medidas prejudiciales.

a) deberá expresar la acción que se propone deducir y someramente sus fundamentos


(art.289 C.P.C.)

b) se pueden decretar sin audiencias de la persona contra quien se pide (artículo 289
del C.P.C.)

c) el plazo para presentar la demanda se extenderá hasta la oportunidad prevista en el


artículo 60, o sea, conforme al artículo 261, hasta 15 días antes de la fecha fijada para la
realización de la audiencia de preparación del Juicio Oral.

Son apelables las resoluciones que negaren o dieren lugar a las medidas precautorias,
termina señalando el artículo 158 del código.

2.5.1 Las Nulidades Procesales

Introducción:

Como se ha expuesto por los autores, el proceso constituye una forma de solución de los
conflictos de intereses de relevancia jurídica y para su constatación práctica dicho método se
compone a su vez de actos jurídicos procesales de carácter sucesivos y normalmente
relacionados entre si, reglados por la ley, lo que permite a las partes plantear sus pretensiones
y a la jurisdicción juzgarlas a través de la sentencia que resuelva la contienda. El proceso se
materializa en el procedimiento, normalmente reglado por la ley y para cuya legitimidad se
sostiene en principios formativos, que como, el dispositivo, el de bilateralidad de la audiencia,
de la publicidad, el del orden consecutivo legal, de la preclusión y la buena fe constituyen la
garantía del debido proceso de ley que se consagra en nuestra Constitución en el artículo 19
Nº 3 inciso sexto.

De esta manera, para que se consolide este principio y para la eficacia del mandato, en cuanto
ordena al legislador establecer un procedimiento e investigación racionales y justas que
legitime la tarea de juzgar, por lo que resulta imprescindible que los actos y actuaciones que
constituyen el procedimiento, se ejecuten en conformidad a las formalidades establecidas por
la ley. Si dicha regularidad se desvía o no se cumple adecuadamente, los actos jurídicos
procesales resultan ineficaces y puede con ello provocar también la nulidad del fallo definitivo
si el vicio incide de manera sustancial en la decisión que aquella resolución contiene. De este
modo, aparece evidente la necesidad de contar con remedios procesales eficaces para enervar
los efectos del acto viciado, lo que puede ejercitarse a través de recursos procesales, ya sea de
reforma o de nulidad (casación, revisión y nulidad en el nuevo Código Procesal Penal) y
también a través de mecanismos de impugnación especiales como lo seria la nulidad procesal,
cuya finalidad sólo será declarar el acto ineficaz o los que sean su consecuencia para así
reponer la tramitación del asunto y volverlo a iniciar respetando las normas procesales.

Concepto:

Según el Profesor Julio Salas Vivaldi la nulidad procesal es la sanción mediante la cual se priva a
un acto o actuación del proceso o a todo él de sus efectos normales previsto por la ley, cuando
en su ejecución no se han guardado las formas prescritas por aquella. (“La ley 18.705 y la
Nulidad Procesal” Publicado por la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad
de Concepción).

Las nulidades procesales se regulan en el Código de Procedimiento Civil de manera


desordenada y son sus principales normas las de los artículos 79, 80, 83, 84, las dos últimas,
insertas dentro del procedimiento incidental, sin perjuicio de considerar otros casos
específicos de invalidación, referidos a actuaciones del procedimiento. En el Código de
Procedimiento Penal, a partir de la ley 18.857 de diciembre de 1.989, se incorporó en el título
III del libro I el párrafo 4º relativo de las nulidades procesales en la que se sistematizó de mejor
manera esta institución, regulando aquellas características o principios, que de manera
uniforme la doctrina ha considerado con respecto de esta materia.

Por ello es que conforme la naturaleza escrita y además, de algún modo inquisitivo de los
procesos tradicionales, se señalan como sus principales características:

a) La nulidad debe ser declarada por el tribunal a través de una resolución que señale de
manera expresa la ineficacia del o de los actos procesales viciados: artículo 83 del Código de
Procedimiento Civil “la nulidad procesal podrá ser declarada, de oficio o a petición de
parte,...”; el artículo 72 Código de Procedimiento Penal dispone “La declaración de nulidad de
un acto...” “El tribunal, al declarar la nulidad,...”. De esta forma, los vicios procesales no se
sanean de pleno derecho, por lo que el acto viciado puede ejecutarse y producir todos sus
efectos previstos por el legislador y precluirá el ejercicio de nulidad una vez que se produzca el
efecto básico de la sentencia ejecutoriada, cual es la cosa juzgada, a menos de concurrir el
vicio de falta de emplazamiento, conforme las normas de los artículos 80 y 182 del Código de
Procedimiento Civil.

b) Por regla general y conforme al principio dispositivo la nulidad procesal debe ser alegada
por las partes y por excepción, se puede declarar de oficio por el tribunal, tratándose de la
incompetencia absoluta o cuando el vicio afecte una circunstancia esencial para la ritualidad o
la marcha del juicio (artículos 83 inciso 1º y 84 inciso 3º del Código de Procedimiento Civil y 71
inciso 2º del Código de Procedimiento Penal).

c) Frente a la titularidad de la nulidad, se prescribe además que la parte que la invoca, debe ser
agraviada con el vicio; no sea causante del mismo y que lo haya alegado oportunamente. Para
el tribunal, aparte de tratarse de vicios esenciales que afecten directamente la relación
procesal, no procede subsanar por esta vía, las actuaciones viciadas en razón de haberse
realizado éstas fuera del plazo fatal indicado por la ley (artículo 84 inciso final del Código de
Procedimiento Civil y 72 inciso 3º parte final del Código de Procedimiento Penal.

d) Por regla general, la nulidad procesal afecta sólo al acto viciado y por excepción puede tener
efectos extensivos. El artículo 83 inciso final del Código de Procedimiento Civil preceptúa que:
“La declaración de nulidad de un acto no importa la nulidad de todo lo obrado. El tribunal al
declarar la nulidad, deberá establecer precisamente cuáles actos quedan nulos en razón de su
conexión con el acto anulado”. A su vez, el artículo 72 del Código de Procedimiento Penal,
resulta más explícito con respecto del efecto extensivo de la nulidad: “la declaración de
nulidad de un acto lleva consigo la de los actos consecutivos que de él emanan o dependen”.

e) El principio de trascendencia, que exige el perjuicio para quien pretenda la nulidad procesal.
De este modo, sólo es posible invalidar un acto del proceso, cuando provoque un agravio
irreparable a la parte, que sólo pueda subsanarse con la invalidación de dicha actuación
procesal. Así lo confirma el artículo 83 del Código de Procedimiento Civil al expresar que podrá
declararse la nulidad en todos aquellos casos en que exista un vicio que irrogue a alguna de las
partes un perjuicio reparable sólo con la declaración de nulidad. El artículo 70 del Código de
Procedimiento Penal niega la nulidad procesal a quien no le afecta el vicio.

f) La nulidad procesal se puede convalidar y está afecta por esencia a la preclusión. Lo cual
importa que debe ser alegada durante el desarrollo del proceso, dentro de los plazos
establecidos por la ley y antes que el juicio se termine por sentencia ejecutoriada. El inciso 2º
del artículo 83 del Código de Procedimiento Civil preceptúa que la nulidad sólo podrá
impetrarse dentro de cinco días contados desde que aparezca o se acredite que quien deba
reclamar de la nulidad tuvo conocimiento del vicio, a menos que se trate de la incompetencia
absoluta del tribunal. La parte que ha originado el vicio o concurrido a su materialización o que
ha convalidado tácita o expresamente el acto nulo, no podrá demandar la nulidad. En el
artículo 71 bis del Código de Procedimiento Penal, se dispone que las nulidades quedan
subsanadas si las partes que tengan derecho a oponerlas han aceptado expresa o tácitamente
los efectos del acto, y cuando, no obstante el vicio de que adolezca el acto, éste haya
conseguido su fin respecto de todos los interesados.

g) Las resoluciones que se pronuncian acerca de la nulidad procesal en primera instancia, son
apelables. Artículo 187 del Código de Procedimiento Civil y 72 del Código de Procedimiento
Penal.

2.5.2 La Nulidad Procesal en el Nuevo Código Procesal Penal.

Introducción.

La nulidad procesal en el nuevo sistema de juicio oral se encuentra regulada en cuanto a su


procedencia, tramitación y resolución en el título VII del libro I del Código de Procedimiento
Penal, en los artículos 159 a 165 y sigue de algún modo, el modelo implementado por la ley
18.857 modificatoria del Código de Procedimiento Penal, que reguló de una manera
sistemática esta importante institución de resguardo de los ritos procesales, claro está con las
naturales diferencias que deben producirse entre un procedimiento escrito, secreto e
inquisitivo y otro de carácter oral, público, netamente contradictorio y de carácter acusatorio.

Como se ha señalado, la nulidad precave y salva cualquier defecto en la constitución de un


acto jurídico procesal y por lo tanto, tiene un carácter netamente jurisdiccional, ya que
protege los actos de procedimiento que se producen ante el tribunal. Por lo tanto, la primera
cuestión que se planteó en la discusión parlamentaria fue precisamente acotar el campo de
aplicación de este remedio procesal, considerando la innegable participación que en la
cuestión controvertida a resolver tiene el Ministerio Público con ocasión a sus facultades
constitucionales y legales que lo autorizan en el nuevo sistema, a cumplir con la función de
dirigir en forma exclusiva la investigación de los hechos constitutivos del delito y, en su caso,
ejercer la acción penal pública en la forma prevista por la ley. Sin embargo, el artículo 1º de la
Ley Orgánica Constitucional del Ministerio Público lo priva de ejercer funciones
jurisdiccionales. En este entendido es conveniente resolver si la nulidad procesal puede servir
para invalidar actuaciones del Ministerio Público dentro de sus actividades de la investigación,
presupuesto básico para requerir de la jurisdicción ciertas autorizaciones judiciales para el
avance del proceso a fin de obtener la entrada al juicio oral y luego la sentencia condenatoria.
Esta cuestión se discutió en el debate parlamentario, con relación a la redacción definitiva del
artículo 159 del Código Procesal Penal, ya que esta norma que regula la procedencia de las
nulidades procesales manda que: “sólo podrán anularse las actuaciones o diligencias judiciales
defectuosas del procedimiento...” y aun cuado en el proyecto no se consignaba, en el Senado
se optó por agregar la expresión “judiciales” para acotar claramente el campo de aplicación de
las nulidades procesales, con lo cual el sentido de esta institución es la de hacerlo excluyente
respecto de las diligencias realizadas por el Ministerio Público. En la discusión general en la
Comisión de Constitución Legislación y Justicia y Reglamento del Senado, el profesor Tavolari
explica esta exclusión: afirmando que en cuanto a sus alcances el sentido de la nulidad
“procesal” es el de la nulidad “jurisdiccional” cuando la actividad del Ministerio Público
trasciende, entran a jugar las garantías constitucionales y para ello es necesario que haya
intervenido el juez y si éste no ha intervenido, ninguna actividad de dicho órgano afecta a las
personas. El Senador señor Aburto argumentó. “que la nulidad siempre tiene que proceder
cuando se transgrede alguna formalidad establecida por la ley para una determinada actuación
jurisdiccional” y, finalmente, en un segundo informe en dicha Comisión se dejó la siguiente
constancia: “No obstante que, como fluye del propio concepto de nulidad, recogido en la
segunda parte del artículo al aludir a la “inobservancia de las formas procesales”, ella sólo se
aplica a las actuaciones judiciales, y no a las diligencias realizadas por el Ministerio Público,
para las cuales la ley no contempla mayores formalidades, la Comisión prefirió consignarlo
expresamente”. (Reforma Procesal penal. Facultad de Derecho, Universidad de Chile Tomo I
Página 777. Editorial Jurídica de Chile).

Concepto:

Conforme a lo expuesto en la introducción y lo reglado en el Título VII del libro I del Código de
Procedimiento Penal se puede intentar el siguiente concepto para las nulidades procesales que
se regulan en dicho cuerpo legal.
“Medios de impugnación que pueden intentar los intervinientes que hubiesen sufrido en el
procedimiento penal un perjuicio sólo reparable con la invalidación del acto jurídico procesal, y
que puede el tribunal declarar de oficio, de manera excepcional, cuando una actuación o
diligencia judicial ha sido cumplida de manera defectuosa o con inobservancia de las formas
procesales, a fin que se renueven, rectifiquen o ratifiquen”.

Características.

1.- Principio de trascendencia. Es de la esencia para la procedencia de la nulidad procesal el


que el acto nulo ocasione a los intervinientes un perjuicio reparable únicamente con la
declaración de invalidez.

El legislador, aclara el concepto de perjuicio, desde dos puntos de vista:

a) De manera general. Existirá dicho perjuicio, cuando la inobservancia de las formas


procesales atenta contra las posibilidades de actuación de cualquiera de los intervinientes en
el procedimiento (artículo 159).

b) Como presunción de derecho. Ello ocurrirá, si la infracción hubiese impedido el pleno


ejercicio de las garantías y de los derechos reconocidos en la Constitución o en las demás leyes
de la República.

Frente a esta característica, es importante considerar lo expresado en el debate legislativo,


sobre el tema del perjuicio y en él fluye que el término nulidad, en principio, dice relación a
todo aquello que en la ritualidad procesal afecta las normas del debido proceso, haya o no
haya perjuicio. De lo cual se pudo concluir, por deducción, que algunas sólo serán aplicables
cuando tengan un elemento de perjuicio, agregándose que la nulidad, históricamente, no se
vincula al concepto del debido proceso sino al de ritualidad, lo que es distinto ya que aquel
principio es de carácter substancial que no se vincula sólo con los ritos, sino con ciertos valores
del sistema, como garantías individuales básicas, como la presunción de inocencia, el derecho
a un tribunal imparcial, el derecho a ser oído, etc.

No obstante el claro requisito del perjuicio, en relación a la inobservancia de las formas


procesales y la presunción de derecho del perjuicio, en el caso del artículo 160 del Código
Procesal Penal, el legislador ha considerado también la ineficacia de ciertos actos procesales
de manera expresa y por lo tanto, el perjuicio también se presume. Estos casos son:

a) artículo 35, que declara nulas las actuaciones de empleados subalternos por delegación de
funciones del juez que la ley obliga intervenir en esas actuaciones.

b) artículo 42 inciso final. La omisión de formalidades del registro, sólo lo privará de valor
cuando ellas no pudieren ser suplidas con certeza sobre la base de otros elementos.

c) artículo 103, que dispone que la ausencia del defensor en cualquier actuación en que la ley
exigiere expresamente su participación acarreará la nulidad de la misma.
d) artículo 142 inciso 3º. La presencia del imputado y su defensor constituye un requisito de
validez de la audiencia en que se resolviere la solicitud de prisión preventiva.

e) artículo 269. La presencia del fiscal y del defensor del imputado durante la audiencia de
preparación del juicio oral constituye un requisito de validez de la misma.

f) artículo 283 inciso 3º. La suspensión de la audiencia o la interrupción del juicio oral por un
periodo que excediere 10 dias impedirá su continuación. En tal caso, el tribunal deberá
decretar la nulidad de lo obrado en él y ordenará su reinicio.

g) artículo 284. Dispone la nulidad del juicio oral y de la sentencia que se dictare en el si no se
ha desarrollado con la presencia ininterrumpida de los jueces y del Ministerio Público.

h) artículo 287. Cuando no se cumple con la presencia del defensor en el Juicio oral.

i) artículo 343. La omisión en el pronunciamiento de la decisión sobre condena o absolución


producirá la nulidad del juicio.

j) artículo 344. Cuando se incumple el plazo para la redacción de la sentencia condenatoria, se


deberá declarar la nulidad del juicio.

2.- La nulidad procesal puede ser saneada.

El artículo 164 del Código Procesal Penal permite bajo ciertos supuestos la convalidación del
acto nulo, lo cual se produce en los siguientes casos:

a) cuando el interviniente perjudicado no impetrare su declaración oportunamente en la


forma prevista en el artículo 161. En este aspecto opera la preclusión por no ejercicio del
derecho dentro de un determinado plazo;

b) cuando, a pesar del vicio, el acto cumpliere su finalidad respecto de todos los interesados,
con lo cual se refleja con mayor claridad la idea del legislador de no aceptar nulidades por la
sola inobservancia de formalidades para los actos judiciales dentro del procedimiento.

3.- Efecto extensivo de la nulidad.

La nulidad procesal de un acto procesal afecta también la validez de los actos consecutivos que
de él emanen o dependieren y por lo tanto, le corresponderá al tribunal que la declare, fijar el
grado de extensión de la ineficacia procesal (artículo 165). Esto es sin perjuicio que el acto
viciado no arrastre a otros, caso en el cual, la invalidez solo se produce con respecto de aquella
actuación o diligencia judicial.
4.- La solicitud de nulidad constituirá preparación suficiente del recurso de nulidad para el caso
que el tribunal no resolviere la cuestión de conformidad a lo solicitado. (Artículo 165 inciso
final).

La preparación del recurso de nulidad es un requisito de admisibilidad de este medio de


impugnación (articulo 383 inciso 2°) y consiste en exigir a quien lo entablare el haber
reclamado oportunamente del vicio o defecto (articulo 377). En todo caso, corresponde
preparar el recurso de nulidad cuando se invoque una infracción que se refiera a una ley que
regule el procedimiento, pero que a la vez no constituya un motivo absoluto de los que indica
el articulo 374, con lo cual sólo requerirá reclamar dicho recurso cuando se invoque la letra a)
del articulo 373, en relación a una norma de procedimiento que, a su vez, se constituya en un
derecho o garantía asegurado por la Constitución o por los tratados internacionales ratificados
por Chile que se encuentre vigentes.

5.- La resolución que declare la nulidad procesal no es apelable.

En efecto, si se dictare en el juicio oral, el artículo 364 la hace inapelable y si es resuelta por el
Juez de garantía, ninguna de las normas referente a las nulidades procesales considera la
apelación y tampoco esta resolución es de aquellas que indica el artículo 370 que señala en
cuáles casos una resolución es apelable. En estas condiciones el único recurso procedente,
será la reposición, que en general lo hace procedente en contra de las sentencias
interlocutorias, autos y de los decretos (artículo 362).

2.5.3 Tramitación de la nulidad procesal.

I Titulares:

a) por regla general, el titular lo será el interviniente en el procedimiento que sea perjudicado
por el vicio que se reclama. La limitación que impone la ley para el ejercicio de la nulidad
procesal es que aquel que la promueva no haya sido quien hubiere concurrido a causarlo, caso
en el cual, dicho titular pierde el derecho a impetrarla, lo que es una derivación del principio
formativo de probidad o buena fe. (Articulo 162).

b) excepcionalmente puede tener iniciativa el tribunal, en lo que se denomina la nulidad de


oficio, actividad que tendrá un distinto tratamiento según la naturaleza del vicio o defecto en
la tramitación del procedimiento:

1.- Si se trata de un acto viciado, que no es de aquellos en que se presuma de derecho el


perjuicio, la función del tribunal será, si no se ha impetrado la nulidad y ésta no ha sido
saneada aun, ponerla en conocimiento del interviniente en el procedimiento a quien estimare
que el vicio le ocasiona un perjuicio, a fin de que éste procediere como creyere conveniente a
sus derechos. De esta manera, siempre queda a cargo del perjudicado promover la
invalidación bajo el apercibimiento de saneamiento, si no ejercita oportunamente la nulidad
luego que el tribunal lo haya notificado del vicio que le afecta. Por lo tanto, en este caso, el
juez no está autorizado para anular, lo cual refleja el principio dispositivo en el nuevo sistema
procesal penal.

2.- En cambio, si el vicio que ha detectado el tribunal es de aquellos a los que la ley les concede
la presunción de derecho del perjuicio, se le permite al juez declarar la nulidad de oficio.
(Articulo 163 parte final).

II Oportunidad para solicitar la nulidad.

En esta parte la ley distingue entre el vicio cometido en una audiencia de aquel producido
fuera de ésta:

a) cuando se comete la irregularidad procesal en la audiencia, el momento para impetrar la


nulidad es hasta antes que ésta termine.

b) si el defecto se ha producido fuera de una audiencia, el plazo para promover la nulidad


procesal es de cinco días, contados desde que el perjudicado hubiere tomado conocimiento
fehaciente del acto cuya invalidación se persigue.

La oportunidad también está relacionada con las distintas etapas en que se desenvuelve el
procedimiento ordinario. De esta manera, el cambio de las etapas de investigación, a
preparación del juicio oral y de esta al juicio mismo, hace precluir la posibilidad de anular por
esta vía actos procesales verificados en fases ya concluidas. Así, lo señala el articulo 161 del
Código Procesal Penal, en cuanto expresa: “Con todo, no podrá reclamarse la nulidad de
actuaciones verificadas durante la etapa de investigación después de la audiencia de
preparación del juicio oral”. A su vez, el articulo 165 emplea la misma fórmula: “Con todo, la
declaración de nulidad no podrá retrotraer el procedimiento a etapas anteriores, a pretexto de
repetición del acto, rectificación del error o cumplimiento del acto omitido”, restricción que
sólo opera con respecto de la nulidad procesal pero que no es aplicable al recurso de nulidad
que se regla en los artículos 372 y siguientes del Código aludido.

En todo caso, toda solicitud presentada extemporáneamente deberá ser declarada


inadmisible. (Articulo 161).

III Procedimiento:

Para impetrar la nulidad procesal, igualmente es necesario distinguir si el vicio se produjo


durante una audiencia o fuera de ésta.

a) vicio cometido fuera de una audiencia.

En este caso, el reclamo deberá efectuarse por escrito y el interviniente perjudicado deberá
fundamentar su pretensión. La falta de fundamentación conlleva la inadmisibilidad de la
solicitud puesto que la ley emplea la expresión “deberá”.

Esta solicitud deberá tramitarse de manera incidental, con lo cual el tribunal, deberá dar
conocimiento o audiencia a los demás intervinientes, en mi opinión conforme al
procedimiento incidental del Código de Procedimiento Civil, en aplicación supletoria según el
articulo 52 del Código Procesal Penal, ya que de emplearse la expresión “incidentalmente” en
el articulo 161 no permitiría actuar de la forma considerada en el inciso segundo del artículo
38, en cuanto ordena que las presentaciones escritas serán resueltas por el tribunal antes de
las veinticuatro horas siguientes a su recepción.

b) vicio cometido en una actuación verificada en una audiencia.

En este caso, la nulidad procesal deberá impetrarse verbalmente y en este evento deberá ser
resuelta en la audiencia, conforme se aplique el inciso 1° del artículo 38 del Código Procesal
Penal.

IV Resolución:

El tribunal deberá resolver la nulidad procesal mediante una resolución que deberá ser
fundada en los términos que ordena el artículo 36 del Código Procesal Penal y en ella deberá
expresar sucintamente, pero con precisión, los motivos de hecho y de derecho en que se
basaren las decisiones tomadas. En este caso, rechazando o acogiendo la nulidad. En el primer
caso, no habrá nada de corregir o renovar y deberá seguir el desarrollo del procedimiento. Sin
embargo, servirá la nulidad como un medio para preparar el recurso de nulidad.

En cuanto a la resolución que acoja la nulidad procesal, los efectos de esta decisión son más
complejos y conviene precisarlos.

En primer término, es necesario señalar cuál es el acto que se declara nulo por el vicio que lo
contenía, pero además, por su efecto extensivo el tribunal estará en deber de declarar nulas
también todas aquellas actuaciones o diligencias judiciales que emanaren o dependieren de
aquel y la ley ordena, además, determinar concretamente cuáles son los actos a los que la
nulidad se extendiere y siendo posible deberá ordenar que se renueven, rectifiquen o
ratifiquen.

Por otro lado, la nulidad procesal no sirve para retrotraer el procedimiento a etapas anteriores
de la cual se produjo el acto. Así, si durante la audiencia de preparación del juicio oral se
declarare la nulidad de actuaciones judiciales realizadas durante la etapa de investigación, el
tribunal no podrá ordenar la reapertura de ésta. Así mismo, las nulidades declaradas durante
el desarrollo de la audiencia de juicio oral no retrotraerán el procedimiento a la etapa de
investigación o a la audiencia de preparación del juicio oral (artículo 165). De este modo, a
pretexto de repetición del acto, rectificación del error o cumplimiento del acto omitido, las
etapas ya agotadas en el procedimiento penal no se repiten, con ocasión de esta nulidad. Sin
embargo, el legislador reservó una excepción a esta regla, en los siguientes términos: “salvo en
los casos en que ello correspondiere de acuerdo con las normas del recurso de nulidad”, con lo
cual pareciera entender que a través de este recurso se puede retrotraer el procedimiento a
etapas anteriores. Sin embargo, al definir este arbitrio el legislador en el artículo 372 expresa
que el fin del recurso es invalidar el juicio oral y la sentencia definitiva, o solamente ésta,
extremo que luego se repite también en el artículo 384 que ordena que en la sentencia que
acoja el recurso se exprese si es nulo el juicio oral o la sentencia definitiva o si solamente es
nula dicha sentencia, de este modo la excepción aludida no difiere mayormente respecto de
los efectos retroactivos que tiene la resolución que acepta la nulidad procesal y aquella que
acoja el recurso de nulidad.

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