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Trabajo Práctico Nro. 13 . Tema: Identidades sociales.

Identificaciones
Estudiantes: FuriasseTatiana J.; Paura Abril L.; Zeoli Sebastian G. y Zorzoli Camila

Dentro de los 12 enunciados teóricos que describe Restrepo sobre la identidad, decidimos
limitarnos a abordar a los que hemos visto más relacionados con los fragmentos asignados
sobre el “aguante” y la identidad de los hinchas de fútbol.
Para el desarrollo de este trabajo, entendemos a la identidad no como un aspecto singular y
fijo, sino como un conjunto de factores atravesados por un contexto histórico particular,
nacionalidad, territorio, género, condiciones socioeconómicas, etc. y distintas experiencias
personales y colectivas que cada persona conlleva durante su trayecto de vida. Por esto,
consideramos que la identidad es dinámica. En ese sentido, a partir de la bibliografía y bajo
el carácter de lo relacional, consideramos que la identidad no se restringe a aspectos
metafísicos, intelectuales o imaginarios, sino que tiene un anclaje concreto con el presente
material, donde se transita el cuerpo a través de esta identidad y se actúa en base a esta.
No hay que limitarse al estudio/análisis solamente de las narrativas sino también de las
prácticas. Los accionares se llevan adelante tanto en lo individual como en lo colectivo
dentro del contexto de “cancha”, en el que estas personas están inmersas y han sido
socializadas. La corporalidad pasa a tener un rol importante cuando se está en este
contexto: a través de la misma se expresan los sentimientos, pensamientos y valores sobre
los cuales estas personas se apoyan. Esto se ve representado en las situaciones en donde
se “pone el cuerpo” desde el “aguante” y los cánticos a las prácticas violentas que se
producen a raíz de las rivalidades dentro de este espacio.
Entendemos de este modo al término identidad como sentido de pertenencia a un espacio
físico y simbólico dentro de las vidas de cada participante y (re)marcando la distinción entre
entre pertenencia con exclusión, e interioridad con exterioridad.
El ser hincha de un club, pasa por ser una de las tantas representaciones que puede tener
una persona. Esta identidad, como bien venimos aclarando arriba, no es única, no es
totalmente englobante, sino que conforma a la identidad del individuo. Esto se puede
relacionar con el ítem 3 de los postulados por Restrepo, donde vemos al individuo como una
amalgama de identidades múltiples: al individuo y a sus identidades hay que entenderla
precisamente en esas articulaciones, contradicciones, tensiones y antagonismos.
Salvo en casos muy extremos, como puede llegar a ser el caso de los barrabravas, la
identidad adquiere una mayor relevancia haciendo que otras identidades de estos sujetos,
pasen a un segundo plano y que queden latentes respecto a su representación dominante
como hincha fanático. Aunque en estos casos no es simplemente ser un “hincha”, sino que
también se lo vincula íntimamente con el ámbito laboral y político: pasa a formar un estilo de
vida, conformando redes de contactos que excede al ámbito futbolístico, involucrándose en
cuestiones gubernamentales y sindicales. Entendemos que todas las redes de relaciones
que se tejen en este ámbito del fútbol se establecen jerarquías. Dónde existen relaciones de
dominancia constantes y siendo estas fundantes en el establecimiento de las posibles
formas de vinculaciones.
Se dan distintas instancias de refuerzo y legitimación de la identidad. Al ser parte de un
proceso, entendemos que esta se conforma y transforma constantemente, y que no tiene un

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punto final observable en el trayecto de vida de las personas, aunque si se consolida. Un
aspecto de esta es la diferenciación de lxs otrxs y del autoreconocimiento como parte de un
algo. Un colectivo se compone de múltiples aspectos en común, que se entrelazan y hacen
a una red identitaria en la que se van a identificar diversos sujetos, y con los que el colectivo
de personas se puede identificar también (en un aspecto mutualista). Es decir, el ser hace a
ese carácter colectivo de una manera y no de otra. Pero en ese proceso de identificación a
raíz de la diferencia, se dan aspectos etnocéntricos donde la relación con lxs otrxs se ve
ampliamente afectada. La persona que no pertenezca es diferente, anómala, no
corresponde, es desigual. Ante esa desigualdad, se proyecta una perspectiva de
dominación, donde quien lo mira es dominante. En referencia al fragmento, se considera
macho al varón que cumpla con las normativas que hacen a su virilidad: el macho domina,
mantiene un rol activo en su ámbito heterosexual, dicta las normas y las maneras de
accionar, es escuchado y respetado; el macho resiste, aguanta y lucha. El puto, por su
parte, puede tener un rol activo en su sexualidad, pero no se considera viril: pierde su
condición de macho por su elección sexual y esto se ve reflejado en el cotidiano; así,
cualquier relación con el puto es considerada denigrante. Un puto es un desigual, y un
desigual es un rival: llamarlo y asociarlo de esta manera lo denigra, lo insulta, le quita
virilidad, lo sume a una relación de obediencia e inferioridad, lo subhumaniza.
En los fragmentos que nos ha brindado la cátedra, vemos que el fenómeno del fútbol se
encuentra anclado a un territorio, a una espacialidad y temporalidad concretas en las que los
actores sociales construyen estas identidades diversas y amplias de la que se apropian -
que poseen una gran carga histórica -. Entonces respecto a lo identitario, al problematizar
esta temática, es necesario realizar abordajes plenamente conscientes para no caer en
idealizaciones que abonen a la generación de discursos homogeneizantes y reduccionistas
ya que existen una multiplicidad de aspectos que se ponen en juego dentro de la vida de
una persona. Las identidades de los fanáticos del fútbol se construyen y se constituyen a
partir del medio discursivo. Las subjetivaciones, tanto a cuestiones históricas como sociales.
Muchas veces estas identificaciones se dicen, se manifiestan y a partir de este punto, se
transforman y adhieren por el mismo hecho del discurso, donde se materializa en los
cuerpos, espacios y sujetos como parte de una práctica social.

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