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Queridos hermanos:

La primera lectura del segundo Libro de Macabeos nos relata el suplicio que padecen los
siete jóvenes judíos ante la violencia del rey Antíoco. El busca socavar sus costumbres
religiosas judías que han aprendido desde la tierna, su intención es mostrar lo inútil que son
esas tradiciones. Ante esta situación, los jóvenes son valientes y están dispuestos a morir,
tiene conciencia de la resurrección futura obrada por Dios: “Vale la pena morir a manos
de los hombres cuando se espera que Dios mismo nos resucitará.”
En la misma línea está el evangelio de san Lucas. Ante el caso de la mujer que tuvo siete
esposos durante su vida en la tierra, Jesús explica a los saduceos acerca de la resurrección
de los muertos, da plenitud de sentido a lo expresado en el Antiguo Testamento. El
cumplimiento se da en la misma persona de Jesucristo quien ha vencido a la muerte.
La Resurrección de Cristo es el punto central de la fe cristiana, sin ese acontecimiento,
nada tendría sentido en la vida de la Iglesia. Nuestro Señor nos enseña el camino luego de
la muerte: hay vida después de esta vida, y se presenta como una vida plena y feliz en
comunión con Dios uno y trino. En estos tiempos, tenemos la tentación de solo buscar la
felicidad en las cosas terrenas y pasajeras, en cambio, Cristo nos ofrece la vida plena a la
luz de su propia resurrección. Aún nos falta por adquirir conciencia acerca de estas
realidades ultimas.
Que el Señor y Nuestra la Virgen Inmaculada nos acompañe en esta semana con cada uno
de nuestros proyectos.
P. Luis Miguel A. Gamboa Sanchez

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