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Queridos hermanos:

El evangelio de san Lucas nos relata la presencia de Jesús en el Templo de Jerusalén, lugar
central de la espiritualidad e historia del pueblo judío. Por ello, es normal que los judíos se
admiren por su Templo en su estructura, belleza de sus piedras y las ofrendas. Todo ello
motiva a Jesús para hablar de las realidades futuras: “llegará un día en que no quedará
piedra sobre piedra: todo será destruido”. En efecto, la destrucción del Templo por parte
del ejercito romano será cuarenta años después de la predicción de Jesús. Sus palabras
parecen un anuncio catastrófico, pero no es así. Es una invitación a estar alerta frente a la
confusión, la división y la persecución.
Aplicado a nuestro tiempo, este evangelio nos invita a estar en vigilancia y perseverancia
en la fe respecto a nuestro mundo agitado por el excesivo individualismo y un afán por
olvidar a Dios en los diversos ámbitos de la acción humana: la salud, la economía, la
política, las ciencias, la educación, etc. El texto nos llama a dar testimonio de cristiano no
solo en los momentos de paz sino también en los tiempos de agitación espiritual, moral y
doctrinal. Es ahora cuando debemos ser firmes en la fe y no claudicar, porque nos estamos
jugando la salvación: “gracias a la constancia, salvaran sus vidas”.
Que Cristo nuestro salvador nos acompañe en todos nuestros proyectos de esta semana.
P. Luis Miguel A. Gamboa Sanchez

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