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MÉTODO CRÍTICO

1) ¿QUIÉN ESCRIBIÓ EL  LIBRO? Amós

2) ¿CUÁNDO FUE ESCRITO? 765-750 a.C.

3) ¿A QUIÉN FUE ESCRITO? Israel

1) ¿CUÁL ES EL TRASFONDO  HISTÓRICO DEL LIBRO? Amós es uno de los primeros libros proféticos. El autor
profetiza que Dios ama la misericordia y no solamente los sacrificios formales. Amós nació a unas 12 millas al sur de
Jerusalén, pero sus profecías fueron dirigidas al reino del norte (Israel). El libro incluye : epígrafe; oráculos contra Judá,
Israel y países vecinos; juicios contra Israel; cinco visiones simbólicas; y promesa final de restauración y visión de
bendición mesiánica. Él enseñó que la futura grandeza de Israel no se aseguraría por medio del poder y la riqueza, sino
por la justicia y el juicio.

2) ¿CUÁL  FUE LA RAZÓN PRINCIPAL POR LA CUAL SE ESCRIBIÓ ESTE LIBRO? Pronunciar el juicio de Dios
sobre Israel (reino del norte) debido a la displicencia, la idolatría y la opresión contra los pobres. 

PALABRAS CLAVE DE AMOS (RV1960): Así  ha dicho Jehová (Por tres pecados, y por el cuarto), oíd esta palabra,
Israel, Dios, pero (más, con todo), buscar, el día de Jehová, Así me ha mostrado Jehová el Señor.

TEMAS: Justicia social, verdadera religión, el día de Jehová.

ÉNFASIS: Jehová es Dios sobre todas la naciones y sobre todo el universo. Jehová traerá ruina absoluta a Israel por su
deslealtad al pacto; la religión sincretista es anatema a Jehová, quien requiere justicia para el inocente y misericordia para
los pobres; el observar los rituales religiosos no es un substituto de hacer el bien y mostrar misericordia  

CARACTERÍSTICAS PARTICULARES: Amós utiliza metáforas sorprendentes a partir de su experiencia como pastor


y agricultor, un carro lleno (2:13), u león rugiente (3:8), una oveja despedazada (3:12), unas vacas consentidas (4:1), y un
canastillo de frutas (8:1, 2).  

 Estructura de Amós - Titulo: “Juicios Justos de Dios a Israel”

Versículo Clave: 3:2  “A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra; por tanto, os castigaré por
todas vuestras maldades”

1:1  Juicios a naciones JUICIOS


2:6  Juicios a Israel
3:1  Destrucción de Samaria
4:1  Castigó a Israel CASTIGOS POR AMOR
JUZGANDO A ISRAEL
5:1  Llamado al arrepentimiento
5:18  Religiosidad de Israel
7:1  Me ha mostrado el Señor
7:4  Jehová llamaba para juzgar
7:7  Amós y Ananías JUICIOS PARA
JUICIOS Y RESULTADOS
8:1  Juicios sobre Israel
REDENCIÓN
9:1  Juicios seguros
9:11  Restauración

  Autor y fecha

    Amós era de Tacoa, una pequeña villa a 16 km al S de Jerusalén. Él fue el único profeta que dio su ocupación antes de
declarar su comisión divina. Él no era de descendencia sacerdotal o noble, sino que trabajaba como uno "de los pastores"
(1:1; cp. 2 R 3:4) y un recolector de "higos silvestres" (7:14). Era un contemporáneo de Jonás (2 R 14:25), Oseas (Os 1:1)
e Isaías (Is 1:1). La fecha de escritura es a mediados del siglo octavo a.C., durante los reinados de Uzías, rey de Judá (790-
739 a.C.) y Jeroboam II, rey de Israel (793-753 a.C.), dos años antes de un terremoto memorable (1:1; cp Zac 14:5; 760
a.C.). 

Contexto Histórico de Amós

    Amós fue un profeta de Judea llamado a entregar un mensaje primordialmente a las tribus del norte de Israel (7:15).
Políticamente era un tiempo de prosperidad bajo el reinado largo y seguro de Jeroboam II  quien siguiendo el ejemplo de
su padre Joás (2 R 13:15), de manera significativa "restauró los límites de Israel" (2 R 14:25). También fue un tiempo de
paz tanto con Judá (5:5) como con sus vecinos más distantes; la la amenaza que estaba continuamente presente de Asiria
fue subyugada tiempo atrás en ese siglo debido al arrepentimiento de Nínive ante la predicación de Jonás (Jon 3:10). No
obstante, espiritualmente, fue un tiempo de corrupción desenfrenada y decadencia moral (4:1; 5:10-13; 2 R 14:24).    

Detalles de Amós

Apostasía y Maldad de Israel

Su destrucción inevitable

Su restauración

Gloria futura del Reino Davídico

            Esta profecía parece haber sido hecha en una sola visita a Bet-el (7:10-14), usó 30 años antes de la caída de Israel.

            Amós era profeta de Judá, el reino del Sur, con un mensaje para Israel el reino del norte, en el reino de Uzías rey
de Judá (787-749 a.C) y de Jeroboam II de Israel (790-749 a.C). Josefo dice que el “terremoto” (1:1) sucedió cuando
Uzías fue herido de lepra (2 Crónicas 26:16-21). Esto dio origen a la co-regencia de Jotam, cerca del 749 a.C., según lo
cual la profecía de Amós se habrá dado cerca del 715 a.C.  

            El reinado de Jeroboam había sido de grandes éxitos. El reino se había extendido (2 Reyes 14:23-29). Israel estaba
en el apogeo de la prosperidad, pero era descarada en su idolatría, y apestada de podredumbre en lo moral; una tierra de
blasfemias, robos, injusticias, opresión, adulterio y asesinatos.

            Haría unos 200 años desde que las diez tribus se habían separado del reino de David (933 a.C.) y habían
establecido el reino independiente norteño con su culto oficial del becerro de oro (2 Reyes 12:25-33). Durante parte de
este tiempo se había adoptado además el culto a Baal, y todavía imperaban muchas de las prácticas abominables de la
idolatría cananita. Mientras tanto, Dios había enviado a Elías, a Eliseo, y luego a Jonás; pero sin resultado alguno. Israel,
endurecida en su idolatría y su maldad, se precipitaba velozmente a su ruina final, cuando Dios envió a Amós y a Oseas
en un esfuerzo final para detener a la nación en su carrera loca hacia la muerte.       

Los Contemporáneos de Amós

            Es probable que en su niñez Amós haya conocido a Jonás, y puede haberlo oído contar de su visita a Nínive.
Posiblemente, también haya conocido a Eliseo y haya oído a éste hablar de sus relaciones con Elías. Jonás y Elías pasaban
del escenario cuando Amós debutaba en el. Joel puede también haber sido su contemporáneo o su antecesor cercano.
Quizás la plaga de langostas a que Amós alude sea la de Joel (4:9). Oseas fue colaborador de Amós, y puede haber estado
en Bet-el al tiempo de la visita de Amós. Sin duda se conocían bien, y pueden haber cambiado impresiones a menudo
acerca de los mensajes que Dios les había dado. Oseas era el menor, y continúo su obra después de su muerte de Amós.
Luego cuando Amós ya terminaba su ministerio, Isaías y Miqueas comenzaban los suyos. Ambos pueden haber oído a
Amós en su juventud. ¡Que constelación de luces proféticas la que Dios levantó para tratar de evitar, y para interpretar, la
caída de Israel!      

Retos de Interpretación
  En el 9:11, el Señor prometió: “yo levantaré el tabernáculo caído de David”. En el Concilio de Jerusalén,
convocado para discutir si los gentiles debían permitirse en la iglesia sin que se les requiriera circuncisión, Jacobo
cita este pasaje (Hch. 15:15, 16) para apoyar el informe de Pedro de cómo “Dios visitó por primera vez a los
gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre” (Hch. 15:14). Algunos entonces han concluido que el pasaje
se cumplió en Jesús, el mayor Hijo de David, a través de quien la dinastía de David fue reestablecida. No
obstante, la referencia de Hechos es mejor vista como una ilustración de las palabras de Amós y no el
cumplimiento. Las referencias temporales a un tiempo futuro (“En aquel día”, 9:11), cuando Israel posea “el resto
de Edom, y a todas las naciones” (9:12), cuando el Señor los plante “sobre su tierra, y nunca más serán arrancados
de su tierra que yo les di” (9:15), dejan en claro que el profeta está hablando del regreso del Mesías en el segundo
advenimiento para sentarse sobre el trono de David (Is. 9:7), no del establecimiento de la iglesia por los
apóstoles.  

Temas históricos y teológicos

 Amós se dirige  a dos pecados primordiales de Israel: Una ausencia de adoración verdadera y Una falta de justicia

  En medio de su desempeño ritualista de adoración, no estaban buscando al Señor  con el corazón (4:4, 5; 5:4-6)
ni siguiendo su norma de justicia con sus vecinos (5:10-13; 6:12). Esta apostasía, evidenciada por el rechazo
continuo y deliberado del mensaje profético de Amós, es juicio divino prometido. No obstante, debido a su
pecado, el Señor no abandonará a Israel en su totalidad, sino que traerá restauración futura al remanente justo
(9:7-15).

 Vista Panorámica de Amós

El mensaje de la justicia de Dios era necesario para una nación que parecía estar diplomáticamente estable y
económicamente saludable; sin embargo, estaba a punto de caer. Para una sociedad que practica mucha religión exterior
con muy poco resultado, la renovación sólo puede llegarle cuando las instrucciones de Dios se ponen en práctica. Amós
hizo un llamado a que se aplicara la justicia de Dios bajo éstas condiciones, en su día.

Amós era nativo de Tecoa, localizado a dieciocho km al sur de Jerusalén en la orilla del desierto de Judea. El estaba
muy enterado de las condiciones del mundo. Al evaluar los pecados de las naciones que rodeaban a Judá e Israel,
identificó exactamente la culpabilidad de cada una de ellas. Amós rehusó ser clasificado con los “profetas” profesionales
porque se habían vuelto infieles a su tarea. El era un boyero y cultivador de sicómoros (7:14), pero Dios lo sacó de esas
actividades para que proclamara su verdad (7:15) en Betel, localizado a dieciséis km al norte de Jerusalén sobre la ruta
principal a lo largo de un terreno montañoso. Como un centro de idolatría e inmoralidad, Betel necesitaba una
proclamación genuina del mensaje de Dios (3:14; 5:5–6).

Amós comienza predicando contra los pecados que ha cometido su audiencia y contra las naciones enemigas de Israel
(1:3–10). Luego continúa contra las naciones más cercanas a Israel (1:11–2:3), después con Judá (2:4–5) y finalmente
contra Israel mismo (2:6–8). Antes de confrontarlos con sus pecados específicos, él establece un grado de confianza con
sus oyentes.

Amós examina la vida religiosa de Betel con cuidadoso escrutinio. La gente está satisfecha; sus observancias y
ceremonias son exitosas desde una perspectiva exterior (4:4–5). Pero aun sus cultos y prácticas religiosas son totalmente
aborrecibles a Dios (5:21–23). Dios nunca se complace con la adoración insincera, no importa cómo se realice ésta.

Se supone que los eventos del libro de Amós ocurrieron cuando Uzías gobernaba en Judá y Jeroboam II era rey en
Israel. En este tiempo Israel se encontraba en la cima del éxito; pero dentro de una generación fueron llevados al
cautiverio. Aunque este fue un tiempo de prosperidad material y de poderío militar, los ricos oprimían a los pobres y el
pueblo estaba desmoralizado. Un contemporáneo de Amós fue Oseas en Israel; los ministerios de Isaías y Miqueas en
Judá, fueron simultáneos con el suyo.

El libro de Amós está escrito en un lenguaje claro, fuerte y dramático. El fue el profeta de la justicia de Dios. Sus
palabras, Pero corra el juicio como las aguas y la justicia como una corriente inagotable (5:24), aún resuenan con
autoridad y verdad. Cuán desesperadamente se necesita que esas palabras sean proclamadas en cada generación.
 
Referencias Proféticas
    El libro de Amós termina con una gloriosa promesa para el futuro. “Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán
arrancados de su tierra que yo les di, ha dicho Jehová Dios tuyo” (9:15) El cumplimiento definitivo de la promesa de la
tierra de Dios a Abraham (Génesis 12:7; 15:7; 17:8) ocurrirá durante el reinado milenial de Cristo sobre la tierra (ver Joel
2:26,27). Apocalipsis 20 describe los mil años de reinado de Cristo sobre la tierra, un tiempo de paz y gozo bajo el
perfecto gobierno del Salvador Mismo. En ese tiempo, el creyente Israel y los gentiles cristianos serán reunidos con la
Iglesia y vivirán y reinarán con Cristo.
El libro de Amós declara una dimensión importante de la historia bíblica en alto relieve: la religión verdadera y la
justicia social deben ir mano a mano, o se está rompiendo el pacto de Dios.
Tema y mensaje de Amós

En el versículo 5:24 se indica claramente el tema dominante, que llama a la justicia social como indispensable
para la verdadera piedad. Amós fue enérgico vocero de la justicia e integridad de Dios mientras que Oseas enfatizó en el
amor, gracia, misericordia y perdón de Dios. Él declaró que Dios juzgaría a su pueblo infiel, desobediente y quebrantador
del pacto. A pesar de que había escogido de manera especial a Israel y lo había colmado de bondades durante el éxodo y
la conquista, y en los días de David y Salomón, su pueblo continuamente dejaba de honrarlo y obedecerlo. Los altares en
Betel y otros lugares de culto eran objeto con frecuencia de ritos paganos e Israel tenía un punto de vista mundano acerca
de ritos que el mismo Señor había ordenado. Pensaba que la realización de estos era todo lo que Dios exigía, y si los
cumplían, podían hacer todo cuanto quisieran; una noción totalmente pagana. Sin el compromiso con la ley de Dios,
carecían de fundamentos para normas de conducta. Amós condena a todos aquellos que se enriquecen a expensas de los
demás. Los que habían adquirido casas espléndidas (3:15), muebles costosos y mesas bien adornadas por medios
engañosos, con la consiguiente corrupción de la justicia y la opresión de los pobres, iban a perder todas sus posesiones.   

El inminente juicio de Dios sobre Israel no sería un mero golpe de castigo a manera de advertencia (como con
frecuencia había sido antes, 4:6-11), sino una destrucción total. Lo inconcebible estaba a punto de pasar: porque no se
había consagrado fielmente a su señorío, Dios iba a desarraigar a su pueblo por manos de una nación pagana. Con todo, si
se arrepentía., “tal vez así el Señor, el Dios Todopoderoso, tenga compasión del remanente” (5:15; véase 5:4-6. 14). En
realidad, el Señor tenía un glorioso futuro para su pueblo, que sobrepasaba el inminente juicio. La casa de David reinaría
de nuevo sobre Israel, incluso su reino se extendería sobre muchas naciones, el Israel una vez más estaría seguro en la
tierra prometida, y gozarían de su vino y de sus frutos (9:11-15). El Dios de Israel, el Señor de la historia, no abandonaría
a su pueblo escogido ni su programa escogido de redención.

El Dios que habla por medio de Amós no es Dios solamente de Israel. También usa a unos contra otros para llevar
a cabo sus propósitos (6:14). Se trata del Gran Rey que rige todo el universo (4:13; 5:8; 9:5-6) Porque es soberano, el Dios
de Israel sostiene la historia y el destino de los pueblos y del mundo en sus manos. Israel debe saber no solo que él es Dios
de su futuro, sino que es también el Señor de todo cuanto existe, y que tiene propósitos e intereses que sobrepasan sus
fronteras. Israel podía tener una posición singular, pero no exclusiva. Necesitaba recordar no solo el pacto de Dios con él,
sino sus propias obligaciones para con Dios.   

Estructura del Libro de Amós

Introducción ( 1.1–2 )
Se informa quién fue Amós, cuándo predicó y cuál fue el origen de su autoridad.

Juicio contra ocho naciones ( 1.3–2.16 )

Amós inicia su mensaje señalando los pecados de las naciones vecinas de Israel  (reino del norte) en un esquema
envolvente que a uno le causa el efecto de sentirse  inmerso en un mar de injusticia, crueldad y opresión. Esta sección se
inicia con el oráculo contra Damasco ( 1.3–5 ); y continúa uno a uno con Gaza ( 1.6–8 ); Tiro ( 1.9 , 10 ); Edom ( 1.11 , 12
); Amón ( 1.13–15 ), Moab ( 2.1–3 ) y Judá ( 2.4 , 5 ), hasta llegar a Israel ( 2.6–16 ), quien, por haber sido receptora de
los favores de Dios, merece mayor castigo.

Cinco mensajes ( 3.1–6.14 )


Los tres primeros versículos se presentan con la frase: «Escuchad esta palabra». En el  primero ( 3.1–15 ), Amós declara a
todo Israel que su mensaje proviene de haber escuchado la palabra de Jehová, y proclama la destrucción de Samaria ( 3.9–
15 ). En el segundo ( 4.1–13 ), advierte a los ricos que serán castigados por oprimir a los pobres.
Aunque este castigo ya había comenzado en pequeña escala, ellos no se habían vuelto a Jehová.

El tercero ( 5.1–17 ) es un llamamiento a buscar al Señor antes que Él pase en medio de ellos. En el cuarto ( 5.18–27 ),
Amos pronuncia un « ¡ay! » sobre los religiosos cuyas ceremonias llegaron a ser abominación al Señor. En el quinto
( 6.1–14 ) pronuncia otro « ¡ay! » Esta vez sobre los ricos que en su afluencia olvidan la aflicción de los oprimidos.

Cinco visiones ( 7.1–9.10 )

En las dos primeras visiones, la plaga de langostas ( 7.1–3 ) y el fuego consumidor ( 7.4–6 ), Amós ve dos calamidades
que sirven de juicio, pero que se detienen debido a su intercesión. En la tercera ( 7.7–9 ), ve una plomada de albañil que
indica que la condición de Israel es irreparable. Lo ilustra con una sección intercalada: el incidente entre Amós y Amasías
( 7.10–17 ). En la cuarta visión ( 8.1–3 ) ve un canastillo de fruta de verano, señal de que ya ha madurado el pecado de
Israel y se aproxima el juicio. Otra sección intercalada contra los defraudadores y explotadores ilustra esta madurez, que
es también causa del castigo de Dios ( 8.4–14 ). En la quinta visión ( 9.1–10 ) Amós ve al Señor sobre un altar diciéndole
que destruya el santuario, señal de que el juicio es inminente e ineludible.

Conclusión ( 9.11–15 )

Amós concluye prometiendo la futura restauración de Israel donde el reino de David se restablecerá, las ciudades se
reedificaran y habrá abundancia.
¿Por qué leer Amós?

Cuando escuchamos: “Es un hombre de Dios”, pensamos en un famoso evangelista, un reverendo, un ministro o
en unos de esos que ministran en la universidad. En fin, pensamos en los obreros cristianos profesionales que predican y
enseñan la Palabra de Dios por vocación.

Amós fue un hombre de Dios; una persona cuya vida estuvo dedicada a servir al Señor, y cuyo estilo de vida
reflejó esta devoción. Amós era laico. Pastoreaba un rebaño y cuidaba las higueras silvestres en la campaña  de Judá. No
era hijo de profeta ni de sacerdote. Como un humilde pastor, pudo haber permanecido en Tecoa, realizando su trabajo,
ganando el sustento de su familia y adorando a Dios. Sin embargo, Dios le dio a Amós una visión del futuro (1:2) y le dijo
que llevara su mensaje a Israel, el reino del norte (7:15). Amós obedeció y demostró ser un verdadero hombre de Dios.

A través de los siglos, el mensaje de Amós ha tenido un impacto en el pueblo de Dios. Las naciones de la
actualidad necesitan escucharlo también. A pesar de que los hermanos de Judá estaban divididos, los israelitas del norte
seguían siendo el pueblo de Dios. Sin embargo, vivían detrás de un infundado marco religioso, adorando ídolos y
oprimiendo a los pobres. Amós, un pastor del reino del sur, valiente, fuerte y honrado, confrontó al pueblo con el pecado y
le advirtió del juicio inminente.

El libro de Amós comienza describiendo a este humilde pastor que observa sus ovejas. Dios le da una visión de lo
que está a punto de suceder a Israel. Dios condena a todas las naciones que han pecado en su contra y herido a su pueblo.
Comenzando con Siria y siguiendo rápidamente hacia Filistea, Tiro, Edom, Amón y Moab. Todas son condenadas y casi
podemos escuchar a los israelitas gritando: “¡Amén!” Incluso Judá, la tierra natal de Amós, se incluye en la severisima
denuncia de Dios (2:4,5). ¡Cuándo habrá gozado la audiencia de Amós estas palabras! De repente, sin embargo, Amós se
vuelve contra el pueblo de ISrael y pronuncia el castigo de Dios que le sobrevendrá. Los siguientes cuatro capítulos
enumeran y describen el pecado del pueblo. No cabe duda de por qué Amasías, el sacerdote, trata de detener la
predicación (7:10-13). Amós, valientemente, continúa relatando las visiones del castigo futuro que Dios le había dado
(capítulos 8; 9). Después de los capítulos que hablan del castigo, el libro concluye con un mensaje de esperanza. A la
larga, Dios restauraría a su pueblo y lo engrandecería de nuevo (9:8-15).

Cuando usted lea el libro de Amós, póngase en el lugar de aquellos israelitas y escuche el mensaje de Dios. ¿Está
satisfecho consigo mismo? ¿Han ocupado las preocupaciones el lugar de Dios en su vida? ¿Olvida a los que tienen
necesidad y oprime a los pobres? Imagínese al igual que Amós, haciendo fielmente lo que Dios le ha encomendado.
También usted puede ser un hombre o una mujer de DIos. Escuche el claro llamado y haga lo que Dios le ordena.      
Bosquejo de Amós
I.
Sobrescrito (1:1)

II.
Introducción al mensaje de
Amós (1:2)

III.
Juicios sobre las naciones
A. Juicio contra Aram (1:3-5)
(1:3-2:16)
B. Juicio contra Filistea (1:6-8)

C. Juicio contra Fenicia (1:9-10)

D. Juicio contra Edom (1:11.12)

E. Juicio contra Amón 1:13-15)

F. Juicio contra Moab (2:1-3)

G. Juicio contra Judá (2:4-5)

H. Juicio contra Israel (2:6- 1. Opresión inmisericorde del pobre (2:6-7a)


16) 2. Profanación desenfrenada de la religión (2:7b-8)
3. Posición opuesta de los israelitas (2:9-12)
4. El sistema opresivo perecerá (2:13-16)

IV.
Oráculos contra Israel (3:1-
A. Juicio contra el pueblo escogido 1. Se anuncia el castigo de Dios (3:1-2)
5:17)
(cap.3) 2. Se vindica el anuncio (3:3-8)
3. El castigo se vindica (3:9-15)

B. Juicio contra el pueblo que no se 1. Juicio contra los mundanos (4:1-3)


arrepiente (cap. 4) 2. Perversión de la vida religiosa (4:4-5)
3. Las calamidades pasadas no condujeron al
arrepentimiento (4:6-11)
4. No hay esperanza para el pueblo endurecido
(4:12-13)

C. Juicio contra el pueblo injusto 1. Canto fúnebre (5:1-3)


(5:1-17) 2. Exhortación a vivir (5:4-6)
3. Imputación de las injusticias (5:7-13)
4. Exhortación a vivir (5:14-15)
5. La prosperidad se tornará en lamentos (5:16-
17)

V.
Se anuncia el exilio (5:18-
A. El mensaje de advertencia contra la religión pervertida de Israel (5:18-27)
6:14)
B. El mensaje de advertencia contra el orgullo complaciente de Israel (6:1-7)
C. El juramento de juzgar a la nación orgullosa e injusta (6:8-14)

VI.
Visiones de la retribución
A. Compasión en el juicio (7:1-6) 1. Los enjambres de langostas (7:1-3)
divina (7:1-9:10)
2. El fuego devorador (7:4-6)

B. EL juicio implacable 1. La cuerda de plomado a. La visión (7:7-9)


(7:7-9:10) (7:7-17) b. Reto y vindicación
(7:10-17)

2. La canasta de fruta a. La visión (8:1-3)


madura (cap. 8 ) b. La exposición (8:4-
14)

3. El Señor de ìe junto al a. La visión (9:1-4)


altar (9:1-10) b. La exposición (9:5-
10)

VII.
El futuro bendito de Israel es
A. Reavivamiento de la casa de David (9:11-12)
restaurado
(9:11-15) B. Restauración de Israel a una tierra prometida edénica (9:13-15)

¿Por qué debemos estudiar este libro?

El libro de Amós recoge algunas de las profecías y enseñanzas que el profeta Amós comunicó al reino de Israel durante el
reinado del rey Jeroboam II. El pueblo rechazó las advertencias y las enseñanzas de Amós y deseó que hubiera llevado su
contundente mensaje a otra parte. A través del estudio de este libro, podemos adquirir una mayor comprensión del papel
fundamental que juegan los profetas en la obra del Señor y un mayor aprecio por el llamamiento de profeta en nuestros
días.

¿Quién escribió este libro?

O bien Amós o bien los escribas pusieron por escrito una selección de sus enseñanzas y las recopilaron con el nombre de
libro de Amós (véase Amós 1:1). Amós era un pastor que vivía en una ciudad llamada Tecoa, que estaba situada a unos 19
kilómetros al sur de Jerusalén (véase Bible Dictionary, “Amos”). El Señor lo llamó para profetizar al Reino del Norte, o
Israel, un llamamiento que no esperaba pero que cumplió con obediencia (véase Amós 7:14–15).
¿Cuándo y dónde se escribió?

Aunque no sabemos con exactitud cuándo se escribió, el libro de Amós comienza con la explicación de que Amós predicó
durante el reinado de Uzías en Judá y de Jeroboam II en Israel, en el siglo octavoa. de J.C. (véase Amos 1:1; Bible
Chronology). Es posible que Amós haya sido colaborador del profeta Oseas en el reino de Israel. No existe una
información clara que nos indique dónde se escribió este libro.
¿Cuáles son algunas de las características distintivas de este libro?

El libro de Amós hace hincapié en los profetas, Amós explicó que Dios se vale de los profetas para llevar a cabo Su obra
(véase Amós 3:7). Amós advirtió de los juicios que estaban a punto de venir sobre el pueblo de Israel porque habían
rechazado a los profetas. Además, Amós hizo hincapié en “el carácter moral del Señor, el gobernante justo de todas las
naciones y todos los hombres. Amós [mostró] que la ofrenda que más aprecia el Señor es una vida recta; los sacrificios de
animales pierden su significado si se ofrecen como sustitutos de la rectitud personal [véase Amós 5:21–27]”
Amós profetizó sobre un hambre “de oír la palabra de Jehová” (Amós 8:11). Durante esa hambruna, las personas “andarán
buscando la palabra de Jehová”—las enseñanzas inspiradas y autorizadas de los profetas— “y no la hallarán” (Amós
8:12). Esa profecía se cumplió inicialmente después de la apostasía de los reinos de Israel y Judá. Tras el ministerio de
Malaquías, pasaron más de 400 años sin profetas que ministraran en la tierra de Israel. La profecía de Amós también se
cumplió en una época posterior. Después de que Jesucristo estableció Su Iglesia sobre la Tierra, con el tiempo, ésta
también cayó en la apostasía. Cesó la revelación para guiar la Iglesia y la gente de la Tierra no pudo recibir la palabra de
Dios por medio de profetas durante más de 1.700 años.
Bosquejo

Amós 1–2 Amós profetiza que el Señor derramaría sus juicios sobre Siria, los filisteos, Tiro, Edom, el pueblo de Amón y
Moab a causa de su iniquidad. Amós también predica que Judá e Israel serán castigadas por abrazar la iniquidad y
rechazar al Señor.

Amós 3–4 Amós describe los diversos intentos del Señor por salvar a Su pueblo, que incluyen enviar profetas para
advertirles, retener la lluvia y permitir la peste y la guerra para preocuparlos. Sin embargo, el pueblo no se humilló ni se
volvió al Señor.

Amós 5–6 Amós enseña que el pueblo puede evitar la destrucción si se arrepiente y busca sinceramente al Señor. En
particular, declara que el Señor no acepta las ofrendas del pueblo en el templo porque su corazón está centrado en dioses
falsos. Amós profetiza que su actitud irreverente en la adoración al Señor los llevará a la destrucción

Amós 7–9 Tras profetizar sobre el destino y las consecuencias a las que Israel se enfrentará por rechazar al Señor, Amós
da un mensaje de esperanza, al prometer que el Señor juntará a Su pueblo y lo restaurará en su tierra.
“Preparate para encontrarte con tu Dios” este verecdivto sintetiza los 9 capitulos del profeta Amos. Amos no era un
hombre de la corte del rey como lo fue Isaias, ni era un sacerdote como el profeta Jeremias. El era un pastor de la pequeña
ciudad de Tekoa a unos 20 km al sur de jerusalen y aunque vivio en el reino del sur en juda fue enviado a anunciar el
castigo al reino del Norte llamado Israel. Amos profetizo entre los años 760 y 755 a.c. El reino del norte prosperó pero
corrupto socialmente habia roto muchas leyes de Dios incluyendo la prohibicion de adorar a los idolos. Amos cuyo
nombre significa "carga", cargó con el pesado mensaje de juicio al centro de la adoracion falsa en Bettel. <para los que
amaban a Dios, Amos tenia una palabra de esperanza: llegaria un dia cuando el reino de david fuera restablecido y su
pueblo pudiera vivir seguro.

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