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“A Fourier no le interesaba nada la tecnología: le desagradaba la producción en gran

escala, la mecanización y la centralización en todas sus formas. Creía en las


comunidades pequeñas como más adecuadas para satisfacer las necesidades reales
del hombre limitado. No fue por casualidad que Saint Simon halló muchos de sus
discípulos más entusiastas entre alumnos y graduados de la Escuela Politécnica,
mientras que entre los fourieristas había una gran proporción de personas hostiles a
los nuevos desarrollos de la industria en gran escala y que creían en las virtudes de la
vida sencilla.”110

Del mismo modo, Robert Owen, otro de los teóricos del socialismo “utópico”, y el
cual parte desde su experiencia como industrial y a quien más tarde se le consideraría
como uno de los precursores del cooperativismo, plantea un sistema económico
alternativo, es decir, concibe a la empresa como una comunidad, donde se regula la
distribución de la ganancia y propone este formato para organizar la producción y la
distribución de la misma.
Owen plantea la necesidad de cambiar el carácter humano y esperaba que esta
transformación pudiera lograrse mediante la educación, pero además, ésta deberá ir
acompañada con base en ideas y conductas morales y sociales “adecuadas”, para lo
cual, el entorno social de las personas también tendrá que mejorar.
“[…] Owen sostenía que el capital debía ser remunerado por un interés fijo o de
máximo determinado. Esto, según el plan de Owen, continuaría hasta que los
capitalistas, convencidos de las virtudes del nuevo orden, y satisfechos con la
abundancia asegurada para todos, renunciasen voluntariamente a los ingresos no
ganados, según él creía que harían pronto.”111

Las críticas que se hicieron desde entonces alrededor del modo de producción
capitalista, han sido sin duda un tema de discusión hasta nuestros días. La producción
en gran escala y el consumo desmedido de bienes naturales por parte de la sociedad
moderna, ha aumentado la sobreexplotación de zonas naturales, mismas que al paso
del tiempo, en muchos casos se han agotado sin posibilidad de renovarse.
La crítica a este modelo de producción, se realiza a partir de observar que las
desigualdades y la inequidad entre grupos sociales crece a medida que los medios de
producción y los recursos naturales se encuentran en manos de unos pocos, lo que
conllevaba a que unos cuantos se enriquecían, mientras que la gran mayoría se
empobrecía rápidamente. La pobreza, la ignorancia, el conformismo y la falta de una

110
Ibídem, p. 70
111
Ibídem, p. 105

92

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