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EL SIGLO XX

Según el historiador Eric Hobsbawm se puede estructurar al siglo XX en tres grandes


etapas para su mejor estudio. Ellas son:
- La Era de las Catástrofes, que va desde el comienzo de la Primera Guerra Mundial
hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial (1914 a 1945).

- La Edad de Oro llamada también “El Estado de Bienestar” (1945 a 1970/75)

- La Era de la Destrucción (Década de los 80 y 90)


Primera etapa. Era de las Catástrofes: los años de la Primera y Segunda Guerra Mundial
estuvieron signados por catástrofes sucesivas, más las oleadas de rebeliones de los países
coloniales que luchaban por su independencia, y dos enormes revoluciones que son la
China y la Rusa. Desaparecen grandes imperios que venían de antaño: el Imperio
Otomano y el Imperio Ruso. También tenemos la gran crisis producida por el Crack del 29
(caída de la bolsa de Nueva York) y también hay que mencionar la crisis de las
instituciones de la democracia liberal en general debido al ascenso de los regímenes
totalitarios (Fascismo, Nazismo, Comunismo).
Segunda etapa: Edad de Oro, Estado de Bienestar: durante estos años se produce una
gran transformación económica, social y cultural, a pesar de la guerra fría. Se incorporan
grandes adelantos sociales y laborales. Los capitalistas incorporan elementos del
socialismo: vacaciones pagas, pleno empleo, jornadas de 8 horas, seguridad social. Se
logra un enorme progreso material gracias al avance de la ciencia y la tecnología. Había
una fe ciega en el progreso, el orden moral, el culto al trabajo, pero todo eso comienza a
resquebrajarse hacia los años 80.
Tercera etapa. Era de la Destrucción: la caída de la URSS lleva al caos y crisis en su región y
áreas de influencia. Esto va a significar un gran estado de malestar mundial. Las tensiones
generadas por los problemas económicos socavaron los sistemas políticos de las
democracias liberales y muchos estados-nación terminaron desgarrados. Más terrible que
la crisis económica en sí, es la crisis social y moral, la crisis de las creencias, de los
principios y los valores. Es una época de grandes adelantos en las ciencias, en la
tecnología, en la medicina y las comunicaciones, pero todo esto no ha podido impedir que
el hombre se transforme en un individuo asocial y atemporal. Se trata de un conjunto de
individuos egocéntricos y narcisistas, completamente desconectados entre sí, que
persiguen su propio placer y beneficio, portando un individualismo exacerbado.
Hobsbawm dice que el siglo XX termina entre explosiones y gemidos.

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