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Deben Las Mujeres Hablar en La Iglesia
Deben Las Mujeres Hablar en La Iglesia
hablar en la iglesia?
Análisis de 1.ª Corintios 14:34-35
y de algunas objeciones modernas
“Como en todas las iglesias de los santos, vuestras mujeres callen en las
congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas,
como también la ley lo dice. Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a
sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación”
(1.ª Corintios 14:34-35).
Entre los muchos argumentos esgrimidos en estos últimos
tiempos contra la verdad comunicada por Dios en estos
versículos, tal vez el que goza de mayor popularidad es el que
hace referencia a un pretendido sentido de la palabra “hablar” —
del griego, laleo—, que en el idioma griego simplemente no
existe. Se alega que el término laleo puede adquirir, además de
su sentido usual, el significado de murmurar, parlotear o
cotorrear, lo cual, tal como lo veremos mediante pruebas
contundentes, es falso. El argumento por lo general, como
alguien lo escribió hace un tiempo, se presenta, con más o
menos variantes, de la siguiente manera:
«En 1.ª Corintios 14:34-35 la palabra laleo, significa «hablar», pero,
si indagamos más, veremos que también quiere decir: ‘Proferir un
sonido vocal, hablar o murmurar, cotorrear.’ Pablo usa el término en
este último sentido acá. Él simplemente se opone a que las mujeres
hablen algo que interrumpa la reunión o que se convierta en
«chisme» respecto de lo que se acaba de profetizar, o puede
oponerse sencillamente a que las mujeres charlen o parloteen
durante las reuniones. Como los hombres y las mujeres se sentaban
separados en esa época, Pablo no quería que las mujeres alzacen la
voz para hacer preguntas a sus maridos desde lejos, interrumpiendo
así el hilo de la reunión; o también puede referirse a que las mujeres
no deben ‘juzgar’ acerca de lo que se profetizó durante la reunión.»
Pero veremos que esa «segunda opción» de significado,
simplemente no existe, sino que es uno más de entre tantos
esfuerzos que hacen muchos cristianos profesantes para burlar
el significado claro y sencillo de esta Escritura, que pone un palo
en la rueda de la falsa libertad religiosa que sólo busca
satisfacer el deseo de la propia voluntad, conforme, no al orden
divino, sino al orden social regido por el príncipe de este mundo.
Mínimas reglas de hermenéutica, aplicables a cualquier tipo de
literatura, hacen obligatorio seguir la regla del contexto para
determinar el sentido en que se emplea una determinada
palabra, y más tratándose de una palabra que se repite nada
menos que 24 veces en el mismo capítulo y 34 veces en toda
esta Epístola. Pero veremos que ni siquiera hace falta guiarse
por el contexto para determinar su sentido, puesto que, como
queda demostrado en este escrito, el vocablo griego en cuestión
nunca tiene ese pretendido sentido, no sólo en el koiné, sino
tampoco en el griego clásico. No olvidemos que, desconocer el
contexto en que aparece una palabra, es el método utilizado por
las sectas que sólo pretenden torcer la verdad, pues toda
violación del contexto deriva indefectiblemente en un desvió de
la verdad, ya intencional o no.
Empecemos con la cita de un conocido lexicógrafo, que, con la
sencillez con que analiza el asunto, nos iluminará en nuestro
estudio del término “hablar” en el pasaje que consideramos. Dice
W. E. Vine, en su «DICCIONARIO EXPOSITIVO DE PALABRAS
DEL NUEVO TESTAMENTO» (EDITORIAL CLIE), respecto del
término “hablar”:
«LALEO: Se usa varias veces en 1.ª Corintios 14. La orden que prohíbe a las
mujeres hablar en las reuniones de la iglesia, vv. 34,35, es considerada por
algunos como una prohibición de charlar durante las reuniones, significado
que brilla por su ausencia en la utilización de este verbo en cualquier otro
pasaje del Nuevo Testamento; se tiene que entender en el mismo sentido que
en los vv. 2, 3-6, 9, 11, 13, 18, 19, 21, 23 27-29, 39.»
Hasta aquí, Vine, quien, como todo estudioso serio del idioma,
se atiene a reglas elementales de la interpretación de textos, lo
que todos los objetores descaradamente no hacen.
Pero veamos seguidamente un breve análisis del verbo a la luz
del contexto del capítulo.
v. 37-39a: “Profetizar”
1.ª Corintios 14
«1 Seguid el amor; y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que
profeticéis. 2 Porque el que HABLA (LALEO) en lenguas no habla a los
hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla
misterios. 3 Pero el que profetiza HABLA (LALEO) a los hombres para
edificación, exhortación y consolación. 4 El que HABLA (LALEO) en lengua
extraña, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia. 5 Así
que, quisiera que todos vosotros HABLASEIS (LALEO) en lenguas, pero más
que profetizaseis; porque mayor es el que profetiza que el que HABLA
(LALEO) en lenguas, a no ser que las interprete para que la iglesia reciba
edificación.
6 Ahora pues, hermanos, si yo voy a vosotros HABLANDO (LALEO) en
lenguas, ¿qué os aprovechará, si no os HABLARE (LALEO) con revelación, o
con ciencia, o con profecía, o con doctrina? 7 Ciertamente las cosas
inanimadas que producen sonidos, como la flauta o la cítara, si no dieren
distinción de voces, ¿cómo se sabrá lo que se toca con la flauta o con la
cítara? 8 Y si la trompeta diere sonido incierto, ¿quién se preparará para la
batalla? 9 Así también vosotros, si por la lengua no diereis palabra bien
comprensible, ¿cómo se entenderá lo que decís? Porque HABLARÉIS
(LALEO) al aire. 10 Tantas clases de idiomas hay, seguramente, en el
mundo, y ninguno de ellos carece de significado. 11 Pero si yo ignoro el valor
de las palabras, seré como extranjero para el que HABLA (LALEO), y el que
HABLA (LALEO) será como extranjero para mí. 12 Así también vosotros;
pues que anheláis dones espirituales, procurad abundar en ellos para
edificación de la iglesia.
13 Por lo cual, el que HABLA (LALEO) en lengua extraña, pida en oración
poder interpretarla. 14 Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu
ora, pero mi entendimiento queda sin fruto. 15 ¿Qué, pues? Oraré con el
espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu,
pero cantaré también con el entendimiento. 16 Porque si bendices sólo con el
espíritu, el que ocupa lugar de simple oyente, ¿cómo dirá el Amén a tu acción
de gracias? pues no sabe lo que has dicho. 17 Porque tú, a la verdad, bien
das gracias; pero el otro no es edificado. 18 Doy gracias a Dios que HABLO
(LALEO) en lenguas más que todos vosotros; 19 pero en la iglesia prefiero
HABLAR (LALEO) cinco palabras con mi entendimiento, para enseñar
también a otros, que diez mil palabras en lengua desconocida.
20 Hermanos, no seáis niños en el modo de pensar, sino sed niños en la
malicia, pero maduros en el modo de pensar. 21 En la ley está escrito: En
otras lenguas y con otros labios HABLARÉ (LALEO) a este pueblo; y ni aun
así me oirán, dice el Señor. 22 Así que, las lenguas son por señal, no a los
creyentes, sino a los incrédulos; pero la profecía, no a los incrédulos, sino a
los creyentes. 23 Si, pues, toda la iglesia se reúne en un solo lugar, y todos
hablan en lenguas, y entran indoctos o incrédulos, ¿no dirán que estáis
locos? 24 Pero si todos profetizan, y entra algún incrédulo o indocto, por
todos es convencido, por todos es juzgado; 25 lo oculto de su corazón se
hace manifiesto; y así, postrándose sobre el rostro, adorará a Dios,
declarando que verdaderamente Dios está entre vosotros.
26 ¿Qué hay, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros
tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación.
Hágase todo para edificación. 27 Si HABLA (LALEO) alguno en lengua
extraña, sea esto por dos, o a lo más tres, y por turno; y uno interprete. 28 Y
si no hay intérprete, calle en la iglesia, y hable para sí mismo y para Dios. 29
Asimismo, los profetas HABLEN (LALEO) dos o tres, y los demás juzguen. 30
Y si algo le fuere revelado a otro que estuviere sentado, calle el primero. 31
Porque podéis profetizar todos uno por uno, para que todos aprendan, y
todos sean exhortados. 32 Y los espíritus de los profetas están sujetos a los
profetas; 33 pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz.
Como en todas las iglesias de los santos, 34 vuestras mujeres callen en las
congregaciones; porque no les es permitido HABLAR (LALEO), sino que
estén sujetas, como también la ley lo dice. 35 Y si quieren aprender algo,
pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer
HABLE (LALEO) en la congregación. 36 ¿Acaso ha salido de vosotros la
palabra de Dios, o sólo a vosotros ha llegado?
37 Si alguno se cree profeta, o espiritual, reconozca que lo que os escribo
son mandamientos del Señor. 38 Mas el que ignora, ignore. 39 Así que,
hermanos, procurad profetizar, y no impidáis el HABLAR (LALEO) lenguas;
40 pero hágase todo decentemente y con orden.»
No hace falta ser un erudito para entender con una simple lectura lo que
significa el verbo hablar (laleo) en este capítulo que toca a la
PARTICIPACIÓN AUDIBLE DE LOS SANTOS EN LA ASAMBLEA.
”27 Si HABLA (LALEO) alguno en lengua extraña, sea esto por dos, o a lo
más tres, y por turno; y uno interprete. 28 Y si no hay intérprete, calle en la
iglesia, y hable para sí mismo y para Dios. 29 Asimismo, los profetas
HABLEN (LALEO) dos o tres, y los demás juzguen. 30 Y si algo le fuere
revelado a otro que estuviere sentado, calle el primero”
No creo que nadie tenga ningún problema con la lectura y entendimiento del
capítulo, y cuando llega a la CLASE FEMENINA, es decir, a la mujer cristiana
en la Iglesia, la orden apostólica es la NO PARTICIPACIÓN CON LA VOZ:
“CALLE EN LA ASAMBLEA”.
2) CORRIENTE CONSERVADORA
1.ª Timoteo 2:12: En la primitiva iglesia era permitido a cada uno de los fieles
que se sintiera impulsado a ello, dirigir la palabra a la asamblea
congregada...También se les permitía orar en voz alta (cf. 1.ª Cor. 14:26,
etc.). Las mujeres reclamaban para sí igual derecho (1.ª Corintios 11:1) pero
S. Pablo se lo rehúsa (1.ª Cor. 14:34...). La prohibición aquí dada se refiere
en primer lugar a la predicación...”
(La Santa Biblia, versión de Mons. Juan Straubinger).
Mientras que los más relajados —que quieren seguir adelante con su vida
libre y acomodada a la época libertina moderna, sin el señorío de Cristo, y sin
tener en cuenta la Palabra escrita―, no sólo hacen caso omiso de la orden
apostólica o la tuercen, sino que simplemente dicen:
«Laleo (hablar) se usa varias veces en 1.ª Corintios 14. La orden que prohíbe
a las mujeres hablar en las reuniones de la iglesia (v. 34-35) es considerada
por algunos como una prohibición de charlar durante las reuniones,
significado que brilla por su ausencia en la utilización de este verbo en
cualquier otro pasaje del N.T.; se lo tiene que entender en el mismo sentido
que en los v. 2, 3-6, 9, 11, 13, 19, 21, 23, 27-29, 39.»
Tras el análisis de toda esta evidencia, podemos concluir que los comentarios
de Bauer y de Thayer son plenamente consistentes con la afirmación de Vine
de que:
«Laleo (hablar) se usa varias veces en 1.ª Corintios 14. La orden que prohíbe
a las mujeres hablar en las reuniones de la iglesia (v. 34-35) es considerada
por algunos como una prohibición de charlar durante las reuniones,
significado que brilla por su ausencia en la utilización de este verbo en
cualquier otro pasaje del N.T.; se lo tiene que entender en el mismo sentido
que en los v. 2, 3-6, 9, 11, 13, 19, 21, 23, 27-29, 39» (Diccionario expositivo
de palabras del Nuevo Testamento, Tomo ii, págs. 176-177).
Algunos han deducido de este versículo que Pablo sólo quería que las
mujeres dejasen de hablar a sus maridos, o de interrumpirles en el servicio
público. Pero Pablo no sólo dijo: “Mujeres, pregunten en casa a sus maridos”;
sino que él dijo ampliamente:
”Las mujeres callen en las iglesias”; y de nuevo:
”No les está permitido hablar”; y también:
”Como también la ley lo dice”; y también:
”Sino deben estar sujetas”; y también:
”Es indecoroso que una mujer hable en la iglesia”.
El énfasis es muy claro.
El apóstol prohibió a las mujeres tan siquiera formular una pregunta en tales
ocasiones públicas. Si querían aprender algo, que pregunten en casa a sus
maridos, “pues es vergonzoso que una mujer hable en una asamblea”.
Estos argumentos considerados y refutados del movimiento feminista
cristiano (entre otros) se generan por la voluntad propia que busca torcer y
pervertir el versículo, haciendo a un lado el orden divino de la Creación para
el hombre y la mujer. 1.ª Corintios 11:3 establece un orden jerárquico, y 1.ª
Corintios 14:34 refleja ese orden. Pero los feministas se esfuerzan por querer
colocar a la mujer en el lugar del hombre, en el mismo plano de igualdad
absoluta. Por eso se basan en 1.ª Corintios 11 en cuanto a que
«supuestamente» la mujer podía profetizar en la asamblea: triste y
equivocada deducción (aparte de error hermenéutico, que pretende explicar
el pasaje “hipotético” del capítulo 11 en contra del claro mandamiento del
capítulo 14; cuando el verdadero exegeta se somete primero al claro mandato
del capítulo 14 que es “para todas las iglesias”, y entiende luego que la
asamblea NO es EL LUGAR para que la mujer profetice). “Hablar en público”
es privativo del hombre, quien es “cabeza de la mujer” [2]
VERSÍCULOS FINALES
36 ¿Acaso ha salido de vosotros la palabra de Dios, o sólo a vosotros ha
llegado?
37 Si alguno se cree profeta, o espiritual, reconozca que lo que os escribo
son mandamientos del Señor. 38 Mas el que ignora, ignore. 39 Así que,
hermanos, procurad profetizar, y no impidáis el hablar lenguas; 40 pero
hágase todo decentemente y con orden.”
«El presente infinitivo es la expresión general para (1) una acción que está
ahora tomando lugar, o (2) que continúa, o bien en sí misma, o bien en sus
resultados, o (3) que es frecuentemente repetida. Por eso, es usada (4) en
máximas generales.»
En el v. 34, Pablo no estaba hablando acerca de algo que estaba tomando
lugar en el punto preciso en el tiempo cuando él escribía ese versículo, de
modo que podemos concluir de lo que tenemos en el versículo 34 que es un
ejemplo de una MÁXIMA GENERAL O UNA DECLARACIÓN GENERAL DEL
APÓSTOL PABLO, CON EL CARÁCTER DE “MANDAMIENTO DEL SEÑOR”
(v. 38).
(NOTA: Para quienes sepan inglés, pueden ver la lista de Strong sobre
LALEO, y la traducción literal de Young al inglés.
”26 ? What then is it, brethren? whenever ye may come together, each of
you hath a psalm, hath a teaching, hath a tongue, hath a revelation, hath
an interpretation? let all things be for building up;
27 if an unknown tongue any one do speak, by two, or at the most, by
three, and in turn, and let one interpret;
28 and if there may be no interpreter, let him be silent in an assembly,
and to himself let him speak, and to God.
29 And prophets-let two or three speak, and let the others discern,
30 and if to another sitting anything may be revealed, let the first be
silent;
31 for ye are able, one by one, all to prophesy, that all may learn, and
all may be exhorted,
32 and the spiritual gift of prophets to prophets are subject,
33 for God is not a God of tumult, but of peace, as in all the assemblies
of the saints.
34 ? Your women in the assemblies let them be silent, for it hath not been
permitted to them to speak, but to be subject, as also the law saith;
35 and if they wish to learn anything, at home their own husbands let them
question, for it is a shame to women to speak in an assembly.
36 ? From you did the word of God come forth? or to you alone did it come?
37 if any one doth think to be a prophet, or spiritual, let him
acknowledge the things that I write to you-that of the Lord they are
commands;
38 and if any one is ignorant-let him be ignorant;
(1 Corinthians 14:26-38 YLT)
It is very obvious Paul is talking about gatherings of the assembly where
prayer praise teaching prophesy are all the orderly activities engaged in. The
particular issue of languages is addressed - no interpreter - no speak
He clearly indicates that the woman is to ask her husband at home if she has
a question. If she was “chatting” Paul would not be so specifically addressing
the asking of questions.)
Una aclaración sobre la revisión del léxico de Bauer
por Danker
Aunque ya he demostrado de forma concluyente que NINGÚN léxico de los
más afamados (como el de Bauer y el de Thayer) ni ninguna traducción de la
Biblia asignan a LALEO (= hablar) el pretendido sentido de
«charlar/parlotear» que algunos a tono con el feminismo han tratado de
atribuirle, vamos a ver unas aclaraciones finales.
Existen tres ediciones del Léxico Griego-Inglés de Bauer. Yo utilicé la primera
edición, pero también he chequeado las otras dos, y especialmente la última.
Las referencias a LALEO que he dado, fueron tomadas de la primera edición.
Bauer falleció en 1960, y la tercera edición fue editada por F.W.Danker, quien
revisó las dos anteriores.
Respecto de la tercera edición, por Danker, al principio de sus notas sobre
LALEO, él afirma el uso de LALEO en su significado de «comunicación
informal que empieza de una breve conversación hasta una charla y parloteo
EN GRIEGO ANTIGUO (i.e. clásico), y la tendencia en griego más tardío —
especialmente en escritos pseudoepigráficos y otros en koiné— hacia una
equivalencia del significado de LALEO con LEGO y la ampliación del uso
clásico». Ahora bien, el punto es éste: si «charlar/parlotear» fuese un
significado normal para LALEO en koiné, resulta inconcebible que Danker no
lo haya incluido en su lista de significados enumerados de LALEO o al menos
en una subdivisión de significados enumerados, con ejemplos.
Conclusión: Danker NO incluye nada de «charlar/parlotear» en relación con
LALEO en koiné.
Sólo agrego una nota final sobre la moderna revisión que hizo Danker del
clásico Léxico de Bauer, puesto que en su edición, Danker agrega un
comentario sobre 1.ª Corintios 14:34-35 (que no es un comentario
lexicográfico, sino más bien una opinión personal de Danker) que abre un
poco la puerta a la posibilidad de que en estos versículos pueda entenderse
lalein como «charlar/parlotear». Respecto de esto, Michael D. Marlowe, autor
del sitio http://www.bible-researcher.com/ me escribió la siguiente carta en
cuanto al comentario que Danker añadió:
«A pesar del hecho de que Danker deja cierto lugar para el argumento de que
lalein significa ‘to chatter’ (parlotear/charlar) en 1.ª Corintios 14:34-35, ése no
es un argumento respetable y docto desde el punto de vista lingüístico.
Danker tuvo que haber incluido este comentario únicamente a causa de la
presión de los feministas, lo que ha venido a ser predominante en las escuela
liberales. Como lo has notado, previamente los lexicógrafos del idioma griego
ni siquiera han reconocido ‘to chatter’ (conversar/parlotear) como una
acepción para esta palabra. Esta palabra es el verbo griego general para el
discurso oral. Aparece diez veces en este capítulo (1.ª Corintios 14:2, 3, 6, 9,
11, 19, 28, 29, 34, 35). Nunca tiene el sentido de «charlar/parlotear», ni en
este capítulo, ni en todo el Nuevo Testamento, ni tampoco en todo el cuerpo
de la literatura griega antigua. De modo que este argumento, carece
completamente de mérito.»
F. F. Bruce siempre elogió la erudición de Vine como
lexicógrafo
Puedo agregar como dato interesante que el Dr. F.F. Bruce, quien tenía una
tendencia hacia el lado liberal del cristianismo evangélico, hizo un elevado
reconocimiento a la profunda erudición del griego clásico y del koiné que
tenía el profesor Vine, en su prefacio a su Diccionario (que figura como
Prólogo a la nueva edición, en la edición de CLIE). Esto no puede ser pasado
por alto gratuitamente.
Bruce invitó a Gordon Fee a escribir su comentario sobre 1.ª Corintios. Si lo
examinamos, veremos que Fee menciona, en sus notas sobre 1.ª Corintios
14:34-35, que algunos comentaristas interpretan LALEO como significando
un habla interruptora de alguna clase que incluye la posibilidad de «charlar»,
pero él descarta esta posibilidad por razones exegéticas. Fee piensa que el
estilo de escritura de Pablo es inconsistente con estos versículos. Aporta
algunos comentarios críticos, y termina cuestionando vigorosamente la
autenticidad de los versículos, pero no su significado. Cualquiera que sabe lo
mínimo de crítica textual del Nuevo Testamento estará en desacuerdo con él,
y sus razonamientos hacen temblar a cualquier «conservador». De todos
modos, Fee, a diferencia de otros, fue honesto en su tratamiento del texto
griego, y no desconoció el significado de laleo en este contexto. En una nota
menciona que:
«The verb lalei, which probably was originally an onomatopoeic word, meant
‘to chatter’ in classical usage» («El verbo lalei, que probablemente fue
originalmente una palabra onomatopéyica, SIGNIFICÓ «charlar» en el uso
clásico»). Es evidente, pues, que Fee sabía perfectamente que «charlar» NO
ES el significado de LALEO en griego koiné.
Esto me hace volver al mismo punto fundamental de mi tesis: Si bien no
asumo la posición de que LALEO nunca significa «charlar/parlotear» en los
escritos en griego koiné, sí digo que sería rarísimo que tal sentido existiera en
koiné, simplemente porque hasta ahora nadie ha podido dar un solo y claro
ejemplo de ello a partir de las fuentes lexicográficas estándar (como Bauer,
Thayer, Vine, etc.), donde uno esperaría encontrar aunque sea un solo caso
o alguna cita de literatura antigua específica ¡Pero no lo hay!
Por eso me animé a añadir esta última nota: porque debe quedar claro al
estudioso del Nuevo Testamento, y a cualquier persona honesta e informada,
que «charlar/parlotear» NO ES UN SIGNIFICADO NORMAL DE LALEO EN
GRIEGO KOINÉ. Quien haga el descubrimiento de UN SOLO ejemplo en
escritos en koiné donde LALEO tenga el sentido de «charlar/parlotear», por
favor le rogaría que me lo haga saber.
ÚLTIMAS PALABRAS
Para quienes insisten en afirmar que «laleo» en 1.ª Corintios 14:34 significa
«charlar/parlotear», vuelvo a decirles que si consultan, a Vine, a Bauer y a
Thayer, NADA DICEN ESTOS LÉXICOS sobre un significado de
«charlar/parlotear» en el NUEVO TESTAMENTO, y menos aún en la primera
epístola a los Corintios. No hace falta demasiada inteligencia para corroborar
esto al leer los léxicos.
Mi tesis fue siempre que el significado de LALEO como «charlar/parlotear» es
AJENO AL GRIEGO KOINÉ, y que los léxicos estándar (Bauer/Thayer)
CONFIRMAN CLARAMENTE esta tesis, pues NO DAN, EN SU LISTA
ENUMERADA DE SIGNIFICADOS DE LALEO, NINGÚN CASO EN KOINÉ
EN QUE LALEO TENGA EL PRETENDIDO SIGNIFICADO.
DISTINCIÓN ENTRE EL SIGNIFICADO DE UN VERBO Y LA
EXÉGESIS DEL TEXTO
Hemos visto que LALEO tiene que tener un significado contextual en este
capítulo 14 de 1.ª Corintios, y que no hay que divorciarlo del contexto. Éste es
un principio elemental en la interpretación literaria. Cualquier intérprete
conoce esta distinción.
Por eso, si leemos con cuidado el comentario de Vine, erudito de la lengua
griega, veremos dos tipos de análisis en su Diccionario:
PARTE lexicográfica: significado de LALEO en el griego koiné (y el Nuevo
Testamento).
«Laleo (hablar) se usa varias veces en 1.ª Corintios 14. La orden que prohíbe
a las mujeres hablar en las reuniones de la iglesia (v. 34-35) es considerada
por algunos como una prohibición de charlar durante las reuniones,
significado que brilla por su ausencia en la utilización de este verbo en
cualquier otro pasaje del N.T.»
PARTE exegética
«Se lo tiene que entender en el mismo sentido que en los v. 2, 3-6, 9, 11, 13,
19, 21, 23, 27-29, 39»
(Diccionario expositivo de palabras del Nuevo Testamento, Tomo ii, págs.
176-177).
Ahora bien, en mis últimas exposiciones, yo me centré en el hecho de que
Vine, en su análisis lexicográfico está plenamente de acuerdo con Bauer y
Thayer: que no hay en koiné NINGÚN EJEMPLO en el que LALEO signifique
«charlar/parlotear», y que estos léxicos NO avalan ese sentido en ningún
caso: el significado de «charlar/parlotear» no está enumerado en ninguna
parte, es decir, simplemente ¡NO EXISTE! Lexicográficamente, ninguno que
acceda a los léxicos estándar encontrará que se le asigne EN NINGÚN
CASO a LALEO el significado de «charlar/parlotear». No puede discutirse
este punto y nadie puede refutar esta tesis lexicográfica con alguna cita
objetiva y concreta de los léxicos más afamados ya citados.
EXÉGESIS DE VINE: QUÉ TIENE EN CUENTA
Pero a Vine sí se le puede discutir la parte EXEGÉTICA, pues hay
actualmente una variedad de opiniones acerca del significado de «hablar» en
1.ª Corintios 14:34.
Ahora bien, para tratar de resolver esto, Vine aplica una elemental regla de
hermenéutica: «El significado de una palabra no ha de buscarse
etimológicamente, sino según el contexto en que aparece.»
Es tal como Ferdinand de Saussure, el conocido lingüista contemporáneo,
por ejemplo, dice:
«Una palabra no significa por sí misma, sino porque pertenece a un sistema,
a un conjunto cerrado de elementos que se definen mutuamente. De ahí que
el significado de la palabra depende estrictamente del significado de las
palabras que ‘la rodean’, por así decirlo, en el sistema o contexto.»
Ahora bien, ¿hizo algo mal Vine en su exégesis? ¡No! Simplemente, como
erudito y con el método correcto, él, para llegar al significado preciso de la
palabra, aplica la REGLA básica de interpretación: EL CONTEXTO. Ya
hemos hecho suficientes consideraciones y hemos presentado suficientes
detalles contextuales para llevar al lector a entender LALEO en EL MISMO
SENTIDO QUE TIENE LAS 24 VECES QUE APARECE EN ESTE MISMO
CAPÍTULO. Esto es, precisamente, guiarnos por el contexto para entender el
significado de una misma palabra que aparece en diferentes formas verbales
en un mismo capítulo y en conexión con un mismo tema. No se ha obrado
quebrantando NINGUNA regla hermenéutica. Y Vine tampoco lo ha hecho. Al
contrario, ignorar el contexto, e interpretar aisladamente el v. 34, SÍ ES
ROMPER EL CONTEXTO Y LAS REGLAS BÁSICAS DE LA
HERMENÉUTICA. Y esto sí es “quebrantar la Escritura” (Juan 10:35).
En otra ocasión, Dios mediante, seguiremos con consideraciones de contexto
más amplio, comparando Escritura con Escritura, para que sea la Palabra
misma de Dios la que se explica a sí misma, y emprenderemos el estudio de
otro pasaje paralelo, a saber, 1.ª Timoteo 2:8-14, en el cual también el
Espíritu Santo emplea otro infinitivo didaskein, enseñar, como función
prohibida a la mujer respecto del varón, en analogía con 1.ª Corintios 14:34-
35 [1].
Flavio H. Arrué
NOTAS
(9) “Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y
modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos,
(10) sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan
piedad.”
COMENTARIO: El tema de la vestimenta decorosa de la mujer es tema de
otro epígrafe.
(11) "La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción."
COMENTARIO: La directiva es a las mujeres (esto es no a los varones). Este
versículo nos dice que las mujeres deben ser esencialmente aprendices (en
contraste con enseñadoras). La mujer debe aprender, esto es, no debe
enseñar (a los varones, por supuesto, Tito 2:3-5 delimita su esfera de
enseñanza claramente). En segundo lugar, la Escritura manda cómo deben
aprender: "en silencio, con toda sujeción". Primero fija la acción del rol
femenino (el «qué» ha de hacer y «qué» no ha de hacer): ella debe aprender,
y no enseñar. Segundo, fija el «cómo» lo ha de hacer: en silencio, con entera
sujeción.
(12) "Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el
hombre, sino estar en silencio."
COMENTARIO "Porque", pues el apóstol pasa a aclarar y especificar con
más detalle la doctrina general establecida previamente, para que no haya
malos entendidos, esto es, que los varones tienen el rol exclusivo de
conducción y voz pública en la iglesia.
A la mujer (en contraste con el varón) no se le permite enseñar = didaskein,
un verbo en infinitivo. El infinitivo también aparece en 1.ª Corintios 14:34: "no
le está permitido hablar" (lalein), y estos infinitivos escogidos por el Espíritu
Santo inspirador, son muy apropiados en cada caso: pues el griego usa los
infinitivos como órdenes de carácter absoluto («máximas generales» como lo
expresa Winer en su famosa Gramática), y nunca relativo a algo.
Comparando Escritura con Escritura, vemos la esfera dentro de la cual se
circunscribe la enseñanza de la mujer en Tito 2:3-5, o sea, las mujeres
pueden enseñar a otras mujeres, pero nunca a los hombres (la Palabra nunca
se contradice). ¿Qué dirán los modernos «feministas evangélicos» a esta
orden tan simple y clara de Cristo por pluma de su instrumento apostólico?
¡La Escritura no puede ser quebrantada! Pero sigamos.
"Ni" ejercer dominio sobre el varón. El "ni" (oude) es importante, pues separa
dos cosas correlativas que se le manda a la mujer por Dios: La primera es
"enseñar", y la segunda es "tampoco (ni) ejercer dominio sobre el varón". No
se puede pasar por alto la partícula.
"Ejercer dominio sobre el varón": Claramente el apóstol había asentado el
principio de jerarquía en 1.ª Corintios 11:3, donde revela que el varón es
cabeza de la mujer, y ésta, por ende, debía estar sometida a su cabeza. De
este principio fundamental se derivan todas las aplicaciones prácticas del
ejercicio de servicios y dones en la asamblea. Cuando el apóstol dice que no
le está permitido a la mujer "ejercer dominio o poder sobre el varón",
claramente prohíbe a la mujer ejercer ‘liderazgo’ entre los santos, esto es,
cualquier acción que implique dirección o rol de cabeza: dirigir una oración en
público como portavoz en la iglesia, enseñar o predicar en público, etc. pero
más que nada se refiere a gobierno y liderazgo (supervisión, autoridad, etc.).
El invento moderno de las mujeres «pastoras u obispas» es un fraude que
aquí la Palabra destruye con máxima precisión, energía y claridad.
(13) "Porque Adán fue formado primero, después Eva;
COMENTARIO: He aquí la primera de las razones para prohibir el ministerio y
la participación en público de las mujeres:
EL ORDEN DE LA CREACIÓN: Adán fue formado primero, después Eva. El
primero (primero en secuencia y rango, el primero es la cabeza del segundo)
debe regir (cf. 1.ª Corintios 11:9). Este principio demuele todos los
argumentos de los modernos «igualitaristas», que intentan por todos los
medios de minimizar y relativizar el alcance de estas Escrituras apelando,
cuando se agotan sus argumentos de falsificación de la Palabra escrita, al
«contexto socio-cultural» en que estas palabras fueron dirigidas. Se alega,
por ejemplo, que Pablo «estaba simplemente dando normas locales y
temporales (no universales) limitadas para la iglesia de Éfeso, y que fueron
motivadas por el contexto cultural en la que se desarrollaba esta iglesia».
Hasta se ha llegado a esgrimir que «la orden de Pablo se dirigió a esa iglesia
como resultado de la condición social de la mujer de Éfeso y la prominencia
del culto a la fertilidad pagana dentro de la ciudad». Este tipo de argumentos
carece de todo valor, y ni siquiera merece ser considerado, por hacer de la
inspiración, inerrancia y autoridad de la Palabra de Dios una caricatura, y
rebajarla al nivel de la mera opinión personal del hombre Pablo. Pero el orden
creado, y la supremacía de Adán como cabeza sobre la mujer, propinan el
golpe mortal a estas fantasías de la mente natural humana que procura a
toda costa escapar de la clara orden de la Palabra de Dios. El hecho de que
la Creación (y no el curso de la historia y cultura humanas desde entonces)
es la prueba del lugar y rol de la mujer, asienta un principio universal de Dios
que no tiene vinculación alguna con lo cultural y temporal, o con lo que la
sociedad ha hecho de sus costumbres sin tener en cuenta a Dios.
(14) "y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió
en transgresión"
COMENTARIO: La segunda razón para el lugar subordinado de la mujer, es
la caída: Eva no respetó su lugar de «segunda» en la Creación, y guió a Adán
en desobediencia a Dios: fue la que primero pecó, y demostró así ser una
mala «cabeza», para lo cual no había sido creada. Por no haber guardado el
lugar de sujeción a su cabeza asignado por Dios en la Creación, se le manda
la sujeción como orden imperativa en Génesis 3:16.
CONCLUSIÓN:
El capítulo nos habla del ministerio y la participación en público, los cuales
deben ser ejercidos exclusivamente por los varones, y no por las mujeres.
Los hombres son los que deben orar en público, pero las mujeres, en cambio,
deben aparecer en público vestidas de "buenas obras", y ser bien visibles por
ello. El lugar de la mujer con relación al hombre es de subordinación: ella no
ha de enseñar, ni tampoco ejercer autoridad sobre los hombres bajo ningún
aspecto y bajo ninguna circunstancia. Esto se basa en el orden de la
Creación, pues Adán fue formado primero, siendo así la cabeza, y la mujer
después y a partir de él. La caída también da testimonio de que la mujer ha
de estar en silencio, sujeta y aprendiendo del varón, no tomando la delantera
ni el lugar de dirección y enseñanza. (Flavio H. Arrué).
[2] N. del T.— Esto queda claro si consideramos el contexto de 1.ª Corintios
14 (desde el v. 26 al 37) tan aclaratorio para la conducta de las hermanas en
la reunión de asamblea: «Callar y hablar» se aplica a los hombres en los v.
28 y 30, así como a la mujer en los v. 34 y 35. Y si consideramos más en
detalle los v. 34 y 35, veremos que:
a) En la reunión de la iglesia, las mujeres debían «callar» (no les está
permitido «hablar») porque debían estar sujetas (v. 34) Es el principio de
«autoridad» bajo la cual ella está, o sea, reconocer que la cabeza es el
hombre (cf. 1.ª Corintios 11:3).
b) En contraste con «hablar» (v. 34), está que ellas querían aprender (v. 35),
pero tampoco podían preguntar en público en presencia de los hombres,
sino "en casa". Y para confirmar esto, y «comparamos Escritura con
Escritura», y vamos a 1.ª Timoteo 2:12, hallamos allí ¡que el lenguaje es más
explícito! Por eso es absurdo pretender, como quieren los feministas, que la
mujer puede profetizar en el mismo lugar (la asamblea reunida) donde el
mismo apóstol les prohíbe siquiera formular una pregunta. Pero “aprender”,
tanto aquí (v. 35) como en 1.ª Timoteo 2:12) es sin duda la función que la
Palabra le asigna a las mujeres, aunque “en silencio” cuando se trata de la
reunión.
c) En vista del principio fundamental de 1.ª Corintios 11:3 donde vemos la
triple estructura jerárquica de las cabezas, y donde a la mujer se le demanda
la sujeción (en el v. 10 se le demanda tener “señal de autoridad (exousía)
sobre su cabeza, lo cual se manifiesta a través de un velo), podemos concluir
que la orden se refiere a la participación audible de las hermanas en la
reunión de la asamblea, lo cual estaba de toda manera (inlcuso a modo de
preguntas para aprender) prohibido por “el mandamiento del Señor” (1.ª
Corintios 14:37).
La clave doctrinal está en la palabra "sujetas" (cf. 14:34; Efesios 5:22-23, 33,
etc.). Y es evidente que la sujeción de la mujer cristiana, en comparación
con la sujeción de “el Cristo” hombre a Dios —su cabeza—en perfecta
obediencia (1.ª Corintios 11:3), no puede descartarse como si fuese una mera
regulación temporal debida a la cultura de la sociedad antigua, pues la
sujeción depende de la naturaleza de los sexos y del orden de la Creación
del varón (primero) y la muer (después y a partir de él para ser su ayuda
(Génesis 2:18; 1.ª Timoteo 2:13).
"Y si quieren aprender algo" (lo cual estaría acorde con la función bíblica de
la mujer, comparar con 1.ª Timoteo 2:11), aparentaría ser un «justo» motivo
para que las hermanas hagan oír su voz en la asamblea, aunque sea a través
de alguna pregunta. Pero este argumento de Corinto, es una excusa, de
aparente consonancia con la sujeción de la mujer, para poder ésta tomar la
palabra o hacer oír su voz en la reunión: Aun en tal caso extremo, el apóstol
les ordena el silencio, y dice que debían formular las «sumisas preguntas de
aprendizaje» en casa (v. 35).
d) Es evidente que en Corinto prevalecía la tendencia de querer poner al
hombre y a la mujer sobre el mismo plano de igualdad respecto de la
participación oral en las reuniones. Pero el apóstol caracteriza la posibilidad
de que una mujer “hable” en la asamblea como algo "vergonzoso" (v. 35)
(aischros, o sea, impropio, deshonesto, véase 11:6 y 13): hablar en público
es un golpe contra el sentimiento moral natural, contra el orden y plan de la
Creación para cada sexo. Y como dice Marlowe: «Ni siquiera hemos tocado
los serios problemas con que se topa la interpretación favorita de Carson
sobre 14:34-35, la cual requiere que imaginemos a Pablo permitiendo a las
mujeres profetizar en la misma asamblea donde él mismo les prohíbe
hacer alguna pregunta. La idea de Carson aquí es que de una u otra
manera, estas preguntas representan una enseñanza autoritativa, mientras
que profetizar no. Pero ¿cómo es posible poner las preguntas por encima de
las profecías? Y bajo esta interpretación, ¿cómo explicamos la sentencia
de Pablo: “Porque es indecoroso que una mujer hable en la
congregación” (v. 35)? ¿Por qué Pablo dio una razón tan general para el
silencio de las mujeres si sólo tuviese el propósito de restringir la
participación de ellas en una cierta clase de discusión?»
e) El verbo de 1.ª Corintios 14:34: “no les está permitido" es en griego epitrepo,
¡y es exactamente el mismo verbo que aparece en 1.ª Timoteo 2:12! —"No
permito"— (conjugado bajo diferente forma, pero el mismo verbo raíz). O sea
que estamos hablando de la misma restricción impuesta a las mujeres en estos
dos pasajes paralelos o análogos. No hablar, no enseñar; y está en relación
también con otro verbo que se repite asimismo en ambos pasajes: aprender:
del griego: manthano en los dos pasajes de 1.ª Corintios 14:35 y 1.ª Timoteo
2:11 (conjugados diferentemente, pero el mismo verbo).
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