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MARCO TEORICO

Johana Aguilera Malagón ID 625631


Diana Milena Amaya Pedraza ID 658169
Duvan Andres Acero Orjuela ID 657199
Cindy Laura Vargas Martin ID 435281

Docente:
Yeimi Paola Sanchez Lopez

Corporación Universitario Minuto de Dios


Facultad de Ciencias Humanas y Sociales
Psicología UVD
Práctica Investigativa NRC: 3785
Agosto del 2020
MAPA CONCEPTUAL

MARCO TEÓRICO

En la etapa de la adolescencia, los estudiantes se ve sumergidos a diversos cambios en

cuales experimentan una transición dejando la niñez para acercarse hacia la etapa de la

adultez, experimentan todo tipo de cambios no solo físicos y emocionales si no a su vez

cada vez más van experimentando y compartiendo varios aspectos relacionados con las

relaciones sociales bien sea en los planteles educativos, entorno familiar, pasatiempos con

amigos, encuentros colectivos, entre otros. 

Todo esto conlleva a que en esta fase surgen preguntas, ciertos miedos de la manera

correcta de actuar y en su mayoría inseguridades especialmente en aquellos estudiantes que

se encuentran en la etapa de culminación comprendidos en la básica media, es decir

próximos a terminar su recorrido por el colegio, esto se puede dar a diversos factores puede

ser temor a dar continuidad a sus estudios superiores, en otros casos la escasa oportunidad
para seguir su desarrollo profesional, temor a ser señalados y juzgados por su condición

corporal status social, racial y un sinnúmero de razones que pueden influir

significativamente.

Las inseguridades que pueden aparecer especialmente en esta etapa se deriva de sucesos

propios experimentados y en cual haremos más énfasis es el que se evidencia en el entorno

educativo, unas de las causa principales es el bullying cómo lo denominan Ávila, Osorio,

Cuello, Cogollo y Causado (2010) habitualmente los niños y adolescentes se han visto

sumamente implicados en situaciones de agresión especialmente en los planteles

educativos. El bullying es denominado cómo un fenómeno el cual incluye todas aquellas

conductas propias que atentan contra la integridad de forma psicológica y física efectuado

por un agresor hacia su víctima (Hoyos, Aparicio & Cordoba, 2005; cómo se citó en Ávila,

Osorio, Cuello, Cogollo y Causado, 2010, pág. 14)

El fenómeno del bullying se presentan varios actores y participantes, según sus

investigaciones en los estudios de la violencia escolar establecen que los maltratadores

típicos son aquellos adolescentes que ejercen cualquier tipo de agresión sobre otros

estudiantes y esta problemática puede presentarse desde una edad temprana, este

comportamiento puede observarse en conductas cómo la agresividad, poco control sobre

sus impulsos y diferentes tipos de conductas poco favorables cómo la negativista-desafiante

y la explosiva intermitente. (Olweus, 2001, Whitney y Smith, 1993, Serrano, 2008, Trianes,

2000; citado en García y Ascencio 2015 pág. 17)

Otro actor en la problemática estudiantil es el joven víctima de la agresión, quien

debido a la presión psicológica ejercida por parte del victimario puede presentar problemas
de desarrollo emocional, social y educativo, además puede exteriorizar su sufrimiento en

entornos ajenos al plantel educativo, es por ello que los adolescentes maltratados tienden a

tener déficit de atención, baja autoestima, deseos de autolesión y en casos más críticos

pueden tomar acciones que los lleven a atentar contra su propia vida.  (Belsey citado en

Hernández y Solano, 2007: 25; citado además en García y Ascencio 2015 pág. 19)

Ahora también se presentan otros actores cómo los son los estudiantes que presencian

la problemática y que cumplen el papel de espectadores del evento, dichos jóvenes son

participantes pasivos del bullying al estar presentes, visualizar o tener conocimiento de las

agresiones de sus compañeros, pero también pueden llegar a ser participantes activos al

momento de replicar las actitudes de los agresores en otros compañeros de clase o incluso

hacia sus propios familiares o amigos cercanos. En consecuencia los actores espectadores

tienen una gran importancia en la violencia estudiantil ya que pueden tomar la decisión de

apoyar el maltrato mediante la burla o al alentar al agresor, cómo también puede tomar la

posición de mediadores del conflicto al descalificar y censurar la agresión. (Elliot, 2008,

Jones, 2008, Frost, 2008; cómo se cita en García y Ascencio 2015 pág. 18)

Las consecuencias del maltrato no intervenido son que el adolescente agresor pueda

seguir teniendo esta conducta agresiva varios años después hasta el punto de tener serios

problemas de adaptación al entorno y a la sociedad, puede también presentar cuadros de

depresión y agresividad desmedida, pérdida de sensibilidad emocional y de empatía por los

demás, miedo a relacionarse o tener confianza en sus allegados y problemas legales con la

justicia cómo riñas callejeras y hurtos entre otros. Ahora las consecuencias para la víctima

son el miedo a permanecer en lugares concurridos o de mayor afluencia de público,

alteración en su hábito alimenticio cómo pérdida de apetito, estrés en circunstancias


normales o de poca presión psicológica, problemas al conciliar el sueño e insomnio,

dificultad para expresar sus emociones y sentimientos y disminución de su autoestima.

(Elliot, 2008; citado en García y Ascencio 2015 pág. 23)

(Piñuel y Oñate, 2007 definen las principales características del bullying en los

adolescentes y explican mediante sus investigaciones como el consumo de sustancias

psicoactivas influye significativamente en la violencia estudiantil. Describen los diferentes

tipos de bullying y los categorizan en agresión física o corporal, daño psicológico y

emocional, esto significa que no solo ocurren ataques de forma física cómo golpes,

empujones y daño a las pertenencias de la víctima por parte del agresor, sino que también

se presenta el maltrato verbal, discriminación, burla, amenazas y humillación social lo que

causa que el adolescente agredido sienta sentimientos de inferioridad, tristeza,

desesperación y deseos suicidas por la agresión psicológica. Citado en Córdova,

Velaszquez & Silva 2015 pág. 105)

Las drogas y las sustancias alcohólicas influyen tanto en las causas cómo en las

consecuencias del bullying estudiantil en secundaria y educación media, el adolescente

agresor puede presentar un cuadro de alcoholismo y consumo de estupefacientes debido

tanto al núcleo familiar quien lo incita a consumir estas sustancias, cómo el entorno social

que rodea su lugar de su vivienda, adicional a que puede ser parte de grupos pandilleros los

cuales lo involucran en el tráfico de estupefacientes cómo la marihuana, el bazuco, la

cocaína y las metanfetaminas, por lo que al consumir estas sustancias alteran su

comportamiento y sentido de razonamiento lógico, lo que los hace susceptibles a tener

cambios bruscos en su conducta haciéndolos agresivos y poco empáticos. (Herrero, 1999,

Kaltiala-Heino et al., 2000; citado en Córdova, Velaszquez & Silva 2015 pág. 107)
Las víctimas por su parte pueden caer en la drogadicción y en la dependencia de las

bebidas alcohólicas cómo consecuencia de recibir maltrato y violencia por parte de los

victimarios, sienten que los efectos fisionómicos y psicológicos y de estas sustancias son un

escape a su sufrimiento y sienten alivio, buscan un escape a las agresiones recibidas y se

convierten en consumidores frecuentes, esto se debe a que debido a la presión ejercida por

parte de agresor el estudiante decide guardar silencio y no contar a sus padres, familiares,

maestros y consejeros estudiantiles sobre el bullying y prefieren buscar otra solución a su

problema, por lo que es pertinente crear conciencia sobre los estudiantes acerca de la

violencia escolar, las consecuencias del consumo de drogas y la ayuda que el adolescente

puede recibir para evitar sucesos lamentables. (Trahtemberg, 2009, Romaní y Gutiérrez,

2010, Luk y King, 2010; citado en Córdova, Velaszquez & Silva 2015 pág. 108)

La escuela es por su naturaleza un espacio de integración y convivencia, pero

también implica  situaciones de  conflicto  entre estudiantes,  conocidas bajo el nombre de

bullying y/o acoso escolar, dicho fenómeno ha tenido un alto índice de difusión

actualmente lo cual no significa que sea algo de reciente aparición, de acuerdo a  (Elliot,

2008; Sabucedo y Sanmartín, 2007 ) “No asistimos a la era del bullying y la violencia

escolar (ya que no se trata de fenómenos nuevos), sino a la era de la conciencia sobre

diversas formas de maltrato entre pares y de violencias en centros escolares que ahora nos

resultan inaceptables”.  (García y Ascencio ,2015).

Para conocer e identificar  las consecuencias psicológicas  resultantes del bullying en

el entorno escolar es necesario señalar que puede manifestarse de dos formas, como lo

describió uno de los pioneros en estudiar este tema, el psicólogo Dan Olweus (1993)

“consideró conveniente distinguir entre el bullying directo, que consiste en ataques abiertos
hacia la víctima, y el bullying indirecto, que consiste en provocar el aislamiento o la

exclusión intencional de un individuo o grupo” (García y Ascencio 2015) ; este mismo

autor  enumero algunas conductas presentes en  el acoso escolar  al  formular  su definición

Olweus (1999) “Decimos que un estudiante está siendo intimidado cuando otro estudiante o

grupo de estudiantes: dice cosas mezquinas o desagradables, se ríe de él o ella o le llama

por nombres molestos o hirientes. Le ignora completamente, le excluye de su grupo de

amigos o le retira de actividades a propósito. Golpea, patea y empuja, o le amenaza”.

(Garaigordobil y Oñederra 2009, p.194)

Las consecuencias  se presentan tanto en quien recibe el maltrato, quien lo ejerce  y

quienes lo observan, entre las que se encuentra la naturalización de estas prácticas,  como lo

señala More (2007) “El sufrimiento de quien recibe, observa o ejerce maltrato puede ser

considerado como natural e inevitable, y esta naturalización de la injusticia y la desigualdad

puede convertirse en la anestesia moral y psicológica que posibilita la instauración de un

código de silencio”. (García y Ascencio 2015)

El acoso escolar no solo representa una afectación para la comunidad educativa,

también tiene implica una transferencia a otros contextos como el familiar y el comunitario,

lo cual puede incluirse dentro de consecuencias de este fenómeno;  ya que de acuerdo 

diferentes estudios se ha conocido que los alumnos agresores mantienen dichos

comportamientos en otros espacios y no son exclusivos de su etapa adolescente, como lo

señalado en (Hernández Prados & Solano Fernández, 2007) “ Los alumnos agresores no lo

son exclusivamente en un lugar sino que manifiestan este tipo de comportamientos en

diversos lugares y momentos de su vida” estos autores  también mencionan que para los

agresores les puede significar “una sobrevaloración de la violencia como mecanismo para
conseguir sus objetivos, distanciamiento de las normas, abuso de poder, y una posible

generalización a conductas pre-delictivas” (López y Ovejero,2018); lo cual sin duda

terminará generando unas consecuencias a nivel comunitario.

Dichas conductas también suelen resultar desfavorables para la construcción de relaciones

personales a futuro, ya que los estudiantes que se han identificado como acosadores suelen

percibir que es una forma adecuada de resolver sus conflictos y por ello mantienen sus

conductas agresivas “La agresividad de los alumnos en la escuela se traslada en ocasiones a

otras relaciones futuras, como la de pareja. Existen estudios que muestran que hay relación

entre la violencia en el ámbito de la pareja y el haber sido acosador”. (Ortega-Rivera,

Sánchez & Ortega, 2010). Citado en (López y Ovejero 2018).

Desde un marco teórico se realizó una encuesta basada en la escala de Cisneros como

herramienta de valoración del Mobbing. Psicothema 2004;4: 615-624., en varios colegios

de la localidad de Ciudad Bolívar en la ciudad de Bogotá, a partir de esta encuesta se buscó

determinar las características y el nivel de acoso escolar que se presentan en la etapa de la

educación básica y media, hallándose un resultado importante de afectación a raíz de las

situaciones de acoso escolar generando un deterioro de la calidad de vida de los niños y

jóvenes. Ya que un niño que es víctima de acoso escolar presenta algunos síntomas como

depresión, miedo, sentimientos negativos y de rechazo, baja autoestima e impulsos

negativos que los llevan a tomar decisiones extremas como el suicidio. (Oñate y Piñuel

(2005) estudian el acoso laboral, pero lo traducen en este ámbito como acoso escolar y lo

definen como “un continuado y deliberado maltrato verbal y modal que recibe un niño por

parte de otro u otros, que se comportan con él cruelmente con el objeto de someterlo,

apocarlo, asustarlo, amenazarlo y que atentan contra la dignidad del niño”. (p.25). citado
en (Cepeda-Cuervo, E., Pacheco-Durán, P. N., García-Barco, L., Piraquive-Peña, C. J.

(2008).

En los últimos años se observa cómo los medios de comunicación señalan el bullying

en aulas de clase como un fenómeno nuevo, algo que se ha ido generando recientemente en

los últimos años; la violencia entre pares, el maltrato hacia los profesores, el maltrato hacia

los alumnos, las burlas y demás temas relacionados con la violencia son una problemática

de toda la vida, ya que siempre se ha generado este tipo de agresiones en colegios en donde

unos son espectadores, otros víctimas y algunos en victimarios.   

“No asistimos a la era del bullying y la violencia escolar (ya que no se trata de fenómenos

nuevos), sino a la era de la conciencia sobre diversas formas de maltrato entre pares y de

violencias en centros escolares que ahora nos resultan inaceptables” (Elliot, 2008;

Sabucedo y Sanmartín, 2007) Estos autores parten de la idea que el bullying es un

fenómeno que se debe tratar desde la concientización al alumno, ya que este es el mismo

causante de la violencia, ya sea por permitirla o por generarla conscientemente. La

violencia escolar entre pares es un tema importante el cual se debe tratar como tal, es algo

que no se debe aceptar por ninguna razón, esta trae consigo temas relacionados con el

desempeño escolar el cual puede verse afectado, o en casos más extremos llegar a

desencadenar el suicidio.   

Olweus (1993) y Heinemann (1972) nos presentan el tema de la intimidación entre

estudiantes, ya que estos realizaron varios estudios en diferentes escenarios escolares en

donde utilizaron como herramienta principal la observación, en donde asociaron el bullying

con el maltrato escolar. Estos se han enfocado en los conflictos que se generan entre
estudiantes, analizando así los factores y las posibles razones por la que ocurren estos tipos

de maltratos, también tienen en cuenta como las escuelas reparten a los estudiantes por

intervalos de edades, definiendo así que este no es el único ambiente donde se puede

presentar maltratos. 

 REFERENCIAS

Alcaráz, A., Altamirano, M., & Zubizarreta, E. (2015). Características de bullying entre

jóvenes estudiantes de secundaria usuarios y no usuarios de drogas. Revista

Intercontinental de Psicología y Educación, 17(2), 103-120.

Ávila J., Jaramillo, L., Vega, K., Fuentes, N. & Martínez, K. (2010). Conducta bullying

y su relación con la edad, género y nivel de formación en adolescentes. Psicogente, 13(23),

13-26.

 López Hernáez, L., & Ovejero Bruna, M. (2018). Percepción de las consecuencias del

bullying más allá de las aulas: Una aproximación cuasicuantitativa. Pensamiento educativo,

55(1).Recuperado de http://pensamientoeducativo.uc.cl/index.php/pel/article/view/1013

 
Montañez, M. V. G., & Martínez, C. A. A. (2015). Bullying y violencia escolar:

diferencias, similitudes, actores, consecuencias y origen. Revista Intercontinental de

Psicología y Educación, 17(2), 9-38. Recuperado de:

https://www.redalyc.org/pdf/802/80247939002.pdf.

Cepeda-Cuervo, E., Pacheco-Durán, P. N., García-Barco, L., Piraquive-Peña, C. J.

(2008). Acoso escolar a estudiantes de educación básica y media. Revista de salud pública,

10, 517-528. Recuperado de: https://www.scielosp.org/article/rsap/2008.v10n4/517-528/

Torres, M. B., & Pérez, C. L. (2017). Factores sociodemográficos y psicosociales que

diferencian la conducta pro social y el acoso escolar en jóvenes. Informes Psicológicos,

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Villota, M. F. E. (2015). El acoso escolar. Saber, ciencia y libertad, 10(1), 219-234.

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