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SUPUESTA VIOLACION

Resolución del Tribunal Constitucional 270


Registro Oficial Edición Especial 63 de 11-jul.-2008
Estado: Vigente

Quito, DM., 23 de junio de 2008

Magistrado Ponente: Dr. Patricio Herrera Betancourt

No. 0270-2007-RA

TERCERA SALA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En el caso signado con el No. 0270-2007-RA

ANTECEDENTES

Jaime Heriberto Cuncho Chillagana y Juan Gabriel Aguinda Tapuy, comparecen ante el señor Juez
Primero de lo Civil de Napo, amparados en el artículo 95 de la Constitución de la República, en
concordancia con el Art. 46 y siguientes de la Ley de Control Constitucional, deducen acción de
amparo constitucional en contra de los señores: Coronel de Policía de estado Mayor Dr. Marco
Antonio Ribadeneira. Machado, Capitanes de Policía, Jaime Vega Salazar y Ricardo Manitio Espinel,
en sus calidades de Presidente y Vocales de Tribunal de Disciplina. En lo principal manifiestan:

Que, el 14 de noviembre la ciudadana de nombres Adela del Rocío Taday Alcocer, presenta
denuncia por supuesta violación ante la Policía Judicial de Napo, alegando que ella habría sido
objeto de violación en el interior de Unidad de Policía Comunitaria (UPC), en el cual ha ingresado por
súplicas de ésta y bajo total efecto del alcohol, ingreso permitido por el primero de los
comparecientes, por una acción humanitaria, según se denotará de las investigaciones que ha
emprendido el Ministerio Público. Que se ha realizado una investigación preprocesal respecto de la
denuncia en el Ministerio Público, dentro de la cual colaboraron en las investigaciones sometiéndose
a exámenes a fin de comprobar la inocencia. Que la denunciante a los pocos días desistió de su
denuncia. Que para justificar las aseveraciones puestas en el conocimiento de la Policía, se ha
practicado un examen médico en el Hospital de Baeza, documento en el cual la Especialista
manifiesta que no existe espermatozoides a las escasas horas en que se habría producido dicha
presunta violación. Que la supuesta víctima de la agresión sexual ha demostrado un total desinterés
en el esclarecimiento veraz de la denuncia, ante la actitud demostrada, conforme consta del oficio
No. 581-2006 de fecha 16 de diciembre de 2006, remitido por la señora Agente Fiscal Distrital de
Napo, al señor Jefe Provincial de Policía Judicial de Napo.

Indican que a consecuencia de la denuncia presentada en contra de los actores se procedió a


realizar las investigaciones en los departamentos propios de la Institución Policial como lo es la
Jefatura de Asuntos Internos, la que emite informe No. 2006-055-DAI-CP-20, con el cual vulneró la
presunción de inocencia al darse probados los hechos vertidos en el informe investigativo, en base a
lo cual se conformó el Tribunal de Disciplina que finalizó causando daño grave. Que dicho Tribunal
afirma que la conducta de los recurrentes se adecua a los numerales 15 y 32 del Art. 64 del
Reglamento de Disciplina de la Policía Nacional. Que el acto administrativo contenido en la
resolución del Tribunal de Disciplina vulnera el Art. 272 y 24 numeral 2, 7, 13; y, 35 de la
Constitución Política del Ecuador. Por lo expuesto solicitan se suspenda definitivamente los efectos
del acto administrativo materia de la acción, sin que conste en hoja de vida de la institución.

En la audiencia pública señalada para el efecto, los actores por medio de su abogado defensor, en lo
principal manifiestan que se ha inobservado el debido proceso, pues se subroga atribuciones del
Tribunal de Disciplina al sancionar por faltas de tercera clase, sin existir mérito legal suficiente para

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establecer la existencia del mismo, sin tener indicios, ni evidencias mínimas, se aduce haber
adecuado la conducta en lo establecido en los numerales 15 y 32 del Art. 64 del Reglamento de
Disciplina, pasando por alto la presunción de inocencia. Que el hecho de tener un juicio en trámite no
es prueba plena de mala conducta anterior, hasta que se dicte sentencia que declare la
responsabilidad, máxime, si se considera que debe respetarse el principio constitucional de que a
toda persona se le presume inocente hasta que no se declare su culpabilidad (Resolución 14-IX-88,
Prontuario 1. Pág. 205). Al haberse basado el Tribunal de Disciplina exclusivamente en conjeturas,
todas de carácter subjetivo, teniendo como fundamento siempre, la denuncia presentada en contra
de los recurrentes, se constituyó el único motivo por el cual se les sancionó, en total desacato de las
normas del debido proceso, en contraposición al Art. 124 del Código de Procedimiento Penal común,
norma supletoria aplicable al caso, que manifiesta que: "El testimonio propio no tendrá valor como
prueba de culpabilidad, si de las demás pruebas no aparece demostrada la existencia de la
infracción". Que no existieron indicios ni mucho menos hubieron presunciones, jamás se podían
tener certeza de supuesto accionar indebido de los recurrentes. Se afirma y ratifica en los
fundamentos de hecho y de derecho de la acción de amparo constitucional.

Por su parte, las autoridades accionadas por intermedio de su abogada, en lo principal dice que la
actuación del Tribunal de Disciplina se fundamentó en el Art. 81 de la Ley Orgánica de la Policía
Nacional y 130 de su Reglamento. Que se efectuó las diligencias probatorias dentro del informe
investigativo y de la posterior ampliación dentro de la cual consta recepción de versiones de los
testigos, se determinó que los actores cometieron faltas disciplinarias de tercera clase. En la
resolución con claridad se enuncian los hechos y razones jurídicas que determinaron la decisión del
Tribunal de Disciplina conforme el resultado del procedimiento previo que es la investigación. Que no
existe derechos constitucionales vulnerados. Por lo expuesto solicita que se rechace la acción de
amparo constitucional.

El señor Juez Primero de lo Civil de Napo, resuelve inadmitir el amparo constitucional propuesto;
resolución que es apelado por los actores para ante el Tribunal Constitucional.

Con estos antecedentes, para resolver, la Sala realiza las siguientes

CONSIDERACIONES:

PRIMERO.- La Sala es competente para conocer y resolver el presente caso de conformidad con lo
que disponen los artículos 95 y 276 número 3 de la Constitución, en concordancia con lo dispuesto
en el artículo 62 de la Ley del Control Constitucional. Por otra parte, la presente acción ha sido
tramitada de conformidad con el ordenamiento jurídico constitucional y legal vigente.

SEGUNDO.- La Norma Suprema del Estado, al regular la institución del amparo constitucional se
aparta de otros ordenamientos constitucionales y, lo consagra como un mecanismo fundamental y no
residual de defensa de los derechos constitucionales protegidos. Busca, por tanto, evitar que los
ciudadanos sufran daños que no se encuentren jurídicamente obligados a soportar, estos se
inscriben, perfecta y lógicamente, con el fin de garantizar la vigencia efectiva de los derechos
constitucionales, por lo cual no es necesario que se agoten las instancias administrativas o judiciales
de forma previa a la presentación de una acción de amparo, ni es necesario tampoco que los daños
o los efectos de las acciones u omisiones ilegítimas puedan ser reparados en estas instancias. Para
su precedencia se requiere la concurrencia simultánea y unívoca de los siguientes elementos: a) que
el acto u omisión de la autoridad pública sea ilegitima; b) que vulnere o esté por vulnerar uno o más
derechos constitucionales; y, c) que cause o vaya a causar un daño grave e inminente.

TERCERO.- Es pretensión de los accionantes que se suspenda definitivamente los efectos de la


Resolución del Tribunal de Disciplina que impone 60 días de arresto; y, por lo mismo, se ordene que
sea eliminada en la hoja de vida institucional la mencionada sanción (Fojas 1 a 10 del expediente de
instancia).

El antecedente que sirvió para adoptar la resolución que se impugna fue por el hecho de la denuncia

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presentada por la ciudadana Adela del Rocío Taday Alcocer, en contra de los actores, por supuesto
violación en el interior de Unidad de Policía Comunitaria (UPC), por lo que se procedió a realizar las
investigaciones correspondientes en los departamentos propios de la Institución Policial - Jefatura de
Asuntos Internos-, la que emitió informe No. 2006-055-DAI-CP-20, indicando que la denunciante
habría sido objeto de violación en el interior de Unidad de Policía Comunitaria (UPC).

CUARTO.- A fojas 13 del expediente consta el oficio No. 581-2006, suscrito por la Abogada Bella
Abata Reinoso, Fiscal Distrital de Napo, que dice:
"Dando contestación a su requerimiento en relación al estado del trámite de denuncia presentada por
Adela del Rocío Taday Alcocer, contra los Policías Jaime Curicho Chillagana y Juan Gabriel Aguinda
Tapuy, debo indicar que está dictada la indagación previa No. 581-2006 FI y ordenado un examen de
ADN con las muestras de la supuesta víctima, diligencia que no se ha realizado por cuanto la
denunciante ha demostrado desinterés pese a las insistencias de la Fiscalía.

Los policías han colaborado eficientemente para la práctica de la diligencia, dando sus muestras de
sangre, de los cuales no se arroja ningún resultado por la falta de colaboración de la Sra. Adela
Taday Alcocer".

A fojas 24, consta el escrito presentado el día jueves 28 de diciembre del 2006 por la denunciante
Taday Alcocer, dentro de la indagación previa que se sigue en la Fiscalía Distrital de Napo, en el que
dice: "SEÑORA FISCAL DISTRITAL UNO DE NAPO: ... De conformidad con lo previsto en el Art. 63
del Código de procedimiento Penal y por razones de índole familiar y económica RENUNCIO al
derecho de proponer acusación particular y continuar impulsando el proceso en contra de los
implicados en esta causa, Policías: CURICHO CHILLAGANA JAIME H. y JUAN G. AGUINDA
TAPUY. Consecuentemente señora Fiscal, dígnese desestimar la denuncia y ordenar el archivo del
expediente... Firma con su abogado patrocinador".

En el mismo escrito en referencia, los implicados dicen:

"LOS COMPARECIENTES QUE FIRMAMOS A CONTINUACION, LIBRE Y VOLUNTARIAMENTE


ACOGEMOS LA RENUNCIA QUE ANTECEDE Y PROMETEMOS NO EJERCER EN LO
POSTERIOR NINGUNA ACCION LEGAL EN CONTRA DE LA DRA. ADELA DEL ROCIO TADAY
ALCOCER, EN VIRTUD DE LO ESTAMOS DE ACUERDO CON QUE SE DISPONGA EL ARCHIVO
DE LA DENUNCIA". Firman conjuntamente con sus abogados defensores: Lauro Miranda y
Edmundo Mejía Pérez.

QUINTO.- El Tribunal de Disciplina de la Policía Nacional sanciona a los accionantes, por las
supuestas faltas tipificadas administrativamente en los numerales 15 y 32, del artículo 64 del
Reglamento de Disciplina de la Policía Nacional, que en su orden señala:

"Constituyen faltas atentatorias o de tercera clase:

15. Quien omitiere información al superior en la comisión de un delito que comprometa la


responsabilidad del Estado o ponga en serio peligro el prestigio y la moral institucional, sin perjuicio
de la acción penal que tuviere lugar como cómplice o encubridor".

32. Introducir personas de cualquier sexo a las unidades o más dependencias policiales con fines
deshonestos".

De acuerdo al texto y el espíritu de la norma transcrita (numeral 15), es condición sine qua non,
informar la comisión de un delito, entonces cabe preguntar ¿cuál fue el delito que omitieron informar
los accionantes?. Es indudable que la existencia o no de un delito, cualquiera que sea, se determina
solamente, previo el proceso penal correspondiente, en sentencia para que tenga sus efectos; si aún
no se determina el delito, no se puede sancionar por omisión de información del supuesto delito, es
decir, si no ha ocurrido así, no existe, y si no existe no puede ser atribuida a ninguna persona ni
generar ningún tipo de efectos jurídicos. En consecuencia, al no cumplir este presupuesto, la

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actuación del Tribunal de Disciplina vulnera la seguridad jurídica, toda vez que actuaron de manera
precipitada e ilegítima.

SEXTO.- La Constitución Política de la República establece los principios y derechos básicos que
debe respetarse a todo ciudadano. Entre ellos, el debido proceso, contenido y desarrollado en varias
normas del Art. 24.

El Art. 24 numeral 7 de la Constitución Política de la República dice: "Se presumirá la inocencia de


toda persona cuya culpabilidad no se haya declarado mediante sentencia ejecutoriada". (Enfasis
añadido)

El contenido de esta norma implica que las personas no pueden ser consideradas culpables si una
sentencia judicial, tramitada luego del correspondiente procedimiento en el que el acusado haya
tenido las suficientes garantías básicas de defensa, no lo ha declarado en tal sentido. Es principio
fundamental del derecho que la carga de la prueba recaiga sobre el acusador, que bien puede ser
una persona particular o el propio Estado. Invertir la carga de la prueba significaría que todo
imputado deba desvirtuar las acusaciones realizadas en su contra, lo cual generaría desorden
jurídico y podría ser motivo de arbitrariedades graves en contra de quien, por principio, debe ser
considerado inocente durante cualquier procedimiento. Invertir la carga de la prueba significa pues,
que la persona será considerada culpable desde el momento en que se la acusa de un ilícito, y que
por lo tanto ella debería comprobar su inocencia, rompiendo así con el principio fundamental de la
presunción de inocencia.

En la especie, todas las autoridades administrativas que investigaron y sancionaron a los amparistas
hicieron referencia a que los acusados no habían podido desvirtuar, las acusaciones realizadas en
su contra, es decir, pretendían invertir la carga de la prueba considerándolos culpables desde un
principio, y pretendiendo con ello que ellos demuestren su inocencia. Resulta difícil entender a este
juzgador como es que los órganos sancionadores pretenden que personas imputadas de un
supuesto ilícito de violación, demuestren que tal no existe o que no fueron ellos quienes violaron. Por
el contrario, es la autoridad la que debe demostrar que efectivamente se ha producido tal violación y
que son los acusados, con prueba fehaciente, autores, cómplices o encubridores de tal delito.

Cuando la Fiscal informa que no se ha podido realizar diligencia alguna por cuanto la denunciante ha
demostrado desinterés en la causa (fojas 13), es muy claro que no existe indicios, peor presunciones
que pueda determinar la responsabilidad de los sindicados, y que ni siquiera existe prueba de la
existencia del supuesto delito. No obstante, la resolución de Asuntos Internos de la Policía Nacional,
asegura que la situación de los acusados efectivamente incurrió en violación. Lamentablemente, la
autoridad administrativa, ni siquiera hizo referencia a la providencia judicial, aunque sólo hubiese
sido para desvalorizarla.

Es pues, también principio del derecho que la duda beneficiará al acusado, puesto que la prueba en
su contra debe ser fehaciente; e inclusive es principio de interpretación constitucional el principio pro
homine contenido en el Art. 18 inciso segundo de la Constitución que dice: "En materia de derechos
y garantías constitucionales, se estará a la interpretación que más favorezca su efectiva vigencia", lo
cual no fue materia de pronunciamiento del juzgador administrativo, puesto que tales principios ni
siquiera fueron considerados.

SEPTIMO.- Si bien es verdad que el derecho penal como el derecho disciplinario difieren por los
bienes que protegen, pues en tanto el primero protege bienes o valores sociales; el segundo lo hace
respecto de bienes o valores de la institución que lo procesa y sanciona, motivo por el cual el
Tribunal Constitucional se ha pronunciado con anterioridad que el establecimiento de dos procesos,
penal y disciplinario, a una misma persona, no es razón suficiente para considerar que se la está
juzgando más de una vez por la misma causa; el caso que nos toca conocer es diferente, puesto que
el hecho que se intenta probar en ambas causas es la misma, a saber, la supuesta violación a una
ciudadana que fue ingresada por el policía ahora accionante al interior de la Unidad de Policía
Comunitaria, lugar donde supuestamente se produjo el ilícito denunciado.

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Si la señora Agente Fiscal de Napo indica que no se puede establecer el delito imputado a los
actores, no es aceptable que la autoridad administrativa sin ninguna prueba extra, puesto que
además en dicha indagación ni siquiera declaró la supuesta afectada, determine que sí existe
violación y responsabilidad de los imputados. Hay casos que hacen depender al derecho disciplinario
del derecho penal, y no viceversa por la rigidez de las pruebas que diferencian al segundo del
primero, y fundamentalmente son aquellos que se concretan en la acusación de un delito, como
ocurre en la especie.

En este caso, en el que el posible acto se cometía contra una ciudadana y no directamente contra la
institución, el justificativo para aplicar el derecho disciplinario para sancionarle con arresto de 60 días
a los actores era omitir información al superior de la comisión de un delito que comprometa la
responsabilidad del Estado y la practica de fines deshonestos por parte de sus miembros, pero ella
se configuraba en concreto por una supuesta violación, es decir, sin que haya podido calificar al acto
como tal, por lo que se desvanece el hecho de la violación. Cuando ésta proviene del posible
cometimiento de un delito, la sanción solamente se puede producir por sentencia condenatoria.

OCTAVO.- El Art. 16 de la Constitución Política de la República dice: "El más alto deber del Estado
consiste en respetar y hacer respetar los derechos humanos que garantiza esta Constitución".

El Estado, conformado por diversos órganos e instituciones, tiene como deber primordial el respeto
de los derechos humanos. Al juzgar el posible cometimiento de un delito el Estado ya está actuando
por medio de un órgano y una institución específica prevista para aquello. ¿Qué seguridad por el
respeto de los derechos humanos está brindando el Estado si otra institución, sin ser superior de
aquella, dice lo contrario, sin haber practicado ninguna prueba nueva y con el argumento que el
acusado no ha desvirtuado la acusación formulada en su contra?

El Art. 186 de la Constitución Política del Estado dice:

"Los miembros de la fuerza pública tendrán las mismas obligaciones y derechos que todos los
ecuatorianos, salvo las excepciones que establecen la Constitución y la ley.

Se garantizan la estabilidad y profesionalidad de los miembros de la fuerza pública. No se los podrá


privar de sus grados, honores ni pensiones sino por las causas y en la forma previstas por la ley".

En primer lugar se debe decir que cuando la Constitución se refiere a la ley, nunca se lo debe
interpretar en el sentido que únicamente las normas legales regularán una determinada situación,
sino que tales normas legales desarrollarán el contenido de los principios constitucionales, y por
tanto, la primera norma que rige cualquier situación social, económica o cultural que se presente en
la sociedad, es la Constitución.

Por tanto, cuando la Constitución se refiere a los derechos y obligaciones de los miembros de las
fuerza pública, debe entenderse que como ciudadanos gozan de todos los derechos fundamentales,
y las excepciones solamente pueden constar en la propia Constitución, y ello, además, solamente
será aceptable siempre que no se afecte la dignidad de la persona necesaria para su pleno
desenvolvimiento moral y material.

El derecho de los miembros de la fuerza pública a gozar de. estabilidad en sus cargos es tan
fundamental como el de cualquier ciudadano a gozar de estabilidad en sus trabajos. Se vulnera tal
derecho si la autoridad administrativa no, tiene razones suficientes para sancionar a sus miembros.

NOVENO.- En virtud, este juzgador considera que la violación de los derechos fundamentales
ocurrida en esta causa reviste seria gravedad, v negarla significaría dejar un mal precedente en
cuanto a la aplicación del derecho de presunción de inocencia y a la forma de interpretar en una
determinada situación el principio de inocencia, además de que no se haría una correcta lectura de
la importancia de proteger los grados en la fuerza pública y en general del trabajo en las instituciones

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del Estado, este juzgador constitucional considera pertinente y oportuno conceder la presente acción
a favor de las aspiraciones de los actores.
El acto impugnado es ilegítimo, por cuanto vulnera el derecho a la estabilidad reconocido a los
miembros de la Fuerza Pública, como es el caso de la Policía Nacional, consagrado en el artículo
186. inciso segundo de la Constitución Política del Estado, ocasionando una daño inminente a más
de grave, puesto que, los afectados, a posteriori, serán dados de baja de la Institución Policial.

DECIMO.- La acción de amparo constitucional tutela los derechos de las personas y se orienta a
cesar, evitar o remediar las consecuencias del acto ilegítimos de autoridad que vulneren derechos y
causen o puedan causar daño. La situación jurídica de los recurrentes en el presente caso,
constando la sanción en la hoja de vida de los accionantes, corresponde remediar las consecuencias
del acto, esto es, eliminar la sanción de la hoja de vida que mantienen en la Institución Policial, los
accionantes.

Por las consideraciones que anteceden la Tercera Sala del Tribunal Constitucional, en uso de sus
atribuciones constitucionales y legales,

RESUELVE:

1.- Revocar la resolución venida en grado; y, en consecuencia conceder el amparo constitucional


solicitado por los señores Policía Nacional Jaime Heriberto Cuncho Chillagana y Juan Gabriel
Aguinda Tapuy, en los términos mencionados en el considerando décimo de esta resolución.
2.- Devolver el expediente al Juez de origen para los fines previstos en los artículos 55 y 58 de la Ley
de Control Constitucional.- Notifíquese y Publíquese".

f.) Dr. Hernando Morales Vinueza, Presidente Tercera Sala.


f.) Dr. Manuel Viteri Olvera, Vocal Magistrado Tercera Sala.
f.) Dr. Patricio Herrera Betancourt, Vocal Magistrado Tercera Sala.

RAZON.- Siento por tal que la resolución que antecede fue emitida por los doctores, Hernando
Morales Vinueza, Manuel Viteri Olvera y Patricio Herrera Betancourt, Vocales Magistrados de la
Tercera Sala del Tribunal Constitucional, quienes suscriben a los veinte y tres días del mes de junio
de dos mil ocho.- Lo certifico.

f.) Dr. Jaime Pozo Chamorro, Secretario Tercera Sala.

TRIBUNAL CONSTITUCIONAL.- TERCERA SALA.-Es fiel copia del original.-

Quito, a 2 de julio del 2008.-

f.) Secretario de la Sala.

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