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MONOLOGO - RUTH

CUIDADO DE LA TIERRA

En esta oportunidad hablare sobre el cuidado de la tierra, ya que como


sabemos la contaminación ambiental es la mayor amenaza en contra del
planeta y del bienestar de quienes lo habitan, este problema viene de tiempo
atrás, causado por la actividad humana y su irresponsabilidad.

Estoy más que segura que a lo largo de la historia, la humanidad ha ido


ampliado su sentido de pertenencia, desde el formar pequeñas
comunidades cerradas hasta llegar a nuestro mundo globalizado, en el
que somos conscientes de que formamos una sola familia humana, familia que
hoy en día no hace más que destruir su casa, nuestro refugio nuestro hogar.
El cuidar nuestra casa es muchas veces un desafío, ¿Por qué?: es un
desafío ya que consiste en profundizar este sentido de comunidad universal,
extendiéndolo no solo a toda la humanidad, sino también a todos los seres
vivos e inertes. Seres vivos que con nuestras acciones no hacemos más
que llevarlos a su extinción, hay animales hermosos que son
simplemente borrados y cazados en su hábitat solo para disfrute de otras
personas o muchas veces por dinero, estos hechos son los que nos
alejan mas de nuestra humanidad, ¡SOMOS LOS ASESINOS DE NUESTRA
PROPIA TIERRA, HASTA LOS ANIMALES DEMUESTRAN MAS
HUMANIDAD QUE NOSOTROS MISMOS!
No podemos dejar pasar tampoco los desastres ecológicos nos muestran que
es hora de considerar al medio ambiente como parte de la comunidad universal
a la que pertenecemos, antes de que sea demasiado tarde.
“La pregunta clave es: ¿Qué tan grande es nuestra familia? ¿Cuán amplio es el
alcance de nuestra pertenencia? ¿Podemos extender nuestra atención y
preocupación hasta abrazar a todos los miembros de la familia de la Tierra,
humana, animal y plantas, a quienes todavía consideramos extraños?
Un monje famoso, David Steindl-Rast, dijo: “La supervivencia de todos
nosotros bien puede depender de nuestra respuesta”. Hay veracidad en
cada una de sus palabras, dependemos de una respuesta rápida y certera para
parar con este caos ambiental que ocasionamos nosotros mismos.
Cada uno de nosotros, desde su lugar, puede practicar este “cuidado de la
Tierra” con pequeños gestos, y motivar a otros a hacer lo mismo. Así
ayudaremos a crear conciencia, la conciencia de que somos hijos y parte de la
Tierra, y que cuidar de ella es salvaguardar nuestra propia vida.
Ojala que algún día de estos la naturaleza decida hacerlo y nosotros reaccionar
ante lo que estamos haciendo. A veces me doy cuenta de todo lo que, como
raza humana, hemos causado, muchas veces, a decir verdad en mis noches de
insomnio me pongo a pensar y digo ¿Cuándo será el ultima día de vida de la
tierra? y después de recordar las noticas que veo día a día suelo responderme:
Dios, estemos a un paso de morir, vamos a querer hacer algo pero va a ser
muy tarde ya que eso es irreparable solo nos quedaría esperar lo peor que es
la muerte ya que no tendremos comida, agua y oxigeno. Y luego el sueño
invade mi cuerpo.
¿Porque si nuestro planeta es el que nos da vida, nosotros le damos muerte?
Gran pregunta que me hago día a día, porque matar a nuestra casa, acaso
tenemos una de repuesto, LA RESPUESTA ES NO.
Tenemos que cuidarla pero creo que ya es demasiado tarde cada vez va
empeorando hay claros ejemplos como un loco clima, las zonas polares están
a punto de desaparecer; todos nosotros no tomamos conciencia de lo que
estamos haciendo, no tenemos piedad con nada ni nadie. Antes todo a nuestro
alrededor era maravilloso y ahora nuestro alrededor es nada mas y nada
menos que basura. Nosotros tenemos absolutamente todo y poco a poco lo
matamos. Tenemos que evitar esto por nuestro bien porque ¿si no lo
hacemos ahora entonces cuando? ¿Cuando ya no tengamos nada de
animales, nada de áreas verdes, nada de lo que es maravilloso en nuestro
planeta?
Un claro ejemplo de la falta de consideración a nuestra tierra es llevar a
algunas a especies a la extinción. En nuestro departamento una especie corre
ese grave peligro y es el OSO DE ANTEOJOS, esta especie de oso es la única
en Sudamérica y es endémico de los Andes tropicales. Antiguamente se les
consideraba un mediador entre el mundo de los vivos y el de los muertos, otras
de las razas indígenas lo consideraba el creador de la vida. El oso de anteojos
es continuamente amenazado como es posible que debido a cambios en el uso
de su hábitat por parte de personas inescrupulosas este se vea en riesgo, se
dice que del oso de anteojos los cazadores usan su cuerpo para medicina
tradicional y rituales, si asi como escuchamos rituales que no son mas que
creencias paganas y gente que cree que eso va a sanar sus males o mejorar
su vida, charlatanes, no ven que están llevando a la extinción a una especie
que nos representa, pero donde, donde están nuestra autoridades, acaso no
les importan.
Es difícil sentir que no puedo ahora hacer nada, difícil como mi voz no será
escuchada, difícil sentir tanta impotencia cuando veo a la gente tirar la basura,
botar animales o indefensos a la calle, ensuciar el ambiente con su incendios,
el humo de sus automóviles, acaso no tenemos el intelecto como para razonar
y ver que estamos yendo por el camino de la destrucción.
Y ahora, en la actual situación en la que nos encontramos, me siento y me
pregunto: ¿Podría ser que el Covid 19 sea una creación de la potencia mundial
de China para frenar la sobrepoblación en el mundo? ¿Sera este virus un
mandato divino para que tomemos conciencia y reevaluemos nuestra forma de
vida? . Son tantas y tantas las interrogantes que surcan mi mente y la llenan de
confusión, a mi corta edad siento que todos vamos a desaparecer, siento el
vacio al no saber que pensar o que acciones tomar para frenar la extinción del
planeta.
En algunos momentos de soledad he llegado a pensar de que esta pandemia
fue un mal necesario, aunque los más débiles se vieron vulnerables también
sirvió para que tomemos conciencia de que así como tenemos la potestad para
hacer lo que queramos en esta tierra también ella misma tomara medidas
extremas para frenar la enfermedad que esta sobre ella que somos nosotros
acabando con nuestro mundo.
Apuesto que ese virus ahora desde donde reside, dentro de cada ser humano,
no mira y nos dice: Heyyy, gracias a mí, durante un tiempo indefinido, no
trabajaras más, tus hijos no irán a la escuela y, no obstante, esto será todo lo
contrario a unas vacaciones. Las vacaciones, ese momento de relax antes del
retorno previsto a las clases. Pero allá, en lo que se abre ante nosotros, gracias
a mí, no hay más tiempos delimitados: se trata de una inmensa apertura. Yo los
he vuelto inoperables.
Y sigue riéndose de nosotros, todo este disparate rentable puede quizás
desaparecer.
¿No es un poco suicida, en fin, vivir aquí donde ni siquiera puede cultivarse un
huerto? Quien no tenga dinero no dejará de comer, y quien esté armado tendrá
pan.
El desastre cesa cuando cesa la economía. La economía es la devastación.
Esto era una simple tesis. Ahora es un hecho. Nadie puede ignorar que serán
precisas policía, vigilancia, propaganda, logística y teletrabajo para reprimirlo.
De cara, no cedas ni al pánico ni a la denegación.
Ahora con este virus en la tierra sentimos que las puertas de la Muerte estarán
abiertas de par en par. La injusticia de este mundo jamás será tan
escandalosa. Es una civilización, y no nosotros, a quien viene a enterrar.
Aquellos que quieran vivir deberán proveerse de nuevos hábitos que les sean
propios. Evitarme ha de ser la ocasión de esta reinvención, de este nuevo arte
de las distancias.
El arte de saludarse, en el cual algunos miopes han querido ver la esencia
misma de la institución, pronto no obedecerá más a ninguna etiqueta. Dará
sentido a los seres. No hagamos esto “por los otros”, por “la población” o por
“la sociedad”, hacerlo por los nuestros. Cuidemos de nuestros amigos y de
nuestros amores.
Repensar con ellos, soberanamente, una forma de vida justa y limpia para
nuestro planeta.
Formemos grupos en torno a una buena manera de vivir; escuchemos
mutuamente, y no habrá nada contra nosotros. Esto es un llamamiento a la
atención, no al retorno masivo de la disciplina.
No es una condena de toda la despreocupación, pero sí de toda negligencia.
¿Qué más puedo recordarnos para insistir en que la salud está en cada gesto?
Que todo, sobre todo la ligereza, se encuentra en lo más ínfimo.
He tenido que rendirme a la evidencia: la humanidad solo se hace las
preguntas que ya no puede no hacerse.
La naturaleza está en crisis, amenazada por la pérdida de hábitats y
biodiversidad, el calentamiento global y la contaminación. Si no
actuamos, le fallaremos a la humanidad. Abordar la nueva pandemia de
coronavirus y protegernos de futuras amenazas mundiales requiere una
gestión segura de los desechos médicos y químicos peligrosos; un
manejo sólido de la naturaleza y la biodiversidad; y un claro compromiso
de «reconstruir mejor», crear empleos verdes y facilitar la transición hacia
economías neutras en carbono. La humanidad depende de la acción
inmediata para un futuro resiliente y sostenible.
Ojala y cambien su opinión acerca de contaminar.
¡CUIDA TU HOGAR, CUIDA EL PLANETA! 

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