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El Sutra Del Loto PDF
El Sutra Del Loto PDF
( • ) P u b li c a d » ! p o r I t u t o ri a l Klar
SAMUEL
WOLPIN
SUTRA
PRIMERA EDICION
Ya al hindú ¡amo prebudista
consideraba q ue los seres
poseedores d e ciertas seriales,
identificaban una superioridad
espiritual. La lista de estos indicios,
extraída d e textos canónicos, figura
en la n ota 79 de esta obra, mientras
que las proporciones del rostro del
Bude pertenecen a una pintura thangka
ti batana.
DEL LOTO
Versión anotada del
SADDARMA PANDARIKA SUTRA
Prólogo de
ISMAEL OUILES
E p ílo g o de
WALTER TESSNER
EDITORIAL
KIER s.a.
AVDA. SANTA FE 1260 (1059) BUENOS AIRES
OTOJ
diciones en español
editorial Kier, S.A. ■Buenos Aires
A ñ o :1987
Drrector de pruebas
arlos Soler
apa:
aldetiari
3BN: 950-17-1022-X
ueda hecho el depósito que marca la ley 11.723
>1987 by Editorial Kier. S.A, - Buenos Aires
npreso en la Argentina
rinted m Argentina
Agradecimiento:
Al profesor Esteban H. Gómez,
cuya ayuda significó una sensible mejora
en el estilo de la versión.
PREFACIO
(Alan W. Watt*)
13
Quizás el quid de la cuestión no es —como también sucede
en otros terrenos- la cantidad de lo que se escribe sino la ca
lidad; pero, de todos modos, es totalmente utópico pensar
que la letra impresa pueda descartarse. En una oportunidad
anterior4* se mencionó lo insensato que sería dejar de lado la
lectura de textos sagrados en un periodo como el presente
cuando ha declinado la Verdad y en un mundo como éste don
de los Maestros e iluminados, que puedan orientar a los hom
bres, son casi inhallables. Pauwels y Bergier —en "El retorno
de los b r u j o s dijeron que la cantidad de sabios es cons
tante en todas las épocas de la Historia, lo cual parece ser
cierto. También se podría alegar que la Sabiduría —no los
conocimientos o la erudición— de un Maestro contemporá
neo no es inferior a la de uno del pasado, posibilidad que
asimismo tiene visos de ser así. De ello se podría deducir que
el hombre actual estaría en las mismas condiciones que un
congénere de la Grecia clásica, o uno de la China durante
la dinastía Cbou, cumbres de la filosofía Occidental y Orien
tal respectivamente. Pero sucede —y esto difícilmente se po
dría rebatir- que los sabios se han cansado de la sordera de
la sociedad y hoy por hoy rehuyen el consorcio humano: me
ditan en sus bosques y grutas espirituales, aunque a lo mejor
no dejan de ir todos los días al mercado. Lo que ciertamente
han hecho es dejar de ofrecer su “ mercadería”, para referirlo
en términos de una sociedad de consumo. La clave vuelve a ser
la del camino correcto, es decir, cuando Mahoma va a la mon
taña y no a la inversa.
“Cuando usted conozca la Verdad —sentencia Paul Brun-
ton8- sabrá exactamente qué debe hacer para servir mejor a
Suda, registrada en m is de 5.000 volúmenes que nos fueron legados y
preservados en el decurso de m is de 2.600 años, atravesando las barreras
nacionales y raciales del mundo". Por último, vale citar el esfuerzo reali
zado por el monje japonés Tetsugen (1630-1683) quien formó una colec
ción de textos budistas abarcando 6.956 volúmenes,
16
nes —quienes son hombres de discernimiento espiritual— aban
donan este mundo, sus obras quedan en manos de discípulos
inmaduros que rara vez se convierten en Maestros; eso sig
nifica que no pueden señalar cuál es el Camino que lleva a la
Verdad. Por eso las adquisiciones externas son más efímeras
que las internas; por eso la fe puesta en uno mismo es más
confiable que la depositada sobre otros. Se puede ser devoto
de cualquier creencia, frecuentar cualquier escritura sagrada,
pero sin conocerse a si mismo nadie puede crecer espiritual-,
tnéñier^
Todo lo dicho lleva a considerar “El Sutra del Loto” como
un valioso compendio de filosofía y el más preciso indicador
de la práctica budista, circunstancias que se analizarán en el
Estudio preliminar. Pero, a pesar de la magnitud de sus cuali
dades, el Sutra no es todo; es sólo una parte, tal como bien
lo dice la frase de Alan W. Watts que titula este Prefacio:
"Es imposible mojarse en la palabra agua". Es necesario su
mergirse en el agua misma9. El Sutra del Loto para los budis
tas es la balsa de la Doctrina, el vehículo requerido para cru
zar de la orilla de la ignorancia y la esclavitud a la del cono
cimiento y la liberación. Pero si la balsa no es puesta a nave
gar, no va a conducir a ninguna parte.
S. W.
9 Kyogen —fine* de la dinastía Tang, siglo V d.C.— dijo que nadie po
< dría saciar su hambre con el retrato de una torta.
17
ESTUDIO PRELIMINAR
1 Fundada por C hihi, esta encueta habla de una triple verdad: 1) la ver
dad de que todas las cosas pertenecen al Vacío, porque constituyen ele
mentos dependientes en el flujo de las causaciones y, por ende, no son
cosas en sí mismas; 2) la verdad de que las existencias fenoménicas de
todos los tipos son sólo producciones transitorias y, en consecuencia
sólo son el V acío, no reales o existentes por sf mismas; 3) la verdad de que
todo implica todo lo d em is. de que todo e s uno y que algo de cada cosa
constituye la base de su ser, siendo este algo la naturaleza búdica. A raíz
de este último punto, la escuela sostiene que existe una "salvación para
todos", pero no mediante la producción o la destrucción de las caracte
rísticas o de las cualidades de cualquier cosa. La doctrina se basó en
"El Sutra del L o to " y por ese motivo recibió el nombre de "Escuela del
Loto". En China se la relaciona con la "Secta de la Tierra Pura" y fue
llevada al Japón, en el año 804 d.C., por Degyo Daishi (Diccionario Zen).
3 La principal doctrina de este Sutra es la de la ley-naturaleza (dharma-
dhotu)dal Universo, que considera a los objetos y a las energías com o so
metidos a una ley. en virtud de la cual todo es coexistenle e interdepen
diente.
1 A/tama = conocim iento que se obtiene por la experiencia o que se
apoya en la autoridad y la tradición.
4 grajdaparamita (Perfección de la Sabiduría), una de las nueve divi
siones del Canon Sánscrito. Constituye aproximadamente el 20% de los
volúmenes aceptados por el budismo Mahuyana.
18
5. Los ocho años que incluyen "El Sutra del L oto" y el
Mahaparinirvanas .
Ismael Quiles* señala que en los discursos del Buda se advier
ten tres tendencias, que posteriormente darán lugar a importan
tes escuelas y sectas, a saber:
1.Shunyavada (Escuela del Vacio), también conocida como
Madhyamika (Doctrina de la Via Media). Aparece con
los sufras de la Sabiduría (Prajñaparamitas) cuya redac
ción se sitúa unos 200 años a.C. La esencia de las cosas
es el “vacio’', la no-determinación del contenido.
2. Vijñanavoda (Escuela de la mente o consciencia), también
conocida como Yogacara (Escuela Idealista). Es una ten
dencia que considera la Mente como esencia de las cosas e
identifica aquélla con la esencia del Buda. Este viene a
ser entonces d Absoluto expresado como un Buda ideal
y eterno. “El Sufra del L oto" y el Lankavatara (Revela
ción de Lanka) presentan los elementos que le sirvieron
a esta escuela para desarrollarse profusamente.
3. Amidumn Entre los sufras mahayanas tiene gran impor
tancia para la historia posterior de la doctrina los que
representan ai Buda como un Salvador de los hombres, ya
sea a la manera de un ser superior que reina en una tierra
ideal y salva a los mortales con la sola invocación de su
nombre (Amitayurdhyano Sutra), ya como el que ha de
venir al mundo como un nuevo Buda (Maitreya).
Cuando en la edición de “El Sutra del Diamante “ se ofreció
al lector una amplia clasificación y división de los cuatro dis
tintos cánones —pal i, sánscrito, chino y tibetano—, se incluyó
al Saddharma Pundarika (Sutra del Loto) en el segundo de
ellos, o sea en el que circuló en el norte de la In d ia'.
* "El pico del buitre", una montaña mitológica deade la cual se emitió
la doctrina.
23
tricta; otras ayudando al resto de los seres a liberarse de las
cadenas que los atan incesantemente al ciclo de los nacimien
tos y las muertes. Precisamente este, el tercero de los vehícu
los, el de los Bodhisattvas, es el que se glorifica en "El Sutra
del Loto", ya que el mismo es un homenaje a todos los Bu-
das y Bodhisattvas, tal como está encabezada su "Introduc
ción". Esta exaltación del Bodhisattva por sobre los demás
vehículos se explica por el hecho de que ellos resignan su en
trada al Nirvana para volcar sobre el mundo su piedad. Toma
ron esta decisión: “Queremos convertirnos en un refugio pa
ra el mundo , un resguardo para el mundo, el lugar de reposo
del mundo, el descanso final del mundo, las islas del mundo, las
luces del mundo, los guías del mundo, los medios de salvación
del mundo” (Ashtasakasrika).
26
conciencia15. Cuando hayas abandonado todo eso y ya no
quede nada que puedas abandonar, estarás liberado de ios lazos
del nacimiento y de la muerte. SÍ
4 LA DEVOCION
27
Estos pasajes de un concepto a otro no son, de todos mo
dos, ajenos a la tendencia general del espiritualismo indio y
por eso una misma doctrina puede considerarse desde dos
puntos de vista diferentes: objetivo (como Ley) y subjetivo
(como el agente de la Ley que manifiesta). Por ejemplo, en el
Bhagavad Gita' ' , la parte objetiva la cubren los párrafos 1 al
4 del capítulo XIII:
2. A los que establecen en Mí su espíritu y, por una cons
tante fe suprema Me buscan, a esos los tengo por los
más perfectamente unidos en yoga.
3/4. También quienes buscan el no manifestado, el indefini
do, el inmutable, el omnipresente y superior a toda
mente, que es inmóvil e inmutable, se unen a Mí gra
cias a que dominan sus sentidos, a su profunda intui
ción, a que han comprendido que en la diversidad de
las cosas existe un Yo único, a la bondad de su volun
tad entregada para el bien de todo ser.
La contraparte subjetiva le sucede a la anterior, en el mismo
capítulo de la citada obra, párrafos 6/7:
6/7. Pero, Yo libero del mar de la existencia y de la sujeción
a la muerte a quienes me adoran, piensan en Mí sin
desfallecer, me entregan por completo su conciencia,
se desligan de sus acciones y me son devotos.
Como se ha visto, en la primera secuencia, el discípulo con
serva su voluntad, mientras que en la segundaja entrega com
pletamente.
En boca del mismísimo Buda también se encuentran los ele
mentos que llevan agua a las dos vertientes. En lo que atañe a
la objetiva, por ejemplo, el Mahaparinirvana Sutra dice:
“Haced de vosotros una lámpara. Apoyaos en vosotros mis
mos; no dependáis de nadie más. Convertid mi Enseñanza
en luz. Confiad en ella; no estéis pendientes de otra Doctri
na”.
Y más precisas aún son estas palabras del mismo Sutra;
“Mi cuerpo nació de padres y fue nutrido con alimentos;
son inevitables la enfermedad y la muerte. Pero el verda-17
18 Sukhavati, dichosa.
29
Oeste; está bañada de luz y se parece a un paraíso por sus
piedras preciosas, sus flores y sus pájaros. Sus habitantes son en
realidad inmortales y disfrutan siempre de la enseñanza oral
de Amitabha.
En la India eran ya conocidos estos paraísos, pero la nota
distintiva de Sukhavati consiste en la extraordinaria facilidad
con que en él penetran los devotos. En efecto, basta haber
escuchado el nombre de Amitabha y haber pensado en él;
cuando sobrevenga la muerte, él descenderá para conducir
al devoto hasta su tierra. Se trata del triunfo absoluto de la de
voción; sin embargo, su justificación doctrinal está ya en el
budismo más antiguo; en la versión china del Milinda-pañha
se dice que “los hombres que en una existencia han practi
cado el mal hasta cien años, si piensan en Buda en el momento
de la muerte, obtendrán después el nacimiento en lo alto del
cielo” .
Se podría alegar que Amitabha no es el Buda histórico, pero
ya se verificará en "El Sutra del L oto" la existencia de innume
rables Budas e incluso la teoría de que todos no son sino uno
solo que aparece en distintos lugares a través de la Historia.
No obstante, si fuera necesario recoger indicios devociona-
les en textos atribuidos a Sakyamuni, valgan los siguientes
ejemplos:
“El que tenga fe en mí y amor por mí, llegará al cielo”
(Majjhima Nikaya, I, 142).
O sino:
“La fe es la simiente, la fe es la riqueza mayor para el
hombre aquí abajo” (Sutto AJipata, 77,182).
5 EL NIRVANA
35
El loto —afirma J. C. Cooper en Yin y Yang, EDAF, Ma
drid 1983—, es "la flor que estaba en el principio, el lirio
glorioso de las grandes aguas, en donde la existencia empie
za a ser y pasa”. Es, al mismo tiempo, yin y yang y contiene'
dentro de si' misma el equilibrio de los poderes: es solar, pues
florece b*jo el sol, y lunar, pues se levanta de la oscuridad
de las aguas del caos precósmico. En cuanto combinación de
aire y agua, simboliza espíritu y materia. Sus rafees enterradas
en la oscuridad del barro, representan la indisolubilidad; su ta
llo, cordón umbilical de la vida, une al hombre con sus orígenes
y es también un eje del mundo; elevándose de las aguas opacas
del mundo manifiesto, las hojas y las flores se alzan y desplie
gan en el aire y bajo la luz del sol, tipificando la potencialidad
en el capullo y la expansión espiritual y la realización en la
flor; sus semillas, móviles sobre las aguas, son la creación.
El loto está asociado con la rueda en cuanto matriz solar de
los ciclos de la existencia. Jámblico dice que es perfecto, porque
sus hojas, flores y fruto forman el círculo.
En cuanto a lunar-sol, yin-yang, el loto es también el an
drógino, el que existe en sí mismo. Tiene un simbolismo inago
table en el hindúísmo, el taoísmo y el budismo. Aparece rela
cionado con los dioses solares Surya30 y Amitabha"; las diosas
lunares Lakshmi33 y Kwan-yin” y andrógino con Kwannon.14
El loto es la flor dorada del taoísmo, la cristalización y expe
riencia de la luz, el Too. Mientras en el nivel espiritual
representa la totalidad del nacimiento, el crecimiento, el de
sarrollo y la potencialidad, en el plano mundano representa
el contacto con el barro y el agua sucia del mundo, pero sin
dejarse contaminar por ella.
37
La brillante Diosa de la Belleza, la Shri* sin par, se alzó
En lo alto de las olas.”
En el capitulo 81 —‘Transformación en el loto”— de “El
libro egipcio de los muertos”, el Dios, que está representado
como surgiendo de esta flor, exclama:
“Yo soy el Loto puro que emerge de los Luminosos.
Yo llevo los mensajes de Horus.
Yo soy el Loto puro que viene de los Campos del Sol.”
El dios Khnum15, el Poder Húmedo, o el Agua, como ense
ñaba Tales, siendo el principio creador de todas las cosas, se
sienta en el trono encerrado en un loto.
El Dios Bes1* se halla sobre un loto; Thot,3" el Dios del
Misterio y de la Sabiduría, toma asiento sobre un loto com
pletamente abierto; la diosa Hiquit reposa sobre un loto.
Por último, los cuatro hermanos3" de Horus, representados
en una conocida escena de juicio, están parados sobre un
loto delante del trono de Osiris.
42
Si alguien se aproxima a los Sutras como lo haría con un
texto actual, sus defectos literarios serian evidentes e innega
bles. Pero se impone considerar un par de puntos. En piimer
lugar, hay que recordar que los antiguos indios podían, cuando
asi lo deseaban, recostar su sabiduría en versos extremadamente
precisos y lacónicos. Segundo, ellos se cuentan entre los me
jores relatores de cuentos del mundo. Dado estos dos hechos,
cabe preguntarse si tiene sentido suponer que al llegar a los
Sutras falló su talento.
Daisetz Teitaro Suzuki dice, en sus Ensayos sobre budismo
zen: "Una de las razones por la cual estos Sutras son tan repe
titivos, tan llenos de reiteraciones que nos cansan a los lecto
res modernos, se debe al hecho de que no apelan a nuestra
facultades de raciocinio, sino a otro tipo de entendimiento que
podemos llamar "intuición”. De ellos deducimos que si elegi
mos un Sutra y tratamos simplemente de leerlo como si fuese
una revista o un cuento policial, el resultado no será la intui
ción sirio el hastío más pesado. Para despertar la intuición pri
meramente debemos hacer algo elemental, algo que los hombres
primitivos hacían naturalmente, pero que para los "ejecutivos
modernos" es difícil y forzado: debemos "desacelerar’’ y no
leer sino haciéndolo en voz alta o recitando, sin tratar de ex
tractar el significado lógico, sino con una actitud mental de
vota y con la determinación de atravesar la masa de repeticio
nes."
Si se trata de seguir el consejo de Suzuki, pronto se «iescu-
hrirá que esa repetición, lejos de ser un defecto, es, de hecho,
una brillante estrategia o recurso que, "desacelerando" deli
beradamente, frustrando todo impaciente aferrarse a los acon
tecimiento», previniendo la precipitada carrera para alcanzar
ol final como si fuese un cuento, habilita efectivamente lo6
más profundos podeies mentales, los intuitivos, para despertar
a la vida.
Cuando la intuición empiece a alborear, lo primero que se
descubrirá es que la culpa no es del Sutra; el "defecto" está
en el “lector". Como “ejecutivos modernos" se tiene la cos
tumbre de acopiar información,vpero los Sufras no ofrecen m^43
43
1forma* mejor sino despertar la intuición que convierte en
(¿abijt a una persona. Ya lo dice el Tao Te Ching■'**
/ “Cuando el Sabio toma conocimiento del Tao, trata di
ligentemente de ponerlo en práctica. Cuando el hombre
I medianamente inteligente toma conocimiento del Tao,
\ vacila. Cuando el hombre vulgar toma conocimiento
del Tao, ríe a carcajadas. Si no se riera, el Tao no sería
lo que es.”
¿De quién es el defecto: del Tao o del ignorante? Invir
tiendo el razonamiento: el que un idiota pudiera estimarlo
argüiría superficialidad en el Tao.
Volviendo a los Sutras, es necesario hacer tres advertencias
indicativas del modo de “abordarlos”. En primer lugar, hay
que “ desacelerar”. La velocidad a la cual normalmente se lee
es largamente una función adquisitiva, pero en los Sutras no
hay nada que adquirir, nada que asir. Dicho en palabras del
Prajñaparamita:
“ Es maravilloso; es sorprendente;
Este Sendero es opuesto a los mundanos:
Enseña a no apegarse a los Caminos,
a pesar de que el mundo siempre anhela
asirse a cualquier cosa.46
0 sea, lo que se requiere, en primera instancia, no es una
captación activa e impaciente, sino una receptividad pasiva
de la influencia espiritual de los Sufras.
En segundo lugar, se debe cantar, leer en voz alta, recitar
o al menos mover los labios oyendo las palabras interiormen
te. Esto dará a las palabras la oportunidad de penetrar, de su
mergirse en niveles más profundos de la mente, donde pueden
llevar a cabo su trabajo.
En tercer lugar, es preciso acercarse a los Sufras con una
actitud devocional, reconociendo que sus palabras no existen
tanto para informar como para purificar.
9 DE ESTA EDICION
Samuel Wolpin
Rosario, 1986
46
SADDHARMA' PUNDARIKA: SUTRA3
(EL LOTO DE LA VERDADERA LEY)
HOMENAJE A TODOS LOS BUDAS4 Y BODHISATTVAS5
CAPITULO I
INTRODUCCION 3<-
47
mientos y conocimientos, de noble crianza, cual grandes
elefantes que, habiendo realizado su tarea, cumplido con
el deber, se liberaron de su carga, una vez alcanzada la meta;
en quienes los lazos que los ataban a la existencia fueron to-
6Kvant n\r sutam , fórmula con la que empiezan muchas obras budis
tas. La salvedad está motivada en el hecho de que recién después de la
desaparición física del Buda se anotaron sus palabras. Mientras tanto, la
transmisión era oral.
1 Capital de Magadha, residencia del príncipe Bimbisaru Cerca de
esta ciudad fue celebrado el primer concilio budista, después de la muerte
de Síddharta Gautama, presidido por Maha-Kasyapa, uno de los pioneros
de la orden, con el cual el Buda un día habfa cambiado la vestimenta para
indicar la identidad de sentimientos recíprocos (FKl. A su ver.. Maha
Kasyape fue el que. cuando le solicitaron si Buda que emitiera un sermón
y éste se limitó a alzar una flor, sonrió. Demostró asf ser el único en cap
tar del Maestro el conocim iento no expresado en palabras. Se dice que
esta actitud de obtener y transmitir la Enseñanza, dio origen a la vertien
te zen del budismo (KW).
1 G ridhm kuta o Gijjhukuta= Pico del Buitre. Célebre monte o coli
na mencionado frecuentemente en los textos budistas. Su nombre se debe
a que la cima se asemeja al pico de un buitre. (RR),
9 Con respecto a las cifras que se dan en el sufra, tanto en lo que atañe
al número de personas, medidas geográficas y temporales, etc., com o pue
den no ser estrictamente objetivas, sino que en cierto sentido quieren
simbolizar grandes magnitudes, en lo sucesivo se usarán los términos
"innumerables", "incontables", "inmedibles”, “ incalculables", etc.
10 A rhat = santo, el que se ha liberado. Es el ideal de la corriente Hiña
yana (Hiña — pequeño, yana = vehículo) del budismo, o sea el que tras
recorrer el Octuple Noble Sendero y alcanzar la liberación, entra al Nirva-
4R
talmente destruidos; cuyas mentes fueron emancipadas por
el perfecto discernimiento; que alcanzaron la máxima expe
riencia en la sujeción de sus sentidos; poseídos de facultades
trascendentes;" eminentes discípulos, como los venerables
Agnatakaundinya, Asvagit, Vashpa, Mahanaman, Bhadrika11
49
y demás;” grandes todos ellos, algunos aún bajo entrena
miento, otros llegados ya a la maestría. Estaban presentes
innumerables monjas, encabezadas por Mahapragapati y Yasod-
hara,14 y además incontables bodhisattvas incapaces de re
troceder o desviarse de su Sendero,” dotados de los encantos
de la suprema, la perfecta iluminación,14 asentados firmemente
en la sabiduría, quienes mueven hacia adelante la Rueda de la
Ley;1' quienes han propiciado innumerables Budas;14 que han
plantado las raíces de la bondad, completamente penetrados
en su cuerpo y en su alma por el sentimiento de la caridad;19
capaces de comunicar la sabiduría de los Tat haga tas,J0 muy
sagaces, alcanzaron la perfección del conocimiento;21 repu
tados en incontables mundos, han salvado otra tanta canti-
50
dad de seres. Allí' estaban los mahasattvas:1 Manjusri,” Ava-
lokjtesvara,5* Maitreya,25 y otros igualmente grandes. Con
ellos también estaban los virtuosos, incalculables héroes es
pirituales, genios de los elementos, gobernadores de todos
los puntos cardinales, reyes, demonios, etc., etc.
Luego el Señor, rodeado, atendido, honrado, reverenciado
y venerado por las cuatro clases de oyentes, después de expo
ner el Dharmaparyayau titulado “La gran exposición" —un
texto de elevado desenvolvimiento, destinado a instruir a los
bodhitatlvas y apropiado para todos los Budas— se cruzó de
piernas5’ sobre el asiento de la Ley y entró en la meditación
titulada “Etapa de exposición del Infinito", alcanzando con
su cuerpo inmovilidad y con su mente perfecta tranquilidad.
Tan pronto como el Señor entró en meditación, empezó a caer
una tupida lluvia de flores divinas que cubrieron a todos los
presentes, mientras la tierra del Buda:s se sacudió, tembló,
agitó, a lo largo y a lo ancho, en las seis direcciones del es
pacio.1*
1967). Mam es el jefe del reino de los placeres y sus hijas son la sed, la
apetencia y el deseo carnal. El satin de) budismo deriva de los dioses vé-
dicos Mrityn (muerte) y Kama (deseo). (FK)
44 La referencia a los titanes posiblemente esté relacionada con los
espíritus de la fertilidad —el culto de la madre Tierra (Gea)—que aparece
en la mitología greco-romana. De ser así, se interpretaría este parágrafo
como que los hijos del Sugota son honrados por los tres niveles: Cielo
Idioaea), hombres y Tierra (titanes).
47 A partir de aquí, y en sucesivas notas, aparecen laa paramitas (del
sánscrito param = otra e itá = orilla), virtudes, perfecciones, requisitos o
reglas de conducta cuya observancia conduce al asceta o místico hacia
la iluminación. La enumeración varía según los tratadistas, pero existe
coincidencia en por lo menos siete de ellas, que aparecen en las próximas
estrofas. Virya, energía, es la resolución de transitar el Sendero con tena
cidad, apartando las debilidades, los desalientos y los placeres mundanos.
48 Sila es la pureza moral que destruye las pasiones y permite concen
trarse en las virtudes.
49 Kthanti, indulgencia; el discípulo del Sendero no se impacienta con
los ignorantes o los extraviados porque sabe que toda conducta es el efec
to de una causa de tipo kármica.
** Ario debe tomarse, más que en el sentido racial —es decir, el nombre
antiguo de los habitantes de la India— como sinónimo de “venerable" o
"noble".57
57
35. Quienes, evitando toda distracción en sus mentes, du
rante incontables años han meditado en las cavernas; ellos pro
curan iluminarse por el poder de la meditación.51
36. Algunos ofrecen, en presencia de los Ginas y de la asam
blea de discípulos, dádivas que consisten en comida de va
riado tipo y medicamentos, todo en abundancia.
37. Otros ofrecen prendas y atavíos de incalculable valor.
38. Ellos entregan, en presencia de los Sugatas, innumera
bles monasterios construidos con madera de sándalo y amue
blados con múltiples alojamientos.
39. Algunos les presentan a los líderes espirituales limpios
y hermosos jardines para su diaria recreación.
40. Y, después de hacer estos donativos con alegría en sus
corazones, orientan sus energías para obtener la iluminación.
Estos son los que alcanzan el despertar por medio de la ca
ridad.53
41. Otros encaran la quietud y la predican a innumerables
seres.
42. También están los hijos del Sugata que tratan de al
canzar la iluminación por el conocimiento;53 ellos compren
den la ley de la indiferenciación34 y por lo tanto evitan ac
tuar en base a antinomias,55 desapegándose’6 de ellas como
las aves en el cielo.
51 Dhyana, contemplación o meditación. Se ha tratado cate tema vital
del budismo (todas sus sectas «puntan a él) en un volumen donde se lo
analiza en profundidad; t ide, Wolpin, Samuel: T exto s y meditacione* so
bre el te n . Kier. Bs. As. 1984.
33 Dana, ver nota 19.
** Prajñá, ver nota 21.
34 Ley de la indiferenciación; o sea, la unidad substancial de todos los
fenómenos y cosas, del Universo. En esto el budismo coincide con el
Taofsmo cuando Lao Tse dice “ El Too es la unidad” (Cap. 39 del Too Te
Ching)
55 El yin y el yang de la filosofía china, los bípoloa positivo-negativo,
bien-mal. amor-odio, riqueza-pobreza, etc,
54 El desapego - o sea la negativa a tomar partido por alguno de los ex
tremos a que se refiere la nota anterior- en los actos, sentimientos y pen
samientos es otro punto de encuentro con la conducta que el Taoísm o
recomienda al sabio: “ Hacer las cosas sin hacerse cosa con las cosas"
(Cap. 2 del Too Te Ching).58
58
43. Además, veo, Manjusri, muchos Bodhisattvas que mos*
traron firmeza bajo la guia de los Sugatas que partieron, y
ahora veneran las reliquias de los Ciñas.
44. Veo incontables stupas, numerosos como los granitos
de arena del Ganges, que han sido edificados por estos hijos
del Gina, y ahora adornan infinitas tierras.
45. Estos magníficos stupas, hechos de las siete substancias
preciosas,'' llenos de atributos, miden cinco mil yoganasi1
de altura y dos mil de circunferencia.
46. Siempre decorados con insignias, donde suenan constan
temente una multitud de campanillas, mientras los dioses,
los hombres y los titanes los honran con flores, perfumes y
música.
47. Tal es la honra que los hijos del Sugata rinden a las
reliquias de los Ciñas, que todas las direcciones del espacio re
fulgen como celestes corales.
48. Desde aquí' veo incontables criaturas —de este mundo
y de los cielos- cubiertos de flores; todo gracias a un simple
rayo emitido por el Gina
49. ¡Cuán poderoso es el Líder de los hombres; cuán am
plio y brillante su conocimiento, que un sencillo haz lanza
do por El sobre el mundo vuelve visibles tantas miles de tie
rras!
50. Nos asombra ver este signo, esta maravilla tan gran
de e incomprensible. Explícanos esto, Manjusri, que los hijos
del Buda ansiamos conocimiento.
51. Los presentes, en gozosa expectación, te contempla
mos. Regocija nuestros corazones, remueve nuestras dudas,
concédenos una revelación.
52. ¿Por qué el Sugata ha emitido tal luz?
59
53. Algún propósito ha impulsado el despliegue de este
rayo.
54. ¿Es que acaso el Señor, el más elevado de los seres,
está por mostrar la Ley primordial, la que El descubrió en la
cima de su iluminación? ¿O es que está por predecir el futu
ro5’ de los Bodhisattvas?
55. Debe haber una razón de peso para que tantas tierras se
hayan tornado visibles, espléndidas y brillantes como gemas,
mientras aparecen Budas de visión infinita.
56. Maitreya te interroga y todos los aquí congregados
ansiosamente aguardamos la explicación que, como respues
ta, nos darás Maqjusri.
Entonces, el interpelado se dirigió a los presentes en estos
términos:
— Es intención del Tathagata, jóvenes de buena familia,
comenzar un gran discurso para enseñar la Ley, para derra
mar la lluvia de la Doctrina, para hacer resonar el tambor de la
Fe, para izar el estandarte del Credo, para encender la antor
cha del Sendero, para soplar el cuerno de la Verdad y para ba
tir el timbal de la Virtud. Eso es lo que me parece, porque ya
he sido en otras oportunidades testigo de un signo similar frente
a anteriores Tathagatas. Ellos también emitieron un poderoso
rayo y estoy convencido que el Señor —después de haber mos
trado tal pronóstico— dirá grandes palabras acerca de la Ley.
Y porque el Tathagata desea que esta Enseñanza sea oída en
todas partes, entonces despliega un milagro tan singular como
la emisión de este brillante rayo.
Y siguió diciendo Maqjusri:
—Recuerdo que antaño, infinitos eones atrás —o aún an
tes— hubo un Tathagata llamado Kandrasuryapradipa,6i un
santo dotado de ciencia y conducta, un Sugata conocedor del
mundo, un incomparable domador de hombres, un maestro
de dioses, un Buda. El mostró la Ley, reveló el Sendero que
61
río. Y cuando vieron que el Señor cambió su vida, logrando
asi' la Suprema Duminación, se apartaron de los placeres de la
realeza y siguieron el ejemplo de su padre, resignando del
mundo; todos procuraron alcanzar el discernimiento perfec
to y se convirtieron en predicadores de la Ley. Mientras lle
varon constantemente una vida santa, estos jóvenes príncipes
plantaron las raíces de la bondad bajo muchos miles de Budas.
En ese entonces. Agita, el Señor después de discurrir sobre
la doctrina, se cruzó de piernas y entró en meditación, emi
tiendo de su entrecejo —para sorpresa de todos los presen
tes— un potente rayo luminoso. Y, al salir de este trance mís
tico, reveló la Enseñanza conocida como “El Loto de la Ver
dadera Ley". Habló sin cesar durante sesenta kalpas64 sin que
El o alguno de Í06 allí congregados sintiera fatiga física o
mental.
Mientras el Señor exponía este sutra, anunció al mundo su
completo Nirvana diciendo: “ Hoy, monjes, a medianoche, el
Tathagata, ingresando al elemento del Nirvana absoluto, se
extinguirá totalmente."
Entonces, Agita, el Señor le pronosticó al Bodhisattva
Srigarbha su futuro como Buda, diciendo: “ Monjes, este ser,
inmediatamente después de mí, alcanzará la perfecta, Supre
ma Iluminación, convirtiéndose en el Tathagata llamado Vi-
malanetra.
Luego, esa misma noche, durante la vela, el Señor entró al
Absoluto y “ El Loto de la Verdadera Ley” fue conservado en
la memoria por el Bodhisattva Varaprabha quien, durante
muchos kalpas, lo fue revelando, según se le ordenó el Buda.
Ahora bien, Agita, sucedió que los ocho hijos de Kandra-
suryapradipa fueron sus discípulos; él los maduró para la per
fecta Suprema Iluminación y en el curso del tiempo ellos ve-
63
64. Que centelleó en todas las regiones, iluminando a sus
moradores.
65. Algunas de esas tierras parecían enjoyadas, otras relu
cían con el matiz del lapislázuli.
66. Y tanto los dioses como los hombres, las serpientes, lo6
duendes, las ninfas, etc., mostraron su devoción al Sugata.
67. También los Budas —esos seres engendrados por trans
formación—69 aparecieron por su propia voluntad semejando
doradas columnas y, en medio de la asamblea, revelaron la
Ley.
68. Los incontables discípulos de todas, las tierras del Buda
se tornaron relucientes bajo el brillo del haz luminoso que El
emitía.
69. Como también aquellos enérgicos ascetas que —cual
gemas— sin grietas ni defectos en sus principios, moran en
cavernas.
70. Numerosos Bodhisattuas, como granitos de arena del
Ganges, que entregan sus bienes en caridad, que poseen la for
taleza de la paciencia, que son devotos de la contemplación
y la sabiduría, también ellos fueron alcanzados por la lumino
sidad del rayo.
71. Pero todos ellos permanecieron inamovibles, firmes,
absortos en meditación, procurando lograr la Suprema Ilu
minación.
72. Ellos predican la Ley por doquier gracias al poder que
les otorga su condición de hijos del Sugata.
73. Y todos los oyentes, viendo el milagro producido por
el Tathagata, se preguntaron: “ ¿Cómo es posible eso?”
74. Tan pronto como el Líder de los hombres salió de su
trance místico, se dirigió a Varaprabha en estos términos.
75. “Tu eres un sabio, ojo y refugio del mundo; tú eres
un confiable custodio de mi Ley, y puedes dar testimonio del
valor atesorado por la Enseñanza que voy a entregar para bie
nestar de los seres.”
64
76. Luego, después de estimular, alabar y elogiar a muchos
Bodhisattvas, el Gina proclamó la Suprema Ley durante se
senta kalpas,
77. Y todas sus palabras fueron retenidas en su memoria
por Varaprabha, el predicador.
78. Cuando finalizó de manifestar la Ley, se dirigió a la
muchedumbre en estos términos:
79. “He movido la Rueda de la Ley, mostrando su natu
raleza; por lo tanto ya es hora de mi Nirvana.
80. Sed celosos y fuertes, aplicando sobre vosotros mis lec
ciones; porque los Ginas, los grandes profetas, se encuentran
escasamente en el lapso de innumerables kalpas. ”
81. Los incontables hijos del Buda se estremecieron de dolor
y se llenaron de gran pene cuando oyeron que el más elevado
de los seres les anunció que su Nirvana estaba próximo.
82. Para consolar a tantos discípulos, el rey de reyes dijo:
“No temáis, monjes, después de mi Nirvana habrá otro Buda.
83. El sabio Srigarbha, al concluir el Sendero del conoci
miento sin tacha, alcanzará la Suprema Iluminación, convir
tiéndose en un Gina de nombre Vimalagranetra.”
84. Esa misma noche, durante la vela. El se extinguió como
una lámpara cuando agotó su combustible. Sus reliquias fueron
distribuidas por doquier y los stupas se multiplicaron infi
nitamente.
85. Los monjes y monjas —numerosos como los granitos de
¡trena del Ganges—, que en ese entonces procuraban la Supre
ma Iluminación, se abocaron a practicar las lecciones del Buda.
86. Y Varaprabha, el monje que fue el custodio y predica
dor de la Ley. expuso durante ochenta kalpas enteros la Doc
trina, de acuerdo al mandamiento del Sugala.
87. Tuvo ochocientos discípulos, a quienes llevó hasta su
completo desenvolvimiento; ellos vieron incontables Budas
-grandes sabios—a quienes veneraron.
88. Y siguiendo el Sendero, también ellos sucesivamente
se convirtieron en Iluminados, prediciéndose uno al otro su
futuro destino como Budas.
89. El último de éstos fue Dipankara. El, supremo dios de65
65
dioses, honrado por multitudes de sabios, educó incontables
seres.
90. Entre lo6 discípulos de Varaprabha hubo uno perezo
so, avaro, ansioso de ganancia y destreza.
91. También era excesivamente deseoso de gloria, pero muy
voluble; de modo que las lecciones que se le dictaban y sus
propias lecturas se esfumaban de su memoria tan pronto como
las aprendía.
92. El nombre por el cual se lo conocía era Yasaskama. Pero,
aún imperfecto como era, acumulando el mérito de honrar a
los Budas,
93. No se estancó en el Sendero.
94. Será este discípulo el último en alcanzar la Suprema
Iluminación y se convertirá en el Buda Maitreya, quien a su
vez educará incontables criaturas.
95. Aquel, que bajo la dirección del extinto Sugata fue tan
perezoso, fuiste tú, y yo el predicador de la Ley.
96. Viendo un indicio de este tipo, lo reconozco por ha
berlo presenciado antes; por lo tanto tengo esto en cuenta.
97. Y sé que el rey de los Sakyas10 está por pronunciar el
excelente sutra que otrora oí.
98. Ese prodigio es una prueba de la habilidad que poseen
los Líderes.
99. El león de los Sakyas está por formular una exhorta
ción, declarando la definitiva naturaleza de la Ley. Preparaos,
disponed vuestras mentes y juntad las manos que el piadoso va
a hablar, va a derramar la incesante lluvia que refrescará a quie
nes esperan la Iluminación.
100. Y si alguno siente cualquier duda, incertidumbre o re
celo, el Sabio la borrará, procurando vuestro discernimiento.
10
Sakya, trib u a la q u e p e rte n e c ió S id d h a rta G a u ta m a .
66
CAPITULO II
HABILIDAD71 ( HOGEN )
El Señor salió conscientemente de su meditación y sin di
lación se dirigió al venerable Sariputra:’3
- El conocimiento del Buda, Sariputra, es difícil de en
tender, arduo de captar. Es para los discípulos inaccesible la
profundidad de la sabiduría de los Tathagatas porque ellos han
venerado incontables Budas, porque han colmado el Sendero
de la Suprema Iluminación; porque han errado lejos, desple
gando su energía, adquiriendo maravillosas facultades y hallan
do virtudes difíciles de comprender. El misterio de los Ta-
67
thagatas es oscuridad para los profanos porque cuando expli
can las leyes o los fenómenos que tienen la causa en ellos mis
mos, lo hacen por medio de su capacidad, por el despliegue de
conocimientos, a través de argumentos, razones, ideas fun
damentales, interpretaciones y sugerencias. Mediante esa varia
da destreza son capaces de liberar a las criaturas encadenadas
por distintos factores. Los Tathagatas, Sariputra, han adquiri
do la más elevada perfección en esa habilidad gracias a los po
deres de los que están dotados; esto es, la.ausencia de vacila
ción, las facultades no vulgares, la fortaleza de su cuerpo, los
componentes del Bodhi,73 las emancipaciones,74 las medita
ciones y los grados de concentración de sus mentes. Los To-
thagatas, Sariputra, son capaces de exponer diversos temas y
poseen algo de maravilloso; por eso, sólo un semejante puede
impartirle a otro Buda las Leyes que él mismo conoce. Y
todas las Leyes son dictadas por el Tathagata y nada más que
por él, porque sólo él las conoce y sabe qué son, cómo son.
a qué se parecen, cuáles son sus características y qué natu*
raleza poseen.”
Y en esa ocasión, para exponer el mismo tema más extensa
mente, el Señor pronunció las siguientes estrofas;
1. En el mundo que comprende a los dioses y a los hom
bres son tan numerosos los grandes héroes que ni los mismos
Lideres pueden conocerlos completamente.
73
Yo mismo, Sariputra, estoy aquí para el bienestar de todas
las criaturas, para predicarles la Ley, para conducirlos en mi
vehículo por el Sendero que lleva a la perfecta, Suprema
Iluminación.
Sariputra, los Tathagotas aparecen en el mundo cuando este
decae, cuando los seres se corrompen, cuando dominan los pe
cados, cuando prevalecen los puntos de vista erróneos, cuando
la avaricia empobrece la bondad. En medio de estos signos, el
Tathagata hábilmente predica la Ley; pero aquellos discípulos
que desatienden la llamada de) Buda, no merecen ser reco
nocidos como tales.
Sariputra, si algún discípulo pretende la santidad sin haber
hecho ardientemente el voto de alcanzar la Iluminación, de
entrar al Nirvana mediante el vehículo del Buda, entonces
considéralo un arrogante. Porque es impropio que un disci- l
pulo perfecto descrea de la Ley que oye directamente de
un Tathagata, en su presencia. Dejo fuera de discusión cuándo
debe ser el momento en que el Talhagpta se extinga com- k
pletamente; pero al suceder esto, no habrá quién pueda —desde
su corazón— predicar un sufro como éste. Y será bajo otros
Budas que ellos se liberarán de sus dudas. Cree en mis pala
bras, Sariputra; valorízalas y llévatelas al corazón porque no
existe falsedad en el Iluminado.
En esa ocasión, para exponer más extensamente este te
ma, el Buda pronunció las siguientes estrofas;
37. No menos de cinco mil discípulos, llenos de incredu
lidad y arrogancia, deficientes en su entrenamiento y tontos,
38. Remarcando su desprecio, se retiraron para no dañar
su orgullo.
39. El Señor, sabiendo que eran los desechos de la congre
gación, exclamó: “ Carecen de los méritos necesarios para
oír esta Ley.”
40. La congregación ahora se ha purificado; está Ubre de
trastos y habiéndosele quitado la cáscara, sólo queda la mé
dula.
41. Escucha, Sariputra, cómo esta Ley ha sido descubier
ta por el más elevado de los seres y cómo los poderosos Budas
la predican mediante numerosos argumentos.74
74
42. Conozco la disposición, la conducta y las diversas in
clinaciones de los seres vivientes, asi como también sus accio
nes y el mérito que han acumulado.
43. A esos seres los he iniciado en esta Ley con la ayuda
de múltiples interpretaciones; y por medio de razones y argu
mentos he complacido sus corazones.
44. Yo rae expreso a través de sutras, leyendas, gatakas,lb
proverbios y parábolas.
45. Le muestro el Nirvana al ignorante que no ha seguido el
curso del deber y se halla obligado al renacimiento y a la mi
seria.
46. El auto-engendrado'* usa tales medios para manifestar
les a los seres el conocimiento superior, pero él nunca les dice:
"Vosotros también os convertiréis en Budas.”
47. ¿Por qué no lo hace? Porque él espera el momento justo,
la oportunidad adecuada para exponer la Ley.
48. Mi mandamiento se reparte en nueve divisiones,'1 de
acuerdo con loe diversos grados de fortaleza de las criaturas.
Tal es la técnica que he empleado para introducir a las cria
turas al conocimiento del Dadivoso.
49. Y para aquéllos que en el mundo siempre han sido
puros, sabios, atentos, compasivos, y han cumplido con su de
ber para con los Budas, para ellos desarrollaré algunos sutras.
50. Porque ellos están dotados de la gracia de una disposi
ción mental y una inocencia tan evidente que les puedo anun
ciar: "En el futuro os convertiréis en Budas benevolentes y
compasivos.*'
51. Oyendo esto, ellos desbordarán de gozo.
52. Ellos son los discípulos que han oído mis manda
mientos y una sola estrofa bien aprendida o retenida en la
memoria,
75
53. Es suficiente vehículo para conducirlos a la Ilumina
ción.
54. El Líder espiritual aparece en el mundo aspirando sólo
a revelar el conocimiento del Buda.
55. Allí donde el auto-engendrado se establece, allí impera
su conocimiento y, por lo tanto, allí también deben estable
cerse los hombres.
56. Yo debería ser declarado culpable de envidia si —des
pués de haber alcanzado el impoluto estado de Iluminación-
condujera a los seres a un nivel inferior al mío.
57. Carezco de envidia, celo, deseo o pasión. Por eso soy
el Buda y el mundo sigue mi Enseñanza.
58. Marcado con las treinta y dos señales79 ilumino al mun
do, mostrando el inconfundible sello de la Ley.
59. Me pregunto, Saripulra: ¿Qué necesidad tienen los seres
de distinguir las treinta y dos señales de un Buda, si él mismo
derrama su luz sobre el mundo?
60. Pero si me pusiera a pensarlo y ponderarlo, dejaría de
revelar el conocimiento superior.
61. Y si les dijera a todas las criaturas: "Vivificad en vues
tras mentes el deseo de Iluminación", ellas, en su ignorancia,
79 Las treinta y dos marcas o señales «un las que indican la superiori
dad de un ser y ya figuraban en el hinduismn prebudisLu Estos indicios
son por un lado alegóricos y pot otro pautas estéticas ideales. La lista la
com pone el Lakkhana guita del Digha Vi kayo (diálogos) I ) pies derechos,
2) marcas de las Ruedas de Mil Rayos en las plantas de los pies, 3) dedos
largos y delgados. 4» manos y pies flexibles; 5) los dedos de los pies y la*
manos bien empalmados. 61 talones anchos. 7) empeines arqueados. 8t
muslos com o de ciervo real. 9) manos que llegan debajo de las rodillas; 10)
órgano sexual bien retraído. I I ) alto y ancho del cuerpo proporcionados.
12) cabello negro-azulado; 13) vello grácil y enrulado, 14) tez dorad», 15)
halo de diez pies de diámetro, 16) piel suave, 17) las siete pintes - d o s
plantas, dos palmas, dos hombros y la coronilla- bien redondeadas. 18)
axilas rellenas; 19) figura leonada, 20) cuerpo erecto, 21) hombros carga
dos; 22) cuarenta dientes; 23) dentadura blanca, pareja y cerrada; 24) los
cuatro caninos blanquísimos; 25) mandíbula felina, 26) saliva que mejora
el sabor de todas las comidas; 27) lengua larga y ancha; 28) voz profunda y
resonante (chakra laríngeo); 29) ojos azul oscuro, 30) pestañas com o de
toro; 31) entre las cejas una onda blanca que emite luz (chakra frontal); y
32) una protuberancia carnosa en la coronilla (chakra coronario).76
76
se extraviarían y jamás captarían el significado de mis buenas
palabras.
62. Considerando que ése es el estado de los seres —a lo
cual hay que agregar su falta de cumplimiento del deber- se
comprende cómo es que están atados a los placeres sensuales,
atontados por el deseo y cegados por la ilusión.
63. De la lujuria corren hacia la angustia; están atormen
tados en todos I06 niveles; el infortunio los abruma.
64. Continúan enredados en el matorral de las teorías sec
tarias, tales como "Es y no es; es así y no es así”. Buscando
una opinión certera para fundamentar sus argumentos, abrazan
la falsedad y no la abandonan.
65. Son tercos, orgullosos, hipócritas, pervertidos, malignos,
ignorantes y obtusos; de ahí que no oigan en innumerables
renacimientos la llamada del Buda.
66. A ellos, Sariputra, les digo: "Poned fin a vuestros pro
blemas.”
67. Cuando percibo, criaturas apesadumbradas por la des
ventura, les muestro el Nirvana y les revelo la sagrada Ley para
que aquéllos que la cumplan lleguen a convertirse en Ginas,
68. Impulsados por mi habilidad y mediante mi vehículo.
69. Descarta toda duda e incertidumbre; y si alguno las tu
viera, sepa que el Señor sólo dice la Verdad.
70. Lee anteriores Tathagatas —que ya se recluyeron en el
descanso final—.
71. También revelaron la más sagrada de las Leyes a través
de razones, argumentos e ilustraciones.
72. Y todos manifestaron que es uno solo el vehículo que
conduce a la madurez espiritual a incontables seres.
73. Aún así, los Ginas - considerando las distintas inclina
ciones y disposiciones de los diferentes seres- poseen múlti
ples medios a través de los cuales revelan al mundo, incluidos
los diuses, la Suprema Iluminación.
74. Y todos los que oyen o han oído la Ley de boca del
Tathagota; los que han dado limosnas; los que han seguido los
preceptos morales; ios que pacientemente llevaron a cabo sus
deberes místicos;
75. Los que se han liberado a sí mismos mediante el celo7
77
ascético y la meditación; los que sabiamente han reflejado la
Ley; y los que han realizado acciones meritorias, todos ellos
han alcanzado la Iluminación.
76. Y los que humildemente se sometieron y disciplinaron
bajo la dirección de los Ginas, también ellos llegaron a la Ilu
minación.
77. Además esos seres que veneraron las reliquias de los Bu-
das que han partido, erigiendo incontables stupas hechos de
gemas, oro, plata, cristal,
78. Esmeralda, “ojo de tigre’’, perlas, lapislázuli o zafiro;
79. Los que los construyeron de mármol, madera de sán
dalo, de aguileña, de cedro o de otras maderas;
80. Y los que —complacidos en sus corazones—, los levanta
ron de ladrillos, arcilla o tierra;
81. Aun los niños que, jugando, armaron montones de
arena; todos ellos, habiéndolos hecho con la intención de de
dicar esos túmulos a los Ginas, también obtuvieron la Ilumi
nación.
82. Asimismo, los que hicieron imágenes del Buda —ador
nado con los treinta y dos signos característicos—de joyas,
83. De las siete substancias preciosas, de cobre, de bron
ce;
84. De plomo, de hierro, de arcilla, de yeso;
85. Los que las han pintado sobre paredes;
86. O los niños que, con las uñas las han grabado sobre
madera;
87. También ellos han llegado a la Iluminación, convirtién
dose en seres compasivos que salvaron innumerables criatu
ras.
88. Aquéllos que ofrecieron flores y perfumes a las reli
quias de los Tathagatas;
89. Los que fabricaron instrumentos musicales, tambores,
cuernos, timbales;
90. Los que hicieron panderos, tamboriles, caramillos,
flautas;
91. Los que, para celebrar a los Sugatas, hicieron resonar
címbalos de hierro; los que para él cantaron dulces y amorosas
melodías;78
78
92. Todos ellos alcanzaron la Duminación,
93. Aun cuando sus pensamientos no estuvieran totalmente
concentrados en sus devotos actos.
94. Aquellos que, frente a un stupa, ofrecieron reverente
saludo, ya sea completo, juntando las manos, inclinando la ca
beza,
95. 0 simplemente diciendo “Honor al Buda”, también
ellos obtuvieron la Duminación.
96. Las criaturas que, en los días de los Sugatas actuales
o pasados, oyen con atención tan sólo el nombre de la Ley,
llegan a la Iluminación.
97. Asimismo, incontables Budas revelarán esta Ley
98. E inmedible será la pericia de ellos para educar a los
seres en el conocimiento superior, aquel que está libre de toda
imperfección.
99. Jamás ha existido una criatura que, después de oi'r
la Ley, no se convierta en Buda, porque este es el voto defini
tivo de los Tathagatos: "Pueda yo llevar a cabo mi deber,
conduciendo a otros a la Duminación.”
100. Y en el futuro también expondrán esta Ley, mostran
do el vehículo que conduce a la Duminación.
101. El curso de la Ley es Ininterrumpido y siempre mani
fiesta la naturaleza de sus propiedades. Sabiendo esto, los
Budas revelan este vehículo.
102. Ellos mostrarán la permanencia de la Ley, sus estables
reglas, su inamovible perpetuidad en el mundo, su capacidad
para despertar en los seres la consciencia suprema.
103. En todas las direcciones del espacio están los Budas
—incontables, como los granitos de arena del Ganges—, expo
niendo la Doctrina para el bienestar de los hombres
104. Esto6 Budas, si bien se manifiestan a través de dife
rentes medios, señalan un solo lugar: el de la suprema quie
tud.
105. Liberados como lo están de la voluble conducta de los
mortales, con ánimo y vigor, imparten constantemente su
luz.
106. Y con el sabio poder de sus diversos argumentos abar
can las múltiples inclinaciones de las distintas criaturas.79
79
107. Yo mismo, el Líder, estoy ahora manifestando —para
beneficio de los seres vivientes— esta Iluminación que se ex
pande en todas las direcciones.
108. Revelo la Ley en su diversidad y, atendiendo a las va
riadas disposiciones humanas, uso diversos medios para ele
var a cada uno de acuerdo a su propio carácter. Tal es el poder
de mi conocimiento.
109. Veo además a los miserables, deficientes en sabiduría y
conducta, deslizándose en los giros mundanos; retenidos en acia
gos lugares; sumergidos en aflicciones incesantemente renova
das;
110. Encadenados como están por el deseo, como un yak por
la cola; constantemente cegados por el placer sensual, no bus
can al poderoso Buda; no buscan la Ley que conduce al cese
del dolor.
111. En todos los estados de la existencia, ellos viven en
torpecidos por adherirse a sus mezquinos puntos de vista y
así sufren de dolor en dolor. Por ellos siento una gran com
pasión.
112. En la cima de la Iluminación, he permanecido tres
semanas enteras indagando y ponderando este tema, mirando
fijamente ese árbol.*0
113. Manteniendo sin vacilación mi vista sobre ese rey de
los árboles, caminé alrededor de su pie, pensando: “Esta Ley
es maravillosa y excelsa, mientras que las criaturas están ce
gadas por la torpeza y la ignorancia.”
114. Fue entonces cuando Brahma81 me suplicó. Y también
lo hicieron Indra"J , los regentes de todos los puntos cardina-
80 La higuera sagrada.
81 Brahma: Señor del Universo, primera persona de la trinidad hindú.
Es el Creador, la substancia de la que todas las cosas están hechas. (FK)
M Indra: Hijo del Cielo, del Paraíso y del Oriente. Jefe de los dioses
menores. (FK)80
80
les, Mahesvara” , Isvara*4, y la innumerable hueste de ma-
ruts85.
115. Todos estaban parados respetuosamente, con las manos
juntas, y yo me preguntaba qué hacer si, mientras pronuncio
palabras, los seres oprimidos por las maldades,
116. En su ignorancia no prestarán atención a la Ley que
anuncio; y, como consecuencia de ello, incurrirán en alguna
transgresión. Mejor seria que no hablara. ¡Ojalá que mi se
rena extinción se produzca en este mismo día!
117. Pero recordando a los anteriores Budas, decidí también
yo manifestar el conocimiento superior.
118. Mientras así meditaba, los otros Budas, de todas las
direcciones del espacio, se me aparecieron, diciéndome:
119. “ ¡Salud, Guía del Mundo! Ahora que has llegado a
una insuperable sabiduría, meditando sobre la habilidad de los
Líderes no haces sino repetir sus Enseñanzas.
120. Nosotros también, siendo Budas, aclararemos la más
alta palabra; porque los hombres, dadas sus bajas inclinacio
nes, pueden quizás en su ignorancia no creernos cuando les
decimos: “Os convertiréis en Budas.”
121. Desplegando nuestra habilidad elevaremos a muchos
fíodhisatvas y los llevaremos a obtener el fruto del espíritu.”
122. Me deleitaba oyendo la dulce voz del Líder de los hom
bres; y, en el regocijo de mi corazón, dije: “Las palabras de
los sabios no se pronuncian en vano.
123. Yo también actuaré de acuerdo a las indicaciones de
estas eminencias espirituales. Nacido en medio de la degra
dación y habiendo conocido el caos de este horroroso mun
do,
124. Acabo de convencerme que debo predicar la Doctrina.”
125. Por eso, en Benarés”*, puse en marcha la Rueda de la
*’ Mahesvara; tiran Señor del Mundo, que efectúa la destrucción y
Creación periódica. (FK)
M lavara, la única divinidad personal del mundo en sf y por s í; el ve-
danta insiste en la identidad con cada alma individual, dado que los dos no
son más que manifestaciones del mismo espíritu del Todo.
®* Maruls: dioses del temporal;echan lluvia sobre la Tierra.
m Benarés: la ciudad santa de los hindúes, situada a orillas del sagrado
81
Ley y, a partir de ese momento, aparecieron en el mundo tan
to el Nirvana como las Tres Joyas*1.
126. Muchos años he predicado, apuntando al Nirvana, al
cese de la miseria y de la existencia mundana. Así he habla
do todo el tiempo.
127. Y cuando vi innumerables criaturas procurando la Su
prema Iluminación,
128. Todas ellas atendiendo respetuosamente a las múlti
ples facetas con que los Ginas exhibían su habilidad,
129. Entonces concebí' la idea de que había llegado la hora de
anunciar la Ley y revelar la Suprema Iluminación, tarea para
la cual se produjo mi nacimiento en este mundo.
130. Este evento aún hoy es difícil de entender para los ig
norantes embotados por su orgullo.
131. Pero sabiendo que los Bodhisattvos me iban a escuchar,
dejé de lado toda dubitación o timidez y me dirigí a ellos, ele
vándolos a la Iluminación.
132. Viendo tantos valiosos discípulos, libres de imperfec
ciones, vaticiné que ellos también se convertirían en Budas.
133. La Ley que hoy transmito es de idéntica naturaleza
que la que predicaron los pasados santos y la que predicarán
los futuros Ginas,
134. A veces, en ciertos lugares, aparecen Budas de visión
ilimitada y predican la misma Ley.
135. Es muy difícil encontrarse con esta Ley, aún en in
contables kalpas. Más escasos aún son los seres que al oírla
adhieren a ella.
Gañices, famosa también por ser un centro de cultura sánscrita Hacia allf
fue el Buda para “girar la Rueda de la Ley en favor de los que viven on las
tinieblas". Existen en ella unos mil quinientos santuarios, la mayorfa de
los cuales están situados a orillas del rfo, constituyendo puntos de reu
nión de los peregrinos. Dice una leyenda que quien muera dentro de los
lím ites de esta ciudad recibe enseguida la perfecta redención. (Z y FK)
11 Ratona (taya, Tres Tesoros o Tres Refugios: Buda, Dhamma, Song ha
Una persona que se convierte en discípulo del Buda se ha de adaptar a su
Enseñanza <Dhamma) y a la comunidad u orden (Sangha), mediante la cual
su Doctrina se transmite. El voto de adhesión es. por lo tanto, triple:
"Buddham taranam upemi. D hamm an taranam upe mi, Sangham granam
upemL ", o sea "Me pongo bajo la protección de) Buda, del Dhamma y del
Sangha. (RR) 82
82
136. Asi como son rarísimos los brotes de la higuera —aun
que ocasionalmente los hallamos y son placenteros de ver—
y constituyen una maravilla,
137. Más asombrosa es la aparición de la Ley que proclamo.
Y cualquiera que la oye, y animosamente acepta o recita tan
sólo una palabra de ella, honra a todos los Budas.
138. Yo soy el soberano de la Ley y urjo a los demás a obte
ner la Iluminación, pero no tengo discípulos.
139. £ste misterio es para ti, Sariputra, y para todos los
Bodhisattvas que lo saben conservar.
140. Porque los seres, durante el período de las cinco kasa-
vos” son viles y malignos; están cegados por lo6 deseos sen
suales y nunca (ornan sus mentes hacia la Iluminación.
141. Algunos seres, habiendo oído las palabras del Gina, se
desviarán de ellas, las rechazarán y caerán en el infierno.
142. Pero a los modestos y puros, que procuran la Ilumi
nación, a ellos sin hesitación les expondré esta Ley.
143. Tal es la maestría de los Líderes: hablar sobre muchos
misterios; por eso es difícil entenderles.
144. No obstante, alejad toda duda e incertidumbre: os con
vertiréis en Budas.
UNA PARABOLA ( M o)
Entonces el venerable Sariputra, complacido, encantado,
estimulado y estremecido de alegría, extendiendo sus manos
juntas88 bis hacia el Buda y contemplándolo fijamente, le
habló en este tono:
—Señor, estoy asombrado, admirado; estoy extasiado al oír
la llamada del Buda. Porque antes, cuando o í esta Ley y me
enteré que los Bodhisattvas en el futuro serán Budas, sentí
una pena extrema, una enorme turbación de saber que me
vería privado de una visión tan grande como el conocimiento
del Tathagata. Y cada vez que, en mi diaria recreación, visitaba
las cavernas, los bosques, los jardines o los ríos, estaba siempre
ocupado con el mismo pensamiento recurrente: “A pesar
de que el acceso a la Ley es igual por cualquier medio, hemos
sido conducidos a ella por el Buda mediante un vehículqjnfe-
rior”. No obstante, Señor, de inmediato sentí que era por
nuestra culpa y no por la tuya que esto sucedía. Porque hemos
saludado al Señor cuando nos entregó la insuperable Ley, pero
sin hacernos adeptos a ella. Y sin entender el misterio del Buda,
hemos tomado a la ligera las Enseñanzas. Por esta actitud, Señor,
87
gata de nombre Padmaprabha91, dotado de ciencia y con
ducta, un Sugata, un conocedor del mundo, un insuperable
domador de hombres, un maestro de dioses y criaturas, un
Buda.
Para ese entonces, Sariputra, la tierra de ese Señor, el Ta-
thagata Padmaprabha, llamada Viraga92, será llana, placente
ra, bella, pura, próspera, rica, serena, habitada por muchas
razas. Será de lapislázuli y contendrá un tablero de ocho
compartimentos separados por filamentos de oro, encerrando
cada uno un precioso árbol siempre lleno de pimpollos o fru
tos.
Ahora bien, Sariputra, ese Tathagata alcanzará la Ley ins
trumentando distintos vehículos. Además, no aparecerá en una
época de decadencia, sino que predicará la Ley en virtud de un
voto hecho por él.
Ese período, Sariputra, será denominado Maharatnaprati-
mandita9' porque los Bodhisattvas son llamados “joyas" y
durante ese lapso habrá muchos de estos seres superiores po
blando la Tierra. Ellos, a su paso, irán pisando lotos94 y no
desplegarán su tarea espiritual por primera vez porque bajo
incontables Budas han plantado las semillas de la bondad y
han observado su deber. Son alabados por los Tathagatas
debido a su celo en la aplicación del conocimiento superior,
pero también se entrenan para trascender este conocimien
to como un acto más de desapego en el Sendero hacia la Ley.
Generalmente, Sariputra, la tierra pura rebosa de estos Bo
dhisattvas.
La vida de Padmaprabha durará doce kalpas y expirando el
último, anunciará el futuro destino como Buda de un Bodhi-
sattva llamado Dhritiparipurna9*, entrando luego al comple-
90
riendo al Nirvana”. Estos discípulos, aún bajo entrenamien
to. carecen de los falsos puntos de vista acerca del alma, de
la existencia y de la muerte, que podrían hacerles suponer
que han alcanzado la Liberación. Sin embargo, han cai'do
en la incertidumbre al oír de boca del Tathagata esta Ley
que no habían recibido antes. En consecuencia, por favor,
habíale a estos monjes para disipar su desasosiego, de modo
que puedan liberarse de la duda y la perplejidad.
A esta solicitud de Sariputra, el Gina le respondió:
—¿No te he dicho antes que el Tathagata predica la Ley a
través de hábiles medios, variando direcciones, indicaciones,
ideas fundamentales, interpretaciones, en atención a las dife
rentes disposiciones e inclinaciones de las criaturas cuyos
temperamentos son tan variados? Toda esta transmisión de
la Ley no tiene otra finalidad que la perfecta, Suprema Ilu
minación, hacia la cual conduce el principio de los Bodhi-
sativas. Pero para elucidar mejor éste, más extensamente, te
relataré una parábola cuyo sentido captan enseguida los hom
bres de buen entendimiento.
El Buda siguió diciendo:
—Supongamos el siguiente caso. En cierta localidad vivía
un padre de familia, viejo y rico. Tenia una gran mansión an
tigua, espaciosa y habitada por algunos seres. La casa no tenia
más que una sola puerta y techo de cañas; sus terrazas eran
vacilantes, las bases de sus pilares estaban carcomidas; el made
ramen y el yeso se había desprendida De repente, toda la
casa, por los cuatro costados, se prendió fuego. Imaginemos
que el hombre estuviera afuera, aunque en el interior no. Ese
hombre, viendo la residencia envuelta en llamas, se asustó y,
ansiosamente, hizo la siguiente reflexión: “Yo he sido capaz
de salir rápidamente de la casa con seguridad, sin siquiera
chamuscarme, pero mis criaturas permanecen adentro, entre
tenidas con sus juegos y distracciones. No perciben, ni saben,
ni comprenden, ni parece importarles que la casa esté ardien
do y, por lo tanto, no sienten temor ni conciben la idea de
escapar.”
El Tathagata continuó asi' la parábola:
—El hombre, Sariputra, fuerte y de poderosos brazos, pro-91
91
sigue reflexionando: “Con mi fortaleza podría estrechar a es
tas criaturas contra mi pecho y escapar. La casa no tiene sino
una abertura y la puerta está cerrada, mientras que los seres,
volubles, inseguros e infantiles como son, empezarán a correr
de acá para allá y sólo conseguirán sufrir y sucumbir en medio
del fuego. Entonces, les advertiré que salgan para no perecer”.
Pero esas criaturas ignorantes no prestan atención a las pala
bras de quien sólo desea el bienestar de ellos; no temen, no
están alarmadas y no sienten ningún recelo; no se preocupan,
no huyen, ni entienden el sentido de la palabra ‘'incendio”
y, por el contrario, corren de acá para allá. Luego, el hombre
vuelve a reflexionar: “La casa sigue quemándose; sacaré a esas
criaturas a través de hábiles medios". El hombre, que cono
ce la disposición y tiene una clara percepción de sus inclina
ciones, sabe que las criaturas tienen múltiples juguetes hermo
sos con los cuales entretenerse; por lo tanto, les dice: “Vues
tros juguetes son preciosos y admirables y estáis poco dispues
tos a perderlos; por eso los he sacado fuera de la casa para
que sigáis usándolos aquí. Venid, que a cada uno Ies daré lo
que desee, ya sean carros de bueyes, de cabras o de ciervos".
Las criaturas, oyendo esto, prontamente salen corriendo de la
mansión en llamas, con gran alegría, empujándose unos a otros
y gritando: “ ;A ver quién llega primero!"
El Gina siguió exponiendo la parábola:
—El hombre, viendo que los seres escaparon alegremente, y
sabiendo que ya estaban fuera de peligro, se sienta al aire li
bre, su corazón lleno de gozo y deleite, aliviado de problemas
y obstáculos. Las criaturas se llegan hasta él y le dicen: “ Da
nos ahora los juguetes, los carros de bueyes, loe de cabras y los
de ciervos”. Entonces, Saripulra, el hombre les da sólo cairos
de bueyes, confeccionados con las siete substancias preciosas,
provistos de bancos, con muchas campanillas, soberbiamen
te adornados con raras y maravillosas joyas, embellecidos con
valiosos festones, decorados con guirnaldas de flores, alfom
brados con colchones de algodón y coberturas de lana, tapi
zados de seda blanca, teniendo a ambos lados cojines, uncidos
con blancos, bellos y veloces bueyes, conducidos por una mul
titud de hombres. A cada una de las criaturas les da vario6
canos de bueyes del mismo tipo, provistos de banderas y pres
tos como el viento. El hombre lo hace, Sariputra, porque sien
do opulento y poseyendo muchos tesoros y graneros, piensa
correctamente asi: “ ¿Por qué deberia darles a estas criatu
ras canos inferiores, cuando ellos son mis joyas? Tengo vehícu
los tan grandes que debo tratar a las criaturas igualitariamente,
sin parcialidades. Ai poseer tanta riqueza podría dar semejan
tes vehículos a todos los seres, cuánto más a mis propias cria
turas”. Mientras tanto, los seres montan los carros con senti
mientos de asombro y curiosidad. ¿Qué opinas, Sariputra, es
este hombre culpable de falsedad por sostener que iba a otor
gar a las criaturas tres clases de vehículos y luego haberles
dado canos de un solo tipo, si bien de los mejores?
Sariputra conteató:
—De ninguna manera. Señor. Eso no es suficiente como pa
ra calificar a) hombre de falaario, siendo que sólo era una há
bil táctica para persuadir a sus criaturas a salir de la casa en
llamas y salvar de esta forma sus vidas. Y, además de rescatar
sus cuerpos, también recibieron regalos. Si ese hombre no les
hubiera dado ni un solo cano, aun asi tampoco podría con
siderarse hablar en falso, porque previamente meditó cómo
salvar a las criaturas del dolor, mediante algún recurso. En este
caso, teniendo en cuenta sus riquezas e impulsado por el amor
é las criaturas, ni siquiera los engaña al darles vehículos de un
solo tipo, y menos aún si son de tal grandeza.
El Buda le replico:
—Muy bien, Sariputra. es como dices. Así, también el Ta-
thogota se encuentra libre de todos los peligros, exento de to
do infortunio, desaliento, calamidad, dolor, angustia; ni lo en
vuelve la espesa y oscura bruma de la ignorancia. El Gina,
dotado de sabiduría, fuerza, ausencia de duda, facultades
extraordinarias mágicos poderes, es el Padre” del mundo;
es quien ha alcanzado la mus elevada perfección en el cono
cimiento de los hábiles medios; es misericordioso, benevolente
y compasivo. Aparece en este triple mundo —que se asemeja98
*® Bala, plural balani. Son las tuerta» que hay que cultivar para destruir
lúa latos que ligan al hombre a la rueda de la transmigración. I.on diet latos
Idata tam yojanani) son: 1) ta k ka ya d lltlsi, la creencia en un alma, la ilu
sión de ser un “yo" separado de loa demás arrea (o se» la herejía de la Indi
vidualidad), la especulación reapretó a que la propia individualidad es eter
na. la creencia de que en uno u otro de íoa cinco tk andhat lsegún /.¡miner
a) rupa, forma, comprende los cuatro elem entos —tierra, agua, fuego,
aire—, asf com o lo que nace de ellos, es decir, todos los fenóm enos físicos;
b) vedana, sensaciones, percepciones sensibles, sentimientos; c) sanjñu,
todas las nociones que constituyen la intelección autoconaciente; d) sam*
hora, predisposiciones, inclinaciones, moldes mentales; e) miñaría, concien
cia, discriminación, conocimiento. El primer skandha refiere al ámbito ma-94
94
to a estos seres el conocimiento, las fuerzas y la carencia de
dudas del Tathagata, sin emplear ningún recurso, ellos no es
caparán del encadenamiento a que los someten sus cinco sen
tidos y los placeres mundanos; no se liberarán del nacimiento,
la vejez, la enfermedad, la muerte, etc. por los cuales arden y
están atormentados. A menos que se vean forzados a dejar
el mundo - -que se parece a una casa en llamas— no podrán
terial y loa cuatro retíanles, al m ental.) existe un allá, esto es, uno entidad
permanente o inmortal, 2) vicikiecka, confusión, duda, perplejidad, incer-
tidumbre. 3 | silabbalaparamaso, el contagio vicioso de creer en los simples
ritos y ceremonias, en la infatuación de las meras obras, lo cual engendra
la ilusión de que ellos son suficientes para alcanzar la liberación espiritual;
I ) humacchonda, la excitación sensual, expresada bajo la activa, adhesiva e
impulsiva naturalria del deseo, K) v yapada, la malevolencia o mala volun-
in i harta alguien. fi| 'upo ragú el anhelo de existencia en los mundos de la
lorma tnip o lo kal, 7 1 orupamgo, el anhelo de existencia en los mundos sin
forma ta'U palokat •> elevados mundos celeste», 8) mano, orgullo, engrei
m iento, soberbia. Ill uddhatcam , desequilibrio, agitación, excitación con
moción t (Os oí uta ignorancia. (Lass cinco primeros lasos son los que
ligan a este munrt •, mientras que los resu m es lo harén a los mundos su
periores! tais cinco poderes que n o ta n los d w lasos citados son; 1) *add
tiuóisJum el poder d* la (r, 2) ririyeóofom. el poder de la energfa, 3 ) sati-
balam ei poder de la atención, i I samadhibalam. el podar de la concentra
c ió n .y 5) pmMahafsm. si poder d e is inteligencia (R R)
"" tm tnym es una de las m is amplias r importantes categorías de la
filosofía psicológica y de la ética budistas, significando “principio regula-,
dor, fueras directiva, flan, dinamia" Tiene las siguientes aplicaciones;
A) seiaanrtai con referencia • la percepción y a tu función, son seis: 1)
ra ieh u ojo o facultad de la (talón, 2> sol, ofdo o facultad de la audición;
.u ib a n , naris o facultad del olfato; ij>m h, lengua o facultad del gusto;
ó) hay. sensación corporal; 6j man. la mente o facultad del pensamiento.
U) material, con referencia s tos aspectos objetivos de materia y forma,
especie, característica, principio determinante. »igno, marca; son tres:
? i iIth el sexo femenina o Is feminidad. 0) puri». el sexo masculino o
mnsi-uliniibd. 91 pvif rula o vitalidad C) em ocional, con referencia a los
m odos, son cm ro. 101 auéfc. el placer. 11) d u kkh , el dolor; 12) tomonas»,
lit nlegvi« 13) drtmaaass, la tristeza, I4j upekh, indiferencia hedonfstica.
Hi moral, to n referencia s los motivos directores de la acción; son cinco:
IM toddli. Is tr. Ill) C'lrty, b energfa. 17 I sol. la atención; IBjaamodh, la
concentración, 10| paAñ. la intaligencb o razón, E) intelectual, con refe
rencia al conocim iento y a la introspección, son tres: 20) anaññata-ñossa-
m il, el pensamiento de llegar a conocer lo desconocido; 21) aññ, la gnosis;.
22) aññota, aquel que conoce. (RR)
Parecerían superpuestas las facultades 15 a la 19 con los cinco poderes
descriptos en la nota 99, pero HK aclara que estos úlimos son las faculta
des en acción o más desarrolladas.95
95
entrar en contacto con el conocimiento superior. Sariputra,
así como el hombre de nuestra parábola sin utilizar su fuer
za, atrae a las criaturas fuera de la casa mediante un hábil
recurso y luego les da magníficos carros, de esta misma forma el
Tathagata, dotado de sabiduría, sin usarla, muestra tres vehícu
los: el de los discípulos; el de los Pratyekabuddhas y el de los
Bodhisattvas. Por medio de ellos, atrae a las criaturas y les dice:
“No os deleitéis en el triple mundo —que es como una casa en
llamas—, con sus miserables formas, sonidos, olores, sabores y
texturas. Porque deleitarse en los sentidos es arder e inflamarse
con la inseparable sed que ellos provocan. Huid; recurrid a los
tres vehículos. Prometo daros los vehículos si huís del mun
do’'. Y para atraerlos les digo que estos vehículos son grandes,
alabados por los nobles, provistos de las cosas más placenteras
con las cuales divertirse y entretenerse de una manera no mise
rable, sintiendo el efecto de los poderes, las facultades, las
meditaciones, las emancipaciones y la concentración; todos
ellos factores que brindan felicidad y alegría.
El Buda siguió exponiendo:
—Sariputra, los seres que se han vuelto sabios tienen fe
en el Tathagata, el Padre del mundo, y por lo tanto se apli
can a realizar sus mandamientos. Entre ellos hay algunos que.
deseando seguir el dictado de una voz autorizada, se afanan
para adquirir el conocimiento superior en pro de su comple
to Nirvana. Estos son los que, codiciando el vehículo de los
discípulos, huyen del mundo, así como las criaturas que lo
hacen de una casa en llamas, impulsadas por el deseo de con
seguir un carro uncido con ciervos. Otros seres, deseosos de
ciencia, de autorrestricción, de tranquilidad, se aplican a reali
zar los mandamientos del Tathagata para comprender las cau
sas y efectos, en pro de su completo Nirvana. Ellos son los que
ansian el vehículo de los Pratyekabudas y huyen del mundo
—como de una casa en llamas- impulsados por el deseo de con
seguir un carro uncido con cabras. Por último están los que
siguen los mandamientos del Gina para entender el conocimien
to, los poderes y la carencia de dudas del Tathagata, en benefi
cio de la prosperidad y la felicidad de todos los sores, por com
pasión al mundo y en pro del completo Nirvana para cada
criatura. Estos, ansiando el gran vehiculo, huyen del mundo,
son llamados bodhisattvas y pueden asemejarse a quienes es
capan de una casa en llamas impulsados por el deseo de con
seguir un carro uncido con bueyes>ul. De la misma manera,
Sariputra, como ese hombre, viendo que sus criaturas ya se ha
llan fuera de peligro, les da un solo tipo de carro, asi' el Ta-
thgata comprobando que incontables seres se han recobrado
del mundo —liberándose de la pena, el terror y la calamidad-
obedeciendo los mandamientos del Gina, él les conduce al
desenvolvimiento, a !a bendición del Nirvana, mediante un so
lo tipo de vehiculo: el del Buda. Pero no enseña un Nirvana
particular para cada ser, sino que los impulsa a todos al mismo
Nirvana que él alcanzó. A esos seres, rescatados del mundo,
el Tathagata lee da como juguetes —para distraerlos con los
excelsos placeres de I06 nobles- los entretenimientos de la
meditación, la emancipación y la concentración. Y asi como
no puede acusarse a ese hambre de falsario por ofrecerles
a las criaturas la perspectiva de tres vehículos y luego darles
uno solo, tampoco el Tathagota incurre en falsedad cuando me
diante un hábil recurso primero saca a relucir tres vehículos y
luego conduce al completo Nirvana a través de un solo gran
vehículo. Porque el Gina, Sariputra. que es rico en tesoros y
almacena abundantes poderes, es capaz de enseñarles a todos
los seres la Ley conectada con el conocimiento superior. En
este sentido es que hay que entender por qué el Tathagata
muestra un solo vehículo.
En esa ocasión, el Señor pronunció las siguientes estrofas:
39. Un hombre tiene una vieja mansión, grande pero muy
inestable; sus terrazas decaen y las columnas están carcomi
das en sut bases.
4r * ventanas y balcones se hallan parcialmente arrui
nada * la pared, sus yesos y decorados se desprenden; la
Nótese cóm o, de loa tres tipos de teres, los dos primeros —discf-
pulot y P ra tytka b u d a t— responden a la corriente Hinayana (Pequeño Ve
hículo) del budismo por aspirar al com pleto Nirvana sólo para sí mismos, -
mientras que el tercero —el bodhúattva— se inscribe en la vertiente Maha
yana (Gran V ehículo) al pretender la Liberación para todos los aeres.
albardilla muestra desgarros del tiempo y el techo está aguje
reado por doquier.
41. Está habitada, aunque sus placares están llenos de su
ciedades.
42. Sus cielorrasos están arruinados; los divisorios derrum
bados, e infinidad de pájaros —como buitres, palomas y le
chuzas—anidan en el interior de la casa.
43. En cada rincón hay temibles serpientes venenosas, es
corpiones y ratas, así como perversas alimañas de todo tipo.
44. Además, uno puede toparse aquí y allá con seres no per
tenecientes a la raza humana. Apesta a excrementos y orina,
está llena de gusanos, insectos y polillas; resuenan en ella au
llidos de perros y chacales.
45. En ella hay horribles hienas acostumbradas a devorar
carcazas humanas y muchos caninos buscando golosamente
cadáveres.
46. Estos animales, debilitados por una hambruna perpe
tua, merodean por doquier para cebarse de sus presas y, dispu
tándoselas, llenan el lugar con sus gritos. Así es esta horrible
mansión.
47. También hay en ella duendes malignos que violan los
cuerpos, y en varios sitios anidan víboras y culebras.
48. Estas bestias se arrastran hacia todos los rincones
donde depositan sus crías, las cuales son frecuentemente de
voradas por los duendes.
49. Y cuando éstos se han saciado, de inmediato comien
zan a pelearse entre ellos.
50. También hay temibles bribones, algunos de tan sólo
un palmo, otros de un codo o dos, pero todos muy ágiles.
51. Ellos están habituados a apoderarse de los perros por sus
patas y estrellarlos contra el piso, atenazando lüego sus cuellos
hasta liquidarlos.
52. Allí también moran quejosos fantasmas desnudos, blan
cos, negros, altos, bajos, quienes hambrientos y buscando ali
mentarse, van emitiendo llantos angustiosos.
53. Algunos tienen picos como agujas, otros tienen caras
vacunas; son de tamaño humano o canino; tienen pelos enma
rañados y emiten plañideros llantos de hambre.
54. Esos duendes, fantasmas, trasgos, como buitres siem
pre están mirando en todas direcciones a través de las ven
tanas y troneras en busca de comida.
55. Tal es la terrible mansión, grande y de jerarquía, pero
inestable, llena de agujeros, frágil y lúgubre.
56. Y mientras su propietario se halla en el exterior, ella es
alcanzada por sus cuatro costados por una masa llameante.
57. Las vigas y cabrios son consumidos por el fuego; las
encendidas columna> y divisorios crepitan horriblemente mien
tras aúllan los duendes y los fantasmas.
58. Los buitres salen por centenas; los bribones se reti
ran con los rostros abrasados; innumerables dañinas bestias
de presa corren por todas partes, chamuscadas, gritando y
llorando.
59. Muchos pobres diablos deambulan victimas del fuego, y
mientras arden se desgarran unos a otros con los dientes y mu
tuamente se salpican con sangre.
60. Allí también perecen las hienas en el acto de comerse
entre sí. Los excrementos se calcinan y un repugnante hedor
se esparce en todas las direcciones.
61. Los gusanos que tratan de huir son devorados por los
bribones. Los fantasmas incendiados revolotean, perturbados
por el hambre y el calor.
62. En tal estado se encuentra esa inmunda mansión, a la
cual miles de llamas acometen por todas partes.
63. Pero el hombre contempla esto desde el exterior y oye
a las criaturas —cuyas mentes están concentradas en el juego
que las entretienen—tal como los tontos en su ignorancia.
64. Entonces se dirige a ellos, diciéndoles
65. ‘Esa casa miserable, espantosa, se halla presa del fuego;
66. Además allí hay víboras, perversos duendes, bribones,
fantasmas, hienas, jaurías de perros y chacales y buitres bus
cando víctimas.
67. Todo esto sucede en esa mansión.*’
68. Sin embargo, las tontas criaturas, pese a la exhortación,
desoyen las palabras del padre, embaucadas como están por sus
juguetes; ni siquiera les entienden.
69. Luego el hombre piensa: “Estas criaturas me provocan
una gran ansiedad. Son mis hijos y no quiero que perezcan por
el fuego."
70. De inmediato se le ocurre un plan; como las criaturas
son aficionadas a los juguetes, les dice:
71. “Oíd, hijos míos; tengo carros de distinto tipo, sober
bios, grandes, completamente equipados y uncidos con cier
vos, cabras y bueyes.
72. Están aquí afuera; corred y haced de ellos lo que que
ráis; los he mandado a fabricar para vuestro entretenimien
to."
73. Todas las criaturas, oyendo esto, salen precipitadamen
te al exterior, liberándose así del peligro.
74. Viendo que las criaturas han salido, el hombre se sien
ta a descansar, aliviado, y piensa:
75. “Estos pobres hijos míos, que he recuperado con di
ficultad, estaban encerrados en una casa terrorífica, misera
ble y llena de alimañas.
76. Y mientras ardía, envuelta en miles de llamas, ellos se
entretenían allí jugando, pero ahora los he rescatado por lo
que me siento muy feliz."
77. Las criaturas, viendo su alegría, se aproximan y le
dicen: “Querido padre, danos, como nos has prometido, esos
vehículos de tres tipos,
78. Cumple con tu palabra, ahora que ha llegado el mo
mento.” 7980123
79. El hombre que poseía abundantes tesoros en oro, pla
ta, piedras preciosas, perlas, metálico, esclavos, sirvientes,
vehículos diversos,
80. Carros hechos de substancias preciosas, uncidos con
bueyes, excelentes, con bancos, campanillas, sombrillas, ban
deras, adornados con gemas,
81. Embellecidos con oro y festones por todas partes;
cubiertos con excelente paño y finísima muselina blanca;
82. Equipado con colchones de seda, cojines, alfombras
seleccionadas mostrando figuras de cisnes y grullas, todo ello
de gran valor.
83. Los carros están uncidos con bueyes blancos, bien ali-
mentados, fuertes, grandes, finos y atendidos por numerosas
personas.
84. El hombre les da esos excelentes carros y sus criatu
ras, encantadas con ellos, juegan desplazándose en todas direc
ciones.
85. De la misma manera, Sariputra, yo, el gran Profeta, soy
el protector y padre de todos los seres; y todas las criaturas,
parecidas a niños que son cautivados por el mundo, son mis
hijos.
86. Este mundo es tan terrible como esa casa, abrumado
por los demonios, enteramente inflamado en los cuatro cos
tados por todo tipo de calamidades.
87. Pero yo, que estoy desligado del mundo, vivo retira
do en un bosque ' El mundo es mi dominio y los que en él
sufren un quemante calor1'1*, son mis hijos.
88. Les hice notar las maldades que existen para salvarlos,
pero no me escuchan porque son ignorantes y sus corazo
nes están encadenados a los placeres sensoriales.
89. Entonces empleo un hábil recurso y les hablo de los
tres vehículos, mostrándoles los medios para evadirse del
mundo.
90. Los que adhieren a mi', los que son poderosos en las
facultades trascendentes, los Pratyekabudas, los Bodhisatt-
vas,
91. Y los que igualmente son mis hijos, a ellos les exhi
bo, mediante esta excelente alegoría, el único vehículo, el
del Buda, y les digo: "Recibidlo y os convertiréis en Ginas. ”
92. El conocimiento de los Dudas es lo más excelso, su
blime y exaltado que existe en el mundo.
93. Los poderes, las meditaciones, los grados de emanci
pación y la auto-concentración son las interminables y delei
tosas virtudes de este vehículo.
94. Y jugando con él, se pasan los días, las noches, las
quincenas, los meses, las estaciones, los años, los kalpas.
95. Este es el excelso vehículo de joyas que diversos Rod- ^10
101
hisattvas y discípulos, siguiendo al Sugata, emplean para lle
gar a la cima de la Iluminación.
96. Debes saber, Sariputra, que no existe un segundo
vehículo que pueda hallarse en este mundo, aunque los bus
ques por todos lados, aparte del recurso usado por el más ele
vado de los seres.
97. Vosotros sois mis hijos, y yo vuestro padre, quien
os ha removido del dolor del mundo, del temor y el peligro,
cuando habéis estado ardiendo durante incontables kalpas.
98. Predico el Nirvana y, a pesar de que aún no habéis al
canzado el reposo final, os rescataréis del problema que sig
nifica el mundano rotar.
99. Los Bodhisattvas aquí presentes obedecen mis reglas.
Tal es la habilidad del Gina que disciplina a muchos Bodhisatt
vas.
100. Cuando las criaturas de este mundo se deleitan en ba
jos y despreciables placeres, el Jefe del mundo —que siempre
dice la Verdad- señala al dolor como la primera gran Ver
dad.
101. Y a los que son ignorantes y demasiado primitivos
como para descubrir la raíz de dicho dolor, les abro el cami
no, diciéndoles: “La pasión es el origen del dolor.” Esta es la
segunda Verdad.
102. Siempre hay que tratar de desapegarse, de suprimir
las pasiones. La tercera Verdad es esa supresión que permite
salir del cautiverio,
103. Que permite la emancipación de las quimeras, aunque
así no se alcance aún el completo reposo.
104. Y nadie alcanza el reposo final antes de haber obtenido
la Suprema Iluminación, porque esa es la voluntad del regente
de la Ley104, que ha aparecido en este mundo para conducir
a la beatitud.
105. Esto, Sariputra, es el texto definitivo de mi Ley, que
ahora predico en todas las regiones por última vez, para bienes
tar del mundo entero.
102
106. Y si alguien dice: “Acepto alegremente estas palabras”,
y da muestras de la mayor reverencia, puedes considerar a ese
ser como incapaz de retroceder en su desenvolvimiento.
107. Para creer en este sutra uno debe haber visto anterio
res Tathagatas, haberles tributado honores y oído una Ley si
milar.
108. Para creer en mi suprema palabra, uno debe haber
me visto; tú y la asamblea han contemplado a estos Bodhi-
sativas.
109. Este sutra es apto para confundir al ignorante. No lo
pronuncies antes de haber penetrado en el conocimiento su
perior; ni siquiera es adecuado para la jerarquía de discípulos
o de Pratyekabudas.
110. Pero tú, Sariputra, a pesar de tu buena voluntad, no te
apresures a hablarle a los discípulos; ellos ya penetrarán en
mi fe.
111. Tampoco toques este tema con los arrogantes, ni con
los engreídos, ni con los yogis que no son auto-restringidos,
ni con los tontos que, siempre revolcándose en los placeres
sensuales, desdeñan ciegamente la manifestación de la Ley.
112. Ahora escucha el deplorable resultado de despreciar
mi habilidad y las reglas que el Buda ha fijado para el mun
do; cuando uno, con hosco semblante, rechaza el vehículo.
113. Entérate del destino de quienes objetan un sutra co
mo este, ya sea durante mi vida o después de mi Nirvana,
o de quien ha maltratado a monjes.
114. Después de desaparecer de entre los hombres, mo
rarán en el infierno mis bajo durante un kalpa entero y luego
caerán cada vez más, pasando a través de repetidos nacimien
tos durante incontables kalpas.
115. Y cuando se han esfumado de entre los habitantes del
infierno, descenderán a la condición de bestias —perros y cha
cales—para convertirse en la diversión de los demás.
116. Bajo tales circunstancias, crecerán negruzcos, man
chados, cubiertos de llagas, sarnosos, pelados y enclenques.
Así padecerán quienes han sentido aversión a mi Suprema
Iluminación.
117. Serán despreciados aun entre los animales; chillarán103
103
al ser golpeados con piedras o armas; por doquier los amena
zarán con palos y sus cuerpos se extenuarán de hambre y de
sed.
118. A veces se convertirán en camellos o asnos, llevando
cargas y serán azotados con látigos o varillas; estarán cons
tantemente ocupados con pensamientos de comida.
119. En otros tiempos se volverán desagradables chaca
les, medio ciegos y cojos; serán desamparadas criaturas ve
jadas por los niños, que les tirarán piedras.
120. Huyendo de todas partes, deambularán torpemente
sin sosiego.
121. Otros, sin pies, se arrastrarán sobre sus panzas; ser
devorados por otros animales es el horroroso castigo que de
ben sufrir por haber desdeñado un sutra como éste.
122. Los que no tienen fe en mis palabras, cuando asumen
forma humana, nacen rengos, mutilados, pervertidos, tuer
tos, ciegos, torpes y primitivos.
123. Nadie se queda al lado de ellos: sus bocas emiten un
aliento pútrido; un espíritu maligno entra en el cuerpo de lo6
que no creen en la Suprema Iluminación.
124. En la necesidad, se ven obligados a realizar labores
serviles, siempre para otros. Febriles y sujetos a muchas en
fermedades, erian por el mundo desprotegidos.
125. El hombre a quienes sirven no desea retribuirles en
demasía y lo que les da pronto se les pierde. Tal es el fruto
de la corrupción.
126. Hasta los remedios mejor preparados, administrados
por hombres capaces, en tales circunstancias no hacen sino
incrementar sus enfermedades y sus males no tienen fin.
127. Algunos cometen asaltos, pendencias y actos de hos
tilidad, mientras que otros roban bienes; todo esto realiza
el pecador.
128. Los que desdeñan mis reglas nunca ven al Señor del
mundo, al Rey de reyes, rigiendo la Tierra, porque están con
denados a nacer en un tiempo equivocado.
129. El tonto no escucha la Ley; es sordo e insensible y nun
ca encuentra reposo por haber despreciado la Iluminación.
130. Durante innumerables kalpas —tantos como los gra-
nitos de arena del Ganges— será torpe y defectuoso; éste es
el maligno resultado de haber rechazado este sufra.
131. El infierno es su jardín; su morada un lugar de infor
tunios; continuamente viven entre asnos, cerdos, chacales y
perros.
132. Y cuando asume forma humana, es ciego, sordo, estú
pido, siervo, y siempre pobre.
133. Las enfermedades, las heridas, las costras, la sarna,
la tiña, la lepra, las ronchas y los hedores serán sus atavíos y
ropajes.
134. Su visión es turbia para distinguir la realidad. Su ira es
poderosa en él y su pasión es muy violenta; siempre se delei
ta con visceras animales.
135. Podria, Sariputra, seguir un kalpa entero enumerando
las maldades de quien desdeña mi sufra, y aún asi no termina
ría.
136. Como soy cauto, te ordeno, Sariputra, que no expon
gas un sufra como éste delante de los tontos.
137. Pero aquéllos que son sensibles, instruidos, creyentes,
inteligentes, sabios y que procuran la Suprema Iluminación, a
ellos puedes exponerles su real significado.
138. Aquéllos que han visto incontables Budas, que han
plantado innumerables raices de bondad y asumieron el so
lemne voto, ellos merecen oírlo.
139. Quienes, llenos de energía y humanidad, han desa
rrollado durante mucho tiempo el sentimiento de ternura,
dando su cuerpo y su vida, en su presencia puedes predicar
este sufra.
140. A los que muestran mutuo amor y respeto, que no
alternan con los ignorantes y se contentan con vivir en ca
vernas, a ellos ex pone les este santificado sufra.
141. Si llegas a ver hijos del Buda que se apegan a virtuosas
compañías y evitan las malas, revélales este sufra.
142. Quienes no han quebrado sus votos morales, son pu
ros como gemas; a ellos y también a los devotos del estudio
puedes exponerle este sufra.
143. Los que no son irascibles, siempre sinceros, llenos de105
105
compasión por todos los seres vivientes y respetuosos de los
Sugatas, ante ellos puedes exhibir este sutra.
144. A uno que está en la congregación, sin dudas ni dis*
tracciones mentales, y expone la Ley mediante innumera
bles argumentos, a él manifiéstale este sutra.
145. Quien, deseoso de adquirir el conocimiento superior,
respetuosamente alza sus manos juntas, o que busca por todas
partes a fin de encontrar algún monje dotado de sagrada elo-
cuentia;
146. El que conserva en la memoria los grandes sufras, sin
inclinarse por otros textos, ni retiene tan sólo una estrofa de
otros trabajos, a todos ellos puedes brindarles este sublime
sufra.
147. El que busca un sufra tan excelente como éste, y que
después de obtenerlo lo venera, es como el hombre que porta
una reliquia del Tathagata que ardientemente ha deseado.
148. No te preocupes por otros sufras ni otros textos que
enseñan filosofías profanas; tales obras sólo son adecuadas
para los tontos; evítalas y predica este sufra.
149. Durante un kalpa entero, Sariputra, podría hablar
de esto, pero ya es suficiente: puedes revelar este sufra a to-
dos los que procuran la Suprema Iluminación.106
106
CAPITULO IV
DISPOSICION > W iN 6 t)
108
manes, Kshatriyas, Vaisyas y Sudras,0B; reposaba con gran
pompa en un magnífico trono apoyado sobre una tarima de
corada con oro y plata y, al tiempo que manejaba sus cuantio
sos negocios, bajo un toldo adornado con perlas, flores y guir
naldas de joyas, era abanicado con hojas de plantas. El hom
bre pobre vio a su propio padre sin reconocerlo y se sintió alar
mado, embargado por un sentimiento horripilante y su mente
estremecida por este pensamiento: “ Inesperadamente me he
topado con un rey o un ilustre. La gente como yo nada tiene
que hacer en un lugar como éste; es en las calles donde los
pobres encuentran mejor, sin dificultad, su comida. Más vale
me voy de aquí sin más dilación, no sea que me pongan a hacer
trabajos forzados por incurrir en alguna ofensa.” Entonces,
Señor, el hombre pobre parte velozmente, huye, no se expo
ne a los peligros. Pero el hombre rico, sentado a la puerta de
su mansión, reconoce al hijo a primera vista; por lo tanto,
está contento, encantado, deleitado, lleno de gozo y alegría.
Piensa “ ¡Qué maravilla; ha sido encontrada quien disfrutará
esta plenitud de bienes! El, en quien be estado pensando una
y otra vez. está aquí, ahora que soy viejo."
Luego, la parábola traída a colación por los venerables,
siguió en estos términos:
-A l instante, despacha emisarios a quienes dice: “ Id y traed
me a ese hombre”. Los interpelados van a toda velocidad y
109
se apoderan del hijo quien, aterrorizado, alarmado, embarga
do de temor, agitada su mente, lanza angustiosos lamentos,
grita y exclama: “No os he ofendido”. Pero ellos arrastran
violentamente al hombre pobre, a pesar de sus siiplicas. El,
paralizado por una sensación de horror, piensa: ‘Temo que he
de ser castigado con la pena capital; estoy perdido”. Se desmaya
y cae a tierra. Su padre, acongojado y próximo a perder el
aliento, le dice a los sirvientes: “Ño lo llevéis de esa manera”.
Al mismo tiempo, lo rocía con agua fría, sin decirle nada.
El hombre rico, sabedor de su elevada posición, comprende
la actitud sumisa del pobre, pero se cuida muy bien de acla
rarle que él es su hijo. Llama a uno de sus sirvientes y le dice:
“Ve. y dile a ese hombre que es libre de ir adonde quiera".
El sirviente obedece; el hombre pobre queda asombrado al
oír estas palabras y comienza a alejarse de ese lugar. El padre,
para atraerle, pone en práctica un hábil recurso. Para ello em
plea a dos hombres deformes y de prosperidad dudosa. Les di
ce que vayan y contraten al hombre pobre para realizar la
bores en su casa por un jornal doble del común, y les instru
ye que si el hombre preguntara qué clase de labores, le digan
que es para limpiar la suciedad acumulada. Los dos sirvien
tes buscan aJ hombre y lo comprometen para la tarea asigna
da. Entonces, entre los tres realizan esa labor por la paga pro
metida, mientras residen en un cobertizo de paja vecino a la
mansión del patrón. Este observa a través de la ventana a su
propio hijo limpiando la suciedad y nuevamente se ve im
pactado por el asombro de este hallazgo.
Luego, la historia siguió desarrollándose así:
—El dueño de la mansión deja de lado su sortija, aparta sus
suaves, limpios y finos atavíos, se pone una prenda sucia, toma
un canasto en la mano derecha, lo embarra y se acerca al hi
jo, a quien saluda de lejos, diciéndole: “Por favor, toma este
canasto y sin demora quítale el polvo". Mediante este recurso,
se las ingenia para hablar con su hijo. Luego agrega: “Quédate
a mi servicio; te daré una paga extra y puedes pedirme lo
que quieras, ya sea un pote, una vasija, una marmita, leña, sal,
comida o ropa. Tengo una capa vieja; si la deseas, te la daré.
Cualquier utensilio que anheles, lo tendrás de mí. Mírame eolio
lio
mo si yo fuera tü padre, ya que soy viejo, y tú joven. Además,
me has prestado un gran servicio limpiando la suciedad, sin
dar jamás muestra de debilidad, perversión, arrogancia o hipo
cresía. No he descubierto en ti los vicios tan comunes en los
otros sirvientes; por eso de aquí en más eres como mi propio
hijo". Desde ese entonces, el hombre rico se dirige al pobre
por el nombre de “hijo" y este se siente como tal frente al
anciano. Así, después de extrañar tanto a ese hijo, el padre lo
tiene a su servicio durante veinte años, al final de los cuales
el hombre pobre termina por hallarse muy a gusto, entrando
y saliendo de la mansión, a pesar de seguir habitando el cober
tizo. Al tiempo, el dueño de casa cae enfermo y presiente que
su muerte no está lejana. Entonces le dice a su hijo: ‘‘Poseo
abundante metálico, tesoros y graneros. Estoy muy enfermo y
deseo tener a alguien a quien cederle mis bienes, alguien que
los recoja. Acéptalos ya que tú eres tan dueño de ellos como
yo y por eso no debes desecharlos". Así es como el hombre
pobre acepta los valores aunque para él poco significan —no
mas que un puñado de harina—; sigue viviendo en el cober
tizo y considerándose tan pobre como antes.
Los venerables continuaron exponiendo esta parábola de la
siguiente forma*
—Después de un tiempo, el dueño de casa percibe que su
hijo está capacitado para ahorrar y lo encuentra maduro, men
talmente desenvuelto y consciente de su pasada pobreza.
Aproximándose la hora de su muerte, manda llamar al here
dero y lo presenta a un grupo de gente que congrega a ciuda
danos y autoridades, emitiendo estas palabras: “Oíd, señores;
éste es mi propio hijo, el que he engendrado. Hace cincuenta
años que desapareció de su ciudad natal y, al reencontrarnos,
le dejo todas mis rentas, y todos mis bienes personales deben
ser acreditados como suyos” El hombre pobre, al oír tal afir
mación quedó asombrado y maravillado; pensó: "Inesperada
mente he obtenido metálico, tesoros y graneros". De la misma
forma, Señor, nosotros representamos a los hijos del Tathagata
y estamos oprimidos por tres dificultades, a saber: la dificul
tad del dolor,'09 la dificultad de las concepciones110 y la di-
109 D ukkha, dolor, la primera de las "Cuatro Nobles Verdades”, que el
a1
111
ficultad de la transición.1" En el mundano rotar nos hemos
adaptado a sus bajezas; por eso el Señor nos ha incitado a refle
xionar en las leyes inferiores como si ellas fueran similares a
un montón de suciedad. Una vez que hemos tomado conscien
cia sobre esta situación, nos hemos esforzado por buscar como
recompensa el Nirvana y estamos contentos con lo que hemos
obtenido. Pero el Señor no pone atención en nosotros como
tampoco dice que el tesoro del Tathagata nos pertenecerá, pese
a que hábilmente nos apunta como sus herederos. Y nosotros
no anhelamos impacientemente disfrutar de esta herencia por
que estimamos que ya es una gran ganancia haber recibido del
Señor el Nirvana. Predicamos a los Bodhisattvas un sublime
sermón acerca del conocimiento superior; lo explicamos,
exhibimos y demostramos sin encapricharnos con él porque el
Tathagata, por su habilidad, sabe de nuestra disposición, mien
tras que nosotros la desconocemos. Por esta misma razón es
que el Señor acaba de decimos que para él somos c mo sus
hijos y, por lo tanto, sus herederos. Pero aunque el nivel sea
bajo, el Señor percibe nuestra fuerza interior y nos «plica la
,,J HK sostiene que aquí el Buda asume la fisura del Dharmaraga (ver
nota 104), el Señor de la Muerte, y frente a ella aun las acciones más vir
tuosas no pueden detenerla, com o queda en claro en las estrofas siguientes.17
117
CAPITULO V
126
medios y a través de qué tipo de trabajo podrá adquirir tal
sabiduría y tales virtudes?”
Los Profetas le responden: “Si ése es tu deseo, vete a vivir
a ios bosques o a las cavernas, para meditar sobre la Ley y dese
char las bajas pasiones. Asi' lograrás las virtudes de un asceta119*
y adquirirás las facultades trascendentes”. El hombre capta el
sentido y se convierte en un asceta. Viviendo en los bosques,
su mente se centra en un solo objetivo, se desapega de los deseos
mundanos y se transforma en un superdotado. Después de esta
adquisición, reflexiona así: “Antes no actuaba correctamente
y, por lo tanto, nada buefto me podía suceder. Ahora puedo ir
doquiera me impulse la mente; otrora era un ignorante, un
ciego."
Esta, Kasyapa. es la parábola que he inventado para hacerte
comprender la moraleja que resulta de ella. La palabra "cegue
ra" es la designación para las criaturas sujetas al mundano ro
tar; las que desconocen la verdadera Ley y se hallan envueltas
en la densa oscuridad de las pasiones malsanas. Ellas están cega-'
das por la ignorancia'10 y, en consecuencia, elaboran concep
tos,11' etiquetas y form as/11 generando así una inmensa masa
de calamidades.
Las criaturas, cegadas por la ignorancia, quedan sujetas al
mundano rotar; pero el Tathagala —que está fuera de ese enca
denamiento— siente compasión, e impulsado por este sentimien
to aparece en la Tierra cuando percibe que los seres viven penan
do, sin encontrar los medios para escapar de su esclavitud.
Viendo esto, saca la siguiente conclusión: “Los seres, de acuer
do con la calidad de los trabajos que realizaron en sus pasadas
existencias, poseen endebles aversiones y fuertes apegos, o ende-
129
71. Si deseas el conocimiento superior, dirige tu atención a
la sabiduría; luego vete a los bosques y medita sobre la Ley
pura; entonces adquirirás las facultades trascendentes.
72. El hombre capta el significado, va al bosque, medita con
gran atención y se dota de virtudes, adquiriendo pronto las
facultades trascendentes.
73. Igualmente, todos los discípulos presumen haber alcan
zado el Nirvana, pero el Gina les instruye haciéndoles ver que
su estado es el de un reposo temporario y no la quietud final.
74. Es un artificio de los Budas hacer este anuncio; “No hay
Nirvana real sin omnisciencia. Tratad de lograrla”.
75. El ilimitado conocimiento de los tres Caminos, de las seis
Perfecciones,'J7 del Vacío, de la ausencia de propósitos y de
restricciones;
76. La idea de la Iluminación y otras leyes que conducen al
Nirvana y todo lo que carece de imperfección es comparable a
un espacio etéreo.
77. Las cuatro Brahma-viharas11* y los cuatro Sangrabas, ' ”
así como todas las leyes son sancionadas por eminentes sabios
para educación de las criaturas.
78. Aquel que conoce esto y, además que todo6 los fenóme
nos y cosas poseen la naturaleza de la ilusión y los sueños; que
son endebles como los tallos del plátano,110 que son parecidos
a un eco;
132
2. Kasyapa verá incontables Ginas, al amparo de los cuales
llevará una vida espiritual para conseguir el conocimiento su
perior.
3. Después de haber rendido homenaje a los Li'deres y ad
quirir sabiduría, en su última encarnación será un Señor del
mundo, un incomparable gran Profeta.
4. Su tierra será magnífica, excelente, pura, buena, bella,
hermosa, deleitable y decorada con filetes de oro.
5. Esa tierra será como un damero dividido en ocho compar
timentos con un árbol de joyas en cada uno, desprendiendo
fragantes aromas.
6. Estará adornada con muchas flores y embellecida por va
riados brotes. En ella no habrán zanjas ni precipicios.
7. Allí se encontraran innumerables Bodhisattvas, de mentes
controladas y mágicos poderes; valientes custodios de los Su
tras de gran exteraión.
8. También se hallarán discípulos, impolutos príncipes de la
Ley, atravesando los últimos periodos de sus vidas. Su número
no será nunca conocido, aunque uno contara durante muchos
halpas, incluso con ayuda del conocimiento divino.
9. El mismo, Rasmiprabhasa, permanecerá doce kalpas, mien
tras que su Ley será imitada un tiempo mayor aún.
Entonces los venerables Maha-Maudgalyayana, Subhuti y
Maha-Katyayana, temblando de emoción, contemplaron al
Señor con ojos decididos y. al unísono, pronunciaron men
talmente las siguientes estrofas:
10. Oh, Santificado, gran Héroe, León de los Sakyas134, In
superable, emite tu compasiva palabra.
11. El más elevado de los seres, el Gino, el que conoce
134 Le6n de los Sakyas (clan), otro de tos apelativo» que recibió el
Buda histórico En *1 .Uatnavi «Versus espirituales) de Mevlana Jalaludin
Rumi (1207-1273), se lee: "El Profeta dijo a Alf: Oh, Alf, tú eres el León
de Dios, un héroe muy valiente, sin embargo no conffes en tu valor de
león, sino más bien busca refugio bajo la palmera de la Verdad" (edición
Dervish International, Bs. As. 1983). Es notable la similitud de buscar la
Verdad o Iluminación bajo una planta, ya sea la palmera o la higuera, pro
puesta por ambas escuelas.13
133
el término fatal',s , nos rociarías con néctar134 si también pre
dijeras nuestro destino.
12. Es como si un hombre, en tiempo de hambruna, con
sigue buena comida, pero a quien se le dice que debe esperar
para comerla;
13. Así es con nosotros que, después de considerar el
vehículo inferior, en la calamitosa oportunidad de los malos
tiempos, estuviéramos anhelando el conocimiento superior.
14. Pero el Profeta, perfectamente Iluminado, aún no nos
ha favorecido con la predicción de nuestro destino, como
si hubiera dicho: “No comáis el alimento que está en vues
tras manos.”
15. Por eso, Héroe, ansiamos oír tu exaltada voz; y, al
recibir la predicción, podamos aquietar nuestros espíritus.
16. Señor, pone fin a nuestra sensación de pobreza con tu
benevolencia y misericordia.
El Señor, que también en su mente aprehendió los pensa
mientos que nacían en los grandes discípulos, se dirigió nue
vamente a toda la asamblea:
—Monjes, este gran discípulo Subhuti, rendirá homenaje
a incontables Budas, mostrándoles respeto, honra, reveren
cia y veneración. Bajo su tutela, llevará una vida espiritual y
adquirirá la Iluminación. Después de la obtención de tales vir
tudes, en su última encarnación, se convertirá en un Tatha-
gata, con el nombre de Sasiketu'3' . Su tierra se llamará Rat-
na&ambhavo,J* y su época Ratnaprabhasa139. Esa tierra será
bella, cristalina, esparcida de árboles de joyas y flores; caren
te de zanjas, precipicios y albañales. Allí los hombres vivirán
en palacios; habrá muchos discípulos e incalculables Bodhi-
sattvas. La vida de ese Señor durará doce kalpas, su Ley más
134
aún y, mientras reposa en el firmamento, predicará la Doc
trina a los monjes, y educará a numerosos seres.
En esa ocasión, el Señor pronunció las siguientes estro
fas:
17. Tengo algo que anunciaros, monjes, algo que debéis
conocer; oíd: Subhuti se convertirá en el futuro en un Bu-
da.
18. Después de haber visto los más poderosos Ginas du
rante incontables kalpas, enfilará directamente hacia el Sendero
que lleva al conocimiento superior.
19. En su última encarnación este Héroe, poseedor de
los treinta y dos signos distintivos, devendrá un Profeta simi
lar a una columna de oro14®, benéfico y generoso para el mun
do.
20. La tierra donde este Señor del mundo salvará a innu
merables seres, será bella y deleitable para todos.
21. En ella habrá muchos Bodhisattvas que harán girar
la Rueda que nunca retrocede ni se desvía. Dotados de suti
les virtudes serán los ornamentos de esa tierra.
22. Sus discípulos, que superarán todo cálculo y medida,
estarán agraciados con facultades trascendentes, ciencia, po
deres mágicos y emancipaciones.
23. Su fuerza, cuando revela la Suprema Iluminación, es
inconcebible. Los dioses y los hombres, tan numerosos como
loa granitos de arena del Ganges, siempre lo saludarán reve
rentemente, con tas manos juntas alzadas.
24. Su existencia durará doce kalpas; la imitación de su ver
dadera Ley, muchos más.
Otra vez el Señor se dirigió a toda la asamblea:
—Os anuncio, monjes, os hago saber que mi discípulo Maha-
Katyayana, aquí presente, rendirá homenaje a incontables
Budas y cuando desaparezcan de la faz de la tierra, construi
rá para ellos stupos de mil y oganas de alto y cincuenta de diá
metro. fabricados con las siete substancias preciosas141. Re-140*
140 Salomón, rey de Israel, representa la columna de la Sabiduría por
que concibió el soberabio modelo del templo que inmortalizó su nombre.
(Z)
,4‘ Ver nota 57.
verenciará esos túmulos con flores, incienso, guirnaldas per
fumadas, ungüentos, polvos, mantos, sombrillas, estandartes,
banderas y gallardetes triunfales. Después de estas muestras
de veneración, en su última encarnación, se convertirá en un
Buda dotado de ciencia y conducta, de nombre Gambunada-
Prabhasa'42. Su tierra será hermosa y pura, libre de derao-
nios y de seres irracionales, y estará repleta de discípulos y
Bodhisattvas. Su existencia durará doce kalpas; la imitación
de su Ley, muchos más.
En esa ocasión, el Señor pronunció las siguientes estro
fas:
25. Escuchadme, monjes, porque voy a proferir la pala
bra infalible14314. Katyayana venerará a los Guías del mundo,
26. Mostrando su respeto de distintas formas y constru
yendo stupas después que ellos desaparezcan.
27. En su última encarnación será un Gina, en una tierra
pura y que, adquiriendo el completo discernimiento, predica
rá la I^ey a incontables seres.
28. Se convertirá en un poderoso Buda, un Salvador hon
rado por todos.
29. Muchos Bodhisattvas y discípulos, más allá del cálcu
lo y la medida, adornarán esa tierra liberada de las munda- •
ñas pasiones.
Nuevamente el Señor se dirigió a la asamblea completa:
—Os anuncio, monjes, os hago saber que mi discípulo Maha-
Maudgalyayana, aquí presente, propiciará incontables Budas
y les rendirá distintos tipos de homensges. Después, en su
última reencarnación, se convertirá en un Gina de nombre
Tamalapatrakandanagandha'44, cuya tierra será hermosa, ha
bitada por incontables Bodhisattvas y discípulos, y su exis
tencia durará veinticuatro kalpas, mientras que la expansión i>
de su Ley, muchos más.
143 Gambunada-Prabhasa, de brillo dorado.
143 HK sostiene que no hay soberbia en esta afirmación ya que un
astrónomo —quizás mejor astrólogo— puede predecir futuros aconteci
mientos. El Brahma Siddhanta se refiere al Ser Supremo en su condición
de primer pronosticador
144 Tamalapatrakandanagandha. que posee la fragancia del sándalo.
En esa ocasión, el Señor pronunció las siguientes estro
fas:
30. El vastago de la raza de los Mugdala, mi discípulo,
después de abandonar la esfera humana, verá incontables
Ginas.
31. Bajo su tutela, seguirá el curso del deber, tratando de
alcanzar el conocimiento superior.
32. Rendirá homenaje de distinta manera a esos elevados
seres y conservará su verdadera Ley —de amplio y sublime
alcance—durante numerosos kalpas.
33. En honor a los Ginas, erigirá stupas de substancias
preciosas y las decorará con gallardetes triunfales, flores, per
fumes y sonidos musicales.
34. A su debido tiempo, él también se convertirá en un
Buda generoso y compasivo,
35. Cuya existencia se extenderá veinticuatro kalpas,
durante los cuales asiduamente declarará las reglas supremas
a los hombres y a los dioses.
36. Ese Sugata guiará a tantos discípulos —dotados de
facultades trascendentes, ciencia y poderes mágicos— como
granitos de arena tiene el Ganges.
37. Bajo su reinado también aparecerán numerosos Bod-
hisattvas que desarrollarán el celo por la búsqueda del cono
cimiento y los hábitos del estudio.
38. Desaparecido el Gina, su Ley perdurará por muchos
kalpas más.
39. Estos son mis poderosos discípulos a quienes he des
tinado la Suprema Iluminación y la obtención del estado de
Buda.
137
CAPITULO VII
ANTIGUA DEVOCION
140
8. Tú eres un gran curador'” , insuperable, y te has torna-
do perfecto en eJ curso de los kalpas. Tu benigno deseo de sal
var a todos los mortales de la oscuridad hoy se ha concreta
do.
9. Has superado los problemas más difíciles y has perma
necido sentado en meditación durante diez kalpas sin mover
ninguna parte de tu cuerpo.
10. Tu mente también se mantuvo serena, firme, inconmo
vible, sin distraerse.
11. ¡Que la alegría sea contigo! Nos complace tenerte
entre nosotros a ti, que con tanta seguridad has alcanzado
la Suprema Iluminación; a ti, un León entre los reyes.
12. Estas criaturas infelices, abrumadas de mil maneras,
privadas de visión, y tristes, no encuentran el Sendero que con-
142
feras del este. Los devotas'5'3 de Brahma se preguntaron: “ ¿Qué
presagiarán todos estos fenómenos?” El gran devota Sarvasatt-
vatratri,J* les respondió mediante las siguientes estrofas:
18. Hoy nuestros carros deslumbraron con un extraordi
nario brillo y esplendor.
19. Esto puede deberse a que un ser divino también hoy
hizo su aparición, mostrando así un poder nunca visto an
tes.
20. O quizás un Buda, rey de reyes, ha comenzado a exis
tir en algún lado y esta señal de esplendor es un anuncio su
yo.
Al instante, monjes, los mensajeros de Brahma de todas las
incontables esferas montaron sus celestes carros y recorrieron
región por región hasta dar con Mahabhigñagñanabhibhu que
estaba sentado bajo el árbol do la Iluminación, rodeado y aten
dido por nagas, duendes, demonios, hombres y dioses, mien
tras sus hijos, los dieciséis jóvenes principes lo urgían a mo
ver la Rueda de la Ley. Loe emisarios de Brahma lo saludaron
circulando rituaimente a su alrededor, a la vez que esparcían
florea sobre 41 y le ofrecían tus aéreos vehículos.
En asa ocasión, alio* se dirigieron al Tathagota pronuncian
do las siguiente* estrofas:
21. El maravilloso, incomparable Ciña, tan generoso y com
pasivo, ha 'despertado en el mundo. Ha nacido un protector,
147
doce partes140. Rueda que jamás fue movida por ningún asce
ta, Brahman, dios, demonio o humano. Su prédica consistió
primero en “Las Cuatro Nobles Verdades” 141 y luego en el,
“Encadenamiento de las Causas y Efectos” 142*.
Mientras esta Rueda se desplazaba, el inmedible número de
seres presentes se vio instantáneamente liberado de sus im
perfecciones y en posesión de todas las virtudes y facultades
trascendentes que puede otorgar la palabra de un Buda.
En el ínterin, los dieciséis jóvenes principes, llenos de fe, de
jaron su hogar para llevar la vida vagabunda de los bhikkhus'**,
convirtiéndose en piadosos e inteligentes novicios, seguidores
del deber. Ellos, que b^jo incontables Budas procuraron alcan
zar la perfecta Suprema Iluminación, le dijeron a Mahabhigña-
gñanabhibhu:
—Señor, estos innumerables discípulos del Tathagata han
devenido poderosos gracias a tu Enseñanza. Dígnate dictarnos
la Doctrina para que nosotros también podamos seguir el Sen
dero del Sugata. Queremos, Señor, percibir la sabiduría que
tú mismo puedes testimoniar, tú que conoces la disposición
de todos los seres.
Entonces, monjes, tomando el ejemplo de los jóvenes prín-
f cipes, también la comitiva del Kakravartin tomó el camino
del bhikkhu. El Tathagata, complacido por esta difundida ac
titud, reveló amplia y completamente la Enseñanza llamada
“El Loto de la Verdadera Ley”, un texto extenso, apto para
instruir a los Bodhisattvas y apropiado para los Budas.
En el curso del tiempo, los dieciséis novicios aprehendieron,
conservaron y penetraron en la Enseñanza del Señor. En con
secuencia, el Gina le predijo a ellos su futuro como dueños
de la perfecta Suprema Iluminación y, mientras él exponía
140 La primera de la» trea vuelta» comen** en Benaré» (ver nota 86);
la segunda en esta ocasión. En cuanto a lúa doce partes en que se divide
no son sino las constelaciones del Zodíaco.
161 Catur ariya taccani, ver nota 61.
142 Nidana, ver nota 62.
163 B h ikhhu*, monjes mendicantes do la orden budista.
148
la Ley, todos los presentes adquirieron la certeza de que su des
tino era la Liberación.
Inmediatamente después de emitir “El Loto de la Verdade
ra Ley", el Tathagata se retiró a un monasterio para meditar.
Mientras tanto, los dieciséis novicios, viendo que el Señor
estaba absorbido en esta disciplina, tomaron asiento en los
tronos reales que les hablan preparado a cada uno y expusie
ron la Doctrina al resto de la audiencia. Mediante esta En
señanza, ellos —ya Bodhisattvas Integramente desarrollados—
instruyeron, estimularon y confirmaron la Suprema Ilumi
nación a un número de seres tan elevados como los granitos
de arena del Ganges.
Al cabo de un lapso inconmensurable de kalpas, el Tathaga
ta salió conscientemente de su estado meditativo y se dirigió
al astento de la Ley. preparado para él. Tan pronto como
lo ocupó, paseó su mirada sobre La congregación y dijo:
—Estos dieciséis novicios, prodigiosamente dotados, servido
res de incontables Budas, respetuosos observadores del deber,
han recibido, transmitido y expuesto el conocimiento superior.
Monjes, honrad a estos héroes espirituales; veneradlos todos,
asi seáis devotos del vehículo de los disc i putos, del de los Pra-
tytkabudas o del de los Bodhisattvas. No rechacéis ni repu
diéis la prédica de estos hijos de buena familia, para ganar así
rápidamente la perfecta Suprema Iluminación.
Seguidamente, monjes, los aludidos por el Sugata revela
ron “ El Loto de la Verdadera Ley" e incontables criaturas
siguieron el ejemplo de su camino, convirtiéndose en otros
Untos bhikkhus que honraron, a través de innumerables kalpas
muchísimos Budas.
Os anuncio, monjes: esos dieciséis jóvenes príncipes que,
como novicios, bajo la maestría del Señor intrepretaron la
Ley, han alcanzado la perfecta Suprema Iluminación y hoy
moran en diferentes regiones del Universo, distintas tierras del
Buda donde siguen predicando la Doctrina a incontables discí
pulos y Bodhisattvas, a saber: en el este están los Tathagatas
Akshobhya'*4 y Merukuta; en el sudeste; Simhaghosha y Sim-
IM De todos lo» nombre» que siguen, sólo se anotarán lo» de aquella»
figuras que revisten importancia histórica o doctrinaria.149
149
hadhvaga; en el sur, Akasapratishthita y Nityaparinirvrita; en
el sudoeste, Indradhvaga y Brahmadhvaga; en el oeste, Amitha-
yus '•* y Sarvalokadhatupadravodvegapratyuttirna; en el
noroeste, Tamalapatrakandanagandhabhigña 1(6 y Merukalpa;
en el norte, Meghasvarapradipa y Maghasvararaga; en el nor
este, Sarvalokabhayagitakhambhitatvavidhvamsanakara l4?,y e l
decimosexto, yo mismo, Sakyamuni, que he obtenido la perfec
ta, Suprema Iluminación en el centro de este supremo mundo.
Además, monjes, esos seres —numerosos como los granitos
de arena del Ganges— que oyeron la Ley directamente de noso
tros cuando fuimos novicios, a los que iniciamos en el Sende
ro, aún hoy conservan la categoría de discípulos y se encuentran
maduros como para alcanzar la perfecta Suprema Iluminación.
¿Quiénes son esos seres a quien yo, cuando era un Bodhisaftua,
encaminé hacia la Ley? Vosotros, monjes, erais las criaturas de
ese entonces. Y los que serán mis discípulos en el futuro, cuan
do yo alcance el completo Nirvana, serán los que aprendan a
seguir el Camino del Bodhisattva sin pensar en serlo ellos mis
mos. El que concibe la idea del Nirvana final es el que lo alcan
za. Debo agregar que, como yo renazco bajo nombres diferentes
en mundos distintos, mis discípulos tienen que seguirme para
151
seres no deben volver atrás en el camino del Sugata por creer
que es muy difícil”. Sabiendo que ellos son débiles de carácter,
al igual que el guía que produce una ciudad para su reposo, y
luego les dice que fue creada mágicamente, también el Gina
enseña y proclama dos estados del Nirvana, a saber: el de los
discípulos y el de los Pratyekabudas 16’. Y cuando las criaturas
vacilan, entonces el Sugata Ies exhorta: “Aún no habéis llevado
a cabo vuestra tarea. Mirad, el conocimiento superior está cerca;
convenceos de que lo que parece el Nirvana no lo es. Es tan
sólo un hábil artificio de ios Tathagatas que exponen varios
vehículos cuando éste es Unico.”
En esa ocasión, para explicar el tema más detalladamante, el
Señor pronunció las siguientes estrofas:
60. Abhigñagñanabhibhu, el Líder del mundo, habiendo
ocupado la cima del discernimiento, estuvo durante diez kalpas
sin aumentar su Iluminación l7°, a pesar de ver las cosas en su
misma esencia.
61. Luego los dioses, nagas, demonios y duendes, celosos
por honrar al Gina, enviaron una lluvia de flores sobre el lugar
donde el Sugata despertó.
62. Y en lo alto del cielo hicieron sonar los címbalos para
venerar y honrar al Gina, apesadumbrados por demorar tanto
su llegada.
63. Después de esos diez kalpas, el Anabhibhu 171 obtuvo
la Iluminación, por lo cual los dioses, hombres, serpientes y
demonios, se llenaron de alegría
64. Los dieciséis hijos del Líder, ricos en virtudes, se acerca
ron junto con innumerables seres para honrar al eminente jefe
de los hombres.
65. Después de presentarle los saludos rituales le dijeron:*
152
“Revela la Ley; refréscanos con tu buena palabra, León entre
los reyes.
66. Tras un gran lapso te has motrado en los diez puntos
del espacio172; apareciste mientras los carros aéreos de los emi
sarios de Brahma están preparados para sugerir una señal a los
seres vivientes.”
67. En la región del este, las tierras se estremecieron y sus
excelsos vehículos se volvieron rutilantes.
68. Los emisarios de Brahma, percibiendo este presagio,
se aproximaron al Líder y, cubriéndolo con flores, le presenta
ron sus carros.
69. Le suplicaron que moviera la Rueda de la Ley y cele
braron su presencia con estrofas y cantos. Pero el rey de reyes
se mantuvo silencioso porque creyó que aün no había llegado
el momento de proclamar la Ley.
70 Así también sucedió en el sur, el oeste, el norte, el na
dir, el cénit y todos los puntos intermedios del espacio.
71. Cubriendo incansablemente al Señor con flores, le salu
daron, le ofrecieron sus caiTos y le suplicaron:
72. “ ¡Mueve la Rueda! Raro es encontrarte en muchos kal-
pas, despliega tu benevolencia, abre la compuerta de la inmor
talidad.”
73. Al oír esta súplica, él, cuya mirada es infinita, expuso
extensamente U múltiple Ley y “Las Cuatro Nobles Verdades” ,
agregando además que toda existencia surge como consecuencia
de sus antecedentes.
74. Empezando con la ignorancia, el Profeta llegó hasta la
muerte, pasando por una interminable sucesión de pesares,
concluyendo que la muerte es la fatalidad del ser humano co
mún, que no sigue el Sendero.
75. Tan pronto como expuso estos conceptos, las inconta
bles criaturas que los oyeron, alcanzaron de inmediato la cate
goría de discípulos.
76. En una segunda ocasión, el Gina expuso otras variantes,
172 Norte, sur, este, oeste, noreste, noroeste, sureste, suroeste, cénit
y nadir.
153
y los seres —numerosos como lo granitos de arena del Ganges—
se purificaron al instante.
77. En ese momento la asamblea eran tan nutrida que no
se podrían terminar de contar sus miembros en muchos kalpas.
78. Los dieciséis jóvenes príncipes, sus propios hijos, que se
habían vuelto bhikkhus, también le imploraron que expusiera
la Ley.
79. Para que todos pudieran convertirse en sabios, conoce
dores de las leyes del Universo, clarividentes.
80. El Gina considerando el deseo de sus hijos, explicó la*
Iluminación por medio de infinitos argumentos,
81. Demostrando con ejemplos que el conocimiento trascen
dente se obtiene siguiendo el Sendero del deber, tal como lo
hacen los esclarecidos Bodhisattvas.
82. Y este extenso sufro, este “Loto de la Verdadera Ley”,
fue recitado por el Señor, con todas sus estrofas, tan numerosas
como los granitos de arena del Ganges.
83. Después de emitir este Sutra, el Gina ingresó a un mo
nasterio para meditar; y lo hizo durante ochenta y cuatro kalpas
sucesivos, ubicado siempre en el mismo asiento.
84. Esos novicios, percibiendo que el Líder no salía, le im
partieron a incontables criaturas el conocimiento superior, que
es bendito y está libre de imperfecciones.
85. Sobre los asientos que les prepararon a cada uno, expu
sieron este Sutra, bajo el magisterio del Sugata correspondiente
a esa era. y a mí me rindieron un servicio similar.
86. Los seres allí adoctrinados fueron tan incontables como
los granitos de arena de miles de Ganges. Cada hijo del Sugata
entrenó un sinfín de almas.
87. Después del completo Nirvana del Gina, ellos comenza
ron una vida errante y vieron muchísimos Budas, a quienes
rindieron homenajes.
88. Habiendo observado el extenso y sublime curso del
deber, y alcanzada la Iluminación en los diez puntos del espa
cio, los dieciséis hijos del Sugata se convirtieron ellos mismos en
Ginas.
89. Y todos aquellos que fueron adoctrinados por ellos se
tornaron en discípulos suyos, obteniendo gradualmente —por
distintos medios—la Iluminación.
90. Yo mismo fui uno de ellos y vosotros habéis sido en
trenados por mí; por lo tanto, sois mis discípulos y os conduciré
a la Duminación mediante mis recursos y destreza.
91. Esta es una cadena que viene del remoto pasado; este
es el motivo de mi actual exposición de la Ley: mostraros el
Camino. En este caso, monjes, no debéis temer.
92. Es como si existiera un bosque espantoso, terrible, sin
lugar para refugiarse o abrigarse, repleto de bestias salvoes,
privado de agua y temido por las personas inexpertas.
93. Supongamos que muchos hombres llegan al bosque
—cuya desolada y tosca senda se extiende por quinientas yoga-
nal—;
94. Guiados por un hombre rico, inteligente, docto e intré
pido.
95. Esas personas, rendidas, le dicen al conductor: “Maes
tro, el cansancio nos impide seguir, volvamos.”
96. Pero él, diestro y sagaz guía, urga en su mente un recur
so. “Regresando -piensa—, estos hombres torpes se verán priva
dos de las joyas."
97. Entonces, por medios de su poder, produce una gran
ciudad, adornada con miles de edificios, embellecida con monas
terios y parques.
98 Surtida de estanques, canales y jardines; provista de mu
ros y portones, y habitada por un infinito número de hombres y
mujeres.
99. Después de crear esa ciudad, el guía les dice: “No te
máis; alegraos porque habéis alcanzando un excelente lugar.
Entrad, llevad a cabo vuestros asuntos y divertios porque esta
mos en los límites finales del bosque."
100. Dice estas palabras para darles un reposo y para que se
repongan de su cansancio.
101. Cuando ya se han recuperado, el guia se dirige nueva
mente a ellos: “Esta ciudad la he producido mágicamente.
102. Al veros fatigados hice uso de este recurso para que no
os volviérais atrás. Ahora extremad vuestra energía para poder
alcanzar la Isla.”15
155
103. De la misma manera, monjes, yo soy el conductor de
incontables seres y veo cómo penan, incapaces de romper el
cerco de las maldades que los envuelven.
104. Entonces, cuando compruebo que han gozado del repo
so, les recuerdo la miseria de todas las cosas y les digo: “Habréis
de alcanzar vuestra meta en el estado de Arhat."
105. Para ese entonces, cuando obtengáis ese estado, cuando
os vea a todos convertidos en Arhats, recién os llamaré, y con
juntamente os explicaré cómo es realmente la Ley.
106. Es un artificio propio de los Li'deres —para ayudar a
las criaturas— mostrar tres vehículos cuando no hay más que
uno.
107. Por lo tanto, ahora os digo: “Elevad al máximo vuestra
excelsa energía en pro del conocimiento superior, porque aún
no habéis llegado tan lejos como para alcanzar el completo Nir
vana.
108. Pero, una vez adquirida la Suprema Iluminación, os con
vertiréis en Budas dotados de las treinta y dos señales y reposa-
r réis para siempre.”
109. Tal es la Enseñanza de los Líderes: para dar serenidad,
hablan de reposo; pero cuando ven que las criaturas han descan
sado, las inician en el conocimiento superior.156
156
CAPITULO VIII
EL FUTURO DESTINO DE QUINIENTOS MONJES
fGOUVAKO TUKi)
Oyendo del Señor ese despliegue de habilidad; la instrucción
por medio de un misterioso discurso; el anuncio del destino
de los grandes discípulos y el relato del bosque, el venerable
Purna hüo de Maitrayani. quedó completamente asombra
do y estremecido por la pureza de corazón ,14, un sentimiento
de deleite y gozo. Se levantó de su asiento y lleno de respeto
por la Ley, se postró ante los pies del Buda, reflexionando así;
-E s una maravilla la difícil tarca que los Tathagatas realizan
en este mundo —conformado por tan variados y numerosos ele
mentos—. predicando la Ley a todas las criaturas mediante su
destreza, y liberándolas de sus distintas ataduras.
Después de esto, Purna volvió a saludar al Señor, y se apartó
un trecho permaneciendo de pie en actitud reverente.
El Buda, reparando en la disposición de Purna, se dirigió
a toda la asamblea en este tono;
-Monjes, observad a este discípulo, Puma, hijo de Maitraya-
ni, a quien he designado como el máximo predicador de esta
congregación, alabado por sus numerosas virtudes y que se
ha aplicado a distintas formas para comprender la verdadera
Ley. Es el tipo de ser capaz de excitar, elevar y estimular todo
tipo de audiencia; tan infatigable en la difusión del conocimien
to superior como en su capacidad de encauzar a los seres en el
Los siete M anuthi Budas o M onút son los directores del desenvol
vimiento físico de cada raza rafe, orientando la evolución de los grandes
ciclos planetarios. Se afirma que actualmente permanecen dos de ellos con
la humanidad: Chakihutho. que estructuró la cuarta raza rafz, la atlante,
y cuida de los pueblos asiáticos —chinos, japoneses, birmanos y siam eses-
derivados de ese período, y Vattvoiwata, fundador de la quinta raza rafz
o aria, cuyo trabajo ea un lento proceso de selección evidenciado a través
de los siglos por tas grandes migraciones La relación de estos Mantis se
encuentra en las Puranat (Puranam A khyanam , narraciones antiguas),
textos sagrados del hinduísmo que hablan, legendariamente, de la creación,
destrucción y renovación del universo mediante mitologfas, genealogías,
ritos, etc., combinados con una información enciclopédica. Son lo más se
mejante a una historia que pueda encontrarse en la literatura india antigua
(Z)
158
para la perfecta Suprema Iluminación. Constante y asiduamente
será diligente en la purificación de su tierra, y después de com
pletar su curso como Bodhiasattva —tras infinitos kalpas— se
convertirá en un Iluminado de nombre Dharmaprabhasa n t, un
Arhat dotado de ciencia y conducta. Además, para ese entonces
la mencionada tierra del Buda parecerá como formada por
tantas esferas como granitos de arena posee el Ganges. Será
lisa como la palma de la mano, sin protuberancias y llena de
edificios construidos con las siete substancias preciosas. Tendrá
carros divinos estacionados en su cielo; los dioses velarán so
bre los hombres y éstos podrán contemplarlos. Tampoco ten
drá esa tierra lugares de castigo ni en ella existirá la maternidad
porque todos los seres nacerán por aparición. En sus cuerpos
ideales, los seres llevarán una existencia espiritual, mágica, mo
viéndose animosos en el firmamento; serán memoriosos, sabios,
de piel dorada y adornados con las treinta y dos señales de los
grandes iniciados, y sus principales actividades serán el deleíte
en la Ley y el gozo en la meditación. Allí también morarán
incalculables Bodháativas —dotados de sabiduría trascenden
tal y de las cualidades de los Arhats-, diestros en la instrucción
de los seres. Este Buda tendrá un número de discípulos más
allá de todo cálculo; será poderoso en su accionar, valiente y
maestro de la meditación. Tal es la inmensidad de las cualida
des que caracterizarán a esa tierra. Dicho período será deno
minado Rotnovabhasa ese mundo, Suvisuddha 17í, y des
pués de la completa extinción del Talhagato, su Ley durará
muchísimo tiempo, en una región llena de stupas hechos de
substancias preciosas.
Luego, el Sugata agregó estas estrofas:
1. Escuchadme, monjes; oíd cómo mi hijo llevó a cabo el
curso del deber y cómo, bien entrenado y diestro, alcanzó la
Iluminación.
2. Viendo que los seres eran de escasa disposición y que es
taban estremecidos por el excelso vehículo de los Bodhisatt-1768
159
vas, se convirtieron en discípulos y ejercitaron el método de
los Pratyekabudas.
3. Mediante centenares de hábiles recursos, han llevado
a numerosos seres a su completa madurez, declarando: “No
somos más que discípulos y estamos lejos aún de la perfecta
Suprema Iluminación.”
4. Aprendiendo de ellos es como infinidad de criaturas
—al principio escasamente dispuestas— avanzan hacia el cono
cimiento superior.
5. Siguen el curso partiendo de su ignorancia y poco a
poco van desbrozando el Camino.
6. Muestran con sus propias personas que no están li
bres del afecto, el odio y la infatuación, y percibiendo que
otras criaturas adhieren a puntos de vista heréticos, se acomo
dan ellos mismos a esas opiniones.
7. A través de esta técnica, mis discípulos diestramente
salvan muchas almas; otros se hubieran extraviado siguiendo
semejante curso.
8. Purna, mi discípulo, estuvo bajo la tutela de miles de
Budas y tomó posesión de la verdadera Ley buscando el cono
cimiento de los Tathagatas.
9. Durante todo ese lapso fue el más elevado de los dis
cípulos; instruido, brillante orador, libre de dudas, siempre
dispuesto a llevar a cabo la tarea del Buda.
10. Dotado de las trascendentes facultades de un Arhat,
podía distinguir la jerarquía de sus interlocutores y, por lo
tanto, predicarles la Ley perfectamente pura.
11. Exponiendo la más eminente de las auténticas leyes,
condujo en el supremo vehículo a infinitos seres hacia la com
pleta madurez.
12. En el futuro también honrará incontables Budas y ad
quirirá el singular conocimiento de la Verdad.
13. Siempre libre de timidez, predicará la Ley mediante mi
les de recursos, poniendo a muchas criaturas en contacto con
el conocimiento superior.
14. Después de rendir homenaje al Líder de los hombres y
conservar su Doctrina, se convertirá en este mundo en un re-160
160
nombrado Buda conocido en todas partes como Dharmaprabha-
sa.
15. Su tierra será siempre muy pura, realzada con las siete
substancias preciosas.
16. En un mundo repleto de Bodhisattvas, acabados maes
tros en ciencias trascendentes, puros en todo sentido y dota
dos de poderes mágicos.
17. También tendrá una numerosa asamblea de discípulos,
adeptos a la meditación,
18. Que llevarán una vida espiritual. Aparecerán por naci
miento aparicional, tendrán piel dorada y mostrarán las treinta
y dos señales características de los grandes iniciados.
19. No conocerán otro alimento que el placer de la Ley
y el deleite en el conocimiento. Allí tampoco existirán los lu
gares de castigo ni los estados aciagos.
20. Tal ha de ser la tierra de Purna, dotada de todas las bue
nas cualidades posibles, muy pocas de las cuales han sido men
cionadas.
Entonces, en las mentes de esos Arhats se alzó este pensa
miento: "Estamos impactados por el asombro y la maravilla.
¿Querrá el Tathagata predecir nuestro futuro como lo ha hecho
con esos grandes discípulos?'’.
El Señor, captando este anhelo, le dijo al venerable Kasyapa:
-Voy a pronosticar el destino de este atento auditorio que
hoy contemplo cara a cara. En medio de él, Kasyapa, hay qui
nientos monjes que alcanzarán la perfecta Suprema Ilumina
ción, convirtiéndose en Talhagatas dotados de ciencia y con
ducta
En esa ocasión, el Señor pronunció las siguientes estrofas:
21. El monje Kaudinya, vástago de Kundina >(0, mi disci-
161
pulo será en el futuro un Sugata que educará incontables seres.
22. Después de ver numerosos Budas, él mismo se converti
rá en uno de ello6, de nombre Samantaprabhasa, regente de una
tierra purísima.
23. Brillante, agraciado con los poderes de un Buda, con
una voz que resuena en todos los confines, atendido por innu
merables seres, predicará la eminente Suprema Üurainacibn.
24. También allí morarán celosos Bodhisattvas montados
en excelsos carros aéreos, meditativos, moralmente intachables
y asiduos en la realización del bien que,
25. Después de oír la Ley del más elevado de los seres, in
variablemente se dirigen a otras tierras para saludar a miles
de Budas, rindiéndoles los correspondientes honores.
26. Pero, bien pronto retornan a la región del Tathagata
llamado Prabhasa para cumplimentar el curso del deber.
27. La vida de ese Sugata durará miles de kaipas y, extin
guido éste, su verdadera Ley permanecerá en el mundo el doble
del tiempo.
28. Mientras que su imitación continuará el triple. Cuando
la Doctrina del Santo se agote, la desesperanza se apoderará
de los dioses y de los hombres.
29. Entonces aparecerán, sucesivamente, los quinientos Lí
deres, eminentes y poderosos seres.
30. Provistos de sus respectivas tierras y huestes, cuyas le
yes serán ¡guales y durarán lapsos similares.
31. Cada uno, movido por la benevolencia y la compasión,
le ha de predecir al siguiente el destino, con estas palabras:
32. 'T ú serás mi sucesor; regirás al mundo como yo lo hago
ahora."
33. Por eso, Kasyapa, no pierdas de vista a estos quinientos
monjes y habíales del tema al resto de los discípulos.
Al oír del Señor este anuncio de su destino, los citados
Arhats, contentos, satisfechos, extasiados, llenos de alegría,
gozo y deleite, se acercaron al Tathagata y, saludándolo reveren
temente, le dijeron:
—Señor, confesamos nuestra culpa: creer constantemente
—como torpes profanos— que ya habíamos alcanzado el Nirva
na final. En realidad deberíamos penetrar totalmente en el
conocimiento de los Sugatas en lugar de contentarnos con un
grado de sabiduría tan frívolo. Es, Señor, como si un hombre,
llegado a la casa de un amigo, se emborrachara o se durmiera y
el anfitrión le atara a sus prendas una gema invalorable. El
hombre, después de descansar, viaja a un lejano país, donde es
presa de incesantes privaciones; hasta tiene tremendas difi-
cultades para conseguir siquiera el más insignificante bocado.
El amigo lo encuentra y le pregunta: “ ¿Cómo es que padeces
tanto cuando deberías vivir holgadamente con la invalorable
gema que até a tu ropa; una pieza capaz de satisfacer todos tus
deseos?" De la misma manera, Señor, el Tathagaía, previamente
—cuando transitaba el Sendero del Bodhisattva—, nos indujo
la idea de la omnisciencia; pero nosotros no la percibimos. Sim
plemente suponíamos que en la etapa del Arhot ya habíamos
alcanzado el Nirvana. Vivimos dificultosamente, Señor, por
que nos comentamos con un frivolo grado de conocimiento.
Pero, como la aspiración hacia la sabiduría suprema es tan
fuerte que nunca ha cesado, el Tathagata predice nuestro fu
turo y nos enseña lo que es correcto: en nuestra mente se hallan
las raíces de la bondad que el Señor desenvolvió.
En esa ocasión, los monjes pronunciaron las siguientes estro
fas:
34. Nos regocija y deleita oír estas insuperables palabras de
aliento que nos destinan a la perfecta Suprema Iluminación.
¡Honra a ti. Señor de ilimitada visión!
35. Te confesamos nuestra falta; haber sido tan infantiles,
necios e ignorantes como para contentarnos con sólo una míse
ra parte del Nirvana, estando bajo la tutela del Sugata.
36. Es como el caso de un hombre que visita a un amigo
rico, el cual lo atiborra de buena comida y bebida.
37. Luego, le ata a su ropa una joya invalorable.
38. El hombre, sin percatarse de este regalo, viaja a otro
pueblo. Allí pasa penurias y mendiga comida con gran aflic
ción.
39. No obstante, se conforma con la pitanza que le dan, sin
preocuparse por los manjares.
40. En estas circunstancias lo encuentra el amigo que le ob
sequió la joya, quien lo reprende por el estado en que se halla,
mostrándole lo que lleva adherido a sus prendas.
163
41. Ante lo que ve, el hombre se alegra porque el valor de la
joya es tal que lo convierte en un rico capaz de poseer todo
lo que los cinco sentidos pueden gozar.
42. De la misma manera, Señor, no advertimos nuestra
excelsa aspiración, aquella que el Tathagata inspiró en nosotros
en sus anteriores existencias.
43. Y vivimos con nuestro entendimiento embotado, igno
rantes, bajo la tutela del Sugata porque nos contentamos con
una misera porción del Nirvana, sin requerir ni preocuparnos
por algo más elevado.
44. Pero el Señor nos enseña: “Esto no es el Nirvana; la
suprema beatitud, el bendito reposo es el conocimiento superior
del Buda.”
45. Después de oír esta sublime, grandiosa, espléndida e in
comparable predicción, Señor, nos ha invadido el gozo de cono
cer nuestros sucesivos destinos.
CAPITULO IX
DESTINO DE ANANDA RAHULA ,Rl y DOS
MIL MONJES
( 3U ÓAKO AAUó AKU NvMKs)
En esa ocasión el venerable Ananda, postrándose ante los
pies del Señor, hizo esta reflexión:
¿No deberíamos también nosotros recibir una predicción
similar?
El venerable Rahula, en quien surgió el mismo anhelo, tam
bién honró igualmente al Buda, profiriendo luego estas pala
bras:
—Señor, que sea nuestro turno ahora. El Tolhagata es nuestro
165
padre y procreador, nuestro refugio y protección. En este mun
do —incluyendo los dioses, hombres y demonios— nos distin
guimos como los hijos predilectos del Señor, sus servidores, y
los conservadores del tesoro de su Ley. Por lo tanto, parecería
conveniente que el Buda pronto prediga nuestro destino hacia
la perfecta Suprema Iluminación.
Dos mil monjes —Algunos aún bajo entrenamiento; otros ya
consumados santos—se levantaron y alzando sus manos juntas,
honraron al Tathagata, mientras albergaban en sus mentes pen
samientos similares a los que expusieron los dos venerables.
Entonces el Buda se dirigió a Ananda en estos términos:
—Tú, Ananda, en el futuro te convertirás en un Tathagata de
nombre Sagaravaradharabuddhivikriditabhigña l,J, un Arhat
dotado de ciencia y conducta. Después de honrar, respetar,
venerar infinitos Budas y conservar la memoria de sus verdade
ras leyes, alcanzarás la perfecta Suprema Iluminación, llevando
a la madruez espiritual a tantos Bodhisattvas como granitos de
arena tiene el Ganges. Tu tierra consistirá en lapislázuli y será
superabundante; tu vida se prolongará muchos kalpas\ tu Ley
166
perdurará el doble, y en todas las direcciones del espacio los se
res alabarán tu sabiduría.
En esa ocasión, el Señor pronunció las siguientes estrofas:
1. Os anuncio, monjes, que Ananda, el conservador de mi
Ley, después de venerar incontables Sugatas, se convertirá en
un Gina.
2. Será conocido con el nombre de Sagarabuddhidharin
Abhigñaprapta >M, en una hermosa y purísima tierra denomina
da Anavanata Vaigayanti,M.
3. Allí morarán innumerables Bodhisattvas, más que los
granitos de arena del Ganges, a quienes llevará hasta su comple
ta madurez espiritual. Será un Gina dotado de mágicos poderes,
cuya palabra resonará en todas las regiones.
4. La duración de ni vida será inmensa ¡siempre será benig
no y piadoso con el muodo, y después de su completa extin
ción, su Ley durará un lapso igual al doble.
5. E incontables seres de todas partes verán la luz como re
flejo d« su tluminacióo.
En esa asamblea había ocho mil bodhisottuos que habían in
gresado recientemente al vehículo. A ellos acudió este pensa
miento: “ ¿Por qué nunca antes hemos tenido una predicción
como Bodhisattvaa y menos aún como discípulos?"
El Señor, que captó en su mente esta reflexión, se dirigió
a ellos con estas palabras:
-Jóvenes de buena familia, en el pasado Ananda y yo hemos
concebido al mismo tiempo la idea de la perfecta Suprema Ilu
minación. En ese entonces. Ananda se aplicaba constante y asi
duamente al gran estudio, mientras que yo practicaba una vi
gorosa labor. Por lo tanto, yo arribé antes a la Iluminación, en
tanto que Ananda fue el conservador del tesoro de la Ley de
los Budas. Debido a esto, él hizo el voto de desenvolver comple
tamente a los BodhiuUtcoi.
Cuando el venerable Ananda oyó del Señor el anuncio de
su propio destino hacia la perfecta Suprema Iluminación; cuan
do captó las buenas cualidades de su tierra; cuando reconoció
172
leerán, escribirán y honrarán este Sutra recitándoselo a otros.
El Señor no cesó aQí de hablar, sino que agregó:
—En cualquier lugar de la Tierra donde se exponga este dis
curso, donde se lo predique, estudie, recite, allí debería erigirse
un altar al Tothagata, un ara magnífico, alto y espacioso, cons
truido con substancias preciosas. Cualquier lugar donde se de
sarrolle, escriba o repita esta Enseñanza, debe ser honrado, res
petado y venerado como si fuera un stupo que, si bien no
contiene restos, es como si allí se hubiera depositado el cuerpo
de un Tothagata. Por eso deben reverenciarse con flores, incien
so, guirnaldas, óleos, polvos, prendas, sombrillas, banderines,
cintas, música, danzas, cantos, castañuelas y aclamaciones.
Y los que se aproximen a ese altar para saludarlo y verlo, pue
den ser considerados próximos a ta perfecta suprema Ilumina
ción porque existen muchos monjes que observan el curso del
Bodhisaltva y. sin embargo, no viajan para ver, oír, anotar o
venerar este Sutra. Y mientras no lo hagan, no estarán suficien
temente versados en la Doctrina. Pero quienes oyen esta Ense
ñanza y la aceptan, penetran en ella y la comprenden, están
próximos a la perfecta Suprema Iluminación. Es como si un
hombre, en busca de agua, empieza a cavar un pozo en tierra
«rida. A medida que saca material, ve que está seco y piensa
que el líquido se encuentra aún lejos. Después de un tiempo,
comienza a ver que la tierra está húmeda, barrosa y que cavan
do se salpica las ropas. Viendo esta señal, el hombre se halla
runvencido de que el líquido se encuentra próximo. De la
misma manera, estos Bodhisattvas se hallan lejos de la perfec
ta Suprema Iluminación mientras no oigan, penetren, profun
dicen y capten este Sutra. Cuando lo hagan, entonces sí estarán
próximos al conocimiento superior. Esta Enseñanza acrecienta
rn los seres su Iluminación porque contiene la explicación del
mas elevado misterio, el tema secreto de la Ley que los Tatha-
gatas han revelado para perfeccionar el Sendero de lo6 Bodhí
hi Uval. Si éstos se estremecen, atemorizan o sienten miedo ante
este Sutra es porque han ingresado recientemente al vehículo.
Si un devoto del vehículo de los discípulos se atemoriza, estre
mece o siente miedo ante esta Enseñanza, puede suponerse que
usa persona es un engreído.173
173
Finalmente, el Señor habló en estos términos:
—Cualquier Bodhisattva que, después de la completa extin
ción del Tathogata expone este Sutra a los seres, puede po
nerse el manto del Sugata, ocupar su morada y su pulpito.
¿Cuál es el manto, la morada y el pulpito del Gina? El más
elevado de los seres usa como ropaje la sublime indulgencia,
mora en la caridad hacia todas las criaturas y se destaca en el
pulpito del Vacío de las cosas. El Bodhisattva debe proponer
esta Enseñanza con una mente expansiva ante quienes procu
ran el conocimiento superior para aumentar asi favorablemente
su disposición hacia la Ley.
r.
En esa ocasión, el Señor pronunció las siguientes estrofas:
16. Este exaltado Sutra debe oírse evitando toda distrac
ción, porque es rara la ocasión de poder escucharla y más ex
traña aún la creencia en ella.
17. Es el caso similar al de un hombre que, en busca de
agua, cava un pozo en zona árida y durante cierto tiempo no le
vanta más que material seco.
18. Viendo esta señal, deduce que el líquido se halla lejos.
19. Pero cuando, después de seguir cavando, ve la tierra
húmeda se convence de que el agua está cercana.
20. Así también son esos hombres que se hallan lejos del
conocimiento del Buda y no han oído este Sutra ni meditado
sobre él.
21. Pero quienes lo han escuchado y frecuentemente indaga
do en este rey entre los Sutras, en este autorizado texto para
discípulos,
22. Son sabios y están próximos al conocimiento superior,
de la misma forma como por la humedad de la tierra puede in
ferirse que el agua está cerca. v
23. Después de entrar en la morada del Gina, poniéndosé
-
mi manto y sentándose en mi lugar, el predicador debe exponer
este Sutra.
24. La fortaleza de la caridad es mLmorada, la indulgen
cia mi manto y el Vacío mi asiento; que el predicador ocupe
este lugar y exponga el Sutra.
25. Cuando las piedras, los palos, las injurias o las amena
zas caigan sobre el predicador, que sea paciente y piense en mí.174
174
26. Mi cuerpo ha existido entero en infinitas regiones y
durante incontables kalpas he enseñado la Ley.
27. Al valiente que proclama este Sutra después de mi
completa extinción, a el le enviaré también emisarios sublimes.
28. Monjes, monjas y devotos masculinos y femeninos han
de honrarlo.
29. Y si es atacado con piedras, palos, injurias, amenazas o
burlas, los emisarios lo defenderán. —
30. Cuando esté solo, embarcado en el estudio —en la sole
dad del bosque o en las colinas-,
31. Si llega a olvidar alguna lección, entonces presentaré an-
lo el mi cuerpo luminoso 1(9 que le permitirá recordar lo apren
dido.
32. Cuando viva en la soledad de la naturaleza, le enviaré
dioses y duendes en gran número para hacerle compañía.
33. Tales son las ventajas que disfrutará: mientras predique
la Ley, viva solitariamente o estudie la Doctrina, siempre me
tendrá presenter
34. Su facilidad de palabra no conoce impedimento alguno;
comprende los múltiples requisitos de la exégesis y satisface
a incontables seres porque está inspirado y bendecido por el
Buda.
35. Y todas las criaturas a quienes se le ha confiado su aten
ción se convertirán en Bodhisattvas y, cultivando su intimidad,
tendrán la oportunidad de ver tantos Budas como granitos de
arena posee el Ganges.19
199 El “cuerpo lum inoso” sería la “luz mental”, esto es, la memoria.
176
CAPITULO XI
LA APARICION DE UN STUPA HOto
179
de ellos, sentándose con las piernas cruzadas, con los Bodhisatt-
vas a su lado.
Al instante, toda la esfera se llenó de Sugatas; no obstante,
los grandes seres mostrados por Sakyamuni aún no habían acu
dido. Pero, de pronto, en todas las direcciones del espacio se
tornaron visibles infinitas tienas del Buda, de lapislázuli, ador
nadas con artesanías de las siete substancias preciosas y oro,
decoradas con orlas de campanillas, esparcidas con flores,
cubiertas con doseles celestiales, festoneadas de guirnaldas
y desprendiendo aroma a incienso. Esas incontables regiones
fueron reunidas por Sakyamuni de modo que parecieran una
sola, realzada por todas las riquezas que poseía cada una de
ellas separadamente. Después, aparecieron desde todas las di
recciones del espacio infinitos Tathagatas —tantos como los gra
nitos de arena contenidos en millares de Ganges— que ocupa
ron otros tantos tronos ubicados debaio de los árboles de jo
yas. Y cada uno de ellos, entregándole una bolsa de flores de
joyas a sus subalternos, le ordenó:
—Id, jóvenes de buena familia, hasta la montaña Gridhraku-
ta, donde Sakyamuni: saludadle con reverencia e inquirid por
su estado de salud, bienestar, lozanía y confort suyo y de su
hueste de Bodhisattvas y discípulos. Esparcid sobre él este mon
tón de flores y solicitadle si se dignaría a abrir el stupa.
Cuando Sakyamuni percibió que sus creaciones habían arri
bado, ocupando sus tronos, en consideración al pedido expre
sado por los Tathagatas, se levantó de su asiento y se mantuvo
en el cielo como un meteoro. Al ver esto, toda la asamblea se
puso de pie y, alzando las manos juntas, se quedó extasiada
mirando el fenómeno. Entonces, el Señor, con su índice dere
cho quitó el cerrojo del stupa, separándolo en dos partes. Al
abrirse, mostró a Prabhutaratna sentado en su trono, sus miem
bros enflaquecidos, el cuerpo lánguido como absorto en medi
tación.
El Tathagata dijo:
—Excelente, Sakyamuni; has expuesto muy bien este Sutra
del Loto de la Verdadera Ley; por eso he venido aquí: para
oírlo.
Toda la asamblea, percibiendo que Prabhutaratna —quien
se había extinguido infinitos kalpas atrás—hablaba de esta for
ma, se llenó de maravilla y asombro. Inmediatamente, cubrie
ron a los dos Budas con montones de flores. Luego Prabhuta-
ratna cedió la mitad de su asiento a Sakyamuni, dentro del
stupa, y ambos fueron vistos como sendos meteoros en el es
pacio.
En la mente de los asambleístas nació este pensamiento:
“Estamos lejos de los dos Tathagatos; por lo tanto, quisiéra
mos nosotros también, mediante el poder del Buda, elevarnos al
cielo” . Cuando el Señor captó la idea que atravesaba a la con
gregación, inmediata y mágicamente, colocó a toda la audien
cia en el firmamento como si fuera un meteoro. Entonces
Sakyamuni se dirigió a ellos en este tono:
—¿Quién de vosotros, monjes, procurará exponer este Sutra
del Loto de la Verdadera Ley en el mundo? El termino fatal,
la hora de la muerte se acerca;el Tathagota anhela la completa
extinción y desea confiar a alguno de vosotros la difusión de la
Doctrina.
En esa ocasión, el Señor pronunció las siguientes estrofas:
1. Aquí veis, monjes, al gran Profeta, al desaparecido
Líder, dentro del stupa de las siete substancias preciosas, que
ha venido a oír la Ley ¿Quién no sería capaz de invocar su
energía en pro de la Doctrina?
2. Aunque completamente extinto durante incontables
kalpas, por amor a la Ley acude aquí y allá, porque una ense
ñanza como ésta es muy preciosa y difícil de hallar.
3. Este Líder hizo un voto en una existencia anterior;
por eso, aún después de su completa extinción se desplaza
por los diez puntos del espacio.
4. Todo los que veis aquí son mis propios cuerpos —in
contables como los granitos de arena que contiene el Ganges—
que se han manifestado para ver al extinto Maestro.
5. Después de desplegar cada uno de ellos su particular
tierra. Y todos los discípulos, hombres y dioses han sido con
vocados para preservar la verdadera Ley todo el tiempo que
ella deba durar.
6. Para ellos he reunido estos mundos, destinándoles a
cada uno un asiento.
181
7. Siempre ha sido mi ansiosa intención preocuparme por
la difusión de la Doctrina. Debido a ello es que ahora veis este
inmenso número de Budas ubicados a los pies de los árboles
como si fueran un gran multitud de lotos.
8. Estos incontables árboles se hallan tan iluminados por
los Sugatas como una oscura noche por el fuego.
9. De los Lideres del mundo se desprende una deliciosa
fragancia que arrastra el viento, impregnando a todas las cria
turas.
10. Después de mi extinción, el conservador de la Doctrina
debe pronunciarla de inmediato en presencia de los Señores
del mundo.
11. Prabhutaratna quien, pese a su distante ingreso al Nir-
vana, está atento para oír el rugido de león del que tome el man
dato de mi herencia espiritual.
12. Yo mismo, en segundo lugar, como también todos los
incontables Lideres que se han congregado aquí, oiremos la
voz del hijo del Gina que se esfuerce en exponer la Ley.
13. Por la cual yo y Prabhutaratna —el Sugata que perpe
tuamente se desplaza por todos los rincones del Universo para
oír la exposición de la Doctrina—seremos honrados.
14. Todos los grandes iniciados del mundo aquí presentes,
gracias a quienes esta tierra reluce tan espléndidamente, tam
bién verán ampliamente acrecentado su honor cuando este Su
tra sea predicado.
15. Aquí me véis, en este asiento, junto a Prabhutaratna,
dentro del stupa\ pero notad, jóvenes de buena familia,
16. Que el Tathagata os urge a realizar —por misericordia
a todos los seres— una ardua tarea.
17. Porque uno puede desarrollar tantos discursos como
los granitos de arena que contiene el Ganges sin mayor dificul
tad;
18. O tomar al monte Sumeru 1,5 en el puño y sencilla
mente lanzarlo a una distancia inmedible del espacio ;
182
19. O sacudir el Universo entero con un golpe de pulgar.
20. Pero conservar y predicar este Sutra, el “Loto de la
Verdadera Ley”, durante el horroroso período que sigue a la
extinción del Líder del mundo,
21. Esa sí que es una empresa difícil.
22. No es imposible comprimir en el puño la totalidad
del éter cósmico;
23. Pero copiar un Sutra como éste, después de mi ingre
so aJ Nirvana, eso sí que es difícil.
24. Recolectar íntegramente la tierra del Universo en una
uña, no es tan arduo;
25. Tampoco lo es superar la fortaleza de todos.
26. Algo más arduo aún que todo lo anterior ha de realizar
quien pronuncie tan sólo un momento este Sutra, después de
mi extinción.
27. No será difícil para él deambular en medio de la confla
gración ,M del fin del mundo, aunque vaya cargado con una
parva de heno;
183
28. Más arduo le será conservar esta Enseñanza luego de mi
desaparición y transmitirla tan sólo a una criatura.
29. Uno puede conservar las ochenta y cuatro mil 1,7 divi
siones de la Ley y exponerlas, instruyendo a incontables seres;
30. Esto no es tan difícil, como tampoco lo es entrenar
a todos los monjes del presente en el conocimiento superior.
31. Pero sí es arduo conservar este Sutra, creer en él, identi
ficarse con su contenido y exponerlo repetidamente.
32. Aun el que confirma a innumerables Arhats, bendeci
dos con la posesión de las facultades trascendentes,
33. No lleva a cabo algo tan difícil como la excelencia de
conservar mi sublime Ley, después de mi extinción.
34. Frecuentemente, en miles de mundos, he predicado
la Doctrina; también lo hago hoy con el objetivo de permitir
que sea obtenido el conocimiento sin límites.
S, 35. Este Sutra ha sido declarado el principal; quien lo guar
da en la memoria, conserva el cuerpo del Gina.
36. Hablad, jóvenes de buena familia, mientras el Tathagata
problema* metaffsico» a lo* cuales, según tíuda, no es posible dar una re»
pufsia definitiva, adoptando por ello una actitud agnóstica. Esto* tema*
-Q u ilrs los loma del D ham m acakka Ppavattana S u lla ("Fundación del
reino de la rectitu d " )- son: 1) el yo y el mundo son temporalmente in
finitos; 2) finitos; 3) o finitos o infinitos; 4 ) ni finitos ni infinitos; 5) el
mundo es espacialmente infinito, 6) finito, 7) o finito o infinito; b) ni fi
nito ni infinito; 9) el alma y el cuerpo son lo mismo; 10) son diferentes.
11) ios Tathagata» no existirán después de la muerte; 12) existirán, t 3 ) o
existirán o no existirán: y 14) ni existirán ni no existirán. En base a este
despliegue metaffsico, Rhys David* llama u Iluda "al filósofo agnóstico de
la India". Entonce», si bien la etimología de la palabra "conflagración"
alude a “ incendio", debe interpretarse en el sentido de "perturbación".
Corroborando la incesante continuidad del mundo, el Brahmajata»utta
(Sutra de la red de lo» brahmane») —versión Oarmen Dragonetti del Digha
N ikaya. ver Bibliografía— dice; "Existe un m omento, en un tiempo u
otro, en que este mundo llega a *u fin. Existe un m omento, en un tiem po
u otro, al fin de un largo perfodo, en que este mundo resurge".197
197 Este número *e compara con loa ochenta y cuatro mil monasterios
hechos edificar por el rey Asoka (reinó del 273 al 232 a.C.) en otra* tantea
localidades de la India, relato que aparece en el histórico trabajo Dipovom
«o VI-95 (obra del siglo IV d.C.), donde se recogen las palabras de este
monarca -versión de O ldem berg-: “ El Buda enseñó ochenta y cuatro mil
preciosas secciones de la Verdad; yo construiré ochenta y cuatro mil mo
nasterios para honrar cada división con uno de ellos". (HK)
aún permanece en vuestra presencia. ¿Quién de vosotros se
pondrá en acción, en ei futuro, para conservar la Enseñanza?
37. No sólo yo estaré complacido, sino también todos los
Señores del mundo, si alguien pudiera conservar siquiera por
un instante este Sufra tan difícil de retener.
38. Esa persona será alabada por todos los Sugatas\ será
tan famoso como un destacado héroe, y alcanzará con rapi
dez la sabiduría trascendente.
39. Le será confiado el liderazgo entre los hijos del Tatha-
gata el que, llegado a la etapa de apacibilidad, conserve este
Sutra.
40. Será el ojo ,M del mundo —incluyendo los dioses y
los hombres—quien difunda “El Loto de la Verdadera Ley".
41. Todos los seres venerarán al sabio que, al final de los
tiempos "* recite tan sólo un momento este Sufra.
A continuación, el Señor se dirigió a todos los presentes
en estos términos:
-Antaño, monjes, he indagado infatigablemente en "El
lx>to de la Verdadera Ley" durante inmedibles kalpas. Previa
mente fui un rey; pero una vez tomada la resolución de arribar
* la perfecta Suprema Iluminación, mi mente ya no se desvió
de ese objetivo. Me esforcé en concretar las seis perfecciones
,no. otorgando inmensas dádivas: oro, plata, metálico, gemas,
perlas, cauri, piedras preciosas, coral, esmeraldas, villas, pue
blos, ciudades, capitales, provincias, reino, mujeres, hijos, es-
185
clavos masculinos y femeninos, elefantes, caballos, carros y
otros diversos bienes. Sin embargo, nunca surgió en mí el pen
samiento de la auto-complacencia. En esos días, la vida de
los hombres duraba mucho, por eso durante incontables años
ejercite las reglas de un monarca de la Ley, no por placer, si
no por deber. Después de instalar en el gobierno al príncipe he
redero, fui en busca de la mejor Ley, haciendo sonar una cam
pana y proclamando:
—El que anuncie la más excelsa Enseñanza o señale lo que es
beneficioso para su difusión, de él me convertiré en un sirvien
te.
En ese tiempo vivía un Profeta; él me dijo;
-Noble rey; existe un Sutra, llamado “El Loto de la Ver
dadera Ley”, que es la exposición de la mejor Doctrina. Si
consientes en convertirte en mi sirviente, te enseñaré ese Sen
dero.
Yo, complacido, contento, exultado y arrebatado por esas
palabras, le respondí:
—Haré para ti la tarea de un sirviente: buscaré combustible,
agua, raíces, frutos, etc., y limpiaré la casa.
Eso hacía durante el día; durante la noche, velaba a sus
pies, mientras él descansaba en su lecho. Sin embargo, nunca
sentí fatiga física o mental alguna, y en tales ocupaciones
pasé un milenio.
Para elucidar mejor este tema, el Señor pronunció las siguien
tes estrofas:
42. Recuerdo pasadas épocas, cuando era Dharmika, el so
berano de la Ley, y ejercía el influjo real por deber, por el in
terés de la Doctrina.
43. Entonces proclamé en todas las direcciones del espacio:
“Me convertiré en el sirviente del que me explique la Enseñan
za” . En ese entonces existía un visionario Sabio, un revelador
del Sutra titulado “El Loto de la Verdadera Ley” ;
44. El me dijo: “Si deseas conocer el Sendero, conviérte
te en mi sirviente”. Oí estas palabras con alegría y con el mis
mo estado de ánimo llevé a cabo las tareas asignadas,
45. Sin sentir jamás ningún cansancio físico ni mental.
Hice lo mejor en pro de la Verdad, no con la intención de ganar
méritos ni por placer.
46. Mientras tanto, ese rey, animosamente y sin comprome
terse con ningún otro propósito, vagó en todas las direcciones
del espacio durante incontables kalpas, sin obtener el Sutra
llamado “Dharma''10i
¿Ahora bien, monjes, quién creéis que eran el rey y el Profe
ta? Yo era el rey, y Devadatta ,0, el Profeta. Sin duda, él era
mi buen amigo, gracias a quien pude concretar las seis perfec
ciones, la compasión, la sociabilidad, la capacidad de salvar
a todos los seres, y demás tipo de poderes mágicos. Os anuncio,
monjes, que en el futuro, Devadatta se convertirá en un Tatha-
nata de nombre Devaraga J0,t en el mundo Devasopana J04.
Su existencia durará veinte kalpas. predicará extensamente la
!<*y y. gracias a ¿I, un número de seres iguales a la cantidad
de granitos de arena que contiene el Ganges han de alejar de
»i todas las maldades y devendrán Arhats. En cambio, otros de
sus discípulos elevarán sus mentes al estado de Protyekabudas
y un tercer grupo, dotado de resuelta paciencia, alcanzará la
perfecta Suprema Iluminación. Además, monjes, después de la
completa extinción de Devaraga, su Ley durará otros veinte
kalpas ;su cuerpo no será dividido en distintas reliquias, sino que
m» conservará íntegramente en un stupa de siete substancias pre
ciosas que medirá seiscientos yogarías de altura y cuarenta de
diámetro Todos los dioses y hombres lo honrarán con flores,
incienso, guirnaldas, óleos, polvos, prendas, sombrillas, bande
rines y canciones. Los que rodeen su stupa de izquierda a dere
cha, o lo saluden humildemente, elevarán sus respectivos esta
dos espirituales para no retroceder jamás.
El Señor volvió a dirigirse a la asamblea:*
187
—Quienquiera que en el futuro oiga este capitulo del Sutra
titulado “El Loto de la Verdadera Ley”, será relevado de toda
duda, purificará su mente y, poniendo su confianza en él, ce
rrará la puerta a los tres estados del infortunio, a saber: no re
nacerá en el infierno, ni entre las bestias, ni en el reino de la
muerte. Cuando nazca en alguna tierra del Buda de las diez
direcciones del espacio, en cualquiera de ellas oirá este mismo
Sutra y, morando, entre los dioses o entre los hombres, alcanza
rá un rango eminente. En esas regiones celestiales aparecerá
por metamorfosis, sobre un loto de siete substancias preciosas,
cara a cara con el Tatahagata.
En ese momento un Bodhisattva, de nombre Prajñakuta,
llegado de la tierra de Prabhutaratna, le dijo a éste:
—Señor, volvamos a nuestro ámbito.
Pero Sakymuni le solicitó a Prajñacuta:
—Espera un momento, joven de buena familia; primero dis
cute con el Bodhisattva Manjusri, el principe, un punto de la
Ley.
Entonces, Manjusri, sentado sobre un loto tan grande como
un carruaje uncido con cuatro caballos, emergió desde el fondo
del mar. Alzándose hasta el cielo, atravesó el aire, llegando al
monte Gridhrakuta, en frente del Buda. Allí, descendió de su
loto saludó con reverencia a los Iluminados presentes y luego
que tomara asiento, le preguntó Prajñakuta:
—¿Manjusri, a cuántos seres has instruido durante tu estada
en el mar?
El interpelado contesto:
—Muchos, innumerables, incalculables, tantos que las pala
bras no pueden expresarlo ni el pensamiento concebirlo. Pero
aguarda y verás una prueba de ello.
Ni bien Manjusri dejó de hablar, inmediatamente miles de
lotos emergieron del fondo del mar y se elevaron al cielo. Sobre
ellos estaban sentados la misma cantidad de Bodhisattvas,
quienes se congregaron sobre el monte Gridhrakuta, donde
permanecieron como si fueran meteoros. Todos ellos fueron
instruidos por Manjusri para alcanzar la perfecta Suprema Ilu
minación, y los que previamente había procurado el gran ve
hículo del Sendero, ensalzaron sus virtudes, como asi tam-18
188
bien las seis perfecciones, sin dejar de señalar el Vacío de to
das las cosas y todos los fenómenos.
—Joven de buena familia —le dijo Manjusri a Prajñakuta—,
mientras yo estaba en el fondo del mar, eduqué a las criatu
ras por todos los medios, y aquí ves el resultado.
Entonces Prajñakuta se dirigió a Manjusri a través de las si
guientes estrofas:
47. Oh, Bendito, que por tus conocimientos eres llamado el
Sabio: ¿Qué poder has usado para instruir a tantos seres ■
48. ¿Qué Ley has predicado para mostrar el Sendero de la
Iluminación; qué Sutra has recitado para que ellos, ganada la
otra orilla, anclaran en la Omnisciencia?
—En el fondo del mar —respondió Manjusri— expuse “El
Loto de la Verdadera Ley"; ningún otro Sufro.
-Ese Sufra —inquirió Prajñakuta- es profundo, sutil, difícil
de asir; no hay otro que lo iguale. ¿Existe alguna criatura capaz
de entender esta joya, o de arribar, gracias a él, a la perfecta
Suprema Iluminación?
—La hija de Sagara ia\ de ocho años, muy inteligente, de
aguzadas facultades, dotada de prudencia en sus actos, pala
bras y pensamientos, quien ha captado y conservado todas las
Enseñanzas —en forma y esencia— de los Tathagatas, ha adqui
rido en un instante incontables meditaciones y pruebas de la
substancia de todas las leyes. Ella no se desvía de la idea de la
Iluminación; tiene grandes aspiraciones; aplica sobre otros se
res iguales reglas que sobre si misma: está en condiciones de
desplegar todas las virtudes y nunca falla en ellas. Con una dul
ce sonrisa en su rastro y en el florecer de una agradabilísima
apariencia, ella profiere palabras de bondad y compasión, y
está pronU para arribar a la perfecta Suprema Duminación.
El Bodhisattva Prajñakuta dijo:
—He visto como Sakyamuni. el Tathagata, cuando procura
ba la Iluminación, siendo un Bodhisattva, llevó a cabo innume
rables obras buenas, y durante muchos kalpas nunca decayó
en su ardua tarea. En todo el Universo no existe un lugar tan
306 Siguiendo con el criterio del mito, el Sol lanza lo» rayos en todas
las direcciones, brindando sus beneficios a todas las criaturas sin discri
minación.
107 Brahma, ver nota 81,
308 Indra, ver nota 82.
309 Kakravartin, ver nota 150.
3,0 Todas estas figuras son de género masculino; de ahf que no puedan
ser ocupadas por mujeres.190
190
En ese entonces, la hija de Sagara poseía una gema que so*
bicpasaba en valor a todo el Universo. Ella se la ofreció al Se
ñor. que la aceptó de buen gusto. Luego, le preguntó a Prajña-
kuta y a Sariputra:
¿El Señor ha aceptado o no la gema que le he ofrecido?
La tomo —respondió Sariputra— tan pronto como se la has
ofrecido.
-Si yo estuviera dotada de poderes mágicos, Sariputra —re
plicó la hija de Sagara— hubiera alcanzado antes la perfecta Su
prema Iluminación y nadie estaría aquí para recibir la gema.
En ese mismo instante, ante la mirada de todos los presentes,
U hija de Sagara cambió de sexo ln , manifestándose como un
Bodhitattva, quién inmediatamente se dirigió al sur para sentar
te al pie de un árbol, hecho de las siete substancias preciosas
«n d mundo Vimala:i>, donde mostró su Iluminación predican
do la Ley. mientras llenaba todas las direcciones del espacio con
U radiación de sus treinta y dos señales y otros signos de su ma
jestad espiritual. Todos los seres del mundo contemplaron a este
Señor a medida que recibía el homenaje de los dioses, nagas,
duendes, demonios, etc. Los que oyeron las exposición de la
Doctrina se convirtieron en criaturas incapaces de retroceder
en el Sendero de la perfecta Suprema Iluminación. El mundo
entero se sacudió en todas las direcciones, mientras tres mil
wres del entorno de Sakyamuni ganaron la sumisión a la
Ley y otro número inmedible obtuvo la predicción de su
futuro destino en el conocimiento superior.
Luego, Prajñakuta y Sariputra hicieron silencio.1*
EL ESFUERZO v , V\ _v - n ¿
«IMim-rn Ink siete D io n s Madres que ton las estrellas de la Krittikas, Pié
t . i l o ll lK)
••I A penar de que, com o se ha visto —nota 210— el Bodhisattva es una
figura masculina, existen distintas menciones a su versión femenina. Fosco
según F K - en su "Tibet secreto" cita un Bodhisattva femenino
, 1» mimbre Pai-den Lha-mo, La diosa gloriosa.
*'* "Hermosa para ver por todos los seres".
193
Entonces el Señor contempló a los Bodhisattvas allí con
gregados, todos ellos agraciados con mágicos poderes y capaces
de mover la Rueda de la Ley, ésa que nunca retrocede. Tan
pronto como el Señor posó su vista sobre ellos, todos se pusie
ron de pie y, alzando las manos juntas, reflexionaron así: “El
Señor nos invita a difundir la Doctrina. ¿Qué podemos hacer
para conseguir este propósito?"
Al instante, esos jóvenes de buena familia, consecuentes con
su respeto por el Gina y con el piadoso voto hecho en sus vi
das anteriores, rugieron como leones:
--Nosotros, Señor, en el futuro, después de la extinción del
Sugata, iremos en todas las direcciones del espacio tratando
de que las criaturas copien, conserven, mediten y divulguen
esta Enseñanza. El Señor, con su poder, desde el otro mundo,
nos protegerá, defenderá y guiará.
Luego, los Bodhisattvas, unánimemente se dirigieron al
Sugata en estos términos:
2. Tranquilícese el Señor; después de su completa extinción,
en el horrible fin de ese período del mundo, proclamaremos
este sublime Sutra.
3. Sufriremos y toleraremos pacientemente, Señor, las
injurias, los reveses y las amenazas con palos, de parte de hom
bres torpes.
4. En esa horrorosa última época habrá hombres malignos,
pervertidos, inicuos y arrogantes que presumirán haber llegado
al límite cuando aún no han arribado al mismo.
5. Ellos les dirán a los ignorantes: "Sólo nos importa vivir
en los bosques, usar ropa remendada y llevar una vida frugal’1.
6. Las personas ansiosamente apegadas316 a los goces te
rrenales les predicarán la Ley a los legos y serán honrados como
si poseyeran las seis cualidades trascendentes.
194
7. Los hombres crueles y pervertidos, ocupados sólo de sus
quehaceres domésticos, entrarán a nuestro retiro del bosque y
*• convertirán en calumniadores.
8. Los Tirthikas317, ellos mismos doblegados por la ganan-'Y
n¡t y el honor, dirán que somos tales y —¡vergüenza para/
tilos!- predicarán sus propias ficciones.
9. Incitados por la avidez de ganancias y honores, componX
ilrAn Sutras de su propia invención y luego, en medio de Jpj)
owmblea, nos acusarán de plagio.
10. A los reyes, principes, pares, Brahmanes, comuneros y
monjes de otras confesiones,
11. Hablarán pestes de nosotros y propagarán sus doctrinas^
Toleraremos todo eso por reverencia a los grandes Profetas,
12 Porque esos tontos que no nos escuchan, tarde o tempra
no. se convertirán en llumii ados y, por lo tanto, debemos ser
indulgentes con ellos hasta el final.
13. En el horroroso, terrible periodo de la conmoción gene
ral. habrá muchos monjes malvados que se erigirán como
nuestros difamadores.
14. Por respeto al Jefe del mundo, soportaremos todo, por
inás difícil que sea. Investidos del poder de la indulgencia, pro
clamaremos este Sufro.
15. No nos importa el cuerpo ni la vida. Señor; como guar
dianes del depósito que nos has confiado, sólo nos preocupa
la Iluminación.
16. El mismo Señor sabe que en el último período habrá \
montes pervertidos que no entenderán este misterioso discur-/
m wbre la Ley.
17. Tendremos que soportar ceños fruncidos, repetidas
desaprobaciones, expulsiones de los monasterios y otros múl
tiples abusos. '
18. Pero, diligentes en el mandamiento del Señor, seremos
Intrépidos en proclamar este Sutra en medio de la congrega
ción.
195
19. Visitaremos por doquier pueblos y villas y lo transmiti
remos a quienes se interesen por él.
20. Puede quedarse tranquilo el Señor: difundiremos su
mensaje.
21. Luz del mundo, tú conoces la disposición de todos los
que se han congregado aquí, viniendo de todas las direcciones
del espacio; por eso sabes que nuestras palabras son verdade
ras.
196
CAPITULO XIII
198
cuando no se comunica con monjes, monjas, legos masculi-
nos y femeninos del vehículo de los discípulos; cuando no
entra en contacto con ellos ni siquiera en el monasterio, excep
to para pronunciarles la Enseñanza, o que acudan a él espon
táneamente. Esta, Manjusri, es la esfera propia del Bodhisatt
va. El no está pendiente de cada oportunidad favorable para
predicarle la Ley a las mujeres, ni anhela verlas frecuente
mente. ni piensa que es propicio visitar familias, o abordar
«iolescentes, vírgenes o jóvenes esposas, ni las saluda con
demasiada vehemencia. No le predica la Doctrina a un herma-
frodita15* ni tiene tratos con este tipo de gente. No entra a
una casa solo, para recibir limosnas, si no es llevando al Ta-
thagata en su pensamiento. Cuando le predica la Ley a las
mujeres, no lo hace por fervoroso apego a la Doctrina y menos
«tin por apasionado afecto al otro sexo. Cuando divulga la
Enseñanza no sonrt?. ni deja entrever sus emociones. No se
dirige a los novicios, masculinos ni femeninos; a ningún joven,
ninguna joven, ni entra en conversación con ellos, ni muestra
mayor celeridad en contestar a sus preguntas. Esta. Manjusri,
w In esfera propia del Bodhisattva. Además, ¿1 ve en todas las
rows y fenómenos su Vacio; las ve debidamente ubicadas,
Uirtlteradas como son en realidad. El Bodhisattva no es pro
penso a ser perturbado ni a retractarse, a cambiar; “existe*'
• i» vi mas elevado sentido de este término, poseyendo la na-
niraJeza del espacio, escapando a toda explicación y expresión
<iu«' pueda hacerse mediante el lenguaje común. El Bodhisatt-
• • no nace, no es compuesto ni simple, no está en conjunto
ni aislado, se establece y se manifiesta independientemente.
£n ese sentido Manjusri, El Bodhisattva constantemente con
templa todas las leyes y mora en su propia esfera.
Para exponer con más detalles esta tema, el Señor pronun
ció las siguientes estrofas:
1 El Bodhisattva que, intrépidamente y sin rubor, desea
Mponer este Sufra en el horroroso periodo que se avecina,
2. Debe mantenerse en el curso del deber y en su propia
199
esfera; debe vivir retirado y en estado de pureza, evitando cons
tantemente vincularse con reyes y príncipes.
3. Tampoco debe tratar a los pares, juglares y herejes en
general.
4. No debe cortejar a los hombres arrogantes, aunque sí
puede instruirlos para conservar la Doctrina. También debe
abstenerse de seguir los preceptos de creencias heréticas o in
morales.
5. Debe alejarse tanto de cualquier monja propensa al chas
co o al parloteo, como de las devotas notoriamente ligeras.
6. El Bodhisattva debe evitar a las personas que encuentran
su mayor felicidad en este mundo transitorio.
7. Pero cuando alguien acude a él para preguntarle sobre
la Ley, debe —en pro del conocimiento superior— hablar li
bremente, siempre con firmeza y resolución.
8. No debe tratar a las mujeres y a los hermafroditas, como
tampoco a jóvenes esposas ni a adolescentes.
9. Jamás debe acercarse a ellas para inquirir por su salud.
No debe alternar con vendedores de cerdo o carnero.
10. No debe contactarse con personas que faenan animales
por beneficio,
11. Como huir de la compañía de putañeros, jugadores,
músicos, luchadores y calaña similar.
12. No debe frecuentar meretrices ni personas sensuales,
ni tener ningún intercambio con ellas.
13. Cuando el Bodhisattva tiene que predicarle a una mu
jer, no debe entrar solo a su aposento ni quedarse allí por
entretenimiento.
14. Cuando deba entrar a una villa en procura de alimen
to, irá acompañado de otro monje o pensará constantemente
en el Buda.
15. He aquí que os he mostrado la primera esfera de con
ducta que debe observar un Bodhisattva. Sabios son los que,
conservando este Sutra en su memoria, viven de acuerdo con
él.
16. Cuando uno no cumple con ninguna Ley —inferior,
media o superior; compuesta o simple; real o irreal—,
; 17. Cuando el hombre sabio no hace notar: “Esto es una
mujer; esto es un hombre” ; cuando, en su búsqueda, no en
cuentra fenómenos o cosas, es porque ellas nunca han exis
tido.
18. Esto es lo que se denomina la observancia de los BocL
4 huottvas en general. Ahora prestadme atención que voy a
reponer cuál ha de ser su esfera propia. v
19. Cuando todo6 los fenómenos o cosas han sido declara
dos no-existentes, no aparecidos, no producidos, vacíos, ina
movibles, eternos, esto es lo que se llama la esfera propia del
•abio.
20. Ellos han sido divididos en existentes y no-existentes,
rrules e irreales, por aquéllos que poseen nociones erróneas;
también otras leyes —las de permanencia, producción, naci
miento—han sido interpretadas equivocadamente.
21. El Bodhúattva debe estar mentalmente concentrado;
«Unto, siempre firme como el pico del monte Sumeru, y
MÍ contemplar todos los fenómenos y cosas: como si fueran
varios,
22 Conservando permanentemente esta naturaleza, carentes
de esencia, inamovibles, sin substancialidad. Asi, sin duda,
■ «m los fenómenos y las cosas, todas y para siempre, Esta es
la llamada esfera propia del sabio.
23. El monje, observando esta regla de conducta que he
otorgado, puede, después de mi extinción, promulgar el Sufra
»n *1 mundo sin sentir ningún decaimiento.
24 El sabio debe primero, durante cierto tiempo, contener
•ut pensamientos, ejercitar la meditación completamente con-
• entrado, y llevar a cabo correctamente todo lo que es nece-
wrto para alcanzar la visión espin^a!121; luego, al emerger
201
de su piadosa meditación, estará en condiciones de predicar
con una mente resuelta.
25. Los reyes y príncipes de esta tierra que escuchan esta
Ley, protegen al predicador, mientras que los legos y los Brah
manes se hallarán juntos en su congregación::4.
El Señor siguió exponiendo estos conceptos de la siguiente
forma:
—Además, Manjusri, el Bodhisattva que, después de la comple
ta extinción del Tathagata, en los últimos quinientos años” ' ,
211
do de salud y sereno, mientras que los seres ejecutan dócil
y correctamente mis órdenes y porque fueron debidamente pre
parados por anteriores Budas y, por lo tanto, confían en mí
para ser conducidos al conocimiento superior. Y aquéllos que
cumplimentaron sus deberes en la etapa de discípulos, ahora
han sido iniciados en la sabiduría del Tathagata y bien ins
truidos en la más elevada Verdad.
Entonces los mahasattvas pronunciaron las siguientes es
trofas:
3. ¡Excelente, gran Héroe! Nos place oír que esas criatu
ras cumplen fielmente con su deber;
4. Que escuchan tu profundo conocimiento y que luego
confían en él porque lo comprenden.
El Gina replicó.
—Bien hecho, jóvenes de buena familia; vuestras alabanzas
alegran al Sugata.
En ese momento, en la mente de Maitreya y de todos los
Bodhisattvas presentes, nació este pensamiento; “Nunca an
tes habíamos visto una congregación tan numerosa. Jamás
habíamos visto emerger de las hendiduras de la tierra tal mul
titud de seres que honraran, respetaran y veneraran al Gina.
¿De dónde vinieron estas criaturas?”
Luego, Maitreya, sintiendo que su duda y perplejidad era
compartida por el resto de los Bodhisattvas —tan numerosos
como los granitos de arena del Ganges—, extendió sus ma
nos juntas hacia el Señor y lo interrogó a través de las siguien
tes estrofas;
5. Señor, aquí hay incontables Bodhisattvas que jamás he
mos visto antes.
6. ¿De dónde y cómo estas grandes figuras han llegado has
ta aquí?¿Por qué aparecen bajo una forma tan elevada?
7. ¿Son todos eminentes Profetas, tan sabios y memorio
sos como agradable es su apariencia externa?
8. Cada Bodhisattva, Señor del mundo, posee una inmensa
comitiva,
9. Tan numerosa como los granitos de arena de sesenta
Ganges, ¿se hallan todos en procura de la perfecta Suprema
Iluminación?
11). Además, cada grupo posee sus propios seguidores, incon
tables como los granitos de arena de treinta Ganges,
11. Y adeptos en una medida tan grande como los granitos
di' arena de veinte Ganges.
12. ¿Cómo y por qué. Señor, han llegado aquí?
13. También están sus compañeros,
14. Discípulos,
15. Asistentes,
16. Servidores,
17 Todos los cuales serían imposibles de calcular,
IH. Asi se los contara durante infinitos kalpas.
19. lista vasta audiencia se halla en respetuosa postura;
20. ¿Quién les enseñó la Ley del deber?
21. ¿Quién les predijo su destino hacia la perfecta Suprema
(iluminación?
22 „Qué mandamientos siguen7
23 uQué textos conservan?
24 {trotando en toda la superficie de la tierra,
Hasta donde alcanza el horizonte,
if* hatos grandes sabios, dotados de mágicos poderes,
V Nos brindan una imagen jamás vista con anterioridad,
[linos. Líder, el nombre de su mundo,
'«'9 Porque hemos vagado incesantemente en todas las direc-
i M*#* del espacio, pero nunca observamos a estos Bodhisatt-
MN
10 .lamas hemos conocido siquiera a un hijo tuyo, y aho-
m ti*- repente, se nos aparecen todas estas criaturas. Cuéntanos
mi historia. Profeta.
11 Inrontables Bodhisattvas, llenos de curiosidad, contem
plan al más elevado de los seres;
• Kxpheanos, Incomparable, tú que no conoces límites,
*1» donde vienen estos Sabios.
Mientras tanto, los numerosos Tathagatas —proyecciones de
N-hvamuni— que habían arribado desde infinitos mundos,
dnnilr estaban predicando la Doctrina, también se vieron im-
paiUndos por la incontable hueste de Bodhisattvas emergida
•le las hendiduras de la tierra, y ellos, a su vez, le preguntaron
«I Iluda por el origen de esta multitud.
213
Entonces el Señor se dirigió a Maitreya en estos términos:
—Bien, Agita; es un tema sublime eJ que ha motivado tus pre
guntas.
Luego le dijo a los demás:
-A tended todos jóvenes de buena familia; preparaos y per
maneced firmes en vuestros puestos porque ahora el Gina va a
exhibir la faceta más aguda del conocimiento de los Tathaga-
tas, su poder creativo, y la energía de su liderazgo.
Y a continuación, pronunció las siguientes estrofas:
33. Voy a emitir palabras infalibles; evitad disputar sobre
ellas, Sabios, porque la ciencia del Tathogato está más allá del
razonamiento.
34. Permaneced todos firmes y concentrados, que vais a
oír una Ley desconocida: la maravilla de los Tathagatas.
35. Nunca tengáis dudas233 porque os fortaleceré con mis
palabras de infalible veracidad y mi ilimitado conocimiento.
36. Las leyes del Sugata son profundas, más allá del razo
namiento y de la argumentación. Ahora las revelaré; oíd cuáles
y cómo son.
Después de pronunciar estas estrofas, el Señor se dirigió a
Maitreya:
—Te anuncio, Agita, te declaro: estos Bodhisattvas, tan
233 E l “ S u t r a d e l D ia m a n te " , q u e a p u n t a a c o r t a r la s d u d a s y d e s p e r
ta r la Jp d ic e q u e p a ra lo s e s tu d i a n te s d e la V e r d a d , la f e e s f u n d a m e n ta l
y la s d u d a s s u s o b s tá c u lo s , e n u m e r a n d o tr e s d e e lla s : d u d a s a c e r c a d e l ser
q u e e x p o n e la D o c tr i n a ; d u d a s a c e r c a d e la D o c tr i n a ; y d u d a s a c e rc a d e
u n o m is m o . L a d u d a e s u n o d e lo s c i n c o N ii’arononi o im p e d im e n to s d e
n o ta n d o to d o a q u e llo q u e e s to r b a y o b s ta c u liz a el d e s a r r o llo m e n ta l. S e
lla m a n im p e d im e n to s p o r q u e e n c ie r r a n , in c o m u n ic a n y o b s tr u y e n c o m
p le ia m e n te . C la u s u ra n ía p u e r t a q u e c o n d u c e a la L ib e ra c ió n . A c a d a u n o
d e lo s im p e d im e n to s se le d e b e o p o n e r u n a a c t i t u d c o n t r a r ia , se g ú n «I
c r i te r io d e P iy a d a ss i T h e ra e n su lib r o , o p o r t u n a m e n t e c i ta d o , y q u e se
p o d r ía e s q u e m a tiz a r d e la s ig u ie n te fo rm a
IM P E D IM E N T O O PU E STO
1. D e se o se n s u a l (kam acchanda) U n ific a c ió n d e la m e n te (ekaggattot
2. M ale v o le n c ia (vyapoda) G o z o (piti)
3. P e re z a y a p a tía (th in a m id d h a ) P e n s a m ie n to a p lic a d o (vitakka)
4. D e sa so sie g o y a n s ie d a d F e lic id a d (tu k kh a )
(ed d h a cc o ku kk u cca )
5. D u d a e s c é p tic a (vtcikiccha) P e n s a m ie n to s o s te n id o (uicara)
214
innumerables, incalculables, inconcebibles, incomparables e in
contables, que nunca has visto antes y que acaban de emer-
fvr de las grietas de la tierra, a ellos he impulsado, animado y
'(•turrollado hacia la perfecta Suprema Iluminación, después
i |p haber llegado yo mismo a ella. Es más, lo6 he madurado,
•atahlecido, confirmado, instruido y perfeccionado en su
fundición de Bodhisattuas. Y ellos ocupan en este mundo
el dominio del elemento que está debajo de la corteza314.
De solo pensar en la lección que ellos deben estudiar, y de
dicarse totalmente a la misma para comprenderla en su esencia,
m(o» jóvenes de buena familia ni siquiera pueden asistir a
reuniones sociales ni frecuentar bulliciosas multitudes, sino
qur permanente y vigorosamente han de cumplimentar su
labor. Estos seres. Agita, se deleitan en Ib soledad —lejos tan-
» ii de la compañía de los dioses como de la de los hombres—,
tu mayor placer es la Ley, aplicándose a lograr el conocimien
to del liúda.
Kn esa ocasión el Señor pronunció las siguientes estro
fas:
37. Estos Bodhisattvas, en número inmenso, inconcebi
ble. mas allá de toda medida, dotados de mágicos poderes,
sabiduría y entendimiento, han progresado en sus conocí-
míenlos a lo largo de muchos kalpos.
38. A ellos maduré para que alcancen la perfecta Supre
ma Iluminación, y es en mi tierra donde ello6, mis hijos, mo
tan
39 Ellos mismos se han dedicado a la vida ermitaña, evi
tan cuidadosamente los lugares bulliciosos y se desligan de
‘•«fo compromiso que los aleje de mis preceptos y del supre
mo curso de sus deberes.
40. Habitan en el elemento que esté debajo de la corteza
taiiMtre, esos héroes espirituales que, infatigablemente, pro-
cutan alcanzar el conocimiento superior.
II De gran vigor, memoriosos, firmes en la inmensa for
taleza de su inteligencia, esos serenos sabios predican la Ley
nimo dignos hijos míos.
1* D e esta u b ic a c ió n p o d r ía in fe rirte q u e e s to s seres s o n lo s e le m e n ta
les o e s p íritu s d e la tie rra .
215
4 2. D esde los tiempos en que alcancé la Iluminación en
G a y a 23’ , a) pie del árbol, y puse en movimiento la Rueda
de la L*y, he ido forjando la capacidad de estos Bodhisatt-
vas para obtener el conocimiento superior.
43. Estas palabras que aquí emito son sin tacha, realmen-
te verdaderas; creedme los que me escucháis: he logrado la
perfecta Suprema Iluminación, y yo solo he madurado espi
ritualmente a todos estos seres.
Todos los oyentes se vieron maravillados, impactados por
el asombro y la sorpresa; luego, pensaron: “ ¿Cómo es po
sible que en un lapso tan corto, tantos Bodhisattvas madu
raron espiritualmente como para alcanzar la perfecta Supre
ma Iluminación?’’
Entonces, Maitreya le pregunto al Sugata:
—El Señor, siendo un príncipe, después de dejar Kapila-
vastu23*, el pueblo de los Sakyas, arribó a la perfecta Supre
ma Iluminación hace ya más de cuarenta años231. ¿Cómo
23S B u d d h a G a y a , p o b l a c i ó n s i t u a d a a s e is m illa s a l s u r d e U c i u d a d
d e G a y a , e n la d iv is ió n P a tn a , d e B e n g a la , a n t i g u o r e i n o d e M a g a d h * F u e
e n e s e lu g a r , b a j o e l á r b o l B o ( o B o d h i ) d o n d e S i d d h a r t h a . e l a s c e t a p r in c i
p o s e o , ae s e n t ó p o r ú l t i m a v e z c o n la s p i e r n a s c r u z a d a s , c o n el r o s t r o d ir ig í
d o h a c a e l e s to , c o n la f ir m e d e t e r m i n a c i ó n d e v e n c e r o m o r i r h a s ta a l c a n
z a r la M e ta , a u n q u e su c u e r p o se s e c a r a y s u p ie l, h u e s o s y c a r n e ae e x p u
s ie r a n a la d i s o l u c i ó n : " a u n q u e el c i e lo s e p a r t i e r a e n p e d a z o s y la ti e r r a
a b a n d o n a r a su p o s i c i ó n f i j a " (n a b h a m p h a lty y o , p a th o v im c b a lr y y a )
A s í f u e c o m o e s te lu g a r se h i s o f a m o s o p o r p r im e r a v e z e n la h i s t o r i a , n o
s o lo p o r el e n t r o n i z a m i e n t o d e la t r i u n f a n t e v o l u n t a d h u m a n a , s in o Lam
b i¿ n p o r e l d e s p li e g u e d e u n i m p á v id o c o r a j e m o r a l p a r a r o m p e r c o n la t r s
d i c i ó n y p o r la r e a l iz a c ió n s u p r e m a d e la i l u m i n a c i ó n d e la m e n t e h u m a
na IRR»
}<A K a p il a v a s tu . c a p i t a l d e lo s S a k y a s , e s ta b a u b i c a d a p r ó x i m a a lo *
H im a la y a s y c e r c a d e l r f o R o h i n i , e n la f r o n t e r a c o n N e p a l , n o r o e s t e d e la
I n d ia . l o s c u a t r o lu g a r e s s a n t o s d e p e r e g r i n a c i ó n b u d i s t a q u e d e b e n ser
v is ita d o * (c a lla n ih o n a n i d a x ta n iy a m ) s o n l o s s ig u ie n te * I ) el p a r q u e d e
L u m b in i, e n K a p il a v a s tu , lu g a r d e n a c i m i e n t o d e S t d d l u r l h a l i a u t a m a
2 1 U r u v e l» , e n B u d d h a - G a y a . d o n d e , b a j o e l á r b o l B o , a l c a n z ó la Ilu m in o
c i ó n . 3 ) I s i p a t a n a , e n B e n a r é s ( v e r n o t a 8 6 1 , s e d e d e la p u e s t a e n m o r c h a
d e la R u e d a d e la L e y . e l p r i m e r s e r m ó n d e l B u d a . e l D b a m m o c a k k a p p a
ca la ñ a S u ll a (v e r n o t a 1 7 ) ; y 4 ) U p a v a t i a n a , e n e l b o s q u e S a la , p r ó x i m o a
K u s i n a r a , s iti o d e la m u e r t e d e l T a tb a g a la .
E s ta a f i r m a c i ó n f a v o r e c e la c r o n o l o g f a d e l B u d a y la d e e s t e S u f r o
s e g ú n s e h a i n d i c a d o e n e l e s t u d i o p r e l i m i n a r d e lo p r e s e n t e v e r s ió n .
m an lapso tan corto ha sido el Gina capaz de llevar a cabo lu
interminable tarea de un Talhogata, ejercitar su liderazgo y
liberar su energía? ¿Cómo en tan breve tiempo pudo el Su-
nata madurar cspiritualm enle a esta m ultitud de Bodhisatt-
mis, preparándolos para el conocim iento superior? Estos eleva
dos seres, habiendo seguido el curso del deber, han plantado
r.ncos de virtud bajo centenares de Budas durante inconta
bles kalpas para poder alcanzar la madurez espiritual. Es
como si un hombre, en plena juventud -digam os unos vein
ticinco años— presentara a individuos centenarios como sus
lujos, diciendo: “ Vosotros sois mis hijos", y los aludidos de-
el,irán: “ Este es el padre que nos engendró” . Ahora bien,
1.1 afirmación de ese hombre seria increíble, difícil de acep
tar por la gente. El mismo caso se plantea con el Talhogata,
quien últim am ente arribó a la perfecta Suprema Iluminación,
v estos innumerables Bodhisattvas que durante infinitos kalpas
observaron un curso espiritual en sus vidas; que son capaces
de sumergirse y emerger de miles de tipos de m editaciones di
ferentes; que llevaron a cabo todos los deberes que implica
1.1 búsqueda de la sabiduría, que son agudos regentes de las
iirrras del Buda; que son U maravilla y la admiración del m un
do El Señor dice' “ Desde el mismísimo comienzo he desarro
llado —llevando a la completa madurez espiritual— a estos
•i'irt para adecuarlos a su condición de Bodhisattvas. Yo mismo
h* desplegado esta energía y vigor después de haber arribado
« la perfecta Suprema Iluminación". ¿Pero, Señor, cóm o po-
d* mus tener fe en estas palabras que el Tathagata declara ser
infaliblemente verdaderas17 El Sugata debe saber que losBcxfhi-
•nttvas que recientem ente han ingresado al vehículo, son pasi
bles de caer en la duda y, después de la extinción del Gina,
•iquéllos que escuchen esta Enseñanza no la aceptarán, ni
(••ntiarán en ella, ni creerán en su contenido. Por lo tanto,
v u o r . para que no se cometan actos tendientes a la ruina de
U Ijey, dígnate a explicam os este tema para alejar de nosotros
la perplejidad y para que a los Bodhisattvas que en el futuro
oigan su exposición no les invada la incertidumbre.
Kn esa ocasión, Maitreya se dirigió al Señor mediante las
»ii;ulentes estrofas:
917
44. Tú naciste en Kapilavastu, lar de los Sakyas, y dejaste
esa localidad para alcanzar la Iluminacián en Gaya. Eso, Señor,
fue poco tiempo atrás.
45. Ahora tienes una multitud numerosísima de seguidores,
estos sabios que durante incontables kalpas han cumplimenta
do sus deberes espirituales y se mantuvieron firmes en sus má
gicos poderes, bien disciplinados y diligentes en la fuerza de
sus conocimientos.
46. Ellos, que son inmaculados como el loto en el agua, han
confluido aquí, después de hender la hierra, y se hallan de pie,
con las manos juntas, rindiendo honras al Maestro del mun
do.
47. ¿Cómo podrán estos Bndhisattvas creer este enigma?
Expulsa toda duda. Señor.- dinos la causa y muestra cómo
son en realidad las cosas.
48. Es como si un joven de unos veinte años, de cabellera
negra y piel tersa, presentara como sus hijos a hombres cen
tenarios,
49. >Y ellos, cubiertos de canas y arrugas, declararan que
el joven es su padre. Pero como ningún joven de esas carac
terísticas jamás tuvo hijos de la citada apariencia, esta afirma
ción resultaría difícil de creer.
50. De la misma manera, Señor, somos incapaces de conce
bir cómo estos numerosos Bodhisatívag de buena memoria y
excelente sabiduría, que han sido correctamente instruidos
durante incontables kalpas.
51. Que son firmes, agudos, agradables, resueltos, alaba
dos por los Líderes;
52. Que viven en los bosques, desapegados de los fenómenos
y las cosas: que son discípulos del Sugata, en procura de su lu
gar.
53. ¿Cómo han sido conducidos por ti a la madurez espi
ritual: Si esto no es aclarado antes de la extinción del Tatha-
gata, no podrá ser creído después.
54. Concédenos, Señor, un confiable relato de tu propia
boca, sobre este tema, para que la desgracia de la duda nunca
nos invada.
218
CAPITULO XV ( 'fU J OTSUj
DURACION DE LA VIDA DEL TATHAGATA
El Señor se dirigió a toda la hueste de Bodhisattvas asi:
—Confiad en mi, jóvenes de buena familia; creed que el Su-
nata emite una palabra verídica.
La congregación entera, con Maitreya a la cabeza, extendió
» u s manos juntas y le pidió al Gina:
—Expone este tema, Señor, creeremos en la palabra del
Tathagata.
El Sugata les dijo:
Escuchadme; la fuerza de la resolución que una vez asumi,
I» ha reconocido el mundo entero, incluidos dioses, hombres
v demonios: que abandonando el hogar de los Sakyas, arribé
a la perfecta Suprema Iluminación en Gaya. Pero, la verdad
«» que la misma la he alcanzado infinitos kalpas antes” *. Por
O r b e te ñ era* - e n c u e n t a q u e e l n iv e l d e c o n s c i e n c i a d e lo * h o m b r e e
a,, « lim ite q u e u n in i c ia d o «r p r e v e n t e a n t e e llo * d e s p l e g a n d o e s p o n t á n e a
in - f t le t o d o s s u s p o d e r e s K» n e c e s a r io u m o s t r a n d o s u b ú s q u e d a p a u l a t i
n a, su» i n c e r t i d u m b r e a y tu e s f u m o h a s t a lo g r a r u n a e l e v a c i ó n « s p ir it u a l
p u l i e n d o d e la m is m a b a s e h u m a n a q u e e l r e a t o d e lo a c o n g é n e r e s S ó lo
« •i » , p o s ib le q u e e l f e n ó m e n o d e la I l u m i n a c i ó n te a a s im ila d o c o m o u n
........... m i n a t u r a l y v o li tiv o . e« d e c ir , a l a l c a n c e d e c u a l q u i e r m o r t a l q u e e m -
p í n u l a i d é n t i c o C a m in o , o « tu , »1 d e a r r i p t o p o r e l O c t u p l e N o b le S e n d e r o ,
Si , a c a m b i o , el B u d a ae h u b i e r e d i r i g id o a lo s s e r e s d i r e c t a m e n t e e n su
r u n l i o ó n s o b r e n a t u r a l , e l lo s p o d r í a n p e n a r q u e e s a V ía s ó lo e ra p a r a ele-
g ü ín * , y la p r é d i c a d e su D o c tr i n a n o h a b r í a t e n i d o la r e p e r c u s i ó n q u e e fe c -
t b a n l e n t e c o n s ig u i ó . P o r o t r a p a r t e , c o m o a e a p r e c i a e n e s ta s e c c i ó n , la m -
K e s fá c il e x p l ic a r q u e su I l u m i n a c i ó n d a t a d e u n t i e m p o a t r á s m á s
«Ha I r t o d o c á l c u l o , p o r q u e t a m b i é n e s o c h o c a c o n la a n s i e d a d t í p i c a d e
lo» « r i t e p o r v e r i f ic a r " e n e s ta v i d a ” l o s lo g r o s . N o h a y q u e o lv i d a r q u e la
latiría d e la r e e n c a r n a c i ó n n o e s u m v e r s a l m e n t e a c e p t a d a y q u e m u c h o s
ejemplo1’*, supongamos que incontables mundos estén cons
tituidos de partículas, y que un hombre toma una de ellas y se
traslada en dirección al este, llevándola a una distancia inme
dible para depositarla allí. ¿Crees que podría calcularse cuán
to tardaría esta persona en cambiar de lugar completamente
todas las partículas?
—Es incalculable —contestó Maitreya—; está más allá del
alcance de la mente poder hacerlo. Ni siquiera el poder de los
discípulos sería capaz de determinar esta cifra.
—Else mismo tiempo —dijo el Buda— es el transcurrido des
de que yo alcancé la perfecta Suprema Iluminación. A partir
de ese momento empecé a predicar la Ley a las criaturas de
este y otros mundos, y cuando los otros Tathagatas —como
Dipankara240 y los demás que he mencionado— entraron al
Nirvana, he creado lo que habéis visto, todo para una mejor
difusión de la Doctrina. El Sugata, considerando los distintos
grados de facultad y fortaleza de las sucesivas generaciones,
les revela a cada una de ellas su propio nombre; un estado en
el cual el Nirvana aún no ha sido alcanzado y, de diversas
maneras, él satisface los requerimientos de los diferentes seres
mediante otros tantos discursos24'. En este caso. El Gina decla
ra a las criaturas —cuyas disposiciones son múltiples, pero poco
enraizadas en la virtud y más bien propensos a la maldad—:
“Soy joven; he abandonado el hogar paterno y he alcanzado
se a p r e s u r a n p o r o b t e n e r —m a t e r i a l y e s p i r i t u a l m e n t e — t o d o l o q u e p u e d e n
" a q u í y a h o r a " n o aea q u e t o d o «e a c a b e c o n la d e s a p a r i c i ó n f ís ic a P a ra
e sa ( e n t e n o t i e n e s e n t i d o la a f i r m a c i ó n d e q u e e l B u d a e s —c o m p a r a n d o
la s m e d i d a s c ó s m i c a s c o n la s h u m a n a s — u n l i u m i n a d o d e s d e la E t e r n i d a d .
P o r ú l t i m o , c a b r í a s u p o n e r q u e el B u d a e n c a r n a s u c e s i v a m e n t e e n d i s t i n
t o s m u n d o s y c o n d i f e r e n t e s n o m b r e s E n s u m a , é s ta s e r ía s u p r i m e r s a p a
r i c i ó n e n e s t e s is te m a , m i» n o e n e l U n i v s s o , c o m o se d e d u c i r í a d e l a s l í
n e a s q u e s ig u e n e n el S u f r a
234 E l e j e m p l o q u e s ig u e .e s s im i la r a l u t i l i z a d o e n e l C a p í t u l o V II.
**° Ver nota 67.
Ml D e e s ta a f i r m a c i ó n . H K s u g ie r e q u e e l T a lh a g a ta n o e s la f ig u r a s u
p r e m a ú n i c a m e n t e d e l B u d is m o , s in o —p o r e n c a r n a r e n d i s t i n t a s é p o c a s ,
d i f e r e n t e s lu g a r e s y b a j o o t r o s t a n t o s n o m b r e s — e l c e n t r o d e t o d a s la s r e l i
g io n e s y la f u e n t e d e t o d a s la s e s c r i tu r a s .
recientemente la perfecta Suprema Ciiminación*'42 ” Sí, él,
que infinitos kalpas aíras ha entrado al Nirvana, asegura que
lo ha hecho últimamente. Afirma esto al solo efecto de condu
cir a las criaturas a la madurez espiritual y permitirles así
alcanzar el conocimiento superior. Por lo tunto, es debido a
eso que esta Enseñanza ha sido revelada, y la palabra que el
Tathagata transmite en favor de la educación de los seros - y a
sea bajo su propia apariencia o bajo otra, por su propia auto
ridad o merced a otro recurso2 0 —, lodo lo que ¿I declara,
todos sus discursos no son sino la más auténtica Verdad. A
este respecto, no cabe, de parte del Tathagata, la menor false
dad porque él ve al mundo como realmente es: sin origen ni
fin; ni real ni irreal; ni existente ni no-existente; ni asi ni de
otra forma. El Sugata ve al mundo, no como lo hace el ignoran
te, es decir, a través de las cosas visibles; para él ningún fenó
meno o cosa puede ocultarse. Por eso cualquier palabra que
el Gina profiera es verdadera, pero, a los efectos de desarro
llar raíces de virtud en las criaturas —que siempre persiguen
diferentes objetivos al mismo tiempo y se conducen de acuer
do con sus nociones-, él revela distintas Enseñanzas, conte
niendo todas ellas principios fundamentales. El Tathagata,
jovenes de buena familia, hace lo que tiene que hacer,20243
242 L o * h o m b r e a —« I p o r q u é a» h a v i s t o e n la n o t a 2 3 R — n e r e s i u n r r
n o v a rla » r e v e l a c i o n e s V n h n u p o r e j e m p l o , d e s c i e n d e s o b r o la ti e r r a o r h u
vece».
243 A lo a acia p a r a m ih u o r ig i n a le s se lo a d i c i o n a r o n o t r o s c u a t r o , e n t r e
e llo s u p o ya , h l b i l e s m e d io » o r e c u r s o s , c u y a i m p o r t a n c i a s e p o n e d e m a n i
f ie s t o y a q u e el B o d h u o ttv o d e b e u t i l i z a r l o d o p r o c e d i m i e n t o o r e c u r s o p o
s ib le p a r a lle v a r a lo s s e r e s a l e s c l a r e c i m i e n t o D a isc U . T e i t a r o Suzuki
" O u t l i n e s o í M a h a y a n s B u d d h i s m d i c e " L ’p a ya , q u e s ig n if ic a p r o c e
d i m i e n t o , e s t r a t a g e m a , r e c u r t o o a r t e s a n í a , t i e n e u n s e n t i d o t é c n i c o e n el
b u d is m o . E s u H id a e n c o n t r a s t e c o n i n t e li g e n c ia (p m jñ á ) y e s s i n ó n i m o d e
« m o r (ka ru n a ). V i m a U k i r t i a s e g u r a . " /V o /n d e s la m a d r e d e l B o d h u a tlo a
v u p a ya s u p a d r e ; n o h a y c o n d u c t o r d e l a h u m a n i d a d q u e n o h a y a n a c id o
d a e llo s ” .
244 E n e t c a p í t u l o 1 4 d e l " S u t r a d e l D i a m a n t e ” , s e le e : ” E | T a lh a g a to
** q u i e n d e c la r a l o q u e e s v e r d a d , lo q u e e s f u n d a m e n t a l , lo q u e eg « e n
r t l " U v e r s io n d e S u z u k i d ic e " . el ú n i c o c u y a s p a l a b r a s s o n lo q u e
i o n ” . El a f o r i s m o 1-2 6 d e P a ta n ja l i d ic e : “ E l e s el i n s t r u c t o r d e t o d o c u a n
t o h a p a s a d o a n t e s p u e s t o q u e n o e s tá l i m i t a d o p o r el t i e m p o ” .
él. que m ucho tiem po atras alcanzó el Nirvana, posee una exis
tencia ilimitada: es eterno. Sin extinguirse, lo demuestra en
beneficio de aquéllos que deben ser educados. Aun ahora,
•odavii no he plasmado mi curso como Bodhisattva y la me
dida de mi existencia no se ha colmado; es más, para que se
com plete falta el doble de miles de millones de kalpas. Yo
anuncio mi extinción final —a pesar de que eso no ocurre—,
porque de esta manera conduzco a todas las criaturas a la
madurez espiritual. No sea que aquéllos en quienes la virtud está
poco enraizada, que son profanos, ávidos de placeres sensuales,
cegados por la pantalla de las opiniones erróneas, al verme
continuam ente, piensen: “ El Tathagata perdura", e imaginan
do que todo es un juego de niños, concluyan: "Siem pre esta
remos cerca de él", fallando en su esfuerzo por escapar de
la cárcel de las pasiones mundanas y no valoren lo precioso
que es el Buda por tenerlo constantem ente a mano para refu
giarse en él. En consecuencia, el Sugata. diestram ente, pronun
cia estas palabras: "L a aparición de los Tathagotas, monjes, es
preciosa poique en el decurso de infinitos kaipas es raro ver a
uno de ellos". Asi, los seres aprecian más la presencia de un
Buda. com o tam bién la anhelarán cuando no puedan contem
plarlo. Las buenas raíces desarrolladas a través del pensamien
to ardiente en el Ciña se extenderán perpetuam ente para be
neficio y felicidad de las criaturas, y por la educación de ellas
es que el Señor anuncia su total extinción, ■ pesar de que eso
no acurre. E&a es la forma que él tiene para dictar su Enseñanza
y ello no implica necesariamente falsedad alguna de parte suya.
Luego, el Señor expuso su idea utilizando la siguiente pa
rábola :
—Supongamos este caso: existe un curador; instruido, inteli
gente, prudente, diestro en eliminar todo tipo de enfermedades.
El hombre tiene muchos hijos —diez, veinte, treinta, cien—, y
cierta vez en que él está afuera, todos los niños ingieren vene
no. Sobrecogidos por atroces dolores, se retuercen en el suelo.
Algunos de ellos tienen nociones erróneas: otros correctas, pero
todoa padecen por igual el mismo tipo de sufrim iento. Cuando
ven regresar a su padre, lo reciben ansiosamente, diciéndole:
‘ ¡Salud, padre; qué suerte que has regresado sano y salvo!
Ahora libéranos del mal que nos aqueja*4. El curador, viendo
«Me desolador panorama, prepara un gran remedio. Habiendo
i (inseguido el color, olor y sabor requeridos, les da a cada uno
una dosis con estas palabras 'T o m a d esta poción, hijos míos,
que pronto os veréis libres del veneno, recobrando la salud'4.
Aquéllos que, entre ellos poseen nociones correctas, después
<!•• ver el color del remedio, percibir su olor y probar su sabor,
lo ingieren inm ediatam ente y, como consecuencia, al poco
tiempo se ven aliviados de sus padecimientos. Pero los hijos que
sustentan puntos de vista erróneos no les agrada el color, el olor
o el sabor del preparado y no quieren tomarlo. Por lo tanto, el
curador reflexiona: "Las erróneas nociones de estos hijos míos
le», impiden beber la poción; debo inducirlos a ello mediante
algún hábil recurso". Impulsado por este objetivo, les dice:
’Estoy viejo, decrépito; se acerca el final de mi vida. Pero- no
<* rntristescáis; no os sintáis afligidos. He confeccionado un
remedio para vosotros, si queréis, podéis tom arlo". Habiéndo
lo* exhortado asi, él se retira a otro lugar del país, haciéndo
le* creer que ha partido de eete mundo. Ellos están tristes y
»>• lamentan: "N uestro padre esta m uerto; él, toda bondad,
tu t» ha dejado desprotegidos". Advertidos de su orfandad y
tulla de refugio, están continuam ente inmersos en la pena y,
rum o consecuencia de ello, las opiniones erróneas le hacen
lugar n las correctas; reconocen que el remedio posee el color,
olor y sabor adecuados y lo beben, aliviándose así de los
malestares que aquejaban sus cuerpos. Entonces, el curador,
•aliiendo que sus hijos se han liberado de los efectos del ve
neno, reaparece. ¿Vosotros monjes, creéis que es posible acu
lar al curador de falsedad por haber empleado este recurso?
No, Señor —respondieron los aludidos—; ciertam ente
H K d i c e q u e e n e s ta e s t r o f a , e l T a lh a g a la d e m u e s t r a s e r el ju e x d e
l o s d i f u n t o s , r e c o m p e n s a n d o a lo * p i a d o s o s d e s p u é s d e su m u e r t e , e n s e
ñ á n d o l e s su e x c e ls a fig u r a .
U llw ida con colinas de gemas y sembrada de árboles carga
d i.» ile frutos.
I t Sobre los dioses suenan instrum entos musicales, mien-
tía» llueven flores que me cubren a mi' y a todos los que pro-
i iir.iti la Iluminación.
I I Asi es mi eterna región; pero otros imaginan que está
•idlondo. En sus opiniones, este m undo es terrorifico, mise-
mlilit, repleto de infortunios.
Ib. Mucho tiem po puede transcurrir sin que sea mencio
nado mi nombre, mi l>ey o mi com unidad11*4 . Eso es conse-
niirncia de las acciones pecaminosas que pululan por doquier.
16. Pero cuando —en el m undo de los hombres— nacen
m u . moderados v piadosos, ellos inm ediatam ente me ven
•••«»l/ir la Ley, atribuyéndolo a sus buenas obras.
17 A ellos nunca les menciono la infinitud de mi acción;
ihh lo tanto, hablando apropiadam ente, aunque yo exista
•iMtipre, declaro: "L os Ginas son raros y preciosos” .
18. Tal es el glorioso poder de mi ilimitada sab id u ría; tal
. lo duración de mi existencia, que abarca infinitos kolpas.
Indo esto lo he adquirido después de haber transitado el
H?ndero del deber.
19 Hombres sabios, abandonad toda incertidum bre: mi pa-
Uhra nunca es falsa;es siempre verdadera.
510, Si el hábil curador de la parábola tuvo que utilizar el
riH urvo de hacerse pasar por m uerto no estándolo, en favor
di Ion hijos cuyas nociones eran erróneas, sin ser por ello
hi uwido de falsedad,
’21. Yo, el Padre del m undo547, el Curador54*, el Protec
tor di* todas las criaturas, conociendo sus puntos de vista distor-
" I j s H a lna-troyas T r e s J o y a * — d e l B u d is m o . V e r n o t a 8 7 .
IIK s o s t i e n e q u e a q u í el B u d a a s u m e la f ig u r a d e B r a h m a , e l S e r
i*H i|u , e x i s t e n t e d e s d e la e t e r n i d a d , e l P a d r e d e l m u n d o .
”* Ver nota 152.
99S
sionados, les enseñó el N irvana'4’ del Tathagata, aun cuando
sigo sin extinguirme350.
22. ¿Qué motivo tengo para manifestarm e continuam ente?
Cuando los hombres se tornan incrédulos, ignorantes, im pru
dentes, indiferentes y se complacen en los placeres sensuales,
corren de la negligencia al infortunio.
23. Entonces yo, que conozco el devenir del m undo, decla
ro: “ Yo soy el Buda” . Y luego me pongo a reflexionar en los
medios necesarios para inclinar a los seres hacia la Iluminación,
a ser participes de la Doctrina.
E l L a n ka u a ta ra S u fr a , 2 - 1 8 , d ie * : " A q u é l l o * q u e , te m e r o s o s d e l o i
s u f r i m i e n t o s —q u e e m a n a n d e la d is c r i m i n a c i ó n e n t r e v id a y m u e r t e — b u s
c a n e l N irvana, n o s a b e n q u e v id a y - m u w t * y Nirvana a o n in s e p a r a b le s Y
c r e y e n d o q u e t o d a s la s c o t a s s u j e t a s a d i s c r i m i n a c i ó n c a r e c e n d e r e a l id a d ,
im a g in a n q u e e l N irvana. c o n s i s t e e n la f u t u r a a n i q u i l a c i ó n d e lo s s e n ti
dos".
350 El B u d a h iz o p a t e n t e q u e e l N ir v a n a e s a c c e s i b l e p a r a t o d o s m e
d i a n t e la a s c e s is , p e r o él n o in g r e s ó a l m i s m o p a r a r e e n c a r n a r y s e g u ir a y u
d a n d o a lo s se re s s u frie n te s T o d o Ilu m in a d o h a ré , p o r c o m p a s ió n , o tr o
t a n t o , lu e g o , la o b t e n c i ó n d e l .V irv a n a se c o n s t i t u y e e n u n a p a r a d o j a q u e
b ie n r e c o g e e l " S u t r a d e l D i a m a n t e " —v e r s ió n d e S a m u e l W o lp in . e d i t o r i a l
H a s t i n a p u r a , B s. A s . 1 98-4—, c a p i t u l o 3 “ A ú n c u a n d o u n v a s to , i n c o m e
b le , i n c o n m e n s u r a b l e n ú m e r o d e s e r e s s e h a n l i b e r a d o , e n v e r d a d n a d i r
l o h a s i d o . " P l a t ó n —e n “ L a R e p ú b l i c a , t. V i l , c i t a d o p o r Q o d e l— p o n e
e n b o c a d e S ó c r a t e s u n a a f i r m a c i ó n s im ila r s o b r e la a c t i t u d q u e t i e n d e n
a a d o p ta r a q u é llo s q u e a s c ie n d e n e s p ir itu a lm e n te : " P o r m á s q u e s u s a lm a s
a s p i r e n s in c e s a r a p e r m a n e c e r e n e s a s a l t u r a s , g u a r d é m o n o s d e p e r m i t i r
le s lo q u e q u i e r e n n o v o lv e r a b a j a r " . S in q u e r e r l o , S ó c r a t e s c o i n c i d e p l e
n a m e n t e c o n la p o s t u r a M a h a y a n a d e l B o d fu sa ttv a
CAPITULO XVI
U harani o m antra, h e c h i z o o t a l i s m á n , f ó r m u l a s o b r e n a t u r a l E s
........ o n j u n t o d e p a l a b r a s o s o n i d o s c a r g a d o s c o n s i g n if i c a d o s u f u e r z a s
p r o d u c e n u n a t r a n s f o r m a c i ó n e s p ir i tu a l . S o b r e l o t m antra* o n el v e
lo r io y vi b r a h m a n i s m o v e r M W i n t e r n i t z G e ic h itc h te d e r in d ite h e n lile
)Him K1 t é r m i n o d h a ra m —s e g ú n E l ia d e — a p a r e c e p o r p r i m e r a v e z e n el
liu ill im o c o n fc'í S u tr a d e l L o to y el L alitavistaro.
y de agáloco^1 se precipitó a las alturas, al tiem po que en
el firm am ento se dejaban oír grandes tam bores que, sin ser
batidos, em itían sonidos placenteros, dulces y profundos.
De pronto, también empezaron a caer inmensas cantidades
de finísimos géneros celestiales, mientras se veían colgando
en todo el cielo perlas, gemas y todo tipo de joyas, a la vez
que estas se hallaban rodeadas de incensarios conteniendo
invalorables aromas. Algunos Bodhisattvas sostenían sobre
cada Tothagata una hilera de sombrillas que se extendían has
ta la región de Brahma; otros se dedicaban a celebrarlos me
diante himnos y cantos sagrados, propicios para alabar a los
Budas.
En esa ocasión, Maitreya pronunció las siguientes estrofas:
1. Maravillosa es la Ley que ha expuesto el Sugata■ una
Enseñanza nunca oída antes. ¡Qué grandiosa es la majestad de
los Líderes: qué infinita la duración de sus existencias!
2. Oyendo esta D octrina impartida por el Gina en perso-
naí , J , incontables criaturas —genuinos hijos del B u d a - se han
llenado de regocijo y comprensión.
3. Algunos han alcanzado la perfecta Suprema Iluminación,
un punto desde el cual no se retrocede jam ás; otros siguen es
tando en niveles inferiores; otros lograron una visión ilimita
da; otros obtuvieron miles de dharanis;
4 O tros han adquirido el conocim iento superior; otros,
después de varias encam aciones, se convertirán en Ginas y
verán el Infinito.
5. E ntre los que escuchan esta Ley de boca del Maestro,
algunos llegarán a la Iluminación, percibiendo la Verdad;
6. O tros lograrán la omnisciencia;
7. O tros concebirán la idea de la L iberacióniU .
8. Tal es el efecto producido por el gran Profeta, cuando
‘ <’5 A g ilo c o , a g s llo c h e o agallocu m : gén ero aquilaria. fam ilia d e las ti
m elo fcea s, cu y a s esp ecies viven en el H im alaya, C hina, p a íses m alayo*
y \u e v a C um ea. S e usa en eb an istería y para co n fecc io n a r sahum erios.
JS> Kl -S u p e r io r J e lo fe, te x to atrib u id o a A shvagosha, d ice: "C uando
e) T olhajiata estaba sobre la tierra, lo d o s lo s h om b res estab an cap acitados
para en ten d erlo" .
T o d a esta gama de e fe c to s q u e p rod u ce la Ley e s con secu en cia de
revela su elevadísirno estado que es eterno y de un alcance
mm ¡limitado como el éter.
9. Incontables ángeles, Indras y mensajeros de Brahma
•r han trasladado aquí para derramar esta lluvia de flores.
10. Se mueven en el cielo como pájaros y esparcen los fra
gantes polvos de sándalo y agáloco para cubrir al Gina y a su
comitiva.
11. En lo alto, los timbales, sin ser batidos, emiten dulces
•onidos, mientras infinitas cantidades de blancos géneros en
vuelven a los Jefes,
12. Y numerosísimos incensarios perfuman con sus ricas
ftngancias el am biente, para honrar a las poderosas presen
cian.
13. Incontables Bodhisottvas sostienen otras tantas sombri
lla», formando un dosel tan alto que llega hasta la región de
Hrulima.
14. los hijos del Sugata, en su inmenso gozo, han izado ga
llardetes triunfales al tope de los mástiles y celebran a los L i
deren con cánticos devocionales.
I fi. Tan maravilloso, extraordinario, prodigioso y espléndi
do evento. Señor, es desplegado por los seres como señal de su
muocijo por la exposición acerca del térm ino existencia! del
/ oí haga (a.
10. Grande e6 el suceso que recorre los diez puntos del espa
rto todas las criaturas se encuentran reconfortadas y agracia
da» por la virtud de la Iluminación.
Entonces el Señor se dirigió a Maitreya:
Km.os seres. Agita, que durante el desarrollo de la Enseñan
te acarea de la duración de la existencia del Tathagata, han
su pensam iento en ella, confiado en sus términos, han
•• ilimitado un mérito enorme*55. Escucha cuál es la medida de
ase mérito. Supongamos que una persona, durante incontables
1,1 fc s to c o i n c i d e c o n la e n s e ñ a n z a d e ) V e d a n t a e n e l s e n t i d o d e q u e el
c o n o c i m i e n t o s u p e r i o r e s i n d e p e n d i e n t e d e la r e a l i z a c i ó n d e b u e n a * o b r a a
N o o b s t a n t e , t a m p o c o p o r e l l o d e s d o n a el v a l o r r e l a t i v o q u e t i e n e n eaa»
a c c io n e * , ta l c o m o s e a p r e c i a r á e n la s l i n e a s q u e s ig u e n , d o n d e u n a c o s a n o
q u i t a la o t r a .
no n
considerado un candidato a la Liberación, un aspirante a sentar
se bajo el árbol de la Iluminación. Y donde esa persona se de
tenga, se siente o pase, ahí debería hacerse un altar dedicado
.ti Tathagata, para que todos, incluso los dioses, digan: "Este
es un stupa de las reliquias del Sugata."
En esa ocasión, el Señor pronunció las siguientes estrofas:
37. R epetidam ente he señalado que el que conserve esta
Enseñanza, después de la extinción del Gina, acumulará una in
mensa masa de mérito.
38. Pero el que me venera construyendo stupas con las sie
te substancias preciosas,
,19. Decorados con sombrillas, banderines, campanillas agi
tadas por el viento,
40 Flores, perfumes, óleos,
41. Instrum entos musicales, prendas,
42. Lámparas de aceite encendidas a su alrededor,
43. También incrementará —con esto6 actos— su virtud.
44. El que edifica innumerables monasterios, usando madera
rio sándalo,
45. Provistos de todos los muebles necesarios,
46. Embellecidos con paseos y jardines.
47. El tam bién será un ejemplo de veneración para todos mis
discípulos.
48. Pero, insisto, mayor es el m érito del que conserva este
Sufra;
49. Del que lo copia y luego honra el texto com o si fuera
mía reliquia,
50. A la que adorna con lámparas de aceite y flores.
51. El hombre que venera de tal forma la letra3*11, producirá
una masa de m érito más allá de todo cálculo.
52. Así como es inmedible la extensión del aire, en cuales
quiera de las direcciones del espacio, no puede evaluarse la
vutud adquirida por tal persona.
53. Además, el m é.íto se incrementa cuando el devoto de
*'* P a ra ju s t i f i c a r t a r . t s v - n e r a c i ó n p o r lo.- t e x t o s , el B u d a d i j o : “ La S a-
liiilu rfa n o t i e n e l e tr a s , p e r o la s l e t r a s s o n 3 a b i a o r f a ''.
la Enseñanza es paciente, moderado, moral, estudioso, medi
tativo;
54. Cuando no es irascible, ni pérfido y siempre reverencia
los santuarios; cuando es humilde con I06 monjes; cuando no
es engreído ni negligente;
55. Cuando es sabio y sensible; cuando responde con agra
do; cuando, lleno de compasión por todos las seres, les da la
instrucción que les conviene.
56. Si existe un hombre así, y que al mismo tiem po, con
serve este Sutra, poseerá una masa de m érito más allá de toda
medida.
57. Al encontrarse con alguien de estas características, uno
debería rendirle sincero homenaje;
58. Uno debería cubrirlo de flores o inclinarse ante él, con
vencido de estar en presencia de un Talhagata,
59. Porque un hombre así va camino al árbol de la Ilumina
ción para bien del mundo entero, incluidos los dioses.
60. Y donde él se siente, se pare, camine o donde pronun
cie aunque más no sea una sola estrofa de este Sutra,
61. Habría que construir un stupa dedicado al Buda y vene
rarlo de múltiples maneras.
62. Ese lugar de la tierra es bendecido por mí. porque allí
yo me paré, allí me senté, allí recité este Sutra; donde estuvo
un hijo del Gina, allí estuve yo.
CAPITULO XVII KJfAOf^SU
EL MERITO DE LA ACEPTACION JUBILOSA
S ro ta p a n n a , p r im e r p a s o h a c ia la m e t a d e l A rh a t. S ig n if i c a q u e e»U
m s a lia d e la v id a o d e la m u e r t e T a m b i é n se d e n o m i n a S r o ta p a tti, m ia
a l lá d e l o re n l y d e l o ilu s o r io .
S a k r id a g a m i n , s e g u n d o p a s o , d e ta k r it = u n a v e* y ga m o n a = a n
d a r . R e e n c a r n a p o r ú l t i m a v e z p a r a s u p r im i r l o s r e s t o s d e d e s e o s q u e poses,
*6 ‘ A n a g a m m . t e r c e r p a s o A n — p a rtíc u la n rg a tr v a . re n a c e fu e ra d e
lo s m u n d o s in f e r io r e s .
V er n o ta 10.
9.3fi
i».jfa He la Ley y la acepta jubilosamente, la acumulación He
"tentó del primero no alcanza ni a la centésima parte, ni a la
nulísima parte, ni a la millonésima parte del que acopia el
«Hundo. En realidad, esta comparación no admite siquiera el
i «tirulo, tan inmensa es. Agita, la diferencia. Además, si alguien
tr u c h a esta Enseñanza y luego invita a otra persona a hacer
In mismo, el primero, merced a este acto virtuoso, obtendrá la
ventaja de entrar en contacto con I06 B o d h m ttv a s que han
niquindó dharanis; se hara poseedor de agudas facultades y
aumentará su sabiduría. En el decurso de cientos de existencias
un tendrá enfermedades bucales, sus dientes serán sanos y pa-
mjuv. sus labios no estarán partidos; su nariz será recta; su cara
« id proporcionada y de facciones agradables. Tam bién el resto
••«•I cuerpo guardará un envidiable equilibrio; además, gozará de
itua gran ventaja: el Tathagato le dirigirá sermones que él podrá
tiim prender, y podrá así conectarse pronto con los Budas. Per
fil*. Agita, cuántas son las bondades que produce el acto de
un llar tan sólo a una criatura a escuchar la Enseñanza. ¡Cuantas
ni,ik M'ran las que acumule quien predique la Ley!
Kn esa ocasión, el Señor pronunció las siguientes estrofas:
2 Escucha, Agita, cuán grande es el mérito de quien, quin-
• niu.-«*símo en una cadena de tradición oral oye tan sólo una
r«i mfa de este Sutra y, sereno mentalm ente, la acepta con
Mihilu.
I Supongamos que existe un hombre habituado a darle a
imi notables seres, durante muchos años, todos los elem entos
tu <1'h.mos para su subsistencia.
1 Pero, cuando los ve ya envejecidos, piensa que ha llegado
•■I m om ento de hablarles de la Ley.
j Les im parte la Doctrina y les apunta el Nirvana, dicién-
tlnli': "La existencia es como un espejismo; daos prisa en desa
lt* tjufos de ella” .
it Todas las criaturas, captando la Enseñanza otorgada por
min caritativa persona, se convierten enArhats.
J No obstante. Agita, más m érito que este individuo, acopia
qiilpn oye tan solo una estrofa de este Sutra y lo acepta jubilo-
wtitielltc.
M Si grande es el mérito que acumula quien oye esta Ense-
ñanza en el quincuagésimo lugar de una tradición oral, inmen
sam ente mayor es el del que la escucha cara a cara de labios del
Sugata.
9. Y si alguien exhorta aunque más no sea a una sola criatu
ra, diciéndole: “ Ve y escucha la Enseñanza, porque un Sutra
como este —“El L oto de la Verdadera L ey”— raram ente se pre
dica en el m undo”.
10. Y la persona así estimulada sigue el consejo, carecerá
en lo sucesivo de enfermedades en la boca;
11. Sus dientes serán sanos y parejos; no tendrá labios parti
dos.
12. Su cara no será torcida; su nariz será recta; su aliento ten
drá el aroma de las flores.
13. Y su figura será agradable de ver.
14. Si un hombre sabio se dirige de su casa a un monasterio
para o ír este Sutra, y allí lo hace con una m ente serena,
15. Como consecuencia de esta piadosa acción, en el futuro
poseerá incontables bienes,
16. Y se sentará en el trono de Indra, de Brahma, de los
reyes.238
238
CAPITULO XVIII
VENTAJAS DE UN PREDICADOR
veo SObgj
El señor se dirigió al Bodhisattva S atatasam itabhiyukta361
en estos térm inos;
-C ualquiera que conserve, lea, enseñe o copie este Sutra,
verá incrementadas sus facultades sensoriales, incluida la men-
Isl .144
En esa ocasión, el Señor pronunció las siguientes estrofas:
1. Escucha con atención todas las buenas cualidades que ad
quirirá quien, sin hesitación ni desmayo, predique esta Enseñan-
m n una congregación.
2. Primero, sus ojos alcanzarán la máxima corrección, cla
ridad y verán ilimitadamente.
3. Verá el m undo, exterior e interiorm ente, desde Avila36’
hasta las fronteras de la existencia.
4 Verá tan alto como la cima del Surneru,16* y tan lejos
ruino el horizonte.
5. Pero, si bien su visión se expandirá según lo descripto,
ll Aun asi no habrá alcanzado al ojo divino.367
** " C o n s U n t e m e n t e v ig o r o s o " .,
'*** D e b e r e c o r d a r s e q u e O r i e n t e c o n s id e r a a la m e n t e c o m o el s e x t o
« • u lu lo y a q u e c u m p l e e l t r i p l e r e q u i s i t o d e p o s e e r e l ó r g a n o ( e l c e r e b r o ) ,
le ( u n c i ó n ( p e n s a r ) y o b j e t o s s o b r e lo s c u a l e s a p l ic a r la f u n c i ó n ( c o s a s ,
( • • • ó r n e n o s , id e a s ) .
*** V er n o ta 32.
166 V er n o ta 19 5 .
167 V er n o u s 1 9 8 y 2 2 3 .
7. En segundo lugar, el oído del que predique la Ley, se a u
nará de modo tal que percibirá toda la gama posible de sonidos.
8. Captará las voces de los elefantes, de los caballos, de las
vacas, de las cabras y de las ovejas; el sonido de los tambóles,
los laúdes y las flautas.
9. Oirá los dulces cánticos; escuchará las palabras humanas,
estén dónde estén, digan lo que digan.
10. Sentirá las voces de los dioses, nagas y demonios; voces
de todas las criaturas, en sus lam entos y alborozos.
11. Oirá el murmullo de las m ontañas y de los valles, y las
variadas notas que emiten los cucús, los pavos, los faisanes y
otras aves.
12. También captará el llanto de los que penan en el infier
no y las súplicas de los espíritus apesadum brados.
13. Oirá los pronunciam ientos de los monjes, los discípulos,
los Pratyekabudas, los Bodhisattvas y los Tathagatas.
14. El estará atento a todas las voces, tonos, notas y ruidos,
pero no se dejará subyugar por ninguno de ellos, sean placen
teros o desagradables.
15. Aprehenderá todos los sonidos sin excepción, aún las
voces con que los Akanishlhas y los Abhasvaras16* se llaman los
unos a los otros.
16. Oirá cuantas voces se emitan en el m undo, exterior e in
teriorm ente, desde los gemidos de Aviki hasta los confines de
lo existente.
17. Escuchará los tonos de la piedad y del rigor, las palabras
de los ignorantes y de los sabios.
18. Captara los votos de los monjes, la prédica de los Bodhi-
sattvas y los anuncios y declaraciones de los Budas.
19. En resumen, percibirá todo lo que un oído superior pue
de recepcionar y, en posesión de todos sus sentidos, podrá dis
cernir el origen de cada sonido.
20. No obstante, continuará poseyendo una audición natu
ral, sin que opere en él el oído divino.
21. Esta es otra de las buenas cualidades que adquirirá el
hombre sabio que conserve este Sulra.268
268
D o s c l a s e s d e á r c e l e s d e l c i e lo d e B r a h m a .
22. Además, el Bodhisatlva que conserva, proclama, estudia
y copia esta Enseñanza entra en posesión de un olfato tan fi
nísimo que es capaz de percibir todos los olores que existen
en el m undo, interior y exteriorm ente, desde los más placen
teros hasta ios más fétidos.
23. Percibe el aroma que desprenden los jazmines, el sándalo,
el ;igáloco, el fresno.
24. Reconoce el olor que exhalan los hombres, mujeres, re
ves. príncipes, generales, gobernadores y ministros.
25. Capta si una mujer está parada, sentada o acostada; si
ella está dedicada a juegos extravagantes o al ejercicio del
Influjo mágico propio de su sexo.
26. Recibe la fragancia de los árboles que poseen frutos o
flores; de las plantas acuáticas, como el loto y el nenúfar.
27. Distingue el olor característico tanto de las criaturas
que viven en el aire como el de las que lo hacen en el agua o
U tierra.
28. Discierne entre dioses y hombres; de los dem onios capta
>us malos entretenim ientos y su lujuria.
29. Por el olor descubre la morada de los leones, los tigTes,
l o s elefantes, las serpientes, los búfalos y las vacas.
30. Por el efluvio infiere si el ser que alberga una embaraza-
dn en su vientre es un varón o una niña y su estado de salud.
31. Su olfato capta las diferentes idiosincracias humanas;
desde el perverso y el hipócrita hasta el piadoso y el benevo
lente.
32. Gracias a este sentido, él percibe si bajo la tierra existen
tesoros naturales o enterrados por la mano del hombre.
33. Huele a cualquier distancia el perfume que desprenden
las hierbas, los arbustos y el pasto.
34. Capta la fragancia de la eritrina,!Ag de la bauhinia , 170 de
U U bernae m ontana 1’’1 y del xantoehym us .171
E r y l h r i n a ín d i c a á r b o l g r u e s o d e c i n c o a s e is m e t r o s d e a l t u r a ,
• r o n c o c o n p ú a s , h o ja » r o m b o i d e a s . D o re s g r a n d e s p u r p ú r e a s , ta i m a d e r a e s
•u si i l u t o d e l c o r c h o .
r in u h i n ia : b e j u c o t r o p i c a l , l e g u m in o s a
' Tl T a b e r na e m o n ta n a p la n ta a r b ó r e a p e g u e n » , d e D o r e s e n c im a s .
' X i i n t h o c h y m u s ; p l a n t a h e r b á c e a d e D o r e s a m a r il l a s .
35. Merced a su olfato, intuye si Indra se halla en su palacio
retozando, hablando de la Ley a una asamblea de dioses o entre
teniéndose en el parque de los placeres.
36. El rastrea la esencia que emana de las ninfas ,1 ,J decoradas
con flores y cubiertas de festones y ornam entos.
37. Además capta el aroma que exhalan los Devanikayas,
los Brahmakoyikas y los Mahabrahmas.: ,4
38. De la misma manera como percibe a los discípulos, a los
Pratyekabudas, a los Bodhisatfvas y a los Tathagatas.
39. Determ inando asi el lugar donde se hallan.
40. Tal es su poder olfativo que ninguno de esos olores
41. Puede perjudicarlo o turbarlo y. si se lo piden, puede
enumerarlos a todos sin que su memoria titubee.
42. Su olfato detecta a los carros divinos desplazándose por
el cielo hasta los limites de lo existente y
43. Sabe si los dioses están sumidos en profundas medita
ciones o han salido de ellas.
44. Tal es el poder del organo del que conserva este Sutra.
45. También percibe si los monjes están abocados vigorosa
m ente a) estudio y si encuentran deleite en las lecciones.
46. En los Bodhisattuas capta si viven en bosques o cavernas;
47. Si son memoriosos, asiduos predicadores de la D octrina,
48. O si practican la virtud de la caridad.
49. Del Profeta conoce su indulgencia y su generosidad y
lo acepta como el Señor del Universo.
50. Además percibe cuáles de los oyentes del Sugato llevan
las palabras a sus corazones y se regocijan con ellas.
51. Pero, si bien el poder de su olfato es com o te acabo de
describir, aun asi no posee todavía el olfato divino.
52. Por otra parte, el joven de buena familia que conserva,
enseña, proclama o copia este Sutra, tendrá un gusto muy
sensible: todos los sabores que él pruebe con su lengua se
convertirán en manjares celestiales.
53. Su tierna voz y sus dulces palabras son agradables de oir; 175*
oa o
• ii medio de las asambleas suele hablar melodiosa y profunda
mente.
64. Quien lo oye cuando emite un sermón, siente gran gozo
v Ir demuestra inmensa veneración.
55. Los dioses, nagas, demonios y duendes siempre anhelan
verlo y. respetuosam enete, escuchan su prédica.
Í16. Sus alocuciones recorren el mundo entero y por su atrac-
rdin, son aceptadas jubilosamente.
fi7. Los reyes de la tierra, con sus familias y comitivas,
muden a él para rendirle honores y atenderlo con las manos
imitas alzadas.
f»H. C onstantem ente es seguido por una m ultitud de seres
•ini' no desean otra cosas que o ír sus arrobadoras palabras y
venerarlos con éxtasis.
f>9. Brahma mismo se convierte en un fiel sirviente suyo.
Lvara, Mahesvara, Indra y las huestes celestiales, se aproximan
|mrn refugiarse en su bondad.
60. Y los Budas. benignos y misericordiosos con el mundo,
•«ntirán satisfacción al o ír la forma en que predica, porque él
■vrá un digno recipiente para las cualidades del Tathagata.
61. Además, una persona que conserve, lea, promulgue y
• npie esta Enseñanza, perfeccionará su cuerpo transform ándolo
«m una substancia tan pura como el lapislázuli.
62. Asi como en la superficie de un espejo se ven las figuras,
•ubre su cuerpo se refleja este mundo. Siendo un ser auto-
engendrado, en él sólo se ve esta imagen.17'
H K e x p l ic a r » ta c o m p le j a e s t r o f a a c l a r a n d o q u e , c o m o lo ú n i c o q u e
iieii> e x i s t e n c i a r e a l e s la c o n s c i e n c ia , l o d o e s p r o y e c c i ó n d e e lla fto g v r
• iitd » l, o p o r t u n a m e n t e c i t a d o , h a c e u n p l a n t e o a l r e s p e c t o El u n iv e r s o
m i to m o se n o s aparece, e s tá f u e r a d e n o s o t r o s o e n n o s o t r o s ? 1st c u e s
............... i m p o r t a n t e —s ig u e d i c i e n d o «1 c n w v is la f r u n c e s —, G u a r d é m o n o s d*
i. • •« •im a r el a l c a n c e S e c o m e t e r ..i . r r o t fa ta l c o n s id e rá n d o la c o m o
e s p e c u l a c i ó n t e ó r ic a . N u e s tr a c o n d u c t a r e s p e c t o d e l m u n d o y n o w e
i i " t m i s m o s d e p e n d e r á d e la r e s p u e s t a q u e s e p a m o s d a r l e , se r e f l e ja r á e n
U p r a c t ic a e n t o d o s io s a c t o s d e n u r s t r a v id a S i el u n iv e r s o a p a r e c e , e n
. si d s d , c o m o u n a m a n i f e s t a c i ó n d e n u e s t r a s a c t i v i d a d e s p s í q u i c a s , e s d a n
t i n d e n o s o t r o s d o n d e c o n v i e n * c o r r e g i r lo a e r r o r e s f a l s a m e n t e i m p u t a d o s
•I m u n d o . T o d a t e n t a t i v a d e r e f o r m a h a d e c o r r e g i r el m a l o n le r a f a In*
m e d i a t a m e n t e el m u n d o —e s t a p r o y e c c i ó n p i i c o m e n t a l d e n o s o t r o s
m ism o » e n el c u a d r o d e l e s p e c i o y d e l t i e m p o — se o r d e n a r á s e g ú n u n a p ers- 243
243
63. Efectivamente, los dioses, los hombres, los demonios,
los duendes, los habitantes del infierno, los espíritus y los seres
irracionales se reflejan en su cuerpo.
64 Los carros aéreos, las rocas, la línea del horizonte, los
Himalayas, el Sumeru, todo se ve en su figura.
65. También muestra en s í mismo a los Budas y a sus disci*
puloe, tanto los que llevan una vida solitaria como a los que
predican la Ley a las congregaciones.
6 6 . Tal es la perfección de su cuerpo. No obstante, aún no ha
logrado poseer un cuerpo divino.
67. Además, quien difunda la Doctrina, aguzará su cerebro
llevándolo a un funcionam iento intelectual tan perfeccionado,
recto y desenvuelto que podrá interpretar todos los fenómenos
que ocurren en el mundo, interior y exteriorm ente.
6 8 . O yendo tan sólo una simple estrofa de un Sutra, el hom
bre sabio capta enseguida los múltiples significados que se ocul
tan en ella y, a partir de ellos, puede predicar a lo largo de todo
un año, exponiendo tanto el sentido convencional como el real
encerrado en el texto.
69. También el conservador de esta Enseñanza es capaz de
conocer los pensamientos de todas las criaturas vivientes, cual
quiera sea su estado de existencia o lugar que ocupe, como tam
bién sus recursos y objetivos.
70. Cualquier sermón que él pronuncie jamás se esfumará
de su memoria y sabrá enlazar las máximas de la sabiduría po
pular con las premisas de la suprema Ley.
71. Asimismo, él atiende a la sagrada palabra que difunden
por el m undo lo 6 Budas; y cuando habla, lo hace por boca de
ellos, declarando lo que los Tathagatas han promulgado.
72. El refleja la excelsa Doctrina y siempre procura difun
dirla.
73. El sabio predicador conoce todos los nudos y conexio
nes; discierne todas las contradicciones entre las leyes; inter-
p e c tiv R r e c t if ic a d o S i, p o r l o c o n t r a r i o , e l m u n d o d e m u e s t r a q u e e s e x t e
r i o r a n u e s t r o s e r y a b s o l u t a m e n t e r e a l e n s u o b j e t i v i d a d , ¿ q u é r e l a c io n e s
p o d r á e s t a b l e c e r e l h o m b r e r e s p e c t o al c o s m o s ? ¿ A d a p t a c i ó n ? ¿ L u c h a ?
L a r e s p u e s t a c o n c i e r n e a l d e s t i n o d e la e s p e c i e .
(treta todos los significados y los expone de acuerdo con sus
conocimientos.
74. El no alberga dudas con respecto de los Sutras que du
rante tantos ciclos han emitido los Maestros.
75. Tal es el poder mental del que conserva la Ley.
76. No obstante, aún no posee la omnisciencia, pero está a
un paso de ella.245
245
CAPITULO XIX
SADAPARIBHUTA27*
•mk
bre Sadaparibhuta que Ies dijo: “ No os desprecio, beneméri
los. No merecéis ningún menosprecio, porque vosotros obser
váis el curso del deber de los Bodhisattvaa y os vais a convertir
en Budas”. De esta manera, ese gran ser no enseñaba ni estu
diaba; lo único que hacia era, cada vez que reconocía de lejos
a un monje, aproximarse a él y decirle; "N o os desprecio, her
mano, ya que cumples con los preceptos de la Ley y, así, al
canzarás la Ilum inación''. Pero, todos estaban muy irritados
V enojados con él por esta forma de actuar y lo insultaban.
"¿P or qué —se planteaban ellos— si nadie le preguntó nada, de
clara que no siente desprecio por nosotros? De esa manera de
muestra lo contrario. Además se torna él mismo despreciable
«I predicar nuestro destino como Iluminados, cuando no nos
preocupa aquello que no es verdad".
El Sugata continuó este relato a s í:
Muchos años transcurrieron desde que aquel Bodhisattva
fuera injuriado, pero él no estaba enojado con nadie, ni sentía
maldad alguna. Y a lo» que blandían en contra suyo piedras o
palos, él —desde cierta prudente distancia—, les decía; “ No os
desprecio". Ese estilo que tenia de dirigirse a todos hizo que
ganura el apodo de "S araparib h u u ". Bajo tales circunstancias,
él oyó el "Sutra de la Verdadera Ley" —predicado por una voz
que salía del c ie lo - cuando se acercaba el fin de su vida. Enton-
r « , captando el sentido de esta Enseñanza, obtuvo las perfec-
atones anteriorm ente mencionadas; visión, olfato, oído, gusto,
*u«rpo y mente, todas desarrolladas al máximo de su puder., 'M
l'tiuiuntam ente con la adquisición de estas virtudes al mismo
tiompo hizo el voto de prolongar tu vida por un lapso infinito
p«ra poder promulgar la Ley. Y todos esos seres orgullosos a
•Iti iones había dicho la consabida frase, muchos kalpas más
< n T r e s a f o r i s m o » d e P a ta m a lí - J o h n s t o n . C h a r l e s L o t y o g o s u f r a s de
tv h in jo li. e d . K ie r , B s. A s .. 1 9 7 7 — h a c e n m e n c i ó n a la e x t e n s i ó n d e lo s se n -
K'l.M i)U r a d q u i e r e n c i e r t o s s e r e s
III 9 4 ; " T o d a e x p e r i e n c i a d e la p e r s o n a l i d a d r e a l m e n t e e x i s t e e n o b a e -
n u lo d e o t r o , a s a b e r , e l H o m b r e E s p i r i t u a l " .
,1*i " P o r l o t a n t o n a c e e l d iv i n o p o d e r d e la i n t u i c i ó n , y e l o í d o , el
to i ■•>. la v is ió n , e l g u a t o , e l o l f a t o d e l H o m b r e E s p i r i t u a l " .
1 6 " S e le s ll a m a p o d e r e s m á g ic o s e n el m u n d o m a n i f e s t a d o " .
tarde, fe convirtieron en sus seguidores, después de haber i
probado el poder y la fuerza de sus mágicas facultades, del
voto, de su espontáneo ingenio y de su sabiduría, A esos incoa*
tables seres, él condujo por el Sendero que lleva a la perfecta
Suprema iluminación. En el ínterin había desaparecido de
lugar; pero, con el transcurrir del tiem po y honrando a innu
merables Tathagatas —bajo quienes oyó asimismo esta En*a*
ñanza—, él tam bién alcanzó la omnisciencia. Quizás tú alber>
gues alguna duda, incertidum bre o recelo y te preguntes qu ita
era el que, en la primera oportunidad se llamaba Sadaparibhuta
y el que posteriorm ente elevó a sus discípulos. Yo mismo era
él, y si en ese entonces no hubiera captado y conservado esta
Sutra, derivado de la prédica de tantos Ginas, no podría habar
alcanzado la Iluminación. Y todos los seres a quienes alguna
vez dije: “ No os desprecio porque todos vosotros observáis loa
deberes de los Bodhisattvas”, y que movidos por la maldad me
bautizaron Sadaparibhuta, durante incontables kalpas jamáa
vieron un Tathagata ni oyeron el llamado de la Ley, sufriendo
terribles dolores en el infierno Aviki. Luego, liberados de esa
maldición, fueron madurados espirituaim ente y orientado!
hacia la perfecta Suprema Iluminación. Esos seres, que de burlo
nes y maldicientes se convirtieron en seguidores del menciona
do Bodhisattva, hoy decoran esta asamblea y se han tornado
en ios más acérrimos e inflexibles defensores de la Ley. Por eso,
te digo: después de la com pleta extinción del Sugata, los Bodhi-
sattras deben constantem ente conservar, leer y promulgar este
discurso.
En esa ocasión, el Señor pronunció las siguientes estrofas:
1. Recuerdo el período cuando vivía el poderoso rey Bhish-
masvara, un héroe espiritual reverenciado por dioses y hombres.
2. Después de su muerte, durante la época en que ya estaba
avanzada la corrupción de los preceptos, existía un monje co
nocido por el sobrenom bre de Sadaparibhuta,
3. Que le decía a los demás: "Jam ás te despreciaré porque
tú observas el Sendero que lleva a la Ilum inación".
4. Era su voluntad pronunciar siempre estas palabras, que le
trajeron la injuria y la burla del resto. Cuando su deceso era in
minente, él oyó este Sufra.
tv Entonces, el Sabio no se extinguió, sino que se mantuvo,
Comulgando la Doctrina.
*) Y todas las personas, a quienes sólo motivaba la sensual i-
rfitl, fueron conducidas por él hacia la madurez espiritual.
I u»go, desapareció para dedicarse a honrar infinitos Budas.
7 Debido a las sucesivas buenas acciones llevadas a cabo, y
• mi constante prédica de la Ley, él alcanzó la Iluminación.
I Hndhisattva soy yo, Sakyamuni.
H U »8 seres que fueron exhortados a seguir el Sendero,
y Son los monjes que hoy están frente a mí.
10. Maduros espiritualm enle, y llenos de sabiduría, después
ib1mi extinción, ellos conservarán un Sutro como éste,
1 1. Que no ha sido oído en incontables kalpas. Existen, sin
iluda, muchos Iluminados, pero no todos pueden promulgar
lina Ley semejante;
12. Por lo tanto, alguien que la haya escuchado de labios
del Buda mismo, debe él tam bién difundirla en el futuro.
CAPITULO XX
>T* E s te m u n d o , el d e l nacimiento y la m u e r t e in c e s a n t e s
o exponer; ya sea en un monasterio o en una casa particular,
en la fronda o en un poblado, al pie de un árbol o en un pala*
cío, en un edificio o en una gruta, en ese lugar debería erigirse
un altar dedicado al Tathagata. Porque tal sitio merece consi*
derarsc como la cima de la omnisciencia, como el punto donde
todos los Sugatas han obtenido la perfecta Suprema Ilumina
ción, como el centro donde los Ginas han movido hacia ade
lante la Rueda de la Ley, como el paraje donde los Tathagatas
han alcanzado la com pleta extinción.
En esa ocasión, el Señor pronunció las siguientes estrofas;
1. Es inconcebiblem ente enorme la facultad de promover el
bienestar del mundo que poseen los que, firmem ente estableci
dos en el conocim iento trascendente, despliegan sus poderes
para confortar a todas las criaturas vivientes.
2. Ellos extienden su influencia sobre todo lo conocido, lan
zando millares de rayos para asombro de quienes presencian
este efecto mágico.
3. Los Budas, m ediante un simple chasquido, conciertan la
atención de los infinitos seres que pueblan las diez regiones
del espacio.
4. Estas y otras milagrosas cualidades son las que los Tatha-
:ntas exhiben por benevolencia y compasión del mundo.
5. Pero tam bién les insume inmedibles kalpas alabar a aque
llos hijos del Sugata que conservan este em inente Sufra después
de su completa extinción.
6 . La enumeración de las cualidades de estos seres está más
allá de todo cálculo;
7. Siempre tendrán la posibilidad de contem plar cara a cara
8 . A los Budas de todas las regiones en que se divide el espa
cio,
9. Para veneración de estos Iniciados.
10. Quien conserve esta Verdadera Ley, penetrará en el más
elevado de los misterios, com prendiendo el significado y el pro
pósito de la Iluminación.
11. La celeridad de su percepción será ilim itada e igual que el
viento, no encontrará barreras a su paso.
12. Luego de reflexionar sobre este tem a, él hallará la co
nexión entre los distintos Sutras predicados por los Líderes es-
I»irituales y, aún después de la completa extinción de ellos, no
tendrá inconveniente alguno en captar el contenido real de esos
discursos.
13. El se asemejará al sol: iluminando por doquier a su alre
dedor, despertará a todos los seres.
14. Y el sabio Bodhisattva que, a continuación de o ír el reía
lo de estas ventajas, conserve la Doctrina, sin duda, alcanzará
ln perfecta Suprema Iluminación.
CAPITULO XXI .
MANTRAS17* ( / ^ 1 '
>m S o n e l e m e n t a l e s , e s d e c ir , e s p í r i t u s q u e —a u n q u e a d o p t e n f o r m a
h u m a n a — se e n c u e n t r a n e v o l u c i o n a n d o e n el m u n d o f ís ic o a tr a v é s d e «u»
■lio m í o s r e i n o s .
141 S y m p l o c o s r a c i m o s a e s t i r a c i c e o t r o p i c a l d e h o j a s a l t e r n a s ti e n ta
■1st y f lo r e s a x i l a r e s b la n c a s o ro ja s .
9KK
CAPITULO XXII
BH AISHAGY AR AG A ( "A C )
2X2 R a d i a n t e c o m o *1 b r i l l o s o ta r y lu n a r
JS5 V is ió n o d e s p li e g u e d e t o d a s la s f o r m a s .
Kamadhi7®4 e hizo el voto de retribuir la adquisición de cata
facultad homenajeando al Sugata y a su Doctrina. Tan pronto
rom o hubo tom ado esa decisión, del cielo empezó a caer una
lluvia de flores. A continuación, se formó una nube de polvo
de sándalo que luego derramó su caudal sobre la región. Y esta
M S a m a d h i (s o m - r o n . a d h i — e n r e l a c i ó n ) « « la d o m e n t a l - c o n t e m -
p la iiv o n e c e s a r i o p a r a lo g r a r la s a b i d u r í a s u p e r i o r , la o m n i s c i e n c i a ; m é d u la
■Ir U y u g a ( y u g = u n i r , y u g o ) y c o r o n a m i e n t o d e la b ú s q u e d a d e l sa d h a ka
le í q u e i n q u i e r e ) , E» f r e c u e n t e c o n f u n d i r " t r a n c e '* c o n Samadhi. P a r a ju /.-
■ i, c o r r e c t a m e n t e « o b r e e s t o —p u n t u a l i z a T a im n i , o p o r t u n a m e n t e c i t a
do h a y q u e o b s e r v a r e l e f e c t o p r o d u c i d o s o b r e u n a p e r s o n a p o r el t r a n c e
■if d i n a r io , y el p r o d u c i d o p o r Samadhi, L a q u e a l e d e Samadhi, s a le m á s
«.ililn p o r q u e h a t o c a d o la s z o n a s e s p i r i t u a l e s d e la e x i s t e n c i a d e n t r o d e s f
m is m o y h a e s t a b l e c i d o c o n t a c t o c o n su Y o s u p e r i o r , c o n lo E t e r n o , c o n
el e s p í r i t u U n iv e r s a l ( d o n d e n o e x i s t e d u a l i d a d e n t r e el c o n o c e d o r y lo
• • • n o c id o ) , s in h a b e r p e r d i d o n u n c a la c o n s c i e n c ia , y a q u e c o m o d ic e FU-
m s k r ix h n o , D io s d a a l a l m a q u e se e n c u e n t r a e n Samadhi u n a c h i s p a d e
• ••iitc ie n c ia d e lo q u e p a s a c o n ¿ I. p a r a s e r c a p a r d e g o z a r la b e a t i t u d
f n n e c t a d a c o n e s e c a ta d o . E n c a m b io , la q u e s a le d e u n t r a n c r o r d i n a r i o
in d u c id o p o r c u a l q u i e r o t r o m é t o d o , s a le j u s t a m e n t e ig u a l c o m o e n t r ó , b e
h i e n d o s ó lo c o n s e g u i d o la in s e n s ib i lid a d d e l c u e r p o f ís ic o y la in tn r r u p -
r ló n d e la s f u n c i o n e » s e n s o r ia s
En el sistema delineado an loa VogaSut'at, 0» PaUnjall, exlaten ocho
•mgu» o técnica» y por eso se llama •Kth langa Yuga. “ Y o g a con ocho miem
heos", Los nombres striKríloe de estas técnicas «un l) Atana = posturas
(apuntan a la armonía corporal). 2) Y e m a - mandamientos (se remiten a
I* mnaclrncla volitara a trates da ajah.mtn, no violencia, h)safya, varad
•lad, c) alfaya, no tomar lo alerto, d) óromerurya tratar a cada objeto
«•imo una es presión de lo Divino, y t) apangroAa. no acumular más de lo
neraatrio, 3) Niyama * purificación moral (destinarte a encauzar una con»
ciencia no volitiva mediante: a i thatxa. higiene física y mental; b) son foca,
•repleción da la realidad tal cual ea. c) fctpoA, ayudar a lo» demás; d) tuadh
taya, lectura espiritual; y a) liAtam prontdhona, tañer una nieta espiritual
o» la vida); 4) Itanayama — control da la respiración (se dirige al subco n*
<lente); 6) Pralyahora. que trabaja con lo suplemental; 6) D harana — ron-
• m i r a c i ó n , f u n c i o n a c o n l o s u b l i m i n a l . 7) Dhyana = c o n t e m p l a c i ó n , a b a r
r a el c u e r p o s u t i l , y 8 ) S a m a d h i * m e d i t a c i ó n , c u y o o b j e t o e s la u n i f i c a
t i o n c o n lo D iv in o . E l c o n j u n t o d e l a s c i n c o p r i m e r a s té c n ic a » s e lla m a
« u h ( r a n g o o Yoga e x t e r n a p o r q u e n i f u n c i ó n e s p r e p a r a r e l t e r r e n o p a r a la
p r a c t ic a d e la Antaranga o Yoga i n t e r n a L a » t r e s t é c n i c a s f i n a l e s s o n
« tu p a » p r o g r e s iv a s —ai b i e n d e r a s g o s d e f i n i d o s — p e r o p a r t e s d e u n p r o c e s o
r .i t i l i n U O , ll a m a d o »a m y ana, q u e P a ta r y a li d e s c r i b e a s f :
III 1: " L a f ije z a d é l a c o n s c i e n c i a p e r c e p t i v a e n u n lu g a r d e t e r m i n a d o
•# lla m a A t e n c i ó n " (Dharana).
'! " E l s o s t e n i m i e n t o p r o l o n g a d o d e la c o n s c i e n c ia p e r c e p t i v a e n e a r
lu g a r, se lla m a C o n t e m p l a c i ó n " (Dhyana).
7R7
esencia era ta n noble que una sola pizca d e ella valia m ás que
to d o el m u n d o Saha.
El Gina prosiguió su alocución en este to n o ;
—D espués de un tiem p o , este Bodhisattva m encionado, salió
con scien tem en te de su m editación, reflexionando así: “ Este
despliegue de m ágicos poderes no es ta n to para ho n rar al 7Vj-
thagata com o para sacrificar mi pro p io c u e rp o " .1"5 Seguida
m ente, él com enzó a ingerir agáloco e incienso; lo hizo d u ran te
doce años, después de los cuales envolvió su cu erp o en prendas
celestiales, se sum ergió en aceite aro m ático , e m itió su últim o
voto y luego se p ren d ió fuego.5"6 E n to n ces, to d o s los m undos
1811 T a la es la altura de una palm era. S iete son las regiones del viento
y V ayú. dios del aire, m ora en la m ás alta, cerca de Indra y Vishnu.
2m Este num eroso re p a rto d e reliquias para ser veneradas en s í u p a t
recuerda la tarea em prendida p o r el rey Asolea (ver n ota 197) en el m ism o
sentido.
190 El sacrificio de un brazo aparece tam bién cu an d o el m onje Shén-
kusng visitó a B odhidharm a. vigésimo o ctavo patriarca del budism o de la
Indta y prim ero de la China (4 7 0 -6 4 3 ), suplicándole que lo ilum inase so
bre la Verdad. El superior le d ijo : “ La incom prable d octrina del Budismo
(Ínticos de los grandes seres. M ientras h ac ía esto , to d a la asam
blea, q u e en el ín te rin h ab ía adq u irid o incontables virtudes,
lam entó la pérdida de la ex trem id ad , de p arte del Bodhisatt
va Pero él les dijo:
Jó v en es de buena fam ilia, no lam entéis la privación de mi
Itrazo. T o d o s los Budas, de to d a s las regiones, son testigos
de mi v o to y, gracias al sacrificio de mi propio brazo, en el
futuro he de adquirir un cu erpo d o rado.
T an p ro n to com o el Bodhisattva hu b o p ro n u n ciad o estas
palabras, el m u n d o e n te ro em pezó a sacudirse en to d as las
direcciones del espacio y desde el cielo cayó una tu p id a lluvia
dr flores. De re p e n te , el brazo del Bodhisattva volvió a crecer
le hasta to m a r nuevam ente su form a a n terio r, para sorpresa de
I» congregación.
Piste Bodhisattva, el que a n ta ñ o realizó los sacrificios des-
trip lo s, no es o tro qu e el actual B haishagyaraga q u e, com o
habrás visto, atravesó las m ás grandes dificu ltad es p ara venerar
al Buda. Y to d o s los que, en procura del veh ícu lo de los Bodhi*
«iKvas, anhelando llegar a la perfecta S uprem a Ilum inación,
ante los altares que ho n ran al Tathagafa, se crem an un pie, un
dedo o una ex trem id ad , se asegurarán un m érito m ás piadoso
quo td pro d u cid o al renunciar a un reino, a una esposa, a hijos,
• océanos, a m o n tañ as, a fu en tes, a estanques, a m anantiales
v « jardines. A sí tam b ién , la virtud d e quien conserva aunque
mu» no sea una sola estro fa d e este discurso es m a y o r qu e la
•cum ulada p o r el que, p o r caridad, llena este m u n d o de las
siete substancias preciosas y después las entrega en lim osnas.
Como un gran océano supera a to d o s los m anantiales, fu en tes
* •^tanques; al igual que el m o n te S um eru es el rey de las ele
vaciones, con resp ecto a las dem ás m o n tañ as; d e la m ism a m a
tu ra com o el brillo de la luna opaca al resplandor del resto de
l«u estrellas, el Sutra titu la d o “ El L o to de la V erd ad era L e y ”
G A DG ADA S V A R A 5**
( ^yoou
' /k rv íl i
,V7 E l m o n t e G r i d h r a k u l a , v e r n o t a 8.
‘9® B u te a fr o n d o s a ¿ á r b o l d e la I n d i a , d e h o j a s c a s i r e d o n d a s . D e s tila
u n z u m o ro jo , q u e p o r e v a p o ra c ió n d a u n a g o m a a s trin g e n te .
un invalorable collar de perlas. Después de saludarlo mediante
siete circumambulaciones, le ofreció la joya en prenda de ho
menaje, diciéndole;
—El Señor de mi tierra me manda a preguntar por tu salud,
bienestar y ánimo; si estás libre de aflicción; si padeces de algo;
si las criaturas de tu región son decentes en su conducta, trata
bles, fáciles de encauzar, poco apasionadas, sabias, ortodoxas,
agradecidas a sus padres y combaten al Maligno. Además manda
a preguntar si el extinguido Señor Prabhutaratna también vendrá
a este mundo Saha para escuchar la Ley. Nosotros, Sakyamuni,
deseamos la figura de este Tathagata.
Ante este pedido, Sakyamuni se dirigió a Prabhutaratna:
—Señor; Gadgadasvara anhela verte.
El mencionado Sugata le respondió en este tono:
— ¡Bien hecho, joven de buena familia! Has hecho bien en
venir aquí para ver a Sakyamuni y escuchar "El Loto de la
Verdadera Ley”.
Seguidamente el Bodhisottva Padmasri le preguntó al Señor:
—¿Qué clase de virtud plantó Gadgadasvara en el pasado y en
presencia de qué Tathagata?
—Antaño, joven de buena familia —contestó Sakyamuni—,
apareció en el mundo Meghadundudhisvararaga,2” un Sugata
dotada de ciencia y conducta. A él le rindió homenaje Gadga
dasvara durante incontables kalpas haciendo sonar miles de
instrumentos musicales y presentándole numerosas vasijas lle
nas de las siete substancias preciosas. Bajo la prédica de ese
Tathagata, obtuvo Gadgadasvara todas las virtudes que hoy
exhibe. Quizás tú albergues alguna duda, incertidumbre o recelo
acerca de quién era el Bodhisattva que otrora honró a Megha-
dundudhisvararaga y el que ahora está aquí. Es el mismo. El
predica "El Loto de la Verdadera Ley” asumiendo distintas
figuras: a veces como Siva, otras como Indra, en ocasiones
como un soberano o como un monje, etc., etc. Tantas varian
tes le permiten difundir la Doctrina sin por ello verse menos
cabado ni en su sabiduría ni en su poder. Y adopta todas estas
L i t e r a l m e n t e , “ r e y d e l o s t a m b o r e s d e la s n u b e s " ; e s t o e s, d e lo s
tru e n o s .
finuras para convertir a los diversos seres cuyas disposiciones
son también múltiples. Ahora bien, Padmasri, si los presentes
desean contemplarlo como una figura completamente extin
guida, así también se mostrará.
Entonces Padmasri le preguntó al Señor:
—¿A través de qué meditación ha convertido Gadgadasvara
« tantas criaturas?
—El bienestar de incontables seres -rep licó Sakyamuni—
ha sido promovido mediante la meditación titulada Sarvaru-
pasandarsana.160
Mientras se desarrollaban todas estas explicaciones en torno
a las virtudes de Gadgadasvara. muchos de sus discípulos como
asimismo los que en el mundo Saha seguían a Sakyamuni, ob
tuvieron los resultados de la misma meditación.
Luego, después de que Gadgadasvara hubo venerado amplia
mente a Sakyamuni y a las reliquias del extinto Prabhutaratna,
nuevamente montó sobre su torre hecha de las siete substancias
preciosas y, junto con su séquito, regresó a su propia tierra. Al
arribar a la misma, le informó a su Gina:
—Señor, en el mundo Saha he promovido el bienestar de in
contables criaturas; he visto y honrado el stupa de las reliquias
de Prabhutaratna; he contemplado y saludado a Sakyamuni;
he estado con Manjusri y con numerosos discípulos que han
obtenido la meditación titulada Sarvarupasandarsana.
Y mientras Gadgadasvara relataba su viaje, innumerables
Bodhisattvas de esa región adquirieron la facultad de someterse
n la Doctrina.
100
L a v is ió n d e t o d a s l a s f o r m a s ” .
261
( J
AVALOKITESVARA,30' EL OMNIPRESENTE
301 A c e r e n d a a s ta d iv i n id a d d e l o d o O r i e n t e , v e r n o t a 2 4 A v a i o é í i a
s ig n if ic a “ v i s i b l e " , d e a h í «u o m n l p r w n c i s y la i n v o c a c ió n q u e ae le h a c a
e n c a a o d e n e c e s i d a d o p e lig r o . A v a lo k i te s v a r a —a C h e n - r e - t l , c o m o f u á
p o p u l a r i z a d o e n a i T i b e t — e t r e p r e s e n t a d o c o n c u a t r o m a n o s , d o s d e e lla a
s o s t i e n e n c o n t r a s u p e c h o u n a g e m a , u n a te r c e r a a t e r r a u n r o s a r i o d e c r i a
ta l y la c u a r t a u n a f lo r d e l o t o .
l a f o r m a q u e u t i l i z a r o n l o s l i b é l a n o s p a r a v in c u la r s e e s p i r i t u a l m e n t e
c o n A v a lo k i te s v a r a a s m e d i a n t e e l mantra —q u e e t i m o l ó g i c a m e n t e e ig n ífi
ca “ p r o t e g e r la m e n t e * '— OM MANI PADME HUM, r o n e l c u a l c e n t r a n el
f o c o d e su a t e n c i ó n e n u n te m a e s p e c i f i c o ; la c o m p a s i ó n , e n « a te c a a o
D e n t r o d e la s d iv e r s a s i n t e r p r e t a c i o n e s q u e o r i g i n ó e s t e c o m p l e t o a im
b o l o e a t i la d e S t e p h e n B a t c h e l o r —The Middle Way, V o l. 5 9 N ° 3 , L o n
d r e s 1 9 8 4 —' OM e s u n a a n t i g u a s ila b a m í s t i c a , d a la rg a t r a y e c t o r i a a n la
I n d ia . L o » l i ó * t a ñ o s e x p l i c a n su f u n c i ó n , a l c o m i e n z o d e u n mantra, c o m o
e v o c a c ió n d e la p e r f e c t a u n i d a d e n t r e e l c u e r p o , la m e n t e y lo q u e e l B u d a
p r e d i c a . MANI s ig n if i e s " g e m a " , " j o y a " . Pa DME a s e l l o t o . E s t o s d o s t é r
m i n o » s im b o l iz a n o t r o s t a n t o s f a c t o r e s d e la Q u m in a c l ó n : m é t o d o y s a b i
d u r ía . E l m é to d o in c lu y e to d o s e s o s a s p e c to s d e l S e n d e ro q u e f u n d a m e n
t a n la c o m p a s i ó n : g e n e r o s i d a d , c o n d u c t a é t i c a , in d u l g e n c i a , b o n d a d , e t c
L a s a b i d u r í a —e l l o t o — s e r e f i e r e a la s c u a l i d a d e s i n t e r n a s d e s e r e n i d a d y
d i s c e r n i m i e n t o a t r a v é s d e la a c u a l e s ae c o n s i g u e la I l u m i n a c i ó n d e n t r o d e
la w d a d e r a n a t u r a l e z a d e la r e a l i d a d . HUM r e p r e s e n t a a lo a c i n c o a g re g a
d o t —ikandha ( v e r n o t a B 9 r ~ . lo a e l e m e n t o s c o r r u p t o s d e Is p e r s o n a , c u y a
p u r i f i c a c i ó n lle v a a l e s t a d o d e B u d a .
D e a c u a r d o c o n e s ta i n t e r p r e t a c i ó n , e l mantra OM MANI PADME HUM
f u n c i o n a c o m o u n a s im b ó l ic a y a l t a m e n t e c o n d e n a d a e x p r e s i ó n d e l S e n
nombre, al caer en una gran masa de fuego,303 serán rescatadas;
si son arrastradas por una corriente,303 al implorarle a este Bod-
hisattva, encontrarán un puerto seguro; si se extravían navegan
do por el océano, invocando a Avalokitesvara, una brisa los
alejará de la isla de las gigantas.304 Por todas estas razones,
joven de buena familia, es que esc BodhisaUva recibió la de
nominación mencionada. Además, si una persona ha sido con
denada a la pena capital, apelando a Avalokitesvara, las espndas
de los verdugos se partirán en dos; si el mundo entero estuviera
colmado de duendes, invocando al Bodhisattva, ellos perderían
la facultad de llevar a cabo sus malignas intenciones; si alguna
criatura estuviera inmovilizada por esposas, cadenas o grillos,
implorando su ayuda, inmediatamente se verá liberado; si el
Universo entero estuviera lleno de bribones y asaltantes arma
dos, el solo nombre de Avalokitesvara brindará protección a
todos los viajeros y mercaderes. Y todos los seres que actúan
bajo el impulso de las pasiones, el odio o la infatuación, des
pués de honrar al BodhisaUva, se verán aliviados de esos senti
mientos; si una mujer embarazada desea tener prole masculi
na, adorando a Avalokitesvara, ciertamente tendrá un varón
hermoso y encantador; también esta certeza la puede adquirir
si desea una niña. Tal, joven de buena familia, es el poder de
Avalokitesvara. Quienes lo veneran obtendrán un seguro pro
vecho. Supongamos que, por una parte, alguien honra la figura
de Avalokitesvara y, por la otra, respeta tantos Budas como los
granitos de arena contenidos en sesenta y dos Ganges, la acumu
lación de piadoso mérito es en ambos casos equivalente aunque
d a r á ti* I* ll u m u w c ió n . S ir v e p a r a r e c o r d a r q u e e s t e C a m i n o e s , «I m i s m o
ii. m p o , p r o c e a u y t r a n s f o r m a c i ó n . Í n d i c a c ó m o m e d i a n t e e l m é t o d n y la
M ib id u rfa c a p o a i b le la t r a n s f o r m a c i ó n p r o g r e s iv a d e u n s e r e n c a d e n a d o e n
u n o l i b e r a d o d e l c i c l o d e l n a c i m i e n t o y la m u e r t e . N o o b s t a n t e , a p e s a r d e
q u e e l m o n t r o p u e d e s e rv ir c o m o m e d i o p e r a c e n t r a r la m e n t e e n la s v ir
l u d e s d e A v a lo k ite e v a r * . eu e f i c a c i a d e p e n d e d e l g r a d o e n q u e se h a y a
a s u m id o e in te r n a liz a d o et S e n d e r o q u e c o n d u c e al e s ta d o b ú d ic o .
301 T a m b i é n p u e d e r e f e r i r t e a i f u e g o d e s a t a d o p o r la s p a s io n e s .
303 C a b e i n t e r p r e t a r e d a c o r r i e n t e c o m o la m u n d a n a , la q u e s e p a r a la
« tis ta d e la ig n o r a n c ia d e la d e la n b i d u r C a .
104 E n e l K oronda ly u h e , u n t e x t o d e d i c a d o e n t e r a m e n t e a g lo r if ic a r
a A v a lo k i te s v a r a , e s ta isla e t i d e n t i f i c a d a c o n C e y lá n ,
Í>fi9
en uno se venere a una sola persona y en el otro a innumerables
seres. No obstante, también en las dos circunstancias, el mérito
acumulado es eternamente indestructible.
Seguidamente, el Bodhisattva Akshayamati le preguntó al
Gina:
—¿Cómo es. Señor, que el Bodhisattva Avalokitesvara fre
cuenta este mundo Saha? ¿Cómo predica la Ley? ¿Cuál es su
habilidad?
—En algunos mundos —replicó Sakyamuni—, joven de buena
familia, Avalokitesvara predica la Doctrina a las criaturas bajo
la forma de un Buda; en otros bajo la de un Bodhisattva; a algu
nos seres se les muestra como un Pratyekabuda, como un dis
cípulo, como Brahma, Indra, o bajo cualquiera de las figuras
que pueda movilizar espiritualmente a las distintas personas, en
función de sus múltiples disposiciones.305 Tal es la cualidad
que posee Avalokitesvara; por eso, en este mundo Saha, recibe
el epíteto de Abhayandada.304
Nuevamente inquirió Akshayamati:
—¿Señor, hemos de darle a Avalokitesvara alguna prenda?
—Hazlo H e contestó el Sugata— si así lo deseas,
Entonces el Bodhisattva se quitó su invalorable collar de
perlas y se lo brindó a Avalokitesvara solicitándole que lo to
mara como una muestra de piedad.
Al principio. Avalokitesvara no lo aceptó, pero ante la insis
tencia de Akshayamati, finalmente lo tomó, pero después lo
dividió en dos partes, ofreciéndole una a Sakyamuni y deposi
tando la otra en el stupa del extinto Prabhutaratna.
En esa ocasión, el Señor pronunció las siguientes estrofas:
1. Avalokitesvara es llamado así
2. Por su conducta;
3. Porque durante un número inconcebible da kalpas llevó
a cabo su voto bajo miles de Budas,
4. Destruyendo constantemente el sufrimiento mundano que
amenaza a todos los vivientes.
105 E a ta f a c u l t a d « la m i «nía q u e p n a e e G a d g a d a s v a r a e n e l c a p í t u l o
a n t e r i o r , a s í c o m o to n i d é n t i c a i a l g u n a i d a l a i c u a l i d a d e a d e S iv a y V 'u h n u .
306 " D i a p e n s a d o r d e s e g u r i d a d '" .
5. Si una persona cayera en el fuego, invocando a Avaloki-
lesvara, logrará que se extinga como si hubiera sido rociado
con agua.
6. Si alguien fuera arrastrado por la marea de un temible
océano, teniendo en su mente a Avalokitesvara, jamás se aho
gará.
7. Si una persona es arrojada desde la cima del Sumeru,
implorando a Avalokitesvara, quedará —com o un rayo de
sol— suspendida en el aire.
8. Si sobre alguien se desencadena una avalancha de piedras,
apelando a Avalokitesvara, ninguna le tocará siquiera un pelo.
9. Si una persona es rodeada por una hueste armada de es
padas, al invocar a Avalokitesvara, logrará que los fieros ene
migos inmediatamente se conviertan en seres cariñosos.
10. Si alguien estuviera a punto de ser ejecutado, con solo
pensar en Avalokitesvara, se quebrarán las espadas de los ver
dugos.
11. Si una persona se encontrara engrillado, invocando a
Avalokitesvara, verá como se aflojan sus cadenas.
12. Los hechizos, brujerías, hierbas, fantasmas y espectros,
instantáneamente revierten su efecto cuando alguien implora
contra ellos la ayuda de Avalokitesvara.
13. Si una persona fuera atacada por duendes, demonios o
gigantes, con sólo pensar en Avalokitesvara, nadie podrá ata
carlo.
14. Si alguien se viera rodeado por bestias de aguzados
colmillos y filosas garras, invocando a Avalokitesvara, ahuyen
tará a esas temibles criaturas.
15. Si una persona se encuentra rodeada por maliciosas ser
pientes, pensando en Avalokitesvara, logrará que ellas pierdan
rápidamente su veneno.
16. Si pesadas centellas se desprendieran de una nube carga
da de tormenta, invocando a Avalokitesvara, se conseguirá apa
gar el estruendo.
17. Avalokitesvara, con su poderoso conocimiento, está aten
to a todas las criaturas que son acosadas por los problemas y
las aflicciones, erigiéndose en el salvador307 del mundo.
307
C u a n d o el o b j e t o d e la f e d e l d i s c í p u l o d e ja d e s e r la Enseñanza
18. Poseedor de una vasta sabiduría y de una mágica des
riza, se muestra en todas las direcciones del espacio.
19. Quienes padezcan las desdichas de la existencia en este
nundo, en el infierno o en el reino de Yama, invocando a
>arn * cr la ¡ ic iw .r u d e l (-tuda, U c r o e n c u i tu i n a c a r a c t e r í s t i c a s s a lv í f ic a x L a
« t i e n t e M a h o ya n a p o s e e l i e s g r a n d e s e s c u d a » I ) S H u n ya va d o ( E s c u e l a
leí V a c í o ) , t a m b i é n c o n o c i d a c o m o M a d h y o m tk a ( D o c t r i n a d e la V ía
t e d i a ) , 2 ) V yilanaiiada ( E s c u e l a d e la M e n t e ) o Y o g a ea m , y 3 ) A m id itm o ,
ue p r e s e n t a a l D u d a c o m o " S a l v a d o r " d o lo » h o m b r e a , y a s e a —d ic e
)u ilc s a m a n e r a d e u n D io » q u e r e i n a e n e l p a r a í s o y s a lv a a lo s m o r t a l e s
u n la s o la in v o c a c ió n d e su n o m b r e ( A m id a I, y a s e a c o m o el q u e h a d e
e n ir a l m u n d o c o m o n u e v o I l u m i n a d o ( M n itr e y a ) . “ E l S a lv a d o r , c o m o
b j e l o d e í e —r e f l e x i o n a S h u g a k u Y a m a g e , e n su a r t i c u l o " A m i d a c o m o
a l v u d o r d e l A l m a " . E d ite r n liu d d h itm , V u l, I N ° 2 —, s e p a r e c e , e n c i e r t o
i o d o , a l D io s c r i s t i a n o . P e r o e s la a c t i t u d d e A m id a f r e n t e a l p e c a d o lo
u c d i s t i n g u e e l S h tn - s h u ( n o m b r e j a p o n é s d e la s e c t a ) d e l c r i s t i a n i s m o
I D io s d e e s t e ú l t i m o e s u n D io s d e a m o r y j u s t i c i a , m i e n t r a s q u e e l B u d a
i la m i s e r ic o r d i a m is m a y n a d a m á s . E n e l m u n d o p r e v a l e c e el p r i n c i p i o
si ka rm a y <•! H urla n u n c a ju a g a El D io s d e l j u d a i s m o f u e r e p r e s e n t a d o
or C r i s t o c o m o e l D io » d e s r n o r . s in e m b a r g o «e le h a c e ju z g a r n u e s t r o s
r e n d o » a imponer lo » c a s t ig o s c o r r e s p o n d i e n t e s . A m id a c o n o c e ú n ic a
ic n te e l a m o r i n f i n i t o p o r l o d o s lo a s e re s , d e s e a n d o l i b e r a r l o s d e l c i c lo
« n o d r la ig n o r a n c ia y d e l s u f r i m i e n t o , e ri e l q u e ae e n c u e n t r a n . E n A m t
i n o h a y ira "
N a g a r ju n a —p u n t u a l i z a B . L S u z u k i , d e c u y o l i b r o f u e l o m a d a la c i t a
itc río r d i s t i n g u e e n t r e e l T r a b a j o D i f f r i l y e l T r a b a j o K ácil E l p r i m e r o
ítá d e s t i n a d o a l o s c a r a c t e r e s f u e r t e s y s e g u r o » d e s f m i s m o s , m i e n tr a » el
g u n d o e s p a r* a q u e l l o s c o n s c i e n t e s d e «ti e a l s t e n r t * e r r ó n e a , c u y o p e s o
\ a b r u m a P a ra e s to » ú l t im o * s e r e c o m i e n d a e l S e m b u l i u . q u e e s la in v o -
r i ó n c o n s t a n t e m e n t e r e p e t i d a a l A m id a H u tía . E s to ae c o n s i d e r a " T r a b a -
f á c i l " e n c o m p a r a c i ó n c o n e l p r i m e r o q u e r e q u i e r e a u s t e r i d a d e s m o r»
k. i n t e l e c t o c l a r o y la p r á c t i c a a r d u a d e la m e d i t a c i ó n . E s t e t i p o d e v id a s r
m o e r a v e c e * c o m o la e n s e n a n * » d e l S e n d e r a S a g r a d o , m i e n t r a s q u e a l
a b a j o f á c i l e s la e n a r r i a n r a d e la T i e r r a P u r a , p u e s s e a s e g u r a a lo s d e v o -
« d e l V e m b u tiu q u e h a b r á n d e r e n a c e r e n la T i e r r a d e la F e li c id a d y la
tre z a K »ta d i s t i n c i ó n t a m b i é n ae h a c e e n t r e e l P o d e r P r o p i o (Jíriki) y e l
»der d e O t r o s i T a n k n L o s s e g u i d o r e s d e l S e n d e r o S a g r a d o t i e n e n c o n -
in z a e n s f m i s m o » , l o s d e la T i e r r a P u r a c o n f f a n e n e i O t r o p a r a su salv a
j n . s i e n d o e l O t r o A m id a
N o e s é s t e e l ú n i c o t e x t o d o n d e a p a r e c e la s a lv a c ió n p o r In in v o c a c ió n
i e l b u tratan hara, e l D u d a r e c i b e » u n h o m b r e d e m a la r e p u t a c i ó n , a l c u a l
d o s d a n p o r c o n d e n a d o s in r e m e d i o . B u d a p e r c i b e q u e , e n u n a d e la s
ík le n c ia s a n t e r io r » * , • ) h o m b r e h a b í a e x c l a m a d o e n u n m o m e n t o d e
li g r o “ A d o r a c i ó n a l B u d a " E s ta e x p r e s i ó n d e f e le v a lía a h o r a e n t r a r
el c a m i n o d » U s a lv a c ió n . p o r l o q u e e l I l u m i n a d o a f i r m ó : " H a b i e n d o
m a d o s u r e f u g i o d e t o d o c o r a z ó n e n el B u d a , h a d e o b t e n e r la salv a -
ir" .
Avalokitesvara encontrarán el fin del ciclo del nacimiento,
la enfermedad, la decrepitud y la muerte.
Entonces, Akshayaraati, con gozo en su corazón, pronunció
las siguientes estrofas:
20. Oh tú, cuyos bellos ojos son claros, bondadosos, sabios,
piadosos y benevolentes;
21. Tú, puro, que brillas con inmaculada luz; que posees un
conocimiento exento de sombras, despliegas un resplandor que
abarca todo el mundo.
22. Tú, fuente que rebosa compasión, eres una nube que de
rramas el néctar de la Ley para apagar el fuego de las pasiones
que turban a los vivientes.
23. En las riñas, las disputas, las guerras, las batallas o en
los grandes peligros, uno tiene que pensar en Avalokitesvara,
quien apaciguará la perversidad de los enemigos.
24. La voz de Avalokitesvara es como un trueno que atra
viesa toda la gama de los tonos.
25. Pensad, pensad en Avalokitesvara; él es el refugio y la
protección contra el desastre, la calamidad y la muerte.
26. Avalokitesvara merece ser venerado como la suma de
todas las virtudes y la benevolencia.
27. El, tan compasivo con todo el mundo, ha de convertirse
en Buda, destruyendo todos los peligros y penas que afligen
a los seres.
28. Este monarca universal, Rey de reyes, mina de perfec
ciones, ha alcanzado la perfecta Suprema Iluminación, des
pués de haber recorrido con afán, durante cientos de kalpat,
el Sendero del deber.
29. Ubicado a veces a la izquierda, a veces a la derecha de
Amitabha, gracias al poder de la meditación, él honra al Gina
en todas las regiones del espacio.
30. Amitabha, el domador de hombres, fijó su residencia
en el oeste, donde se halla el mundo Sukhakara.08*10"
08 " T i e r r a q u e p r o c u r a b e i u l í c i í m " . E n d i s t i n t a s m i t o l o g í a s s e e n c u e n
t r a n r e g i o n e s q u e p o s e e n u n s ig n if i c a d o s im i la r : e n la r o m a n a , " L a isla d e
la F o r t u n a " ; e n la g rie g a , " E l j a r d í n d e la s H e s p é r i d e s " ; e n la C h in a , " L a
isla d e l o s i n m o r t a l e s " .
31. Allí no se encuentran mujeres, ni son conocidas las re
laciones sexuales; allí los hijos del Ciña, que surgen a la exis
tencia espontáneamente, están ubicados sobre las copas de
los lotos.
32. Amitabha mismo está sentado en un trono y brilla como
un astro.
33. El Líder del mundo, cuya acumulación de mérito ha sido
alabada, no tiene igual en este mundo. ¡Oh, Supremo entre
los hombres; ojalá pronto podamos convertirnos en alguien
como tú!
Entonces el Bodhisattva Dharanindhara, después de honrar
al Sugata, le dijo:
—Señor, los que escuchan esta Enseñanza acerca del mila
groso poder del Bodhisattva Avalokitesvara plantan cuantio
sas raíces de virtudes.
Y mientras se desarrollaba el capitulo correspondiente a
Avalokitesvara, en la mente de incontables seres empezó a nacer
el anhelo de la Suprema Iluminación, frente a la cual ninguna
otra perfección puede ser comparada.
CAPITU LO XXV
H IST O R IA A N TIG U A f o )
En una ocasión, el Señor se dirigió a la asamblea de Bodhi-
sattvas en estos términos:
—Antaño, jóvenes de buena familia, un tiempo atrás, incal
culable en kalpas, apareció en el mundo un Tathagata dotado
de ciencia y conducta. Contemporáneo con él, existía un rey
que tenía dos hijos —Vimalagarbha y Vimalaneira— poseedores
de poder y sabiduría. Ellos se aplicaban ardientemente al desen
volvimiento de las perfecciones tales como la caridad, la mora
lidad, la indulgencia y la energía, sin por eso descuidar el ejer
cicio de la compasión y el incremento de los conocimientos y
de las meditaciones. En esc entonces, el Tathagata exponía
“ El Sutra del L oto” y estos dos príncipes le pidieron autoriza
ción a su madre para ir a escucharlo. Ella les contestó: “ Vues
tro padre favorece a los Brahmanes50’ y, por lo tanto, no ob
tendréis el permiso que habéis solicitado”.
509 E l B r a h m a n ia m o e s e) s is te m a r e l ig io s o y s o c ia l d e la In d i» a n t i g u a ,
a p a r tir d e l cu « l se d e s a rro lló e l h in d u ís m o m o d e rn o . S e c a ra c te r iz ó p o r
el s is te m a d e c a s t a s (v e i n o t a lU B ) y u n p a n t e í s m o d iv e r s i f ic a d o e n e l q u e
l o s d i o s e s s o n r e p r e s e n t a c i o n e s d. la i t u e r t a * n a t u r a l e s C o d i f i c ó u n d a
b o r a d o s is te m a d e d o c t r i n a * y o b s e r v a n c i a s h a c ia e l 5 5 0 a .C ., lo m a d a s d e
a n t i q u í s i m o s t e x t o s c o m o lo a V ed o * y B r a h m á n » » y s e e x p r e s a r o n e n lo s
U panishads. l< os p o d e r e s v e n e r a d o * o r i g i n a l m e n t e e r a n : A g n i, d io * d e l
f u e g o ; I n d r a , d i o s d e la a t m ó s f e r a , y S u r y a , el » o l, a lo a c u a le s se a s o c i a
b a n o t r o s d io s e s i n f e r i o r e s c o m o U s h a s , P n l h i v i , A d iti , V a r u n a . l o d o s
r e p r e s e n t a c i o n e s d e la n a t u r a le s a S e c a n t a b a n h im n o s , t e d i r i g ía n p le g a
r la s y se o f r e c í a n s a c r ific io * • r e t a s d iv i n id a d e s . L o s s a c e r d o t e s o f ic ia n t e *
e r a n b ra h m a n es, q u e o b t u v i e r o n s u p r e m a c í a e n la s o c ie d a d h i n d ú . P o s te -
orre
Los jóvenes replicaron:
—A pesar de haber nacido en medio de una familia que
adhiere a una doctrina falsa, nos sentimos hijos del Monarca
de la Ley.
—Bien —concluyó la reina—; por respeto hacia vuestro padre,
desplegad algún milagro de modo que él. en consideración a
esto, se incline favorablemente en el sentido del deseo que os
impulsa a escuchar al Tathagata.
Inmediatamente los dos príncipes se elevaron en el cielo hasta
jna altura de siete talas y empezaron a realizar algunos actos
nágicos: emitir una lluvia de agua, otra de fuego, achicar y
igrandar el espacio aéreo, ascender y descender a la tierra,
ítc., etc. Todo este despliegue de poderes sirvió para que el
ey, arrobado, regocijado y admirado, preguntara:
—¿Hijos, quién es vuestro maestro?
Ellos respondieron que eran discípulos de un Tathagata que
e hallaba sentado sobre una tarima al pie del árbol de la Ilumi-
lación, revelando al mundo entero el sutra titulado “El Loto
le la Verdadera Ley”. Entonces, habiendo manifestado el so-
icrano su deseo de ir él también a escucharlo, los jóvenes se
irigieron a su madre mediante las siguientes estrofas:
1. Permítenos, madre, abandonar el hogar y abrazar la dis-
iplina ascética, aprovechando la oportunidad de estar frente
un Sugata,
2. Cuya presencia es un hecho tan raro como los brotes de la
iguera. Déjanos renunciar al mundo en este momento favo-
ible y precioso.
La reina les dijo:
3. Ahora admito vuestra partida, hijos míos. Es más, yo
imbién he de adoptar una decisión similar.
Los dos príncipes invitaron a sus padres a ir con ellos a sa
ldar al Gina y escuchar de sus labios la Enseñanza.
—La aparición de un Buda -dijeron los jóvenes— es tan rara
r r m e n t r lo » p e n s a d o r » e l a b o r a r o n la c r e e n c ia e n u n a l m a u n iv e r s a l, u n
r q u e e x i s t e p o r s i , e t e r n o , l l a m a d o B ra h m a ( v e r n o t a 8 1 1. H a c ia el 3 0 0
C_, el b u d i s m o , e l c i n i s m o y la s n u e v a s d o c t r i n a s o r i g i n a r o n la m o d i f ic a -
ú n te o ló g ic a y r i t u a l d e l b r a h m a n i s m o q u e d e v i n o e n o t r a s b a s e s fQ o só -
•as. d a n d o lu g a r a l h i n d u f s m o . ( Z )
R
que constituye una gran bendición para nuestro destino ser con
temporáneos de un exaltado Profeta.
En esa oportunidad, todos los miembros de la corte se ini
ciaron en el Sendero: Vimalanetra se ejercitó en el Discurso
sobre la Ley; Vimalagarbha perfeccionó una meditación apta
para que los seres abandonen sus tendencias malignas; la reina
captó la armonía existente entre los Budas y los temas que ellos
predican, mientras que el rey alcanzó la plena madurez espiri
tual, resignando la corona real a favor de su hermano menor.
Entonces declaró:
—Mis dos hijos, quienes me convirtieron con sus poderes má
gicos, son mis maestros porque lograron apartar de m í el cúmu
lo de las falsas doctrinas y me impulsaron a ir hacia el Tatha-
gata. Ellos actuaron como verdaderos guías y nacieron en mi
casa para revitalizar las raíces de virtud que he plantado en el
pasado.
El Tathagata le dijo al rey:
—Así es, como tú lo has expresado: estos jóvenes renacen en
distintos hogares para cumplir la función de maestros, exhor
tando al resto de la familia a obtener la perfecta Suprema Ilu
minación. La tarea de alguien que estimula a otro a ver al Sugata
o a escuchar su Enseñanza es una de las más exaltadas. Tus dos
hijos, noble rey, venerarán tantos Budas como la cantidad de
granitos de arena contiene el Ganges; conservarán este Discurso
por compasión hacia todos los seres que aún sostienen doctri
nas erróneas y para que ellos se empeñen ardientemente en
procura de la Omnisciencia.
Entonces el rey alabó al Gina con estas palabras:
—Señor; qué conocimientos tan elevados debes poseer que
hacen brillar la protuberancia de tu cabeza,’ 10 que aclaran tu
mirada, que irradian el espacio existente entre tus cejas111 se
mejando la blancura de la luna, que dan lustre.a tus dientes y
enrojecen tus labios. Es admirable, Señor, el valor que encierran
las Enseñanzas de los Budas y cuántas virtudes contienen sus
preceptos morales. De aquí en más, no seremos pasto de la vo-
277
rae idad de nuestra temeridad o de los deseos pecaminosos que
ios acechan, no seremos más esclavos de nuestra propia mente
ni de las falsas doctrinas. Dotado de tantas cualidades, Señor,
no quisiéramos apartam os ya de tu presencia.
Dicho esto, el rey saludó humildem ente aJ Gina, se elevó en
íl aire y, ju n to con su esposa, le arrojó al Sugata un invalora-
jle collar de perlas. Tan pronto como la joya tocó la ca-
>eza del Señor, te transform ó en una bella y arm oniosa torre
le cuatro columnas. En su cima apareció una butaca cubierta
le finos paños, sobre la cual se veía la imagen de un Tathagata
entado con las piernas cruzadas. El rey pensó: “ El conocimien-
o del Buda debe ser muy poderoso para mostrarse de esta
órm a“.
Entonces el Tathagata se dirigió a la audiencia en el siguiente
ono:
—¿Veis, monjes, al rey que, elevado en el cielo, emite un ru-
[ido de león? Este monarca, que hoy ha abrazado mi Doctrina,
(n el futuro también él será un Gina dotado de ciencia y con-
lucta, que tendrá a su cargo una inmensa congregación de dis-
ípulos. Y quienes lo veneren —al igual que a sus hijos— serán
lignos de respeto en este mundo.
Mientras se desarrollaba este capítulo, incontables seres
ieron purificados hasta un grado im poluto su discernimiento
icerca de la Ley.
CAPITULO XXVI
EL ESTIMULO
D e b e r e c o r d a r s e q u e la m a d r e d e S i d d h a r t h a G a u t a m a “ v i o ” , e n el
m e n t ó d e c o n c e b i r a n i h i j o , c ó m o u n e l e f a n t e b la n c o d e s e is c o l m il lo s
i n t r o d u c í a e n na v ie n tr e . El e l e f a n t e n a d e ja d e ser e n O r i e n t e u n s e r
o l ó g i c o a i c u a l s e le a t r i b u y e n s in g u la r e s c u a lid a d e s .
,S T u tk ita . e l “ C ie lo d e la D e li c ia " e s e l c u a r t o d e l o s s e is m u n d o s d e
deut u £ » n o r m a q u e t o d o s l o s B odh iea ltu a á n a z c a n e n e s t e c i e lo e n su
m a v id a . L u e g o , m a n d o lle g a el t i e m p o p a r a U a p a r i c i ó n d e u n B u d a e n
n u n d o , l o s d ev a s le r u e g a n si B o d h ie o ttv a q u e n a z c a e n t r e lo s h o m b r e a
a a l m o d e s u s d o l o r e s y e n t o n c e s é l d e c i d e s o b r e e l t i e m p o , lu g a r , f a
in y m a d r e e n l o s c u a le s r e n a c e r . ( R R )
donde reside M»itreya.’“ Por lo tanto, jóvenes de buena fa
milia, una persona sabia debe, respetuosam ente, estudiar, re-
citar y atesorar este Discurso en su m ente; de esa manera
adquirirá innumerables cualidades.
Entonces Sakyamuni expresó así su aprobación a todo lo
dicho:
—Bien, Samantabhadra; muy bien. Es excelente tu buena dis
posición para promover el bienestar y la felicidad de la gente, y
extraordinariam ente bondadosa la compasión de tom ar a los
predicadores bajo tu protección. Los discípulos que fom enten
tu nombre podrán jactarse de haber visto a Sakyamuni mismo;
de haber escuchado “El L oto de la Verdadera Ley" de sus pro
pios labios; de haber venerado su figura, de haber sido acari
ciadas sus cabezas por el Tathagata; de haberlo ataviado con
sus mantos. Estos jóvenes de buena familia deben ser conside
rados de la misma manera que aquéllos que han obedecido los
mandam ientos de) Buda. EUos no hallarán placer en las filo
sofías mundanas, ni frecuentarán personas innobles. Después
de haber leído, copiado, estudiado y conservado un Sutra
como éste, los atractivos profanos pasarán de largo por sus
vidas. Se les debe inculcar la rectitud como una posesión na
tural y la claridad mental que ella otorga los conducirá a reali
zar el bien sin que ningún odio, infatuación, celo, envidia,
hipocresía, orgullo, engreimiento o mendacidad obstaculicen
su labor espiritual. Estos predicadores de la I^ey deben conten
tarse con lo que reciben, y quienes vean a estos monjes en su
infatigable tarea de conservar la Enseñanza durante el fin de
los tiempos, tendrán que pensar que ellos alcanzarán la cima de
la Duminación, que derrotarán a Mara, que moverán la rueda
de la Ley, que batirán el tam bor que llama al Sendero, que
harán sonar el clarín de la Verdad, que derramarán la lluvia de
la D octrina y que se sentarán sobre el trono de la Omnisciencia.
Los monjes destinados a conservar y difundir este Discurso no
serán codiciosos ni tendrán ansias de m antos ni de vehículos.
Esos predicadores serán honestos y poseerán una mente eman
cipada de los trajines mundanos. Las personas que pretendan
316
V er n o ta 25.
lesviar a los monjes que conocen este Sutra se volverán ciegos
i los que intenten difamarlos verán sus cuerpos manchados.
Aquéllos que se burlen de los que copian esta Enseñanza per-
lerán los dientes, se les agrietará la piel y les saldrán apestó
os tum ores, costras y sarna. Si alguien pronuncia una palabra
lesapacible contra estos seres, dicho acto debe ser considerado
orno un pecado nefando. Por lo tanto, Samantabhadra, la gente
lebe ponerse de pie ante los monjes que conservan la Doctrina
' m ostrar hacia ellos la misma veneración que hacia el Tatha-
ata
Mientras se desarrollaba este capítulo, todos los discípulos
•resentes, tan numerosos como los granitos de arena contenidos
n el Ganges, adquirieron incontables cualidades.
CAPITULO XXVII
EL PERIODO DE LA LEY
1 L in . Y u ta n g : L a im p o r ta n c ia d e c o m p r e n d e r . S u d a m e r i c a n a , Bs. A »,,
p íg . 97-
4 A r v o n , H e n r y ; E l b u d ie m o . F a b r i l , B s. A s ., p á g . 5 4 .
non
aparta del enterro ateísta primitivo y se deifica en el planteo
los tres cuerpos del Buda (humano-divino-cósmico ) .5
Asi en este sufra (Saddharmo Pundarika), Gautama, el Buda
imitivo del Pequeño Vehículo desaparece, ubicándose en ul-
rior categoría. Sakyarauni ocupa el lugar primario. Predica
sde lo alto del monte, acom pañado de cientos de miles de
idas y ochenta mil Bodhisattvas El ojo luminoso entre sus
jas, ilumina ai universo frente a los dioses perplejos. La eos-
agonía del Mahayana nos presenta a Adibuda, que autoexiste
'ayam bu) y por el cual emana el universo. De su pensamiento
tivo nacen cinco budas de la meditación (dhyani budas). Por
tal sistema de emanación se producen los cinco bodhisattvas
la meditación (dhyani bodhisattvas). Y al final se manifies-
i en la tierra como proyecciones de tos budas de la medita-
>n. los cinco budas humanos (manushi budas). Sakyamuni
el cuarto; el quinto y últim o del actual ciclo es Maitreya.
Pero todo este “ trabajo cosmogónico” en el plano del uni-
rso puede realizarse en el hom bre a través de la experiencia
iscendental, teniendo en cuenta como ya lo expresara Mai-
inides que: “ En la m ente del hombre están todos los equiva
le s de) universo y en el universo están todos los equivalentes
la m ente del hom bre” . Para ello es necesario cambiar la idea
[ascendente aprendida" por la idea “ trascendente comprendí-
”, y a esta por la ¡dea “ trascendente realizada” .
Ya antea, el Sutra del Diamante señalaba que la virtud del
dhisattva y la práctica de la sabiduría era “ Nunca abandonar
;odoa los seres y ver la verdad de que todas las cosas son va
is” . O sea vacuidad (sunyata). “ La vacuidad es aquello que
i precisamente en el centro entre la afirmación y la negación,
existencia y la no existencia, la eternidad y la aniquilación...
Buda le dice a Katyayana, que el m undo generalmente basa
i puntos de vista en dos cosas, la existencia y la no existencia,
s ” es un extrem o; el otro es “ no es” . E ntre esos dos lím ites
m undo está encarcelado. Los hombres santos trascienden esta
litación El Tothagata, evitando ambos extrem os, enseña el
arma en el punto medio entre ellos, donde sólo puede en-
6 C o n z e , E d w a r d ; El b u d is m o S u esencia y su desarrollo. F C E , M é x i
c o , p ig 18 1 , 1
1 O u sp cilsk y, Pedro: Un n u e v o m o d e lo d e l U niverso. Kier, Bs. A».,
p ig . 5 7 4 .
un rebaño de ovejas, ni cambiar la ley de las generaciones ” . 1
mbién debe señalarse que hubo hechos doctrinarios, tanto
mo histórico-socules que determ inaron el desgaste y supre-
>n de la doctrina. D octrinariamente, las disidencias en el Gran
hiculo sobre el planteo de la vacuidad, en aspectos contradic
hos rayanos en el nihilismo, con Nagarjuna, al borde de con-
erar sus creaciones como una literatura del absurdo, que
>go es rescatada por Asanga en la concepción de) Absoluto y
;rar una claridad más precisa en Shantideva como corolario
altador del amor. En lo histórico, la caída de la dinastía
la y la contrarreform a del brahmanismo en el siglo octavo,
lo que hay que agregar la invasión musulmana, en 1193,
terminando los monjes con la destrucción de los monas-
ios.
En sintesis, la meta del budismo la constituyen aquellas
labras del Maestro al monje M alukyaputta: “Lo que yo
teño desde este mundo, es cómo se puede tener la certeza
nunca más nacer y de nunca más m orir".
Walter O. Tessmer 1
A B H IJ ftA , sab er tr a s c e n d e n ta l. E A N U P A D H I S E S H A , N ir v a n a f in a l,
( 12 ) V (1 2 6 )
A D H A R M A , re p o s o . X II) ( 2 2 0 ) A U P A P A D A K A , n a c i m i e n t o c e le s
A C A M A , c o n o c im ie n to , E (3 ) tia l. 1 ( 6 9 )
A G I T A , in v e n c ib l e , I ( 6 4 ) A V A L O K IT E S V A R A , e n c a rn a c ió n
A H I M S A , n o v io l e n c i a , X I U ( 2 1 9 ) d e la p i e d a d , I ( 2 4 )
A J I V A , lo i n a n i m a d o . X I I I ( 2 2 0 ) A V 1 D Y A . ig n o r a n c ia . I ( 6 2 ) , t i l ( 9 9 )
A K H A S A , e s p a c i o , X IU ( 2 2 0 ) A V U A . m e d io d e v id a , I ( 8 1 )
A M I T H A B A , B u d a d e la c o m p a A V 1K 1 in f ie r n o , 1 ( 3 2 )
s ió n . V i l ( 1 6 5 ) , X X I V ( 3 0 7 )
A N A N D A , d is c íp u lo del B uda, B A L A , f u e r z a , 111 ( 9 9 )
b i e n a v e n t u r a n z a , IX ( 1 8 1 ) B E N A R E S , c i u d a d in d i a , II ( 8 6 )
A N A G A M IN , re n a c im ie n to s u p e B H A K T I, d e v o c ió n . E (1 6 )
rio r , X V II ( 2 6 1 ) B H A V A . n a c im ie n to , 1 (6 2 )
A N U TT A R A SA M Y A K SAM BO B H 1 K K H U . m o n t e m e n d i c a n t e , V il
D H 1, o m n is c ie n c ia , t ( 1 6 ) (1 6 3 )
A Ñ J A L I , j u n t a r p a l m a s . I I I ( 8 8 b is ) B O D H 1 S A T T V A , a s p ira n te a B u d a ,
A P R A N I H I T A , i m p r e m e d i t a d o , IV 1(6)
(1 0 7 ) B R A H M A , C re a d o r, 1 1 (8 1 )
A R H A T .m n to , 1 ( 1 0 ) B R A H M A N , s a c e r d o t e , IV ( 1 0 8 )
A R Y O . n o b le . 1 ( 5 0 ) B R A H M A N I S M O , s is te m a r e l ig io s o
A S A M S K R T A , in m u ta b le , E (1 9 ) y s o c ia l, X X V ( 3 0 9 )
A S A N A , p o s tu ra , X X II (2 8 4 ) B U D A , I lu m in a d o , 1 ( 4 ) , II (7 3 )
A S P R IS H Y A , p a ria , IV (1 Ü 8 ) B U D D H A C A R I T A , v id a d e l B u d a .
A S U B H A , im p u r e z a , I X ( 1 8 2 ) IX (1 8 2 )
A T T A , A T M A N , a l m a , e n t i d a d in B U D D H A - G A Y A , c i u d a d . X IV
m o rta l. III (9 9 ) (2 3 6 )
D D H A K SH E T R A , t i e r r a d e t Bu G H A N . naris. Ill (1 0 0 )
la , I (2 8 ) G A T H A , e s t r o f a , II ( 7 8 )
G IN A , v en c e d o r. I (3 7 )
K K H U .o jo , 1 1 1 (1 0 0 ) G R I D H R A K U T A . P ic o d e l b u i t r e . I
R A N A , c o n d u c ta . V III ( 1 7 9 ) (8 )
T T A R I T H A N A N I D A S A N IY A -
MI, 4 lu g a r e s d e p e r e g r i n a c i ó n , H 1 N A Y A N A . P e q u e ñ o v e h íc u lo . III
X IV ( 2 3 6 ) ( 101)
T U R A R IY A S A C C A N I, C u a tro
N o b le s V e r d a d e s . 1 ( 6 1 ) I N O R A , je f e d e l o s d io s e s m e n o r e s ,
f A R A , m a n to , I (4 2 ) 1 1 (8 2 )
1 N D R I Y A , p r i n c i p i o r e g u l a d o r , 111
A K R A , p le x o e n e rg é tic o , I ( 3 1 ) ( 100)
I S I P A T A N A , lo c a l i d a d . X I V ( 2 3 6 )
N A , p e rfe c c ió n , I ( 1 9 ) I S V A R A . d iv i n id a d , II ( 8 4 )
S H A B H U M IS V A R A , S e ñ o r d e
las d ie z t i e r r a s , E ( 7 ) J A I N A , r e l ig ió n in d i a , X I I I ( 2 2 0 )
V A T A , d io s i n f e r i o r , á n g e l. V i l J A R A , v e je s , 1 ( 6 2 )
[1 6 3 ) JA T 1 , e s ta d o , 1 (6 2 )
A R A N 1 , ta lis m á n , X V I ( 2 5 1 ) J 1 R 1 K I, p o d e r p r o p i o , X X I V ( 3 0 7 )
A R M A , L e y . e tc .. 1 ( 1 ) J1 V A , in a n im a d o , X III ( 2 2 0 )
A R M A C A K R A . R u e d a d e la J I V A N M U K T A , l i b e r a d o e n v id a . V
Ley. 1 (1 7 ) (1 2 6 )
ARMA DHATU, L e y n a t u r a ls - J ! V il, l e n g u a . 1 1 1 ( 1 0 0 )
*a. E ( 2 ) J I V I T I . v i t a l i d a d . 111 ( 1 0 0 )
A R M A R A Y A , c u e r p o d e la L e y ,
XI (1 9 1 ) K A K R A V A R T 1 N . m o n a rc a u n iv e r
s a l. V II ( 1 6 0 )
A R M P A R Y A Y A .d i a c u r a o . I K A L A , tie m p o , X III (2 2 0 )
(2 6 ) K A L I Y U G A , e d a d d e h ie rro , X I
[1T1, o p i n i ó n . 1 ( 6 1 1
(1 9 9 )
IR IT 1 , p c r a e v e r s n c ts . I l l ( 9 6 )
K A L P A , e ó n , I (6 6 )
IU T A G U N A , s a r r i a , V ( 1 1 9 ) K A M A , d e se o , 1 (4 5 )
IY A N A , c o n te m p la c ió n , I ( 6 1 ) K A M M A N T A . c o n d u c U . 1 (6 1 )
PA N K A R A , B u d s p r e d e c e s o r d e K A P IL A V A S T U , c iu d a d n a ta l del
G a u ta m a , I (6 7 )
B u rla . X 1U ( 2 3 6 )
P A V A M 8 A , tr a b a jo h is tó r ic o . X I
K A R M A , c a u s a lid a d r e t r i b u i d a » , E
(1 9 7 )
(2 8 )
I M A N A S S . t r i s t e z a , I II ( 1 0 0 ) K A RM A SA Y A , a c u m u la c ió n de
IS H A , p e c a d o . V ( 1 2 4 )
m é rito s , X V I (2 5 5 )
J K K H A , s u f r i m i e n t o , 1 ( 6 1 ) , IV
K A R U N A . c o m p a ñ ó n , IX ( 1 8 2 )
(1 0 9 )
K A 8 A Y A , im p u re z a , II (8 8 )
'A P A R A Y U G A , e t a p a d e lu c h a
K A Y , ta c to , IU (1 0 0 )
e n t r e e l B ie n y el M a l. X I ( 1 9 9 )
K R IT A Y U G A , e d a d d e o ro . XI
(1 9 9 )
A M M E S U T A M , E s to h e o fd o . K S H A N T I , in d u l g e n c i a , I ( 4 9 )
1 (6 ) K S H A T R I Y A . g u e r r e r o , c a s t a , IV
(1 0 8 )
iN D A V Y U H A , in c o m p r e n s i b i l i
d a d d e l m u n d o , E (7 J L A B D H 1 , c o n s e g u i r , IV ( 1 0 6 )
I T A K A , f á b u l a , II ( 7 6 ) L A K S A N A , a p a rie n c ia , V (1 2 2 )
L A U T A V 1STA R A , v id a d e l B u d a . P A R IN IR V A N A , e x tin c ió n c o m p lr
E<7) ta . V il (1 4 9 )
LA N K A V A T A R A , P re d ic a c ió n d e P IT A R A , c e s ta . X X V I (3 1 3 )
L a n k a , C e ilin , E (7 ) P R A J N A . s a b id u ría , I (2 1 )
L U M B IN 1 , p a r q u e d e K a p ll a v a s tu , P R A J N A P A R A M 1 T A , S u f r o d e la
X IV ( 2 3 6 ) S a b id u ría , E ( 4 ) (7 )
P R A N A , fu e rz a c ó m ic a , 1 (3 1 )
M A D H Y A M I K A , D o c t r i n a d e la P R A P T 1, a lc a n z a r, IV (1 0 6 )
V fa M e d ia , X X IV ( 3 0 7 ) P R A T I R U P A K A , e U p a , X III ( 2 2 6 )
M A H A S A T T V A . a r a n B o d h ia a tt v a , P R A T Y E K A B U D A , I lu m in a d o p o r
1 ( 22 ) s í m ism o , 1 (3 8 )
M A H A Y A N A , G ra n v e h íc u lo , t i l P U N D A R IK A . lo to . 1 (2 )
( 1 0 1 ) . X X IV ( 3 0 7 ) P U R A N A S , n a r r a c i o n e s , V IH ( 1 7 6 )
M A H E S V A R A , G ra n S e ñ o r del P U R N A . p le n itu d . V III ( 1 7 3 )
M u n d o , 11 ( 8 3 )
R A G A , r e y , 111 ( 1 0 4 )
M A IT R E Y A , f u tu r o B u d a , I ( 2 6 ),
X X IV ( 3 0 7 ) R A G A G R 1 H A , c iu d a d , 1 (7 0 )
M A N J U S R l . s í m b o l o d e la S a b i d u R A H U L A , h ijo c a rn a l d e l B u d a , IX
ría , 1 (2 3 ) (1 8 2 )
M A N O , o r g u l l o , 111 ( 9 9 ) R A T A N A -T T A Y A ( R a tn a T r a y a )
M A N T R A , fó rm u la , X V I (2 5 1 ) T r e s t e s o r o s , II ( 8 7 )
M A N U , d i r e c t o r , V IH ( 1 7 5 ) R U P A , f o r m a . 111 ( 9 9 )
M A R A , d io a d e le M u v t e , 1 ( 4 5 )
S A D A Y A T A N A , d e s p e r t a r d e lo a
M A R G A , v fa , c a m in o , 1 ( 6 1 )
M A R U T , d io a d e l t e m p o r a l , II ( 8 6 ) s e n tid o s , I ( 6 2 )
S A D D H A , fe , III (9 9 )
M K T T A , b e n e v o le n c i a , I X ( 1 8 2 )
8 A D D H A R M A P U N D A R IK A . S u
M R IT Y N , m u e rte . 1 ( 4 6 )
fro d e l L o t o , E ( 7 )
S A K R 1 D A G A M IN , q u e e n c a m a po r
N A G A , s e rp ie n te , I (3 0 ) ú ltim a v ea , X V U ( 2 6 0 )
N A M A R U P A , n o m b re y fo rm a , I 8 A K Y A .c ta n ,l (7 0 )
(6 2 ) S A M A D H 1 , m e d ita c ió n , I ( 6 1 ) ,
N K M B U T S U , in v o c a c ió n a l B u d a , X X II ( 2 8 4 )
X X IV ( 3 0 7 ) S A M A D H IR A JA , T r a ta d o d e c o n
N I C H 1 R E N . a a c la ja p o n e a a , E ( 3 9 ) c e n tra c ió n m ís tic a , E (7 )
N I D A N A , c a u s e e d e la m u e r t e . I S A M B H A V A . o rig e n . V il ( 1 4 6 )
(6 2 ) S A M B H O G A K A Y A , c u e r p o m ís U
N1RAM1SHA. d e-p eg ad o , Vlll c o , XI (1 9 1 )
(1 7 4 ) SA M M A , re c titu d , 1 (6 1 )
N IM A N A K A Y A , c u e rp o lu m in o a o , S A M S A R A , c i c lo d e e x i s t e n c i a , E
X I (1 9 1 ) ( 2 6 ) , IV ( 1 1 0 )
N 1 R O D H A , s u p re s ió n , 1 ( 6 1 ) S A M S K A R A . h á b i t o s , 1 ( 6 2 ) , 111
N IR V A N A , a n iq u ila c ió n d el d e s e o , ( 9 9 ) . IV (1 1 0 )
1(35) S A M Y O J A Ñ A N I , d ie z g r il lo s , I
N 1 Y A M A , p u rific a c ió n . X X U (2 8 4 ) ( 10 )
S A N G H A , c o m u n i d a d b u d i s t a , 11
PADDAKINA, circumambulación. (8 7 )
Vil (151) S A N J Ñ A . in t e l e c c i ó n , 111 ( 9 9 )
P A N D IT , e r u d ito , X III (2 2 7 ) S A N K A P P A , in te n c ió n , I ( 6 1 )
P A R A M IT A , p e rfe c c ió n , 1 ( 4 7 ) S A P T A R A T N A , s ie te s u b s ta n c ia s
P A R IB H U T A , d e s p re c io , X IX ( 2 7 6 ) p re c io s a s, I (5 7 )
I P U T R A , p r in c ip a ] d i s c í p u l o T R I P I T A K A , T r e * c e s ta * . C a n o n
el B u d a , II ( 7 2 ) P a li, E ( 6 )
o rd o . Ill (1 0 0 ) T R I S N A , d e s e o s e n s u a l, I ( 6 2 )
1, a t e n c i ó n , I (<S1) T U S H I T A , c í e lo , X X V I ( 3 1 6 )
Y A . v e r a c id a d , X X J l ( 2 8 4 )
O C A , h ig i e n e , X X I I ( 2 8 4 ) U PA D A N A , apego, I (6 2 )
'N Y A V A D A , E a c u .U d e l V » . U P A V A T T A N A , lu g a r d e la m u e r t e
'o . X X I V ( 3 0 7 ) d e l B u d a , X IV ( 2 3 6 )
)H 1 , p o d a r e * m ila g ro e o » , E ( 1 1 ) U P A Y A , re c u rs o * . X V ( 2 4 3 )
i. p u re z a , I (4 8 ) U P E K H , in d ife re n c ia , III (1 0 0 )
N D H A S * g é r m e n e * d e v id a . II I U P F .K K H A . e c u a n i m i d a d , I X ( 1 8 2 )
>9) U R U V E L A , lu g a r d e la il u m i n a c i ó n
A N A S S , a l e g r í a . I II ( 1 0 0 ) d el B u d a , X IV ( 2 3 6 )
R SA , c o n ta c to , I (6 2 )
T A P A N N A , m i * a l i i d e la v id a
V A C C A , p a la b ra . I (6 1 )
la m u e r t e , X V II ( 2 6 9 )
V A I S V A S W A T A , f u n d a d o r d e la
T A P A T T I, m i* a l ii d e lo re a l y
ra z a a ria , V III ( 1 7 5 )
i llu to r io , X V II ( 2 6 9 )
V A IS Y A , a g ric u lto r, c a s ta , IV (1 0 8 )
PA , tú m u lo f u n e ra rio , 1 (3 7 )
V A N A , b o sq u e . III (1 0 2 )
A T A , b e a to , 1 ( 3 9 )
V A R N A , c a s ta , IV ( 1 0 8 )
H A V A T I . ti e r r a d ic h o e a . E ( 1 8 )
V A Y A M A . e sfu erzo . 1 (6 1 )
K H A . p la c e r , I I I ( 1 0 0 )
V E D A N A , s e n t i m i e n t o , I ( 6 2 ) , I II
E R U , m o n ta ñ a m ític a , XI
(9 9 )
96)
V I C I K I C C H A , i n c e r t i d u m b r e , I II
Y A , v a c ío . III (8 9 )
(9 9 )
R A , « e rm ó n , I (3 ) V I H A R A , a l b e r g u e , V (1 2 8 )
T A P I T A K A . C e e ta d e lo* S u
V IJÑ A N A , c o n s c ie n c ia , I ( 6 2 ), III
b í, E (6 )
(9 9 )
A RN A PR A BH A SO TTA M A , V I J N A N A V A D A , E s c u e la d e la
e y e n d a * e d i f ic a n t e * , E ( 7 ) M e n te , X X I V ( 3 0 7 )
D H Y A Y A , le c t u r a e s p i r i t u a l . V IM A L A , In m a c u la d o , X U ( 2 1 2 )
X U (2 8 4 ) V IM O K S H A , e m a n c ip a c ió n , I I ( 7 4 )
V I N A Y A . d is c i p lin a , V I I I
IK I, p o d a r a je n o , X X IV (3 0 7 ) V IR A G A , in m a c u la d o , I II ( 9 2 )
H A G A T A , R ey d e to d o , 1 (2 0 ) V 1R Y A , e n e rg ía , I (4 7 )
H A O A T A G U H Y A K A , E c tu d io
V Y A P A D A , m a le v o l e n c ia , IU ( 9 9 )
ib r e la n a t u r a l e z a d e u n B u d a ,
<7 > „
D A I, e s c u e la b u d is ta , E ( 1 ) Y A M A , m a n d a m ie n to s , X X II (2 8 4 )
T H 1K A , d i s i d e n t e , h e r e j e , X II Y A S A S , g lo r i a , I ( 6 8 )
117) Y A S O D H A R A , esposa del B u d a, I
T A Y U G A , e d a d d e la a p a r i (1 4 )
ó n d el d o lo r X I (1 9 9 ) Y O G A , u n ió n . I (3 4 )
< A Y A . tr e * c u e r p o * . X I ( 1 9 1 ) Y U G A , e ta p a , X I (1 9 9 )
INDICE DE AUTORES
A d e m á s d « lo * a u t o r e s c i t a d o * e n la B ib lio g ra fía , lo a s ig u ie n te s h a n s id o
u t i l i z a d o s e n la s d i s t i n t a s n o t a s . P a r a lo c a li z a r lo a s e d e b e a p l i c a r e l m i s m o
c r i t e r i o in d i c a d o e n e l In d ic e a n a lític o .
B R U N T O N , P (6 ) Q U IL E S , E (6 ), X I (1 9 1 )
B U R N O U F , E (4 0 )
R H Y S D A V ID S . X I (1 9 6 )
C A L V E R A , IV (1 0 5 ) R O W L A N D . X I (1 9 0 )
C O N Z E , E (4 6 ), I (5 9 )
C O O M A R A 8W A M Y , XJ (1 9 0 ) S E N A R T , X I (1 9 0 )
S U Z U K I , B .L ., E ( 4 1 ) , X X I V ( 3 0 7 )
D R A G O N E T T I .I ( 4 6 ) S U Z U K I , D .T ., X X I I ( 2 9 0 )
EL 1A D E, E (1 0 ), X I (1 9 0 ) T A IM N I, X II ( 2 1 6 ) , X X II ( 2 8 4 )
T E T S U G E N , P (3 )
O O D E L , V ( 1 2 6 ) , X V 111 ( 2 7 6 ) T W 1T C H E L L , P (8 )
G O V 1N D A , P (7 )
W A L D B E R G , I (4 3 )
H U M P H R E Y S , E (4 4 )
H U X L E Y , X I (1 9 6 ) Y A M A G E , X X IV (3 0 7 )
IK E D A , X III ( 2 2 3 ) Z IM M E R , E ( 2 6 )
JO H N S T O N , X IX (2 7 7 )
K E R N , E (4 3 )
M A R A IN I, X II (2 1 4 )
P A R R IN D E R , I (4 3 )
P IY A D A S S I, V IU ( 1 7 9 ) , X III ( 2 2 3 )
PO W E L L , X I (1 9 9 )
BIBLIOGRAFIA
t -
INDICE GENERAL
PROLOGO
Por Ismael Quiles. S.J.................................................................................. 9
PREFACIO
Es imposible mojarse en la palabra "agua" (Alan W. W atts)............. 13
ESTUDIO PRELIMINAR
1. "El Sutra del Loto" entre los textos canónicos............................ 18
2. La corona de los S u tr a s .................................................................. 20
3.. Prácticas ascéticas y conocimiento doctrinario ............................ 24
4. La devoción........................................................................................ 27
5. El Nirüana................................................................
6. La flor como sím b o lo ........................... 3®
7. La enseñanza del Sutra ............ 38
8. El recitado de los Su tra s .................................................. 41
9. De esta edición..................................... 45
EL SUTRA DEL LOTO
Capítulo I. Introducción............................................................... .. - 47
II. Habilidad ....................................................................... 67
III. Una p a rá b o la .......... . , ................................................ 84
IV. Disposición ..................................................... 107
V. Las p la n ta s .......... .................. .........118
VI. Anuncio del destino...................... 132
VII. Antigua devoción ..........................................................138
VIII. El futuro destino de quinientos m o n je s................... 157
IX. Destino de Ananda, Rahula y dos mil m o n je s.........165
X. El predicador................................ 170
XI. La aparición de un ttupa . , 176
XU. El esfu erz o ....................................................................192
XIII, La vida serena...............................................................197
XIV. Salida de los Bodhieattvas desde las grietas de
la tierra....................................................................... 210
XV. Duración de la vida del Tathagata ..............................219
XIV. Acerca de la p ie d a d ......................... 227
XVU. El mérito de la aceptación jubilosa .........................235
XVIII. Ventajas de un predicador ..................................... 239
XIX. Sadaparibhuta .......................................................... 246
XX. El trascendente poder de los Tathagata»................... 250
XXI. Mantra».........................................................................254
X X I I . B h a is h a g y a r a g a ............................................................................... 2 5 6
X X I I I . G a d g a d e s v a r a ...................................................................................2 6 4
X X I V . A v a lo k i te s v a r a , el o m n i p r e s e n t e .........................................2 6 8
X X V . H is to r ia a n t i g u a ...................................... 275
X X V I . E l e s t í m u l o ......................................................................................2 7 9
X X V I I . E l p e r í o d o d e la L e y ...............................................................2 8 3
P IL O G O : C o n sid era cio n es so b re b u d is m o , p o r W a lte r O . T e s a m e r . . 2 8 5
1 D IC E A N A L I T I C O .............................................................................................................. 2 9 1
( D IC E D E A U T O R E S ...........................................................................................................2 9 5
¡ B L I O G R A F I A .........................................................................................................................2 9 7
I D I C E G E N E R A L ..................................................................................................................3 0 1