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Síndrome de Guillain Barré

El Síndrome de Guillain Barré es una neuropatía desmielinizante inflamatoria de origen


idiopático.

Su patogenia se asocia con infecciones respiratorias o gastrointestinales, bacterianas o


virales, encontrando una mayor frecuencia de infección por Campylobacter jejuni, siendo
el más frecuente y el más estudiado. Cytomegalovirus y virus de Epsein Barr, así como
por Mycoplasma pneumoniae, virus de la hepatitis, herpes simple, mononucleosis
infecciosa, vacunas como la de influenza y antirrábica, enfermedades sistémicas como
lupus y cirugías.

Se piensa que el organismo infeccioso desencadena una respuesta inmunológica, de


origen humoral y celular. La reacción contra el antígeno “blanco” en la superficie de la
membrana de la célula de Schuwan o mielina, resulta en neuropatía desmielinizante
inflamatoria aguda, o si reacciona contra antígenos contenidos en la membrana del axón,
en la forma axonal aguda.

Los síntomas iniciales consisten en sensación de adormecimiento y “alfilerazos” en los


dedos de los pies y en las manos, y en ocasiones por dolor en la región lumbar baja o en
las piernas, seguido de debilidad muscular que suele iniciarse en los miembros inferiores
para después afectar otros territorios. Esta debilidad es a veces progresiva y puede
afectar sucesivamente piernas, brazos, músculos respiratorios y pares craneales, todo lo
que constituye el cuadro clínico de parálisis ascendente de Landry.

La afectación de pares craneales ocurre en el 25 % de los casos, siendo la paresia facial


bilateral la más característica, aunque también puede ocurrir debilidad en los músculos de
la deglución, fonación y masticación. Los signos de disfunción autonómica están
presentes en el 30 al 50 %, entre ellos se encuentran: arritmias (bradicardia, taquicardia
paroxística así como asistolia), hipotensión ortostática, hipertensión arterial transitoria o
permanente, íleo paralítico y disfunción vesical, anormalidades de la sudación.

Las manifestaciones clínicas de debilidad de la musculatura respiratoria incluyen:


taquipnea mayor de 35 por minutos, reducción del volumen tidal en menos de 4mL/kg,
movimiento hacia dentro durante la inspiración, alternancia respiratoria.
La enfermedad evoluciona en 3 fases, denominadas: de progresión, estabilización y
regresión, que suele completarse en 3 a 6 meses.

Estudios diagnósticos

Los estudios son de poca ayuda al inicio del proceso. Los estudios electrocardiográficos
son los exámenes más sensibles y específicos para el diagnóstico y demuestran una gran
variedad de anomalías que indican desmielinización multifocal, que incluyen:

 Velocidad de conducción nerviosa enlentecida.


 Bloqueo parcial de la conducción motora.
 Dispersión temporal anormal.
 Latencias distales prolongadas.
Hallazgos necesarios para hacer el diagnóstico: Debilidad progresiva en varias
extremidades, arreflexia

Hallazgos que apoyan fuertemente el diagnóstico:

a) Datos clínicos en orden de importancia


- Progresión desde unos días a 4 semanas
- Relativa simetría
- Alteraciones sensoriales leves
- Compromiso de pares craneales incluyendo el facial
- Recuperación que comienza 2 a 4 semanas después de detenerse la
progresión
- Disfunción autonómica
- Ausencia de fiebre una vez instalado el síndrome
b) Estudio del líquido cefalorraquídeo
- Proteínas elevadas después de una semana
- Menos de 10 linfocitos /mm3
c) Pruebas electrofisiológicas
- Conducción nerviosa lenta
- Latencias distales prolongadas
- Respuestas tardías anormales

El 80 % de los pacientes se recuperan completamente o con déficit pequeños. Entre el 10


y el 15 % quedarán con secuelas permanentes; el resto morirá a pesar de los cuidados
intensivos. Las causas de muerte incluyen: distrés respiratorio agudo, neumonía
nosocomial, broncoaspiración, paro cardíaco inexplicable y tromboembolismo pulmonar.

Tratamiento

Manejo respiratorio: debe incluir la permeabilidad de las vías aéreas, la capacidad del
paciente para toser y expectorar, la evaluación de la mecánica ventilatoria, la habilidad
para tragar y la aparición de síntomas y signos de hipoxemia y/o hipercapnia

Manejo cardiovascular: monitorizar la tensión arterial, nivel de hidratación y el ritmo


cardiaco.

Las principales medidas terapéuticas incluyen plasmaféresis, se recomienda su uso


precoz principalmente en las 2 primeras semanas y administración IV de
inmunoglobulinas.

Bibliografía:

PUGA TORRES, Mario Santiago; PADRON SANCHEZ, Armando  y  BRAVO PEREZ, Rigoberto. Síndrome de
Guillain Barré.  Rev Cub Med Mil [online]. 2003, vol.32, n.2 [citado  2020-08-09]. Disponible en:
<http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0138-65572003000200009&lng=es&nrm=iso>. ISSN
0138-6557.

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