Artículo: Áreas emergentes de la farmacología de opioides
El opio se ha usado en la sociedad durante miles de años, y en tiempos más recientes, los opiáceos se han convertido en un tratamiento principal para el dolor moderado a severo, pero estos fármacos también son bien conocidos por su capacidad de conducir al abuso de drogas y a la muerte debido al envenenamiento con opiáceos, las drogas opioides tal es el caso de la morfina es también de interés farmacológico, ya que representan (junto con, los agonistas β-adrenérgicos) una de las pocas clases importantes de drogas terapéuticas agonistas en objetivos RAPG (receptores acoplados a proteínas G), explicaría en parte la tolerancia al opioide y su relación a los mecanismos RAPG de la desensibilización. Sin embargo, los antagonistas de los receptores opioides también son importantes fármacos terapéuticos, por ejemplo, la naloxona como fármaco esencial para revertir la depresión respiratoria inducida por los opiáceos en la sobredosis de los mismo. En los últimos años, otros aspectos menos conocidos de los sistemas opioides endógenos y la acción de ellos han emergido. El sistema inmune y su relación con la función del opioide es uno de los nuevos temas. Plein y Rittner (2018) divulgan que, aunque se cree generalmente que las drogas de opioides ejercen un efecto inmunosupresor en pacientes, algunas células inmunes también utilizan los péptidos del opioide que pueden reducir la inflamación y el dolor. Los opioides también se prescriben a menudo para manejar dolor provocado por algún cáncer, pero según lo descrito por Boland y Pockley (2018), los opioides pueden también afectar a la entrada de células inmunes en el micro-ambiente del tumor. Los receptores opioides, particularmente los receptores μ, están bien expresados en los circuitos de las emociones del cerebro de los mamíferos. Los opioides son conocidos desde hace tiempo por su capacidad de suprimir dolor agudo, sin embargo, los nuevos aspectos de este tema continúan saliendo a la luz, por ejemplo, en el área del dolor crónico. Hay una relación importante entre el dolor y el problema obvio del tratamiento con analgésicos opiáceos en sujetos con trastorno de abuso de sustancias. La oxitocina es conocida por sus fuertes efectos en la mediación de la interacción social, el estrés y el aprendizaje/memoria, mientras que los datos preclínicos apoyan el uso de ella para manejar la drogadicción, se necesitan estudios clínicos adicionales para tomar este concepto en cuenta. La selectividad precisa de los péptidos opioides endógenos y de los opiáceos exógenos es, por lo tanto, fundamental para determinar la producción funcional de algunas regiones cerebrales. Las simulaciones de la dinámica molecular ofrecen una penetración sin precedentes y cada vez más importante en la interacción dinámica de ligandos con los receptores del opioide, los cambios conformacionales ligando-inducidos y la naturaleza probable de las interacciones en dímeros del receptor ( Marino et al. 2018). Se han identificado moduladores alostéricos de moléculas pequeñas, en particular en los receptores μ y δ opioides, con la idea de modificar los efectos de los opiáceos endógenos y evitar muchos de los efectos adversos que se observan con los opiáceos exógenos (Livingston y Traynor, 2018). Los moduladores alostéricos interactúan con regiones del receptor que no sean el sitio ocupado por los péptidos opioides endógenos o la mayoría de los ligandos exógenos pueden ejercer efectos positivos o negativos en la señalización. Este tema es desarrollado por Almatroudi et al. (2018) que reportan un antagonista mixto del receptor de κ/μ, el BU10119, que tiene potencial como tratamiento para la depresión y trastornos relacionados con el estrés, y el trabajo de Dietis et al. (2018) que informan sobre las acciones analgésicas y responsabilidad de la tolerancia de la droga experimental UFP- 505, que tiene actividad agonista del μ junto con el antagonismo parcial muy débiles en los Jimenez Álvarez Karla Giselle 1420
receptores de δ. Esta sección temática destaca la diversidad de la investigación actual en
farmacología de opiáceos. Ya no son opioides involucrados sólo en el dolor y la euforia, sino que están implicados cada vez más en una amplia gama de sistemas fisiológicos y estados de las enfermedades.