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Ficha de Cátedra
BARBARA MUNTAABSKI
TRABAJO PRACTICO 1
Rosh Hashaná marca el comienzo del año judío (18 al 20 de Septiembre 2020). Su
origen proviene de la Biblia: "una conmemoración al son del shofar (el cuerno de
carnero), una santa convocación". El sonido del shofar llama a los judíos a la
meditación, el autoanálisis. Preparación para el:
Yom Kipur, ocho días después de Rosh Hashaná, (27 al 28 de septiembre de 2020)
es el día de la expiación, del perdón, del arrepentimiento sincero. Del juicio Divino
y de "aflicción personal", de modo que el individuo pueda ser purificado de sus
pecados. El único día de ayuno decretado en la Biblia, es el momento para que uno
enumere sus malas acciones y reflexione sobre las faltas cometidas y las corrija. Se
espera que el judío, en este día, ore por el perdón de los pecados entre el hombre y
Dios.
Hara; es un término japonés que, ante todo, significa “vientre”. También significa una
disposición general psicofísica, según la cual el centro de gravedad de la persona se
encuentra en el vientre, las energías superiores se hallan en estado de distensión, lo
profundo puede irradiar al exterior y todo el hombre se encuentra en un profundo orden,
abierto a la profundidad del sentido de la vida y al misterio último. El Ejercicio
fundamental lo profundiza de forma constante. El Hara crece en la meditación y se
convierte cada vez más en una disposición estable y permanente del hombre. En
castellano podemos adoptar las expresiones “centro del cuerpo” y “centro profundo” la
meditación es un fenómeno que tiene lugar en la parte más íntima de nosotros mismos y
en el que nos hablamos profundamente, recogidos y tranquilos.
Los ejercicios fundamentales son: Empezar por la posición del cuerpo (postura de
loto), seguir con la respiración diafragmática (natural como la de los bebes), percibir
después los cuatro momentos de la respiración (exhalación-exhalación-pausa-
inhalación) y, por último recitar las cuatro palabras de acompañamiento: “descenso-
despojo-unión-renovación”.
Al mismo tiempo, interiorizarlas o, mejor, dejar que ellas mismas se realicen. Sumirse
cada vez más profundamente y abandonar todo proyecto, todo propósito, todo
pensamiento, abandonarse a sí mismo; descender a la profundidad interior, al propio
fondo; despojarse; unirse con la propia profundidad (el centro de gravedad en el
abdomen, a la vez que el propio fondo deja que se transparente el fundamento ultimo) y,
de este modo, llegar al Hara; dejar venir la respiración natural, espontánea. Y a través de
estos cuatro pasos, encontrar una paz y una profundidad cada vez mayores, renovarse.
Klemens Tilmann.