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Ficha de Cátedra
Los hombres hoy en día aspiramos a la meditación cualquiera sea la ideología o su fe,
nos damos cuenta que debido a la tensión de la vida actual, está en peligro la pérdida de
lo más importante: nuestra interioridad. Es una manera de encontrarle un sentido a la
vida.
Siempre que participamos en talleres o cursos, la pregunta es: Como hacer para
continuar? ... Esa experiencia iniciada no tarda en difuminarse. Los libros pueden ser de
mucha ayuda. Todos de alguna manera en distintas situaciones interiores, intentamos
que dure este proceso.
La meditación es una iniciación personal. Puede uno ejercitarse por sí solo o puede
hacerlo en compañía de otros, a veces con la necesidad del consejo de personas
experimentadas.
Regularidad
Hacer ejercicio con regularidad, al menos 10 a 20 minutos diarios cinco días a la
semana.
Profundizar
No hacer ningún ejercicio de manera superficial. Garantizar las adecuadas condiciones
externas: ausencia de ruidos, postura del cuerpo, inmovilidad, respiración. Este es el
camino para llegar perfectamente a la paz interior y a la autentica profundidad.
Repetición
Es mejor repetir muchas veces un ejercicio que andar continuamente buscando
argumentos nuevos.
Paciencia
Es importante tener en cuenta los procesos de crecimiento y de maduración a largo
plazo. Algunos frutos pueden llegar muy pronto: una mayor paz, un gusto por lo
profundo en contacto real con personas y cosas; otros frutos pueden madurara los 60
años, y aun así no se ha llegado al final. Se siente atracción por una vida sin límites.
Paciencia. Paso a paso. Es preciso seguir en camino. Y a cada interrupción o en cada
derrota, tener el valor de volver a comenzar.
Hara es un término japonés que, ante todo, significa “vientre”. También significa una
disposición general psicofísica, según la cual el centro de gravedad de la persona se
encuentra en el vientre, las energías superiores se hallan en estado de distensión, lo
profundo puede irradiar al exterior y todo el hombre se encuentra en un profundo orden,
abierto a la profundidad del sentido de la vida y al misterio ultimo. El Ejercicio
fundamental lo profundiza de forma constante. El Hara crece en la meditación y se
convierte cada vez más en una disposición estable y permanente del hombre. En
castellano podemos adoptar las expresiones “centro del cuerpo” y “centro profundo”.
Son muchas las personas que buscan hoy la meditación porque se dan cuenta de que,
debido al ruido, a la prisa, a la superficialidad y a otras causas, han perdido su
profundidad, su centro, cuanto en ellos hay de mas autentico, y querrían reencontrarlo
para poder ser autenticas personas.
Muchas veces el camino a la meditación está jalonado por las siguientes palabras: ver,
observar, percibir en conjunto, reflexionar, confrontar y relacionar, penetrar, dejarse
influir, degustar, detenerse…
Bibliografia
TILMANN, Klemens; “Temas y ejercicios de meditación profunda”, Editorial Sal
Terrae, Santander, España (1982). Pág. 14-20.