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TEMA 3
Usar recipientes bien lavados (agua caliente y jabón) y aclarados para almacenar la leche. O lavarlos en el
lavaplatos.
Congelar lo antes posible la leche que seguro no se vaya a usar antes de tres días.
Si por cualquier razón no se puede o no interesa congelar la leche inmediatamente después de extraerla,
guardarla lo antes posible en una nevera, hasta usarla o congelarla.
Guardar la leche materna en pequeñas cantidades (50 – 100 cc) para poder descongelar solo la que el niño
vaya a tomar inmediatamente.
Una vez descongelada la leche, removerla bien. Puede mezclarse para una misma toma leche extraída en
distintas fechas.
Calentar al microondas (*) y después remover bien la leche para que su temperatura sea uniforme.
Recién exprimida en un recipiente cerrado 6-8 horas (25ºC o 3-5 días (4ºC o 2 semanas en el compartimento
menos) menos) congelador dentro del refrigerador
(*/**)
Descongelada fuera del refrigerador, en Sólo hasta que termine 4 horas o No volver a congelar
agua caliente la toma hasta la
próxima toma
Tipos de recipientes
Los recipientes pueden ser indistintamente de plástico o de cristal (con una tapa que cierre con eficacia) y preferiblemente de
uso alimentario que están marcados con el correspondiente símbolo. Si además tienen una abertura amplia se facilita su
limpieza.
También existen bolsas de plástico para congelar (bolsa única o tipo cubitera) que son prácticas y poco costosas, aunque
también se derraman con facilidad, al ser más inestables y poderse pinchar y gotear.
Es preferible guardar la leche en doble bolsa. También hay bolsas especiales que se acoplan al extractor pero son caras y de
uno solo uso.
Aunque puede ocurrir que ocasionalmente algún niño la rechace, por lo general no es así y tampoco resulta perjudicial para el
bebé.
Congelar la leche rápidamente tras la extracción y calentarla inmediatamente después de sacarla del congelador parece que
puede contribuir a que este problema se de en menor grado.
Hay madres en que la lipasa actúa muy rápidamente y en pocas horas leche huele a agria. En estos casos lo que la madre
puede hacer es: introducir su leche en un cazo y poner al fuego. Si tiene termómetro (especial para cocina) va a esperar que la
leche llegue a 60ºC, hay que sacarla del fuego, guardarla en el recipiente donde va a ser congelada, enfriar rápidamente (un
poco de agua fría con hielo sirve), y congelarla. Si no se dispone de termómetro hay que controlar el proceso de calentamiento,
cuando la leche hace burbujitas muy pequeñas en los laterales del cazo, sacar del fuego y seguir con el procedimiento anterior.
Bibliografía
Lawrence, R.A. La lactancia materna. Mosby/Doyma Libros, S.A. Madrid 1996 Royal
College of Midwives.Lactancia materna. Manual para profesionales.
ACPAM.Barcelona 1994 Aguayo, J. La lactancia materna. Universidad de Sevilla.Sevilla, 2001 ACPAM. Manual práctico de
lactancia materna.
(*) La leche materna puede ser calentada al microondas. A pesar que su uso inadecuado puede destruir la mayoría de células
vivas de la leche materna, el valor nutricional de la leche sigue siendo el mismo.
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