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GUSTAVO MARQUES ALFONSO AVILA WENCESLAO J. GONZALEZ {editores) OBJETIVIDAD, REALISMO Y RETORICA Nuevas perspectivas en Metodologia de la Economia FONDO DE CULTURA ECONOMICA UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MADRID UNIVERSIDAD NACIONAT, DE EDUCACION A DISTANCIA I, LOS VALORES EN LA TOMA DE DECISIONES Y SU OBJETIVIDAD. DEL ANALISIS ECONOMICO DE HERBERT A. SIMON A LA VISION FILOSOFICA. Maria G. Bonome* El problema de los valores en la toma de decisiones econémicas y su pposible objetividad reviste singular dificultad. La complejidad de la actividad econémica y el fendmeno habitual de tomar decisiones en condiciones de incertidumbre hace dificil una articulacién de los valores econémicos presentes y establecer en qué medida son objet: vos. La tazea aqui es aclarar tanto la presencia de esos valores como su posible objetividad. Atal efecto se comienza por el andlisis econ6. ico de H. A. Simon, en cuanto que -a mi entender supera la angostura de la concepcidn neoclasica dominante en Economia. Des pués, para tener una visién de conjunto del problema ~existencia y objetividad de valores en la decisién humana- se considera el plan- teamiento filoséfico. En ese campo mas abarcante se consideraré la contribuciGn de la ‘Teoria de los Valctes de Nicholas Rescher. 1. LA RACIONALIDAD EN LA TOMA DE DECISIONES ECONGMICAS Dentro del dmbito de la Economia, para el estudio critico del andli- sis de los valores y su objetividad en la toma de decisiones, hemos de partit de una Teoria de la Decisién econémica no reduccionista, En ella ha de tener eabida un hecho de experiencia: el eomportamiento del agente no siempre se circunscribea una conducta calculada sobre tuna base probabilistca, sino que se adapta a las diferentes circuns- tancias, que pueden ser de diversa indole y pueden tener caracteris * Universidad de A Cora, u 2 MAKIA.G. BONOME tics dina en cla momento. Herbert Simon he iment fe faise en esa dizeccin, especialmente en Ios sltimos aos de su vi ‘Asi adem de insist en su eafoque de una racionalidad adapt xi ha llegado a admitir la idea de Ia Economia como una Ciencia hist tea? "Ambos aspectos suporen un avance respecto de los plantea- mientos més frecuentes en Economia. i. Plantear esta adaptabilidac al entorno ¢, dacluad. Ishigont p en ta toma de decisionessupone buscar una caacerizacién del boro ceonomicus distante de la ofeida tradcionalmente po la tendencia dominante en Economia. En este sentido habria que criticar la Teo- tia Econémica de orientacién neoclisica, al menos en cuanto que Considera al hombre como absolutamente racional en sus decisiones ¥ que actiia guiado por el principio de optiméaaci6n 0 maximrizacién tela wlidd subjetion espera, Es deci, abria que cesionar gue agente econdmico siempre obra de manera que busca obtener ‘mejor resultado posible entre todas las alternativas eigen pues esto supone que es capaz de tener conocimiento de toc : al peed de posibilidades y que: scene lo pina, aspectos que chocan cot ia informacién empirica disponible : sa etorracn, no ex ealisa a desripeibn del agent@econGmicasomo un consante masimiaadot de si wtidd: le informacén emptice disponible no avala habitualnente ese planteamiento e6rico™ Frente Sie Son, HL A. Reason Haman ARs, Safad Unive re, Sem ford, CA, 158. Ge smn, HA, 1998), pp 24120. Mate a pnt devs deal sign dierent de I optic. Con Economics as « Historieal Sciences, Theor, v.13, 8. 32, Ni Rahs tne wos peo Sy Be feb en nee oie pre cane tna deo eee wees Meno como ago cutee en el sno maximizes de eace se Tend gu a omic 0 hs on bc cue Caan Cie RESIN, ASpvtem of Pragmatic dealin, vl. The Vly SPither Bineaton User Bes, Paincton 193,044 Chr, TVERSKY, A. y KAHNEMAN, D., «The Framing of Decision and the Re eater (1981), p49. Lon ds Premios Nobel de tS nr een a a rc pine sac nents sobre tee de deckione, Son ideas ba Yeron Sint han ofrecido importante infor ‘tiizado para cuesiona el enfo in sida tiles para HL A. Simon. 108 VALORES EN LA TOMA DE DECISIONES ¥ SU OMfETTVIDAD B «esas coordenadkas, que son asumichs en la Teoria Econémica domi nnante hasta el momento, se ha alzado Herbert A. Simon. Su objetivo ha sido indagar cémo los hombres se comportan de hecho en su vida cotidiana: busca cémo es la conducta del agente en el seno de la rea- lidad social donde de continuo ha de realizar elecciones. A diferen- cia de otros autores, acude a la Psicologia para las claves de la racio- nalidad humana en le toma de decisiones en condiciones de incertidumbre. Busca as aquello que le permita ver, desde otro Angulo distinto al puro economicismo?, cémo el agente econémico Teva a cabo sus céleulos a la hora de elegir. Una y otra vez insiste en que la experiencia, en general, y la correcta observacién empirica, en particular, han mostrado que Ja coptimizacién, entendida en términos de maximizacién de la uilidad subjetiva espetada, no existe. Para Simon, es a tenor de los niveles de aspiracién del agente como cada uno se marca sus metas. A. ste res- ppecto, se lleva a cabo un célculo més 0 menos aproximado de las posibilidades de cada cual y el agente se conforma con satisfaer esas necesidades en lugar de maximizar la utilided®. Asi, «cl critetio de ) satisfeccién propotcionara una regla de parada final para tetminat |, nuestra bisqueda. Tan pronto como se encuentra una alternativa satisfactoria, ésta puede ser aceptadas? > Simon ha conseguido acercarse «si al proceso real de decisién, Refleja que el agente econémico no es un serilimitado desde el punto de vista racional, como se he dado 2 entender habitwalmente. Mas ain, el tipo de racionalidad que en realidad poseemos ¢s liitada (ounded). Asi, en uno de sus iltimos escritos, ha reiterado que Ia_ ~racionalidad humana es limitada desde diversos puntos de vista: po ol objetivo que nos trazamos; por las condiciones del mundo en el que nos _desenvolvemos; por el conocinefenfo que poscemos de ese 1 pts Renat Seiten (Nobel en 1994), que destaa por buscar bate empicics en Eco- omia Experimental para mostrar quo la racionalded es limita (Bounded. > Fl término eeconamicismos se emples aqui para expresar que todo el proceso ‘5 puramente econémico, al margen de cualquer otro factor © Cit Sion, H, A., «Decision making: Rtional, Nonration, and Trstional, tuetional Adminstration Quarry, v.29 (1883), p. 396 (ON, H. A., Satsicing>, en GREENWALD, D. (ed), The McGrew Hil Ency lopedia of Ezonomics (2 ed), McGraw Hil Inc, Nueva York, 193, . 882. “4 aR. G nosome mundo; por nuestra babilided para tener presente lo que sabemos en el momento en que se hace preciso recordarlo; por nuestra eqpacidad © incapacidad para establecer un céleulo de les. posibilidades de actuacién y de las consecuencias que de cada una de elas se deriven. | Pero también limitada por el grado de dominio de la incertidumbre, incluida aguella que ve derive del comportamiento de los dems. Mis ain, incluso estamos limitados por no lograr muchas veces ef equli- brio entre los miltples deseos que pueden entrar en competencia’ Se critica asi un tipo de decision racional en Economia, aquella donde el agente actia mediante una racionalidad sustantiva (donde el énfasis estd en el resultado de la eleccisn y-que asume los fines como dados). La sustituye por una racionalidad de medios que pone el acento en el proceso misino de decisién, de modo que busca tener cen cuenta todas los Factores que intervienen en la toma de decisiones y que pueden influir decisivamente en el resultado®. Con ello, Simon aporta ia novedad de analizr el proceso en si mismo como racional- ded limitada, cosa que no se habia hecho antes, dando priorided a la comprensién de sus mecanismos. Asi, se centra en tres aspectos del proceso: 1} Ja manera en que se establecen prioridades en los probie- ‘mas, esto es, cémo se decide prestar mayor atencién a unas cuestio nes en lugar de otras; 2) la importancia de saber formular adecuada- mente los problemas; y 3) la capacidad de generar las alternations a tenor de la informacién disponible y de la habilidad para el céleulo del agente econémico”. ‘Asi pues, con la aportacién de Simon hay un mejor conocimiento de la forma en la que se comporta el agente econdmico, porque nos presenta més factores que intervienen en la toma de decisiones € indica pasos que se siguen pera realizar elecciones de mayor nivel de * Gf Sion, H. A «Rocio limiadl en Gicneias Soil: Hoy y maa, en GONzALE2, WJ (ed, Recioalind, bictorciad y prediccin en Herbert A. Simon, Netblo, A Corus, 2005, ° Cie, SIMON, H. A., «Ftom Sustntive to Proceisal Racionality, en Lars. {ea}, Method and Appraisal in cononcs, Cambridge University Press, Cambridge, 1976, pp. 129-148. Cle SiMow, HL. A., «Problem Formulation and Alteruaive Generation in the Decision Making Process, en CHIEAN, A. ef al (eds), Progress in Decision, Uslity ced Risk Theory, Kluwer, Boston, MA, 1591, p. 78, \: {satisfaccién, Sin embargo, no nos dice nada de los valores que expli- 1. can el porgué de dicho procedimiento. Es mas, considera que los 2 fines mismos, en cuanto tales, no estén sujetos a una evaluacién racio nal!!, Pero, a mi modo de ve, para comprender cémo es el proceso real mediante el cual nos proponemos tomar decisiones, de modo «que éstas sean lo mis acertadas posible, hace fata analizar qué valo res determinan que nos inclinemos ‘Por una meta en lugar de otra. Aplicando el propio esquema ce Simon, se aprecia que hay, de hecho, una jeranquia de valores al tomar decisiones: 1) Se ve desde el momento en que se da prioridad ala atencién hacia unos problemas determinados en detrimento de otros. A este respecto, no siempre se atiende s6lo a razones para establecer esas priotidades, pues también Jos motivos, con su carga de subjetivided, pueden verse implicados en tal proceso! 2) Se aprecian esos valores en el momento de generar Jas alternativas, pues puede see impensable optar por seguir ciertas estrategias (por ejemplo, aquellas que vayan en contra de ciertos valo- tes asumidos), por muy rentables que pudieran parecer sus resulta. dos. Ahora bien, ademas de esos aspectos, esta Ia finalidad en si de las ses Sue requiee su valoncin, Por muy claro que sea el punto de atenci6n y muy ordenados an los pasos a dar, tal vez Ja meta buscada resinous era teal x& Para Simon, el comportamiento cconémico es «racionab> -yloson tambign las decisiones que lo guian- si se consigue que la conducts prescrita se adapte bien a los fines, cualesquicca que éstos sean. La racionalidad, para él, «es el conjuntc de habilidades o aptitudes que "usamos para ver si podemos conseguir de un sito a otro ~el encan- trar cursos de accién que nos conduzcan a la realizacién de nuestros fines. Una accién es racional en la medida en que se adapta bien a pi sees ures rn rs fac tents de cme 16 ania 6. BoNloM isiones son racionales desde ef momento en que aa ‘Gn accion». Como consecuencia de esto, cabria entender que irracional significaia que aquello no se adapta bien a {os fines, Lo cual no parece correcto. Y, cuando habla de ser «excesi- ‘yamente racional>, se refiere también aun desacuerddo con esos fines «En mi opinién, en toda toma d decisiones puede haber valores, al ‘menos en tres planos: j) en cuanto a los fines u objetivos buscadus; ii) en lo concetniente a los proceios desatrollados; y ii) en lo perte- neciente a los resultados. Parece como si los economistas clésicos y neoclésicos contemplaran s6lo o predominantemente lo tercero “los valores econémicos de los resultados (los balances financieros, por cjemplo)-, mientras que Simon se detiene casi exclusivamente en los salores dé lo segundo (los valores econémicos del proceso de selec ion de alteenativas para dar con los medios satisfactorios). Pero tanto aquellos como éste descuidan los valores de los fines u objeti- vos mismos buscados, pues parece que los consideran como ya dados. ‘Por tanto, una adecuada Teoria de Valores que verse sobre la Teo- ria de la Decisién racional en Economia no puede circunscribirse Sélo a los Factores de medios y resultados, sino que ha de contemplat tambin los valores de los fines w objetivos buscads, lo que supone sopesatlos racionalmente, Esto jestificard que después haya que acu- dir a la Filosofia -cn concreto aN. Rescher-, que si contempla esta ‘limensiGn la racionalidad evalvativa- con claridad. Este enfoque permitiré subsanar una seria deficiencia de los planteamientos més mia, que tienden a considerar s6lo una parte de conocidos en Ec la realidad econémica. 2, INBCESIDAD DE UNA RACIONALIDAD EVALLATIVA i 6 ‘como de Desde puntos de vista diferentes a Simon, tanto filoséficos como Economia, se pone de relieve lanecesidad de una racionalidad eva- Juativa o de fines. Incluso se ve que los valores que intervienen en la toma de decisiones no son exclusivamente econdémicos, como han © SIMON, HA. «Decision making: Rational, Nonrational and Irrational, p. 395 1105 VALORES EN LA TOMA DE DECISIONES ¥ SU OMjE21VIDAD "7 puesto de relieve D. Hausman y M. $, McPherson, Estos autores | sefialan que «racional» se utiliza normalmente como sinénimo de «prudente», y recuerdan que Ja prudencia no es sino una virtud ‘moral, Luego, la razén en la toma de decisiones no es algo mera: ‘mente instrumental, sino algo que esté en el centro mismo del porque de esa eleccién, Entendiendo asi este concepto de racionalidad, ‘vemos que tiene una trascendencia mucho mayor de lo que parece pensar Simon en su alternativa a la tendencia econémica dominante. En relacién con la toma de decisiores, como ha sefialado W. J. Gonzélez, cabe hablar de tres dimensiones de la. racionalidad humans, en general, y econémica, en particular: 1) la racionalidad epistémica 0 cognitiva, que se refiere al conocimiento 0 creencias que cabe aceptar daclas las pruebas empiricas disponibles; 2) la racionali- ded préctica, que ditige Ia manera en la cue ha de procederse en fun- cién de los medios disponibles; y 3} la recionalidad evaluativa, aque- Is que debe de aportar la valoracién de Jos fines 0 metas que se persiguen» De estas tres dimensiones de la racionslidad, Simon s6lo acepta de {facto las dos ptimeras cuando desacrolla su concepcién de «Econo- ‘mia fandada empiricamente». En cambio, otros partidarios de la racionalidad limitada, como es el caso de R. Selten, ven la necesidad de Ia introduccién de la racionalidad evaluativa cn la Teoria. Este autor lo propone a través de sus investigaciones en Economia Expe- rimental, que desarrolla con el apoyo de la Teoria de Juegos. A su jui- cio, queda claro que existe un razonamiento sobre los fines en si mis- mos considerados, un factor que no ha sido contemplado con clatidad hasta el momento", Si bien Selten comparte con Simon su dea de la racionalidad li: tada, en cuanto caracteristica del agente econémico, da un paso mas y llega a distinguir nitidamente dos.tipos de limites: los cognitivos y 4 Ci, Hausuan, D. M. y McPHEISON, S,, Economic Analynis ond Moral Pile sophy, Cambridge University Press, Cambridge, 19%, © Cie GonzAuez, WJ, «Anilsis de a racionslidad y planteamiento de la pre siccién en Economia Experimental, en GONZALES, W. J, MARQUES, Gy AVILA, A, (eds), Enlogusflosfin metodalégizor en Economia, 1, Madi, 2002, p. 132. '* Cle SeLTEN, Ry Ocksre., A, «An Experinental Solidaity Games, journal of Economic Bebavior and Orgemzation, x. 34, 0.4 (1998), pp. 517-339. 18 ARIA G. HonOME Jos motivecionales. Mientres que en Simon los limites 2 la racionali- ‘dad son claramente de tipo cognitivo (entendidos sobre todo como ccapacidad de computaciéa), en Selten se ofrece una vision més ampli: alos limites cognitivos afade otros de tipo motivacional, que tienen un papel fandamenval en la toma de decisiones. Selten.consi- ddera ~como sefiala Gonzalez que «la motivaciénes el proceso men- tal que acttia como fuerza directtiz de la conducta econémi humane»; puede incluso actuar en direccién opuesta a le propia razén, ya que «una persona puede saber muy bien qué accién es mejor para él y, sin embargo, verse incapaz de llevatla a cabo». ‘As{ pues, la motioacién tiene un papel importante en la toma di decisions, como se puede apreciar através de la Economia Experi- ental de Selten (en casos como el juego de la solidaridad). Pero puede llegar a ser dificil de conocer y hacer realmente complejo cl ‘momento de la difucidaciéa en la toma de decisiones. Normalmente, ala motivacidn se la cons.dera como algo exisinseco a la voluntad humana, de modo que se eatiende como aquel tipo de factor externo ala volicidn humana ~algo que desde fuera nos mueve a actuar-, de manera que puede hacemos variar el comportamiento en un momento dado. ‘Pero, pata Selten, la motivacién est relacionada con el proceso de decisién: es algo que inhiere en el propio espacio de la decision. Asi, cl proceso esta expuesto 1 la posibilidad de continuos cambios, « tenor de las circunstancias particulares de cada situacién y momento, ppuesto que ese proceso esi asimismo formado tanto pot los descos hhumanos como por los delectos inherentes al ser humano. Este tipo de limitaciones motivacionales hay que considerarlas en combinacion ‘con las restricciones de tive cognitive cuando se busca configurar tuna Teoria de la Decisién més realista!®, puesto que los limites racio- rales en los agentes econémicos uo son exclusivamente cognitives. No cabe, entonces, mantener que el agente econémico toma deci siones tratando de alcanzat el maximo de lx utlidad subjetiva espe shez, WJ sfadliss de ractonlida y planeamienta dea predicei6a en Beononia Experimental, pp. 136-197 : 1 Cle «Analisis de la racionalidad y planteamiento dela predicién en Economia Expesimentals, pp. 157-158. 105 VALORES EN LA TOMA DE DECISIONES ¥ SU OWJETIVIDAD 19 sada de bienestar, beneficio o riquesa, en funcién de un eéleulo mate- satico de utilidad, como si se tratse de algo plenamente previsible {esto es, al modo de un programa de ordenador). Ni tampoco es la racionalidad un simple instrument que marca las pautas de com- portamiento a tenor de una heurstica obtenida a pattir de unos [pocos casos. Sien algo estan de acuardo Simon y Selten, einsisten en ello, es en la necesidad que tiene Ia Teoria Econémica de pruebas empiricas sobre los diversos factores de conducta econémica que no son ficilmente cuantificables. En tel caso, tanto la Teoria microcco- ‘némica como la macroeconémica éeberian basarse en datos obteni dos de la vida real, donde la activided econdmicainteractia con otras actividades humans y, ademés, se cesarrolla en un entorno histérico cambiante”. 3. EL PAPEL DE LOS VALORES EN TEORIA ECONOMICA Dentro de Ia Teoria de Ia utilidad de la concepcién dominante no se dice, en rigor, nada accrea de lo que los individuos prefieren, pues queda reducido a algo realmente ontolégico: la como sindaimo de «racionaless). Visto ast parece que se-trata-de-una.Teoria Zcondmica.que-¢s.normativa, ya ‘que dice lo que se deberta de hacer, pero que tara vez describe lo que realmente ocurre al tomar decisiones ‘Ahora bien, la rigider de ese erfoque hace ver la necesidad de tener en cuenta otros factores, como son los deseos y las preferencias, para intentar conseguir una adecuada Teoria Econdmica que tenga tuna dimension desctiptiva, Fsta dimensién puede redundar, asu ve7, en el perfeccionamiento de una Teoria mieroecondmica que incre mente el nivel de acierto en las predieciones. De poco sirve sabet lo Ur dessrollo dela dstnein enteevastividad econémiea» y «Economia como actividad» se encuentra en GONZALEZ, W. }. «2conomic Prediction and Human ‘tivity, An Analysis of Prediction in Econciics from Action Theory», Epstemolo- «4/3, 1094), pp. 253-294, 20 MARIAG, BONOME ‘que una persona debe hacer (0 podria hacer en condi Fino conocemos qué valores le mueven de facto a seguir unas pautas de actuacién en lugar de otras, sobre todo en situaciones complejas y cen condiciones de incertidumbre. Segiin D. M. Hausman y M.S, McPherson, «la racionalidad, en sh es una nocién normativa que esté relacionada con cémo deberia ele- fin preferiro razonat la gente. La Teoria de la Racionalidad indica {gue las preferencias de la gente son racionales si son completas y tansitivas, y que la gente elige de forma racional si sus elecciones tatan determinadas por sus referencias». En tal caso, cuando se Stan las razones por las cuales amos hecho algo, esté claro que hay tun papel de los valores para medelar las preferencias. on el caso de la Economia, como una Ciencia mis que es, sta pa ticipa de los valores que toda Ciencia posee, en cuanto que es una letividad social realizada pot hombres y, como tal, esta imbuida de ideales humanos. Asi, podemas afirmar que-existen.l menos cuatro tipos de valores; los valores cognitivas y los econsmicos, desde una perspectiva inteina; y los valoses sociales y los opetativog. desde la Jertiente externa, Los valores cognitivos atienden preferentemente a Joe objetives, mientras que les econémicos sc relacionan de una manera clara con los medios empleados para lograr os objetivos bus- ‘ados, Por otra parte, en toda Ciencia ~y, por tanto en la Economfa~ también hay valores sociales, puesto que es una actividad en un limbito general y esté vinculada a otras que realize cl individno, Ast mnisno, estan los llamados «valores operatives», que estin selaciona- ‘dos con las consecuencias que resulten de Ia aplicacién dela Ciencia?! "Tenemos, pues, que Ja Ciencia, en cuanto actividad humana, esti ‘ccargada de valores» (value laaen). La Economia como Ciencia posee Sntonces una serie de valores, que afectan a diversos aspectos de su Gquchacer y que estudia la Axiologa de lainvestigacion. Y Ia Econom 1» Hasan, D, M. y McPuERSCN, M, S., Economic Analysis and Moral Philo soph, p38. 2 I dimensin axoldgin de Is Ciencin, ula sc untn en GONZALEZ, W. J, De a Ciencia dela Economia ala Economia de Heese Marco comepenl cle in rflexion merodoliyica y axiokigiem, en AVILA, A Gonzhusz, W.}. y Manquts, G. eds), Ciencia Beondnia 7 Ezononi de la Cien- ‘aa, Fondo de Cultura Eeon6mice, Nacid, 2001, pp. 1-37 cn general y dela Boonomia, en part 10S VALORES EN LA-TOMA DE DECISONES YSU OWETIVIDAD au indaga la toma de decisiones de los agentes econémicos, especial ; , 5 r tn sitacons de inceridumbe, doe ervienen dios pes de valores en nos casos fea aos objeivos busca, en toe ten a los medios escogidos y, Finalmente, otros incumben a los resultados obtenidos. La decisién misma remite a un fin o meta elegido a tenor de |, tunes valores (rentabilidad..) y a unos medios adecuados en funcién | » también de ciertos valores (eficacia eficiencia..). a Normalmente, en toda toma de decisiones, de aquellas cuestiones valorativas que hay implicitas unas tiecen més peso que otras, Ade més, de varias razones que puedan explicar una accién, tal vez silo tuna sca la causa responsable de ella. Asi, uno puede tener diversas razones para actuat de una determinsda manera, pero, para que alguna de ess razones sea causa ha de estar en el orgen mismo de la accién. Porque la causa funciona como condicionante directo dela misma, A este respecto, los deseos y creencias pueden funcionar como razones explicativasen-el caso de que sean determinants 0 pot lo menos, induzcan a realizar una cleccién® (una causalidad de indole humana y social que no tiene los nismos rasgos que en Fisice) Y esa eleccién puede ser considerada mejor 0 menos mala que otras. «Motives»: y-arazones», pueden, entences, intervenir de manera directa en las decisiones econémicas reales o bien pueden hacerlo de forma indirect, Por consiguiente, una Teoria Econémica de la eleccién real -no ideal sustantivo- debe de tener en cuenta una Teoria de la Racionali- dad que valore o evalie no sélo el proceso, sino ademas el fin u obje tivo que perseguimos. A este respecto, no hay que olvidar la exsten- cia del altruismo en Economia 0, incluso, de la cooperacién activa | como fin o meta de la actividad econémicx. ¥ esto requiere revisar Selle ere orp ea Econoniic Journal, v. 18, . 1 (1992), pp- 156-161 scoaieaibimaatinaniid 2 aRlA 6, 3ONOME Jos esquemas dominantes en Teorfa de Ia Decisién, para superar el predominio de la maximizaci6s ‘Dentro de este ambit Ia decisin—es donde hay que comenzar a tener en cuenta el papel que los valores tienen respecto de los fines ~entte ellos, los éticos-, puesto que intervienen para modelar las pro- pias elecciones econémicas. Hoy se acepta sin dificultad el nexo entre valores éticos y Ciencia, :anto en el campo general como en las cien- cias concretus, de modo que se asume que los compromisos éticos tienen influencia en Ia Ciencia Aplicada e, incluso, en a Ciencia Bisica*®. Son valores que influyen en Jos fines y medios de la acti dad cientifica que se realiza. Y esta influencia puede darse en dos direcciones: la endégéna y la exégena. La primera comportaria el papel de los valores éticas en la propia actividad cientifica (por ejem- plo, honradez, fiabilidad...). Esto lleva a plantearse los fines 0 los rmedios a tenor de reglas morales de comportamiento. La segunda vertiente -la exégena~ estaria relacionada con el entorno que rodea «la investigacién (por ejemplo, los limites éticos por la incidencia en la persona humana y la sociedad), supondria tener en cuenta la in dencia que los resultados puedan tener en la sociedad. ‘Ahora bien, como iasisten Hausman y McPherson, la influencia de los valores éticos es aiin mayor en Economfa que en otras disciplinas cientificas. Consideran, en efecto, que la Teoria estandar de la Racio- nalidad, junto con las surosiciones acerca de los objetivos de los con- sumidores y de las emptesas, asume compromisos valorativos a un nivel profundo®, Asi, las valoraciones éticas pueden ejercer de atbi- ‘ro 0 juez sancionador cuando los fines econdmicos perseguidos oca- sionen efecios negativos ‘Sin embargo, parece estar comiinmente asumnido por pattidarios dela Economia del rzain streams que las presiones competitivas sue- Jen excluir las consideraciones morales. Hay que tener en cuenta que no todas las normas morsles cuya aplicacién seria deseable, implican consccuencias de rentabilidad econémica a corto plazo. Esto se » Chr, GonzAte7, WJ. «Genciay valores étcos: De la pesibildad de a Fica de la Ciencia a problema de la vdoracion etica de ia Ciencia Bisicav, Arbor, . 162, 0 (638 (1999), pp. 69-171, 2 Chr, Erowomie Analyis and Morel Philosophy, pp. 45-50. LO VALORES EN LA TOMA DEDECISIONES YSU ORJETIVIDAD 2B puede observar, por ejemplo, cuando vemos que el egoismo (0 self interest) es, de hecho, considerade algunas veces como un valor posi- tivo en el ejercicio de los negocios, ya que reporta un mayor ben ‘io econsmico, al menos a corte plazo. Por el contratio, dedicar parte de ese beneficio obtenido a un fin altuista podria acarrear resultados positivos part une empresa a Inigo plazo, entre otros aumentando su reputacién y confianza. Ante la cuestién de cémo caracterizar el plano ético en Ia toma de decisiones econémicas, babria que contemplar lo que sefalan Haus- man y McPherson. Consideran que «las normas morales son una sub- clase de notmas sociales que, como apunta J, Elster”, asumimos como reglas presctiptivas que comparten un grupo de personas y que se sustentan, en parte, en la aprobacién o Ia desaprobacién de los otrosf..1. Especificamente, las normas morales estén marcadas por tuna cuesti6n de tipo subjetivo: la interaccién personal, donde estan cn juego tanto beneficios significativos como dais y, en este segundo aspecto, la transgresién de dichas normas suele ir acompa- sada de sanciones, tanto internas tla culpa) como externas (Ia repro- baci6n)»® ‘Asi:pucs;la-validex-de las:pautas éticas respecta de la toma de decisiones econémicas reside en lainfluencia.que puedan tener sobre Jas.acciones.e-los agentes econémicos. A este respecto, se apunta sgue;-primeroy-Kenneth Arrow (1974) y, después, Melvin Reder (1979), han mostrado cémo las virtudes de whonradez» y «confianza> pueden promover la eficiencia ecoxémica en circunstancias de incer- tidumbre®, En tal caso, los valores éticos no son una rémora para las decisiones econémicas. “En definitiva, parece claro que hay valores en la toma de decisio- nes econdmieas, que conectan con valores presentes en la Economia como en todo. Unos son cognitives (verdad, coherencia simplicilad, coordinacién, priotidad...}; otros valores son metodolégicos (pro 2 Cir Bustin, T, «Social Norms and Economic Theotye, Journal of Economic Perspectives 3 (1989), pL. 7 Hausoan, D. M. y McPHEnson, S, Eamomic Analysis und Moral Pilsoply, pp. 5354 "> Cl. Economic Analysis ad Moral Philosophy, p. 54 524 Mania 6. BONOME ‘eso, desarrollo.) los hay expresamente econ6micos (rentabilidad, cficaca, eficienca..j; y también existen los valores éticos (honrade7, confianza, fiabilidad, etc.). Por tanto, decidir no es un proceso axio ‘égicamente neutro, sino todo lo contrario™. En tal caso, no hay deci- siones exclusive y puramente econémicas, esto ¢5, que sean del todo 1. ajenas a valores de otra indole. Desde mi perspectiva los valores han “> de ser contemplados por la Teoria Econémica, pero no sélo en el pro- eso mismo de decisién, sino también en los fines u abjetivos y en los resultados. 4, LA OBETIVIDAD DE L0S VALORES: APORTACION DE LA VISION FILOSOPICA DE NICHOLAS RESCHER Desde un punto de vista filos6Eco, hay diversos elementos que com- pletan la visin de la Axiologfa de la Economia y se puede apreciar el papel de los valores en cuanto ¢ los fines. Asf, «es tan itracional per- mmitir que los esfuerzos de unc en bisqueda de objetivos elegidos incurran en costes que rebasen su verdadero valor, como también lo dejar que las creencias propias estén al margen de los hechos» Esta es una consideracién que aace N. Rescher para hacerse eco de tuna realidad que hemos estado viendo hasta ahora: los agentes, cuando llevan a cabo sus acciones, suelen acompaiiatlas con valores, qe atsiien a las preferencias y # los deseos. Pero se hace necesatio indagar én la parte objetiva de exos valores y Sus caracteristicas, rea lizar esto a través de una-evaluscién racional, de modo que permita que las distintas elecciones que tomemos 16s seres humanos estén en. tun clima lo més armonioso posible. El papel de la evaluacién racional es informarnos de cuales son las preferencias que destruyen o perjudican nuestra naturaleza o dis © Un anasis detallado de los dsintos ipos de valores que intervenen en Ia Cio ily eon enn en CoM Debs Clan de roma la Peonomia deta Cacia: Maco concep dea reflexion metodoloxicey 92295 Hay na sellin dele lores econo cn siden a " de la Tee ‘epi en are heed nt talgian, Aries de her Ten, v2 W993), op. 0938. Pest, Ne, Renny bre ene Ee cnt tecage.A 108 VALORES BN LA TOMA DE DECISIONS ¥ SU ORjETIvIDAD. DB nnuyen nuestras oportunidades!?. Cuardo nos expresamos acerca de algo como que «es de valor», no nos referimos simplemente a algo que deseamos, sino a algo cuya bitsquada es racionalmente acertada, Reconocer el valor-genérico de algo y reconocer que también otros estin justficados para perseguirlo es el camino para encontrar esa objetividad= Es sabido que la percepcién de una misma realidad no es igual para todo el que la contempla, Se supone quela informacién que posee cada uno, ast como Ia experiencia y su situacién dentro de un entomo, cali fican esa realidad de un modo distinto a como lo hacen Jos dems. Sin embargo, Rescher cree que es posible lcanzar una objetividad en los valores. Para ello se apoya en los aspectos universales presentes en las nnecesidades humanas, Considera que es listo, y entra dentro de nuestras necesidades, el tener cumplidos algunos de nuestros deseos; pero piensa que quien determina nuestros genuinos intereses no son los deseos como tales, sino la propia necesidad de les agentes humans”. Para articular su planteamiento, Rescier parte de lo que denomina lecciones filoséficams, entendidas como consideraciones que sirven de premisas para su argumentacién, Enumera cuatro como relevan- tes: 1) La conclusi6n que podamos obtener de cualquier informacién es imperfecta, y siempre es mejorable en algunos aspectos; 2). No cabe esperar la perfeccién del conocimiento que podaios conseguir del mundo, ahora o en el futuro; 3) Se ha de reconocer que la real dad, en cuanto tal, excede el alcance de nuestros esfuerzos impertec- tos y que, por tanto, no podemos identiicar la realidad, en si misma consicierada, con la realidad como nosotros la pensamos; 4) Hay que asumir el pragmatismo, que supone una adaptabilidad a nuestro entomo cognitive, A su juicio, estamos cbligados a aceptar que es imperfecta Ia visién que tenemos de lo teal, de modo que hemos de evaluar Ja adecuacién tcorética de nuesteas ceorfas’ cientificas de manera comparativa y en téeminos de au capucidad para producit Exitos en el dominio de Ia prediccién y control sobre la Naturalezi¥ % Cie. Rescuen, N., Objectivity, Unive Indians, 1997, p. 173. » Chr Rescuer, N., Rexdn 9 ulorer nla Be denifice-lcnoligcs, . 9 % Cis Raaén y alors en le Era clenifcotenalbpca, pp. 31-58. ¥y of Notre Dume Press, Noire Dame, 26 Manta ¢, oNOME Asumido entonces que cada cual tiene -y tendré— un conoci siento particular del mundo, habré que apelar a la condicién racional de los agentes para reconocer el valor genérico de las casas; y, puesto que el hecho de desear algo no hace que se convierta automstica- mente en deseable, de igual manera valorar una cosa no la convierte de suyo en valiosa. Esto quiere decir que los fines buscados en con- ‘reto en un proceso de decisién no se transforman en vilidos por el hecho de ser aceptados”. La racionalidad evaluativa tiene entonces Ja importante mision de realizar un juicio objetivo para establecer quello que deberia de ser preferible como fin o meta. La raz6n opera ‘aqui como un factor eritico que elimina prejuicios 0 predisposiciones en contextos valorativas, porque nos indica aquello que es mis apro- piado y més inteligente® El deseo o la preferencia hacia un determinado tipo de cosa puede deberse simplemente a una cuestion de gusto. Cuando es asi, no centramos dentro del émbito de la'faz5n, puesto que el gusto repre- senta una preferencia no razonada, meramente subjetiva, y no cabe proponerse objetivizatles para que todos tengamos el mismo pusto™. Pero los valores entran centro de otra consideracién, porque las afi maciones valorativas har. de estar apoyadas en razones, y han de refe- rirse no alo que preferimos, sino a lo que deberfamos de estimar pre- Jerible. La valoracin ha de llevar implicito el cardcter normativo de la razén para lograr su objetividad. Pero racionalidad y objetividad no han de dejar de lado los valores particulares, pues se trata de que ellos se adecuen a los requisitos de la razén, Segin Resches, «un enunciado es objetivo (u objetivamente vilido) si su validez puede ser establecida como un asunto de hecho impersonal, de modo que podamos decir que es como es y no mera mente como nos parece que es a nosotros © a un grupo. La abjetivi- dad no es una evestién de desconexién de valores: es un asunto de adecuacion valorativa. Fide proceder de tal modo que los valores > Che Rescisen, N., Raxéiny valores en le Ere eiemific-tecnalégce, pp. 84-85 2 Che Rescuten, NA Sytem of Pragmatic ene: vo. The Validity of Vales, pa. 5 Aungue parece que la actual tendencia globalizadors inclaye también Jos gus ‘0s, Si canalizaes los gustos el actor econdmico, de manera que sepamos lo que va 2 decid, entances hacer predizciones seri mucho mis sencill. 105 VALOMES EN LA TOMA DE DECISIONES ¥ SU OBIETIVIDAD 2 apropiados al contexto del que tate se tengan en cuenta de manera racionaliente adecuaday Por tanto, se asume la objtividad enten- dida como justificacién imper subjetivo. Pero, de aué valores se trata? Rescher los divide en dos grupos: 1) los valores genéricos, que son aquellos que se emplean en la inds- ‘gaci6n racional; y 2) valores de auto-promocién, que son los que influ yen en los individuos 0 grupos. Dentro de los valores genéticos, estén, incluidos aquellos con una vertiente cognitive: verdad, precisién, cui dado debido, verificabilidad y economia racional; y'los valores de ‘auto-promocién tienen una facets social, como son la influencia, el poder, el prestigio y el enriquecimiento personal. La objetividad / buscada —ligada a la racionalidad cognitiva- estaria relacionada con los valores del primer tipo, mientras que los segundos -con una? ddimensién prictica~ estarfan en el Ambito de una racionalidad moral ya éstos cabria aplicatles el‘criterio de prudencia. ) 9.0 G-' Lo que convierte a la evaluacién en algo racional es que los valo- res son objetivos porque estén sujetos a los estandares de adecuado- inadecuado 0 correcto-incorrecto Ya partir de esos estindares es como se puede superar el ambitc de lo personal para pasar a una generalidad més impersonal. «Lo que separa a las valoraciones de las ‘metas preferencias es que las pritveras incluyen estindares. Cuando valoramos, utilizamos criterios en virrud de los cuales las ideas som clasificadas como buenas 0 malas, supetiores o infetiores, justas 0 injustas, ete. Valoraciones que, en cuanto tales, se apoyarin en la razén, articulada en términos de rormas relevantes que estén cons tuidas sobre la base de nuestras necesidadeso" Cabe que alguien suscite una objecién acerca de la justificacién de lacacionalidad evaluativayy que se plantee en términos de la dificul: tad de establecer los criterios que han de configurasla, Bata critica puede seguir dos pasos: a) para que haya una racionalidad evaluativa, se ha de determinar primero un fin iltimo racional, lo que se consi- deraré problemético; y b) que Ia eleccién de fines en el contexto 2» RescuER, NL, Rez y oulres on lo Eta cientfico teenie, p75. » Ci. Rescust, N., Objectivity, pp. 1-175 + Rescue, N., Razin yowloes en la Ea ciemtfie-teenoicic,p. 92 28 Maxi, G, BONOME ‘humano, en el fondo, da prioridad ala libertad sobre la racionalidad ‘Ante esas posiciones se puede advertir, por un lado, que es obvia la importancia de poder fener libertad para hacer elecciones, tanto a nivel personal como colectivo, en todo aquellorelacionado con nues- tra vida cotidiana y con la proyeccién de futuro; , por otro lado, que hace falta contar con unos patrones de conducta que, a través de una cevaluaci6n racional, nos ayuder, a discernir que ciertos tines pueden ser inaleanzables, incompatible: entte si o que tendrian consecuen- cias no descadas. Esa racionaidad evaluativa ha de estar basada en -necesidades comunes, lo més objetivas posible, y junto con ellas puede haber otros fines que scan opcionales en cuanto que no se enraicen en necesidades humanas. En tal caso, no es imprescindible partir de ia determinacién de un fin Gitimo racional, pero si que, caso de ser establecido, habria de surg de las necesidades humanas, que son algo compartido y puede saisfacet la aspiraciones‘individuslest!. A partir de estas consideraciones, se ve —desde mi perspectiva— ‘que no sélo cs necesaria una tacionalidad evaluativa en la Teoria Eco- rnémica, sino incluso imprescindible. Asi, en la toma de decisiones ~sea econémica o de otra indole (ocial)- seria cludir la realidad el no tratar la vaidez de los fines unto con la eficaca de los medios Tanto la racionaidad dé medios o instrumental como la facionalidad evaluativa o de fines son dos aspectos que han de funcionar en la toma de decisiones como un todo integral y unificado, La primera ‘ocupindose de la eficacia y Ia efisiencia de la apicacin de los recur. sos, y Iu segunda analizando It adecuaciéa de los fines o metas mediante un juicio valorativo. «Los fines sin el requisito de los medios-son.frustrantes; os. medios sin. fines adecuados son impro- ductivas ¢ imitiles», “ Sibien los economists y ls tebticos de la decsin han estado tra- dicionalmente de acuerdo con In idea del valor como algo homogé- Cle, GonzAuez, WJ, acionalidad y Economia: De la acionalidad de ls Boo ‘nomia como Ciencia a racionaldad de bs agentes econdmicos, en GONZALEZ, WJ (ed), Raconaliad,bstricidad y prediccbn en Herbert A Simon, Neth, A Coru, 2008, ‘2 RescuER, N, Rationality: A PhilnoobialIngiry int the Nature and the Ratio ale of Reeion, Claredon Press, Oxford, 1988, Version eastellana: La racionlidad, ‘Teenas, Madrid, 1953, p. 116 10S VALORES EN LA TOMA DE DecIstoNESY Su OBETIvIDAD. 29 neo, de modo que se refleja en ese fix que ellos han considerado que busca sicmpre el agente econdmico y que no es, ni més ni menos, que | «utilidad>, parece claro que algunos expertos ya han comenzado ver la dificultad que supone reducir todas|os valores a uno solo, como. sigstos fueran comparables y susttuibles®. Hace falta contemplar une variedad de valores (cognitivas y précticos) Para aclarar ef compurta- tmiento real de la actividad de tomar decisiones econémicas, 5. CONSDERACIONES aINALES Para conseguir mejorar la comprensién del comportamiento humano en la toma de decisiones y asf poder realizar predicciones més acer tadas en Economia, han de ser tenidas en cuenta todas las considera. ciones anteriores sobre la racionalidad limitada econmmicay los valo res que le acompafian. Nos indican que el hombre tiene, en general, | lun comportamiento racional, pero que est limitado racionalmente tanto por factores internos (cognitivos y volitivos) como por elemen tos externos (culturales, éticos sociales). Igualmente es importante saber analiza: la presencia de una tacio- ' nnalidad evaluativa, que atafic alos fines econémicos, de modo «que la toma de decisiones considere valores lo més objetivos posible. Esto supone también tener en cuenta que muchos valores humanos no ¢xisten en el mercado propiamente o reduetivamente econdmico, Asi, valores como Ia libertad, la justica, el respeto, la felicidad o el afecto, | guian Ia conducta humana cn sus decisiones cotidianss algunas | ‘veces, tienen un peso incluso mayor que lot valores propiamente eco. némicos (como la rentabilidad, la eficiencia, el benelicio.) Habra que tener en cuenta que la perfeccién no es una meta rea- | lista dela Giencia humana; en todo caso servi como ideal regulativo de una Ciencia como la couémica. Una meta es algo que esperamos: y confiamos aleanzar, y que nos mueve a lichar por alcanzarla. Un ‘deal és algo que motiva; fanciona mas como una sspiracién que como expectativa, Como sefiala Rescher, «el valor-de un ideal, sun © fe Rscaen, NA Sytem of Papmatic Healt ity of Ve anc ESCHER Na A Stem of Prepac The Vly of Valens, $$ $ret 30 ana 6, BONONE cuando no sea alcanzable;no reside en Jos benelicios que acarrea su., consecucién, sino en los que se derivan de su hisqueda..Un ideal » inalcancable puede set enarmemente productivo si, al afanarnos tr él, nos-percatamos en grado’ sustancial de las ventajas que-com~ porta», Deseonocer la ciferencia entre ideal y meta lleva a un reduccionismo simplificador en la toma de decisiones econdmicas, que es una actividad comp eja y no una pura racionalidad sustantiva encaminada siempre a la maximizacin de las expectativas subjetivas esperada [RGRERENCIAS BIBLIOGRAFICAS EELsTDR, J (1989), «Social norms andl economic theory, Journal of Economic Perspectives, 3, pp. 9-117 GanctA ELskan, R. 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