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L A O N T O L O G Ì A C O M O O B R A
M A E S T R A SOFÍSTICA: SOBRE EL NO SER
O SOBRE LA NATURALEZA
Q U E N O ES: C R Í T I C A DE L A KRISIS
La lectura del De M. J. G.
tastrófica, antes de hacer algo así corno su teoría, tal cual se verá
en su tercera parte.
En el núcleo del fragmento, en efecto, encontramos tal vez la
matriz y el paradigma del palimpsesto entre "literatura" y "filoso-
fía", en su conjunción de "poema": me parece que en él podemos
leer hasta qué p u n t o el Ser es el héroe de Parménides, así como
Ulises es el héroe de Homero. Parménides hace suya la continui-
dad de la narración por excelencia que es la Odisea, con sus episo-
dios y su climax, para instituir en la lengua e incluso constituir
como lengua el personaje filosófico definitivamente soberano que
es el Ser. Por eso, cuando las primeras novelas griegas se precipi-
ten en las posibilidades abiertas por el tipo de discursividad tema-
tizada en el Tratado sobre el no ser, no harán sino ejercer en sentido
inverso la captación.
Con frecuencia se ha visto el Poema de Parménides como una
epopeya filosófica: "Odisea espiritual",^ esta búsqueda cognitiva,
a m e n a z a d a por la errancia, de u n ser de excepción divinamente
guiado. La pertinencia del lugar común f u n d a d o sobre la analogía
de ciertos motivos y temas, así como sobre la identidad formal del
hexámetro, resulta más apremiante c u a n d o los paralelismos ter-
minológicos n o competen en forma manifiesta al solo f r a s e a d o
épico.2 A mi criterio, debemos rescatar en especial u n o de esos pa-
ralelismos, que s u p e r p o n e , en efecto, la inmovilidad de Ulises
atado al mástil por sus compañeros en el episodio de las Sirenas, y
la inmovilidad, descrita en el fragmento vm que nos ocupa, de lo
que será la esfera, retenida por una necesidad poderosa en las li-
g a d u r a s del límite: u n o u otra " p e r m a n e c e aquí m i s m o sólida-
mente aferrado al suelo".
^ Véanse los pasajes análogos en Odisea, xn, versos 47-54 y 178 y ss. Aunque
los tres pasajes son m u y similares, sólo en el segundo (el aquí citado) figura,
además de los términos "ligaduras" y "límites", la secuencia È|X7ie5ov aútóGi
(iluvcü característica del fragmento vm.
LA ONTOLOGÌA COMO OBRA MAESTRA SOFÍSTICA 37
lidades y predicados a urr sujeto), pues los dos registros que ellas
determinali se retomarán, como veremos, en el momento de la de-
finición del pseudos; las críticas, en efecto, coinciden con la distin-
ción f u n d a m e n t a l i n v e n t a d a por Platón como m á q u i n a d e gue-
rra contra el "discurso" parmenídeo sofístico, la distinción entre
logos tinos, "discurso d e algo" (mera sustantivación del sofístico
Icgein ti, "decir algo"), y logos peri tinos, "discurso que gira en
torno de", "que se refiere a algo". Así, el p r e s u n t o logos se pro-
pone doblemente " a r m o n i z a r " , " a d a p t a r el ente al no ente" {on
í'pikheirein me ontí prosarmottein, 238 c6 y ss.): por lo tanto, Parmé-
nides es una trampa para sí mismo y el poema de la diosa se con-
f u n d e con el ruidoso hábito de los mortales. En contraste con el
sentido del enunciado, pero de c o n f o r m i d a d con el hecho de la
enunciación, el n o ser es. O, si se prefiere, el célebre parricidio
que, de nuevo, "somete a tormerrto" {basanizein, 241 d, como en
237 b) al logos parmenídeo para obligar al no ente a ser en deter-
minado aspecto (/cntó ti), no hace nunca sino tomar nota de u n ine-
vitable suicidio.
La problemática del Sofista lo confirma, n o hay "ortología"
del no ser: cuando se ha enunciado que "no es", ya se ha probado
siempre, a disgusto, que nada es. Y a través de ello llegamos a la
segunda tesis del tratado, y su vínculo con la imposibilidad del
pseudos: todo lo que es, es según el m o d e l o del no ser, ese n o ser
que comienza a ser por el simple hecho d e enunciarlo. La crítica
de la ontologia reaparece entonces bajo la forma de una tesis dis-
cursiva: el ser parmenídeo no es más que u n efecto del decir, pero
porque no hay otro ser que el producido por ese decir. De resultas,
"ser" cambia de sentido: ya n o se trata del ser triunfante de los
orígenes, sino del ser sub specie non entis, cuando nada es, una vez
d e m o s t r a d o que el ser del ser y el del n o ser son la misma cosa.
Veamos de qué manera Gorgias, a su turno, presenta esta segunda
tesis como una implicación directa del poema.
Dentro de éste, se dice que el ser se dice y que el no ser n o
p u e d e y n o debe decirse: el p o e m a enuncia las reglas de la rela-
ción entre el ser y el decir o, mejor, la regla de que el ser y el decir
48 DE LA ONTOLOGÌA A LA LOGOLOGÍA
E s I N C O M U N I C A B L E : ¿BEHAVIORISMO O L O G O L O G Í A ?
La interpretación behaviorista