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Territorio
físico e interpretación según la
memoria colectiva
(What is a park? Physical territory and interpretation
depending on collective memory)
Müllauer-Seichter, Traude
CSIC. Dpto. de Antropología de España y América.
Duque de Medinaceli, 8. 28014 Madrid
Recep.: 23.05.02
BIBLID [1137-439X (2003), 23; 529-544] Acep.: 19.08.02
En este trabajo, trato de analizar las funciones que cumple el espacio verde, para la ciudad y
cual es su valor dentro de la memoria personal y/o colectiva de la gente que lo frecuenta. Desde un
punto de vista tanto práctico como teórico, la Casa de Campo en Madrid permite observar las nego-
ciaciones del espacio en el orden institucional, así como las interacciones entre individuos y agru-
paciones con intereses comunes hacia determinadas zonas dentro de este “verde social”. En este
sentido posibilita la observación de formas regulares de equilibrio o conflicto, resultado de esta coe-
xistencia temporal y/o espacial en puntos muy concretos de este verde urbano. Ofrece también la
visualización de estructuras de poder, de liderazgo, de jerarquía y de conductas individuales hacía
los conceptos de lo privado y lo público. En concreto, me interesan las formas de ajuste o de con-
flicto que se producen entre diferentes grupos y/o individuos en relación con sus respectivas com-
prensiones del uso y disfrute de un mismo territorio o sector.
Lan honetan, hiriari begira berdeguneak betetzen dituen funtzioak aztertzen saiatzen naiz, bai
eta zein den horren balioa ere bertara joan ohi diren pertsonen oroimen pertsonalean eta/edo kolek-
tiboan. Hala praktikaren nola teoriaren ikuspegitik, Madrilgo Casa de Campo delakoak bide ematen
digu behaketak egiteko, bai espazioaren negoziazioak ordena instituzionalaren aldetik, bai eta
“gizarte berdegune” horretako zenbait eskualderi dagokienez interes komunak dituzten banakoen
eta elkarteen interakzioak ere. Era berean, lanak oreka edo gatazka forma erregularrak behatzea
ahalbidetzen du, zeintzuk hiriko berdegune horretako puntu guztiz zehatzetan batera existitze horren
ondorioa diren. Halaber, pribatuari eta publikoari dagozkien botere, nagusitasun, hierarkia eta nor-
banakoen jokabideak bistaraztea eskaintzen du. Zehazki, lurralde edo sektore beraren erabilera eta
gozamenari dagokionez, hainbat talderen eta/edo norbanakoren artean gertatzen diren adostasun
edo gatazka formak interesatzen zaizkit.
Dans ce travail, j’essaie d’analyser les fonctions remplies par l’espace vert, pour la ville et que-
lle est sa valeur dans la mémoire personnelle et/ou collective des gens qui le fréquentent. D’un point
de vue autant pratique que théorique, la Casa de Campo à Madrid permet d’observer les négocia-
tions de l’espace dans l’ordre institutionnel, ainsi que les interactions entre individus et groupes
ayant des intérêts communs pour des zones précises dans ce “vert social”. Dans ce sens, elle per-
met l’observation de formes régulières d’équilibre ou de conflit, résultat de cette coexistence tem-
poraire et/ou spatiale dans des points très précis de ce vert urbain. Elle offre également la visuali-
sation de structures de pouvoir, de leadership, de hiérarchie et de conduites individuelles vers les
concepts du privé ou du public. En résumé, les formes d’ajustement (règlement de compte??) ou de
conflit qui se produisent entre différents groupes et /ou individus en ce qui concerne leur compré-
hensions respectives de l’usage et la jouissance d’un même territoire ou secteur m’intéressent.
“Debería decirse, ..., que lo urbano, en relación con el espacio en que des-
pliega, no está constituido por habitantes poseedores o asentados, sino más
bien por usuarios sin derechos de propiedad ni de exclusividad sobre ese mar-
co que usan y que se ven obligados a compartir en todo momento. ¿No será
el disfrute lo que corresponde a la sociedad urbana?1
Manuel Delgado
TERRITORIO FÍSICO
1. M. Delgado: 1999, 33
2. Véase relacionado con el tema: Lynch: 1966, Walmsley: 1988.
3. Husserl: 1890
4. Con este texto pretendo introducir el tema en la línea de la antropología del espacio con la
intención de analizar la ciudad como un contexto de espacio verde dado que no pretendo estudiar el
comportamiento de un grupo concreto sino ver cómo se adaptan los habitantes de una ciudad a la
textura de “verde social”.
5. Véase relacionado con este asunto también: Gerlich, Ritt y Schawerda: 1997.
La elección del área de la Casa de Campo dentro del conjunto de los par-
ques de la metrópoli, se debe a varias razones. Entre otras figura la presencia
de una enorme cantidad de instituciones y organizaciones, tanto municipales
como privadas, su tamaño y su situación geográfica dentro de la trama urba-
na de la capital española, por mencionar sólo algunos de los aspectos que me
han empujado a elegirla. Su enorme extensión (1.722 hectáreas) nos permite
considerarla un espacio tanto “urbano” como de “campo” con una fuerte con-
notación fronteriza o de límite. Desde un punto de vista tanto práctico como
teórico, la Casa de Campo permite observar las negociaciones de espacio en
horas concretas dentro de un orden institucional, así como las interacciones
entre individuos y agrupaciones con intereses comunes hacía determinados
sectores dentro de este parque. En este sentido favorece la observación de for-
mas regulares de ajuste o de conflicto que resultan de esta coexistencia tem-
poral y espacial en puntos concretos de este verde urbano como podrían ser
la zona del Lago, la zona del Parque de Atracciones o la zona del Pinar de las
Siete Hermanas. Al mismo tiempo ofrece la posibilidad de visualizar estructu-
ras de poder, de liderazgo, de jerarquía y de conductas individuales hacia los
conceptos de lo “privado” y lo “público”. Como objeto de estudio permite ana-
lizar cuestiones de cómo se experimenta individualmente la cuestión de inti-
midad o privacidad y obliga a una mirada sobre conceptos como el del
“umbral”, ”frontera”6, de ”lo prohibido” y ”lo correcto”, tanto desde un punto
de vista del concepto moral de nuestra sociedad actual, como físico. Nos con-
duce en consecuencia a tratar con problemas de dicotomías que se muestran
en la diferenciación entre transeúnte/lugareño y campo/ciudad y además a
recapacitar sobre el fenómeno del estigma (Goffman: 1967) que produce el
hecho de la presencia de la prostitución en determinadas zonas de este espa-
cio en cuestión. Los aspectos aquí analizados van más lejos de la entidad de
estudio, que en algunas de las cuestiones no es más que un útil “laboratorio”
para visualizar lo que me interesa sacar a la luz. Es decir, que los fenómenos
sociales observados en la Casa de Campo como área verde concreto, no son
ni exclusivos ni intrínsecos a este espacio recreativo, sino que este, por su
peculiar configuración, día a día da lugar a movimientos sociales de agrupa-
ciones/individuos, y por lo tanto es terreno “de pruebas normativas sobre lo
correcto y lo incorrecto, lo conveniente y lo tolerable en nuestra sociedad
(Issac: 1999, 72)”. Los conflictos pueden desencadenarse más a menudo
cuando el espacio en cuestión es reclamado simultáneamente por varios gru-
pos. Por el contrario, es más fácil evitarlos, si el disfrute del lugar se desarro-
6. Muy sugerente relacionado con el tema, ha sido para mi el primer capítulo: Vorrede zur
Überschreitung véase: Michel Foucault. 1996: 28-46.
En la zona que bordea lo que fue en su tiempo la Feria del Campo tiene el
Ministerio de Ciencia y Tecnología un vergel de plantas aromáticas y medici-
nales que comprende una superficie de 40.000 metros cuadrados donde en
su tiempo de gloria (los años cincuenta) se cultivaron hasta 340 especies
curativas y aromáticas. El antiguo Recinto Ferial linda con la parte más cono-
cida que se puede denominar la “milla del ocio” donde se encuentran el
Lago, el Parque de Atracciones y el Zoológico, tres puntos evidentemente pre-
sentes en la percepción del terreno entre las personas que me hablaron del
parque.
Fig. 1: Carta del antiguo Recinto Ferial, zona abandonada antigua “Ciudad de Niños” en: Pliego: 2001
7. Véase relacionado con este tema: Marc Augé: Los “no lugares” espacios del anonimato. 1995
Barcelona y Erving Goffman: Stigma 1967 Frankfurt am Main.
lidad a la función de terapia que también debería cumplir hoy día el “verde
social” dentro del conjunto urbano. Igual que el tema de la prostitución, el pro-
blema de la drogadicción es una realidad social y, aunque no guste, se hace visi-
ble de manera teórica en los congresos y jornadas contra la droga; aunque tam-
bién en el terreno físico de la cuidad. Tuve varios encuentros muy positivos con
el personal del centro de la metadona, entre ellos con el jefe de la unidad, con
un médico y con una asistenta social, quiénes me hicieron ver que allí hay un
cúmulo notable de personas para quienes el espacio libre es sobre todo – más
que un placer – una necesidad para canalizar sus tensiones y para no perjudi-
car a los demás.
La complicidad entre las personas que se reúnen, sea para cuidar de algu-
no de los pequeños huertos, para pescar en el Lago o para jugar “al chito”8, por
mencionar sólo algunas de las actividades que se desarrollan en este lugar, se
puede describir en la mayoría de los casos analizados, según la clasificación
de amistad de Wolf (1999, 30) como la de una “amistad emocional”, autolimi-
tada desde dentro y a la vez, sometida a limitaciones exteriores. Pude encon-
trar tres grupos cuyos vínculos alcanzan mayor profundidad: el grupo de inmi-
grantes ecuatorianos, la gente del mundo taurino que entrena en varios puntos
del parque y los miembros de la Asociación del Rocío la forma de amistad
sobrepasa el concepto de la “amistad emocional”. En estos caso podemos
hablar mejor de un concepto de “amistad instrumental” que Wolf lo define de
la siguiente manera:
8. Consiste en un juego en lo cual se tira unos platos de 400 gramos con la finalidad de alcan-
zar tan cerca posible un pequeño palo, el chito, que se halla a una distancia de 25 metros. Lo nor-
mal es apostar dinero durante el juego.
Este forma de amistad se muestra entre la gente del mundo taurino ya que
en los entrenamientos están presentes personas ya retiradas de la profesión que
cuentan con prestigio dentro de este mundo y llevan el papel de “apoderados”,
fichando toreros y picadores y poniéndolos en contacto con los responsables de
las diversas plazas durante la época taurina. Estos señores, siempre sentados
un poco apartados en un merendero al lado de uno de los sitios de entrena-
miento, representan un importante vínculo para las jóvenes promesas a la hora
de introducirse en el espectáculo taurino.
El caso del grupo de ecuatorianos que se suele reunir desde hace por lo
menos un año y medio, en un punto muy concreto del parque madrileño, entra
por su forma de vinculación en el mismo concepto de amistad9. En la investiga-
ción presente sobre del terreno de la Casa de Campo se puede observar un ejem-
plo de aprovechamiento de terreno en este sentido; es el caso del encuentro de
un ya importante grupo de ecuatorianos, que se establecieron hace aproximada-
mente dos años en la zona que se encuentra entre la Puerta de las Moreras y el
Puente de los Franceses que figura como el Cerro de Canteras según el mapa del
parque. El sitio cuenta con una llanura enorme que se utilizó en su momento
como campo de fútbol, de lo cual dan testimonio dos viejas porterías oxidadas.
Cuando el grupo inició su asentamiento en aquel lugar, rodeaban el campo de fút-
bol tres merenderos, cada uno equipado con una pequeña papelera. El terreno
fue utilizado mayoritariamente por los vecinos de la Ribera del Manzanares que
lo frecuentaron como lugar de paso, atravesándolo haciendo footing o montando
en bicicleta.
El mapa oficial del parque no le presta ninguna atención, figura como paisa-
je fuera de la zona con infraestructuras. Y como nadie lo reclamaba, el sitio era
ideal para establecer los encuentros del fin de semana, lo que conlleva compar-
tir comida, juego y charla entre familiares y amigos. Como articulación respeto
de los demás grupos que viven sus mundillos en la Casa de Campo, se puede
decir que en este grupo se añade a la amistad emocional que les une muy inten-
samente la amistad instrumental. Así objetivo prioritario en este tipo de encuen-
tros es el acceso a recursos, en este caso concreto, acceso a puestos de traba-
jo, vivienda, etc., como veremos más adelante. Corre la voz sobre posibles
empleos y convivencia en los diversos pisos de paisanos y se ha desarrollado
9. También se puede ver como un concepto para superar la soledad que “generalmente es un
estado temporal, antes de que se formen nuevos relaciones o después de que una antigua red se
haya deshecho” según Hannerz (1993: 290) que presenta uno de los cuatro modos de existencia
urbana, que el denomina encapsulación, segregatividad, integratividad y soledad.
El tercer grupo que reúne las dos clases de amistades y que puede obser-
var en el terreno son los miembros de la Hermandad de Nuestra Señora del
Rocío de Madrid y tienen su vínculo principal a través del culto. Es la filial 33,
la más importante en Madrid. Sus miembros suelen reunirse los jueves en uno
de los pabellones del antiguo Recinto Ferial para compartir una cena y rezar
juntos. La comunidad cuenta con un enorme número de socios en todos los
niveles sociopolíticos de la capital, lo que presenta un potencial enorme en
Las personas suelen acordar las experiencias del mundo no sólo en la men-
te sino en todo su cuerpo. Este hecho desvela cuando una cara con sus gestos
y su mímica subraya una historia y la da más peso, en casos concretos vemos
que el entrevistado esta reviviendo el momento que relata en su testimonio por-
que el pasado se había “gravado” en todo el cuerpo. Bertaux-Wiame destaca la
opinión de que cuando la gente cuenta sus experiencias, la mayoría no “recuer-
da” la totalidad de los hechos, sino que “reconstruye” situaciones concretas
(Bertaux-Wiame: 1980, 202). Además, la experiencia en la memoria individual,
se vive y se transmite en dos conceptos de tiempo: cuando se trata de hechos
históricos de importancia tanto para el destino del lugar como para el pueblo
de Madrid o en otras palabras, cuando se refiere a la historia del poder, se recu-
rre en general al concepto lineal de tiempo y a la forma impersonal. Entre los
testimonios se percibe un cambio en la narración en forma del tiempo cíclico,
cuando la memoria se centra en sensaciones o vivencias personales donde la
persona actúa conscientemente como sujeto activo dentro del proceso históri-
co y es allí cuando lo encaja en su ciclo vital. En la investigación presente pude
ver estos cambios entre sujeto activo y pasivo que influyeron en la narración en
cuanto a dedicar más al tiempo lineal o al tiempo cíclico dependiendo de que
los entrevistados pensaron que se trata de actos que surgieron de decisiones
propias, es decir, que piensan que influyen en los hechos, o cuándo se trata de
conductas morales impuestas por la sociedad en un momento histórico con-
creto.
Nesio:
“[...] El 1. de Mayo se venía aquí, a la Casa de Campo se iba con toda la
familia [...] había bastante gente, no miles, pero se venía porque ya era del
pueblo ...”.
Por lo dicho hasta ahora, si queremos abordar con seriedad estas cuestiones
que nos posibilitan analizar el espacio verde urbano, debemos hacernos una pre-
gunta inicial del problema: ¿Qué es el parque? Dentro de una clasificación10 del
Verde Social de Madrid11, se puede diferenciar entre “áreas verdes urbanas” o
jardines (1-3 hectáreas)12, pequeños parques (4-15 hectáreas)13 parques públi-
cos (más de 5 hectáreas) y parques periféricos (más de 50 hectáreas)14. La Casa
de Campo pertenece por su tamaño a la entidad más grande de esta clasifica-
ción. Aparte de este encaje en lo que se refiere a dimensiones, creo que nos
tenemos que despedir de la visión básicamente física y estática de un conjunto
hamónico de césped, grupos de árboles y chiringuitos. Haciendo este ejercicio
mental se nos abre un horizonte donde el parque urbano se muestra como un
terreno en movimiento que nos permite hacer una lectura política, de clases
sociales o de cambio social. Siguiendo esta línea, quiero decir que la investiga-
ción del paisaje tradicional de una ciudad que contiene tanto el análisis históri-
co como el etnográfico del verde urbano, para desentrañar el sentido del paisa-
je público debe convertirse en un lenguaje poderoso para revelar los modelos
básicos ideológicos de la vida comunitaria. Dice Robert Rotenberg acerca del
verde urbano de Viena:
“Over the last three hundred years, as groups with ideologies ascend to
positions of municipal dominance, the build public gardens and parks in spe-
cific styles in which the stylistic element are closely associated with the group’s
ideology. Thus, the public landscape can be read as the modern political his-
tory of the municipality (Rotenberg: 1996, 140)”.
Para conocer las funciones principales de estos espacios urbanos, los crite-
rios que se tienen que cubrir en general son dos según los entrevistados: el inte-
rés de recreación y en gran porcentaje, el deseo de paz y tranquilidad15. En su
investigación en el ámbito de la zona de Munich, el científico social Werner Nohl
“Public space that one can appropriate for private purposes. In doing so,
the visitor becomes invested in the design of the park as well as in its intended
uses (Gutenberg: 1999, 154)”.
16. La obra de Nohl es tratada en: Rotenberg: 1999, especialmente en las páginas 151–154 el
autor hace una sinopsis de varios textos de Nohl, desarrollados entre los años 1974 hasta 1982.
17. Se trata de esta clase de criminalidad que posibilita la satisfacción de la necesidad de com-
prar droga.
18. La concentración excesiva de prostitución en la Casa de Campo presenta un fenómeno rela-
tivamente reciente. Según los datos, hace menos de 10 años surgió un aumento llamativo el núme-
ro de personas que ejercen allí este oficio. En tiempos posteriores la Casa de Campo con sus cali-
dades que en sí mismas favorecen el asentamiento de la prostitución, como son un esparcimiento
amplio, poca visibilidad, y su condición de terreno fronterizo y límite tuvo hasta entonces una cúpu-
la de personas aceptable y consistió mayoritariamente en una prostitución autóctona. Creo que los
problemas hoy existentes hay que analizarlos en el contexto de cambio sociocultural de nuestra
sociedad, el problema de la inmigración, las leyes de extranjería, etc. Personalmente creo que tiene
menos que ver con el lugar concreto, donde se está desarrollando como ponen de manifiesto las pro-
testas entre los vecinos de las alrededores de la Plaza Castilla o los que frecuentan determinados
polígonos en el borde de la metrópoli.
Para el uso de los diferentes sectores de la Casa de Campo este espacio bet-
ween me parece de gran utilidad como modus operandi para los “pequeños mun-
dos” que han creado los grupos de toreros, de pescadores, de “jardineros”, de
gente del circo o la peña que juega al “chito” cada fin de semana. Su relación con
el espacio surge de dos enfoques diferentes. Para unos, surge del diseño que les
ofrecen los distintos sectores del parque y para otros del uso de la función que
ellos mismos dan a determinados lugares dentro del espacio público. Esta apro-
piación de un sitio en concreto, a través de un colectivo, es un movimiento donde
no todos los miembros del colectivo aprecian la calidad del lugar de encuentro en
su totalidad de diseño y función. Esto puede ser un proceso que cada individuo
puede lograr o no. Sin duda, por la primera causa o la segunda, a través de la
apropiación de una zona concreta del parque, dejando la atracción inicial, se pro-
duce una identificación personal con el terreno que tiene su expresión visible en
una preocupación sobre este espacio que se refleja de alguna manera en la bio-
grafía personal.
Aquí todos somos jubilados; porque para que se pueda pescar, se tiene
que tener el pase de la federación, la licencia de pesca y el permiso del Ayun-
tamiento. Para pescar en la Casa de Campo te lo dan con los 65 años.
(Mujer, 65 años, ama de casa, pertenece al grupo de pescadores del Lago)
Aquí a la Casa de Campo vengo desde el [año 1952] 52, para estar con los
amigos y para entrenar. Casi todos los que ves entrenando aquí son profesio-
nales. Aquí [Casa de Campo] hay varios lugares donde entrenan.
(José, 71, Torero y ebanista jubilado, pertenece al grupo de los toreros).
La percepción de sentirse “dueño del lugar” en una zona concreta del parque
va ligado en el caso de varios entrevistados, con una fecha clave de la historia de
la ciudad de Madrid y pone por un lado de manifiesto la ideología política de los
que generan los testimonios y por el otro sirve para arrojar luz sobre el uso del
espacio verde urbano según las distintas clases sociales. Entre los componentes
del grupo que podemos llamar de los “jardineros”, se repite con frecuencia una vin-
culación del derecho de arreglar el lugar a su gusto con una fecha histórica clave,
el 21 de abril del año 1931. Es cuando el Gobierno de la Segunda República entre-
gó al pueblo de Madrid la hasta entonces Real Casa de Campo, evento que culmi-
nó el 31 de mayo del mismo año con la celebración de una romería.
Manuel:
[...] Y esto pasó al pueblo de Madrid, cuando vino la República, el año 31
hubo unas elecciones, y fue el primer alcalde de la II República Don Pedro
Rico. Y entre este y los socialistas entregaron entonces la Casa de Campo para
el pueblo de Madrid. O sea, para que todo el pueblo de Madrid disfrutara de
la Casa de Campo. Fuera una cosa que disfrutaba nada más el rey y la noble-
za, y pasó al pueblo de Madrid. Ya podía venir uno, si vivías en Vallecas como
si vivías en Embajadores, aquí podías venir. Claro, a partir de entonces esto
estaba muy bonito. Estaba salvaje, mucha agua, muchos animales. Muchos
conejos. Había millones de conejos.
Cuenta Nesi:
El uno de mayo de 1932 venía aquí a la Casa de Campo, con toda la fami-
lia, había muchísima gente. Claro, íbamos entonces a la zona del Lago, a
Batán porque íbamos la mayoría andado. Y luego, algún domingo porque los
sábados entonces tenías que trabajar. Pero nos duró poco. Luego, después de
la guerra ibas y todo lleno de trincheras, minas y granadas.
De las dos citas que vamos a ver en continuación, la primera muestra muy
bien, como un cuadro que se ha establecido en la niñez, algo asumido hace
bastante tiempo que el entrevistado hoy todavía los relaciona con determina-
das partes del parque a las que sigue acudiendo, aunque ya no se lleva el
casette y apenas ve a los amigos de entonces. La segunda cita refleja una
experiencia bastante negativa que se gravó en la mente de la mujer como “el
lugar del crimen” que intenta esquivar durante el tiempo de disfrute en otras
partes del parque.
Para arrojar más luz sobre la pregunta de cuáles son las imágenes que
corresponden a un determinado lugar, a un paisaje concreto, la mirada se cen-
tra en la cuestión de cómo es el acceso al significado del paisaje. Para llegar allí,
el interés central consiste en el análisis del contexto entre imagen y significado.
Dice Achim Hahn: “Trascendencia no es simplemente un aspecto más de los que
aporta el concepto de Landschaft. Más bien es la suposición de acomodar o
encajar en nuestro mundo, porque posibilita entra en una dialéctica entre el
mundo y el yo” (Hahn: 2000, 1). Si hasta ahora hablamos de un “Leitbild” bas-
tante estático, el “motivo central”, que llevamos en la mente como una diaposi-
tiva, un cuadro – bonito quizá, pero obviamente intercambiable con otros. Lo que
hace que un paisaje no se queda como pieza de arte o como un capricho de la
naturaleza y por lo tanto permite entrar en una dinámica, son los significados
[La Casa de Campo la conozco] desde la niñez. Pues entonces intenté amis-
tades con unos gopillos del barrio y para mí aquello fue un mundo. Empezó a
conocer la Casa de Campo, bueno... a robar piñones, coger conejos,... todo esto
entonces no lo conocía. Y andar a coger huncos, los llevabas a las Churrerías, un
manojo y te daban los churros rotos (Nesi, 76 años)
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