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GABRIELLA MARULANDA MOLINA

201531662

MÚSICA Y ARQUITECTURA EN LA POSGUERRA. UNA REPRESENTACIÓN DE


LA REALIDAD.

La música y la arquitectura tienen una conexión más grande de lo que muchos creerían,
además de ser, en palabras técnicas, disciplinas basadas en la composición y el orden de
estructuras jerarquizadas. También se pueden considerar artes que buscan generar
sensaciones en las personas por medio de sus diferentes formas de expresión, ya sea en las
representaciones físicas y visuales en el caso de la arquitectura o en la interpretación de
obras y canciones en el caso de la música, así como revivir o reflejar implícitamente una
realidad experimentada por sus creadores o de la cual tienen conocimiento, el cual desean
transmitir en su sentido más abstracto que es el sentimiento y la sensación vivida. Sin
embargo, ¿cómo se evidencia esta realidad en las creaciones musicales y arquitectónicas? Y
¿las personas logran percibir lo que estas quieren transmitir? Por medio del desarrollo de
estas preguntas se buscará mostrar cómo los medios de comunicación y las nuevas
tecnologías han deformado los valores representativos que reflejan la realidad, presentes en
la música y en la arquitectura. Específicamente, se trabajará el caso de la música y la
arquitectura en la posguerra, después de la Segunda Guerra Mundial.

Para ubicarnos un poco en la época sobre la cual nos vamos a basar, comenzaremos con los
datos principales de la Segunda Guerra Mundial, que ocurre entre el año 1939 y el año
1945. Se inició el 1 de septiembre de 1939, cuando el ejército alemán invade territorio
polaco. En esta guerra participaron ejércitos de 70 países de los cuales unos pertenecían a
las Potencias Aliadas como Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Soviética, contra los
países del Eje: Alemania, Italia y Japón. Esta guerra terminó con la victoria de las potencias
aliadas y la creación de las Naciones Unidas. Asimismo, en esta época se vivió en
Alemania un estado autoritario impuesto por Adolf Hitler que genero una unificación del
estado a costa de la libertad de expresión, ya que solo se admitían, en el caso de la
arquitectura, construcciones eran ordenadas por Hitler siguieran ciertas especificaciones ,
las cuales mostraban un marcado nacionalismo y uniformidad, el ejemplo más claro e
inhumano es el de los campos de exterminio en Auschwitz, donde cada metro cuadrado fue
minuciosamente pensado para cada prisionero “podía leerse como una perversión
aterradora de la idea de ecxistenzminimum de la Bauhaus”. Por otro lado, desde un punto
de vista actual Óscar Mejía Quintana afirma, a partir de las ideas de Max Horkheimer:

El Estado autoritario logra lo que en principio parecía imposible, unificar a toda una
sociedad –fragmentada después de una larga crisis- en torno a la consecución de una idea:
la construcción de un futuro en donde se logren superar las causas que generaron la crisis.
(Mejía, 2003, p.100)

En mi opinión , este argumento va en contra de la realidad que se pudo registrar de la


época, pues aunque se podría decir que se logró la unión de la sociedad en torno a una
ideología, dicho Estado autoritario no logró un mejor futuro para la sociedad alemana, ya
que en varios campos hubo consecuencias negativas para la sociedad, por ejemplo, al pasar
la cultura a un segundo plano se generó más analfabetismo, así como la destrucción de
escuelas y museos, lo que conllevó a un deterioro del desarrollo social del país durante la
guerra.

Sin embargo, nos vamos a centrar en la posguerra, tiempo en que surgieron nuevas
corrientes artísticas y del pensamiento que, de cierto modo, reflejan la realidad vivida en la
guerra. Con respecto a la música, este arte experimentó un cambio en la estructura
armónica y en los sonidos que buscaba representar la tensión vivida tras la guerra. Dicho
cambio, provocó que la música contemporánea reflejara estos sentimientos por medio de
disonancias y ruidos. Esto se evidencia en las obras de Iannis Xenakis, reconocido músico,
arquitecto e ingeniero, quien fue uno de los impulsores de la música estocástica, que se
basaba en cálculos matemáticos y de probabilidad para componer música, los cuales
también usaba en sus diseños arquitectónicos, relacionando así estas dos disciplinas; “La
tangencia de la música y de la arquitectura, tantas veces evocada a propósito del Modulor,
esta vez se encuentra conscientemente manifestada en una partitura musical de Xenakis,
Metástasis, compuesta aplicando el Modulor, que aportaba sus recursos a la composición
musical”. Basados en lo anterior se puede ver como la música y la arquitectura se
relacionan a través de las estructuras y las representaciones implícitas en ella, puesto que
fue precisamente en la época que estamos abarcando cuando surgieron distintos músicos y
arquitectos que estudiaron la relación entre música y arquitectura, así como el ya
mencionado Iannis Xenakis, que trabajó junto a el arquitecto Le Corbusier, quien diseño el
famoso Modulor, un sistema de proporciones basado en las medidas del cuerpo humano, en
el que luego Xenakis se apoyó para componer teniendo como principio las proporciones
usadas en la arquitectura. Un claro ejemplo de la relación entre música y arquitectura que
surgió en la posguerra es el Museo Judío de Berlín, diseñado por otro músico y arquitecto,
Daniel Libeskind, en este museo se refleja el vacío generado por la guerra en cuanto a todas
las victimas que tuvo, así como los espacios entre los muros y la diferencia de niveles
dentro del museo que reflejan las rupturas generadas en la sociedad alemana, Libeskind
señala que diseñó el museo pensando también en la ópera Moisés y Aarón de Schönberg, en
la cual el silencio protagoniza parte importante de la obra en relación con la palabra, lo cual
él interpretó en su diseño como la memoria y el olvido, que se puede percibir en la
construcción con la relación entre vacío y lleno que allí se encuentra. Como se puede ver en
las siguientes imágenes:
Por otro lado, en la Segunda Guerra Mundial hubo un desarrollo de los medios de
comunicación y la prensa, la cual fue utilizada no solo para registrar la guerra y los
acontecimientos que sucedían sino para controlar a la sociedad por medio de la
manipulación de la información, tal como presenta Tortosa en su artículo “Los medios y la
guerra”, aunque él toma como referencia la Segunda Guerra del Golfo, se pueden observar
los mismo efectos causados por esto, pues se usaron los medios de comunicación para
lograr que la sociedad apoyara a su gobierno y a ciertos ideales, por medio de el control de
la información. Esto se puede apoyar en las ideas sobre el poder presentadas por Foucault,
en las que dice que el poder busca imponer su interpretación de la verdad por medio de una
revolución comunicacional que moldee las conciencias de las personas a su favor, en
palabras de Foucault: “Sujetar al sujeto”, lo que quiere decir que entre más control de los
medios, mas poder.

De acuerdo a lo anterior, se podría afirmar que los medios de comunicación influyen en el


pensamiento y el comportamiento de las sociedades. En base a el libro “La sociedad de la
transparencia” de Byung Chul Han (2012) se describe cómo el poder y la atención no
coinciden, ya que el poder genera imágenes que ya no representan lo existente, como antes,
sino que generan una masa de información que no busca mostrar la verdad, sino entretener
al público en detrimento de los valores representativos de la realidad de los cuales se habla
en el artículo: “La realidad simulada. Una critica al reality show” (Ordóñez, 2005). En el
que Ordóñez busca mostrar como los medios son manipulados por las elites para mostrar la
guerra desde un punto de vista que resulte favorable para ellos. De acuerdo a lo anterior, se
puede decir que las ideas de Chul Han se relacionan con lo que escribe Ordóñez, cuando
describe como las ideas que tienen las personas son pensadas por el sistema, por lo tanto,
ellos son los que deciden qué pensamientos tendrá la sociedad, claramente, en beneficio de
quienes controlan los medios.

Por otra parte, el libro de Chul Han nos muestra también que la misma sociedad es quien ha
promovido el control que tienen los medios sobre las personas, en cuanto a que se ha
buscado lograr una “sociedad transparente” como lo menciona en su libro, que solo es
posible al ser uniformada y usar un leguaje transparente que es lo que defienden los medios
cuando se refieren a la libertad de expresión, pero que sea transparente no implica que sea
verdad pues según esta teoría, una sociedad transparente es una sociedad sin negatividad,
pero la negatividad hace parte de la realidad y de la propia naturaleza humana, basados en
que cada persona piensa distinto aunque su opinión sea la misma, la percepción que tienen
sobre esta opinión siempre será diferente. Por lo tanto es una sociedad que admite la
manipulación de la información por querer que sea transparente, dejando que la verdad no
sea siempre mostrada.

Finalmente, si se hace un recorrido a grandes rasgos desde la Segunda Guerra Mundial


hasta la actualidad, se podría concluir que los valores representativos que están presentes
en la música y en la arquitectura de la posguerra, en construcciones como las viviendas de
bajo costo diseñadas por Walter Gropius “Aluminium City Housing” en Pensilvania,
revestidas en madera que muestran la simplicidad de la arquitectura moderna, movimiento
que surgió en esta época, así como la música estocástica mencionada que también
representa esa misma simplicidad, pues la guerra genero nuevas formas de pensar la
arquitectura y la música, además de las artes en general, de manera que sus autores querían
representar el vacío generado por la guerra y al mismo tiempo la necesidad de humanizar
de nuevo la sociedad, ya fuese construyendo viviendas de bajo costo que fueran dignas para
las personas o componiendo obras que se basaran no solo en sonidos agradables sino en
alimentar el espíritu por medio de sonidos que transmitieran los sentimientos de angustia,
compasión, tristeza, incluso esperanza, vividos a lo largo de esta guerra. Se han ido
deteriorando gracias a los medios de comunicación y las nuevas tecnologías, pues los
medios de comunicación actuales buscan generar un pensamiento de consumismo y de
superficialidad estética para un mayor control de las sociedades, que causa que se pierdan
estos valores, por lo tanto, la realidad de la guerra reflejada en las obras musicales y
arquitectónicas es relegada por una industria que se basa en el entretenimiento y el control
de las masas.

REFERENCIAS
Quintana, O. M. (2003). Teoría crítica, estado autoritario y sociedad global. En J. E.
Álvarez, Dominación, crisis y resistencias en el nuevo orden capitalista. (pág. 100). Bogotá:
Universidad Nacional de Colombia. Unibiblos.
Han, B.-C. (2012). La sociedad de la transparencia. Barcelona: Herder.
Diaz, L. O. (2005). La realidad simulada. Una critíca al reality show. Análisis politico , 54,
49-62.
Tortosa, J. M. (2003). Los medios y la guerra. Revista de Estudios Sociales. , 16, 57-69.
González, G. C. (2003). La arquitectura es música congelada. Tesis doctoral. Madrid,
España.
Virasoro, R. (1949). El problema moral en la filosofia de Heidegger. Actas del primer
congreso nacional de filosofia. (págs. 1100-1105). Mendoza, Argentina: Oñ.
Ávila-Fuenmayor, F. (2007). El concepto de poder en Michel Foucault. A parte rei. , 1-15.

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