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Tema 7 Fragmento Libro Torré
Tema 7 Fragmento Libro Torré
TEMA 7
FRAGMENTOS DE LIBRO DE TORRÉ
...
Teoría de la norma jurídica: La norma jurídica tiene la estructura de un juicio. Juicios del
ser (o enunciados o entitativos) y juicios del debe ser (o imputativos o atributivos o
normativos). Origen e importancia de la clasificación anterior. Estructura relacional del
juicio implicado en la norma jurídica: ¿categórico, hipotético o disyuntivo? Concepto
jurídico fundamental.
Conceptos jurídicos fundamentales: Noción. Enumeración. Sujeto del derecho
(Aclaraciones previas. Denominaciones de la persona o sujeto del derecho. Etimología del
vocablo “persona”. Definición clásica y su crítica. Que “entes” pueden ser sujetos del
derecho. El problema frente al derecho positivo. Definición correcta del sujeto o persona
jurídica. Esencia de la personalidad jurídica. Diferencia entre la persona individual y
colectiva. Problema de la existencia y realidad de la persona colectiva. Teorías diversas).
Hecho jurídico. Deber jurídico. Derecho subjetivo. Transgresión. Sanción. Breve
referencia al planteo empirista del problema de los conceptos jurídicos fundamentales.
…
...SECCIÓN SEGUNDA
TEORÍA DE LA NORMA JURÍDICA
(PARTE GENERAL)
Como se aclara más adelante, esta concepción de la norma jurídica como un juicio
hipotético es insuficiente, pues la norma jurídica completa tiene la estructura lógica de un
juicio disyuntivo (v. párrs. 8 y 9).
Queda así aclarado que la norma jurídica. desde el punto de vista lógico, tiene la
estructura de un juicio, sin que ello signifique —según la opinión predominante— que la
norma jurídica sea en sí un juicio y, como tal, un objeto ideal; en efecto, la realidad es que
cada norma puede ser reducida a un juicio, que es la representación de su estructura lógica y
que ha sido llamado regla de derecho o proposición normativa. Pero el derecho y las normas
jurídicas, por lo tanto, son un objeto cultural, según he aclarado en el Capítulo I.
3. Juicios del ser (o enunciativos o entitativos) y juicios del deber ser (o imputativos o
atributivos o normativos).— De acuerdo con las últimas investigaciones lógicas, los juicios
pueden ser clasificados, según la cópula, en juicios del ser y juicios del deber ser.
I) Juicios del ser. Son aquellos que expresan algo que es, ha sido, o será de cierta
manera. Por ejemplo: esta lapicera es linda, el calor dilata los cuerpos, etc. Esta particular
estructura lógica se debe a que la cópula de los respectivos juicios, además de establecer una
relación —como toda cópula— tiene otra función peculiar: la de enunciar algo -, es decir, la
de aseverar algo. Por esta razón, se los llama también juicios enunciativos, y se los representa
esquemáticamente de la siguiente manera: "S es P" (o fue o será), o bien, "dado S es P".
Esta conceptuación de los hechos en tanto ser—como se dice en lenguaje filosófico—
es propia por ejemplo, de las leyes naturales (v. índ. alfab.). Si yo digo que "el calor dilata los
cuerpos", he mencionado una ley física que contiene una enunciación, pues nos dice que dado
el hecho del calor aplicado a un cuerpo, se producirá otro hecho: la dilatación de ese cuerpo.
En síntesis, las leyes naturales se refieren a lo que es, o si se quiere, expresan un ser y, desde
el punto de vista lógico, tienen la estructura de juicios del ser. Ahora bien, las leyes naturales,
una de las especies de juicios del ser, constan también de un supuesto y una consecuencia,
pero enlazados causalmente.
Por su parte, las leyes sociológicas (v. índ. alfab.), se refieren como las jurídicas y las
psicológicas, a la conducta humana, pero la encaran igual que las leyes naturales, es decir,
como un hecho físico que debe ser explicado en función de sus causales. Por eso las leyes
sociológicas son también, desde el punto de vista lógico, juicios enunciativos o del ser.
4.— II) Juicios del deber ser. Son aquellos que expresan algo que debe ser de cierto
modo (o que debió o deberá ser), sin perjuicio de que ello no ocurra en la realidad de la vida.
No expresan pues un ser, sino un deber ser. Por otra parte, el verbo deber ser es el único que
expresa la conducta como manifestación de la libertad espiritual (Cossio, La Teoría..., pág.
215). Ahora bien, esa peculiaridad definitoria, se debe a que la cópula respectiva tiene una
función, no sólo relacionante, sino también imputativa o atributiva, porque —según explicaré
— imputan o atribuyen una consecuencia a un determinado antecedente, pero la consecuencia
no es un efecto de un antecedente que obre como causa (empleada esta palabra en su sentido
naturalista), sino algo libremente atribuido a él. En todo juicio del deber ser, encontraremos
pues un supuesto o condición, enlazado imputativamente a una consecuencia.
Pasando ahora al análisis de la estructura lógica de la norma jurídica, veremos que
corresponde a la de los juicios del deber ser; en efecto, dicha norma, dado el supuesto jurídico,
es decir, un hecho antecedente, señala otro hecho (párrs. 2,8, etc.), no como algo que ocurrirá
necesariamente, sino como algo que debe ser. Y eso, como es evidente, por la especial cópula
con que se construyen (deber ser). Retomando ahora como ejemplo de norma jurídica, el dado
en el párr. 2, es indudable que, a pesar de lo que prescribe la norma, el infractor puede no pagar
la multa, ya sea por haber huido u otra causa. Por eso se dice que toda norma jurídica expresa
un deber ser que, sintetizado en una fórmula mínima, se suele enunciar así: "si es A, debe ser
B", o bien "dado A, debe ser B".
Quedamos pues en que las normas jurídicas encaran la conducta humana como un
deber ser, o si se quiere, en tanto que es libertad. Digo esto último, porque como es sabido, el
hombre —único ser racional y libre— tiene la facultad de autodeterminarse en su conducta, y
las normas, encaran la conducta en esa dimensión ontológica de libertad, presuponiendo al
indicar un deber ser, que esas conductas normadas pueden ser en la realidad de una u otra
manera.
A los juicios del deber ser, también se los llama imputativos o atributivos, porque en
ellos se atribuye o imputa una consecuencia a una condición, y normativos, porque la función
de las normas no es explicar ciertos hechos, como sucede por ejemplo con las leyes naturales,
sino dirigir o encauzar el obrar humano.
Por último, haré una advertencia: cuando los autores hablan del problema axiológico (v.
Cap. 2, párr. 61), suelen decir que se refiere a lo que el derecho debe ser o debiera ser (v. Cap.
2, párr. 57); pues bien, este deber ser valorativo, es un problema distinto del lógico que estamos
tratando. No debe pues confundirse el deber ser lógico, con el deber ser axiológico, ya que toda
norma por el hecho de ser tal, será siempre un deber ser lógico, pero puede no ser un deber ser
axiológico, si su contenido consagra una injusticia (v. Cap. 8, párr. 1).
7.— Sin perjuicio de que pueda haber normas jurídicas incompletas (p. ej. las leyes
penales en blanco —v. índ. alfab.—), cuya parte faltante debe buscarse en otra norma del
respectivo derecho, cabe aclarar que con respecto a la estructura lógica de la norma jurídica
completa, se han sostenido las tres posiciones, y aún más (soluciones eclécticas):
1) La norma jurídica, desde el punto de vista lógico, es un juicio categórico, que
encierra un mandato u orden. Tal la opinión tradicional.
Estos juicios pueden ser formulados positivamente (p. ej., debes pagar tal impuesto), o
en forma negativa (p. ej., no debes robar).
Dicho sea de paso, es evidente que las normas morales, cuando se limitan a prescribir
un deber, son, desde el punto de vista lógico, juicios categóricos.
9.— 3) La norma jurídica tiene estructura disyuntiva (Cossio). Este autor critica a
Kelsen, porque al desconocer valor ontológico a la norma secundaria, resulta que el deber
jurídico y la facultad correlativa, no tienen un lugar intrasistemático en la norma jurídica, con
lo que se demuestra que el esquema kelseniano es incompleto. Por ejemplo: si yo tengo un
deber jurídico determinado —V. gr., el de pagar un impuesto— es porque una norma lo
establece. En síntesis, el esquema lógico de la norma jurídica debe contener todos los
elementos que encontramos en la experiencia jurídica.
Por su parte, Cossio sostiene que la estructura lógica de la norma jurídica, es un juicio
disyuntivo que puede esquematizarse así: "dado A, debe ser P, o dado no-P, debe ser S". Esto
significa lo siguiente: dado un hecho con su determinación temporal, debe ser la prestación, por
un sujeto obligado, frente a un sujeto pretensor; o dada la no prestación (es decir, la
transgresión), debe ser la sanción, por un funcionario obligado, ante la comunidad pretensora -.
Dejando de lado por el momento el problema de los conceptos jurídicos fundamentales
(v. párrs. 28 y sigs.), cabe destacar que este juicio disyuntivo se compone de dos juicios
hipotéticos enlazados por la conjunción disyuntiva "o", constituyendo una sola estructura
unitaria. Ahora bien, a la primera parte del juicio (conceptuación de la conducta lícita), Cossio
la denomina endonorma y, a la segunda parte (conceptuación de la conducta ilícita y por lo
tanto de la sanción), la llama perinorma. El filósofo argentino propone llamarlas así, "no sólo
para terminar con el caos de las designaciones de norma primaria y secundaria que los
diferentes autores usan con sentido opuesto, sino para subrayar que se trata de una norma única
y no de dos normas, punto indispensable para entender el concepto de la norma jurídica como
un juicio disyuntivo". Como es obvio, la endonorma cossiana corresponde a la norma
secundaria de Kelsen y, la perinorma, a la norma primaria, si bien con un sentido diverso que
les da esa estructura unitaria, que es el juicio disyuntivo de que forman parte.
El fundamento de la citada disyuntividad radica en que toda conducta jurídica tiene que
ser forzosamente lícita o ilícita, y sólo con dicha estructura disyuntiva es como quedan
conceptuadas ambas posibilidades. Debido a esa estructura, dice Cossio que no se puede violar
una norma jurídica, aunque sí un deber jurídico (incurriéndose en una transgresión —v. párr.
69—).
Por último, cabe aclarar que la estructura disyuntiva explicada, es válida para cualquier
clase de norma jurídica, inclusive la norma penal; en efecto, ejemplificando con el caso del
homicidio, tendríamos la siguiente regla: "dada tal situación jurídica debe ser no matar, o dado
el homicidio, debe ser aplicada tal sanción".
…
11. Conceptos jurídicos fundamentales.— Toda norma jurídica hace referencia a una
serie de objetos, empleada esta palabra en su sentido filosófico (v. Cap. 1, párr. 20): tales son el
sujeto del derecho, el derecho subjetivo, el deber jurídico, la sanción, etc. Vale decir entonces
que en cualquier norma jurídica, sin excepción alguna, encontraremos en forma explícita o
implícita, la mención de dos sujetos como mínimo (recuérdese la bilateralidad propia del
derecho); de algún derecho subjetivo con su correlativo deber jurídico; de alguna sanción, etc.
Ahora bien, esas partes o elementos de la norma jurídica que se refieren a ciertos
objetos, son conceptos —encarada la norma desde el punto de vista lógico— porque no debe
confundirse el concepto, con el objeto a que él se refiere. Y como se trata de conceptos que se
encuentran en toda norma jurídica, sin excepción alguna, se los denomina conceptos jurídicos
fundamentales o puros, para diferenciarlos de otros conceptos, llamados contingentes o
históricos (p. ej-, el de hipoteca, derecho de superficie, enfiteusis, etc.), que no existen en todas
las normas y pueden no existir aún en determinados regímenes jurídicos.
El conocimiento del problema de los conceptos jurídicos fundamentales, es necesario
para completar la teoría de la norma jurídica, pero como su análisis me llevaría una buena
extensión, lo trataré en la última parte de este capítulo (v. párrs. 28 y sigs.).
....
SECCIÓN TERCERA
CONCEPTOS JURÍDICOS FUNDAMENTALES
(PARTE ESPECIAL DE LA TEORÍA DE LA NORMA JURÍDICA
28. Noción.— Tal como se ha explicado, la norma jurídica es, desde el punto de vista
lógico, un juicio. Ahora bien, como es sabido, todo juicio está integrado por conceptos y, el
precepto jurídico, es también una estructura constituida por un conjunto de conceptos
vinculados entre sí.
Una ligera observación nos permite apreciar la existencia de conceptos que
encontramos en toda norma jurídica —por ejemplo, el de sujeto— mientras que con otros —el
de hipoteca v.gr.— no ocurre lo mismo. En efecto, cualquier norma jurídica que sea realmente
tal, hace referencia a dos sujetos como mínimo; en cambio, en las normas referentes a la
celebración del matrimonio por ejemplo, no encontramos ninguna referencia a la hipoteca. Esto
se debe a que en el derecho encontramos dos clases de conceptos.
1) Conceptos jurídicos fundamentales (o puros, o categorías jurídicas): son los que se
encuentran en toda norma jurídica. Por ejemplo: el de sujeto, supuesto jurídico, deber jurídico,
sanción, etc. Por lo tanto, no ha habido, ni hay, ni podrá haber una norma jurídica que no haga
referencia a sujetos, supuestos jurídicos, deberes, etc. (aunque quien las dicte no tenga ni la
más remota idea de ellos), porque constituyen la estructura esencial del derecho.
Stammler, refiriéndose al tema, dice: "...no se ha discutido nunca que en la ciencia del
Derecho debe haber conceptos fundamentales independientes de las singularidades contenidas
en este o aquel orden jurídico. La misma intuición dice que sólo de este modo se puede llegar a
una elaboración científica del derecho".
30.— Como es evidente, a la filosofía jurídica, por ocuparse de lo universal que hay en
el derecho, le corresponde sólo el estudio de los conceptos jurídicos fundamentales. Los
contingentes son estudiados por las especialidades de la Ciencia Dogmática, con relación a un
derecho positivo determinado (así p. ej., a la Dogmática Civil le corresponde el estudio de la
hipoteca, etc.).
31. Enumeración.— No hay al respecto acuerdo entre los autores. Para García Maynez
los conceptos jurídicos fundamentales son los cuatro siguientes; supuesto jurídico, derecho
subjetivo, deber jurídico y sujeto (o persona). Fritz Schreier, por su parte, considera que son
cuatro: hecho (o supuesto jurídico), sujeto del deber, prestación y sanción.
Perinorma
7) dada la no prestación (No P),
2) debe ser (segunda cópula proposicional)
8) la sanción al responsable (S),
9) impuesta por un funcionario obligado a ello (Fo),
10) por pretensión de la comunidad (Pe)
El verbo "debe ser" y la conjunción "o", son sólo dos conceptos funcionales (o
"relacionantes") y, por lo tanto, invariables; los otros ocho, son conceptos entitativos y, en
consecuencia, variables, es decir, que si bien están en toda norma jurídica completa, el
contenido concreto varía según a qué materia se refiera la norma (asunto civil, comercial,
laboral, etc.). Por ejemplo: dada la venta de una cosa (H), debe ser el pago del precio (P), por el
comprador (So) al vendedor (Sp); o, dado el no pago del precio (no P), debe ser la restitución
de la cosa al vendedor—más una eventual indemnización— (S), impuesta por el juez
competente (Fo), en nombre de la comunidad pretensora (Cp). Esto último, se sobreentiende,
para mantener la vigencia del derecho positivo.
Dentro de este esquema, la conceptuación del derecho subjetivo se encuentra implícita
en el sujeto pretensor, siendo su contenido, análogo al del deber jurídico.
33.— Por último y como una prueba más del desacuerdo reinante en este punto,
recordaré que hay autores (Radbruch, p. ej.), que afirman la existencia de una tabla abierta de
categorías, en oposición a todos los que sostienen la existencia de un número limitado de
conceptos fundamentales.
34.— Como no es posible entrar aquí a estudiar esta polémica con todas sus
implicancias, y creyendo que es acertada la teoría de Cossio, trataré solamente algunos de los
conceptos fundamentales, a saber: sujeto, hecho (o supuesto jurídico), derecho subjetivo, deber
jurídico, transgresión (o entuerto) y sanción.
35. Aclaraciones previas.— El más mínimo contacto con la experiencia jurídica, nos
muestra que el ser humano (que llamaremos persona individual), es titular de una gran cantidad
de derechos (p. ej., el de propiedad, el de testar, etc.) y también de deberes jurídicos (p. ej., el
de pagar los impuestos, .... Del mismo modo, podemos comprobar que tales derechos son
generalmente ejercidos por su titular, pero también muchas veces por intermedio de otra
persona (mandatario, etc.).
36.— Por otra parte, es dable observar que esa aptitud de ser titular de derechos y
deberes (que suele llamarse capacidad), también la tienen ciertos grupos sociales (que
llamaremos personas colectivas), es decir, formadas por dos o más seres humanos, como son
las sociedades anónimas, ciertas asociaciones civiles, etc. Así por ejemplo, una sociedad
anónima puede ser propietaria de un edificio, acreedora, deudora, etc. Como es obvio, tales
derechos son ejercidos por seres humanos, que actúan en esas relaciones, en nombre y por
cuenta de la correspondiente persona colectiva.
39. Etimología de la palabra "persona".— Esta palabra deriva del latín personare
(que significa para sonar), vocablo con que en la antigua Roma se designaba la máscara que
usaban los actores. Se la llamaba así porque dichas máscaras tenían una bocina que amplificaba
la voz, para que el actor pudiera ser oído desde cualquier sector del teatro. Refiriéndose a esto,
dice Roque Barcia''': "la etimología tiene razón porque la persona hace más ruido en el mundo
que los torbellinos, las cataratas y las tempestades".
Posteriormente, se extendió la denominación al personaje que interpretaban y, del
teatro, este concepto pasó a la vida real, designando los diferentes papeles de los hombres en
sociedad (padre, hijo, tutor, etc.), y se decía persona socis en vez de socius, etc. Pero como dice
Ferrara, "en estas formas de coligación, persona va perdiendo gradualmente todo significado, y
se reduce a un simple sufijo estilístico, un rudimento sin contenido; así se llega a ver en
persona la indicación del género, cuyo genitivo apositivo formaba la especie, y esta indicación
genérica no podía ser otra que la de hombre. De este modo, termina por indicar
independientemente al individuo humano, y éste es el significado que se hace más común y
persiste hasta hoy".
Ahora bien, como surge de la evolución del Derecho Romano, en un principio sólo era
sujeto del derecho el hombre individualmente considerado y, para referirse a él, se decía
persona, coincidiendo así esta categoría jurídica con el ser humano. Pero, durante el Imperio, se
reconoció personalidad jurídica a ciertos grupos humanos, a los que se llamó también persona.
Éste ha sido uno de los motivos que ha dado lugar a muchas teorías sobre la naturaleza de las
personas colectivas y, últimamente, a una investigación filosófica sobre la esencia misma de la
persona jurídica (ver párr. 51).
40. Definición clásica y su crítica.— Es muy común que se defina al sujeto del
derecho, o en otras palabras, a la persona —empleada esta expresión en sentido jurídico—
diciendo que es "todo ente que pueda ser titular de derechos o deberes jurídicos"...
Pues bien, las definiciones antedichas, aunque puedan parecer acertadas a primera vista,
acusan varias inexactitudes en cuanto se las analiza críticamente. Tales son la inclusión de la
palabra ente y la referencia a los deberes jurídicos.
41.— a) Crítica a la inclusión del vocablo "ente". Como es obvio, el término ente (del
latín ens, lo que es), abarca no sólo a los seres humanos, individual o colectivamente
considerados, sino también a los animales, vegetales, etc.
Ahora bien, teniendo en cuenta que el derecho —según he aclarado— rige la conducta
humana en su interferencia intersubjetiva y siendo la conducta algo propio del ser humano y
exclusivo de él (los movimientos instintivos de los animales no son conducta), se ve con
claridad que ni los animales, ni los vegetales, ni otros entes, pueden ser sujetos del derecho,
correspondiendo tal categoría sólo a los seres humanos, ya sea que se los considere en forma
individual o colectiva (en el párr. 43 volveré sobre este punto).
Concluyendo esta breve crítica, cabe decir entonces que la palabra ente, implica un
concepto innecesariamente amplio, que debe ser reemplazado por lo que corresponde en
realidad, vale decir, por la referencia al ser humano, ya sea que actúe en forma individual, o
constituyendo personas colectivas.
45. El problema frente al derecho positivo.— Como es obvio, para establecer con
precisión quienes tienen personalidad jurídica —problema que ofrece dudas en lo que respecta
a los grupos sociales, puesto que no todos la tienen— y además, sus condiciones, extensión,
etc., es necesario recurrir al derecho positivo de cada Estado.
Tampoco trataré aquí la clasificación de las personas en nuestro derecho, porque eso
corresponde en especial, al curso de Derecho Civil y puede encontrarse en algunos de los libros
de esa materia. No obstante ello, en el capítulo en que se trata el Derecho Civil, hallará el lector
algunas referencias a este punto (véase "Persona" en el índ. alfab.) Continuamos pues, en el
plano filosófíco-jurídico.
46. Definición correcta del sujeto o persona jurídica.— Teniendo en cuenta las
críticas formuladas a la definición clásica, cabría decir que persona o sujeto del derecho, es el
ser humano o grupo de seres humanos, en tanto que aptos para ser titulares de derechos -.
Analicemos brevemente esta definición:
1) Ser humano: con esta referencia directa, queda aclarado que en el caso de las
personas individuales, el sujeto del derecho es el ser humano, así como en el caso de las
personas colectivas, lo es un grupo de seres humanos, a los que el derecho confiere
personalidad jurídica.
Estas palabras, sin una aclaración complementaria, pueden hacer caer en el error de
identificar al sujeto del derecho, con el ser humano en su plenaria realidad. Por tal motivo,
agregaré que, desde el punto de vista lógico-jurídico, no interesa el hombre en su realidad
plenaria (así p. ej., no interesa su estatura o el color de su piel), sino el hombre desde un punto
de vista, el de su conducta, pero como no es ontológicamente posible separar la conducta, del
hombre que la realiza, tampoco podemos referirnos al sujeto jurídico, desvinculándolo
totalmente del ser humano. Aclarado esto, se comprenderá por qué se dice con acierto, que el
concepto jurídico de persona, no coincide con el concepto antropológico, lo que equivale a
decir que persona, en sentido jurídico, no es lo mismo que ser humano en su realidad plenaria.
Sólo distinguiendo estos conceptos, se comprende cómo "es posible que un mismo
hombre pueda pertenecer a la vez a varias comunidades jurídicas diversas entre sí, y que su
conducta pueda ser regulada por diferentes órdenes jurídicos".
Ya vimos entonces que el sujeto jurídico es el ser humano desde un punto de vista.
Aclarando estas palabras, agregaré que para conocer plenamente la personalidad de un ser
humano, es necesario conocer los derechos y deberes que le son atribuidos por el ordenamiento
jurídico y es por ello que a él debemos recurrir, pues son las normas las que contienen esa
atribución o imputación de derechos y deberes jurídicos.
47.— Ahora bien, en el caso de las personas individuales, esa imputación normativa —
según lo ha aclarado Kelsen— se realiza no sólo de manera centralizada, sino también
inmediata.
Igual que en las personas colectivas, tal imputación es centralizada o convergente,
como las varillas de un abanico o como un haz de luz, por cuanto sólo así adquieren un sentido
unitario y estructural, indispensable para distinguir una persona jurídica de otra, aun en el caso
de que un mismo ser humano constituya distintas personas jurídicas. Más adelante (párr. 51), al
profundizar el estudio de la persona desde el punto de vista lógico-jurídico, veremos que en
esta imputación centralizada, radica la esencia genérica de la personalidad jurídica.
Por último, agregaré que cuando las normas jurídicas atribuyen un derecho o un deber a
una persona individual, lo hacen de manera inmediata o directa (párr. 52).
50.— 3) Aptitud para ser titular de derechos. De todo lo expuesto, inclusive de las
definiciones dadas, surge con claridad meridiana que es éste el aspecto a través del cual
considera el derecho a los seres humanos, a los efectos de configurar su personalidad jurídica.
Por tal motivo, podemos decir que el rasgo esencial de la persona o sujeto jurídico, es la aptitud
para ser titular de derechos y, por consiguiente, de deberes jurídicos. Ahora bien, a esa aptitud,
se la llama capacidad (y también personalidad jurídica). Por lo tanto, podemos afirmar desde ya
que no hay persona o sujeto jurídico sin capacidad y que ésta constituye su carácter definitorio.
El reconocimiento de esta verdad, la encontramos en la definición de persona del párr.
46, pues al decir que lo son todos los seres humanos o grupos sociales, en tanto que aptos para
ser titulares de derechos (y por consiguiente de deberes), se evidencia que la capacidad podrá
ser más o menos extensa, podrá ser limitada a un mínimo que en nuestro derecho, por ejemplo,
corresponde a las personas por nacer, pero siempre habrá de ser mayor que cero. Queda pues
bien claro que no se conciben personas en derecho, con incapacidad jurídica absoluta.
A los efectos de una mejor comprensión de los conceptos que estudiamos, es necesario
establecer con claridad la relación existente entre la persona o sujeto del derecho y la
capacidad:
- la persona es el sujeto del derecho en sí mismo (sustantivo);
- la capacidad, es su aptitud jurídica (atributo).
Se trata pues de cosas distintas que no deben confundirse, pero que se presuponen
recíprocamente, porque la capacidad es el atributo que convierte a los seres humanos y grupos
sociales, en personas del derecho.
55.— 1) Teoría de la ficción. Presuponiendo que las únicas personas jurídicas reales
son las individuales, afirman que las personas colectivas son una ficción, o si se quiere, una
creación artificial del legislador. De este planteo surge como consecuencia que requieren
autorización previa del Estado para actuar válidamente, que éste debe disolverlas, etc.
La teoría ficcionalista tiene sus orígenes en Roma, donde por vez primera se reconoció
durante el Imperio, la personalidad jurídica de ciertos grupos humanos. Fue también sostenida
durante la Edad Media y Moderna, siendo el jurista Savigny, el que la expuso orgánicamente.
HECHO JURÍDICO
59. Aclaración previa.— Toda norma jurídica encierra un supuesto o hipótesis, cuya
realización da nacimiento a las consecuencias jurídicas que la norma establece (vale decir, los
derechos y deberes que las normas conceden e imponen, respectivamente).
El supuesto jurídico—otro de los conceptos jurídicos fundamentales—no es más que la
conceptuación normativa de un hecho (supuesto simple), o de varios hechos (supuesto
múltiple). Como ejemplo del primer caso, citaré la mayoridad ("las personas mayores de edad
deberán...") y, como ejemplo de supuesto múltiple, el siguiente caso: "los hombres mayores de
edad, solteros y de buena salud, deberán... hacer tal cosa" (en esta norma, encontramos un
supuesto integrado por la mención de cuatro hechos). Lo afirmado equivale pues a decir, que el
supuesto jurídico es la representación normativa del hecho jurídico.
Con estas aclaraciones, vamos a comenzar el estudio del objeto mentado por el
supuesto jurídico, es decir, de los hechos jurídicos.
61.— 2) Como objeto del derecho (o hecho-objeto). Sin perjuicio de analizar más
adelante este punto, interesa dejar aquí constancia que sólo pueden ser objeto del derecho, los
hechos humanos y no los naturales. Por ejemplo: la entrega de una cosa, la prestación de
servicios médicos, etc.
Ahora bien, teniendo en cuenta el esquema lógico de la norma jurídica completa como
juicio disyuntivo (párr. 33), se comprenderá que estos hechos humanos pueden ser lícitos o
ilícitos. En el primer caso, serán considerados como conducta correspondiente a un derecho
subjetivo (párr. 68), a un deber jurídico (párr. 67), o a una sanción (que es también por
supuesto conducta lícita —V. párr. 72—); por su parte, en tanto que conducta ilícita, quedan
conceptuados como transgresión o entuerto (párr. 69).
Para cerrar este párrafo, me referiré a esa expresión tan común en los juristas, situación
"de hecho ", como opuesta a situación jurídica o "de derecho ". Se trataría pues de una
situación ajurídica. Así por ejemplo, al estudiarse la naturaleza jurídica del concubinato, son
muchos los autores que dicen estar frente a una situación de hecho, y nada más. Pues bien, de
acuerdo con el concepto, objeto y caracteres del derecho, queda filosóficamente fundado que
toda situación de hecho, en tanto haya una interferencia intersubjetiva de conductas, es al
mismo tiempo una situación jurídica o de derecho. Cuando se dice estar frente a una situación
de hecho, lo que quiere expresarse jurídicamente, es que esas relaciones sociales no han sido
legisladas en especial, pero sí están reguladas por el derecho, pues encuadran en el amplio
marco de libertad (jurídica), dejado a las personas. Y si el derecho da amplia libertad para
realizar o no ciertos actos (los permitidos), es evidente que hay una regulación jurídica.
63. Caracteres.—
1) Pueden ser:
a) naturales, vale decir los que tienen lugar sin que intervenga el hombre (ejs.:
terremotos, inundaciones, etc.); o
b) humanos: son por el contrario, los realizados por el hombre (ejs.: el matrimonio,
el pago de una deuda, los delitos —civiles y penales—, etc.).
2) Debe afectar a dos o más personas, puesto que la norma jurídica es bilateral. Por
ejemplo: la caída de granizo (hecho natural), cuando destruye un trigal, no produce en principio
ninguna consecuencia jurídica, pero sí cuando el propietario ha asegurado sus sembrados
contra ese riesgo, pues aparece ya otro sujeto (el asegurador).
Naturales
Naturales Humanos
Voluntarios Involuntarios
65.— II) De acuerdo con el tiempo en que produzcan sus consecuencias, se los divide
en:
1) Hechos jurídicos de eficacia inmediata: son aquellos cuyas consecuencias jurídicas
(nacimiento, modificación o extinción de derechos y deberes), se producen en seguida de su
realización.
2) De eficacia diferida: cuando la realización de las consecuencias, depende de algún
suceso futuro. Por ejemplo: una donación bajo condición suspensiva.
En síntesis, cuando el nacimiento, modificación o extinción de un derecho o de un
deber jurídico, depende de una condición, plazo, etc., estamos frente a un hecho jurídico de
eficacia diferida.
...
DERECHO SUBJETIVO
DEBER JURÍDICO
68. Remisión.— En los párrs. 33, 35, etc., dije que el llamado deber jurídico o
prestación (también llamado, aunque con menor frecuencia, hecho-prestación u objeto-
prestación), es otro de los conceptos jurídicos fundamentales, lo que implica decir que toda
norma hace referencia a dicho objeto.
Por razones didácticas, trataré este punto en el capítulo siguiente.
70.— Cabe hacer notar que para el iusnaturalismo, la transgresión (lo mismo pasa con
la sanción), no forma parte de la norma y es la negación misma del derecho. Corresponde a
Kelsen el mérito de haber demostrado el error de este planteo, dando al entuerto un lugar
intrasistemático en el derecho.
71. Denominaciones.— La transgresión es también llamada entuerto, hecho
ilícito, no prestación (v. párr. 33), conducta ilícita, conducta antijurídica, etc. (el delito
es generalmente considerado como una especie del género transgresión).
SANCIÓN
73.— La sanción es esencial al derecho; en efecto, "no hay derecho sin sanción,
ya que ésta hace a la esencia de lo jurídico, aunque en algunas situaciones no se
descubra a primera vista su posibilidad. Pero es que se suele confundir sanción con
coacción y se piensa, por ejemplo, en las obligaciones de hacer o en las que nacen del
vínculo de familia (cohabitar, fidelidad), en las que ninguna coacción efectiva es
posible ni está impuesta. No hay que olvidar que en estos casos, como en cualquier
otro, la sanción existe siempre, aunque venga por conducto indirecto en forma de una
compensación de diferente especie, o en una abstención imperativamente impuesta. En
los ejemplos citados, en el caso de las obligaciones de hacer, la solución más corriente
es la condena a una compensación en dinero y en la negativa a cohabitar o guardar
fidelidad, el divorcio".
En otros términos, cabe decir que toda norma jurídica completa hace referencia
a una sanción, por lo que su concepto constituye una de las nociones jurídicas
fundamentales.
....
100. Breve referencia al planteo empirista del problema de los conceptos jurídicos
fundamentales (llamado de los "elementos constitutivos del derecho").— El
problema de los conceptos jurídicos fundamentales, fue planteado inicialmente por
autores de filiación empirista que, como es lógico, lo solucionaron dentro de dicha
orientación. Entre ellos se destacan Picard y Roguin, juristas a quienes se debe la
denominación de "elementos constitutivos o esenciales del derecho", el planteo y
desarrollo del tema, con la particularidad de que sus concepciones han tenido amplia
difusión entre nosotros.
Seguidamente enunciaré en forma sintética estas concepciones, a efectos de
poder apreciar sus errores, tal como los ha señalado la filosofía actual.
CAPÍTULO 6
EL DERECHO SUBJETIVO
Y EL DEBER JURÍDICO.
LA LIBERTAD JURÍDICA
SECCIÓN PRIMERA
INTRODUCCIÓN
9.— Como conclusión de todo lo dicho puede inferirse que detrás de las
expresiones "consecuencia jurídica", "prestación", "objeto del derecho", etc., hay varios
elementos concretos y perfectamente individualizados como conceptos jurídicos
fundamentales: el derecho subjetivo, el deber jurídico, la transgresión, etc., y es por tal
motivo que a ellos me referiré.
SECCIÓN SEGUNDA
11. Concepto.— Según una concepción muy generalizada, el derecho puede ser
encarado desde dos ángulos o puntos de vista, lo que permite distinguir:
1) el derecho desde el punto de vista objetivo: es en esencia la norma jurídica; y
2) el derecho desde el punto de vista subjetivo, expresión que tiene dos
acepciones:
a) sentido restringido: es la facultad jurídica o derecho subjetivo propiamente
dicho. Por ejemplo, el derecho de testar, el de contratar, etc.
Según veremos en el párr. 14, el empleo de la expresión "derecho en sentido
subjetivo", para designar a la facultad jurídica, es criticable, por lo que debe hablarse de
"derecho subjetivo" simplemente, o bien de facultad jurídica, pues ambos son
sinónimos.
b) sentido amplio: es la relación jurídica que, como tal, comprende a) la facultad
jurídica, y b) el deber jurídico.
13.—
2) El Derecho desde el punto de vista subjetivo (o derecho en sentido
subjetivo, etc.). El derecho, tal como se ha explicado, rige la conducta humana, pero
esto, prácticamente, se traduce en que de cualquier norma jurídica, surge alguna
facultad para una persona, que otro u otros deben cumplir o respetar, porque es así
como interfiere una conducta con el obrar de otras personas. Por ejemplo: si yo soy
acreedor y tengo el derecho de cobrar un crédito, es porque otra persona tiene el deber
de pagármelo.
Reitero entonces que, en lenguaje jurídico, la expresión "derecho en sentido
subjetivo" es empleada —según aclaré— en dos acepciones de diversa amplitud, que
deben ser cuidadosamente diferenciadas, para evitar confusiones corrientes.
14.—
A) Sentido restringido: designa al derecho subjetivo (o facultad jurídica o
derecho-facultad). Por ejemplo: el derecho de votar, el de reunirse, el de transitar, etc.
Cabe hacer notar que durante mucho tiempo se distinguió entre derecho objetivo
(se lo llamaba derecho-norma) y derecho subjetivo (denominándoselo derecho-
facultad), distinción que según explicaré en el párr. 16, es incompleta.
En conclusión, y sin perjuicio de volver sobre el tema en el párr. 19, debe
quedar bien aclarado que para referirse a la facultad jurídica, debe hablarse de derecho
subjetivo simplemente y no de derecho en sentido subjetivo.
15.—
B) Sentido amplio: designa la relación jurídica que, a su vez, comprende
el derecho subjetivo y el deber jurídico, es decir, las consecuencias que las normas
jurídicas producen en las relaciones humanas, o si se quiere, la consideración de las
normas en relación a los sujetos (de ahí la expresión subjetivo).
Ahora bien, las relaciones "de hecho" existentes entre los hombres, de cualquier
carácter que fueren (culturales, deportivas, económicas, etc.), son relaciones jurídicas,
debido a que están regidas por el derecho, siendo suficiente con analizar cualquiera de
ellas, para establecer los aspectos básicos a distinguir. Así por ejemplo, en la relación
jurídica que implica un derecho creditorio (también llamado obligación —v. párr. 62
—), podemos distinguir —por lo que aquí interesa— dos elementos:
a) el derecho subjetivo o facultad jurídica, representado en el ejemplo por
nuestro derecho al cobro de una suma de dinero; y
19. Terminología.— Para evitar confusiones, conviene precisar ahora que las
expresiones más acertadas son las siguientes:
1) Derecho, simplemente, para referimos al ordenamiento jurídico y, por lo
tanto, a la norma jurídica. Según dije, también se lo llama derecho objetivo, derecho-
norma, derecho en sentido objetivo, etc.
20.— Por último, agregaré que en idioma inglés, existe una palabra para
designar el derecho (law) y otra distinta para la facultad jurídica (right). En cambio, en
la mayoría de los idiomas, igual que en castellano, hay un solo vocablo. Así en francés,
droit; en italiano, diritto; en alemán, recht; en portugués direito; etc., lo que hace
necesario adjetivarlo con la palabra subjetivo, para establecer la diferencia.
…
SECCIÓN TERCERA
EL DERECHO SUBJETIVO
30. Concepto.— Según he adelantado, el derecho subjetivo ha sido definido
como una posibilidad de acción autorizada por una norma jurídica. Por ejemplo: el
derecho de transitar, el de casarse, el de divorciarse, etc.
De la definición anterior se infiere que no puede tenerse un derecho subjetivo
sin una norma (ley, contrato, sentencia, etc.), en que fundarlo. Por otra parte, toda
norma jurídica hace referencia a uno o varios derechos subjetivos, razón por la cual
estamos frente a otro de los conceptos jurídicos fundamentales. Pero la parte de la
norma que a él hace referencia (ocurre aquí algo semejante a la relación entre supuesto
y hecho jurídico), se denomina facultamiento, y no se confunde con el derecho
subjetivo, que es esa posibilidad de acción a que aludimos.
Lo manifestado implica decir que el titular de un derecho subjetivo, puede
ejercerlo o no según quiera.
Todo derecho subjetivo es correlativo de una obligación o deber a cargo de otro
u otros sujetos obligados, por lo que puede afirmarse que no hay ningún derecho sin su
correlativa obligación, inclusive en los llamados derechos absolutos (v. párr. 50).
…”