Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
CAPÍTULO
tes episodios que ensalzan el matrimonio, cuyo sistema de relacio-
nes es típicamente inhibitorio de las expresiones de obscenidad. En LIMINALIDAD Y COMMUNITAS
los ritos de los gemelos nos enfrentamos, de hecho, a la domesti-
cación de aquellos impulsos violentos, sexuales y agresivos, que a
juicio de los ndembu comparten hombres y animales. Las energías
en su estado más puro, liberadas a través de claros simbolismos
de sexualidad y hostilidad entre los sexos, se canalizan hacia sim-
bolos maestros representativos del orden estructural y de los valo-
res y virtudes sobre los que descansa dicho orden. Todas las oposi-
ciones resultan superadas o trascendidas en una unidad recobrada,
una unidad que, además, se ve reforzada por las mismas fuerzas
que la ponen en peligro. Estos ritos demuestran que una de las ca-
racterísticas del ritual es la de ser un medio para poner al servicio
del orden social las fuerzas mismas del desorden inherentes a la
constitución mamífera del hombre; la relación correcta entre la bio-
logía y la estructura se establece por medio de la activación de una
serie ordenada de símbolos con una doble función, la comunica- FORMAY ATRIBUTOS DE LOS RITOS DE T R A N S I C I ~ N
ción y la eficacia.
En este capítulo retomo un tema que he examinado brevemen-
te en otro lugar (Turner, 1980...,págs. 103-123), señalo ciertas va-
riantes suyas y analizo algunas de sus implicaciones adicionales para
el estudio de la cultura y la sociedadbEl tema en cuestión viene
representado en primer lugar por la naturaleza y características de
lo que Arnold van Gennep (1%0) ha denominado la «fase limi-
nal» de los r i f a de p ~ s s a g e . ~ Emismo
l Van Gennep los definió
como «ritos que acompañan todo cambio de lugar, estado, posición
social y edad»?Para indicar el contraste entre «estado» y ((transi-
ción», empleo el término «estado» para referirme a todas sus otras
acepciones; es un concepto más global que status o «cargo», y
designa cualquier tipo de condición estable o recurrente cultural-
mente reconocida.@vanGennep ha demostrado que todos los ritos
de paso o «transición» se caracterizan por tres fases, a saber: se-
paTación, maigen (o limen, que en latín quiere decir <<&ral») y
a g r ' e g a m a primera fase (de separación) comprende la conducta
s i m b 6 l í c ~ p ~ q----u ~-e x ~ Tseparación
Gala del individuo o gru-
po, bien sea de un punto a n t s o r fijo en la estructura social, de
un conjunto de condiciones culturales (un «estado»), o de ambos;
durante el periodo «liminal» intermedio, las caracteristicas del-su-
jeto ritual (el «pasajero») son ambiguas, ya que atraviesa un en-
torno cultural que tiene pocos, o ninguno, de los atributos del es-
t a d o T ~ a a c óo venidero, y en la tercera fase (reagregación' o
-
reincorporación) se consuma el paso.'El sujeto ritual, ya sea indi-
v i m i o colectivo, se h?iIIgaeYüiiio-i?n un estado relativamente
nos de estos atributos -pasividad, humildad, cuasi desnudez- en
un medio simbólico que representaba a la vez un útero y una se-
estable y, en virtud de ello, tiene derechos y obligaciones vis a vis pultura. En las iniciaciones con un largo período de aislamiento,
otros de un tipo claramente definido y «estructural»; de él se espe- como sucede en los ritos de circuncisión de muchas sociedades tri-
ra que se comporte de acuerdo con ciertas normas dictadas por la bales o en los de ingreso en sociedades secretas, es frecuente que
costumbre y ciertos principios éticos vinculantes para quienes ocu- proliferen los símbolos liminales.
pan posiciones sociales en un sistema de tales posiciones.
Communitas
Lim inalidad
Lo que nos interesa de los fenómenos liminales para los fines .
Q L9s atributos de la liminalidabQgela~sl?~~gnpeJiminales (((gen- que aquí perseguimos es la mezcla que en ellos se observa de lo
tes de umbral») son necesariamente ambiguos,'ya que esta condi- humilde y lo sagrado, de la homogeneidad y el compañerismo. En
c i.__
ó- ~ @ & r s o n a seluden o se escapaafiggema de cfa$fica- tales ritos--.-
se nos
- ofrece un ((momento en y fuera del tiempo)), d a -
cienes que normalmente establecen las situaciones rposiciones en tro y fuera de la estructura social secular, que evidencia, aunque
__,- .. _-"- -
1"
,
ra en el__, ...--
caso delalimiñZiiacpcir
~ IoJmArgenes, en el de la-mggi- vimientos religiosos o políticos de tipo nivelador puede ir seguida
ndidad; y por debajo suyo, si se trata de la infwoskl& No existe sin tardanza de despotismo, burocracia desmedida u otras modali-
pr-~hagar alguno en qpeso-se la considere sagradao dades de esclerosis de la. estructura. Esto se debe a que, al igual
« ~ ~ ~ ~ y - ~ U a d e h i d o .aqque
u i ztransgrede
á o elimina las ngrmas que los neófitos en las cabañas de circuncisión africanas, los mon-
qiie~xigienlasrelacionesestructuradas e institucionalizadas, ....tiem-
- al jes benedictinos o los miembros de los movimientos milenaristas,
po que va acompañada de experiencias de una fuerza sin prece- quienes viven en comunidad parecen precisar, más tarde o más tem-
dentes. Los procesos de «nivelación» y «despojamiento» sobre los prano, una autoridad con plenos poderes, ya se trate de una serie
que Goffman ha llamado nuestra atención parecen, a menudo, Ile- de mandamientos religiosos, un líder inspirado por la divinidad o
nar de afecto a las personas a ellos sometidas. No cabe duda de un dictador. La communitas no pueden darse en solitario si quie-
que, a través de estos procesos, se liberan energías instintivas, pero ren satisfacerse debidamente las necesidades materiales y organi-
en la actualidad me inclino a pensar que la communitas no es tan' zativas de los seres humanos; la maximización de la communitas
sólo el producto de impulsos biológicamente heredados y libres de provoca una maxirnización de la estructura, lo que a su vez produ-
toda traba cultural, sino que se trata mds bien del producto de fa- ce enfrentamientos revolucionarios que pretenden conseguir una
cultades intrínsecas del hombre, entre las que se incluyen la racio- communitas renovada. La historia de toda gran sociedad constitu-
nalidad, la volición y la memoria, que se desarrollan con la expe- ye una buena muestra, a nivel político, de semejante oscilación, y
riencia de la vida en sociedad, como sucede entre los tallensi, donde en el capítulo siguiente se expondrán dos importantes ejemplos de
sólo los varones adultos sufren las experiencias que les inducen a esto.
recibir altares bakologo. Anteriormente mencione la estrecha conexión existente entre
La idea de que existe un vínculo genérico entre los hombres, estructura y propiedad, ya sea ésta privada o colectiva, heredada
así como el sentimiento relacionado de «confraternidad», no son o administrada; así, la mayoría de los movimientos rnilenaristas
epifenómenos de algún tipo de instinto gregario sino productos de tratan de abolir la propiedad o de que la posesión de todos los bie-
hombres entregados en cuerpo y alma. La liminalidad, la mar- nes sea común. Normalmente ello sólo es posible durante un breve
ginalidad y la inferioridad estructural son condiciones en las que período de tiempo, hasta la fecha fijada para la llegada del mile-
con frecuencia se generan mitos, símbolos, rituales, sistemas filo- nio o los cargos ancestrales. Cuando la profecía no se cumple, vuel-
sbficos y obras de arte. Estas formas culturales proporcionan a los ven la propiedad y la estructura y el movimiento se institucionali-
hombres una serie de patrones o modelos que constituyen, a un za; puede también desintegrarse, en cuyo caso sus seguidores se
determinado nivel, reclasificaciones periódicas de la realidad y de incorporan al orden estructurado circundante. Sospecho que el mis-
la relación del hombre con la sociedad, la naturaleza y la cultura, mo Lewis Henry Morgan deseaba el advenimiento de la communi-
pero son también algo más que meras clasificaciones, ya que inci- tas universal; a modo de ejemplo veamos lo que dice en los últi-
tan a los hombres a la acción a la vez que a la reflexión. Cada una mos y contundentes párrafos de su obra La sociedad primitiva
de estas obras tiene un carácter multívoco, con múltiples significa- (1975): «El destino final de la humanidad no es una mera carrera
dos, y es capaz de afectar a la gente a muchos niveles psicobiológi- hacia la propiedad, si es que el progreso ha de ser la ley del futuro
cos simultáneamente. como lo ha sido del pasado ... Parece que la disolución social será
Aquí se produce un proceso dialéctico, ya que la inmediatez de la terminación de una empresa de la cual la propiedad es el fin y
la communitus da paso a la mediatez de la estructura, mientras que, la meta, porque dicha empresa contiene los elementos de su pro-
en les rites de passage, los hombres son liberados de la estructura pia destrución. La democracia en el gobierno, la fraternidad en la
a la communitas para volver posteriormente a una estructura revi- sociedad, la igualdad de derechos y privilegios y la educación uni-
mantener relaciones vitales con otras hombres, ya sean reales o ima- talizada por su experiencia de la communitas. Lo cierto en que nin-
ginarios. En sus obras podemos vislumbrar ese potencial evoluti- guna sociedad puede funcionar adecuadamente sin esta dialéctica.
vo sin utilizar de la humanidad que aún no ha sido exteriorizado La exageración de la estructura puede conducir incluso a manifes-
y fijado en la estructura. taciones patológicas de la communitas al margen o contra «la ley»,
La communitas se introduce por los intersticios de la estructu- mientras que la exageración de la communitas en determinados mo-
.,.:... . -
__
"-
ra en el__, ...--
caso delalimiñZiiacpcir
~ IoJmArgenes, en el de la-mggi- vimientos religiosos o políticos de tipo nivelador puede ir seguida
ndidad; y por debajo suyo, si se trata de la infwoskl& No existe sin tardanza de despotismo, burocracia desmedida u otras modali-
pr-~hagar alguno en qpeso-se la considere sagradao dades de esclerosis de la. estructura. Esto se debe a que, al igual
« ~ ~ ~ ~ y - ~ U a d e h i d o .aqque
u i ztransgrede
á o elimina las ngrmas que los neófitos en las cabañas de circuncisión africanas, los mon-
qiie~xigienlasrelacionesestructuradas e institucionalizadas, ....tiem-
- al jes benedictinos o los miembros de los movimientos milenaristas,
po que va acompañada de experiencias de una fuerza sin prece- quienes viven en comunidad parecen precisar, más tarde o más tem-
dentes. Los procesos de «nivelación» y «despojamiento» sobre los prano, una autoridad con plenos poderes, ya se trate de una serie
que Goffman ha llamado nuestra atención parecen, a menudo, Ile- de mandamientos religiosos, un líder inspirado por la divinidad o
nar de afecto a las personas a ellos sometidas. No cabe duda de un dictador. La communitas no pueden darse en solitario si quie-
que, a través de estos procesos, se liberan energías instintivas, pero ren satisfacerse debidamente las necesidades materiales y organi-
en la actualidad me inclino a pensar que la communitas no es tan' zativas de los seres humanos; la maximización de la communitas
sólo el producto de impulsos biológicamente heredados y libres de provoca una maxirnización de la estructura, lo que a su vez produ-
toda traba cultural, sino que se trata mds bien del producto de fa- ce enfrentamientos revolucionarios que pretenden conseguir una
cultades intrínsecas del hombre, entre las que se incluyen la racio- communitas renovada. La historia de toda gran sociedad constitu-
nalidad, la volición y la memoria, que se desarrollan con la expe- ye una buena muestra, a nivel político, de semejante oscilación, y
riencia de la vida en sociedad, como sucede entre los tallensi, donde en el capítulo siguiente se expondrán dos importantes ejemplos de
sólo los varones adultos sufren las experiencias que les inducen a esto.
recibir altares bakologo. Anteriormente mencione la estrecha conexión existente entre
La idea de que existe un vínculo genérico entre los hombres, estructura y propiedad, ya sea ésta privada o colectiva, heredada
así como el sentimiento relacionado de «confraternidad», no son o administrada; así, la mayoría de los movimientos rnilenaristas
epifenómenos de algún tipo de instinto gregario sino productos de tratan de abolir la propiedad o de que la posesión de todos los bie-
hombres entregados en cuerpo y alma. La liminalidad, la mar- nes sea común. Normalmente ello sólo es posible durante un breve
ginalidad y la inferioridad estructural son condiciones en las que período de tiempo, hasta la fecha fijada para la llegada del mile-
con frecuencia se generan mitos, símbolos, rituales, sistemas filo- nio o los cargos ancestrales. Cuando la profecía no se cumple, vuel-
sbficos y obras de arte. Estas formas culturales proporcionan a los ven la propiedad y la estructura y el movimiento se institucionali-
hombres una serie de patrones o modelos que constituyen, a un za; puede también desintegrarse, en cuyo caso sus seguidores se
determinado nivel, reclasificaciones periódicas de la realidad y de incorporan al orden estructurado circundante. Sospecho que el mis-
la relación del hombre con la sociedad, la naturaleza y la cultura, mo Lewis Henry Morgan deseaba el advenimiento de la communi-
pero son también algo más que meras clasificaciones, ya que inci- tas universal; a modo de ejemplo veamos lo que dice en los últi-
tan a los hombres a la acción a la vez que a la reflexión. Cada una mos y contundentes párrafos de su obra La sociedad primitiva
de estas obras tiene un carácter multívoco, con múltiples significa- (1975): «El destino final de la humanidad no es una mera carrera
dos, y es capaz de afectar a la gente a muchos niveles psicobiológi- hacia la propiedad, si es que el progreso ha de ser la ley del futuro
cos simultáneamente. como lo ha sido del pasado ... Parece que la disolución social será
Aquí se produce un proceso dialéctico, ya que la inmediatez de la terminación de una empresa de la cual la propiedad es el fin y
la communitus da paso a la mediatez de la estructura, mientras que, la meta, porque dicha empresa contiene los elementos de su pro-
en les rites de passage, los hombres son liberados de la estructura pia destrución. La democracia en el gobierno, la fraternidad en la
a la communitas para volver posteriormente a una estructura revi- sociedad, la igualdad de derechos y privilegios y la educación uni-
versa1 anticipan el próximo plano más elevado de la sociedad, al CAPÍTULO IV
cual la experiencia, el intelecto y el saber tienden firmemente))(pág.
544). COMMUNITAS: MODELO Y PROCESO
¿Cuál es este «plano más elevado))?Es ahí donde aparentemente
Morgan sucumbe al error en que incurrieron pensadores de la ca-
tegoría de Rousseau y Marx: la confusión entre communitas, que
es una dimensión de todas las sociedades, ya sean pasadas o pre-
sentes, y la sociedad arcaica o primitiva. «Será una resurrección»,
prosigue diciendo, «en forma más elevada de la libertad, igualdad
y fraternidad de las antiguas gentes». Pero como confirmarían hoy
la gran mayoría de los antropólogos, las normas y diferencias de
status y prestigio impuestas por la costumbre en las sociedades pre-
literarias apenas dejan lugar para la libertad y la elección indivi-
duales -el individualista a menudo es considerado como un
brujo- ni tampoco para la auténtica igualdad entre, por ejemplo,
hombres y mujeres, viejos y jóvenes, jefes y gentes comunes, al
tiempo que la fraternidad misma sucumbe a menudo a la marcada
distinción de status entre los hermanos mayores y los menores. La MODALIDADES
DE COMMUNITAS
pertenencia a segmentos rivales en sociedades como la tallensi, la
nuer o la tiv no permite siquiera la fraternidad tribal; tal perte- Este capítulo surge casi espontáneamente de un seminario que
nencia compromete al individuo con la estructura y los conflictos impartí en la Universidad de Come11 a un grupo interdisciplinario
inseparables de la diferenciación estructural. Sin embargo, aun en de estudiantes y profesores, sobre distintas cuestiones de lo que po-
las sociedades más simples, la diferencia entre estructura y com- drían denominarse los aspectos metaestructurales de las relaciones
rnunitas existe, y adquiere una expresidn simbólica a través de los sociales. Yo fui educado en la tradici6n socioestructuralista ortodo-
atributos culturales de la liminalidad, la marginalidad y la inferio- xa de la antropología británica, la cual -por exponer un comple-
ridad. En las distintas sociedades, y en períodos diferentes dentro jo razonamiento con cruda sencillez- considera a la «sociedad»
ya de cada sociedad, se impone uno u otro de estos ((antagonistas como un sistema de posiciones sociales, pudiendo tener este sistema
inmortales» (tomando prestado un tCrmino que Freud empleó con una estructura segmentaria, jerárquica, o ambas a la vez. Lo que
un sentido diferente), pero juntos constituyen la ((condición hu- quiero subrayar aquí es que las unidades de la estructura social es-
mana)), en lo que se refiere a las relaciones del hombre con sus con- tán constituidas por las relaciones entre status, roles y funciones.
géneres. (Aquí, por supuesto, no utilizo la palabra «estructura» en el senti-
do en que generalmente la usa Lévi-Strauss). La utilización de mo-
delos socioestructurales ha sido extremadamente útil para clarifi-
car muchas Areas oscuras de la cultura y la sociedad, pero, al igual
que otras ideas importantes, el punto de vista estructural ha aca-
bado convirtiéndose con el tiempo en una traba y un fetiche. La
experiencia del trabajo de campo y una serie de lecturas generales
sobre el arte y las humanidades me convencieron de que lo «so-
cial» no es idéntico a lo «socioestructural», de que existen otras
modalidades de relación social.
Más allá de lo estructural se encuentra no sólo la hobbessiana
«guerra de todos contra todos)) sino también la communitas, for-