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Victoria Camps.

Con 79 años de edad, nacida en Barcelona. Es una filosofa española y consejera Permanente del
Consejo de Estado, además de poseer un título emérito como catedrática de la Universidad de
Barcelona. Con una presencia activa en la escena política española, perteneciente al movimiento
de izquierdas federalistas.

Ha publicado diversos ensayos sobre ética, filosofía política y bioética, En su trabajo ha destacado
por la defensa del papel de la mujer en la vida política y su interés por el Estado del bienestar, la
educación cívica, la crítica de las emociones como detonante del accionar humano y
constantemente reivindica la pausa, el silencio y la soledad como bases de un correcto ejercicio
pensamiento.

Es en este último detalle mencionado en el cual se basa la obra que hemos escogido trabajar, el
elogio de la duda, en la cual Camps nos plantea la actitud dubitativa como un ejercicio de
reflexión, de analizar los pros y contras cuando nuestras emociones están a flor de piel al
momento de tomar decisiones o dar opiniones.

A lo largo de este libro-ensayo encontraremos apuntes bajo las corrientes de pensamiento de


Platón, Aristóteles, Descartes, Spinoza, Montaigne, Nietzsche, entre otros. Hombres que utilizaron
la duda como base de sus razonamientos.

Camps explica que el conocimiento se logra a través del ensayo y del error. No somos
omniscientes, somos muy limitados en cuanto a lo que podemos llegar a conocer. Y, por lo tanto,
no tenemos más remedio que ser conscientes de que conocemos las cosas a medias, nos
equivocamos con frecuencia y es preciso rectificar, evaluar lo que pensamos que conocemos,
contrastarlo y corregirlo si nos hemos equivocado. Es la única forma de avanzar en el
conocimiento".

En “tribulación y felicidad del pensamiento”, Zuleta se apoya en Freud y su idea acerca de la


posición que tomamos respecto a nuestra sexualidad en la etapa aun de la niñez. La dicotomía
existente entre lo que el niño descubre por la investigación autónoma de su propio cuerpo, que se
da a solas, en su intimidad, que es propia, y aquellos conocimientos y dogmas trascendidos de los
padres muchas veces disfrazados por fabulas como la de la cigüeña o las respuestas abiertas ante
la pregunta ¿Cómo vienen los niños al mundo? Y es ahí cuando la duda, la misma de la que nos
habla Victoria Camps, nos ayuda a ir borrando estas falsas verdades que, en ocasiones, tomamos
como ciertas de primer momento solo por el afán de aceptación o de “seguir la corriente” antes
las ideas de nuestros padres.

Siendo solo este un ejemplo de las relaciones que podríamos encontrar entre los autores, a
continuación quisiéramos mostrar unas citas que nos podrían ayudar a profundizar en esa idea de
relación.
“CITAS”

1. “La existencia de un espacio para el debate implica la posibilidad de la duda, la


cual está muy lejos de ser el ejercicio natural de una facultad ni menos aún el
efecto de una decisión voluntaria”

“La duda es una actitud plenamente humana, de seres limitados y finitos, pero,
paradójicamente, no es la actitud más habitual. No es habitual, pese a que hemos
escogido una forma de gobierno, la democracia, que se asienta en el diálogo, en el
contraste de opiniones, en la convicción de que son muy pocas las ideas que
pueden mantenerse contra viento y marea.”

Podemos observar que tanto Camps como Zuleta nos presentan el diálogo,
el contraste de ideas y el debate, algo característico del modelo democrático
que menciona Victoria, como el espacio propicio para el surgimiento de la
duda, además de caracterizarla como una acción que se da “sobre la
marcha”, no por convicción o decisión propia e inmediata.

2. “En nuestra sociedad el pensamiento está amenazado tanto por las formas de
adaptación que se promueven, como por las formas de desadaptación que se
producen. Si la filosofía quiere llegar a ser importante, si no se conforma con un
humilde sitio en la división social del trabajo, como especialización inocua en ideas
generales, tiene que saberse combatida y afirmarse combatiente”

“La indeterminación en cuanto a lo que hay que creer y lo que hay que hacer es un
terreno propicio a la filosofía, pero no al individuo corriente que anhela
seguridades. Por eso prosperan los libros de autoayuda, en detrimento de los
ensayos filosóficos”

Los autores nos dan su posición con respecto a lo que creen debe ser la acción
filosófica y el aplicar de esta. Que para salir de esa zona a la cual como individuos
la hemos relegado bajo nuestro afán de afirmar o rechazar directamente una idea
o un concepto presentado ante nosotros, sin tomar el tiempo necesario para
analizarlo o realizar un ejercicio de pensamiento, y por el contrario, habitualmente
se da una respuesta inmediata, automática o “visceral” guiada por un sentimiento
de pertenencia, aceptación o presión social, esto sin haber realizado
correctamente un ejercicio de autoanálisis ante la idea presentada.

Como pudimos apreciar, Zuleta Y Camps invitan a ese correcto proceso de pensar, de
tomar decisiones, no de forma apresurada y cayendo bajo presión, si no atrevernos a
tener una postura propia sobre cualquier tema, esto después de analizarlo, pensarlo,
discutirlo y haber llegado a un punto en concreto que nos permitan debatirlo o defenderlo.

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