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¿Puede un cristiano ser

poseído por un demonio?


Autor: Lic. Dawlin A. Ureña
(Masters Candidate and member of the
Scientific Research Society (CRS)

La mayoría de los cristianos de hoy día ignoran la naturaleza de los espíritus malignos o de los
demonios y en muchas iglesias este es un tema que ni siquiera se menciona. Los líderes de
estas instituciones eligen evitar o ignorar el tema por miedo a "meterse en cosas que estás más
allá de lo que ellos pueden entender". El resultado de esta ignorancia es una vida llena de
tormentas sin saber de dónde procede todo.

Una de las representaciones más nocivas de la Verdad de Dios es que nosotros los cristianos
no debemos preocuparnos con pensamientos de que un demonio podría ser la causa de
nuestros problemas. Esto se enseña en muchas iglesias y este tipo de enseñanzas le
proporciona a Satanás un "camino recto y limpiecito" hacia las vidas de los cristianos, trayendo
a sus vidas MIEDO, TORMENTO MENTAL, CELOS, ODIO, LUJURIA, ORGULLO,
ADICCIONES, y muchas otras formas de dependencia, opresión y esclavitud.

Cuando practicamos lo malo sabiendo lo que estamos haciendo, Satanás eventualmente envía
uno de sus demonios que sea compatible con este pecado en particular a morar entre nosotros.
Y cada vez que nosotros cometemos el pecado, ese espíritu toma control de nuestras vidas y
se va arraigando más y más.

La personalidad del demonio se va familiarizando y mezclando más y más con la de su víctima


y entonces se necesita discernimiento espiritual para identificarlos. Tenemos que recordar que
los demonios son espíritus, por tanto, "espíritus invisibles". Los demonios fueron creados con
inteligencia y ellos usan esa inteligencia, ahora orientada hacia el mal, para expresar sus
deseos pervertidos a través de nosotros. Estos espíritus son enviados por Satanás y cada uno
tiene su personalidad y gustos individuales que los hacen seres vivos, inteligentes y con sus
propias agendas.

Los demonios oyen, hablan, ven, obedecen, buscan, piensan, conocen, y se apropian de
nuestros cuerpos, y hasta de los cuerpos de animales y objetos, para poder actuar en el mundo
material donde somos nosotros quienes nos convertimos en sus agentes. Para referencias
bíblicas consultar Mateo 12:43-45, y Marcos 1:23-24,3:11).

Las buenas noticias son que hasta los demonios ha quedado sujetos a Cristo por su expiación
en el Calvario. Dice la Biblia que a Cristo le fue dado un nombre que es sobre todo nombre. La
Biblia también nos dice que a nosotros se nos ha dado la autoridad de usar ese nombre que es
sobre todo nombre. Eso también incluye a los demonios. Esas son buenas noticias mi estimado
amigo.

A menudo llamamos a Satanás el Demonio. Sin embargo, ese no es el nombre más apropiado
para Satanás. Satanás no es un simple demonio. Cuando Satanás fue creado fue creado
grande y mucho mayor que los demonios. Él era un Arcángel o mayor aun y es por eso que los
demonios se le someten a él. Satanás además cuenta con el apoyo de ángeles caído, los
cuales no son demonios tampoco. Los ángeles caídos están por encima de los demonios y
éstos tienen mayores tareas y responsabilidades ante Satanás que los demonios. PEn otras
palabras y analógicamente, Satanás es el General, los ángeles caídos son los oficiales y los
demonios son los soldados.

MISIÓN DE LOS DEMONIOS


Los demonios y los ángeles caídos tienen asignaciones diferentes. Cada uno puede ser
reconocido por la forma de manifestarse. Ahora usemos la Palabra de Dios para enterarnos de
cuál es la verdad acerca de este controversial tema, sin importar lo que diga su líder religioso
(algunos de esos irresponsables líderes son los que, desde los tiempos de Jesús, tienen a la
gente en la miseria espiritual).

¿PUEDE UN CRISTIANO TENER UN DEMONIO?


Una de las artimañas más sutiles de Satanás es causar división entre los cristianos, ya que así
puede trabajar libremente en ambos lados de la pelea. Para responder esta pregunta no
vayamos muy lejos y usemos EXCLUSIVAMENTE la Biblia. Para entender si un cristiano
puede tener un demonio tenemos que entender dos factores principales de los problemas de
los cristianos.

El primer problema es lo que Pablo llamó "la carne" en Romanos 8:5-8, "Porque los que viven
conforme á la carne, de las cosas que son de la carne se ocupan; mas los que conforme al
espíritu, de las cosas del espíritu. Porque la intención de la carne es muerte; mas la intención
del espíritu, vida y paz. Por cuanto la intención de la carne es enemistad contra Dios; porque no
se sujeta á la ley de Dios, ni tampoco puede"

La "carne" es definida como la "mente carnal" y se dice que está en enemistad con Dios. La
mente carnal se encuentra en el espíritu del hombre. Después de que un cristiano experimenta
el "nuevo nacimiento" él es una nueva criatura. Sin embargo, él aún tiene el problema de morar
en el interior de un cuerpo, sin importar que ahora el Espíritu de Dios vive en él. Su mente aún
no ha sido renovada por la Palabra de Dios, así que a no ser que él considere el "hombre viejo"
como muerto cuando llega la tentación, él le falla a Dios y cede a los deseos de la "carne."

Para mantenerse caminando en el Espíritu, uno debe dedicar totalmente su vida a Dios y
continuamente decidir por el camino de Dios. La "carne" y el resto del mundo están bajo el
dominio de Satanás, así que cuando pecamos, nos postramos ante un ataque del maligno de
forma indirecta. Romanos 6:16 ¿Acaso no saben ustedes que, cuando se entregan a alguien
para obedecerlo, son esclavos de aquel a quien obedecen? Claro que lo son, ya sea del
pecado que lleva a la muerte, o de la obediencia que lleva a la justicia."

La manera de deshacerse del mal en esas circunstancias es someterse al Señor y resistir a


Satanás para que tenga que huir (Santiago 4:7). Nosotros tenemos que crucificar nuestra carne
y escoger lo que el Espíritu nos dice que debemos hacer en cada circunstancia " Los que son
de Cristo Jesús han crucificado la naturaleza pecaminosa, con sus pasiones y deseos "
(Gálatas 5:24).

SUCIEDAD EN LA CARNE Y EN EL ESPIRITU


2. La segunda causa de los problemas internos del cristiano son espíritus malignos o demonios
que Satanás ordena que se adhieran a alguna parte de nuestra "carne" que todavía no ha sido
vencida. Estos demonios no abandonan su posición a no ser que se le ordene que lo hagan.
Algunas personas dicen que un cristiano no puede ser poseído por demonios. Ellos dicen que
el Espíritu ahora mora en ellos y que un espíritu maligno no puede coexistir en su cuerpo.
Debido a esta enseñanza equivocada, muchos están aprisionados por las tinieblas
¡PUDIENDO ESTAR LIBRES!

Esta creencia equivocada es contraria a lo que enseñan las Escrituras. II Corintios 7:1 dice:
"Como tenemos estas promesas, queridos hermanos, purifiquémonos de todo lo que contamina
el cuerpo y el espíritu, para completar en el temor de Dios la obra de nuestra santificación."
En verdad el Espíritu Santo no necesita limpieza, pero el espíritu del hombre y su carne tienen
áreas que necesitan ser aseadas y los espíritus diversos que puedan estar adheridos a ellas
deben ser reprendidos. Jesús dijo que nuestras casas eran como casas que servían de
moradas a los espíritus, y especificó que después de haberla limpiado, si no continuábamos
llenándola del Espíritu de Dios, eventualmente un demonio podría regresar, ¡y regresar con
refuerzos!: "Cuando un espíritu maligno sale de una persona, va por lugares áridos, buscando
descanso sin encontrarlo. Entonces dice: 'Volveré a la casa de donde salí.' Cuando llega, la
encuentra desocupada, barrida y arreglada. Luego va y trae a otros siete espíritus más
malvados que él, y entran a vivir allí. Así que el estado postrero de aquella persona resulta peor
que el primero." (Mateo 12:43-45).

Esto nos enseña que una porción del reino de Satanás es un ejército de seres espirituales.
Ellos buscan entrar los cuerpos de los mortales (hombres o animales). Como en una colina
estaba paciendo una manada de muchos cerdos, los demonios le rogaron a Jesús: Mándanos
a los cerdos; déjanos entrar en ellos. Así que él les dio permiso. Cuando los espíritus malignos
salieron del hombre, entraron en los cerdos, que eran unos dos mil, y la manada se precipitó al
lago por el despeñadero y allí se ahogó." (Marcos 5:12).

Los demonios hacen el mal y la persona a quien poseen paga por el delito. Algunas personas
son responsables por el pecado que ellos permiten a los demonios hacer con su cuerpo, pero a
veces el demonio va más allá de lo que la persona planificó y ahí están los millones de historias
que dicen, "Yo solamente quería asustarla… ¡nunca pensé que mataría!". Otros dicen: "Sentí
una voz que me decía, ¡mátalo, mátalo, mátalo! y cuando vine a reaccionar, tenía una pistola
humeante en las manos y mi hermano yacía muerto en el suelo. Yo no quise hacerlo, ¡no quise
hacerlo!"

CADENAS DE INIQUIDAD
Algunos niños nacen bajo maldiciones generacionales y tienen demonios preasignados que
causan su comportamiento antisocial y errático. Los padres que ignoran esto, casi matan a sus
hijos a golpes. Estos niños se golpean las cabezas, lanzan gritos desesperados, se muerden su
cuerpo, o tienen pesadillas constantes. Esos niños tienen demonios y necesitan ser liberados
mediante la oración. Alguien tiene que reprender esos demonios. En Marcos 9:20-21 tenemos
un espeluznante ejemplo de esta cruda realidad: "Así que se lo llevaron. Tan pronto como vio a
Jesús, el espíritu sacudió de tal modo al muchacho que éste cayó al suelo y comenzó a
revolcarse echando espumarajos. ¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto? --le preguntó Jesús
al padre. --Desde que era niño -contestó el padre del niño."

Los demonios pueden atacar aunque no haya pecado envuelto en el caso de los niños. Los
pecados de los padres traen una maldición, y se forma lo que se llama una "cadena de
iniquidad" que necesita ser rota. Éxodos 20:5-6: "No te inclinarás a ellas, ni las honrarás;
porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos
hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a
los que me aman y guardan mis mandamientos".

Otra Escritura que habla sobre esta "cadena de iniquidad" se encuentra en Jeremías 32:18
"que haces misericordia a millares, y castigas la maldad de los padres en sus hijos después de
ellos, dios grande… " También ver Jeremías 16:19 e Isaías 14:20-22 los que muestran que
nosotros sí heredamos maldiciones generacionales por las maldades cometidas por nuestros
padres, abuelos, bisabuelos, etc.

Los demonios entran cuando la voluntad de la persona es debilitada y él es dominado por


Satanás. Esto es común cuando una persona sufre una contusión terrible en un accidente que
causa mucho miedo en la persona. Las víctimas de accidentes que pierden la conciencia
debido al golpe en la cabeza a menudo reciben invasiones demoníacas. Durante el vacío
consciente de la persona, un demonio entró y ahora se apodera de la persona. Los adictos y
alcohólicos generalmente quedan tan aturdidos que abren sus mentes a la invasión demoniaca.
Los que más peligro corren son aquellos que asisten a sesiones espiritistas o se dejan
hipnotizar en alguna sesión de hipnosis. Los demonios entran en las personas por la puerta
grande abierta.
Aquellos que se dejan dominar por el pecado de manera continua también invitan
demonios a sus cuerpos. La personalidad del demonio generalmente es compatible con
la persona que viene a poseer. María Magdalena, por ejemplo, había sido poseída por
siete espíritus: "y también algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus
malignos y de enfermedades: María, a la que llamaban Magdalena, y de la que habían
salido siete demonios" (Luke 8:2).

CÓMO COMBATIR CONTRA LOS DEMONIOS


El Señor nos revela las artimañas de Satanás para que los cristianos aprendamos a combatir el
enemigo real cuando él ataque nuestras vidas, en vez de combatirnos a nosotros mismos. Lo
primero que tenemos que hacer es ejercitar nuestra autoridad sobre Satanás, reprendiéndolo
de nuestras vidas y de las vidas de nuestros amados. Tenemos que crecer y dejar de actuar
como niños peleándonos unos contra otros, y tenemos que empezar la lucha contra el
verdadero enemigo, Satanás. La oración es insuperable e indispensable. Él huirá cuando lo
reprendamos en el nombre de Jesús.

Combatamos y resistamos las tentaciones externas sometiéndonos a Dios y el diablo huirá de


nosotros. Si clamamos a Dios con un corazón contrito y humillado y resistimos la tentación
agresivamente, él no tendrá alternativa que huir de nosotros.

Algo importante que usted no debe olvidar, si usted no ha experimentado el "nuevo


nacimiento," simplemente hágalo cuanto antes y entonces tendrá la autoridad para reprender.

ORACIONES DE LIBERACIÓN
Después de haber confesado verbalmente a Jesús, lo cual demuestra su fe, tenemos que
confesar el pecado que dio acceso a Satanás a nuestra vida. Es aquí donde tenemos que
reconocer nuestras relaciones con cualquier culto religioso o práctica oculta.

Confesando nuestros pecados y debilidades recibimos franqueza y autoridad, además de


confiesa para reconocer las mentiras de Satanás y reemplazarlas con la verdad. Después de
esto, con toda confianza y autoridad podemos reprender demonios y ellos CIERTAMENTE
HUIRAN cuando sean reprendidos en el nombre de Jesús. Cuando la opresión o posición es
fuerte, homosexualidad, sordera, brujería, etc., es conveniente pedir a otros creyentes
experimentados que nos acompañen en la empresa de reprensión.

Este tipo de oración SOLAMENTE debe ser hecha por cristianos que hayan recibido el "nuevo
nacimiento" y que estén llenos del Espíritu Santo, de otra forma, los demonios saliendo de la
persona liberada podrían adherirse fácilmente a la persona que NUNCA debió estar presente.
En Hechos se nos muestra un caso patético y hasta cómico donde esto sucedió: "Algunos
judíos que andaban expulsando espíritus malignos intentaron invocar sobre los endemoniados
el nombre del Señor Jesús. Decían: "¡En el nombre de Jesús, a quien Pablo predica, les
ordeno que salgan!" Esto lo hacían siete hijos de un tal Esceva, que era uno de los jefes de los
sacerdotes judíos. Un día el espíritu maligno les replicó: "Conozco a Jesús, y sé quién es
Pablo, pero ustedes ¿quiénes son?" Y abalanzándose sobre ellos, el hombre que tenía el
espíritu maligno los dominó a todos. Los maltrató con tanta violencia que huyeron de la casa
desnudos y heridos. Hechos 19:13-16.

Sacar demonios demanda fe y cierto nivel de conocimiento de lo que se está haciendo. Si a


usted le falta la franqueza, el conocimiento y la fe para reprender demonios, pídale a Dios que
se los dé y que le guíe a personas que puedan cooperar con usted.

Hay personas que se ponen a hablar con los demonios cometen un error. Satanás es un
mentiroso! No se ponga a pelear con el poseído ni mantenga a la persona poseída sujetada
durante el exorcismo. Otros se ponen reprender demonios por sus nombres y el fracaso les
espera. Si usamos el nombre de Jesús con autoridad y citamos escrituras que muestran
nuestro derecho a lo que estamos haciendo, los demonios no tendrán otra alternativa que
retirarse. Se han dado casos donde practicantes o novatos usan métodos inapropiados y los
demonios aun así se retiran. De seguro Dios ve los corazones y nota las buenas intenciones y
considerando la ignorancia, honra la palabra usada.

Recuerde que si no nos mantenemos firmes en Cristo, perderemos el derecho y la autoridad de


echar fuera demonios y hasta de resistir a Satanás en nuestras propias vidas.

¡Firmes en la fe, que la fe hace moverse las montañas, cuanto más a los demonios! Si no
estamos en comunión cercana con nuestro Padre, no seremos capaces de discernir sus
instrucciones en el proceso de reprensión. Esa comunión sé mediante la oración y el estudio de
la Palabra constantes.

Lic. Dawlin A. Ureña

*Fuentes consultadas: Exposing Satan's Devices. Betty Miller


*Nueva Versión Internacional de la Biblia
*Biblia, versión Reina Valera, 1960.

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