La cuenca del Chota y su importancia para el inicio y el
establecimiento tectónico de la depresión interandina en Ecuador
W. Winkler, D. Villagómez, R. Spikings, P. Abegglen, St. Tobler, A. Egüez (2005)
Resumen
La estructura interandina se define como
una depresión topográfica lineal de
tendencia norte-sur en Ecuador ubicada
entre la Cordillera Real y la Cordillera
Occidental. La depresión oscila hacia el
oeste hacia el Golfo de Guayaquil en el sur
de Ecuador, disecando la topografía de la
Cordillera Occidental. Los límites
estructurales de la depresión son fallas
reactivadas, que se formaron durante
eventos acumulativos después de 140 Ma a
lo largo de los márgenes continentales
ecuatorianos. Varias cuencas distintas se
formaron progresivamente a lo largo de la
depresión. Un nuevo marco
cronoestratigráfico basado en radiometría
para la serie sedimentaria de la cuenca del
Chota se ha combinado con datos de otras
subcuencas en la depresión interandina para
reevaluar el momento y la formación de las
estructuras tectónicas a mayor escala.
Inicios de la cuenca del Chota comenzado a
~ 6-5 Ma (Mioceno), y el más joven
progresivamente Quito-San Antonio-
Guayllabamba, Ambato-Latacunga, y sedimentología, análisis estructural y
Riobamba-Alausí, cuencas formadas a lo
largo de una tendencia hacia el sur. Cada
cuenca estaba llena de abanicos aluviales,
depósitos volcánicos fluviales, lacustres y
contemporáneos. La deformación
transpresiva sinedimentaria fue dominante
durante el desarrollo de la cuenca, aunque
se supone que se produjeron fallas leves,
sinedimentarias y normales durante cortos
períodos de debilitamiento de la
compresión. La depresión interandina de
Ecuador se formó en las proximidades de
una curva de restricción importante, que
acomoda el desplazamiento hacia el norte
del bloque andino norte con respecto a la
placa sudamericana. Se propone un modelo
de cuenca de rampa para explicar el
desarrollo tectonosedimentario de la
depresión interandina.
 
1. Introducción
La depresión interandina (DIA) es una
depresión topográfica orientada
aproximadamente de N-S a NNE-SSW que
abarca entre ~2°30’S y ~0°45’N en
Ecuador. La DIA está flanqueada por la
Cordillera Real (CR) al este y la Cordillera
Occidental (CO) al oeste (Fig. 1) y alberga
una serie de cuencas sedimentarias (en lo
sucesivo denominadas subcuencas) que se
formaron en respuesta a grandes escalas,
reordenamiento tectónico reciente del
Mioceno tardío en el arco y el antebrazo
andino ecuatoriano. Atravesar de norte a
sur, las siguientes subcuencas han sido
reconocidos en Ecuador: (1) la cuenca
Chota, situada en el norte de IAD entre las
ciudades de Ibarra y TULC á n (Fig. 1); (2)
la cuenca Quito-San Antonio-
Guayllabamba; (3) la cuenca Ambato-
Latacunga; y (4) la cuenca Riobamba-
Alausí en el extremo sur.
Estudios previos han asumido que estas
cuencas estaban activas desde el Neógeno
(por ejemplo, Winter y Lavenu, 1989a, b;
Egüez y Beate, 1992; Lavenu et al., 1995,
1996; Baragán et al., 1996; Ego y Sébrier,
1996) y utilizó cronoestratigrafía,
sismicidad para proponer varios
mecanismos diferentes para la formación de
la DIA. Los primeros trabajos invocan una
estructura graben simple que se formó
durante la extensión orientada a E-W (por
ejemplo, Baldock, 1982). Estudios
posteriores reconocen pulsos de
compresión, lo que resultó en la inversión
sindimentaria de las subcuencas (por
ejemplo, Winter y Lavenu, 1989b; Lavenu
et al., 1992; Ego y Sébrier , 1996) y que se
relacionan con los movimientos
transpresivos impulsados por el
desplazamiento dextral del CO con respecto
al CR. Ego y col. (1996) Añadir a este
modelo transpresional y propongo al IAD
formada a lo largo de una curva de
restricción en un dextral transpresiva
sistema que implica la falla Pallatanga-
Pujilí-Calacalí en el sur y la falla Chingual-
La Sofia en el norte (fig.1) Sin embargo,
Tibaldi y Ferrari (1992) proponen un
modelo cinemático basado en sinistral
desgarradora (asociada con la formación
cuenca de nuevo Piggy), porque el CR fue
desplazado aproximadamente hacia el norte
a una velocidad mayor que era el CO. Más
específicamente, Baragán et al. (1996) 2. Definición de la DAI Plio-Pleistoceno
proponen que la cuenca del Chota se formó en Ecuador
inicialmente en un régimen extensional de  
W-E a WNW-ESE y luego se comprimió en En Ecuador, la DIA se extiende
una orientación similar. Winkler y col. geográficamente desde w28300S hasta la
(2002) sugieren que la DIA representa una frontera con Colombia y se caracteriza por
estructura de cuenca en forma de huso que una hilera de depresiones por debajo de
se abrió y cerró en movimientos de tijera 3000 m entre CR y CO (Fig. 1). Los
entre las dos cordilleras. principales límites estructurales de la
Un intento útil de reconstruir los procesos depresión regional son fallas reactivadas de
que han impulsado la formación y la escala de la corteza, que se formaron
deformación de cuencas en las subcuencas durante sucesivos eventos acumulativos del
de la DIA y la propia DIA requiere lo Cretácico y terciario temprano a lo largo del
siguiente: (1) una definición clara de la margen continental ecuatoriano (Litherland
morfología, extensión y límites de la DIA; et al., 1994; Spikings et al., 2001; Hughes y
(2) un marco sedimentológico y Pilatasig, 2002). Estas fallas se pueden
cronoestratigráfico bien restringido; y (3) rastrear a lo largo de la cadena andina del
conocimiento de la naturaleza, duración y norte de Colombia (Toussaint y Restrepo,
fuerzas impulsoras de la deformación 1994), pero su origen sigue siendo
estructural. Se han publicado muchas controvertido. Aquí no se discute la posible
observaciones de campo locales y continuación de la estructura de la DIA en
regionales de las rocas sedimentarias de las Colombia (depresión de Cauca-Patia).
subcuencas de la DIA. Sin embargo, la
mayoría de las interpretaciones tectónicas,
en particular las de las áreas de Quito,
Guayllabamba y Chota, carecen de un
marco cronoestratigráfico adecuadamente
restringido. Por ejemplo, no se ha publicado
un marco cronoestratigráfico confiable para
la cuenca del Chota. Presentamos una
síntesis de trabajos recientes (Abegglen,
2001; Tobler, 2001; Villagómez et al.,
2002; Villagómez, 2003) que incluye datos
radiométricos, minerales pesados y de
campo detallados de Chota, Guayllabamba
y Quito. cuencas En particular,
determinamos un marco cronoestratigráfico
detallado para los estratos de la cuenca del
Chota utilizando análisis de pista de fisión
de apatita y circón (AFT y ZFT,
respectivamente), que, en combinación con
modelos evolutivos para las cordilleras
delimitadoras, reinterpretan
significativamente la extensión de la DIA,
el momento de su inicio y el contexto
geodinámico. Estos datos también aclarar
que la IAD tiene una historia diferente de
las cuencas intermontañosos en Ecuador sur
(por ejemplo, Cuenca, Loja; Hungerbühler
et al., 2002). 
La falla Peltetec define el límite oriental de
la DIA y puede representar una estructura
jurásica tardía que se formó durante la
acumulación de los terrenos que
constituyen el CR (Litherland et al., 1994).
Alternativamente, la falla Peltetec puede
haberse formado durante la acumulación
del Cretácico Tardío del terreno oceánico
de Pallatanga (Spikings et al., 2005). La
falla Pallatanga-Pujilí-Calacalí, que se
formó durante el acrecimiento cretácico
tardío del terreno Pallatanga, define el
límite occidental de la DIA (Fig. 1).
Paralelamente a la falla Pallatanga-Pujilí-
Calacalí, la DIA gira hacia el oeste al sur de
wS28100, hacia el Golfo de Guayaquil, y
disecciona la topografía del CO (Fig. 1;
Lavenu et al., 1996).
Esta área también se caracteriza por la
apertura de la cuenca de separación de
Pallatanga, que se ha estado formando ejemplo, Hungerbühler et al., 2002). La
desde ~2.5 Ma (Winter y Lavenu, 1989a) a actividad volcánica en los Andes
lo largo de un corto tramo de curva de ecuatorianos desde ~5Ma (Plioceno-
liberación. Dextral general transpresiva Cuaternario) se ha restringido a la región al
movimiento en la forearc y el arco es norte de la ciudad de Pallatanga y se ha
compensada por extensión en el Jambelí concentrado a lo largo de las fallas
cuenca en el Golfo de Guayaquil (por limítrofes de la DIA (por ejemplo, Barberi
ejemplo, Benítez, 1995; Hungerbühler et et al., 1988). La concentración de actividad
al., 2002). volcánica ha sido temporal y
Las secuencias sedimentarias del Chota, geográficamente coeval con el inicio y el
Quito-San Antonio-Guayllabamba, desarrollo tectónico de la DIA.
Ambato-Latacunga, y Riobamba-Alausí La reactivación y exhumación del mioceno
subcuencas oscilan entre Mioceno y y más joven de las rocas deformadas
Pleistoceno. Como lo señalaron Lavenu et expuestas y próximas a las fallas
al. (1996), el registro estratigráfico en la principales en las cordilleras que unían la
DIA implica que la evolución estructural de DAI se ha visto limitada por el análisis
la DIA fue diferente a la de las cuencas de AFT (Fig. 1). Las rocas cortadas de la zona
arco y antebrazo del Mioceno medio y de corte de fvChimbo-Toachi (CO) se
tardío en el sur de Ecuador (Cuenca, Girón- enfriaron rápidamente y se exhumaron a ~5
Santa Isabel, Nabón, Loja, Catamayo- Ma (Spikings et al., 2001, 2005). Además,
Gonzanamá, Malacatos-Vilcabamba; por las rocas volcánicas jurásicas del sótano
(Formación Misahualli), ubicadas entre las
fallas Chingual-La Sofía y Cosanga en el
extremo norte de CR, se han enfriado
rápidamente desde 6-4 Ma (Spikings et al.,
2000). Finalmente, las rocas volcánicas
volcánicas en rodajas tectónicamente
ubicadas a aproximadamente 0°45'S en la
zona subandina (unidad Paradalarga;
Vallejo y Buitron, 1999) se enfriaron y
exhumaron durante ~6–2.5 Ma (Ruiz,
2002). Atribuimos estos eventos de
exhumación al Mioceno tardío y a la
reactivación de fallas a gran escala más
joven durante la formación de la DAI.
3. Marco geológico de las subcuencas de
la DIA
Las secuencias sedimentarias de la DIA se
superponen a las exposiciones de las rocas
del sótano de las cordilleras (unidades
Pallatanga y Guamote; Litherland et al.,
1994; Hughes y Pilatasig, 2002;
Villagómez et al., 2002) u Oligoceno-
sucesiones volcánicas del Mioceno tardío,
que también están expuestos al sur de la
actual DIA en la sierra del sur de Ecuador
(Fig. 2). Las correlaciones
cronoestratigráficas y litológicas sugieren
que la formación volcánica Huigra, definida
localmente, se correlaciona con partes del
grupo Saraguro que se ha restringido a la
región al norte de la ciudad de Pallatanga,
en el sur de Ecuador. Del mismo modo, la
Alausí y Pisayambo Formaciones son
equivalentes a la Turi y Tarqui
Formaciones en Ecuador sur (Hungerbühler
et al., 2002).
3.1. Cuenca Chota
Los análisis ZFT y AFT (Tabla 1, Fig. 3) se
realizaron en varias rocas sedimentarias y
volcánicas de la cuenca del Chota
utilizando la metodología descrita por
Spikings et al. (2001) En general, los
circones revelaron errores de G1 más
pequeños que los apatitos. Cuando la pista
de fisión de un solo grano envejece para
una muestra individual produce un valor de
p(x2) < 5%, se supone que está presente
más de una población de edad, y las
poblaciones de edad individual se han
resuelto (Galbraith y Green, 1990). Si dos o
más poblaciones de edad ocurren en la
misma roca volcánica, la edad más joven se
considera la erupción o edad estratigráfica.
Presentamos datos de minerales pesados de
la cuenca del Chota en la Fig. 4, y la
interpretación de cada conjunto de
minerales sigue las reglas generales
presentadas por Mange y Maurer (1991).
La secuencia sedimentaria en la cuenca del
Chota tiene un grosor de ~1200–1400 m y
está dividida geográficamente en dos partes
por una extensa capa de lahar que fluye N-
S, a través de la cual las correlaciones
litológicas (W-E) son difíciles (Fig. 5). Las
rocas sedimentarias se superponen de
manera inconforme a las andesitas y las
cenizas volcánicas de 12+4, 11+2 y 10+2
Ma (AFT; Tabla 1, muestras 15, 17, 23;
Fig. 3) en la región oriental y central. Las
rocas volcánicas en discordancia están bajo
a mediano grado transformado y rocas
altamente deformadas (pizarras y cuarcitas)
entre el terreno Guamote (Ambuquí grupo),
que está expuesto principalmente en el CR
(Litherland et al., 1994). No se observa
contacto con la cubierta del sótano en la
cuenca occidental, aunque la proximidad de
los basaltos de almohada de la unidad
Pallatanga del CO sugiere que las rocas
sedimentarias pueden cubrir parcialmente
esta unidad. Las rocas volcánicas también
pueden estar situadas estratigráficamente
entre el sótano y el relleno de la cuenca
sedimentaria en el oeste. Barberi y col.
(1988) reportan edades K / Ar de 6.3+0.03
y 6.31+0.1 Ma (Fig. 3) para andesitas en el
oeste, que subyacen a las rocas
sedimentarias de la cuenca del Chota,
aunque no proporcionan ubicaciones de
muestra.
Una fina matriz de brecha volcanoclástica
de la Formación Peñas Coloradas produce
una edad ZFT de 5.4G0.4 Ma, y la
secuencia es cortada por un dique que
produce una edad AFT de 3.7G1.7 Ma
(Tabla 1, Figs. 2 y 3). La edad ZFT se
interpreta como una edad eruptiva, que, en
contraste con los estudios previos, indica
que el Pe ñ como Coloradas es la misma
edad o puede ser anterior a la Formación
Chota. Las edades previas de K / Ar de
w6.3 Ma (Barberi et al., 1988) del sótano
volcánico de la cuenca del Chota
corroboran nuestra fecha postulada para el
inicio de la cuenca sedimentaria durante el
último Mioceno.
Tanto el contenido pesado mineral y
paleoflujo análisis de abanicos aluviales en
el Pe ñ como Coloradas Formación indican
que se deriva de este (Baragán et al, 1996;
Abegglen, 2001; Tobler, 2001). El conjunto
de minerales pesados es diagnóstico de un
terreno fuente compuesto de rocas
metamórficas regionales de grado medio a
alto (Fig. 4; granate, epidota, clinozoisita,
zoisita, cianita) y granitoides (circón,
turmalina, rutilo), como los que surgen en
la CR. Los cabalgamientos como Peñas
Coloradas cabalgamientos la Formación
Chota lo largo de una empinada, proximal a
fallos rayando oeste a este del lahar (Egüez
y Beate, 1992; Abegglen, 2001; Fig. 5).
No hay mapable evidencia de la relación
estratigráfica entre las formaciones el Chota
y Peñas Coloradas en el este, y no hay
exposiciones de la Peñas Coloradas
Formación han sido oeste observada del
lahar (Abegglen, 2001; Tobler, 2001; Fig.
5). Sin embargo, la relación de empuje, los
estratos fechados radiométricamente y la
transición en los conjuntos de minerales
pesados obtenidos de las Formaciones
Peñas Coloradas y Chota (Fig. 4; P-45, P-
27) sugieren que la Formación Peñas
Coloradas es más antigua o al menos coeval
con la formación de Chota más baja.
La Formación Chota se depositó en un
entorno fluvial a lacustre. El predominio de
hornblende de magnesio-hastingita,
hornblende marrón basáltico y WNW-ESE (por ejemplo, Abegglen, 2001;
clinopiroxeno de composición diopsídica en
las areniscas (Fig. 4) sugiere una región
fuente compuesta de rocas volcánicas
andesíticas y basálticas. La abundancia de
alféizares y diques volcánicos plegados en
la Formación Chota sugiere que parte de los
restos volcánicos se derivaron de los
centros volcánicos coevales. La presencia
de minerales metamórficos de grado medio
a alto en los estratos inferiores de la
Formación Chota (P-27; Fig. 4) corrobora
la sucesión estratigráfica basada en la
evidencia radiométrica. Un total de cinco
edades de ZFT y AFT de lechos de cenizas
volcánicas en el sector occidental de la
Formación Chota varían en edad entre
4.8+0.4 y 2.9+1.5 Ma (Tabla 1, Fig. 3),
aunque la intensa deformación lo hace
difícil para organizar las muestras fechadas
en el orden estratigráfico correcto debido a
la baja precisión de algunos datos de edad.
Una edad AFT de 1.1+0.6 Ma (AT-13, Fig.
3), obtenida de un lecho de cenizas 5–10 m
debajo del lahar, es difícil de interpretar,
pero tentativamente atribuimos la ceniza a
la Formación Chota (Abegglen, 2001).
La Formación Santa Rosa consiste en
depósitos de abanicos fluviales a aluviales,
que se espesan hacia el oeste y se
programan desde el oeste sobre la
Formación Chota (Baragán et al., 1996;
Tobler, 2001). Además de los desechos
volcánicos andesíticos, la reelaboración de
augita, hiperesteno y diópsido sugiere que
las rocas básicas de la unidad de Pallatanga
en el CO contribuyeron al flujo
sedimentario (Fig. 4). La brecha de
Gavilanes representa un horizonte de flujo
de escombros masivo de 500 m de espesor
en la Formación Santa Rosa. La falta de
capas internas sugiere que se depositó a
través de un solo evento catastrófico,
posiblemente debido al colapso del margen
de la cuenca. La sección superior
suprayacente de la Formación Santa Rosa
tiene un contacto angular, inconformable
(~158) con la brecha de Gavilanes (Tobler,
2001).
Toda la serie de cuencas Chota fue
deformada por plegamiento
posdeposicional (Fig. 5). La fase de
deformación dominante de plegado y
empuje se produjo en un campo de
compresión orientado aproximadamente
Tobler, 2001). Los diques y soleras
volcánicas deformadas, frecuentemente
observadas en la Formación Chota, son
anteriores a la fase de deformación por
compresión. Las rocas volcanoclásticas no
deformadas, tuffaceous se superponen de
manera inconformista a la Formación Chota
y producen una edad ZFT de 0.5+0.2 Ma
(AT 6, Tabla 1, Fig. 3), lo que limita la
edad mínima del evento de plegado.
Baragán y col. (1996) infieren una
extensión sindeposicional orientada al NO-
SE durante la deposición de la Formación
Chota y una compresión orientada
sindepositiva, WNW-ESE durante la
deposición de las Formaciones Peñas
Coloradas y Santa Rosa. Los argumentos
circunstanciales pueden implicar que la
Formación Chota se depositó en un régimen
de extensión aproximadamente NW-SE,
que fue precedida (durante la deposición de
Peñas Coloradas) y seguida (durante la
deposición de Santa Rosa) por compresión
orientada a WNW-ESE. El flip conspicuo
de suministro de sedimentos en la cuenca
apoya la Baragán et al. (1996)
interpretación, aunque proponemos un
modelo estratigráfico diferente.
3.2. Quito-San Antonio-Cuenca de
Guayllabamba
Las rocas sedimentarias de las cuencas de
Quito, San Antonio y Guayllabamba se
superponen de manera inconforme a las
rocas basálticas de la unidad Cretácea
Pallatanga (CO) o las rocas volcánicas del
plioceno de la formación basal de Pisque
(Villagómez et al., 2002). La secuencia
sedimentaria más joven consiste en un
complejo apilamiento de depósitos
volcánicos y volcánicos (Alvarado, 1996;
Ego y Sébrier, 1996; Lavenu et al., 1996;
Villagómez et al., 2002). Las edades
radiométricas de los estratos son raras,
aunque las correlaciones entre los edificios
volcánicos y los estratos (por ejemplo,
OLADE-INECEL, 1980; Barberi et al.,
1988; Geotermia Italiana, 1989; Fig. 2)
sugieren que la secuencia de la cuenca es de
6 a 5 Ma de edad o más joven. Los análisis
radiométricos 40Ar / 39Ar de minerales
ferromagnesianos están actualmente en
progreso.
La formación basal de Pisque (Fig.2), que
incluye el miembro basal de Lava, consiste
en lavas andesíticas y basálticas
superpuestas de manera inconformable por
tobas y lahares de la Formación Pisque
inferior (miembros de Golden Tuffs y
Puente Viejo; Villagómez, 2003). El
miembro de la lava basal se ha
correlacionado con la Casitagua, Culbiche,
y Chicaloma volcanes, que dió K/Ar edades
entero de roca de 2,25+0,25, 2,6+0,06, y
3,46+0,1 Ma (OLADE-INECEL, 1980;
Barberi et al., 1988), que ubica la
formación basal de Pisque en el Plioceno
tardío. Las facies de abanicos fluviales y
aluviales prevalecen en la Formación de
Pisque superior. La Formación San Miguel
es una secuencia volcánica, toba rica de
hacia el este progradante depósitos
deltaicos y lacustres, el último de los cuales
fueron fuertemente deformado durante
sinsedimentarias, por gravedad
desplazamientos en respuesta a la carga
ejercida por lahares más jóvenes
depositadas durante la deposición de la
Formación Guayllabamba (Villagómez,
2003). La formación suprayacente de
Guayllabamba registra un período de
intenso volcanismo y actividad tectónica
compresiva. Al oeste y al sur, la deposición
volcánica primaria (lavas, flujos
piroclásticos, avalanchas) prevaleció,
mientras que en el este, los flujos lahar
llenaron un antiguo lago que existió durante
la era de San Miguel. Varias cúpulas
volcánicas también entrometieron los
depósitos del lago. Edades radiométricas de
los depósitos volcánicos, que se han
correlacionado con la Formación
Guayllabamba (andesita K/Ar, 1.62+0.16
Ma, OLADE-INE-CEL, 1980; Riolita
K/Ar, 0.98 + 0.13 Ma, Barberi et al., 1988),
indican edades de extrusión del pleistoceno.
Aluviales abanicos conglomerados
relacionados casquillo de la Guayllabamba
Formación y pueden correlacionarse con el
crecimiento de la Calderón-Catequilla
estructura de plegado (Villagómez, 2003).
Además, el sistema de fallas de Quito en
reversa hacia el este se activó durante las
etapas finales de la deposición de la
Formación Guayllabamba y separó el San
Antonio de la cuenca Guayllabamba.
La Formación Chiche (Fig. 2) se depositó
en ambientes tranquilos, de baja energía,
lacustres y fluviales en las cuencas de Quito
y Guayllabamba, aunque varios lahares
fluyeron hacia los depocentros. La
presencia de los dientes fósiles
Glossotherium (Lavenu et al., 1996) en la
parte superior de la Formación Chiche se
interpreta comúnmente para indicar una
edad media del Pleistoceno (~ 0.5 Ma). La
deformación por compresión se revivió en
el área durante las etapas menguantes de
deposición de la Formación Chiche, cuando
los segmentos del sur del sistema de fallas
de Quito se activaron (fallas de Quito y
Botadero). El suprayacente Machángara
Formación de Quito en el área, la parte
inferior de la cual se compone de rocas
volcánicas primaria y la parte superior de
los depósitos epiclásticos, espectáculos
geometrías unconformity progresivos con el
fallo Quito (Villagómez, 2003). La
Formación Coval de Mojanda al norte se
derivó del complejo volcánico Mojanda Pliocenos: formaciones recientes
Pleistoceno medio-tardío (andesita de roca estratigráficamente por encima de rocas
entera 0.6 Ma, K/Ar, Barberi et al., 1988). volcánicas en la cuenca de Ambato-
Esta relación estratigráfica sugiere que la Latacunga. Los estratos de la cuenca se
falla de Quito ha estado activa hasta hace abren hacia el CO en el oeste (Fig. 2), lo
poco. Las tobas esparcidas, no que documenta la creación del relieve
consolidadas, generalizadas, con distintos positivo a lo largo del margen occidental de
intervalos pedogenéticos, constituyen la la cuenca. La nomenclatura local de las
Formación Cangahua, que se superpone de formaciones volcánicas subyacentes es algo
manera inconformista a las formaciones enigmática. Sin embargo, los datos
más antiguas. Los datos de radiocarbono, cronoestratigráficos y descripciones
hidratación de obsidiana y litológicas (muelle BAL-, 1982; Egüez et
termoluminiscencia sugieren que la al., 1992; Lavenu et al, 1992, 1995, 1996;
Formación Cangahua probablemente se Ego y Sébrier, 1996) implica que estas
acumuló durante los últimos 100 Ka formaciones corresponden a Oligoceno
(Clapperton y Vera, 1986). rocas volcánicas del Mioceno, que están
Estudios previos en la cuenca Quito-San
Antonio-Guayllabamba han propuesto que
se formó en un régimen extensional con
tendencia E-W o NNE-SSW (por ejemplo,
Tibaldi y Ferrari, 1992; Ego y Sébrier,
1996). Sin embargo, el momento de la
actividad normal de la falla está
estratigráficamente limitado. Observaciones
estratigráficas y estructurales recientes
(Villagómez, 2003) sugieren que se produjo
una extensión orientada aproximadamente a
E-W durante el Plioceno, como lo
documentan las fallas normales
sinnsimentarias, mesoescalares (métricas),
que golpean aproximadamente N-S, que
solo desplazan el Pisque y Formaciones de
San Miguel. Las determinaciones limitadas
de edad y el mapeo de campo (Villagómez,
2003) sugieren que la compresión orientada
a E-W comenzó durante la deposición de la
Formación Guayllabamba (~1 Ma) e inició
la formación del pliegue Calderón-
Catequilla. El campo de tensión imperante
era de suponer, como la que se observa hoy
en día, como se determina a partir de
soluciones de poca profundidad focal del
terremoto en la región media (N988E
orientación; yo y Sébrier, 1996). La
compresión tectónica probablemente ampliamente distribuidos en el arco
disminuyó durante el depósito de la ecuatoriana sur y forearc (por ejemplo,
Formación Chiche, aunque recomendó British Geological Survey-GODIGEM,
desde ~0.5Ma hasta el presente y es 1997; Hungerbühler et. al, 2002), donde se
responsable de la actividad neotectónica a hace referencia regional como el grupo
lo largo de las fallas inversas de Quito y Saraguro. El Pisayambo local y Alausí
Botadero (Villagómez, 2003). Formaciones (Fig. 2) son equivalentes de
tiempo de los Turi y Tarqui Formaciones en
3.3. Ambato– Cuenca de Latacunga la zona de Cuenca al sur (Steinmann et al.,
1999).
Lavenu y col. (1992) reconocen cuatro Las rocas volcánicas y volcánicas (fluviales
y lacustres) de la Formación Sicalpa se
superponen a las rocas volcánicas de las
Formaciones Turi y Tarqui en el área de
Latacunga. Las tobas ácidas intercaladas
dentro del Sicalpa producen edades
radiométricas tardías del Mioceno K/Ar de
3.59+0.28 y 2.65+0.21 Ma (Lavenu et al.,
1992). La Formación Latacunga inferior
suprayacente tiene principalmente un
origen volcánico y está compuesta de
lahares, flujos de lava, brechas volcánicas y
depósitos fluviales en la parte superior. La
formación superior de Latacunga consiste
en depósitos lacustres y fluviales (Lavenu
et al., 1995). Los análisis K/Ar de roca
completa de andesita y plagioclasa cerca del
límite entre la formación Latacunga inferior
y superior (Lavenu et al., 1992, 1995)
arrojan edades tardías del Plioceno-
Pleistoceno temprano (1.85+0.19,
1.73+0.35, 1.4+0.29 Ma, Fig.2). La
formación piroclástica no consolidada de
Chalupas se superpone inconformablemente
a la formación Latacunga. Un horizonte
andesítico en la Formación Chalupas
produce una edad K/Ar de roca entera de
1.21+0.05 Ma (Barberi et al., 1988).
La cuenca Ambato-Latacunga está limitada
por empujes en el este (falla de Pisayambo
que se sumerge al este) y oeste (falla de La
Victoria que se sumerge al oeste). Ambos
defectos representan un segmento o rama
del sistema de fallas Peltetec y Pallatanga-
Pujilí-Calacalí, respectivamente. La
evidencia estratigráfica y el plegamiento
sinedimentario revelados por el desarrollo
progresivo de inconformidad en la
Formación Latacunga sugieren que se
produjo una fase significativa de
deformación compresiva entre ~1.85 y ~1.2
Ma (Lavenu et al., 1995, 1996).
las edades radiométricas (8.12+0.10,
7.10+0.03 Ma, K/Ar andesita roca entera;
Barberi et al., 1988; Lavenu et al., 1996)
de la Formación Alausí Superior (Fig. 2)
correlacionan estas rocas volcánicas con las
formaciones volcánicas y volcánicas del
volcán Mioceno tardío Turi y Tarqui (por
ejemplo, Hungerbhler et al., 2002) en el
antebrazo del sur de Ecuador. Aunque no se
observó el contacto físico, el lacustre
Sicalpa formación se supone que
superponerse a los Alausí volcanics
discordancia (Lavenu et al., 1992). El
abanico aluvial grueso y sin fecha y los
conglomerados fluviales de la Formación
Palmira se superponen a la Formación
Plioceno Sicalpa con una disconformidad
angular (Egüez et al., 1992; Lavenu et al.,
1996; Fig.2). La presencia de estos
sedimentos gruesos, que se derivaron del
este, indica un cambio tectónico y / o
climático significativo durante el Plioceno
tardío (Lavenu et al., 1996). Estas facies
gruesas pueden haberse depositado durante
la deformación sinnsedimentaria en la
formación contigua Latacunga, y puede
haber prevalecido un régimen tectónico

3.4. Cuenca Alausí-Riobamba

Las rocas sedimentarias de la cuenca

Alausí-Riobamba discordancia rocas del
basamento recubren de la unidad Pallatanga
y una gruesa secuencia de rocas volcánicas
Oligoceno-Mioceno, que se puede
distinguir en dos formaciones. Las
observaciones de facies volcánicas y las
determinaciones radiométricas de edad de
la Formación Huigra inferior (Egüez et al.,
1992; Fig. 2) sugieren que se correlaciona
con el grupo Saraguro. Del mismo modo, compresivo durante la deposición de la
formación Palmira.
4. Discusión
Los Andes ecuatorianos se encuentran en la
parte sur del bloque andino norte (Fig. 6),
que se desplaza hacia el NNE en relación
con el escudo de Guyana en respuesta a la
subducción hacia el este de la placa de
Nazca y la deriva hacia el noroeste de
América del Sur. plato. El desplazamiento
del bloque va acompañado de un
acortamiento orientado aproximadamente a
la EO, sobrevolando la placa del Caribe
(Pennington, 1981; Kellogg y Bonini, 1982;
Ego et al., 1996), y desplazamiento lateral
derecho, que se aloja en Ecuador y
Colombia. por fallas de huelga-escala a
escala regional (Toussaint y Restrepo,
1994). El inicio y subsiguiente hundimiento
en el Golfo de Guayaquil y las áreas
vecinas de antearcos al este (Benítez, 1995;
Hungerbühler et al., 2002; Witt, 2002) fue
el resultado del desplazamiento del bloque
andino del norte después de 16-15 Ma. Las
relaciones geométricas y estratigráficas
sugieren que el extremo sur del bloque
andino norte se ha desplazado
aproximadamente 100 km hacia el norte
(Shepherd y Moberly, 1981; Hungerbühler,
1997). Para vincular cinemáticamente la
falla de Pallatanga en el Golfo de
Guayaquil con el límite oriental principal
del bloque andino del norte en Colombia y
Venezuela (zona de falla frontal andina
oriental; Toussaint y Restrepo, 1994; Ego et
al., 1996), una curva de restricción a través
de se debe inferir la cadena andina
ecuatoriana del norte. Esta estructura
tectónica no ha sido identificada, aunque
probablemente incluye fragmentos de la
falla Pallatanga-Pujilí-Calacalí, Peltetec y
Chingual-La Sofia, así como partes de la
zona de falla frontal de los Andes en el sur
de Colombia (por ejemplo, Ego et al., 1996;
Fig. 6).
La actividad tectónica compresiva del
Mioceno tardío (6–4 Ma) condujo a altas
tasas de exhumación en la cadena andina
cerca de la falla Chingual-La Sofía a lo
largo de la frontera ecuatoriano-colombiana
(Spikings et al., 2000) (Figs. 1 y 6b). La
actividad neotectónica de la falla ha
desplazado los últimos flujos volcánicos del
Pleistoceno-Holoceno y los valles de los
ríos posglaciales en los afluentes del
Dorado (Ferrari y Tibaldi, 1992). Además,
los datos de AFT de una banda de
cizallamiento milonítico en la zona de
cizallamiento Chimbo-Toachi (Fig. 1)
sugieren altas tasas de enfriamiento y
exhumación en la unidad Macuchi desde 5
Ma (Spikings et al., 2005). De manera
similar, los datos de AFT del cinturón de
empuje subandino (Fig. 1), ubicado entre
las fallas Cosanga y subandina, registran un
enfriamiento rápido y exhumación entre 6 y
2.5 Ma (Ruiz, 2002). Estos datos se
correlacionan con tasas de enfriamiento
más altas y mayores profundidades de
exhumación en el CR del norte (norte de
18300S) durante los últimos 6 Ma, en
relación con el CR del sur (Spikings et al.,
2001). En conjunto, esta información
sugiere que la curva de restricción ha estado
activa desde al menos 15 Ma y que un pulso
significativo de actividad comenzó a las 6
Ma.
Según nuestros resultados, es plausible que
la estructura de la DIA se haya formado
como resultado del desplazamiento a lo
largo de la curva de restricción desde 6 Ma
(Fig. 6). Varias subcuencas del Mioceno
tardío-Pleistoceno (?) Se conservan dentro
de la DIA alargada. La sedimentación en las
subcuencas comenzó durante el último
Mioceno (6–5 Ma) en el norte (cuenca del
Chota) y se extendió a las cuencas del sur
(Fig. 2) durante el Plioceno (4–3 Ma). La
deformación por compresión orientada a E-
W, sinedimentaria, en la cuenca de
Ambato- Latacunga se manifiesta por
plegamiento de baja amplitud con
inconformidades internas progresivas
durante 1.85-1.2 Ma (Lavenu et al., 1995).
La deformación fue impulsada por fallas
inversas de bordes opuestos a lo largo de
los márgenes de la cuenca (fallas de La
Victoria y Pisayambo; Fig. 1), lo que
resultó en un acortamiento horizontal a
través de la DIA a una tasa estimada de
aproximadamente 1.4+0.3 mm / año
(Lavenu et al., 1995).
Las secuencias sedimentarias en la cuenca
de Quito-San Antonio-Guayllabamba
fueron deformadas por los pliegues de
Calderón-Catequilla y Quito con tendencias
N-S, con orientación este y las fallas de
empuje de Quito y Botatero (Ego y Sébrier,
1996; Villagómez, 2003). Las estimaciones
provisionales sugieren que la fase principal
de la actividad tectónica compresiva
comenzó durante el depósito de la
Formación Guayllabamba a elevación y exhumación de rocas
aproximadamente 1.0 Ma (Ego y Sébrier,
1996; Villagómez, 2003). Sin embargo, las
fallas normales sinnsimentarias de
tendencia N-S en la Formación Pisque
indican una extensión orientada a E-W
(Villagómez, 2003), lo cual está en
conflicto con la reconstrucción estadística
de Ego y Sébrier (1996) de una extensión
extensional de tendencia N-S régimen que
habría interrumpido la Formación Pisque
antes del plegamiento.
La compresión orientada a WNW-ESE ha
generado ejes de plegado con tendencia
NNE-SSW y planos de empuje en la cuenca
del Chota (Fig. 5). El plegado está sellado
por 0.5 Mis rocas volcanoclásticas de lecho,
aproximadamente horizontales (Tobler,
2001; Winkler et al., 2002), que limitan la
edad mínima de deformación en la cuenca
de Chota. Baragán et al. (1996) proponen
una reconstrucción estructural de la
secuencia de la cuenca del Chota utilizando
el método de inversión de datos
microtectónicos y diferencian entre
deformación sinedimentaria y al., 1996; Ego y Sébrier, 1996). Los
postedimentaria. Al traducir sus resultados
al marco cronoestratigráfico revisado
presentado aquí (p. Ej., La Formación
Peñas Coloradas se considera la formación
más antigua en la cuenca), el estrés
compresivo NW-SE a WNW-ESE
prevaleció a lo largo de toda la historia de
la cuenca. Se detectaron fallas normales
sinedimentarias, de elevación pequeña (cm
a m) en partes locales de la Formación
Chota de grano fino y lecho fino, lo que
indica que la extensión estaba orientada
entre WNW-WSE y WSW-ENE
(Abegglen, 2001; Tobler, 2001) Estos
resultados son como los de Baragán et al.
(1996), quienes observaron la extensión
sindeposicional NW-SE en la Formación
Chota, y consistente con el campo de
tensión extensional orientado a W–E
inferido para la Formación Pisque coeval en
la cuenca Quito-San Antonio-
Guayllabamba (Villagómez, 2003). En la
serie Chota, el cambio distintivo en el
material de origen, desde un terreno
granítico / metamórfico, que se vierte en la
Formación Peñas Coloradas en el este, a un
terreno volcánico y máfico, que suministró
la Formación Santa Rosa en el oeste es
consistente con una fase inicial de
relacionadas con la compresión en el CR
limítrofe, seguido de elevación en el CO.
La brecha masiva de Gavilanes en la
Formación Santa Rosa puede representar
una gran falla estructural impulsada por un
exceso de velocidad tectónica de las
pendientes a lo largo del oeste margen de la
cuenca. La Formación Chota ocupa una
posición de transición con respecto a la
estratigrafía y probablemente se depositó
entre los prominentes abanicos aluviales,
que se vierten en la cuenca. Los depósitos
fluviales a lacustres pueden documentar un
período de disminución de la actividad
tectónica compresiva o incluso una
extensión menor, lo que resultó en el dique
volcánico y el emplazamiento del umbral.
Varios modelos han definido un solo tipo
de cuenca para la DAI e interpretaron el
origen de la DAI dentro de ese contexto.
Existe un acuerdo general de que un
régimen tectónico transpresivo prevaleció
durante la mayor parte de la historia de la
estructura de la DAI (por ejemplo, Ego et
argumentos alternativos que pueden
haberse formado como graben extensional o
en un entorno transtensional pueden ser
refutados. La DAI se formó durante un
período de altas tasas de exhumación en las
cordilleras del norte de Ecuador (Spikings
et al., 2000, 2001, 2005), y es poco
probable que ocurra un hundimiento
profundo en la cresta de los bloques de
fallas de exhumación. Independientemente
del desplazamiento considerable hacia el
norte del bloque andino norte (~100 km;
Shepherd y Moberly, 1981), esta distancia
no es suficiente debido a la naturaleza de la
división de tensión en los sistemas
transcurrentes necesarios para generar el
hundimiento de la cuenca separable en la
escala de La DIA. Sin embargo, la
presencia y procedencia del material
clástico en la DIA muestra claramente que
el hundimiento diferencial de la DIA
ocurrió con respecto a ambas cordilleras
aledañas. La DAI puede haberse
desarrollado como un valle de rampa (Fig.
7; Willis, 1928; Cobbold et al., 1993), ya
que los bloques de falla de las cordilleras
aledañas pueden haber sobrecargado el
suelo de la cuenca. Mann y col. (1991) dan
cuenta de las estructuras de la cuenca del
Mioceno-Plioceno en Hispa ñ ola aplicando
una evolución tectónica similar a lo largo
de la curva de restricción entre las placas de
Norteamérica y el Caribe. Lavenu y col.
(1996) proponen que prevaleció una
configuración de compresión (empuje hacia
abajo) en el área de Ambato- Latacunga,
que corrobora una configuración de rampa
completa (Cobbold et al., 1993). Estos
autores suponen que tanto la falla de
Victoria que bordea el este en el oeste como
la falla de Pisayambo que bordea el oeste
en el este (Fig. 1) derrocan los márgenes de
la cuenca. En el piso casi plano de la
cuenca, se desarrollaron varias líneas
anticlínicas y sinclinas de baja amplitud,
con tendencias aproximadamente paralelas
a la cuenca, desarrolladas en la serie de
relleno de cuenca sinntectónica y rocas
volcánicas subyacentes. La naturaleza
sindeposicional de la actividad tectónica
está documentada por inconformidades
progresivas. Un cálculo modelo estima que
el acortamiento total entre los márgenes de
la cuenca, que actualmente están separados
por 25 km, es de 3400+800 m (Lavenu et
al., 1995).
No se han identificado rocas sedimentarias
desde el margen este (CR) de la cuenca
Quito-San Antonio-Guayllabamba
(Villagómez, 2003), lo que sugiere que la
falla inversa activa estuvo ausente a lo largo
de este margen durante la formación de la
cuenca. Sin embargo, la acumulación de
1200–1400 m de rocas sedimentarias y
volcánicas implica que existía una barrera
topográfica. La falla mayor cuenca-delimita
fue el Pallatanga-Pujilí-Calacalí al oeste
(Fig. 1), y acortando lo largo del margen
cuenca occidental, que resultó en las Quito
y Botadero faltas y la Calderón-Catequilla
doblar, implica que la Pallatanga-Pujilí-
Calacalí culpa tenía un componente inverso
significativo. Este sector de la IAD, por
tanto, puede ser denominado como un
medio - cuenca rampa (Fig 7; Cobbold et
al., 1993), aunque la escasez de
observaciones de campo nos impide negar
la posibilidad de que una falla inversa
opuestas en el mayo de este han estado
activos
La cantidad de acortamiento en la cuenca
del Chota es probablemente la mayor
dentro de toda la DIA ecuatoriana (Fig. 4).
Un régimen predominantemente a la
compresión ha sido confirmado por los
análisis estructurales (Baragán et al., 1996),
aunque se ha hecho ningún intento de
cuantificar el acortamiento. La presencia de
fallas inversas en ambos márgenes de
cuenca (Pallatanga- Pujilí - Calacalí y fallos
Peltetec; Fig. 1) se puede inferir solamente
a partir de pruebas circunstanciales
proporcionada por la sucesión
radiométricamente establecido-
estratigráfica, facies sedimentarias, y la
procedencia de los granos detríticos (Figs.
2–4). La falla inversa probablemente
comenzó en el este y expuso rocas
metamórficas del CR, que se erosionaron
para producir sistemas de abanicos
aluviales masivos (Formación Peñas
Coloradas) que drenaron hacia el oeste. En
un momento estratigráficamente
pobremente definido, el margen de la
cuenca occidental se convirtió en la
principal fuente de escombros, arrojando
abanicos aluviales y flujos catastróficos
hacia la cuenca (Formación Santa Rosa,
incluida la brecha Gavilanes). Los granos
detríticos básicas observadas en el Santa
Rosa Formación sugieren que el CO se
exhumando, probablemente a través de la
actividad inversa a lo largo del Pallatanga-
Pujilí-Calacalí culpa. La transición de fallas
inversas desde el margen oriental hacia el
margen occidental se registra mediante la
formación fluvial y lacustre de Chota, lo
que implica una reducción en el campo de
tensión de compresión neta regional. La
falla normal a pequeña escala,
sinedimentaria, en la formación lacustre de
Chota puede interpretarse como una tensión
impulsada por la gravedad durante la
transición de la falla inversa del margen de
la cuenca oriental a la occidental.

5. Conclusiones

La estructura alargada de la DAI se formó

en un régimen tectónico transpresivo lateral
derecho durante un período de altas tasas de
exhumación en las cordilleras en el norte de
Ecuador después de 6–5 Ma. Durante su
desarrollo, se formaron varias subcuencas
en las que se depositaron abanicos
aluviales, facies fluviales, lacustres y
productos volcánicos contemporáneos. El
marco cronoestratigráfico para la serie
sedimentaria de la cuenca del Chota, en
combinación con las observaciones de
campo y los datos de las cuencas Quito-San
Antonio-Guayllabamba, Ambato-
Latacunga, y Alausí-Riobamba, implica que
la sedimentación se extendió desde el norte
hasta el sur después de 6–5 ma. La
deformación compresiva sinedimentaria se
documenta mediante movimientos inversos
de fallas a lo largo de los márgenes de la
cuenca y plegamiento y fallas dentro de las
cuencas. Un modelo de cuenca de rampa
completa (localmente media rampa) (Fig.
7), en el que las fallas inversas de borde
opuesto impulsan la elevación diferencial
de las cordilleras que bordean la cuenca con
respecto a la DIA, describe de manera más
apropiada los ensamblajes
tectonosedimentarios. Minor
sinsedimentarios fallamiento normal se
puede atribuir a la extensión por gravedad
en el oversteepened cuña orogénica durante
los períodos de menguante compresión. La
programación de norte a sur de la
compresión y la formación de la cuenca
posiblemente se correlaciona con un
desplazamiento hacia el sur de la cresta de
Carnegie subductora y flotante (por
ejemplo, Spikings et al., 2001). La cuenca
de la rampa IAD se formó en la vecindad de
una curva de restricción principal, que
acomoda el desplazamiento general hacia el
norte del bloque andino norte (Fig. 6).