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2013 - ROITMAN, Marcos - Tiempos de Oscuridad en América Latina. 2013. Capítulo III PDF
2013 - ROITMAN, Marcos - Tiempos de Oscuridad en América Latina. 2013. Capítulo III PDF
Secmrïoxan. l
287601ïesCan1ns
Madrid-España
wwwahLco-I
ISBN: 978—844fl)-3873-3
Tiempos de oscuridad
Historia de los golpes de Estado
en América Latina
Prólogo de
Atilio Botón
¡|45|
CAPÍTULO!!! A,
H
v
,,
.
«Noumeveaíugmabdamaxpúsïnákqn,» ‘
h
de EEUU, Was-
Véase Discurso de Harry Truman
‘ ante el Congreso
hington, 12 de marzo de 1947.
114
"W
' " '
vww-w-—w—v—v'1***vvv’ï"""“*""""’
IIIÍSÍÓD
das son la avanzada de la lucha anticomunísta, con una
a URSS.
los Estados Unidos a combatir la
añadida, coadyuvar a
en la plenitud de la libertad
el derecho
.‘ mundo esclavizadas tengan
y
solo entonces,
¿e elegir su propio camino, porque entonces, y
decir que hay un modo de vivir pacífica y permanente-
podremos
mente con el comunismm’
de la doctrina de la se-
Será uno grandes estrategas
de los más
nacional, el general brasileño Golbery do Couto e Silva,
guridad
, en Geopolítica de Brasil, quien
señale la nueva dimensión del pro-
blema: «Lo que nos amenaza ayer, no es una amenaza
hoy, como
2
,
Ambrose. Hacia el poder global. La política exterior norteamerica-
Stephen
na desde 1938 harta Reagan, Buenos Aires, Grupo Editorial latinoamericano,
1992, p. 113.
’
_
Golbery do Couto e Silva, Geopolítica do Brasil, Rio de Janeiro, Livraria
‘
José Olimpo Editora, p. S3.
..
115
.,_-
submarina el Caribe v a lo
en
largo de la costa de Sudamérica” La
mayoria dv: las amias uasportatlas a Latinoatnérica en este
d“ (MRW
perio.
de
guerra
sobrantes.
animes patmllems, 1331.88 inter-
cetitores. eta-tara) refieiaban esta ay-reciación de la
imagen de lu
segnntlatl. X. bien América Latina trunca ha enfrentado la inne-
nua xtenxsintil de un ataque proveniente de nuera del hemisferio,
las fuerzas antiadas de las
principales pon‘ncias latinoamericanas
han attalutlti por ¡utnxter una ¡sión
YK‘ a
pequeña escala delos cier-
citas estadounidenses en
Eumpa. el «mano oriente y Asian‘.
FJ tnmlaritx. strldadti educado para hacer Frente a la lucha
un
116
Pam evitar que los enemigos del orden
nace la democraucoánïtzuïf:
regímenes tonilinirios. Por consiguiente,
¡icular ciércitos que mantengan vivos los
IICCES)‘ n C6
valores (le civilizaci
occidental, garanticen lu defensa de la patria y y SW"
el Estado.
al mismo tiempo motor del ilesiirrollo, la supervivencia y la segu-
riilad nacional. _
117
Esto sucede,
y para poner remedio a las condiciones que
cosas:
estado de cosas es preciso
Ptrmltcn que este país tenga um
potencia militar que responda a este problema específico. Pero e]
poder de las armas no es sino una faceta menor del vasto problc-
ma de la seguridad. Una fiieru militar puede ayudar a asegurar c]
orden y la ley, pero solamente si estos
reposan ya en una base
aceptable dentro de la sociedad de que hablamos y si la población
está dispuesta a colaborar con ella. La
ley o el orden constituyen
el escudo tras el cual puede desarrollar un
país y por consiguiente
asegurar gran parte su seguridad. El desarrollo es el progreso
en
intervenidos.
_
'
Citado por Joan Garcés, Solanum e
H8 v2
Solo de esta manera se comprende la acción, Cn ¡954s “mm
"
Véase Gregorio Selser, FJ guatemala». la prmur’a ¿uan ma] sun“
Aires, Ediciones Iguazú, 1961.
ll9
amenaza de expropiación. Estos hechos crearon una situación o
contexto en el cual Estados Unidos
respondió mediante la inter.
vención de l954w‘°.
Apoyado y financiado por Estados Unidos,
al mando del coronel tropas merccnarias
gtiatennlteco Carlos Castillo Armas, exilia-
do en Honduras,
despegan de Tegucigalpa y bombardear: Ciudad
de Guatemala, Puerto Barrios
y Puerto San José. El 3 de julio de
i954, Castillo Armas entra en Ciudad de Guatemala en
el avión
propiedad de la embajada nortamerimna. Cinco días más
el 8 de julio, se tarde,
autoproclamaba presidente con el beneplácito de
la OEA y el TIAR La derrota del
gobierno de Arbenz marca ese
punto de inflexión donde se pone en
práctica la estrategia de
Washington para la seguridad hemisférica.
Comienzan, en América Latina, a sucederse un de conjunto
golpes militares, cortados por el mismo patrón, es decir financia-
dos y apoyados por Estados Unidos
y ejecutados por unas fueras
armadas dependientes formadas en los centros de adoctrinamien-
tonortmmericanos. A continuación presentamos el itinerario se-
estan
a
gran un
120
formas, mantiene efecti-
plantillas, o
bajo su dominio en otras un
vo control sobre los medios de acción así como sobre las fiientes
de informacióm". Este tipo de dominio omnímodo tuvo su
ma-
“
Mario Pasas y Rafael Del Cid, la tamnwción del rector
público y del
Errado nadanal m Honduras. 1876-1979, San José dc Costa Rica, Editorial
Educa, i983, p. 109.
121
Hasta 1969, gracias a los programas de asisten.
ción
cia militar, fueron entrenados un total de 39] oficiales y 689
soldadosenlawnadelcanal". f
lnisfuerzasamiadasbmdnreñasnaoen bajoladireccióndc]
Pentagono de lo orgánico
tanto en lo tecnológico. Tras h
como en
presidencia
durara
Gálvez, el gobierno conservador dejulio [num
El 2! deocrubre de l956lasfuemsn-
madas deciden ponerle fin. Sus mandos asestan su primer golpe
de Estado de la era antioomunista. En su proclama llaman a res.
l
hington, a través de la administración Kennedy». Su gobierno cae
de lleno bajo el influjo de la Revolución cubana. En 1959, Villeda
Morales, declara la prohibición de editary facilitar la «circulación
í
í
i
infiltración de agitadores comunistas y de guerrilleros de tal ten-
dencia, cuyas actividades han sido denunciadas en vano al gobier-
vida
no República, las cuales ponen en serio peligro nuestra
de la
de
institucional y la paz y tranquilad de las Repúblicas vecinas
a la
Centro América»". Y por primera vez, se alude directamente
en la
revolución cubana como un factor desestabilizador región,
la intervención. Asi aparece en el mensaje del nom-
para justificar |
«La
brado de Gobierno, el coronel Oswaldo López Arellano:
jefe
intmna y
"
Véase Honduras, Fuerzas amada: 1988. Conrrairu-urgmnb
México, Publicación del lnstituto de Investigaciones So-
climas-ión regional,
cioeconómicas de Honduras, s/f.
l’ Leticia Salomón, Militafimw y refarmrlrmo m Honduras, Rgucigalpfla
.
122
¡nfilaacíóndeclememosmarxistasenlasesfaasdelgobiernq
bgdndenundadocmifundamentofumydenaodefíondmg;
hgaividadaxzmladanoaacíadesarrolladamformsïsïaïúfl-
woírperiáfiaxhabladosyesaitosmediantemítinesdesecfo-
ratmivctsitariosypormediodelaatnplmeinmnaoladadrfirsron
dgpropagandaoomunismlapermanenteamcnandefiustrarlas
¡dealesdeconciliadóndelafamiliahondtmeñaqueslcflïpftlhfl
querido convertir en realidad las fiiems armadas; el VÍÍÍC
ame de elementos hondureños hacia Cuba, la Unión Soviética
y los paises tras la cortina de hierro [m] Todo era índiativo de
que el país se encaminaba hacía una segura agresión de las fuer-
zas comunistas, con el
consiguiente peligro para la democracia
representativmo“.
En Paraguay, otro proceso similar, se desencadena. Su histo-
n'a hunde sus raices en las estructuras de poder nacidas reforza-
y
das tras la Guen-a del Chaco (1932-1935). El ascenso de Alfredo
Stroessner en 1954 se produce continuo ir y venir de
ante un
"
lbidem, p. 182.
123
de la Guerra Fría le him cambiar de parecer: «Sensible a los
cambios de la politica exterior norteamericana, el dictador elinú-
febreristas de
nó
los
a gabinete, reimplantó el estado de Sitio y
su
Pablo Gon-
Paraguay Contemporáneo»,
en
"
Omar Díaz de Arce, «El Si-
Amir/ka Latina: binoría dc Media Sig/a, México.
zález Casanova (comp),
XX] dc México, i977, vol. I, p. H8.
gln "'
p
tmlnnr de Alfredo
Strticsancr.
' I
124
’
polm"cos
'
'
se celebraran miunes
- -
unpedir
»
El
los elaborados region.
en
uno de planes más que conocen se
desde
objetivo acabar con la alianza popular que gobierna eltpais
la bur-
1940, en la cual participa el partido comunista, la iglesia y
progresista. Como siempre, el caballo de batalla del go-
guesia la
bierno progresista fue la reforma agraria, base real del poder de
cafetalera costarricense. La plutocracia llamó a las
oligarquía
tener una Costa
puertas del pentágono y alertó del peligro de
Rica convertida en un país comunista. Con el plácet de Estados
Unidos, el partido socialdemócrata creado en 1945 y liderado por
Jose’ Figueres, anticomunista de pro, comienza la labor desestabi-
lizadora. Durante tres años combate en alianza con el Partido De-
mócrata, representante la derecha reaccionaria y pro-fascista al
gobierno de Teodoro Picado.
Así, «no se moderaron en su abierto boicot contra gobierno
el
por todos los medios a su alcance: desde la manipulación econó-
mica hasta la violencia. La culminación del boicot vino con el
cierre empresarial
conocido como al “huelga de brazos caídos”,
realizado por la mayoría de los empresarios en 1947. Este cierre
empresarial paralizó la economía del país»“'.
El miedo de la población, tejido bajo una campaña de terror y
descrédito del gobierno de Picado, fue el punto de inflexión. El
anticomunismo cl pretexto para reconducir las reformas popula-
res. A los pocos días de hacerse con el
poder, se puso en evidencia
el sentido oculto del golpe de mano: «Inmediatamente laJunta de
Figueres arrestó varios cientos de comunistas, y en julio de 1948
proscribió el Partido Comunista. La asamblea constituyente, reu-
nida cn 1949 [...] aprobó el articulo 98 cl mal prohibía: “La for-
mación y fimcionamiento de partidos que, por sus
programas
‘7
Paul Lewis. «Paraguay, Wlil-WVU», cn Lcnlic Hethell (ctL), [Iixtnrin
dt Amérím latina. Barcelona, Critica, Z002, vol. lS,
p. 206.
"
Jacobo Schiftcr. La five ora/m de la gun-m avi! m (¡una Rica, San José
de Uma Rita, Editorial lítlucn, |98| , p, 7},
125
ÉÏEÍÓEÍCOÉ
métodos de acción
y conexiones intemacionalgs
'
Y
n an a es tnnr las bases de la
. _
organizacion democrática dc
,
sposi.
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y la ¿eses
en
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la
.
maniobra,
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vil fu e una
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anucomumsta. La
-
)
‘guerra
“n” Uanqmla. m abría una
ruptura ni reforma agraria que afec.
tase su
poder, vez? cnrocaba,
esta
dejando que fuesen los 5am.
se
a los socialistas-marxistas y
guir
126
-.-
- vw» ve- r “wwe-traerá
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-1_ r w x «¡n-r vw-w-‘x-v v‘ -v_ x-vvwvmyvy-g
como se conoce la asesinato de Gai-
explosión social siguiente al
tán, se atribuye al comunismo desde las primeras horas [...] En su
mensaje, Mariano Ospina Pérez, presidente, lo ratifica oficial-
mente. Los cuadros conservadores hacen llamado a la forma-
un
l27
‘unblQDna-mmmcun - a. u a»...
«p. -.-.. . c.
zitP-anznnií.
l 173,
para rmlicxirsc‘deliniiivaunenlc,
lu luspuñsi lrnnquistn. Durante
cn
hasta su
regreso cn
político ideología».
«Perón: discurso E"
y Eliseo Verón,
1’ e
Sigal
Silvia
Alain Rouquié (comp.), Argentina Hay, México, Siglo XXI de Mexico, 1982,
P . 188. .
la
Cristian Buchmcker, Nacimudilrmny PeronLrma. la Argentina
24 zm mm
128
fcrvientes anticomunistns. rcconstruyen el pode!‘ P0-
(lirigcutes,
llllCU (lcsdc los principios ¿le la seguritlntl nacional,
CS ClÚ-‘¡w c"
enarbtilatntlo
un (liscurst) ¡nacionalista y antioligiírquico.
«(IOIIIO
(lesarimcn las
1118588
este tipo (le revoluciones, el nuevo poder
del la
que le han dado el poder. La reorganización epército
es
forma adquiere
que sustitución
ahora el (lesarme dc las nmsns, la
de un aparato represivo por otro. La fase semi-bonapartihstfl. (¡UC
cumple con el doble papel de suprimir la crisis económica [...],
sc asienta en la burocracia civil (MNR) y la bl!’
la alianza entre
I’
René Zabaleta Mercado, Clara: sorialexy conocimiento, La Paz, Editorial
Los Amigos del Libro, i988, pp. 46-47.
129
li s!
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tanto. sonitono». ln mw Milá
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nn tie-upon en los windsor.
tntatptvtartosses snlshé al ulasanwsllti.
v
Mercado (comp), Hobbit: Hay, México, Siglo XXI de México, 1983, p. l6.
130
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r-u‘ valentina-¡Miluulua tm ¡mmm
¡suma Nim. r lfiugolu. lvrumlsi wirivmlci una MN ¡dun ilunllu-Iu
nula slul ulwlin uulunlnnl uuu ul mw tam" Hllllillfl ¡rm lliii‘l¡l'
lïüllllñll un llldll-lflllïlí ul ifiilialmlsu‘ w iwmltiunulm mn uu num ¡le
usmwm llamame tlililllltli ¡»un la ¡comunion ¡le mw
la: ¡‘ww enla
‘Mil lntslitlnlltlu ¡mu al r [MN nu llum i- ¡le mw. ¡su general. «¡talla
ivmlsivmlsi mm ¡ui-w ¡una ¡lts lu mie ¡shsilimn la illflflldll en nl
mitlmnu. enlalm «inmenso a lili-liar ¡mi lu mw el ilenenlm ilenlm
¡le lan regla: ¡lv la ilemurrntwn [llllfllf-ú. en llll xlnleoim de ¡smqiletlml
lillflhlm wwlm ‘a lulentulrnise mn ni nin-tenim! Mensual mm: que
mii el hlmhlll fllklifltlïl de obreros ínultmrlnles almuernimetite
nnrlmluliw de todo! lm lingerie-i estnlm rllxptienhi. n pesar tle los
mlilllrlox y de falta ¡le equidad‘ a vivir con nun genielnmes. los
lmmliren, vn limar rle ttmvmlrnr pam akekittnrlm. Y en nlll tlontle
romlenm la lilnorln «le Lenln y del ionmnísmo titotlernos".
No nlvldemon que este cuadro ¡iintntlo por Rostow file el vn—
dememm irtllimdti por economistas. polltologtia, historiadores y
soclrslcigm para explicar el desarrollo capitalista en lan tmívemldn-
des, lnstlmclonen lntemneioneles y orgnnlneiones gubernamen-
tales. l)e páginas se extraen los conceptos de «países en vías de
una
77
W. W. Rostow. La; etapa: del crecimiento «mmm. Un
nwnífiem na
rammrimz, Madrid. Ministerios de Ïrnbejo y Seguridad Social, i992, pp. 220
y ss.
131
“aldeas estratégicas”. [. .]. El historiador económico del MIT,
._As4-<
Walt Whitman Rostow [. .
.] escribió —sobre las etapas- en el Cen-
tro para Estudios Internacionales financiado
por la CIA situado
en río Charles, Boston,
y ha estado manejándolas en el río Poto-
mac en calidad de director de
política y planificación del Depar-
tamento de Estado, nombrado
por el presidente Kennedy y como
consejero sobre Vietnam del presidente Johnsomo“.
La caída de Fulgencio Batista en Cuba, el l de enero de l9S 9,
a manos del Movimiento 26 de ]ulio, precipita decisiones e inau-
gura un
segimdo momento en los golpes de Estado y la lucha
contra las izquierdas en la región. En primer lugar, la revolución
cubana pasa la última gran revolución nacionalista del comi-
a ser
nente
y en segundo término, por declarar inmediatamente su ca-
rácter socialista, popular y antiimperialista. Las lecciones para el
imperialismo claras. No habrá una segunda
estadounidense son
132
regulación económica marxista son lícims todos los medios inclu-
yendo la traición y la mentira. He aquí en su esencia la doctrina
marxista. Entre el marxismo y el cristianismo hay esencial y radi-
cal oposición [. .] Para el cristiano, la conciencia es cosa del espi-
.
zasannadasasalirsedestisespecífimsftzncionespansalvnalpaís
del deshonor, del comunismo y del aos. La junta militar [una], se
propone erradicar completamente el oomuninno, salvando as’ al
pais delaoonfinsíón yel desirrdenav”.
“Joeéhlzxïzvchmïhwuuunufiúmmsaafinep
uvdnanónfinnqmAyalahazMízioimFqadodeCnkmzh
lllKLp 357.
n
hmqneAplaMurulxuudrfinwvdaÜfinnkQúzqfimpo.
noónLdnw-aNanomlJZKEp. 111.
“Jaimchsmdflkzflvmuubïuvgruhfilákzpufiafiflsïdud
ñandzfiixznxiónrmaïïmdvgdefitfimaíaxmxrmnlwlqfi].
133
{Sgustín
torianos del
Cueva, uno de los más destacados intelectuales ecua-
siglo xx, apunta: «El clero se encargó de encabezar la
cruzada, organizando manifestaciones gigantescas, especies de
procesiones destinadas, dizque, a desagraviar a Dios por las ofen-
sas del comunismo
y pedir el rompimiento de las relaciones con
Cuba [...] Arosemena
rompió relaciones con Cuba en abril de
1962, pero no fue suficiente. La escalada continuó el ll de julio
de 1963, los militares asumieron directamente el
poder. En reali-
dad este
golpefue sino una de las tantas medidas “contrainsu-
no
134
En 1946, pasado lo que definían como crisis y siempre en nombre
del “restablecimiento del orden” volvieron al régimen represen-
tatívo y democrático, que usaron hasta 1964, en que nuevamente
lo congelaron, y los militares, para superar la “crisis” y restablecer
el “orden” una vez instalaron en el poden”.
más se
del siglo XX, Getúlio Vargas, para unos, dictador y para otros un
caudillo populista, representa un antes y un después en la historia
contemporánea dc Brasil. Tildado de bonapartista, fascista, na-
cionalista o antiimperíalista, no deja a nadie indiferente. Desde su
aparición en la escena política en i930 hasta su trágico final, sui-
cidándose el 24 de agosto de 1954, pasando la promulgación de la
constitución fascista del listado Novo l‘)37-l‘)4S, y su triunfo
electoral en i950, es considerado uno de los «padres» del Brasil
de hoy. En la actualidad, facilita explicar el país en direcciones
encontradas. partiendo del consenso que pone el listado Novo
como punto de partida dc la tradición del populismo pcisteritir.
‘Tradición que se presenta, según los principales SOClÓlUgOB brasi-
leños, bajo los principios del nazifascismo: «La organización de
[Ípo corporativo bajo el cual Vargas articulo la representación
frente al Estado de las distintas clases, estaba inspirada en los mol-
des nazifascistas vigentes de la época, que sin duda
tlespertahan la
admiración del dictador criollo l...) concedió a la clase obrera una
legislación laboral y una previsión social. (lreando, también un
nuevo sindicalismo amarillo a través del cual
pasó a ejercer cl con-
trol estatal sobre el movimiento obrero [...] El
varguismo creó
Io tanto la tradición política del
por populismo en Brasil».
Sin dudahay muchas similitudes con otros dictadores de la
época. Su simpatía con el xiazifascismo le acerca a Francisco Fran-
co en
España. Antonio de Oliveira Salazar en Portugal o Juan
Domingo Perón en Argentina. Getúlio Vargas sufre su primer
traspié en l94S, siendo derrocado por un golpe de Estado. Sin
embargo, ello no lo apartó del poder. Seguiré manejando los hilos
”
l.. A. Costa Pinto, Narionalimw y militar-ima. México, Siglo XXI de
México, ‘1974, p. 56.
135
desde la tumoya. En este
_.-
contexto, verán la luz. dos partidos po- __
líricas. invención del
propio Vargas. El Partido Social Democrá-
tico, comandado por su ministro de Guerra. el
Emite general,
Liaspar Dutra. simpatizante nazi; y el segundo. el Partido Trabal-
hisca Brasileno. liderado
por Vargas. El Partido Social Democrí-
tico. agrupa los sectores conservadores
agrarios. terratenientes y
latifumlistas, lo cual lacilita el control del voto clientelar de cam-
pesinos y ¡vroletariado rural. El Partido Trahalhisva Brasileño,
funciona escaparate para difundir la obra del caudillo y
como un
y ponen en
brasileño desde
político: el
observamoa Fgoceso
e
e. de los .
ollgïlrtllucos im]
‘A partir de o: oshace ¿“dake el disk?
a
Dos
acelera el proceso de
nndustnalizact
central de la
n.
brasllcñl- El meto ur
Se
í
136
fm.-
- dicional entre grupos oligíiquicos que pretendían mon0P°l‘“"
‘l
li
estado para su propio uso, y los grupos medios que esperaban
democracia formal. el instrumento de modernización de socie-
la
dad brasileña, desaparece como fuerza social capaz de alimentar
el proceso político [m] En la medida que los movimientos de ma-
sas iban ganando autonomía, se modificaba el contenido y
la for-
ma del proceso político, pasando a un primer plano la problemá-
tica de las reformas. La propia resistencia que la oligarquía ofrecía
en el parlamento creaba condiciones para que la politización y la
"
Celso Furtado, «Brasil de la República oligarquica al estado
ntilitar».
en Brasil Hoy, México, Editorial Siglo XXI de México. ‘i975,
pp. l} y n.
137
2:“ F‘B_“°“'°d0 (1979-1935), actuaron perfecta
sintonía
en
con
rratementes, oligarcas la y burguesia local. La alianza cívico-
"mm" f“ Perfecta. El expansionismo brasileño y su poder emer-
geïïïfï’. hunde sus raíces en el golpe militar de 1964. Las primeras
NACIONAL
GEOPOLÍTICA, DOCTRINA m: LA SEGURIDAD
v MODERNIZACiÓN AuroRnARiA
fue ajeno.
les brindó el marco para reinterpremr su ¡iapel
Ln geopolítica
tradicional de las fron-
en el interior del
Estado: «La concepción
’°
(lcneml Juan l-Énrique (iuglialmclli, (íropnlhíra del (¡una Sur, Buenos
Aires, El cid Campeador, 1979, p. lll.
‘7
Golhery do Couto e Silva, op. rin, p. l7.
139
eran una
palanca para la Uansformación social. Es el nacimiento
de la alianza cívico-militar
capaz de ensamblar la estrategia anti-
comunista y desarticulación de las
izquierdas. Nacida en los años
sesenta
proporciona argumentos legales que sirven en bandeja de
plata y legitiman las dictaduras, cuando escuchan el llamado de
socorro emitido por la sociedad contra el comunista
que acecha y
tlestmyc los valores del Estado patrio.
Los militares vuelven
se
imprescindibles en todos los espacios
de la vida nacional. Se
construyen relatos épicos. Reciben hono-
res y medallas. 'lbdo forma
parte de tina estrategia, la construc-
ción de un imaginario, en el cual, las fuerzas armadas se
compro-
meten a defender los valores
patrios y la nación, participando en
los planes de desarrollo y tnodemización. Las fuerzas armadas se
convierten en representación del «interés
general» de la nación.
'l'ieiten ¡netas y Oblctlvofi. Sus intervenciones no se producen en
el vacío, ni son ¡vrodneto de mentes cnlenturicntas. Sus acciones
responden al rol ¡srotecmr asignado en la geopolítica de la seguri-
dad nacional, para levantar el listado militar.
Los «estados de seguridad nacional» forman parte del entra-
mado construido en torno al nacimiento de la geopolítica. Sus
(nrígenes no se encuentran en
Gollrery do Couto e Silva, sino en
"
Definición citada por Antonio Cavalla, La geopolítica y elftrtilmw dt-
pendimte, México, Ediciones Casa Chile, i977, p. 13.
140
América y apoyada
aprovechar bajos
cuantiosos
estándares
en
de vida
recursos económicos
para aumentansu
esfera [N623 e
nuestro tcrritorio»’°.
La coordinación regional de los mandos Inilitares latinoameri-
canos dio fluidez a la doctrina de contención y lucha antísubvcr-
141
menterio de víctimas del terror.
Según un estimado conservador,
las matanzas de la parte de la
norte
capital dominicana, ocurridas
en el mes de mayo, alcanzaron a unas 2.000. A esas matanzas se las
llamó “operación limpieza", hecha, al parecer con autorización de
la OEA,
por las tropas dominicanas bajo dirección norteamerica-
na. Nunca se le dio
publicidad a la ola de crímenes que se exten-
dió por todo el país
después de haber terminado la negociación
entre el
gobierno del coronel Caamaño y la OEA, esto es, inme-
diatamente después
que se estableció el gobierno provisional en-
cabezado por el Dr. García Godoy. Esa ola de sangre
seguía azo-
tando el pequeño país antillano en agosto de l967»‘°.
El carácter intcrvencionista de las fuerzas armadas es de im-
portancia trascendental, los
ejércitos quienes se arro-
ya que son
Gm"
4o
Jam Bosch: E1 pmtagumtïrma. Surtiruta del napa-faltaria. Madríd-
diana de Publicaciones. l968. P- “O-
142
mentado de víctimas del terror. ’ '
r» mm de la
CII El mes dt m1 'o_
m “m. capital ïsïggflïmmmmég“ x ¡S
"m
h
"andén uï°"pim““ï°‘¿. :‘ch“:‘.’:5me°°°*
OÉÏ P07 hs dominicanas baio dirección noneamcrica-
napbounaseledaopublicidzdalaoladeaïmmes escena;
“Wmdwïsdfipuésdemwmmmdohq: a
“ima gnbiflñoddcotonelCaamzñovlaoEfismegïinïnï
duramente despues que se estableció el gobierno provisjonfl ¿m
ubandoptxelDnGarcíaGodovl-Zsaoladesangresegmam.
“m” °' Mvaïo anrilhno al
país agosto dc 196%”.
Elcaráonerincamcionisudelasamasmzdascsdcm.
¡xuunaauzsoendenuLyaquesonloseiérdtosquimcsgmu
giron la condición de juezyparte alabondevalorarquégobigr.
noscaían baiolaoonsidcración de
«democríúcoenoycxúlcsbaio el
calificativo de «prooomunisms» o «marxbus». El
poder real de
las fueras armadas se incrementó. Los
gengrflgg micmbm, d, ¡‘s
Jlmms de Estado Mayor sc presentan como verdaderos guardia-
nes de la occidental». Sus
habian sido prepa-
mentes
¡’idas para asumir esta función redentora. Adoctrínados
por Esta-
dos Unidos en zona del canal de Panamá,
generaciones dg
oficiales de todos los países de América Latina pasan
por las aulas
de la tristemente famosa Escuela de las Américas. Allí tuvieron
como lectura
obligada títulos que no dejan lugar a dudas cual era
el enemigo: Así e: el comunismo, Cama fitnciona ¿[partida comunis-
ta, El dominio delpan-ida tamunirta, Cmquirtay tohmizacün tmunirta,
El dominio del partida comunista Rusia, ÏJ respuesta de una nación
m
142
,>.,r.,..,.‘_‘.k..¡..‘f1.v‘..yv.
\ ,. ,._ _ ,.
' \>»(-‘
távv‘
donde se
quince días. Las unidades didácticas expresan
hacia
orienta la vocación de los jóvenes milites: «Oomumstno Versus
Democracia». En el temario de Operaciones de Oontrainsurgen-
y apitancs se incluye la asigmmra
«Intro-
cia dirigido
a tenientes
"
Álvaro Briones. Economía política delfauinno dependiente, México,
XXI de
Siglo
México, i978, pp. 302-303.
-
143
s
vv w-nww_--n—_..__
-
a
x
de
TO defensa _Robert McIÏIamara, Congreso dijo
en 1967
qmal
nuestro obpeuvo primordial en Latinoamérica es ayudar, donde
militar América
‘Í
Michael T. Klare y Nancy Stein, Anna: y poder en
L.‘
Unidas] lasfiterza:
Perifem, 1973i P- 74'
Buenos Aires, Ediciones
riria. La dependencia’ militar,
144 «’_________
de las luchas por la independencia cconómia, la sabe-rin“ P05?’
ca, serán demonizadas y consideradas parte de un planfksfiïïbl‘
lizadot urdido por la infiltración del tnarxisrno-lenimsmo. «En
este contexto es fácil
comprender que los mecanismos de control
social o de mantenimiento del orden social sean vistos en téflm‘
nos de una
‘cirugia primitiva“. Las relaciones sociales Y
social
complejas y lentas deben estar ahora regidas por el principio fun-
damental de la eficiencia, en razón de objetivos superiores filïd“
jerárquicarnente. Si el consenso es dificil de lograr, si la racionali-
dad democrática constituye juego de fuerzas, dema-
un campo de
siado incontrolable, entonces hay que aplicar el “bisturí social".
Hay que aplicar herramientas de la guerra a la interacción de los
colectivos socialess“.
Bajo razonamiento, la frase atribuida a Henry Kissinger,
este
mi 145
ses fueron víctimas de
golpes de Estado inducidos por tal visión
apocalíptica. La acción conjunta de Estados Unidos y las burgue-
sías criollas, amenazadas
por un desborde popular no aceptaban
reformas, ni cambios democráticos fuera de su control.
Hemos analizado la ascensión de Manuel Odría en
Perú (1950),
Gustavo Rojas Pinilla en Colombia
(195 3), Alfredo Stroessner en
Paraguay (1954), Carlos Castillo Armas en Guatemala (1954),
Oswaldo López Arellano en Honduras
(1963) y nuevamente en
Guatemala, impidiendo la elección de Arévalo en 1963.
mente la invasión a
Igual-
República Dominicana, tras el golpe de Esta-
do que apartó a Juan Bosch del
poder en 1963. La plaga de golpes
de Estado se extiende hasta los años
setenta del siglo XX. Pocos
países se salvan. La doctrina de la seguridad nacional
deja una
secuela de dictaduras:
Argentina, Bolivia, Uruguay, Chile, Perú,
Ecuador, El Salvador, Guatemala y Honduras.
La guerra interna abrió las
puertas a la militarización de la
sociedad. La seguridad se entendió como
parte de una guerra
donde la subversión y el comunismo roían las bases democráticas
de las instituciones. Son las bases de una
política que hoy
sobrevi-
ve en la lucha el crimen
contra
organizado, el narcotráfico, o los
movimientos antisistema.
La cuasi uniformidad -en el contenido
y el discurso- de los
golpes de Estado fue expresión de un fascismo criollo represen-
tativo del accionar político de los ejércitos latinoamericanos.
Como vimos, educadas en la Escuela de las Américas el y bajo
animo «zontrol del Pentágono, promociones enteras de oficiales
pasaron por sus aulas. Hasta 1975 se habían graduado en sus iris-
mladones «dll-l? ahnnnos la
USARSA, muchos de ellos
en
4‘
Michael T. Klare y Nancy Stein, Amaury poder en América latina, cie,
p. 12 l.
146
ne. La frase del general Juan Carlos Onganía tengo plazos,
«no
para reponer
restaurar o a las viejas oligarquías y las burguesías
modernizadoras. Bajo la geopolítica de la frontera ideológica se
Aqquí apareci:
oïgaiiización estatall. saber: fetis-
-
nario de la entonces un
el
lasfiterzar
ïieno
que nos
[parece inédito, a
surgimiento de
77710114S. corrio e
partido organica
detla gran burguesa manopólxka y sus
‘6
Afilia Borón, Estado Capitalimwy Banana": en Amena’ '
Latam, Buc-
'
'
.
147
La institución militar presenta metas políticas. Las fuerzas ar.
madas han llegado para quedarse y cumplir un programa preesta-
blecido. El orden institucional vigente lo consideran caduco. En
su lugar deben levantar un modelo capaz de hacer frente a la ame-
las izquierdas, el marxismo-socialista y el comunismo in-
naza
de
ternacxonal. «La construcción de este nuevo orden es presentada
como una tarea a larguísimo plazo, que ellos mismos definen
de DiosM“.
de
Bresser Pereira, sociólogo brasileño, acuñará el concepto
«tecnoburocmcin militar» para definir el sentido y papel que se
septiembre significó
no solo el derrocamiento de un gobierno ile-
gítimo y fracasado, sino representó el término de un régimen
político-institucional definitivamente agotado, y el consiguiente
imperativo de construir uno nuevo [...] Estamos frente a una ta-
“’
L. C. Bresser Pereira. Ideología] trmolmrucraria, Buenos Aires, Paidós.
i975, p. 74.
149
tema y ochenta del siglo XX, se volcaron en satisfacer y responder
dichas preguntas”,
Las fuerzas armadas se hicieron
cargo del «combate» conu-a e]
comunismo y la subversión y de paso, tomaron en sus manos las
directricesde la política económica. Las experiencias
Brasil en 1964, en Argentina en 1966, en
golpistas en
y Uruguay y Chile en
l973 originan la definición que caracteriza los
regímenes políti-
cos vinculados a la doctrina de la
seguridad nacional como crea-
dores del Estado autoritario burocrático. Tal definición fue
nuevo
EnesxedebntesotnsalendnsooleuivnscommEhwnulPobinn
"’
¡[Cono Sar. Menea Siglo XY! de México. 1078; Virgilio Beltrán (wenn
flggpclpaïaávg suban n Anova
¿“mu ¿‘ik ¡om Augtsto Vai-s (comi) b: mamaria
Antonio Cual!»
unha. (lances Etfitflífll Ann-n Sociedad. ¡‘Risk (map-X
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(¡qgggy y btgrlhÍ‘
¡nhkunkk ¡Wax y entre hs obras de autor. joseph Coruhïux 8!
Sahunmu, ¡‘divinas Sígueme. NX Alain
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‘
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'
l“ 3-
355mm.‘inn unica-iv». Nenas Aires. Padua
¡S0
. . s.‘ \«v'v\-\'v"v vw-vx \ xx ‘\\¿\\\-\\\Y\".'
sión sino también por medio del funcionamiento de controles
verticales (corporativos) por parte del Estado sobre los sindicatos;
reducen
c) son sistemas de exclusión económica, en el senddo que
hacia un fixture no precisado las aspiraciones de
y postergan par-
ticipación económica del sector popular; d) son sistemas despoli-
tizantes, en pretenden reducir cuestiones sociales y
el sentido que
políticas públicas a problemas “técnicos”, a dilucidar mediante
interacciones entre las cúpulas de las grandes organizaciones arri-
ba referidas; e) corresponden a una etapa de importantes transfor-
maciones los mecanismos de acumulación de sus sociedades,
en
«H
‘i thriller-mo
(Yüwmllp «Reflexiones subte bs «¡alemán ¡i- aunk»
Mmualxxv-suuwmxx men. «una.» J
¿»muy t Q0‘ ‘x
¡‘F «
lil
Fi‘. ‘T\‘JY"-"ZYN‘VTY‘<,\‘:
‘
‘-
Y \'\\ WCNTR“! w-vnaws-
ble políticamente. En los economistas con estudios en la Univer.
sidad de Chicago y en la Universidad
Católica, así como gremia-
listas de la misma universidad
que dirige Jaime Guzmán, se
aprecia una línea intransigente de oposición a la Unidad Popular,
al socialismo y a los valores, normas
y prácticas que configuran el
modelo chileno de los últimos cincuenta años. Forman una
neo-
derecha, una resurrección de principios inherentes al liberalis-
mo, así como una reviviscencia de fórmulas autoritarias
portalia—
nas, a la que sus mentores atribuyen
raíz hispana y monárquica
[...] Estos comandos constituyen [...] la vanguardia que abre el
camino al avance de la revolución nacional
que preconiza Pino-
chet y que vive en el anhelo de las fuerzas armadas, tal vez in-
consciente, revolución nacional —no necesariamente nacionalis-
ta— [...] No
fácil que este comando político, y sobre todo
es
¿7-2
ro el expresidente Eduardo Frei Montalva en carta al presidente
r”
Arturo Fontaine Aldunate. La: rmmmnktasy el hrridmre Pinochet,
San-
152
de la Democracia Cristiana de fecha 8 de
de la Unión Mundial
los
noviembre de 1973, es decir a dos meses del golpe: «Todos
estamos vitalmente
chilenos,o al menos la inmensa mayoría inte-
en Clu-
resados en que se ¡establezca rápidamente la democracia
le. Y para esto es necesario que el país salga del
caos y, que en
armadas
consecuencia el gobierno actual tenga éxito. Las fuerzas
convencidos- no actuaron por ambición. Su fracaso
se-
-estam.os
sin salida.
ría el fracaso del país y nos precipitaría a un callejón
conside-
Por eso los chilenos, en su inmensa mayoría, más allá de
ración partidista, quieren ayudar porque creen que esta es la
con-
"
«Carta de Eduardo Frei Mariano Rumor», en VVAA, Documfnfaf
a
153
HEFDRMISMO MILITAR v GOLPES DE ESTADO: PERÚ v PANAMÁ
154
"tuv-
el Estado oligárquico llega al punto máximo de la crisis. Ex-
para
en el deterioro de sus instituciones, no solo
la lucha inter-
presa,
de incorporar las fuerzas sociales en
D. burguesa sino la incapacidad
la fixcrza amada, en octubre de
T ascenso [...] Al tomar el poder
sufre una variación sustancial [...] se
1968, el régimen politico
de transición de la cancelación del
inicia un periodo que parte
I-"wnaz
Estado oligárquicm”.
La dinámica del gobierno del general Velasco Alvarado
viene
i’
Hmïïcilïïi.gïl9*b'bil'ïíflnnusmüu,fl(ïadEfinr,
l979,pp.224ys.
,._ -
,._
_
mningúnouogzaísnimnfingïmouopmeesor-evolnnaxmv-
SINAMOS es esa sacara ahumdvaí t
ammmumosuáomdeismdaxmdaswkw
lución, situando el proceso m la mdidótr
cuyo objetivo es log!!! ¡a
mi. Aidefineelpuogzrmdegohiemolssfirmmümïfïnflflmfll
del rmeouammnioxúmsday depmdienmprmmrnhpm
de los Estados Unidos de Norteamfiím; relaciones influnaflflm’
lessoiooanpaísesupitalishsfalndeoanciardaddroiquek
mnespondulvaúmagzxspodepaïsesuïammmfil-
ndeagnsividadeinkíadvamladefmsadehdomímdehslm
millasendmarmriuoriakinxmmmbiooomerúalcrmdidanado
a las presiones e íntnnses económicos extranjeros».
lauperiendapenranamuesmstisvirurdesaldefendaum
actitud múdogmátim como garantía de la libertad ideológim—
política. Pero dejemos que sea el propio Velasco Alvarado, quien
defina el alcance del proceso político: «En el caso de Perú. nues-
tn revolución se orienm a la creación de un sistema económico
social distinto del que siempre existió entre nosotros. Para que
este nuevo sistema pueda existir es necesnrio que el Perú deje de
ser un país subdeserrollado y dependiente. Por eso luchamos con-
”
(Jules
helado. ¡(rw/ación ¡‘marnan/demana 7 ¿(dondel’ Dm‘ L;'.
'
157
diuahdad PTOVCnían de las clases populares y los sectores medios
desplazacbs‘ sus exPeCïaüvas se veían tmncadas la existen
‘
or
fuerzasparmadas b?“
de orden social oligárquico. Además las h
ly
Sid‘) el °smd° "P1150! utilizado una mil veces contra elniebla“
Carlos Delgado, uno de los intelectuales más presti ‘ozos dol
dd régimen reformista militar 51a e;
peÏú Y 95m3?“ ¡P0370 una
sqasinnsmdnnapm-tzenelamhitodelageapolïúmyesuaregia
de la seguridad nacional. Frente a la Academia de Guerra brasileña,
el Centro de Altos Estudios Militares Peruanos produjo abundan-
tes trabajos que desnudficaban «la doctrina de la seguridad nacio-
demo-
nal» como argumento para intervenir y derrocar gobiernos
cráticos, acusados de infiltración comunista. Fue al tiempo una
crítica mordaz a la visión estadounidense aplicada mecánicamente
esta faceta desmidfica-
por las fuerzas armadas del continente. En
dora, tiene un papel destacado, el general Edgardo Mercado Jarrín,
primer ministro y comandante en jefe del ejército durante el proce-
so revolucionario hasta 1975. En su obra Seguridad, política y atra-
tegia, apunta: «El Ieitmariv de las relacione: entre América Latina y
los Estados Unidos era el de la seguridad de ese [...] La segu-
ridad de las grandes potencias no es la seguridad latinoamericana.
La seguridad para nuestros pueblos, sera’ el logro del desarrollo
integral y autosostenido, en todas sus formas,
y porque nuestro
subdesarrollo no es un fenómeno 10ml y nuestra dedáón de supe-
rarloirrevocablglosesfiierzosqueserequiemsamelplanoin-
temo o en el internacional deberán ser etnpretididrys. La frustra-
ciónnodebecontinuarsimdolapïindpalmmcmrísdcadela
mayoríadelahnnnanidadydeAmérimLalinaas“.
Huyendo del maniqueísmo antioomunism, Jan-in señala que es
unamrúnadehmnoparareprímiralospnnebloslafinmmaia-
nos, maniatando a los ¡meblos a una
que ahoga e
impide ejercer el ¿acabo de autodatrminaaon" y nba-aun’ a...
'
unaaaimdquenohaptsdidqnipodrillegaraanrsfimfirsemd
¡mais general de los pueblos de América como objetivo omni-
ncunl ]...]Imcamlúosyeng=znllosprocsosrtvohd<narin
emkmérimljdnalnnpumrsmcvflafiaqnemnpofihm.
tíoovznunisn ha sesvido de par: adopta- y manga-
m lo inner-no actitudes y ¡xssidons omsandazs y m b amm
de prunm pan el de tia-m tipo de
sgmidad
Cobain y el sngináemsn de arbáanria x15; mñiur
una
fl‘
Ï-ÜFWÜMUDÓOÍIIIÍB-Sfiifilyfiasymxagmïamkm
Sdqmehimlnfalmmhfinfllrrly F3.
l U! O
tiñca el interés nacional, ni con el interés
con
latinoamericano
sino con intereses que defienden el orden
tradicional que de
guna manera significan la lucha por la justicia social o
por un nue.
vo orden internacionalv“.
En proceso revolucionario
peruano tuvo que sobrevivir en la
convulsa América Latina del
primer lustro de los años setenta. En
1973, los golpes de Estado en Uruguay y Chile marcan un
punto
de inflexión que afectó necesariamente a la continuidad de
la re-
volución peruana. La derecha se rearmó comenzó a
y contraata-
car.
Empresarios, oligarquía y militares articulados a los grupos
políticos tradicionales se unieron para derrocar al general Velasco
Alvarado.
En agosto de 1975, fruto de las
presiones, una junta militar
toma el relevo. Encabezada
por el general Francisco Bermúdez,
los generales reformistas son destituidos. Inmediatamente se
pro-
cede la desmovilización de SINAMOS y comienza la
a
represión
sobre las clases trabajadoras, los sindicatos,
campesinos y estu-
diantes. Se prohíben las huelgas los
en sectores
estratégicos y se
declara el estado deemergencia en 1976 para frenar y desarticular
la respuesta del pueblo peruano a la contrarrevolución de Fran-
cisco Bermúdez. Las relaciones con EEUU son «normalizadas»
y, al poco de andar la junta militar, se aplican los planes de ajuste
del FMI. Entre 1975 y 1980 Bennúdez desmonta la revolución y,
paradojas de la vida, entrega el poder al mismo presidenterepre-
sentante de la
oligarquía destituido en 1968, Fernando Belaúnde
Terry. La política antiimperialista, de no alineamiento, integra-
ción regional y apoyo a las luchas de liberación de los países del
Tercer Mundo se trastocan en un nuevo ciclo de subordinación a
5'
Edgardo Mercado Jarrín, ap. al, pp. 184 y 185.
160
más importante del mundo, y que la zona del canal
estabaadnn-
nistrada por marines y autoridades militares norteamericanas-
Ha sido, pues, un país celosamente custodiado por los Estados
Unidos. En este contexto, jóvenes oficiales de la Guardia Nacro-
nal promueven y llevan a cabo un golpe de Estado cuyas
dístanclafl
procla-
mas
y acciones le acercan a la experiencia peruana y la
de Brasil.
El ll de octubre de [968 es derrotado Arnulfo Arias Madrid,
figura recurrente en la historia de Panamá. En tres ocasiones sería
investido como
presidente. Nunca acabó mandatos. En la pri-
sus
161
cambió la historia de Panamá. Derrocadr) Arnulfo Arias, se crea Ia
Guardia Nacional. Su papel primigenii) se ceñía a ejercer la re-
presión política, sobre todo en las ciudades terminales del canal,
donde el movimiento obrero fuerte y arreciaban las
era
huelgas y
los eonflictos sindicales. El
periodo comprendido entre [95 3 y
1968, se conoce como el tiempo de la «guardia pretoriana». Su
rol, no lo olvidemos, se inscribe en el proyecto de la burguesía
dependiente panameña. Sin olvidar que sus gobiernos se rigen
por la política de seguridad hemisférica diseñada por Estados
Unidos. «Para darle las fuerzas armadas
a esa dignidad cargada de
contenido político, Torrijos insistió
que debían divorciarse de
en
‘z
José de Jesús Martínez, Mi general Ton-jar, Buenos Aires, Editorial
Contrapunto, 1987, p. 36.
"
Marco Gandásegui, ]r.. La ¿ensenada en Panama’, Panama, Cela, 11998,
p. 4l .
162
der izar la bandera endel canal administrada por EEUU,
la zona
el Su cum-
La medida, celebrada con júbilo, entró en vigor l
“"9"”
264.
gustó los marínes, 4mm“
plímienm, sin embargo, no a
Dicho
ron su desacuerdo arriando la bandera y pisoteándola.
la honra nacio-
de agravio motivó el levantamiento popular por
la zona del canal, en-
nal. Estudiantes y trabajadores entraron a
la enseña en su
frentándose a los marinos y tratando de reponer
357m9“
mástil. Los soldados estadounidenses, sorprendidos,
sus ametralladoras. El resultado,
veintiún muertos y
fuego con
el
decide
gerïiar,Guardia romper compromiso de no remover los mandos
e a Nacional, desntuyendo a todo alto mando de la
Guardia Tal decisión sella su acta de defunción
Nacional. política,
¿‘iïmhï
6° S"
e ma declarar que habla
sido víctima un
golpe de Estado Épro-comunista».
Víctor Ávil
6*
Panama’; M, a m,“ y
-
i398,
,
163
junta, compuesta por oficiales jóvenes, asume el poder.
Una
Omar Torrijos, un coronel, es uno más de los miembros. Entre-
nado por Estados Unidos en la guen-a antisubversiva, había parti-
cipado las acciones contrainsurgentes a fines de los años cin-
en
5’
Eran un par} a un renal pegado, México, Universidad
Gregorio Selser,
Obrera de i989, p. lll.
°°
Luis Guananirú, «Panamá: la Guardia Nacional». Rrairta Tarta: l
(junio-cvctubrt i974), p. 68.
164
auge reformísta, de i972 a 1977; una de expansw“
tercera c0“ s"
critica inclusiva; y un último periodo, ‘¡bmw “"3”? b
“a:
de
di.1cgetgl
el
ta la invasión de Estados Unidos, perpetrada
la
la Nueva Constitución. Hecho que se traduce en instittli-‘ÍIOP?’
lización del proceso, articulando nuevas fonnas de pamclPacmn
ÓCCMN’
popular. En un primer momento, los partidos politicos, de ¡a5
dos ilegales, fueron relegados de su función
canalizadora
reivindicaciones de la sociedad civil. Sin embargo siguieron ‘ac-
tuando a la luz pública, sin ser reprimidos o provocando exilio
forzoso. Sus dirigentes se acomodaron a las nuevas circunstancias,
hasta 1978, donde serán legalizados nuevamente. ‘ '
Me-ZCOÏÉÏÏPÏÏ"
Pm“ ‘m’ “' "mi “hito.
'""'
Siglo xxi de
165
la
¡ÁÏÏÏ ÏÏÏLLÏJÏÏÏ propiedad °"
“.77 ‘a firma de los mudos Tom--
d“ Canal en el año 2000 al
Pueblo Plnameño.
Se vinculó al M ' '
No Alineados desarrollo
beugenmeoicngiiufitlc) de“
-
y
política una
ctadurasdi g j e l
Cono Sur.
1979, con el “¡unía de la Rat!“ Desde
con los proyectos de
regi o
paznacl g l . ‘ l-‘au: impïlsïierïerl‘ 2:15:31‘:
gïjilaaon gara
la paz Centroamérica, conocido como Canta-
en
de
go iemo
¡’Ronald Reagan lo consideró un peligro para
.
los
_
Cluyecon la creación en
1979, del Partido Revolucionario Dlemo-
cráneo (PRD). Las circunstancias nacionales y regionales lo ameri-
tan. Partido
politico de ideario nacionalista e influido por Torrijos,
asume la función de unir las fuerzas
populares y el movimiento de
liberación nacional. Era el intento más serio de evitar el retomo de
la derecha, liderada por un «rejuvenecido» Arnulfo Arias.
«En la coyuntura misma el PRD lia
’
significado
un hecho de
ese espacio abierto por necesidad a todas las fuerzas políticas del
Láó
posiciones de un nacionalismo con características racistas y ex-
presiones ideológicas fasdstoidw“.
El proceso político abre las puertas a la elección presidencial.
En 1978 se proclama ganador, por seis años, al jurista y candidato
del PRD Arístides Royo. Su mandato será objeto de un hostiga-
miento continuo por parte de la administración norteamericana,
sobre todo en los últimos tres años, etapa que confluye con el
triunfo de la nueva Estados Unidos y el acceso de Ro-
derecha en
“
Guillermo Castro y Ricaurte Soler, «Panama del ¡‘atado tonijisra a
la restauración oligárquica», en Pablo Conralez Casanova, El errado ar Ame’-
na um. 7307121] Práctica, México. Siglo xx: de México, 199o, p. 491.
167
mercenario: la contra
por la vía de una doble
couáfico y la venta de armas. financiación el nar-
Este operativo fue
el escándalo Irán-Contra. conocido como
La del general Omar
muerte
la revolución Torrijos es el
principio del fin de
panameña. En 1984, las elecciones
dan ganador a Ardito presidenciales
Barleta, hombre débil y sin
carácter, que,
presionado, renuncia cn favor de Eric del
Valle, ambos ultracon-
senadores, anticomunistas y pronorteamericanos. La
derecha re-
cupera el poder perdido en 1968. Solo
el hombre fuerte de la
queda un
escoyo a salvar,
Guardia Nacional, Antonio
quitársclt) de Noriega. Para
encima, la oligarquía. aprovechando la nulidad de
los resultados de las elecciones
del 7 de mayo de 1989, dictada
el Tribunal Electoral, llama por
abiertamente a la invasión. La Demo-
cracia (Iristiaiïa, la
Iglesia católica y la oligarquía declaran a su
candidato Guillermo Endara vencedor
y piden la cabeza de No-
riega. Estados Unidos no pierde el tiempo. Endara se
mada vencedor de las
autoprocla-
elecciones, acusando al general Antonio
Noriega de narcotraficante y de financiar la a la guerrilla centro-
americana. La noche del l9 de diciembre de
1989, tropas estado-
unidenses bombardean las principales ciudades de
Panamá, ce-
bándose en los barrios
populares de la capital, y
3.000 personas que resistieron con heroicidad la invasion. asesinar}
a más dC
Como
sucediese en República Dominicana en el año de la
dominante panameña celebra la presencia de los 1.965, clase
cito estadounidense. Guillermo Endara es
marmes
el y eyer-
en la base
proflalïïad‘) PremdÉme
Clayton, jurando el cargo ante
nos. Las reformas iniciadas en 1968
oficiales norteamerica-
no sm una f
nurpma ¡‘ESC
-
octubre Josámofíezsl - d:
a
el
la Corporación Estatal de Nacinna
Empresas es. .
en
168
campo cultural y educativo, potenció la educación pública y Plini-
ficó campañas de alfabetización, uansfonnando, igualmente. ¡i €11-
señanu media y universitaria y destinando más fondos y ampliando
el presupuesto ministerial. Por otro lado, se introdujeron cambios
en la
legislación laboral y se elevó el nivel de vida de la clase obre-
ra, con subidas de sueldos y salarios desconocidas para Bolivia. En
medio de los cambios, Estados Unidos y la plutocracia boliviana
conspiran para acabar con la primavera reformista. La noche del
20 de agosto de l97l todo está preparado. Al día siguiente, un
general, educado en la mejor tradición anticomunista de la Escue-
la de las Américas, Hugo Banzer, se hace con el poder. Juan José
Torres se
Argentina. Años más tarde, sera’ asesinado sien-
exilia en
A fines de los años ochenta del siglo xx, en las esferas militares,
se generalizar el concepto «guerra de baja intensidad» o «conflicto
de baja intensidad». Su novedad alude a la modalidad de guerra
utilizada para enfrentar los conflictos en el Tercer Mundo. Naci-
da como consecuencia del llamado «sindrome de Vietnam», la
retirada total de las tropas estadounidenses de ese pais en 1975,
los estrategas militares inician una revisión de las formas de inter-
vención en el Tercer Mundo. Su principio, la contención del co-
169
mviomasivodeuopasaunagtierraqueveíanlejana.
Una solución pan contrarrestar la debilidad frente al
fue aplicada durante la administración
enemigo
dejames Carter. Durante
su mandato se crean las
fueras de despliegue rápido, entrenando
tropas de combate y buscando que los contingentes den una solu-
ción expedita al conflicto, acudiendo al escenario de
guerra de
forma inmediata. El ejemplo de este de actuación de las fuer-
tipo
zas de despliegue rápido lo tenemos en la invasión a la isla de
Granada, octubre de 1983, ya con la administración
en
Reagan.
Las guerras de baja intensidad
surgen como la alternativa den-
tro de las
guerras regionales, con escenarios limitados arma- y
mento de última generación
nuclear. Fue la doctrina oficial de
no
la administración de Ronald Reagan durante su
segundo mandato
(1985-1989), para la contención del comunismo en América Lati-
na y el Tercer Mundo.
La guerra de baja intensidad presenta tres pflnClplOS
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son concebidos como una «amenaza» a
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material impiucindible para etifientar la lucha ooncrainstirgenue.
El tercer y último escenario se centra en que actos
el ataque
terrorísms puedan afectar la seguridad nacional. Desde
a las Torres Gemelas podemos observar
cómo este escenario gana
f’. Paraunanálisisdelosoiígenesteórioosdehsgucnasymnflicmsde
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El espacio- de la guerra es
siones. Las
tiempo total, no se permiten conce.
a están definidas
Una especie cciones
de
por los objetivos globales.
totalitarismo invertido
emerge tras las guerras de
baja intensi dad. Tomada como doctrina oficial de los
.
mos
gobiernos mexicanos, incluido el de Vicente Fox, han actua-
do contra la lucha indígena
estrategia de contrainsurgen-
con una
172
a su aniqui-
pretende población
pasar del control de la indígena,
lamiento y posterior ocupación de sus territorios>>7°. .
y el combate al tráfico
de drogas>>7‘.
El S de diciembre de 2006, el hoy expresidente Felipe Calde-
173
enemigo conceptualizó como «la delincuencia
organizada», Un
año más tarde, el20 de diciembre de 2007, durante una desayuno
con personal naval, utilizó ocasiones el término guerra
en cuatro
174
el reor-
blamiento, se opera la reconstrucción de ese temtono
denamiento de su tejido social, pero ahora con otra
otro
lógica,
método, otros actores, otro objetivo. En suma las guerras impo-
nen una nueva geografía”.
La «guerra contra el crimen organizado» es fomemada por el
los espa-
poder y los Estados Unidos; en México, impregna todos
cios de la vida cotidiana. Las fuerzas armadas están presentes en las
calles, los centros comerciales, son visibles a los ojos del ciudadano
que se atemoriza, se aísla, se vuelve huraño, desconfiado, y se con-
sidera indefenso. Ya no le extraña oír sirenas de coches policía,
compartir espacios de esparcimiento y ocio soldados armados
con
7!
num. p. 33.
175
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